N C ç) O (ID 4-4 II 5; ~ -J Colecciân: i3ihliotheca Philologica Direccién: Lirno N1EToJir~iÉNEz A mis estudiantes de Espaiia, (le Europa, de América, de Mrica, de Asia, con la esperanza de serles digno. Expreso mi m~is sincero agradecimienco a cuantos atendieron mis consultas, a quienes creyeron en este trahajo aines de leerlo y a quienes no creyeron en dl, a quienes me facilitaron libros, documentos y materiales, a quienes leyeron con ojos amigos las primeras versiones de estas pâginas, y a quienes tuvieron la paciencia de ofr —descuchar?-- mis clases de BISLIOTHEQUE CANTONALE E UNIVERSITAIRE 1 1 NOV. 2010 dialectologia, en Arnérica y en Espaûa. Maria Jairojavier dcl Mar Marti n deSânchez Nicolâs Garda LAU SAN NE/DOrig ny Lola Lépez Enamorado JoséAntonio Samper Abelaido San Mai lin ‘1 ~ Luciano Elizaincm Rocio Caia~edo Raquel Romero Esta obra ha sido publicada con una subvenciân de la Direccién General dcl Libro, Archivos y Bibliotecas dcl Ministerio de Cukura, para su préstamo pûblico en Bibliotecas Pi~blicas, de acuerdo con b previsto en cl artï culo 37.2 de la Ley de Propiedad Intelectual. © by ARCO/LIBROS, S.L., 2009 Juan Bautista dc Toledo, 28. 28002 Maclrid ISBN: 978-84-7635-783-5 Dcpôsito Legal: M-45.923-2009 Impreso en Espaiia por Lavel, Industria GrMlca, S. A. (Madrid) . . .. Irania Malaver Aifredo Malus Tanja Zimmer Yolanda Rios juan Villena Elena Rojas Lidio Nieto Î NDICE INTRODUCCIÔ N. 9 DEL ORIGEN Y LAS FORMAS DE LA DIVERSIDAD LrNGÛÏ 5TTCA HISPÂNICA 1. 2. 3. 4. El espafiol en su historia y en su geografla La diversidad geolingù istica y su percepciân La vida social de las variedades dcl espaûol Tendencias internas y factores externos en cl uso dcl espafiol. DE 15 31 63 79 LAS ÂREAS GEOGRÂFICAS DE LA LENGUA ESPAfq0LA L Âreas de Espa~ia 5. El espaûol castellano 6. El espafiol andaluz 7. El espafiol canario IL Arecs (le Hi spanoaméri cc 8. El espaflol general de Arnérica 9. El espaflol caribeûo 10. El espafiol mexicano y centroarnericano 11. El espaûol andino 12. El espaûol austral 13. El espafiol chileno 107 145 185 203 221 249 291 329 367 DE LA PEJUFERIA DEL MUNDO HISPÂNLCO 14. El espafiol de los Estados Unidos de América 15. El espafiol de Africa y de Asia 391 422 EPIL000 INDICE DE ILUSTRACIONES ALFABETO FÔNICO BIBLI0GRÂFÎ A INDrcE oNoMÀ sTtco Y DE MATERTAS 451 455 461 463 489 CAPiTuLa 8 EL ESPAl~OL GENERAL DE AMÉRICA No se ci caque recomendando la consel ~acion de! castellano sea mi animu tachai de vicioso espuno todo loque es peculiai de Ios amencanos Ha~ locuciones casons que en la Peninsula pasan hoy por anucuadas que sub sisten u-adicionalmente en Hispanoamei ica ~p0i que P OSCi ibirIas~ [ I ?que mou~ os hay pat a que nos a\ ergoncemos de usai los~ ChIe y Venezuela tienen tanto derecho como Ai agén y 4.ndalucia para que se toleren sus accidentales clivergencias. cuando las parocina la costumbi e uniloi me y autenuca de la gente educada AntI, es Bello, Gmmat,ca cli la lengua casiellana 1847) Amérua y la lengua e3pafiola P. ~Se puede ustecl ci eer que apenas conozco \mérlca? FMF Usted se b pierde Arnénca es un piochgio de continente y una especie de pat aiso para los estudiosos de la hnguistica XÇ si le interesa la situacién acit al del mglés, cl poi lugués o cl espafiol. allâ encontrarâ elementos esenciales pain su conocimiento P dY por quéesas tics lenguas~ ~Acaso no se hablan muchos m~î s idiornas en Améuca2 FMF Ya b ci eo. En toda Amét ica se habla alt edecloi de un millai de lenguas, pci O, 51 usted habla mglés, poi tugués y espafiol, p0di â visitar prâcticamente cualquier regién amet icana sin que se le piesenten giaves pioblemas de cornunicacién De todos mo dos, pracuque un poco su francés poi si quiere visitar Quéhec. flaitf o la Guavana fi ancesa. P: Yoles tengo apiecio y tespeto a iodas las lenguas, peto ahoia nie mteresa cl espaflol y su distnbucién pot cl tenitono arnencano FMF: Pues bien, para empezar, es surnamente importante cono cci cémo estâ orgarnzado ese territoiio ~Sahe con quién nene fiontera cada uno de los paises hispanohablantes~ Podria set LA LENGUA ESPA$J0LA EN SU GE0GRAFIA ~ij4 bueno tener delante un mapa de laAménica hispana o hispâni ca; o, si preflere, de Hispanoaménica. LI EL ESPM~OL GENERAL DE AMÉPdd’A 205 4oc n colonial — 1 192 1810 Periodo de ongenes 1492-1531 Penodo de sida colonial 1532-1780 Peniodo de p Isaje a la Independencta 1780-1820 Epoca t it d.p 182e-2000 nd c n (e Periodo de transicion 1821-1900 Peniodo dc equilibi io y con Iliclacion ni ional 1901 ~000 Cuadro 8.1. Periodizacién de la historia dcl espal5ol (le Arnét-ica. Basado en Guitarte (1983: 168-182) Mapa 8.1. Mapa polftico de la Arnérica hispânica. P: ~Ypor quéno dice “Iberoamérica” o “Latinoamérica”? b’MF: Porque, para los asuntos de los que hablamos, relacionados con la lengua espaflola, esos términos no son vâlidos, por no ajustarse a nuesî ra realidad de referencia: Iberoamérica incluye todo cl ârnbito lusôfono; Latinoamérica, actuairnente, se refie re tanto a la que se expresa en espaflol como a la que no b maneja. La Arnérica que habla espaflol especificamente es I-lispan o-América. P: ;Ycômo es cl espafiol de esaAmérica? FMF: En realiclad ya hernos cornentado muchos aspectos del es pafiol de Arnérica. Una lengua espaflola que se flac fraguando poco a poco a b largo de la historia. Guillermo Guitarte pro puso en 1983 una periodizacién de la historia dcl espa~ol de América en cinco etapas: las tres primeras son la de origenes o formacién dcl espaflol (l492~1531)l, la de la Espafla colonial (15324780) y la dcl pasajc a la Independencia (1781-1820); clespués vendria la época inclependiente, que se dividiria en un periodo de transiciôn (siglo xix) y un periodo (le consolida ciôn (siglo xx). Dentro de esta primera, se denonuna “periodo antillano’ al que va entre 1492 y 1519. P: En relacién con sus orfgenes, hemos visto que cl espaflol amen cano estâ muy vinculado al espafiol andaluz. dVerdad? FMF: ~Me alegra comprobar que se acuerdal Pero, ffjese: Delos Lincoin Canfleld elaborô un grâfico en cl que se establecian las épocas en que fueron surgiendo las vaniedades de espafiol en Aménica y el punto débil de su esquema era, precisamente, que hacia denivar todas esas vaniedades de un mismo onigen: cl dialecto andaluz. Irso 1650 Tiet ras altis de Bolivia Paraguay 1750 Parroqula de San Bernardo rimas ahas d Peru Nuevo Me\R Colorado Taba en, \ cran u MLxico Tierras altas de Ecuador Oeste de Argentina Costa de Coloinhia Tierias alta~ de Colombia U bal Venetut li (nias or parte) Ticrias altas de Mexico Honduras (osta de Ecwtdor ~,uaternala Nicaragua P mati a Costa Rica Sur de Chile Rcpublica Doininicana Noroeste dc Aj6cnûna Ut cigna) Centro d ChU ~stadosUnidos/ Argentina portefla Cuba - \ ene,uela andina \-1V 01 Flonida Puerto Rico Cuadro 8.2. Periodos de formaciân de las vaniedades dcl espafiol arnericano. Basado en Canfield (1981: 9) 206 L~ LENGUA ~ EN SU GEOGRAFIA P: 1Y ahi estâ la polémica! FMF: Aines quise hablarle de la “teorfa andalucista” y usted me picliéque b dejâramos para m~is adelante. Bien, este puede ser un buen momento para db. La lesis andatucista y et espa flot de las Antilias P: Pues explfqueme quédice la famosa teoria andalucista. FMF: En pocas palabras, la teoria andalucista defiende que la base dcl espaûol de América se encuentra en las hablas andaluzas occidentales. Dicho asi, parece fâcil y razonable, dado cl origen suroccidental peninsular de los prirneros colonizadores. Pero enseguicla verâ cémo comienzan a desplegarse argumentos de variada fnclole: lingiiistica, histérica, geogrâfica, social y hasta ideolôgica. P: dDe indole ideolôgica? FMF: dPor quéle extrafla? Todo b relacionado con cl uso social de las lenguas se carga muy fâcilmente de connotaciones ideolôgi cas. En este caso, se tram también de conceder mayor o menor ascendencia a Espaûa como elemento constitutivo de la iden ticiad americana. Digamos que las tesis anclalucistas pueden es griinirse para clefender tal ascendencia y las anti-andalucistas para b contrario, légicarnente. P: Pero sospecho que ahi no acaba todo. dVerdad? FMF: ~Claro que no! Por eso es preferible ir poco a poco, desgra nando tanto los hechos como los arguinentos, para que, al fi nal, cada uno saque sus conclusiones sobre la importancia dcl influjo andaluz en la constitucién dcl espaûol de Arnérica. P: Pero, €cômo surgiô la polémica? FMF: Pues, mire. Ya en cl siglo xix, Rufino JoséCuervo, colombiano tIc nacimiento, y Rodolfo Lenz, chileno de origen alemân, re conocieron la importancia dcl influjo anclaluz sobre cl espafiol americano. Pero la polémica que se ha prolongado casi hasta nuestros chas se iniciô cuando, en bos ahos veinte, Max Leopold Wagner y Pedro Henrfquez Ureha cliscutieron, por medio de an ticulos, sobre cl andalucismo de muchos fenémenos dcl espaflol americano (defendido por Wagner) o cl desarrollo en paralelo, no causal, de esos mismos fenémenos en Espafia y América (de fendido por Henrfquez Urefla). A la posicién anti-andalucista EL ESPAt~OL GENERAL DE AMÉRIGA 207 se uniéAmado Alonso; a la andalucista vinieron a unirse otros filélogos, como Menéndez Pidal, Lapesa, Alvar o Frago. P: Pero, ~cuhles son bos argumenios que sustentan la tesis andalu cista? FMF: Fundamentalmente, son dos los argumentos: uno demogrâ fico y otro histérico-lingù istico. El primero sostiene que cl con tingente demogrâfico de andaluces desplazados a América fue b suficientemente importante en cl siglo XVI como para que la manera de hablar predominante fuera la suya y que, a partir de ella, se creara una modalidad nivelada. Asi se clesprende dcl trabajo de dernografia histôrica que ha tenido una mayor tras cendencia entre los publicados hasta cl momento. Me rehero a los estudios de Peter Boyd-Bowman, que comprobaron que du rante cl siglo xvi fueron 200.000 los espafloles que cruzaron cl Atlântico y que, de ellos, cl 37% cran andalucesy cl 16%, extre meflos. Adem~ts, la presencia andaluza fue muy clara en ire 1493 y 1519. Podrâ discutirse si es suficiente un 40% dc pobladores de origen andaluz para que su variedad hingflistica predomine sobre las demâs, pero es bueno recordar que los factores socia les que favorecieron las soluciones innovadoras en cl espaflol de Andalucia (dinamismo social; diversidad de origenes geo y sociohingflisticos) se prolongaron en cl nuevo contexto amen cano y pudieron facilitar su difusién. P: ~Yquése argumenta desde la lingflistica histôrica? FMF: La cuestién, desde esta perspectiva, es establecer en quémo mento se verificaron los principales cambios fénicos de las ha blas andaluzas. Si esos cambios fueron tardios (siglo xvii), no pudieron haberse trasladado aAmérica en cl siglo xvi, sino que podnian haberse desarrollado de forma paralela en Aménica y en Espafla. Esta ûltima viene a ser la tesis poligenética de Ama do Alonso. Ahora bien, si los cambios fônicos mâs importantes —cl seseo, cl yeismo, cl debilitamiento consonântico— ya se habfan producido a finales dcl siglo xv, antes dcl periodo antilla no, bien podnia pensarse en la posibilidad de su traslado desde Andalucfa hacia cl Nuevo Continente. P: dYfue asi? FMF: Asf b demuestrajuan Antonio Frago en su Historia de las ha bias andaluzas~ y ho afirma con rotundidad en su Historia dci es pa~iol de América: 2Frago 0992). 208 LA LENGUA ESPA~OLA EN SU GEOGRAFIA Clam es que la impronta dejada por los andaluces en cl espaflol america no resulta de la mis absoluta evidencia en todos los érdenes, partiendo de la no menos meridiana certeza de que cl dialecto andaluz exisda cuan do cl Nuevo Mundo quedédescubierto para los europeos, agrandândose 5m medicla las certidumbres docnmentales en referencia a todo cl siglo xvi P: Se puede decir mâs fuerte, pero no mâs claro. Sin embargo, pienso una cosa: yo no tengo por quédefender una tesis u otra, pero, cuando oigo hablar a un argendno o a un peruano, no me suena a muy andaluz, que digamos. FMF: Es que seria un error craso y manifiesto identificar cl espaflol de América en su totalidad con cl dialecto andaluz. La zona mâs cercana lingiilsticamente al andaluz es la caribefla; los de ntis territorios arnericanos evidencian su vinculaci6n histérica con las hablas andaluzas en rasgos como cl seseo, cl yefsmo, cl uso de ustedes como pronombre de segunda persona o el ca râcter etimolégico dcl sistema de pronombres âtonos. Junto a estos rasgos, existen otros que no son de cuûo andaluz. P: En ese caso, cl andalucismo de América seria parcial o relativo. FMF: Eso es. Parece claro que existiéuna base lingûistica primera, con caracteristicas andaluzas o andaluzadas, y que en el Caribe se continuédesarroflando gracias a los permanentes contactos con Andalucfa y con las islas Canarias. Pero no podemos iden tificar todo cl espaûol de Arnérica con b que ocurriédurante cl periodo antillano o en los limites de la regién del Caribe. Durante los siglos XVII, xviii y xxx se produjeron nuevas migra ciones, desde diferentes regiones espaflolas y con perfiles lin giiisticos variados. A eso hay que afiadir los contactos con otras lenguas, la convivencia con las lenguas indigenas, la esclavitud. Ya hemos tenido oportunidad de comentarlo. P: Me quedo con la idea dcl andalucismo relativo, FMF: Sj, porque a veces fijamos conceptos que después resulta di ficil corregir. En realidad, de igual forma que existe una falsa imagen del espaflol de Espafia, también existe una falsa ima gen dcl espafiol americano, que fue denunciada porjuan Lope Blanch nada menos que en la emblemâtica fecha de 1992. P: ~Yen quéconsiste esa falsa imagen de América? ‘Frago (1999: 65). EL ESPAI~JOL GENERAL DE AMÉRICA 209 LaJ’alsa irnagen dcl espaûol arnericano FMF: En realidad, existen muchas ideas sobre cl espafiol america no que vienen circulando desde hace décadas, por via escrita y oral, y que dificultan una correcta apreciacién de la realidad sociolingûistica dcl espafiol. Los rasgos que a menudo se han utilizado para definir cl espaflol de América son, como explica Lope Blanch, “su sorprendente uniformidad, su firme conser vadurismo, su bâsica rusticidad o vulgarismo, su colorido ame rindio, su originario arcaismo y su parcial andalucismo”1. No se puede decir que laverdad estéausente de un modo absoluto de algunas de estas definiciones, pero no pueden ser entendidas ni asi ni de un modo genérico. P: dPodriamos comentar todo esto con un poco rnâs de calma? FMF: Naturalmente. Vayamos poco a poco. Ya hemos hablado del an dalucismo y cabe aûn insistir en cl peligro que supone tanto igno rar las evidencias demogr~iicas y lingûfsticas como practicar gene ralizaciones absolutas. En cuanto a la un~foniddad, se puede decir que, a los ofdos de un hablante de Espaûa, es posible identificar un “aire de faniilia” entre modalidades americanas de distinta pro cedencia, b que no quiere decir que los espafioles scan capaces de distinguir siempre entre b americano y b espafiol, entre otras razones porque no son pocas las ocasiones en que se creen reco nocer como americanas las hablas canarias o, incluso, las andalu zas. 5m embargo, a pesar de compartir ciertos rasgos generales (recordemos: seseo generalizado, pronunciacién dentalizada de la ese, yefsmo mayoritario), las hablas americanas muestran dife rencias internas que las alejan de la uniformidad. Hagamos sim plemente una râpida comparaciôn entre un niexicano, tin cubano y un argentino: las diferencias fonéticas que existen entre ellos son perfectamente reconocibles para cualquier hispanohablante, por no hablar de sus diferencias gramaticales o léxicas. P: En definitiva, que cl espafiol de América no es uniforme. FMF: No b es. Como tampoco se puede decir que sea conservadaro arcaizante. Es cierto que existen elementos arcaizantes en cl es paflol de Aniérica, como existen en cl de Espafia, porque toda variedad estâ sometida a un proceso evolutivo donde unos de mentos nuevos van reemplazando a otros, que a menudo quedan arrinconados antes dc desaparecer. Por otro lado, cl con1 Lope Elanch (1992: 313). 2W L~ LENGUA ESPA~0L~ EN SU GEOGRAJA ceplo de arcaismo es relativo: cl arcaismo siempre b es respec 10 de una solucién innovadora en un territorio cleterminado y no tiene por quéserlo en todas las âreas a la vez. Pero, ademâs, no se puede clar sin mâs la calificacién genérica de “conservadoras” o “arcaicas” a unas moclalidades que ofrecen numerosas innovaciones dentro dcl sistema comûn espafiol. P: ,Y por quése ha clicho que cl espaflol de América es vulgar? FMF: Parece clemostrado que cl supuesto vulgarismo americano no puecle seguir basândose en cl argumento dcl bajo perfil socio cultural de los inmigrantes espaûoles, porque los colonos que alU llegaron, con ci paso de los afios, no fueron mayoritaria mente ni delincuentes ni rûsticos ni totalmente incultos, como demostrô Angel Rosenblat en 1977: La sociedad hispanoamericana dcl siglo xvi [...j se constkuyâ con una proporciôn mu)’ aita de hidalgos y una proporcién también muy alta de clérigos, licenciados, bachilleres y gente cuita, mayor que la que se daba en la sociedad europea de la época. Liegaron taiubién, claro estâ, campe sinos (en cantidad sorprendentemente pequefla), gentes de los diversos olicios (en cantidad aigo mayor) y sobre todo marinos y solciados de los niâs diversos sectores sociales. Pero ya en la misma hueste conquistadora, y aûn mâs ai constituirse la sociedad hispanoamericana. se produjo una nivelaciân igualadora hacia arriha, una “hidalguizacién” general’. P: Ynos queda la atribuciôn de “colorido amerindio”. Pero, o yo no b voy conocienclo a usted o me va a decir que ese rasgo no es apropiado para una caradterizaciôn lingiifstica. FMF: Pues me ha leido cl pensamiento. En lingûhstica no resultan mu)’ apropiadas las descripciones sinesiésicas. Ahora bien, si ha blamos simple y lianamente de influencia (le las lenguas indige nas americanas sobre cl espaflol, su relativa importancia queda bien clara en la afirmacién de! propio Lope Blanch: “es peque fia o superficial por cuanto que no ha alterado prâcticamente en nada cl sistema gramatical —la estructura fono-morfo-sintâc Lica— de la lengua espaûola”6. Yalgo parecido podrfa decirse de! léxico, a pesar de b Ilamativo de la presencia de indigenismos, muchos de los cuales han pasado incluso a la lengua general. Lo que ocurre es que cl léxico indigena se hace notar sobre todo en las hablas locales y en cl dominio dcl léxico nornenclador, de los lopénimos, dc los nombres de plantas y de las especies animales; el léxico estructurado apenas recibe transferencias indfgenas. EL ESR~0L GENERAL DE AMÉRIGA P: Voy teniendo las ideas mâs ciaras sobre cl espaflol americano. La cornu nidad de msgos lin g-i ‘Lsticos FMF: Un espaflol americano que coinparte numerosos elementos por la prâctica totalidad de su territorio. P: Esos elementos compartidos configuran b que usted llamaba e! dialisteina dcl cspaûol ,No es asi? FMF: Efectivamente. En este caso, cl diasistema dcl espaiiol amen cana Con todo. dentro de ese diasistema es posible descubrir conjuntos o haces de rasgos comunes a territorios cletermina dos; rasgos que, al unirse a otros especificos de cada ârea, per milen identificar las variedades principales de la lengua De este modo, aunque no sea adecuado hablar de una variedad de conjunto, de un sistema o de un dialecto denorninado “espaflol de América”, b cierto es que existen rasgos compariidos por todo cl espaflol americano. Hablanios de un conjunto de rasgos que no refleja cl habla real de nadie, pero que representa las caracterî sticas compartidas por muchos. P: dY cuâles serjan esos ebementos compartidos? FMF: A propôsito dcl espafiol de 1-lispanoamérica, podemos hacer un csfuerzo para resumir aquellos elementos lingûfsticos que resultan mâs claramente identificativos, sobre todo por su grau extensiôn geogrâfica. Muchos de ellos, sicndo gcncrales en América, también pucdcn ofrse en Espafia. aunque a mcnudo solamente en ciertas âreas, sobre todo de Andalucia y Canarias. Veamos un cuadro general, al que tendremos que acudir en mâs de una ocasiôn. FI ‘~ ojcn lit) Seseo (iealizado mayotitariarnente con /~/ piedoi~ ii) ‘ï ‘no i Plano gï aulatlcal j] O dc n.tkd,’s, su. su otn( s;, s con ~,‘loi d sehand t pet 50113 LI plat ii Dci ivaciones espccificas en -osa y -ada: molestôso, -~ (3w par Rosenblat (1981: 69). [ope BInant (1991: 328). 211 ‘Kanv (1962: 87-90: 126-129). ccli hebdo, papelada 212 LA LENGUA ~ EN SU GEOGRAFIA L’so anipliado dc diniinutivo 91 ‘clii s cnad etbios hertmdio , .. ah i ta, (0 r&ntlito Uso dc diminutho la inanito L su di h pot ‘sc b’: s lus d~g si. lu dijt’ rendencii a mantenti sisoema eumolôgico en pionombres peisonales ~&tOflO$ k~ mcc tic ici tilt) tic Pt t Cilla iii iuso con Liii j d concordint ta 1cc lut t.lo ri.; k luji hifi a tas ii u k hus U o cii esSai en expresiones adjetivales de edad: cuando estabamos chiquitos OC L o de prc tel ilo indcflnido p’ira ai ci mc vinci ltd isai pi cntc uso nunonflrio d pi ciel itt pet icuo coni do, mï p riecuvo Pucberencia pou las formas en -ra dcl subjuntivo; escaso uso de formas en M. ceintura; luibieta rnntado h’ndcncit ii u o refle h o tic nanas oso ~crbos: I inc t I ifi U cuidai 9e, r. gnaarte, iobais , t nda e Uso advei bhi de adjetivos: cauSa bonito, habla hndo, pega duro Li ‘O PI efcrcu t tic a a ail t obi e eh/? z y ail fcndencia a uso de pieposiciân a ante objeto directo de no persona: ya no visito (L la casa (le tus herinanos Posposicion n,~ hit in inca de puaNt os, espccialtncii t na ocr la nosot o~ l.iso de recien con set bos: recién salgo L so d no mai o numa~ como ails cebio niodaL pose nui!. u no n L so de luego de ‘después de’ Iciiclencia ai uso tic con o tu conio in t cadi t k cvi len a ;C “nu nu! Plano léxico rap t — (Ut 1 1 5 (1ffii( U o di in&,ent mus gtnetalu’idos: oct s ~u ils lacas ( a U n u tna buaa.na’co); soccs tanins (hama • iciqu - uns, nié, z b z jo aiibc (pna na, u unén, l’bri) S t es muni i. o~t (hi n lu ) cc satin s (p ‘tac t, t quda, t oS loin il t tea , h î ) qucc h ta (p nopa, e na’! o, li tus, s~ t n) o u n In u (ilan. lut ) ‘ ccs tupi— Tuar mit Ç n • caca, gant / / t rua lutât pi a n) Uso dc imencanismos gencrahzados: amarrar’atai’, balacera ‘tiroieo’; basa, ‘tirai’; bravo ~nfadado, enojado’; cachetes ‘mejillas’; chance ‘oportunidad; cvnci?to ‘hoimigon’; cuadni ‘rnanzana’; egresar ‘giaduarse’; Jiete ‘pago de un transporte’ fr4ol ‘alubia’, fiioknto ‘frioleio’; guindar ‘coigar’; manejar conducir’; pararse ‘ponerse tic pie/seiticai”; ploinero ‘fontaneto’; soya ‘soja’; virar’giiar’; ti,-ar’haias’ L su de alu ani~n )s gcn t’ in ‘‘ci nia iî ibo, titan in ha t ail ado : h inana bon r •‘ han bu, Cuadro 8.3. Rasgos de gran extensién en ci espai~oi americano han ta EL ESPA1~0L GENERAL DE AMÉIZICA 213 Un somero anàjisis de este cuadro nos permite hacer algunas observaciones generales. A propésito dcl plano fônico, aprecia mos que en América son usuales fenômenos muy bien conoci dos en Espafla, hasta el punto de poder afirmar que pertenecen al espafiol generaL A db hay que sumar cl sistema vocâlicoy cl sistema consonântico bâsico, que compartimos todos los ha blantes de espaflol. P: Pues, en la gramâtica, para mf, que soy andaluza, cl uso general de ustedes, en lugar de vase! ros, me resulta absolutarnente larni liar; y aIgu parecido ocurre con cl modo de emplear cl indefini do y cl pretérito perfecto. FMF: Es cierto. Hay que recordar que estos rasgos que menciona también se dan en cl Oeste de la Penjnsula Ibérica y en Cana rias. El uso de indefinido y perfecto ha iclo modificândose a b largo de la historia en América y ahora responcle a motivos as pectuales, que han neutralizado en parte los valores temporales y que explican cl avance dcl indefinido. Sigios XVI XVII Indefinidos 61% 74% Perfectos 39% 26% N° de indefinidos pou perfectos 1,5 2,8 XVIII XIX 80% 85% 20% 15% 37 5,4 — Cuadro 8.4. Porcentajes de uso de indeftnidosy perfecios en documentos no rohispanos y mexicanos entre 5$. XVI y Six. Fuente: Moreno de Alba (20071): 182) P: Asi que las coincidencias pueden ser grandes. FMF: Por supuesto que hay coincidencias, pero también hay usos diferenciados. Los rasgos ciel plano gramatical que se anotan en cl cuadro son claramente predominantes en Arnérica: cl uso de estar para expresiones adjetivales de eclacl (cuando esléhancos chiquihos)°, la presencia de diminutivos afectivos con adverbios o gerundios (coniendito, aho riti ca) cl uso adverbial de lus adjeti vos (habla lindo) o la tendencia al uso reflexivo en verbos como regresarse o enJ’ennarse. P: Yalgunas diferencias en la sintaxis también saltan a la vista. FMF: Es cierto. Existen usos sintâcticos-cliscursivos mâs ligados a América que a Espafia. sobre todo por su intensidad ‘s exten , ~ Malaver (200 iL 214 LA LENCUA ~3p~J~j~LA EN SU GEOGRAFÏ A EL ESPAt~OL CENERAL DE n~iÉR1cA 215 cl uso de No nids / nomds como adverbio modal (dclii agita y de ;OImo no! comomarcador de evidencia; cl empleo dcl adjetivo puro con cl significado de ‘5m mâs, solamente; mis mo’ (han montado et garito en cl purisimo suelo; en puitos cueros) y de recién seguido de verbo (recién Ilegé); cl intenso empleo dcl impersonalizantetno (cuando uno es tan solo, le pasan muchas rosas); cl uso dcl adverbio medio con variacién de género y nCi nlero (son medios locos; estd media enJkrma; ella estâ media mal); cl empleo discursivo de dizque ‘dicen que; se dice que’ (dizque se casa); cl uso de coda que ‘cada vez que, siempre que’ (rada que viene, me enoja); o cl inanejo de capaz que ‘es posible, quizâ’ (ra sién: novais) paz que me b coma todo; capaz que llueva;—~ Vienes? —capaz)°. P: Es verdad que estos usos me suenan corno muy americanos. FMF: Pero ahora vuelvo a Ilamar su atenciôn sobre la perspectiva con traria: la especificidad relativa de América no puede ocuhar una realiclad, con un peso aplastante, destacada por Lope Blanch en 198410 y recogida por Maria Vaquero en 1996. P: ~Cuâl es? FMF: Que la estructura sintâctica general dcl discurso hablado es blisicamente la misma en iodo cl espafiol y que las coincidencias son casi absolutas en mndicadores como cl nûmero de oraciones por clâusula, la riqueza léxica promedio por oraciôn o la distri buciôn y proporcién de oraciones coordinadas y subordinadas dentro de las frases. Existe, pues, una homogeneidad esencial en la sintaxis dcl espafiol, tanto oral como escrito’1. P: ~Y quéme iniecle clecir dcl léxico? ~Hay muchas palabras de on gen indigena en Arnérica? FMF: Es lôgico que las haya. En cada territorio es habituaI la pre sencia de indigenismos propios dcl lugar, especialmente de las lenguas con una mayor implantaciôn. Incluso se ha llegado a hablar dc la coincidencia de las principales âreas dcl espafiol con las de las lenguas indigenas mâs difundidas: nâhuatl (Méxi co), maya (Centroamérica), quechua (Andes), mapuche (Chi le)y tupi-guarani (Chaco y RIo de la Plata) 12• Mapa 8.2. Distnibucién original de principales lengoas indfgenas en la Amé rica hispana. Fuente: Poirier (1983: 197) Sin embargo, cada dia estâ mâs clara la escasa incidencia de las lenguas indigenas en cl desarroflo histôrico y en la situaciôn actual dc la lengua espaflola, fuera de la presencia de indigenis mos especificos y de las caractenisticas propias de los hablantes bilingù es o de los semilingiies, capaces de entender una lengua, pero no de hablarla. No es que esto no sea importante, que b es, 5mo que su peso en cl conjunto dcl panorama sociolingiifs tico amenicano es relativo. P: Entonces, dcômo podria caracterizarse cl léxico amenicano en su conjunto, mâs allâ de los indigenismos? FMF: Pues, la peculianidad dcl léxico de América tiene que ver con la conservaciôn y cl desarrollo de valores léxico-semânticos pro pios, nacidos dcl mismo uso americano de la lengua espaflola. Muchas de las discrepancias léxicas de América han surgido en la historia dcl espaflol propio de esa gran ârea geogrâfica; otras tienen su origcn en Espafia, pero han adquirido en América su mayor fuerza y presencia. El léxico americano conoce deriva ciones especificas (friolento, molestoso, golpiza, gasolineria, membre sta), un amplio uso de marincnismos (anlarra~ botar) y formas Kanv I 1994). En cl 11 Simposï o Internacional de Lengua Espaù ola”. Las l’aimas de Cran ~ 200—I. ‘‘ I.,,n diferencias comenzarofl a sistcmalizarse en (rahajos como ios de Kany dc 1945 y de R’ sscllbinlt de .1946. (Kany 1994). Dos buenos carâlogos de lenguas indoamericanas son los de Ponier (1983) y de Tovar V i.arrsIcGt (1981). j 216 EL E5PM~OL GENERAL DE AMÉRIcA LALENGUAESPA?~0LAEN SU GEOGRAFfA hispanas con significados que les son caracterfsticos, aunque pueclan darse en algunas zonas de Espafla: bocina ‘altavoz’, bole ta ‘multa’, cachetes ‘mejillas’, cajuela ‘maletero’, caizones ‘bragas’, cuadra ‘manzana’, curita ‘tinta’, egresar ‘graduarse; licenciarse’, frijol ‘alubia’, hanta ‘neumâtico’, paleta ‘polo; helado con palo’, paroerse ‘ponerse de pie, levantarse’ o plomero ‘fontanero’. Lé gi camente, es innegable la influencia de otras lenguas circunveci nas, especialmente de las lenguas indigenas, pero, en general, los indigenismos comunes a toda Arnérica, también b son res pecto al espafiol de Espafla: tomate, maî z, ilarna, butaca, chocolate. Ylo mismo puede decirse de los afronegrismos extendidos por toda Aménica, como banana o conga. P: Pues, yo séque hay palabras espafiolas que no se pueden decir en América; palabras como coger. FMF: Usted se refiere a las palabras ta&~; expresiones que resultan malsonantes y cuyo uso social estâ, por tanto, restringido. Esto le ocurre a la palabra culo en casi toda América, por b que se prefieren alternativas como cola, nalga o polo, frente al uso des tabuizado que de ella se hace en Espafia. De estas hay muchas, pero su carâcter prohibido no funciona del mismo modo en todas las âreas hispânicas, porque va muy ligado a contextos sociales especificos: b que en un lugar es ingenuo en otro pue de sen ofensivo. La palabra coger, que usted mencionaba, con cl significado de ‘tener relaciones sexuales’ no es tabû en toda América: b es en el espaflol austral, en Centroamérica, México y Venezuela. Los érganos sexuales reciben nombres tabuizados diferentes segûn la regién: para el érgano masculino, resultan tabti pico en Chile o bicho en Puerto Rico; para cl érgano feme nino, son tabû conclia y chucha en Aménica dcl Sur, pususa en Ceniniaménica, bohlo en Cuba, Honduras o Venezuela y papaya en Cuba o México. Son solo unos ejemplos. Las grandes dreas amen canas P: La verdad es que todo esto me divierte mucho. Pero, dejando a un lado cl tabû, dlos dialectôlogos han podido identificar gran des âreas americanas que compartan elementos léxicos? FMF: Sj, b han hecho. Una de las propuestas mâs rigurosas es la dc Hiroto Ueda, claborada a partir dcl léxico contemporâneo. Se- 217 gûn esa propuesta, las grandes âreas léxicas de América serian cl Caribe, México, Centroaménica-Colombja-Veflezuela, los Andes y cl Cono Sur13. A su vez, dentro de cada gran ârea léxica, se pueden identificar sub-âreas: por ejemplo, cada una dc las Anti llas, en cl Caribe, o cl ârea de influencia dcl guaranf, dentro dcl Cono Sur. Al zonificar Arnérica, las âreas resultantes si.emprc dependen dcl cniterio o dc los elementos que se manejen. I I I I j 4’ Mapa 8.3- Âreas léxicas dc América. Fuente: Ueda (20031)). P: Por eso supongoquc, de igual modo que hay grandes âreas lé xi cas en América, existirân también amplios tcrritorios que com partan otro tipo de caracteristicas lingûfsticas. FMF: Efcctivamcnte. En nuestros mapas observamos las ârcas en las que se manificstan cuatro rasgos lingLiisticos muy importan tes en la configuracién dcl espafiol de Aménica: cl ycismo, con sus principales rcsultados fonéticos, la asihilacién de la vibrante mûltiple /r/, la pronunciacién de /x/ y cl vosco. En cl pri mcro se aprecia que la nivclaciôn de las palatales se resuelve mayonitariamcnte en una palatal media sonora [iL si bien per sisten zonas de iuantcnimicnto de la distincién. En cl mapa de la asibilaciôn se observa que es fenémeno dcl Cono Sur, con enclaves en México, Ccntroaménica, Colombia y Ecuador. La “Ucda (2003b). LA LENGUA ESPAI4OLA EN SU GEOGRAFÏ A 218 EL ESPA?~OL GENERAL DE ~lÉRlCA P: Bueno, como ya hernos visto mucho de b corniin, podrfarnos comenzar con b que es particular de cada zona y de cada pais. Incluso ya ha mencionado usted algunas caracteristicas especi ficas que afectan al espafiol dcl Caribe. aVerdad? aspiracién farfngea de /x/ estâ bien instalada en torno al mar Caribe, con prolongaciân en cl Noroeste de México y la cosLa pacffica de Sudamérica. \Ç en cuanto al voseo, su extensién es amplisima, por mâs que la intensidad de su uso pueda variar de unos paises a otros. 4 I Y A B C D 219 Mapa 8.4. Grandes âreas ciel espafiol de América. Fuente: Araus (2005). A partir de Canfield (1966); Pâez Urdaneta (1981). A: Yeisino (Negro: distinciôn ICI - IV. Rayado: nivelaciôn en [j] semivocâlica. Pun Lot; nivelacién en [j]. Trazos horizoniales: nivelacién en rehilante [3] 0 [f]). B: Area tic vibrante asibilada [z]. C: Pronunciaciôn (le 7x1 (Negro: aspiracién faringea. Rayado: pronunciaciân velar). D: Areas de voseo (Negro: uso generalizado. Gris: uso sociolingûistico lirnitado) j