Subido por Milagros Noemi Arevalo Morales

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SUPERANDO
A MI EX
SUPERANDO
A MI EX
Guía práctica para volver a ser feliz
LUIS UGARTE
@LUGARTE
SUPERANDO A MI EX
Queda prohibido escanear, reproducir total o parcialmente esta obra por cualquier medio o
procedimiento, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo público sin
previa autorización.
Copyright © 2019 Luis Ugarte
All rights reserved
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO I: CONFUNDIDO Y SIN RUMBO
CAPÍTULO II: APRENDIENDO A PERDER
CAPÍTULO III: CLARIFICANDO LA PERCEPCIÓN
CAPÍTULO IV: EL NOMBRE DE TU DUELO
CAPÍTULO V: EL DESTINO POR CAMINAR
CAPÍTULO VI: ORDENANDO EL TIEMPO
CAPÍTULO VII: DESINTOXICARTE
CAPÍTULO VIII: LAS HERRAMIENTAS EQUIVOCADAS
CAPÍTULO IX: ABRAZANDO EL CAMBIO
CAPÍTULO X: PERDONANDO AL OLVIDO
CAPÍTULO XI: LA VIDA DEBE CONTINUAR
ESCRIBIENDO TU HISTORIA
EPÍLOGO
ACERCA DEL AUTOR
Luis Ugarte es un joven Psicólogo Clínico de 35 años de edad, con
dominio de dos (2) idiomas, español como lengua materna e inglés como
segunda. Le apasiona ayudar a otros en la resolución de sus problemas y
conflictos emocionales, trabaja con la corriente cognitivo - conductual y en
los últimos cuatro (4) años de graduado, ha tenido una gran aceptación en
las redes sociales con su página @lugarte, en donde escribe diariamente,
reflexiones personales que buscan ayudar en distintos ámbitos de acción
individual y social de sus seguidores.
Esta experiencia, le ha permitido adaptarse a las nuevas tendencias
virtuales; a través de las cuales ha podido atender pacientes a nivel mundial,
mediante sesiones vía Online. En su corta trayectoria profesional, ya cuenta
con un historial de más de mil quinientos (1500) pacientes asistidos,
circunstancia que le ha permitido extraer valiosa información y adquirir un
gran conocimiento en el mundo de la psicología.
Como resultado de esta aventura, surge este libro denominado,
Superando a Mi Ex , el cual promete ser el primero de muchos…
AGRADECIMIENTO
A Dios , por acompañarme siempre.
Lessly Fernández , por apoyarme y creer en mí.
Rafael Ugarte , por enseñarme a soltar.
Lessby Fernández , por elegirme para estar en su último suspiro.
Emileth Calle , por estar en mi presente y respetar mi espacio.
Matthew Ugarte , por nacer el mismo día de mi libro.
Norma Rojas , por su amistad incondicional.
Inyra Pinto , por volver y confiar en este servidor.
Alejandra Veder , por su guía y motivación.
María Suárez , por la experiencia en forma de aprendizaje.
Todos que de una u otra forma apoyaron la cristalización de este
proyecto de vida.
Mis Lectores .
DEDICATORIA
A mis lectores, sin conocerlos son mi inspiración, porque sé desde lo
más recóndito del ser, el significado de su dolor y frustración. Deseo de
todo corazón, poder ayudarlos a resolver cuanto antes, esa terrible y
frustrante sensación.
ACERCA DEL LIBRO
¿Sabías que la pérdida afectiva, es uno de los dolores más profundos
que una persona puede llegar a sentir?
Las relaciones amorosas, representan, uno de los temas más importantes
en la vida del ser humano, especialmente cuando se encuentra en sociedad,
a causa de las presiones que el sistema ejerce sobre nosotros para que
encontremos a nuestra media naranja y compartamos nuestra vida junto a él
o ella. Pero esto no siempre resulta tan sencillo, y muchas veces, nos
unimos a la persona equivocada o bien nos apresuramos a construir una
relación que nos conlleva a una inevitable separación. Definitivamente,
nadie nos enseña a vivir en pareja y mucho menos nos preparan para
superar una ruptura. Independientemente del vínculo que hayamos
construido con esa persona, dejar de convivir de un día para otro con la
misma, no será nada fácil e incluso para algunos, puede representar el inicio
de una gran crisis emocional.
Este libro, te permitirá encontrar un mapa y una linterna para recorrer el
camino oscuro de la separación amorosa, de una forma más simple y
segura. Encontrarás respuestas a tus preguntas y en el trayecto, conseguirás
sugerencias y reflexiones que te servirán para guiarte en el entendimiento y
solución de tu dolor.
INTRODUCCIÓN
Utilizaré parte de una vivencia personal como referencia, en el
contenido de mi libro, porque considero que refleja una determinada
situación, para rebasar un dolor y más, si el mismo es narrado por su propio
autor. Deseo ayudar a entender, cómo se transita el camino a la superación
de un duelo emocional, de la forma más efectiva y es por ello, que nace este
regalo documental que pretende ser una guía práctica que conlleve a
recuperar la felicidad; esa que en muchas ocasiones sentimos perdida,
cuando la persona que creímos importante en nuestra vida, se nos va. En
este sentido, pongo a la disposición de ustedes Superando a Mi Ex.
Mi historia nació hace unos años, específicamente a finales del año
2015 y principios de 2016, en la Ciudad de Valencia, capital del estado
Carabobo en Venezuela, cuando culminaba la carrera seleccionada para
desempeñarme profesionalmente, Psicología, en la Universidad Arturo
Michelena (UAM). De manera simultánea, iniciaba el final de una relación
amorosa de más de ocho (8) años de duración, a través de la cual construí
muchos sueños e ilusiones.
Aquella relación no finalizó abruptamente en un día, sino que fue
muriendo lenta y progresivamente, acumulando cada gota de decepción,
desilusión, desinterés, en fin, tantos sentimientos represados, generando
igualmente, que el vaso se derramara por completo, producto de la
implosión de tanto descontento o quizá cansancio y desesperanza.
A lo largo de esta experiencia, en algún momento tuve la iniciativa de
terminar la relación, pero no fui lo suficientemente maduro u hombre para
hacerlo, por el contrario, expresé la idea sin tener la firmeza y voluntad
necesaria para asumirla y, en consecuencia, cumplirla; situación que se
tomó como una simple amenaza.
Transcurrido el tiempo, ella si tuvo una gran seguridad para tomar la
decisión de dar por terminada la relación, y cuando lo hizo, mi estabilidad
emocional se vio seriamente afectada.
Fueron muchas vivencias, fotos, recuerdos, encuentros, que compartí
junto a mi ex, que definitivamente no iban a ser fáciles de borrar y mucho
menos olvidar. Al verme sumergido en esta situación, sentía mucho miedo
de enfrentar todo lo que acarrearía la separación. Fue así, como comenzó el
inicio del final; ese donde me graduaba de psicólogo y a la vez, terminaba
una relación amorosa de largo aliento.
Ambas situaciones vividas en ese preciso momento, en el que se supone
tenía que ser de celebración, en referencia a un gran logro obtenido después
de cinco (5) largos años de estudio; sin embargo, esto no tenía el mismo
valor sin la compañía de esa persona especial en mi existencia, mi ex. No
quería engañarme, pero tampoco podía conmemorar un episodio, cuando
me sentía roto, destruido emocionalmente. Fue tanto mi dolor de aquellos
días, que incluso desistí de ir al tan anhelado acto de graduación y
finalmente, tomé la decisión de obtener mi título por la Secretaría de la
Universidad, con tal de no asistir al solemne evento.
El inicio de la situación que vivía, fue el más confuso, tenía muchos
sentimientos encontrados y eran tantas manifestaciones emocionalmente
hablando y el desorden que provocaban en mi existencia, que me sentía
totalmente desorientado. Me oponía a la ruptura e indudablemente al
desenlace que generaba, incluso en uno de nuestros últimos encuentros,
pisoteé mi propia dignidad y prácticamente le rogaba entre lágrimas, que no
le diéramos un final a la relación; pero su decisión ya era definitiva; había
sido pensada y previamente razonada.
De manera permanente parecía que el tiempo se detenía. En todo
momento vivía en el pasado e ignoraba mi presente y, por ende, me sentía
incapaz de ver un y futuro sin ella, solo quería recuperarla, sentía una gran
culpa que no me dejaba en paz aunque supiera que la relación tenía que
terminar, en aquella circunstancia no era capaz de visualizar la inevitable
realidad.
Fueron días y semanas muy difíciles, aunque mantenía en ocasiones el
autocontrol, me atacaba el impulso que me hacía volver a buscarla, insistirle
en que volviéramos y cuando lo intentábamos, en medio de charlas y
discusiones vía telefónica, siempre caíamos en la misma lucha estéril de
quién tenía o no la razón. En aquella época, no solo enfrentaba la
separación, sino que también confrontaba mi adicción a la ludopatía y
simultáneamente, me estaba mudando solo a un apartamento.
Aunado a ello, la crítica situación social que atravesaba el país, en
donde regularmente se suspendía el suministro eléctrico por largas horas y
al llegar a mi casa por las noches, tenía que lidiar con la soledad y la
prolongada oscuridad. Así transcurrieron los primeros tres (3) meses, entre
dificultad y dificultad; durante ese tiempo no daba el paso definitivo en
aceptar la realidad, ni matar la esperanza que vivía en mí; la misma que me
decía, debes recuperarla para poder seguir adelante; sin embargo, sucedió
algo que generó un gran golpe en mí, fue cuando recibí la noticia de que
ella estaba saliendo públicamente con otra persona; lo que lastimó
profundamente mi ego y al analizar tal información, me hizo poner los pies
sobre la tierra, fue como una bofetada que me hizo reaccionar.
Aunque yo también salía ocasionalmente con una amiga, nunca lo tomé
en serio ni quise entablar ninguna relación, porque sabía que no estaba
preparado emocionalmente para asumirlo, justo en ese momento me di
cuenta, que lo más doloroso fue que ella se atreviera a dar ese paso.
La vida me ponía a prueba y mi Carrera de Psicología igualmente, ya
que lo más probable hubiese sido, que me dejara llevar por el susurro de
salvaguardar mi ego y pagar con la misma moneda, más aún, cuando tenía
la posibilidad de hacerlo con aquella amiga que no solo me parecía
atractiva, sino que también era una persona que mi ex celaba; sin embargo y
de la forma más inteligente, no quise tomar decisiones a priori bajo la
influencia de la ira, que luego me resultara más cara y difícil de pagar.
Este duro golpe me hizo reaccionar y tomar el camino que para muchos
hubiese sido el más difícil y el menos inteligente; aquel donde no evadía mi
dolor; ese donde sabía que tenía que alejarme de la amiga con quien por
momentos compartía, porque la misma circunstancia me colocaba en
situación de vulnerabilidad, ante una posible venganza que no quería ejercer
y menos auto engañarme. Lo mejor fue no darle cabida al revanchismo y
enfrentar solo el dolor, mi realidad.
En ese momento, tomé la decisión de no seguir insistiendo, ni esperar
una reacción por parte de ella y entonces decidí, no continuar apostando a
un milagro que además no dependía de mí. Desde ese instante de reflexión,
asumí el verdadero control de mi vida, se terminaron los mensajes, me
desligué de grupos de amistades en común, intentaba no transitar por los
lugares que usualmente pasaba con ella, bien para evitar posibles
encuentros casuales o sencillamente, para no recordar los momentos vividos
en estos.
Busqué la manera de alejarme de todo aquello que pudiera atraer a mi
mente, recuerdos directos o indirectos, de aquella relación; cuya ruptura aún
me atormentaba y aunque en ocasiones me parecía imposible superar, lo
más importante era que tenía la buena voluntad y decisión de salir de esa
situación de abandono y soledad en la que me encontraba y afectaba
emocionalmente.
Sin embargo, después de largos años, todavía tenía muchas cosas de ella
en mi casa, donde comúnmente en el pasado compartíamos aún una
relación. Comenzó a exigirme la devolución de sus pertenencias y recuerdo
que lo hacía poco a poco, por ejemplo, si le quedaban diez (10) posesiones,
buscaba la forma de contactarme y decirme, que necesitaba solo dos (2).
Para mí, eso representaba una mezcla de dolor y de esperanza al mismo
tiempo. Así lo hizo en varias oportunidades, hasta que un día me cansé y le
dije que recogiera la totalidad de sus cosas, no lo hice de mala manera, sino
utilicé la racionalidad, pensé que era lo mejor para no seguir profundizando
el dolor que me producía aquel hecho.
Fue así como se dio nuestro último encuentro, inicialmente hubo mucho
control de mi parte, pero en su etapa final, no pude evitar el brote de una
lágrima. Ella me trataba como amigo y yo intentaba reprimir el deseo de
seguir insistiendo. Recuerdo que sus últimas palabras fueron, sé que estoy
cometiendo el peor error de mi vida, pero aun así deseo cometerlo , ante
tal comentario respondí como última palabra, la única forma que tengo de
recuperarte, es perdiendo . Fue así como se marchó y mientras miraba su
espalda distanciarse, pensé en silencio, sé que me volverás a buscar, pero
posiblemente cuando lo hagas, ya no estaré en el mismo lugar .
Así fue nuestra despedida. Después de cuatro (4) meses, di el más duro
de los pasos según mi historia, superar la fase de negación. De esta forma
inicié la retirada de la mano con mi dignidad e ilusiones, tomé el camino
quizá más difícil y no utilicé a terceras personas para subsanar mi dolor,
para la sociedad en la que me desenvolvía, representaba ser el vulnerable, el
que daba lástima por estar solo, o por lo menos así lo asumía en aquel
entonces, generalizando un poco; sin embargo, desafié mi pensamiento y lo
que pudieran pensar sobre mí los demás, tomé decisiones sin dejarme
influenciar por el entorno.
En ese transitar, decidí encontrarme a mí mismo, elegí recuperar lo
mejor de mí ser, para sacar a flote la versión ideal. El dolor seguía, pero esta
vez me lo traje al presente y lo saqué del pasado. Definitivamente lo veía de
manera más consciente y más racional; es decir, antes me dolía algo que
pasó y ahora me dolía lo que estaba pasando. En el pasado, estaba
junto a ella y en el presente ya esa realidad no existía .
Quise recuperar viejos hábitos positivos que había abandonado durante
la relación, uno de ellos era trotar, me empezó a ayudar mucho esta
práctica, solía hacerlo bastante seguido y no importaba si llovía o si era de
noche o de día, yo siempre sacaba un tiempo para hacerlo, me hacía sentir
muy bien desarrollar tal habilidad. En el pasado lloraba en la cama
pensando en ella, en el presente algunas veces surgía el llanto mientras
trotaba, pero seguía con la actividad y no me detenía hasta terminar, me
sentía realmente estupendo.
No le tenía miedo al llanto, no lo veía como algo malo, más bien todo lo
contrario, sentía que hacerlo me ayudaba mucho y noté que me
tranquilizaba aún más, cuando realizaba la práctica del trote sin detenerme
y no me refiero al mismo en sí, sino a no contener la motivación que
originaba y el deseo de continuar y superar las circunstancias adversas. Las
lágrimas se iban secando en la medida en que le iba dando un significado
coherente a mi dolor, el que me permitía acercarme progresivamente a la
aceptación.
En ese momento descubrí, que llorar no es malo, malo es no saber la
verdadera razón de tus lágrimas, porque cuando lo desconoces, es cuando te
estancas y te quedas enganchado en la tristeza y la melancolía, en cambio,
cuando descubres las causas de su origen, es cuando logras el preciado
desahogo, ese que te permite seguir tu vida, con un equipaje más ligero.
Estaba comenzando a sentirme mucho mejor, me enfoqué en
alimentarme más sano, comencé a leer más, escribir, pintar, escuchar
música. Fueron muchas las actividades que recuperé y las nuevas que
descubrí durante esta etapa, todas me sirvieron de compañía y superación.
En esos días cuando disfruté estar conmigo mismo, no me hacía sentir solo,
sino todo lo contrario, muy bien acompañado.
Comenzaba a sentir un fuego dentro de mí, ese donde yo quería resurgir
y afortunadamente, supe canalizarlo en mis metas y proyectos de vida.
Emprendí con una gran motivación mi profesión de psicología y en poco
tiempo, llevé mi conocimiento a un lugar que muchos visitarían para aliviar
sus penas. Abrí mi consultorio, incursioné en redes sociales y todo me salía
perfectamente bien. Fueron días espectaculares conmigo mismo, recuerdo
como viví esa fase y al hacerlo, sonrío y se me escapa un pequeño suspiro.
Detrás de un miedo, puede estar el camino a tu felicidad y lo digo, porque al
inicio sentía un inmenso temor de quedarme solo conmigo mismo y hoy, me
siento orgulloso de haberme atrevido.
Una anécdota de aquella época fue, que denominé la Cita Conmigo
Mismo , ese día decidí hacerme un regalo, recuerdo que fui a cortarme el
cabello, luego comprarme unos lentes y algo de ropa, ya que quería salir
conmigo, suena loco, pero así lo hice y sin darme cuenta, lo convertí
incluso en un proceso terapéutico que me permitía mucho evaluar mi
situación, hacerlo cuando ya me sentía mejor, fue una excelente idea, ya que
si lo hubiese hecho al principio de mi duelo, los resultados no hubiesen sido
los mismos.
Vi la cartelera del cine y seleccioné una película, compré en la sala VIP;
un espacio donde la gente comúnmente va en pareja. La película se llamaba
Frente al Mar, en la cual trabajaban, Angelina Jolie y Brad Pitt, pude verla y
al mismo tiempo, degustar unas cotufas y comencé a darme cuenta, que
podía disfrutar de mi propia compañía. Al salir, decidí ir a un restaurante y
hacer lo mismo, comer un rico plato de comida y quería saber si podía
disfrutarlo de la misma manera como pasó, cuando me encontraba en el
cine, el resultado fue satisfactorio.
Lo más importante de aquel día, fue como me sentí y en segundo plano
de relevancia, es que pude superar los prejuicios. La gente con frecuencia
habla muchas tonterías, creen que la felicidad depende exclusivamente de
una compañía y lo digo ya que tuve que enfrentar a familiares y amigos que
me decían constantemente que saliera con otra mujer, personas que veían el
estar solo, como lo peor del mundo. Fue en aquellos días, cuando llegué
incluso a sentir lástima por ellos, ya que su forma de aconsejar, era el
reflejo de nunca haber estado feliz con ellos mismos.
La gente tiene un mal concepto de lo que significa estar solo y aunque
siempre escuché lo que decía mi entorno, hice caso omiso al respecto. En
aquella época incursioné en redes sociales y comencé a tener buena
aceptación, incluso mucho de las anécdotas que hoy escribo, están
documentadas en mi cuenta de @lugarte, plataforma que comencé a utilizar
para darme a conocer como psicólogo. Fue así como empecé a vivir nuevas
experiencias, conocer nuevos lugares y personas. Un día rifé una entrada a
un concierto en mi cuenta de Instagram y fui con una desconocida, comencé
a adueñarme de mi vida; esa que en algún momento de mi pasado no me
pertenecía.
Fueron muchas las vivencias y anécdotas de aquella época. Después de
cuatro(4) meses de profundo dolor e inestabilidad emocional, los
subsiguientes surgieron y pasaron, para mostrarme una realidad totalmente
distinta.
Después de siete (7) meses y medio aproximadamente, decidí salir de
nuevo al mundo y a la sociedad, no porque me sentía aislado, simplemente
estaba aceptando mi dolor. Fue así como volví a interactuar con grupos y
llamé algunos viejos amigos, ya que consideraba estar preparado para
compartir mi felicidad; aquella que había construido mientras me
encontraba solo, en virtud de que no buscaba a nadie a quien darle esa gran
responsabilidad.
Aprendí a elegir, a decir no, desde un ángulo mucho más asertivo,
descubrí que existe un mundo interno dentro de mi muy valioso y que
definitivamente, se acabaron los culpables, aparecieron los responsables y
uno de esos, era yo. Mi ex siguió su camino y yo el mío, ya no le deseaba el
bien de forma hipócrita, ni el mal en forma envidiosa. Ya no la vigilaba en
redes sociales, no le escribía ni esperaba un mensaje de ella, ya no me dolía
ni sentía rabia por ella.
Descubrí que nunca la olvidé, solo aprendí a recordarla y con el pasar
del tiempo, comenzaba a perdonar al olvido producto de ese recuerdo que
día a día y poco a poco, perdía su importancia.
De esta forma pasó el tiempo y aquel pensamiento silencioso que un día
tuve antes de despedirme de ella, se volvió realidad, un año y medio más
tarde, mi ex me buscó con mucha sutileza; pero lo hizo y yo también sin
darme cuenta, ya que, por alguna razón inesperada, nos volvimos a ver
frente a frente.
Después de hablar durante unos minutos, me decía que estaba
terminando aquella relación que un día inició después que la nuestra
finalizó y yo, solo le decía, que me había dedicado a estar solo para cumplir
las metas trazadas y que, en ese proceso, había tenido algunas relaciones
eventuales. No sé lo que ella sintió en aquel encuentro, pensé que
definitivamente no estábamos igual que en el pasado; donde queríamos
estar juntos o simplemente mi persona únicamente quería recuperarla, pero
ahora, nos encontrábamos en lugares totalmente diferentes.
Aun así, fue un encuentro muy cordial, ameno y respetuoso entre los
dos, donde contamos anécdotas de nuestras ausencias y donde pudimos
parecer por un momento como buenos amigos. Dicho encuentro, se volvió a
repetir de forma planificada semanas más tarde y sin ninguna intención
específica, que no fuera la de hablar e intercambiar impresiones. En ningún
momento revivimos conflictos de amor o pretendimos acercarnos en forma
de pasión, ambos respetamos los límites que el tiempo y nuestras decisiones
habían originado.
Considero que vernos, nos permitió fijar una nueva relación de amistad
con límites y de poca frecuencia, donde dimos cabida a un espacio que no
estaba contemplado después de la ruptura, felicitarnos en fechas especiales
o sencillamente, poder entablar conversaciones cordiales, en el caso de
tropezarnos en el camino. En lo personal, sirvió de base para evaluar mi
vida, subsanando las dificultades, al encontrarme conmigo mismo.
Esta particular historia, pretende ayudar a todos aquellos quienes
pasaron o están pasando por el inmenso dolor que es terminar con una
relación de pareja, a través de la experiencia de superación y los
conocimientos adquiridos como psicólogo; por ello, pongo a su disposición
mis vivencias, a través del libro que hoy presento ante ustedes, lectores,
denominado Superando a mi Ex ; una guía práctica para volver a ser feliz.
Es importante tener en cuenta, que mi experiencia no necesariamente
tiene que ser igual a la de mis lectores, la comparación nunca es buena, ya
que cada uno de los duelos tiene variables diferentes, solo deseo
acompañarte por medio de la lectura de mi libro, a que tomes el control de
tu vida y escribas tu propia historia.
El propósito del libro es mostrar una serie de orientaciones que pueden
ayudarte a ver los diferentes duelos y las distintas fases por las cuales
tendrán que transitar, para enfrentar las consecuencias y superarlas.
Asimismo, encontrarás un conjunto de recomendaciones, reflexiones y
escritos, que te permitirán comprender un poco más, el proceso que vives y
que te llevará a reducir el tiempo de durabilidad del duelo afectivo; para
ello, será necesario que decidas y te comprometas con la lectura del libro,
contando con la voluntad para seguir ciertas sugerencias implícitas, con la
finalidad de visualizar tu propio camino; ese donde puedas ser feliz, sin
necesitar a tu ex.
CAPÍTULO I:
CONFUNDIDO Y SIN RUMBO
“Tus creencias se convierten en tus pensamientos, tus pensamientos se
convierten en tus palabras, tus palabras se convierten en tus acciones, tus
acciones se convierten en tus hábitos, tus hábitos se convierten en tus
valores y tus valores se convierten en tu destino”.
Mahatma Gandhi
LA CONFUSIÓN INICIAL
Cuando nos enamoramos, todos pensamos que será para siempre; sin
embargo, cuando una relación termina, es porque existe una razón que los
motivó a darle fin a ese amor. En este sentido, considero que el final es
como el inicio, depende de dos (2) para que se geste, aunque sea uno el que
tome la decisión inicial.
Son dos (2) los que tienen que aceptar el inicio y el final, no importa
que te resistas, tarde o temprano lo tienes que aceptar. Por ello, la confusión
llega para confrontar dos (2) realidades: la del pasado que no se quiere ir y
la del presente que no se quiere asumir; es decir, la que venía sucediendo y
la que hoy está realmente ocurriendo.
Anteriormente estabas y ahora no, antes posiblemente ya no lo (a)
querías o por lo menos no lo suficiente y cuando te alejas, sientes que lo (la)
vuelves a querer como nunca y en el medio de esta dicotomía, solo se
encuentra el temor a la soledad, el miedo al qué dirán, la frustración de no
salir y ser etiquetado (a) como él (la) perdedor (a), la culpa en forma de
excusa y la terquedad esperando un milagro, que seguramente no sucederá.
Todo lo antes mencionado es normal y característico del duelo; ahora
bien, tendrás que asumirlo tarde o temprano, un día no podrás seguir
escapando ante la realidad, la vida continuará contigo o sin ti. Necesitarás
una bomba de oxígeno de sensatez, la que no aliviará el dolor y que solo te
permitirá que pongas los pies sobre la tierra, esa que te ayudará a evaluar de
forma más objetiva, la separación y cuando lo hagas, podrás contemplar las
verdaderas razones que los llevaron a donde están hoy como pareja, y en
donde se encuentran actualmente. Muchas veces, el problema no es el amor
ni la justicia, sino que sencillamente dos (2) personas diferentes ya no
estaban funcionando como pareja y que llegó la hora de confrontar dicha
situación. Hacerlo te llevará tiempo, solo quiero que desde el principio lo
tengas presente. Toma en cuenta que el amor es una coincidencia que no
puede ser forzada. Un día pensaste que algo te pertenecía, cuando en
realidad únicamente decidió transitar junto a ti, durante un tiempo
determinado.
Preguntas y Respuestas
Cuando terminamos una relación, lo que más existe son dudas y
preguntas, pero la mayoría de estas no tendrán respuesta, ya que en la lucha
de entender lo que fue y lo que es, la confusión será la que siempre termine
ganando.
A continuación, observarás una serie de preguntas que comúnmente
hacen en la consulta mis pacientes, que atraviesan por la etapa del duelo
afectivo y que responderé de forma breve y precisa, para ayudarte a aclarar
un poco tu confusión.
¿Podré vivir sin mi ex?
Antes de conocerlo lo hacías, acuérdate de esa época.
¿Podré olvidar a mi ex?
No se trata de olvidar tu pasado, se trata de aprender a recordarlo desde
tu nuevo presente.
¿Olvidaré su voz y las cosas que me decía?
Cuando dejes de escucharlo, dejará de tener importancia.
¿Lo voy a poder soportar?
Nadie muere por una separación,
transitoriamente un dolor.
solo
padeces
temporal y
¿Cuánto dura este dolor?
El tiempo que dure, será el mismo que tardes en aceptar que todo
terminó.
¿Me estoy volviendo loco (a)?
No, solo te está costando asumir el cambio.
¿Por qué me pasa esto a mí?
A todos nos pasa en algún momento de la vida, solo que hoy te tocó a ti.
¿Es posible que se arrepienta y quiera volver?
Sí, solo que eso no resolverá los problemas que conllevaron a culminar
la relación.
¿Por qué me siento tan culpable?
Porque posiblemente, es la última de las opciones que te queda para
quedarte con tu ex.
¿Cómo puedo hacer para que no me duela tanto?
Permitiendo que te duela.
¿Podremos ser amigos?
En este momento será imposible, después de perderlo y superar tu
duelo, posiblemente sí.
¿Cómo puedo recuperarlo?
Perdiéndolo.
¿Cómo puedo hacer que me ame?
Amate tú mismo (a) y lo más probable es que cuando lo hagas, ya no lo
(a)ames.
ORDENANDO IDEAS
De manera general, los procesos de duelo deben ser asumidos por todos
los seres humanos en algún momento de su vida, relacionando situaciones
específicas de dolor, a través de las cuales el centro de inflexión, está
constituido por la pérdida de algo o de alguien. Cuando hablamos de la
elaboración del duelo o de la pérdida del ser amado, se pueden distinguir
dos (2) posibilidades: la primera, que hace referencia al duelo que se
produce por la muerte física del sujeto y la segunda, derivada por la pérdida
de la relación; que vincula a dos (2) sujetos sin que exista muerte física de
alguno de ellos. En este sentido, mi libro estará enfocado hacia la segunda
opción.
Es necesario dejar claro, que el dolor de quien decide terminar la
relación, tiende a ser diferente, ya que muchas veces tal decisión se viene
planificando con anterioridad, y esto permite contrarrestar el impacto inicial
de la separación; sin embargo, el hecho de que sea diferente, no significa
que no tenga que doler, simplemente que inicialmente será menos doloroso.
Dentro de este contexto, quienes se verán más afectados, son aquellos que
se sorprenden por la decisión del otro; que son los que no tomaron la
decisión de terminar; estos serán con mayor probabilidad, los más
impactados.
Independientemente de las diferencias de cada quien, lo importante es
que no compares tu dolor con el de nadie más, ni siquiera con el de tu ex
pareja. No ama más el que sufre más, ni ama menos el que sufre menos, una
cosa es el amor y otra muy diferente es el dolor, recuerda que nuestro tema
principal es la separación. Debes saber que nadie nos pertenece y que el
tiempo que duraron juntos, fue justo el que tenía que ser. Resulta pertinente
que tengas presente tu valor, pero que sepas también, que el mismo no lo
define tu ex, ni tu tampoco defines el valor de él o ella. En esta historia no
hay buenos o malos, solo hay una circunstancia que tiene que llevar a dos
(2) adultos a hacerse responsables de lo que ocurre y lo que realmente
sucede, es que finalizaron una relación amorosa.
LOS PRIMEROS PASOS
Sé que, al iniciar los primeros pasos, dolerá mucho, ya que hay que
aceptar que la persona con la cual te veías en el futuro ya no está para
seguir acompañándote. Se sabe lo que se siente y es como que si te quitaran
un pedazo de ti y sientes que sin esa porción no pudieras seguir adelante
para vivir y es cierto también, que es algo que, con palabras,
definitivamente no se puede describir.
Durante esta etapa, se viven todo tipo de emociones: llorarás, te
molestarás, querrás perdonar lo que sea, reconciliarte, lo (a) extrañarás y lo
(a) odiarás, pero al mismo tiempo sentirás, que lo (a) sigues amando. Es una
fase muy confusa que poco a poco irás superando, en la medida que vayas
permitiéndote sentir tu tristeza, recuerda siempre que no se trata de evitarla,
simplemente es estar consciente de ella, apreciarla, entenderla, conocerla y
vivirla, por un tiempo transitorio y momentáneo de tu existencia.
Sabrás que te tienes que alejar, pero al mismo tiempo lo que deseas es
quedarte para luchar. Todo primer paso cuesta lágrimas y sudor. Debes tener
claro, que, al hacerlo, puedes avanzar en tu propia recuperación. Solo tú y
nadie más que tú, entenderás cuando es el momento indicado para
realizarlo.
Esta etapa será de aciertos y desaciertos, un día te sentirás súper bien y
en el otro fatal, un día no querrás levantarte de la cama y en otro, querrás
salir con tus amigas (os) para despejarte y charlar. La parte inicial, tiende a
ser la más confusa de todas y el tiempo que transites en ella, dependerá de
tu capacidad de mantenerte firme en tus decisiones y de no vivir
desvariando constantemente en el uso de las mismas.
Te negarás en aceptar la realidad, pondrás a prueba tu dignidad y
terquedad, en ocasiones te sentirás humillado, en otros casos querrás
aparentar ser el fuerte, a pesar de saber que internamente estás roto y por
más que lo quieras disimular, no te podrás engañar. Los primeros pasos
serán los más difíciles de dar, teniendo en cuenta que los mismos implican
distanciarte y perder el contacto con tu ex para poder evolucionar; sin
embargo, no te desesperes, no se trata de correr, sino por el contrario, se
trata de avanzar.
EL HILO DE ESPERANZA
Alejarnos con un hilo de esperanza, será una manera de aliviar el dolor
que significa perder a ese ser amado, desde un pensamiento realista y
coherente, incluso teniendo en cuenta que muy posiblemente la única forma
que te quede de recuperar a tu ex, sea perdiéndolo. Debes tener presente,
que no pierdes a nadie que sigue teniendo contacto contigo y que unos días,
semanas o pocos meses, no son suficientes para sentir el significado de la
pérdida.
El hilo de esperanza, se refiere a concientizar que no podemos asegurar
nada del futuro y que mientras exista vida, está presente una posibilidad;
por muy pequeña que esta sea de volver con tu ex. Será necesario que lo
visualices como algo muy pequeño y delgado, donde no debes depositar tu
motivación de recuperación, porque sería un gran error, ya que en caso tal
de que te recuperes a ti mismo, bajo el estímulo exclusivo de rescatar a tu
ex y logres mejorar como persona, en función de que él o ella valore tu
cambio, complicarás mucho tu proceso de duelo; además la caída será muy
dolorosa y en la mayoría de los casos, es esencial buscar ayuda psicológica
para poder superarlo.
Ten siempre en cuenta, que el hilo de esperanza estará allí, como una
pequeña posibilidad a la cual no debemos prestarle mayor atención, solo
utilizarla para contrarrestar el dolor y para mantenernos realistas entre tanta
ilusión y desilusión.
BLOQUE A BLOQUE
Caer y levantarte, es un proceso característico de la vida y en la mayoría
de los casos, también en lo que respecta al proceso del duelo afectivo.
Realmente son minoría, aquellos que pueden terminar hoy y no tener una o
varias recaídas mañana, porque estas son el reflejo de nuestra propia
resistencia.
Las relaciones se construyen como una casa, bloque a bloque, hasta
terminarla y poder vivir en ella. Cuando finalizamos una relación, es el
momento de desmontar uno a uno, cada uno de los bloques que un día
erigiste. Los besos, abrazos, llamadas, sexo, salidas juntos, ayuda mutua,
detalles, planes, secretos, entre muchos más, todas esas exclusividades que
tenías con tu ex, son ahora los bloques, donde la confianza es el cemento
que un día pegó cada uno de los mismos. Ahora, imagínate todas esas cosas
que no puedes hacer con un extraño de la calle, las que no haces con
cualquiera, porque simplemente de esta forma, no se construye esa casa
llamada relación.
En base a lo descrito debemos tener muy claro, que todo lo que se
construye se puede destruir y que tu ex tiene que convertirse durante la
etapa del duelo, en ese extraño de la calle y eso solo lo vamos a lograr, con
el establecimiento de límites que te permitirán tener el tiempo para
desmontar cada uno de esos bloques sin interrupción alguna.
Durante el proceso del duelo, se presentarán días, momentos, donde
quitarás tres (3) bloques y volverás a colocar uno (1) y en otros, donde
quitarás dos (2) y volverás a montar tres (3), según como te sientas. Cada
bloque desmontado y en un momento de impulso vuelto a poner, significa
una y otra recaída y esto es normal que suceda durante el proceso de duelo
afectivo de pareja. Es importante saber, que, a menor número de recaídas,
más rápido será el proceso de cierre del ciclo.
También es relevante acotar, que no todas las recaídas tienen el mismo
impacto y a continuación haré una breve descripción de cada una de ellas:
Recaída Leve
Es aquella donde surge un momento de debilidad en ti, que te lleva a dar
señales a tu ex de que sigues allí. Desde un repique de llamada, hasta un
like en redes sociales o mensajes de texto, todas estas acciones pueden
representar una recaída leve, en lo que se refiere al proceso de superación.
Hay que tomar en consideración, que, aunque sean leves, no significa
que no sean dañinas, sino que pueden ocasionar un daño menor que las
siguientes.
Recaída Intermedia
Surge cuando se produce un encuentro más pronunciado, ya sea por
llamadas telefónicas o encuentros personales, donde se discuten los viejos
conflictos de la relación, se señalan culpables y se sigue alimentando un
problema estéril, que alargará el proceso. Este tipo de recaídas se
denominan de estancamiento, el tiempo que transites en ellas, será un día
más que tardarás en superar a tu ex.
Recaída Total
Es la más dañina y peligrosa de todas, ya que no importa el tiempo que
tengas trabajando en tu proceso de duelo, si tuviste un mes o dos (2) meses
haciendo lo correcto. Cuando surge la recaída total, se pierde el tiempo
previo invertido, lo que quiere decir, que se vuelve a empezar desde cero (0)
cuando transitamos en ella. La misma, hace referencia a todo encuentro de
contacto físico, ya sea sexual, afectivo, donde por un momento de impulso,
se olvidan las razones por las cuales terminó la relación y se dejan llevar
por un instante de pasión, sin darse cuenta, se regalan un nuevo momento
de pareja. Este tipo de situaciones, no brindan ningún tipo de solución y
cuando la recaída termine, volverán a existir los problemas que un día
dieron como resultado, la finalización de la relación y volverá la frustración
y la inestabilidad. En este proceso es importante que tengas presente, que,
para liberar tu libido, la persona menos indicada es tu ex, porque con ella o
él, tienes una historia que será removida cuando se genere el encuentro.
DURABILIDAD Y REALIDAD
Los tiempos de durabilidad de un duelo afectivo, pueden variar según
tus decisiones y elecciones, solo tú y nadie más que tú, tiene el control de la
misma. Se dice que un duelo normalmente puede durar de cuatro (4) meses
a un año. Sin embargo, existen casos donde dura dos (2) o incluso hasta tres
(3) años, todo dependerá de cómo elabores tu proceso y tomes las
decisiones. En ello, tiene que ver el tipo y número de recaídas; así como, el
momento final que dejes de tenerlas.
En este sentido, es necesario reconocer que hay relaciones afectivas que
definitivamente te marcarán la piel, sin la necesidad de que te tatúes para
recordarla, ni tampoco engañarte para olvidarla, y este será muy
posiblemente tu caso. Definitivamente que distanciarte de esa persona,
producirá un vacío que no podrás llenar con otra; ese vacío que ningún licor
llenará y ninguna fiesta aliviará, ya que, al día siguiente, estará allí tu duelo
para acompañarte nuevamente y créeme, que evadirlo no será la mejor
elección. Tampoco se trata de aislarte completamente del mundo, solo te
tomarás un tiempo para ti, para construirte de nuevo y únicamente tú y sin
compararte con otros, escribirás tu proceso e historia para ir Superando a Tu
Ex.
El tiempo también te ayudará, pero no será suficiente con eso, es
necesaria tu dignidad y buena voluntad. Recuerda que todo esto será
temporal y transitorio, es bueno que siempre lo tengas presente en tus
pensamientos y en tus palabras.
LA DESPEDIDA NECESARIA
La despedida permite una retirada más liviana y desde mi punto de
vista, antes de dar ese paso es esencial, promover algún tipo de desahogo o
confesión, que permita expresar una despedida, ya sea a través de una carta,
llamada o preferiblemente en persona, donde se exprese un mensaje de
sensatez en el que no se busque revivir el pasado, ni señalar a ningún
culpable, sino que por el contrario, tenga un enfoque principal y que sea
exclusivamente el presente y la realidad de separación, que permita asumir
de forma madura, la distancia prudente y necesaria que se avecina entre los
dos (2). También, podrás agradecer cosas o manifestar ciertos malestares,
pero los mismos no deben ser la finalidad de la despedida.
MANTENERME FIRME PARA CONTINUAR
Luego de tener unas previas y posibles recaídas, es vital aprender de las
mismas y encaminarnos en la firmeza de la decisión. Hacerlo será
fundamental para dar un paso importantísimo en lo que será el reflejo de la
durabilidad de tu duelo. No se trata de no poder mirar atrás, sino de
aprender de dónde vienes, para no seguir repitiendo los mismos patrones
conductuales que no te dieron resultado.
Nadie que no se mantiene firme, logra una meta y ten presente, que esa
meta es tu paz, tranquilidad y felicidad y a través de ella, podrás disfrutar de
tu nueva realidad, donde tu ex quedará en un recuerdo que poco a poco irá
perdiendo su importancia. Igualmente, para mantenerte firme, primero será
necesario establecer cuál es tu meta, no importa la dirección exacta, lo que
importa es que sepas, cuál es el destino al que quieres llegar.
CAPÍTULO II:
APRENDIENDO A PERDER
“Cuántas cosas perdemos por el miedo a perder…”.
Paulo Coelho
EL VALOR DE LA DERROTA
El duelo, es uno de esos estados con los que todos los seres humanos
nos encontramos varias veces a lo largo de la existencia. Aún no hemos
nacido y ya comenzamos a perder. En correspondencia con lo anterior, cada
pérdida implica un sufrimiento que debe ser tramitado y superado, para
evitar complicaciones futuras que afecten de forma negativa nuestra
evolución. Aunque la relación con tu ex no debe verse como una
competencia donde hay un ganador y un perdedor, lo cierto es que sientes
que perdiste y ese sentimiento debe ser aceptado y asumido con inteligencia
y dignidad. Solo aquel que sabe perder, será el que esté preparado para
volver a ganar. El sentimiento de pérdida es interno y no competitivo con
nadie más, ni con tu ex ni mucho menos con la nueva pareja que él o ella
puedan tener. Perder a tu ex, no implica perder tu valor, aunque en
ocasiones así lo parezca, pero debes evitar esa mala interpretación,
recordando que antes de conocer a tu ex, tú tenías un valor. Ten presente
que existen más de siete mil millones de personas en el mundo, en donde la
mitad de ellos son mujeres u hombres y que el hecho de que una persona no
quiera estar contigo, no significa que los otros tres mil quinientos millones
piensen igual.
Aprende a asimilar la pérdida como una derrota necesaria y útil y si
razonas bien, te podrás dar cuenta que en el pasado no todo era color de
rosas con tu ex y en la medida en que abres los ojos, poco a poco vas a ir
descubriendo nuevas y mejores oportunidades, que solo conocerás si
aprendes a perder y te recuperas, para luego volver a ganar.
SUPERAR LA FRUSTRACIÓN
La pérdida nos ayuda a manejar la frustración que realmente resulta
incómoda y difícil de asimilar. La frustración puede causar tristeza, ira y
cansancio psicológico. Es una experiencia muy humana; sin embargo, es
recomendable que estemos parados en este punto, durante el menor tiempo
posible, ya que mientras tenga mayor durabilidad, esta tendrá una
consecuencia negativa, que terminará por contaminar tu corazón con una
dosis de depresión, estrés, pensamientos negativos y ansiedad.
ACEPTAR LA HISTORIA
El mejor modo de aprender a perder, es tener la capacidad de aceptar las
experiencias con serenidad, sin contarnos tantas excusas entre nosotros
mismos, que disfracen la realidad con historias que muestren un discurso
distinto. Puedes ayudarte a ti mismo, con mensajes motivadores que vayan
dirigidos a perseverar en el camino de la superación como: todavía no lo he
logrado, por ejemplo. Esta frase deja la puerta abierta a la esperanza,
mientras que he fracasado, mata por completo dicha palabra. La
importancia del diálogo interior es prudente y necesario, tanto para ganar
como para perder con inteligencia emocional y tranquilidad. Tu valor no
depende de tu ex ni de haber terminado con el mismo, solamente fue un
episodio de tu vida y ahora es cuando te quedan muchas experiencias por
vivir. Por ello, aceptar lo vivido, te permitirá construir nuevas y mejores
historias en el futuro, ya que si no sabes de dónde vienes, no sabrás hacia
dónde vas.
DEBILIDAD Y FORTALEZA
Es necesario saber identificar en qué momento del duelo nos
encontramos, ya que, al inicio del mismo, lo más importante es aceptar y
conocer de cerca nuestra debilidad y vulnerabilidad. Muchos piensan que,
ante un dolor, solo debemos enfocarnos en ser fuertes, cuando ignorar y
evitar el mismo, puede significar un gran error. En la medida en que
entendamos lo que nos sucede, es que poco a poco iremos convirtiendo la
debilidad en fortaleza. También debes aprender, a ser débil y fuerte según el
momento en el que te encuentres. No siempre se puede ser fuerte ante la
vida, será necesario saber esta regla para poder cerrar el ciclo de la mejor
manera posible. Primero te tocará ser débil, luego fuerte y finalmente,
ambas serán recordadas sin necesidad de utilizarlas. Siempre recuerda al
débil David, que venció a Goliat aceptando sus propias debilidades, esas
que poco tiempo después, se transformarían en fortaleza.
ENFRENTANDO EL MIEDO
El miedo será una de esas emociones que tendrás que enfrentar. Durante
la ruptura, existirán muchas decisiones que antes de tomarlas te producirán
temor, una de las que principalmente se suele sentir, es el miedo a quedarse
solo. Para ello será fundamental, deslastrarse de la idea absurda de que esa
situación de soledad es mala; por el contrario, malo es pensar que te
quedarás inmerso en ella eternamente. De la ansiedad, solo surge la idea
anticipada de que tal estado que es momentáneo, será eterno y es justo allí,
donde el miedo se apoderará de ti y hará que tomes malas decisiones y al
mismo tiempo, que experimentes el sufrimiento de sensaciones
desagradables. Es muy importante durante esta fase, saber que solo
regalarás un momento para ti y este debe ser asumido como temporal y
transitorio, logrando superar el miedo a estar solo, cuando no te angustie tu
propia compañía; aquella donde será necesario trabajar para que descubras
tu propia felicidad; que depende de ti y no de los demás.
Es importante tener claro que la felicidad no está supeditada a la
compañía, ya que todos conocemos parejas felices y otras infelices, y a su
vez, solteros felices e infelices. Estar solo o acompañado, no será
determinante para tu felicidad. Creer que estar en estado de soledad te
limita, es el claro reflejo de que el miedo te sigue dominando y que debes
continuar trabajando para superarlo.
RESISTIR Y PERSISTIR
Para resistir, primero es necesario definir nuestra meta, porque si esta
tiene por finalidad recuperar a tu ex, entonces resistir seguirá siendo
doloroso y angustiante. En cambio, si tu meta es poder ser feliz sin tu ex,
tendrás definido un objetivo coherente. Teniendo en consideración la razón
por la cual te interesó adquirir mi libro, habrás asimilado que el amor no es
sufrimiento, ni humillación, ni una larga espera y finalmente, podrás
encaminarte en ese rumbo hacia tu nuevo camino. Después de haber
aclarado tu confusión, el camino que te toca emprender, es el de la
resistencia.
En este contexto, se genera un cansancio de sufrimiento, de seguir
humillándose o esperando a alguien que ya no volverá, algo así como La
Loca en el Muelle de San Blas (famosa canción de Maná). En
correspondencia con lo anterior, es cuando surge la palabra resistencia,
aquella que nos permite continuar y continuar, hasta lograr esa preciada
meta. Por ello, resiste a pesar de tu dolor, de tu debilidad, de los miedos que
te atacarán y si lo haces, créeme que algún día te lo agradecerás a ti mismo.
CAPÍTULO III:
CLARIFICANDO LA PERCEPCIÓN
“Yo soy Yo, Tú eres Tú. Yo no estoy en este mundo para cumplir tus
expectativas. Tú no estás en este mundo para cumplir las mías. Tú eres Tú y
Yo soy Yo. Si en algún momento o en algún punto nos encontramos, será
maravilloso. Si no, no puede remediarse. Falto de amor a mí mismo,
cuando en el intento de complacerte me traiciono. Falto de amor a ti,
cuando intento que seas como yo quiero, en vez de aceptarte como
realmente eres. Tú eres Tú y Yo soy Yo”.
Fritz Perls
PERCIBIR MEJOR, SENTIRME MEJOR
Por medio de la percepción, realizamos interpretaciones de la realidad
que vivimos y que hemos ido aprendiendo a lo largo de nuestra existencia;
en este ámbito, muchas personas desarrollan formas distorsionadas de
apreciar los acontecimientos que los rodean y especialmente durante la
ruptura, estas tienden a multiplicarse por la vulnerabilidad del momento y
en torno a ello se puede decir, que tales creencias terminan perjudicándonos
seriamente y en este caso particular, a nuestro proceso de duelo afectivo.
Las tendencias de pensamiento se suelen desarrollar durante la
adolescencia y es el momento en el que damos los primeros pasos hacia la
vida adulta, comenzando a valernos por nosotros mismos y generando en
muchas ocasiones, un crecimiento y evolución con maneras erróneas de
interpretación y cuando aparecen los conflictos y las situaciones se pueden
tornar aún más complicados. En psicología, las argumentaciones anteriores
las llamamos, distorsiones cognitivas; las mismas se mantienen
básicamente, debido a que no llegamos a cuestionar nuestra manera de
interpretar una determinada situación, la cual pudiera estar siendo errónea y
su interpretación no sea la más acorde o precisa, por ejemplo, cuando
pasamos por una ruptura, muchas veces se suele cuestionar que somos
pocos atractivos y nos fijamos en todos aquellos estímulos que puedan
alimentar esta creencia. La mayoría de las veces malinterpretaremos señales
neutras, para así seguir reforzando nuestra propia creencia.
Suele darse en el caso de que nuestra ex pareja tenga una nueva
relación, entonces, si la misma es más atractiva que nosotros o pensamos
que lo es, vendrá la idea de la comparación y nos sentimos inferiores por
ello, en otros casos, donde independientemente de que consideremos que
esa persona es menos atractiva, entonces nos enfocaremos en que algo
tiene, que nos supera; sencillamente basándonos en la idea de que si nos
dejó, es porque algo tiene mejor que tú, cuando en realidad, dicha
comparación no tiene que definir tu valor, cuando efectivamente todos,
tenemos virtudes y defectos y al mismo tiempo, libre albedrío de elegir con
quién queremos estar o no. Justo en este punto, es cuando entonces la
distorsión vendrá y traerá consigo, pensamientos emocionales y poco
racionales de ataque hacia nosotros mismos.
La verdad es que generalmente los sesgos cognitivos se mantienen,
porque no somos conscientes de ellos y no sabemos cómo influyen a nivel
emocional. En este sentido, los tipos de distorsiones cognitivas que voy a
mencionar, son las que considero más comunes y que absolutamente todos
los seres humanos caemos en ellas de vez en cuando y más aún, cuando
estamos pasando por un duelo afectivo. Al referirme a distorsiones
cognitivas, hago énfasis en lo siguiente:
Atención Selectiva
Es un tipo de sesgo, que consiste en fijarnos solamente en detalles
aislados de la situación y hacer una valoración global en función de estos
únicamente. Tendemos a sacar las especificaciones del contexto y pasamos
por alto otras características a veces más importantes. Por ejemplo: volviste
a tener un encuentro con tu ex y en el mismo, se volvió a discutir sobre
todos los problemas que no tienen solución, al final tu ex se despidió con un
abrazo y luego, tú comenzaste a pensar que ese abrazo es señal de
reconciliación. Si te das cuenta, solamente estamos atendiendo a un detalle
en particular en la situación. Es algo totalmente neutro, ya que tu ex pudo
haberte dado un abrazo por miles de razones. Estamos dejando por fuera un
montón de variables como, por ejemplo, que ese abrazo pudo ser una
simple despedida y que más allá de que sabe que no volverán, te aprecia por
todo lo vivido. Definitivamente que el abrazo, puede tener muchos
significados y al mismo tiempo, estas ignorando todo el rato que pasaron
discutiendo por los mismos problemas del pasado y que al final, se volvió a
evidenciar que no tiene solución.
Adivinar el Futuro
En esta tendencia, hacemos predicciones catastróficas del futuro. Esta
forma de ver la realidad, nos mantiene en constante preocupación, en
ocasiones, por cuestiones que son muy improbables; no obstante, las
vivimos como si de verdad estuviesen ocurriendo, dándole incluso una
connotación negativa que en nada contribuirá con tu proceso. Un ejemplo
de esto es, si te sientes solo (a) luego de terminar con tu ex y de repente
comienzas a pensar, que te quedarás solo (a) toda la vida o que nadie te
volverá a querer. Dicha aseveración, será una forma de querer adivinar un
futuro que aún no ocurre y que al mismo tiempo, le das una connotación
negativa que en nada ayudará a tu proceso.
Catastrofización
En esta distorsión, damos una importancia muy alta a cuestiones que
objetivamente no tienen ese peso. Somos propensos muchas veces a
exagerar las consecuencias de las cosas o a ponernos en el peor plano.
Vivimos estas catástrofes como si de verdad lo fuesen. Un ejemplo de ello,
es cuando recién finalizaste la relación con tu ex, tenías un mes de haberlo
(a) conocido (a) y el solo hecho de haber terminado esa relación, te hace
sentir como si no tuvieras fuerza para seguir y evalúas tal circunstancia
como una tragedia. Una catástrofe, es un terremoto o un incendio. Si
comparamos el sufrimiento que provocaría uno de estos eventos con
respecto a separarnos de alguien que tan solo teníamos un mes de haber
conocido, te darás cuenta que la tragedia que dices estar atravesando,
simplemente es una idea distorsionada de la verdadera realidad.
Etiquetamiento
Este tipo de distorsión consiste, en utilizar calificativos o etiquetas para
considerar conductas propias o ajenas. En ocasiones reducimos toda nuestra
realidad o la de otros, a un adjetivo y tomamos como baremos dos (2) o tres
(3) situaciones, y las generalizamos en base a este. Un ejemplo de ello, es
que, al terminar con tu ex, te das cuenta que se te hace imposible olvidarlo
(a) y piensas: soy un (a) idiota por seguir pensando en alguien que no
me quiere . Si buscamos en el diccionario la palabra idiota, la definición no
tiene nada que ver con recordar a alguien que vivió muchas cosas contigo e
independientemente de que ya no sea tu pareja, es absolutamente normal
que siga en tus recuerdos y más, si la ruptura es reciente. Lo que, si no debe
suceder, es que te pongas esa etiqueta sin darte cuenta, ya que te hace
mucho daño, porque generas una culpa y un sufrimiento injustificado. Es de
vital importancia, desterrar este tipo de adjetivos de nuestros pensamientos,
para poder sobrellevar de forma más asertiva la culminación de dicha
relación.
Los Deberías
Hace referencia a las creencias sobre como tendría que ser una situación
o una persona. La característica principal de este sesgo, es su rigidez.
Esperamos realidades de personas o situaciones que nunca llegan a
cumplirse, por lo que nos frustramos o preocupamos y a veces exigimos a
los demás como a nosotros mismos, muchísimo más de lo que se puede
esperar. Por ejemplo, cuando alguien piensa debería haber superado a mi
ex ya, no debería llorar por mi ex, debería pagarle con la misma
moneda . Cuando piensas de este modo, eres demasiado rígida (o). Te
volverás muy dura (o) contigo misma(o), te auto castigarás con un criterio
demasiado alto, que difícilmente puedas cumplir y que, si sigues
presionándote, terminará realmente perjudicándote. Es impensable que
todos los días estés al 100%, la vida es mucho más complicada que eso. Es
necesario flexibilizar tu forma de pensar, aunque la realidad sea demasiado
compleja. Superar a un ex, es un proceso, donde llorar es necesario y
asumir lo que criticaste, será poco inteligente.
Inferencias Arbitrarias
En esta distorsión, sacamos conclusiones, partiendo de premisas falsas o
tras realizar un razonamiento ilógico anticipado. Un ejemplo de ello, puede
ser cuando te acabas de levantar, miras un mensaje de tu ex diciéndote,
quiero hablar contigo y piensas, seguro quiere volver y está arrepentido
(a) .No hay ninguna conexión entre los dos (2) eventos. No tiene nada que
ver el mensaje de tu ex, con ningún supuesto deseo de reconciliación y
aunque sea una remota posibilidad, hacer una inferencia arbitraria, puede
traerte una nueva decepción. Tener este tipo de pensamientos, donde
relacionas eventos que nada tienen que ver entre sí y donde terminas
creyéndote una falsa realidad, será el reflejo de vivir en una subjetividad,
que te hará mucho daño.
Lectura de Mente
Este tipo de distorsión, consiste en inferir pensamientos, intenciones y
sentimientos, en los demás, sin tener una base sólida en que apoyarnos.
Muchas veces tenemos la costumbre de extraer conclusiones negativas
sobre la realidad mental de otras personas. Estarás de acuerdo conmigo en
que leer el pensamiento a alguien, es materialmente imposible. Aunque
lleves casado cincuenta (50) años, no eres capaz de leer lo que pasa por su
mente; esta tendencia muchas veces conlleva a errores; ejemplo, cuando
vuelves a verte con tu ex suegra, y mientras se toman un café piensas,
seguro piensa que soy un (a) idiota, no me ha mirado a los ojos, seguro
que ya no le caigo bien . Los seres humanos no tenemos poderes
telepáticos, por lo que es totalmente imposible leer la mente de nadie.
Pensar por ti será suficiente, ponerte a pensar y adivinar, lo que otra persona
está pensando, te llevará a vivir equivocándote durante tu existencia. Este
tipo de sesgos de pensamiento, se dan muy habitualmente en los problemas
de pareja. La falta de comunicación da por hecho, determinada forma de
pensar, lleva a malos entendidos y, en consecuencia, mucho sufrimiento.
Pensamiento Dicotómico
Este tipo de distorsión consiste, en una tendencia a clasificar la realidad
en buena o mala, fijando puntuaciones de 10 o 0. Pensar que todo se reduce
a blanco o negro, sin darnos cuenta que nuestra vida está llena de matices y
que rara vez, las cosas no son tan malas, ni tan buenas. Un ejemplo de ello,
es cuando luego de una conversación con tu ex le manifiestas lo siguiente,
solo puedo amarte y si no puedo amarte, solo quiero odiarte . La
realidad es muy compleja, para reducirla a dos (2) opciones contrapuestas.
En general los eventos de la vida no son exclusivamente blancos o negros.
Si bien es cierto que dichos colores puedan existir, suele ser en la gama de
grises, donde se encuentre la paz y tranquilidad. Incluso la situación más
complicada, tiene partes positivas y el contexto más favorable, tiene partes
negativas. Por ello, es recomendable no hacer este tipo de clasificaciones
mentales y si caemos en este sesgo, no estamos actuando con objetividad y
sufriremos mucho, pero en la medida que vivas tu proceso de duelo
adecuadamente, poco a poco te irás dando cuenta, de la inmensa posibilidad
de ver los matices, donde no será necesario odiar a tu ex, ni vital, el hecho
de amarlo para seguir viviendo.
Este tipo de pensamientos, favorecen la rigidez mental y nos dificulta la
adaptación de una forma más que evidente, pero al final si mantenemos este
tipo de creencias, nos daremos fuertes golpes en la vida, una y otra vez.
Perfeccionismo
Esta distorsión, hace referencia al establecer un criterio muy elevado
sobre las actuaciones propias o las de los demás y tomarlo como medida
normal de actuación. En ocasiones nos ponemos a nosotros mismos o a los
demás, objetivos que son muy difíciles de conseguir y nos frustramos si no
somos capaces de consolidarse. Ejemplo de esto, es cuando comienzas a
transitar por la separación, y al terminar la lectura de mi libro te dices a ti
mismo (a) superaré a mi ex en cuatro (4) meses y no tendré ninguna
recaída . Es ideal tener buenas expectativas, pero sin sobrepasarnos.
Tenemos que dejar margen para el error, porque no controlamos el cien por
ciento (100%) de nuestro ambiente y por ello, no podemos sentirnos
responsables por cuestiones que escapan de nuestro control. En general, las
personas demasiado perfeccionistas viven en una ansiedad constante y ven
frecuentemente frustradas sus expectativas, ya que se exigen demasiado. En
una vida imperfecta, un perfeccionista estará destinado a vivir infeliz y
frustrado.
Los humanos solemos sobreestimar nuestra capacidad de trabajo a corto
plazo e infravalorarla a largo plazo. Por ejemplo, es muy fácil pensar que
seremos capaces de escribir un capítulo de un libro en una tarde, pero
después nos damos cuenta de que es tremendamente difícil. Por el contrario,
pocas personas se ven capaces de terminar un libro, pero con constancia
todo el mundo lo puede hacer. Doy este ejemplo como una meta que un día
tuve en la escritura de este capítulo y que al darme cuenta que no era
posible, decidí flexibilizar mi exigencia y eso hizo posible que hoy estés
leyendo estas líneas.
Personalización
Es la tendencia a pensar, que los responsables de algo en concreto
somos nosotros mismos, cuando en realidad puede que haya muchas causas
externas. La personalización, suele conllevar emociones de culpa excesiva,
por lo que hay que tener especial cuidado con ella. La culpa, es una de esas
características más comunes que experimentan las personas que pasan por
el duelo afectivo. Por ejemplo, mi ex me fue infiel y pienso, me dejó
porque no soy lo suficientemente hombre o mujer . Culparte, sin antes
detenerte a ver la responsabilidad del otro, es sin duda alguna una
distorsión. La infidelidad tiene muchas variables y quien la comete, debe
asumir las consecuencias. Tu valor no lo define una infidelidad, ni mucho
menos un solo hombre o mujer, entre tantos millones de personas en el
mundo.
COMBATIENDO LA CEGUERA
Una vez vistas tus distorsiones, debes focalizar tus acciones a
combatirlas y para eso, será necesario una serie de recomendaciones que
escribiré a continuación. Las mismas serán de ayuda, pero si tienes alguna
patología psicológica, sugiero que busques la asistencia profesional de un
psicólogo.
Detectar Pensamientos
El primer paso para poder cambiar nuestra percepción del mundo, es
detectar la manera en la cual estamos percibiendo de forma equivocada y
distorsionada, las situaciones importantes de nuestra vida. En este sentido,
necesitamos registrar los pensamientos automáticos y negativos, que van
surgiendo en el día a día. Esta tarea te puede parecer difícil de llevar a cabo,
pero es cuestión de proponérselo y para que te hagas una idea, es
recomendable tener una pequeña libreta o utilizar algún archivo en la
computadora o aplicación en tu teléfono, en donde puedas anotar cada uno
de los pensamientos negativos que surjan a lo largo de tu día. De esta
manera, en cuestión de unas semanas, tengamos información suficiente para
saber qué sesgos cognitivos están actuando. Una vez que hayamos
cumplido con el registro (notas) durante un intervalo de tiempo suficiente,
podremos pasar a la siguiente fase.
Confrontar los Pensamientos
En este momento, la clave es intentar ser los más objetivos posibles en
nuestras interpretaciones. Para ello, trataremos los pensamientos como si
fueran hipótesis; es decir, que jugaremos a ser científicos. En un principio,
tomaremos el pensamiento como algo probable y no como algo seguro.
Debemos tener en cuenta, que es posible que puedas estar cometiendo
algún error y para saber si estamos incurriendo en ello, pasaremos el
pensamiento por cuatro (4) filtros y si no pasa alguno de ellos, significa que
estamos sesgando la realidad. Estos filtros que debemos considerar, hacen
referencia a los siguientes aspectos:
Utilidad del pensamiento: ¿Nos sirve de algo pensar de esta manera? Ya
que no somos objetivos en nuestras interpretaciones, por lo menos que estas
sean útiles y nos ayuden a seguir adelante.
Intensidad de la emoción:¿La emoción que siento se corresponde con la
situación que estoy viviendo? Tenemos que comprobar si realmente la
emoción que sentimos, nos ayuda a adaptarnos o por el contrario nos
dificulta concretar el proceso de adaptación.
Forma del pensamiento: ¿Estoy cometiendo algún error cognitivo?
Básicamente, este filtro lo que intenta, es que no caigamos en sesgos de esta
índole.
Búsqueda de un pensamiento alternativo: En este paso, debemos buscar
un pensamiento que pase los cuatro (4) filtros; es decir, que esté basado en
la evidencia, que nos genere una emoción acorde con la situación, que sea
útil y que no caiga en ninguno de los errores cognitivos. La búsqueda de
este pensamiento, casi es una consecuencia lógica del paso anterior, por lo
que no creo que te cueste demasiado. La clave es practicar mucho por
escrito este aspecto, para así, llegar a automatizarlo y cada vez que detectes
que estás cometiendo algún error, serás capaz de desmontar el pensamiento
y conseguir uno alternativo más positivo y asertivo.
NUEVAS Y MEJORES INTERPRETACIONES
Todos cometemos errores a la hora de interpretar las realidades y
situaciones, es algo natural y normal, que nos ayuda a procesar la
información de forma más rápida y precisa. El conflicto se genera, cuando
estas interpretaciones influyen negativamente en nuestro estilo de vida. Para
poder modificar aquellos errores cognitivos que nos están haciendo daño, es
necesario detectar los pensamientos asociados y vinculados, cuestionarlos,
modificarlos o mejorarlos; así poco a poco, iremos cambiando nuestra
manera de interpretar la realidad. Recuerda siempre, que somos lo que
inicialmente pensamos, que luego se traduce en lo que decimos y
finalmente, se ejemplifica con nuestras acciones. Cuando tu pensamiento,
coincide o se relaciona con lo que dices y lo que haces, entonces estaremos
transitando por el camino indicado.
CAPÍTULO IV:
EL NOMBRE DE TU DUELO
“Recordar es la mejor forma de olvidar”.
Sigmund Freud
EL AUTOR
Eres como el autor de un libro, el escritor de una novela o el compositor
de una canción. Lo que leas, lo que interpretes y escuches de aquí en
adelante, llevará tu nombre. Tú serás esa persona responsable de tus pasos y
acciones. Hoy sembrarás y mañana te tocará cosechar.
Por supuesto, cada ruptura será diferente y las circunstancias que la
rodean también. En el impacto inicial y en el desarrollo posterior del duelo,
influyen muchos factores, ya que no es lo mismo, tomar la decisión
conjunta de separarse tras años de convivencia cuando la relación está muy
deteriorada, si se trata de una medida unilateral y repentina por parte de uno
de los miembros o si existen terceras personas involucradas en el medio de
la misma.
Tampoco lo vive de la misma manera, el que toma la iniciativa (la parte
activa), ya que, en cierto modo, ha ido asumiendo gradualmente su nueva
situación y el otro miembro (la parte pasiva), puede tomarlo totalmente
desprevenido. Esto no quiere decir, que el que asume la decisión vaya a
sufrir menos, sino que el impacto inicial no va a ser el mismo. En cualquier
caso, el duelo es una reacción natural y un proceso largo y doloroso, por el
que es necesario pasar ante la pérdida de la persona amada. Cada individuo
requiere su tiempo para vivir el proceso. La duración es variable, pero la
etapa de duelo no debería superar el año y si pasa de este tiempo, lo más
seguro es que la mejor opción, es buscar ayuda psicológica para su abordaje
y orientación respectiva.
Tú eres el autor de tu duelo, independientemente de la situación que te
toque vivir, tú tendrás las decisiones más importantes que marcarán tu
futuro, pero según las elecciones que tomes en el presente, serán esas las
que marcarán el destino y el tipo de duelo que te toque vivir.
A continuación, te haré mención de los tipos de duelo y algunos
ejemplos de casos:
Duelo Normal
Es el que deseo que tú vivas, donde te sentirás confundido, tendrás
algunas recaídas después de la ruptura inicial, surgirá el dolor, la
frustración, la amargura, la impotencia, la rabia, te cansarás de seguir
perdiendo el tiempo en un conflicto estéril y terminarás reconociendo, que
lo sucedido fue lo mejor, donde llorarás y finalmente aceptarás, perdonarás
y te liberarás; sin embargo, para que todo eso suceda, será fundamental
establecer reglas y límites para evitar así, la vulnerabilidad del momento
por las distintas debilidades que experimentarás. Este proceso puede durar
entre cuatro (4) meses y un año. Este tipo de duelo, fue el que yo viví y les
narré en la introducción.
Duelo Anticipado
Hay duelos que se viven medianamente durante la relación, nunca
completamente, y esto es debido a que se experimentan procesos
anticipados de dolor durante la estadía junto a esa relación, y en el mismo,
se manifiesta parte del final, antes de que este suceda y cuando la ruptura
definitiva llega, lo que genera es que la misma sea asumida con más calma
y tranquilidad, en comparación con otros tipos de duelo. Es pertinente
mencionar, que hay finales que llegan mucho antes de la decisión definitiva
de terminar una relación. Los que se identifiquen con este tipo de duelo,
tengan presente, que la durabilidad y superación del mismo será mucho
menor. Igual date un tiempo para reflexionar y tú sabrás sentir cuando estés
listo para continuar una nueva vida, sin afectar ni dañar a los demás.
Lucía era una paciente que sufrió mucho durante una relación que duró
más de diez (10) años; los últimos dos (2), fueron de preparación para ella,
ya que durante esa época ella ya comenzaba a concientizar que la misma iba
a terminar y de esta manera, comenzó a vivir una serie de síntomas
característicos del duelo afectivo durante la convivencia. Al momento de la
ruptura, luego de algunas pruebas, ella mostraba un diagnóstico de baja
autoestima, pero a pesar del daño, se sentía tranquila. Aunque no tomó la
decisión final como tal, se sintió liberada de lo que para ella significó la
tortura de su ex; sin embargo, era necesario reflexionar un poco en aspectos
como: por qué sentía tristeza, rabia por la relación mientras existió o por
qué nunca se decidió a tomar una medida para finalizarla pensando en ella y
para ella. Esa reflexión fue pertinente, era necesario revivir el pasado, para
generar un aprendizaje y entender lo sucedido, ya que, de no haberlo hecho,
podía correr el riesgo de repetir la historia con otra persona o incluso, haber
creado un rechazo permanente a todo lo que significara amor y convivencia
de pareja a futuro.
Duelo Sin Resolver
Los duelos no resueltos, entran en el grupo de aquellos que tardan más
en superarse, pueden pasar años para lograrlo e inclusive, muchas veces
quienes no respetan los límites luego de la ruptura y sumando las personas
que mantienen las recaídas de manera continua en el tiempo; suelen caer en
este tipo de duelos. En muchos casos, este tipo de personas entra en el
grupo de aquellos que necesitan ayuda psicológica, para poder superar su
proceso, ya que, si no lo hacen, se arriesgan a seguir invirtiendo mal su
tiempo y de esta forma, continuar perdiendo nuevas y mejores
oportunidades.
Pedro de 24 años, era un paciente que había terminado con su ex hace
año y medio; sin embargo, él no tomó la decisión de terminar y su ex, solía
buscarlo cada vez que por alguna razón quería volver a tenerlo. Pedro no
tenía control de la situación, se convirtió en un objeto para ella, se
encontraba producto de esta circunstancia, en un constante sentimiento de
placer y displacer, que le estaba afectado seriamente su salud emocional. A
pesar de ello, a los ocho (8) meses de haber terminado, conoció a otra mujer
que le interesó y por no haber cerrado el ciclo con su ex, la misma un día le
descubrió unos mensajes de su ex pareja, que terminaron por dañar el inicio
de una posible nueva relación. Si bien es cierto, que Pedro no mostraba
ningún cuadro depresivo como tal cuando acudió a la consulta, sí estaba
padeciendo síntomas ansiosos y estaba muy arrepentido de lo sucedido y
fue así, como buscó ayuda para cambiar y solventar su situación.
Duelo Crónico
El duelo crónico también es una clase de duelo sin resolver; que no
expira con el paso del tiempo, sino que puede durar años. También se
denomina, duelo patológico o duelo complicado. Este duelo puede darse
cuando la persona es incapaz de dejar de revivir de forma detallada y
vívida, los sucesos relacionados con la separación y todo lo que le ocurre, le
recuerda la experiencia, incluso, muchas veces quedan estancados en la
etapa de depresión y terminan, además, despertando una serie de conflictos
sin resolver del pasado, que unidos a los de la separación con su ex,
complican aún más su situación personal. En muchos casos, estas personas
no solo necesitarán ayuda psicológica, sino también psiquiátrica.
Pamela de 36 años, acudió a la consulta tras una separación sentimental.
Su pareja había decidido terminar la relación hacía once (11) meses atrás,
luego de siete (7) años de unión. Convivían juntos y no tenían hijos. Su
pareja quiso finalizar la relación, porque decía no sentir lo mismo que al
inicio y consideraba, que ambos podían ser más felices siguiendo caminos
separados. Al inicio, Pamela entró en un estado melancólico y de
frustración, sentía rabia y sentimientos de culpa, porque pensaba que había
fracasado a la hora de hacer feliz a su pareja. Hasta aquí, todo sería normal
en lo que representa el transitar de un duelo como tal. Pasados cuatro (4)
meses de la ruptura, se puso en contacto con su ex pareja para proponerle,
que se vieran de vez en cuando, porque según le dijo a él, ya lo tenía
superado y podrían encontrarse sin ningún problema como amigos con
derecho . Su ex, aunque era un poco reacio, accedió y aunque solo ocurrió
un par de ocasiones, ella siguió albergando esperanzas de arreglar la
situación. Pamela no podía aceptar la realidad, asumió diferentes actitudes y
conductas que más que ayudarla a superar su duelo, la hicieron sumirse en
una depresión y estancamiento. Empezó a llamar a su ex pareja aludiendo
cualquier motivo, frecuentaba los lugares donde sabía que se lo podía
encontrar, recurrió a todo tipo de videntes y brujos (cuando ella no creía en
eso), para que le ayudaran a recuperar a su pareja y se aisló totalmente de su
entorno social y familiar. Cuando acudió a mi consulta, se veía bastante
cansada y demacrada, con varios kilos menos según su peso anterior. El
diagnóstico arrojó, trastorno depresivo severo y manifestaba abuso de los
ansiolíticos, con el fin de poder anestesiar, aliviar, un poco su dolor.
Argumentaba de forma continua, el no encontrar ya un sentido a su vida
y comenzó una ayuda simultánea entre psicólogo y psiquiatra, que
finalmente le permitieron recuperar nuevamente el control de su vida;
internalizando que su ex ya no existía en su nueva realidad.
Duelo Ausente
Este tipo de duelo hace referencia, cuando la persona niega que los
hechos hayan ocurrido; por lo tanto, es la etapa de negación; referida con
anterioridad, en la que el individuo sigue evitando la realidad, a pesar de
haber transcurrido mucho tiempo; es decir, la persona ha quedado estancada
en esta fase, porque no quiere hacer frente a la situación y la evade
constantemente con excusas. Hace nueve (9) meses la pareja de Sofía, dio
por terminada la relación, ella quedó sumergida en la etapa de la negación,
ya que su ex se mudaba a otro país y fue así, como decidieron acabar a
medias la convivencia.
Si Sofía no daba el primer paso para salir del estancamiento en que se
encontraba, definitivamente se mantendría en esa condición; sin embargo,
mantuvo una relación de amistad y de confianza a distancia, con su
intermitente pareja, que comenzó a generarle angustia y tristeza, ya que la
posibilidad de volver a vivir en la misma ciudad, eran remotas y fue así,
como ella decidió buscar ayuda a los diez (10) meses luego de la partida de
su ex; eso le sirvió para no caer en un duelo patológico o duelo sin resolver.
Duelo Retardado
Es similar al duelo normal, con la diferencia, que su inicio se da al cabo
de un tiempo de la ruptura. Suele ser parte del duelo ausente y también
recibe el nombre de duelo congelado. Con frecuencia aparece en personas
que controlan sus emociones en exceso y se muestran aparentemente
fuertes; sin embargo, son individuos que saben sobreponerse a los
problemas y gozan de una serie de atributos personales, que les permiten no
caer ante la dificultad.
Rebeca de 39 años, era una paciente que había atravesado un divorcio
de una relación de 11 años, con dos (2) hijos, ella no se permitió ser débil ni
vulnerable, en aquel entonces, ya que tenía que echar hacia adelante por
ellos y su hogar y, aun así, pudo maniobrar aquella separación sin ningún
inconveniente mayor. Un tiempo después, sus hijos crecieron y se fueron
del país. Fue a consulta por dificultades para dormir y por el dolor que
representaba la marcha progresiva de cada uno de ellos; lo que en
psicología se le denomina Síndrome del Nido Vacío. Sin embargo y más
allá de ese problema, se pudo registrar un dolor congelado en el tiempo,
aquel divorcio que nunca transitó por la etapa del duelo. El hecho de que
estuviera bajo la situación de congelamiento, no significaba que no pudiera
hacerle daño; por el contrario, posiblemente lo somatizaba de otra manera y
al mismo tiempo cuando llegó la separación de sus hijos, fue inevitable
seguir manteniéndolo así, donde permaneció por mucho tiempo y que
finalmente, se descongeló en terapia.
Duelo Exagerado
En este duelo, la persona se siente desbordada de dolor y trata de
rehusarse, mediante ciertas conductas para evitarlo, como por ejemplo el
consumo excesivo de alcohol o drogas, centrarse obsesivamente en el
trabajo, en salir, asumir cualquier conducta que le permita sobrellevar esa
sensación: lo cual puede producir, en última instancia, el desarrollo de una
adicción o algún trastorno psicopatológico, como problemas de ansiedad o
depresión. Puede ser que la persona sea consciente de que hace todo esto
para evitar el dolor que la pérdida implica, pero no sepa cómo afrontarlo.
Antonio de 37 años, había terminado con una relación de seis (6) años,
ocho (8) meses antes de venir a la consulta; sin embargo, desde aquella
devastadora noticia, él se sumergió en el alcohol y aunque manifestaba que
siempre solía beber, también reconoció que después de la ruptura, el
consumo de bebidas espirituosas se triplicó, y esto comenzó a traer serios
problemas en su vida personal y laboral. Lo que realmente hizo Antonio,
fue sustituir un problema por otro y la ansiedad que le producía aquel dolor,
lo llevaba a buscar alivio en el alcoholismo, necesitó de un centro de
rehabilitación, conjuntamente con ayuda psicológica, para poder superar
aquella difícil situación que atravesaba.
Duelo Desautorizado
Este tipo de duelo ocurre, cuando el entorno que rodea a la persona, no
acepta el mismo. Por ejemplo, cuando transcurrido un largo tiempo, la
familia le reclama a un determinado individuo que siga su duelo, y esta
reprime los sentimientos de cara a la misma, pero internamente no lo ha
superado. Muchas veces este tipo de duelo se da, cuando la persona que se
marchó para siempre, llevaba asociado un estigma y se encontraba excluida,
al menos para el entorno cercano de la persona que lo sufre (por ejemplo, su
familia y amigos más cercanos).
Rafael había terminado una relación hace siete (7) meses, la misma
había durado un año. No obstante, su familia desconocía a profundidad, la
información sobre dicha relación o evitaban aceptar públicamente la
realidad de esta. Él mantenía una relación homosexual que vivía a
escondidas, porque su entorno cercano, no aceptaba ese tipo de relaciones.
Aunque el duelo se asuma solo, el hecho de hacerlo, implica tener la
libertad de exteriorizar las emociones, pero Rafael tenía que esconderlas y
eso le complicaba la asimilación y superación de su duelo afectivo. En
consulta, pudo liberar esa presión, y eso fue de gran ayuda para su proceso
de recuperación.
Duelo Distorsionado
El duelo distorsionado se manifiesta, como una fuerte reacción
desproporcionada en cuanto a la situación. Suele darse cuando la persona ya
ha experimentado una circunstancia similar previa, donde el duelo anterior,
no fue completamente resuelto, y se encuentra ahora, ante un nuevo
momento que termina por complicarle mucho más la resolución del mismo.
Rodolfo había terminado una relación que duró dos (2) años, pero
transcurrido poco tiempo de haber culminado esta, conoció a otra persona
que le sirvió de bastón, para evitar el dolor que pudo haber significado la
ruptura. Fue así, como pasó el tiempo y al año de haber iniciado esa
segunda unión en pareja, le tocó volver a finalizar y justo en este momento,
tuvo que asimilar la confusión de dos (2) dolores, el anterior no resuelto y el
nuevo por resolver. Tal acontecimiento, traería una serie de distorsiones que
se trabajaron en consulta y que poco a poco se fueron solventando, por el
tipo de terapia aplicada.
CAPÍTULO V:
EL DESTINO POR CAMINAR
“Que será de nuestro destino, cuando alguien pisa nuestro camino”.
Anónimo
LAS CINCO (5) FASES DEL DUELO
A lo largo de los años, han aparecido muchas teorías sobre las fases por
las que una persona pasa durante un proceso de duelo; sin embargo, muchas
de ellas coinciden, en la forma como suelen vivirlo.
Como psicólogo, las estudié en mi época universitaria y como hombre,
por lo que me tocó vivir con mi pareja y de cuya experiencia emergió
Superando a mi Ex, Comúnmente, estas fases se conocen como: negación,
ira, negociación, depresión y aceptación. Estas serán las facetas que
seguramente tengas que pasar, aunque el orden en como las transites, no
tiene que ser exacto; es decir, tal como se describieron, ya que cada proceso
de duelo tendrá variables que posiblemente alteren el camino, siendo lo
idóneo, que llegues a la última etapa que es la de la aceptación; la misma
que definirá el cierre de tu ciclo con tu ex pareja.
En este sentido, quise expresar las fases en la forma en como yo las viví
y que te comparto a continuación:
Negándote a Vivir
La primera de las fases es la negación, que se caracteriza porque la
persona no acepta la realidad (de forma consciente o inconsciente). Esto
ocurre como mecanismo de defensa y es perfectamente normal durante un
tiempo determinado. De esta manera, el individuo reduce la ansiedad del
momento, queriendo aferrarse a su pasado, cada vez que sienta el miedo del
cambio que se avecina. Según mi criterio, es una de las etapas más difíciles
de superar, pero una vez que lo haces, comienza poco a poco la
construcción de tu nueva realidad. En ella, te niegas a vivir el presente,
porque quedas sumergido en un pasado que ya no existe y donde la
permanencia en esta etapa, generará estancamiento temporal y transitorio,
hasta que después de algunas recaídas y tropiezos, te canses de seguir
perdiendo el tiempo y decidas finalmente, dar el paso definitivo para
transitar otras facetas.
La Ira Motivadora
La tristeza puede llevar a una persona a sufrir ira, rabia y a buscar
culpables. Esta ira puede manifestarse de diferentes maneras, culpándose
así mismo, culpando a tu ex o a los demás. Aunque la rabia es una emoción
negativa, es necesario reconocer, que, durante esta etapa, la puedes
convertir en un ente motivador que produzca esa energía que luego de ser
bien canalizada, conlleve a seguir avanzando en lo que es el proceso de
superación. Puedes culparte a ti mismo y decirte que no estás dispuesto a
seguir cometiendo los mismos errores y la rabia, puede darte fuerzas para
no hacerlo o puedes culpar a tu ex y tener fortaleza para no mirar atrás, al
recordar las humillaciones o desplantes que él o ella pudo haber ocasionado
y luego de ese dolor superado, pasarás a un mecanismo de rabia ulterior
distinto, que se activará para no volver atrás. También puede existir un
tercer culpable, como una nueva pareja de tu ex, donde la motivación sería
no seguir haciendo el papel de idiota y donde la fuerza sería comenzar a
valorarte y dejar de compararte con alguien, que efectivamente es diferente
a ti, aunque en su momento, la rabia te puede llevar a creerte más que esa
persona. Esta etapa será transitoria como todas y, por ende, debemos sacarle
algo positivo para seguir avanzando, teniendo en cuenta que una ira que se
instaure dentro de nosotros, puede llegar a ser muy dañina para el proceso
de superación.
Tu Mejor Acuerdo
En esta etapa, el dolor lleva a buscar una negociación ficticia. De hecho,
muchas personas que se enfrentan a la separación, tratan de negociar
incluso con una fuerza divina. Otras personas, pueden llevar a cabo
distintos tipos de negociaciones o compromisos. Por ejemplo: ¿Lo que
sucedió fue lo mejor o voy a lograr esto por ti o para mí? La negociación
rara vez proporciona una solución sostenible, pero puede reducir el dolor
del momento, y permitirte generar una excusa necesaria para continuar
avanzando. El acuerdo se basa, en buscar un entendimiento de la situación,
donde se asimila lo sucedido estableciendo pautas de entendimiento, que
reducen por un momento, los niveles de ansiedad y frustración. Esta fase
del duelo suele ser la más breve de todas.
La Tristeza Necesaria
El impacto de la pérdida del ser amado, puede llevar a una persona a
una situación muy dolorosa; que viene acompañada de una enorme tristeza
y una crisis existencial, luego de darse cuenta de que esa persona
desapareció y dejó de existir en su vida. Aunque los síntomas se asemejan
al trastorno depresivo, una vez que se produce la aceptación del momento
crítico, el pronóstico tiende a cambiar sin complicaciones mayores. Lo
positivo de la tristeza, es el desahogo que en la misma se tiene que dar; ese
donde concientizamos la realidad y donde las lágrimas permiten sacar de
adentro, nuestro pasado. La vivencia de esta etapa es necesaria, ya que
permite producir la limpieza de nuestro dolor, aquí la esperanza pierde valor
y el entendimiento irremediable de lo sucedido, no se puede seguir
postergando. Esta etapa, nos ayuda a poner los pies sobre la tierra de una
forma dolorosa, pero necesaria, para llegar a la etapa final.
Aceptar para Continuar
Esta fase sucede, cuando se ha aceptado la situación dolorosa, y
depende de los recursos de cada uno, el aceptarla antes o después. No es
una etapa que represente alegría, sino más bien desapego emocional y
comprensión de lo que puede haber sucedido, a través de la cual, la tristeza
y la ira desaparecen, para darle paso a un entendimiento más asertivo de los
acontecimientos sucedidos. Si la persona pasa mucho tiempo en proceso de
duelo y no acepta la situación, es necesario que busque ayuda psicológica
para superarlo. Esta será tu mejor etapa y si sigues las recomendaciones y
generas un entendimiento reflexivo de la lectura de mi libro, llegarás a esta
fase sin darte cuenta.
CAPÍTULO VI:
ORDENANDO EL TIEMPO
“El tiempo es el mejor autor; siempre encuentra un final perfecto”.
Charles Chaplin
EL RELOJ SIN TIEMPO
Una de las situaciones más confusas, por las cuales atraviesa una
persona que sufre el proceso de separación, es el tiempo ambivalente
característico de la etapa de inestabilidad que se vive. El tiempo es y se
divide en pasado, presente y futuro y durante la separación, pareciera que
tal división no existiera. Es como si vivieras los tres (3) momentos al
mismo tiempo, donde tu reloj se detiene y por momentos se acelera y se
vuelve a detener. Todo esto representa una mezcla de depresión, estrés y
ansiedad, que no permiten poner en orden nuestro estado emocional.
Siempre será necesario tener presente, que tal situación será un estado
pasajero, que irá desapareciendo en la medida que vivamos en el tiempo
indicado.
EL PASADO QUE VIVISTE
El pasado sin duda alguna, es el período con el cual más tendrás que
luchar, porque el mismo es un tiempo importante para todos y es en ese
lugar que llamamos memoria, donde se conservan una serie de recuerdos
tanto positivos como negativos, que nos permiten la adquisición de
experiencias, que después en la medida de nuestra evolución, se
transforman en aprendizaje, conocimiento y sabiduría. Es el tiempo más
nostálgico y lo es porque es aquello que viviste, pero que ya no puedes
revivir de forma objetiva. También, es un tiempo mágico, solo en este
puedes aparecer y desaparecer, en un abrir y cerrar de ojos de forma
subjetiva.
En ese tiempo que ya no existe, es donde se alimentan gran parte de tus
lágrimas y puedes expresar en forma de estancamiento, aquello que
hubiéramos querido hacer y no hicimos o aquel que tanto nos dolió, y que
definidamente no podemos borrar. Es ese espacio donde únicamente,
podemos aprender a recordar.
No le temas a llorar, siempre y cuando sepas exactamente de dónde
vienen tus lágrimas, ya que muchas personas no salen de la tristeza, por
depositar sus lágrimas en una esperanza que ya no volverá. No es lo mismo
llorar porque perdí a mí pasado en el presente o llorar por querer recuperar
a mi ex desde los recuerdos y vivencias del pasado, visualizándote en el
mismo. En la primera, puede producirse un desahogo, pero en la segunda,
puedes incluso morir en llanto y seguir alimentando una ilusión, que ya no
existe y que objetivamente no se puede revivir.
El pasado es importante, porque es de donde vienes y es el referente de
algo que aprender, teniendo siempre en cuenta, que ya no puedes volver a
vivir en ese espacio. Hay momentos que no se repiten exactamente igual y
uno de esos, se llama pasado.
EL PRESENTE QUE VIVES
El presente es lo más parecido a lo que debes continuar, el mismo
implica levantarte y saber que te tienes que ir a cepillar, bañarte y pensar
bajo la ducha, lo que tienes que hacer hoy, es vestirte e ir nuevamente a tu
labor. Él es un instante que equilibra tu pasado y tu futuro. Es
definitivamente un nuevo día, es el tiempo de las oportunidades, donde solo
tú eres responsable de lo que en el mismo suceda, ya que cualquier
movimiento que hagas, por mínimo que sea, será significativo para alterar
tu presente y, en consecuencia, el futuro, así que procura mantenerte en
constante movimiento.
Recuerda que, en mi introducción pude llorar mientras trotaba,
simbólicamente es la manera de reconocer y aceptar, que la vida tiene que
continuar y mientras exista el movimiento, está el presente y él jamás lo
podemos abandonar, incluso cuando estemos mal.
La vida no es una sola; tiene muchos días y para nadie es un secreto,
que la frase Amor de Mi Vida , suele ser muy característica en las
relaciones de pareja, lo que sucede es que, si por alguna circunstancia toca
terminar con esa persona, entonces el simbolismo sería que no puedes
volver a amar.
Cuando terminamos una relación amorosa, el tiempo del cual solemos
alejarnos más, es del presente, volver a él será necesario, para ordenar
nuestras ideas y abrazarla realidad actual, será muy oportuno para poder
superar a tu ex, recordando siempre, que en ese presente ya no vives con él
(ella).
El presente es el tiempo menos egoísta, te permite pensar en el pasado y
en el futuro, pero siempre te recuerda, que el mismo debe ser tu prioridad,
aquella donde día a día construyes tu nueva realidad.
EL FUTURO QUE DESEAS VIVIR
El futuro, es el tiempo incierto en el que no hay certeza, solo existen
sueños, anhelos y metas por cumplir. Es el tiempo más escurridizo, que
siempre se quiere escapar, mientras más lo quieras alcanzar. Dosificar la
pretensión de conocerlo, será necesario para poder alcanzarlo y disfrutarlo,
de la mejor manera posible y al mismo tiempo, que llegue sin darnos
cuenta. Muchas veces lo que más duele cuando finalizamos una relación de
pareja, no es perderlo a él o a ella, es perder las expectativas que teníamos
en futuro junto a ese ex ser amado y con esto hago referencia, al
casamiento, viajes, una casa juntos, hijos y muchos planes más que nunca
se cumplieron. Ciertamente, pensar que tus expectativas mueren con tu ex,
se convierte en una distorsión que termina profundizando y agudizando aún
más, el dolor. Será necesario entender, que existen muchas personas con las
cuales puedes cumplir todos tus anhelos y que tu ex, solo fue un pasado que
ya no te acompaña en tu presente y que, por lo tanto, no será positivo seguir
alimentando ningún futuro junto a él o ella. El devenir no te espera, si no
estás dispuesto a enfocarte en tu presente y a soltar tu pasado.
CAPÍTULO VII:
DESINTOXICARTE
“Del agua estancada espera veneno”.
William Blake
EL ARTE DE DESINTOXICARSE
Entre el cuerpo físico y la mente, se encuentra el misterioso mundo de
las emociones. Las mismas, son reacciones psicofisiológicas que nos
permiten interpretar todos aquellos diferentes estímulos, los cuales se hacen
presentes durante el proceso evolutivo y permiten asimilar mejor, la
adaptación.
Somos cuerpos de energía en constante movimiento y durante el
camino, tendremos cargas y descargas que serán parte de nuestro proceso de
vida. La energía llega por medio del aire, el agua, los alimentos y cuando
asimilamos los nutrientes, posteriormente expulsamos todo aquello que no
necesitamos, para así poder continuar con una mejor y mayor vitalidad.
Otra fuente de energía positiva o negativa, será aquella que se de en nuestra
mente, a través de las ideas y pensamientos que entran y salen de la mayor
fuente de poder que tenemos, que es el cerebro. Estas ideas y pensamientos,
pasan a convertirse en sentimientos y sensaciones, que terminarán por
ingresar en nosotros y dejar una huella.
Es importante acotar, que un cuerpo sano y desintoxicado, será aquel
que logre mantener una sincronía positiva en el aspecto físico, mental y
emocional. El aire que respiramos una vez que ingresa a nuestro organismo,
cumple la función de oxigenar nuestras células, para luego ser expulsado,
los alimentos evacuados, comunicar las ideas, compartir los sentimientos y
expresar las emociones; por ello, este proceso de entrada y salida, es vital y
necesario para el desarrollo de nuestras vidas.
LAS PARTES DE UN TODO
Todos estos procesos vitales, no se producen por separado ni de manera
aislada. El cuerpo, la mente, el corazón y el espíritu, forman un todo, y
funcionan entrelazados, de modo que nuestro estado de ánimo influye sobre
nuestra dieta, el ejercicio o el reposo, afectan las ideas; así como, los
sentimientos positivos o negativos, que son determinantes en la salud. Nada
es casualidad, todo estímulo traerá un resultado y una consecuencia.
El organismo funciona como una unidad compleja, de modo que un
golpe o una herida, no solo producen dolor físico, sino también sufrimiento,
angustia y temor. Un proceso traumático agudo, como la separación de un
ser amado, puede desatar graves problemas de salud física según sea el
caso. A continuación, te comparto una serie de sugerencias que pueden ser
de gran utilidad para tu proceso:
Aprendiendo a Respirar
Durante la etapa del duelo, pasaremos por episodios específicos de
mucho descontrol y frustración y es aquí, donde debemos aprender a
escuchar nuestra respiración, ya que ella puede ser de gran ayuda en el
proceso de desintoxicación. Podemos observar nuestra forma de respirar y
hacernos conscientes del proceso de forma automatizada y detallar cuáles
factores pueden alterarla o bloquearla. Una forma de entrenar una
respiración sana y saludable, es practicar en nuestros momentos de
vulnerabilidad, las cuatro (4) fases del acto respiratorio: Primero, inhala
profundamente, llenando tus pulmones del momento consciente del
presente; seguidamente, retén el aire para que se movilicen los alvéolos
pulmonares y se estimule la circulación y reflexiona un poco, durante el
momento en el que retenemos la respiración; luego, exhala, vaciando los
pulmones, soltando el pasado lleno de rabias, rencores y frustraciones y por
último, haz una pausa antes de la inspiración siguiente, teniendo paciencia
con la vida y luego, vuelve a repetir este proceso.
Cargas Positivas
En la carga positiva, te mencionaré solo una muestra de pequeñas
sugerencias que pueden ser de gran ayuda para tu proceso y que te permitan
la desintoxicación a través de actividades simples y sencillas, como:
contemplar paisajes que transmitan paz y tranquilidad, escuchar la corriente
de un río, la grandeza de una montaña, el sonido del mar, cualquier lugar
que te permita estimular tus sentidos y al mismo tiempo, conocer y explorar
una gama más extensa y sutil de emociones. También puedes compartir con
personas que sumen, aquellas que te permitan invertir un tiempo de
crecimiento; ausente de críticas y lleno de nuevas ideas inspiradoras o ver
documentales, películas optimistas, que te generen un aprendizaje y te
hagan reflexionar sobre la vida.
El Movimiento Te Limpia
Existen millones de actividades, hobbies, pasiones, que te pueden servir
de gran ayuda en este proceso de desintoxicación. Descubrir una nueva
actividad o recuperar una anterior, será necesario para promover el
movimiento; ese que distrae y apasiona, que nos hace sudar o en muchos
casos, despierta desde otro ángulo, el deseo de volver a ganar. No importa
lo que sea, lo importante es que dicha práctica te lleve a generar
movimiento. Con ello, hago referencia a patear con fuerza un pasado en
forma de balón de fútbol, encestar con buena puntería tu nueva decisión en
el baloncesto, trotar y saber que, aunque te duelan las piernas, resiste y
continuas hasta tu meta, sentir como no te ahogas, porque sabes que
nadando no te hundirás o levantar pesas, para que recuerdes que todavía
tienes fuerza. Son muchas las actividades a través de las cuales puede
lograrse la desintoxicación y a simbolizar una motivación intrínseca, que te
ayuden en el proceso de superación de tu ex.
Alimenta Tu Energía
Una de las situaciones que suelen generarse durante este proceso, es la
alteración de nuestra manera de alimentarnos, donde muy posiblemente te
inclinarás por alguno de los extremos, el de no comer lo suficiente o el de
comer de forma excesiva, En este punto quien domina es la depresión
transitoria o la ansiedad temporal. Todo esto, traerá incidencias en los
resultados que queremos alcanzar; lo que comemos es vital para nuestra
energía, es como un carro sin gasolina o con una carga de peso excesiva,
por lo tanto, su funcionamiento no será el apropiado y prolongará la llegada
a tu destino. Es así, como debemos poner atención a esta realidad, no se
trata de dietas ni nada que tenga que ver con nuestra estética, se trata de
saber que una buena y saludable alimentación, puede tener implicaciones
positivas en lo que respecta a nuestras energías, ya sea la de mantener la
que teníamos anteriormente al dolor o mejor aún, si logras intentar
optimizarla para obtener mayor vitalidad, en este sentido.
Tu Creencia Inspiradora
No importa la creencia religiosa o personal que tengas; sea cual sea, será
el momento ideal para invertir un tiempo en ella, retomarla con más
constancia y experimentar ese encuentro divino que te llenará de fuerza
para saber que puedes y debes continuar. Al mismo tiempo, te permite
seguir en contacto con la sociedad en esa situación temporal y pasajera
contigo mismo. Por ello, es necesario transitar por ese espacio que
promueva tu fe y alimente tus creencias; lo que conllevará a cargarte de
buenas energías y al mismo tiempo, liberarte de las que te resulten
negativas.
Música Sin Letra
La música durante esta etapa, se asocia al despecho y durante el inicio,
no estará mal llorar y despecharte un poco, con alguna letra que te recuerde
a tu ex; sin embargo, hay que tener cuidado con esta práctica, ya que, si se
prolonga, puede ser contraproducente en tu proceso. Es importante
evolucionar incluso en lo que escuchamos. Al principio estará bien
despecharte con una letra en particular, pero lo más prudente es ir
modificando el repertorio musical que escuchamos y llegar al punto de
buscar artistas y músicos, que no alteren tu interpretación, teniendo claro
que estarás vulnerable y cualquier representación musical te puede
condicionar. En la etapa media de tu duelo, puedes intentar buscar música
instrumental entre diferentes estilos, ejecutada a través de pianos, violines,
guitarras, entre otros. Escuchar el de tu preferencia, te permitirá construir tu
proceso desde ti y para ti. Cuando lo hagas, la letra será escrita por tus
pensamientos, lo que permitirá concientizar tu realidad y tener una mayor
claridad del camino que te toca transitar. Más adelante cuando el ciclo
finalice, podrás escuchar la música de tu preferencia. Recuerda que no
estamos para compararnos con otras historias, debemos escribir la nuestra.
Permitir La Descarga
Es la actitud correcta ante la necesidad que el organismo tiene de
exteriorizar. Si bloqueamos los desahogos y las salidas, entonces
conseguiremos acumular los tóxicos, con las inevitables consecuencias
perjudiciales para tu salud. Lo mismo ocurre, cuando callamos y guardamos
silencio por algo que sentimos, que deberíamos decir y es durante el
proceso de duelo, donde son muchas las cosas a las cuales tenemos que
darles salida. Lo esencial es tener en cuenta, que los tóxicos acumulados
terminarán desencadenando una crisis de limpieza, cuando el organismo no
pueda contenerlos por más tiempo. En el plano físico, esa crisis puede
consistir en vómitos, diarreas, gripe o incluso, cualquiera de las llamadas
enfermedades agudas desde la óptica médica. Con respecto al plano
emocional, serán berrinches, gritos, llanto o ira y si la reprimimos,
transformaremos problemas agudos o puntuales, en problemas crónicos y
estaremos forzando al organismo, en aceptar un estado permanente de
desequilibrio, contención, descontento o angustia. Por esta razón, es que el
proceso de duelo será necesario vivirlo y no creer que somos los más
fuertes, para luego terminar pagando muy caro las consecuencias.
Escribir Para Expresar Emociones
Puedes escribir, con el propósito de aflorar y expresar limpieza
emocional, incluso, simplemente trazar algunas palabras y una vez
terminada tu carta, quemarla, para así, deslastrarte de pensamientos y
emociones negativas y dañinas para tu vida. Asimismo, puedes escribir y
meter en un baúl lo expresado, dejarlo en un bosque, luego de haber
liberado tus emociones en letras o simplemente, romperla y tirarla a la
basura. Lo importante es que al final, tengas la posibilidad de desprenderte
y liberarte de la misma.
OTRAS FORMAS DE DESINTOXICACIÓN
EX Amigos
Al terminar una relación, las amistades también se ven afectadas por esa
decisión, ya que lo más seguro es que muchas de estas, eran conocidos en
común. Durante esta fase, todo aquello que promueva el tema de tu ex o
que busque de manera directa o indirecta recordártelo, será nocivo para tu
recuperación y, por consiguiente, deberás buscar formas de identificar a
esos amigos quienes ahora, por tu propio bien, se deben convertir en ex
amigos, por lo menos hasta que finalice tu duelo afectivo, aunque otros, ni
siquiera se rescatarán. Amigos, serán aquellos que respeten tu decisión, que
no busquen echarle sal a tu herida o profundizar el drama, con temas
relacionados a tu ex; por el contrario, deben ser aquellos que entiendan tu
dolor y te abracen, sin la necesidad de adueñarse de tu historia, que te
permita llorar, darte aliento, que sepa distraerte y acompañarte en tu ruido y
en tu silencio.
Identificando a los Falsos Amigos
En este proceso de recuperación, es necesario que puedas identificar
todas aquellas personas cercanas a tu entorno, que no te benefician, ya que,
por contrario, se convertirán en tus Ex Amigos por el problema emocional
que originan y en las próximas líneas, te ayudaré a identificarlos.
Seguidamente las especificaciones:
Los (as) que buscan hablar constantemente de tu ex después de la
ruptura.
Aquellos (as) , que te critican y no entienden tu dolor.
Los (as) que se parcializan con tu ex.
Aquellos jueces intermediarios que buscan reconciliación sin saber tus
padecimientos.
Los que tienen complejos de detectives y te quieren pasar información
constantemente de tu ex.
Los mencionados anteriormente, pasarán a ser tus Ex Amigos, en
beneficio de tu propia salud emocional.
RedEX Sociales
Aunque se escribe redes, durante esta etapa y sin darnos cuenta, las
transformamos en RedEX . Las mismas, son una realidad que día a día se
convierten para muchos en una cotidianidad. Durante la etapa del duelo,
estas suelen reflejar una tóxica práctica, para aquellos que sufren una
ruptura. Muchos pasarán por esa fase, donde la importancia de estas
plataformas se pueda traducir no en el plano social, sino en tu ex y para tu
ex. Con esto, hago referencia, a que colocan fotos para ver si reciben un
like, comentario o alguna reacción que alivie el dolor, como una dosis de
esperanza. Otros asumen la vida de ese ex amor de forma obsesiva,
llevándolos a una conducta negativa, incluso hasta descuidar su propia vida,
invirtiendo horas valiosas en pérdida de tiempo, mientras revisan cada uno
de los movimientos de la ex pareja.
Podrás pasar por esta etapa, lo más importante es que salgas de ella lo
antes posible. Si no lo puedes asumir radicalmente, un buen modo de
hacerlo y de manera progresiva, ir disminuyendo la curiosidad día a día, por
ejemplo. Sin embargo, será necesario tener claro la gravedad de dicho error
y eso puede despertar tu necesidad de querer cambiar, incluso puedes
anotarlo en un cuaderno cada vez que lo hagas, así podrás monitorear el
aumento o disminución de dicha conducta. También, existe la opción de
bloquear y eres libre de hacerlo, pero ten en consideración una sugerencia,
cuando decidas hacerlo, que sea una decisión tomada y pensada, ya que, si
lo llevas a cabo por impulso, lo más seguro es que te arrepientas luego y
comenzarás a caer en un bloqueo y desbloqueo repetitivo, que
definitivamente no te ayudará a generar seguridad, credibilidad contigo
mismo, ni con los demás.
CAPÍTULO VIII:
LAS HERRAMIENTAS EQUIVOCADAS
“Si tu única herramienta es un martillo, tiendes a tratar cada problema
como si fuera un clavo”.
Abraham Maslow
UN CLAVO NO SACA OTRO CLAVO
Por mucho que lo creamos, un clavo nunca sacará ni remplazará a otro
clavo. Iniciar una nueva relación afectiva como quien busca un analgésico
para el dolor ante esa ruptura reciente, no es lo más acertado. Ese clavo
hundido en nuestro corazón, se quedará donde un día se colocó, solo que
ahora le daremos un significado diferente, ya que lo veremos en pasado y
no en presente. Por ello, tampoco sería justo pensar que con el martillo que
lo hizo entrar, lo vamos a poder sacar.
La vida y el amor, es mucho más que poner o quitar un clavo de tu
corazón, hay historias que solo se superan, cuando aceptamos la existencia
de la misma en nuestra evolución; asumiéndolas como experiencias que nos
hicieron crecer y que, en algún momento de nuestra vida, fueron
importantes para aprender.
A veces nos cuesta comprender, que las relaciones terminan porque las
personas tenemos libre albedrío o simplemente el amor se terminó o la
pareja no es lo bastante madura como para librarse de la responsabilidad de
continuar. Al respecto y aunque desespera, será necesario asumir el fin, la
distancia y el tener que empezar una nueva vida con un vacío al otro lado de
la cama y otro más en el corazón. En esta fase, nuestro cerebro entra en
estado de alarma e interpreta ese dolor, como algo real y como un impacto
muy similar al de una quemadura.
Necesitamos aliviar ese dolor con una buena dosis de dopaminas, con
algo fácil y rápido, que anestesie su efecto en el alma. Hay quienes logran
evitar esos momentos, llevando a cabo un adecuado proceso de aceptación,
que representa un paso lento y sin apuros, con el fin de ir reparando una a
una las piezas rotas. Será lo más prudente e inteligente por hacer.
En cambio, otros se niegan a asumir el final y buscan desesperadamente
una reconciliación con la pareja, negándose a la realidad e insistiendo en
algo que ya demostró en el pasado, que no funcionaba y que por el solo
paso o transcurrir de algunos días o semanas, créeme, nada de la situación
cambiará.
Finalmente, están los que inician un camino que no siempre funciona: el
de las relaciones de rebote, las cuales se utilizan para evadir un dolor.
Sin duda queda claro, que no hay nada como volver a iniciar una
relación estable, feliz y madura, para darnos una nueva oportunidad,
siempre y cuando, eso sí, estemos verdaderamente preparados para ello,
porque si bien es cierto que nadie es insustituible, también lo es el hecho, de
que no somos intercambiables.
Nadie tiene que servir de curita para la frustración o de analgésico
momentáneo para la melancolía del desamor, porque la misma tiene la
función de curar o tapar una herida y luego de que esta sane, culminó su
propósito.
En este sentido, ocurre exactamente lo mismo con las relaciones de
rebote; las que hacen referencia a saltar de una relación a otra para evitar el
dolor, donde este tipo de personas buscan enmascarar el efecto que produce
por la ruptura.
Cuando nos recuperamos, podemos darnos cuenta, que la nueva relación
no era lo que realmente buscábamos.
El final de una relación, se experimenta como un acto traumático,
porque nuestro cerebro está programado para conectarnos con otras
personas. Así, cuando construimos bloque a bloque ese afecto o el amor,
pocas cosas pueden ser tan gratificantes. Es aquí donde romper ese vínculo,
reflejará un trauma que tendrás que enfrentar y en la medida que lleves a
cabo tus buenas elecciones, puedes superarlo.
Si en la primera fase de la relación, la pasión se vincula a la parte más
primitiva de nuestro cerebro, también la pérdida y el estado donde nos
sumimos en la amargura del duelo, emergen de esa área más antigua.
Durante un tiempo, la emoción domina a la razón, aunque poco a poco
surgimos de estas brumas, con sabor a lágrimas, sudor y soledad.
Iniciar una nueva relación al poco tiempo de haber terminado con tu ex,
no significa que no pueda aliviarnos, distraernos, hacernos reír y disfrutar.
Esto sucede, porque tenemos hambre de amor, de ser consolados, buscamos
la intensidad y no esa calma, que seguramente, nos haría recordar a quien
ya no nos quiere o a quien tuvimos que dejar por nuestro propio bienestar.
No queremos términos medios, porque esto puede provocar serios
efectos colaterales como, por ejemplo, que la otra persona se enamore
cuando nosotros solo buscamos un anestésico emocional o donde tú
también por un momento, confundas el placer momentáneo, con una
relación real y todo termine complicándose aún más.
En correspondencia con lo anterior, queda claro que cada persona es un
mundo y que cada quien hace con su mundo lo que más le guste; sin
embargo, para muchos, el destino de todo clavo es recibir martillazos, así
que antes de hacer un agujero más grande, resulta más conveniente efectuar
primero una reflexión en este sentido.
TIEMPO PARA LLORAR Y TIEMPO PARA
AMAR
Iniciar una relación únicamente para nutrir las carencias, las necesidades
y las frustraciones, supone tomar del otro lo que se necesita, como el ladrón
que entra en la noche a robar un hogar. No es algo lícito.
Las personas vivimos en una realidad, donde se emplea mucho el
término de echar hacia adelante y cuando nos preguntamos unos a otros
aquello de ¿cómo vas? solemos responder siempre, muy bien, echando
hacia adelante . Es como si nuestra obligación fuera seguir siempre en pie
en esta frenética carrera, donde quien se detiene supuestamente se ve
perjudicado.
Sin embargo, detenernos de vez en cuando, es una necesidad vital e
ineludible. No vivimos en un mundo color de rosas; por el contrario,
nuestro cerebro también necesita reconocer y aceptar, los aspectos malos de
la vida y eso implica, buscar un espacio para la calma y momentos de
introspección, donde recoger pedazos, cerrar heridas y reconstruirse,
termina siendo la decisión más asertiva.
Hay un tiempo para llorar y para volver a amar, pero no para amar a
otros, sino para querernos de nuevo a nosotros mismos, porque la mente
que carga resentimientos y sueños rotos, alimenta la baja autoestima en el
corazón. Nadie, absolutamente nadie, puede volver a ser feliz con este tipo
de equipaje a cuestas. Por lo tanto, la idea de sacar un clavo con otro clavo,
es la menos acertada, ya que evidencia que somos dependientes de otras
personas para ser felices y eso refleja, el futuro complicado que te tocará
vivir. Es por eso, que este capítulo busca despertar en ti la suspicacia, para
que no uses las herramientas equivocadas durante el proceso.
EL MARTILLO, EL CLAVO, LA MADERA Y
EL CARPINTERO
Una noche, en el pasado, en aquellos días de mi duelo, decidí escribir
sobre el martillo, el clavo, la madera y el carpintero. Una reflexión que
espero que les sirva para su mejor elección y que quiero compartir con
ustedes en las siguientes líneas.
El Martillo
Soy el martillo, ese que puede clavarte y sacarte en un abrir y cerrar de
ojos. No me importa lastimar al clavo ni dañar a la madera, lo que
realmente me importa, es imponer mi fuerza sin medir las consecuencias.
Sin mí, el clavo no entra y la madera no se convierte en arte. Soy
independiente, pero hago que los demás dependan de mí.
El Clavo
Soy el clavo, el más dócil, ya que no tomo decisiones por mí mismo.
Solo soy útil para los demás, desde mi fina y dura vulnerabilidad. Me
complace saber, que entré en el lugar que me indicaron y me quedo allí,
hasta que sea ventajoso para los demás. No puedo salir de donde un día me
metieron, dependo del martillo o del vencimiento de la madera, para
disfrutar de mi libertad.
La Madera
Soy la madera, ese pedazo donde ocurren los acontecimientos, soy el
lugar donde sucede el arte, un espacio que sirve por un tiempo determinado,
hasta que pierdo mi utilidad para los demás. No soy fuerte ni débil, solo soy
un momento en la vida de todos y sirvo a otros, para que cumplan sus
sueños.
El Carpintero
Soy el carpintero, ese que no solo se dedica a clavar un clavo, ni mucho
menos el que se equivoca y decide sacarlo, soy más que eso. Soy el que
crea y convierte en arte un pedazo de madera, ese que crea el lugar donde te
vas a sentar o donde un plato de comida podrás saborear y contemplar. Soy
un creador capaz de transformar con trabajo y conseguir de algo simple una
gran utilidad. Cuando algo que un día hice pierde su valor, yo solo me
enfoco y me complace saber, que lo que un día hice, tuvo utilidad en su
momento. Mis herramientas no son exclusivamente un martillo, una madera
o un clavo. También, tengo herramientas que muchos ignoran, ya que de
nada serviría el martillo, si yo no aplico mi fuerza, de nada serviría el clavo
si yo no tengo precisión y de nada serviría la madera si yo no tengo
inspiración para convertirla en arte.
Solo Tú decides quien quieres ser: Clavo, Martillo, Madera o
Carpintero. Solo tú valoras lo que eres y para que sirves. En esta etapa tan
dolorosa de tu vida, tendrás que elegir entre quién o qué quieres ser y tu
escogencia será fundamental y determinante, para superar tu duelo de una
forma más inteligente.
CAPÍTULO IX:
ABRAZANDO EL CAMBIO
“No es más fuerte ni más inteligente el que sobrevive, sino aquel que
más se adapta a los cambios”.
Charles Darwin
EVOLUCIONANDO
Hace muchos años, cortaron algo en ti que te hacía depender de otra
persona que sentías que te hacía vivir. Desde el momento en que
fragmentaron esa conexión, tu vida comenzó a cambiar, abriste los ojos ante
un mundo nuevo y desconocido y tenías mucho miedo, aunque no lo
recuerdes. Eras muy vulnerable, no podías comer por ti mismo, caminar y
ni siquiera limpiar el sucio que tu sistema digestivo producía en aquel
entonces. Muchas cosas han cambiado desde aquellos días, solo
necesitamos que viajes a tu pasado y veas todos los cambios traumáticos y
difíciles que te han tocado superar. Eres un sobreviviente gracias al cambio,
gracias a él y por ello, hoy puedes leer estas letras, interpretarlas y
transformarlas en reflexión.
Miedo siempre tendrás ante los cambios, pero si recuerdas de dónde
vienes, podrás flexibilizar tu rigidez y emprender nuevos caminos, sin tanta
resistencia y de forma más positiva ante los nuevos días de la vida.
Los individuos que no les gusta el cambio, suelen sufrir cuando se
producen reformas en su entorno. Al parecer, no han aceptado que es
imposible que las cosas no cambien en ningún sentido. La permanencia de
la existencia tal y como es, solamente se puede obtener una vez que hemos
muerto. Luego de fallecer, ya ni somos personas, ni existimos, así que da
igual, porque no tenemos consciencia alguna.
Algunos individuos, se ven completamente abrumados cuando algo
cambia en su vida o en la de otra persona. Muchas veces, pasan la vida
añorando un momento que han idealizado, pensando que en el ayer todo
era como debía ser y ahora todo es terrible. Esta actitud hace que vivan en
una perpetua depresión, extrañando algo que jamás volverá, sin considerar
que el tiempo nunca se repite igual.
En definitiva, si no has aceptado el cambio, te tengo una mala noticia:
No tienes otra opción. El entorno, el mundo y las circunstancias, se
encargarán de que tu vida se transforme.
Ahora tienes dos (2) opciones: resistirte y ponerte rígido, ante la
presencia del cambio y seguir viviendo en el pasado o aceptar que las cosas
mejoran, se transforman y comenzar a cambiar tú con ellas, para convertirte
en una mejor versión de ti mismo.
RENOVARSE O DESVANECERSE
Cuando nos enfrentamos a un cambio en nuestra vida, lo que sufrimos
en realidad es una transformación y una renovación. Cuando el cambio ya
se efectuó y lo vemos desde el exterior, nos damos cuenta, de que vemos la
vida de otra manera y somos capaces de enfrentarnos a ella, con un espíritu
y mente renovado.
Les contaré una interesante historia, la misma se asemeja mucho al
proceso que vives o que estás por vivir.
La historia a la que hago referencia, es la del Águila Real, la cual, para
mí, es un animal de mucho ímpetu, fuerza, decisión y un espíritu
inquebrantable. Esta es la historia de un animal que la fuerza de su espíritu
y su naturaleza sabia, la invita a transformarse en el momento más crítico
de su vida, para luego, gracias a la renovación, alcanzar la gloria.
El águila real americana, es el ave que posee mayor longevidad dentro
de su especie, llega a vivir hasta setenta (70) años, pero para llegar a esa
edad, primero tiene que tomar una gran decisión que aproximadamente será
en la mitad de su vida. Las uñas del águila a sus cuarenta (40) años, son
curvas y flexibles y tan largas, que no consiguen agarrar a las presas de las
cuales se alimenta, su pico alargado y puntiagudo, comienza a curvarse
apuntando contra el pecho peligrosamente y sus alas envejecidas y pesadas
por las gruesas plumas, hacen que volar sea una tarea muy difícil. Es
entonces cuando el águila tiene que tomar una decisión entre dos (2)
alternativas: dejarse morir o enfrentar un doloroso proceso de renovación;
que durará cerca de ciento cincuenta (150) días. Este proceso consiste, en
volar hacia lo alto de una montaña y refugiarse en un nido o cueva próxima
a una pared, donde no necesite volar. Entonces, el águila ya refugiada,
iniciará un nuevo proceso, comenzará a golpear su pico contra la pared,
hasta conseguir arrancarlo; una vez amputado, tendrá que esperar a que
nazca un nuevo pico con el cual después, tendrá que arrancar sus viejas
uñas y cuando las nuevas uñas comienzan a nacer, será el momento para
desprenderse de sus viejas plumas arrancándoselas una a una, con el nuevo
pico. Después de aproximadamente cinco (5) meses muy difíciles, donde
vuelve a tener un pico fuerte y joven, plumas brillantes y sedosas y uñas
fuertes y útiles, el águila real sale victoriosa, realizando su vuelo de
renovación y a partir de entonces, dispondrá de treinta (30) años más de
vida, que serán sus años más gloriosos.
Hay momentos donde nos encontramos débiles, agotados, desanimados
y sentimos, que estamos en un punto donde tenemos dos (2) opciones: o nos
renovamos como las águilas o nos rendimos y desvanecemos de forma
anticipada.
Esta transformación, no será gratis ni otorgada por nadie; exigirá
detenernos, hacer un alto en el camino, reflexionar, realizar una
introspección, y así saber, cuáles son los picos, plumas y uñas de las cuales
debemos desprendernos, para luego, poder recuperarlos con resistencia y
determinación.
En el duelo afectivo, tendrás que desprenderte de muchas cosas, buscar
ese espacio de tu preferencia, donde también puedas reflexionar y tener el
tiempo necesario, para renovarte.
ACCIONES DISTINTAS CONLLEVAN A
RESULTADOS DISTINTOS
Einstein decía, que era de locos hacer lo mismo y esperar que
ocurriese un resultado diferente . Por lo tanto, cuando cambiamos y
cambian nuestros hábitos, también cambian los resultados. La mayoría de
quienes pasan por duelos afectivos, muchas veces se quejan de sus malos
resultados. En este caso, será prudente ver tus hábitos y consideres la
opción de comenzar a cambiarlos poco a poco y el hacerlo, puede ser de
gran ayuda para tu proceso.
A lo largo de nuestra vida, vamos construyendo y afianzando una serie
de creencias basadas en experiencias o aprendidas a través del entorno y
adquiridas, a través de la percepción como lo hablamos en el Capítulo III.
Las creencias son interpretaciones y valoraciones que hacemos de la
realidad, teniendo en cuenta nuestras experiencias y lo aprendido a lo largo
de la vida. Muchas de estas, pueden ser motivadoras como, por ejemplo, si
me esfuerzo, puedo conseguir buenos resultados , las que tienen que ver
con valores morales, el hombre es bueno por naturaleza o pueden ser
limitantes como, nadie se va a enamorar de mío no soy lo
suficientemente inteligente . Decir que no, es crear limitantes desde el
punto de vista interpretativo de la realidad, de una manera, que restringe el
desarrollo de nuestras potencialidades. Las creencias limitantes, pueden
surgir por aprendizaje desde la infancia o por experiencias vividas y de esta
forma, dañar nuestra autoconfianza y autoestima. Por ejemplo, la mala
experiencia con tu ex, puede hacerte creer, que todos los hombres o
mujeres son iguales y este tipo de aseveración, es un gran ejemplo de una
idea que terminará obstruyendo cualquiera nueva oportunidad y al mismo
tiempo, manteniéndote en tu zona de confort.
Ahora bien, es hora de experimentar el atrevimiento de hacer cosas
diferentes, encarar tu miedo y poder verlo frente a frente y aunque sientas
temor, tener el valor de llevarlo a cabo, sin frenarte antes de hacerlo y esto
será necesario, para que vivas nuevas acciones que te permitirán conseguir
nuevos y mejores resultados.
Cuando buscamos un cambio, a veces los impedimentos para generarlo,
pueden venir de nuestras propias creencias limitantes. En ocasiones, ni
siquiera somos conscientes de ellas; razón por la cual es necesario analizar
nuestras creencias y valores, para detectar si existe alguna que nos está
saboteando el proceso.
Aprender a identificarla, será necesario, para poder confrontarlas y
superarlas. El haber tenido una mala experiencia con tu ex, no significa que
todos los hombres y/o mujeres son iguales y es allí, cuando te detienes y
puedes entender las normales similitudes y concientizar la variable
evolución que cada ser humano tiene que pasar, para tener algo que nos
diferencie entre sí. Trabaja en lo que te distingue de los demás y no sigas
haciendo lo mismo; permítete cambiar. Igual no puedes dejar de vivir, por
pensar que vas a morir. El inicio y el final de algo, no define la experiencia
del trayecto.
APRENDIZAJE CONSTANTE
En líneas anteriores, hablamos de renovarse, o desvanecerse. Algo
parecido ocurre con el aprendizaje; si no estamos en constante aprendizaje,
nos convertimos en un producto terminado y dejamos de crecer en el
interior. Nuestra mente, espíritu y emociones, necesitan seguir en un
continuo crecimiento, aunque nuestro cuerpo ya haya dejado de crecer
aparentemente. La mente y la espiritualidad, pueden seguir desarrollándose,
de la mano del movimiento y el cambio.
SALIR DE TU ZONA DE CONFORT
Salir de la zona de confort implica, tomar decisiones difíciles; significa
que tienes que hacer algo con lo que no te sientes cómodo, con el propósito
de abandonar tu rutina y tus viejos hábitos, para finalmente poder vencer tus
miedos.
Fácil no será, ya que aprender cómo salir de la zona de confort y tomar
la decisión de hacerlo, produce temor, ansiedad, dudas y estados
momentáneos de inseguridad. Sin embargo, una vez que decides hacerlo,
comienzas a sentir que tu vida está creciendo. De hecho, la mayoría de las
personas exitosas, entienden la importancia de salir de la misma e incluso,
tienden a presionarse para promover nuevas situaciones de cambio en sus
vidas.
Sin lugar a dudas, salir de tu zona de confort implica, realizar cambios
estructurales, considerando que los mismos, representan un suceso
totalmente necesario en nuestras vidas. De hecho, sin cambios la vida
pierde sentido. A pesar de ello, es entendible que estés ahora mismo
pasando por un mal momento, ya que terminar con una relación con la cual
viviste tantas emociones (buenas o no tanto), siempre será doloroso.
Quizás piensas que todo va de mal en peor o a lo mejor crees, que no
podrías pasar por un período aún más difícil y sientes que no soportas tantos
cambios seguidos; sin embargo, sea como sea, recuerda, que el cambio es
vida y que será para mejor o incluso, dicha situación pudiera significar ese
elemento de presión que te llevará a experimentar nuevas vivencias.
Créeme, que alguna faceta de tu vida se va a ver beneficiada por el
cambio. Solo tienes que encontrar ¿cuál es? hazle caso y apoya esa parte de
tu vida que se ve beneficiada por las modificaciones. La vida te está
ofreciendo una nueva oportunidad, aprovéchala.
CAPÍTULO X:
PERDONANDO AL OLVIDO
“Yo no hablo de venganzas ni perdones, el olvido es la única venganza y
el único perdón”.
Jorge Luis Borges
INTERPRETANDO AL PERDÓN
Tienes todo el derecho de no perdonar, en especial en la etapa inicial del
duelo, pero lo que debería ser una regla de oro a cumplir, es aprender a
liberarnos de la emoción que el no perdonar supone. La obsesión con el
perdón y querer pasar la página a la velocidad de la luz como si no hubiera
pasado nada, también sería un sentimiento negativo y falso, incluso, sería
tan nefasto como la obsesión por la venganza .
En este sentido, es necesario tomar consciencia, que muchas veces
perdonar lleva su tiempo y así, evitaremos sentirnos presionados por ignorar
o eliminar una emoción natural del momento. En consecuencia, para que las
heridas sanen, no es suficiente no tocarlas, también se necesita tiempo para
cicatrizarlas y lo mismo ocurre con nuestra mente. Igualmente es necesario
aclarar, que estás en tu pleno derecho de no perdonar, siempre y cuando
estés dispuesto(a) a asumir las consecuencias. Cuando se trata de conflictos
de alto impacto, la psicoterapia es fundamental para ayudar a las personas a
aceptar lo sucedido y fomentar algún tipo de proceso del perdón, que no
tiene necesariamente que suponer, una reconciliación con el ofensor o
causante , que en este caso sería el ex, sino más bien de liberación
personal, lo que implica, dejar salir la emoción del rencor, la ira y la
frustración, que son todas esas emociones que molestan e incomodan, y que
mantenerlas en el tiempo, enferman a quien las padece.
La práctica del perdón ayuda a reducir el estrés, la ira y el dolor, que
puede suponer una determinada situación. Nos quitamos una carga y un
peso, pero el principal beneficio de pedir perdón o de otorgarlo, siempre
será para nosotros mismos.
El peor enemigo del perdón, es el orgullo. Asociamos el pedir perdón o
darlo, a un acto de debilidad y vulnerabilidad cuando lo cierto es, que es un
indicador de educación, asertividad y valentía. Ten presente, que, en algún
momento de tu duelo, será inteligente poner en práctica el significado del
perdón.
Uno de los mejores regalos que podemos hacernos, es aprender a vivir
nuestras vidas al máximo; sin embargo, para que eso suceda, será
fundamental y necesario, desprendernos de cualquier secuela o rastro que
todavía quede del rencor. Lo cierto es, que muchas veces el rencor no
permite que avancemos y a estas alturas de tu proceso, necesitas dar esos
pasos finales para tu liberación total y el vivir sintiendo rencor, no soluciona
nada, sino todo lo contrario, no nos deja vivir felizmente.
Lo que poco conocemos, es que el rencor es un sentimiento que
utilizamos a manera de protección, para tratar de escapar y esconder al
dolor y la señal verde para saber que superamos a nuestro ex, pasa
precisamente por dejar de sentir esas emociones. En la medida que
transformamos el sentimiento de tristeza en rencor, creemos sentirnos con
más fortaleza, cuando en realidad no es así, somos más vulnerables, cuando
guardamos por mucho tiempo el sentimiento negativo del rencor dentro de
nosotros.
Muchas veces no soltamos el rencor, porque pensamos que eso implica
el tener que perdonar a la otra persona y retomar la relación tal y como
estaba. Es aquí donde debes entender, que puedes perdonar desde un ángulo
donde no volverás a ser pareja de tu ex, sino que solo perdonarás a una
persona que, en algún momento de tu vida fue tu pareja, pero que ahora ya
no lo es. Así que, no necesitarás protegerte de alguien que ya no represente
un peligro para ti en el presente.
La importancia de aprender a vivir sin sentir rencor, es para nosotros
poder sentir tranquilidad, ya que aun cuando creemos que estamos haciendo
daño a la otra persona, la única verdad, es que somos nosotros mismos
quienes nos continuamos haciendo daño de manera persistente.
Además de sentirnos lastimados por otra persona, detrás de este
sentimiento, también se encuentra el hecho de que las cosas no han salido
como esperábamos o que la otra persona, no ha tenido un comportamiento
como nosotros pensábamos que debía hacerlo y a estas alturas del proceso,
ya debemos entender, que no tenemos que esperar nada de nuestro ex y que
con solo saber que no le permitimos que nos haga daño y que ya no nos
domina, será suficiente para perdonar a alguien que fue parte de tu pasado,
pero que ya no existe en tu presente, pero por lo menos significó un
aprendizaje.
Por todos estos motivos, es necesario que canalices tus emociones de la
mejor forma, con el propósito de no llevar internamente el equipaje pesado
del rencor; suéltalo y limpia tu corazón.
LIMPIANDO TU CORAZÓN
Cada mañana, mira en tu interior y libérate un poco de tu codicia, odio y
prepotencia. Limpia tu corazón igual que cuando te duchas. Diferencia
claramente aquello que necesitas, de lo que no, en absoluto.
No siempre tienes la razón, no es necesario que todos aprueben tus
actos, que compartan todos tus gustos o ideas. No necesitas ser menos, ni
más que nadie; simplemente necesitas ser tú mismo. Tampoco, necesitas
tener un cuerpo perfecto esculpido por el efecto de tus visitas recurrentes al
gimnasio, tan solo algo de ejercicio regular para mantener sana tu mente y
una buena funcionalidad de tu cuerpo, será suficiente, porque no necesitas
que tu vida se asemeje a los deslumbrantes anuncios en redes sociales.
Tampoco, necesitas ser el primero en todo, ni hablar mal de nadie, ni
perder el tiempo escuchando a otros hacerlo. No requieres que te
agradezcan de inmediato todo lo que haces por los demás, hay gratitudes
que tardan y no es a ti a quien le corresponde valorar su inmediatez. No
necesitas que las cosas salgan absolutamente perfectas, el mundo es
imperfecto y creer en dicha perfección te hará sufrir mucho. No necesitas
ser el centro de atención, la vida no gira a tu alrededor. Tampoco necesitas
salvar al mundo, con salvarte a ti es suficiente y ayuda en la medida de tus
posibilidades.
Asimismo, no necesitas imponer tus ideas, exprésalas y permitirles a
otros la oportunidad de ignorarlas o valorarlas. No necesitas justificarte, ni
pedir perdón más que una vez, será suficiente, tampoco es necesario
convencer a nadie, solo a ti mismo. No necesitas preocuparte por aquellos
asuntos que se escapan de tu control, enfócate en aquellos que tengan
solución.
Tampoco necesitas estar feliz siempre, el dolor es también una parte
importante de la vida, ni necesitas estar haciendo algo productivo todo el
tiempo, a veces es necesario no hacer nada por un momento. No necesitas
ocuparte en solucionar los problemas de todos los que te rodean, porque
hacerlo muchas veces, implicará descuidar los tuyos. No necesitas entender
a tu madre, a veces solo es suficiente con respetarla y si lo merece, quererla.
No necesitas a otro para viajar, para ir al cine, para disfrutar de una cena o
para contemplar el sonido del mar, muchas veces con tenerte a ti, es
suficiente.
No es imperioso siempre el ruido, muchas veces hace falta escuchar al
silencio. Tampoco requieres ropa nueva cada temporada, ni contarle todo lo
que haces a todo el mundo. En este sentido, no necesitas veinte (20)
amigos, a veces con uno (1) o dos (2) serán suficientes, ni necesitas una
foto con un famoso, ya que a veces lo que importa es saber que puedes
brillar por ti mismo.
Considera que no requieres hacer lo mismo que hacen los demás, a
veces necesitas valorar aquello que los demás son incapaces de contemplar.
No siempre necesitas ganar, hace falta perder, para poder entender nuestras
victorias. No necesitas seguir todas las normas, ni tampoco romperlas, a
veces solo es necesario saber lo que tú quieres y no tener intenciones de
hacerles daño a los demás. Tampoco, necesitas dar consejos, muchas veces
con dar el ejemplo es suficiente, ni necesitas sentirte imprescindible para
nadie, créeme que la vida siempre puede continuar sin nosotros.
No necesitas saberlo todo, la ignorancia es el inicio de la sabiduría.
Tampoco es imprescindible caer bien a todos, perderás mucho tiempo si
pretendes hacerlo. No necesitas ser eternamente joven, cada etapa tiene su
ventaja y espero que puedas conocer a la sabiduría. Tener la mejor familia
del mundo no es obligatorio, las mejores familias no tienen la necesidad de
vender una mentira. No necesitas ser gracioso, porque a veces es necesario
estar amargado, ni necesitas ocultar tus defectos, porque en ocasiones solo
es suficiente con aceptarlos. No necesitas a tu ex, solo necesitas saber que
puedes volver a ser feliz sin él (ella).
En resumen, limpiar el corazón implica, saber que hay muchas cosas
que simplemente no necesitas…
EL RECUERDO Y EL OLVIDO
Inicialmente se dijo, que no se trata de olvidar, sino de aprender a
recordar. El olvido, es un recuerdo que con el tiempo fue perdiendo su
importancia; al inicio de todo duelo, será imposible pretender olvidar algo
que sigue estando latente en nuestro interior y que definitivamente, en aquel
momento seguía vigente en nuestro corazón, ese algo que para aquel
entonces alteraba tus emociones, no iba a poder ser olvidado con un simple
deseo. Sin embargo, el tiempo pasa y pasa y las nuevas vivencias e
interpretaciones, serán las que te permitan poco a poco ir perdonando al
olvido; ese que, aunque se recuerde, va perdiendo su valor. Esto solo
sucederá cuando la fase de tu duelo esté muy avanzada o se encuentre en su
etapa final de superación. Ten presente, que lo que olvidarás no será lo que
viviste, sino la manera errada de interpretar un dolor que no puede ser
revivido, porque ya fue superado y es allí, cuando esos días quedarán atrás
y tu corazón olvidará lo que para él es imposible de revivir.
NUEVA FILOSOFÍA DE VIDA
Después de tantas alzas y bajas y muchas lágrimas enjugadas, toca
enfocarnos en una nueva filosofía de vida y es en este momento, cuando
vendrán algunas preguntas que harán referencia a: ¿cómo deberíamos
vivir? es decir ¿existe una manera de vivir que sea objetivamente
asertiva? y entonces ¿cómo sería la mejor manera de vivir? Si bien es
cierto, que tú eres el único responsable de tus decisiones y las
consecuencias de las mismas, también es verdad, que después de haber
vivido y culminado esta dificultad de superar un duelo afectivo, es
necesario reivindicar por medio del aprendizaje, lo que es una nueva
filosofía de vida.
Haber enfrentado tus temores, asumido la responsabilidad de tu vida,
madurado en no utilizar a otro para aliviar el dolor, valorar el significado de
tu propia compañía y haber soltado el rencor, todo esto se define en una
expresión: Ser útil.
Ser útil implica, como seres humanos, que necesitamos sentirnos
productivos y funcionales y sentir que nuestro paso por la tierra ha servido
para algo. Por ello, la idea de pasarnos toda la vida en una playa del Caribe
acostados en una hamaca tomando cerveza, no nos resulta atractiva, por lo
menos si lo imaginamos como algo rutinario que haríamos de por vida,
porque sentimos que habríamos malgastado nuestra existencia y porque
sentiríamos perdida nuestra utilidad en este mundo. Sin embargo, de esta
reflexión surge una interrogante: ¿Útiles para qué?
Los seres humanos somos lo que somos, porque hemos aprendido a ser
útiles a lo largo de nuestra historia y evolución. Uno de los problemas de las
relaciones en dependencia, es que, en ocasiones, uno de sus integrantes
pierde utilidad y deja de vivir para él, a objeto de comenzar a convivir
exclusivamente para la pareja.
Un amor sano es aquel donde puedes seguir siendo tú y donde decides
caminar hacia una misma dirección con tu pareja. Cada uno aportándose
mutuamente a sí mismo, lo que, a su vez traerá consigo, los mejores
beneficios para ambos.
Trabajar en tu propia evolución, te permitirá contribuir aún más, al
progreso del resto de los seres humanos y a su vez, cuanto más evolucione
el entorno, más te ayudará a evolucionar como persona.
En tu nueva ideología, debes aprender tres (3) puntos fundamentales,
para lograr esa nueva filosofía y estilo de vida:
Descubriendo tu arte : son las cosas que por lo general se te dan bien,
aquellas que suelen contar con tu pasión y tu capacidad de dedicación. Es
aquí, donde puedes alimentar tu propia utilidad, esa donde al mismo tiempo
desarrollarás tu amor propio. En resumen, hacer lo que te hace sentir bien.
Tus valores y principios : te enseñarán a elegir e identificar, lo bueno y
malo para ti y es donde podrás establecer los límites, que te permitirán
saber en lo que puedes invertir tu tiempo y a la vez, en lo que no debes
perder el tiempo.
Servir para sentirte útil : cuando damos, recibimos, aunque esto no
aplique siempre en el amor de pareja, puedes servir en tu propio amor; ese
que viene de hacer las cosas con empatía, el que te permitirá no solamente
ser útil para ti, sino también para los demás.
Arte + Valores + Servir = Filosofía de Vida
En general se puede decir, que hay personas que necesitan
constantemente a otros para sentirse bien, otras que no saben su valor y sus
límites, así como también, las que aún no conocen su utilidad en la
sociedad. Por ello, descubre lo antes mencionado y encamínate en tu nueva
Filosofía de Vida.
CAPÍTULO XI:
LA VIDA DEBE CONTINUAR
“Nunca pienso en mi futuro. Llega demasiado pronto”.
Albert Einstein
ORGULLOSO DE TI MISMO
Después de este largo recorrido y luego de asumir tu nueva filosofía de
vida; la que se generó y quedó enmarcada en la superación de tu ex, no
queda otra cosa que verte al espejo y expreses ante este, lo orgulloso (a) que
te sientes de ti mismo (a). No todos pueden enfrentar un duelo afectivo, esto
es solo para valientes y personas inteligentes y tú, que serás uno más de
nuestro selecto grupo, llegó la hora de premiarte y darte el título de
Superando a mi Ex.
DISFRUTA DE TU NUEVA VIDA
Ahora que has llegado a este punto, piensa en todo eso que deseas y
quieres de la vida y ponte manos a la obra, es tiempo de pensar en ti y verte
como prioridad. Mereces lo mejor y para lograrlo, primero será necesario
creerlo y comprometerte en trabajar día a día en todo aquello que deseas
lograr. En esta etapa de la recuperación, sentirás que tu ex ya no condiciona
tu vida y sin duda alguna, tu energía ya no estará depositada en aquellos
pensamientos estériles del pasado.
Tendrás la posibilidad de utilizar un mejor enfoque, dirigido a todos
esos objetivos personales que deseas cumplir para ti. Comenzarás a
descubrir algo que siempre estuvo dentro de ti, solo que, por tus
distracciones o malas elecciones, tenías abandonado.
La libertad tocará tu puerta y esta vez, estarás atento (a) para abrirla,
porque la misma llegará para demostrarte, que existe una vida maravillosa
sin tu ex, llena de oportunidades y es aquí, donde verás tus cadenas caer; las
mismas que algún día te ataron a tu ex. Sentirás el aire puro y fresco de la
libertad; ese donde podrás ser tú mismo(a) sin frenarte cuando mires hacia
atrás, donde el pasado solo estará para recordarte lo que superaste y
aprendiste, para sentirte orgulloso (a), por haberte levantado con tus propios
medios. Disfruta mucho esta etapa, será maravillosa recoger la cosecha que
un día te costó tanto sembrar y que ahora te toca disfrutar.
Volverá la risa sincera; la que no disimulas, pero que tampoco
desespera. Recupera tus pasiones y atrévete a experimentar nuevas
emociones, porque después de tanto padecimiento, ahora es cuando viene el
mejor momento.
HONOR A LOS QUE SUPIERON
ACOMPAÑARTE
Durante tu dolor, no todos supieron acompañarte, incluso el haber
terminado con tu ex, te servirá para limpiar el armario donde conservabas a
esas personas que llamabas amigos (as) . Algunos supieron respetarte y
otros al igual que tu ex, se tuvieron que ir.
Es momento de compartir y valorar a esos (as) amigos (as) especiales y
disfrutar junto a ellos tu nueva vida, ya no desde el despecho, sino desde la
celebración de una verdadera y sincera recuperación. Seguramente, habrás
reducido el número de ellos (as), pero aquellos (as) que quedaron o esos
(as) nuevos (as) que conociste, valdrán por miles y será el momento de
agradecerles su sincera y prudente compañía, para que junto a ellos (as),
puedas disfrutar de tu nueva vida.
LISTO PARA VOLVER A AMAR
Después de haber asumido la responsabilidad de superar a tu ex por ti
mismo y haber atravesado por todas y cada una de sus etapas, cuando
sientas que ya no tienes dolor ni rabia por tu ex y puedas ver ese proceso
vivido como una gran enseñanza, justo en ese instante te darás cuenta, que
llegará el momento para volver a amar, sin miedos y con mayor asertividad.
Estarás más curado (a) de no repetir la historia de tu ex con otro nombre y
podrás seguir transitando en las mieles del amor, sin el prejuicio de tu
pasado.
Tu corazón solo muere cuando deja de latir, así que ya habrás entendido
que sigue latiendo por ti mismo y que sencillamente debes compartir sus
latidos, con la persona que elijas y que te escoja, para transitar en una nueva
relación de pareja. Sin embargo, a continuación, escribiré de forma puntual
y resumida, todas esas etapas superadas que te darán luz verde para volver a
amar:
Ya no te duele el corazón cuando piensas en tu ex.
Habrás aprendido a recordar y habrás perdonado al olvido.
Te aceptas tal y como eres.
Tienes ganas de amar.
Eres capaz de confiar en TI.
Ya no tienes temor y si aparece, sabrás enfrentarlo.
En este punto habrás entendido, que nunca nada es completamente tuyo,
ni siquiera tu vida, ya que un día toca morir y es en esa circunstancia, donde
habrás entendido, que el amor no se entrega, ya que, si lo haces, te quedas
sin nada y comienzas a depender del otro.
El amor se comparte y es en ese punto, donde cada quien asume su
propia felicidad y al mismo tiempo, la decisión de estar con la persona
indicada, ese momento donde ambos pueden ser felices juntos. Hay que
estar listos (as) para transitar en una nueva relación, esa donde ambos
deciden vivir un presente, sin reprocharse un pasado y prepararse para que,
sin desesperos ni ansias, puedan descubrir el futuro. Siempre vale la pena
vivir el amor, el tuyo y el de los (as) acompañantes que te toque seleccionar
a lo largo de tu vida. Siempre recuerda, que la vida no es una sola, tiene
muchos días. Ahora, ya estás listo para volver a amar. Cuídate…
REFLEXIONES DE LUGARTE
La reflexión, es una manera de detenerte y poner pausa por un instante
en el tiempo, lo cual te permitirá generar entendimiento de lo sucedido.
Todas las reflexiones que leerás a continuación, las escribí durante mi etapa
de Superando a Mi Ex. Cada una de ellas, tienen un mensaje, búscalo, y al
mismo tiempo, permítete crear tus propias reflexiones, porque las mismas te
servirán de entes motivadores para llegar a tu meta.
“Aprender sin reflexión, es malgastar la energía”. Confucio.
Seguidamente, las referidas reflexiones:
“Muchas veces el problema es que no te quieres y por eso, buscas
a alguien que te lo recuerde’’. Es necesario trabajar tu autoestima.
“Será necesario reconocer tus errores, porque es la única manera
de aprender y no volver a repetirlos”. Debes trabajar en no
reincidir en los mismos errores.
“Que alguien te escriba que te ama, no implica que sea verdad.
Cualquiera escribe algo para manipularte. Lo sabrás cuando
recuerdes que no te lo demostró cuando pudo”. Recuerda que las
palabras nunca serán suficientes.
“Nadie te jode, eres tú quien te dejas joder y aprender esta frase,
es lo que te hace crecer”. Tú eres el responsable de ti mismo.
“Hay una línea muy delgada entre ser Buena Gente y ser Idiota”.
Reconocerla, es fundamental y no debes pasar ese límite.
“Muchas veces mejorar nuestra autoestima implica, distanciarnos
de aquellos que trabajan para bajárnosla”. Saber que no solo
tenemos que alejarnos del ex, sino también, de aquellos que
quieran revivirlo.
“Aceptar el rechazo de otro, es un indicativo de que estás
madurando. Nadie está obligado a quererte”.
“No prometas algo que no tienes”. Para forjar el futuro, mejor
trabaja en tu presente.
“Lucha por un sueño, jamás lo hagas por un amor. Hay cosas que
requieren de tu esfuerzo y hay otras que no necesitan ser
forzadas”. Estar en sintonía con el amor.
“Bloquear a alguien no tiene nada de malo. En cambio, estar
bloqueando y desbloqueando a alguien constantemente si lo es”.
Debes tener coherencia en tus acciones.
“Ante una dificultad, siempre existe algún bonito aspecto que
tienes que valorar’’. Puedes mirar a tu alrededor, siempre hay algo
o alguien con mucho valor.
“A veces no se trata de malos o buenos, se trata de una
circunstancia que debes aceptar sin que sea necesario perder el
tiempo y culpar a alguien o algo. En esta etapa, se acabaron los
culpables”.
“Si alguien duda de quererte, créeme que no te quiere. El amor es
una certeza que no se puede ignorar”. Debes aprender del pasado
para utilizarlo en el futuro.
“El amor nace cuando lo ves y muere cuando dejas de
escucharlo”.
“Puedes ser amiga (o) de un ex solo cuando culmine tu proceso
de duelo y cuando dejen de hablar de sexo y de amor entre
ustedes. Algún día lo verás con otros ojos, ese será el día”.
“Hay días malos y buenos y entender esta realidad, te puede
ayudar a no desesperar y comprender que lo malo pasará y lo
bueno nuevamente volverá”. Nada es eterno.
“Muchas veces no es que quieres recuperar a esa persona, es que
quieres recuperar el ego que perdiste cuando te dejó”. El ego no
es amor.
“Para conseguir algo, primero será necesario creer que existe. Si
no lo haces, estarás destinado a jamás conseguirlo”. Cree en la luz
al final del túnel.
“En el amor no correspondido, la esperanza es lo primero que
debes perder”. Pierde para ganar.
“Pensar es gratis; piensa un poquito antes de actuar”. Controla tus
impulsos.
“Rendirse, no significa que no puedas volver a comenzar”.
Permítete caer, solo así podrás volver a levantarte.
“No busques cambiar a nadie, con que cambies tú, será
suficiente”. Tú tienes el control de tu vida.
“Si te vendes como la víctima, seguirás siendo el único culpable”.
Ahora, debes ser el responsable.
“Las parejas no terminan cuando deciden dejarse, terminan
cuando comienzan a irrespetarse”. No permitas que te vuelvan a
irrespetar, recupera tus valores.
“No se puede perdonar si se sigue siendo estúpido; el perdón llega
cuando se deja de serlo”.
“A un ex no se le dan explicaciones y si se las das no es tu ex,
sino que sigue siendo tu pareja”. Hay que tener coherencia.
“Una pareja con historia, no puede comenzar desde cero. La
historia no se borra”. Tenlo presente.
“Vivir sin memoria, es vivir metiendo la pata”. Archiva tu
conocimiento.
“Cuando mueras no te llevarás nada, solo la experiencia de haber
vivido”. Vivir es cambiar.
“Pedir un tiempo es válido, perder el tiempo es opcional”. El
tiempo no espera a nadie.
“Estar solo no es malo, malo es pensar que te quedarás solo”.
Todo es temporal y transitorio, hasta la vida.
“Antes de marcharte, no olvides empacar tus sueños y tus
ilusiones; ellos te pertenecen”.
“Si un pasado no se va, un presente nunca llega”. Nunca lo
olvides.
ESCRIBIENDO TU HISTORIA
“Si yo pude lograrlo, tú también lo puedes hacer. Es momento de que
escribas tu propia historia de Superando a Tu Ex…”.
Lugarte.
EPÍLOGO
El amor y sus consecuencias son a veces, como el nacimiento de una
nueva vida en forma de bebé y que con el tiempo se va convirtiendo en un
anciano arrugado, el cual progresivamente se prepara para ver sus recuerdos
desvanecer y aunque el mismo sienta miedo y se resista a morir, un día llega
la inevitable hora de partir, dejando así una lágrima, en aquellos que
vivieron algo importante junto a él.
Emerge la tristeza que inicialmente nadie puede borrar y que solo con el
inevitable paso de los días, se podrá ir anestesiando el recuerdo de aquellos
momentos, sí, ya que todo pasa y el tiempo no se detiene y es así como
entre tanta suma del presente y tanta nueva e inevitable realidad, vamos
aprendiendo poco a poco a remembrar, sin el dolor y con un mejor
entendimiento de aquella situación vivida.
Pareciera que nacimos destinados a morir y el amor no se escapa del
significado de la vida. La muerte de un amor es tan natural, como la muerte
de una vida, con la diferencia de que mientras exista vida, existe
oportunidad.
Aunque no sepamos qué hay después de la muerte, siempre nos gusta
creer que hay algo más, ese es nuestro deseo de no querer morir jamás y lo
más parecido a eso, es creer en la reencarnación; esa donde te ves obligado
a una necesaria transformación; así como, la oruga que produce una
metamorfosis capaz de transformarse en mariposa, donde en aquel inicio
solo era un huevo estancado, luego pudo caminar en forma de gusano y
finalmente, abrir sus alas para comenzar a alzar vuelo con las nuevas alas
de mariposa.
Es por ello, que, en definitiva, no somos el mismo ser de aquel inicio,
porque hemos sufrido muchas transformaciones a lo largo de nuestra vida.
Todos los sobrevivientes a la muerte o transformación de un amor, son
los que finalmente podrán disfrutar de la nueva magia y dichosa
metamorfosis. Hoy en día, existen muchos duelos sin resolver, duelos
sumergidos en adicciones, depresiones, enfermedades, relaciones tóxicas,
personas infelices con su propia compañía y muchos más; esos que
terminan siendo víctimas de duelos no enfrentados y duelos mal llevados,
que nunca llegaron a la liberación final. Sin embargo, tú lo lograste, te
atreviste a conocerte, cuando más miedo tenías de hacerlo.
Si llegaste a esta etapa de mi libro, habrás podido entender que nada
ibas a poder hacer, para recuperar o retener a tu ex y que solo tenías que
aceptar el significado de la pérdida y encaminarte en asumir esa bella
responsabilidad llamada vida; donde quieres tomar el control con valentía,
poder contemplar el nuevo brillo de tus días. Ese hoy, que gracias a ti
puedes disfrutar. Entonces, habrás entendido que, si un pasado no se va, un
presente nunca llega y un futuro nunca conocerás.
Dicho futuro que hoy puedes ver con más calma y tranquilidad y que
gracias a todos tus cambios y reflexiones, te permitirá conocer el
aprendizaje, el de la aceptación, el perdón y tu necesaria liberación,
entonces, habrás comprendido, que no era necesario utilizar a otra persona
para sanar, ni mucho menos odiar para olvidar. Hoy tienes un equipaje
mucho más liviano, para emprender un nuevo viaje.
Si pudiste llegar hasta aquí y focalizar la atención de todas mis líneas en
función de ti, te puedes sentir orgulloso (a), de estar en ese grupo selecto de
Superando a mi Ex.
Hoy, toca que escribas tu introducción en forma de historia, debes ser
esa luz que ayude a otro a volar, el ejemplo esperanzador convertido en
realidad, atrévete a escribir en la parte final de mi libro, tu superación de tu
ex y recomienda esta guía práctica, para volver a ser feliz a un amigo (a) o
conocido (a), con el cual un día te tropezarás y que te hará recordar,
aquellos días tristes que te tocó transitar.
La felicidad que un día descubriste con tu propia compañía, será la que
nos permita vivir en un mundo de menos culpables y de personas más
responsables.
Ya tú te transformaste, tu ex fue la escuela, tú fuiste la voluntad de
querer aprender y mi libro, el instrumento de superación.
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de
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