JOSÉ ANTONIO PÁEZ CURPA EDO. PORTUGUESA, 1790 - NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS 1873 BIOGRAFÍA Muy lejos de la Caracas criolla de ímpetus revolucionarios y asideros conservadores de finales del siglo XVIII, José Antonio Páez nació en Curpa, en el actual Estado de Portuguesa, el 13 de junio de 1790. Descendiente de canarios, era hijo de Juan Victorio Páez y María Violante Herrera, ambos de fortuna muy escasa. La familia se encontraba más bien desarticulada; el padre vivía en la ciudad de Guanare y trabajaba para el gobierno colonial en un estanco de tabaco, mientras la madre iba asignando destinos a sus ocho hijos. Cuando tenía ocho años de edad, Páez fue enviado por su madre a estudiar en una pequeña escuela de Guama. Obviamente, las letras no alentaban las expectativas de aquella familia, pues la colonia no reservaba muchos derechos para las clases desposeídas. Sin embargo, nada de esto sería impedimento para que su hijo se formara en aquello por lo cual se distinguiría. La escuela de Páez fue la que ofrecían los Llanos de Apure, y su estirpe era la del llanero. LA CALZADA Propiedad de Manuel Pulido. Bajo las órdenes del negro Manuelote, esclavo de Pulido y capataz de la hacienda, aprendió todo aquello que un llanero debe saber: ojear el ganado, medirse en el rodeo, armar la yunta, herrar, enlazar, colear. La ganadería se había convertido en ese entonces en un sustituto importante del arruinado comercio del cacao, y ello atrajo a muchos comerciantes a fundar haciendas allí donde conseguían rodear a unas cuantas bestias salvajes. Tal era el caso de Manuel Pulido y sería también el de Páez, a quien Pulido le ofreció la posibilidad de ayudarle en la comercialización del ganado en el hato del Paguey. Fue tal la destreza que adquirió Páez en esta actividad que decidió independizarse, conquistar sus propias tierras y vender su propio ganado. PÁEZ EL MILITAR Páez había permanecido ajeno a la intentona independentista del precursor Francisco de Miranda, que había encabezado en 1806 dos expediciones militares fracasadas al poco de desembarcar. Nada diferente sucedía en los Llanos de Apure, donde la situación se vivió como un confuso llamado a las armas. Las noticias llegaban por intermedio de algunos dueños de haciendas, quienes, aterrorizados por la posible pérdida de sus tierras, decidían armar sus propios ejércitos. Tal fue el caso de Manuel Pulido, quien no tardó en convocar a Páez para que le ayudara a entrenar a sus hombres en pro de esta causa defensiva. En esta maraña de confusiones, cuyo resultado sería la derrota y capitulación de Francisco de Miranda (que había sido nombrado «generalísimo» del ejército republicano) y la caída de la Primera República en 1812, José Antonio Páez se definió como patriota y se incorporó a las tropas republicanas que mandaba Pulido. José Antonio Páez se definió como patriota y se incorporó a las tropas republicanas que mandaba Pulido, el regreso de José Antonio Páez a los Llanos se produjo en 1813; en 1814 se trasladó a Mérida, donde permaneció hasta septiembre del mismo año, cuando volvió nuevamente a los Llanos. No saldría de este territorio hasta 1818, cuando sumó sus tropas a las del ejército del futuro «Libertador de América», que había relevado a Miranda en el liderazgo del movimiento independentista. Páez logró armar progresivamente un poderoso ejército patriota que ya para 1818 era una de las principales fuerzas con las que contaban los independentistas. La estrategia de reclutamiento era la de ofrecer tierras a cambio de lealtad militar; esta táctica se convirtió en una de las armas más poderosas a favor de la definitiva obtención de la independencia en 1821 BATALLA DE MUCURITAS Sucedido el 28 de enero de 1817 entre las fuerzas patriotas al mando de José Antonio Páez y las realistas del español Miguel de la Torre. Debido a la reactivación del conflicto en Venezuela, Pablo Morillo ordena al brigadier Latorre salir de Pore, atravesar la cordillera de los Andes y Casanare hasta llegar a la provincia de Guayana. Siguiendo el curso del río Apure se acaba por reunir con el brigadier Sebastián de la Calzada en Guadualito. Entre tanto, el jefe llanero Páez ve la oportunidad de emboscarlos. Decide abandonar el asedio de San Fernando de Apure y provocar a Latorre, que le cree más débil de lo que en verdad es. El español salió persiguiendo a su enemigo hasta un hato en la sabana de Mucuritas. El ejército realista se componía de dos escuadrones de lanceros venezolanos y otro de Húsares de Fernando VII al mando del coronel Remigio Ramos. También había una compañía de artilleros y respecto de la infantería, eran una compañía de cazadores españoles del batallón Victoria, otras dos del 3er. batallón de Numancia (todos venezolanos) y las fuerzas neogranadinas del batallón ligero Cachirí. A diferencia de su enemigo, las montoneras llaneras de Páez iban armadas solo con lanzas de albaricos cortados en los bosques cercanos. Estaban organizadas en tres columnas, dos de ellas ligeras y una principal, de reserva. Las dos columnas ligeras evitaron el fuego de los fusileros atacando por los flancos a la caballería monárquica, provocándola para que las persiguiera y se separada de su infantería. Cuando los jinetes realistas estaban lejos los llaneros dieron vuelta y atacaron apoyados por la reserva. Poco después, unos cincuenta llaneros prendieron fuego a las altas pajas secas. Las llamas se extendieron por toda la sabana, llenándola de humo. Los infantes realistas logran formar un cuadrado defensivo y aguantan 14 cargas de los patriotas. Sin embargo, pronto se ven rodeados por el fuego y los monárquicos solo salvan de la total aniquilación al alcanzar un pantano donde deben sumergirse con el agua hasta la cintura para salvarse. Las fuerzas realistas continuaron su marcha, diez días después llegaron a San Fernando y siguieron hasta Angostura. La campaña de Guayana comenzaba. Páez quedó dueño de los territorios entre los ríos Apure y Arauca, y pudo invadir la provincia de Barinas. Por su parte, Morillo invadió isla Margarita BATALLA DEL YAGUAL Enfrentamiento militar librado el 8 y 11 de octubre de 1816 durante la guerra de independencia de Venezuela. En ella se enfrentaron las fuerzas patriotas mandadas por el general José Antonio Páez acompañado del general Francisco de Paula Santander y las realistas del coronel Francisco López, con victoria de las primeras. El liderazgo de Francisco de Paula Santander sobre las fuerzas patriotas en Casanare se oficializó en una junta celebrada en Arauca el 16 de julio de 1816, pero meses después, ante la ofensiva realista debía retirarse a Venezuela. Los neogranadinos encontraron refugio en Apure y en Guasdualito formaron un gobierno provisorio, pero un grupo de oficiales se rebeló en Trinidad de Arichuna el 16 de septiembre alegando la necesidad de ser dirigidos por un militar experimentado, José Antonio Páez. Los miembros del gobierno cedieron ante el popular caudillo. Su primer objetivo era asegurar Achaguas, amenazada por el coronel Francisco López, que acampaba en el hato de El Yagual. el 6 de octubre, vencieron en el hato Los Cocos a un regimiento de cien jinetes Facundo Mirabal. Los sorprendieron cuando arriaban caballos y los dispersaron en una sola carga. Páez dividió su ejército en tres columnas: general Rafael Urdaneta a su derecha, coronel Emmanuel Serviez en el centro y el mismo Santander a la izquierda. Estaban a tiro de fusil enemigo con excepción de su reserva de élite. Según el padre José Félix Blanco en su Bosquejo histórico de la Revolución de Venezuela, a las 10:00 horas del 8 de octubre, Páez ordenó a Urdaneta cargar los carabineros realistas les hicieron frente. Santander los rechazó pero la llegada de dos regimientos enemigos causó estragos en sus hombres y Serviez fue enviado en su ayuda. Fue entonces que 200 monárquicos intentaron rodear a la izquierda patriota al mando del coronel Andrés Torellas y atacar por la retaguardia pero fueron detenidos por Páez y Urdaneta. Los realistas tuvieron que huir, atravesando las aguas a nado. Esa noche el coronel López se retiró con 1.000 jinetes a San Fernando de Apure, pero será capturado y ejecutado por el caudillo. El 13 de octubre Páez volverá a vencer, esta vez en Achaguas. PÁEZ SE ENCUENTRA CON BOLÍVAR El encuentro de Bolívar y Páez se produce el 30 de enero de 1818, en el Hato de Cañafístula, cerca de San Juan de Payara. Ambos caudillos se conocían por cartas que se cruzaban con bastante frecuencia, pero no se habían visto personalmente. Ante la necesidad de unificar los ejércitos, Bolívar se trasladó a los Llanos en busca de Páez. Este, ante la imponente presencia del Libertador, juró e hizo jurar a sus oficiales y soldados el reconocimiento a la autoridad de Bolívar, ante el sacerdote patriota Ramón Ignacio Méndez. A partir de este momento Bolívar se va a familiarizar con aquella geografía en que el cielo parece juntarse con el llano; con aquella casta de hombres rudos, hechos al sol, a la lluvia y al sacrificio, esos indómitos llaneros que contribuyeron en alto grado a la independencia de Venezuela y de América. PÁEZ AL VER A BOLÍVAR El mismo lo dice en su autobiografía: Hallábase entonces Bolívar en lo más florido de sus años y en las fuerzas de la escasa robustez que suele dar la vida ciudadana. Su estatura sin ser procerosa, era no obstante suficientemente elevada para que no la desde el escultor que quisiera representar a un héroe; sus dos principales distintivos consistan en la excesiva movilidad del cuerpo y el brillo de los ojos, que eran negros, vivos, penetrantes e inquietos, con mirar de águila, circunstancias que suplan con ventajas lo que a la estatura faltaba para sobresalir entre sus acompañantes. Tenía el pelo negro y algo crespo, los pies y las manos tan pequeños como los de una mujer, la voz aguda y penetrante, la tez, tostada por el sol de los trópicos, conservaba no obstante la limpidez y lustre que no habían podido arrebatarle los rigores de la intemperie y los continuos y violentos cambios de latitudes por las cuales había pasado en sus marchas. QUESERAS DEL MEDIO O COMBATE DE LA MATA DEL HERRADERO acción militar llevada a cabo el 2 de abril de 1819 en el actual estado Apure de Venezuela en la cual la historiografía venezolana dice que el prócer de su independencia, José Antonio Páez acompañado de 153 lanceros gana la batalla contra 1.200 jinetes de caballería de las fuerzas españolas siendo la más famosa Batalla comandada por Páez y en donde se dicta la famosa frase: "¡Vuelvan caras!“, Los autores españoles se refieren al combate de la Mata del Herradero como parte de la campaña de Bolívar de marchas y sucesivos combates de desgaste en el interior de Venezuela. Tras esa batalla, Simón Bolívar otorgó la medalla “Cruz de los Libertadores” a los 148 lanceros que regresaron triunfantes con su jefe Páez al frente. Esta hazaña militar de Páez y sus llaneros causó ira al rey Fernando VII. Quien reclamó duramente a Pablo Morillo que hubiese perdido ante unos hombres que estaban en desventaja numérica, a lo cual el mariscal derrotado contestó por correo al monarca: “Dadme un José Antonio Páez, majestad, y mil lanceros del Apure, y pondré a Europa a vuestros pies”. BATALLA DE CARABOBO En 1821, después de un año de relativa calma, Bolívar rompió la tregua que había pactado con el general Morillo. Páez, acatando las órdenes del Libertador, partió a su encuentro desde Achaguas hacia San Carlos el 10 de mayo de 1821, La cita tenía como propósito planear la estrategia de aquella contienda conocida como la batalla de Carabobo (24 de junio de 1821), en la cual se venció definitivamente a los ejércitos realistas de Venezuela. El 24 de junio se libró la batalla que aseguró la Independencia de Venezuela. Páez comandó la Primera División con la cual ejecuta un movimiento de flanqueo de las posiciones realistas por el norte. Tras un duro combate con los batallones Burgos y Hostalrich, los Cazadores británicos sostienen la línea mientras que Páez con la caballería fuerza el paso, entra a la sabana y ataca a la infantería española desde su retaguardia. Lo que los llevo a la victoria y de dicha batalla PÁEZ EL POLITICO COSIATA También conocida como la Revolución de los Morrocoyes, fue un movimiento político que estalló en la ciudad de Valencia, Venezuela, llevado a cabo por el general José Antonio Páez y el Dr. Miguel Peña Páez el 30 de abril de 1826,1 con la finalidad de separar a Venezuela de la Gran Colombia. Originalmente el movimiento iba dirigido a exigir la reforma de la Constitución de Cúcuta y anunciar el rompimiento con las autoridades de Santa Fe de Bogotá, pero con intenciones de seguir bajo la protección del Libertador Simón Bolívar. Otros sin embargo concluyen que estos acontecimientos se veían venir desde el nacimiento de la República de la Gran Colombia, ya que al constituirse la misma se adoptaba un sistema de tipo centralista en manos de las élites políticas y económicas, el sistema de gobierno se había convertido en absolutista, aunado a ello las autoridades venezolanas tenían que estar supeditadas a la decisión del senado de Gran Colombia (Nueva Granada, Venezuela y Ecuador), en Perú y Bolivia se daban noticias sobre nueva constitución de tipo vitalicio y esto no era visto como una buena decisión, varias regiones incluso Venezuela pedían autonomía en decisiones y no se viera en teoría que varios años de lucha independentista y logros de libertad alcanzados en el campo de batalla fueran mal utilizados. MUERTE DE PÁEZ Los acontecimientos del 24 de enero de 1848 (Asalto al Congreso) estremecieron la sensibilidad pública, por lo cual, el General Páez combatió al Gobierno. Vencido, fue hecho prisionero y encarcelado en el Castillo de San Antonio de Cumaná, y en mayo de 1850 fue expulsado del país. Páez regresa a Venezuela en 1859 y en 1861 es nombrado nuevamente Jefe Supremo de la República por las circunstancias especiales que sufría la nación, pero tuvo que dejar el poder en 1863 debido al rotundo éxito de la Revolución Federal. José Antonio Páez retornó al exilio, fijó su residencia en Nueva York (Estados Unidos), todavía tuvo tiempo de visitar Brasil y Uruguay, y de establecerse en Buenos Aires, donde compuso una canción a una niña, intentó negociar con cuero de ganado y fue nombrado brigadier general de la nación por el presidente Domingo Faustino Sarmiento. Regresó a Nueva York, de donde salió nuevamente hacia el sur en febrero de 1872. Cruzó el istmo de Panamá para viajar a Perú, donde fue recibido con honores, y vía México volvió a Nueva York, donde falleció el 6 de mayo de 1873. MUCHAS GRACIAS POR SU ATENCIÓN