Qué es el síndrome de la clase turista y algunas claves para evitarlo Cada día son más las personas que cogen un avión para viajar. La popularización de este transporte ha traído consigo el aumento de una patología: el síndrome de la clase turista o trombosis del viajero. Éste se debe a la inmovilidad de las extremidades inferiores y al descenso de la presión durante el vuelo. El síndrome de clase turista debe su nombre a la escasez de espacio en los asientos de clase turista en los aviones actuales así como al descenso de la presión durante el vuelo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que cuando un viaje dura más de seis horas se duplica el riesgo de sufrir una trombosis venosa. Dicho trastorno consiste en la aparición de trombosis venosas que pueden derivar en una embolia pulmonar. Es fácil comprender que si estamos sentados y las piernas carecen de actividad, se dificulta la ascensión de la sangre hacia el corazón, lo que incrementa la presión sobre los tejidos, y también contribuye a reducir el flujo sanguíneo de retorno. Un viaje prolongado puede provocar la formación de un coágulo que al liberarse a la circulación provoque una embolia de pulmón. Síntomas Algunos síntomas que pueden alertar de la aparición de una embolia pulmonar son la sensación de falta de aire, ansiedad, mareos, dolor torácico y tos con sangre, aunque muchos afectados no suelen presentar síntomas, por lo que resulta difícil detectarlo. Por ello debemos estar atentos a las molestias en las piernas: calor, inflamación, hormigueo, dolor, enrojecimiento… Especial atención deben tener las personas mayores, las embarazadas, quienes padezcan enfermedades del corazón o hipertensión, así como los que hayan sido operados recientemente o se traten con estrógenos y anticonceptivos orales. Consejos para evitar la aparición de la trombosis del viajero Para evitar la aparición del síndrome de clase turista a continuación mostraremos algunos consejos: - Consulta a tu médico antes de emprender el viaje si tienes factores de riesgo. - Utiliza ropa y calzado cómodo. Sobre todo que no te aprieten. - Pasea cada hora y media o dos horas. - Evita cruzar las extremidades o quedarte dormido con una pierna encima de otra. - Bebe pequeñas cantidades de agua a lo largo de todo el vuelo y evita tomar alcohol y sedantes. - Realiza círculos con los tobillos: girando uno en el sentido de las agujas del reloj y el otro al contrario, con la punta de los pies en el suelo y los talones alzados. - Haz flexiones de pie, apoyando el talón en el suelo y levantando la punta hacia arriba. - Levanta la rodilla. Con la espalda apoyada en el respaldo sube una de las piernas a media altura con la rodilla flexionada al mismo tiempo que contraes el muslo. Baja la pierna relajando el músculo y repite el ejercicio con la otra pierna. Aunque sólo afecta entre un 3% y 5% de los viajeros de larga duración con algunas medidas se puede prevenir y así disfrutar más de las vacaciones. ¿Conocías el síndrome de la clase turista? Cuéntanos tu experiencia.