LA SANTA MISA VIVIR Y PARTICIPAR ¿Qué es la Santa Misa? La Santa Misa es un milagro: en ella participamos de la muerte y la resurrección de Jesús. La Eucaristía es el Sacramento en el que Jesús entrega por nosotros su Cuerpo y su Sangre: a sí mismo, para que también nosotros nos entreguemos a él con amor y nos unamos a él en la Sagrada Comunión. CONSEJOS 1. GUARDA SILENCIO Un silencio distinto al de clase. Debe salir de tu corazón. Vas a entrar en el templo, no es un lugar como cualquier otro, ahí está Jesús, que es DIOS, como lo sabemos entramos en silencio para manifestar que le queremos y que le tenemos respeto. 2. SALUDA AL ENTRAR + Señal de la Cruz HOLA, JESÚS, AQUÍ ESTOY… Cuando entres al templo, te fijas si está Jesús en el sagrario, si es así, HACES UNA GENUFLEXIÓN bien hecha y le puedes decir algo para saludarle. Si ves el sagrario tapado o ves que no está Jesús en él, HACES UNA INCLINACIÓN DE CABEZA. 3. SIÉNTATE DE MANERA CORRECTA Al llegar a tu sitio en la banca, TE SIENTAS y esperas en silencio. Lo mejor es que aproveches para rezar un poco y que pienses en tus intenciones personales, por qué quieres pedir en la Misa. RITOS INICIALES POSTURA: DE PIE 1. PROCESIÓN DE ENTRADA Cuando entra el sacerdote que va a celebrar, nos PONEMOS de PIE. Lo hace llevando vestidos sagrados que significan que va a ser Cristo en el altar. También es bueno que tú vayas bien vestido, porque eso significa que consideras importante lo que vas a hacer. El sacerdote hace inclinación de cabeza y BESA EL ALTAR, en él se celebra el sacrificio. 2. SALUDO S. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. R/ Amén S. El Señor esté con ustedes. R/ Y con tu espíritu S. Saludo S. Hermanos: para celebrar dignamente estos sagrados misterios, reconozcamos nuestros pecados. 3. ACTO PENITENCIAL El sacerdote guarda silencio durante unos instantes. Aprovecha para pedir perdón al Señor por tus pecados y piensa si vas a querer confesarte para que te vayas preparando. Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen, a los Ángeles, a los Santos y a ustedes, hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor. S. Dios Todopoderoso, tenga misericordia de nosotros. perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. R. Amén. 4. TEN PIEDAD La invocación Kyrie eleison (Señor, ten piedad) revela en sí misma dos realidades, la aclamación y la súplica. La aclamación viene a ser la alabanza, el honor y el reconocimiento a Cristo y la súplica será entonces la petición dirigida al Señor, para que derrame su gracia sobre nosotros y nos auxilie en medio de nuestra debilidad. 5. GLORIA El Gloria es un himno antiquísimo y venerable con el que la Iglesia, congregada en el Espíritu Santo, glorifica a Dios Padre y glorifica y le suplica al Cordero. Se canta todos los domingos y en las solemnidades (a excepción del tiempo de cuaresma y adviento) 6. ORACIÓN COLECTA Oración sacerdotal que recoge las intenciones de toda la Iglesia. S. OREMOS: … Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. R. AMÉN. AHORA NOS SENTAMOS para escuchar la palabra de DIOS. No es como un cuento. Es la verdad de LA PALABRA DE DIOS lo que vamos a oír. Nos interesa muchísimo conocer la verdad. LITURGIA DE LA PALABRA (SENTADOS) Preparamos nuestra mente y nuestro corazón para escuchar un mensaje por parte de Dios. No tengamos miedo, pues las lecturas de la biblia no son pastillas para dormir. Dios quiere decirnos algo, talvez consolarnos, tirarnos de las orejas con cariño o animarnos. Escucha atentamente. Imagínate que estás sentado en lo alto de un árbol como Zaqueo, a tres metros de distancia de Jesús, y él te dice: ¡Ven a mí!. 1. PRIMERA LECTURA Se toma del Antiguo Testamento, en el cual conocemos la relación entre el pueblo de Israel y Dios. Lector. Palabra de Dios, R. Te alabamos Señor. 2. SALMO El salmista, proclama las estrofas del salmo, mientras toda asamblea escucha y además participa con su respuesta. El Salmo es la respuesta a la primera lectura, es como si Dios nos diera sus palabras propias para responderle. 3. SEGUNDA LECTURA Se toma del Nuevo Testamento, En ellas conocemos cómo vivían los primeros cristianos y cómo explicaban a los demás las enseñanzas de Jesús. Lector. Palabra de Dios, R. Te alabamos Señor. 4. ALELUYA Y EVANGELIO De pie, cantamos el aleluya y seguidamente escuchamos el Santo Evangelio, el cual narra la vida y las enseñanzas de Jesús. Es aquí donde podemos conocer cómo era Jesús, qué sentía, qué hacía, cómo enseñaba, qué nos quiere transmitir. Esta lectura la hace el sacerdote o el diácono. ALELUYA Y EVANGELIO S. El Señor esté con ustedes. R. Y con tu espíritu. S. Lectura del santo evangelio, según San… R. Gloria a Ti, Señor Jesús. Al terminar la lectura del Evangelio S. Palabra del Señor. R. Gloria y honor a Ti, Señor, Jesús. 5. HOMILÍA Mientras el Sacerdote predica la homilía NOS SENTAMOS para escucharla y sacar algún propósito. 6. PROFESIÓN DE FE Para hacer la profesión de fe, nos ponemos de pie y rezamos el Credo. Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén. 7. ORACIÓN DE LOS FIELES La introduce el sacerdote, luego se hacen las peticiones y tú respondes lo que se indique. L. Peticiones… Roguemos al Señor. R. Te rogamos Señor, óyenos. S. Oración… por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén Con la oración de los fieles, termina la Liturgia de la Palabra y ahora va a comenzar la LITURGIA EUCARÍSTICA. El pan y la palabra son los alimentos del cristiano, que nos permite vivir VIDA SOBRENATURAL. LITURGIA DE LA EUCARISTÍA Esta parte de la Santa Misa es la más importante de todas. Porque es en este momento en el que Jesús se hace presente. EL ALTAR, es la mesa del sacrificio. Sobre él se pone lo que se va a ofrecer para el sacrificio: PAN y VINO que se van a transformar en CUERPO Y SANGRE de Jesús y se van a OFRECER a su padre Dios. 1. OFERTORIO A Dios Padre le agrada EL AMOR con el que Cristo se entrega por nosotros. Tú puedes poner muchas cosas sobre altar para ofrecerlas a Dios. Mira el altar y ofrece lo que eres, el tiempo con tus amigos, el estudio, nuestro tiempo de juego, la clase de mate, etc. 2. COLECTA Mientras todos estamos sentados, un grupo de personas irá, banca por banca, recolectando una ofrenda. Recordemos que dar algo de dinero es voluntario, pero eso sí, queremos aclararte que esto se hace porque la mayoría de parroquias solo vive del dinero que recolecta en esa parte de la Santa Misa. Seguidamente a las ofrendas y a la colecta, todos nos paramos porque el sacerdote dirá: S. Oren hermanos, para que este sacrificio, mío y de ustedes, sea agradable para Dios, Padre Todopoderoso. (NOS PONEMOS DE PIE) R. El Señor reciba de tus manos este santo sacrificio, para alabanza y gloria de su Nombre, para nuestro bien y el de toda su Santa Iglesia. 3. PLEGARIA EUCARÍSTICA PREFACIO El prefacio es la como la introducción de aquello muy importante que está por venir, así es, Jesús se hará presente. Y bueno, en esta parte seguimos de pie, y el Sacerdote nos dirá: S. El Señor esté con ustedes. R. Y con tu espíritu. S. Levantemos el corazón” R. Lo tenemos levantado hacia el Señor. S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R. Es justo y necesario. Por último, el sacerdote hará una pequeña oración: S. En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias, Padre santo, siempre y en todo lugar, por Jesucristo, tu Hijo amado. (Aquí, la parte central de la oración cambia dependiendo la fecha o celebración del día) Por eso, con los ángeles y los santos, proclamamos tu gloria, diciendo”. SANTO Es el momento del Santo, el cual es una alabanza a Dios, por ello siempre debe ser cantado. Este canto lo tenemos que realizar parados, además, también está basado en la biblia, lo podemos encontrar en San Mateo 21, 9. EPÍCLESIS Ahora el pan y el vino se van a transformar en el CUERPO y la SANGRE de Jesús. (NOS PONEMOS DE RODILLAS). S. Santo eres en verdad, Señor, fuente de toda santidad; por eso te pedimos que santifiques estos dones con la efusión de tu Espíritu, de manera que sean para nosotros Cuerpo y (+) Sangre de Jesucristo, nuestro Señor. CONSAGRACIÓN Aquí el sacerdote pronunciará las mismas palabras que Jesús dijo en la Última Cena. La podemos encontrar en el evangelio de San Mateo 26, 26-30. El cual, cuando iba a ser entregado a su Pasión, voluntariamente aceptada, tomó pan, dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: S. Tomen y coman todos de él, porque esto es mi cuerpo, que será entregado por ustedes”. R. Señor Mío y Dios Mío, te amo y te adoro sobre todas las cosas. CONSAGRACIÓN Del mismo modo, acabada la cena, tomó el Cáliz, y dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos, diciendo: S. Tomen y beban todos de él, porque este es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por ustedes y por todos los hombres, para el perdón de los pecados, hagan esto en conmemoración mía. R. Señor mío, y Dios mío, te amo y te adoro sobre todas las cosas. S. Este es el Sacramento de nuestra fe. R. Anunciamos tu muerte y proclamamos tu resurrección. (NOS PONEMOS DE PIE) DOXOLOGÍA S. Por Cristo, con Él y en Él, a Ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria, por los siglos de los siglos. R. Amén. PADRE NUESTRO Rezamos juntos el Padre Nuestro finalizarlo no se dice Amén. Al S. Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo. R. Tuyo es el Reino, tuyo es el poder y la gloria por siempre, Señor. SALUDO DE PAZ En esta parte, el sacerdote nos pedirá que nos demos el saludo de la paz. Nos podemos dar la mano, un abrazo, o inclinar la cabeza, este es un gesto de que todos somos hermanos. S. Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles, mi paz les dejo y mi paz les doy, no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu iglesia, y conforme a tu Palabra, concédenos la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. R. Amén. S. La paz esté siempre con ustedes. R. Y con tu espíritu. S. Démonos fraternalmente un saludo de paz Esta parte de la Santa Misa está basada en el Evangelio de Juan 20, 21. No olvides que solo debes dar la paz a las personas que estén a tu costado. EL CORDERO Es en este momento en el que se hace la oración del Cordero, la cual, en la mayoría de ocasiones, suele ser cantada. Cuando hablamos del Cordero, estamos hablando del mismísimo Jesús, ya que Él es el Cordero que se sacrificó por todos nosotros. Una vez que se termina de orar o cantar, todos nos debemos poner de rodillas. S. Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo, dichosos los invitados a la cena del Señor. R. Señor, no soy digno de que entres a mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme Esta respuesta está basada en el Evangelio de Mateo 8, 8. S. El cuerpo de Cristo me guarde para la vida eterna. R. Amén. Acto seguido, debemos ponernos de pie. COMUNIÓN Y llegó el momento por el que, especialmente, vamos a Misa, el momento de la comunión. Si ya recibimos la Primera Comunión y nos hemos confesado, debemos hacer una fila para recibir a Jesús en la Santa Eucaristía, recuerda que debes estar tranquilo, sin distraerte, pensando solo en Jesús. Además, cuando es nuestro turno, el sacerdote nos dirá: S. Cuerpo de Cristo. Amén. R. Una vez que has recibido a Jesús, te tienes que dirigir hacia tu asiento, y estando ahí, te recomendamos que te arrodilles y hagas una pequeña oración, aprovecha para agradecerle por todo lo que te ha dado, una vez que termines tu oración, te puedes volver a sentar. ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN En esta oración le damos gracias a Dios porque nos ha permitido comulgar el Cuerpo de Cristo, ese alimento que necesitamos tanto para ser fuertes contra las tentaciones, contra el desánimo en nuestra vida cristiana. Cristo Eucaristía es nuestra fortaleza contra el mal y el pecado. En esta oración pedimos a Dios Padre, junto con toda la Iglesia, el poder participar un día en el Banquete Eterno S. Oremos. (Nos ponemos de pie) S. (Oración)… por Jesucristo nuestro Señor… R. Amén RITOS FINALES Y llegamos al final de la santa misa. Los ritos finales también tienen sus partes, pero no te preocupes, son muy pocas y muy pequeñas. BENDICIÓN Ya para finalizar, el sacerdote nos dará la bendición a todos nosotros, recuerda que, en ese momento, el sacerdote es el mismísimo Jesús dándonos su bendición, por eso es muy importante que la escuchemos con atención y nos pongamos de pie. Ah, y recuerda agachar un poquito la cabeza. S. El Señor esté con ustedes. R. Y con tu espíritu. S. La Bendición de Dios Todopoderoso, (+) Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y les acompañe siempre R. Amén. S. Glorifiquen al Señor con sus vidas, pueden ir en paz. R. Demos gracias a Dios. PROCESIÓN DE SALIDA Al decir el sacerdote “podéis ir en paz”, lo que quiere significar es que tenemos que ir con la paz de Cristo, y con la Bendición de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo a predicar y enseñar a los demás la grandeza y la importancia de lo que nosotros hemos vivido en la celebración de la Eucaristía: tenemos que ir con la fuerza de Cristo, al que hemos recibido en la Comunión, a hacer de toda nuestra vida también una Eucaristía, es decir, una acción de gracias a Dios, y también un ofrecimiento de toda nuestra vida al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, para que nuestra vida sea como la de Jesús, una ofrenda agradable a Dios.