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Capitulo 2 - Sociedad Anonima

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Capítulo II
Sociedad Anónima
1. Reseña histórica
En el siglo XVII, ante la acumulación de capital producido por la primera
revolución comercial, surge este tipo societario como herramienta para regular
el expansionismo de las actividades y del comercio coloniales. Sus asociados
eran los burgueses comerciales e industriales, y los monarcas. Cada uno de ellos
tenía intereses particulares para constituir lo que más tarde sería considerada
la primera gran empresa. Los intereses de los burgueses eran los de colonizar,
siempre y cuando se obtuvieran beneicios; y para los otros, el in radicaba en
aumentar su poder económico y político.
Estas empresas fueron conocidas como «Compañías de Indias», las cuales
tenían ciertas similitudes y diferencias respecto de lo que hoy conocemos como
sociedades anónimas. Se asemejan principalmente en que la responsabilidad de
sus asociados se limitaba a la cifra de su aporte, pues los riesgos eran muchos y se
podían originar durante la explotación de la empresa como tal, y la división del
capital estaba representada en títulos que conferían la calidad de asociado. Y sus
diferencias más signiicativas eran la existencia de desigualdad de los derechos
de los miembros debido a su condición social, y que su constitución no solo era
de carácter excepcional, sino que también se requería de autorización previa del
poder público, que igualmente regulaba su funcionamiento.
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DE LAS SOCIEDADES COMERCIALES
La primera fue la Compañía Holandesa de las Indias, constituida en 1602. Dichas
compañías parecen proceder del condominio naval germánico y de algunos
precedentes italianos como la casa de San Jorge, asociación de los acreedores de
la República Genovesa, que se encargaba de desarrollar una compleja actividad
comercial como lo era la exacción de tributos. Los miembros de la corporación
constituyeron el Banco de San Jorge, que tenía por principal inalidad el cobro de
los impuestos, para realizar el reparto proporcional entre los derechos habientes.
La representación de estos se consignó en acciones del banco que tuvieran amplio
mercado y fácil circulación. Al Banco de San Jorge le siguió el Banco de San
Ambrosio de Milán, el cual se convirtió en sociedad por acciones.
Posteriormente, en el siglo XIX la transformación económica originada por la
Revolución industrial y la ideología liberal de la Revolución francesa determinó
el surgimiento del capitalismo, el cual requería de estructuras para la consecución
de sus ines, entre ellos la expansión económica. Se necesitaba que la obtención
y acumulación del capital proviniera de diversas fuentes y, por tanto, surge en
el siglo XX la concepción de la sociedad anónima como un capital que posee
personería jurídica y que está representado por sus accionistas. Más tarde, la
estructura de este tipo societario se transformó como consecuencia de la primera
guerra mundial, pues se reivindicó al trabajador permitiéndole la participación en
los beneicios, otorgados antes solo a quienes hacían los aportes.
2. Función económica
Desde sus orígenes se demuestra la importante función que cumple la sociedad
anónima, pues es el instrumento de grandes empresas industriales, bancarias
y mercantiles, ya que la limitación de la responsabilidad de los socios y la
representación de sus aportaciones por medio de acciones permiten recoger
grandes capitales, por medio de pequeñas inversiones de los ahorros de gran
número de personas, además contribuir efectivamente a la circulación de la
riqueza del país.
El profesor Gabino Pinzón al explicar la importancia económica y social de la
sociedad anónima maniiesta: «Esta modalidad de la sociedad es tan importante
en el campo de la doctrina, que Escarra y Rault inician su comentario sobre las
sociedades por acciones con las siguientes palabras que vale la pena trascribir:
«las sociedades por acciones han sido el instrumento del prodigioso impulso
económico que caracteriza los cien últimos años». Como escribe G. Ripert:
El jurista es un servidor de la economía; se le ha pedido un medio de reunir los
capitales necesarios para crear y desarrollar grandes empresas y ha ofrecido o
ideado la sociedad por acciones. (1) Los economistas por su parte, declaran que
la producción en grande «no podría concebirse sin este hallazgo jurídico, como
tampoco podría serlo sin los grandes inventos de las ciencias físicas (2)»; o, en
PARTE 2 - CAP. II: SOCIEDAD ANÓNIMA
otras palabras, la sociedad por acciones «ha sido el mayor descubrimiento de los
tiempos modernos, más valioso que el del vapor y el de la electricidad (3)». Por
obra de la casualidad la grande industria se ha creado en «una época en la cual
se airmaba o acentuaba el ideal político de la libertad»; la sociedad por acciones
constituye el procedimiento técnico que ha permitido «la reunión de capitales con
fundamento en la libertad contractual (4)». «Ella constituye la mayor expresión o
manifestación del capitalismo moderno (5)» (Pinzón, 1983, p. 165).
3. Concepto
El Código de Comercio no ofrece un concepto como tal de lo que es la sociedad
anónima, pero podría deinirse como aquella que existe bajo una denominación
social y cuyo capital social se encuentra dividido en acciones y que está compuesta
exclusivamente por accionistas que solo son responsables hasta el monto de sus
respectivos aportes (Código de Comercio, artículo 373).
4. Características
De este concepto se deducen las características más relevantes, las cuales
exponemos a continuación.
A) Es de capital e inversión. «Intuitu pecuniae».
En este tipo societario, el accionista se ubica en una posición secundaria. Ello se
debe a que el fondo social, constituido con el aporte de los accionistas, es la única
garantía de los terceros que contratan con ella y, por tanto, solo es relevante su
formación y protección, sin importar quiénes contribuyeron al nacimiento del
mismo. De esta manera, se separan los patrimonios del asociado y de la sociedad,
toda vez que la responsabilidad de los accionistas estará limitada al aporte
efectuado y, por consiguiente, la única obligación que tienen es la de incorporar
ese aporte en los activos sociales (Código de Comercio, artículos 373 y 252). En
otras palabras, surge y se constituye no por razón de que los asociados respondan
hasta el monto del aporte, sino por el interés de que se aporten grandes capitales.
Es importante anotar que los aportes que tendrán que hacer los accionistas
necesariamente deben ser en dinero, en bienes o derechos valorados en dinero,
debido a que en la estructura de la formación del capital social se exige que sea
real, además de ser esta la única prenda de los acreedores.
El hecho de que el capital se encuentre dividido en acciones de igual valor y
representado en títulos negociables hace que sea fácil la transferencia de la calidad
de accionista, no solo porque cualquier persona puede serlo, sino también porque
se facilita la vinculación de cualquier inversionista, ya que las acciones son de
libre circulación.
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B) Responsabilidad limitada
La limitación de la responsabilidad de los asociados constituye una de las
modalidades esenciales de la sociedad anónima. El artículo 373 del Código de
Comercio señala que los accionistas son «responsables hasta el monto de sus
respectivos aportes», lo cual indica que no responden de manera personal por
las deudas sociales. En otras palabras, los terceros acreedores de la sociedad no
podrán dirigirse contra los accionistas para reclamar cualquier deuda contraída
por la sociedad, y por esta razón la sociedad bajo ninguna circunstancia puede
imponerle al socio mayores obligaciones en su contra, pues hay una completa
separación de patrimonios (Código de Comercio, artículo 252).
El hecho de que la responsabilidad sea limitada estimula en mayor medida la
vinculación de nuevos accionistas, debido a que asumen un riesgo equivalente
a la cuota de capital. La participación en la sociedad no está determinada por la
conianza recíproca, sino que la responsabilidad se reduce al aporte efectuado.
Al respecto, señaló la Corte Constitucional que:
las sociedades anónimas son una modalidad de personas jurídicas creadas por el
legislador, que no contravienen ningún valor, principio o derecho constitucional.
Por el contrario, corresponden a una manifestación del ejercicio del derecho
de asociación, y cuya limitación de riesgo o división patrimonial entre socios y
sociedad permite el desarrollo de la inversión, el crecimiento y el progreso general
como principios básicos de la Constitución Económica y reglas axiomáticas de la
economía social de mercado. Es claro que la ausencia de limitación de riesgos
conduciría a la paralización del mercado público de valores y, por ende, afectaría
gravemente la obtención de los beneicios de la economía mundial de producción.
Así mismo, obstruir el desarrollo de la empresa mercantil mediante la desaparición
de la teoría del riesgo limitado, se convertiría en una medida regresiva para el
incremento de las tasas de empleo y para el aumento por vía impositiva de los
recursos iscales del Estado, los cuales se consideran herramienta indispensable
para atender los gastos de inversión social que demanda la Constitución.
Por otra parte, las normas demandadas suponen la realización del principio de
buena fe de los socios. En efecto, las sociedades anónimas gozan del beneicio de
separación de riesgos como una expresión del patrimonio propio de las personas
jurídicas. Dicho atributo de la personalidad tiene su origen en el ejercicio del
derecho de asociación. Las disposiciones acusadas en ningún momento facultan
a las sociedades, ni a los socios, para utilizar la limitación de riesgos con el
propósito de defraudar los intereses de los trabajadores y pensionados (Corte
Constitucional, 2004, Sentencia C-865).
Lo expuesto nos indica que son los aportes al fondo social, la única garantía de
los terceros que contratan con ella. También nos revela que es la sociedad la única
responsable frente a terceros, y por esta razón en el orden externo de la vida social,
PARTE 2 - CAP. II: SOCIEDAD ANÓNIMA
no aparecen ni pueden igurar los nombres de los accionistas, como así se releja
en los certiicados que expide la Cámara de Comercio.
a) Cualquier persona puede ser accionista
Como ya se dijo, en este tipo societario tiene más importancia el capital o aporte
y no las personas, es decir, no importa quién o quiénes sean sus accionistas, sino
el tipo de empresa que va a desarrollarse.
Por tanto, para la celebración del contrato de este tipo societario, si bien siempre
deberá tenerse en cuenta la existencia del consentimiento, causa y objeto lícito,
en lo que respecta a la capacidad, el artículo 103 del Código de Comercio amplía
la prerrogativa para que los incapaces también puedan ser socios, pero esto solo
es posible en la medida en que actúen por medio de sus representantes o con su
autorización.
b) Denominación social
Como cualquier otro tipo societario, la sociedad anónima requiere de un nombre
que la diferencie de las demás personas jurídicas existentes. Esta denominación
proviene del objeto social o hace referencia a él, es decir, a las actividades que vaya
a desarrollar la empresa.
El artículo 373 del Código de Comercio expresa que toda sociedad anónima tendrá una denominación seguida de las palabras «sociedad anónima», o de la abreviatura «S. A. ». Por ejemplo: Fabricato, S. A. (Fábrica de Tejidos El Hato); Aces,
S. A. (Aerolíneas Centrales de Colombia); Icollantas, S. A. (Industria Colombiana
de Llantas).
En iguales términos, se ha pronunciado la Superintendencia de Sociedades al
señalar que:
la naturaleza de la sociedad anónima en la cual prevalecen, respecto al interés
de los accionistas y terceros, el capital y el objeto que el intuitu personae. De allí
que la denominación de este tipo de sociedad se tome en consideración a las
actividades que informan la empresa y no al nombre y apellido de una o más
personas naturales asociadas (Superintendencia de Sociedades, 1972, Oicio
17-837).
Por tanto:
debe observarse que, por una parte, la denominación social está conectada
con la actividad «principal» de la compañía y por otra, que ello no implica la
necesidad de describir tal actividad en forma pormenorizada, sino que la
denominación consiste en una simple alusión o referencia al objeto de la sociedad
(Superintendencia de Sociedades, 1978, Oicio 2454).
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C) Capital
Es de vital importancia, pues no solo determina la responsabilidad de los asociados
y constituye garantía de los terceros, sino que también posibilita el desarrollo del
objeto social. Este capital estará dividido en acciones de igual valor, libremente
negociables que se representarán en títulos negociables, las cuales otorgarán
derechos sociales sin importar el número de acciones que se posea de la sociedad
(Código de Comercio, artículo 375).
Los socios tienen la potestad de ijar el capital autorizado y de suscribir la parte del
mismo referente a los aportes requeridos, para poder iniciar la actividad social e ir
aumentando el capital según lo exijan las circunstancias. Ello no implica que no se
haga la suscripción de una parte del capital autorizado y que se efectúe el pago de
una parte del capital suscrito, con el in de ir conformando el fondo social.
El artículo 376124 del Código de Comercio, habla de diversas clases en que está
dividido el capital de la sociedad —arquetipo de las sociedades de capital—, así:
autorizado, suscrito y pagado.
a) El capital autorizado
Su estipulación no es en una cantidad real, sino que reiere a una nominal, es decir,
una suma objetivo desde la perspectiva económica de la empresa, una especie de
presupuesto general de inversión que se espera llegar a tener. Es el que se ija
libremente como «meta ideal», al momento de ser constituida la sociedad.
b) El capital suscrito
Es una suma real y concreta, y hace parte del capital autorizado que los socios
accionistas se obligan a pagar, es decir, es el aporte real o la cantidad que ofrecieron
allegar al fondo social en un término no superior a un año, y que no puede ser
inferior al 50 por ciento del capital autorizado o social. Ello indica que debe
quedar suscrito el mismo porcentaje de acciones emitidas con el in de representar
el capital social y aquellas no suscritas son las denominadas acciones en reserva.
c) El capital pagado
Es el que efectivamente pagaron los asociados al momento de constitución de la
sociedad, esto es, la suma real que ingresa al patrimonio de la empresa, equivalente
como mínimo a la tercera parte del valor de cada acción del capital que se suscriba.
124 «Al constituirse la sociedad deberá suscribirse no menos del cincuenta por ciento del capital
autorizado y pagarse no menos de la tercera parte del valor de cada acción de capital que se
suscriba. Al darse a conocer el capital autorizado, se deberá indicar, a la vez, la cifra del capital
suscrito y la del pagado».
PARTE 2 - CAP. II: SOCIEDAD ANÓNIMA
La sociedad no podrá funcionar hasta tanto no sea pagada esta tercera parte del
valor de cada una de las acciones suscritas.
Estas diferentes clases de capital deben estar en todo momento determinadas y
en la proporción ordenada en el Código de Comercio, y además en razón con los
principios de determinación, integridad, de desembolso mínimo, de estabilidad y
de realidad del capital social.
Aprobados los avalúos de los aportes en especie, estos se han de expresar en
dinero, porque es el que sirve para determinar el patrimonio de la sociedad; para
determinar la prenda a terceros; para establecer el porcentaje en las utilidades y
determinar qué porcentaje de los activos le corresponde al tiempo de la liquidación.
Estos avalúos se harán constar en el documento de constitución o de reforma
(artículo 133, Código de Comercio). Los socios serán responsables solidarios
por el valor en dinero efectivo atribuido a los aportes en especie a la fecha de la
aportación, sea antes o después de constituida la sociedad (artículo 134, Código
de Comercio).
El Oicio OJ-050 del 11 de febrero de 1983 de la Superintendencia Bancaria,
hoy Superintendencia Financiera, para el caso en comento ha conceptuado lo
siguiente:
El capital autorizado, el suscrito y el pagado deben estar en todo momento
determinados. Al airmar que la exigencia del citado artículo 376 no alude a los
posteriores aumentos que se hagan al capital de una sociedad anónima, quedarían
sin aplicación los referidos postulados, especialmente los de la «realidad» y
la «integridad», y se llegaría al resultado extravagante de que esa razonable
proporción no debe subsistir sino en tanto ello se requiera para el nacimiento del
ente societario, olvidándose de que los terceros pueden ser víctimas de artiicios
posteriores que únicamente demandarían la solemnización de una reforma
estatutaria; los incrementos irreales y caprichosos del capital que, en cuanto a
tales, no responden a situaciones patrimoniales de la sociedad, son prácticas
que deben considerarse reprochables ante el ordenamiento jurídico, salvo que se
demuestre la existencia de alguna herramienta que permita eliminar el peligro
de que los espejismos o engaños, a lo que pretende enfrentarse el artículo 376 del
Código de Comercio cuando se trata de la fundación de una sociedad anónima,
pero ellos son consumados mediante una reforma estatutaria de aumento de
capital autorizado la cual puede formalizarse inmediatamente después de la
escritura de constitución.
Así, en razón con el artículo 376, las sociedades anónimas deberán no solo
registrar los aumentos del capital suscrito, sino también el monto del capital
pagado (decreto 1154 de 1984). Vale la pena recordar que esta proporcionalidad
entre el capital autorizado y el suscrito solo rige al momento de constitución,
exigencia que no alude a los aumentos posteriores al mismo.
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Entonces, el pago de los aportes será el cumplimiento de la obligación contraída
por cada socio con la sociedad, al tenor del artículo 124 del Código de Comercio.
Los aportes se harán en el lugar, forma y época convenidos contractualmente
y, a falta de dicha estipulación, se hará en el domicilio social. Particularmente,
en este tipo societario ingresarán aquellos socios capitalistas que paguen su
aporte inmediatamente o cuando se prevea su pago por cuotas o instalamentos,
dependiendo de lo que se diga en la constitución de la sociedad o en el reglamento
de colocación de acciones, si se trata de aumentos de capital con posterioridad a
la constitución. No obstante, el plazo para el pago total de las cuotas pendientes
no podrá exceder de un año contado desde la fecha de la suscripción (Código de
Comercio, artículo 387), pues su inalidad es la de integrar el fondo social, única
garantía de los terceros.
D) Derecho al voto
Las acciones son títulos nominativos que conieren a sus propietarios una serie de
prerrogativas, tales como la de participar en las deliberaciones de la asamblea y la
de votar en ella. Al ser la acción indivisible y dar derecho a un voto, es lógico que
este sea igualmente indivisible y, por tanto, a pesar de que el socio tenga tantos
votos cuantas acciones posea, el sentido de su voto deberá ser el mismo (Código
de Comercio, artículos 378 y 379). Así lo ha determinado la Superintendencia de
Sociedades, señalando que:
las acciones de igual valor (Código de Comercio, artículo 375) sirven de medida
de determinación de las obligaciones y derechos sociales de los accionistas, de
manera que en una reunión de la asamblea un accionista individualizado vota
una sola vez, cualquiera que sea el número de acciones que posea, o, como se
suele decir para describir el poder decisorio de su voto, vota tantas veces cuantas
acciones posea; y, según se sostendrá en este concepto, salvo excepciones, dicho
voto tiene un mismo sentido, como corresponde al hecho consistente en que el
ejercicio de las facultades emanadas de la condición de accionista lo lleva a cabo,
en principio, un solo sujeto poseedor de una sola voluntad, sin perjuicio de que
este, en los términos del artículo 184 del Código de Comercio, pueda hacerse
válidamente representar por otro.
[...] El voto es la manifestación o forma de expresión de la única decisión del
accionista frente a un determinado acto o proposición; y al ser la decisión la
«determinación, resolución, que se toma o se da en una cosa dudosa» resulta
absurdo propiciar determinaciones que, más que dudosas, sean ambivalentes o,
peor aún, más dudosas que el objeto materia de determinación. Por ejemplo, si
un accionista votara con la mitad de sus acciones a favor de una decisión y, al
mismo tiempo, votara en contra de la misma con la otra mitad de estas, o si con
porcentajes distintos manifestara su voluntad en sentidos opuestos, se daría una
especie de esquizofrenia decisoria contraria a la efectividad del contrato social,
en función del cual deben llevarse a cabo las conductas y manifestaciones de
voluntad de los contratantes.
PARTE 2 - CAP. II: SOCIEDAD ANÓNIMA
[...] Se reconoce la posibilidad de que todos y cada uno de los accionistas pueden
adoptar decisiones para la formación de la voluntad social, independientemente
de que el número de acciones multiplique el poder de voto de una manifestación
de voluntad individual expresada en un único y determinado sentido, la cual no
puede ser escindida o bifurcada cuando proviene de un solo accionista.
[...] La airmación general del carácter unitario de la manifestación de voluntad
de cada accionista o contratante se refuerza al advertir que en el artículo 184
del Código de Comercio, cuando se establece que todo socio pueda hacerse
representar en las asambleas o juntas de socios mediante poder, se restringe el
apoderamiento de forma tal que no es legalmente posible hacerse representar por
varios apoderados que actúen simultáneamente en nombre del mismo accionista;
tal es el efecto de la disposición que prevé que en el poder «[...] se indique el
nombre del apoderado, la persona en quien este puede sustituirlo, si es del caso».
Un supuesto distinto es el de la designación de un representante común por parte
de varios accionistas, lo cual es perfectamente posible, como quiera que en tal caso
a dicho apoderado le corresponde la exteriorización de la voluntad de al menos
dos accionistas, y no de al menos dos acciones y de ahí que pueda pronunciarse
en sentidos distintos, tal y como ha sido aceptado por la doctrina nacional.
[...] Asimismo, una vez veriicado el quórum, el fraccionamiento de voto por parte
de un único accionista presente directamente o por intermedio de apoderado
en la reunión, genera nulidad absoluta de las decisiones sociales cuando a
consecuencia de la dudosa manifestación de voluntad se vulneran las mayorías
legal o estatutariamente exigidas para la adopción de dicha decisión.
[...] Los artículos 411,412 y 413 del Código de Comercio referentes al caso de
acciones objeto de prenda, usufructo o anticresis, conirman la unidad del voto
como regla general, así no exista una disposición legal expresa que lo consagre,
toda vez que estos son excepcionales supuestos en los cuales existe un único
titular de varias acciones y en los que es posible que el voto correspondiente
a alguna o algunas de sus acciones sea ejercido por él, mientras que el de las
demás sea ejercido por otras personas en razón a la desmembración del derecho
real de dominio que legalmente se deriva del modo vinculado a la celebración y
ejecución de tales contratos.
[...] De acuerdo con lo expuesto, se concluye que por regla general el titular de
varias acciones, directamente o a través de apoderado, vota en un solo sentido,
y vota con todas sus acciones; por excepción y cuando media la desmembración
del derecho de dominio y existen prendas, usufructos o anticresis, o en ciertos
eventos de transferencia de acciones a título de iducia mercantil, el titular vota
con algunas de las acciones, en todo caso en un mismo sentido, y uno o varios
terceros pueden ejercer el derecho de voto correspondiente a alguna o algunas
de las acciones y, en caso tal, pueden ejercerlo en un sentido distinto al del voto
del titular (Superintendencia de Sociedades, 2002, Concepto jurídico 22018843).
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DE LAS SOCIEDADES COMERCIALES
Puede igualmente existir la posibilidad de que sean emitidas acciones con dividendo preferencial y sin derecho a voto, las cuales tendrán el mismo valor nominal de las acciones ordinarias. Estas no podrán representar más del 50 por ciento
del capital suscrito y, en todo caso, dicha emisión requerirá de previa aprobación
de la asamblea general de accionistas (Ley 222 de 1995, artículos 61 a 66). Esta
clase de acciones la estudiaremos con mayor detenimiento posteriormente.
E) Mínimos y máximos de accionistas
El Estatuto comercial establece un mínimo de accionistas como elemento
esencial, sin el cual ni surge a la vida jurídica ni puede continuar si se reduce de
cinco accionistas para su constitución y funcionamiento (artículo 374), lo cual
se justiica al ser una herramienta indispensable para la constitución de grandes
empresas, pues un número menor diiculta su desarrollo y subsistencia. Por otra
parte, no hay un máximo expresamente señalado y entonces podría hablarse de
que no existe un límite para ello.
F) Quórum y mayorías
a) Para deliberar
Salvo que en los estatutos se estipule un quórum inferior, la asamblea tendrá que
deliberar con un número plural de socios que por lo menos represente la mitad
más una de las acciones suscritas (Ley 222 de 1995, artículo 68).
En lo referente al quórum deliberatorio y su conformación, la Superintendencia
de Sociedades ha señalado que:
si como consecuencia del retiro de uno o varios de los socios desaparece el
porcentaje requerido para deliberar, el órgano rector no puede permanecer
en asamblea y la misma habrá de darse por terminada; pero si los accionistas
presentes permiten deliberar pero no decidir, ocurre entonces que la asamblea
podrá mantener su reunión para discutir los temas del día, pero sobre ellos no
podrá adoptar decisión alguna. Desde luego, si se restablece el quórum decisorio,
nada se opone para que los accionistas que lleguen con posteridad participen y
voten las decisiones [...] Por lo expresado, se reitera que si al momento de discutir
las propuestas y votar las decisiones los socios que se ausentan desintegran el
quórum mínimo para deliberar, debe darse por inalizada la reunión, de acuerdo
con lo dispuesto por el artículo 190 del Código de Comercio. Así que en la
reunión habrá de tenerse especial cuidado al momento de adoptar una decisión
para no incurrir en un vicio tal que la haga ineicaz, como consecuencia de haber
sido tomada por una mayoría inferior a la requerida o porque ni siquiera podrían
ya estar reunidos como consecuencia de no existir un porcentaje necesario para
deliberar (Superintendencia de Sociedades, 2001, Oicio 220-00456).
PARTE 2 - CAP. II: SOCIEDAD ANÓNIMA
Este concepto es criticable, pues el artículo 190 del Código de Comercio no indica
que si se desintegra el quórum se deba terminar la reunión; tan solo indica cuándo
las decisiones adoptadas en asamblea o Junta de socios son ineicaces, nulas o
inoponibles. Así mismo, es incorrecto cuando dice que tomar decisiones sin las
mayorías legales da lugar a ineicacia, porque en tal caso, la sanción legal es la
nulidad absoluta.
b) Para decidir con reformas
Las decisiones que se vayan a tomar en la asamblea de una sociedad anónima
requieren para su adopción de la mayoría de los votos presentes en la respectiva
reunión, salvo las decisiones contempladas en los artículos 155, 420, numeral
quinto, y 455 del Código de Comercio, casos en los cuales se aplicarán las mayorías
establecidas (Ley 222 de 1995, artículo 68). Cuando se trate de sociedades que
no negocian sus acciones en el mercado público de valores, puede acordarse un
diferente quórum y, por tanto, serán admisibles mayorías superiores.
Como lo indicamos anteriormente, al no existir mayoría legal para la reforma de
estatutos en sociedades anónimas, deberá aplicarse la mayoría común prevista
en el citado artículo 68, o la mayoría que hubiesen pactado en los estatutos
para sus reformas. Por tanto, dichas reformas requerirán de la mayoría de votos
presentes en la reunión de la asamblea general de accionistas en que se ponga a
consideración el tema o cualquier otra decisión diferente.
La regla de la mayoría ordinaria de los votos presentes, como ya se dijo, solo
tendrá las siguientes excepciones:
• La aprobación de la distribución de utilidades en asamblea o Junta de
socios, con el voto favorable de un número plural de socios que representen,
cuando menos, el 78 por ciento de las acciones, cuotas o partes de interés
representadas en la reunión (Código de Comercio, artículo 155).
• Disponer que determinada emisión de acciones ordinarias sea puesta sin
sujeción al derecho de preferencia, para lo cual se requerirá el voto favorable
de no menos del 70 por ciento de las acciones presentes en la reunión (artículo
420, numeral 5).
• Cuando se realice el pago del dividendo en forma de acciones liberadas de
la misma sociedad, se requerirá del voto del 80 por ciento de las acciones
representadas (Código de Comercio, artículo 455).
c) Para decidir sin reformas
• Se requerirá la mayoría de los votos presentes en la reunión para tomar
este tipo de decisiones. Cuando se trate de sociedades que no negocien sus
acciones en el mercado público de valores, se podrán pactar en los estatutos
mayorías decisorias superiores (Ley 222 de 1995, artículo 68).
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5. Constitución de la sociedad
Según el artículo 49 de la Ley 222 de 1995, la sociedad anónima puede constituirse
de dos maneras: por acto único o por suscripción sucesiva. En la primera forma, se
tendrá en cuenta lo señalado en el artículo 110 del Código de Comercio, es decir,
el proceso normal de organización de la sociedad anónima. En el otorgamiento
de la escritura social, quienes participen deberán suscribir por lo menos el 50 por
ciento de las acciones emitidas y pagar la tercera parte de su valor (Código de
Comercio, artículos 374 y 376).
En el procedimiento de la segunda forma, se requerirá de los promotores125, con
el in de que realicen los estudios de pre factibilidad de la empresa y gestionen la
constitución de la misma. Para ello no solo es necesaria la promoción, sino también
la elaboración del programa de fundación126, junto con el folleto informativo de
promoción de las acciones objeto de la oferta; ambos tendrán que ser suscritos por
los promotores, pero el folleto también deberá ser suscrito por los representantes
de las entidades encargadas de la colocación de la emisión. Tanto el uno como el
otro deberán inscribirse en la cámara de comercio del lugar donde se encuentre
ubicado el domicilio principal de la sociedad (leyes 222 de 1995, artículo 50, y 964
de 2005, artículo 41).
La aceptación de la oferta se maniiesta mediante la irma del contrato de suscripción, mediante el cual los suscriptores se obligarán a desembolsar determinadas
sumas de dinero en la entidad designada en el programa de fundación. Cuando
el pago se efectúe por instalamentos, deberá cubrirse al menos la tercera parte
del valor de cada acción suscrita. El pago de la totalidad de las cuotas que queden
pendientes no podrá exceder de un año, el cual comenzará a contarse desde la
fecha en que hubiesen sido suscritas las acciones. En todo caso, si los suscriptores
incumplen esta obligación, «los promotores podrán exigir judicialmente el cum-
125 Ver Capítulo 3, numeral 9, de la Parte primera.
126 El artículo 51 de la Ley 222 de 1995 señala que el contenido del programa de fundación deberá
contener por lo menos las siguientes estipulaciones: «1. El nombre, nacionalidad, identiicación
y domicilio de todos los promotores; 2. el proyecto de los estatutos; 3. el número, clase y valor
nominal de las acciones; 4. el monto mínimo al que deberá ascender el capital suscrito, el número de emisiones, el plazo, y demás condiciones para la suscripción de acciones y el nombre
de la entidad donde los suscriptores deben pagar la suma de dinero que están obligados a entregar para suscribirlas; 5. cuando se proyecten aportes en especie, se indicarán las características
que deberán tener y las condiciones para su recibo; 6. la forma de hacer la convocatoria para
la asamblea general constitutiva y las reglas conforme a las cuales deba celebrarse; 7. la participación concedida a los promotores, si fuere el caso; 8. la forma como deberán manejarse los
rendimientos provenientes del capital aportado y los gastos en que incurran los promotores».
PARTE 2 - CAP. II: SOCIEDAD ANÓNIMA
plimiento o imputar las sumas recibidas a la liberación del número de acciones
que correspondan a las cuotas pagadas» (Ley 222 de 1995, artículo 53).
Cuando no pueda constituirse la sociedad con un monto inferior al señalado en
el programa de fundación y si no se cubre la totalidad de las cuotas que quedaron
pendientes en el plazo indicado, se generará la resolución de pleno derecho de los
contratos de suscripción, con lo cual la entidad tendrá que devolver la totalidad de
las sumas que hubiesen depositado cada uno de los suscriptores.
En el caso en que se cumpla el proceso de suscripción, deberá convocarse y
celebrarse la asamblea constitutiva y otorgarse la escritura de constitución dentro
de los seis meses siguientes a la celebración de la asamblea e inscribirse en el
registro mercantil. Si ello no fuese así, «los suscriptores podrán exigir la restitución
de los aportes junto con los frutos que hubieren producido, sin perjuicio de la
responsabilidad en que pueda incurrir el representante legal» (Ley 222 de 1995,
artículos 59 y 60).
6. Las acciones en la sociedad anónima
A) Importancia y signi cado de la acción
La acción es el eje central de toda sociedad por acciones, ya que representa una
parte alícuota del capital de la sociedad, para el caso particular de la anónima.
Será la inscripción en el libro de accionistas la que otorgue la calidad de accionista
a su legítimo tenedor y, por tanto, generará el vínculo que une al titular con la
sociedad y que establece entre ellos una relación jurídica, pues por una parte el
suscriptor se obliga a pagar el valor de la acción y a someterse a los estatutos, y por
otra, la sociedad le permitirá ejercer los derechos inherentes a la calidad de socio
(Código de Comercio, artículo 384).
Así, la importancia de la acción radica en la potestad de conferir derechos de
tipo patrimonial y administrativo, tales como: el derecho de participar en las
deliberaciones de la asamblea general de accionistas y votar en ella; el derecho a
participar en una porción del dividendo; el derecho a recibir una parte proporcional
de los activos sociales, al tiempo de la liquidación, entre otros, señalados en el
artículo 379 del Código de Comercio y previamente estudiados127. Así mismo,
como ya lo habíamos mencionado, el hecho de estar dividido el capital en acciones
de igual valor, que además de facilitar la vinculación a la empresa, también le
proporciona la permanencia y subsistencia del fondo social por el hecho de que
las acciones son libremente negociables, y en nada altera la sustitución de los
suscriptores o cesionarios de dichos títulos (Código de Comercio, artículo 403).
127 Ver Capítulo 3 de la Parte primera, lo referente a «Derechos del socio», pág. 40.
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DE LAS SOCIEDADES COMERCIALES
B) Atributos de la acción como parte del capital
Los atributos de la acción son los siguientes:
• Son títulos de participación, porque las acciones representan una parte del
capital social, contenidas en títulos negociables de igual valor.
• Son nominativas, independientemente de que las mismas no hayan sido
pagadas en su integridad.
• Son indivisibles, lo cual signiica que cuando una acción pertenezca a varios
individuos, deberá asignarse un solo representante para ejercer los derechos
otorgados a los accionistas. De no lograr un acuerdo al respecto, será
designado por el juez del domicilio social (Código de Comercio, artículo 378,
y circular externa 100-000003 de 2015 de la Superintendencia de Sociedades).
• Son susceptibles de ser avaluadas en dinero.
• Es fácil su circulación y negociabilidad, ya que el intuitu personae no
es importante en este tipo societario y, por tanto, hay libertad para su
negociabilidad, pues no requiere de autorización previa de los demás socios
(Código de Comercio, artículo 379, numeral 3), a no ser que en los estatutos
se hubiera pactado derecho de preferencia, caso en el cual toda negociación
que se realice violando dicho pacto podrá ser desconocida por la sociedad
(Código de Comercio, artículo 401, numeral 2).
C) La acción como derecho
La acción coniere a los asociados derechos de carácter general, preferenciales y de
goce. El ejercicio de los mismos no requiere que se exhiba previamente el título,
pues lo que se tiene en cuenta es el libro de registro de acciones de la sociedad
emisora, ya que es a partir de su inscripción cuando produce efectos frente a la
sociedad y a terceros.
De lo expresado se colige que el titular de la acción no es aquella persona a la
que la sociedad ha entregado la acción, pues no es el título el que le coniere la
calidad de accionista, sino que su nombre aparezca inscrito en el libro de registro
de accionistas, como bien lo ha dicho la Superintendencia de Sociedades en los
siguientes términos (el énfasis es mío):
En virtud del carácter nominal de las acciones, la sociedad le reconocerá el carácter
de accionista únicamente a la persona que aparezca inscrita como tal en el libro de
registro de acciones [...] la calidad de accionista de ninguna manera se subordina
a la expedición del título correspondiente, resultando ser un medio probatorio,
pero no necesario para el ejercicio de los derechos correspondientes; el título no
los incorpora, sino que se tienen en virtud de la misma ley (Código de Comercio,
artículo 379). De hecho, si un título representativo de unos derechos sociales se
extraviare, si bien su propietario tiene que proceder conforme a lo establecido en
PARTE 2 - CAP. II: SOCIEDAD ANÓNIMA
el artículo 402 del Código de Comercio, no por ello se inhabilita para ejercer sus
derechos, pues es su registro como accionista en el libro correspondiente el que
brinda la garantía y seguridad en cuanto a su calidad de accionista y participación
porcentual en el capital social.
Es cierto que la legislación mercantil prevé que, para hacer la nueva inscripción
y expedir el título al nuevo adquirente se requiere la cancelación de los títulos
expedidos al tradente; sin embargo, el hecho mismo de no haberse procedido de
conformidad, no representa peligro inminente para su propietario, pues el título
en sí tiene una importancia secundaria, pues es la inscripción en el libro de actas
correspondiente la que cuenta para establecer la calidad de accionista y la que
hace oponibles a la sociedad y a terceros los derechos del accionista.
Además, el acto de cancelación de los títulos es obligación de la sociedad con
base en la carta de traspaso correspondiente, y no de las partes involucradas en el
negocio, quienes no pueden resultar afectadas ni perjudicadas por la negligencia
de los directivos de la sociedad en la cual tienen su inversión (Superintendencia
de Sociedades, 2001, Oicio 220-1082).
Entonces, los derechos de carácter general que tienen los accionistas inscritos
en el libro de registro son los consagrados en el artículo 379 del Código de
Comercio, aunque nótese que no son los únicos, por cuanto pueden ser ampliados
estatutariamente. Estos derechos se caracterizan por ser básicos e inviolables, y
son:
• El de participar en las deliberaciones de la asamblea general de accionistas y
votar en ella.
• El de recibir una parte proporcional de los beneicios sociales establecidos
por los balances de in de ejercicio, con sujeción a lo dispuesto en la ley o en
los estatutos.
• El de negociar libremente las acciones, a menos que se estipule el derecho de
preferencia en favor de la sociedad o de los accionistas, o de ambos.
• El de inspeccionar, libremente, los libros y papeles sociales dentro de los
quince días hábiles anteriores a las reuniones de la asamblea general en que
se examinen los balances de in de ejercicio.
• Y el de recibir una parte proporcional de los activos sociales al tiempo de la
liquidación y una vez pagado el pasivo externo de la sociedad.
Los derechos privilegiados son aquellos que se otorgan a los socios con acciones
privilegiadas y se encuentran estipulados en el artículo 381 del Código de
Comercio. Son los siguientes:
• Un derecho preferencial para su reembolso en caso de liquidación hasta
concurrencia de su valor nominal.
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DE LAS SOCIEDADES COMERCIALES
• Un derecho a que de las utilidades se les destine, en primer término, una
cuota determinada, acumulable o no. La acumulación no podrá extenderse a
un período mayor de cinco años.
• Cualquier otra prerrogativa de carácter exclusivamente económico.
Los derechos de goce, por su parte, son creados con el in de compensar los
aportes que se hagan en «servicios, trabajo, conocimientos tecnológicos, secretos
industriales o comerciales, asistencia técnica y, en general, toda obligación
de hacer a cargo del aportante». En todo caso, el titular de estas acciones tiene
determinados derechos según lo indica el artículo 380 del Código de Comercio,
tales como:
• Asistir con voz a las reuniones de la asamblea.
• Participar en las utilidades que se decreten.
• Al liquidarse la sociedad, participar de las reservas acumuladas y
valorizaciones producidas durante el tiempo en que fue accionista, en la
forma y condiciones estipuladas.
D) Características de la acción
El artículo 401 del Código de Comercio señala los requisitos y características que
deben contener las acciones. Tales requisitos son: a) la serie y número de la acción;
b) la irma del representante legal de la sociedad y el secretario; c) la identiicación
de la sociedad; d) la cantidad de acciones representadas en cada título y el valor
nominal de las mismas; e) la clase o tipo de acción; f) si su negociabilidad está
limitada por el derecho de preferencia y las condiciones para su ejercicio, y g) la
identiicación de la persona en cuyo favor se expiden.
Veamos algunos de estos requisitos:
• Serie y número: la sociedad podrá emitir varias acciones, pero para ello
tendrá que añadirle tanto el número de orden como la serie, lo cual es vital
en caso de pérdida, hurto o destrucción del título, para pedir la reposición
del mismo.
• Firmas: deberá contener las irmas del representante legal y el secretario de la
sociedad. La irma podrá hacerse mediante un signo o contraseña de carácter
mecánico (Código de Comercio, artículo 621).
• Identiicación de la sociedad: deberá indicarse la denominación social, el
domicilio social principal, el número y fecha de la escritura de constitución y
la notaría donde fue otorgada.
• Número de acciones representadas en el título: en el título tendrá que
señalarse el número de orden de acuerdo con la serie que le corresponda
y el número de acciones que este representa. Puede darse el caso en que
PARTE 2 - CAP. II: SOCIEDAD ANÓNIMA
•
•
•
•
el título contenga o represente más de una acción y, por tanto, su tenedor
podrá solicitar el cambio por varios títulos fraccionarios que contengan dicha
cantidad de acciones.
Valor de la acción: este requisito reviste suma importancia, pues es el que
determinará el monto de la responsabilidad del socio.
Tipo o clase de acción: deberá determinarse si son ordinarias, privilegiadas,
de goce o de industria, con dividendo preferencial y sin derecho de voto. Las
acciones que sean de una misma clase concederán los mismos derechos; no
obstante, cuando sean privilegiadas, al dorso de los títulos de dichas acciones
tendrán que constar los derechos inherentes a ellas (Código de Comercio,
artículos 380, 381 y 401, ordinal Io).
Limitación de su negociabilidad: la regla general es la libre negociabilidad de
las acciones, pero se puede pactar en los estatutos el derecho de preferencia. Así,
cuando se negocien las acciones, el socio accionista deberá hacerlo atendiendo
al derecho de preferencia que se hubiese estipulado expresamente en los
estatutos. Dicha negociación tendrá que hacerla mediante el representante
legal, ya sea haciendo la oferta a la sociedad o a los demás accionistas. Esta
restricción tiene como in que las acciones queden en primer lugar para sus
accionistas o la compañía, y cuando ello no sea así, pueden transferirse a
favor de terceros (artículo 407, Código de Comercio).
Identiicación del titular: se deberá señalar el nombre completo de la
persona en cuyo favor se expiden, la cual podrá ser natural o jurídica. Esta
identiicación deberá hacerse debido a su carácter de título nominativo.
E) Valor de la acción
Expresa el artículo 375 del Código de Comercio, que el capital se divide en acciones
de igual valor representadas en títulos negociables. Del contenido de la norma se
prevé que al accionista titular de una o varias acciones se le conieren todos los
derechos a su calidad expuestos en el punto B del numeral 6 de este capítulo.
Otro aspecto importante que nos pone de presente el citado artículo, es que el valor de las acciones están representadas en títulos negociables, con lo cual se resalta
que es el aporte o capital social el único garante de las obligaciones que adquiera
la sociedad durante su vida activa. De esta modalidad se deduce que cuando un
accionista las negocie o ceda, lo hace es a través exclusivamente de la acción o
acciones de que es titular, sin alterar el orden interno de la sociedad.
Cuando la norma en análisis expresa que el capital está representado en acciones
de igual valor (valor nominal), ello no debe entenderse en su sentido literal, ya que
en la práctica es susceptible de diferentes valores, como con acierto lo expone la
Superintendencia de Sociedades al decir:
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DE LAS SOCIEDADES COMERCIALES
El valor nominal, por ejemplo, es el valor asignado a cada acción desde el momento
de su constitución, y es el que ha de tenerse como punto de partida al momento
de su enajenación, ya que no es posible ijar su precio de venta por debajo de
este tope; el intrínseco, es el valor que le corresponde a cada acción según la
información que presente la contabilidad de la sociedad (valor de los activos
netos , que resulta de la diferencia entre los activos totales y el total del pasivo); el
de mercado, es en el cual entran en juego diferentes factores para determinarlo,
tales como el good will, las utilidades por acción, utilidades probables, etc. En este
orden de ideas, ha de tenerse en cuenta que cada sociedad al momento de emitir
sus acciones no debe necesariamente pensar en el valor nominal como precio
de venta, sino como punto de partida en su negociación, ya que eventualmente
este se ija por encima de su valor nominal, caso en el cual esa diferencia es la
que se denomina prima por colocación de acciones (Superintendencia de
Sociedades, 1998, Oicio 220-73196).
• Particularidades de la acción
De manera general, podríamos decir que las acciones, como títulos, son de carácter
privado, colectivo, son seriados que otorgan derechos crediticios y asociativos,
se encargan de certiicar el derecho de participar dentro de una sociedad y de
conferir o transferir la calidad de socio de la misma, de dividir el capital de la
sociedad y de otorgar o transmitir los derechos del socio, los cuales requieren
de la inscripción en el libro de registro de accionistas para ejercer los derechos
otorgados, pues, como se mencionó previamente, es esta la que otorga la calidad
de accionista y no la simple o mera tenencia de la acción.
Las acciones también pueden ser seriales, por cuanto son emitidas en un mismo
acto y de manera múltiple, de tal manera que se les asigna un valor nominal y una
numeración progresiva. Ello hace que sean de carácter colectivo, pues cualquiera
podrá suscribirlas y, por ende, obtener la calidad de socio y ejercer los derechos
que estas le conieren.
F) Clases de acciones
a) Nominativas
Son expedidas a favor de persona determinada, es decir, de quien las adquiere. Los
artículos 377 y 401 estipulan que las acciones son de carácter nominativo y, como
tales, deben indicar el nombre completo de la persona en favor de quien se expidan,
es decir, tendrá que identiicarse a su titular, el cual también debe concordar con
quien igure en el libro de registro de la sociedad. Lo mismo sucederá en el caso de
las transferencias de las acciones, cuando deben expresarse el nombre, apellidos,
nacionalidad y domicilio de los sucesivos titulares, así como la constitución de
derechos reales y otros gravámenes. Entonces, solo se considerará accionista a
quien se encuentre inscrito en este libro.
PARTE 2 - CAP. II: SOCIEDAD ANÓNIMA
b) Ordinarias
Según el artículo 381 del Código de Comercio, son aquellas que otorgan a sus
titulares el régimen normal de derechos que forman la condición de socio, es
decir, este tipo de acciones son expedidas de manera común y tienen por objeto
conferir no solo la calidad de socio, sino derechos sociales como la participación
y deliberación en la asamblea, al igual que la obtención de beneicios de cada
ejercicio y el recibir parte de los activos durante la liquidación.
c) Privilegiadas
Son aquellas que conceden particulares ventajas o privilegios con relación a las
ordinarias. Se caracterizan por otorgar prerrogativas de carácter pecuniario y su
emisión requiere que sea aprobado en la asamblea general con el voto favorable
de las mayorías de los votos presentes establecido en el artículo 68 de la Ley 222
de 1995. Para la colocación de este tipo de acciones se requiere de un reglamento
que además regule el derecho de preferencia para todos los accionistas y para
su aprobación se requiere de la mayoría anteriormente comentada. Su creación
puede ser al momento de constitución o durante la vida de la sociedad (Código
de Comercio, artículos 381 y 382).
d) De goce y de industria
Son títulos que se entregan a sus titulares en virtud de reembolso por lo aportado.
Dichos títulos son entregados a los accionistas una vez amortizado el capital
(Código de Comercio, artículo 380) y pueden conferir a sus titulares derechos de
contenido patrimonial que integran la condición de accionista.
Como lo vimos en la primera parte de este libro, el aporte puede ser en industria,
con o sin estimación de valor. Por lo general, este tipo de aportes no forman parte
del capital, hasta que no sea amortizado. Los títulos de estas acciones no serán
entregados al socio, hasta tanto no cumpla con su obligación.
e) De capital
Son aquellas que se expiden una vez el suscriptor efectúa el aporte a cambio del
título, el cual puede ser en bienes o en especie, avaluables en dinero (Código de
Comercio, artículo 398), por ser esta la forma general de pago. Tal y como lo indica
el ordinal quinto del artículo 110 del Código de Comercio, debe expresarse en la
escritura de constitución la clase y valor nominal de las acciones representativas
del capital.
I. En tesorería
Son aquellas acciones que son emitidas por la sociedad, quien posteriormente
decide readquirirlas, es decir, estas no han sido suscritas al momento de su
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DE LAS SOCIEDADES COMERCIALES
constitución, pero su emisión ha sido autorizada previamente por la asamblea
general de accionistas y su adquisición deberá hacerse con las sumas provenientes
de las utilidades sociales (Código de Comercio, artículo 263).
II. Suscritas
Son aquellas que constituyen y representan una parte del capital autorizado y
cuyo importe se obligan a pagar o han pagado los accionistas al momento de
constituirse la sociedad.
G) En reserva
Son las acciones que no se suscriben al momento de constituirse la sociedad, por
tanto hacen parte del capital autorizado que aún no han aportado los accionistas.
H) Pagadas y no liberadas
Las primeras se reieren a aquellas acciones que han sido pagadas totalmente, y las
segundas, a aquellas que lo han sido parcialmente. En este último caso, el accionista
tiene que pagar la suma restante máximo en un año. Mientras no esté cubierto
su valor, la sociedad solo está obligada a expedir certiicados provisionales a los
suscriptores.
I) Emisión de acciones
Los socios determinan la forma de emisión dependiendo del tipo de acción.
Ello debe constar en la escritura de constitución (artículo 110, numeral 5), pero
puede ocurrir que con posterioridad al acto constitutivo se decida aumentar el
capital, y para ello se decida poner en circulación las acciones que se encuentran
en reserva o crear unas nuevas. Sin embargo, esto depende de que previamente
la asamblea haya pactado hacer una nueva colocación. Así, los administradores
se encuentran facultados no solo para crear, sino para utilizar las acciones no
suscritas y ponerlas en circulación, indicando la clase de acción, el valor nominal
y el tipo de ofrecimientos. En todo caso, toda emisión puede ser modiicada o
revocada por la asamblea general, previamente a su colocación.
J) Colocación y suscripción de acciones
La suscripción de acciones es aquel contrato por medio del cual la sociedad
reconoce la calidad de accionista y entrega la acción a aquella persona que se
obliga a pagar un aporte a la sociedad y a someterse a sus estatutos. Por tanto,
no es el pago de las acciones, sino su suscripción la que coniere la calidad de
accionista (Código de Comercio, artículo 384).
Este contrato es de adhesión ya que quien las vaya a suscribir se somete a los
estatutos; y porque se subordina a las condiciones contenidas en el reglamento de
PARTE 2 - CAP. II: SOCIEDAD ANÓNIMA
suscripción. La Superintendencia de Sociedades expone el alcance del art 384 en
los siguientes términos:
De acuerdo con el art. 384 del código de comercio, la suscripción de acciones
es el contrato por medio del cual una persona se obliga a pagar un aporte a
la sociedad conforme con el reglamento de suscripción y a someterse a sus
estatutos; por su parte el ente jurídico adquiere la obligación de reconocerle
la calidad de accionista y entregarle el título respectivo. Por consiguiente el
contrato, de suyo consensual, se entiende perfeccionado desde el momento que
se concreta el acuerdo de voluntades entre el suscriptor que se obliga en los
términos del reglamento de colocación y la sociedad que hizo la oferta, luego
es a partir de la aceptación de la oferta, dentro del término de la misma, que el
suscriptor adquiere la calidad de accionista con todos los derechos que la ley le
coniere dentro de las limitaciones preestablecidas en la ley o en los estatutos, ya
sea respecto del voto, del traspaso o negociación de acciones, etc.
Cabe precisar que aun cuando la ley establece un plazo para que , una vez perfeccionado el contrato de suscripción, la compañía expida los certiicados provisionales
así como los títulos deinitivos y se inscriban estos en el respectivo libro (artículos
399, inciso. 3, y 195 ibídem), ese término no cuenta para que el suscriptor pueda
comenzar a ejercer los derechos que las acciones coniere a sus propietarios, pues,
como se expuso antes, la calidad de accionista se adquiere desde el momento
en que se celebra el respectivo contrato de suscripción, lo que correlativamente
implica la facultad para ejercer la plenitud de los derechos que esa calidad comporta , sin que pueda supeditarse a la expedición de los correspondientes títulos
(Superintendencia de Sociedades, 2002, Oicio 220-49207).
Será la asamblea general de accionistas quien determine la colocación o suscripción de nuevas acciones cuando vea la necesidad de aumentar el capital suscrito.
Para ello, colocará aquellas acciones que no hubiesen sido suscritas en el acto de
constitución y las que emita posteriormente la sociedad, de acuerdo con el reglamento de suscripción; así mismo, aquellas acciones que la sociedad haya readquirido y decidido poner nuevamente en circulación (Código de Comercio, artículos
385,386 y 396). Una vez la asamblea determine la emisión de las acciones, deviene
su colocación, es decir, la oferta o invitación con el in de dar a conocer las acciones emitidas para ser suscritas. Sin embargo, antes de su colocación o suscripción,
la asamblea general podrá revocar o modiicar la emisión de acciones, con sujeción a las exigencias prescritas en la ley o en los estatutos para su emisión (Código
de Comercio, artículo 383).
Se requerirá la autorización de la Superintendencia de Sociedades cuando la
sociedad emisora se encuentre bajo su control (Ley 222 de 1995, artículo 85,
número 3) o cuando la sociedad emisora se encuentre bajo su vigilancia (Ley
222 de 1995 artículo 84, ordinal 9o). Como lo señala el artículo 390 del Código de
Comercio, deberá acompañarse la solicitud con el correspondiente reglamento, so
pena de ineicacia de la colocación.
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172
DE LAS SOCIEDADES COMERCIALES
Entonces, cuando sea requerido el reglamento de colocación de acciones, su
elaboración y aprobación deberá hacerse generalmente por parte de la Junta
Directiva, salvo en el caso de ciertas acciones o cuando los estatutos señalen otra
cosa. El reglamento no se requerirá cuando el aumento del capital se deba a la
capitalización de acreencias, de utilidades, de prima en colocación de acciones
(Ver Parte Tercera, numeral 12, literal b), de la revalorización del patrimonio y de
las reservas.
El reglamento debe contener como mínimo (Superintendencia de Sociedades,
1979, Circular Externa D-08 y Superintendencia de Sociedades, 2015, Circular
Externa 100-000003):
• La cantidad de acciones ofrecidas, es decir, el número de acciones objeto de
la oferta, la cual no podrá ser inferior a las emitidas.
• La proporción y forma en que podrán suscribirse. Los accionistas tendrán
derecho a suscribir determinado número de acciones de acuerdo con
el porcentaje de participación que tengan en el capital de sociedad. La
proporcionalidad se establecerá «en relación con el capital suscrito en la
fecha en que el órgano social competente aprueba el reglamento». La forma
de suscripción de las acciones deberá estar sujeta al derecho de preferencia,
aun si en el contrato social este no se ha dispuesto expresamente.
• El plazo de la oferta, que no será menor de quince días ni excederá de tres
meses. «Si el reglamento contempla dos ofertas, esto es, una dirigida a los
accionistas con derecho de preferencia y otras cuyos destinatarios son los
terceros en general, el plazo individual de cada una de estas propuestas de
negocios jurídicos no será inferior a quince días hábiles ni será superior a
tres meses».
• El precio a que sean ofrecidas, que no será inferior a su valor nominal. Cuando
sea superior a su valor nominal, la suscripción genera para la sociedad una
prima en colocación de acciones representada en la diferencia entre el valor
nominal y el precio de colocación (decreto 2649 de 1993, artículo 84).
• Los plazos para el pago de las acciones. Dicho reglamento contiene todas las
condiciones del contrato de suscripción (Código de Comercio, artículo 386).
Estas podrán ser pagadas de contado o por cuotas, si es en la última forma, deberá
ingresar al fondo social no menos de la tercera parte del valor de cada acción
suscrita y en todo caso, el plazo para el pago total no podrá exceder de un año
contado a partir de la fecha de la suscripción (Código de Comercio, artículo 387).
Para que el reglamento cumpla con la inalidad que busca la sociedad, es decir,
aumentar el capital suscrito, se hace necesaria la comunicación de la oferta
contenida en el reglamento por parte del representante legal a los demás
accionistas, utilizando para ello los medios de comunicación previstos en los
PARTE 2 - CAP. II: SOCIEDAD ANÓNIMA
estatutos para la realización de las convocatorias del máximo órgano social; a falta
de estipulación al respecto, deberá realizarse la comunicación de la oferta por
medio de un aviso en un diario de amplia circulación del domicilio principal de
la sociedad. El plazo para realizar tal comunicación será dentro de los quince días
siguientes a la aprobación del reglamento. El derecho de suscripción de los demás
accionistas podrá ser negociado a partir de dicha fecha y para ello, deberá indicar
a la sociedad el nombre del cesionario (Código de Comercio, artículos 388, 389
y 424).
Así mismo, a partir de la fecha del aviso de la oferta los destinatarios de la misma
podrán manifestar su aceptación por cualquier medio idóneo, lo cual dará, por
consiguiente, el perfeccionamiento del contrato de suscripción, pues el mismo no
requiere de ninguna formalidad.
Una vez culmine el plazo de suscripción, la sociedad realizará en el libro de registro
de acciones la inscripción de los nuevos accionistas o aquellos que hubieran
aumentado su participación mediante la adquisición de nuevas acciones.
Realizada la suscripción, la sociedad estará en la obligación de inscribir en la
cámara de comercio el aumento del capital suscrito, dentro del mes siguiente
al vencimiento de la oferta, ya que el mismo genera la obligación de pagar el
impuesto de registro, según lo indican los artículos 226 de la Ley 223 de 1995
y 153 de la Ley 488 de 1998. Así mismo, deberá registrarse el monto del capital
pagado, dentro del mes siguiente al vencimiento del plazo, para el pago de las
acciones suscritas o al término de la oferta de suscripción, según se trate. Para
tal in se inscribirá en la Cámara de Comercio con jurisdicción en el lugar del
domicilio principal de la sociedad, una certiicación suscrita por el revisor iscal
(artículo 1° Decreto 1154/84).
K) Pago de acciones
Por lo general, las acciones son pagadas en dinero, aunque ello no impide que
se utilice otro tipo de bienes, siempre y cuando estos puedan ser evaluables en
dinero. Cuando este tipo de bienes sean aportados al momento de constituirse la
sociedad, deberán ser avaluados unánimemente por los accionistas fundadores;
en cambio, cuando los aportes de este tipo se hagan posteriormente, su avalúo
deberá ser determinado por la asamblea general o la Junta Directiva, conforme a
lo que dispongan los estatutos (Código de Comercio, artículo 398).
Quien realice la suscripción de acciones se obliga a pagar un aporte y su pago
puede ser total o parcial. En el primer caso, se paga en su integridad en el momento
de la suscripción y, en el segundo, su pago por cuotas se hará cubriendo, por
lo menos, la tercera parte del valor de cada acción suscrita y el saldo pendiente
deberá pagarse en un plazo de un año contado desde la fecha de la suscripción
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174
DE LAS SOCIEDADES COMERCIALES
(Código de Comercio, artículos 376 y 387). Una vez realizado el pago, las acciones
deberán entregarse en el lugar, forma y época estipulados, anotándose la forma de
pago efectuado y los saldos, si existieren.
En caso de que por falta de pago la sociedad tenga obligaciones vencidas en cabeza
de sus accionistas, a elección de la Junta Directiva se acudirá:
al cobro judicial, o a vender, de cuenta y riesgo del moroso y por conducto de un
comisionista las acciones suscritas, o a imputar las sumas recibidas a la liberación
del número de acciones que correspondan a las cuotas pagadas, previa deducción
de un veinte por ciento a título de indemnización de perjuicios, que se presumirán
causados (Código de Comercio, artículo 397).
L) Prima en colocación de acciones
Con fundamento en los artículos 384 y 386 del Código de Comercio, la prima
en colocación de acciones hace parte del aporte entregado por el accionista a
la compañía y por esta razón tenemos que es un aporte cuyo reembolso debe
seguir las exigencias del artículo 145; Su reembolso afectará a todos sus asociados
en proporción a su participación en el capital social, salvo pacto estatutario en
contrario o decisión unánime que resuelva cosa distinta; el valor de la prima no
hace parte del rubro del capital al momento de determinar la causal de disolución
por pérdidas y los accionistas podrán disponer de estas para enjugar pérdidas
siempre que la sociedad se encuentre en causal de disolución y como mecanismo
para enervarla (Superintendencia de Sociedades, 2014, Circular Externa 220000008).
M) Títulos de acciones
Como lo vimos previamente, la acción incorpora no solo las condiciones de
accionista, sino el porcentaje de partición de este en el capital de la sociedad
anónima. Igualmente es un documento que facilita la transmisión y la legitimación
de la condición de accionista, pero para ello es necesario la expedición y entrega
de dicho título. El artículo 399 del Código de Comercio ha consagrado tres
momentos para esta entrega: a) cuando las acciones sean suscritas en el acto de
constitución, el cual se hará dentro de los treinta días siguientes a la fecha de
registro en la cámara de comercio del respectivo contrato; b) a los treinta días
siguientes a la fecha de celebración del contrato de suscripción, y c) cuando el
pago se realice en especie y se veriique su entrega efectiva.
Estos títulos tienen el carácter de provisionales y deinitivos. Los primeros se
expedirán cuando el valor de las acciones no se haya cubierto totalmente, y los
segundos, cuando las acciones sean pagadas íntegramente. Los provisionales
serán meras certiicaciones, las cuales pueden ser en igual medida negociables,
PARTE 2 - CAP. II: SOCIEDAD ANÓNIMA
en cuyo caso tanto el cedente como el cesionario responderán por el importe no
pagado (Código de Comercio, artículo 400).
En cuanto a su forma y contenido, el artículo 401 del Código de Comercio solo
exige que sean expedidas en series continuas, irmadas por el representante legal
y el secretario de la sociedad, además de las indicaciones señaladas previamente
cuando hablamos de las acciones como títulos.
La expedición de duplicados es necesaria en determinadas situaciones, las cuales
son: el hurto, la pérdida o el deterioro del título. Sin embargo, el proceso de
expedición es diferente para cada una de estas circunstancias. En caso de hurto, el
duplicado se hará a nombre de quien estuviere inscrito en el libro de registro, pues
se presume que es el propietario legítimo del título, pero este debe presentar la
copia auténtica del denuncio por pérdida. Cuando es por deterioro, la expedición
de duplicado requiere la entrega del original para que este sea anulado. En caso
de pérdida, la Junta Directiva podrá exigirle una garantía para la expedición del
duplicado y hasta tanto no otorgue dicha garantía no le será entregado el duplicado
(Código de Comercio, artículo 402).
N) Negociación de acciones
En principio, los accionistas pueden negociar libremente las acciones que posean,
pero existen limitaciones que constituyen excepciones a dicho principio. Estas
excepciones se encuentran señaladas en el artículo 403 del Código de Comercio
y hacen referencia principalmente a la enajenación: a) de acciones privilegiadas;
b) de acciones donde se haya pactado el derecho de preferencia; c) de acciones
de industria no liberadas y que requieren autorización de la Junta Directiva o
de la asamblea general, y d) de las acciones que estuvieren gravadas con prenda,
respecto de las cuales se requerirá la autorización del acreedor.
En razón de ello, a la sociedad le queda prohibido hacer inscripciones en el libro
de registro de accionistas cuando no se haya veriicado el cumplimiento de estos
requisitos. Los accionistas estarán impedidos para negociar total o parcialmente
sus acciones a terceros, mientras no se hayan agotado los requerimientos necesarios
para que sus titulares ejerzan el derecho preferente que conste en la acción.
Aunque las acciones no estén totalmente liberadas, podrán ser objeto de
negociación. Así lo indican los artículos 400 y 405 del Código de Comercio,
pues en ese caso el cedente y el cesionario responderán por el pago de las cuotas
insolutas; en otras palabras, las acciones no pagadas íntegramente pueden ser
perfectamente negociadas, y para ello tan solo basta el acuerdo de las partes y la
inscripción en el libro de registro para que tal negociación tenga efectos frente a
la sociedad y a terceros. Para realizar esta nueva inscripción se requiere de orden
previa del enajenante, la cual puede otorgarse en forma de endoso en el título. Así
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176
DE LAS SOCIEDADES COMERCIALES
mismo, será necesaria la cancelación de los títulos expedidos al tradente (Código
de Comercio, artículo 406).
Cuando se trate de la negociación de acciones con derecho de preferencia, se
deben indicar en los estatutos sociales los plazos y condiciones dentro de los
cuales la sociedad o los accionistas podrán ejercer dicho derecho; no obstante,
el precio y forma de pago pueden ser ijados por los interesados. El accionista
que quiera enajenar sus acciones deberá formular la oferta por intermedio del
representante legal, quien hará el traslado de la misma a los demás accionistas, los
cuales podrán ejercer o no el derecho. En todo caso, si llegare a vencerse el plazo
sin que hubiese aceptación, el oferente estará en libertad de vender sus acciones
a terceros, es decir, una vez agotado el plazo para que los socios maniiesten si
desean o no adquirir acciones, podrá realizarse la venta a terceros dentro de un
plazo determinado.
Tratándose de acciones de industria, es indispensable para su negociación que el
accionista haya cumplido con sus obligaciones, es decir, con el aporte de industria
en la forma prometida, pues es lógico que no podrá enajenar las acciones mientras
no le sean entregadas (Código de Comercio, artículo 380).
Por su parte, el artículo 408 del Código de Comercio señala otra situación donde
la enajenación de acciones requiere una autorización especial, y este es el caso de
las acciones que se encuentren en litigio, las cuales necesitan permiso del juez
(número 6 artículo 593, Código General del Proceso)
En igual modo se establece una prohibición particular a los administradores, pues
ellos no pueden enajenar acciones de la misma sociedad mientras se encuentren
al frente de sus cargos, salvo que no sea con ines especulativos, en cuyo caso
requerirá de autorización de la Junta Directiva. Esta autorización será otorgada
con el voto favorable de las dos terceras partes de sus miembros, o de la asamblea
general con el voto favorable de la mayoría ordinaria estatutaria.
Al respecto, vale la pena traer a colación el alcance que a la norma le ha otorgado
la Superintendencia de Sociedades, en los siguientes términos:
La prohibición para enajenar o adquirir acciones de que trata el artículo 404
del Código de Comercio radica en cabeza de quienes ostentan la calidad de
administradores, valga decir, representantes legales, liquidadores, factores,
miembros de juntas o consejos directivos, y demás personas que de acuerdo con
los estatutos ejerzan o detenten funciones de administración [...] La norma parte
del supuesto de que quien tiene acceso a los documentos y a la información de la
sociedad se encuentra en ventaja frente a aquellos accionistas que no cuentan con
esa posibilidad; la disposición exige que los administradores no solo detenten tal
calidad, sino que [también] se encuentren en ejercicio de sus cargos, porque es
de esta manera como valiéndose de su posición en la compañía pueden derivar
provecho de la información que conocen para enajenar o adquirir acciones en
PARTE 2 - CAP. II: SOCIEDAD ANÓNIMA
condiciones más favorables y de las cuales no tienen conocimiento los demás
asociados.
La enajenación debe entenderse como el acto jurídico de disposición a cualquier
título de las acciones de propiedad de quien ostenta la calidad de administrador,
en virtud del cual se transieren las participaciones de capital a otra persona,
lo que indica que para los efectos de la disposición en comento quien enajena
detenta simultáneamente dos condiciones, la de accionista y la de administrador.
En tanto que la adquisición comporta el ingreso de las acciones como bienes
muebles al patrimonio particular del administrador, en razón de una negociación
de acciones en la que este participa como comprador, o de una suscripción de
acciones derivada de un proceso de colocación de acciones adelantado por la
sociedad en la que aquel ejerce dicho cargo. En el caso de la suscripción de
acciones cuando el administrador además de ostentar esta calidad reviste el
estatus de accionista de la sociedad que administra, tal suscripción obedece al
ejercicio del derecho de suscripción preferente que consagra la ley a favor de
todos los accionistas en toda nueva emisión de acciones (Código de Comercio,
artículo 388), y de allí que en este caso no aplique la prohibición contenida en el
artículo 404 del Ordenamiento Mercantil.
La disposición prohíbe que el administrador bien sea por sí mismo o bien a
través de interpuesta persona enajene o adquiera acciones de la misma sociedad.
En el primero de los casos, actúa por sí mismo cuando el acto de enajenación o
de adquisición de acciones lo realiza de manera directa, a nombre propio y por
cuenta propia. Mientras que en el segundo de ellos quien celebra el respectivo
negocio jurídico es otra persona que aparentemente y frente a terceros lo hace
a nombre propio, pero que en realidad obra a favor del administrador de la
sociedad. En este último evento estamos en el terreno de la interposición de
personas, fenómeno este íntimamente relacionado con la igura de la simulación
(Superintendencia de Sociedades, 2007, Oicio 220-047597).
En todo caso no podrán enajenarse aquellas acciones cuya inscripción en el
registro se encuentre cancelada o sea impedida por autoridad competente y que,
por ende, sea necesario el permiso del respectivo juez. En dicha prohibición
incurrirán aquellos administradores que no solo se nieguen a inscribir alguna
enajenación de acciones sin justiicación legal, sino también aquellos, que la
efectúen sin que la enajenación hubiese cumplido con las exigencias señaladas
legal o estatutariamente, y que la misma genere perjuicio en los derechos de
cualquier asociado, de acuerdo con tales circunstancias (Superintendencia de
Sociedades, 2008, Oicio 220-020475).
O) Prenda, usufructo y anticresis de acciones
Los atributos que coniere la calidad de accionista no pueden ser negociados
por separado. No obstante por razón de la autonomía privada de la voluntad,
los accionistas pueden hacer uso de las iguras jurídicas relacionadas con la
desmembración de los atributos de la calidad de accionista y la transferencia de
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DE LAS SOCIEDADES COMERCIALES
algunos de estos atributos a una persona diferente, tales como la participación
en las utilidades y a veces el voto. Estas iguras son el usufructo, la prenda y la
anticresis (Código de Comercio, artículos 410 a 413).
A la garantía prendaria se le aplica la Ley 1676 de 2013, por consiguiente para
que sea oponible frente a terceros debe inscribirse en el registro creado por dicha
ley, por así exigirlo el art. 3, que en el inciso 3 habla sobre la prenda de acciones,
anticresis, al considerarlas garantías mobiliarias. Para que estas sean oponibles
frente a terceros, el artículo 21 de la citada ley, exige como mecanismo para tal
efecto, la inscripción en el registro y el art. 82 ibídem, le coniere preferencia a las
disposiciones contenidas en otras leyes.
a) Prenda
Consiste en la entrega de una cosa mueble a un acreedor, con el in de asegurar
el cumplimiento de un crédito. En el caso de las acciones, la prenda se reputa
perfecta con la entrega del título al acreedor prendario y su registro en el libro
de acciones. Esta entrega tiene la particularidad de no conferir los derechos
inherentes a la calidad de accionista, salvo pacto en contrario. Sin embargo,
puede existir la posibilidad que dentro del contrato social se hubiesen estipulado
restricciones al acreedor prendario, en cuyo caso es deber del accionista deudor
informar esa situación a su acreedor prendario, para que sepa los efectos y límites
de dicha negociación.
La Superintendencia de Sociedades ha señalado que cuando en el contrato de
prenda se cedan al acreedor prendario los derechos que se derivan de la calidad
de accionista y él mismo involucre el derecho a participar en las deliberaciones
del máximo órgano social y votar en él, la sociedad podrá remitir la convocatoria
respectiva al acreedor prendario y no al deudor prendario, esto es, al socio
(Superintendencia de Sociedades, 2007, Oicio 220-047380).
b) Usufructo
Consiste en el goce que se tiene de una cosa, situación en la cual surge como
contraprestación la conservación de su forma y sustancia y la restitución a su
dueño. Tal goce será de duración limitada.
Para el caso de usufructo de acciones, el artículo 410 del Código de Comercio
señala que el perfeccionamiento de este se efectuará mediante su registro en el
libro de acciones, coniriendo de esta forma todos los derechos inherentes a la
calidad de accionista, con excepción del derecho de enajenación o gravamen y el
de reembolso en el momento de liquidación.
Así, la calidad de accionista residirá exclusivamente en el nudo propietario y el
usufructuario solo tendrá derecho a los incrementos que se hayan obtenido en la
PARTE 2 - CAP. II: SOCIEDAD ANÓNIMA
sociedad durante la vigencia del usufructo, en proporción al valor desembolsado
de sus acciones, es decir, solo tendrá derecho a los rendimientos económicos que
le corresponden como usufructuario; los restantes derechos corresponderán al
nudo propietario. Pues tal como lo señala el artículo 412 del Código de Comercio,
salvo que las partes pacten otra cosa, con el usufructo se conferirán los derechos
inherentes a la calidad de accionista a excepción de la facultad de enajenar las
acciones, gravarlas o pedir su reembolso durante el proceso de liquidación.
Aquellos derechos que se reserve el nudo propietario deberán constar por escrito.
c) Anticresis
La anticresis se reiere a la entrega que se hace al acreedor de un bien para que se
pague con sus frutos. En el artículo 413 del Código de Comercio se indica que el
acreedor solamente se limita a percibir las utilidades que le corresponden a las
acciones a título de dividendo y que el modo de perfeccionamiento es igual al de
la prenda y el usufructo.
P) Adquisición de acciones de la propia sociedad o
readquisición de acciones
El artículo 396 del Código de Comercio estipula que la sociedad anónima no
puede adquirir sus propias acciones, salvo que lo autorice la asamblea, con la
mayoría de los votos presentes (artículo 68 Ley 222 de 1995), y por tanto, puede
considerarse una operación de negociación excepcional.
En primer lugar, una vez otorgada la autorización por parte de la asamblea general,
deberá constituirse una reserva para la adquisición de las acciones. Y cuando
se haya adoptado la decisión para que pueda llevarse a cabo dicha operación,
deberán utilizarse los fondos de las utilidades líquidas y las acciones que se
pretende adquirir deben encontrarse totalmente liberadas. Una vez adquiridas,
las acciones saldrán de circulación, lo que implica que los derechos inherentes
a las mismas quedarán en suspenso (Superintendencia de Sociedades, 2001,
Oicio 220-28547).
Tan pronto se adquieran las acciones, la sociedad podrá tomar las siguientes
medidas: a) enajenarlas y distribuir su precio como una utilidad, si no se ha
pactado en el contrato u ordenado por la asamblea una reserva especial para
la adquisición de acciones, pues en este caso se llevará el valor a dicha reserva.
Una de las funciones propias de la asamblea es disponer de la distribución de
las utilidades. Luego en este caso es al órgano máximo quien debe decidir si las
utilidades se van a destinar para adquirirlas máxime si en los estatutos se pactó
la formación de reservas especiales; b) distribuirlas entre los accionistas en forma
de dividendo. Esta segunda medida nos indica que por representar utilidades
liquidas no repartidas tienen el mismo alcance de ser distribuidas como bienes
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DE LAS SOCIEDADES COMERCIALES
en especie; c) cancelarlas y aumentar proporcionalmente el valor de las demás
acciones, mediante una reforma del contrato social. En el fondo con esta medida
lo que afecta es el valor nominal de las acciones y el número de acciones en que
se divide el capital suscrito; lo cual conlleva una reforma del contrato social en la
cláusula del capital suscrito, el número y el valor nominal de las acciones en que
se divida. Si se adopta esta medida, se reduce el capital suscrito en proporción
al valor nominal de las acciones que se cancelan; y no es necesario reformar los
estatutos en lo que el capital autorizado se reiere. En este caso, al disminuirse el
número de acciones suscritas, se aumenta el valor nominal de las demás acciones;
d) cancelarlas y disminuir el capital hasta concurrencia de su valor nominal, y e)
destinarlas a ines de beneicencia, recompensas o premios especiales. ( Código
de Comercio, artículo 417). Esta última medida, hay que mirar si en el contrato
social está previsto esta clase de actos, siendo de competencia la asamblea quien
la ordena, para lo cual ha de ser aprobada por la mayoría de los votos presentes
(Código de Comercio, artículo 68 Ley 222/95).
Q) Acciones con dividendo preferencial y sin derecho de voto
Los artículos 61 a 66 de la Ley 222 de 1995 hacen referencia a este tipo especial de
acciones. Estas solo podrán ser emitidas si así lo determina la asamblea general
y serán con dividendo preferencial y sin derecho a voto, tendrán el mismo valor
nominal de las acciones ordinarias y no podrán representar más del 50 por ciento
del capital suscrito. La razón de ser de la emisión de estas acciones nace de la
necesidad de quienes solo buscan obtener rendimientos mediante la inversión en
el mercado de capitales, sin buscar participar en la dirección de la sociedad.
Se requerirá de la autorización de la Superintendencia de Sociedades para la
colocación de acciones con dividendo preferencial y sin derecho a voto, de las
sociedades emisoras que estén bajo su vigilancia y control (Ley 222 de 1995,
artículos 84 numeral 9, y 85 numeral 3).
Los derechos que coniere dicha acción son: a) percibir el dividendo mínimo que
ije el reglamento de suscripción, el cual se pagará preferentemente; b) una vez
pagado el pasivo externo, en caso de que se disuelva la sociedad, se tendrá derecho
al reembolso preferencial de los aportes; y c) los mismos derechos previstos para
las acciones ordinarias, salvo el de participar y votar en la asamblea de accionistas.
Además de estos, el reglamento de suscripción podrá conceder también los
siguientes derechos: a) participar en igual proporción de las utilidades que
resulten de deducir el dividendo mínimo; b) participar en igual proporción de las
utilidades que resulten de deducir el dividendo mínimo y el correspondiente a las
acciones ordinarias, cuyo monto será igual al del dividendo mínimo.
Estas acciones solo otorgarán el derecho al voto en los siguientes casos: a) cuando
se tengan que aprobar modiicaciones que desmejoren las condiciones o derechos
PARTE 2 - CAP. II: SOCIEDAD ANÓNIMA
otorgados por estas acciones; b) cuando se vote la conversión en acciones
ordinarias de las acciones con dividendo preferencial y sin derecho a voto; c) los
demás casos que señale el reglamento de suscripción.
El cumplimiento de estos derechos será obligatorio para la sociedad, los cuales
son otorgados por medio de las acciones a sus titulares en la forma, términos
y condiciones ijados y aprobados. En todo caso, los títulos deberán indicar los
derechos especiales que conieren.
Si no es pagado el dividendo, se presume que ello se debe a que la sociedad no está
generando utilidades, ya sea porque se han ocultado o distraído los beneicios y esto
hace que disminuyan las utilidades a distribuir. En este caso, la Superintendencia
de Sociedades podrá determinar que los titulares de estas acciones participen con
voz y voto en la asamblea general de accionistas, hasta que se veriique que han
desaparecido las irregularidades que dieron lugar a esta medida.
7. Dirección y administración128
La sociedad anónima se encuentra compuesta por órganos que poseen un carácter
jerárquico. En primer lugar, encontramos a la asamblea general de accionistas, la
cual se encarga de representar y transmitir el interés de los asociados. A ella se
encuentran sometidos la Junta Directiva y el representante legal. Veamos cada
uno de ellos.
A) Asamblea general de accionistas
Es el máximo órgano social y se encarga de ijar las pautas o criterios de la
sociedad. Debe estar constituida por los accionistas reunidos con el quórum
y en las condiciones previstas en los estatutos o la ley (Código de Comercio,
artículo 419). Los accionistas se encargarán de adoptar las decisiones en la forma
y condiciones que se indiquen en los estatutos o la ley. Para ello, se reunirán
en períodos determinados y dependiendo de los temas a tratar, tales reuniones
pueden ser de dos clases: ordinarias y extraordinarias.
Las primeras se realizan mínimo una vez al año en las fechas indicadas estatutariamente o, en su defecto, dentro de los tres primeros meses de cada año. Si no
fuere convocada, la asamblea se reunirá por derecho propio el primer día hábil del
mes de abril, a las 10 a.m., en las oicinas del domicilio principal donde funcione
la administración de la sociedad; el motivo de convocatoria de las asambleas or-
128 Con referencia al tema en particular, se tratará con más precisión en la parte tercera de este
libro, a partir de la página 331.
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DE LAS SOCIEDADES COMERCIALES
dinarias se encontrará determinado en los estatutos, además de las razones que
expresamente señala el artículo 422 del Código de Comercio.
Por su parte, las asambleas extraordinarias surgen cuando sobrevienen circunstancias imprevistas. Por tanto, no pueden tomarse decisiones sobre temas no
incluidos en el orden del día, aunque puede que la mayoría de acciones representadas decida tratar dichos temas y, por ende, los mismos se considerarían una vez
agotado el orden del día (Código de Comercio, artículos 423 y 425).
En cualquier caso, para las reuniones ordinarias deberá hacerse previamente
la convocatoria a los accionistas, en la forma exigida y por los medios idóneos
que se indiquen en los estatutos; a falta de estipulación, la convocatoria deberá
realizarse mediante aviso en periódico de amplia circulación en el domicilio
principal de la sociedad. Cuando se trate de asamblea extraordinaria, además de
esta convocatoria deberá anexarse la orden del día.
La convocatoria deberá realizarse con quince días hábiles de anticipación, cuando
hayan de aprobarse los balances de in de ejercicio, y para las demás reuniones
deberá realizarse en un término de cinco días comunes de antelación (Código de
Comercio, artículo 424).
Si realizada la convocatoria no se lleva a cabo la reunión por falta de quórum, se
requerirá citar a:
Una nueva reunión que sesionará y decidirá válidamente con un número plural
de socios cualquiera sea la cantidad de acciones que esté representada. La nueva
reunión deberá efectuarse no antes de los diez días ni después de los treinta,
contados desde la fecha ijada para la primera reunión (Código de Comercio,
artículo 429, modiicado por la Ley 222 de 1995, artículo 69).
Las deliberaciones podrán suspenderse y reanudarse cuantas veces lo determine
cualquier número plural de asistentes que constituyan por lo menos el 51 por
ciento de las acciones representadas en la reunión. Pero si no se encuentran
representadas la totalidad de acciones suscritas, estas reuniones no podrán
prolongarse por más de tres días (Código de Comercio, artículo 430). Así las
cosas, si transcurrido este término se hayan representadas la totalidad de acciones
suscritas, la asamblea podrá continuar deliberando hasta tanto no se desintegre el
quórum exigido, pues de lo contrario, las deliberaciones deberán concluir.
En cuanto a la suspensión de las deliberaciones, la Superintendencia de Sociedades
ha señalado que:
Las formalidades legales y estatutarias para reanudar la reunión son las previstas
en artículo 430 del Código de Comercio, en concordancia con el citado artículo
186; por tanto, en ningún caso debe mediar nueva convocatoria, toda vez que la
sesión celebrada con fundamento en la decisión de suspensión constituye una
PARTE 2 - CAP. II: SOCIEDAD ANÓNIMA
única reunión cualquiera sea su carácter, pero llevada a cabo en etapa diferente,
atendiendo la voluntad del mencionado órgano, siempre que no se excedan las
condiciones que para el efecto consagró la misma norma (Superintendencia de
Sociedades, 2001, Oicio 220-19266).
Una vez instalada la asamblea general de accionistas, además de las señaladas en
los artículos 187 y 420 del Código de Comercio, ejercerá las siguientes funciones:
• Disponer qué reservas deben hacerse además de las legales.
• Fijar el monto del dividendo, así como la forma y plazos en que se pagará.
• Ordenar las acciones que correspondan contra los administradores, funcionarios directivos o el revisor iscal.
• Elegir y remover libremente a aquellos funcionarios cuya designación le
corresponda.
• Disponer que determinada emisión de acciones ordinarias sea colocada sin
sujeción al derecho de preferencia, para lo cual se requerirá el voto favorable
de no menos del 70 por ciento de las acciones presentes en la reunión.
• Adoptar las medidas que exigiere el interés de la sociedad.
• Las demás que le señalen la ley o los estatutos, y las que no correspondan a
otro órgano.
Sin embargo, vale la pena anotar que estas no son las únicas facultades que tiene
la asamblea y que en los distintos artículos del Estatuto Mercantil se indican
otras como: a) determinar el valor de los aportes efectuados posteriormente al
acto de constitución, siempre que dicha facultad no le hubiese sido asignada
a la junta de directiva; b) cuando se trate de aportes en usufructo, ordenar su
restitución si ello se ha acordado y regulado en los estatutos; c) aprobar que el
revisor iscal tenga auxiliares y determinar las remuneraciones de los mismos;
d) cuando surja una causal diferente de disolución que no tenga efectos de pleno
derecho, o que no haya sido declarada judicialmente, podrá declarar disuelta la
sociedad o adoptar medidas tendientes a evitar la disolución según la causal; e)
nombrar a los liquidadores y sus suplentes; f) resolver las discrepancias que se
presenten entre los liquidadores que actúan en consuno; g) aprobar las cuentas
de los liquidadores y el acta de prorrateo del remanente de los activos; h) podrá
prescindir de realizar la liquidación para constituir nueva sociedad por acuerdo
de la totalidad de socios; i) emitir acciones privilegiadas y de industria, después
de la constitución de la sociedad; j) autorizar a los administradores la adquisición
de acciones, cuando la Junta Directiva no lo haga.
En todo caso, cualquier determinación adoptada por la asamblea deberá hacerse
constar en el libro de actas, las cuales se encabezarán:
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DE LAS SOCIEDADES COMERCIALES
con su número y expresarán cuando menos: lugar, fecha y hora de la reunión;
el número de acciones suscritas; la forma y antelación de la convocación; la lista
de los asistentes con indicación del número de acciones propias o ajenas que
representen; los asuntos tratados; las decisiones adoptadas y el número de votos
emitidos en favor, en contra, o en blanco; las constancias escritas presentadas por
los asistentes durante la reunión; las designaciones efectuadas, y la fecha y hora
de su clausura (Código de Comercio, artículo 431).
Adicionalmente a esta estipulación legal, el artículo 131 del decreto 2649 de 1993
indica que en la elaboración de las actas deberá especiicarse el nombre del órgano
y la numeración sucesiva de las mismas. En caso de que se omitan algunos datos,
se prevé la posibilidad de realizar actas adicionales por quienes actuaron como
presidente y secretario. No obstante cuando se trate de aclarar o hacer constar
una decisión del órgano social, deberá ser aprobada por quien hubiera designado
para ello.
B) Junta directiva
Es el órgano de dirección y administración de carácter permanente que se
encarga de ejercer la gestión de la sociedad. Los miembros que la conforman
son verdaderos mandatarios, con los derechos y obligaciones que a ellos les
corresponden. Además es un órgano colegiado de actuación obligatoria en este
tipo societario.
Debe estar integrada con no menos de tres miembros, ya sean personas naturales
o jurídicas, cada uno de los cuales contará con un suplente, ya sea personal o
numérico; si no se estipula nada al respecto, se entenderá que los suplentes son
numéricos ( Código de Comercio, artículo 434).
No obstante, se prohíbe que en las juntas existan mayorías conformadas por
personas con parentesco (Código de Comercio, artículo 435), a excepción de las
sociedades de familia, entendidas estas como aquellas sociedades donde:
Debe existir entre dos o más socios un parentesco de consanguinidad hasta el
segundo grado (padre, madre, hijos y hermanos) o único civil (padre o madre
adoptante e hijo adoptivo), o estar unidos entre sí matrimonialmente, siempre
y cuando los socios así relacionados ejerzan sobre la sociedad un control
económico, inanciero o administrativo (Superintendencia de Sociedades,
1994, Oicio 220-14246129).
Como la administración de los negocios sociales no corresponde a un grupo
particular de socios, la Junta Directiva tendrá atribuciones para autorizar la
129 Este artículo 435 no se aplica en la sociedad por acciones simpliicada, salvo que en los estatutos
se disponga lo contrario.
PARTE 2 - CAP. II: SOCIEDAD ANÓNIMA
celebración de cualquier acto o contrato, a in de obtener la consecución del objeto
social, siempre y cuando se encuentre comprendido dentro de la órbita del objeto.
Además, la junta tomará las determinaciones para el cumplimiento de los ines de
la sociedad y lo hará con la presencia y los votos de la mayoría de sus miembros,
salvo que se estipule un quórum superior.
Este órgano será elegido por la asamblea general de accionistas. Dicha elección se
realizará conforme a lo indicado en los estatutos sociales, mediante la aplicación
del sistema de cuociente electoral.
Este se determinará dividiendo el número total de los votos válidos emitidos por
el de las personas que hayan de elegirse. El escrutinio se comenzará por la lista
que hubiere obtenido mayor número de votos, y así en orden descendente. De
cada lista se declararán elegidos tantos nombres cuantas veces quepa el cuociente
en el número de votos emitidos por la misma, y si quedaren puestos por proveer,
estos corresponderán a los residuos más altos, escrutándolos en el mismo orden
descendente. En caso de empate de los residuos, decidirá la suerte (Código de
Comercio, artículo 197).
En todo caso, de presentarse una vacante sobreviniente, será necesario el voto
unánime de los accionistas presentes en la reunión de asamblea general de
asociados, pues, de lo contrario, se requerirá elegir a todos los miembros de la
junta. Ello es posible debido a que los administradores son de libre remoción y, por
consiguiente, los nombramientos podrán ser revocados libremente en cualquier
tiempo. Cualquier pacto en contrario será ineicaz de pleno derecho, sin que sea
necesaria declaración judicial o administrativa.
Se reunirá la Junta Directiva una vez se realice la convocatoria por ella misma, por
el representante legal, por el revisor iscal o por dos de sus miembros que actúen
como principales. Una vez reunida, sus miembros deberán actuar de manera
conjunta, pues cada uno propiamente considerado carecerá de capacidad para
tomar decisiones. Entonces, para deliberar y tomar decisiones, la Junta Directiva
deberá reunirse conforme a las formalidades y el quórum que se señalen en
los estatutos o, a falta de estos, los que le indique la ley. Su carácter de órgano
colegiado radica en que sus funciones son desempeñadas de manera colectiva y,
por ende, también las decisiones que se tomen, las cuales tendrán que constar en
actas (Código de Comercio, artículo 437).
La ley da libertad a los socios de estipular de manera detallada en los estatutos
sociales las funciones que tiene que cumplir este órgano. Salvo estipulación en
contrario, la Junta Directiva tendrá atribuciones suicientes para la celebración
de actos o contratos que se relacionen con el objeto social, aunque su función
principal siempre será la de administrar la empresa conforme al objeto social
(Código de Comercio, artículo 438), pero esta administración deberá extenderse
a toda aquella gestión interna tendiente a ordenar a los demás órganos sociales la
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DE LAS SOCIEDADES COMERCIALES
ejecución de determinados actos. En todo caso, deberá expresarse en los estatutos
cualquier limitación a tales facultades, pues, de lo contrario, serán inoponibles a
terceros.
Vale la pena anotar que su facultad de administración no podrá delegarla a
terceros extraños o comités, pues se afectaría la responsabilidad que la ley asigna
a todo administrador por la gestión realizada.
C) Representante legal
Es la persona (o personas) encargada de ejercer la gestión externa de la sociedad,
pues será quien la represente ante terceros. Tal representación deberá sujetarse a
lo que le señalen la ley y los estatutos sociales. Sin embargo, a falta de los últimos,
se entenderá que las personas que representen a la sociedad podrán ejecutar y
celebrar aquellos actos que se encuentren comprendidos en el objeto social, es
decir, todas aquellas personas que desarrollen las actividades señaladas en el
objeto social.
Si en los estatutos no consta ninguna restricción a tales facultades y los mismos
se encuentran inscritos en el registro mercantil, se entenderá que no serán
oponibles a terceros. Usualmente algunas de estas restricciones tendrán que ver
con la naturaleza y cuantía del acto o contrato y que, por ende, será requerida la
autorización de la asamblea general de accionistas.
Por su parte, el Código de Comercio permite la existencia de uno o varios
representantes legales, quienes serán designados por la Junta Directiva, o si
lo indican los estatutos, por la asamblea general, para que aquellos ejerzan
la representación de manera temporal, es decir, en períodos determinados y
revocables, o lo que es lo mismo, de libre nombramiento y remoción (Código de
Comercio, artículo 440).
El representante legal tendrá por obligación presentar cuentas comprobadas de
su gestión ante la Junta Directiva o asamblea general, siempre que las mismas se
lo exijan, al in de cada ejercicio contable y cuando se retire del cargo (Ley 222 de
1995, artículo 45).
En caso de que sean designados más de un representante legal, deberá además
señalarse si tendrán que actuar de manera conjunta o separada y en forma
temporal o permanente, pues es vital que ante la falta de uno, el suplente ejerza
las funciones de representación, y así evite la parálisis de la empresa, pues es el
encargado de dirigir las relaciones internas y externas y de ejecutar las decisiones
de la asamblea general y la Junta Directiva. En todo caso, cuando el representante
legal principal no pueda ejercer su cargo, será el suplente quien lo reemplace,
contando para ello con las mismas facultades del principal.
PARTE 2 - CAP. II: SOCIEDAD ANÓNIMA
Al momento de ser designados, deberá constar en la escritura de constitución el
nombre, domicilio, facultades y obligaciones de quienes serán los encargados de
representar a la sociedad. Por tanto, deberá inscribirse en el registro mercantil su
designación y remoción, junto con la copia del acta de la Junta Directiva, o en su
defecto de la asamblea general, que fue aprobada y irmada por el presidente y el
secretario del respectivo órgano social, o a falta de estos, la irma del revisor iscal.
Su designación o remoción no implicará la reforma del contrato social, sino que
se entenderá como una forma de ejecutar o desarrollar el contrato y, por tanto,
solo será necesario su registro.
Así, cuando no se cancele la inscripción mediante el registro de un nuevo nombramiento de quienes iguren como gerentes principales y suplentes en el registro,
se entenderá para todos los efectos legales que aquellos seguirán ejerciendo la
representación legal de la sociedad (Código de Comercio, artículos 164, 441 y
442). Sobre este tema, la Corte Constitucional ha señalado respecto al requisito
de publicidad que:
«La principal sanción que consagra el ordenamiento jurídico para la falta de
registro de los actos sometidos a dicha exigencia es la inoponibilidad mercantil,
es decir, la ausencia de producción de efectos de los actos realizados en relación
con los terceros. Nótese cómo, en este contexto, la inoponibilidad se relaciona
con la inalidad de publicidad propia del registro mercantil.
[...] Esto signiica que el incumplimiento del requisito de publicidad impide que
el acto produzca efectos jurídicos en relación con los terceros y que, en ningún
caso, dicha omisión puede llegar a desconocer la validez de un acto entre las
partes. Luego, como la falta de registro acarrea la inoponibilidad del acto y esta
conduce a la protección de los terceros, la exigencia de dicho registro no se somete
a su realización en un plazo determinado, sino que, por el contrario, supone la
diligencia de las partes, so pena de soportar las consecuencias derivadas de la
inobservancia de la citada carga de legalidad (Corte Constitucional, 2003,
Sentencia C-621).
A su vez, la misma Corte ha ijado el alcance del artículo 164 del Código de
Comercio indicando que:
La sola presencia de la expresión «para todos los efectos legales», en el artículo
164 del Código de Comercio, hace que dichos sujetos sigan considerándose
como tales en todo sentido, mientras no se cancele dicha inscripción mediante el
registro de un nuevo nombramiento o elección.
[...] En ningún tiempo, la renuncia, destitución o cualquier otra causa natural
o legal de terminación del cargo, aun registradas —como lo permite el artículo
163 del Código de Comercio—, permitiría desvincular al representante o revisor
iscal de la responsabilidad frente a terceros mientras no se registre un nuevo
nombramiento. De manera que, la cesación de funciones y responsabilidades
estaría sujeta a una condición futura e incierta que es la realización del referido
nombramiento y su posterior registro, «actos jurídicos que no dependen de la
voluntad de los que iguran inscritos, sino de otros órganos sociales que no tienen
señalado un plazo para llevarlos a cabo».
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DE LAS SOCIEDADES COMERCIALES
Sin embargo, a juicio de esta Corporación, dicha conclusión no puede constituir
la ratio iuris de la sentencia de la referencia, ya que, según lo determinó la misma
Corte, los artículos 163 y 164 del Código de Comercio, solo pueden considerarse
constitucionales bajo el entendido que la responsabilidad que endilgan a los
representantes legales y revisores iscales tenga un límite.
Por tanto, se entenderá que «no es representante legal, administrador o revisor
iscal quien aparece en el registro mercantil, sino quien de conformidad con
la decisión del máximo órgano de la sociedad o de la Junta Directiva —previa
delegación— ejecuta los actos propios de esos cargos». Por otra parte, no es
indispensable la decisión de la sociedad mediante Acta, cuando las causales que
impiden la ejecución de los actos de representación o administración se derivan
de circunstancias naturales, por ejemplo, la muerte (Corte Constitucional,
2003, Sentencia T-974).
D) Derecho de inspección de los socios. Inexistencia de la
obligación de entregar copias
Cada uno de los accionistas tiene la potestad de inspeccionar las actividades que
desarrolle la sociedad. Esta potestad se ve relejada en el derecho que poseen los
socios de examinar los libros y documentos de la compañía.
De manera general, el artículo 48 de la Ley 222 de 1995 preceptúa el derecho de
inspección con el que cuentan los socios sobre los libros y papeles de la sociedad.
Especíicamente para la sociedad anónima, tres artículos del Código de Comercio
hacen especial referencia al derecho de inspección en este tipo societario. El
artículo 379 del Código de Comercio, en su numeral cuarto, hace referencia al
derecho que asiste al accionista de inspeccionar libremente los libros y papeles
sociales dentro de los quince días hábiles anteriores a las reuniones de la asamblea
general en que se examinen los balances de in de ejercicio; el artículo 422 establece
la obligación en la que se encuentran los administradores de permitir el ejercicio
del derecho de inspección a los accionistas o a sus representantes en el término
legalmente establecido; a su vez, el artículo 447 arguye al derecho de inspección
respecto de los documentos mencionados en el artículo 446 y los libros y demás
comprobantes exigidos por la ley.
La Superintendencia de Sociedades se reirió acerca del término legal de quince
días anteriores a la asamblea de accionistas, para ejercer el derecho de inspección,
reiterando130 su posición acerca de que no se está en la obligación por parte de los
130 Ya en Oicio 220-63283 del 28 de diciembre de 1995 la Superintendencia de Sociedades había
indicado: «[…] La libertad del asociado según las voces del citado artículo 369, es la de examinar,
vocablo este, que no tiene una connotación diferente a la de escudriñar con cuidado y diligencia el
tema de su interés, pero no va más allá de una simple inspección; esto es, que el asociado no puede,
PARTE 2 - CAP. II: SOCIEDAD ANÓNIMA
administradores de entregar copias de los documentos a inspeccionar por parte
de los socios.
[…] Es así como, en las sociedades anónimas, el acceso a los mismos por parte
de los accionistas se deriva de su derecho de inspección sobre éstos, el cual, para
este tipo societario responde en cuanto al tiempo de su ejercicio a lo exigido en
los artículos 379 y 422 del ordenamiento mercantil, que lo ubica, exclusivamente,
en los quince días anteriores a la asamblea en que se examinen los balances de in
de cada ejercicio.
Adicionalmente, del contexto de la normatividad que regula el derecho de inspección, se colige que los libros, documentos e información sujetos a examen
por parte de los asociados, serán los que ilustren y le aclaren a éste o a su representante, lo relacionado con el período contable a considerar, luego se concluye
también que la información a la que está obligado el administrador a someter
a inspección de los asociados es la correspondiente al último ejercicio, pues los
documentos propios a ejercicios anteriores suponen que fueron objeto de iscalización individual en la oportunidad legal correspondiente.
Súmese además que, en sentido estricto, no existe en la legislación mercantil una
disposición expresa que otorgue a los asociados o a los accionistas la facultad de
solicitar copia de los documentos sometidos a su inspección. Por el contrario,
claramente se iniere que sin perjuicio del derecho de inspección consagrado en
los artículos 369 y 442 del Código de Comercio, en concordancia con el artículo 48
de la Ley 222 de 1995, que le coniere en general a todos los asociados la facultad
de examinar directamente o mediante delegado, los libros y comprobantes
de la sociedad, en la oportunidad establecida para cada tipo societario, los
administradores no tienen legalmente la obligación de entregar a los socios
copia de ningún documento de la compañía. […] (Superintendencia de
Sociedades, 2011, Oicio 220-164200).
Sin embargo, en Oicio 220-63283 del 28 de diciembre de 1995, la Superintendencia
airmó que nada impide al máximo órgano de administración autorizar la entrega
de copias a los socios que se encuentren ejerciendo el derecho de inspección.
E) Revisor scal
En particular, la revisoría iscal de la sociedad anónima es de carácter obligatorio,
pues así lo señala el artículo 203 del Código de Comercio. El nombramiento de
la persona que ejerza la revisoría deberá hacerlo la asamblea general, pero para
su designación será necesaria la mayoría estipulada en los estatutos (Código de
Comercio, artículos 203 a 217).
con base en la norma en comento, reclamar a los administradores de la sociedad, nada distinto;
sacar fotocopias o exigirlas, supera el derecho allí consagrado […]».
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8. Disolución de la sociedad anónima
Varias son las causales que generan la disolución de la sociedad, como: a) el vencimiento del término de duración del contrato; b) la imposibilidad de desarrollar
la empresa; c) por decisión de los asociados; d) por declaración de liquidación
obligatoria de la sociedad; e) por decisión de autoridad competente.
La sociedad anónima en particular se disuelve cuando: a) se presentan pérdidas
que ocasionan la reducción del patrimonio neto por debajo del 50 por ciento
del capital suscrito y b) cuando el 95 por ciento o más de las acciones suscritas
pertenezca a un solo accionista (Código de Comercio, artículo 457).
A) Causales
a) Cuando ocurran pérdidas
No será la simple ocurrencia de las pérdidas lo que dé lugar a la causal de
disolución, sino que las mismas ocasionen que el patrimonio de la sociedad se
encuentre ubicado por debajo del 50 por ciento del capital suscrito.
El representante legal y la Junta Directiva tendrán que abstenerse de iniciar nuevas
operaciones y deberán convocar a la asamblea para informar dicha situación; en
esta reunión, la asamblea puede tomar medidas tendientes al restablecimiento del
patrimonio o, en caso contrario, deberá procederse a la liquidación.
El artículo 459 del Código de Comercio estipula un término de seis meses para que
sea llevada a cabo la medida de restablecimiento. Este término se contará a partir
del momento en el que el máximo órgano social tenga conocimiento de la causal y
no desde la fecha de corte de los respectivos estados inancieros. Será con el balance
de in de ejercicio con el cual se llegue a determinar la ocurrencia de las pérdidas.
b) Cuando el 95 por ciento de las acciones radique en cabeza
de un solo accionista
Es una situación común dentro de este tipo societario. Como lo vimos anteriormente, la pluralidad de asociados y, por ende, la concurrencia de varios intereses
es un elemento básico del contrato social; la ausencia de pluralidad será sancionada con la disolución, es decir, de presentarse esta causal, la sociedad deberá decretar obligatoriamente la disolución y, por consiguiente, liquidar el capital social.
9. Liquidación de la sociedad anónima
El trámite dispuesto es el consagrado en el artículo 225 del Código de Comercio
el cual está desarrollado en el capítulo segundo de la cuarta parte de este libro.
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