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01 | Industrias Creativas y Culturales de Bienes y Servicios Digitales

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Industrias Creativas y Culturales
de Bienes y Servicios Digitales
Una oportunidad para la economía naranja soportada en la cadena de bloques para convertirse
en un motor productivo y coadyuvar al crecimiento del Producto Interno Bruto y la
diversificación de las exportaciones en Venezuela.
Por S.M. Eduardo D’Attellis
Industrias Creativas y Culturales de Bienes y Servicios Digitales
Una oportunidad para la economía naranja soportada en la cadena de bloques para convertirse en un motor productivo y coadyuvar al crecimiento del
Producto Interno Bruto y la diversificación de las exportaciones en Venezuela.
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Maracaibo – Venezuela
Temario:
>A modo de Introducción.
Modelos de Negocios de Industrias Creativas y Culturales enmarcadas en el comercio digital de
bienes y servicios digitales y no digitales.
La Bibliodiversidad como política para el intercambio cultural y comercial de libros como bienes
culturales.
Cultura Libre: Una mirada hacia el cambio de paradigmas en el intercambio comercial de bienes y
servicios con propiedad intelectual.
Blockchain y Economía Naranja: El internet del valor para el ejercicio de las libertades creativas en
pro de una sociedad más justa, transparente, democrática y descentralizada.
La Responsabilidad Social Empresarial como vía de impulso para el emprendimiento y desarrollo de
las Industrias Creativas y Culturales.
Mecanismos e instrumentos para la construcción de una Industria Creativa y Cultural Nacional de
Bienes y Servicios Digitales en Venezuela.
Notas acerca de la Cultura Digital y la Migración de las Industrias Creativas y Culturales
Tradicionales a Industrias Creativas y Culturales de Bienes y Servicios Digitales.
Apuntes sobre la Gerencia de Industrias Creativas y Culturales.
Acerca de LETRAS VIRTUALES.
Acerca del Autor.
A modo de Introducción:
Las Industrias Creativas y Culturales -también conocidas Economía Naranja- es el sector
productivo que engloba los bienes y servicios creativos tales como: libros y editoriales, artes
visuales, escénicas y perfomativas, artesanía, audiovisuales, multimedios, discografía, arquitectura,
cultura y desarrollo, diseño, moda y publicidad, turismo cultural y ecoturismo, software y
videojuegos, entre otros productos derivados de acción creativa.
Desde una perspectiva macroeconómica según datos del Banco Interamericano de Desarrollo
(BID) en 2005 las Industrias Culturales alcanzaron el 6,1% del volumen de la economía global, y
para 2011 ya había alcanzado los 4,3 billones de dólares. En un análisis comparado representa algo
así como el 120% de la economía alemana o dos y media veces el gasto militar en el mundo. Según
la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo entre 2002 y 2011 las
exportaciones de bienes y servicios creativos subieron un 134%, casi el doble que la transferencia de
armas (71%) en una década de guerras activas en Irak y Afganistán. Y en el 2011 sólo las
exportaciones en bienes y servicios creativos alcanzó los 646 mil millones de dólares convirtiéndose
en el quinto rubro más transado en el planeta después de los combustibles minerales, fósiles y
derivados del petróleo (primero); los equipos eléctricos y electrónicos (segundo); maquinarias,
reactores nucleares y plantas térmicas (tercero); y vehículos (cuarto).
Los Indicadores UNESCO para la Cultura y el Desarrollo señalan en su estudio en 11 países en
vías de desarrollo, que entre 2011 y 2014 el sector cultura representó entre el 1,5% y el 5,7% del
Producto Interno Bruto (PIB). En Ecuador, por ejemplo, la contribución de la cultura al PIB supera a
la proveniente de la producción de café, cacao y banana, siendo este -según el compendio estadístico
de la FAO de 2019- el mayor exportador de banana del mundo durante los últimos 10 años, con más
de 6MM de toneladas año para 2019.
El sector editorial y en específico la producción de libros digitales según los datos de la
compañía de investigación GFK, en el pasado 2015 las ventas en España superaron el 1.000.000 de
unidades que se traduce en 8.8 millones de euros facturados. En términos globales, el mercado de
venta de libros electrónicos alcanzará los 16.700 millones de dólares en 2020 según informa la
empresa Strategy Analytics. Con estos datos se prevé que la lectura digital aumente hasta un 28% en
2021 en comparación con el año 2013 que era del 9%. Otro dato curioso es que el balance de hace
tres años fue que en el año 2013, el 40% de los eBooks más vendidos por Amazon fueron de autores
autopublicados.
Según una encuesta de The Fussy Librarian el 20,60% de los encuestados, el precio que se
considera justo para pagar por un eBook (libro electrónico) es de USD 3,99 $. Solamente un 18% de
los lectores que respondieron a la encuesta opina que pagar un dólar más de lo estipulado sería
correcto; y sólo un 6,49% de los usuarios consideró que USD 5,99 $ debería ser el precio de los
eBooks. El dato que más sorprende es, sin embargo, que solamente un 6% de los lectores de esa
página afirmó que todos los libros tendrían que ser gratis. Adicional la venta de cada libro representa
una utilidad de hasta un 30%, calculada sobre el precio final de venta, a favor del autor-editor.
Por otra lado, según el boletines de los últimos años del Centro Regional para el Fomento del
Libro en América Latina y el Caribe, (CERLALC - UNESCO), en las feria internacionales del libro
celebradas en las distintas regiones recibió la visita de más de 792 mil personas y registró cerca de
42 millones de dólares en ventas. En el mismo informe señala que el volumen total de libros
publicados en América Latina en 2015 fue de 188.607 títulos lo que representa 3.689 millones de
dólares en el PIB 2014. En el caso específico de Venezuela la producción fue de 3.199 títulos
ocupando el puesto 9 de los 19 países en estudio, después de Brasil (78.288), México (29.524),
Argentina (28.010), Colombia (16.031), Perú (6.152), Chile (5.701), Cuba (4.459) y Ecuador
(3.855).
En un análisis comparado con 2013, la producción de libros en Venezuela cayó en -11,5%, la
segunda tasa de decrecimiento más alta después de Paraguay con -19,3% y aunque la tendencia
general fue hacia la baja (-2,8%), las experiencias de Honduras, Cuba y El Salvador evidenciaron un
crecimiento del +54%, +39,4% y +35,2% respectivamente. Esta baja está íntimamente ligada con la
crisis en la consecución de papel, optando por la publicación digital que adicionalmente se convierte
en una alternativa mucho más ecológica y en consecuencia mucho más sostenible.
Si bien el libro como concepto de contenedor, portador, o bien cultural y la producción editorial
representan tradicionalmente al subsector de la economía naranja de bienes y servicios digitales con
mayor presencia, y mayor transversalidad en la relación acceso/capacidad de producción e
infraestructura de plataformas digitales especializadas, en los últimos años la producción de
software lo ha superado notoriamente en la dimensión de la apropiación social y generación de
dinámicas culturales relacionadas con la actividad de las industrias creativas y culturales, por medio
del consumo masivo de aplicaciones para dispositivos móviles, de la mano de la producción de
contenidos para redes sociales y revistas electrónicas.
El contexto de la pandemia a causa del COVID-19, conllevó a un confinamiento a escala global
que a su vez impulsó no sólo un mayor uso y una relación mucho más cercana con medios y
plataformas digitales, sino además una migración hacia el emprendimiento digital como medio de
subsistencia y la migración a modelos de negocios mucho más digitalizados para la
comercialización de productos y servicios basados en el teletrabajo e informática en la nube, lo que
ha implicado nuevos retos para la comercialización e intercambio de bienes y servicios culturales,
así como físicos y digitales en general.
Según el informe conjunto de la CEPAL y la OIT de junio de 2021 sobre la coyuntura laboral en
América Latina y el Caribe, en el último trimestre de 2019 -previo a la pandemia-, los sectores de
diseño y medios de comunicación; traducción y lenguaje; y tecnologías de la información y software
-que incluyen productos y servicios enmarcados dentro de la economía naranja- representan en
conjunto el 79% de la demanda y el 69% de la oferta de ocupación digital en plataformas, sobre un
universo de 196 mil casos de oferta y 53 mil casos de demanda en promedios diarios de tareas de
ejecución global en plataformas. También se estima que en Argentina, Colombia y la República
Dominicana, la ocupación digital representa entre un 0,8% y un 1,0% de total de la ocupación
laboral. Si bien los informes no discriminan sobre tareas específicas inherentes a la economía
naranja, los servicios de diseño, software y traducción representan implícitamente actividades
creativas y servicios editoriales.
Desde 2014, la introducción de los vales no fungibles o tokens no fungibles, -del inglés No
Fungible Tokens (NFTs)- basados en tecnología de cadena de bloques o Blockchain a permitido la
creación de nuevos modelos de negocios vinculados a las industrias culturales de gran trazabilidad y
rentabilidad. Un primer hito llegó en 2017 con los KrytoKitties, seguido a este fenómeno que llegó a
colapsar la red de Ethereum, el número de plataformas para la comercialización de activos digitales
tokenizados (NFTs), así como las creadoras y los creadores ha ido incrementando de forma
progresiva desde finales de 2018.
El principal aporte de los NFT, es que dada la naturaleza de la tecnología Blockchain basada en
contratos inteligentes, asociados a un registro notarial de libre acceso público y descentralizado,
seudónimo, auditable y materialmente casi imposible de adulterar, ha permitido la comercialización
de activos digitales almacenados dentro de la cadena de bloques, o fuera de esta con un certificado
asociado biunivocamente dentro de la cadena -modalidad igualmente aplicable a activos físicos-. El
modelo tecnológico ha inspirado confianza, ya que permite realizar transacciones seguras, aportando
trazabilidad y garantía de originalidad de los activos digitales, así como la incorporación de sistemas
de regalías permanentes a favor de las creadoras y creadores con valores porcentuales fijados al
momento de la acuñación del NFT y que se ejecuta contra cada transacción realizada dentro de la
red que involucre el activo digital en cuestión, que aporta una relación más justa entre los creadores,
las creadoras y el mercado.
De los diferentes sectores relacionados con el comercio descentralizado en la Web3, la
participación más destacada ha sido la del CriptoArte, con transacciones millonarias por piezas
individuales impulsadas por grandes galerías, y volúmenes de negocio -para el final del primer
trimestre de 2021- sobre los 10 millones de dólares diarios, para un total de más de 500 millones de
dólares en un universo cercano a los 400 mil usuarios. Adicional cabe destacar el comportamiento
del mercado global de los NFTs, con una tendencia progresiva y permanente de crecimiento. Sólo en
OpenSea.io de enero a febrero de 2021 el volumen de mercado subió de 6 millones a 80 millones de
dólares y el 16 de Agosto del mismo año Devin Finzer, Co-fundador de la plataforma, anunció vía
twitter que habían superado los mil millones de dólares. De forma comparada, para finales del
primer trimestre de 2021, el volumen conjunto de todas las plataformas ya habían superado en un
166% el volumen total de ventas de 2020.
Esta revolución del arte digital ha traído consigo un fenómeno masivo, democrático y
descentralizado de inversión en la economía naranja, así como la valoración y uso de tokens de
obras de criptoarte y otros activos culturales digitales como activos financieros comercializables -y
con gran demanda- en mercados secundarios. Y el modelo es replicable y/o adapatable a todas las
áreas de bienes y servicios digitales de la economía naranja.
En resumen podemos determinar que la cultura, y en especial las industrias culturales, han
desempeñado un papel cada vez más importante en las economías nacionales como un significativo
sector productivo y generador de experiencias de transformación e innovación social y comercial
que aunado a la cadena de bloques permite realizar operaciones mucho más justas y confiables en el
contexto de los bienes y servicios digitales. Las actividades de las industrias culturales y en especial
y actualmente las de bienes y servicios digitales, impulsan el crecimiento, y contribuyen a
diversificar las economías nacionales, generando ingresos y creando empleos en las naciones de
renta baja, media y alta, que impactan notoriamente el producto interno bruto, fortaleciendo además
la formación artística y profesional, la inclusión social, la igualdad de género, la identidad y la
sostenibilidad patrimonial.
Fuentes:
Eduardo D’Attellis. (02 de junio de 2016). Aproximación a una oportunidad de desarrollo de las
Industrias Culturales en Venezuela.
https://eduardodattellis.wordpress.com/2016/06/02/aproximacion-a-una-oportunidad-de-desarrollode-las-industrias-culturales-en-venezuela/
Buitrago, F. y Duque, I. (2013). La Economía Naranja - Una Oportunidad Infinita. Banco
Interamericano de Desarrollo.
Alonso, G. y Medeci, M. (2014). Indicadores UNESCO de Cultura para el Desarrollo - Manual
Metodológico. UNESCO.
Monak, L. y Valencia, A. (2015). El libro en cifras - Boletín estadístico del libro en Iberoamérica.
CERLALC-UNESCO.
Velasco, J. y Weller, J. (2021). Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe - Trabajo decente
para los trabajadores de plataformas en América Latina. CEPAL / OIT.
Devin Finzer. [@dfinzer] (16 de agosto de 2021). OpenSea just hit $1B in trading volume for the
month of August so far. And it's still day 0 for NFTs [Tweet]. Twitter.
https://twitter.com/dfinzer/status/1427429707365163009?s=20
Acerca de Letras Virtuales:
LETRAS VIRTUALES, es una organización no gubernamental y sin fines de lucro constituida el 21
de Agosto de 2014 y debidamente registrada bajo el Número 40, Folio 228, Tomo 29 del Protocolo
de Transcripción del año 2014 del Registro Público de Primer Circuito del Municipio Maracaibo del
Estado Zulia con fecha 26 de Agosto de 2014, cuyo objeto social es: “Realizar actividades artísticas,
científicas, tecnológicas, culturales, ecológicas, educativas, deportivas, benéficas, de asistencia
social y esparcimiento en favor del desarrollo y apropiación social de la lectura, la escritura, el arte,
la literatura y ciberliteratura, las publicaciones digitales y los sistemas de lectura electrónica.”
LETRAS VIRTUALES, es una organización creativa, proactiva y portable, y que tiene como
objetivos estratégicos para sus primeros años de ejercicio el impulso de la edición digital, la
autopublicación de libros digitales y obras de ciberliteratura, así como la formulación,
administración y gerencia de proyectos artísticos, sociales y culturales orientados hacia la cultura
digital.
Acerca de S.M. Eduardo D’Attellis:
Artista Plástico y futuro arquitecto prestado a la ciencia y la tecnología, nacido en Maracaibo el 18
de Mayo de 1978. Fiel amante del poder creativo, este ciudadano del amor y doblemente luciteño es
fotógrafo, diseñador gráfico e industrial, artista digital y poeta egresado de la Escuela Nacional de
Artes Plásticas "Julio Árraga" en 1997.
Su carrera se destaca entre la política institucional y el acontecer científico y tecnológico donde ha
realizado trabajos de investigación sobre la integración de el arte, la cultura, la ciencia y la
tecnología. Es activista de la Comunidad de Software Libre desde 2005, el Desarrollo Sostenible
desde 2009, la Poesía desde 2012 y la Bibliodiversidad desde 2015. Entusiasta Blockchain y CoRedactor de la "Declaración de Caracas" (2009) en calidad de Observador de la Fundación del
Software Libre América Latina (FSFLA).
Desde 2012 se desempeña como integrador de soluciones y asesor en materia de responsabilidad
social corporativa y desarrollo sostenible, sin descuidar sus letras e imágenes que comparte a través
de su bitácora digital, recitales de poesía y salas de exposiciones.
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