SUPERANDO A MI EX SUPERANDO A MI EX Guía práctica para volver a ser feliz LUIS UGARTE @LUGARTE SUPERANDO A MI EX Queda prohibido escanear, reproducir total o parcialmente esta obra por cualquier medio o procedimiento, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo público sin previa autorización. Copyright © 2019 Luis Ugarte All rights reserved ÍNDICE INTRODUCCIÓN CAPÍTULO I: CONFUNDIDO Y SIN RUMBO CAPÍTULO II: APRENDIENDO A PERDER CAPÍTULO III: CLARIFICANDO LA PERCEPCIÓN CAPÍTULO IV: EL NOMBRE DE TU DUELO CAPÍTULO V: EL DESTINO POR CAMINAR CAPÍTULO VI: ORDENANDO EL TIEMPO CAPÍTULO VII: DESINTOXICARTE CAPÍTULO VIII: LAS HERRAMIENTAS EQUIVOCADAS CAPÍTULO IX: ABRAZANDO EL CAMBIO CAPÍTULO X: PERDONANDO AL OLVIDO CAPÍTULO XI: LA VIDA DEBE CONTINUAR ESCRIBIENDO TU HISTORIA EPÍLOGO ACERCA DEL AUTOR Luis Ugarte es un joven Psicólogo Clínico de 35 años de edad, con dominio de dos (2) idiomas, español como lengua materna e inglés como segunda. Le apasiona ayudar a otros en la resolución de sus problemas y conflictos emocionales, trabaja con la corriente cognitivo - conductual y en los últimos cuatro (4) años de graduado, ha tenido una gran aceptación en las redes sociales con su página @lugarte, en donde escribe diariamente, reflexiones personales que buscan ayudar en distintos ámbitos de acción individual y social de sus seguidores. Esta experiencia, le ha permitido adaptarse a las nuevas tendencias virtuales; a través de las cuales ha podido atender pacientes a nivel mundial, mediante sesiones vía Online. En su corta trayectoria profesional, ya cuenta con un historial de más de mil quinientos (1500) pacientes asistidos, circunstancia que le ha permitido extraer valiosa información y adquirir un gran conocimiento en el mundo de la psicología. Como resultado de esta aventura, surge este libro denominado, Superando a Mi Ex , el cual promete ser el primero de muchos… AGRADECIMIENTO A Dios , por acompañarme siempre. Lessly Fernández , por apoyarme y creer en mí. Rafael Ugarte , por enseñarme a soltar. Lessby Fernández , por elegirme para estar en su último suspiro. Emileth Calle , por estar en mi presente y respetar mi espacio. Matthew Ugarte , por nacer el mismo día de mi libro. Norma Rojas , por su amistad incondicional. Inyra Pinto , por volver y confiar en este servidor. Alejandra Veder , por su guía y motivación. María Suárez , por la experiencia en forma de aprendizaje. Todos que de una u otra forma apoyaron la cristalización de este proyecto de vida. Mis Lectores . DEDICATORIA A mis lectores, sin conocerlos son mi inspiración, porque sé desde lo más recóndito del ser, el significado de su dolor y frustración. Deseo de todo corazón, poder ayudarlos a resolver cuanto antes, esa terrible y frustrante sensación. ACERCA DEL LIBRO ¿Sabías que la pérdida afectiva, es uno de los dolores más profundos que una persona puede llegar a sentir? Las relaciones amorosas, representan, uno de los temas más importantes en la vida del ser humano, especialmente cuando se encuentra en sociedad, a causa de las presiones que el sistema ejerce sobre nosotros para que encontremos a nuestra media naranja y compartamos nuestra vida junto a él o ella. Pero esto no siempre resulta tan sencillo, y muchas veces, nos unimos a la persona equivocada o bien nos apresuramos a construir una relación que nos conlleva a una inevitable separación. Definitivamente, nadie nos enseña a vivir en pareja y mucho menos nos preparan para superar una ruptura. Independientemente del vínculo que hayamos construido con esa persona, dejar de convivir de un día para otro con la misma, no será nada fácil e incluso para algunos, puede representar el inicio de una gran crisis emocional. Este libro, te permitirá encontrar un mapa y una linterna para recorrer el camino oscuro de la separación amorosa, de una forma más simple y segura. Encontrarás respuestas a tus preguntas y en el trayecto, conseguirás sugerencias y reflexiones que te servirán para guiarte en el entendimiento y solución de tu dolor. INTRODUCCIÓN Utilizaré parte de una vivencia personal como referencia, en el contenido de mi libro, porque considero que refleja una determinada situación, para rebasar un dolor y más, si el mismo es narrado por su propio autor. Deseo ayudar a entender, cómo se transita el camino a la superación de un duelo emocional, de la forma más efectiva y es por ello, que nace este regalo documental que pretende ser una guía práctica que conlleve a recuperar la felicidad; esa que en muchas ocasiones sentimos perdida, cuando la persona que creímos importante en nuestra vida, se nos va. En este sentido, pongo a la disposición de ustedes Superando a Mi Ex. Mi historia nació hace unos años, específicamente a finales del año 2015 y principios de 2016, en la Ciudad de Valencia, capital del estado Carabobo en Venezuela, cuando culminaba la carrera seleccionada para desempeñarme profesionalmente, Psicología, en la Universidad Arturo Michelena (UAM). De manera simultánea, iniciaba el final de una relación amorosa de más de ocho (8) años de duración, a través de la cual construí muchos sueños e ilusiones. Aquella relación no finalizó abruptamente en un día, sino que fue muriendo lenta y progresivamente, acumulando cada gota de decepción, desilusión, desinterés, en fin, tantos sentimientos represados, generando igualmente, que el vaso se derramara por completo, producto de la implosión de tanto descontento o quizá cansancio y desesperanza. A lo largo de esta experiencia, en algún momento tuve la iniciativa de terminar la relación, pero no fui lo suficientemente maduro u hombre para hacerlo, por el contrario, expresé la idea sin tener la firmeza y voluntad necesaria para asumirla y, en consecuencia, cumplirla; situación que se tomó como una simple amenaza. Transcurrido el tiempo, ella si tuvo una gran seguridad para tomar la decisión de dar por terminada la relación, y cuando lo hizo, mi estabilidad emocional se vio seriamente afectada. Fueron muchas vivencias, fotos, recuerdos, encuentros, que compartí junto a mi ex, que definitivamente no iban a ser fáciles de borrar y mucho menos olvidar. Al verme sumergido en esta situación, sentía mucho miedo de enfrentar todo lo que acarrearía la separación. Fue así, como comenzó el inicio del final; ese donde me graduaba de psicólogo y a la vez, terminaba una relación amorosa de largo aliento. Ambas situaciones vividas en ese preciso momento, en el que se supone tenía que ser de celebración, en referencia a un gran logro obtenido después de cinco (5) largos años de estudio; sin embargo, esto no tenía el mismo valor sin la compañía de esa persona especial en mi existencia, mi ex. No quería engañarme, pero tampoco podía conmemorar un episodio, cuando me sentía roto, destruido emocionalmente. Fue tanto mi dolor de aquellos días, que incluso desistí de ir al tan anhelado acto de graduación y finalmente, tomé la decisión de obtener mi título por la Secretaría de la Universidad, con tal de no asistir al solemne evento. El inicio de la situación que vivía, fue el más confuso, tenía muchos sentimientos encontrados y eran tantas manifestaciones emocionalmente hablando y el desorden que provocaban en mi existencia, que me sentía totalmente desorientado. Me oponía a la ruptura e indudablemente al desenlace que generaba, incluso en uno de nuestros últimos encuentros, pisoteé mi propia dignidad y prácticamente le rogaba entre lágrimas, que no le diéramos un final a la relación; pero su decisión ya era definitiva; había sido pensada y previamente razonada. De manera permanente parecía que el tiempo se detenía. En todo momento vivía en el pasado e ignoraba mi presente y, por ende, me sentía incapaz de ver un y futuro sin ella, solo quería recuperarla, sentía una gran culpa que no me dejaba en paz aunque supiera que la relación tenía que terminar, en aquella circunstancia no era capaz de visualizar la inevitable realidad. Fueron días y semanas muy difíciles, aunque mantenía en ocasiones el autocontrol, me atacaba el impulso que me hacía volver a buscarla, insistirle en que volviéramos y cuando lo intentábamos, en medio de charlas y discusiones vía telefónica, siempre caíamos en la misma lucha estéril de quién tenía o no la razón. En aquella época, no solo enfrentaba la separación, sino que también confrontaba mi adicción a la ludopatía y simultáneamente, me estaba mudando solo a un apartamento. Aunado a ello, la crítica situación social que atravesaba el país, en donde regularmente se suspendía el suministro eléctrico por largas horas y al llegar a mi casa por las noches, tenía que lidiar con la soledad y la prolongada oscuridad. Así transcurrieron los primeros tres (3) meses, entre dificultad y dificultad; durante ese tiempo no daba el paso definitivo en aceptar la realidad, ni matar la esperanza que vivía en mí; la misma que me decía, debes recuperarla para poder seguir adelante; sin embargo, sucedió algo que generó un gran golpe en mí, fue cuando recibí la noticia de que ella estaba saliendo públicamente con otra persona; lo que lastimó profundamente mi ego y al analizar tal información, me hizo poner los pies sobre la tierra, fue como una bofetada que me hizo reaccionar. Aunque yo también salía ocasionalmente con una amiga, nunca lo tomé en serio ni quise entablar ninguna relación, porque sabía que no estaba preparado emocionalmente para asumirlo, justo en ese momento me di cuenta, que lo más doloroso fue que ella se atreviera a dar ese paso. La vida me ponía a prueba y mi Carrera de Psicología igualmente, ya que lo más probable hubiese sido, que me dejara llevar por el susurro de salvaguardar mi ego y pagar con la misma moneda, más aún, cuando tenía la posibilidad de hacerlo con aquella amiga que no solo me parecía atractiva, sino que también era una persona que mi ex celaba; sin embargo y de la forma más inteligente, no quise tomar decisiones a priori bajo la influencia de la ira, que luego me resultara más cara y difícil de pagar. Este duro golpe me hizo reaccionar y tomar el camino que para muchos hubiese sido el más difícil y el menos inteligente; aquel donde no evadía mi dolor; ese donde sabía que tenía que alejarme de la amiga con quien por momentos compartía, porque la misma circunstancia me colocaba en situación de vulnerabilidad, ante una posible venganza que no quería ejercer y menos auto engañarme. Lo mejor fue no darle cabida al revanchismo y enfrentar solo el dolor, mi realidad. En ese momento, tomé la decisión de no seguir insistiendo, ni esperar una reacción por parte de ella y entonces decidí, no continuar apostando a un milagro que además no dependía de mí. Desde ese instante de reflexión, asumí el verdadero control de mi vida, se terminaron los mensajes, me desligué de grupos de amistades en común, intentaba no transitar por los lugares que usualmente pasaba con ella, bien para evitar posibles encuentros casuales o sencillamente, para no recordar los momentos vividos en estos. Busqué la manera de alejarme de todo aquello que pudiera atraer a mi mente, recuerdos directos o indirectos, de aquella relación; cuya ruptura aún me atormentaba y aunque en ocasiones me parecía imposible superar, lo más importante era que tenía la buena voluntad y decisión de salir de esa situación de abandono y soledad en la que me encontraba y afectaba emocionalmente. Sin embargo, después de largos años, todavía tenía muchas cosas de ella en mi casa, donde comúnmente en el pasado compartíamos aún una relación. Comenzó a exigirme la devolución de sus pertenencias y recuerdo que lo hacía poco a poco, por ejemplo, si le quedaban diez (10) posesiones, buscaba la forma de contactarme y decirme, que necesitaba solo dos (2). Para mí, eso representaba una mezcla de dolor y de esperanza al mismo tiempo. Así lo hizo en varias oportunidades, hasta que un día me cansé y le dije que recogiera la totalidad de sus cosas, no lo hice de mala manera, sino utilicé la racionalidad, pensé que era lo mejor para no seguir profundizando el dolor que me producía aquel hecho. Fue así como se dio nuestro último encuentro, inicialmente hubo mucho control de mi parte, pero en su etapa final, no pude evitar el brote de una lágrima. Ella me trataba como amigo y yo intentaba reprimir el deseo de seguir insistiendo. Recuerdo que sus últimas palabras fueron, sé que estoy cometiendo el peor error de mi vida, pero aun así deseo cometerlo , ante tal comentario respondí como última palabra, la única forma que tengo de recuperarte, es perdiendo . Fue así como se marchó y mientras miraba su espalda distanciarse, pensé en silencio, sé que me volverás a buscar, pero posiblemente cuando lo hagas, ya no estaré en el mismo lugar . Así fue nuestra despedida. Después de cuatro (4) meses, di el más duro de los pasos según mi historia, superar la fase de negación. De esta forma inicié la retirada de la mano con mi dignidad e ilusiones, tomé el camino quizá más difícil y no utilicé a terceras personas para subsanar mi dolor, para la sociedad en la que me desenvolvía, representaba ser el vulnerable, el que daba lástima por estar solo, o por lo menos así lo asumía en aquel entonces, generalizando un poco; sin embargo, desafié mi pensamiento y lo que pudieran pensar sobre mí los demás, tomé decisiones sin dejarme influenciar por el entorno. En ese transitar, decidí encontrarme a mí mismo, elegí recuperar lo mejor de mí ser, para sacar a flote la versión ideal. El dolor seguía, pero esta vez me lo traje al presente y lo saqué del pasado. Definitivamente lo veía de manera más consciente y más racional; es decir, antes me dolía algo que pasó y ahora me dolía lo que estaba pasando. En el pasado, estaba junto a ella y en el presente ya esa realidad no existía . Quise recuperar viejos hábitos positivos que había abandonado durante la relación, uno de ellos era trotar, me empezó a ayudar mucho esta práctica, solía hacerlo bastante seguido y no importaba si llovía o si era de noche o de día, yo siempre sacaba un tiempo para hacerlo, me hacía sentir muy bien desarrollar tal habilidad. En el pasado lloraba en la cama pensando en ella, en el presente algunas veces surgía el llanto mientras trotaba, pero seguía con la actividad y no me detenía hasta terminar, me sentía realmente estupendo. No le tenía miedo al llanto, no lo veía como algo malo, más bien todo lo contrario, sentía que hacerlo me ayudaba mucho y noté que me tranquilizaba aún más, cuando realizaba la práctica del trote sin detenerme y no me refiero al mismo en sí, sino a no contener la motivación que originaba y el deseo de continuar y superar las circunstancias adversas. Las lágrimas se iban secando en la medida en que le iba dando un significado coherente a mi dolor, el que me permitía acercarme progresivamente a la aceptación. En ese momento descubrí, que llorar no es malo, malo es no saber la verdadera razón de tus lágrimas, porque cuando lo desconoces, es cuando te estancas y te quedas enganchado en la tristeza y la melancolía, en cambio, cuando descubres las causas de su origen, es cuando logras el preciado desahogo, ese que te permite seguir tu vida, con un equipaje más ligero. Estaba comenzando a sentirme mucho mejor, me enfoqué en alimentarme más sano, comencé a leer más, escribir, pintar, escuchar música. Fueron muchas las actividades que recuperé y las nuevas que descubrí durante esta etapa, todas me sirvieron de compañía y superación. En esos días cuando disfruté estar conmigo mismo, no me hacía sentir solo, sino todo lo contrario, muy bien acompañado. Comenzaba a sentir un fuego dentro de mí, ese donde yo quería resurgir y afortunadamente, supe canalizarlo en mis metas y proyectos de vida. Emprendí con una gran motivación mi profesión de psicología y en poco tiempo, llevé mi conocimiento a un lugar que muchos visitarían para aliviar sus penas. Abrí mi consultorio, incursioné en redes sociales y todo me salía perfectamente bien. Fueron días espectaculares conmigo mismo, recuerdo como viví esa fase y al hacerlo, sonrío y se me escapa un pequeño suspiro. Detrás de un miedo, puede estar el camino a tu felicidad y lo digo, porque al inicio sentía un inmenso temor de quedarme solo conmigo mismo y hoy, me siento orgulloso de haberme atrevido. Una anécdota de aquella época fue, que denominé la Cita Conmigo Mismo , ese día decidí hacerme un regalo, recuerdo que fui a cortarme el cabello, luego comprarme unos lentes y algo de ropa, ya que quería salir conmigo, suena loco, pero así lo hice y sin darme cuenta, lo convertí incluso en un proceso terapéutico que me permitía mucho evaluar mi situación, hacerlo cuando ya me sentía mejor, fue una excelente idea, ya que si lo hubiese hecho al principio de mi duelo, los resultados no hubiesen sido los mismos. Vi la cartelera del cine y seleccioné una película, compré en la sala VIP; un espacio donde la gente comúnmente va en pareja. La película se llamaba Frente al Mar, en la cual trabajaban, Angelina Jolie y Brad Pitt, pude verla y al mismo tiempo, degustar unas cotufas y comencé a darme cuenta, que podía disfrutar de mi propia compañía. Al salir, decidí ir a un restaurante y hacer lo mismo, comer un rico plato de comida y quería saber si podía disfrutarlo de la misma manera como pasó, cuando me encontraba en el cine, el resultado fue satisfactorio. Lo más importante de aquel día, fue como me sentí y en segundo plano de relevancia, es que pude superar los prejuicios. La gente con frecuencia habla muchas tonterías, creen que la felicidad depende exclusivamente de una compañía y lo digo ya que tuve que enfrentar a familiares y amigos que me decían constantemente que saliera con otra mujer, personas que veían el estar solo, como lo peor del mundo. Fue en aquellos días, cuando llegué incluso a sentir lástima por ellos, ya que su forma de aconsejar, era el reflejo de nunca haber estado feliz con ellos mismos. La gente tiene un mal concepto de lo que significa estar solo y aunque siempre escuché lo que decía mi entorno, hice caso omiso al respecto. En aquella época incursioné en redes sociales y comencé a tener buena aceptación, incluso mucho de las anécdotas que hoy escribo, están documentadas en mi cuenta de @lugarte, plataforma que comencé a utilizar para darme a conocer como psicólogo. Fue así como empecé a vivir nuevas experiencias, conocer nuevos lugares y personas. Un día rifé una entrada a un concierto en mi cuenta de Instagram y fui con una desconocida, comencé a adueñarme de mi vida; esa que en algún momento de mi pasado no me pertenecía. Fueron muchas las vivencias y anécdotas de aquella época. Después de cuatro(4) meses de profundo dolor e inestabilidad emocional, los subsiguientes surgieron y pasaron, para mostrarme una realidad totalmente distinta. Después de siete (7) meses y medio aproximadamente, decidí salir de nuevo al mundo y a la sociedad, no porque me sentía aislado, simplemente estaba aceptando mi dolor. Fue así como volví a interactuar con grupos y llamé algunos viejos amigos, ya que consideraba estar preparado para compartir mi felicidad; aquella que había construido mientras me encontraba solo, en virtud de que no buscaba a nadie a quien darle esa gran responsabilidad. Aprendí a elegir, a decir no, desde un ángulo mucho más asertivo, descubrí que existe un mundo interno dentro de mi muy valioso y que definitivamente, se acabaron los culpables, aparecieron los responsables y uno de esos, era yo. Mi ex siguió su camino y yo el mío, ya no le deseaba el bien de forma hipócrita, ni el mal en forma envidiosa. Ya no la vigilaba en redes sociales, no le escribía ni esperaba un mensaje de ella, ya no me dolía ni sentía rabia por ella. Descubrí que nunca la olvidé, solo aprendí a recordarla y con el pasar del tiempo, comenzaba a perdonar al olvido producto de ese recuerdo que día a día y poco a poco, perdía su importancia. De esta forma pasó el tiempo y aquel pensamiento silencioso que un día tuve antes de despedirme de ella, se volvió realidad, un año y medio más tarde, mi ex me buscó con mucha sutileza; pero lo hizo y yo también sin darme cuenta, ya que, por alguna razón inesperada, nos volvimos a ver frente a frente. Después de hablar durante unos minutos, me decía que estaba terminando aquella relación que un día inició después que la nuestra finalizó y yo, solo le decía, que me había dedicado a estar solo para cumplir las metas trazadas y que, en ese proceso, había tenido algunas relaciones eventuales. No sé lo que ella sintió en aquel encuentro, pensé que definitivamente no estábamos igual que en el pasado; donde queríamos estar juntos o simplemente mi persona únicamente quería recuperarla, pero ahora, nos encontrábamos en lugares totalmente diferentes. Aun así, fue un encuentro muy cordial, ameno y respetuoso entre los dos, donde contamos anécdotas de nuestras ausencias y donde pudimos parecer por un momento como buenos amigos. Dicho encuentro, se volvió a repetir de forma planificada semanas más tarde y sin ninguna intención específica, que no fuera la de hablar e intercambiar impresiones. En ningún momento revivimos conflictos de amor o pretendimos acercarnos en forma de pasión, ambos respetamos los límites que el tiempo y nuestras decisiones habían originado. Considero que vernos, nos permitió fijar una nueva relación de amistad con límites y de poca frecuencia, donde dimos cabida a un espacio que no estaba contemplado después de la ruptura, felicitarnos en fechas especiales o sencillamente, poder entablar conversaciones cordiales, en el caso de tropezarnos en el camino. En lo personal, sirvió de base para evaluar mi vida, subsanando las dificultades, al encontrarme conmigo mismo. Esta particular historia, pretende ayudar a todos aquellos quienes pasaron o están pasando por el inmenso dolor que es terminar con una relación de pareja, a través de la experiencia de superación y los conocimientos adquiridos como psicólogo; por ello, pongo a su disposición mis vivencias, a través del libro que hoy presento ante ustedes, lectores, denominado Superando a mi Ex ; una guía práctica para volver a ser feliz. Es importante tener en cuenta, que mi experiencia no necesariamente tiene que ser igual a la de mis lectores, la comparación nunca es buena, ya que cada uno de los duelos tiene variables diferentes, solo deseo acompañarte por medio de la lectura de mi libro, a que tomes el control de tu vida y escribas tu propia historia. El propósito del libro es mostrar una serie de orientaciones que pueden ayudarte a ver los diferentes duelos y las distintas fases por las cuales tendrán que transitar, para enfrentar las consecuencias y superarlas. Asimismo, encontrarás un conjunto de recomendaciones, reflexiones y escritos, que te permitirán comprender un poco más, el proceso que vives y que te llevará a reducir el tiempo de durabilidad del duelo afectivo; para ello, será necesario que decidas y te comprometas con la lectura del libro, contando con la voluntad para seguir ciertas sugerencias implícitas, con la finalidad de visualizar tu propio camino; ese donde puedas ser feliz, sin necesitar a tu ex. CAPÍTULO I: CONFUNDIDO Y SIN RUMBO “Tus creencias se convierten en tus pensamientos, tus pensamientos se convierten en tus palabras, tus palabras se convierten en tus acciones, tus acciones se convierten en tus hábitos, tus hábitos se convierten en tus valores y tus valores se convierten en tu destino”. Mahatma Gandhi LA CONFUSIÓN INICIAL Cuando nos enamoramos, todos pensamos que será para siempre; sin embargo, cuando una relación termina, es porque existe una razón que los motivó a darle fin a ese amor. En este sentido, considero que el final es como el inicio, depende de dos (2) para que se geste, aunque sea uno el que tome la decisión inicial. Son dos (2) los que tienen que aceptar el inicio y el final, no importa que te resistas, tarde o temprano lo tienes que aceptar. Por ello, la confusión llega para confrontar dos (2) realidades: la del pasado que no se quiere ir y la del presente que no se quiere asumir; es decir, la que venía sucediendo y la que hoy está realmente ocurriendo. Anteriormente estabas y ahora no, antes posiblemente ya no lo (a) querías o por lo menos no lo suficiente y cuando te alejas, sientes que lo (la) vuelves a querer como nunca y en el medio de esta dicotomía, solo se encuentra el temor a la soledad, el miedo al qué dirán, la frustración de no salir y ser etiquetado (a) como él (la) perdedor (a), la culpa en forma de excusa y la terquedad esperando un milagro, que seguramente no sucederá. Todo lo antes mencionado es normal y característico del duelo; ahora bien, tendrás que asumirlo tarde o temprano, un día no podrás seguir escapando ante la realidad, la vida continuará contigo o sin ti. Necesitarás una bomba de oxígeno de sensatez, la que no aliviará el dolor y que solo te permitirá que pongas los pies sobre la tierra, esa que te ayudará a evaluar de forma más objetiva, la separación y cuando lo hagas, podrás contemplar las verdaderas razones que los llevaron a donde están hoy como pareja, y en donde se encuentran actualmente. Muchas veces, el problema no es el amor ni la justicia, sino que sencillamente dos (2) personas diferentes ya no estaban funcionando como pareja y que llegó la hora de confrontar dicha situación. Hacerlo te llevará tiempo, solo quiero que desde el principio lo tengas presente. Toma en cuenta que el amor es una coincidencia que no puede ser forzada. Un día pensaste que algo te pertenecía, cuando en realidad únicamente decidió transitar junto a ti, durante un tiempo determinado. Preguntas y Respuestas Cuando terminamos una relación, lo que más existe son dudas y preguntas, pero la mayoría de estas no tendrán respuesta, ya que en la lucha de entender lo que fue y lo que es, la confusión será la que siempre termine ganando. A continuación, observarás una serie de preguntas que comúnmente hacen en la consulta mis pacientes, que atraviesan por la etapa del duelo afectivo y que responderé de forma breve y precisa, para ayudarte a aclarar un poco tu confusión. ¿Podré vivir sin mi ex? Antes de conocerlo lo hacías, acuérdate de esa época. ¿Podré olvidar a mi ex? No se trata de olvidar tu pasado, se trata de aprender a recordarlo desde tu nuevo presente. ¿Olvidaré su voz y las cosas que me decía? Cuando dejes de escucharlo, dejará de tener importancia. ¿Lo voy a poder soportar? Nadie muere por una separación, transitoriamente un dolor. solo padeces temporal y ¿Cuánto dura este dolor? El tiempo que dure, será el mismo que tardes en aceptar que todo terminó. ¿Me estoy volviendo loco (a)? No, solo te está costando asumir el cambio. ¿Por qué me pasa esto a mí? A todos nos pasa en algún momento de la vida, solo que hoy te tocó a ti. ¿Es posible que se arrepienta y quiera volver? Sí, solo que eso no resolverá los problemas que conllevaron a culminar la relación. ¿Por qué me siento tan culpable? Porque posiblemente, es la última de las opciones que te queda para quedarte con tu ex. ¿Cómo puedo hacer para que no me duela tanto? Permitiendo que te duela. ¿Podremos ser amigos? En este momento será imposible, después de perderlo y superar tu duelo, posiblemente sí. ¿Cómo puedo recuperarlo? Perdiéndolo. ¿Cómo puedo hacer que me ame? Amate tú mismo (a) y lo más probable es que cuando lo hagas, ya no lo (a)ames. ORDENANDO IDEAS De manera general, los procesos de duelo deben ser asumidos por todos los seres humanos en algún momento de su vida, relacionando situaciones específicas de dolor, a través de las cuales el centro de inflexión, está constituido por la pérdida de algo o de alguien. Cuando hablamos de la elaboración del duelo o de la pérdida del ser amado, se pueden distinguir dos (2) posibilidades: la primera, que hace referencia al duelo que se produce por la muerte física del sujeto y la segunda, derivada por la pérdida de la relación; que vincula a dos (2) sujetos sin que exista muerte física de alguno de ellos. En este sentido, mi libro estará enfocado hacia la segunda opción. Es necesario dejar claro, que el dolor de quien decide terminar la relación, tiende a ser diferente, ya que muchas veces tal decisión se viene planificando con anterioridad, y esto permite contrarrestar el impacto inicial de la separación; sin embargo, el hecho de que sea diferente, no significa que no tenga que doler, simplemente que inicialmente será menos doloroso. Dentro de este contexto, quienes se verán más afectados, son aquellos que se sorprenden por la decisión del otro; que son los que no tomaron la decisión de terminar; estos serán con mayor probabilidad, los más impactados. Independientemente de las diferencias de cada quien, lo importante es que no compares tu dolor con el de nadie más, ni siquiera con el de tu ex pareja. No ama más el que sufre más, ni ama menos el que sufre menos, una cosa es el amor y otra muy diferente es el dolor, recuerda que nuestro tema principal es la separación. Debes saber que nadie nos pertenece y que el tiempo que duraron juntos, fue justo el que tenía que ser. Resulta pertinente que tengas presente tu valor, pero que sepas también, que el mismo no lo define tu ex, ni tu tampoco defines el valor de él o ella. En esta historia no hay buenos o malos, solo hay una circunstancia que tiene que llevar a dos (2) adultos a hacerse responsables de lo que ocurre y lo que realmente sucede, es que finalizaron una relación amorosa. LOS PRIMEROS PASOS Sé que, al iniciar los primeros pasos, dolerá mucho, ya que hay que aceptar que la persona con la cual te veías en el futuro ya no está para seguir acompañándote. Se sabe lo que se siente y es como que si te quitaran un pedazo de ti y sientes que sin esa porción no pudieras seguir adelante para vivir y es cierto también, que es algo que, con palabras, definitivamente no se puede describir. Durante esta etapa, se viven todo tipo de emociones: llorarás, te molestarás, querrás perdonar lo que sea, reconciliarte, lo (a) extrañarás y lo (a) odiarás, pero al mismo tiempo sentirás, que lo (a) sigues amando. Es una fase muy confusa que poco a poco irás superando, en la medida que vayas permitiéndote sentir tu tristeza, recuerda siempre que no se trata de evitarla, simplemente es estar consciente de ella, apreciarla, entenderla, conocerla y vivirla, por un tiempo transitorio y momentáneo de tu existencia. Sabrás que te tienes que alejar, pero al mismo tiempo lo que deseas es quedarte para luchar. Todo primer paso cuesta lágrimas y sudor. Debes tener claro, que, al hacerlo, puedes avanzar en tu propia recuperación. Solo tú y nadie más que tú, entenderás cuando es el momento indicado para realizarlo. Esta etapa será de aciertos y desaciertos, un día te sentirás súper bien y en el otro fatal, un día no querrás levantarte de la cama y en otro, querrás salir con tus amigas (os) para despejarte y charlar. La parte inicial, tiende a ser la más confusa de todas y el tiempo que transites en ella, dependerá de tu capacidad de mantenerte firme en tus decisiones y de no vivir desvariando constantemente en el uso de las mismas. Te negarás en aceptar la realidad, pondrás a prueba tu dignidad y terquedad, en ocasiones te sentirás humillado, en otros casos querrás aparentar ser el fuerte, a pesar de saber que internamente estás roto y por más que lo quieras disimular, no te podrás engañar. Los primeros pasos serán los más difíciles de dar, teniendo en cuenta que los mismos implican distanciarte y perder el contacto con tu ex para poder evolucionar; sin embargo, no te desesperes, no se trata de correr, sino por el contrario, se trata de avanzar. EL HILO DE ESPERANZA Alejarnos con un hilo de esperanza, será una manera de aliviar el dolor que significa perder a ese ser amado, desde un pensamiento realista y coherente, incluso teniendo en cuenta que muy posiblemente la única forma que te quede de recuperar a tu ex, sea perdiéndolo. Debes tener presente, que no pierdes a nadie que sigue teniendo contacto contigo y que unos días, semanas o pocos meses, no son suficientes para sentir el significado de la pérdida. El hilo de esperanza, se refiere a concientizar que no podemos asegurar nada del futuro y que mientras exista vida, está presente una posibilidad; por muy pequeña que esta sea de volver con tu ex. Será necesario que lo visualices como algo muy pequeño y delgado, donde no debes depositar tu motivación de recuperación, porque sería un gran error, ya que en caso tal de que te recuperes a ti mismo, bajo el estímulo exclusivo de rescatar a tu ex y logres mejorar como persona, en función de que él o ella valore tu cambio, complicarás mucho tu proceso de duelo; además la caída será muy dolorosa y en la mayoría de los casos, es esencial buscar ayuda psicológica para poder superarlo. Ten siempre en cuenta, que el hilo de esperanza estará allí, como una pequeña posibilidad a la cual no debemos prestarle mayor atención, solo utilizarla para contrarrestar el dolor y para mantenernos realistas entre tanta ilusión y desilusión. BLOQUE A BLOQUE Caer y levantarte, es un proceso característico de la vida y en la mayoría de los casos, también en lo que respecta al proceso del duelo afectivo. Realmente son minoría, aquellos que pueden terminar hoy y no tener una o varias recaídas mañana, porque estas son el reflejo de nuestra propia resistencia. Las relaciones se construyen como una casa, bloque a bloque, hasta terminarla y poder vivir en ella. Cuando finalizamos una relación, es el momento de desmontar uno a uno, cada uno de los bloques que un día erigiste. Los besos, abrazos, llamadas, sexo, salidas juntos, ayuda mutua, detalles, planes, secretos, entre muchos más, todas esas exclusividades que tenías con tu ex, son ahora los bloques, donde la confianza es el cemento que un día pegó cada uno de los mismos. Ahora, imagínate todas esas cosas que no puedes hacer con un extraño de la calle, las que no haces con cualquiera, porque simplemente de esta forma, no se construye esa casa llamada relación. En base a lo descrito debemos tener muy claro, que todo lo que se construye se puede destruir y que tu ex tiene que convertirse durante la etapa del duelo, en ese extraño de la calle y eso solo lo vamos a lograr, con el establecimiento de límites que te permitirán tener el tiempo para desmontar cada uno de esos bloques sin interrupción alguna. Durante el proceso del duelo, se presentarán días, momentos, donde quitarás tres (3) bloques y volverás a colocar uno (1) y en otros, donde quitarás dos (2) y volverás a montar tres (3), según como te sientas. Cada bloque desmontado y en un momento de impulso vuelto a poner, significa una y otra recaída y esto es normal que suceda durante el proceso de duelo afectivo de pareja. Es importante saber, que, a menor número de recaídas, más rápido será el proceso de cierre del ciclo. También es relevante acotar, que no todas las recaídas tienen el mismo impacto y a continuación haré una breve descripción de cada una de ellas: Recaída Leve Es aquella donde surge un momento de debilidad en ti, que te lleva a dar señales a tu ex de que sigues allí. Desde un repique de llamada, hasta un like en redes sociales o mensajes de texto, todas estas acciones pueden representar una recaída leve, en lo que se refiere al proceso de superación. Hay que tomar en consideración, que, aunque sean leves, no significa que no sean dañinas, sino que pueden ocasionar un daño menor que las siguientes. Recaída Intermedia Surge cuando se produce un encuentro más pronunciado, ya sea por llamadas telefónicas o encuentros personales, donde se discuten los viejos conflictos de la relación, se señalan culpables y se sigue alimentando un problema estéril, que alargará el proceso. Este tipo de recaídas se denominan de estancamiento, el tiempo que transites en ellas, será un día más que tardarás en superar a tu ex. Recaída Total Es la más dañina y peligrosa de todas, ya que no importa el tiempo que tengas trabajando en tu proceso de duelo, si tuviste un mes o dos (2) meses haciendo lo correcto. Cuando surge la recaída total, se pierde el tiempo previo invertido, lo que quiere decir, que se vuelve a empezar desde cero (0) cuando transitamos en ella. La misma, hace referencia a todo encuentro de contacto físico, ya sea sexual, afectivo, donde por un momento de impulso, se olvidan las razones por las cuales terminó la relación y se dejan llevar por un instante de pasión, sin darse cuenta, se regalan un nuevo momento de pareja. Este tipo de situaciones, no brindan ningún tipo de solución y cuando la recaída termine, volverán a existir los problemas que un día dieron como resultado, la finalización de la relación y volverá la frustración y la inestabilidad. En este proceso es importante que tengas presente, que, para liberar tu libido, la persona menos indicada es tu ex, porque con ella o él, tienes una historia que será removida cuando se genere el encuentro. DURABILIDAD Y REALIDAD Los tiempos de durabilidad de un duelo afectivo, pueden variar según tus decisiones y elecciones, solo tú y nadie más que tú, tiene el control de la misma. Se dice que un duelo normalmente puede durar de cuatro (4) meses a un año. Sin embargo, existen casos donde dura dos (2) o incluso hasta tres (3) años, todo dependerá de cómo elabores tu proceso y tomes las decisiones. En ello, tiene que ver el tipo y número de recaídas; así como, el momento final que dejes de tenerlas. En este sentido, es necesario reconocer que hay relaciones afectivas que definitivamente te marcarán la piel, sin la necesidad de que te tatúes para recordarla, ni tampoco engañarte para olvidarla, y este será muy posiblemente tu caso. Definitivamente que distanciarte de esa persona, producirá un vacío que no podrás llenar con otra; ese vacío que ningún licor llenará y ninguna fiesta aliviará, ya que, al día siguiente, estará allí tu duelo para acompañarte nuevamente y créeme, que evadirlo no será la mejor elección. Tampoco se trata de aislarte completamente del mundo, solo te tomarás un tiempo para ti, para construirte de nuevo y únicamente tú y sin compararte con otros, escribirás tu proceso e historia para ir Superando a Tu Ex. El tiempo también te ayudará, pero no será suficiente con eso, es necesaria tu dignidad y buena voluntad. Recuerda que todo esto será temporal y transitorio, es bueno que siempre lo tengas presente en tus pensamientos y en tus palabras. LA DESPEDIDA NECESARIA La despedida permite una retirada más liviana y desde mi punto de vista, antes de dar ese paso es esencial, promover algún tipo de desahogo o confesión, que permita expresar una despedida, ya sea a través de una carta, llamada o preferiblemente en persona, donde se exprese un mensaje de sensatez en el que no se busque revivir el pasado, ni señalar a ningún culpable, sino que por el contrario, tenga un enfoque principal y que sea exclusivamente el presente y la realidad de separación, que permita asumir de forma madura, la distancia prudente y necesaria que se avecina entre los dos (2). También, podrás agradecer cosas o manifestar ciertos malestares, pero los mismos no deben ser la finalidad de la despedida. MANTENERME FIRME PARA CONTINUAR Luego de tener unas previas y posibles recaídas, es vital aprender de las mismas y encaminarnos en la firmeza de la decisión. Hacerlo será fundamental para dar un paso importantísimo en lo que será el reflejo de la durabilidad de tu duelo. No se trata de no poder mirar atrás, sino de aprender de dónde vienes, para no seguir repitiendo los mismos patrones conductuales que no te dieron resultado. Nadie que no se mantiene firme, logra una meta y ten presente, que esa meta es tu paz, tranquilidad y felicidad y a través de ella, podrás disfrutar de tu nueva realidad, donde tu ex quedará en un recuerdo que poco a poco irá perdiendo su importancia. Igualmente, para mantenerte firme, primero será necesario establecer cuál es tu meta, no importa la dirección exacta, lo que importa es que sepas, cuál es el destino al que quieres llegar. CAPÍTULO II: APRENDIENDO A PERDER “Cuántas cosas perdemos por el miedo a perder…”. Paulo Coelho EL VALOR DE LA DERROTA El duelo, es uno de esos estados con los que todos los seres humanos nos encontramos varias veces a lo largo de la existencia. Aún no hemos nacido y ya comenzamos a perder. En correspondencia con lo anterior, cada pérdida implica un sufrimiento que debe ser tramitado y superado, para evitar complicaciones futuras que afecten de forma negativa nuestra evolución. Aunque la relación con tu ex no debe verse como una competencia donde hay un ganador y un perdedor, lo cierto es que sientes que perdiste y ese sentimiento debe ser aceptado y asumido con inteligencia y dignidad. Solo aquel que sabe perder, será el que esté preparado para volver a ganar. El sentimiento de pérdida es interno y no competitivo con nadie más, ni con tu ex ni mucho menos con la nueva pareja que él o ella puedan tener. Perder a tu ex, no implica perder tu valor, aunque en ocasiones así lo parezca, pero debes evitar esa mala interpretación, recordando que antes de conocer a tu ex, tú tenías un valor. Ten presente que existen más de siete mil millones de personas en el mundo, en donde la mitad de ellos son mujeres u hombres y que el hecho de que una persona no quiera estar contigo, no significa que los otros tres mil quinientos millones piensen igual. Aprende a asimilar la pérdida como una derrota necesaria y útil y si razonas bien, te podrás dar cuenta que en el pasado no todo era color de rosas con tu ex y en la medida en que abres los ojos, poco a poco vas a ir descubriendo nuevas y mejores oportunidades, que solo conocerás si aprendes a perder y te recuperas, para luego volver a ganar. SUPERAR LA FRUSTRACIÓN La pérdida nos ayuda a manejar la frustración que realmente resulta incómoda y difícil de asimilar. La frustración puede causar tristeza, ira y cansancio psicológico. Es una experiencia muy humana; sin embargo, es recomendable que estemos parados en este punto, durante el menor tiempo posible, ya que mientras tenga mayor durabilidad, esta tendrá una consecuencia negativa, que terminará por contaminar tu corazón con una dosis de depresión, estrés, pensamientos negativos y ansiedad. ACEPTAR LA HISTORIA El mejor modo de aprender a perder, es tener la capacidad de aceptar las experiencias con serenidad, sin contarnos tantas excusas entre nosotros mismos, que disfracen la realidad con historias que muestren un discurso distinto. Puedes ayudarte a ti mismo, con mensajes motivadores que vayan dirigidos a perseverar en el camino de la superación como: todavía no lo he logrado, por ejemplo. Esta frase deja la puerta abierta a la esperanza, mientras que he fracasado, mata por completo dicha palabra. La importancia del diálogo interior es prudente y necesario, tanto para ganar como para perder con inteligencia emocional y tranquilidad. Tu valor no depende de tu ex ni de haber terminado con el mismo, solamente fue un episodio de tu vida y ahora es cuando te quedan muchas experiencias por vivir. Por ello, aceptar lo vivido, te permitirá construir nuevas y mejores historias en el futuro, ya que si no sabes de dónde vienes, no sabrás hacia dónde vas. DEBILIDAD Y FORTALEZA Es necesario saber identificar en qué momento del duelo nos encontramos, ya que, al inicio del mismo, lo más importante es aceptar y conocer de cerca nuestra debilidad y vulnerabilidad. Muchos piensan que, ante un dolor, solo debemos enfocarnos en ser fuertes, cuando ignorar y evitar el mismo, puede significar un gran error. En la medida en que entendamos lo que nos sucede, es que poco a poco iremos convirtiendo la debilidad en fortaleza. También debes aprender, a ser débil y fuerte según el momento en el que te encuentres. No siempre se puede ser fuerte ante la vida, será necesario saber esta regla para poder cerrar el ciclo de la mejor manera posible. Primero te tocará ser débil, luego fuerte y finalmente, ambas serán recordadas sin necesidad de utilizarlas. Siempre recuerda al débil David, que venció a Goliat aceptando sus propias debilidades, esas que poco tiempo después, se transformarían en fortaleza. ENFRENTANDO EL MIEDO El miedo será una de esas emociones que tendrás que enfrentar. Durante la ruptura, existirán muchas decisiones que antes de tomarlas te producirán temor, una de las que principalmente se suele sentir, es el miedo a quedarse solo. Para ello será fundamental, deslastrarse de la idea absurda de que esa situación de soledad es mala; por el contrario, malo es pensar que te quedarás inmerso en ella eternamente. De la ansiedad, solo surge la idea anticipada de que tal estado que es momentáneo, será eterno y es justo allí, donde el miedo se apoderará de ti y hará que tomes malas decisiones y al mismo tiempo, que experimentes el sufrimiento de sensaciones desagradables. Es muy importante durante esta fase, saber que solo regalarás un momento para ti y este debe ser asumido como temporal y transitorio, logrando superar el miedo a estar solo, cuando no te angustie tu propia compañía; aquella donde será necesario trabajar para que descubras tu propia felicidad; que depende de ti y no de los demás. Es importante tener claro que la felicidad no está supeditada a la compañía, ya que todos conocemos parejas felices y otras infelices, y a su vez, solteros felices e infelices. Estar solo o acompañado, no será determinante para tu felicidad. Creer que estar en estado de soledad te limita, es el claro reflejo de que el miedo te sigue dominando y que debes continuar trabajando para superarlo. RESISTIR Y PERSISTIR Para resistir, primero es necesario definir nuestra meta, porque si esta tiene por finalidad recuperar a tu ex, entonces resistir seguirá siendo doloroso y angustiante. En cambio, si tu meta es poder ser feliz sin tu ex, tendrás definido un objetivo coherente. Teniendo en consideración la razón por la cual te interesó adquirir mi libro, habrás asimilado que el amor no es sufrimiento, ni humillación, ni una larga espera y finalmente, podrás encaminarte en ese rumbo hacia tu nuevo camino. Después de haber aclarado tu confusión, el camino que te toca emprender, es el de la resistencia. En este contexto, se genera un cansancio de sufrimiento, de seguir humillándose o esperando a alguien que ya no volverá, algo así como La Loca en el Muelle de San Blas (famosa canción de Maná). En correspondencia con lo anterior, es cuando surge la palabra resistencia, aquella que nos permite continuar y continuar, hasta lograr esa preciada meta. Por ello, resiste a pesar de tu dolor, de tu debilidad, de los miedos que te atacarán y si lo haces, créeme que algún día te lo agradecerás a ti mismo. CAPÍTULO III: CLARIFICANDO LA PERCEPCIÓN “Yo soy Yo, Tú eres Tú. Yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas. Tú no estás en este mundo para cumplir las mías. Tú eres Tú y Yo soy Yo. Si en algún momento o en algún punto nos encontramos, será maravilloso. Si no, no puede remediarse. Falto de amor a mí mismo, cuando en el intento de complacerte me traiciono. Falto de amor a ti, cuando intento que seas como yo quiero, en vez de aceptarte como realmente eres. Tú eres Tú y Yo soy Yo”. Fritz Perls PERCIBIR MEJOR, SENTIRME MEJOR Por medio de la percepción, realizamos interpretaciones de la realidad que vivimos y que hemos ido aprendiendo a lo largo de nuestra existencia; en este ámbito, muchas personas desarrollan formas distorsionadas de apreciar los acontecimientos que los rodean y especialmente durante la ruptura, estas tienden a multiplicarse por la vulnerabilidad del momento y en torno a ello se puede decir, que tales creencias terminan perjudicándonos seriamente y en este caso particular, a nuestro proceso de duelo afectivo. Las tendencias de pensamiento se suelen desarrollar durante la adolescencia y es el momento en el que damos los primeros pasos hacia la vida adulta, comenzando a valernos por nosotros mismos y generando en muchas ocasiones, un crecimiento y evolución con maneras erróneas de interpretación y cuando aparecen los conflictos y las situaciones se pueden tornar aún más complicados. En psicología, las argumentaciones anteriores las llamamos, distorsiones cognitivas; las mismas se mantienen básicamente, debido a que no llegamos a cuestionar nuestra manera de interpretar una determinada situación, la cual pudiera estar siendo errónea y su interpretación no sea la más acorde o precisa, por ejemplo, cuando pasamos por una ruptura, muchas veces se suele cuestionar que somos pocos atractivos y nos fijamos en todos aquellos estímulos que puedan alimentar esta creencia. La mayoría de las veces malinterpretaremos señales neutras, para así seguir reforzando nuestra propia creencia. Suele darse en el caso de que nuestra ex pareja tenga una nueva relación, entonces, si la misma es más atractiva que nosotros o pensamos que lo es, vendrá la idea de la comparación y nos sentimos inferiores por ello, en otros casos, donde independientemente de que consideremos que esa persona es menos atractiva, entonces nos enfocaremos en que algo tiene, que nos supera; sencillamente basándonos en la idea de que si nos dejó, es porque algo tiene mejor que tú, cuando en realidad, dicha comparación no tiene que definir tu valor, cuando efectivamente todos, tenemos virtudes y defectos y al mismo tiempo, libre albedrío de elegir con quién queremos estar o no. Justo en este punto, es cuando entonces la distorsión vendrá y traerá consigo, pensamientos emocionales y poco racionales de ataque hacia nosotros mismos. La verdad es que generalmente los sesgos cognitivos se mantienen, porque no somos conscientes de ellos y no sabemos cómo influyen a nivel emocional. En este sentido, los tipos de distorsiones cognitivas que voy a mencionar, son las que considero más comunes y que absolutamente todos los seres humanos caemos en ellas de vez en cuando y más aún, cuando estamos pasando por un duelo afectivo. Al referirme a distorsiones cognitivas, hago énfasis en lo siguiente: Atención Selectiva Es un tipo de sesgo, que consiste en fijarnos solamente en detalles aislados de la situación y hacer una valoración global en función de estos únicamente. Tendemos a sacar las especificaciones del contexto y pasamos por alto otras características a veces más importantes. Por ejemplo: volviste a tener un encuentro con tu ex y en el mismo, se volvió a discutir sobre todos los problemas que no tienen solución, al final tu ex se despidió con un abrazo y luego, tú comenzaste a pensar que ese abrazo es señal de reconciliación. Si te das cuenta, solamente estamos atendiendo a un detalle en particular en la situación. Es algo totalmente neutro, ya que tu ex pudo haberte dado un abrazo por miles de razones. Estamos dejando por fuera un montón de variables como, por ejemplo, que ese abrazo pudo ser una simple despedida y que más allá de que sabe que no volverán, te aprecia por todo lo vivido. Definitivamente que el abrazo, puede tener muchos significados y al mismo tiempo, estas ignorando todo el rato que pasaron discutiendo por los mismos problemas del pasado y que al final, se volvió a evidenciar que no tiene solución. Adivinar el Futuro En esta tendencia, hacemos predicciones catastróficas del futuro. Esta forma de ver la realidad, nos mantiene en constante preocupación, en ocasiones, por cuestiones que son muy improbables; no obstante, las vivimos como si de verdad estuviesen ocurriendo, dándole incluso una connotación negativa que en nada contribuirá con tu proceso. Un ejemplo de esto es, si te sientes solo (a) luego de terminar con tu ex y de repente comienzas a pensar, que te quedarás solo (a) toda la vida o que nadie te volverá a querer. Dicha aseveración, será una forma de querer adivinar un futuro que aún no ocurre y que al mismo tiempo, le das una connotación negativa que en nada ayudará a tu proceso. Catastrofización En esta distorsión, damos una importancia muy alta a cuestiones que objetivamente no tienen ese peso. Somos propensos muchas veces a exagerar las consecuencias de las cosas o a ponernos en el peor plano. Vivimos estas catástrofes como si de verdad lo fuesen. Un ejemplo de ello, es cuando recién finalizaste la relación con tu ex, tenías un mes de haberlo (a) conocido (a) y el solo hecho de haber terminado esa relación, te hace sentir como si no tuvieras fuerza para seguir y evalúas tal circunstancia como una tragedia. Una catástrofe, es un terremoto o un incendio. Si comparamos el sufrimiento que provocaría uno de estos eventos con respecto a separarnos de alguien que tan solo teníamos un mes de haber conocido, te darás cuenta que la tragedia que dices estar atravesando, simplemente es una idea distorsionada de la verdadera realidad. Etiquetamiento Este tipo de distorsión consiste, en utilizar calificativos o etiquetas para considerar conductas propias o ajenas. En ocasiones reducimos toda nuestra realidad o la de otros, a un adjetivo y tomamos como baremos dos (2) o tres (3) situaciones, y las generalizamos en base a este. Un ejemplo de ello, es que, al terminar con tu ex, te das cuenta que se te hace imposible olvidarlo (a) y piensas: soy un (a) idiota por seguir pensando en alguien que no me quiere . Si buscamos en el diccionario la palabra idiota, la definición no tiene nada que ver con recordar a alguien que vivió muchas cosas contigo e independientemente de que ya no sea tu pareja, es absolutamente normal que siga en tus recuerdos y más, si la ruptura es reciente. Lo que, si no debe suceder, es que te pongas esa etiqueta sin darte cuenta, ya que te hace mucho daño, porque generas una culpa y un sufrimiento injustificado. Es de vital importancia, desterrar este tipo de adjetivos de nuestros pensamientos, para poder sobrellevar de forma más asertiva la culminación de dicha relación. Los Deberías Hace referencia a las creencias sobre como tendría que ser una situación o una persona. La característica principal de este sesgo, es su rigidez. Esperamos realidades de personas o situaciones que nunca llegan a cumplirse, por lo que nos frustramos o preocupamos y a veces exigimos a los demás como a nosotros mismos, muchísimo más de lo que se puede esperar. Por ejemplo, cuando alguien piensa debería haber superado a mi ex ya, no debería llorar por mi ex, debería pagarle con la misma moneda . Cuando piensas de este modo, eres demasiado rígida (o). Te volverás muy dura (o) contigo misma(o), te auto castigarás con un criterio demasiado alto, que difícilmente puedas cumplir y que, si sigues presionándote, terminará realmente perjudicándote. Es impensable que todos los días estés al 100%, la vida es mucho más complicada que eso. Es necesario flexibilizar tu forma de pensar, aunque la realidad sea demasiado compleja. Superar a un ex, es un proceso, donde llorar es necesario y asumir lo que criticaste, será poco inteligente. Inferencias Arbitrarias En esta distorsión, sacamos conclusiones, partiendo de premisas falsas o tras realizar un razonamiento ilógico anticipado. Un ejemplo de ello, puede ser cuando te acabas de levantar, miras un mensaje de tu ex diciéndote, quiero hablar contigo y piensas, seguro quiere volver y está arrepentido (a) .No hay ninguna conexión entre los dos (2) eventos. No tiene nada que ver el mensaje de tu ex, con ningún supuesto deseo de reconciliación y aunque sea una remota posibilidad, hacer una inferencia arbitraria, puede traerte una nueva decepción. Tener este tipo de pensamientos, donde relacionas eventos que nada tienen que ver entre sí y donde terminas creyéndote una falsa realidad, será el reflejo de vivir en una subjetividad, que te hará mucho daño. Lectura de Mente Este tipo de distorsión, consiste en inferir pensamientos, intenciones y sentimientos, en los demás, sin tener una base sólida en que apoyarnos. Muchas veces tenemos la costumbre de extraer conclusiones negativas sobre la realidad mental de otras personas. Estarás de acuerdo conmigo en que leer el pensamiento a alguien, es materialmente imposible. Aunque lleves casado cincuenta (50) años, no eres capaz de leer lo que pasa por su mente; esta tendencia muchas veces conlleva a errores; ejemplo, cuando vuelves a verte con tu ex suegra, y mientras se toman un café piensas, seguro piensa que soy un (a) idiota, no me ha mirado a los ojos, seguro que ya no le caigo bien . Los seres humanos no tenemos poderes telepáticos, por lo que es totalmente imposible leer la mente de nadie. Pensar por ti será suficiente, ponerte a pensar y adivinar, lo que otra persona está pensando, te llevará a vivir equivocándote durante tu existencia. Este tipo de sesgos de pensamiento, se dan muy habitualmente en los problemas de pareja. La falta de comunicación da por hecho, determinada forma de pensar, lleva a malos entendidos y, en consecuencia, mucho sufrimiento. Pensamiento Dicotómico Este tipo de distorsión consiste, en una tendencia a clasificar la realidad en buena o mala, fijando puntuaciones de 10 o 0. Pensar que todo se reduce a blanco o negro, sin darnos cuenta que nuestra vida está llena de matices y que rara vez, las cosas no son tan malas, ni tan buenas. Un ejemplo de ello, es cuando luego de una conversación con tu ex le manifiestas lo siguiente, solo puedo amarte y si no puedo amarte, solo quiero odiarte . La realidad es muy compleja, para reducirla a dos (2) opciones contrapuestas. En general los eventos de la vida no son exclusivamente blancos o negros. Si bien es cierto que dichos colores puedan existir, suele ser en la gama de grises, donde se encuentre la paz y tranquilidad. Incluso la situación más complicada, tiene partes positivas y el contexto más favorable, tiene partes negativas. Por ello, es recomendable no hacer este tipo de clasificaciones mentales y si caemos en este sesgo, no estamos actuando con objetividad y sufriremos mucho, pero en la medida que vivas tu proceso de duelo adecuadamente, poco a poco te irás dando cuenta, de la inmensa posibilidad de ver los matices, donde no será necesario odiar a tu ex, ni vital, el hecho de amarlo para seguir viviendo. Este tipo de pensamientos, favorecen la rigidez mental y nos dificulta la adaptación de una forma más que evidente, pero al final si mantenemos este tipo de creencias, nos daremos fuertes golpes en la vida, una y otra vez. Perfeccionismo Esta distorsión, hace referencia al establecer un criterio muy elevado sobre las actuaciones propias o las de los demás y tomarlo como medida normal de actuación. En ocasiones nos ponemos a nosotros mismos o a los demás, objetivos que son muy difíciles de conseguir y nos frustramos si no somos capaces de consolidarse. Ejemplo de esto, es cuando comienzas a transitar por la separación, y al terminar la lectura de mi libro te dices a ti mismo (a) superaré a mi ex en cuatro (4) meses y no tendré ninguna recaída . Es ideal tener buenas expectativas, pero sin sobrepasarnos. Tenemos que dejar margen para el error, porque no controlamos el cien por ciento (100%) de nuestro ambiente y por ello, no podemos sentirnos responsables por cuestiones que escapan de nuestro control. En general, las personas demasiado perfeccionistas viven en una ansiedad constante y ven frecuentemente frustradas sus expectativas, ya que se exigen demasiado. En una vida imperfecta, un perfeccionista estará destinado a vivir infeliz y frustrado. Los humanos solemos sobreestimar nuestra capacidad de trabajo a corto plazo e infravalorarla a largo plazo. Por ejemplo, es muy fácil pensar que seremos capaces de escribir un capítulo de un libro en una tarde, pero después nos damos cuenta de que es tremendamente difícil. Por el contrario, pocas personas se ven capaces de terminar un libro, pero con constancia todo el mundo lo puede hacer. Doy este ejemplo como una meta que un día tuve en la escritura de este capítulo y que al darme cuenta que no era posible, decidí flexibilizar mi exigencia y eso hizo posible que hoy estés leyendo estas líneas. Personalización Es la tendencia a pensar, que los responsables de algo en concreto somos nosotros mismos, cuando en realidad puede que haya muchas causas externas. La personalización, suele conllevar emociones de culpa excesiva, por lo que hay que tener especial cuidado con ella. La culpa, es una de esas características más comunes que experimentan las personas que pasan por el duelo afectivo. Por ejemplo, mi ex me fue infiel y pienso, me dejó porque no soy lo suficientemente hombre o mujer . Culparte, sin antes detenerte a ver la responsabilidad del otro, es sin duda alguna una distorsión. La infidelidad tiene muchas variables y quien la comete, debe asumir las consecuencias. Tu valor no lo define una infidelidad, ni mucho menos un solo hombre o mujer, entre tantos millones de personas en el mundo. COMBATIENDO LA CEGUERA Una vez vistas tus distorsiones, debes focalizar tus acciones a combatirlas y para eso, será necesario una serie de recomendaciones que escribiré a continuación. Las mismas serán de ayuda, pero si tienes alguna patología psicológica, sugiero que busques la asistencia profesional de un psicólogo. Detectar Pensamientos El primer paso para poder cambiar nuestra percepción del mundo, es detectar la manera en la cual estamos percibiendo de forma equivocada y distorsionada, las situaciones importantes de nuestra vida. En este sentido, necesitamos registrar los pensamientos automáticos y negativos, que van surgiendo en el día a día. Esta tarea te puede parecer difícil de llevar a cabo, pero es cuestión de proponérselo y para que te hagas una idea, es recomendable tener una pequeña libreta o utilizar algún archivo en la computadora o aplicación en tu teléfono, en donde puedas anotar cada uno de los pensamientos negativos que surjan a lo largo de tu día. De esta manera, en cuestión de unas semanas, tengamos información suficiente para saber qué sesgos cognitivos están actuando. Una vez que hayamos cumplido con el registro (notas) durante un intervalo de tiempo suficiente, podremos pasar a la siguiente fase. Confrontar los Pensamientos En este momento, la clave es intentar ser los más objetivos posibles en nuestras interpretaciones. Para ello, trataremos los pensamientos como si fueran hipótesis; es decir, que jugaremos a ser científicos. En un principio, tomaremos el pensamiento como algo probable y no como algo seguro. Debemos tener en cuenta, que es posible que puedas estar cometiendo algún error y para saber si estamos incurriendo en ello, pasaremos el pensamiento por cuatro (4) filtros y si no pasa alguno de ellos, significa que estamos sesgando la realidad. Estos filtros que debemos considerar, hacen referencia a los siguientes aspectos: Utilidad del pensamiento: ¿Nos sirve de algo pensar de esta manera? Ya que no somos objetivos en nuestras interpretaciones, por lo menos que estas sean útiles y nos ayuden a seguir adelante. Intensidad de la emoción:¿La emoción que siento se corresponde con la situación que estoy viviendo? Tenemos que comprobar si realmente la emoción que sentimos, nos ayuda a adaptarnos o por el contrario nos dificulta concretar el proceso de adaptación. Forma del pensamiento: ¿Estoy cometiendo algún error cognitivo? Básicamente, este filtro lo que intenta, es que no caigamos en sesgos de esta índole. Búsqueda de un pensamiento alternativo: En este paso, debemos buscar un pensamiento que pase los cuatro (4) filtros; es decir, que esté basado en la evidencia, que nos genere una emoción acorde con la situación, que sea útil y que no caiga en ninguno de los errores cognitivos. La búsqueda de este pensamiento, casi es una consecuencia lógica del paso anterior, por lo que no creo que te cueste demasiado. La clave es practicar mucho por escrito este aspecto, para así, llegar a automatizarlo y cada vez que detectes que estás cometiendo algún error, serás capaz de desmontar el pensamiento y conseguir uno alternativo más positivo y asertivo. NUEVAS Y MEJORES INTERPRETACIONES Todos cometemos errores a la hora de interpretar las realidades y situaciones, es algo natural y normal, que nos ayuda a procesar la información de forma más rápida y precisa. El conflicto se genera, cuando estas interpretaciones influyen negativamente en nuestro estilo de vida. Para poder modificar aquellos errores cognitivos que nos están haciendo daño, es necesario detectar los pensamientos asociados y vinculados, cuestionarlos, modificarlos o mejorarlos; así poco a poco, iremos cambiando nuestra manera de interpretar la realidad. Recuerda siempre, que somos lo que inicialmente pensamos, que luego se traduce en lo que decimos y finalmente, se ejemplifica con nuestras acciones. Cuando tu pensamiento, coincide o se relaciona con lo que dices y lo que haces, entonces estaremos transitando por el camino indicado. CAPÍTULO IV: EL NOMBRE DE TU DUELO “Recordar es la mejor forma de olvidar”. Sigmund Freud EL AUTOR Eres como el autor de un libro, el escritor de una novela o el compositor de una canción. Lo que leas, lo que interpretes y escuches de aquí en adelante, llevará tu nombre. Tú serás esa persona responsable de tus pasos y acciones. Hoy sembrarás y mañana te tocará cosechar. Por supuesto, cada ruptura será diferente y las circunstancias que la rodean también. En el impacto inicial y en el desarrollo posterior del duelo, influyen muchos factores, ya que no es lo mismo, tomar la decisión conjunta de separarse tras años de convivencia cuando la relación está muy deteriorada, si se trata de una medida unilateral y repentina por parte de uno de los miembros o si existen terceras personas involucradas en el medio de la misma. Tampoco lo vive de la misma manera, el que toma la iniciativa (la parte activa), ya que, en cierto modo, ha ido asumiendo gradualmente su nueva situación y el otro miembro (la parte pasiva), puede tomarlo totalmente desprevenido. Esto no quiere decir, que el que asume la decisión vaya a sufrir menos, sino que el impacto inicial no va a ser el mismo. En cualquier caso, el duelo es una reacción natural y un proceso largo y doloroso, por el que es necesario pasar ante la pérdida de la persona amada. Cada individuo requiere su tiempo para vivir el proceso. La duración es variable, pero la etapa de duelo no debería superar el año y si pasa de este tiempo, lo más seguro es que la mejor opción, es buscar ayuda psicológica para su abordaje y orientación respectiva. Tú eres el autor de tu duelo, independientemente de la situación que te toque vivir, tú tendrás las decisiones más importantes que marcarán tu futuro, pero según las elecciones que tomes en el presente, serán esas las que marcarán el destino y el tipo de duelo que te toque vivir. A continuación, te haré mención de los tipos de duelo y algunos ejemplos de casos: Duelo Normal Es el que deseo que tú vivas, donde te sentirás confundido, tendrás algunas recaídas después de la ruptura inicial, surgirá el dolor, la frustración, la amargura, la impotencia, la rabia, te cansarás de seguir perdiendo el tiempo en un conflicto estéril y terminarás reconociendo, que lo sucedido fue lo mejor, donde llorarás y finalmente aceptarás, perdonarás y te liberarás; sin embargo, para que todo eso suceda, será fundamental establecer reglas y límites para evitar así, la vulnerabilidad del momento por las distintas debilidades que experimentarás. Este proceso puede durar entre cuatro (4) meses y un año. Este tipo de duelo, fue el que yo viví y les narré en la introducción. Duelo Anticipado Hay duelos que se viven medianamente durante la relación, nunca completamente, y esto es debido a que se experimentan procesos anticipados de dolor durante la estadía junto a esa relación, y en el mismo, se manifiesta parte del final, antes de que este suceda y cuando la ruptura definitiva llega, lo que genera es que la misma sea asumida con más calma y tranquilidad, en comparación con otros tipos de duelo. Es pertinente mencionar, que hay finales que llegan mucho antes de la decisión definitiva de terminar una relación. Los que se identifiquen con este tipo de duelo, tengan presente, que la durabilidad y superación del mismo será mucho menor. Igual date un tiempo para reflexionar y tú sabrás sentir cuando estés listo para continuar una nueva vida, sin afectar ni dañar a los demás. Lucía era una paciente que sufrió mucho durante una relación que duró más de diez (10) años; los últimos dos (2), fueron de preparación para ella, ya que durante esa época ella ya comenzaba a concientizar que la misma iba a terminar y de esta manera, comenzó a vivir una serie de síntomas característicos del duelo afectivo durante la convivencia. Al momento de la ruptura, luego de algunas pruebas, ella mostraba un diagnóstico de baja autoestima, pero a pesar del daño, se sentía tranquila. Aunque no tomó la decisión final como tal, se sintió liberada de lo que para ella significó la tortura de su ex; sin embargo, era necesario reflexionar un poco en aspectos como: por qué sentía tristeza, rabia por la relación mientras existió o por qué nunca se decidió a tomar una medida para finalizarla pensando en ella y para ella. Esa reflexión fue pertinente, era necesario revivir el pasado, para generar un aprendizaje y entender lo sucedido, ya que, de no haberlo hecho, podía correr el riesgo de repetir la historia con otra persona o incluso, haber creado un rechazo permanente a todo lo que significara amor y convivencia de pareja a futuro. Duelo Sin Resolver Los duelos no resueltos, entran en el grupo de aquellos que tardan más en superarse, pueden pasar años para lograrlo e inclusive, muchas veces quienes no respetan los límites luego de la ruptura y sumando las personas que mantienen las recaídas de manera continua en el tiempo; suelen caer en este tipo de duelos. En muchos casos, este tipo de personas entra en el grupo de aquellos que necesitan ayuda psicológica, para poder superar su proceso, ya que, si no lo hacen, se arriesgan a seguir invirtiendo mal su tiempo y de esta forma, continuar perdiendo nuevas y mejores oportunidades. Pedro de 24 años, era un paciente que había terminado con su ex hace año y medio; sin embargo, él no tomó la decisión de terminar y su ex, solía buscarlo cada vez que por alguna razón quería volver a tenerlo. Pedro no tenía control de la situación, se convirtió en un objeto para ella, se encontraba producto de esta circunstancia, en un constante sentimiento de placer y displacer, que le estaba afectado seriamente su salud emocional. A pesar de ello, a los ocho (8) meses de haber terminado, conoció a otra mujer que le interesó y por no haber cerrado el ciclo con su ex, la misma un día le descubrió unos mensajes de su ex pareja, que terminaron por dañar el inicio de una posible nueva relación. Si bien es cierto, que Pedro no mostraba ningún cuadro depresivo como tal cuando acudió a la consulta, sí estaba padeciendo síntomas ansiosos y estaba muy arrepentido de lo sucedido y fue así, como buscó ayuda para cambiar y solventar su situación. Duelo Crónico El duelo crónico también es una clase de duelo sin resolver; que no expira con el paso del tiempo, sino que puede durar años. También se denomina, duelo patológico o duelo complicado. Este duelo puede darse cuando la persona es incapaz de dejar de revivir de forma detallada y vívida, los sucesos relacionados con la separación y todo lo que le ocurre, le recuerda la experiencia, incluso, muchas veces quedan estancados en la etapa de depresión y terminan, además, despertando una serie de conflictos sin resolver del pasado, que unidos a los de la separación con su ex, complican aún más su situación personal. En muchos casos, estas personas no solo necesitarán ayuda psicológica, sino también psiquiátrica. Pamela de 36 años, acudió a la consulta tras una separación sentimental. Su pareja había decidido terminar la relación hacía once (11) meses atrás, luego de siete (7) años de unión. Convivían juntos y no tenían hijos. Su pareja quiso finalizar la relación, porque decía no sentir lo mismo que al inicio y consideraba, que ambos podían ser más felices siguiendo caminos separados. Al inicio, Pamela entró en un estado melancólico y de frustración, sentía rabia y sentimientos de culpa, porque pensaba que había fracasado a la hora de hacer feliz a su pareja. Hasta aquí, todo sería normal en lo que representa el transitar de un duelo como tal. Pasados cuatro (4) meses de la ruptura, se puso en contacto con su ex pareja para proponerle, que se vieran de vez en cuando, porque según le dijo a él, ya lo tenía superado y podrían encontrarse sin ningún problema como amigos con derecho . Su ex, aunque era un poco reacio, accedió y aunque solo ocurrió un par de ocasiones, ella siguió albergando esperanzas de arreglar la situación. Pamela no podía aceptar la realidad, asumió diferentes actitudes y conductas que más que ayudarla a superar su duelo, la hicieron sumirse en una depresión y estancamiento. Empezó a llamar a su ex pareja aludiendo cualquier motivo, frecuentaba los lugares donde sabía que se lo podía encontrar, recurrió a todo tipo de videntes y brujos (cuando ella no creía en eso), para que le ayudaran a recuperar a su pareja y se aisló totalmente de su entorno social y familiar. Cuando acudió a mi consulta, se veía bastante cansada y demacrada, con varios kilos menos según su peso anterior. El diagnóstico arrojó, trastorno depresivo severo y manifestaba abuso de los ansiolíticos, con el fin de poder anestesiar, aliviar, un poco su dolor. Argumentaba de forma continua, el no encontrar ya un sentido a su vida y comenzó una ayuda simultánea entre psicólogo y psiquiatra, que finalmente le permitieron recuperar nuevamente el control de su vida; internalizando que su ex ya no existía en su nueva realidad. Duelo Ausente Este tipo de duelo hace referencia, cuando la persona niega que los hechos hayan ocurrido; por lo tanto, es la etapa de negación; referida con anterioridad, en la que el individuo sigue evitando la realidad, a pesar de haber transcurrido mucho tiempo; es decir, la persona ha quedado estancada en esta fase, porque no quiere hacer frente a la situación y la evade constantemente con excusas. Hace nueve (9) meses la pareja de Sofía, dio por terminada la relación, ella quedó sumergida en la etapa de la negación, ya que su ex se mudaba a otro país y fue así, como decidieron acabar a medias la convivencia. Si Sofía no daba el primer paso para salir del estancamiento en que se encontraba, definitivamente se mantendría en esa condición; sin embargo, mantuvo una relación de amistad y de confianza a distancia, con su intermitente pareja, que comenzó a generarle angustia y tristeza, ya que la posibilidad de volver a vivir en la misma ciudad, eran remotas y fue así, como ella decidió buscar ayuda a los diez (10) meses luego de la partida de su ex; eso le sirvió para no caer en un duelo patológico o duelo sin resolver. Duelo Retardado Es similar al duelo normal, con la diferencia, que su inicio se da al cabo de un tiempo de la ruptura. Suele ser parte del duelo ausente y también recibe el nombre de duelo congelado. Con frecuencia aparece en personas que controlan sus emociones en exceso y se muestran aparentemente fuertes; sin embargo, son individuos que saben sobreponerse a los problemas y gozan de una serie de atributos personales, que les permiten no caer ante la dificultad. Rebeca de 39 años, era una paciente que había atravesado un divorcio de una relación de 11 años, con dos (2) hijos, ella no se permitió ser débil ni vulnerable, en aquel entonces, ya que tenía que echar hacia adelante por ellos y su hogar y, aun así, pudo maniobrar aquella separación sin ningún inconveniente mayor. Un tiempo después, sus hijos crecieron y se fueron del país. Fue a consulta por dificultades para dormir y por el dolor que representaba la marcha progresiva de cada uno de ellos; lo que en psicología se le denomina Síndrome del Nido Vacío. Sin embargo y más allá de ese problema, se pudo registrar un dolor congelado en el tiempo, aquel divorcio que nunca transitó por la etapa del duelo. El hecho de que estuviera bajo la situación de congelamiento, no significaba que no pudiera hacerle daño; por el contrario, posiblemente lo somatizaba de otra manera y al mismo tiempo cuando llegó la separación de sus hijos, fue inevitable seguir manteniéndolo así, donde permaneció por mucho tiempo y que finalmente, se descongeló en terapia. Duelo Exagerado En este duelo, la persona se siente desbordada de dolor y trata de rehusarse, mediante ciertas conductas para evitarlo, como por ejemplo el consumo excesivo de alcohol o drogas, centrarse obsesivamente en el trabajo, en salir, asumir cualquier conducta que le permita sobrellevar esa sensación: lo cual puede producir, en última instancia, el desarrollo de una adicción o algún trastorno psicopatológico, como problemas de ansiedad o depresión. Puede ser que la persona sea consciente de que hace todo esto para evitar el dolor que la pérdida implica, pero no sepa cómo afrontarlo. Antonio de 37 años, había terminado con una relación de seis (6) años, ocho (8) meses antes de venir a la consulta; sin embargo, desde aquella devastadora noticia, él se sumergió en el alcohol y aunque manifestaba que siempre solía beber, también reconoció que después de la ruptura, el consumo de bebidas espirituosas se triplicó, y esto comenzó a traer serios problemas en su vida personal y laboral. Lo que realmente hizo Antonio, fue sustituir un problema por otro y la ansiedad que le producía aquel dolor, lo llevaba a buscar alivio en el alcoholismo, necesitó de un centro de rehabilitación, conjuntamente con ayuda psicológica, para poder superar aquella difícil situación que atravesaba. Duelo Desautorizado Este tipo de duelo ocurre, cuando el entorno que rodea a la persona, no acepta el mismo. Por ejemplo, cuando transcurrido un largo tiempo, la familia le reclama a un determinado individuo que siga su duelo, y esta reprime los sentimientos de cara a la misma, pero internamente no lo ha superado. Muchas veces este tipo de duelo se da, cuando la persona que se marchó para siempre, llevaba asociado un estigma y se encontraba excluida, al menos para el entorno cercano de la persona que lo sufre (por ejemplo, su familia y amigos más cercanos). Rafael había terminado una relación hace siete (7) meses, la misma había durado un año. No obstante, su familia desconocía a profundidad, la información sobre dicha relación o evitaban aceptar públicamente la realidad de esta. Él mantenía una relación homosexual que vivía a escondidas, porque su entorno cercano, no aceptaba ese tipo de relaciones. Aunque el duelo se asuma solo, el hecho de hacerlo, implica tener la libertad de exteriorizar las emociones, pero Rafael tenía que esconderlas y eso le complicaba la asimilación y superación de su duelo afectivo. En consulta, pudo liberar esa presión, y eso fue de gran ayuda para su proceso de recuperación. Duelo Distorsionado El duelo distorsionado se manifiesta, como una fuerte reacción desproporcionada en cuanto a la situación. Suele darse cuando la persona ya ha experimentado una circunstancia similar previa, donde el duelo anterior, no fue completamente resuelto, y se encuentra ahora, ante un nuevo momento que termina por complicarle mucho más la resolución del mismo. Rodolfo había terminado una relación que duró dos (2) años, pero transcurrido poco tiempo de haber culminado esta, conoció a otra persona que le sirvió de bastón, para evitar el dolor que pudo haber significado la ruptura. Fue así, como pasó el tiempo y al año de haber iniciado esa segunda unión en pareja, le tocó volver a finalizar y justo en este momento, tuvo que asimilar la confusión de dos (2) dolores, el anterior no resuelto y el nuevo por resolver. Tal acontecimiento, traería una serie de distorsiones que se trabajaron en consulta y que poco a poco se fueron solventando, por el tipo de terapia aplicada. CAPÍTULO V: EL DESTINO POR CAMINAR “Que será de nuestro destino, cuando alguien pisa nuestro camino”. Anónimo LAS CINCO (5) FASES DEL DUELO A lo largo de los años, han aparecido muchas teorías sobre las fases por las que una persona pasa durante un proceso de duelo; sin embargo, muchas de ellas coinciden, en la forma como suelen vivirlo. Como psicólogo, las estudié en mi época universitaria y como hombre, por lo que me tocó vivir con mi pareja y de cuya experiencia emergió Superando a mi Ex, Comúnmente, estas fases se conocen como: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Estas serán las facetas que seguramente tengas que pasar, aunque el orden en como las transites, no tiene que ser exacto; es decir, tal como se describieron, ya que cada proceso de duelo tendrá variables que posiblemente alteren el camino, siendo lo idóneo, que llegues a la última etapa que es la de la aceptación; la misma que definirá el cierre de tu ciclo con tu ex pareja. En este sentido, quise expresar las fases en la forma en como yo las viví y que te comparto a continuación: Negándote a Vivir La primera de las fases es la negación, que se caracteriza porque la persona no acepta la realidad (de forma consciente o inconsciente). Esto ocurre como mecanismo de defensa y es perfectamente normal durante un tiempo determinado. De esta manera, el individuo reduce la ansiedad del momento, queriendo aferrarse a su pasado, cada vez que sienta el miedo del cambio que se avecina. Según mi criterio, es una de las etapas más difíciles de superar, pero una vez que lo haces, comienza poco a poco la construcción de tu nueva realidad. En ella, te niegas a vivir el presente, porque quedas sumergido en un pasado que ya no existe y donde la permanencia en esta etapa, generará estancamiento temporal y transitorio, hasta que después de algunas recaídas y tropiezos, te canses de seguir perdiendo el tiempo y decidas finalmente, dar el paso definitivo para transitar otras facetas. La Ira Motivadora La tristeza puede llevar a una persona a sufrir ira, rabia y a buscar culpables. Esta ira puede manifestarse de diferentes maneras, culpándose así mismo, culpando a tu ex o a los demás. Aunque la rabia es una emoción negativa, es necesario reconocer, que, durante esta etapa, la puedes convertir en un ente motivador que produzca esa energía que luego de ser bien canalizada, conlleve a seguir avanzando en lo que es el proceso de superación. Puedes culparte a ti mismo y decirte que no estás dispuesto a seguir cometiendo los mismos errores y la rabia, puede darte fuerzas para no hacerlo o puedes culpar a tu ex y tener fortaleza para no mirar atrás, al recordar las humillaciones o desplantes que él o ella pudo haber ocasionado y luego de ese dolor superado, pasarás a un mecanismo de rabia ulterior distinto, que se activará para no volver atrás. También puede existir un tercer culpable, como una nueva pareja de tu ex, donde la motivación sería no seguir haciendo el papel de idiota y donde la fuerza sería comenzar a valorarte y dejar de compararte con alguien, que efectivamente es diferente a ti, aunque en su momento, la rabia te puede llevar a creerte más que esa persona. Esta etapa será transitoria como todas y, por ende, debemos sacarle algo positivo para seguir avanzando, teniendo en cuenta que una ira que se instaure dentro de nosotros, puede llegar a ser muy dañina para el proceso de superación. Tu Mejor Acuerdo En esta etapa, el dolor lleva a buscar una negociación ficticia. De hecho, muchas personas que se enfrentan a la separación, tratan de negociar incluso con una fuerza divina. Otras personas, pueden llevar a cabo distintos tipos de negociaciones o compromisos. Por ejemplo: ¿Lo que sucedió fue lo mejor o voy a lograr esto por ti o para mí? La negociación rara vez proporciona una solución sostenible, pero puede reducir el dolor del momento, y permitirte generar una excusa necesaria para continuar avanzando. El acuerdo se basa, en buscar un entendimiento de la situación, donde se asimila lo sucedido estableciendo pautas de entendimiento, que reducen por un momento, los niveles de ansiedad y frustración. Esta fase del duelo suele ser la más breve de todas. La Tristeza Necesaria El impacto de la pérdida del ser amado, puede llevar a una persona a una situación muy dolorosa; que viene acompañada de una enorme tristeza y una crisis existencial, luego de darse cuenta de que esa persona desapareció y dejó de existir en su vida. Aunque los síntomas se asemejan al trastorno depresivo, una vez que se produce la aceptación del momento crítico, el pronóstico tiende a cambiar sin complicaciones mayores. Lo positivo de la tristeza, es el desahogo que en la misma se tiene que dar; ese donde concientizamos la realidad y donde las lágrimas permiten sacar de adentro, nuestro pasado. La vivencia de esta etapa es necesaria, ya que permite producir la limpieza de nuestro dolor, aquí la esperanza pierde valor y el entendimiento irremediable de lo sucedido, no se puede seguir postergando. Esta etapa, nos ayuda a poner los pies sobre la tierra de una forma dolorosa, pero necesaria, para llegar a la etapa final. Aceptar para Continuar Esta fase sucede, cuando se ha aceptado la situación dolorosa, y depende de los recursos de cada uno, el aceptarla antes o después. No es una etapa que represente alegría, sino más bien desapego emocional y comprensión de lo que puede haber sucedido, a través de la cual, la tristeza y la ira desaparecen, para darle paso a un entendimiento más asertivo de los acontecimientos sucedidos. Si la persona pasa mucho tiempo en proceso de duelo y no acepta la situación, es necesario que busque ayuda psicológica para superarlo. Esta será tu mejor etapa y si sigues las recomendaciones y generas un entendimiento reflexivo de la lectura de mi libro, llegarás a esta fase sin darte cuenta. CAPÍTULO VI: ORDENANDO EL TIEMPO “El tiempo es el mejor autor; siempre encuentra un final perfecto”. Charles Chaplin EL RELOJ SIN TIEMPO Una de las situaciones más confusas, por las cuales atraviesa una persona que sufre el proceso de separación, es el tiempo ambivalente característico de la etapa de inestabilidad que se vive. El tiempo es y se divide en pasado, presente y futuro y durante la separación, pareciera que tal división no existiera. Es como si vivieras los tres (3) momentos al mismo tiempo, donde tu reloj se detiene y por momentos se acelera y se vuelve a detener. Todo esto representa una mezcla de depresión, estrés y ansiedad, que no permiten poner en orden nuestro estado emocional. Siempre será necesario tener presente, que tal situación será un estado pasajero, que irá desapareciendo en la medida que vivamos en el tiempo indicado. EL PASADO QUE VIVISTE El pasado sin duda alguna, es el período con el cual más tendrás que luchar, porque el mismo es un tiempo importante para todos y es en ese lugar que llamamos memoria, donde se conservan una serie de recuerdos tanto positivos como negativos, que nos permiten la adquisición de experiencias, que después en la medida de nuestra evolución, se transforman en aprendizaje, conocimiento y sabiduría. Es el tiempo más nostálgico y lo es porque es aquello que viviste, pero que ya no puedes revivir de forma objetiva. También, es un tiempo mágico, solo en este puedes aparecer y desaparecer, en un abrir y cerrar de ojos de forma subjetiva. En ese tiempo que ya no existe, es donde se alimentan gran parte de tus lágrimas y puedes expresar en forma de estancamiento, aquello que hubiéramos querido hacer y no hicimos o aquel que tanto nos dolió, y que definidamente no podemos borrar. Es ese espacio donde únicamente, podemos aprender a recordar. No le temas a llorar, siempre y cuando sepas exactamente de dónde vienen tus lágrimas, ya que muchas personas no salen de la tristeza, por depositar sus lágrimas en una esperanza que ya no volverá. No es lo mismo llorar porque perdí a mí pasado en el presente o llorar por querer recuperar a mi ex desde los recuerdos y vivencias del pasado, visualizándote en el mismo. En la primera, puede producirse un desahogo, pero en la segunda, puedes incluso morir en llanto y seguir alimentando una ilusión, que ya no existe y que objetivamente no se puede revivir. El pasado es importante, porque es de donde vienes y es el referente de algo que aprender, teniendo siempre en cuenta, que ya no puedes volver a vivir en ese espacio. Hay momentos que no se repiten exactamente igual y uno de esos, se llama pasado. EL PRESENTE QUE VIVES El presente es lo más parecido a lo que debes continuar, el mismo implica levantarte y saber que te tienes que ir a cepillar, bañarte y pensar bajo la ducha, lo que tienes que hacer hoy, es vestirte e ir nuevamente a tu labor. Él es un instante que equilibra tu pasado y tu futuro. Es definitivamente un nuevo día, es el tiempo de las oportunidades, donde solo tú eres responsable de lo que en el mismo suceda, ya que cualquier movimiento que hagas, por mínimo que sea, será significativo para alterar tu presente y, en consecuencia, el futuro, así que procura mantenerte en constante movimiento. Recuerda que, en mi introducción pude llorar mientras trotaba, simbólicamente es la manera de reconocer y aceptar, que la vida tiene que continuar y mientras exista el movimiento, está el presente y él jamás lo podemos abandonar, incluso cuando estemos mal. La vida no es una sola; tiene muchos días y para nadie es un secreto, que la frase Amor de Mi Vida , suele ser muy característica en las relaciones de pareja, lo que sucede es que, si por alguna circunstancia toca terminar con esa persona, entonces el simbolismo sería que no puedes volver a amar. Cuando terminamos una relación amorosa, el tiempo del cual solemos alejarnos más, es del presente, volver a él será necesario, para ordenar nuestras ideas y abrazarla realidad actual, será muy oportuno para poder superar a tu ex, recordando siempre, que en ese presente ya no vives con él (ella). El presente es el tiempo menos egoísta, te permite pensar en el pasado y en el futuro, pero siempre te recuerda, que el mismo debe ser tu prioridad, aquella donde día a día construyes tu nueva realidad. EL FUTURO QUE DESEAS VIVIR El futuro, es el tiempo incierto en el que no hay certeza, solo existen sueños, anhelos y metas por cumplir. Es el tiempo más escurridizo, que siempre se quiere escapar, mientras más lo quieras alcanzar. Dosificar la pretensión de conocerlo, será necesario para poder alcanzarlo y disfrutarlo, de la mejor manera posible y al mismo tiempo, que llegue sin darnos cuenta. Muchas veces lo que más duele cuando finalizamos una relación de pareja, no es perderlo a él o a ella, es perder las expectativas que teníamos en futuro junto a ese ex ser amado y con esto hago referencia, al casamiento, viajes, una casa juntos, hijos y muchos planes más que nunca se cumplieron. Ciertamente, pensar que tus expectativas mueren con tu ex, se convierte en una distorsión que termina profundizando y agudizando aún más, el dolor. Será necesario entender, que existen muchas personas con las cuales puedes cumplir todos tus anhelos y que tu ex, solo fue un pasado que ya no te acompaña en tu presente y que, por lo tanto, no será positivo seguir alimentando ningún futuro junto a él o ella. El devenir no te espera, si no estás dispuesto a enfocarte en tu presente y a soltar tu pasado. CAPÍTULO VII: DESINTOXICARTE “Del agua estancada espera veneno”. William Blake EL ARTE DE DESINTOXICARSE Entre el cuerpo físico y la mente, se encuentra el misterioso mundo de las emociones. Las mismas, son reacciones psicofisiológicas que nos permiten interpretar todos aquellos diferentes estímulos, los cuales se hacen presentes durante el proceso evolutivo y permiten asimilar mejor, la adaptación. Somos cuerpos de energía en constante movimiento y durante el camino, tendremos cargas y descargas que serán parte de nuestro proceso de vida. La energía llega por medio del aire, el agua, los alimentos y cuando asimilamos los nutrientes, posteriormente expulsamos todo aquello que no necesitamos, para así poder continuar con una mejor y mayor vitalidad. Otra fuente de energía positiva o negativa, será aquella que se de en nuestra mente, a través de las ideas y pensamientos que entran y salen de la mayor fuente de poder que tenemos, que es el cerebro. Estas ideas y pensamientos, pasan a convertirse en sentimientos y sensaciones, que terminarán por ingresar en nosotros y dejar una huella. Es importante acotar, que un cuerpo sano y desintoxicado, será aquel que logre mantener una sincronía positiva en el aspecto físico, mental y emocional. El aire que respiramos una vez que ingresa a nuestro organismo, cumple la función de oxigenar nuestras células, para luego ser expulsado, los alimentos evacuados, comunicar las ideas, compartir los sentimientos y expresar las emociones; por ello, este proceso de entrada y salida, es vital y necesario para el desarrollo de nuestras vidas. LAS PARTES DE UN TODO Todos estos procesos vitales, no se producen por separado ni de manera aislada. El cuerpo, la mente, el corazón y el espíritu, forman un todo, y funcionan entrelazados, de modo que nuestro estado de ánimo influye sobre nuestra dieta, el ejercicio o el reposo, afectan las ideas; así como, los sentimientos positivos o negativos, que son determinantes en la salud. Nada es casualidad, todo estímulo traerá un resultado y una consecuencia. El organismo funciona como una unidad compleja, de modo que un golpe o una herida, no solo producen dolor físico, sino también sufrimiento, angustia y temor. Un proceso traumático agudo, como la separación de un ser amado, puede desatar graves problemas de salud física según sea el caso. A continuación, te comparto una serie de sugerencias que pueden ser de gran utilidad para tu proceso: Aprendiendo a Respirar Durante la etapa del duelo, pasaremos por episodios específicos de mucho descontrol y frustración y es aquí, donde debemos aprender a escuchar nuestra respiración, ya que ella puede ser de gran ayuda en el proceso de desintoxicación. Podemos observar nuestra forma de respirar y hacernos conscientes del proceso de forma automatizada y detallar cuáles factores pueden alterarla o bloquearla. Una forma de entrenar una respiración sana y saludable, es practicar en nuestros momentos de vulnerabilidad, las cuatro (4) fases del acto respiratorio: Primero, inhala profundamente, llenando tus pulmones del momento consciente del presente; seguidamente, retén el aire para que se movilicen los alvéolos pulmonares y se estimule la circulación y reflexiona un poco, durante el momento en el que retenemos la respiración; luego, exhala, vaciando los pulmones, soltando el pasado lleno de rabias, rencores y frustraciones y por último, haz una pausa antes de la inspiración siguiente, teniendo paciencia con la vida y luego, vuelve a repetir este proceso. Cargas Positivas En la carga positiva, te mencionaré solo una muestra de pequeñas sugerencias que pueden ser de gran ayuda para tu proceso y que te permitan la desintoxicación a través de actividades simples y sencillas, como: contemplar paisajes que transmitan paz y tranquilidad, escuchar la corriente de un río, la grandeza de una montaña, el sonido del mar, cualquier lugar que te permita estimular tus sentidos y al mismo tiempo, conocer y explorar una gama más extensa y sutil de emociones. También puedes compartir con personas que sumen, aquellas que te permitan invertir un tiempo de crecimiento; ausente de críticas y lleno de nuevas ideas inspiradoras o ver documentales, películas optimistas, que te generen un aprendizaje y te hagan reflexionar sobre la vida. El Movimiento Te Limpia Existen millones de actividades, hobbies, pasiones, que te pueden servir de gran ayuda en este proceso de desintoxicación. Descubrir una nueva actividad o recuperar una anterior, será necesario para promover el movimiento; ese que distrae y apasiona, que nos hace sudar o en muchos casos, despierta desde otro ángulo, el deseo de volver a ganar. No importa lo que sea, lo importante es que dicha práctica te lleve a generar movimiento. Con ello, hago referencia a patear con fuerza un pasado en forma de balón de fútbol, encestar con buena puntería tu nueva decisión en el baloncesto, trotar y saber que, aunque te duelan las piernas, resiste y continuas hasta tu meta, sentir como no te ahogas, porque sabes que nadando no te hundirás o levantar pesas, para que recuerdes que todavía tienes fuerza. Son muchas las actividades a través de las cuales puede lograrse la desintoxicación y a simbolizar una motivación intrínseca, que te ayuden en el proceso de superación de tu ex. Alimenta Tu Energía Una de las situaciones que suelen generarse durante este proceso, es la alteración de nuestra manera de alimentarnos, donde muy posiblemente te inclinarás por alguno de los extremos, el de no comer lo suficiente o el de comer de forma excesiva, En este punto quien domina es la depresión transitoria o la ansiedad temporal. Todo esto, traerá incidencias en los resultados que queremos alcanzar; lo que comemos es vital para nuestra energía, es como un carro sin gasolina o con una carga de peso excesiva, por lo tanto, su funcionamiento no será el apropiado y prolongará la llegada a tu destino. Es así, como debemos poner atención a esta realidad, no se trata de dietas ni nada que tenga que ver con nuestra estética, se trata de saber que una buena y saludable alimentación, puede tener implicaciones positivas en lo que respecta a nuestras energías, ya sea la de mantener la que teníamos anteriormente al dolor o mejor aún, si logras intentar optimizarla para obtener mayor vitalidad, en este sentido. Tu Creencia Inspiradora No importa la creencia religiosa o personal que tengas; sea cual sea, será el momento ideal para invertir un tiempo en ella, retomarla con más constancia y experimentar ese encuentro divino que te llenará de fuerza para saber que puedes y debes continuar. Al mismo tiempo, te permite seguir en contacto con la sociedad en esa situación temporal y pasajera contigo mismo. Por ello, es necesario transitar por ese espacio que promueva tu fe y alimente tus creencias; lo que conllevará a cargarte de buenas energías y al mismo tiempo, liberarte de las que te resulten negativas. Música Sin Letra La música durante esta etapa, se asocia al despecho y durante el inicio, no estará mal llorar y despecharte un poco, con alguna letra que te recuerde a tu ex; sin embargo, hay que tener cuidado con esta práctica, ya que, si se prolonga, puede ser contraproducente en tu proceso. Es importante evolucionar incluso en lo que escuchamos. Al principio estará bien despecharte con una letra en particular, pero lo más prudente es ir modificando el repertorio musical que escuchamos y llegar al punto de buscar artistas y músicos, que no alteren tu interpretación, teniendo claro que estarás vulnerable y cualquier representación musical te puede condicionar. En la etapa media de tu duelo, puedes intentar buscar música instrumental entre diferentes estilos, ejecutada a través de pianos, violines, guitarras, entre otros. Escuchar el de tu preferencia, te permitirá construir tu proceso desde ti y para ti. Cuando lo hagas, la letra será escrita por tus pensamientos, lo que permitirá concientizar tu realidad y tener una mayor claridad del camino que te toca transitar. Más adelante cuando el ciclo finalice, podrás escuchar la música de tu preferencia. Recuerda que no estamos para compararnos con otras historias, debemos escribir la nuestra. Permitir La Descarga Es la actitud correcta ante la necesidad que el organismo tiene de exteriorizar. Si bloqueamos los desahogos y las salidas, entonces conseguiremos acumular los tóxicos, con las inevitables consecuencias perjudiciales para tu salud. Lo mismo ocurre, cuando callamos y guardamos silencio por algo que sentimos, que deberíamos decir y es durante el proceso de duelo, donde son muchas las cosas a las cuales tenemos que darles salida. Lo esencial es tener en cuenta, que los tóxicos acumulados terminarán desencadenando una crisis de limpieza, cuando el organismo no pueda contenerlos por más tiempo. En el plano físico, esa crisis puede consistir en vómitos, diarreas, gripe o incluso, cualquiera de las llamadas enfermedades agudas desde la óptica médica. Con respecto al plano emocional, serán berrinches, gritos, llanto o ira y si la reprimimos, transformaremos problemas agudos o puntuales, en problemas crónicos y estaremos forzando al organismo, en aceptar un estado permanente de desequilibrio, contención, descontento o angustia. Por esta razón, es que el proceso de duelo será necesario vivirlo y no creer que somos los más fuertes, para luego terminar pagando muy caro las consecuencias. Escribir Para Expresar Emociones Puedes escribir, con el propósito de aflorar y expresar limpieza emocional, incluso, simplemente trazar algunas palabras y una vez terminada tu carta, quemarla, para así, deslastrarte de pensamientos y emociones negativas y dañinas para tu vida. Asimismo, puedes escribir y meter en un baúl lo expresado, dejarlo en un bosque, luego de haber liberado tus emociones en letras o simplemente, romperla y tirarla a la basura. Lo importante es que al final, tengas la posibilidad de desprenderte y liberarte de la misma. OTRAS FORMAS DE DESINTOXICACIÓN EX Amigos Al terminar una relación, las amistades también se ven afectadas por esa decisión, ya que lo más seguro es que muchas de estas, eran conocidos en común. Durante esta fase, todo aquello que promueva el tema de tu ex o que busque de manera directa o indirecta recordártelo, será nocivo para tu recuperación y, por consiguiente, deberás buscar formas de identificar a esos amigos quienes ahora, por tu propio bien, se deben convertir en ex amigos, por lo menos hasta que finalice tu duelo afectivo, aunque otros, ni siquiera se rescatarán. Amigos, serán aquellos que respeten tu decisión, que no busquen echarle sal a tu herida o profundizar el drama, con temas relacionados a tu ex; por el contrario, deben ser aquellos que entiendan tu dolor y te abracen, sin la necesidad de adueñarse de tu historia, que te permita llorar, darte aliento, que sepa distraerte y acompañarte en tu ruido y en tu silencio. Identificando a los Falsos Amigos En este proceso de recuperación, es necesario que puedas identificar todas aquellas personas cercanas a tu entorno, que no te benefician, ya que, por contrario, se convertirán en tus Ex Amigos por el problema emocional que originan y en las próximas líneas, te ayudaré a identificarlos. Seguidamente las especificaciones: Los (as) que buscan hablar constantemente de tu ex después de la ruptura. Aquellos (as) , que te critican y no entienden tu dolor. Los (as) que se parcializan con tu ex. Aquellos jueces intermediarios que buscan reconciliación sin saber tus padecimientos. Los que tienen complejos de detectives y te quieren pasar información constantemente de tu ex. Los mencionados anteriormente, pasarán a ser tus Ex Amigos, en beneficio de tu propia salud emocional. RedEX Sociales Aunque se escribe redes, durante esta etapa y sin darnos cuenta, las transformamos en RedEX . Las mismas, son una realidad que día a día se convierten para muchos en una cotidianidad. Durante la etapa del duelo, estas suelen reflejar una tóxica práctica, para aquellos que sufren una ruptura. Muchos pasarán por esa fase, donde la importancia de estas plataformas se pueda traducir no en el plano social, sino en tu ex y para tu ex. Con esto, hago referencia, a que colocan fotos para ver si reciben un like, comentario o alguna reacción que alivie el dolor, como una dosis de esperanza. Otros asumen la vida de ese ex amor de forma obsesiva, llevándolos a una conducta negativa, incluso hasta descuidar su propia vida, invirtiendo horas valiosas en pérdida de tiempo, mientras revisan cada uno de los movimientos de la ex pareja. Podrás pasar por esta etapa, lo más importante es que salgas de ella lo antes posible. Si no lo puedes asumir radicalmente, un buen modo de hacerlo y de manera progresiva, ir disminuyendo la curiosidad día a día, por ejemplo. Sin embargo, será necesario tener claro la gravedad de dicho error y eso puede despertar tu necesidad de querer cambiar, incluso puedes anotarlo en un cuaderno cada vez que lo hagas, así podrás monitorear el aumento o disminución de dicha conducta. También, existe la opción de bloquear y eres libre de hacerlo, pero ten en consideración una sugerencia, cuando decidas hacerlo, que sea una decisión tomada y pensada, ya que, si lo llevas a cabo por impulso, lo más seguro es que te arrepientas luego y comenzarás a caer en un bloqueo y desbloqueo repetitivo, que definitivamente no te ayudará a generar seguridad, credibilidad contigo mismo, ni con los demás. CAPÍTULO VIII: LAS HERRAMIENTAS EQUIVOCADAS “Si tu única herramienta es un martillo, tiendes a tratar cada problema como si fuera un clavo”. Abraham Maslow UN CLAVO NO SACA OTRO CLAVO Por mucho que lo creamos, un clavo nunca sacará ni remplazará a otro clavo. Iniciar una nueva relación afectiva como quien busca un analgésico para el dolor ante esa ruptura reciente, no es lo más acertado. Ese clavo hundido en nuestro corazón, se quedará donde un día se colocó, solo que ahora le daremos un significado diferente, ya que lo veremos en pasado y no en presente. Por ello, tampoco sería justo pensar que con el martillo que lo hizo entrar, lo vamos a poder sacar. La vida y el amor, es mucho más que poner o quitar un clavo de tu corazón, hay historias que solo se superan, cuando aceptamos la existencia de la misma en nuestra evolución; asumiéndolas como experiencias que nos hicieron crecer y que, en algún momento de nuestra vida, fueron importantes para aprender. A veces nos cuesta comprender, que las relaciones terminan porque las personas tenemos libre albedrío o simplemente el amor se terminó o la pareja no es lo bastante madura como para librarse de la responsabilidad de continuar. Al respecto y aunque desespera, será necesario asumir el fin, la distancia y el tener que empezar una nueva vida con un vacío al otro lado de la cama y otro más en el corazón. En esta fase, nuestro cerebro entra en estado de alarma e interpreta ese dolor, como algo real y como un impacto muy similar al de una quemadura. Necesitamos aliviar ese dolor con una buena dosis de dopaminas, con algo fácil y rápido, que anestesie su efecto en el alma. Hay quienes logran evitar esos momentos, llevando a cabo un adecuado proceso de aceptación, que representa un paso lento y sin apuros, con el fin de ir reparando una a una las piezas rotas. Será lo más prudente e inteligente por hacer. En cambio, otros se niegan a asumir el final y buscan desesperadamente una reconciliación con la pareja, negándose a la realidad e insistiendo en algo que ya demostró en el pasado, que no funcionaba y que por el solo paso o transcurrir de algunos días o semanas, créeme, nada de la situación cambiará. Finalmente, están los que inician un camino que no siempre funciona: el de las relaciones de rebote, las cuales se utilizan para evadir un dolor. Sin duda queda claro, que no hay nada como volver a iniciar una relación estable, feliz y madura, para darnos una nueva oportunidad, siempre y cuando, eso sí, estemos verdaderamente preparados para ello, porque si bien es cierto que nadie es insustituible, también lo es el hecho, de que no somos intercambiables. Nadie tiene que servir de curita para la frustración o de analgésico momentáneo para la melancolía del desamor, porque la misma tiene la función de curar o tapar una herida y luego de que esta sane, culminó su propósito. En este sentido, ocurre exactamente lo mismo con las relaciones de rebote; las que hacen referencia a saltar de una relación a otra para evitar el dolor, donde este tipo de personas buscan enmascarar el efecto que produce por la ruptura. Cuando nos recuperamos, podemos darnos cuenta, que la nueva relación no era lo que realmente buscábamos. El final de una relación, se experimenta como un acto traumático, porque nuestro cerebro está programado para conectarnos con otras personas. Así, cuando construimos bloque a bloque ese afecto o el amor, pocas cosas pueden ser tan gratificantes. Es aquí donde romper ese vínculo, reflejará un trauma que tendrás que enfrentar y en la medida que lleves a cabo tus buenas elecciones, puedes superarlo. Si en la primera fase de la relación, la pasión se vincula a la parte más primitiva de nuestro cerebro, también la pérdida y el estado donde nos sumimos en la amargura del duelo, emergen de esa área más antigua. Durante un tiempo, la emoción domina a la razón, aunque poco a poco surgimos de estas brumas, con sabor a lágrimas, sudor y soledad. Iniciar una nueva relación al poco tiempo de haber terminado con tu ex, no significa que no pueda aliviarnos, distraernos, hacernos reír y disfrutar. Esto sucede, porque tenemos hambre de amor, de ser consolados, buscamos la intensidad y no esa calma, que seguramente, nos haría recordar a quien ya no nos quiere o a quien tuvimos que dejar por nuestro propio bienestar. No queremos términos medios, porque esto puede provocar serios efectos colaterales como, por ejemplo, que la otra persona se enamore cuando nosotros solo buscamos un anestésico emocional o donde tú también por un momento, confundas el placer momentáneo, con una relación real y todo termine complicándose aún más. En correspondencia con lo anterior, queda claro que cada persona es un mundo y que cada quien hace con su mundo lo que más le guste; sin embargo, para muchos, el destino de todo clavo es recibir martillazos, así que antes de hacer un agujero más grande, resulta más conveniente efectuar primero una reflexión en este sentido. TIEMPO PARA LLORAR Y TIEMPO PARA AMAR Iniciar una relación únicamente para nutrir las carencias, las necesidades y las frustraciones, supone tomar del otro lo que se necesita, como el ladrón que entra en la noche a robar un hogar. No es algo lícito. Las personas vivimos en una realidad, donde se emplea mucho el término de echar hacia adelante y cuando nos preguntamos unos a otros aquello de ¿cómo vas? solemos responder siempre, muy bien, echando hacia adelante . Es como si nuestra obligación fuera seguir siempre en pie en esta frenética carrera, donde quien se detiene supuestamente se ve perjudicado. Sin embargo, detenernos de vez en cuando, es una necesidad vital e ineludible. No vivimos en un mundo color de rosas; por el contrario, nuestro cerebro también necesita reconocer y aceptar, los aspectos malos de la vida y eso implica, buscar un espacio para la calma y momentos de introspección, donde recoger pedazos, cerrar heridas y reconstruirse, termina siendo la decisión más asertiva. Hay un tiempo para llorar y para volver a amar, pero no para amar a otros, sino para querernos de nuevo a nosotros mismos, porque la mente que carga resentimientos y sueños rotos, alimenta la baja autoestima en el corazón. Nadie, absolutamente nadie, puede volver a ser feliz con este tipo de equipaje a cuestas. Por lo tanto, la idea de sacar un clavo con otro clavo, es la menos acertada, ya que evidencia que somos dependientes de otras personas para ser felices y eso refleja, el futuro complicado que te tocará vivir. Es por eso, que este capítulo busca despertar en ti la suspicacia, para que no uses las herramientas equivocadas durante el proceso. EL MARTILLO, EL CLAVO, LA MADERA Y EL CARPINTERO Una noche, en el pasado, en aquellos días de mi duelo, decidí escribir sobre el martillo, el clavo, la madera y el carpintero. Una reflexión que espero que les sirva para su mejor elección y que quiero compartir con ustedes en las siguientes líneas. El Martillo Soy el martillo, ese que puede clavarte y sacarte en un abrir y cerrar de ojos. No me importa lastimar al clavo ni dañar a la madera, lo que realmente me importa, es imponer mi fuerza sin medir las consecuencias. Sin mí, el clavo no entra y la madera no se convierte en arte. Soy independiente, pero hago que los demás dependan de mí. El Clavo Soy el clavo, el más dócil, ya que no tomo decisiones por mí mismo. Solo soy útil para los demás, desde mi fina y dura vulnerabilidad. Me complace saber, que entré en el lugar que me indicaron y me quedo allí, hasta que sea ventajoso para los demás. No puedo salir de donde un día me metieron, dependo del martillo o del vencimiento de la madera, para disfrutar de mi libertad. La Madera Soy la madera, ese pedazo donde ocurren los acontecimientos, soy el lugar donde sucede el arte, un espacio que sirve por un tiempo determinado, hasta que pierdo mi utilidad para los demás. No soy fuerte ni débil, solo soy un momento en la vida de todos y sirvo a otros, para que cumplan sus sueños. El Carpintero Soy el carpintero, ese que no solo se dedica a clavar un clavo, ni mucho menos el que se equivoca y decide sacarlo, soy más que eso. Soy el que crea y convierte en arte un pedazo de madera, ese que crea el lugar donde te vas a sentar o donde un plato de comida podrás saborear y contemplar. Soy un creador capaz de transformar con trabajo y conseguir de algo simple una gran utilidad. Cuando algo que un día hice pierde su valor, yo solo me enfoco y me complace saber, que lo que un día hice, tuvo utilidad en su momento. Mis herramientas no son exclusivamente un martillo, una madera o un clavo. También, tengo herramientas que muchos ignoran, ya que de nada serviría el martillo, si yo no aplico mi fuerza, de nada serviría el clavo si yo no tengo precisión y de nada serviría la madera si yo no tengo inspiración para convertirla en arte. Solo Tú decides quien quieres ser: Clavo, Martillo, Madera o Carpintero. Solo tú valoras lo que eres y para que sirves. En esta etapa tan dolorosa de tu vida, tendrás que elegir entre quién o qué quieres ser y tu escogencia será fundamental y determinante, para superar tu duelo de una forma más inteligente. CAPÍTULO IX: ABRAZANDO EL CAMBIO “No es más fuerte ni más inteligente el que sobrevive, sino aquel que más se adapta a los cambios”. Charles Darwin EVOLUCIONANDO Hace muchos años, cortaron algo en ti que te hacía depender de otra persona que sentías que te hacía vivir. Desde el momento en que fragmentaron esa conexión, tu vida comenzó a cambiar, abriste los ojos ante un mundo nuevo y desconocido y tenías mucho miedo, aunque no lo recuerdes. Eras muy vulnerable, no podías comer por ti mismo, caminar y ni siquiera limpiar el sucio que tu sistema digestivo producía en aquel entonces. Muchas cosas han cambiado desde aquellos días, solo necesitamos que viajes a tu pasado y veas todos los cambios traumáticos y difíciles que te han tocado superar. Eres un sobreviviente gracias al cambio, gracias a él y por ello, hoy puedes leer estas letras, interpretarlas y transformarlas en reflexión. Miedo siempre tendrás ante los cambios, pero si recuerdas de dónde vienes, podrás flexibilizar tu rigidez y emprender nuevos caminos, sin tanta resistencia y de forma más positiva ante los nuevos días de la vida. Los individuos que no les gusta el cambio, suelen sufrir cuando se producen reformas en su entorno. Al parecer, no han aceptado que es imposible que las cosas no cambien en ningún sentido. La permanencia de la existencia tal y como es, solamente se puede obtener una vez que hemos muerto. Luego de fallecer, ya ni somos personas, ni existimos, así que da igual, porque no tenemos consciencia alguna. Algunos individuos, se ven completamente abrumados cuando algo cambia en su vida o en la de otra persona. Muchas veces, pasan la vida añorando un momento que han idealizado, pensando que en el ayer todo era como debía ser y ahora todo es terrible. Esta actitud hace que vivan en una perpetua depresión, extrañando algo que jamás volverá, sin considerar que el tiempo nunca se repite igual. En definitiva, si no has aceptado el cambio, te tengo una mala noticia: No tienes otra opción. El entorno, el mundo y las circunstancias, se encargarán de que tu vida se transforme. Ahora tienes dos (2) opciones: resistirte y ponerte rígido, ante la presencia del cambio y seguir viviendo en el pasado o aceptar que las cosas mejoran, se transforman y comenzar a cambiar tú con ellas, para convertirte en una mejor versión de ti mismo. RENOVARSE O DESVANECERSE Cuando nos enfrentamos a un cambio en nuestra vida, lo que sufrimos en realidad es una transformación y una renovación. Cuando el cambio ya se efectuó y lo vemos desde el exterior, nos damos cuenta, de que vemos la vida de otra manera y somos capaces de enfrentarnos a ella, con un espíritu y mente renovado. Les contaré una interesante historia, la misma se asemeja mucho al proceso que vives o que estás por vivir. La historia a la que hago referencia, es la del Águila Real, la cual, para mí, es un animal de mucho ímpetu, fuerza, decisión y un espíritu inquebrantable. Esta es la historia de un animal que la fuerza de su espíritu y su naturaleza sabia, la invita a transformarse en el momento más crítico de su vida, para luego, gracias a la renovación, alcanzar la gloria. El águila real americana, es el ave que posee mayor longevidad dentro de su especie, llega a vivir hasta setenta (70) años, pero para llegar a esa edad, primero tiene que tomar una gran decisión que aproximadamente será en la mitad de su vida. Las uñas del águila a sus cuarenta (40) años, son curvas y flexibles y tan largas, que no consiguen agarrar a las presas de las cuales se alimenta, su pico alargado y puntiagudo, comienza a curvarse apuntando contra el pecho peligrosamente y sus alas envejecidas y pesadas por las gruesas plumas, hacen que volar sea una tarea muy difícil. Es entonces cuando el águila tiene que tomar una decisión entre dos (2) alternativas: dejarse morir o enfrentar un doloroso proceso de renovación; que durará cerca de ciento cincuenta (150) días. Este proceso consiste, en volar hacia lo alto de una montaña y refugiarse en un nido o cueva próxima a una pared, donde no necesite volar. Entonces, el águila ya refugiada, iniciará un nuevo proceso, comenzará a golpear su pico contra la pared, hasta conseguir arrancarlo; una vez amputado, tendrá que esperar a que nazca un nuevo pico con el cual después, tendrá que arrancar sus viejas uñas y cuando las nuevas uñas comienzan a nacer, será el momento para desprenderse de sus viejas plumas arrancándoselas una a una, con el nuevo pico. Después de aproximadamente cinco (5) meses muy difíciles, donde vuelve a tener un pico fuerte y joven, plumas brillantes y sedosas y uñas fuertes y útiles, el águila real sale victoriosa, realizando su vuelo de renovación y a partir de entonces, dispondrá de treinta (30) años más de vida, que serán sus años más gloriosos. Hay momentos donde nos encontramos débiles, agotados, desanimados y sentimos, que estamos en un punto donde tenemos dos (2) opciones: o nos renovamos como las águilas o nos rendimos y desvanecemos de forma anticipada. Esta transformación, no será gratis ni otorgada por nadie; exigirá detenernos, hacer un alto en el camino, reflexionar, realizar una introspección, y así saber, cuáles son los picos, plumas y uñas de las cuales debemos desprendernos, para luego, poder recuperarlos con resistencia y determinación. En el duelo afectivo, tendrás que desprenderte de muchas cosas, buscar ese espacio de tu preferencia, donde también puedas reflexionar y tener el tiempo necesario, para renovarte. ACCIONES DISTINTAS CONLLEVAN A RESULTADOS DISTINTOS Einstein decía, que era de locos hacer lo mismo y esperar que ocurriese un resultado diferente . Por lo tanto, cuando cambiamos y cambian nuestros hábitos, también cambian los resultados. La mayoría de quienes pasan por duelos afectivos, muchas veces se quejan de sus malos resultados. En este caso, será prudente ver tus hábitos y consideres la opción de comenzar a cambiarlos poco a poco y el hacerlo, puede ser de gran ayuda para tu proceso. A lo largo de nuestra vida, vamos construyendo y afianzando una serie de creencias basadas en experiencias o aprendidas a través del entorno y adquiridas, a través de la percepción como lo hablamos en el Capítulo III. Las creencias son interpretaciones y valoraciones que hacemos de la realidad, teniendo en cuenta nuestras experiencias y lo aprendido a lo largo de la vida. Muchas de estas, pueden ser motivadoras como, por ejemplo, si me esfuerzo, puedo conseguir buenos resultados , las que tienen que ver con valores morales, el hombre es bueno por naturaleza o pueden ser limitantes como, nadie se va a enamorar de mío no soy lo suficientemente inteligente . Decir que no, es crear limitantes desde el punto de vista interpretativo de la realidad, de una manera, que restringe el desarrollo de nuestras potencialidades. Las creencias limitantes, pueden surgir por aprendizaje desde la infancia o por experiencias vividas y de esta forma, dañar nuestra autoconfianza y autoestima. Por ejemplo, la mala experiencia con tu ex, puede hacerte creer, que todos los hombres o mujeres son iguales y este tipo de aseveración, es un gran ejemplo de una idea que terminará obstruyendo cualquiera nueva oportunidad y al mismo tiempo, manteniéndote en tu zona de confort. Ahora bien, es hora de experimentar el atrevimiento de hacer cosas diferentes, encarar tu miedo y poder verlo frente a frente y aunque sientas temor, tener el valor de llevarlo a cabo, sin frenarte antes de hacerlo y esto será necesario, para que vivas nuevas acciones que te permitirán conseguir nuevos y mejores resultados. Cuando buscamos un cambio, a veces los impedimentos para generarlo, pueden venir de nuestras propias creencias limitantes. En ocasiones, ni siquiera somos conscientes de ellas; razón por la cual es necesario analizar nuestras creencias y valores, para detectar si existe alguna que nos está saboteando el proceso. Aprender a identificarla, será necesario, para poder confrontarlas y superarlas. El haber tenido una mala experiencia con tu ex, no significa que todos los hombres y/o mujeres son iguales y es allí, cuando te detienes y puedes entender las normales similitudes y concientizar la variable evolución que cada ser humano tiene que pasar, para tener algo que nos diferencie entre sí. Trabaja en lo que te distingue de los demás y no sigas haciendo lo mismo; permítete cambiar. Igual no puedes dejar de vivir, por pensar que vas a morir. El inicio y el final de algo, no define la experiencia del trayecto. APRENDIZAJE CONSTANTE En líneas anteriores, hablamos de renovarse, o desvanecerse. Algo parecido ocurre con el aprendizaje; si no estamos en constante aprendizaje, nos convertimos en un producto terminado y dejamos de crecer en el interior. Nuestra mente, espíritu y emociones, necesitan seguir en un continuo crecimiento, aunque nuestro cuerpo ya haya dejado de crecer aparentemente. La mente y la espiritualidad, pueden seguir desarrollándose, de la mano del movimiento y el cambio. SALIR DE TU ZONA DE CONFORT Salir de la zona de confort implica, tomar decisiones difíciles; significa que tienes que hacer algo con lo que no te sientes cómodo, con el propósito de abandonar tu rutina y tus viejos hábitos, para finalmente poder vencer tus miedos. Fácil no será, ya que aprender cómo salir de la zona de confort y tomar la decisión de hacerlo, produce temor, ansiedad, dudas y estados momentáneos de inseguridad. Sin embargo, una vez que decides hacerlo, comienzas a sentir que tu vida está creciendo. De hecho, la mayoría de las personas exitosas, entienden la importancia de salir de la misma e incluso, tienden a presionarse para promover nuevas situaciones de cambio en sus vidas. Sin lugar a dudas, salir de tu zona de confort implica, realizar cambios estructurales, considerando que los mismos, representan un suceso totalmente necesario en nuestras vidas. De hecho, sin cambios la vida pierde sentido. A pesar de ello, es entendible que estés ahora mismo pasando por un mal momento, ya que terminar con una relación con la cual viviste tantas emociones (buenas o no tanto), siempre será doloroso. Quizás piensas que todo va de mal en peor o a lo mejor crees, que no podrías pasar por un período aún más difícil y sientes que no soportas tantos cambios seguidos; sin embargo, sea como sea, recuerda, que el cambio es vida y que será para mejor o incluso, dicha situación pudiera significar ese elemento de presión que te llevará a experimentar nuevas vivencias. Créeme, que alguna faceta de tu vida se va a ver beneficiada por el cambio. Solo tienes que encontrar ¿cuál es? hazle caso y apoya esa parte de tu vida que se ve beneficiada por las modificaciones. La vida te está ofreciendo una nueva oportunidad, aprovéchala. CAPÍTULO X: PERDONANDO AL OLVIDO “Yo no hablo de venganzas ni perdones, el olvido es la única venganza y el único perdón”. Jorge Luis Borges INTERPRETANDO AL PERDÓN Tienes todo el derecho de no perdonar, en especial en la etapa inicial del duelo, pero lo que debería ser una regla de oro a cumplir, es aprender a liberarnos de la emoción que el no perdonar supone. La obsesión con el perdón y querer pasar la página a la velocidad de la luz como si no hubiera pasado nada, también sería un sentimiento negativo y falso, incluso, sería tan nefasto como la obsesión por la venganza . En este sentido, es necesario tomar consciencia, que muchas veces perdonar lleva su tiempo y así, evitaremos sentirnos presionados por ignorar o eliminar una emoción natural del momento. En consecuencia, para que las heridas sanen, no es suficiente no tocarlas, también se necesita tiempo para cicatrizarlas y lo mismo ocurre con nuestra mente. Igualmente es necesario aclarar, que estás en tu pleno derecho de no perdonar, siempre y cuando estés dispuesto(a) a asumir las consecuencias. Cuando se trata de conflictos de alto impacto, la psicoterapia es fundamental para ayudar a las personas a aceptar lo sucedido y fomentar algún tipo de proceso del perdón, que no tiene necesariamente que suponer, una reconciliación con el ofensor o causante , que en este caso sería el ex, sino más bien de liberación personal, lo que implica, dejar salir la emoción del rencor, la ira y la frustración, que son todas esas emociones que molestan e incomodan, y que mantenerlas en el tiempo, enferman a quien las padece. La práctica del perdón ayuda a reducir el estrés, la ira y el dolor, que puede suponer una determinada situación. Nos quitamos una carga y un peso, pero el principal beneficio de pedir perdón o de otorgarlo, siempre será para nosotros mismos. El peor enemigo del perdón, es el orgullo. Asociamos el pedir perdón o darlo, a un acto de debilidad y vulnerabilidad cuando lo cierto es, que es un indicador de educación, asertividad y valentía. Ten presente, que, en algún momento de tu duelo, será inteligente poner en práctica el significado del perdón. Uno de los mejores regalos que podemos hacernos, es aprender a vivir nuestras vidas al máximo; sin embargo, para que eso suceda, será fundamental y necesario, desprendernos de cualquier secuela o rastro que todavía quede del rencor. Lo cierto es, que muchas veces el rencor no permite que avancemos y a estas alturas de tu proceso, necesitas dar esos pasos finales para tu liberación total y el vivir sintiendo rencor, no soluciona nada, sino todo lo contrario, no nos deja vivir felizmente. Lo que poco conocemos, es que el rencor es un sentimiento que utilizamos a manera de protección, para tratar de escapar y esconder al dolor y la señal verde para saber que superamos a nuestro ex, pasa precisamente por dejar de sentir esas emociones. En la medida que transformamos el sentimiento de tristeza en rencor, creemos sentirnos con más fortaleza, cuando en realidad no es así, somos más vulnerables, cuando guardamos por mucho tiempo el sentimiento negativo del rencor dentro de nosotros. Muchas veces no soltamos el rencor, porque pensamos que eso implica el tener que perdonar a la otra persona y retomar la relación tal y como estaba. Es aquí donde debes entender, que puedes perdonar desde un ángulo donde no volverás a ser pareja de tu ex, sino que solo perdonarás a una persona que, en algún momento de tu vida fue tu pareja, pero que ahora ya no lo es. Así que, no necesitarás protegerte de alguien que ya no represente un peligro para ti en el presente. La importancia de aprender a vivir sin sentir rencor, es para nosotros poder sentir tranquilidad, ya que aun cuando creemos que estamos haciendo daño a la otra persona, la única verdad, es que somos nosotros mismos quienes nos continuamos haciendo daño de manera persistente. Además de sentirnos lastimados por otra persona, detrás de este sentimiento, también se encuentra el hecho de que las cosas no han salido como esperábamos o que la otra persona, no ha tenido un comportamiento como nosotros pensábamos que debía hacerlo y a estas alturas del proceso, ya debemos entender, que no tenemos que esperar nada de nuestro ex y que con solo saber que no le permitimos que nos haga daño y que ya no nos domina, será suficiente para perdonar a alguien que fue parte de tu pasado, pero que ya no existe en tu presente, pero por lo menos significó un aprendizaje. Por todos estos motivos, es necesario que canalices tus emociones de la mejor forma, con el propósito de no llevar internamente el equipaje pesado del rencor; suéltalo y limpia tu corazón. LIMPIANDO TU CORAZÓN Cada mañana, mira en tu interior y libérate un poco de tu codicia, odio y prepotencia. Limpia tu corazón igual que cuando te duchas. Diferencia claramente aquello que necesitas, de lo que no, en absoluto. No siempre tienes la razón, no es necesario que todos aprueben tus actos, que compartan todos tus gustos o ideas. No necesitas ser menos, ni más que nadie; simplemente necesitas ser tú mismo. Tampoco, necesitas tener un cuerpo perfecto esculpido por el efecto de tus visitas recurrentes al gimnasio, tan solo algo de ejercicio regular para mantener sana tu mente y una buena funcionalidad de tu cuerpo, será suficiente, porque no necesitas que tu vida se asemeje a los deslumbrantes anuncios en redes sociales. Tampoco, necesitas ser el primero en todo, ni hablar mal de nadie, ni perder el tiempo escuchando a otros hacerlo. No requieres que te agradezcan de inmediato todo lo que haces por los demás, hay gratitudes que tardan y no es a ti a quien le corresponde valorar su inmediatez. No necesitas que las cosas salgan absolutamente perfectas, el mundo es imperfecto y creer en dicha perfección te hará sufrir mucho. No necesitas ser el centro de atención, la vida no gira a tu alrededor. Tampoco necesitas salvar al mundo, con salvarte a ti es suficiente y ayuda en la medida de tus posibilidades. Asimismo, no necesitas imponer tus ideas, exprésalas y permitirles a otros la oportunidad de ignorarlas o valorarlas. No necesitas justificarte, ni pedir perdón más que una vez, será suficiente, tampoco es necesario convencer a nadie, solo a ti mismo. No necesitas preocuparte por aquellos asuntos que se escapan de tu control, enfócate en aquellos que tengan solución. Tampoco necesitas estar feliz siempre, el dolor es también una parte importante de la vida, ni necesitas estar haciendo algo productivo todo el tiempo, a veces es necesario no hacer nada por un momento. No necesitas ocuparte en solucionar los problemas de todos los que te rodean, porque hacerlo muchas veces, implicará descuidar los tuyos. No necesitas entender a tu madre, a veces solo es suficiente con respetarla y si lo merece, quererla. No necesitas a otro para viajar, para ir al cine, para disfrutar de una cena o para contemplar el sonido del mar, muchas veces con tenerte a ti, es suficiente. No es imperioso siempre el ruido, muchas veces hace falta escuchar al silencio. Tampoco requieres ropa nueva cada temporada, ni contarle todo lo que haces a todo el mundo. En este sentido, no necesitas veinte (20) amigos, a veces con uno (1) o dos (2) serán suficientes, ni necesitas una foto con un famoso, ya que a veces lo que importa es saber que puedes brillar por ti mismo. Considera que no requieres hacer lo mismo que hacen los demás, a veces necesitas valorar aquello que los demás son incapaces de contemplar. No siempre necesitas ganar, hace falta perder, para poder entender nuestras victorias. No necesitas seguir todas las normas, ni tampoco romperlas, a veces solo es necesario saber lo que tú quieres y no tener intenciones de hacerles daño a los demás. Tampoco, necesitas dar consejos, muchas veces con dar el ejemplo es suficiente, ni necesitas sentirte imprescindible para nadie, créeme que la vida siempre puede continuar sin nosotros. No necesitas saberlo todo, la ignorancia es el inicio de la sabiduría. Tampoco es imprescindible caer bien a todos, perderás mucho tiempo si pretendes hacerlo. No necesitas ser eternamente joven, cada etapa tiene su ventaja y espero que puedas conocer a la sabiduría. Tener la mejor familia del mundo no es obligatorio, las mejores familias no tienen la necesidad de vender una mentira. No necesitas ser gracioso, porque a veces es necesario estar amargado, ni necesitas ocultar tus defectos, porque en ocasiones solo es suficiente con aceptarlos. No necesitas a tu ex, solo necesitas saber que puedes volver a ser feliz sin él (ella). En resumen, limpiar el corazón implica, saber que hay muchas cosas que simplemente no necesitas… EL RECUERDO Y EL OLVIDO Inicialmente se dijo, que no se trata de olvidar, sino de aprender a recordar. El olvido, es un recuerdo que con el tiempo fue perdiendo su importancia; al inicio de todo duelo, será imposible pretender olvidar algo que sigue estando latente en nuestro interior y que definitivamente, en aquel momento seguía vigente en nuestro corazón, ese algo que para aquel entonces alteraba tus emociones, no iba a poder ser olvidado con un simple deseo. Sin embargo, el tiempo pasa y pasa y las nuevas vivencias e interpretaciones, serán las que te permitan poco a poco ir perdonando al olvido; ese que, aunque se recuerde, va perdiendo su valor. Esto solo sucederá cuando la fase de tu duelo esté muy avanzada o se encuentre en su etapa final de superación. Ten presente, que lo que olvidarás no será lo que viviste, sino la manera errada de interpretar un dolor que no puede ser revivido, porque ya fue superado y es allí, cuando esos días quedarán atrás y tu corazón olvidará lo que para él es imposible de revivir. NUEVA FILOSOFÍA DE VIDA Después de tantas alzas y bajas y muchas lágrimas enjugadas, toca enfocarnos en una nueva filosofía de vida y es en este momento, cuando vendrán algunas preguntas que harán referencia a: ¿cómo deberíamos vivir? es decir ¿existe una manera de vivir que sea objetivamente asertiva? y entonces ¿cómo sería la mejor manera de vivir? Si bien es cierto, que tú eres el único responsable de tus decisiones y las consecuencias de las mismas, también es verdad, que después de haber vivido y culminado esta dificultad de superar un duelo afectivo, es necesario reivindicar por medio del aprendizaje, lo que es una nueva filosofía de vida. Haber enfrentado tus temores, asumido la responsabilidad de tu vida, madurado en no utilizar a otro para aliviar el dolor, valorar el significado de tu propia compañía y haber soltado el rencor, todo esto se define en una expresión: Ser útil. Ser útil implica, como seres humanos, que necesitamos sentirnos productivos y funcionales y sentir que nuestro paso por la tierra ha servido para algo. Por ello, la idea de pasarnos toda la vida en una playa del Caribe acostados en una hamaca tomando cerveza, no nos resulta atractiva, por lo menos si lo imaginamos como algo rutinario que haríamos de por vida, porque sentimos que habríamos malgastado nuestra existencia y porque sentiríamos perdida nuestra utilidad en este mundo. Sin embargo, de esta reflexión surge una interrogante: ¿Útiles para qué? Los seres humanos somos lo que somos, porque hemos aprendido a ser útiles a lo largo de nuestra historia y evolución. Uno de los problemas de las relaciones en dependencia, es que, en ocasiones, uno de sus integrantes pierde utilidad y deja de vivir para él, a objeto de comenzar a convivir exclusivamente para la pareja. Un amor sano es aquel donde puedes seguir siendo tú y donde decides caminar hacia una misma dirección con tu pareja. Cada uno aportándose mutuamente a sí mismo, lo que, a su vez traerá consigo, los mejores beneficios para ambos. Trabajar en tu propia evolución, te permitirá contribuir aún más, al progreso del resto de los seres humanos y a su vez, cuanto más evolucione el entorno, más te ayudará a evolucionar como persona. En tu nueva ideología, debes aprender tres (3) puntos fundamentales, para lograr esa nueva filosofía y estilo de vida: Descubriendo tu arte : son las cosas que por lo general se te dan bien, aquellas que suelen contar con tu pasión y tu capacidad de dedicación. Es aquí, donde puedes alimentar tu propia utilidad, esa donde al mismo tiempo desarrollarás tu amor propio. En resumen, hacer lo que te hace sentir bien. Tus valores y principios : te enseñarán a elegir e identificar, lo bueno y malo para ti y es donde podrás establecer los límites, que te permitirán saber en lo que puedes invertir tu tiempo y a la vez, en lo que no debes perder el tiempo. Servir para sentirte útil : cuando damos, recibimos, aunque esto no aplique siempre en el amor de pareja, puedes servir en tu propio amor; ese que viene de hacer las cosas con empatía, el que te permitirá no solamente ser útil para ti, sino también para los demás. Arte + Valores + Servir = Filosofía de Vida En general se puede decir, que hay personas que necesitan constantemente a otros para sentirse bien, otras que no saben su valor y sus límites, así como también, las que aún no conocen su utilidad en la sociedad. Por ello, descubre lo antes mencionado y encamínate en tu nueva Filosofía de Vida. CAPÍTULO XI: LA VIDA DEBE CONTINUAR “Nunca pienso en mi futuro. Llega demasiado pronto”. Albert Einstein ORGULLOSO DE TI MISMO Después de este largo recorrido y luego de asumir tu nueva filosofía de vida; la que se generó y quedó enmarcada en la superación de tu ex, no queda otra cosa que verte al espejo y expreses ante este, lo orgulloso (a) que te sientes de ti mismo (a). No todos pueden enfrentar un duelo afectivo, esto es solo para valientes y personas inteligentes y tú, que serás uno más de nuestro selecto grupo, llegó la hora de premiarte y darte el título de Superando a mi Ex. DISFRUTA DE TU NUEVA VIDA Ahora que has llegado a este punto, piensa en todo eso que deseas y quieres de la vida y ponte manos a la obra, es tiempo de pensar en ti y verte como prioridad. Mereces lo mejor y para lograrlo, primero será necesario creerlo y comprometerte en trabajar día a día en todo aquello que deseas lograr. En esta etapa de la recuperación, sentirás que tu ex ya no condiciona tu vida y sin duda alguna, tu energía ya no estará depositada en aquellos pensamientos estériles del pasado. Tendrás la posibilidad de utilizar un mejor enfoque, dirigido a todos esos objetivos personales que deseas cumplir para ti. Comenzarás a descubrir algo que siempre estuvo dentro de ti, solo que, por tus distracciones o malas elecciones, tenías abandonado. La libertad tocará tu puerta y esta vez, estarás atento (a) para abrirla, porque la misma llegará para demostrarte, que existe una vida maravillosa sin tu ex, llena de oportunidades y es aquí, donde verás tus cadenas caer; las mismas que algún día te ataron a tu ex. Sentirás el aire puro y fresco de la libertad; ese donde podrás ser tú mismo(a) sin frenarte cuando mires hacia atrás, donde el pasado solo estará para recordarte lo que superaste y aprendiste, para sentirte orgulloso (a), por haberte levantado con tus propios medios. Disfruta mucho esta etapa, será maravillosa recoger la cosecha que un día te costó tanto sembrar y que ahora te toca disfrutar. Volverá la risa sincera; la que no disimulas, pero que tampoco desespera. Recupera tus pasiones y atrévete a experimentar nuevas emociones, porque después de tanto padecimiento, ahora es cuando viene el mejor momento. HONOR A LOS QUE SUPIERON ACOMPAÑARTE Durante tu dolor, no todos supieron acompañarte, incluso el haber terminado con tu ex, te servirá para limpiar el armario donde conservabas a esas personas que llamabas amigos (as) . Algunos supieron respetarte y otros al igual que tu ex, se tuvieron que ir. Es momento de compartir y valorar a esos (as) amigos (as) especiales y disfrutar junto a ellos tu nueva vida, ya no desde el despecho, sino desde la celebración de una verdadera y sincera recuperación. Seguramente, habrás reducido el número de ellos (as), pero aquellos (as) que quedaron o esos (as) nuevos (as) que conociste, valdrán por miles y será el momento de agradecerles su sincera y prudente compañía, para que junto a ellos (as), puedas disfrutar de tu nueva vida. LISTO PARA VOLVER A AMAR Después de haber asumido la responsabilidad de superar a tu ex por ti mismo y haber atravesado por todas y cada una de sus etapas, cuando sientas que ya no tienes dolor ni rabia por tu ex y puedas ver ese proceso vivido como una gran enseñanza, justo en ese instante te darás cuenta, que llegará el momento para volver a amar, sin miedos y con mayor asertividad. Estarás más curado (a) de no repetir la historia de tu ex con otro nombre y podrás seguir transitando en las mieles del amor, sin el prejuicio de tu pasado. Tu corazón solo muere cuando deja de latir, así que ya habrás entendido que sigue latiendo por ti mismo y que sencillamente debes compartir sus latidos, con la persona que elijas y que te escoja, para transitar en una nueva relación de pareja. Sin embargo, a continuación, escribiré de forma puntual y resumida, todas esas etapas superadas que te darán luz verde para volver a amar: Ya no te duele el corazón cuando piensas en tu ex. Habrás aprendido a recordar y habrás perdonado al olvido. Te aceptas tal y como eres. Tienes ganas de amar. Eres capaz de confiar en TI. Ya no tienes temor y si aparece, sabrás enfrentarlo. En este punto habrás entendido, que nunca nada es completamente tuyo, ni siquiera tu vida, ya que un día toca morir y es en esa circunstancia, donde habrás entendido, que el amor no se entrega, ya que, si lo haces, te quedas sin nada y comienzas a depender del otro. El amor se comparte y es en ese punto, donde cada quien asume su propia felicidad y al mismo tiempo, la decisión de estar con la persona indicada, ese momento donde ambos pueden ser felices juntos. Hay que estar listos (as) para transitar en una nueva relación, esa donde ambos deciden vivir un presente, sin reprocharse un pasado y prepararse para que, sin desesperos ni ansias, puedan descubrir el futuro. Siempre vale la pena vivir el amor, el tuyo y el de los (as) acompañantes que te toque seleccionar a lo largo de tu vida. Siempre recuerda, que la vida no es una sola, tiene muchos días. Ahora, ya estás listo para volver a amar. Cuídate… REFLEXIONES DE LUGARTE La reflexión, es una manera de detenerte y poner pausa por un instante en el tiempo, lo cual te permitirá generar entendimiento de lo sucedido. Todas las reflexiones que leerás a continuación, las escribí durante mi etapa de Superando a Mi Ex. Cada una de ellas, tienen un mensaje, búscalo, y al mismo tiempo, permítete crear tus propias reflexiones, porque las mismas te servirán de entes motivadores para llegar a tu meta. “Aprender sin reflexión, es malgastar la energía”. Confucio. Seguidamente, las referidas reflexiones: “Muchas veces el problema es que no te quieres y por eso, buscas a alguien que te lo recuerde’’. Es necesario trabajar tu autoestima. “Será necesario reconocer tus errores, porque es la única manera de aprender y no volver a repetirlos”. Debes trabajar en no reincidir en los mismos errores. “Que alguien te escriba que te ama, no implica que sea verdad. Cualquiera escribe algo para manipularte. Lo sabrás cuando recuerdes que no te lo demostró cuando pudo”. Recuerda que las palabras nunca serán suficientes. “Nadie te jode, eres tú quien te dejas joder y aprender esta frase, es lo que te hace crecer”. Tú eres el responsable de ti mismo. “Hay una línea muy delgada entre ser Buena Gente y ser Idiota”. Reconocerla, es fundamental y no debes pasar ese límite. “Muchas veces mejorar nuestra autoestima implica, distanciarnos de aquellos que trabajan para bajárnosla”. Saber que no solo tenemos que alejarnos del ex, sino también, de aquellos que quieran revivirlo. “Aceptar el rechazo de otro, es un indicativo de que estás madurando. Nadie está obligado a quererte”. “No prometas algo que no tienes”. Para forjar el futuro, mejor trabaja en tu presente. “Lucha por un sueño, jamás lo hagas por un amor. Hay cosas que requieren de tu esfuerzo y hay otras que no necesitan ser forzadas”. Estar en sintonía con el amor. “Bloquear a alguien no tiene nada de malo. En cambio, estar bloqueando y desbloqueando a alguien constantemente si lo es”. Debes tener coherencia en tus acciones. “Ante una dificultad, siempre existe algún bonito aspecto que tienes que valorar’’. Puedes mirar a tu alrededor, siempre hay algo o alguien con mucho valor. “A veces no se trata de malos o buenos, se trata de una circunstancia que debes aceptar sin que sea necesario perder el tiempo y culpar a alguien o algo. En esta etapa, se acabaron los culpables”. “Si alguien duda de quererte, créeme que no te quiere. El amor es una certeza que no se puede ignorar”. Debes aprender del pasado para utilizarlo en el futuro. “El amor nace cuando lo ves y muere cuando dejas de escucharlo”. “Puedes ser amiga (o) de un ex solo cuando culmine tu proceso de duelo y cuando dejen de hablar de sexo y de amor entre ustedes. Algún día lo verás con otros ojos, ese será el día”. “Hay días malos y buenos y entender esta realidad, te puede ayudar a no desesperar y comprender que lo malo pasará y lo bueno nuevamente volverá”. Nada es eterno. “Muchas veces no es que quieres recuperar a esa persona, es que quieres recuperar el ego que perdiste cuando te dejó”. El ego no es amor. “Para conseguir algo, primero será necesario creer que existe. Si no lo haces, estarás destinado a jamás conseguirlo”. Cree en la luz al final del túnel. “En el amor no correspondido, la esperanza es lo primero que debes perder”. Pierde para ganar. “Pensar es gratis; piensa un poquito antes de actuar”. Controla tus impulsos. “Rendirse, no significa que no puedas volver a comenzar”. Permítete caer, solo así podrás volver a levantarte. “No busques cambiar a nadie, con que cambies tú, será suficiente”. Tú tienes el control de tu vida. “Si te vendes como la víctima, seguirás siendo el único culpable”. Ahora, debes ser el responsable. “Las parejas no terminan cuando deciden dejarse, terminan cuando comienzan a irrespetarse”. No permitas que te vuelvan a irrespetar, recupera tus valores. “No se puede perdonar si se sigue siendo estúpido; el perdón llega cuando se deja de serlo”. “A un ex no se le dan explicaciones y si se las das no es tu ex, sino que sigue siendo tu pareja”. Hay que tener coherencia. “Una pareja con historia, no puede comenzar desde cero. La historia no se borra”. Tenlo presente. “Vivir sin memoria, es vivir metiendo la pata”. Archiva tu conocimiento. “Cuando mueras no te llevarás nada, solo la experiencia de haber vivido”. Vivir es cambiar. “Pedir un tiempo es válido, perder el tiempo es opcional”. El tiempo no espera a nadie. “Estar solo no es malo, malo es pensar que te quedarás solo”. Todo es temporal y transitorio, hasta la vida. “Antes de marcharte, no olvides empacar tus sueños y tus ilusiones; ellos te pertenecen”. “Si un pasado no se va, un presente nunca llega”. Nunca lo olvides. ESCRIBIENDO TU HISTORIA “Si yo pude lograrlo, tú también lo puedes hacer. Es momento de que escribas tu propia historia de Superando a Tu Ex…”. Lugarte. EPÍLOGO El amor y sus consecuencias son a veces, como el nacimiento de una nueva vida en forma de bebé y que con el tiempo se va convirtiendo en un anciano arrugado, el cual progresivamente se prepara para ver sus recuerdos desvanecer y aunque el mismo sienta miedo y se resista a morir, un día llega la inevitable hora de partir, dejando así una lágrima, en aquellos que vivieron algo importante junto a él. Emerge la tristeza que inicialmente nadie puede borrar y que solo con el inevitable paso de los días, se podrá ir anestesiando el recuerdo de aquellos momentos, sí, ya que todo pasa y el tiempo no se detiene y es así como entre tanta suma del presente y tanta nueva e inevitable realidad, vamos aprendiendo poco a poco a remembrar, sin el dolor y con un mejor entendimiento de aquella situación vivida. Pareciera que nacimos destinados a morir y el amor no se escapa del significado de la vida. La muerte de un amor es tan natural, como la muerte de una vida, con la diferencia de que mientras exista vida, existe oportunidad. Aunque no sepamos qué hay después de la muerte, siempre nos gusta creer que hay algo más, ese es nuestro deseo de no querer morir jamás y lo más parecido a eso, es creer en la reencarnación; esa donde te ves obligado a una necesaria transformación; así como, la oruga que produce una metamorfosis capaz de transformarse en mariposa, donde en aquel inicio solo era un huevo estancado, luego pudo caminar en forma de gusano y finalmente, abrir sus alas para comenzar a alzar vuelo con las nuevas alas de mariposa. Es por ello, que, en definitiva, no somos el mismo ser de aquel inicio, porque hemos sufrido muchas transformaciones a lo largo de nuestra vida. Todos los sobrevivientes a la muerte o transformación de un amor, son los que finalmente podrán disfrutar de la nueva magia y dichosa metamorfosis. Hoy en día, existen muchos duelos sin resolver, duelos sumergidos en adicciones, depresiones, enfermedades, relaciones tóxicas, personas infelices con su propia compañía y muchos más; esos que terminan siendo víctimas de duelos no enfrentados y duelos mal llevados, que nunca llegaron a la liberación final. Sin embargo, tú lo lograste, te atreviste a conocerte, cuando más miedo tenías de hacerlo. Si llegaste a esta etapa de mi libro, habrás podido entender que nada ibas a poder hacer, para recuperar o retener a tu ex y que solo tenías que aceptar el significado de la pérdida y encaminarte en asumir esa bella responsabilidad llamada vida; donde quieres tomar el control con valentía, poder contemplar el nuevo brillo de tus días. Ese hoy, que gracias a ti puedes disfrutar. Entonces, habrás entendido que, si un pasado no se va, un presente nunca llega y un futuro nunca conocerás. Dicho futuro que hoy puedes ver con más calma y tranquilidad y que gracias a todos tus cambios y reflexiones, te permitirá conocer el aprendizaje, el de la aceptación, el perdón y tu necesaria liberación, entonces, habrás comprendido, que no era necesario utilizar a otra persona para sanar, ni mucho menos odiar para olvidar. Hoy tienes un equipaje mucho más liviano, para emprender un nuevo viaje. Si pudiste llegar hasta aquí y focalizar la atención de todas mis líneas en función de ti, te puedes sentir orgulloso (a), de estar en ese grupo selecto de Superando a mi Ex. Hoy, toca que escribas tu introducción en forma de historia, debes ser esa luz que ayude a otro a volar, el ejemplo esperanzador convertido en realidad, atrévete a escribir en la parte final de mi libro, tu superación de tu ex y recomienda esta guía práctica, para volver a ser feliz a un amigo (a) o conocido (a), con el cual un día te tropezarás y que te hará recordar, aquellos días tristes que te tocó transitar. La felicidad que un día descubriste con tu propia compañía, será la que nos permita vivir en un mundo de menos culpables y de personas más responsables. Ya tú te transformaste, tu ex fue la escuela, tú fuiste la voluntad de querer aprender y mi libro, el instrumento de superación. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Arguello, E. (2011). Cuando se Acaba el Amor: Estrategias de Afrontamiento, Duelo por Pérdidas Amorosas y Crecimiento Postraumático en Estudiantes Universitarios. [Trabajo de Grado en Línea]. Universidad San Francisco de Quito. Quito, Ecuador. Recuperada de http://repositorio.usfq.edu.ec/bitstream/23000/604/1/99784.pdf Beck, A., Rush, J. y Shaw, B. (1992). Terapia Cognitiva de la Depresión (Biblioteca de Psicología). [Versión Electrónica]. Cabo de villa, I. (2003). Las Reacciones del Duelo. Revista de Psicología. Vol. 30, Suplemento 3. Madrid. Recuperado de http://scielo.isciii.es/pdf/asisna/v30s3/original11.pdf Caruso, I. (1989). La Separación de los Amantes. 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