La Imagen de la Música como Raíz de lo Festivo en las Artes Utiles de la Nueva España Evguenia Roubina Por: Salas Ariza Juan CM: 22037006 Evguenia Roubina, violonchelista e investigadora mexicana de origen bielorruso. Desde 1990 formó parte de la Orquesta Sinfónica Nacional de Mexico donde vive. Hizo sus estudios de doctorado en el Conservatorio Estatal de San Petersburgo Rimsky-Korsakov en el campo de Historia, Teoría y Metodología de la Interpretación Musical, y obtuvo el título de Doctora de Filosofía en Ciencias del Arte. En los años 2004 a 2006 fue la primera coordinadora del Programa de Maestría y Doctorado en Música de la Universidad Nacional Autónoma de México. Actualmente es Profesora Titular de Carrera de la Escuela Nacional de Música (UNAM), miembro del Sistema Nacional de Investigadores (II nivel), miembro fundador de la Academia Mexicana de Ciencias, Artes, Tecnología y Humanidades y miembro regular de la Academia Mexicana de Ciencias. Como investigadora enfoca su interés hacia el estudio de la música virreinal, iconografía musical, teoría y metodología de la interpretación musical. La practica musical es un elemento presente en la vida de todo grupo humano, y su estudio histórico constituye un desafío constante debido a su naturaleza efímera. Una ves expuesta esta se extingue, y solo volverá a la vida en una nueva interpretación. Solo a partir de la invención del registro fonográfico (fines del siglo XIX) se obtiene con este, una herramienta que nos acerca en algo a este tipo de producciones. Pues hasta antes de tener estas herramientas, el instrumento de registro fue la escritura musical occidental; con sus limitaciones de difusión y de registro de detalles, nos acerca a la creación musical de los artistas de siglos precedentes. Si bien la notación musical ya existía desde antes del siglo XVI; este era aun un conocimiento no muy difundido. Mucho mas si nos centramos en los territorios de las colonias de España en America y el desarrollo de los usos musicales de sus sociedades. Por esto, el estudio de la iconografía presente en la producción artística de estos territorios nos puede servir como una ventana a la vida de estas comunidades. La doctora Roubina nos presenta en este escrito, algunas consideraciones sobre el estudio de la presencia de iconografía musical en lo que se llamo antes artes menores o industriales en el virreinato de Nueva España. Tratado por primera vez por Manuel Romero Terreros cuya publicación del año 1923 Las Artes Industriales en la Nueva España, reúne mas de la mitad de artículos que publicó previamente sobre el tema; que también es tocado en Arte Colonial de Mexico (1948) de Manuel Toussaint. Pero es Rosario Alvarez quien propone sistematizar la presencia de la iconografía musical renacentista y barroca de Latinoamérica, valorando no solo la información sobre las “múltiples facetas de la música” que obtenemos de estos estudios; también estas nos entregan panoramas sobre las costumbres y actividades comunes al rededor de la practica musical. Y los matices de acuerdo a los grupos sociales presentes en estas. Nos habla también de la dificultad que resulta en comprobar la conexión de las representaciones iconografías con la practica real. Estos son tiempos donde el arte europeo en todas sus variantes, ocupa un lugar privilegiado y era considerado superior a su símil criollo, menos aun indígena. Dejándonos una muy limitada representación de cualquier manifestación o practica disidente del canon permitido. Son pues en representaciones de festejos, conmemoraciones y también de actividades que podríamos catalogar como de ocio; que aparecen plasmadas en piezas de pintura profana como: bodegones, pinturas de casta, conmemorativas, biombos y también en piezas de uso domestico, como muebles, baúles, relicarios, loza, bateas etc. Es en estos últimos, donde comienzan a aparecer plasmados algunas escenas únicas, que ilustran parte de momentos memorables para los habitantes del virreinato. Gracias a estos objetos, se tiene un panorama más amplio y fuera de las disposiciones formales, de los modos en que la sociedad novohispana encaraba estas celebraciones. Ya sean fijas en el calendario (Soleres) cómo las pertenecientes al calendario católico o eventuales o Repentinas, como el nacimiento de un príncipe o la coronación de un nuevo rey. Estas piezas suelen ser el perfecto depositario de imágenes de los modos de celebración, donde la practica y el disfrute de la música esta siempre presente. Y no solo de fiestas y acontecimientos conmemorativos si no también de cómo o dónde la practica musical se hacia presente para los habitantes de estos territorios. Es acá donde se hace notar que en muchas piezas mayores como biombos, las imágenes de músicos o grupos musicales acompaña escenas idílicas, donde se puede leer escenas de convivencia casi perfecta de españoles, criollos, mestizos ya hasta indígenas. Todos ocupando un lugar y función determinada por su casta pero en perfecta armonía. ¿Es pues la música un elemento de conexión transversal entre grupos sociales? al parecer eso se quiso ilustrar en estas piezas. Para la sistematización de evidencias en el estudio de la iconografía musical, la doctora Roubina plantea el abordaje desde distintas perspectivas. Una organológica, que nos permita apreciar la morfología de los instrumentos, su evolución, posibles mestizajes o hibridaciones, modos de ejecución etc. Otra Musicológica, que dé pistas sobre todos los aspectos de la practica musical. Una mirada antropológica, que ayude a entender cómo la practica musical contribuye a la formación de la identidad social y cultural de este grupo humano. Y por ultimo consideraciones teológicas filosóficas; donde podamos profundizar en los significados que adquiere la representación musical en los textos visuales. Un ejemplo que encontramos en el texto sobre un enfoque de estudio organológico/ antropológico, es el que hace mención sobre un armario con una laca sobre madera, ubicado en el museo Franz Meyer. Esta representado un conjunto musical u orquesta y la autora nos entrega una tabla donde vemos listados los músicos que aparecen con sus respectivos instrumentos, cantidad y distribución por genero. Así pues tenemos una idea de cómo se organizaban estos conjuntos en numero y tipo de instrumentos pero también podemos ver que instrumentos que tradicionalmente se podrían entender como de ejecución masculina son indistintamente ejecutados por mujeres. La autora finaliza justificando la importancia de estos estudios y de su método propuesto en particular. El uso de distintos enfoques para analizar una misma pieza nos dará profundidad y la oportunidad hasta de rebasar aun el interés original del autor: “conocer la obra mas que el propio creador” Y por ultimo deja claro que estos son unos primeros pasos en un área aun basta y en espera de mayores y más profundos esfuerzos.