ALIMENTACION TRABAJO FINAL PROBLEMATICA ¿QUE COMEN LXS NIÑXS EN EL JARDIN DE INFANTES? La alimentación entre las pautas culturales, lo saludable y la posibilidad pedagógica. La alimentación parece no haber sido un tema de profunda discusión al interior de las instituciones del Nivel Inicial. Tal parece que solamente contar con una taza de leche y una porción de pan garantiza el acceso (o no) a estar alimentado, en términos generales, desde un punto de vista paliativo con respecto a aquello que deberían consumir los niños en un establecimiento escolar, y que en el mediano y largo plazo redundara en un beneficio y un aprendizaje en cuanto a lo que se come. Entre los distintos fines que persigue la escuela, la educación para una alimentación saludable implica la enseñanza de hábitos que comienzan a formarse desde los primeros años de vida, tanto desde el ámbito familiar como escolar; la familia y la escuela actúan, por lo tanto, como agentes modeladores. Sin embrago se debe considerar que existen factores socioeconómicos y ambientales que influyen en los hábitos y en la cultura alimentaria de la población. En algunos casos, estos factores pueden incidir de manera poco favorable en las prácticas alimentarias y en los estilos de vida. Citando como dato que ejemplifique lo expuesto, los Resultados de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud – ENNyS 2005 VER PAGINA revelan que “el consumo de leche sin fortificación con hierro sigue siendo altamente reportado ya que hubo un 78% de los niños que la incluyó en su ingesta (leche de vaca entera fluida con vitaminas A y D, más leche de vaca entera fluida y leche en polvo entera), que en comparación con el grupo de niños de menos de 2 años presentó una media de consumo ligeramente inferior. El consumo de leche fortificada con hierro (en polvo o fluida) fue menor que el de leches sin fortificar con hierro (11%). Un aumento notorio es el del consumo de gaseosas, que aumenta de un 21% en los niños de 6 a 23 meses a 35% en los niños de 2 a 5 años. No se observan frutas dentro de los 20 alimentos más consumidos, siendo la banana la fruta que es consumida en mayor cantidad por un 16% de los niños seguida por la mandarina que fue consumida por un 9% de los niños.” Ante lo expuesto, la escuela y su rol en la educación alimentaria, desde los primeros años de escolaridad, constituye una estrategia fundamental que ayude a promover actitudes y hábitos saludables que permitan pensar y actuar en consecuencia acerca de la importancia y los efectos que tiene recibir una buena y variada alimentación. En la Asamblea Ordinaria del Parlamento Latinoamericano de 2012, con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) fue aprobada de forma unánime la Ley Marco “Derecho a la Alimentación, Seguridad y Soberanía Alimentaria”. El artículo 10 de esta ley instaura que “El derecho a una alimentación adecuada es el derecho humano de las personas, sea en forma individual o colectiva, de tener acceso en todo momento a alimentos adecuados, inocuos y nutritivos con pertinencia cultural, de manera que puedan ser utilizados adecuadamente para satisfacer sus necesidades nutricionales, mantener una vida sana y lograr un desarrollo integral. Este derecho humano comprende la accesibilidad, disponibilidad, uso y estabilidad en el suministro de alimentos adecuados”. En concomitancia, en el artículo 12 se afirma que “Los niños y niñas tienen derecho a una alimentación y nutrición adecuadas a su edad que le permitan crecer y desarrollarse” y que “toda persona que padece hambre o desnutrición, o se encuentra en situación de riesgo de padecer hambre o desnutrición, tiene el derecho a recibir una cantidad mínima de alimentos necesarios conforme a su edad, sexo, condición de salud y ocupación”. Derecho a una alimentación adecuada en la infancia- UCA-2015 Tanto la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de 1948, como la Convención sobre los Derechos del Niño hacen referencia al derecho a la alimentación infantil, en tanto que los niños y niñas tienen derecho a cuidados y asistencia especial. Entonces, para garantizar la aplicación de este derecho, los Estados Partes deben adoptar medidas tendientes a combatir las enfermedades y la malnutrición; asegurar que todos los sectores de la sociedad, con especial foco en los niños, niñas y sus familias, conozcan los principios básicos de la salud y la nutrición infantil, tengan acceso a la educación pertinente y reciban apoyo y acompañamiento que permitan la efectiva aplicación de esos conocimientos. En lo que compete al Nivel Inicial, la promoción y el mantenimiento de la salud de los niños es una responsabilidad que los docentes comparten con las familias . Cabe hacer también hacer notar a quienes se encuentran en sectores de poder y decisión la responsabilidad política y ética de sus acciones en torno a la problemática planteada y la posibilidad concreta de realizar dichas acciones.. En consecuencia, es esencial que la escuela asuma, dentro de sus posibilidades, compromisos respecto a la enseñanza, promoción y concientización sobre la temática alimentaria. El motivo de esta investigación toma como punto de partida las distintas trayectorias personales como estudiantes del profesorado en las cuales se tuvo acceso a observar lo que se consume como colación en las salas del jardín de infantes y la posibilidad de pensar cómo influye esto en la vida de los chicos y chicas, en sus dimensiones cognitivas, educativas, culturales, de modo tal que se pueda influir y ampliar sobre sus horizontes de futuro. Consideramos necesario generar propuestas que permitan posibilitar cambios en los hábitos alimentarios de los niños y niñas. Ampliar sus opciones de colaciones, de tal modo que influya en su desarrollo cognitivo, emocional, social y cultural. Las posibilidades de acceder a conocer otros sabores, texturas, etc. Consolidar habitos saludables. Tomar conciencia de la real importancia de la nutrición como factor que influye en todos los aspectos del desarrollo de lxs niñxs. Es necesario también hacer notar a quienes se encuentran en sectores de poder y decisión la responsabilidad política y ética de sus acciones en torno a a la problemática planteada y la posibilidad concreta de realizar dichas acciones. nos preguntamos: ¿por qué se consume lo que se consume en el jardín? ¿De quién depende, quien lo decide? ¿Hay alguna pauta a seguir para ofrecer las colaciones? Estas preguntas de algún modo guiaran la cuestión que tiene relación con la “naturaleza “de lo que se come en el Nivel Inicial, y de este modo poder cotejarlo con las pautas que se presentan desde las distintas esferas educativas y su consecuente responsabilidad. Los aportes que esperamos realizar con los resultados de la investigación tendrá como disparador poder considerar otros tipos de colaciones para un mejor desarrollo cognitivo de los niños y que se entienda la necesidad de incorporar hábitos alimenticios que beneficien la nutrición. JUSTIFICACION Que motivó la elección de este tema? Lo que motivo la elección del tema surgió a través de observar en distintos ámbitos escolares, las colaciones a las que acceden lxs niñxs en los jardines y la posibilidad de pensar cómo influye esto en la vida de lxs chicxs, en todas sus dimensiones, cognitivas educativas, culturales, de modo tal que se pueda influir y ampliar … Considerar a la alimentación como un aspecto importante aunque muy soslayado, con posibilidades de ser incorporado y ampliado como acervo cultural y alimentario de lxs niñxs. POR QUE ES NECESARIO LLEVAR ADELANTE ESTA INVESTIGACION? Porque consideramos necesario cambiar los hábitos alimentarios de lxs niñxs. Ampliar sus opciones de colaciones, de tal modo que influya en su desarrollo cognitivo, emocional, social y cultural. Las posibilidades de acceder a conocer otros sabores, texturas, etc. Consolidar habitos saludables. Tomar conciencia de la real importancia de la nutrición como factor que influye en todos los aspectos del desarrollo de lxs niñxs. Es necesario también hacer notar a quienes se encuentran en sectores de poder y decisión la responsabilidad política y ética de sus acciones en torno a a la problemática planteada y la psoiblilidad concreta de realizar dischas acciones. Derecho a una alimentación adecuada en la infancia- uca La nutrición es el proceso que incluye un conjunto de funciones cuya finalidad primaria es proveer al organismo de energía y nutrientes necesarios para mantener la vida, promover el crecimiento y reemplazar las pérdidas. Desde un punto de vista biológico, se puede concluir que existe una sola ley de la alimentación: “La alimentación debe ser SUFICIENTE, COMPLETA, ARMÓNICA y ADECUADA”. La omisión o baja calidad del desayuno es el hábito alimentario incorrecto más frecuente en los escolares que repercute directamente en la calidad de la alimentación, el desempeño escolar y el rendimiento físico. Saltear el desayuno o no desayunar, habitualmente, tiene efectos perjudiciales en la capacidad cognitiva y el rendimiento físico de los niños/as (preescolares y escolares) y adolescentes. El desayuno provee de la glucosa necesaria para el normal funcionamiento del cerebro, cuya demanda de energía es elevada. Además, un desayuno adecuado aporta nutrientes que cumplen un rol importante en el proceso cognitivo, como hierro (cuya deficiencia se vincula con algunos tests de memoria y atención visual), zinc (que interviene en la regulación y conducción de los neurotransmisores) y vitaminas B1 y B6 (que actúan en la conducción nerviosa y en la síntesis de neurotransmisores). Otros nutrientes que aporta el desayuno y que contribuyen a mejorar el desempeño escolar son las vitaminas A y C. La primera por su rol protector en infecciones a repetición, que son causa de ausentismo escolar y la segunda por ser un factor facilitador de la absorción de hierro. La ingesta deficiente de cada uno de ellos y/o del conjunto afecta el proceso de aprendizaje. En las horas de sueño disminuyen las concentraciones de insulina y de algunos neurotransmisores. Una vez iniciado el día, un desayuno prolongado encuentra al sistema nervioso no adaptado aún para utilizar sustratos energéticos alternativos; lo que termina afectando algunos procesos mentales y la realización de actividad física6. El desayuno es una excelente oportunidad para el consumo de lácteos. Los lácteos son fuente de proteínas completas, calcio y vitaminas A y D. El consumo óptimo en esta etapa vital es consumir en cada desayuno un lácteo puro. Recomendaciones para niños/as mayores de 2 años de edad: • Comer verduras y frutas diariamente, y limitar el consumo de jugo. • Utilizar aceites vegetales y margarina soft-light, que son bajas en grasas saturadas y ácidos grasos trans, en lugar de manteca o de la mayoría de las grasas de origen animal. • Comer panes y cereales integrales en lugar de refinados. • Reducir la ingesta de alimentos y bebidas azucaradas. • Consumir leche descremada o leche y productos lácteos reducidos en grasas diariamente. • Comer más pescado, especialmente pescado graso, a la parrilla o al horno. • Reducir el consumo de sal, incluyendo la sal de los alimentos procesados**. La Dirección Nacional de Maternidad e Infancia del Ministerio de Salud de la Nación afirma que una alimentación equilibrada y adecuada se logra incluyendo y combinando alimentos de los seis grupos básicos propuestos en Las Guías Alimentarias para la Población Argentina VER PDF; ya que, sólo en conjunto, pueden proporcionar la energía y los nutrientes que el cuerpo humano necesita para crecer, desarrollarse y funcionar. Qué alimentos ofrecer a niños/as y adolescentes? 1. Cereales (arroz, avena, cebada, maíz, trigo), sus DERIVADOS (harinas y productos elaborados con ellas: fideos, pan, galletas, etc.) y LEGUMBRES SECAS (arvejas, garbanzos, lentejas, porotos, soja): son fuente principal de hidratos de carbono y de fibra. 2. Verduras y frutas: son fuente principal de vitaminas (C, A y otras), de fibra y de minerales (como potasio, magnesio, etc.). 3. Leche, yogur y queso: aportan proteínas de alto valor (completas) y son fuente principal de calcio y vitaminas (A y D). 4. Carnes y huevos: aportan las mejores proteínas y son fuente principal de hierro. Este grupo incluye a todas las carnes comestibles (de animales, aves de crianza o de caza y pescados y frutos de mar) y a los huevos de todas las aves. Además, incluye las vísceras, hígado, mondongo y corazón. 5. Aceites, frutas secas, semillas y grasas: son fuente principal de energía y de vitamina E. Los aceites (junto con las frutas secas y las semillas) son indispensables para la vida, la grasa de origen animal no lo es. 6. Azúcar y dulces: dan energía y son agradables por su sabor, pero no ofrecen sustancias nutritivas indispensables. Se consideran alimentos complementarios, es decir que completan al resto. Se recomienda variar los alimentos que se eligen en cada grupo y ofrecerlos en preparaciones, formas y consistencias variadas. El agua, una sustancia indispensable para el organismo, es fuente de minerales esenciales (como calcio y magnesio) y no aporta energía. Las necesidades de líquidos varían en el ser humano en función de un gran número de factores. La edad, la composición corporal, los niveles de transpiración (afectados por la temperatura, ejercicio —tipo, intensidad, duración—, etc.), los hábitos alimentarios, además de otros factores individuales y ambientales. Debido a esta gran variabilidad interindividual, es difícil proponer recomendaciones para la población en general. Sin embargo, tanto organismos internacionales (Organización Mundial de la Salud) como instituciones de salud de diversos países han realizado esfuerzos para emitir recomendaciones de consumo de agua a nivel poblacional El gran desafío del derecho a la nutrición: En los últimos años el concepto de “panza llena corazón contento” debió reformularse, prestando mayor atención a la calidad de la ingesta desde su contenido de nutrientes, y evitando la sobre- alimentación pensando en la adecuación del balance de energía. Es necesario aclarar, que el balance de energía se refiere a la ecuación que se produce entre la ingesta de alimentos, y el gasto de energía, determinado por condiciones biológicas más, los niveles de actividad física y sedentarismo. Varios son los aspectos que preocupan a la ciencia y que forman parte de las múltiples causas que conducen a la obesidad, entre los que se encuentran: una mayor accesibilidad a alimentos, bajo condiciones de vida de mayor comodidad y sedentarismo, numerosas barreras existentes que dificultan a los programas de prevención favorecer cambios alimentarios o de conducta; y condiciones de vida desfavorables que conducen a elecciones menos saludables, entre otros. Sobre quién recae la responsabilidad de proveer una adecuada nutrición y concluye, que las personas tienen cierta responsabilidad individual para con su salud, pero es el ambiente en el que se encuentra un sujeto, el que podría generar las condiciones para impulsar o desalentar la capacidad de las personas para actuar en su propio beneficio. Cada vez hay mayor tendencia desde los sectores de salud pública a comprender que las oportunidades de interactuar con un entorno más saludable y beneficiarse de él, no dependen exclusivamente de las familias, sino de las condiciones de vida. Algunas familias están expuestas a dietas de menor calidad nutricional, mayor densidad calórica, y a su vez, cuentan con un menor número de herramientas para modificar esta situación y producir un cambio positivo. El derecho de algunos implica la obligación de otros y en este caso, somos los científicos, académicos, educadores, gobiernos, e industria quienes tenemos la ineludible responsabilidad de llevar a cabo las acciones que garanticen el derecho a una alimentación sana, segura y sustentable, especialmente en los grupos socialmente vulnerables. Proponerse a nivel de políticas públicas, y que sería esperable sean dirigidas a sectores como escuelas, productores o vendedores de alimentos, o simplemente, individuos. Algunos ejemplos: . Generar medidas que contribuyan a disminuir el costo de los alimentos más sanos, de mayor calidad nutricional y menor densidad de energía como por ejemplo frutas y vegetales. • Proveer alimentos más saludables a niños pequeños en escuelas o guarderías. • Desarrollar programas de educación nutricional que favorezcan el conocimiento sobre la salud, la nutrición y la composición de los alimentos. • Construir estándares de alimentación saludable en escuelas y hacerlo bajo evidencia científica. • Rediseñar puntos de venta de determinados alimentos para favorecer su acceso y provocar una mayor disponibilidad de los mismos. • Realizar acciones de marketing social de hábitos saludables y considerar la utilización de mensajes no tradicionales de tipo motivacionales especialmente en niños y adolescentes. La calidad de la dieta infantil y los entornos alimentarios: La conformación de hábitos alimentarios poco saludables en la infancia y el inicio temprano de obesidad es una tendencia preocupante en la Argentina contemporánea. Datos recientes sitúan la prevalencia de sobrepeso en niños pequeños en el orden del 40% y un escenario de dieta infantil monótona y con exceso de calorías de baja calidad nutricional: bajos consumos de hortalizas, frutas, granos, legumbres y cereales de buena calidad e insuficiente aporte de leche y yogur. Los patrones poco saludables de la dieta infantil atraviesan a hogares de diferentes niveles sociales pero se profundizan en los más pobres. El acceso a una dieta saludable está relacionado con el costo y con la disponibilidad regular y suficiente de buenos alimentos. En valores corrientes, el valor de una canasta saludable de alimentos infantil excede, prácticamente el doble del monto de la asignación universal por hijo. Ingresos familiares que no alcanzan para cubrir esos valores, hábitos y gustos alimentarios que no se educan suficientemente en los momentos más estratégicos (los primeros años de vida y luego, la escuela) y planes alimentarios que no suponen un salto cualitativo de dieta conforman una barrera al derecho que le asiste a todos los niños a comer saludable en entornos sanos. Alimentos consumidos en Argentina. Resultados de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud – ENNyS 2005. Consumo de alimentos de niños de 2 a 5 años. Se observa gran similitud en el listado de los 20 alimentos más consumidos de los gru-pos de niños de 6 a 23 meses (ver paginas 7-17) y de 2 a 5 años, denotando que no existen cambios muy marcados en los patrones de selección de alimentos de los niños preescolares. El consumo de leche sin fortificación con hierro sigue siendo altamente reportado ya que hubo un 78% de los niños que la incluyó en su ingesta (leche de vaca entera fluida con vitaminas A y D, más leche de vaca entera fluida y leche en polvo entera), que en comparación con el grupo de niños de menos de 2 años presentó una media de consumo ligeramente inferior. El consumo de leche fortificada con hierro (en polvo o fluida) fue menor que el de leches sin fortificar con hierro (11%). Un aumento notorio es el del consumo de gaseosas, que aumenta de un 21% en los niños de 6 a 23 meses a 35% en los niños de 2 a 5 años. No se observan frutas dentro de los 20 alimentos más consumidos, siendo la banana la fruta que es consumida en mayor cantidad por un 16% de los niños seguida por la mandarina que fue consumida por un 9% de los niños. La Alimentación Escolar como Oportunidad de Aprendizaje infantil OCTUBRE 2012 (Perú) La Alimentación comprende una serie de procesos voluntarios, desde la producción hasta la ingesta del alimento. En tanto que, la Nutrición se refiere a la parte más biológica e inconsciente del aprovechamiento de los nutrientes ingeridos con los alimentos. No obstante, este aprovechamiento requiere de condiciones de salud adecuadas del individuo. Cuando se logra que la salud del individuo sea buena y su alimentación también, entonces se habrá alcanzado la seguridad alimentaria y nutricional: Persona con buena nutrición. Guías alimentarias para la población infantil. Febrero 2010 (Argentina) Más tarde en la edad prescolar, los niños y niñas constituyen un grupo de difícil acceso para los programas de salud y nutrición. Por otra parte es justamente en este momento cuando se definen los hábitos de alimentación y se siembra la semilla de muchas enfermedades crónicas no transmisibles del adulto. Cuando en esta etapa se producen deficiencias prolongadas de nutrientes, estas pueden afectar negativamente el tamaño corporal y el nivel intelectual. En nuestro país coexisten los dos extremos de la malnutrición: la desnutrición y la obesidad. La desnutrición que prevalece es la de tipo crónico: aquella que se manifiesta con un retardo del crecimiento de la talla con respecto a la edad y que refleja un proceso lento en el que confluyen múltiples factores ligados al ambiente en el que vive el niño desde su concepción. El sobrepeso y la obesidad son problemáticas de prevalencia creciente en los niños de nuestro país, que aparecen cada vez más en edades más tempranas. Nutrición, desarrollo y aprendizaje. Abril de 2004, vol.1 UNICEF La mala alimentación causa una gran cantidad de problemas en los niños y las niñas: retraso de crecimiento en talla, retardo del desarrollo, debilitamiento de defensas ante infecciones y, en los casos más graves, hasta la muerte. Sus efectos son más graves en los primeros años de la vida debido a la mayor necesidad de calorías y nutrientes y porque ésa es una etapa de rápido crecimiento del organismo. La desnutrición puede ser un problema temporario de salud o tener otras consecuencias que repercuten en aspectos tales como menor capacidad física, dificultades para apre n d e r, bajo rendimiento escolar y, por lo tanto –y ésta es su consecuencia más importante–, influir negativamente en las oportunidades socioeconómicas que ese niño o niña tendrá en la edad adulta. Si el daño es lo suficientemente temprano, intenso y prolongado, estos niños quizá no llegarán a desplegar todo su potencial intelectual. Esta insuficiencia podrá relegarlos a situaciones de postergación y abandono, las que a su vez condicionarán la perpetuación de la desventaja. Que una madre (familias) tenga dificultades para comprender la palabra escrita puede, entre otras cosas, afectar el estado nutricional de los niños y las niñas, registrándose cuadros tanto de desnutrición aguda como de sobrepeso por alimentación mal equilibrada, generalmente con preponderancia de harinas y/o grasas. Con frecuencia, esta situación aparece acompañada de anemias nutricionales u otras carencias específicas de nutrientes. Otra de las consecuencias que se observa frecuentemente en la niñez es un retraso en el crecimiento en talla, en ocasiones acompañado de sobrepeso. Este sobrepeso constituye la otra cara de la pobreza, dado que las harinas y las grasas son los principales constituyentes de la alimentación de las familias con escasos recursos, a lo que se suma un bajo aporte de frutas y verduras crudas, fuentes importantes de vitaminas y micronutrientes. La educación de las niñas tiene un efecto en cascada, acumulándose progresivamente de generación en generación. Las mujeres que han recibido educación tienen más posibilidades de tener hijos sanos y con buena promoción del desarrollo, quienes a su vez tienen mejores posibilidades de aprendizaje. Concepto de crecimiento: es el aumento progresivo de tamaño corporal. Se logra por un proceso inicial de multiplicación celular; más tarde, el aumento del tamaño de cada célula determina un incremento progresivo en el tamaño y la masa corporal, que finaliza poco después de haber alcanzado la madurez sexual. Existen determinantes genéticos –que regulan– y ambientales –que pueden modificar– el crecimiento. El período de crecimiento más rápido se produce durante la etapa fetal. Concepto de desarrollo infantil: Se define el desarrollo como un proceso de cambio que acompaña todo el ciclo vital. Implica las transformaciones que comienzan a estructurarse desde el nacimiento y que progresivamente “permiten a las personas abordar con mayor eficiencia los problemas de la vida cotidiana” (Rogoff, 1993). Durante todo el ciclo vital aparecen cambios evolutivos que caracterizan períodos particulares, generalmente denominados infancia, adolescencia, adultez y senectud. En cada período es posible observar la aparición de determinadas manifestaciones que expresan una organización particular, que tiene su soporte en las anteriores, pero que resulta cualitativamente original, tanto de las que la preceden como de las que la siguen. El desarrollo psicológico durante los primeros años de vida generalmente se estudia a través de manifestaciones que se diferencian de manera más o menos arbitraria, porque no es posible abordarlo en su conjunto. Entre esas manifestaciones se encuentran las referidas a: • Evolución de la psicomotricidad; • Construcción de la inteligencia; • Adquisición del lenguaje; • Competencia social, que incluye la incorporación de las normas y valores de una cultura determinada. El vínculo madre-hijo, la estimulación oportuna, el alimento y la información que intercambia con los otros seres humanos y con los objetos que lo rodean constituyen los principales estímulos de este desarrollo. El bajo nivel educacional de la madre, los problemas de salud que ella padezca, el escaso tiempo dedicado al niño por falta de posibilidades económicas o por no conocer la importancia de una mayor dedicación a la crianza de sus hijos, la falta de narración de cuentos y de canciones infantiles compartidas, la desnutrición prolongada son todos factores que se asocian con alteraciones en el desarrollo. Los cuidados que se brinden a los niños y las niñas mediante una correcta lactancia materna, una alimentación adecuada, controles de salud, higiene, el amor y el empeño materno en general, son fundamentales para asegurar un buen crecimiento. Si no se corrige, esta situación de infancia vivida en desventaja lleva a un menor desarrollo cultural y social del hombre en la adultez y va a influir en sus oportunidades vitales y laborales y en la calidad del ambiente que puede llegar a construir para sus hijos, perpetuando así el círculo de la pobreza. Crecimiento, desarrollo y nutrición Si la mujer embarazada no se alimenta adecuadamente, si come menos de lo recomendado, puede afectar el crecimiento del bebé y nacer éste con bajo peso. Las infecciones comunes durante los primeros años de vida también afectan el crecimiento del niño, especialmente si no recibe tratamiento oportuno y alimentación frecuente. Son una causa muy común de desnutrición. En casi todas las sociedades, las madres son las proveedoras de atención. Sin embargo, esta responsabilidad no está reservada únicamente a las madres: los padres, los abuelos, otros miembros adultos de la familia, miembros de la comunidad proporcionan atención a los niños. A los que llevan a cabo estas prácticas se los denomina, en forma general, dadores de cuidados. Un aspecto de gran importancia para el cuidado del niño pequeño es el adecuado vínculo madre-hijo o relación entre el niño pequeño y el dador de cuidados. En esta relación, que a su vez depende de varias circunstancias, intervienen prácticas de crianza, como la capacidad de satisfacer las demandas de cuidado, alimentación y estímulo que necesita un ser humano para desarrollar todo su potencial, lo que lo llevará a ser un adulto pleno. Estas prácticas, que son las que dispensan las personas en el hogar, transforman la seguridad alimentaria y nutricional y los recursos sanitarios en crecimiento y desarrollo del niño. Éstas incluyen entre otras: 1. atención destinada a las mujeres, incluida la dirigida a las mujeres embarazadas y en período de lactancia; 2. lactancia materna exclusiva hasta los seis meses y alimentación complementaria oportuna; 3. atención psicosocial (caricias, palabras, canciones, juegos, etcétera); 4. preparación adecuada de los alimentos; 5. higiene; 6. prácticas de atención de la salud en el hogar. La alimentación es uno de los derechos del hombre. Como tal, debe garantizarse no sólo debido a que su aporte adecuado garantiza la vida: la alimentación cumple una función fundante en la socialización y en la construcción de significados sobre la vida y el mundo. A lo largo de la evolución de la especie humana, la preparación y el consumo de alimentos ha tenido diversas connotaciones: desde lo imprescindible para vivir hasta lo ritual, desde lo placentero a lo terapéutico, desde el festejo de una fecha importante hasta la ostentación de riquezas. Al compartir la mesa con el resto de la familia, el niño encuentra otro espacio para comunicarse, disfrutar de compañía y dar y recibir cariño. Luego, al comenzar a ayudar a disponer la mesa y a preparar los alimentos, va incorporando valores tan importantes como la creatividad, la solidaridad, la cooperación y la pertenencia a un grupo. Problemas nutricionales en la Argentina Los problemas nutricionales más frecuentes en los niños argentinos son: • Retardo del crecimiento en talla, que persiste como problema importante en algunas regiones del país; • Sobrepeso infantil –tanto en zonas de pobreza como en las no pobres–, que emerge como indicador de una nueva patología con implicancias para la salud a largo plazo; Carencias de nutrientes específicos (hierro, zinc, vitamina A). Estas carencias influyen, entre otras cosas, en la capacidad de aprender, pero no son visibles, no se pueden observar; por eso, este problema se denomina desnutrición oculta. El período de mayor riesgo abarca la etapa prenatal y los dos primeros años de vida (período vulnerable). Si durante el transcurso de este período la carencia nutricional se sufre por un breve tiempo, seguramente no afectará en el futuro el aprendizaje del niño. En cambio, si es prolongada, hay más probabilidades de que quede algún tipo de secuela en el área cognitiva. Se ha demostrado que la falta de un sólo nutriente, pero de vital importancia como es el hierro, durante este período vulnerable, puede causar diversas alteraciones en el aprendizaje. Durante esta etapa, otros nutrientes como los ácidos grasos esenciales, el ácido fólico, la vitamina A, el zinc, etc., también se necesitan para un desarrollo cerebral óptimo. Carencias nutricionales durante la etapa escolar Cuando se evalúa el rendimiento escolar de un niño, generalmente se consideran tres circunstancias: • La calidad de la enseñanza; • El hogar y la comunidad de donde proviene el niño; • Las características específicas del niño. Sin embargo, es importante que se incluya en este análisis si el niño y la niña están bien alimentados, dado que algunas deficiencias nutricionales sufridas durante el período escolar pueden causar dificultades en el aprendizaje. La calidad y la cantidad de alimentos que reciben los niños y las niñas durante esta etapa tienen una relación directa con el rendimiento escolar. También situaciones puntuales como el hambre pasajera o el ayuno en el ámbito escolar pueden causar dificultades en el aprendizaje. La calidad y cantidad de alimentos que ingieren pueden llegar a causar desde un cuadro de desnutrición evidente hasta un cuadro inadvertido, difícil de reconocer, por ejemplo, cuando existe anemia por carencia de hierro. Signos de alarma en el aula Durante el período escolar, los niños y las niñas con carencias nutricionales pueden tener un bajo rendimiento en la escuela y suelen presentar uno o varios de los siguientes signos: • Actitudes pasivas en el aula; • Apatía, falta de integración durante los juegos escolares; • Reducción de la duración de la atención y de la memoria; • Disminución de la capacidad de integración sensorial; • Inasistencias por problemas de salud recurrentes (anginas, otitis, fiebre, etcétera). Si bien las carencias pueden causar dificultades en el aprendizaje, si ocurren durante esta etapa no van a implicar un daño irreversible en el nivel del sistema nervioso central, ya que si este estado de hambre pasajera o desnutrición es corregido, mejoran las funciones cerebrales y, por lo tanto, el rendimiento escolar. Los niños que llegan con hambre a la escuela disminuyen su rendimiento, no por un desarrollo intelectual insuficiente sino por fallas en el proceso de atención debido a un bajo nivel de azúcar en sangre producido por el ayuno prolongado (el término desayuno, precisamente, significa interrumpir el ayuno). La dispersión en clase y la apatía se corrigen –simplemente– sacándolos del ayuno. Conceptos básicos sobre el sistema nervioso central La neurona es la célula básica de nuestro sistema nervioso central. Presenta un cuerpo con su núcleo celular y dos tipos de prolongaciones: una prolongación con ramificaciones más profusas, que son las que reciben los estímulos, llamadas dendritas, y una prolongación distal, llamada axón. Este axón puede tener prolongaciones laterales que terminan haciendo conexiones con las dendritas de otras neuronas. Las dendritas reciben el mensaje sensorial y lo introducen en el cuerpo de la neurona. Allí se procesa el mensaje y, una vez que esto sucede, éste es desplazado a través del axón, el que se conecta con la siguiente neurona. Sustancias mediadoras: Los mediadores químicos entre neurona y neurona se conocen como neurotransmisores. Existen numerosas sustancias orgánicas responsables de tal función. Propiedades: Las neuronas son capaces de responder a estímulos, elaborar, conducir y transmitir la información generada. Este proceso se realiza a través de redes de neuronas que se agrupan formando circuitos que transmiten los impulsos nerviosos con una organización y un sentido determinados. La estructura de cada una de estas redes neuronales y el mecanismo de transmisión que se produce entre una neurona y la siguiente (tipo de neurotransmisor, gradiente eléctrico generado, característica de unión pre y pos sináptica, etc.) es la base fisiológica de los procesos mentales, y resulta responsable tanto de acciones –como el movimiento corporal– como de los procesos de percepción, aprendizaje y comportamiento del ser humano. Para que un estímulo sensorial (un sonido, una luz) sea percibido, cada neurona se conecta con, por lo menos, otras 30.000 neuronas para trabajar en conjunto. Plasticidad neuronal: Se denomina plasticidad neuronal a la posibilidad que presentan las neuronas de modificar la forma de conectarse entre sí. Esto se traduce en cambios duraderos en la estructura y en la función, y de ellos depende la eficacia de funcionamiento neuronal. Este fenómeno de plasticidad es sumamente importante durante las primeras etapas del desarrollo de un individuo, pero aun en etapas posteriores la plasticidad está presente, desconociéndose hasta el momento sus alcances. Actualmente, se sabe que cuando un ser humano toma contacto con un ambiente rico en estímulos, cuando aprende una tarea nueva o incluso cuando la fuente del estímulo es interna (por ejemplo, hormonal) el cerebro produce cambios plásticos que se pueden observar expresados en el comportamiento humano. Es por eso que los fenómenos de plasticidad neuronal son fundamentales, sobre todo, durante las etapas iniciales de la vida. Actualmente, se sabe que cuando un ser humano toma contacto con un ambiente rico en estímulos, cuando aprende una tarea nueva o incluso cuando la fuente del estímulo es interna (por ejemplo, hormonal) el cerebro produce cambios plásticos que se pueden observar expresados en el comportamiento humano. Es por eso que los fenómenos de plasticidad neuronal son fundamentales, sobre todo, durante las etapas iniciales de la vida. En todas las especies, durante el período en que se producen el desarrollo y el crecimiento del sistema nervioso central existe una alta sensibilidad a las influencias nutricionales. Para el ser humano se ha establecido un período que abarca principalmente los tres últimos meses de vida intrauterina y los dos primeros años de vida posnatal. Está demostrado que en el ser humano las carencias nutricionales que se produzcan durante esta etapa pueden causar alteraciones en la estructura o en la función cerebral, dejando secuelas transitorias o permanentes en el niño que sufrió tales carencias.