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Manejo de mujeres embarazadas
Durante el embarazo y la lactancia la mujer está en un estado
fisiológico diferente. Conocer y comprender estos cambios permite la
adecuada toma de decisiones para la correcta atención odontológica
de la paciente.
Alteraciones
del
sistema
cardiovascular
Entre los muchos cambios que presenta la mujer embarazada, el aumento del
gasto cardiaco entre un 30% y un 50%, así como el subsecuente aumento en la
frecuencia cardiaca del 20 al 30%, son el resultado del aumento del volumen
sanguíneo circulante. Es completamente normal que la paciente embarazada
en
reposo
tenga
taquicardia.1
Este aumento en el volumen sanguíneo circulante, combinado con una
disminución de la resistencia vascular periférica, ocasionada por la circulación
de progesterona, prostaglandinas y óxido nítrico, son los responsables del
edema frecuente (sobre todo en extremidades) que ocasionalmente presenta la
mujer
embarazada.
Una disminución de la presión sanguínea y del gasto cardiaco pueden ocurrir
durante el segundo y el tercer trimestre cuando la paciente se recuesta en
posición supina por completo. Esto es la respuesta a una disminución del
retorno venoso (hasta del 15%) que ocasiona la presión del bebé sobre la vena
cava.2 De continuar esto, puede llevar a la paciente a cursar con hipotensión
severa,
bradicardia
y
síncope.
Aunque no todas las pacientes presentan esta sintomatología, esto puede
evitarse al inclinar a la paciente entre 5 y 10° hacia el lado izquierdo, evitando
la hipotensión supina.3Para esto podemos ayudarnos de un pequeño cojín que
se coloque en la región lumbar del lado derecho de la paciente.
La hipertensión arterial es el padecimiento más común que sucede durante el
embarazo que está asociado con efectos adversos maternos y perinatales.
Durante el segundo trimestre es normal encontrar a la paciente con ligera
hipotensión, y en el tercer trimestre, con hipertensión arterial. Esto resalta la
importancia de realizar la toma de la presión arterial antes de cualquier
procedimiento odontológico y, en caso de encontrar alteración, realizar consulta
con el gineco-obstetra tratante. En caso de que se presente preclampsia, debe
realizarse una vigilancia obstétrica cercana de los signos maternos-fetales, ya
que la presencia temprana de preclampsia predispone a una posterior
hipertensión crónica y enfermedad cardiovascular.4 La toma de la presión
arterial en la mujer embarazada, antes de cualquier consulta médico
odontológica, es una medida sencilla que puede prevenir dichas
complicaciones.
Cambios
hematológicos
Debido a la demanda que significa el embarazo, el plasma materno y el
volumen de eritrocitos incrementa el volumen sanguíneo de la madre. Este
puede aumentar entre un 25% y 50%, y la cantidad de células rojas en un 20%
en comparación con una mujer no embarazada.5 Este importante incremento en
el plasma, que llega al máximo alrededor de la semana 30 de gestación,
ocasiona una “dilución” de las células sanguíneas, provocando una anemia
fisiológica o anemia dilucional.6 Además de las células rojas, hay un incremento
normal de los leucocitos. Este incremento en las células del sistema inmune
permitirá una respuesta más efectiva ante cualquier proceso infeccioso, por lo
que encontrar leucocitosis (entre 5000 y 1000) en una mujer embarazada se
considera normal, cifras que en una mujer no embarazada correspondería a
una
infección.
Este incremento del volumen sanguíneo y celular previene a la madre de una
importante pérdida sanguínea durante el parto. El porcentaje ideal del
hematocrito durante el embarazo es entre el 30% y 40%. 7
Otro cambio importante durante el embarazo es el incremento de la cantidad de
los factores de coagulación. Esto predispone a tener tromboembolia, ya que se
cursa con un estado temporal de hipercoagulabilidad. Sólo en circunstancias
especiales, evaluadas por el o la obstetra encargada, deberá administrarse
anticoagulante.8
Sistema
respiratorio
La mujer embarazada frecuentemente cursa con hiperventilación. Aunque
puede iniciarse en el primer trimestre, hasta el 45% de las mujeres
experimentan este síntoma hacia el final del embarazo. Esto es resultado del
efecto postural y la mencionada opresión del bebé y desplazamiento pulmonar
por el útero.9 En consecuencia, es normal encontrar un estado de una leve
alcalosis respiratoria y alteraciones en un análisis respiratorio por gasometría.
Entre los cambios normales que ocurren durante el embarazo están reducción
de la capacidad residual, incremento de la diferencia de oxigenación alveolar y
en posición supina menor gasto cardiaco. Estos cambios pueden ocasionar
desaturación durante el sueño. A pesar de eso, los estudios no han encontrado
niveles significativos entre las últimas semanas de gestación y el periodo
posparto.10,11
El síntoma más común es la dificultad respiratoria, la cual se presenta a
mediados del segundo trimestre y afecta al 75% de las mujeres hacia la
semana 30.12 Esto es el resultado del desplazamiento superior de hasta 4cm
del diafragma y el incremento del diámetro transverso del tórax y de la
circunferencia del pecho; se incrementa la capacidad vital hasta en un 40%, por
lo que al desplazarse el diafragma se reduce la capacidad pulmonar residual
hasta en un 20%. Como resultado final, la mujer embarazada consume hasta
un
15%
más
de
oxígeno
que
la
mujer no
embarazada.
Sistema
gastrointestinal
Las alteraciones gastrointestinales son el resultado del desplazamiento de los
órganos internos por el útero. Existe una disminución en el tono del esfínter
esofágico por el aumento de progesterona y la ubicación superior del
estómago, ocasionan frecuentemente pirosis esofágica hasta en el 75% de las
mujeres embarazadas.13 Otro factor que contribuye a esta sensación de reflujo
y regurgitación es el retraso en el vaciamiento gástrico hasta en el doble del
tiempo, lo que explica la rápida sensación de saciedad al alimentarse.
El uso de antiácidos y de antagonistas de los receptores H2 como la ranitidina
pueden disminuir el pH gástrico, aunque no disminuyen la probabilidad de
reflujo
y
regurgitación.
Sistema
genitourinario
El crecimiento uterino ocasiona un desplazamiento de la vejiga y un
crecimiento de la uretra. Esto convierte a la vejiga en un órgano más abdominal
que
pélvico.
Los músculos de la vejiga se hipertrofian y con el incremento en la cantidad de
progesterona que disminuye su tono muscular, ésta incrementa su capacidad.
Esto cambia hacia el tercer trimestre por el aumento del tamaño del bebé.
Pueden cursar con una estasis urinaria que les predispone a pielonefritis.
Otro cambio en la mujer embarazada es el incremento en el flujo renal y en la
filtración glomerular; éste puede aumentar hasta un 80% en comparación con
las mujeres no embarazadas. Esto resulta en una disminución en los niveles de
creatinina,
ácido
úrico
y
nitrógeno
ureico.14
Al aumentar hasta en 6L los fluidos durante el embarazo (de éstos, 1200ml en
el plasma), existe un cambio en la osmolaridad sérica. Como mecanismo
compensatorio, el organismo promueve la reabsorción de sodio (hasta de
950mg) lo que acarrea más líquido y explica el frecuente edema en
extremidades.15
Metabolismo
La principal alteración metabólica se da hacia la 26a semana de gestación. El
incremento sérico de glucosa puede sobrepasar los límites normales y conducir
a la mujer a una diabetes gestacional. Cuando se identifica de forma temprana,
por medio de análisis de rutina, puede controlarse sólo con dieta y, en caso de
no ser así, puede necesitarse de insulina subcutánea. La monitorización
cercana permite que la mujer se mantenga dentro de niveles normales, lo que
minimiza no sólo los riesgos vasculares e infecciosos, sino que la mujer será
menos propensa a desarrollar diabetes tipo 2 después del embarazo.
Tanto durante el embarazo como durante la lactancia existe una demanda de
calcio (y de otros nutrientes y minerales) para proveer al feto y al neonato. La
mujer pierde en promedio de 300 a 400 mg de calcio a través de la leche
materna, y esta demanda se obtiene de una pérdida del 5 al 10% de reserva
esqueletal durante seis meses de lactancia.16 Es importante mencionar que
esta merma es completamente reemplazada en los siguientes meses, de tal
forma
que
no
existe
una
deficiencia
a
largo
plazo.
Consideraciones
anestésicas
y
farmacológicas
Anestésicos
locales
Durante el embarazo se modifica la conducción nerviosa. El bloqueo con
anestesia local de fibras A, B y C es más rápido en mujeres embarazadas que
en las que no lo están.17 Todos los anestésicos locales cruzan la barrera
placentaria, por lo que debemos considerar que medicamento que
administremos entrará en la circulación materno-fetal. Aunque la administración
de benzocaína, procaína, tetracaína y lidocaína durante el embarazo no han
demostrado el incremento de malformaciones fetales, deben administrarse
valorando
siempre
el
riesgo-beneficio.
El uso de anestésicos locales con epinefrina como vasoconstrictor debe
evitarse, ya que una inyección intravascular puede ocasionar una disminución
del flujo sanguíneo uterino y el consecuente sufrimiento fetal. Es importante
recordar que la felipresina, otro vasoconstrictor usado comúnmente con los
anestésicos locales, actúa sobre las paredes del músculo liso, por lo que
especialmente hacia el tercer trimestre, puede ejercer su efecto vasoconstrictor
y
estimular
contracciones
uterinas.
Anestesia
general
Pocos son los procedimientos odontológicos que requerirían de anestesia
general. Básicamente, esto se limitaría a infecciones cérvico-faciales extensas
que ponen en peligro la vida de la paciente.18 Cuando se decida utilizar
anestesia general, debemos considerar el preservar la oxigenación fetal, evitar
agentes teratogénicos y prevenir el parto prematuro. En todos los casos, el uso
de sedación inhalatoria o de inducción de anestesia general con óxido nitroso
N2O
está
contraindicado
por
su
alta
teratogenicidad.
Antibióticos
La mayoría de los antibióticos cruzan la barrera placentaria y potencialmente
pueden afectar al bebé. En caso de que la evaluación riesgo-beneficio nos
oriente a administrar un antibiótico, el medicamento de primera elección, de
acuerdo a la microflora bucal de las infecciones odontogénicas es la penicilina.
Los antibióticos B-lactámicos han sido usados desde los años 40 de forma
segura sin incrementar la incidencia de anormalidades fetales. El aumento del
volumen sanguíneo y de la tasa de filtrado renal en la mujer embarazada
disminuyen la concentración de los antibióticos, en comparación con la mujer
no embarazada. En caso de seleccionar amoxicilina como antibiótico, deberá
ser de forma simple y sin el uso en conjunto de ácido clavulánico.
Los macrólidos (eritromicina, clindamicina, lincomicina, etcétera) cruzan sólo de
forma mínima la barrera placentaria, por lo que se convierten en el
medicamento de elección en mujeres embarazadas alérgicas a la penicilina.
El metronidazol es un medicamento que se ha evitado por su capacidad
teratogénica. Aunque el ser humano no es capaz de reducir el medicamento a
la forma en la cual se asocia a los efectos adversos, su uso sigue siendo
controversial y en caso de decidir su administración, éste sólo debería
recetarse en el segundo y tercer trimestre.
Las tetraciclinas son antimicrobianos que deben ser evitados durante el
embarazo y la lactancia. Estas bacteriostáticas ejercen su mecanismo de
acción evitando la síntesis de proteínas al unirse a la subunidad ribosomal 30s.
Estos medicamentos atraviesan la barrera placentaria y ocasionan depósitos
que permanecen en huesos y dientes, ocasionando en estos últimos una
coloración café amarillenta si se ingieren en los primeros cinco meses de
gestación.19
Analgésicos
Para los procedimientos odontológicos usuales, los analgésicos más usados
pertenecen al grupo de los antiinflamatorios no esteroideos (AINES). Este
grupo de medicamentos ejerce su mecanismo de acción al inhibir la síntesis de
prostaglandinas.
El ácido acetilsalicílico se ha evitado principalmente por la irritación gástrica
que produce, por lo que el medicamento al que usualmente se recurre es el
paracetamol. El ibuprofeno es un analgésico de mayor potencia sin reportes de
defectos congénitos asociados al medicamento.20
Los AINES, clasificados como selectivos de la COX2, deben evitarse en la fase
final del embarazo, pues están asociados al cierre prematuro del conducto
arterioso fetal, por lo que son clasificados dentro de la FDA como categoría C.
De la misma forma, no son medicamentos de elección durante la lactancia.
Manejo estomatológico de la mujer embarazada
Antes de describir el manejo estomatológico de la mujer embarazada es
importante mencionar que, como resultado de todos los cambios fisiológicos
descritos, encontraremos varias circunstancias que en un estado de no
embarazo se considerarían patológicas, pero que durante las cuarenta
semanas de gestación se consideran normales.
No se han tratado los cambios psicológicos de la mujer embarazada pero no
está por demás mencionar que, desde el momento en que la mujer se sabe
embarazada, su mayor prioridad y preocupación es el crecimiento y desarrollo
del bebé.
El manejo inicial debe incluir una revisión minuciosa de la historia clínica. Antes
de cualquier procedimiento debe consultarse su historial gineco-obstétrico para
determinar el curso del embarazo.
Todos los tratamientos electivos, implantes dentales, blanqueamiento,
procedimientos cosméticos, etcétera, deberán evitarse hasta terminada la
lactancia.
Los procedimientos que no puedan postergarse deberán hacerse bajo ciertos
cuidados indispensables. En la posición de trabajo debe evitarse la supina para
que no se desarrolle el síndrome hipotensivo supino. La posición ideal es
semisentada a 15° con inclinación hacia la izquierda ayudándose de un cojín
en la región lumbar derecha.
La toma de radiografías debe estar limitada a lo estrictamente indispensable.
Aunque se ha demostrado en estudios en animales que incluso una serie
completa de radiografías periapicales, que expone al paciente a 0.0001 cGy,
está muy por debajo de la cantidad de radiación que ocasiona alteraciones
fetales y retraso en el crecimiento del producto (10cGy). Aún así, no deben
utilizarse estudios de imagen que no sean necesarios; y cuando se tomen,
deben realizarse las medidas de protección recomendadas como el uso de
mandiles de plomo para proteger al bebé.
El uso de anestésicos locales no está contraindicado, pero deben vigilarse los
niveles de toxicidad. La controversia reside en el uso de vasoconstrictor por la
posibilidad de reducir el flujo sanguíneo hacia el bebé.
Todo procedimiento que requiera de anestesia local, que no sea una urgencia,
debe posponerse hasta después del embarazo.
Dentro de las medidas preventivas, la más usual es la profilaxis, ya que los
cambios hormonales predisponen a gingivitis que se controla con hábitos
higiénicos y de ser necesario puede recomendarse colutorios de clorhexidina.
Los cambios principales en la microflora bucal no se deben a una alteración
hormonal durante el embarazo, sino a los cambios en los hábitos dietéticos y al
autocuidado dental y de la salud en general. 21 El adecuado seguimiento
médico y odontológico, la correcta dieta materna y los hábitos de autocuidado
son factores muy importantes para la conservación de la salud bucal.
La salud bucal muchas veces está subestimada por pacientes, médicos y
odontólogos. La presencia de periodontitis está asociada con parto prematuro,
preclampsia y bajo peso del bebé al nacimiento. Este padecimiento puede
evitarse con sesiones de limpieza profiláctica y monitoreo dental. En caso de
persistir, puede promover la presencia de tumores del embarazo (granuloma
piógeno).22 Además de esta situación, la flora materna se transmite al bebé, por
lo que una microflora altamente cariogénica predispone al infante a tener
caries.23 La caries dental es la enfermedad crónica más común de los niños, y
la periodontitis puede afectar a más del 40% de las mujeres en edad
reproductiva.24-25 Estas cifras nos piden poner más atención en el estado bucal
de todas las mujeres embarazadas.
La causa odontológica más frecuente de hospitalización de la mujer
embarazada es la infección cérvicofacial.26 Varias situaciones hacen que esto
sea más probable, primero que los cambios hormonales hacen la mucosa más
friable, por lo que es común que la paciente curse por varios meses con
gingivitis crónica, que incluso puede predisponer a la formación de un
granuloma piógeno.
La posibilidad de inmunosupresión y de diabetes gestacional son factores
predisponentes.
El manejo debe ser convencional, eliminar el foco séptico, realizar el drenaje
del proceso infeccioso y administrar antibióticos.
Conclusiones
El embarazo es un estado temporal de adaptación de la mujer, como
consecuencia presenta múltiples cambios ya mencionados. El tratamiento
odontológico no es una prioridad en muchas ocasiones. En caso de requerirse
atención odontológica, tenemos que considerar que el tratamiento más simple
puede complicarse no sólo por los cambios vasculares, sino por una
disminución en la inmunidad materna, y más si agregamos que
aproximádamente un 10% de las pacientes van a tener un compromiso
metabólico alterado como intolerancia a los carbohidratos, diabetes o
alteraciones de presión arterial (hipertensión agregada al embarazo,
preeclampsia y alteraciones tiroideas), por lo que se puede requerir de otros
procedimientos o de otros medicamentos.
Todo tratamiento odontológico deberá realizarse únicamente hasta obtener por
escrito la autorización del obstetra encargado del caso e idealmente en el
segundo o al inicio del tercer trimestre. Por último, debemos considerar que
toda mujer que está en edad reproductiva y tiene actividad sexual corre riesgo
de estar embarazada e ignorarlo, por lo que se debe de realizar una historia
clínica detallada previa administración de medicamentos y terapias
odontológicas ya que presentan un riesgo potencial de afectación embrionaria
o fetal y ponen en riesgo a la propia madre.
El embarazo es una condicionante que favorece cambios y patología dental, los
trabajadores de la salud no debemos minimizar la importancia del cuidado
odontológico en este período para evitar complicaciones que pongan en riesgo
al embarazo.
Tabla 1. Categorías de medicamentos FDA27
Estudios clínicos controlados que han demostrado que no
Categoría
hay riesgo de malformaciones para el feto o que este riesgo
A
es muy remoto
Fármacos con estudios de reproducción en animales sin
Categoría
observarse efectos negativos. Sin embargo, no existen
B
estudios controlados en el hombre.
Fármacos en los que los estudios en animales han
mostrado algún efecto adverso sobre los fetos no existiendo
estudios
controlados
en
el
hombre.
También se incluyen en esta categoría aquellos productos
Categoría
de los que no hay estudios animales ni tampoco estudios
C
controlados
en
el
hombre.
Estos fármacos deben ser evitados en la medida de lo
posible y ser utilizados solamente si el beneficio para la
madre supera claramente el potencial riesgo para el feto.
Categoría Fármacos de los hay alguna evidencia de riesgo para el
D
feto, pero cuyo uso resulta indispensable para la madre.
Categoría Fármacos con efectos teratogénicos demostrados cuyo uso
X
es inaceptable.
Tabla 2. Resumen de medicamentos más usados para la paciente de cirugía
maxilofacial durante embarazo y lactancia
Medicamento
Clasificación FDA
Anestésicos Locales
Lidocaína
B
Mepivacaína
C
Prilocaína simple B
Bupivacaína
C
Uso
embarazo
durante
SI
SI
SI
No, puede ocasionar
hipotensión
Uso
durante
lactancia
SI
SI
SI
SI
Analgésicos
Aspirina
C/D
Paracetamol
Ibuprofeno
B
B/C
No, asociado con
menor
crecimiento NO
del bebé
SI
SI
Evitar
en
tercer SI
Inhibidores COXC
2
Morfina
B
Antibióticos
Penicilinas
B
Erictromicina
B
Clindamicina
B
Cefalosporinas B
Tetraciclina
D
Sedantes /Hipnóticos
Benzodiazepinas D
trimestre
Evitar
en
trimestre
SI
tercer
SI
SI
SI
SI
SI
NO
No,
riesgo
malformaciones
SI
SI
SI
SI
SI
NO
de
NO
Tabla 2. Resumen de los cambios fisiológicos durante el embarazo
♦ Cardiovascular
- Compresión uterina de vena cava inferior, que ocasiona estasis
venosa y trombosis venosa profunda
- Pérdida de presión oncótica que ocasiona edema en extremidades
inferiores
- Incremento de volumen eritrocitario
- Aplanamiento de ondas T en electrocardiograma
- Sonidos cardiacos extras (S3, murmullo sistólico)
I- ncremento de gasto cardiaco, incremento de volumen plasmático
♦ Respiratorio
- Incremento de la fragilidad de la mucosa respiratoria
- Menor presión parcial de oxígeno en posición supina
- Hiperventilación inducida por la progesterona
- Disminución de la capacidad residual funcional
♦ Hematológico
- Incremento de riesgo de enfermedad tromboembólica (estado de
hipercoagulabilidad)
- Leucocitosis
- Anemia dilucional por aumento del volumen plasmático
♦ Gastrointestinal
- Menor tono del esfínter esofágico que incrementa la incidencia de
reflujo
- Menor motilidad gástrica
- Mayor presión intragástrica
- Incremento de la tasa de filtración glomerular
- Incremento de estasis urinaria con predisposición de infecciones de
tracto urinario
♦ Inmune
- Supresión del sistema inmune materno secundario a menos
quimiotaxis.
http://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoID=75105
http://web.minsal.cl/portal/url/item/955578f79a24ef2ae04001011f01678a.pdf
https://www.propdental.es/pacientes-especiales/embarazo/tratamiento/
http://www.medigraphic.com/pdfs/imi/imi-2010/imi102g.pdf
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