INSTITUTO BIBLICO DE MIDDLETOWN N.Y TAREA: RESUMEN CAPITULO IV TEOLOGIA SISTEMATICA EL DIOS UNICO Y VERDADERO CUARTO AÑO MAESTRO: CORDERO ALUMNA: DOROTHY MARTINEZ INTRODUCCION El primer público al que va dirigido este libro está formado por losestudiantes de las instituciones que representan los autores. Esosestudiantes merecen leer la teología a partir de las perspectivas de susmaestros, dentro de la comunidad educativa en la que estudian. Tambiénlos miembros del cuerpo ministerial de las Asambleas de Dios y de otrasfraternidades pentecostales deben disfrutar del privilegio de unapresentación teológica que esté en consonancia con la fe que han recibidoy que están transmitiendo a las congregaciones a las que sirven. Losmiembros de las iglesias locales también hallarán provecho en la lecturade esta a rmación bíblica de fe. Igualmente, otras iglesias ydenominaciones pueden bene ciarse de ella, puesto que la mayor partede las verdades que se de enden en esta obra son sostenidas también porel resto de los que creen en la Biblia. Capitulo 4 El Dios unico y verdadero Russell E. Joyner Muchas teologías sistemáticas del pasado han logrado clasificar los atributosmorales de Dios y la naturaleza de su ser. Sin embargo, Dios no se reveló así mismo en toda la diversidad de sus manifestaciones bíblicas sólo paradarnos conocimientos teóricos acerca de sí mismo. En lugar de esto,hallamos que la revelación que hace de sí va unida al reto personal, a laconfrontación y a la oportunidad de responder. Esto es evidente cuando elSeñor tiene un encuentro con Adán, Abraham, Jacob, Moisés, Isaías, María,Pedro, Natanael y Marta. Nuestra comprensión de Dios no se debe basar en presuposicionesacerca de Él, o en cómo queremos nosotros que Él sea. En lugar de esto,debemos creer en el Dios que es, y que ha decidido revelársenos en lasEscrituras. Los seres humanos tenemos la tendencia de crear dioses cticiosen los que es fácil creer; dioses que seajustan a nuestropropio estilo devida y a nuestra naturaleza pecaminosa (Romanos 1:21–25). Ésta es una delas características de las religiones falsas. Hasta hay cristianos que caen enla trampa de ignorar la autorrevelación de Dios y comienzan a desarrollarun concepto de Él que está más en sintonía con sus caprichos personales,que con la Biblia. La Biblia es nuestra verdadera fuente. Es ella la que nospermite saber que Dios existe, y cómo es Él. La primera división de la teología sistemática es Teología, la doctrina de Dios. En su aplicación general, la teología se refiere a toda doctrina cristiana. En su aplicación específica está limitada al estudio de Dios, su existencia, personalidad, unidad, atributos, posiciones relativas al universo, etc. Cuando se aplica en este sentido, a veces se designa Teología Genuina. I. El Punto de Partida Las primeras cuatro palabras de la Biblia describen no sólo el origen del planeta, sino también el punto de partida de la Teología Sistemática - "En el principio Dios". Comenzar con Dios, es comenzar con el Principal. Partir en un viaje en su luz es comenzar con la fuente de la verdad. "El principio de la sabiduría es el temor de Jehová". (Prov: 1: 7). Creer en Dios es el estudio de hechos revelados concernientes a él; son los primeros requisitos de la teología cristiana. El Creador declaró; "Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin" (Apoc. 21: 6). Alfa y Omega son la primera y última letra del alfabeto griego. El griego es la lengua en la que se escribió el Nuevo Testamento. Usando el alfabeto Español, Dios habría dicho, "Yo soy la A y la Z". Nada existe antes de la letra A y nada después de la letra Z. La primera y última letra del alfabeto constituyen las fronteras del pensamiento. El dominio total del pensamiento del hombre está confinado entre estos dos extremos. Dios es el primero en existencia; Él es la fuente de la verdad. Todo el que busca la verdad debe comenzar con Dios. La doctrina de Dios forma la base y prerrogativa para todas las otras doctrinas bíblicas. Las seis divisiones que suceden a la Teología Sistemática dependen de esta primera división mayoritaria. Antropología, Hamartiología, Cristología, Soteriología, Eclesiología, y Escatología encuentran su origen en la Teología. Cuando los estudiantes de la Biblia ignoran la doctrina de Dios, se separan de la fuente del conocimiento a través del cual pueden comprender otras doctrinas bíblicas. Los hombres presentan puntos de vista incorrectos sobre el hombre, pecado, Cristo, salvación, la Iglesia y el futuro porque tien e una visión incorrecta acerca de Dios. Una comprensión de la doctrina de Dios forma la base para la verdadera espiritualidad. Aunque algunos hombres se han puesto al frente de religiones sin corazón religioso, la religión de corazón genuino es producto de una cabeza de la religión. La religión separada de Dios retrata al hombre egoísta y vacío. Los hombres tienen fe inadecuada en Dios porque tienen conocimiento insuficiente concerniente a Dios. Ellos creen que es difícil orar porque no consideran la naturaleza de aquel para quien oran. Los corazones de los hombres raras veces se rinden en verdadera adoración porque no reconocen la trascendencia maravillosa e infinita del valor de Dios. Para presentar una fe cristiana adecuada y una vida espiritual vigorosa, se debe comenzar con Dios. La doctrina de Dios es el pensamiento más importante que el hombre debe considerar. Es el tema más sublime que se puede estudiar. Los hechos relacionados con la naturaleza de Dios y su obra constituyen las más significativas realidades en el universo. Jesús dijo, "esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado". (Juan 17: 3). Es de vital importancia que los creyentes estén plenamente informados acerca de la naturaleza, características y obra de Dios. Los cristianos pasarán la eternidad con Dios; deberían desear estar informados sobre Él hoy. II. El Teísmo de las Escrituras 1. ¿Qué es el Teísmo? El Teísmo, cuando se usa apropiadamente, es el término que designa la verdadera doctrina de Dios. Un entendimiento preciso de Dios y su obra puede obtenerse solamente mediante el estudio genuino de su palabra. El genuino teísmo cristiano es bíblico. Cuando el hombre refleja seriamente sobre el universo, muchas cuestiones nacen en su mente. ¿Existe un Dios? ¿Quién es Dios? ¿Se reveló Dios al hombre? ¿Cuál es la apariencia de Dios? ¿Cuál es la relación de Dios con el universo? ¿Cuál es el origen del hombre, propósito y destino en relación a Dios? El Teísmo provee las respuestas a estas cuestiones. 2. ¿Qué afirma el Teísmo? El Teísmo bíblico afirma la existencia de un Dios vivo y verdadero. Dios por sí existe y por sí se revela, es infinito y supremo ser. Este único Dios es un ser viviente de cuya imagen el hombre ha sido hecho. Dios es infinito, eterno, inmutable, perfecto en sabiduría, presente en cualquier lugar y todopoderoso, Su carácter es santidad, amor y verdad. Él es la fuente de todo cuanto existe. Él es el Creador y el Sustentador del universo. Él es inmanente dentro del universo por su poder y presencia invisible y aún trasciende sobre toda su creación en existencia, naturaleza y superioridad. Dios es Rey, Abogado y Juez. Como Redentor, Dios está redimiendo al hombre pecador para sí por medio de su hijo Jesucristo. Todos los hombres son dependientes de Dios para existir. Ellos le deben adoración, obediencia, y amor. El único Dios verdadero se ha revelado como el eterno existente en sí mismo «YO SOY», el Creador del cielo y de la tierra y Redentor de la humanidad. Se ha revelado también encarnando los principios de relación y asociación como el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo (Deuteronomio 6:4; Isaías 43:10,11; Mateo 28:19; Lucas 3:22). LA DEIDAD ADORABLE (a) Definición de vocablos Los vocablos trinidad y personas, según se relacionan con la Deidad, aunque no se encuentran en la Biblia, son vocablos que están en armonía con ella, por lo tanto podemos comunicar a los demás nuestro entendimiento inmediato de la doctrina de Cristo respecto al Ser de Dios, según se distingue de «muchos dioses y muchos señores». Por tanto podemos hablar debidamente del Señor nuestro Dios, que es un solo Señor, como una Trinidad o como un Ser de tres personas, sin apartarnos por ello de las enseñanzas bíblicas (como ejemplo, Mateo 28:19; 2 Corin tios 13:14; Juan 14:16,17). (b) Distinción y relación en la Deidad Cristo enseñó una distinción de personas en la Deidad que expresó en términos específicos de relación, como Padre, Hijo y Espíritu Santo, pero que esta distinción y relación, en lo que a su forma se refiere es inescrutable e incomprensible, pues la Biblia no lo explica (Lucas 1:35; 1 Corintios 1:24; Mateo 11:25-27; 28:19; 2 Corintios 13:14; 1 Juan 1:3, 4). (c) Unidad del Único Ser del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo Por lo tanto, de la misma manera, hay eso en el Padre que lo constituye Padre y no Hijo; hay eso en el Hijo que lo constituye Hijo y no Padre; y hay eso en el Espíritu Santo que lo constituye Espíritu Santo y no Padre ni Hijo. Por lo que el Padre es el Engendrador; el Hijo es el Engendrado; y el Espíritu Santo es el que procede del Padre y del Hijo. Así que, por cuanto estas tres personas de la Deidad están en un estado de unidad, existe un solo Señor Dios Todopoderoso y tiene un solo nombre (Juan 1:18; 15:26; 17:11, 21; Zacarías 14:9). (d) Identidad y cooperación en la Deidad El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo no son idénticos en lo que respecta a persona; ni se les confunde en cuanto a relación; ni están divididos en cuanto a la Deidad; ni opuestos en cuanto a cooperación. El Hijo está en el Padre y el Padre está en el Hijo en cuanto a relación. El Hijo está con el Padre y el Padre estácon el Hijo, en cuanto a confraternidad. El Padre no procede del Hijo, sino el Hijo procede del Padre, en lo que respecta a autoridad. El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, en cuanto a naturaleza, relación, cooperación y autoridad. Por tanto, ninguna de las personas de la Deidad existe ni opera separada o independientemente de las otras (Juan 5:1730,32,37; 8:17,18). (e) El título Señor Jesucristo El título Señor Jesucristo es un nombre propio. En el Nuevo Testamento nunca se le aplica al Padre ni al Espíritu Santo. Por tanto pertenece exclusivamente al Hijo de Dios (Romanos 1:1-3,7; 2 Juan 3). (f) El Señor Jesucristo, Dios con nosotros El Señor Jesucristo, en lo que respecta a su naturaleza divina y eterna, es el verdadero y unigénito Hijo del Padre, pero en lo que respecta a su naturaleza humana, es el verdadero Hijo del Hombre. Por lo tanto, se le reconoce como Dios y hombre; quien por ser Dios y hombre, es «Emanuel», Dios con nosotros (Mateo 1:23; 1 Juan 4:2,10,14; Apocalipsis 1:13,17). (g) El título Hijo de Dios Siendo que el nombre Emanuel abarca lo divino y lo humano, en una sola persona, nuestro Señor Jesucristo, el título Hijo de Dios describe su debida deidad, y el título Hijo del Hombre su debida humanidad. De manera que el título Hijo de Dios pertenece al orden de la eternidad, y el título Hijo del Hombre al orden del tiempo (Mateo 1:21-23; 2 Juan 3; 1 Juan 3:8; Hebreos 7:3; 1:1-13) (h) Transgresión de la doctrina de Cristo Por tanto, es una transgresión de la doctrina de Cristo decir que el Señor Jesús derivó el título de Hijo de Dios sólo del hecho de la encarnación, o por su relación con la economía de la redención . De modo que negar que el Padre es un Padre verdarero y eterno y que el Hijo es un Hijo verdadero y eterno es negar la distinción y relación en el Ser de Dios; una negación del Padre y del Hijo; y una substitución de la verdad de que Jesucristo fue hecho carne (2 Juan 9; Juan 1:1,2,14,18,29,49; 1 Juan 2:22,23; 4:1-5; Hebreos 12:2). (i) Exaltación de Jesucristo como Señor El Hijo de Dios, nuestro Señor Jesucristo, después de limpiarnos del pecado con su sangre, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, sujetándose a El ángeles, principados, y potestades. Después de ser hecho Señor y Cristo, envió al Espíritu Santo para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla y confiese que Jesucristo es el Señor para la gloria de Dios el Padre hasta el fin, cuando el Hijo se sujete al Padre para que Dios sea todos en todo (Hebreos 1:3; 1 Pedro 3:22; Hechos 2:32-36; Romanos 14:11; 1 Corintios 15:24-28). (j) Igual honor para el Padre y el Hijo Siendo que el Padre ha dado al Hijo todo juicio, no es solo un deber de todos en el cielo y en la tierra postrarse ante El, sino que es un gozo inefable en el Espíritu Santo adscribir al Hijo todos los atributos de la deidad y rendirle todo el honor y la gloria contenidos en todos los nombres y títulos de la Deidad excepto los que denotan relación (ver los párrafos b, c y d), honrando así al Hijo como se honra al Padre (Juan 5:22,23; 1 Pedro 1:8; Apocalipsis 5:6-14; Filipenses 2:8,9; Apocalipsis 7:9,10; 4:8-11). EL ÚNICO DIOS VERDADERO Dentro de las fronteras del universo que la humanidad inhabita hay dos tipos de seres. Hay aquellos seres que son dependientes de otros. Esta categoría abarca todas las cosas desde los elefantes hasta los caracoles, desde los ángeles hasta los demonios, desde los seres humanos hasta los virus. Así pues, existe aquel ser de quien todo esto depende. Solamente él es auto-existente – el grandioso Yahweh (Jehová), quien dijo a Moisés que su nombre es “YO SOY EL QUE SOY” (Éx. 3:14; ver también Ap. 1:4). Todos los otros seres extraen su sostenimiento y existencia de Él. Él es completamente único en que no necesita nada fuera de sí mismo. Solamente Él posee lo que los estudiantes de teología llaman “aseidad”, el atributo de la auto-existencia” (Juan 1:4; 5:26). Debido a que Él da vida a toda la creación, desde el objeto más grande hasta la partícula más pequeña, Él debe ser confesado como el solo y único Creador y Dios (1 Cor. 8:6). La confesión de la Biblia acerca del carácter único o singularidad de Dios también se encuentra en la declaración de que Él es santo (Isa. 6:3; Ap. 4:8). La santidad de Dios significa primero que Él es completamente diferente a su creación. Él es el Creador, único y en total control de todo lo que ha hecho. Los seres humanos son limitados en lo que podemos hacer. Nuestro conocimiento es finito, nunca es exhaustivo. Y nuestras vidas en esta tierra son relativamente cortas en duración y a menudo diezmadas por las experiencias dolorosas – “ruines, salvajes y breves”, como una vez las describió el filósofo Thomas Hobbes. No es así con Dios. Él es inmortal, puede hacer lo que su beneplácito desea, y no tiene absolutamente ninguna limitación. Decir que Dios es santo, entonces, es hablar de su carácter único, su otredad en relación a su creación. Los hombres y mujeres adoran a muchos dioses. Siendo hechos a la imagen del Dios verdadero, los seres humanos tienen un deseo inagotable de adorar. Pero siendo seres caídos en pecado, ellos inevitablemente adoran dioses de su propia invención. Juan Calvino, el reformador francés, señaló atinadamente que la mente humana es “una fábrica perpetua de ídolos” (Institución de la Religión Cristiana, 1.11.8; cf. Rom. 1:18-25). El único remedio es el don de Dios de la vista espiritual, por la cual, cuando es dada como un rayo de luz desde los cielos, la gente despierta para conocer al Dios verdadero y para conocerse a sí mismos como criaturas de Dios. Dios, de este modo, es soberano sobre su creación. Da la vida y la quita, levanta naciones y montañas y las abate, y hacer brillar el sol y lo extingue. Y nadie puede detenerlo. Lo que Él ha decidido acontecerá con toda seguridad, y en este ejercicio de su soberanía se manifiesta su gloria. Los seres humanos tienen el privilegio y la responsabilidad de reconocer esta soberanía de Dios. Sin embargo, solamente pueden hacerlo cuando Dios inclina sus corazones. Por naturaleza ellos son rebeldes, desprecian su autoridad, algunos yendo en contra de lo que instintivamente conocen, y afirman que Dios no existe. ¡Pero Dios sí existe! De ese hecho el cristiano está más seguro que de ninguna otra cosa que él o ella sabe. Y es la “dulce delicia” del cristiano – para tomar prestada una frase de Jonathan Edwards, el predicador evangelista del siglo dieciocho – someterse a este grandioso Dios, reconocer su total dependencia de Él y vivir para Él y para su gloria. Como tal, el discurso cristiano acerca de Dios es mucho más que una discusión filosófica acerca de su existencia. Es el gozo mismo, ya que el cristiano ha llegado a conocer al solo y único verdadero Dios, y al conocerlo ha encontrado el significado de la vida y, por supuesto, también la vida eterna (1 Juan 5:20) – en la cual para siempre disfrutará conocer, amar y tener comunión con el Dios trino, complaciéndose en su sonrisa y deleitándose en su presencia. Libro de estudio Teologia Sistematica http://www.iglededios.org/ Concilioad.org ebenezerreformed.org Conclusión: Agradezco el privilegio de poder aprender cada día más sobre la persona de Dios, este estudio me ha ayudado a comprender la magnificencia de Dios Padre, Hijo y Espiritu Santo de como siendo tres están unánimes en un solo sentir hacia la humanidad y comprender de una manera más profunda el amor y la misericordia que nos acobija en su inmenso amor. Este estudio es interesante porque nos revela como el amor el poder la misericordia de Dios desde un inicio nos acompaña en todo momento, que no existe ningún otro dios que nos quieran mostrar ya que nuestro Dios es Unico y Verdadero hasta la eternidad.