Subido por Karina Barturén

25-mujeres-en-la-ciencia-latinoamérica

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25
Mujeres
en la
Ciencia:
Latinoamérica.
25 historias inspiradoras de mujeres Latinoamericanas
que buscan cambiar nuestro mundo a través de la ciencia.
presenta:
25
Mujeres
en la
Ciencia:
Latinoamérica.
La reproducción total o parcial de este libro, ni
su tratamiento informático, ni la transmisión de
ninguna forma o en cualquier medio , ya sea
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incluido el derecho de venta, alquiler, préstamo
o cualquier otra forma de derecho del uso de
este libro. Las historias contenidas en este libro
pertenecen a sus autoras y no podrán ser
compartidas, distribuidas o divulgadas sin el
consentimiento expreso, por escrito, de ellas
de forma individual o agrupada.
3
25
Prefacio
El 2020 ha renovado la confianza en la ciencia y nos ha dejado claro
la importancia que tiene en nuestro día a día, para afrontar los desafíos globales
que más nos preocupan. Aun así, nuestro estudio anual del Índice del Estado de
la Ciencia en el mundo (SOSI) nos demostró, que, aunque se ha revertido la
tendencia de un mundo que se había mostrado cada vez más escéptico de
la ciencia, sólo el 69% de las personas encuestadas cree que la ciencia es
importante para la vida diaria. Sobre todo, las generaciones más jóvenes son
las más desconectadas del ámbito científico, cerca del 20% de las personas en el
mundo fueron desanimadas de estudiar alguna carrera relacionada con la ciencia.
A pesar de los notables avances logrados en las últimas décadas frente
al número de mujeres inscritas en carreras científicas, aún es muy reducido el
número global de investigadoras mujeres en el campo de las ciencias. De acuerdo
con datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y
la Cultura (UNESCO), menos del 30% de los investigadores en áreas STEM son mujeres.
En caso de América Latina, esta cifra asciende a un 45%, situación que nos da un
respiro y nos deja ver los esfuerzos realizados por tratar de reducir esta brecha.
En este mismo sentido, las disciplinas STEM han resultado ser la llave para
resolver algunos de los principales desafíos de la Agenda 2030 para el
Desarrollo Sostenible: desde encontrar soluciones para mejorar la salud y atención
médica hasta combatir el cambio climático.
No obstante a la importancia que muestran este tipo de disciplinas, las
mujeres han sido históricamente subrepresentadas en varios campos. Los
principales factores son complejos y variados, y algunos pueden ser más
influyentes en las diferentes etapas de la vida. Este tipo de disparidades se da en
mayor proporción en las aulas educativas a edades muy tempranas y continúan en
otros ámbitos, como son el estudio de carreras profesionales o incluso el acceso a
empleos generados en estas áreas.
Comprender el poder de la ciencia y su relevancia en el futuro, significa
entre otras cosas, tomar acciones impulsadas desde la inclusión, para facilitar a las
4
Mujeres
en la
Ciencia:
Latinoamérica.
mujeres igualdad de oportunidades para desarrollar y prosperar en carreras STEM.
Lo que se traduce en reducir la brecha de género, mejorar la seguridad económica
de las mujeres, garantizar una fuerza de trabajo diversa y talentosa, y evitar los
sesgos en el campo científico.
Por este motivo, 3M lanzó 25 Mujeres en la Ciencia: Latinoamérica, con el
objetivo de reconocer e impulsar el papel de las mujeres en el campo científico y
de la innovación así como amplificar la voz de la ciencia en la región. Esta
iniciativa buscó identificar a las 25 científicas emergentes que por sus
aportaciones, proyectos e historias —con impacto social— hayan destacado en la
región. Recibimos alrededor de mil postulaciones, que fueron revisadas por un
jurado calificador conformado por integrantes destacados —a nivel regional—
como académicos, líderes y/o especialistas de industrias científicas, a quienes
agradecemos todo su compromiso en este importante proyecto.
Después de una ardua revisión de los proyectos, y tomando en cuenta los
criterios de evaluación de la problemática a resolver, originalidad de la idea,
resultados y aplicación; el jurado de esta iniciativa seleccionó a las 25 científicas
emergentes en América Latina, las cuales presentamos en este libro. Sus historias
son una fuente de inspiración para todos y son un fiel ejemplo de cómo hacer de la
ciencia un elemento de impacto social positivo.
Finalmente, y a través de este libro, 3M busca rendir un homenaje a todas
aquellas mujeres que, por su labor, esfuerzo y dedicación en el ámbito científico,
han contribuido a mejorar la vida de las personas en toda la región.
Esperamos que disfrutes de esta inspiradora lectura,
Adriana Rius
Líder de Marca y Comunicación
3M Latinoamérica
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5
Categorías de proyectos
Contenido
Prefacio
25
Mujeres
en la
Ciencia:
Latinoamérica.
4
25 Mujeres en la ciencia.
Medicina
Salud
Ambiental
Energía
Neurociencia
Social
6
Humanitario
Christiani Andrade Amorim (Brasil)
10
María Isidora Ávila Thieme (Chile)
12
Josefina Ballarre (Argentina)
14
Paola Andrea Barato Gómez (Colombia)
16
Erika Bustos Bustos (México)
18
Milagros Cubilla (Panamá)
20
Silvana Luzmila Flores Chávez (Perú)
22
Johanna Marcela Flóres Castillo (Colombia)
24
Luiza Frank (Brasil)
28
Laura Alethia de la Fuente (Uruguay)
30
Jorgelina Noelia Gavotti (Argentina)
32
Irma Gerarda Horna Hernández (Perú)
34
Itzel Montserrat Lara Mayorga (México)
36
Lorena Díaz de León Martínez (México)
38
Dafni Mora (Panamá)
40
Marilí Lislee Mora Ángeles (Perú)
42
Leticia Oliveira (Brasil)
46
Kátia Omura (Brasil)
48
Carolina Parra González (Chile)
50
Silvana Pereira Rempel (Brasil)
52
Priscila Pineda-Villegas (México)
54
Andrea Ramírez Varela (Colombia)
56
Daniela Sáez Mahuida (Chile)
58
Daniela Ushizima (Brasil)
60
Judith Zavala Arcos (México)
62
El Jurado
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7
«Como parte de nuestro compromiso con la inclusión
y la equidad de género, 3M lanzó la iniciativa
25 Mujeres en la Ciencia: Latinoamérica, en donde
reconocemos a las grandes científicas y su impacto
en la vida de las personas alrededor del mundo. Las
distintas opiniones, permiten que la diversidad sea
mucho más enriquecedora; y sin duda, cada vez es
más necesaria para construir un futuro sólido. Como
empresa científica, es nuestra responsabilidad apoyar
y promover el desarrollo de nuevas ideas e iniciativas
que apoyen y promuevan espacios para las mujeres
y a su vez, mostrar la gran aportación que tienen en
el mundo.
Estamos muy satisfechos con la experiencia, ya
que recibimos más de 1000 proyectos innovadores
y con gran un impacto social de nuestras científicas
Latinoamericanas. Definitivamente hay talento entre
todas y todos. ¡Sigamos apoyando!».
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«La iniciativa 3M 25 Mujeres en la Ciencia:
Latinoamérica reconoce el protagonismo de las
grandes científicas, con sus historias, proyectos
inspiradores e impacto significativo en la vida de las
personas. Creo que la diversidad es esencial,
palpitante y construyendo un futuro cada vez más
justo y sostenible. Como educadoras, padres, líderes
y como empresa, tenemos que fomentar iniciativas
que promuevan cada vez más espacio para las
mujeres en las carreras científicas, contribuyendo
a la equidad de género en la ciencia y en nuestra
sociedad».
– José Varela Garza,
– Marcelo Oromendia,
Vicepresidente de Asuntos Corporativos
y de Gobierno 3M América Latina
Director General 3M México.
Director General de 3M Brasil.
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9
Christiani Andrade Amorim
Brasil
Desarrollo de un ovario artificial.
Cuando tenía doce años me encantaba la egiptología. Pasaba horas
leyendo sobre el trabajo minucioso de los arqueólogos en los sitios arqueológicos,
excavando, catalogando las piezas e intentando armar el rompecabezas de la
historia. Me enamoré del trabajo de investigación.
Primero me acerqué a la ciencia por curiosidad, por el anhelo de entender
cómo funcionan las cosas. Después, fue por el deseo de viajar y conocer el
mundo. El trabajo científico nos da la flexibilidad de ejercer nuestra carrera
en cualquier lugar.
La ciencia me maravilla tanto que me identifico con Carl Sagan. Cada vez
que Sagan hablaba sobre el Universo se percibía una genuina admiración por la
ciencia. Cada vez que hablo de mi trabajo, tengo la misma expresión soñadora,
mi encanto por la ciencia viene de la niña que llevo dentro. Pero como todas las
científicas, creo Marie Curie es el ejemplo más importante. Es imposible no pensar
en ella cuando hablamos de científicos notables. También admiro a tres científicas,
las "Trimatas": Diane Fossey, Birutė Galdikas y Jane Goodall. Por ellas ingresé a la
facultad de veterinaria, decidida a ser una científica dedicada a la conservación
animal, principalmente de primates no humanos.
Trabajando con reproducción encontré mi vocación que es ayudar a las
mujeres a tener una vida mejor. Pero mi sueño más grande como científica, es
que nazca un bebé sano después del trasplante de ovario artificial que estoy
desarrollando. Mi objetivo es desarrollar un ovario transplantable artificial bioinspirado, que sería una alternativa segura y eficaz para restaurar la función ovárica
en pacientes con cáncer que no pueden recibir un trasplante de tejido ovárico
criopreservado. En 2010, creé el concepto de un ovario artificial. El desarrollo del
ovario artificial es, por lo tanto, un cambio de paradigma importante, ya que su
principal objetivo es reemplazar no solo la estructura del tejido perdido, sino más
bien su función.
Empecé el proyecto sola en 2008 y en 2014 cuando me efectivé como
investigadora efectiva pude finalmente tener un equipo propio para trabajar en
este proyecto. Con base en estudios en animales realizados por mi equipo, puedo
decir que la viabilidad de este proyecto es significativamente alta. Sin embargo,
no hay forma de predecir cuándo estará disponible un ovario artificial para las
pacientes.
Mi equipo está formado por cuatro estudiantes de doctorado y una de
postdoctorado. Todas somos mujeres.
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María Isidora Ávila Thieme
Chile
Importancia relativa de la pesca artesanal y la productividad
primaria en los ecosistemas bentónicos de Chile central.
Cuando era pequeña y salíamos de vacaciones, a mi padre le
gustaba indagar sobre las propiedades de los diferentes elementos naturales,
aprovechabamos para tomar muestras de diferentes materiales para analizarlos.
Durante aquellos muestreos, mis hermanas y yo hacíamos de sus mini-asistentes.
Ya de vuelta en casa montaba sus experimentos: recuerdo que en uno de ellos se
propuso estudiar la capacidad de absorción de agua en diferentes maderas;
mientras lo acompañaba, me era inevitable ver el procedimiento, observar el
proceso y cuestionarme por qué unos trozos de madera se hinchan más que otros.
Esas experiencias con mi padre alimentaron mi mente curiosa.
Además de esta influencia que tuve desde pequeña, durante mi primer año
de carrera tuve que realizar un proyecto de investigación en un curso que se llama
introducción a la biología marina. Nos llevaron a campo para hacer observaciones
de los diferentes ambientes marinos y plantearnos una pregunta que tuvimos
que desarrollar a lo largo del curso. El proceso me maravilló, me hice muchísimas
preguntas, quería entender el porqué de todo. Asociando esta experiencia con la
de mi niñez, me di cuenta de sí o sí iba a hacer una carrera como científica.
Hoy como científica, me identifico con la Dra. Fernanda S. Valdovinos: es
mujer, es joven, es Chilena. Gracias a su propio esfuerzo ha crecido muy rápido en
su carrera. Es parte del cuerpo docente en muy buenas universidades de Estados
Unidos y mantiene una producción científica muy alta en revistas de prestigio.
Creo que podría describirme a mí misma, como una científica que es un ser
humano humilde y sencillo, que quiere comprender cómo funcionan los
ecosistemas a través de ciencia de calidad, para aplicar dichos conocimientos en
el uso sostenible de los recursos naturales.
Esta aspiración profesional también la llevo a mi vida privada: me hace feliz
cultivar mis propios alimentos y producir mis propios productos de uso personal.
Me encanta tener un estilo de vida autosustentable. Me apasiona levantarme cada
mañana y recorrer la huerta y observar su evolución. El huerto lo riego con el agua
de los lavados, por eso elaboro mis propios productos de limpieza en base a
materia prima orgánica. Todo esto ha sido a punta de ensayo y error, actividades
que suenan bastante simples pero que requieren de muchísimo tiempo, cuidado
y dedicación.
Me deslumbra cómo las observaciones y pensamientos de Darwin, dos
siglos atrás, nos han ayudado tanto a entender la naturaleza y siguen siendo
inspiración de una alta diversidad de estudios.
Quiero que mi legado científico contribuya al manejo eficiente de los
recursos naturales manteniendo, la estabilidad económica y social de los pescadores artesanales y la salud de los ecosistemas.
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Josefina Ballarre
Argentina
Recubrimientos funcionales y protectores sobre acero
quirúrgico para implantes.
En la escuela primaria, a los once años, tuve la oportunidad de
formar parte de un proyecto en la feria de ciencias local. Tan apasionadas fuimos
con nuestro experimento que pasamos a la instancia regional ¡y luego a la
provincial! Fue mi primer contacto con el método científico, y sobre todo, con
la divulgación de proyectos que ayudan a la comunidad. Era un proyecto sobre
tratamiento de aguas servidas mediante plantas acuáticas, ¡con diseño experimental y todo!
Siempre me gustaron las matemáticas, la química y la física. Pero la
medicina siempre atrajo más mi atención. Ingresé a la facultad de ingeniería para
estudiar ingeniería en materiales, porque la idea sobre los materiales biomédicos
me había entusiasmado. En el tercer año de mi carrera un profesor me ofreció
hacer una pasantía en su laboratorio, trabajando en recubrimientos vítreos
bioactivos para prótesis. Fue el comienzo de una unión de por vida. Mi doctorado
me llevó a trabajar en Brasil, España y Alemania. Rendí mi tesis doctoral con ocho
meses y medio de embarazo. Durante mi carrera científica siempre he tenido el
apoyo de grandes mujeres. Siempre apasionadas, conscientes y trabajando
en equipo.
Me hace feliz conocer otras culturas y tradiciones, compartir momentos con
mi familia y amigos, ver el mar y sentir su brisa. Me gusta mucho caminar, leer y
estar al aire libre. Pero sobre todas las cosas, trato de pasar tiempo de calidad con
mis hijos y mi familia. También disfruto mucho mucho de la cocina, a tal punto que
siempre me han dicho que podría vivir ampliamente de ello, si la ciencia y la ingeniería no funcionan.
Trabajo en el desarrollo de recubrimientos funcionales y protectores sobre
acero quirúrgico para implantes. Anhelo una sociedad más justa, en lo económico,
social y comunitario. Cuando todos nos unamos por un bien común, por empujar
todos la misma rueda, ahí estaré en las nubes. Particularmente, si yo puedo aportar mi granito de arena para ese sueño del bien común, estaré soñando despierta.
Me parece que el avance de la medicina para mejorar la calidad de vida de
la población es un logro constante, pero que se nota más marcadamente en los
últimos veinticinco años. Todo lo que está relacionado con la inteligencia artificial
y los biomateriales me parece fascinante y un avance que nos podrá ayudar
mucho en un futuro.
En un mundo ingenieril comandado por hombres, en Latinoamérica la
ciencia no se queda atrás. Siempre estoy intentando demostrar, como lo hicieron
mi “abuela” y mi “madre” científicas, las doctoras Susana Rosso y Silvia Ceré, que
es posible realizar grandes proezas más allá de la raza, el sexo o la procedencia.
Nuestro principal obstáculo no es la falta de científicas capacitadas, sino que,
muchas veces, las científicas nos vemos opacadas, invisibilizadas o escondidas
por el manto masculino.
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Paola Andrea Barato Gómez
Colombia
Glicoinhibidores de adherencia bacteriana en peces.
Desde los primeros semestres de la universidad me vinculé con el
grupo de investigación en patobiología veterinaria de la Universidad Nacional de
Colombia, en este grupo entendí lo que significa el trabajo científico y descubrí
una fuerte vocación: disfrutaba bastante de la lectura y el análisis de artículos
científicos, así como de los experimentos que llevábamos a cabo en el grupo.
Luego, cuando terminé mi carrera, trabajé con el grupo de investigación del FIDIC
(Fundación Instituto de Inmunología de Colombia), donde tuve la oportunidad de
integrarme a un equipo interdisciplinario de científicos de alto nivel.
Decidí dedicar mi vida a la patología porque me encanta entender cómo
sucede la enfermedad, y a través de ese conocimiento desarrollar estrategias para
prevenir enfermedades. Hice mi doctorado en Biotecnología, para aplicar en la
solución de problemas el conocimiento científico. Decidí ser empresaria científica
porque gracias a mi formación comercial durante el bachillerato tenía claro
tempranamente el objetivo de formar empresa. Tuve la oportunidad de unir mis
dos pasiones, la ciencia y la empresa y así siendo parte del Grupo de Investigación
en Patología de la Universidad Nacional de Colombia, iniciamos CORPAVET.
Con mi proyecto me he propuesto solucionar el problema de las altas
pérdidas económicas, el impacto ambiental y en salud pública, así como la
reducción de oportunidades de trabajo en la industría acuícola por cuenta de las
enfermedades infecciosas, a través del uso de la glicobiología para prevenir y
controlar estas patologías en campo.
Mi sueño como empresaria científica es que los científicos latinoamericanos
podamos desarrollar ciencia del más alto nivel desde nuestros países, que no
tengamos que sacrificar nuestras familias, nuestras costumbres, nuestras comidas
para buscar el éxito. Sueño con que generemos riqueza para nuestros países.
Identifico tres dificultades para para que una mujer haga ciencia en
latinoamérica. Primero: construir una legitimidad científica de alto nivel —de líder
mundial— con las limitaciones financieras y tecnológicas que tenemos en nuestros
países. La segunda es la situación financiera: Colombia, y buena parte de
Latinoamérica, no cuenta con un sistema de ciencia y tecnología estratégico y
consolidado que tenga una visión de futuro, sistemática, con orientaciones claras y
áreas consolidadas en las que pretenda invertir a largo plazo. El tercer gran desafío
es social, cultural y educativo: la mayoría de las personas con el mejor nivel de
formación salen del país; cuando se trata de temas tecnológicos tiene un sesgo
hacia el extranjero, en muchas áreas se prefieren los productos y servicios Made in
Other Countries que Made in Colombia; y las enormes deficiencias educativas que
tenemos en el aprendizaje del inglés o un segundo idioma también son un desafío.
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Erika Bustos Bustos
México
Proceso de tratamiento electrocinético con un arreglo de
electrodos circular para la rehabilitación biológica de suelo
contaminado con compuestos orgánicos in situ y on site.
Desde niña me interesó saber cómo funcionaban las cosas, así fue
como desarrollé la primera actividad del método científico: la observación. Conforme fui creciendo, observar cómo funcionaban las diferentes partes de una muñeca,
luego los motores o los péndulos, me llevó a analizar y estudiar otros temas que me
daban un mayor entendimiento de los fenómenos naturales y sus procesos.
Cuando estudié la licenciatura en ingeniería ambiental, durante los periodos
vacacionales trabajaba en el área de Seguridad e Higiene y Remediación de Suelos
Contaminados, me la pasaba en la biblioteca absorbiendo conocimientos
fundamentales que quería aplicar en el laboratorio y campo, fua ahí que decidí
estudiar una maestría en química analítica con especialidad en electroquímica, y
después un doctorado en electroquímica y un posdoctorado en química. Por ese
entonces, en Europa estaban publicando artículos relacionados con el tratamiento
electrocinético de suelos contaminados, y quise desarrollar esta línea de investigación en México. Es lo que actualmente hago como investigadora titular en
CIDETEQ, en Querétaro, México.
Mediante el tratamiento electrocinético de suelos contaminados, buscamos desarrollar una tecnología en beneficio del medio ambiente para reducir el
calentamiento global. Desde hace trece años, busco rehabilitar biológicamente
suelos contaminados al aplicar un campo eléctrico, y de esta manera mejorar la
distribución de nutrientes e incrementar el crecimiento de bacterias y hongos.
El proceso de tratamiento electrocinético consiste en un arreglo de electrodos circular para la rehabilitación biológica de suelo contaminado con compuestos
orgánicos tales como los hidrocarburos in situ y on site, empleando un ánodo central y seis cátodos dispuestos alrededor de dicho ánodo, este último, es modificado
con óxidos de metales de transición vía electroforética. El tratamiento también incluye la transformación de los contaminantes removidos mediante un proceso de
oxidación Fenton. El equipo lo conformamos cuatro científicos, los alcances del
proyecto pueden beneficiar a una comunidad de al menos 25 personas.
Mi investigación siempre ha buscado crear un mundo mejor y que tenga una
aplicación benéfica para el ecosistema y el ser humano. Esta forma de hacer las
cosas me recuerda al impacto positivo de Marie Curie, científica que admiro, y
con la que me identifico: la radiología móvil desarrollada por Curie se llevó a los
campos de batalla de la Primera Guerra Mundial para evitar la amputación de los
miembros inferiores y posteriores de los soldados, poniendo la ciencia al servicio
del ejército francés.
Además de la ciencia, disfruto de las artes plásticas, el cine, y la danza, y de
leer. Por eso quizá puedo resumir mi vocación en esta frase: El arte de hacer ciencia.
Creo que el principal obstáculo para que una mujer haga ciencia en
Latinoamérica se presenta cuando pensamos que, precisamente, como mujeres
latinoamericanas no podemos desarrollar ciencia y tecnología de calidad internacional.
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Milagros Cubilla
Panamá
Servicio de consulta farmacéutica enfocado en pacientes
hemato oncológicos y en cuidados paliativos.
En la universidad tuve la oportunidad de contar con el Dr. Mahabir
Gupta como mi asesor de tesis. A pesar de ser un científico exigente, me transmitió lo gratificante del aporte científico a la salud. Luego me inicié en el trabajo de
investigación con plantas buscando fármacos, ahí me di cuenta que a través del
método científico se puede buscar el bienestar de la humanidad, comprendí que
eso es lo que quería hacer, enfocada en resultados a mediano y corto plazo.
Lamentablemente perdimos al Dr. Gupta en esta pandemia, pero nos dejó su
legado, yo soy parte de ese legado. Si resumiera mi vocación en una sola frase
sería: Que mi vida sirva para cuidar otras vidas. Quizá, por eso admiro al
Dr. Gupta, pero también me identifico con el Dr. Xavier, uno de los protagonistas
de la famosa serie animada de X-Men: definitivamente no trabajamos en la misma
línea de investigación, pero me encanta Xavier, no solamente es un investigador
sino también un apasionado docente que planta la semilla de la enseñanza en sus
alumnos. Cada día, intento hacer algo parecido con mis estudiantes.
Aparte de la ciencia, la pintura y la fotografía me hacen feliz. Cuando tengo
tiempo libre normalmente viajo, conozco otros lugares y aprovecho para llevar los
resultados de nuestros trabajos a otros sitios. El objetivo de mi proyecto es
establecer un servicio de consulta farmacéutica enfocada en pacientes hemato
oncológicos y en cuidados paliativos, en el servicio de farmacia del Hospital
Regional Dr. Rafael Hernández. La consulta farmacéutica busca resolver las
necesidades de estos grupos de pacientes que, por su condición requieren una
respuesta inmediata. Una consulta única que, en casos muy puntuales, podría requerir de sesiones adicionales. Se busca protocolizar un servicio de este tipo en
beneficio del paciente. Las mayores evidencias en servicios farmacéuticos
enfocados en el paciente, en Latinoamérica, queda evidenciado en iniciativas
como las de Chile, que lo logran a nivel de atención domiciliaria. Las referencias
consultadas nos hablan del rol del farmacéutico en la atención directa del
paciente de muchas formas.
Los pacientes hemato oncológicos y en cuidados paliativos utilizan una serie
de medicamentos que, unidos a la carga emocional que genera su condición terminal, pueden generar dificultades en el manejo de su farmacoterapia, es por eso
que requieren del apoyo de un farmacéutico experto que optimice los resultados
terapéuticos y prevea la ocurrencia de problemas relacionados a medicamentos.
Para mí el logro científico más admirable al día de hoy, es el descubrimiento de
la penicilina, cambió la esperanza de vida de la humanidad. En ese sentido, sueño
con que mi trabajo científico, también resuelva las necesidades de nuestros
pacientes. Aquí, creo que el principal obstáculo, como mujer, puede ser ganarme
la confianza del entorno farmacéutico.
Al día de hoy, después de cuatro años, mi proyecto ha logrado alcanzar a
veinte pacientes con diagnósticos hemato oncológicos, principalmente. Pero se
prevé alcanzar aproximadamente a cien pacientes y sus familias.
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Silvana Luzmila Flores Chávez
Perú
Desarrollo y validación de una tecnología limpia para el
tratamiento integral de neutralización de efluentes y relaves
metalúrgicos basados en el empleo de agentes calcáreos.
En mi primera clase de biología, a los once años de edad, la maestra
nos pidió comprar un ojo de vaca para estudiar los nervios ópticos. Fue tan
impactante que a partir de ese momento, decidí que quería ser científica. Entendí
la importancia de adquirir y manejar el conocimiento científico para desarrollar
soluciones tecnológicas y mejorar la calidad de vida del ser humano.
Mi impulso para perseguir una carrera y una vida dedicadas a la ciencia se
basó en el sueño de ser una persona que cambie el mundo. En mi experiencia, ser
un agente de cambio es posible cuando uno cree en sus sueños, y estos se
transforman en ideas, que luego se transforman en inventos, que se convierten en
patentes verdes, constituyendo nuevas soluciones tecnológicas con gran impacto
social: una respuesta para contribuir al desarrollo sustentable y sostenible de una
comunidad o el planeta Tierra. Como lo hicieron Nikola Tesla o Marie Curie.
Si tuviera que resumir lo que hago en pocas palabras, sería: Ciencia,
tecnología e innovación al servicio de la descontaminación del mundo.
Mi anhelo científico más grande es descontaminar el agua y el suelo de
Perú, luego del mundo. Como estos territorios están siendo impactados por la
minería, es necesario implementar dos plantas portátiles de tratamiento de
remediación de residuos mineros, basados en la economía circular y azúl, con
enfoque de minería climática inteligente: una planta de tratamiento de aguas
industriales mineras para su conversión en agua potable; y otra planta de fabricación de ladrillos ecotecnológicos a partir de relaves descontaminados para
fabricar casas ecológicas.
El proyecto se basa en una innovación tecnológica disruptiva de impacto
global y exponencial (al estilo del proyecto de Internet satelital Starlink, de Elon
Musk), puesto que impactaría en la vida de 33 millones de peruanos, por el amplio
impacto multidimensional (social, económico, ambiental y tecnológico); con el
potencial de beneficiar la vida de 1 billón de personas en todo el mundo
El principal obstáculo como una mujer profesional para hacer ciencia en mi
país, es el desconocimiento de gestión de I+D+I (investigación, desarrollo e
innovación) para ejecutar proyectos de descontaminación basados en tecnologías
limpias con patentes verdes. Debido a que los actores estratégicos de la gestión
de la descontaminación de la minería son gerentes corporativos, que carecen del
conocimiento en gestión de patentes verdes, para su respectiva transferencia
tecnológica y su implementación estratégica en el sector minero.
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23
Johanna Marcela Flóres Castillo
Colombia
Bioconjugados de péptidos Ib-M con nanopartículas magnéticas biocompatibles como compuestos antibacterianos
alternativos contra Escherichia coli O157:H7.
En mi colegio no teníamos sesiones prácticas de química porque no
contábamos con laboratorios. Así que mi primer contacto con la práctica química
fue en el laboratorio cuando cursaba el primer semestre de la universidad. Fue
realmente emocionante ponerme la bata por primera vez: recuerdo que me sentía
como toda una profesional en medio de mi inocencia. ¡Imaginen la mente de una
chica de 17 años soñando con la creación de nuevos medicamentos al utilizar por
primera vez un matraz de Erlenmeyer!
Por otro lado, en mi casa, cuando era pequeña, teníamos la enciclopedia El
mundo de los niños, con la que pasaba a diario varias horas viendo las imágenes de
las estrellas, los planetas y los animales marinos, y me imaginaba viajando al
espacio o bajando a las profundidades del mar a nadar con los delfines. Luego,
cuando estaba en décimo grado, un tío me obsequió un libro para ayudarme con
mis tareas de química. El libro se llamaba Hola, química, y con él descubrí un
mundo maravilloso: recuerdo que el capítulo acerca de la química nuclear me
resultó particularmente emocionante, porque pude asociar muchas de las cosas
que había leído en la enciclopedia.
Desde siempre, he admirado a aquellas mujeres que en siglos pasados se
dedicaron a la ciencia, y que tuvieron que superar muchos obstáculos sociales y
políticos dada su condición de mujeres para desempeñar su labor y realizar
grandes aportes. Admiro especialmente a Marie Curie por sus investigaciones
científicas, pero también por su habilidad para combinar la vida familiar con la
profesional. Al igual que ella, trabajo junto a mi esposo en ciencia. Ambos tenemos
proyectos en conjunto y tratamos de distribuir nuestro tiempo entre la investigación y nuestra familia.
Ahora bien, considero que existen una infinidad de logros científicos que
han aportado a la mejora de nuestra sociedad; sin embargo, creo que el logro de la
conectividad digital abrió una infinidad de posibilidades facilitando la cooperación
científica. Esto fue muy evidente en el 2020, ya que nos vimos obligados a realizar
parte de nuestro trabajo a través de plataformas de conectividad. Por otro lado, en
estos momentos, mi mayor sueño es que los péptidos con los cuales estoy
trabajando, puedan saltar a una fase de estudios in vivo, y a futuro sean empleados
como antibióticos para el tratamiento de infecciones. En este proyecto
participamos cuatro docentes de la Universidad de Santander y una investigadora
de la Universidad de Buenos Aires.
En ámbitos no científicos, trato de pasar momentos de calidad con mis hijas
y mi esposo, cultivando valores, y teniendo siempre presente que la familia es la
base para una mejor sociedad.
Para terminar, la siguiente frase me define bastante bien y quisiera
compartirla: Confía en Dios, sueña en grande, planea bien, trabaja duro y los
milagros comienzan a suceder.
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25
«25 Mujeres en la Ciencia: Latinoamérica es la
primera edición del proyecto de 3M que busca
reconocer a las científicas emergentes de la región
que se hayan destacado por su labor en el ámbito
científico y de la innovación.
Es un orgullo para mí pertenecer a una empresa
que promueve la ciencia y la diversidad como
solución a diferentes problemáticas de la vida
cotidiana; como mujer latinoamericana velo por
la igualdad y paridad del liderazgo femenino y
estoy convencida que iniciativas como esta
contribuirán con un gran impacto en la sociedad».
26
«En Sudamérica, es una realidad, la participación de
las mujeres en la ciencia está muy lejos del ideal por
diversas razones que van desde lo económico y hasta
lo social. Programas como 25 Mujeres en la Ciencia:
Latinoamérica encarnan el deseo de muchos/as
personas y empresas como 3M, por empezar a
reducir esas brechas y promover historias y
experiencias fantásticas de mujeres científicas que
nos inspiran a tener un mundo más equitativo, donde
las mujeres puedan, a través de la ciencia, continuar
resolviendo los retos del mundo y mejorando las
vidas de todos/as».
– Ximena Auil,
– Luis Palenque,
Directora General de 3M Región Cono Sur.
Director General de 3M Región Andina.
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27
Luiza Frank
Brasil
Desarrollo de plataformas nanotecnológicas con imiquimode
para el tratamiento del cáncer de cuello uterino.
La primera vez que entré al laboratorio de mi universidad sentí algo
especial. Sentí un desafío de pensar cómo resolver diferentes problemas de salud
a través de mi conocimiento en el área. Durante esos cuatro años de investigación
para estudiantes de licenciatura, en los que trabajé en los campos de la biología
molecular y de la nanotecnología farmacéutica, tuve la certeza de que la investigación sería parte de mi vida. Me ilusionaba pensar en el impacto que podría
tener mi investigación para mejorar la calidad de vida de las personas.
Lo que me llevó a seguir una carrera científica fue la posibilidad de marcar
la diferencia en la vida de las personas desarrollando soluciones innovadoras
desarrolladas, trabajando en equipo con otras personas talentosas. La ciencia
también me atrajo porque brinda un espacio de desafíos constantes donde
siempre está disponible la oportunidad de adquirir nuevos conocimientos.
Además de esto, creo mucho en el potencial de la mujer, siempre me ha atraído
desarrollarme en un área donde pudiera demostrar que las mujeres tenemos
mucho que aportar. Creo que la ciencia es un espacio donde las mujeres todavía
tenemos mucho por lograr.
Mi vocación es enseñar y desarrollar las personas utilizando como base las
investigaciones científicas que desarrollo orientadas a generar impacto social.
Tengo una hija de cuatro años que nació durante mi doctorado. La maternidad es algo que me hace feliz, aparte de la ciencia. Mi hija me reta y me anima
a ser cada día más creativa y humana, algo que también me ayuda mucho en el
ámbito profesional.
Hasta hoy, mi mayor logro como científica fue realizar un postdoctorado en
la Universidad de Harvard, en el laboratorio de uno de los investigadores más
reconocidos en el campo de sistemas purinérgicos, el Dr. Simon Robson. Para eso,
logré una beca de investigación por CAPES. Este ese periodo adquirí conocimientos
en el área de inmunoterapia y biología celular, específicamente trabajando con el
sistema purinérgico y sus receptores en enfermedades autoinmunes y cáncer.
Participé en dos proyectos de investigación que buscaban entender cómo el CD39,
una proteína presente en nuestro organismo, y la bilirrubina, un compuesto
endógeno, estaban involucrados en pacientes con hepatitis autoinmune y
enfermedad de Crohn. Los resultados obtenidos en ambos proyectos fueron publicados en la revista Nature Communications y en el Journal of Hepatology,
publicaciones de alto impacto en la comunidad científica.
Mi sueño más grande es coordinar un laboratorio de investigación en Brasil
enfocado en temas fronterizos con asociaciones internacionales. A través de eso
podría desarrollar y capacitar recursos humanos para el bien de nuestro país,
además de investigar temas que puedan generar un impacto en nuestra sociedad.
Creo que uno de los principales obstáculos que enfrentamos las mujeres en
Latinoamérica es la falta de motivación en la infancia para creer que son capaces
de ocupar lugares en la ciencia y otras áreas difíciles y desafiantes.
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Laura Alethia de la Fuente
Uruguay
Desarrollo de indicadores psicopatológicos asociados al
consumo de pasta de cocaína (Paco).
Cuando cursaba la secundaria mi profesora de biología, Susana
Muñiz, nos llevó a conocer el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente
Estable y quedé flechada. Pocos años después, siendo estudiante de grado en la
Facultad de Ciencias, pude trabajar allí como ayudante en el laboratorio de
proteínas y ácidos nucleicos orientada por Alejandra Kun.
Siempre me apasionó aprender y quise hacer de la construcción de
conocimiento una vida. El momento clave que determinó mi decisión se presentó
en una clase de biología en la secundaria, en la que nos enseñaban las diferencias
entre el sistema endócrino y el nervioso. Recuerdo claramente que asedié a mi
profesora intentando entender cómo podíamos ir de las señales nerviosas a la
experiencia vívida que tenemos a diario del mundo. Su respuesta fue: “Bueno, eso
no lo sabemos”. Aún hoy, me cuesta entender cómo hemos podido ir a la Luna, sin
saber cómo funciona nuestro propio cerebro.
Muches investigadores e investigadoras han despertado mi admiración, y
tienen en común su integridad académica y humana. Algo que admiro es la
capacidad para hacer del conocimiento y el aprendizaje algo límpido, lleno de
asombro y alegremente placentero. Como Richard Feynman, Ernesto Blanco, Enzo
Tagliazucchi, Mario Bunge, o Silvia Bunge y Beatriz Luna, investigadoras del
desarrollo cognitivo con una genuina vocación por hacer de su conocimiento una
herramienta para colaborar con la sociedad.
Además de hacer ciencia, me hace feliz generar cosas. Actualmente no
tengo una militancia activa, pero en 2014 participé desde la Organización Civil
Pro Derechos en la fundamentación, desde el desarrollo cognitivo, de una línea
argumental para evitar una baja de la imputabilidad penal en Uruguay. Disfruto
mucho del arte en todas sus formas, particularmente me interesan las artes
plásticas y la literatura. Me gusta dibujar y pintar. Disfruto mucho de compartir
momentos con gente querida. Escuchar música en vivo, compartir una cerveza o
una comida con amigues son de las actividades que más disfruto. También disfruto
mucho del contacto con la naturaleza y conocer lugares nuevos. Siempre que
puedo me pego una escapada de Buenos Aires.
Como científica, quiero poder realizar experimentos y recabar datos que
sean orientadores en políticas públicas que maximicen las posibilidades de
desarrollo, particularmente para quienes no cuentan con un entorno favorable.
Tengo un proyecto en mente para adolescentes, que se enfoca en el desarrollo
de indicadores fisiopatológicos asociados al consumo de pasta de cocaína.
Actualmente estoy buscando las condiciones técnicas, económicas y de
colaboración que me permitan plasmarlo en los próximos años.
El principal obstáculo para las mujeres para hacer ciencia, es la inestabilidad
laboral y la falta de financiación en general. Esto redunda en limitadas posibilidades de desarrollar un plan de vida que contemple la concreción de los objetivos de
investigación académica en conjunto con los personales o afectivos.
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Jorgelina Noelia Gavotti
Argentina
Ecofloc.
Descubrí mi amor por la ciencia y por la enseñanza de ésta en el
secundario, pero fue en la universidad cuando lo afiancé. El trabajo en el laboratorio y las investigaciones de técnicas y proyectos en la escuela secundaria me
ayudaron a no dudar en mi decisión.
Si tuviera que definir mi vocación, sería algo como: pasión por enseñar;
búsqueda constante de alternativas nuevas sustentables; dejar una huella en
cada aprendiz que los motive y los haga más responsables con el medioambiente,
haciendo ciencia.
Mi logro más grande como científica sería, mediante mis investigaciones
sustituir un producto no sustentable por uno sustentable. Dejar mi granito de
arena en nuestro planeta. Y que todos mis desarrollos sean para ayudar a la
comunidad. Especialmente la más vulnerable. De ahí, quizá, que el logro científico
que me parece más admirable es el desarrollo de las vacunas. Y que admire a la
Dra. Eugenia Sacerdote de Lustig, la primera científica en probar la vacuna
poliomielítica en Argentina.
Con Ecofloc, el proyecto que he estado desarrollando desde hace tres años,
queremos purificar de manera efectiva, fácil y de bajo costo el agua de red de
condiciones no óptimas para beber; aguas de lluvia, arroyos, lagos o ríos, en caso
de situaciones de vulnerabilidad; utilizando materiales sustentables para el ambiente. Ecofloc utiliza la planta de tuna como floculante para tratamiento de aguas.
En la zona donde vivimos, en épocas estivales el agua de red no se encuentra en condiciones óptimas para beber, porque las plantas potabilizadoras
convencionales, no logran purificarla. En la Argentina, especialmente en el norte
de nuestra provincia de Córdoba y en provincias como Salta, Chaco y Santiago del
Estero, entre otras, hay localidades o asentamientos donde no cuentan con agua
de red, suministrándose con aguas de lluvia, lagos, ríos o arroyos, de condiciones
no aptas para el consumo. Además los floculantes utilizados en plantas de
tratamiento convencionales no resultan sustentables para el ambiente.
Si se utilizan los kits de purificación Ecofloc, de bajo costo, fácil utilización
y efectividad comprobada, es posible obtener agua óptima para consumo, tanto
en situaciones vulnerables, campamentos, u hogares, como en senderismo,
montañismo, caminatas, evitando el sobrepeso de las mochilas; cuyos sedimentos
además resultan sustentables para el ambiente.
Esto beneficiaría a unas 25 mil personas del Valle de Calamuchita y más de
3 millones de hogares de Argentina. Teniendo además expansión internacional ya
que la planta es nativa de toda América.
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Irma Gerarda Horna Hernández
Perú
Inventos en Bioingeniería para la Rehabilitación
de Ecosistemas Degradados.
Leer el Bereshit (el libro del Génesis hebreo) despertó mi inquietud
por el estudio in situ de todo los componentes de la Tierra. Quizá ése sea mi primer
acercamiento a la ciencia. Que luego reafirmé estudiando ingeniería forestal, un
maestría y el doctorado en Ciencias Ambientales, y viajando por diferentes
continentes y fotografiando la flora y la fauna silvestre, como lo hizo muchos años
atrás Alexander von Humboldt.
Y fue la pasión por conocer la verdad de las cosas lo que me hizo dedicar mi
vida a la ciencia. Mi inclinación a la disciplina está definida por la verdad de la
creación del mundo, sus componentes y sus criaturas
Pero también, como mujer de ciencia sueño con un gobierno mundial de paz,
con igualdad social, con una economía justa para todos los seres humanos, un ambiente saludable, y con una flora y fauna silvestre genéticamente limpia. Un sueño
cuyo principal obstáculo, al menos en Latinoamérica, es la discriminación por
género y por estudios superiores. En mi experiencia, ser maestra y doctora en mi
país significa no poder conseguir trabajo en ningún lugar, al punto de trabajar sola y
sin ningún apoyo económico, incluso lejos de mi hogar en Turquía.
Desde hace tres años trabajo en un proyecto para rehabilitar ecosistemas y
salvar fauna y flora de la extinción. Así como a los terrenos nevados del derretimiento glaciar. También para lograr desarrollar una minería sin daño al ecosistema.
Busco mejorar la vida del ser humano poniendo agua y más alimentos a su disposición, y un ambiente saludable, económicamente justo.
Lo anterior pretendo lograrlo a través de inventos en bioingeniería para la
rehabilitación de ecosistemas degradados. Algunos ya con patentes obtenidas y
otros en trámite.
La solución que planteo para regenerar ecosistemas degradados con
tecnología de bioingeniería, de dispositivos o herramientas, que surgieron del
conocimiento y estudio profundo de la problemática ambiental en cuanto al
calentamiento global, cambio climático, minería y conflictos socio ambientales,
y la pérdida de biodiversidad: flora y fauna silvestre producto de las bajas tasas de
polinización a nivel mundial; derretimiento glaciar debido al calentamiento global;
y taludes rocosos expuestos por minería y construcción de carreteras. Los tres
dispositivos son viables, han sido ampliamente revisados por entidades que otorgan
patentes, con base científica y teórica de antecedentes similares que garantizan
su funcionamiento.
De ser aplicadas estas tres tecnologías, es factible beneficiar a todo el Perú,
más de 30 millones de personas, a toda Latinoamérica y a todo el planeta Tierra.
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Itzel Montserrat Lara Mayorga
México
Cáncer en un chip: evaluación de fármacos en esferoides
de células de cáncer de mama utilizando micro-dispositivos
continuos.
En la escuela primaria donde estudié nos llevaban a hacer prácticas
científicas sencillas a un laboratorio. Aún conservo el recuerdo de ese laboratorio
como un lugar mágico y especial, en el que me gustaba mucho estar. Para mí, como niña, estar en ese salón era como entrar en otro mundo.
Pasaron los años y no me conformaba con el conocimiento básico de cómo
o por qué funcionan o existen las cosas. Siempre quise conocer todo más a detalle
y con más profundidad. Saber qué hay más allá de lo que se ve a simple vista. Este
deseo de búsqueda de conocimiento e investigación fue inspirado por mi madre.
Ella es una psicóloga fuera de lo común, que siempre está buscando las causas
bioquímicas, fisiológicas o neurológicas relacionadas con acciones o comportamientos. Definitivamente fui contagiada e inspirada por ella, al grado de
convertirme en su compañera en la constante búsqueda de la explicación
de las cosas.
Mi sueño más grande como científica, es la medicina personalizada. Desde
mi tesis de doctorado he estado muy interesada en el desarrollo de tratamientos
personalizados. Tomando en cuenta características biológicas y emocionales para
proporcionar un tratamiento realmente eficaz, a bajo costo y con reducidos
eventos adversos. Me emociona saber que, hemos dejado de pensar que la
enfermedad es igual en todos los pacientes y que se puede tratar de la misma
manera. Sueño con que llegue el día en que diseñemos tratamientos a la medida
de cada paciente y que mi investigación haya podido aportar algo para generar
esa nueva manera de tratamiento. De ahí mi proyecto cáncer en un chip, para la
evaluación de fármacos en esferoides de células de cáncer de mama utilizando
microdispositivos continuos.
Durante la pandemia de influenza AH1N1 en 2009, tuve la oportunidad de
colaborar en un equipo que desarrolló una vacuna recombinante en E.coli. Fui de las
primeras y pocas personas en México que trabajó cultivando este virus. Algunos
años después, la historia se repite en esta pandemia. Fuí parte de un equipo que
desarrolló métodos de diagnóstico para COVID-19. Haber participado en dos
momentos históricos, aportando soluciones científicas, que han podido ser
aplicadas de manera oportuna como parte de una solución a una emergencia
mundial es un logro que a nivel personal ha sido muy importante.
Creo que en Latinoamérica durante mucho tiempo, la mujer ha tenido que
cumplir con un rol que no precisamente era de desempeño profesional y menos
aún de involucramiento en áreas científicas. Como mujeres tenemos muy buenas
ideas y toda la capacidad para desarrollar ciencia, pero nos enfrentamos a
barreras que nos limitan y nos encasillan.
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Lorena Díaz de León Martínez
México
Identificación de perles de compuestos orgánicos volátiles en
el aliento exhalado por medio de una nariz electrónica como
propuesta de un método de detección para el cáncer de mama.
Mi primer contacto con la ciencia lo tuve cuando hice mi servicio
social en el mismo laboratorio en el que ahora trabajo. Ahí, me atrapó la química
analítica: comencé haciendo polímeros para remoción de contaminantes ambientales, luego inicié mi trabajo en comunidad, porque creo que la ciencia siempre
debe ser aplicada. Del trabajo comunitario aprendí que las herramientas para la
solución de problemas se encuentran al alcance de cualquier persona; siempre y
cuando se tenga la sed de aprender.
Cuando comencé mi tesis de licenciatura me di cuenta que quería ayudar a
la comunidad, deseaba resolver problemas desde una perspectiva que fuera más
allá del servicio social. Ese impulso por crecer, aprender y generar conocimiento,
no solamente para la comunidad científica, sino conocimientos aplicables a la
sociedad, fue lo que me animó a producir ideas que salieran del laboratorio para
generar beneficios tangibles.
Existen muchos científicos que considero admirables pero el Dr. Fernando
Díaz-Barriga, es uno de los que llama más mi atención: no solamente por su
calidad humana, sino porque gracias a él nuestros proyectos de investigación han
sido tomados en cuenta por autoridades mundiales dándonos la oportunidad de
llevarlos del escritorio al ámbito social.
Cuando salgo del laboratorio, me encanta leer, en especial libros de ciencia
ficción, y jugar con mi hijo.
Si tuviera que definir mi vocación en una frase sería: Ciencia al alcance de todos.
Al día de hoy, considero que la vacuna contra COVID-19 es el avance científico
más importante, esta pandemia es el problema mundial más grande en nuestra historia.
En un futuro me gustaría ver que mis metodologías han llegado a todos los
rincones del mundo, comenzando por el cáncer de mama y siguiendo por las
enfermedades de las mujeres que en este momento nos encontramos estudiando;
que las personas se beneficien de nuestros avances en estos campos.
Existen muchos obstáculos para las científicas, pero el más grande es la
cultura patriarcal instalada en nuestra sociedad, que nos otorga un rol de "amas de
casa", ése es un paradigma que necesitamos romper. Otro definitivamente es, al
menos en mi experiencia, el poco apoyo que la sociedad en general nos aporta a
las mujeres y en especial las mujeres que desarrollamos ciencia, ya que frecuentemente las personas piensan que la ciencia no es un "trabajo", y lo ven sólo como
estudio, aunado al hecho de que los reconocimientos que llegamos a recibir
siempre son puestos en tela de juicio.
En mi circunstancia, ser madre, divorciada, proveedora y jefa de familia,
requiere no solamente un apoyo económico, sino también el tiempo para dividir
las tareas del hogar, la crianza de los hijos, sumadas al trabajo científico. En
definitiva, la ciencia es un trabajo mucho más pesado para nosotras las mujeres,
pero es un camino que sin duda vale la pena recorrer.
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Dafni Mora
Panamá
Evaluación de soluciones de bajo consumo con miras a
edificaciones de energía cero en Panamá.
Como muchos, tuve mi primer contacto con la ciencia en los laboratorios de la escuela secundaria. Pero mi interés real surgió cuando terminé la
carrera de ingeniería. Luego de haber tenido algunas experiencias en el campo
laboral, tomé la decisión de continuar estudios de postgrado, ahí vi la posibilidad
de dedicarme a la ciencia.
Hoy, después de un tiempo, me encuentro evaluando soluciones o técnicas
de bajo consumo con miras a edificaciones a energía cero en Panamá. Mi proyecto consiste en evaluar la viabilidad de la aplicación de tecnologías de bajo
consumo, pasivas o semi pasivas, mediante simulación, con la intención de
desarrollar estrategias de optimización. También, evaluar el desempeño
energético de edificaciones de uso residencial y uso comercial en Panamá.
Y, evaluar la incidencia del comportamiento de los ocupantes en el desempeño
energético de un edificio a través de la aplicación de encuestas y simulaciones.
Por último, desarrollar modelos para predecir la ocupación de un espacio
mediante el uso de mediciones de parámetros ambientales. Hoy, a catorce meses
de inicio, el equipo de trabajo para el proyecto de reducción de consumo de
energía en edificios, lo conformamos un profesor coinvestigador, veinte estudiantes tesistas y asistentes de investigación, dos colaboradores internacionales
en Italia y cuatro colaboradores profesionales.
Los beneficios del proyecto se pueden medir en directos: en cuanto a generación de capacidades para los involucrados; e indirectos: para el país, ya que
los resultados pueden representar mejoras en el uso de la energía.
Ya hemos tenido resultados de beneficio: el enfriamiento pasivo a través
de ventilación natural; enfriamiento radiativo a través de techo verde; material de
cambio de fase como parte de la envolvente; distribución de la arborización; así
como estrategias bioclimáticas y biomiméticas. La evaluación de estas soluciones
ha dado resultados prometedores para incrementar el ahorro energético en nuestro clima y todo esto se ha realizado mediante simulación dinámica.
Hasta este momento se ha podido cumplir con todo lo definido en el plan de
trabajo propuesto, a pesar de la pandemia.
Creo que mi vocación se resume en la siguiente frase: La perseverancia es
más fuerte que el talento natural.
Admiro como la científica Marie Curie pudo desarrollarse tanto en el ámbito
profesional como personal. Pero también me identifico con la pareja de científicos ficticios Sheldon y Amy de la serie The Big Bang Theory. Para mí es muy
importante disfrutar con mi hijo y de la naturaleza. En mis tiempos libres me gusta
hacer ejercicio, bailar, leer y ver una buena película con mi hijo.
Sueño con la equidad hacia las mujeres científicas. Creo que uno de los mayores obstáculos para desarrollar la actividad científica de las mujeres radica en
la imposición de roles en la sociedad. Tenemos oportunidades limitadas de crecimiento profesional en las instituciones. Y el reloj biológico está en nuestra contra.
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Marilí Lislee Mora Ángeles
Perú
Desarrollo de un sistema automatizado de ferti-irrigación
para integrar el cultivo de paiche y banano a escala piloto.
Cuando era niña, recuerdo a mis hermanos mayores graficando
planos o realizando experimentos de química, esos dibujos y los tubos de ensayo
con reactivos de muchos colores, despertaron mi curiosidad y fascinación por
todo lo que se puede crear gracias a la ciencia.
Por otro lado, mi papá también me impulsó a convertirme en científica, él
siempre me repetía una y otra vez, sobre la sobrepoblación y la falta de alimentos;
resaltando la importancia del hombre del campo y como es que gracias a su
trabajo y esfuerzo llegan sus productos a nuestra mesa. Por eso me incentivo a ser
independiente e innovadora para fomentar el desarrollo de nuevos productos que
a su vez puedan generar nuevos puestos de trabajo, y eso busco plasmar en los
proyectos para que tengan un balance entre el beneficio ambiental, social y
económico. Trato de seguir también el ejemplo de otras científicas que admiro,
como Jane Godall o la bióloga Érika Cuéllar.
Creo que con la magia de la ciencia y la tecnología es posible asegurar el
pan para la siguiente generación, en tiempos donde los recursos son cada vez más
escasos. Por eso sueño con generar conocimientos que sean utilizados por los
pequeños productores para desarrollar una actividad agrícola y acuícola que sea
sostenible. Tal como el proyecto Paiche-Banano, donde se hace uso eficiente del
agua al utilizar los efluentes del cultivo de paiche en el riego de un cultivo de
banano orgánico bajo el enfoque de economía circular. Este proyecto se ubica en
Piura en una zona con estrés hídrico pues pertenece a la ecorregión del desierto
costero peruano; por ello, es muy importante aprovechar de forma adecuada el
agua en las diferentes actividades productivas de la región. En el caso del banano
orgánico tenemos que es uno de los cultivos que más demanda de agua tienen;
además el 80% de la producción de banano orgánico de Perú se desarrolla en esta
región, por eso se buscó una forma de darle más usos al agua.
Los resultados demuestran que es viable el cultivo integrado agro-acuícola
tecnificado, ya que además de usar el agua de forma sostenible permite
diversificar los cultivos y reducir el uso de fertilizantes gracias a los nutrientes
presentes en los efluentes.
Por lo tanto, este sistema puede ser escalable y se puede adaptar a otras
regiones y diferentes especies de cultivo. De este modo, se pueden minimizar
impactos ambientales, para preservar nuestros recursos naturales, y los impactos
sociales al incentivar a otras mujeres para que tengan un rol líder en estos rubros,
puesto que uno de los obstáculos que tiene una mujer para hacer ciencia en
Latinoamérica es el machismo, sobre todo en zonas rurales y rubros productivos.
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«La iniciativa 25 Mujeres en la Ciencia:
Latinoamérica se adhiere a la filosofía de 3M, en
donde consideramos que las innovaciones que
cambian el mundo requieren de visión, imaginación
y la capacidad de ver lo que no existe hoy. En ese
sentido, cuanta más diversidad haya en términos de
geografía, género, cultura y educación, es más
probable lograr y desarrollar invenciones disruptivas
en pro de la humanidad».
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«Como empresa de ciencia e innovación, 3M es
consciente de la importancia de la diversidad y está
comprometida con el tema. Somos una empresa
diversa con mujeres que trabajan en el área de
Investigación y Desarrollo con aportes relevantes
y trabajos de gran importancia para las áreas STEM.
Queremos fomentar el protagonismo femenino en
áreas científicas que antes se consideraban
masculinas, con el fin de contribuir al futuro de las
próximas generaciones de mujeres».
– Enrique Aguirre,
– Paulo Gandolfi,
Director General de 3M
Región Centro América y Caribe.
Director de Investigación, Desarrollo e
Innovación de 3M América Latina.
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Leticia Oliveira
Brasil
Inteligencia artificial en la detección
precoz de trastornos mentales.
Formar parte de un club de ciencias en la preparatoria transformó
mi vida. En este período aprendí los fundamentos básicos de la ciencia que hoy
me acompañan.
Lo que me llevó a dedicarme a la ciencia fue el deseo de conocer y estudiar
cosas nuevas. La posibilidad de transformar la sociedad con nuevos conocimientos, nuevas investigaciones. La posibilidad de cuestionar lo establecido. La
enseñanza y trabajar con estudiantes también fue un gran estímulo.
Recientemente, he estado involucrada en mucha divulgación científica, el
intercambio con la comunidad es muy enriquecedor. Particularmente la divulgación de la presencia de prejuicios implícitos, estereotipos de género, el fenómeno
de amenaza por estereotipo, me ha estimulado a mí y al grupo de científicos al que
pertenezco. Creemos que estas preconcepciones son fuerzas invisibles que
obstaculizan el avance de las mujeres y las personas negras en la ciencia.
Por estas razones es que admiro especialmente a las científicas pioneras.
Admirar a Marie Curie puede parecer un cliché, pero su vida profesional y personal fueron fantásticas. En Brasil, hay varias científicas inspiradoras, como Johanna
Döbereiner, quien revolucionó la agricultura. Entre las científicas afrodescendientes, están Virgínia Bicudo, una de las primeras psicoanalistas de nuestro país
y que cuestionó la democracia racial en Brasil. También debo mencionar a Nise da
Silveira, quien revolucionó la psiquiatría con su visión más humanista en relación al
tratamiento de los trastornos mentales.
Cuando termino una plática sobre la importancia de la diversidad en la
ciencia siempre digo: Pueden cambiar la velocidad, pero no la dirección. El camino es hacia adelante: ¡avancemos!
Mi vocación es transformar la realidad donde vivo, o al menos intentarlo.
Ése es el enfoque de mi proyecto, Inteligencia artificial en la detección precoz
de trastornos mentales.
Sueño y lucho por más diversidad en la ciencia. Hay pocas mujeres —especialmente negras— en los espacios de toma de decisiones y en las áreas más
tecnológicas. En primer lugar, la diversidad es una cuestión de justicia, en Brasil,
las mujeres y los negros constituyen la mitad de la población, pero también es una
cuestión de eficiencia. Una mayor diversidad entre científicos conduce a una mejor
ciencia. Existe evidencia convergente publicada en prestigiosas revistas científicas
que apuntan a esto. Son fundamentales las diferentes experiencias y puntos de
vista para las preguntas innovadoras e investigaciones realmente disruptivas.
El sesgo implícito generado por los estereotipos de género y raza es
una fuerza poderosa que obstaculiza el avance de las mujeres y de los grupos
minoritarios en la ciencia y la sociedad. Otro punto importante es la falta de
políticas de apoyo a la maternidad. Soy parte del movimiento Parent in Science
que ha hecho muchas contribuciones en este sentido.
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Kátia Omura
Brasil
Memoria de vida / Sexadapt.
Me di cuenta de cuánto me intrigaba y estimulaba el mundo de la
investigación, después de hacer un trabajo que tenía que ver con la creación de
números para la feria de ciencias de mi escuela. Posteriormente ingresé en un
curso de Terapia Ocupacional y participé en proyectos de desarrollo tecnológico
de bajo costo para la rehabilitación física y cognitiva. Estas experiencias hicieron
que me interesara en la vida académica. Entonces, fuí seleccionada a la maestría
en neurociencias donde desarrollé investigaciones sobre las enfermedades de
Parkinson y Alzheimer, y luego seguí con el doctorado.
Siempre he creído en el poder que tiene la ciencia para transformar la vida
de las personas, especialmente los aspectos sociales. En un país con grandes
diferencias sociales como Brasil, especialmente en la región amazónica donde
nací y crecí, vi la necesidad del desarrollo de la ciencia para mejorar la vida de las
personas. Después de participar en un proyecto para desarrollar una prótesis de
bajo costo para un paciente a quien le amputaron la mano derecha y que ya no
podía trabajar, pude ver la importancia que tiene la ciencia en la vida de las
personas. Esto fue lo que me hizo querer estar en este mundo para buscar una
mejora en la calidad de vida de las personas de mi región y quién sabe, del resto
del mundo también.
Con mi proyecto MemoryLife busco desarrollar una aplicación que
contenga juegos que ayuden en el entrenamiento cognitivo de las personas
mayores con demencia. Y con Sexadapt, el objetivo es desarrollar una aplicación
que mapee establecimientos cuya actividad principal sea el sexo y que sea
accesible para personas con discapacidad.
Una de las científicas que admiro hasta el día de hoy y que me inspiró para
realizar estudios de posgrado en neurociencia, es Suzana Herculano-Houzel.
Tengo una gran admiración por su trabajo en la divulgación de la ciencia.
Quizá por eso parte de mi vocación sea alentar a los jóvenes a resolver los
problemas que se encuentran en la sociedad de una manera innovadora. También
me gusta emprender. Soy una de las profesoras más comprometidas en el campo
del emprendimiento dentro de la universidad y siempre he animado a mis alumnos
a ser emprendedores.
Mi sueño como científica es ser capaz de popularizar el conocimiento para
todos. Vivo en un país donde el acceso al conocimiento es un privilegio de unos
pocos y el desarrollo de la ciencia está aún más lejos de la realidad de muchos
brasileños.
En Latinoamérica, los desafíos con los que nos topamos las mujeres para
hacer ciencia son varios. Vivimos en una sociedad extremadamente machista que
nos pone en una posición por debajo de la media de los investigadores hombres,
y aún nos hacen sentir culpables si nos dedicamos tanto a la ciencia, porque
todavía existe la creencia de que las mujeres deben sacrificar su carrera para
dedicarse a la familia.
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Carolina Parra González
Chile
Desarrollos nanotecnológicos para hacer más sustentables
y eficientes los procesos productivos.
Quienes seguimos el camino de la ciencia sentimos pasión por
entender. La ciencia está en cada nivel del universo, desde lo atómico hasta lo
cósmico. Eso es algo casi mágico, que si te engancha nunca te deja escapar. En la
universidad estudié física, pero siempre estuve interesada en otras ciencias, como
la biología y la química y en mi investigación he tratado de imprimir un enfoque
interdisciplinario que nos permita abordar problemáticas de mayor complejidad.
Justamente esto nos ha permitido desarrollar innovación nanotecnológica para
hacer más sustentables y eficientes los procesos productivos, que es el proyecto
presentado a esta convocatoria de 3M.
Existen muchas barreras para desarrollar nuestra actividad científica,
independiente del género. Sin embargo, en el caso de mujeres en ciencia, y en
ciencias tradicionalmente más “masculinas”, las brechas de genero hacen más
complejo el escenario. Para las mujeres en ciencia en Latinoamérica, existen
obstáculos que vienen desde la niñez, con roles femeninos tradicionales muy
arraigados en nuestra sociedad. El hecho de que no se visibilice el trabajo de
mujeres científicas acentúa además la percepción que somos bichos raros y nos
hace sentir poco adecuadas para seguir este camino. La falta de reconocimiento
de nuestro trabajo puede minar nuestra confianza en seguir adelante, a lo que se
suma la cultura académica que obliga a mujeres a tener muchos más méritos que
sus pares hombres para ser consideradas a su nivel.
Es por eso que me resultan admirables todas las mujeres que trabajan en
ciencias e ingeniería, quienes logran superar las barreras, desafíos y discriminación para seguir adelante, motivadas por su pasión. Veo día a día a mis amigas
y colegas enfrentar los paradigmas de género y las admiro por ser resilientes,
seguir adelante y ser una inspiración para otras mujeres y niñas. Por supuesto hay
mucho que corregir, para que mujeres talentosas no deserten y no se pierda esta
importante fuerza laboral, pero en la medida que se visualice nuestro trabajo,
estamos contribuyendo a acortar estas brechas.
Además de la ciencia, otra actividad que me llena de satisfacciones es la
docencia. Siempre he tenido vocación para enseñar y el hecho que haya sido
reconocida en varias ocasiones como maestra destacada en mi institución, me
hace pensar que los estudiantes valoran mi dedicación y esfuerzo por enseñar y
transmitir mi entusiasmo por las ciencias. Es fundamental ser comunicadores de
la ciencia para que la sociedad dimensione el rol y la contribución de nuestro
trabajo, por lo que al formar nuevas generaciones de científicos debemos
inculcarles esta vocación.
Finalmente, mi sueño más grande como científica es que mi trabajo pueda
mejorar la calidad de vida de la población. También, poder aportar a la disminución de brechas de género en la ciencia, de manera que las futuras generaciones
de mujeres científicas puedan tener el camino algo más tranquilo de lo que me
tocó a mi vivir.
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Silvana Pereira Rempel
Brasil
Sistemas poliméricos / Agentes activos
para el control de plagas de insectos.
En la escuela primaria, las clases de ciencias eran mis favoritas, ya
que solíamos hacer experimentos. Por lo general, hacíamos experimentos y los
presentábamos a los visitantes de las ferias de ciencia. Me fascinaba desarrollar
toda la investigación, luego el experimento y presentar el trabajo a los visitantes,
que solían ser maestros, estudiantes de otras escuelas y la comunidad escolar.
Junto a mis compañeros, recibimos varios premios por nuestras participaciones.
Desde niña siempre fui muy curiosa. Siempre quise saber el porqué de
las cosas. Fue en la ciencia donde encontré mi pasión y la respuesta a la mayoría
de mis preguntas. Supe que a través de la ciencia podemos encontrar soluciones
a los desafíos de la sociedad. ¡Eso es lo que me motiva a diario!
Como científica busco una solución a los impactos relacionados con el
medio ambiente y la salud, tanto para los consumidores como para los
agricultores. La mayor resistencia de las plagas a los insecticidas ha provocado
perturbaciones en la productividad del sector. Investigaciones en el área
demuestran que en los últimos diez años, el uso de agroquímicos en Brasil
aumentó en 190%, mientras que en el resto del mundo el crecimiento fue de 93%.
Desde 2008, Brasil ha sido el mayor consumidor de pesticidas del mundo. Ante
este escenario, entendemos que es necesario y urgente buscar alternativas
sostenibles en el manejo de plagas agrícolas y en la protección de plantas en la
agricultura, reduciendo o eliminando el uso de agroquímicos.
Hoy, podría describir mi vocación con esta frase: La curiosidad me lleva a
donde quiero y yo llevo conmigo la curiosidad que me hace despertar e instigar el
pensamiento en los demás. Como mujer dedicada a la ciencia, anhelo inspirar a
otras chicas para que sigan una carrera científica. Con perseverancia y confianza
podemos generar resultados científicos e impactar positivamente a la sociedad.
Entiendo que no solo en América Latina, sino en todo el mundo, el tema de
la equidad de género sigue siendo un gran obstáculo para que las mujeres hagan
ciencia. Desde una edad temprana, cuando tienen acceso a la educación, se anima
a las niñas a seguir carreras que tienen más que ver con el cuidado, mientras que a
los niños se les anima a participar en actividades técnicas y científicas. En etapas
más avanzadas de la carrera, el panorama denota una asimetría en la distribución
e influencia de las mujeres. En Brasil, sólo uno de cada cuatro investigadores
senior A1 es mujer, el nivel más alto entre las categorías establecidas por el
Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico. Aun así, la inversión
concedida en el grupo de productividad de la investigación es de hasta 100
millones más para los hombres, según la organización Gênero e Número.
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Priscila Pineda-Villegas
México
Regulación del Balance Polycomb vs Trithorax por
Mesenchyme Homeobox 2 en la progresión del cáncer
pulmonar.
Cuando niña mi museo favorito de la Ciudad de México era el
Universum, solía decirle a mis padres que yo quería estudiar en una escuela tan
grande como esa y aprender cosas como las que había ahí. Tenía diez años más o
menos cuando vi en ese museo a un hombre de pelo desaliñado que usaba una bata
blanca, lentes de seguridad, guantes azules y que revolvía vigorosamente líquidos
en un vaso, él estaba haciendo reacciones de cambio de acidez con colores que yo
nunca había visto, parecía magia. En ese momento lo supe: quería hacer ciencia.
Por azares del destino, decisión o de forma aleatoria llegué a la carrera de
biología en la Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la UNAM. Ahí aprendí,
—entre otras cosas— las causas probables de las enfermedades a nivel molecular
y no sólo eso, sino también el desarrollo de terapia que mejora la calidad de vida de
mi raza, por la que habla mi espíritu. Considero que una de las mejores formas
de retribuir a mi país y a mi universidad es motivando a más personas a involucrarse en las áreas de la ciencia y la tecnología mediante la divulgación: mientras
más seamos en el terreno de la ciencia, mejor será el desarrollo de nuestros países.
Definiría mi vocación con esta oración: Pasión por el conocimiento, el entendimiento de la vida a todos los niveles.
Desde que aprendí a manejar moto, "salir a rodar" es una de las actividades
que me hacen sentir más dichosa. Incluso es una forma de terapia, salir en mi
motocicleta, tanque lleno, sin rumbo fijo. De hecho es muy parecido a lo que hago
como científica: constantemente busco entender los paisajes epigenéticos del
cáncer, jamás avanzo de forma lineal con los resultados por la heterogeneidad
tumoral, a veces ya no sé qué hipótesis debo falsear. Entonces me detengo a
verificar si el rumbo que estoy tomando es el correcto para no perderme y continuar el camino aún más motivada.
Al día de hoy considero que el logro científico más admirable es el esfuerzo
colectivo de la comunidad científica para disminuir los estragos de la actual crisis
sanitaria. Desde el tratar de entender cómo el problema se tornó tan grave, la viralidad, las curvas de contagios, las cifras epidemiológicas, las predicciones de
capacidad hospitalaria y de insumos para su tratamiento. Se están compartiendo
cantidades astronómicas de información que nos permiten abordar de forma
integral la pandemia por SARS-COV-2 de la manera más eficiente posible. Gracias a
todos los que han estado sumando esfuerzos para el control de la enfermedad.
Como científico mi sueño es trascender en el camino del conocimiento,
aportar información de calidad y excelencia para el abordaje y tratamiento del
cáncer, apoyar el desarrollo del país motivando a más personas a involucrarse en los
diferentes campos de la ciencia. Como mujer en la ciencia me siento con la responsabilidad de poner en alto el trabajo intelectual y experimental de todas las mujeres,
motivar a las niñas a sentirse capaces de aprender cualquier cosa, hacerles entender que como mujeres somos perfectamente capaces de hacer cualquier cosa.
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Andrea Ramírez Varela
Colombia
Efectividad y adherencia del uso de protectores faciales
cerrados para la prevención de la transmisión de COVID-19.
Mi pasión es el funcionamiento del cuerpo humano desde el punto
de vista químico, molecular, físico, biológico, fisiológico, patológico y clínico. Fue
en 2004 cuando tuve mi primer contacto real con la ciencia, al momento de estar
estudiando medicina, la cual me resulta una disciplina científica maravillosa, y
llena de preguntas relacionadas con los procesos de salud y enfermedad humanas.
Fue gracias a ella que decidí dedicarme a la epidemiología y a la investigación. En
resumen, mi amor por la ciencia, la medicina y la humanidad, se encuentran
reunidos ahí, en la epidemiología.
Mi amor por la ciencia también se lo debo a mi familia, que son amantes de
la cultura y la filantropía. Gracias a ellos, entendí la importancia de la educación y
de contar con un propósito de vida, que pudiera impactar a muchas más personas.
Finalmente, mis profesores y mentores durante la carrera profesional han
sido un elemento muy importante en mi trayectoria. En el 2020, y a pesar de la
pandemia, tuve la fortuna de conocer y comenzar a trabajar con grandes mujeres
científicas, que me han inspirado a continuar con mi línea de investigación en vigilancia epidemiológica como Silvia Restrepo, Zulma Cucunubá y María Lucía Mesa.
Con respecto a mi trabajo, éste busca determinar la efectividad y
adherencia del uso de protectores faciales cerrados (llamados Cascos de vida
por el Programa para el desarrollo de las Naciones Unidades) más tapabocas
quirúrgicos en comparación con el uso de tapabocas quirúrgicos para la prevención de nuevas infecciones por SARS-COV-2 en adultos trabajadores de la ciudad de
Bogotá, Colombia.
Desde mi experiencia profesional, considero que el principal obstáculo que
se le presenta a una mujer para hacer ciencia en Latinoamérica tiene que ver con la
falta de tiempo para dedicarse a la investigación en muchos cargos. Los múltiples
compromisos que se adquieren en la vida académica para poder progresar en el
escalafón profesoral, impiden en muchos casos que las ideas y los proyectos se
materialicen en un corto plazo; principalmente por falta de tiempo protegido para el
investigador y limitación en recursos para establecer equipos de investigación sostenibles que conlleven a estudios de alto impacto. Esto hace que en la mayoría de
los países latinoamericanos continúe el fenómeno denominado “fuga de cerebros”.
Es increíble que actualmente las mujeres somos las que más estudiamos
medicina y otras carreras afines a la salud. Por esto, es fundamental para nuestro
futuro impulsar su participación en la ciencia. Es en ese sentido, que puedo
definir mi vocación en esta frase: Generar nuevo conocimiento que pueda ser
puesto al servicio de la salud, la prevención y control de enfermedades y sus
factores de riesgo.
Mi sueño como científica es que los resultados de mis proyectos se
conviertan en políticas públicas e intervenciones en salud, que cumplan su
propósito de generar un beneficio en la población.
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Daniela Sáez Mahuida
Chile
I-sense.
A los doce años llegué a un colegio en el que un grupo de chicas
estaba formando un taller de robótica, habían convencido a los directivos de
comprar un robot de Lego, con la condición de aprender a programar autodidactamente desde Internet. Ese robot fue mi primer acercamiento a la programación
y a la robótica. Quedé encantada desde ese primer contacto.
Creo que desde temprana edad me di cuenta que las áreas STEM (Science,
Technology, Engineering and Mathematics) [Ciencias, Tecnología, Ingeniería y
Matemáticas] son espacios democráticos que pueden impactar de mil maneras
positivas la vida de las personas. No se necesita ser millonario para tener grandes
ideas o aprender a programar. Provengo de una familia en la que mi padre no sabe
ni leer ni escribir, y mi madre no llegó más allá de 8º grado básico, son personas
que trabajan en la construcción y en el hogar. Ellos me inculcaron que el estudio
era la única forma de salir de este círculo de trabajos muy sacrificados y con bajos
sueldos. Afortunadamente desde muy pequeña supe que quería estudiar algo
relacionado con la robótica. Uno de los proyectos que realicé cuando era
adolescente hizo llorar de emoción a una de las personas que lo probó, que había
quedado ciega a los diez años, y en ese momento ya de cuarenta y seis, sin ayuda
de otro ser humano, por primera vez pudo saber de qué color era su casa y los
colores de su ropa. Desde ese día supe que tenía la responsabilidad de enfocar la
ciencia y la robótica a proyectos con sentido.
Me encanta dar charlas motivacionales contando mi experiencia en el área,
aprender cosas nuevas y también ser voluntaria en organizaciones que trabajen
derribando brechas de género. En mis ratos fuera del laboratorio me gusta nadar,
dibujar y pintar con acuarelas, hacer figuras de pepakura, cantar y tocar instrumentos, además de ser gamer. También compartir con mis amigos y familia.
Sueño poder trabajar con tecnología, que impacte a personas con
capacidades diferentes, que les ayude en su día a día, y que sea accesible porque
muchas veces estas personas viven con dificultades económicas.
De cierto modo, he comenzado a lograr este sueño: representé a Chile en
una feria internacional de emprendimiento realizada en Estados Unidos, con el
proyecto I-Sense, enfocado en el beneficio de las personas con discapacidad
visual. En ese entonces yo no podía creer que mi idea era tan buena, pero los
colegas de China, India, Corea, Estados Unidos y Canadá, potencias mundiales,
estaban impactados por el proyecto ¡e incluso me preguntaba en dónde lo podían
comprar! Ese fue un punto decisivo en mi vida, para mí ahí se desvaneció la idea
de que de Latinoamérica no salen grandes ideas, eso algo que frecuentemente
suelen pensar los jóvenes e incluso adultos profesionales.
Aunque el principal obstáculo hoy en día, para que las mujeres
latinoamericanas hagamos, es desmitificar que la ciencia y tecnología es terreno
de hombres. Todos y todas podemos tener talento y grandes ideas, que contribuyan a mejorar la sociedad y el mundo.
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Daniela Ushizima
Brasil
Centro de inspección y reconocimiento celular (CRIC).
Mi primera infancia fue humilde, pero tuve la oportunidad de vivir la
ciencia de una manera libre y divertida. Mi casa estaba cerca del garaje del rancho
donde se almacenaban productos agrícolas. Era mi escondite favorito. Allí pasé
horas viendo motores, imaginando cómo podía construir mi propio tren, el tren que
me llevaría a la casa de mi abuela, que vivía a 600 km de distancia. A los cuatro
años “aprendí” a guiar un tractor Massey Ferguson 35, y logré “conducirlo” hasta el
hoyo más cercano, a un metro de distancia. Mis padres entendieron que parte de
mis experimentaciones eran travesuras de niños, pero también tuve mucha suerte
de que alentaran esa curiosidad por entender cómo funcionan los motores.
Fueron varios los factores me llevaron a perseguir una carrera y una vida
dedicada a la ciencia, por ejemplo: la manera de ser de mi mamá me acercó a la
lectura. Otro factor decisivo fue el acceso a una educación básica pública de
calidad, con mis maestras Maria Alice Di Pietro Lima e Irma Paro Scremin, que
me animaron siempre a aprender más y más.
Quizá por esa influencia femenina temprana es que me identifico mucho
con la científica Ada Lovelace. Siempre me han gustado las matemáticas, las
calculadoras, el ábaco. Desarrollar programas informáticos es un gran desafío
y una de mis grandes pasiones. Otro punto que tenemos en común, es que Ada
murió de cáncer del cuello uterino y yo vivo para intentar entender mejor esa
enfermedad.
Me enorgullece haber creado un software de recomendación de imágenes
llamado pyCBIR, que nos permite clasificar células, imágenes de rayos X, hojas de
plantas y más. Fue un trabajo de equipo colosal, contó con el apoyo de profesores
del estado brasileño de Piauí, formó parte de sus actividades de doctorado en
Berkeley, bajo mi dirección.
Como científico, mi sueño más grande es despertar el interés por la ciencia
y el aprendizaje en mujeres y hombres, ya que el aprendizaje automatizado ha
avanzado muy rápidamente. Las máquinas pueden aprender mucho, pero aún
están lejos de reemplazar la empatía y la ética de las personas que crean
estructuras fantásticas para el avance de la humanidad. Es por eso que el campo
de actividad relacionado con el CRIC (Centro de Reconocimiento e Inspección de
Células) es humanitario y el objetivo general es construir una infraestructura
digital que ayude y acelere los análisis de células realizados, tareas que dependen
de los patólogos, especialmente cuando se examinan muestras obtenidas
mediante Papanicolaou convencionales.
Creo que uno de los mayores obstáculos para realizar ciencia en
Latinoamérica es la escasez de fondos para la investigación y la falta de iniciativa
gubernamental en proyectos de educación. Campañas de desinformación acerca
de la Ciencia también son obstáculos adicionales para las científicas brasileñas y
latinoamericanas.
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Judith Zavala Arcos
México
Sistema de cultivo de dos pasos para células de endotelio
corneal como alternativa al trasplante de córnea.
Durante mis estudios en la universidad me fue muy gratificante
comprender las funciones del cuerpo y cómo se generan las enfermedades relacionadas a eventos microscópicos que suceden en las células, así como el papel
de las moléculas. Luego, durante el servicio social en el servicio de hematología,
realizaba la toma de sangre de los pacientes y llevaba a cabo análisis para el
diagnóstico y seguimiento de leucemias y otras enfermedades. Creo que la ciencia
aplicada para el tratamiento, diagnóstico, y seguimiento, fue realmente mi primer
contacto con este sistema del conocimiento.
También fue durante mi servicio social que me pregunté si podría investigar
una cura o prevención para mejorar la calidad de vida de los pacientes. Entonces
decidí estudiar la maestría y doctorado en biotecnología con la intención de
participar en proyectos enfocados al área de la salud. Quería que mi vocación se
definiera como: la ciencia puesta al servicio de los demás, para el bien común.
Seguir los pasos de mis admiradas científicas Mileva Marić, Lillian Moller Gilbreth,
Rosalind Franklin, Marie Curie o Eugene Clark.
Desde hace nueve años he estado trabajando en desarrollar endotelio
corneal funcional por ingeniería de tejidos que pueda utilizarse para trasplante.
Nuestra investigación ha ideado un método para aislar y cultivar células de
endotelio corneal manteniendo sus características funcionales. Con este método,
es posible obtener de una sola córnea, células suficientes para al menos tres
trasplantes. Generando una solución a la escasez de tejido donante. Este proyecto
tiene el potencial de habilitar el uso de córneas no viables para trasplante debido
al conteo celular o de aumentar el número de trasplantes posible a partir de una
sola córnea. En México, este proyecto beneficiaría a las más de 7 mil personas en
lista de espera para un trasplante de córnea. En el mundo, a alrededor de 5
millones de personas. Se estima que la mitad de los casos de ceguera corneal son
debidos a falla en el endotelio de este tejido, provocada por enfermedades o
traumatismos. Una vez dañado, el tejido no se regenera y el daño puede progresar
hasta generar ceguera. El trasplante de córnea es la estrategia terapéutica, pero se
enfrenta a la escasez de donadores y las complicaciones postquirúrgicas.
Fuera del laboratorio me hace feliz ser una madre que sigue aprendiendo y
permitirme ser principiante en otras cosas. También leer, practicar el ciclismo de
montaña, tomar cursos, seminarios o pláticas en otras áreas ajenas a la ciencia.
Creo que uno de los principales obstáculos para las mujeres que queremos hacer
ciencia en Latinoamérica, es esa cultura de que la mujer que trabaja no debe desatender otras áreas de la vida, que son estereotipadas como exclusivas del género.
Como científica mi sueño más grande es poder ver cristalizados los resultados de las investigaciones en el tratamiento para los pacientes. Que nuestros
resultados beneficien a las poblaciones más vulnerables. Ver en movimiento a la
medicina traslacional en la que contribuimos.
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25
Jurado
Chile
Dra. Dora Altbir Drullinsky
Brasil
Doctora en Física, directora del Centro para la
Nanociencia y la Nanotecnología, Cedenna y
académica de la Universidad de Santiago de Chile.
Recibió el Premio Nacional de Ciencias Exactas 2019
por sus estudios en magnetismo a la nanoescala.
México
María Emilia Beyer
Ilya Espino de Marotta
Brasil
Dr. Illia Galo Soler
México
Alejandra Ruiz León
Estudió bioquímica y su pasión por la ciencia la llevó
a dedicarse a su difusión. Especialista en historia de la
ciencia y creadora de Mitocondria, empresa dedicada
a la comunicación de la ciencia y la creación de
proyectos educativos de popularización científica.
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Dra. María Esther Orozco
Investigadora Nacional Emérita - Coordinadora
del consorcio de científicos mexicanos que busca
acelerar el desarrollo de la vacuna para COVID-19.
Colombia
Doctor en química especializado en nanotecnología.
Se desempeña como Investigador Superior del
CONICET en el Instituto de Nanosistemas de la
Universidad Nacional de San Martín (INS-UNSAM),
que fundó y dirige como decano desde 2014.
Perú
Ana Flavia Nogueira
Licenciada en Química por la USP y con un doctorado
en Química por la UNICAMP, profesora del Instituto de
Química de la UNICAMP y directora del Centro de
Innovación en Nuevas Energías (CINE). Su investigación
se centra en el desarrollo de materiales (nano) funcionales y su aplicación en la conversión de energía solar.
Subadministradora y Vicepresidenta de Operaciones
del Canal de Panamá. Fue la responsable de liderar
el programa de expansión de la vía interoceánica,
uno de los proyectos más ambiciosos de la ingeniería
contemporánea.
Argentina
Sonia de Menezes
Ingeniera química y doctora en química orgánica por la
UFRJ de Brasil. Ha coordinado y participado de 70
proyectos de investigación internos, y en cooperación
entre PETROBRAS y universidades e instituciones
nacionales e internacionales. Ha publicado 2 capítulos
de libros, 100 artículos científicos y 10 patentes.
Directora del museo Universum: primer museo en
México dedicado a promover la ciencia y la
tecnología al público dentro del ámbito universitario
y escolar, y que tiene la misión de “contribuir a la
formación de una cultura científica y tecnológica”.
Panamá
Mujeres
en la
Ciencia:
Latinoamérica.
Diana Salazar
Co-fundadora de Geek Girls LatAm, organización
que inspira, empodera y conecta a las niñas, jóvenes
y mujeres latinoamericanas con las áreas STEM.
Reconocida en Colombia por sus aportes al ODS No. 5
de Equidad de Género.
Panamá
Dra. Oris I. Sanjur
Directora interina del Instituto Smithsonian de
Investigaciones Tropicales. Es miembro de la junta
directiva de la Fundación Ciudad del Saber, la Estación
Biológica del Parque Nacional Coiba, el Sistema Nacional
de Investigación y el Instituto de Investigaciones Científicas
y Servicios de Alta Tecnología (INDICASAT-AIP).
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Agradecimientos especiales
Agradecimiento especial a cada una de las
personas que hicieron posible este proyecto:
3M Global & Latam:
Adriana Rius
Adriana Marin
Paulo Gandolfi
Jayshree Seth
Robert Brittain
3M México:
José Varela
Eduardo Velazquez
Fernanda Contreras
Erika Chavez
Rodrigo Martinez
Ernesto Díaz
Christopher Sierra
3M Centro América y Caribe:
Luciana Petraglia
Enrique Aguirre
Mayfer Ovalles
3M Brasil:
Marcelo Oromendia
Luiz Serafim
Layza Virginio
Lucia Zillioti
Eligio De Santis
Denis Barba
Marcia Ferrarezi
Renata Perina
3M Andina:
Luis Palenque
Juan Noriega
Rina Saavedra
Luisa Muñoz
Carlos Bonilla
Andy Diaz
José Madrid
3M Cono Sur:
Ximena Auil
Denise Baden
Nicolás Velásquez
Mariana Chodera
Hernan Conejeros
Luciana Baldoni
Maria Florencia Rachetti
25 Mujeres en la ciencia: Latinoamérica 2021
Acerca de 3M.
En 3M, aplicamos la ciencia de manera
colaborativa para mejorar la vida de las
personas. Conoce más acerca de
nuestra compañía, nuestra gente
y el impacto que hacemos en:
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En nuestro blog
www.curiosidad.3m.com/blog
y en nuestras redes sociales
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