Ficha del personaje Nombre (apodo): Dirección: Apariencia física: Forma de hablar: ¿Qué palabras o muletillas tiende a usar demasiado? Lugar de nacimiento: Lugares donde ha vivido: Antecedentes familiares: Momentos importantes de la infancia: ¿Cuál es su mejor recuerdo de la infancia? Formación académica: Relaciones familiares: Estado civil: Hijos: Mascotas: Comida favorita: Aficiones: Música favorita: Programas de TV favoritos: Película favorita: Libro favorito: Habilidades especiales: Qué habilidad no tiene y le gustaría tener: Historia laboral: Filosofía de vida: Qué le hace enfadar: Cómo reacciona cuando está enfadado: Qué le hace reír: ¿Alguna vez se ha enamorado? ¿Cuántas veces? ¿Qué ocurrió? o Color de pelo: o Color de ojos: o Complexión: o Rasgos distintivos: o… ¿Cuál es su mayor temor? ¿Quién más conoce este temor? ¿Cuáles son sus debilidades? ¿Qué hay en su nevera? ¿Qué libro hay en su mesilla de noche? ¿Qué tipo de ropa viste? ¿Cuál es su idea de felicidad? ¿Cuál es su posesión más parecida? ¿Cuál fue su momento más feliz? ¿Qué es lo que más desprecia? ¿Qué es lo que menos le gusta? ¿Qué es lo que más lamenta? ¿Qué rasgo o característica propia le gusta menos? ¿Y en otras personas? ¿Quién es su héroe de ficción favorito? ¿Y en la vida real? ¿Alguna vez ha mentido? ¿Cuándo y dónde? Si pudiera cambiar algo de su pasado, ¿qué sería? Conociendo al protagonista de nuestra historia 1. Ponte en la piel de tu protagonista. ¿Cómo respondes a estas preguntas?: Nunca sabrías esto de mí sólo con mirarme, pero… Cada vez que creo que por fin voy a conseguir aquello que deseo, parece que… Una de las cosas que se me tienen que perdonar es… El peor día de mi vida fue… Mi mayor lucha la mantengo con… No tolero… 2. Nunca olvides que los personajes son quienes generan el argumento y no al revés. Así, pues, antes de comenzar a trabajar en él, pasa mucho tiempo con tus personajes. La siguiente propuesta sigue teniendo al protagonista como objetivo. De modo que sigue en su piel para hablar de: Algo que tienes que saber sobre mí es… (Sé sincero. Escribe como si tu protagonista estuviera contando un secreto personal. Permítete escribir sobre cualquier asunto prohibido). Estoy empezando a preguntarme por qué yo… Mis padres creen que soy… Lo que más admira la gente de mí es… Lo que menos me gusta de mí mismo es… Finjo haber perdonado… 3. Seguimos con nuestro protagonista. Continúa estas frases como si fueras él: La respuesta al problema que he venido evitando es… No me sorprendería que un día (yo)… Tiendo a hacerme la ilusión de que… El momento de mayor desafío en mi vida fue… Mi mayor secreto es… Yo nunca… Me cuesta decir sí cuando… Me cuesta decir no cuando… 4. Un ejercicio más dentro de la piel del protagonista: La acción más valerosa que he llevado a cabo fue… Y la acción más cobarde… El mayor sacrificio que mi madre hizo por mí fue… Y el de mi padre… Se hará justicia cuando… Lo que más ansío es… 5. Seguimos trabajando con el protagonista: Finge que eres el héroe de la historia y escribe durante 10 minutos, comenzando con: Algo que siempre he querido decir, pero jamás supe cómo, es… 6. Ahora como autor de la historia responde: ¿Sé verdaderamente lo que mi protagonista desea? ¿Tengo claro cuáles son las circunstancias en las que mi protagonista se daría por vencido? ¿Conozco cuál va a ser la transformación que va a experimentar a lo largo de la historia? Ahora escribe durante 10 minutos, imaginando a tu protagonista ya transformado, al final de la historia o ¿De qué manera se relaciona ahora con los otros personajes a causa de ese cambio? o ¿Qué es lo que ha aprendido durante sus peripecias a lo largo de la historia? o ¿Qué tipo de nuevas elecciones haría una vez transformado? Recuerda que una de tus tareas al crear a tu protagonista es la de hacerlo atractivo para el lector, de manera que éste pueda identificarse con él. Vamos a trabajar algunos ejercicios que nos ayuden a conseguirlo. Para ello, ten en cuenta que los lectores suele admirar los siguientes rasgos o características en el protagonista: excelencia en lo que hace (en su trabajo), sentido del humor, bondad, saber rehacerse ante las adversidades, sentir afecto por otros, saber perdonar… 7. ¿Crees que tu protagonista le gustará al lector? ¿Es atractivo tu protagonista (no estamos hablando ahora desde el punto de vista físico, aunque quizá alguna característica de esta naturaleza pueda ser incluida). Piensa en alguien a quien admires y reflexiona por qué: ¿qué tiene esa persona que hace que te guste? ¿Puedes dotar a tu protagonista con algunas de esas características? Haz una lista de razones por las que los lectores quisieran pasar tiempo con tu personaje principal. Ahora elige dos cualidades admirables que ejemplifiquen la naturaleza y personalidad del protagonista. Una vez que las has elegido, piensa cómo se las harás llegar al lector (recuerda: muestra, no cuentes). ¿Qué estrategias vas a utilizar para hacerlas evidentes a lo largo de la novela? 8. Vamos a intentar ganarnos un poquito más la simpatía del lector hacia nuestro protagonista: Imagina una escena o momento dentro de la historia en que tu protagonista perdone a alguien que no se lo merezca. Imagina una escena o momento dentro de la historia en la que tu protagonista se sacrifique por alguien o se resigne a perder algo que es muy importante para él. ¿Cómo podrías sorprender al lector a través de una acción noble que tu protagonista realice cuando menos se la espera? 9. Obliga a que tu protagonista te cuente: Lo que quiero es… Lo que necesito es… Mi dilema es… Conociendo al antagonista de nuestra historia El antagonista es otro de los personajes principales en la historia, por tanto, también se debe trabajar bien. Además de la información que puede recabarse de él a través de la ficha, debemos someter al personaje a un trabajo tan exhaustivo como hemos realizado con el protagonista. Recuerda que el antagonista también tiene un objetivo o deseo que anhela alcanzar. Debes procurarle, además, oportunidades para que lo logre (o no habrá suspense) y, por supuesto, dotarle de una naturaleza que interese al lector. Así pues, a la hora de crear al antagonista debes seguir unos pasos parecidos a los que ya recorriste cuando diste vida al protagonista. Ten en cuenta, que si no logras dar forma a un personaje opositor que sea capaz de enfrentarse al personaje principal y ponerlo en serios apuros, no captará la atención del lector. Y, además, debes asignarle algún rasgo positivo, incluso en ocasiones te interesará que el lector empatice con él. 1. Ponte en la piel del antagonista y utiliza aquellas preguntas que se trabajaron en el apartado del protagonista que creas que pueden ser útiles para dibujar al personaje antagonista. 2. Añade estas otras: Creo que mi papel en la vida es… La característica que más admiro en un hombre es… La característica que más admiro en una mujer es… La historia que les cuento a otros y que no es cierta es… Lo que más temo es… Cuando temo algo tiendo a… El punto de giro en mi vida fue… Me resulta muy sencillo… Me resulta difícil… Los cinco rasgos que más valoro de mí mismo son… 3. El antagonista también tiene un corazón… Vamos a intentar conocer un poco más de él. ¿Cómo respondes a estas preguntas?: Lo que me hace feliz es… Cuando me siento feliz tiendo a… Lo que me rompe el corazón es… Lo que me hace enfadar es… No creo en… Tengo falsas esperanzas sobre… Estoy lejos de entender… Me siento orgulloso de… 4. Obliga a que tu antagonista te cuente: Lo que quiero es… Lo que necesito es… Mi dilema es… El protagonista y el antagonista frente a frente 1. Durante 10 minutos, escribe un diálogo entre el protagonista de tu historia y el antagonista. El primero quiere algo que el segundo no está dispuesto a darle. Hazles hablar hasta que uno de ellos venza en esa lucha dialéctica.
