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ORIGEN DEL DERECHO DEL TRABAJO

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UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LOS LLANOS
OCCIDENTALES EZEQUIEL ZAMORA “UNELLEZ”
VICERRECTORADO DE INFRAESTRUCTURA Y PROCESOS INDUSTRIALES
JEFATURA DE EXTENSION MUNICIPIO TINACO
PROGRAMA DE CIENCIAS SOCIALES
CARRERA CONTADURIA PÚBLICA
Docente: Lcdo. José Vera
Sub-Proyecto: Derecho Laboral y Seguridad Social
V Semestre
Matilde Moreno
Anyelis Londoño
Marlene Mieres
Daciel Pérez
Estudiantes:
C.I. 7.562.871
C.I. 24.014.601
C.I. 31.422.313
C.I. 17.890.831
ORIGEN DEL DERECHO DEL TRABAJO
Cada tipo de sociedad ha configurado respecto a su modo de producción relaciones
económicas, de jerarquía, de propiedad, sociales y por ende de trabajo, muy particulares dentro
de su contexto propio. Por ello, aunque el trabajo surge con la humanidad, por la necesidad de
apropiarse y transformar la naturaleza para satisfacer sus necesidades, el derecho laboral como
tal no aparecerá sino hasta estadios de civilización más avanzados.
Los primeros vestigios del derecho laboral aparecieron en la antigua Roma, donde los
empleadores tenían ciertas obligaciones frente a sus trabajadores. Los juristas romanos
empezaron a crear nuevas formas contractuales, siempre desde la lógica del Derecho Civil, por
las cuales se regulaban las nuevas formas de prestación de los servicios que empezaron a surgir
en la sociedad romana. De acuerdo con diversas fuentes históricas, entre los siglos VI y V a.
C., la población de Roma experimentó un crecimiento que hizo insuficiente la mano de obra
esclava disponible. Los hombres libres de condición económica precaria, romanos sin
propiedades o esclavos que habían ganado su libertad, “arrendaban” sus servicios a cambio de
dinero (Sanguineti, 2008). A diferencia de los esclavos, estos (operae) tenían un vínculo
jurídico libremente asumido con quienes contrataban sus servicios (conductio), pues se les
consideraba ciudadanos de la República. Así surgió un tratamiento jurídico propio del trabajo
prestado por los hombres libres, conceptualmente distinto del trabajo esclavo.
El paso por el feudalismo estableció relaciones complejas entre los contratantes y los
que vendían su fuerza de trabajo, relaciones de servidumbre, en la mayoría de los casos muy
parecidas al esclavismo, y en otros casos las relaciones de contrata establecidas por los
maestros artesanos con sus aprendices u oficiales. En este contexto es que los oficiales
empiezan también a conformar sus propias organizaciones, podría considerárseles como protosindicatos, buscando establecer mejores condiciones de trabajo dentro de los talleres, mediante
la negociación y eventualmente con la adopción de medidas de fuerza para hacerle frente al
monopolio de los gremios artesanales, quienes se reservaban las leyes para el establecimiento
de contratos y jerarquías, así como el privilegio de aprobación de nuevos talleres.
No sería hasta las condiciones de trabajo riesgosas e insalubres a los que se vieron
expuestos los trabajadores, con la revolución industrial, que empezó a pensarse en un derecho
que pudiera proteger a los trabajadores. Movimientos políticos como la revolución francesa y
el posterior liberalismo económico, postularon que al trabajador debía pagársele lo necesario.
Durante el período de la Revolución Industrial y aprovechando el exceso en la oferta
de mano de obra, los empleadores hacían laborar a los trabajadores por más de 16 horas diarias,
sin que exista límite alguno fijado por el Estado. Esto respondía a la voluntad unilateral de la
persona que contrataba la fuerza de trabajo. En este contexto, el pedido de reducción de la
jornada de trabajo y la dotación de períodos de descanso fue una de las aspiraciones más
importantes de los trabajadores, a principios del siglo XIX.
El desarrollo de los derechos de asociación sindical y de huelga en el transcurso de este
siglo trajo como resultado la consecución de mejores condiciones en la prestación de servicios.
A través del ejercicio de estos derechos que son los pilares fundamentales de la lucha del
movimiento obrero se pudo conseguir la reducción de la jornada de trabajo hasta 10 horas y el
establecimiento de períodos de descanso en el transcurso de la misma jornada.
El marco referencial de surgimiento del derecho al descanso corresponde al Estado
liberal clásico, cuya filosofía respondía al abstencionismo en las relaciones laborales. Desde
su doctrina jurídica proclamaba que no había razón alguna para la regulación de la jornada de
trabajo y que éste debía regirse por las leyes generales de la economía y por las particulares
del trabajo.
Solamente con el desarrollo del moderno Derecho del Trabajo, a principios del siglo
XX se pudo institucionalizar de manera uniforme y permanente el derecho a períodos de
descanso. Lo que supuso la intervención del Estado para limitar la autonomía de la voluntad
empresarial en favor del restablecimiento de un equilibrio que permitiera una negociación más
pareja entre las partes. Esta intervención estatal permitió la canalización del conflicto que podía
poner en peligro el orden social establecido y, al mismo tiempo, controlar el fortalecimiento
del movimiento obrero en pleno auge. Se muestra así la doble función, tuitiva y pacificadora,
que se le atribuye al Derecho del Trabajo. En ese sentido, la intervención estatal en las
relaciones laborales se consolidó a través de la creación de órganos del aparato estatal que se
especializaban en la administración de las contingencias en torno al trabajo, como los
conflictos entre trabajadores y empleadores.
Con la aparición y posterior evolución del Derecho del Trabajo se reconoce que éste es
una actividad humana y no una mercancía. Como tal se debe considerar que el trabajador, en
la realización de sus tareas consume gran parte de su energía física y mental.
El fortalecimiento y posterior consolidación del Derecho del Trabajo como disciplina
autónoma, independiente del Derecho Civil, que hasta entonces reguló el trabajo asalariado
(Ojeda, 2007), propició la ruptura, aunque no definitiva, con los principios jurídicos
tradicionales y la aparición de principios propios, que respondiesen a la lógica de esta nueva
rama jurídica, autonomía o especialidad, propiamente del ordenamiento laboral, que supone
enfrentarse a un proceso de corrección y sustitución de buena parte de las reglas civiles. Sin
embargo, éstas seguirán jugando un rol importante: De suplencia normativa y de
fundamentación conceptual (Martin V. y otros, 2007).
Lo anterior coincide con el desarrollo del Derecho del Trabajo en nuestro país, tal como
lo establece la Exposición de Motivos de la Ley Orgánica del Trabajo, Los Trabajadores y Las
Trabajadoras (LOTTT), publicada en Gaceta Oficial N° 6.076 Extraordinario del 7 de mayo
de 2012, para los Trabajadores y Trabajadoras:
El derecho laboral venezolano, tal y como se le conoce contemporáneamente,
nace a partir de la promulgación de la primera Ley del Trabajo del 23 de julio de 1928,
que permitió superar las disposiciones del Código Civil sobre arrendamiento de
servicios que regía las relaciones laborales, y se afianza con la promulgación de la Ley
del Trabajo del 16 de julio de 1936, que estableció un conjunto sustantivo de normas
para regular los derechos y obligaciones derivados del hecho social del trabajo.
CONCEPTO DE DERECHO AL TRABAJO
El derecho al trabajo abarca un compendio de normas, regulaciones y disposiciones que surgen
de la relación entre quien contrata para un fin económico o social, y quien presta su fuerza de
trabajo para poder materializar dicho fin, para garantizar el cumplimiento de lo convenido entre
ambas partes.
El dos veces Presidente de Venezuela. Rafael Caldera, y quien es uno de los
protagonistas de la primera Ley del trabajo en Venezuela (1936), concibe al derecho del trabajo
como:
(…) conjunto de normas jurídicas que se aplican al hecho social trabajo, tanto
por lo que toca a las relaciones entre quienes intervienen en él y con la actividad en
general, como el mejoramiento de los trabajadores en su condición de tales (Caldera,
1984).
Aquí se menciona los sujetos que intervienen en la relación de trabajo, tomándose al
Derecho del Trabajo, como un sistema regulador, pero no nos acerca a los fines que persigue
el mismo.
Néstor de Buen Lozano (2000), nos ofrece un concepto más amplio, al incluir uno de
los fines del derecho laboral, quien dice al respecto que:
derecho del trabajo es un conjunto de normas relativas a las relaciones que
directa o indirectamente derivan de la prestación libre, subordinada y remunerada, de
servicios personales, y cuya función es producir el equilibrio de los factores en juego
mediante la realización de la justicia social.
Señalando de manera explícita que surge de las relaciones desiguales o asimétricas
entre trabajador y patrono, que históricamente tiende a relaciones de poder, que por naturaleza
establecen el sometimiento de una parte (dueña de los medios económicos) sobre la otra. Pues
las relaciones de trabajo se dan en el marco de medios de producción, así De la Cueva (2009)
propone que dicha justicia social como fin del Derecho del Trabajo se debe realizar en el
equilibrio de las relaciones entre el trabajo y el capital.
Esta definición es completa y abarca a la generalidad de situaciones, aun cuando omite
las relaciones que no son de “trabajo-capital”; por ejemplo, las del servicio doméstico, caso en
el cual la relación es de persona a persona.
NATURALEZA JURÍDICA DEL DERECHO DEL TRABAJO
Hay autores que sostienen que es necesario ver el plano en el que se encuentran los sujetos de
la relación jurídica, para poder distinguir si la norma que los rige es de derecho público o de
derecho privado. Si una de las partes impone a la otra las condiciones del contrato, se está
frente a normas de derecho público; pero si las partes tienen facultades para discutir las
condiciones o normas reguladoras del contrato, estamos frente al derecho privado.
El Derecho del Trabajo en su naturaleza es híbrido, posición que es afirmada por la
doctrina de la escuela del Derecho Mixto, porque todo lo relativo a la contratación individual
y condiciones de trabajo está formado por instituciones de derecho privado; lo relativo al
sindicato, inspección del trabajo, huelga, designación de funcionarios de los tribunales del
trabajo, integración de comisiones mixtas para fijar el salario mínimo, etcétera, se rige por
instituciones de derecho público; se puede adaptar dependiendo de su ámbito de aplicación que
rige a toda persona natural o jurídica que labore.
Según Buen Lozano (2000), el derecho del trabajo en su naturaleza jurídica no solo es
regulador sino también es tutelar, por regulador entendemos que es el derecho que se encarga
de que los trabajadores presten un servicio a sus patrones y que lo cumplan con las
especificaciones que se les ha pedido (esfera privada, porque atiene al interés individual), pero
también se encarga de regular que sus trabajos sean dignos, que les proporcione satisfacción y
además no dañen su integridad como personas (esfera pública), como lo indica el artículo 87
de nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, contenido en el Título III
De Los Derechos Humanos y Garantías, y los Deberes:
Toda persona tiene derecho al trabajo y el deber de trabajar. El Estado garantizará
la adopción de las medidas necesarias a los fines de que toda persona puede obtener
ocupación productiva, que le proporcione una existencia digna y decorosa y le garantice
el pleno ejercicio de este derecho
El tratadista mexicano Mario de la Cueva (1999) afirma que el derecho del trabajo ya
no puede ser concebido como un conjunto de normas reguladoras de un intercambio de
prestaciones patrimoniales, sino como el nacimiento de un nuevo sistema de derecho, distinto
del derecho público y del derecho privado, pues es el estatuto que la clase trabajadora impuso
en las Constituciones (al punto que muchas han tenido que redefinirse a partir del Derecho del
Trabajo), para definir su posición frente al capital y fijar los beneficios mínimos que deben
corresponderle por la prestación de sus servicios, por lo tanto cumple con las características
propias de lo que algunos juristas denominan Derecho Social, pues se encarga de tutelar y
brindar protección a clases sociales o grupos que se consideren vulnerables (los trabajadores)
o en situación de desventaja frente a otros (los dueños de empresas o patronos).
Paul Durant (en Machicado, 2010) dice que no es Derecho Mixto ni Derecho Social,
sino es un Derecho Particularista, porque tiene principios propios, se crea con el proletariado
y que es representación del económicamente débil. Tiene orientación científica, procedimiento
propio para resolver problemas laborales vía contenciosa y conciliatoria.
IMPORTANCIA DEL DERECHO DEL TRABAJO
Es ya un lugar común señalar que el Derecho del Trabajo parte de la constatación fáctica de
una relación desigual o asimétrica entre trabajador y empresario, por lo que busca, por diversos
medios, restablecer el equilibrio o, por lo menos, atenuar la desigualdad existente.
Se presenta, entonces, como indispensable el apoyo o protección a una de las partes de
la relación: A la objetivamente más débil. Por esa razón, y dada la implicancia personal del
trabajo prestado por cuenta ajena, se sostiene que estamos ante un ordenamiento
eminentemente tuitivo, que busca proteger o defender determinados derechos o intereses del
trabajador, los cuales podrán ir evolucionando o ser diferentes dependiendo de los valores
predominantes en cada período histórico (Martin V. y otros, 2007).
El desarrollo de la persona sólo se logra, a través del acceso de ella a un trabajo digno,
adecuado y permanente (estable), que le garantice ingresos para poder sostenerse a sí misma y
a su grupo familiar y, además, para existir plenamente (junto con su grupo familiar) en su
entorno, desarrollándose cabalmente. Es decir, que el trabajador pueda contar con un futuro
material.
Esa perspectiva de que los trabajadores puedan tener un futuro material, a través de un
empleo seguro, es lo que permite comprender la importancia de la relación laboral adecuada y
estable. Así, puede establecerse que, después de la vida, quizás el trabajo es el derecho humano
más importante, porque toca el tema de la subsistencia y, evidentemente la actividad laboral
debe desarrollarse en condiciones de dignidad.
Es interesante traer a colación, lo que ha señalado el informe de la Organización
Internacional del Trabajo, en la 89ª Reunión de junio del año 2001, sobre lo que ese ente
denomina trabajo decente (OIT, 2001):
La mejor expresión de la meta del trabajo decente es la visión que tiene de él la
gente. Se trata de un puesto de trabajo y sus perspectivas futuras, de sus condiciones de
trabajo, del equilibrio entre el trabajo y la vida familiar, de la posibilidad de enviar a
sus hijos a la escuela o retirarlos del trabajo infantil. Se trata de la igualdad de
reconocimiento y de la capacitación de las mujeres para que puedan tomar decisiones
y asumir el control de su vida. Se trata de las capacidades personales para competir en
el mercado, de mantenerse al día con las nuevas calificaciones tecnológicas y de
preservar la salud. Se trata de desarrollar las calificaciones empresariales y de recibir
una parte equitativa de la riqueza que se ha ayudado a crear y de no ser objeto de
discriminación; se trata de tener una voz en el lugar de trabajo y en la comunidad. En
las situaciones más extremas, se trata de pasar de la subsistencia a la existencia. Para
muchos es la vía fundamental para salir de la pobreza. Para muchos otros, se trata de
realizar las aspiraciones personales en la existencia diaria y de manifestar solidaridad
para con los demás. Y en todas partes, y para todos, el trabajo decente es un medio para
garantizar la dignidad humana...El trabajo decente ofrece, pues, un medio para
combinar el empleo, los derechos, la protección social y el diálogo social en las
estrategias de desarrollo.
FUNDAMENTOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO DEL TRABAJO
Los derechos fundamentales, la forma de Estado y el sistema económico, son
básicos para establecer el modelo constitucional de una determinada sociedad; esto
suele plasmarse en el texto constitucional el cual además contiene los propósitos y
funciones de ese gran pacto social y están representadas principalmente por la
unidad del ordenamiento jurídico y la salvaguarda de ciertos valores. Y como lo establece en
su artículo 7, se atribuye el principio de superioridad, y como tal fuente principal del Derecho
del Trabajo.
Existen derechos constitucionales de carácter general, y no específicamente
laborales, que pueden ser ejercidos por los sujetos en sus relaciones de trabajo, por
lo que en tal escenario adquieren un contenido laboral por conexión; algunos de
ellos serían:
 Vida (art. 43 constitucional).
 Salud (art. 83 constitucional).
 Defensa, debido proceso (tutela jurisdiccional efectiva) arts. 26 y 49
constitucional (de ejercicio gratuito).
 Asistencia jurídica art. 49 constitucional (de ejercicio gratuito).
 Derecho a la igualdad y no discriminación, (art. 21 constitucional).
 Libertad de expresión (art. 57 constitucional).
 Derecho a reunión. (art. 53 constitucional).
Resulta trascendental, en la efectividad de goce de algunos derechos laborales, el
carácter gratuito de ellos, dado que la incursión en gastos de representación, así como de juicio
podrían mermar su acceso para quienes carecen de medios económicos.
Derechos fundamentales laborales de carácter individual.
Los Derechos previstos a favor de los trabajadores serán aplicables a los funcionarios
Públicos en la medida que la interpretación que se le dé a dichas normas constitucionales, así
como aquellas de origen externo, respeten las especiales cualidades del Sistema Estatutario y
la finalidad que persigue toda actuación de la Administración pública conforme al artículo 141
constitucional. Se tienen pues los siguientes derechos fundamentales laborales de carácter
individual:
 Derecho al trabajo (art. 87 constitucional).
 Derecho a la igualdad laboral (art. 88 constitucional).
 Limite a la jornada de trabajo (art. 90 constitucional).
 Derecho a un salario suficiente (art. 91 constitucional).
 Derecho a participar en los beneficios de la empresa (art. 91 constitucional).
 Derechos a la prestación social de antigüedad (art. 92 constitucional).
 Derecho a la estabilidad en el trabajo (art. 93 constitucional).
 Limitaciones al fraude laboral (art. 94 constitucional).
 La protección integral a la maternidad y paternidad, familia y niñez (arts. 76, 75,
78 constitucional).
Derechos fundamentales laborales de carácter colectivo.
 Derecho a la sindicalización (art. 95 constitucional).
 Derecho a la negociación colectiva (art.96 constitucional).
 En cuanto al derecho de huelga (art. 97 constitucional).
Derechos fundamentales referentes a la Seguridad Social. Conectados con este tipo
de listado no exhaustivo, señalan los arts. 80, 81, 82, 83, 84, 85 y 86 constitucionales:
 Derecho a la Jubilación.
 Derechos a la asistencia de incapacidad.
 Derechos a una vivienda.
 Derecho a la salud en el trabajo.
Principios laborales de aplicación directa.
Como en todo Estado Constitucional, los principios, en este caso de naturaleza laboral,
coexisten con las normas y derechos constitucionales, que serán rectores ara el operador
jurídico, al inspirar la elaboración, interpretación y aplicación de las normas de índole laboral.
Están previstos en el art. 89 constitucional y son:
 Intangibilidad y progresividad de los derechos y beneficios laborales. En las
relaciones laborales prevalece la realidad sobre las formas o apariencias.
 Irrenunciabilidad de los derechos laborales.
 Aplicación íntegramente de la norma más favorable al trabajador.
 Nulidad de actuaciones patronales contrarias a esta Constitución.
 Prohibición de discriminación.
 Prohibición de trabajo en adolescentes siempre que ello afecte su desarrollo.
EL TRABAJO COMO HECHO SOCIAL
Nuestra Constitución reconoce al trabajo como un hecho social, al preceptuar en su artículo
89, lo siguiente: “El trabajo es un hecho social y gozará de la protección del Estado”; por lo
cual establece y potencia un sistema jurídico laboral conformado por normas y principios
jurídicos constitucionales y legales que regulan y contribuyen a la defensa del trabajo como
hecho social; ya que el ser humano que, para vivir y desenvolverse a plenitud, necesita ejercer
habitualmente en forma subordinada o dependiente una ocupación remunerada, y su fin
inmediato no es otro que hacer posible el ejercicio de esa actividad profesional en condiciones
que le garanticen condiciones dignas de vida, salud y un desarrollo físico normal, así como el
descanso, la instrucción y el perfeccionamiento profesional, el resguardo de la moral y de las
buenas costumbres, y por último, el goce de ciertos beneficios socioeconómicos indispensables
para una vida decorosa
La actual Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y Las Trabajadoras (2012),
concibe también, el trabajo como un hecho social, y en su artículo 1 establece:
Esta ley tiene por objeto proteger al trabajo como hecho social y garantizar los
derechos de los trabajadores y de las trabajadoras, creadores de la riqueza socialmente
producida y sujetos protagónicos de los procesos de educación y trabajo para alcanzar
los fines del Estado democrático y social de derecho y de justicia, de conformidad con
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y el pensamiento del padre
de la patria Simón Bolívar.
Lo cual se subsume a lo establecido en el artículo 3 de la Carta Fundamental
venezolana, al desprenderse de la misma que el hecho social trabajo conjuntamente con la
educación, se constituyen en procesos sociales fundamentales para lograr los fines del Estado.
SUJETOS DEL DERECHO DEL TRABAJO
En principio se consideran sujetos individuales del derecho del trabajo (individual y colectivo)
a los trabajadores, patronos, intermediarios, contratistas y, por último, a los grupos de
empresas.
Trabajador: Se entiende por trabajador la persona natural que realiza una labor de
cualquier clase por cuenta ajena y bajo la dependencia de otra en concordancia con el artículo
35 de la LOTTT atendiendo a que la prestación de los servicios debe ser remunerada.
Patrono: En concordancia con el artículo 40 de la LOTTT establece que “Se entiende
por patrono o patrona, toda persona natural o jurídica que tenga bajo su dependencia a uno o
más trabajadores o trabajadoras, en virtud de una relación laboral en el proceso social de
trabajo”
Entidad de trabajo: se entiende como tal a todo sujeto que tiene trabajadores a su cargo,
sea o no una empresa organizada. En la práctica diaria no siempre el trabajador sabe
exactamente para quién trabaja, puede suceder que alguna persona le haya ofrecido un empleo
y el aspirante no se atrevió a indagar o saber quién era la figura de patrono; también existen
personas emprendedoras que actúan sin formalizar la sociedad o ente que va a fungir de
patrono, por lo tanto, la personalidad del patrono se hace difusa y lejana. El art. 45 de la LOTTT
define las características de lo que comprende este concepto.
Contratista: Esta figura del patrono es el verdadero empleador, es una de sus
características ser el propietario de los elementos de producción, entiéndase maquinarias,
herramientas, equipos, entre otros, este si contrata en su beneficio y en consecuencia asume la
responsabilidad por los compromisos derivados de la relación laboral. Es una figura
actualmente muy utilizada tanto por el sector público como por el sector privado, prefiriendo
vincularse a contratistas y no tener en principio obligaciones laborales para con los
trabajadores, con esta modalidad depuran nóminas, se hace practica la contratación en grandes
empresas, entre otras ventajas.
La consideración del estado como sujeto individual del derecho del trabajo ha sido
discutida, un sector de la doctrina pareciera considerar que el estado y sus órganos pueden
considerarse como sujetos, ya que intervienen en ciertas relaciones, como en materia de
menores. Sin embargo, otro sector de la doctrina afirma que el estado no puede ser considerado
como sujeto de la relación laboral puesto que su intervención en la relación laboral es muy
limitada, afirma este sector que el estado no actúa propiamente como sujeto, sino cumpliendo
finalidades que le corresponden, no sería entonces el estado sujeto ni parte en la relación
jurídica laboral. En los casos de las empresas del estado, se dice que ésta actúa como patrono.
PRINCIPIOS DEL DERECHO DEL TRABAJO.
Regla In Dubio Pro Operario: Todas las normas jurídicas aplicables a las relaciones
de trabajo, en caso de duda en cuanto a su sentido y alcance, deben ser interpretadas en la
forma que resulte más beneficiosa para el trabajador. Es decir, de entre dos o más sentidos de
una norma, ha de acogerse aquel que en cada caso resulte más favorable a los intereses de los
trabajadores.
Regla de la Norma más Favorable: Por su parte, la regla de la norma más favorable
implica un cambio en la manera tradicional de entender el principio de la jerarquía normativa.
En efecto, el vértice de la pirámide de la jerarquía de las normas laborales será ocupado por la
norma más favorable al trabajador de entre todas las diferentes normas en vigor. Esta regla
soluciona uno de los problemas básicos en la aplicación de las normas del Derecho del Trabajo,
en cuanto a la determinación de la norma aplicable de entre las varias, posibles y
simultáneamente vigentes. En definitiva, se puede señalar que una característica del Derecho
del Trabajo es que cada una de sus normas marca niveles mínimos de protección. De esta
manera, nada impide que por encima de esos niveles se puedan ir aprobando otras normas que
los mejoren. Esta regla tiene plena aplicación en nuestro ordenamiento jurídico laboral, por
expreso mandato del legislador.
Regla de la Condición más Beneficiosa: Esta regla supone la existencia de una
situación concreta anteriormente reconocida y determina que ella debe ser respetada en la
medida que sea más favorable al trabajador que la nueva regulación que se ha de aplicar. Esta
regla opera, entonces, en los casos de sucesión normativa, garantizando el respeto a los niveles
alcanzados con la norma más antigua o derogada. Para invocar esta regla, deben concurrir tres
requisitos:
• Que se trate de condiciones laborales, en un sentido amplio (alimentación, transporte,
becas de estudio, vestimenta, etc.).
• Que las condiciones laborales sean más beneficiosas para el trabajador, lo cual
importa compararlas con otra regulación, nacida bajo el imperio de una norma antigua,
sea legal o convencional.
• Que las condiciones laborales hayan sido efectivamente reconocidas al trabajador, a
nivel individual.
Principio de la Presunción de la No Interrupción de la Relación Laboral: Este
principio, reconocido a favor del trabajador persigue que las relaciones laborales sean estables.
Esto porque se ha concebido al contrato de trabajo como una relación jurídica indefinida,
estable y de jornada completa, de tal manera que asegure la continuidad de la permanencia del
trabajador en la empresa, protegiéndola de rupturas e interrupciones y limitando las facultades
del empleador de ponerle término.
Principio de Supremacía de la Realidad sobre las Formas o Apariencias: Puede
definirse este principio señalando que en caso de discordancia entre lo que ocurre en la práctica
y lo que surge de documentos o acuerdos, debe darse preferencia a lo primero, es decir, a lo
que sucede en el terreno de los hechos. De esta forma han surgido las nociones de «contratorealidad» y «efectiva relación de trabajo», entendiendo que la aplicación del Derecho del
Trabajo depende cada vez más de una relación jurídica objetiva, cuya existencia es
independiente del acto que condiciona su nacimiento.
Principio de la Presunción de Contrato de Trabajo a Tiempo Indeterminado: El
contrato de trabajo se considerará celebrado por tiempo indeterminado cuando no aparezca
expresada la voluntad de las partes, en forma inequívoca, de vincularse sólo con ocasión de
una obra determinada o por tiempo determinado.
Principio de la Obligación de Indemnizar al Trabajador en caso de la finalización
de la Relación Laboral por Causas imputables al Patrono: Cuando la relación de trabajo
por tiempo indeterminado finalice por despido injustificado el trabajador tendrá derecho a una
indemnización calculada en base al tiempo de la relación laboral, acorde a lo establecido en la
ley.
Principio de la Irrenunciabilidad de los Derechos Laborales: Este principio plantea
la imposibilidad jurídica de privarse voluntariamente de una o más ventajas concedidas por el
Derecho del Trabajo. El ordenamiento jurídico laboral se aleja nuevamente de los criterios
civilistas, que recogen los principios contrarios, de la renunciabilidad de los derechos y de la
autonomía de la voluntad.
Principio de Libertad Sindical: Este es un principio referido a la génesis, aplicación
e interpretación del Derecho Colectivo del Trabajo, el conjunto de derechos que tienen los
trabajadores y sus organizaciones para organizarse sindicalmente y para desarrollar actividades
sindicales, entre ellas, la negociación colectiva y la huelga.
Principios Generales con Relevancia en Materia Laboral. Principio de Igualdad de
Trato: El principio de igualdad ante la ley puede formularse como el sometimiento de todas las
personas a un mismo estatuto jurídico fundamental para el ejercicio de sus derechos y para el
cumplimiento de sus deberes.
Principio de no Discriminación: El principio de no discriminación está estrechamente
vinculado al principio de igualdad, toda vez que él asegura la plena vigencia del principio de
la igualdad al excluir o prohibir toda diferenciación, preferencia o exclusión que se fundamente
en criterios objetivos y razonables
Principio de la Buena Fe: En su concepción objetiva, el principio de la buena fe
impone un modelo o arquetipo de conducta social basado en la rectitud y honradez.
BIBLIOGRAFIA
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