RESUMEN DE GESTIÓN SOCIAL EN ÁMBITOS PÚBLICOS UNIDAD Nº 1 Magdalena Chiara y María Mercedes Di Virgilio: “Conceptualizando la gestión social” 1. Entre los programas sociales y la política social Aunque política y programa son conceptos relacionados, en la práctica tienen distintos modos de construir el problema de la gestión de la política social. Por política pública se entiende al conjunto de tomas de posición del Estado frente a una cuestión que concita la atención, interés y movilización de otros actores de la sociedad civil. Con toma de posición se refiere tanto a la acción como a la omisión de actores sobre una determinada cuestión. La política social es objeto de un proceso social y político que configura un campo de disputa. Programa y proyecto son conceptos relacionados que aluden a distintos niveles de organización en la cascada de planificación. Un proyecto tiene un conjunto de actividades interrelacionadas y coordinadas con el fin de alcanzar objetivos específicos dentro de los límites de un presupuesto y un periodo de tiempo dados. Un programa es un conjunto de proyectos que persiguen los mismos objetivos. Establece las prioridades de intervención, definiendo el marco institucional y asignando los recursos que van a utilizar. Una política pública se orientan hacia cuestiones socialmente problematizadas, la acción es producto de las tomas de posición, y los actores son los organismos gubernamentales y de la sociedad involucrados en la cuestión, cuyos intereses están comprometidos directa o indirectamente. Un programa busca resolver un problema definido a partir de un diagnostico expresado en sus objetivos, la acción se subordina a la racionalidad de su diseño, y los actores son organismos comprometidos en la gestión del programa y la población beneficiaria. Cuestión: asuntos (necesidades, demandas) socialmente problematizadas. Toda cuestión atraviesa un ciclo vital que se extiende desde su problematización social hacia su resolución. A lo largo de este proceso, diferentes actores afectados positiva o negativamente por el surgimiento y desarrollo de la cuestión, toman posición y tienden a modificar el mapa de relaciones sociales y el universo de problemas que son objeto de consideración en la arena política en un momento determinado. Agenda de gobierno: el conjunto de problemas, demandas, cuestiones, asuntos, que los gobernantes han seleccionado y ordenado como objetos sobre los que han decidido que deben actuar. El concepto de gestión permite establecer conexiones entre los conceptos de “política social” y “programa social”, ya que cuando se habla de gestión de la política social, se esta hablando también de programas en acto. 2. Aproximando una definición La gestión de la política social ha tendido en las décadas pasadas su reducida a una “cuestión técnica”, centrada en la evaluación y gerenciamiento de “programas”, éstos marcaron el modo de concebir la gestión. El concepto de gestión tiene dos puntos de partida: - No hay políticas por encima y por fuera de la dinámica general de la sociedad No hay políticas por fuera de las interacciones que se generan en el curso de su diseño e implementación. La gestión es vista como un espacio privilegiado de reproducción y/o transformación de la política social a través de los actores que juegan allí sus apuestas estratégicas, la gestión opera como espacio de mediación entre os procesos macro y la vida cotidiana de la población. Concebimos la gestión desde la integración de dos perspectivas: a) Técnica Administrativa: aquella que pone énfasis en los procesos a través de los cuales se articulan recursos pone énfasis en la eficacia y la eficiencia. Los procesos de gestión son vistos como aquellos orientados a articular (utilizar, coordinar, organizar y asignar) recursos (humanos, financieros, técnicos, organizacionales y políticos) que permitan producir satisfactoriamente orientados a hacer posible la reproducción (a través de los bienes de consumo individual y colectivo). La articulación supone un proceso global en el que intervienen diferentes agentes con procedimientos, relaciones, recursos y métodos diversos. Preguntas: ¿con que recursos se cuenta, de que tipo; quienes portan esos recursos; fuentes de financiamiento, como se asignan los recursos, capacidades técnicas y profesionales para desarrollar las prestaciones previstas? b) Política: pone el foco en la porosa frontera entre el Estado y la Sociedad en el proceso de constitución de la demanda. Permite rescatar tanto las prácticas administrativas y técnicas como las prácticas de la población en el aprovisionamiento de los servicios en la esfera en que se ponen en relación. La demanda se constituye en el contexto de los procesos que ponen en relación el aparato estatal y la sociedad. Son un conjunto de prácticas que se dan al mismo tiempo, este punto de partida tiene fuertes consecuencias para el análisis y también para la acción dado que la demanda tiene lugar en procesos que ponen en relación el aparato estatal y la sociedad. Permite captar los procesos causales que inciden en la formación de los problemas sociales y en la definición de la agenda gubernamental. Alude a los problemas políticos que tienen lugar en la dinámica de la gestión, en el punto en que se pone en relación el aparato estatal con la sociedad. Preguntas: ¿cómo se relacionan los acores gubernamentales y los actores sociales, cual es la incidencia de los procesos sociales en el moldeado de las propuestas técnicas, como incide la oferta estatal de servicios en el moldeado de la demanda? Legitimidad: reconocer el consenso sobre algo común, una demanda debe estar legitimada social y políticamente, y debemos reconocer que ese problema queremos que el Estado tome cartas en el asunto usando fondos públicos. No hay algo interés de todos sino de la mayoría. 3. La gestión en contexto: el concepto de régimen de implementación (variables macro) La perspectiva de la implementación proponen dos modelos diferentes de analizar el proceso de políticas: el modelo top down (de arriba hacia abajo) y el modelo botton up (de la base hacia arriba), el concepto régimen de implementación busca conjugar ambas aproximaciones. El régimen de implementación es el conjunto de condiciones que desde las distintas dimensiones (funcional, material y política) organizan los arreglos entre los participantes de la implementación de las políticas en cada nivel. Son condiciones que influyen en el proceso de gestión que no son propias del programa pero si influyen en el mismo. La dimensión funcional (¿Qué?) remite a las funciones asumidas por cada jurisdicción, es la distribución del trabajo; influenciada por dos factores como las competencias y funciones de cada uno de los niveles jurisdiccionales y las políticas públicas de descentralización. En relación con el primer aspecto, se hace referencia a las reglas de juego derivadas del régimen jurídico que instituye las competencias para el Estado nacional, para los estados, provincias o departamentos y municipios. Interesa destacar qué pueden hacer los actores, esto es, las competencias que tienen a su cargo y aquellas que están asignadas a otros niveles jurisdiccionales. Las competencias desde el estatus político institucional se conjugan con el proceso efectivo de desconcentración y descentralización. A partir de leyes y convenios específicos se desarrollan políticas e implementan programas cuya gestión se va “tejiendo” sobre una trama más o menos sólida, según el estatus político institucional en cada nivel jurisdiccional. La dimensión material (¿Cómo?) mecanismos y sentidos de la redistribución por parte del Estado del excedente a través de las políticas tributarias y de asignación del gasto. En cuanto a la distribución del excedente están comprometidos las reglas de juego que regulan las transferencias entre jurisdicciones y la política tributaria de cada nivel (cuando corresponde). Sobre la asignación del gasto remite a los criterios generales de organización del presupuesto, los niveles de flexibilidad del gasto, el perfil de las asignaciones (universales y focalizadas). Se trata de variables que restringen o facilitan el margen de acción autónoma de los actores y que tienen una estabilidad relativa en el tiempo. La dimensión política (¿Cuánto y Qué?) tiene que ver con la construcción de la legitimidad y los niveles de autonomía del Estado, son los modos a través de los cuales se distribuye el poder. Remite a la autonomía de los actores (tato gubernamentales como de la sociedad), a las reglas de juego (formales e informales) que regulan las relaciones intergubernamentales, a la capacidad de representación, a las exigencias de capacidades puestas en juego desde los cambios funcionales y a los modos de cómo se articulan éstas con el sistema político partidario. El régimen jurídico define qué pueden hacer los actores y cuánto, es el margen de exclusividad de su acción y cómo, o sea la necesidad de definir arreglos de cooperación y, aunque no de manera exclusiva, con qué, es decir los recursos de poder para desplegar con ciertos niveles de autonomía su acción en el ámbito público. La reconstrucción de las condiciones del régimen de implementación combina el análisis de fuentes primarias (entrevistas en profundidad) y secundarias (legislación, información presupuestaria, antecedentes en periódicos y documentos de los programas, entre otros) Dimensiones Variables Fuentes Funcional Competencias y funciones, régimen jurídico, política de descentralización Legislación, constitución (N,P,M) , documentos de programas, entrevistas en profundidad, sitios web. Reglas de juego que regulan las transferencias de otras jurisdicciones, política tributaria, presupuesto, flexibilidad del gasto, autonomía financiera. Presupuestos programados y ejecutados, contratos de préstamo, legislación, entrevistas en profundidad, documentos de programas. Material (cantidad forma) y Política 4. Niveles de autonomía de los actores, reglas de juego que regulan las relaciones intergubernamentales, régimen electoral. Entrevista en profundidad, reconstrucción periodística, legislación. Los actores en y de la gestión: Acción y situación son las coordenadas que definen la inclusión de un actor en un determinado proceso, la definición de una persona como actor es siempre dinámica y cambiante, varía a lo largo del proceso de implementación. Para definirse como actor deben ocupar un lugar estratégico en el proceso de toma de decisiones. La incidencia o influencia, soy actor si lo que hago genera un efecto concreto en ese. Los actores no pueden definirse a priori (excepto los potenciales) Actores potenciales: actor que puede intervenir o no en la política según la temática que trate. Por ejemplo un actor potencial en cuestiones del aborto es la iglesia. Actor EN la gestión: son los agentes de influencia, no participan en el proceso de gestión pero si inciden las opiniones de los programas. Pueden influir en la opinión pública, debemos comprobar el efecto. Ejemplo: medios masivos de comunicación, la universidad, la iglesia, partidos políticos. Aclaración: ser un proveedor no implica ser un actor, debe incidir o afectar a la totalidad del programa que modifique. Actor DE la gestión: son quienes participan concretamente en el proceso de gestión. Los actores forman tramas que logran influir en los procesos de gestión. Están íntimamente ligados en el proceso de gestión, sin ellos no se puede efectuar el desarrollo efectivo de la política, sin ellos peligra la política, puede salir o entrar, la permanencia no es un requisito. ¿Cómo reconocer a los actores en y de la gestión? La primera cuestión es identificar con claridad el problema sobre el cual interviene el programa y/o política, supone reconocer la dimensión conceptual y territorial del mismo. Es necesario dar cuenta de que organismos de jurisdicción nacional están involucrados en el proceso de gestión y/o en el campo de problemas sobre el cual interviene la política, ¿Cuál es su papel?, ¿sus competencias? Es necesario identificar que organizaciones de la sociedad intervienen en el campo de problemas en el que se inscribe el programa y/o política, qué relación tienen con los beneficiarios y/o destinatarios y de qué tipo de organizaciones se trata (sindicatos, organizaciones de base, cámaras empresarias, ONG, etc.). Una vez identificados los actores es necesario caracterizarlos a través de diversas variables/atributos: a) Roles y funciones: existen roles formales e informales, los primeros son estructurantes de la relación actor/proceso de gestión, los segundos ponen en escena competencias no reconocidas formalmente como tales. Los actores solo pueden alcanzar sus objetivos ejerciendo relaciones de poder. b) Ámbitos de actuación: refiere al nivel jurisdiccional en el que cada uno de los actores despliega su acción, se vincula con el alcance territorial de sus intervenciones, su alcance territorial variará según los marcos de la experiencia, la problemática y las cuestiones sobre las cuales pongan éstos en juego su capacidad de acción pública. c) Nivel de institucionalidad: los actores en y del proceso de gestión tienen distintos niveles de institucionalidad. Algunos reconocen una institucionalidad formal y preexistente a la intervención. Otros se constituyen en tanto actores en el curso mismo de la intervención, su institucionalidad es informal e incluso ùede ser transitorio. d) Objetivos (estratégica y táctica): las metas más relevantes que, dentro de un determinado periodo histórico y situación, el actor busca concretar mediante su acción pública. En la definición de los objetivos convergen dos factores que lo constituyen, primero el proceso de toma de decisiones en cuyo desarrollo los actores negocian y definen las prioridades a seguir (estratégica), segundo, existe una adecuación y reformulación de los objetivos en el marco del juego de relaciones que se establecen entre los distintos actores sociales involucrados en el proceso de gestión (táctica). e) Recursos: elementos que dispone cada actor para alcanzar sus objetivos. Guiddens diferencia dos tipos de recursos: los recursos de asignación (bienes materiales) y los recursos de autoridad (espacios de encuentros entre los agentes, la producción y reproducción de relaciones sociales en asociación mutua y la organización de oportunidades para la expresión y el desarrollo). f) Niveles de autonomía: los actores en y del proceso de gestión disponen de un cierto margen de libertad para desplegar sus estrategias de acción en el marco de dicho proceso. Las relaciones de poder constituyen el mecanismo a partir del cual se definen los márgenes de libertad y se regulan las estrategias particulares que desarrolla cada uno. En el ámbito público, los procedimientos legales fijan los principales límites en los procesos de toma de decisión. 5. La noción de entramado como mediación Entramado de intereses: tramas y alianzas de actores para potenciar su capacidad de mediaciones. Toman decisiones sobre el uso de recursos comunes con respecto a un determinado problema. Preexiste a la política y puede ser modificado por ella En los procesos de gestión se pueden observar “tomas de posición” de distintas unidades estatales y de la sociedad que redefinen el diseño original de la intervención. En esta toma de posición se ponen en evidencia las distintas perspectivas acerca de cuál es y de que se trata el problema y también de cuáles son las soluciones posibles. 6. Las capacidades estatales o como ganarle a las condiciones de régimen No siempre los individuos, grupos, instituciones tienen la misma capacidad de actuación. La noción de capacidades de gestión alude a las posibilidades que tienen las instancias de gobierno para priorizar, decidir y gestionar las cuestiones públicas. Remite a la habilidad de los distintos actores para realizar sus intereses en el desarrollo del juego estratégico que se constituye en el proceso de gestión. Es la capacidad que ponen en juego las organizaciones para llevar adelante sus objetivos y a los recursos que movilizan. Las capacidades se despliegan son: - las relaciones interinstitucionales: dinámica que se genera en torno de las relaciones que mantienen los actores involucrados en el proceso de gestión de las políticas públicas. Ejemplos: dispersión institucional, contradicciones internas, competencias y cooperación. - la organización interna de los distintos agentes y la asignación de funciones: modos en que se organiza la institución. Ejemplos: formas más o menos adecuadas para alcanzar políticas sociales integrales e integradas, modalidades de gestión que favorezcan la participación, capacidad de planificar en mediano y largo plazo. - la disponibilidad de recursos físicos y humanos: cantidad de recursos, origen y mecanismos para su obtención y asignación. Ejemplos: criterios de asignación, asociación de recursos a proyectos, disponibilidad de recursos asociados a la capacidad de negociación, capacidad de captación de recursos por la formulación de proyectos. - la política de personal y las capacidades individuales: capacidades individuales refieren a las posibilidades de motivar al personal, a los conocimientos y las habilidades necesarias para protagonizar y reorientar los programas sociales. Ejemplos: capacidad de los agentes para promover y efectivizar procesos de participación, capacidad de los miembros para gestionar proyectos, capacidad de los legislativos y partidos políticos para legislar y producir lineamientos de políticas en relación a demandas locales. Isaia, Marta Elena: “la definición de los problemas públicos y la agenda de gobierno” No todas las cuestiones se vuelven públicas ni todas las cuestiones públicas se vuelven cuestiones que deben ser objeto de la acción gubernamental. Es en el ámbito público, esfera pública mediante acuerdos y negociaciones, los individuos y sus organizaciones buscan transformar sus intereses y necesidades particulares en asuntos generales de interés y utilidad para todo el conjunto del Estado. En este ámbito los problemas, percepciones se transforman en demandas y cuestiones que pretenden poseer la naturaleza de cuestión pública. En él los intereses particulares buscan argumentarse como generales y si pasan la prueba originan leyes, disposiciones administrativas, asignaciones de recursos públicos. La formación de la agenda de gobierno deja ver quiénes son los que efectivamente definen y justifican los problemas públicos, cuáles grupos y organizaciones tienen la fuerza de transustanciar cuestiones sociales en públicas y en prioridades de gobierno. Revela cuál es la estructura de poder que domina efectivamente la hechura de una política. Agenda de gobierno: conjunto de problemas, demandas, cuestiones, asuntos que los gobernantes han seleccionado y ordenado como objetos de su acción y más propiamente como objetos sobre los que han decidido actuar. Tiende a ser más específica, concreta, acotada, definiendo los problemas específicos (el sida, el analfabetismo, el narcotráfico). Su estudio busca saber cómo determinados asuntos y problemas, independientemente si han despertado o no el reconocimiento o interés de toda la comunidad política, logra la atención de políticos, administrativos y funcionarios y ser aceptados como objetos de intervención. Hay entonces una agenda de los ciudadanos, del Estado o del sistema político, que puede preceder y determinar la agenda de gobierno o ser inducida por las preocupaciones y prioridades gubernamentales. Agenda pública: cuestiones que los miembros de una comunidad política perciben como merecedoras de atención pública y como asuntos que caen dentro de una jurisdicción legitima de la autoridad gubernamental existente. Es más abstracta general y amplia en la extensión y dominio que la agenda de gobierno (contaminación, pobreza extrema, seguridad nacional). Su estudio busca saber cómo determinados asuntos y problemas logran expandirse, obtener visibilidad y consenso general para alcanzar a constituirse como “problemas públicos”. Obviamente que si la cuestión entra en el circuito de los medios masivos, escritos, electrónicos, se facilitara en principio su difusión a que suelen actuar como generadores de oportunidades políticas y culturales e incluso operar favoreciendo determinados grupos. La cuestión puede ser llamada pública y se coloca como reclamo ciudadano frente al gobierno, exigiendo un lugar en la agenda formal de sus organizaciones y programas. Nogueira, Roberto Martínez: “la gestión pública: del diálogo crítico a la evaluación de la diversidad” Las razones que imponen persistir en la permanencia del tema de la agenda pública y la incorporación de temáticas tales como el papel, las funciones y el tamaño del Estado en permanente debate. ● Se debe privilegiar el análisis de estructura y de funcionamiento del Estado, asi como su coherencia y trasparencia. ● El contexto en crisis hace que el diseño de ejecución de las políticas públicas deban ser heterogéneas y que intenten potenciar los recursos y sus capacidades. ● La competencia internacional (de tecnologías, procesos y estrategias) requiere promover la reorientación de policías públicas a nuevas modalidades de promoción y colaboración. ● La gestión pública debe abandonar sus supuestos monocentricos y de procesos de implementación lineal, debiendo atender el carácter recursivo y a la coexistencia de múltiples centro de decisiones con diferentes fenómenos de fragmentación. La gestión pública entonces debe insertarse en múltiples juegos de negociación en el interior del Estado y en la diversidad de nuevos actores, que se insertan en redes organizacionales. Las dimensiones para la evaluación: El Estado actual sigue siendo “remanente”, es decir es conformado en mayor medida por “lo que quedo” luego de décadas de ajustes y reestructuración, en las que hubo acciones de reformas aisladas que no llegaron a alterar sus atributos básicos. Esta evidencia invita a pensar en la trasformación de la acción estatal. Esta reflexión debe darse en un dialogo crítico incorporando algunas perspectivas teóricas que nos permitan una evaluación más rigurosa: ● La dicotomía entre mercado y Estado como modos alternativos para la coordinación sociales es una perspectiva simplista. Se debe tener en cuenta otras formas asociativas en el plano público, privado o mixto, junto al papel de la comunidad como actor social y el desarrollo de diversos tipos de redes que canalizan la acción colectiva. Una perspectiva que visualiza al Estado como ente complejo cuyas partes integran redes institucionales diversas y constituyen “subgobiernos” brindan instrumentos analíticos que permiten superar dicha dicotomía. ● Se debe entender al gobierno desde una conceptualización compleja que reconozca que los productos de las políticas no son resultado solo de la acción del sector público, sino de la convergencia de acciones y de interacciones entre diferentes actores. Es decir que el papel del gobierno es el de posibilitar, promover y regular interacciones entre un conjunto complejo de organizaciones estatales, y no estatales. Se lo debe concebir en términos de procesos de ejercicio de gobierno y no vincularlo simplemente a sus atribuciones genéricas. ● Los sustentos teóricos generados hasta ahora no permiten entender la complejidad de los procesos políticos en los que la gestión está inmersa. Sus orientaciones privatizadoras rechazan el abordaje de cuestiones públicas involucradas en el diseño y la operación de las entidades estatales. Parten de los supuestos de que las organizaciones públicas tienen plasticidad suficiente para absorber los cambios en la orientación de las políticas. Se apuesta a a capacidad de respuesta social para asumir los roles que el sector publica abandona o trasfiere a niveles subordinados del gobierno, al sector privado. ● La evaluación de la gestión no puede ser realizada considerándola solo como un “locus” de interacciones, como proceso de producción o por sus productos o resultados. A estas dimensiones debe agregarse lo que ocurre después de la implementación: sus impactos, las consecuencias para la sociedad. Las reformas estratégicas e interrogantes: Problema: La cuestión de la fractura organizacional Una definición sectorial de los ámbitos de gobierno, inadecuada para el abordaje de problemáticas complejas y de los nuevos contenidos de las agendas públicas. El sector público estuvo tradicionalmente estructurado por sectores, conforme a los principios de la diferenciación estructural y de especialización funcional. Esto dio lugar a la fragmentación de la realidad asociada en mayor medida a la especificidad de las temáticas abordadas. La diferenciación estructural y la especialización funcional plantean la exigencia de reconstruir la unidad, a través de la convergencia de orientaciones y esfuerzos dando lugar a la cuestión de la coordinación. Factores negativos: Esto generó enfoques restringidos, unidimensionales y lógicas organizacionales parcializadas. No permite abordar la complejidad de las situaciones a las que deben hacer frente los Estados modernos, en los que demandan la concurrencia de contribuciones de diversos ámbitos estatales. También constituyen en un obstáculo cuando se adoptan nuevas conceptualizaciones de problemas, que reconocen una mayor diversidad de factores operantes junto a la necesidad de abordajes integrales. Los modos de superar el problema: 1- LA GESTION INTERINSTITUCIONAL: un primer modo de superar el problema de la coordinación es la integración de gabinetes especializados de alto nivel con participación de distintos ámbitos ministeriales. Estos gabinetes están encargados de formular políticas, definir prioridades y coordinar acciones, brindando los marcos para una gestión compartidaentre unidades que preservan su independencia y su capacidad de decisión. Aspectos negativos: Su efectividad es baja cuando se trata de asegurar la coherencia en la acción. Su capacidad de supervisar la implementación es muy reducida, debido a las debilidades e inadecuaciones del sistema de información, porque la ejecución no solo depende del mandato de la jerarquía, sino que es producto de las fuerzas que se movilizan, de la capacidades de las agencias ejecutoras y de los mecanismos existentes en el nivel operacional para asegurar el dialogo y la coordinación. Como cada unidad participante procura preservar su autonomía, un resultado frecuente es que los problemas de coordinación organizacional se convierten en conflictos dentro del aparato estatal. Distinta es la situación en los procesos de coordinación interinstitucional entre agencias encargadas de diferentes servicios. Son arreglos fuertemente dependientes de los atributos personales y de liderazgo de estas conducciones, así como de la comunicación entre niveles técnicos y operativos, con mayor efectividad en los casos en que la coordinación es simultánea a presiones sociales por alcanzarla. Palabras claves: coordinación, integración de gabinetes siguen con sus funciones, comparten su accionar. 2- LA GESTION CONSOLIDADA: Una segunda manera de reducir la necesidad de coordinación consiste en disminuir la diferenciación del aparato estatal, mediante la fusión de organizaciones o por la incorporación de entidades descentralizadas a las administraciones centrales. Se apeló a esta estrategia cuando se pretendió reducir el grado de autonomía de organización que disponen de recursos propios y radica en las políticas de reducción del gasto público. Requiere de políticas integradas acordes con las nuevas definiciones de los problemas, al igual que de los sistemas normativos y regulatorios apropiados y de mecanismos para el aseguramiento de la acción. Ademas, al redefinir los ámbitos de definición (toma de decisiones), se redistribuyen los participantes involucrados en los procesos decisorios.Aumenta la diversidad de los actores participantes, con recursos y capacidades organizacionales diferentes. La fusión puede ampliar las oportunidades estratégicas de crear alianzas. La revisión de este patrón lleva a innovaciones institucionales dirigidas a integrar acciones a nivel socio-territorial en áreas de provision de servicios (educación, salud) o desarrollo de infraestructura (caminos) con colaboración entre actores de diferentes niveles de gobierno, del sector privado y de la sociedad civil. Aspectos negativos: La evidencia indica que los mayores problemas consisten en la instalación de capacidades de orientación del nuevo conjunto organizacional y en la construcción de coherencia entre contenidos de política y arreglos estructurales. Palabras: fusión de gabinetes, disminuye grado de autonomía, fusión de funciones, mismo nivel jerárquico. 3- LA GESTION UNIFICADA: se caracteriza por la creación de instancias superiores que pretender superar los problemas de coordinación por vía de la autoridad, resolviendo las cuestiones de competencia y de la coherencia a través de la jerarquía. La diferenciación estructural y la especialización funcional se preservan en los subsistemas, pero se reduce a un nivel superior. Esta estrategia se utiliza en la fusión de ministerios y secretarias en superministerios. Los aspectos a favor de esta estrategia son: la posibilidad de contar con un abordaje común y coherente de sectores cuyos límites se hacen cada vez más borrosos y cuestionables; la superación de inercias institucionales y apropiaciones corporativas, y la realización de economías por la centralización de servicios de apoyo y por el aprovechamiento de sinergias organizacionales. Estas estrategias de resolución suele ser meramente formal si las diferenciaciones persisten a nivel subministerial, y no exhibe ventajas evidentes en materia de coordinación intersectorial. Lo realmente importante son las capacidades analíticas, de orientación y de la gestión política y operacional, asi como aquellas movilizadas para construir y reafirmar la legitimidad frente a los actores sociales. Palabras claves: autoridad superior que supervisa la acción, diferenciación jerárquica. 4- LA GESTION INTEGRADA TERRITORIALMENTE: Esta estrategia está fundada en el ajuste mutuo en el nivel operacional: no se modifican los arreglos organizacionales existentes, pero se crean mecanismos especiales de integración y de coordinación a nivel local. El territorio es un ámbito geográfico con determinada dotación y dinámica de recursos. En el se les da un sentido espacial a los mercados y una localización a los contenidos y a los procesos de formulación e implementación de políticas publicas. El territorio permite la recuperación de la heterogeneidad y de la especificidad situacional y de comportamiento de los actores sociales, así como la visualización de las interdependencias de tipo productivo, empresarial, social y de infraestructura. La acción territorial exige mayor horizontalidad en las interacciones y un debilitamiento de las fronteras entre competencias y jurisdicciones: es ejecutada por múltiples organizaciones pertenecientes a distintos ámbitos de gobierno y al sector privado, asi como por la iniciativa social. Los mecanismos que preservan las capacidades decisorias de los participantes: comisiones de participación, mesas de trabajo. Esta localización espacial permite reducir los costos de transacción de los mecanismos centrales de coordinación, al igual que potenciar la apropiación por actores locales de los arreglos institucionales. Palabras claves: integración a nivel local, no se modifican las organizaciones existentes. Otro problema: LA CUESTION DE LA CENTRALIZACION EXCESIVA Centralismo excesivo que impide la atención de la especificidad de las problemáticas productivas, sociales y territoriales. Es la concentración casi total de las funciones estatales en el nivel nacional de gobierno, con una elevada centralización de sus organismos técnicos y burocráticos, junto a unidades territoriales de servicio con escasa capacidad de decisión y con mecanismos de participación de los actores locales casi inexistentes. La transferencia de capacidades a los niveles locales tendría por consecuencia la generación de un mercado político local en el que las demandas se enfrentarían en forma directa con la posibilidad de satisfacerla. 1. LA GESTION DESCONCENTRADA: Consiste en la atribución de capacidades decisorias a los niveles subordinados de las organizaciones del sector público. Implica cambios en las estructuras, procedimientos y culturas organizacionales. Si bien el propósito general es aumentar la eficiencia en la gestión y su acercamiento a los ámbitos en que se manifiesta los problemas y se expresan las necesidades, la desconcentración tiene consecuencias sobre la participación y la articulación interinstitucional. En sus formas más elementales, consiste en la delegación de funciones administrativas. La desconcentralizacion puede realizarse como una etapa de devolución a los actores locales de la toma de decisiones públicas, con participación de las autoridades regionales en la determinación de prioridades y en la discusión sobre las políticas y los modos de acción institucional. De este modo,, es parte de un proceso que supera los límites de las organizaciones para abrirlas a un dialogo en el que intervienen no solo los usuarios sino también las instancias representativas locales, creando nuevos espacios institucionales, posibilitando la adecuación de la implementación a condiciones particulares una más certeza focalización. Por consecuencia, facilita la descentralización y es una condición para esta. La desconcentración provoca modificaciones sustanciales en la funcionalidad y en los modos de operación. Los niveles organizacionales con contacto directo con los usuarios juegan un papel crítico y determinante, con reorientaciones en comportamientos y culturas, exigiendo intervenciones intensivas en las organizaciones. Palabras claves: atribución de funciones a sectores locales, sedes, Cpc. 2. LA GESTION TRANSFERIDA Y CONJUNTA: se caracterizan por procesos de descentralización que involucran la transferencia de funciones a los ámbitos de gobiernos regionales, provinciales o locales, junto a una redefinición del papel normativo y orientador de los gobiernos centrales. La descentralización es una compleja operación política que supone negociaciones, asunción de responsabilidades, aprendizajes y maduración. Los viejos argumentos de que el impacto democratizador de la transferencia a los niveles locales está condicionado por la existencia de instituciones de participación política que aseguren un mínimo de democracia, o por el capital social disponible. Es evidente la necesidad de adoptar políticas de construcción de capacidades locales para la prestación de servicios, privilegiando las situaciones de mayor carencia en materia de gestión. Las políticas de descentralización deben tener contenidos más complejos que los hasta aquí usuales. (ver descentralización repetto) UNIDAD Nº 2 Repetto, Fabián: “El marco institucional de las políticas sociales: posibilidades y restricciones para la gestión social” 1. ¿De qué se habla al hablar de instituciones? Marco Institucional: los modos en que se agregan o desagregan intereses, se procesan los conflictos, se negocian intercambios de recursos y percepciones del mundo están constreñidos por un tejido de mecanismos históricamente conformados. Permitirá entender la estructura de oportunidades con la que se enfrentan individuos y grupos para interactuar guiados por identidades propias, a la vez que facilitará la comprensión de aquellas potenciales rutas de acceso por donde se canalicen las demandas y necesidades de los distintos sectores que conforman el espacio público. Las instituciones estructuran el juego estratégico pero no son el juego mismo. Institución: reglas de juego formales e informales que estructuran las relaciones entre grupos, individuos, gobiernos, enmarcando las posibilidades de vinculación e intercambio de los distintos sectores. Schedler destaca cuatro atributos de la institución: son creaciones sociales, son propiedades colectivas, se asocian a ideas de estabilidad, regularidad, persistencia, recurrencia, generan efectos sobre el comportamiento, la interacción, las expectativas y las percepciones, estableciendo restricciones y oportunidades. 2. Los actores políticos y la institucionalidad política Institucionalidad política: proceso de inclusión/exclusión en el cual se instituye la agenda pública y se deciden, implementan y evalúan las políticas públicas. 2.1 ¿Quiénes logran constituirse en actores políticos? Adquirir protagonismo real y concreto en la esfera pública, por ejemplo para participar de modo activo en ciertas políticas públicas estratégicas requiere de dotaciones importantes de poder. La clave está en aquellos recursos que otorgan relativas dosis de poder a individuos o colectivos. Intereses e ideología no constituyen por si mismos fuentes de poder aun cuando le otorguen identidad propia, sino que serán una serie de recursos de poder los que pueden facilitar la materialización de intereses y concepciones del mundo en el plano concreto de las acciones estatales. No existe consenso en la literatura acerca de cuáles son dichos recursos, sin embargo rescata cuatro aspectos sustantivos de la vida pública: - lo político: autoridad formal, liderazgo y autoridad informal, movilización y acción colectiva, habilidad para negociar, argumentar y comunicar. - lo económico: presupuesto, dinero para incidir en la agenda gubernamental. - lo administrativo/ recursos técnico – administrativo: mandato legal, organización, información y habilidad para procesarla, capacidad para descifrar contextos de incertidumbre. - lo ideológico: ideas y valores con legitimidad social, prestigio moral. Se trata de los recursos (capacidades) con los cuales se debe contar para lograr participar activa y autónomamente en el proceso de las políticas públicas. La interacción política en el espacio público ligada a la disputa/articulación de intereses e ideologías no suele darse entre actores aislados de su entorno, sino que se da por coaliciones políticas en las cuales participan esos involucrados. El cemento de dicha unión son los intereses y/o las ideologías en común las que permiten que se potencien los recursos que cada actor o involucrado en los espacios de gestión posee por sí mismo y que, en forma individual no le permite actuar activamente en aquellos ámbitos de lo público donde desean o necesitan participar. Son las coaliciones las que, agregando múltiples recursos generan sinergias importantes, dando lugar a capacidades políticas agregadas. Un aspecto clave para entender el rol de las coaliciones está asociado al modo en que los involucrados calculan y perciben subjetivamente sus recursos y los ajenos, son jugadores estratégicos. Tienen una intencionalidad de participar en el juego político por diversas temáticas. 2.2 Notas sobre la institucionalidad política Los actores políticos (y quienes pugnan por serlo) no operan en el vacío, sino que lo hacen en el marco de cierta institucionalidad. Es evidente que la política de las políticas públicas debe ser explicada en función del proceso que resulta no solo de las interacciones entre los actores involucrados sino también en relación al sistema de instituciones políticas que organiza el poder en una sociedad. En tal sentido, el proceso político es resultado de la articulación de las diversas estrategias desplegadas por el conjunto de actores individuales y colectivos intervinientes. Para comprender/explicar por qué paso lo que paso, es necesario comprender/explicar porque los actores hicieron lo que hicieron. Esta intencionalidad solo es explicable a partir de la comprensión de la forma en que las instituciones o incentivos influyen sobre el actor. El siguiente esquema apunta a reafirmar que los efectos de las instituciones políticas sobre la formulación de políticas públicas sólo pueden entenderse de manera sistémica. Temas específicos de lo social El argumento sostiene que las reglas más generales del juego político (aquellas que definen cómo se distribuye y procesa el poder en una sociedad determinada, abierta a las presiones internacionales) afectan de un modo fuerte y directo al entramado de reglas formales e informales. Esto no implica por supuesto, dependencia plena por parte de la institucionalidad social respecto lo que sucede en el plano general del juego político, pero si es evidente que este condiciona lo que sucede, en materia social, sea por el lado de que el problemas se definen como prioritarios, sea por el lado de las políticas públicas y otras intervenciones públicos no estatales que se ponen en marcha para actuar sobre los aspectos críticos de la cuestión social, sea en el ámbito específico de la gestión social. Asimismo, y aun bajo la modalidad de débiles influencias, también lo acontecido en la institucionalidad social podría afectar el marco mas general dela institucionalidad política. Un solo ejemplo al respecto el potencial impacto que un avance significativo hacia un sistema de derechos real en la institucionalidad social tendría sobre el juego político. 3. La institucionalidad social: ¿cómo interpretarla?, ¿Cuáles son sus efectos sobre la gestión social? La institucionalidad social es precisamente la que da marco tanto a la interacción de los actores (y quienes luchan por serlo) como a dicho espacio de mediación. La institucionalidad social es el conjunto de reglas de juego formales e informales (incluyendo rutinas y costumbres organizacionales) que se pone en en funcionamiento para procesar y priorizar los problemas sociales, a la vez de enmarcar el contenido y la dinámica administrativa y política de las políticas sociales. ¿Mayor institucionalización es sinónimo de mejor calidad institucional? A veces la mayor institucionalización deriva en rigideces y rutinas improductivas, o en meros formalismos. La mirada centrada en la calidad institucional lo que permite observar es el modo en que la institucionalidad social filtrará que problemas públicos alcanzaran prioridad en la agenda gubernamental y cuáles serán los contenidos de la política social que decidirán, diseñaran e implementaran. La perspectiva de la calidad institucional permite entonces la conformación de dos tipos ideales: - Institucionalidad social de baja calidad: estructura de oportunidades cerrada y sesgada solo a la recepción de demandas sociales de grupos poderosos; amplios márgenes de discrecionalidad por parte de los decisores; reglas difusas o incluso ausencia total de reglas formales relacionadas con la definición de responsabilidades en materia social; reglas informales que sustentan y reproducen el clientelismo y el patronazo; escasos incentivos (o ausencia de ellos) para la rendición de cuentas; reglas difusas y/o ambiguas relacionadas con la operación de los programas e intervenciones concretas. - Institucionalidad social de alta calidad: canales abiertos a la recepción real de als demandas de los grupos menos favorecidos de la sociedad; los decisores deben actuar siguiendo el marco de deberes y responsabilidades que deriva de un sistema de derechos sociales; reglas claras respecto de quien hace que en el campo de a política social; reglas informales que favorecen la innovación y la creatividad en la gestión social; apropiados y transparentes sistemas de rendición de cuentas, y criterios claros; reglas claras y conocidas por todos los involucrados, que definen como precisión los aspectos operativos de la gestión social. Los tipos ideales arrojan dos conclusiones iniciales: por un lado, en cuanto al para qué de las políticas sociales, varios de los rasgos del tipo institucionalidad social de alta calidad abren la posibilidad para la conformación de una agenda amplia de problemas sociales a enfrentar, así como el eventual avance hacia respuestas de políticas sociales que atiendan las causas estructurales de dichos problemas, aprovechando las mejores capacidades de los actores involucrados y las oportunidades que brinda el sistema de reglas formales e informales conformado en “clave de derechos”, esto implicará atender a los efectos que el abanico combinado de restricciones y oportunidades institucionales generará sobre los márgenes de decisión de quienes están en condiciones de definir (o incidir) la agenda gubernamental. Institucionalidad social de baja calidad derivara en una ventana de oportunidad para que los actores más poderosos incorporen sus sesgos particularistas y excluyentes a la definición de las prioridades y las políticas sociales estratégicas. El cómo se enfrentaran los principales desafíos sociales también estará condicionado por la calidad dela institucionalidad social, toda vez que la gestión social tenga mayores posibilidades de agregar valor y fomentar mejores resultados (al menos de equidad social y legitimidad política) si se inscribe en un entorno de alta calidad institucional, donde los nudos críticos son procesados en tornos de dialogo y transparencia sin que por ello desaparezcan los conflictos de intereses. ¿Cuál es la relación entre institucionalidad social y gestión social? La institucionalidad social afecta la gestión en tres modos: a) Efecto Indirecto: afecta con respecto a que problemas se van a decidir y diseñar políticas, acotando así el campo de acción sobre el cual se habrá de gestionar. Habrá que delimitar el conjunto de problemas sociales sobre los cuales habrá de requerirse de prácticas de gestión. La definición de los temas y aspectos sobre los cuales intervenir en el campo de la política social tiene clara importancia para la definición de los instrumentos administrativos de gestión, así como en relación a las complejidades políticas, económicas e ideológicas a las que habrá que enfrentarse los responsables de la gestión. Se concentra en aquellas reglas formales e informales que afectan la conformación de la agenda gubernamental y la toma de decisiones estratégicas respecto a qué hace y que deja de hacer el Estado en lo social. b) Efecto Directo: reglas de juego formales e informales que facilitan u obstaculizan la transformación de una decisión de política social (y su correspondiente diseño) en un conjunto de acciones prácticas a ser implementadas. Es cuando las reglas de juego vigentes dan el marco preciso para la gestión concreta de intervenciones sociales, importan las reglas escritas y no escritas. Es la formalización de cómo se deben llevar adelante las acciones públicas en materia social. En el caso de las reglas formales no escritas puede dar tanto a innovaciones que fomenten la calidad de la acción pública como a la reproducción y consolidación de prácticas clientelares. c) Efecto Transversal: aspectos que afectan al conjunto de la política social, por ejemplo los desafíos de la coordinación intersectorial o la descentralización de servicios, políticas y programas. Serán diferentes los retos de gestión social si se trata de una decisión propiamente sectorial que de cuestiones que afectan a varios sectores del Estado. Importa tanto las normas escritas que dan las pautas para la coordinación, como las prácticas no escritas que facilitan u obstaculizan una gestión intersectorial. Otro ejemplo del efecto transversal es cuando el contenido concreto a gestionar (un servicio, una política, un programa) implica la intervención de diversas jurisdicciones, lo cual remite tanto a interpretar el alcance de las normas formales vigentes para regular estas relaciones, como al tipo de prácticas de cultura política que afectan a dichos vínculos. Repetto, Fabian: “Retos para la coordinación de la política social: los casos de descentralización y la intersectorialidad” En el último cuarto de siglo se evidenciaron en Latinoamérica reformas en la institucionalidad social, que llevaron a un nuevo escenario regional en lo político, económico, social y cultural. Se puso el acento en la descentralización y la intersectorialidad. Estas dos temáticas se relacionan fuertemente con aspectos críticos de la gestión pública moderna, sea entre jurisdicciones político administrativas en el primer caso (descentralización), sea entre organizaciones estatales del mismo nivel en el segundo (intersectorialidad). Estas nociones emergieron en los debates públicos y las reformas sociales acompañados de la promesa de que traerían soluciones concretas a problemas fundamentales de la gestión social La descentralización cobro fuerza en América Latina: en los 70 bajo gobiernos militares, como un modo de intentar diluir los focos de conflicto social, o al menos alejarlos de los centros de poder económico y político; en los 80 en los inicios de la transición democrática, bajo la expectativa que permitiría sentar las bases de una democracia desde lo local y la participación social; y en los 90 guiada por las urgencias fiscales de los gobiernos nacionales preocupados casi exclusivamente por el ajuste estructural y la apertura a mercados. La intersectorialidad emerge más recientemente, cerca de mediados de los 90. Surge como una preocupación de racionalidad administrativa o fiscal resultante de la errática y caótica expansión de programas focalizados en la pobreza. Recientemente comienza a cobrar fuerza el argumento de que la intersectorialidad es necesaria porque las características de los problemas sociales se manifiestan como multidimensionales, lo cual acarrea la necesidad de enfoques e intervenciones integrales. La descentralización y la intersectorialidad son dos conceptos de significados e interpretaciones en conflicto, estas quedan sujetas a la tensión clásica entre lo técnico y lo político, gestionar la descentralización al igual que gestionar la intersectorialidad, requiere al mismo tiempo de solvencia burocratico-administrativa y sólida capacidad política. Se enfatiza en dos premisas: a) la dimensión territorial de la política social es importante, tanto como lo son los vínculos comunicacionales entre niveles de gobierno, en particular aquella que se genera en el marco de procesos amplios y complejos de descentralización, y b) la dimensión sectorial de la política social es importante, así como lo son también las relaciones intersectoriales que se proponen abordar desde una pluralidad de ámbitos los problemas sociales que requieren esa modalidad de intervención. Descentralización La descentralización se relaciona a la dimensión territorial. Desde el prisma de las relaciones intergubernamentales, es fundamental la definición de funciones y atribuciones de la política pública de acuerdo con la escala territorial. La interacción entra las autoridades de distinta escala jurisdiccional esta sujeta a la congruencia entre el sistema de división política de atribuciones y la distribución espacial real de recursos fiscales y sociales. La descentralización se da en tres aspectos: ● Político: se interpreta el proceso mediante el cual el nivel subnacional y/o local establece sus gobiernos a través del funcionamiento de un sistema electoral propio, que en consonancia con la normativa constitucional nacional, permite a dichos niveles ejercer la autoridad política autónoma. ● Administrativa: se interpreta la transferencia de poderes hacia el nivel subnacional y/o local respecto a la decisión sobre los servicios públicos y su gestión correspondiente. ● Fiscal: cuando el nivel central cede influencia en el presupuesto o la decisiones financieras a los niveles subnacionales, que son independientes del sector central y que son en algún grado democráticas. (+) La descentralización es un proceso de modernización y agilización de la gestión, que acerca la administración a las personas, permite la participación de la población en la toma de decisiones, permitiendo mayor control ciudadano sobre la acción pública. La descentralización fiscal a su vez, favorece una asignación más eficiente de los recursos públicos. Descentralización e institucionalidad social: en el marco de la descentralización es importante determinar, tomando en cuenta el marco institucional social: a)si la capacidad de decisión está distribuida entre autoridades de distinta escala territorial b) que atribuciones le cabe a cada autoridad, c) que mecanismos existen para coordinar la actividad entre autoridades de distinta jurisdicción) en qué medida las diferencias entre jurisdicciones coinciden con diferencias reales en el entorno social y la eficacia de los sistemas de acción social subnacionales y si existen mecanismos para compensar esas diferencias. Intersectorialidad Las problemáticas sociales, como anteriormente se mencionó, requieren de intervenciones mas amplias, y de una mayor pluralidad de actores involucrados. Según Serra, la transversalidad es un concepto y un instrumento organizativo cuya función es aportar capacidades de actuación a las organizaciones en relación a algunos temas para los que la organización resulta inadecuada. La transversalidad intenta dar respuestas organizativas a la necesidad de incorporar temas, visiones, enfoques y a las tareas de la organización que no encajan en una sola de las estructuras organizativas verticales. Se intenta que estas estructuras verticales comparten sinérgicamente la consecución de un objetivo en común, que no es específico a cada una de ellas. (relacionar con efectos de la institucionalidad). La intersectorialidad conlleva, según Cunill Grau aspectos políticos y técnicos, que cuenta con dos premisas: a) la integración entre sectores posibilita la búsqueda de soluciones integrales. Esta premisa se asigna a un fundamento expresamente político a la intersectorialidad y se traduce en la asunción de que todas las políticas públicas que persiguen soluciones integrales, tales como la modificación de la calidad de vida de la población, deben ser planificadas y ejecutadas intersectorialmente. Según Cunill Grau, cualquiera sea el ámbito donde se requiere aplicar la intersectorialidad, se le debe prestar fuerte atención a la institucionalidad política dominante en tanto la misma actúa como condicionante de la intersectorialidad. También es necesario minimizar las diferencias percibidas de poder, sobre todo atendiendo a que la misma supone compartir recursos, responsabilidades y acciones, lo cual abre la posibilidad de resistencias y de luchas de poder. b) la integración de sectores permite que las diferencias entre ellos puedan ser usadas productivamente para resolver problemas sociales. Esto remite a un fundamento técnico de la intersectorialidad consistente con la idea de que esta crea mejores soluciones que la sectorialidad, porque permite compartir los recursos que son propios de cada sector. Según Echebarria, la transversalidad equivale al reforzamiento de la coordinación horizontal o lateral, frente a las limitaciones de la coordinación vertical. La transversalidad desde lo político y lo técnico, conlleva el desafío de avanzar hacia redes interorganizacionales. Es un conjunto seleccionado, persistente y estructurado de organizaciones autónomas que se vinculan para crear productos o servicios, sobre la base de contratos implícitos o explícitos. Veiga y Bronzo explicitan tres padrones de la intersectorialidad: la colaboración constante, la formulación intersectorialmente, pero ejecutada sectorialmente y que las metas generales se desdoblan en políticas consistentes, ejecutadas de manera sectorial. Coordinación; ¿Por qué la necesidad de coordinación? ¿Que entendemos por ella? Los actuales problemas sociales requieren de intervenciones tanto intergubernamentales e intersectoriales. La coordinación emerge como un mecanismo, político y técnico a la vez, de gran importancia para afrontar ciertas problemáticas sociales, a través de la participación de multiples niveles de gobierno y diversos sectores de la gestión estatal. Martinez Nogueira (2005) presenta las razones de la necesaria coordinación: ● La complejidad de ámbitos y niveles ● Excesiva diferenciación estructural ● Sectorialización inadecuada ● Fracturas y segmentaciones organizacionales ● Nuevos actores (ong) ● Modelo establecido de baja interdependencia e interacción. El para qué de la coordinación: según Garnier, para que se logre integrar las distintas decisiones y acciones de gobierno dentro de una sola visión de conjunto y un sentido estratégico, se trata de coordinar para avanzar en determinada dirección. La coordinación surge de la interdependencia, es un proceso de creación o utilización de reglas de decisión para operar dicha interdependencia. Luna posible definición de coordinación: proceso mediante el cual se va generando sinergia entre las acciones y los recursos de los diversos involucrados en un campo concreto de la gestión pública. Al mismo tiempo se va construyendo un sistema de reglas de juego formales e informales a través de los cuales los actores participantes encuentran fuertes incentivos a cooperar. Aspectos políticos y técnicos de la coordinación Una mirada desde lo político: se pueden generar conflictos entre divisiones, unidades o programas y suelen ser materia común de las dinámicas intraorganizacionales. North habla de costos de transacción cuando se remite a la dificultad de lograr la materialización de los pagos en procesos políticos donde prima la interacción estratégica entre los actores. También se debe a la complejidad y diferenciación institucional del aparato estatal o publico responsable de las políticas, volumen y complejidad de los recursos financieros en juego, formas de organización, etc., que inciden en la definición de los principales problemas de articulación y coordinación de políticas y de sus soluciones. Aquí se destaca la heterogeneidad del estado, en el cual se evidencian pujas y diferentes criterios que emergen cuando se declara el objetivo de coordinar campos o ámbitos de gestión pública. La cuestión del poder y su vínculo con los procesos políticos están relacionados en los procesos de gestión. Una mirada desde lo técnico: emerge la necesidad de resolver el reto de la especialización funcional y atacar la “percepción de la amenaza” que se genera en las organizaciones que cotidianamente suelen ser auto referenciadas, y que vislumbran un peligro en cuanto se avanza en los intentos de coordinación interorganizacional. UNIDAD Nº 3 Repetto, Fabián: “retos para la coordinación de la política social: los casos de la descentralización y la intersectorialidad” Participación supone una articulación de actores cualquiera sea su origen y es concebida como parte del proceso mismo de toma de decisiones de la política pública. La participación supone considerar los siguientes aspectos: - Presencia del Estado como un actor central - La presencia de actores diversos y un recorte en función del problema que se pretende resolver - Identificación de momentos claves en el proceso de implementación de la política que constituyen oportunidades para la participación - La direccionalidad o sentido que se propone generar un cambio en relación al problema sobre el cual se interviene - La definición conjunta y voluntaria, así como la explicación de las reglas de juego en torno a las cuales los actores se ponen en relación con relación a una determinada “cuestión”. En este sentido, la perspectiva adoptada sitúa la participación en el centro del proceso de toma de decisiones alrededor de la política pública y está atravesada por los ciclos que moldean su dinámica: la relación entre políticas y problemas sociales, las tensiones entre actores que resultan del mismo proceso de participación y las capacidades de gestión que las instancias gubernamentales ponen en juego, los desafíos del consenso, los recursos institucionales requeridos en la implementación y las particularidades de la gestión de la proximidad. 1) Participación desde el problema: los problemas son construcciones sociales y por lo tanto, comprometen la articulación de distintos actores en complejos entramados de intereses. Es el conjunto de actores que toman decisiones sobre el uso de recursos comunes con respecto a un determinado problema y que tienen intereses diferentes y en algunos casos contradictorios entre sí. La participación solo puede ser definida inserta en procesos históricos y como resultado de otras políticas públicas. La participación trata de promover instancias de articulación alrededor de los problemas sociales, que recogen la experiencia de intentos anteriores de participación que fueron frustrados. La participación tiene su propia historia y se expresa en las expectativas y disponibilidad de los diferentes actores a nuevas experiencias de participación. 2) Disputas de sentido en el seno de la participación: tensión, convergencias y divergencias que originan el mismo proceso de participación. Estas tensiones se verifican en diferentes aspectos o planos: los intereses que se ponen en juego en relación a la propuesta de solución que subyace a una determinada intervención, las representaciones acerca de las soluciones y de las modalidades de su implementación; el poder relativo de que dispone cada uno de ellos, el lugar que la cuestión ocupa en su estructura de agendas y el diferente sentido de urgencia. Estas tensiones ponen en acto un conjunto de saberes, discursos y prácticas que dialogan entre si y disputan sentido en la gestión de una política social. Desde esta perspectiva, la participación pone en juego complejas capacidades de gestión. Repetto entiende por capacidad estatal la posibilidad que tiene las instancias gubernamentales de problematizar, priorizar, decidir y gestionar las cuestiones públicas. Esto refiere a la puesta en juego de capacidades técnico administrativas remiten a la capacidad para asignar conforme a derecho bienes y servicios de manera oportuna y en la cantidad necesaria, las capacidades políticas refieren a la capacidad para problematizar las demandas de la población, tomando decisiones que los representen y expresen sus intereses y las ideologías de los mismos, mas allá de la dotación de recursos que puedan movilizar en la esfera pública. La dimensión técnica alude a la posibilidad que tienen las organizaciones de formular de alternativas factibles, mientras que la dimensión política en este campo refiere a la valoración de los intereses que se están realizando en cada caso y al despliegue de argumentaciones que hagan posible la generación de consensos. 3) Los desafíos del consenso: introduce la importancia de las actividades de argumentación explicativa y justificatoria para ofrecer al ciudadano las razones por las que un gobierno decidió hacer una cosa y no otra, desarrollará así una doble lógica: la de racionalidad instrumental y la de la racionalidad comunicativa. Difícilmente encontremos acasos en los que todos los actores, incluidos el estado, coincidan en la percepción y valoración del problema social. Los actores desarrollan diversos regímenes de justificación, es decir, un conjunto de recursos argumentativos que emplean los propios actores para criticar las acciones de los demás o justificar los propios. Una cuestión es analizar como la manera en que los actores sociales definen problema y solución es reducida en argumentos, hasta donde puede abrirse el proceso a la diversidad (y al conflicto) y construir un orden común, en el sentido de un consenso o acuerdo alcanzado desde la diversidad y no como la ficción de un consenso dado. 4) Recursos institucionales en los procesos de participación: la toma de posición de los actores no se dan en el vacío, sino en el marco de un conjunto de reglas de juego que se requiere desentrañar al momento de iniciar procesos de participación. Las reglas que se derivan de la participación deben ser explicitadas a fin de dotar de transparencia al recorrido que se está proponiendo. Estas reglas de juego (formales o informales) constituyen la institucionalidad de la participación, definiendo escenarios y momentos en que los saberes y demandas se ponen en relación. Un escenario es un ámbito social de encuentro entre individuos, grupos y fuerzas sociales y/o políticas que permite la confrontación de opiniones, aspiraciones, iniciativas y propuestas, representativas de una gama de identidades y de intereses específicos de los cuales son portadores tales agentes. Esta institucionalidad confiere distintos grado de transparencia y asigna poder relativo a algunos actores respecto de otros, se está recuperando una doble aproximación al concepto de institución: como conjunto de reglas de juego donde están respaldadas por incentivos de distintos tipos que inducen a su cumplimiento la cual valoriza la dimensión de intereses de los actores en los procesos de participación; como concepción particular del mundo, resultado de procesos cognitivos, son las convenciones sociales (símbolos, ritos costumbres, significados) a partir de los cuales los individuos interpretan el mundo que los rodea y cran su concepción de la realidad social. Jerarquiza los procesos identitarios que operan en la construcción de consensos y acuerdos y llama a mirar los aspectos culturales de las propuestas y los procesos de participación. La propuesta de participación debe identificar aquellos momentos en los que no solo es posible sino también relevante para el rumbo final de la intervención abrir espacios de participación. El gestor debe estar atento a las oportunidades que cada contexto de implementación puede estar dando lugar. 5) Pensando la participación desde la gestión de la proximidad: las políticas se de-construyen y re-construyen. La proximidad como categoría analítica y operativa tiene dos dimensiones: - dimensión espacial: refiere al territorio de lo local, al plano de la cotidianeidad de las relaciones sociales. La especificidad del ámbito local en la participación remite al análisis de los actores en un territorio concreto, también a la pertinencia de definir problemas y soluciones situados espacial y temporalmente. - dimensión organizacional: remite a la articulación entre organizaciones que se relacionan en las diferentes instancias del proceso de toma de decisiones porque pertenecen al mismo problema aunque no se encuentren localizadas en el mismo territorio. Arriagada, Irma: “Gestión de las políticas sociales desde el enfoque del capital social” El capital social hace referencia a las relaciones sociales en sus dimensiones de redes cambiantes de asociatividad, es clave en el para la comprensión del conjunto de dinámicas sociales presentes en sociedades cada vez más complejas y diferenciadas, como Latinoamérica. Este concepto le confiere un papel más protagónico a la sociedad civil y al proceso de democratización en la gestión estatal .Las personas pueden desarrollar un rol más activo en el aumento de sus redes personales y de sus activos (bienes) por medio de las acciones que configuran sus estrategias de vida. Los cambios en la estructura de relaciones sociales, a su vez, inciden en la distribución del poder y de los recursos, ejerciendo cierta influencia en las instituciones públicas y en las económicas. Es un recurso inagotable, que permite a personas y grupos la obtención de beneficios por medio de relaciones sociales dotadas de confianza, reciprocidad y cooperación. Efectos positivos del capital social: cierto grado de control social sobre la producción y el acceso a los bienes y servicios públicos, creación de confianza entre los individuos, cooperación coordinada, resolución de conflictos, movilización y gestión de recursos comunitarios, legitimación de líderes, generación de ámbitos de trabajo participativa. Existen tres tipos de capital social: ● De unión: establecido en redes familiares, de amistad, comunitarias. Son nexos entre pocas personas, y cercanos territorialmente ● De puente: redes organizacionales. Ej. Club de futbol, juntas vecinales. Son formas federativas de organización. ● De escalera: redes entre grupos o personas de distinta identidad y distintos grados de poder sociopolítico. Son nexos que crean relaciones medianamente consolidadas entre personas /comunidades y agencias públicas o no gubernamentales externas. Facilitan el acceso de esferas políticas y a recursos, al apoyo de estas agencias en momentos de crisis o amenaza. Preguntas para formular el programa: Es necesario desde un inicio que se consideren las relaciones sociales existentes en los contextos donde se va a intervenir, asi como los grados de participación de la población en la toma de decisiones. En a formulación de los programas sociales desde el enfoque del capital social se requiere delimitar el alcance del impacto que se plantea: si solo intentara trabajar sobre los activos disponibles o se intentara potenciarlos. Esta decisión significa fortalecer las capacidades de negociación, de propuesta, y de la influencia sobre las decisiones y las acciones del programa. NIVEL DE ANALISIS PREGUNTAS RELEVANTES ALCANCES GENERALES Al intentar mejorar las estrategias de vida de la población: ¿trabajan directamente sobre los activos de la población pobre? Uso de herramientas técnico- metodológicas para fortalecer tipos de capital social: de unión (proyectos que involucran grupos existentes un nivel subcomunal), de puente (proyectos que involucren la creación de foros intercomunales), de escalera ( vínculos con agentes exteriores de mayor poder) El programa trabaja sobre los activos en forma aislada o busca sinergias entre diferentes tipos de activos? Estrategias indirectamente que busca fortalecer y crear tanto capital social como por ejemplo capital financiero de una manera sinérgica. ( por la via de formación de bancos, por ejemplo) MICRO Matriz para el análisis de programas sociales desde la perspectiva de capital social NIVEL DE ANALI SIS CRITERIO DE ANALISIS DIAGNOST ICO DE LAS REDES LOCALES PREEXIST ENTES DOTADAS DE CAPITAL SOCIAL ELEMEN TOS MINIMO S AREAS DE ACCION Motivo de cooperación: solidaridad forzada o voluntaria. Debemos determinar los fundamentos y costos de la reciprocidad local: la capacidad de establecer relaciones aumenta cuando las condiciones materiales permiten la inversión de tiempo y recursos en las redes sociales y el intercambio reciproco. La reciprocidad tiene costos y las relaciones sociales de apoyo mutuo y solidaridad tiene que ser construidas y mantenidas. Analizar las formas de cooperaci ón local Estrategias de supervivencia o espirales de acumulación en el capital social existente: las familias beneficiarias de recursos son capaces de actuar de manera solidaria y generosa con parientes cercanos. Estos recursos recibidos satisfacen las necesidades de la vida cotidiana, es decir entran dentro de las estrategias de supervivencia. divisiones sociales preexistentes en la unidad de intervención: las intervenciones pueden acentuar incrementar los conflictos locales MICR O Analizar el conflicto local: tener encuentra efecto que el programa puede generar en la sociedad. Para eso se debe realizar Delimitación de la unidad de intervención: las demandas se deben tener en cuenta las percepciones de la población. No establecer previamente quien es pobre, porque algunas mediciones de pobreza no coinciden con las percepciones de la propia población de que es ser pobre, esto genera sentimientos de insatisfacción. Definición de la demanda social: se debe construir de manera colectiva y consensuadas Definir umbral mínimo de recursos para fortalecer el capital social: que necesidades tiene insatisfecha a población? Por lo general se debe tener en cuenta en primera instancia la regulación de dominio y propiedad, ya que esto aparece como una fuente de construcción de la identidad y el fortalecimiento de lazos sociales. Manejo de competencia entre actores e instituciones: la competencia existente entre los distintos actores puede afectar a los lazos sociales o al capital social de los grupos de las instituciones. Deberían plantarse reglas de juego que regulen la interacción de los actores. UNIDAD Nº 4 FICHA DE CATEDRA “GESTION SOCIAL EN ÁMBITOS PÚBLICOS” 1. ¿POR QUÉ Y PARA QUE HABLAMOS HOY DE RESPONSABILIDAD SOCIAL? La Responsabilidad Social surge, como un nuevo modelo de gestión organizacional y como una alternativa viable para el desarrollo de personas, organizaciones, localidades y regiones sustentables a partir de la participación de ciudadanos movilizados para reducir, prevenir y sancionar estos impactos negativos. Y como compromisos irrenunciables de las organizaciones que aspiran a responder a las sensibilidades de su entorno y tiempo, en pos de la inclusión, el desarrollo, la transmisión de valores, la protección medioambiental y la transformación social. Respecto a los beneficios de la responsabilidad social, los diversos autores consultados sostienen que las acciones de Responsabilidad Social contribuyen a la construcción de un entorno social, cultural, económico y ambiental más favorable al desarrollo local y global, a mejorar el bienestar de la sociedad aliviando la pobreza, y a la de una sociedad más inclusiva mediante el incremento del protagonismo, el liderazgo y la incidencia de las organizaciones. 2. ¿CÓMO ENTENDER LA “RESPONSABILIDAD?”. ESPECIFICACIONES CONCEPTUALES Desde Groisman y Lerner (2000) entendemos a la “RESPONSABILIDAD” como una: “Obligación originada en una norma,. Vallaeys (2012) expresa: “Es el hecho de responder por sus actos, frente a los demás, y responder por el futuro en general. Esta capacidad es la de un ser que tiene la facultad de hacer promesas y cumplirlas. Prometemos a los demás, y ellos esperan algo de nosotros y nos juzgan en referencia a lo que hemos prometido cumplir y nos obligan a la rendición de cuentas (accountability)” “RESPONSABILIZACION”: compromiso personal originado en la conciencia. Supone una acción consciente y voluntaria. Implica responsabilizar y responsabilizarse. (Groisman y Lerner. 2000) Vallaeys se pregunta: “¿Responsabilidad o Compromiso?” responsabilidad supone una obligación impuesta, el compromiso no. los demás me pueden encarar por mi responsabilidad, mientras que un “compromiso” depende estrictamente de mi querer, y nadie me puede obligar a querer. “RESPONDABILIDAD / ACCOUNTABILITY” refiere a la: “Obligación de responder ante la responsabilidad que nos ha sido conferida. (Groisman y Lerner: 2000). “Responsabilidad de la que hay que dar cuenta por el lugar que se ocupa”. Dicha obligación de rendir cuentas se entiende en términos amplios como a) legal y b) política. Además de a) horizontal y b) vertical (electorado y social). “Nuestras responsabilidades son cargas, pero nos honran y nos dan dignidad” expresa Vallaeys (2012:2). Se considera que, cuando se transgreden las obligaciones o cargas inherentes a su actuar, hay CULPA, 3. DEFINIENDO LA RESPONSABILIDAD SOCIAL- RECORRIENDO EL CAMINO DE LA RESPONSABILIDAD HACIA LA RESPONSABILIDAD SOCIAL. La Responsabilidad Social aborda cuestiones tan diversas que van desde la filantropía empresarial y la beneficencia social, hasta la gestión de la calidad, pasando por reivindicaciones laborales, los derechos humanos, la ciudadanía, la ecología…No es casual, entonces, que la Responsabilidad Social siga siendo una noción confusa y todavía se esté tratando de desentrañar qué es y qué debería ser. Es necesario, citando a Vallaeys “renegociar las estrechas fronteras de la responsabilidad a la nueva medida del mundo entero…” (Vallaeys, 2012: 3). Lo que implica, entonces, la necesidad de compartir esta responsabilidad global como una promesa de corresponsabilidad entre todos, emergiendo la idea de la Responsabilidad Social como “exigencia de instituir una sociedad responsable en la que cada quien participe, según su poder (como directivo, empresario, ama de casa, consumidor, estudiante, profesional, etc.) en el futuro digno y sostenible de la humanidad, en coordinación con todos los demás, bajo promesa de mutua responsabilidad.”. Implica aprender a responsabilizarse por lo que no hemos “hecho”, pero que constituye un efecto colateral sistémico de todo lo que hacemos todos: el incremento de las desigualdades, la persistencia de la pobreza, los problemas medioambientales y sociales en general, etc. La Responsabilidad Social sería: “la carga u obligación ética que los miembros de una sociedad tienen, tanto entre sí como con la sociedad en su conjunto”; es decir, refiere a la obligación de ser responsables con la sociedad, moral y legalmente, independientemente de si están o no de acuerdo. Dice Vallaeys (2012): “los impactos no son actos, no son lo que hacemos, sino lo que hace aquello que hacemos”. Y continúa: “Los impactos son efectos sistémicos, no son consecuencia de actos. Los impactos son responsabilidad de una multitud, no de algunos. Nadie puede manejar “sus” impactos por sí solo .Quien quiere ser socialmente responsable tiene que asociarse para operar cambios sistémicos. Por eso es responsabilidad “social” y no individual. Las buenas acciones no tienen efectos sistémicos. El desarrollo sostenible, entonces, es aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades. Existen ciertos organismos de carácter internacional que se encargan de delimitar, el concepto teórico de RS. Entre ellas, la definición de la ISO 26000 (publicada en noviembre de 2010) para quien la: “Responsabilidad Social es la Responsabilidad de una Organización ante los impactos que sus decisiones y actividades ocasionan en la sociedad y en el medio ambiente, mediante un comportamiento ético y transparente que: .contribuya al desarrollo sostenible, incluyendo la salud y el bienestar de la sociedad; .tome en consideración las expectativas de sus partes interesadas (stakeholder); .cumpla con la legislación aplicable y sea coherente con la normativa internacional de comportamiento, y .esté integrada en toda la Organización y se lleve a la práctica en sus todas sus relaciones.” ¿Sería esta Responsabilidad un compromiso voluntario o debiera instituirse en forma obligatoria? no hay obligación legal, sería de naturaleza siempre voluntaria la incorporación por parte de las organizaciones del respeto por los valores éticos, las personas, las comunidades y medioambientales en sus estrategias, políticas y procedimientos.Una vez que las organizaciones deciden voluntariamente ser reconocidas como socialmente responsables tienen que cumplir unos criterios mínimos y realizar acciones comprobables que atestigüen la concreción de su elección. En síntesis: Según Vallaeys, todas las organizaciones, independiente de su naturaleza y objetivos, deben ser responsables por sus impactos en dos planos: 1. Impactos organizacionales : refiere a los aspectos laborales, ambientales, de hábitos de vida cotidiana en la organización, que derivan en valores vividos y promovidos intencionalmente o no, que afectan a las personas y sus familias. 2. Impactos sociales refiere a todo lo relacionado con los vínculos de la organización con actores externos, su participación en el desarrollo de su comunidad y de su Capital Social, que derivan en el papel social que la organización está jugando como promotora de desarrollo humano sostenible. Modalidad de gestión cuya finalidad es la sostenibilidad de la sociedad. Se trata de diagnosticar, cuidar y prevenir los impactos negativos posibles, y de maximizar los positivos, para que la organización pueda considerarse socialmente útil y beneficiosa para la sociedad en todas sus operaciones. Por otro lado, la Responsabilidad Social no está más allá de las leyes y fuera de ellas sino que se articula en un marco de respeto con las obligaciones legales. Las prácticas de Responsabilidad Social pueden ser precursoras y anticipar nuevas norma; medioambiental La Responsabilidad Social plantea, además, una coordinación entre las partes interesadas capaces de actuar sobre los impactos negativos diagnosticados, en situación de corresponsabilidad. Toda responsabilidad implica el deber de rendir cuentas a las partes interesadas; deber basado en el respeto por los demás. Algunas Voces Críticas: La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) o Corporativa (RSC), ya que la actuación de las organizaciones empresariales bajo la esfera de la Responsabilidad Social se constituye en un campo contradictorio de relaciones sociales. Estas críticas: a) Se la asocia a “ayuda social” o “beneficencia”; en muchos casos, de “neo-filantropía”; para mejorar su reputación corporativa gracias a algunos actos de ayuda a los necesitados, focalizando la atención de las demandas sociales en el campo del “no derecho”, de la beneficencia, de la filantropía. Frente a este cuestionamiento responden sus defensores, alegando que ninguna organización que practique beneficencia social puede pretenderse por ese sólo hecho ser “socialmente responsable” ya que la Responsabilidad Social no es una mera acción social filantrópica al margen de la actividad principal de la organización, sino un nuevo sistema de gestión de las organizaciones que va más allá del altruismo. No es una función más de la organización, sino un modo permanente de operar todas sus funciones, basado en el diagnóstico y la buena gestión de sus impactos directos e indirectos.. b) Por otro lado, partiendo de la consideración de que las políticas públicas incorporan derechos y garantías constitucionales en el campo social, las críticas se dirigen a considerar si la Responsabilidad Social Empresarial contribuye a la ampliación (o anulación) de la conciencia y práctica de derechos de ciudadanía para una sociedad. La Responsabilidad Social no pretende reemplazar, modificar o cambiar de ninguna forma las obligaciones del Estado. 4. ¿A QUÉ TIPO DE ORGANIZACIONES LES COMPETE GESTIONAR DE MANERA SOCIALMENTE RESPONSABLE? DESDE LA FOCALIZACIÓN EN LAS EMPRESAS A LA RESPONSABILIDAD SOCIAL ORGANIZACIONAL. La Responsabilidad Social no es sólo privativa de las empresas, sino que concierne a todas las organizaciones, públicas y privadas, con o sin fines de lucro, nacionales e internacionales: cooperativas, sindicatos, universidades, empresas y gobiernos locales. Por ello es que hablamos de Responsabilidad Social de las Organizaciones. Respecto de la institucionalización diversificada de la Responsabilidad Social que se viene sucediendo a nivel mundial, sintéticamente, podemos mencionar: - Responsabilidad Social Empresarial: Las empresas son responsables de manejar la huella positiva o negativa que deja su acción en la comunidad. y su fin es contribuir al desarrollo sostenible. - Responsabilidad Social Gubernamental: Para el Instituto Argentino de Responsabilidad Social Empresaria (IARSE), esta modalidad de responsabilidad “permite entender mejor el modo en que los administradores públicos y los partidos políticos hacen uso del poder conferido y de los recursos públicos”. - Responsabilidad Social de las Organizaciones de la Sociedad Civil: en referencia al modo en que se comportan respecto de la transparencia, la participación y la confianza pública las organizaciones de la sociedad civil. (IARSE, 2007). - Responsabilidad Social Universitaria. Vallaeys es una política de mejora continua de la Universidad hacia el cumplimiento efectivo de su misión social mediante 4 procesos: Gestión ética y ambiental de la institución; Formación de ciudadanos responsables y solidarios; Producción y Difusión de conocimientos socialmente pertinentes; Participación social en promoción de un Desarrollo más humano y sostenible” (Vallaeys, 2008: 209). “ECOSISTEMA DE RESPONSABILIDAD SOCIAL”: espacio donde interactúan en el desarrollo de la estrategia con bases éticas firmes de desarrollo sostenible y políticas públicas de ética e inclusión para el bienestar de toda la población y la disminución de la desigualdad. (Devit Montealegre). Proyectos colectivos a partir de la visión y especificidad de cada uno de los integrantes y desde objetivos estratégicos explícitamente definidos y compartidos”. Lo que denominan “triángulo virtuoso de la responsabilidad social”.