Ensayo Durante nuestros primeros primeros años de vida siempre nos hemos visto enfrentados con la necesidad de adquirir todo tipo de conocimiento, lenguaje, colores, números, etc., aprendizaje que cada quien va aprendiendo a su propio ritmo. Cuando hablamos de aprender y entender las matemáticas, por alguna razón a muchas personas les resulta como “El Diablo” del colegio o la universidad. Este fue el nombre que dio el autor a ese personaje sabio para los números, que a mi parecer encaja perfectamente para el personaje, quien de una forma muy didáctica le enseñó a un niño muchas cosas sobre matemáticas. Teniendo en cuenta los tiempos tan difíciles difíci les en los que estamos, para intentar interesar a la juventud sobre las matemáticas, considero que hacen falta pedagogos y psicólogos que desarrollen libros tan didácticos y rápidos de leer como “El diablo de los números”. Todo esto sumado obviamente del acompañamiento de personas con la capacidad para transmitir, y mostrar en términos simples realidades complejas. No es un secreto que muchas de las fobias hacia las matemáticas son adquiridas por las personas gracias a algún profesor “ladrilludo”, “ladrilludo”, que hace ver a sus alumnos lo más simple como un grande y complejo problema que atemoriza a cualquier novato en la materia. Por esto he podido percibir como el libro a través del diablito y su particular forma de enseñar, logra bajar esa tensión que se da al enfrentars enfrentarse e a los números. Sin embargo, a pesar de lo buena que me pareció la lectura, considero que está dirig dirigida ida a lectores más maduro que niños de escuela primaria, para quiénes el tipo de temáticas no les resulte tan extrañas o tan complejas de entender, creo que si se da este libro a un niño, su lectura debe ser siempre guiada por un joven o adulto. Sin embargo es meritorio resaltar el esfuerzo pedagógico por la fluidez de la lectura, queriéndola llevar a todo tipo de público, esperemos nos sigamos encontrando con obras como ésta.