La es una parte de la teolo- gía que trata sobre

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INTRODUCCIÓN, 1
La cristología es una parte de la teología que trata sobre Cristo. Estudia a
Jesucristo como el Verbo encarnado
e Hijo de Dios, y a Jesús como nuestro
salvador y redentor, tal como nos lo
propone la fe de la Iglesia.
El misterio de Cristo, que se refiere a su persona y a su obra de
salvación, anuda y resume todos los artículos de la fe: los que se
refieren a la Trinidad, pues Él es Dios, el Hijo del Padre, y nos
revela la Trinidad; y los que se refieren a los designios y obras de
Dios, pues Él ha realizado el plan de su voluntad salvífica.
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INTRODUCCIÓN, 2
Mediante los métodos propios de la historia podemos llegar a
conocer cada vez mejor la realidad visible de la vida de Jesús.
Pero únicamente mediante la Revelación divina y la fe podemos
trascender lo externo y llegar a conocer quién es Él verdaderamente: “nadie conoce al Hijo sino el Padre” (Mt 11, 27); “nadie
puede venir a mí si no le atrae el Padre que me ha enviado”
(Jn 6, 44).
Jesucristo, mediador y plenitud de toda la Revelación, no es un mito: es Dios hecho hombre
que vivió en un contexto histórico concreto, y
los acontecimientos de su vida fueron reales y
comprobables. Pero hace falta un conocimiento
amoroso de Cristo hasta hacernos semejantes a
Él (cfr. CCE 428-429).
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INTRODUCCIÓN, 3
Desde finales del siglo XVIII (Ilustración), surge la búsqueda de
reconstruir la vida de Jesús con una metodología histórica prescindiendo de lo que no tiene una explicación racional. Cristo fue un
simple hombre: desechar como mito todo lo milagroso.
En el siglo XIX, el protestantismo liberal también intentó llegar
al “verdadero” Jesús, sólo hombre, contando únicamente con la
razón y la ciencia histórica positiva. Se podría conocer muy poco
del “Jesús histórico”.
Siglo XX: para Rudolf Bultmann la fe en Jesús fue desarrollándose por un proceso de mitificación. Habría que estudiar la historia de las formas literarias de los Evangelios y después desmitificar el camino que la fe habría recorrido. Autores posteriores:
nuevas aportaciones de la lingüística. Se llega a un Jesús “judío”,
taumaturgo, maestro, revolucionario, o profeta escatológico.
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INTRODUCCIÓN, 4
Los prejuicios racionalistas excluyen de
entrada como imposible que Jesucristo
sea Dios o la realidad de los milagros.
Esta actitud resulta incompatible con
la sincera búsqueda de la verdad. La
distinción entre el “Jesús histórico” y
el “Cristo de la fe” es una distinción de
graves consecuencias.
El mismo nombre de “Jesucristo”, con el que le denominaron desde
los comienzos, confiesa que “Jesús”, el Hijo único de Dios que vivió
en Nazaret, es el “Cristo”, el de la fe. La actitud principal de la primera tradición cristiana fue la de conservar fielmente el recuerdo de
las palabras y obras de Jesús.
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INTRODUCCIÓN, 5
El punto de partida de la cristología (teología) es la fe. El depósito
de la fe se ha transmitido de dos modos: la Sagrada Escritura y la
Tradición. Y “el oficio de interpretar auténticamente la palabra de
Dios escrita o transmitida ha sido confiado únicamente al Magisterio vivo de la Iglesia, cuya autoridad se ejerce en el nombre de Jesucristo” (Dei Verbum 10).
Las ciencias humanas (historia, arqueología, filología, etc.) tienen su valor (conocer mejor las condiciones históricas de la cultura del ambiente de Jesús,
los géneros literarios, la composición de los Evangelios, etc.), siempre que se apliquen de modo científico y con rectitud, y no estén viciadas por determinadas ideas filosóficas. Ese Jesús que la historia investiga no es un simple hombre, es el Hijo de Dios.
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