Subido por azgad050693m

TRABAJO. TYCHE

MATERIA: «LOS 4 CONCEPTOS
FUNDAMENTALES DEL
PSICOANÁLISIS»
ALUMNO:
Sedmiel Azgad Durón Martínez
DOCENTE:
Miguel Ángel Soto Orozco
REFLEXIONES
SOBRE: LA TYCHE
Y AUTOMATON
DANS MA PEAU
DANS MA PEAU
«Te amo, pero, inexplicablemente
y debido a que amo algo más, entonces te mutilo».
«Solo los idiotas creen en la realidad del mundo,
lo real es inmundo y hay que soportarlo».
Lacan.
Durante una noche de fiesta, Esther se dirige al baño y entonces, de manera sorpresiva, al ver
que hay un rastro de sangre que parece chorrear de su pantalón, se percata de que, el pequeño
accidente que tuvo en el patio unos minutos antes (luego de caerse encima de un material de
construcción), trajo consigo una fuerte cortada en su pierna, cuya profundidad, necesitaba
urgentemente de una sutura que, sin embargo, no se molestó en atender de inmediato.
Es así, como después de haber ido a un bar, por fin decide acudir con un médico general,
quien, luego de echar un vistazo a la lesión, pregunta:
«Esta herida ya tiene algunas horas… ¿Por qué no vino antes?»; a lo que Esther respondió:
«No noté que estaba lastimada. Me di cuenta luego. Entonces fui al bar. No pensé que estaba
herida; recién la noté en el bar, pero no antes y estaba muy oscuro para ver (…) siento mi
pierna normalmente, pero ahora, creo que estaba distraída». Una vez dicho esto, el médico
señala de manera espontánea: «eso es raro… los traumatismos suelen tener formas extrañas
de manifestarse, pero esto no es común»; a lo que después expresa a modo de broma: «¿estás
segura de que es tu pierna?».
Ante ello, en cierta medida, esas últimas palabras, junto a la impresión que le provocó ver la
gravedad de la herida, parecen haber detonado una fisura en la fragilidad de una imagen
psíquica (yo moi) que se encuentra débilmente sostenida. Pues, luego del cuestionamiento
hecho por el médico, Esther parece entrar en angustia, ya que, dicho percance (aunada la nula
sensación corporal que le ha sido cuestionada) da pie a que, nada sea suficiente para expresar
algo de la fuerte impresión que trajo consigo ese encuentro fallido y sorpresivo con lo real
(tyche), debido a que, inevitablemente, esa herida, le mostró un vacío que cuarteó
tajantemente el registro imaginario a través de la hiancia que provocó el cuestionamiento de
ese médico.
Cabe mencionar que, después de ese percance, Esther comienza a tocar su piel y a
experimentar su cuerpo como si le fuera ajeno (como si ese real, continuara). Dicho esto, es
importante resaltar que, a la mañana siguiente del accidente, antes de dirigirse a su trabajo,
decide quitarse la venda que cubría su lesión (posiblemente, el símbolo degradado de aquello
que, en vano, intenta dar un sostén a una herida narcicista que ya no tiene remedio) y,
posterior a ello, ya en sus labores matutinas, luego de que su jefe le ratificara la imagen de
“buena analista financiera”, Esther opta por buscar un sitio alejado donde nadie la mire para
tocar su pierna lastimada; como si, en ese acto, tratase de asesorarse de que esta realmente le
perteneciera. Pero ¿por qué hacerlo fuera de la mirada del otro?; de ese punto geometral que
da sentido a la existencia... Ante ello, el objeto «mirada», queda eludido y, entonces, empieza
a flagelarse para intentar averiguar si esa pierna, en verdad le perteneces… acto que se
repetirá una y otra vez a lo largo de la cinta.
Hay un real que se escabulle. La tyche, es un encuentro con lo real. Lo real está más
allá del automaton, del retorno, del regreso, de la insistencia de los signos a que nos
somete el principio de placer. Lo real es eso que yace siempre tras el automaton
(Lacan, p.62)
Vale decir que, posterior a aquella escena, surge una especie de compulsión a seguirse
haciendo daño que no puede detener, a pesar de sus esfuerzos porque eso no suceda. Lo cual,
identifico como un posible “automaton”, en tanto, a mi entender, ese concepto hace
referencia a una compulsión a la repetición; una insistencia de los signos… pero esto me hace
cuestionarme ¿qué signos?... ¿En ese flagelarse hay algún tipo de signo como tal?
En un segundo momento, otro acercamiento en el que se manifiesta la tyche, podemos
observarlo cuando: Esther se despierta una mañana y percibe que su brazo izquierdo se
encuentra entumecido después de dormirse sobre. No obstante, a pesar de hallarse
adormecido, ella no entiende esa experiencia como si fuese momentánea y entonces, percibe
su extremidad ajena a sí. Tanto que, esa misma noche, durante una cena con sus superiores,
luego de tomar un poco de vino, Esther, vuelve a experimentar ese desconocimiento corporal;
a tal grado que, su brazo, pareciera actuar por su propia cuenta; lejos de su control…
Sensación que, en cierta medida, es reforzada por dos imágenes a las que dirigió su mirada
en ese momento y que, en esencia, la remiten al registro de lo real:
1) Uno de sus jefes corta el trozo de carne semicruda que tenía como platillo.
2) La otra mujer que se hallaba en la mesa, despelleja una uva.
Ante aquella esquizia que provoca la tyche, Esther decide cortarse con un cuchillo para
cerciorarse de que, realmente, su brazo forma parte de su cuerpo. Cabe mencionar que,
después de flagelarse, aunadas las dos escenas que llamaron su atención, parecen haber
despertado lo más primitivo de su pulsión oral, lo que la lleva a retirarse de la mesa para
dirigirse a un lugar donde nadie la mirara, para entonces, probar la sangre derramada por su
propia herida y más tarde, esto le incentiva a comenzar a devorar su antebrazo y buena parte
de su pierna; tal vez, como un modo de apropiarse de algún elemento de la propia imagen
que ya ha perdido, luego de no ser ratificada. Es así, como, al no existir algo que anude esa
imagen, «lo Real» queda a flote sin ningún tipo de velo, remitiendo a Esther a un goce
mortífero, en donde no hay nada más que destrucción… Una especie de Tyche permanente
que cada vez es más voraz. Ante ello, podemos decir que, en Esther impera el autoerotismo,
porque su pulsión oral se satisface con su propio cuerpo al tratar de alimentarse de sí misma;
siendo entonces, un objeto en el que no existe un aparejo; pues, incluso, ni siquiera existe un
intento de vinculación.
Con base a esa división que sufrió Esther, hay una ruptura en la red de significantes y
entonces, el canibalismo, sería un acto con el que intentaría, en vano, significar algo en lo
real. Pero en el caso de Esther, no parece haber una red de significantes que realmente la
sostengan y con la cual, anudar ese encuentro fallido con lo real. Por tanto, aunque me
contradiga con lo que mencioné unas líneas más arriba, creo que, en cierta medida no hay un
automaton como tal; pues, aunque suene muy aventurado, tengo la hipótesis de que, Esther,
es una esquizofrénica. Y con base a esta deducción, esto me hace dudar; pues, hasta donde
tengo entendido, aunada mi limitada investigación sobre este tema, en «la esquizofrenia», al
ser una psicosis de ausencia, en si misma carecería de una red de significantes; por lo que, en
teoría, el automaton no estaría en juego en esta personaje; ya que, al momento en que llega
la tyche, parece desorganizar la frágil organización que se tenía, y, en consecuencia, un
constante encuentro con lo real; a pesar de que, «flagelarse» pareciera rozar en una
compulsión a la repetición; pues, conforme pasan los días, ella se hace cada vez más daño.
Aunque, es importante mencionar que, en cierto punto, logra rescatar algunos trozos de su
piel para intentar preservarla (a modo quizás, de un intento fallido de simbolizar algo de ese
exceso de goce).
Vale decir que, en un momento de la película, Esther tiene una discusión con su novio, quien
se encuentra pensativo y preocupado a causa de las conductas tan extrañas que ella ha
presentando en las últimas semanas. A lo que, en dicha conversación, él expresa lo siguiente:
¡Si yo no soy un problema, es algo que no conozco y tampoco te conozco!
A lo que Esther le responde: «Tú me conoces más que nadie… siempre buscas significados».
Ante ello, podemos interpretar que, la imagen que los demás le ratifican a Esther, es de
desconocimiento, tal y como ella se experimenta a sí misma… Faltan palabras y significados
que puedan definirla. Ella, entonces, más que mancha en un lienzo, se presenta como un
hueco que rasga el velo y no muestra más que lo real; por lo que, ante esa mirada ajena que
le ofrecen, Esther no se reconoce… se pierde en el sinsentido, debido a que, en ninguna de
sus figuras de apego encuentra una imagen de completud imaginaria que la consuele. Y a
causa de eso, comienza a experimentar un exceso de sensaciones displacenteras. Es así, como
en un intento impulsivo y desesperado, decide comprar algunos cuchillos de distinto calibre
y una cámara, con la que más tarde se tomará algunas fotos de varias partes y ángulos de su
cuerpo frente a un espejo, después de haberse flagelado. Espejo, ante el cual se oculta para
después, mirarse nuevamente una y otra vez con la intención de reconocerse; en búsqueda de
un punto luminoso que le sirva como anclaje. Pero, al no hallarlo como tal, se arranca un
pedazo de piel que mete en un frasco con agua, para luego, ir a la farmacia con la intención
de conseguir un poco de formol para tratar de resguardarla.
«Tengo un trozo de piel dañada… quiero preservarla».
A lo que, el farmacéutico le responde: «igual, aunque esté en formol, con los años va a
deteriorarse… Normalmente se curte la piel». Y después, Esther pregunta: «¿cómo la curto?
¿quedará lisa y suave?». Entonces, el hombre le explica el método para poder hacerlo y
posteriormente, Esther se da a la tarea de realizarlo. Empero, a la mañana siguiente, ella se
percata de que el pedazo de piel no se preservó como imaginaba. Intentando, en vano, tratar
de apropiarse de la misma acercándosela a su pecho y metiéndosela al brasier. Pero una vez
percatado el fracaso de su encomienda, Esther, queda catatónica a causa del fuerte impacto
que le provocó este evento. Quedando entonces, atrapada en la cosificación de lo real. De la
cual, ya nadie la puede sacar, pues se ha alcanzado la muerte psíquica.
REFERENCIAS:
Lacan, J. (1991). Seminario 11 Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis,
capítulos: V, VI y IX. Ediciones: Paidós Buenos aires.
Escudero, M. d. (2 de octubre de 2018). Foro psicoanalítico de Puerto Rico. Obtenido de
II- LA REPETICIÓN: ENTRE TYCHÉ Y AUTOMATON:
https://www.youtube.com/watch?v=J1x_arpHAdw