Universidad Nacional Autónoma de México Escuela Nacional de Estudios Profesionales Acatlán Comunicar y organizar: resbalones y caídas para definir lo complejo, paradójico, contradictorio, confuso, difuso y borroso Por: Jorge Pérez Gómez DR © Ponencia presentada en el Foro de Investigación en Comunicación Ser, pensar y hacer: el holograma de la investigación Mesa 3: Comunicación organizacional: “Destapando el mito de la comunicación organizacional”. Miércoles 4 de junio de 2003, 12 horas Auditorio II Acatlán, Estado de México, 4 de junio de 2003 2 Comunicar y organizar: resbalones y caídas para definir lo complejo, paradójico, contradictorio, confuso, difuso y borroso Por: Jorge Pérez Gómez Introducción Acudo a esta cita para hablar de un tema resbaloso por dos razones: 1. Cualquiera que haya estudiado un poco de liderazgo o haya tomado un curso de motivación, aderezado todo ello con algo de prehistoria de la comunicación, valgan los dos ejemplos, habla de la comunicación en las organizaciones. 2. En consecuencia, hay un clima de discusión guangón, al que muchos le entran, el cual no ha contribuido todavía, de modo significativo, a entender qué es esa vaina de la comunicación organizacional. Por tanto, acudo a la cita humildemente y hablaré desde la tribuna académica, única instancia que nos dará claridad en el tema que hoy nos ocupa. Me da gusto, además, que este acto sea organizado por alumnos de sexto semestre de la carrera de comunicación de la ENEP Acatlán. Su foro, alumnos, es muy digno por ello y porque dan ejemplo de trabajo académico, algo de lo que carecen muchas instancias académicas locales y circunvecinas. Su acto es ejemplar. Quiero hacer otro exorcismo: en esta área es muy común sostener que sólo la práctica es la llave para saber y conocer, para desempeñarse en este terreno y para, después, avalado por este pragmatismo, hablar de la comunicación organizacional. Pues no. Quien desee dedicarse a esto, deberá reflexionar teóricamente, desarrollar metodologías pertinentes y luego aplicarlas. Es decir, la teoría sirve para pensar y para que nuestro desarrollo práctico sea decoroso. No hay nada más práctico que una buena teoría, diría Manuel Martín Serrano. Así, primero plantearé algunos balbuceos teóricos (aquí no tengo más tiempo que para decir lo mínimo, por eso lo de los balbuceos); enseguida algunos recovecos metodológicos y, finalmente, les reportaré algunos resultados en esta disciplina, es decir, algunas pruebas de la práctica que muchos anhelan, otros más desarrollan con enorme sentido común y otros, los menos, que primero piensan lo que hacen. 3 1. Los anteojos de la comunicación en las organizaciones: aproximaciones teóricas En México, el campo de conocimiento sobre la comunicación en general, y sobre la comunicación organizacional en particular, es pobre, atrasado, reducido y, en algunos casos, patético. Por ejemplo en no pocas de las escuelas de comunicación, a ésta se le sigue definiendo como un proceso en el que se pone algo en común entre humanos. Se piensa que el especialista en comunicación debe ser un experto en la producción de medios (periódicos murales, boletines, videos y un largo etcétera). O ya en los casos más sofisticados, el egresado sabe de relaciones públicas, publicidad y mercadotecnia. En muchas universidades se siguen sosteniendo visiones sobreideologizadas de la comunicación, que abrevan de paradigmas ampliamente rebasados o, de plano, hay instituciones que siguen confundiendo al periodismo con la comunicación. Otras posiciones privilegian el tema de la imagen pública, en el que se dice, por ejemplo, que una corbata o unos zapatos “comunican” (sic) un estado de ánimo o una actitud. Cosa más grotesca cuando sabemos bien que no todo comunica y que el éxito personal e institucional no está cifrado en los diseños de alta costura. No estoy en contra de vestirse bien, pero ese asunto corresponde a los diseñadores de moda. Esta postura tiene su origen en una lectura superficial de los autores del paradigma semiótico. Otros más piensan que un discurso motivador (“levanta la cabeza, no arrastres la cobija, porque hoy es tu día, el día de la excelencia”) es capaz de movilizar a la gente hacia el cambio social y organizacional. En este extremo, el campo profesional del comunicador se constituye en una suerte de merolico con cédula profesional, bueno, si la tiene. No creo que todo lo anterior sea bueno o malo (no me gustan los maniqueísmos de por sí baratos). Sostengo que todo ello es prueba de nuestro atraso. En muchos salones de clase se sigue discutiendo a David K. Berlo como si fuera no digo lo más avanzado en el área, sino lo único. Y hay más libros y autores que son ya prehistoria teórico-metodológica de la comunicación. Así, el atraso teórico (que se da por falta de audacia académica) y la pulsión por entrarle a la práctica de la comunicación a como dé lugar, han configurado un campo corto de miras. Y este estado de cosas, quiero pensar bondadosamente, no es por mala fe, sino porque hay inercias, necedades y muchas comodidades institucionales. 4 Si en México la comunicación está más o menos así, ¿cuál es la situación de la comunicación en las organizaciones, terreno aún más verde, poco explorado y ni siquiera en vías de consolidación? El panorama no es halagüeño desde el punto de vista teórico-metodológico. En resumidas cuentas hay una discusión epistemológica de la comunicación que, en el mejor de los casos, algunos desprecian (la ven irrelevante debido al grado de incomodidad que provoca en los terrenos de las vacas sagradas de la comunicación) o que muchos otros, tristemente, ni siquiera se la han planteado. Propuestas mínimas En este foro no hay tiempo para desarrollar un curso de epistemología de la comunicación. Prefiero lanzar algunas pistas de reflexión teórica, las cuales pueden ser desmadejadas o destrozadas en sus salones de clase. No podemos dejar de lado el avance que se ha dado en la comprensión social y de la comunicación en otros lugares. Cabe señalar que el de la comunicación, como muchos otros, es un campo irresuelto, pero no podemos dejar de observar y comprender su desarrollo en las últimas décadas, verificado en otras latitudes y que en honor a la verdad muchas de estas cosas ya se discuten en aulas acatlecas. Van las pistas y para ello cito partes sustanciales del ensayo La comunicación organizacional en México: situación, retos y perspectivas del maestro Xavier Avila Guzmán *: Cito: -“Aportaciones tanto europeas como anglosajonas e incluso latinoamericanas han ahondado y avanzado en la difícil discusión epistémica de su campo de estudio. Hoy, por ejemplo, sabemos que para poder concentrarnos y comprender la función organizacional humana y social que cumple la comunicación, es necesario reconocer desde una perspectiva evolutiva, su origen y función biológica y su carácter de fenómeno físico y cognitivo pre-humano, es decir su carácter energético-ecológico a lo largo de la evolución de la vida en el planeta. “Sólo así, rompiendo inicialmente con las tradiciones antropocéntricas y disciplinarias tradicionales, es posible comprender: ¿qué une a la comunicación humana con la comunicación interespecífica?, ¿qué funciones centrales cumple aún en las sociedades humanas?, ¿cómo ha evolucionado, y cómo valerse de ella para lograr un estado de mayor y mejor desarrollo de la organización, la sociedad y la cultura humana?” * Avila Guzmán, Xavier. La comunicación organizacional en México: situación, retos y perspectivas, México, en prensa, 2002, pp. 1 y 2. 5 Sigo citando a Xavier: “Observamos como, desde el campo sociológico... la comunicación se ha llegado a comprender como el conjunto de mecanismos que configuran y reconfiguran las redes de interacción social que permite entender la lógica y dinámica del tejido socio-cultural que opera en la base misma de toda organización humana. Así la comunicación social, es el mecanismo de control y ajuste que regula las relaciones entre conservación y cambio social, por la vía de la regulación de la producción y reproducción de pautas y mecanismos de interacción social.” Para quienes gustan de las definiciones de la comunicación, en la cita anterior encontrarán una propuesta digna de discutirse. Continúo citando, Xavier lo dice mejor que yo. “Hemos a su vez, presenciado como desde posturas filosóficas y humanísticas contemporáneas, la comunicación alcanza un estatus central para la explicación y comprensión de la complejidad humana, de su naturaleza, avances y conflictos, de sus encuentros y desencuentros, de los acuerdos y compromisos; todo lo que recentra la reflexión epistémica en la propia naturaleza del ser humano, con toda su subjetividad, sus contradicciones y paradojas. “Hemos asistido también a las reflexiones que desde campos de la ingeniería y las ciencias formales sobre la naturaleza de lo comunicativo, han propiciado una verdadera revolución científica, que teniendo como corazón a la teoría de la información ha propiciado el reencuentro de muy diversas ciencias en el esfuerzo por lograr una comprensión global de los sistemas informados, tanto inorgánicos como orgánicos, revolución que ha propiciado en buena medida el avance tecnológico actual y el desarrollo de ciencias cibernéticas tanto cognitivas y neurológicas como incluso de la ingeniería genética”. Y Xavier remata: “Como se comprenderá, todo este enorme avance en la reflexión teórica comunicativa permitiría una muy amplia y diversa caracterización de la organización moderna, con metáforas tales como: la organización como un sistema biológico que persigue la sobrevivencia organizacional; la organización como sistema físico-energético que propicia el ahorro de energía; la organización como sistema social-cultural que posibilita la constante mejora social; la organización como sistema humano que permite la capacitación, el aprendizaje y la mejora del hombre y sus condiciones de vida; la organización como un sistema de orden y desorden que postula la preservación y continuidad de la organización humana del tipo que sea. “Pero a pesar de su diversidad, todas estas posturas coinciden en subrayar el valor estratégico de la comprensión, planeación y evaluación de la comunicación en los procesos organizacionales productivos/reproductivos de cualquier tipo, ya sea de bienes o servicios. Sin embargo, desgraciadamente la concepción que se tiene de la comunicación en general y de la organizacional, en particular en las escuelas y academias nacionales, dista mucho aún de poder conceptuar y aplicar esta visión estratégica...” ¿Cómo ven? Pasemos brevemente a las pistas metodológicas. 6 2. Los caminos de la investigación en comunicación organizacional no son lo que ustedes pensaban En poco más de 10 años de vida del seminario-taller extracurricular para la titulación en el área de la comunicación organizacional, impartido en este campus universitario, hemos logrado establecer y consolidar dos metodologías de investigación de este fenómeno. No tengo espacio y tiempo para detallar cada una. Las presentaré panorámicamente. Ambas están fundadas en dos lógicas: son diagnósticos que llevan a propuestas de intervención comunicativa; abordan el fenómeno de lo general a lo particular y luego a lo general. Ambos caminos están fundados y avalados por las notas teóricas bocetadas anteriormente. La primera, que denominamos Organización comunicación y cultura, tiene las siguientes fases: A. Análisis del entorno de las organizaciones. Se trata de determinar los elementos del entorno en el que se desenvuelven las organizaciones; analizar sus ámbitos de competencia y establecer, mediante el análisis sistemático, un diagnóstico de su ambiente relevante. B. Análisis de la estructura formal de la organización. Se explora, describe y conceptualiza a la organización, a través de la aplicación crítica de las diversas teorías de la organización, con el fin de elaborar un diagnóstico de su dimensión formal. C. Análisis del funcionamiento, grupos y actores. Mediante la aplicación de técnicas cualitativas y cuantitativas, se identifica y diagnostica un problema concreto en la estructura o funcionamiento de la organización y se evalúa la incidencia de actores y grupos en ese problema. D. Análisis de la comunicación en las organizaciones. A través de los conceptos y herramientas de la investigación cualitativa, se detectan y diagnostican problemas comunicativos asociados a los problemas duros encontrados en el punto anterior. E. La cultura de las organizaciones: Análisis y propuestas de intervención. A partir del diagnóstico integral (los cuatro niveles anteriores), se produce un plan estratégico de intervención sobre las áreas problemáticas de la cultura y la comunicación de la organización estudiada. 7 La siguiente metodología –llamada Imágenes de la Organización—contempla la siguiente ruta crítica: A. Primera imagen: Origen, trayectoria y expectativas de la organización. Investigación de la percepción oficial de la institución o cómo se ve a sí misma (autoimagen). B. Segunda imagen: La perspectiva personal (aproximaciones al mundo de la organización). Definición de las opiniones y percepciones que tiene el investigador sobre la organización objeto de estudio (prejuicios). C. Tercera imagen: Análisis contextual de la organización. Identificación de la imagen pública o las opiniones que tienen ámbitos externos sobre la organización. D. Cuarta imagen: Las opiniones, razones y proyecciones de su presidente o director general (análisis del liderazgo). Caracterización de la visión del liderazgo organizacional (la visión del poder). E. Quinta imagen: Las opiniones, razones y proyecciones de su personal (diagnóstico de la dimensión interna). Búsqueda de las distintas corrientes de opinión y de grupos que actúan al interior de la organización (mapa de la cultura organizacional) F. Sexta imagen: La comunicación y la cultura en la organización. Interpretación de todos los datos encontrados que permita la configuración de una metáfora que explique el comportamiento general de la organización. G. Séptima imagen: Diseño de estrategias. Configuración de una estrategia cultural y comunicativa que resuelva los problemas diagnosticados. Estos programas de investigación no son una propuesta, se han usado, se han probado, refinado. Las pruebas, a continuación. 3. La práctica y sus resultados: 10 años de labor académica en comunicación organizacional en la ENEP Acatlán Lo que ustedes han escuchado hasta aquí son las fundaciones teóricas y metodológicas y que se han convertido en estrategia, programa y acción académicos desde hace 10 años. En 1992 se fundó el seminario de titulación del que ya hablamos (primera metodología); de ese año a la fecha, se ha impartido 7 veces, lo que ha resultado en cerca de 100 investigaciones en el área. 8 Todas ellas han abordado una organización, lo que quiere decir que en Acatlán tenemos a ese número de organizaciones investigadas e igual número de titulados en esta opción y con esta temática. El seminario tiene una duración de 200 horas y cada alumno emplea cerca de 300 horas de trabajo para investigar. Hagan cuentas para medir el tamaño de la obra académica. En 1998, la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), nos convocó para introducir la temática en sus aulas. Preparamos un diplomado de 248 horas con la misma metodología del seminario acatleco. En esa primera incursión atendimos a 22 alumnos, quienes lograron la titulación con el trabajo de investigación desarrollado durante el diplomado. Para entonces, ya teníamos horas de vuelo, un buen número de investigaciones y experiencia que se capitalizaron en la creación de la segunda metodología comentada minutos antes: se trata de Imágenes de la Organización, cuya autoría es de Jaime Pérez Dávila, quien retoma esa experiencia y la convierte en programa metodológico. Imágenes... se desarrolla en 78 horas-aula (13 semanas) y cerca de 200 horas de trabajo fuera del salón de clase. Hay una diferencia más con respecto a la primera metodología: su modalidad didáctica es la de taller, no de seminario. Esto implica que este curso-metodología sea muy instructivo, de tal forma que el alumno pueda investigar a una organización en el tiempo señalado. El seminario despliega, durante aproximadamente nueve meses de trabajo áulico, 50 sesiones. En 2000 impartimos Imágenes de la Organización con fines de titulación a 28 alumnos; en 2001 fueron 58. Todos se titularon investigando una organización potosina. Uno de esos reportes de investigación mereció el Premio al Mérito 2001, categoría Universitario, otorgado por la Asociación Mexicana de Comunicadores Organizacionales (AMCO). Actualmente, estamos en la última fase del seminario acatlense y en agosto venidero titularemos a 18 alumnos. Para el mismo mes, iniciaremos un curso más de Imágenes de la Organización para una treintena de alumnos. Invito a sumar el número de investigaciones y de titulados en el área que hoy nos ocupa. 9 Todo este trabajo, además de comenzar a destapar el mito de la comunicación organizacional, ha contribuido a aliviar el problema de la titulación en nuestra carrera. Una cifra que arrojó una investigación de un grupo de mis alumnos realizada el pasado febrero *, indica que cerca del 47.9% de los titulados vía seminario han cursado el de comunicación organizacional. Otra cifra señala que este seminario ha contribuido con el 8.38% de la titulación en periodismo y comunicación colectiva. En la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la UASLP, los números hablan por sí mismos: en 1998 tenía un índice de titulación de cerca del 25%. Con la impartición de los cursos que he mencionado y de otros más, desarrollados por otros profesores, ese indicador se ubica en poco más de 71%. Hay otros dos productos. Se trata de dos libros: La organización habitable, que muchos de ustedes ya leyeron, editado en 2001. Quiero aclarar que este texto es el resultado de un intenso proceso de investigación sobre Teléfonos de México, el cual nació en la Universidad de la Comunicación. Ahí están sus orígenes. Sin embargo, considero que es un producto de esta experiencia que relato, por dos motivos: 1. Los autores son o han sido profesores de la UNAM, algunos de ellos miembros actuales de la planta docente de la carrera de comunicación de la ENEP Acatlán. 2. En este campus, el libro se estudia y se discute en sus aulas y se ha convertido en referencia obligada. Cierto, es un producto indirecto que se capitaliza/enriquece en la experiencia acatleca en comunicación organizacional, lo cual no impide que lo considere como un resultado nuestro, ya que aquí, como decimos coloquialmente, le hemos dado vuelo y lo vemos como propio. Además, quienes nos hemos formado en este campo y en este campus, cuando lo leemos, nos reconocemos ahí, compartimos y asumimos sus planteamientos. Después de todo, ¿quiénes son los pioneros más brillantes de la comunicación organizacional en Acatlán y quiénes nos han educado en el área? Pues los autores del libro: Rafael Serrano, Jaime Pérez. Xavier Avila, Mario Revilla y Fernando Mendoza. El otro se llama La cultura del quiebre institucional en México y las tareas de la organización de la comunicación, el cual muy pronto se publicará y que corona esta década de investigaciones en comunicación organizacional. En este caso no cabe aclarar cosa alguna, la línea directa es evidente. La cultura del quiebre institucional... nació en Acatlán. * Arteaga Romero, Carolina, et. al. Identidad del seminario-taller extracurricular Organización, Comunicación y Cultura. Historia, tradición y futuro, volumen III, México, documento sin publicar, febrero de 2003, p.54 y ss. 10 Una experiencia más: nuestra preespecialidad en comunicación organizacional del que bondadosamente seguimos llamando “nuevo” plan de estudios de la licenciatura en Comunicación de esta escuela. Algunos dirán: eso es pura escuelita. Pues no acuso de recibo la ironía. Pienso que en la medida en que valoremos el trabajo académico, el campo de la comunicación organizacional se ensanchará en Acatlán para luego consolidarse. Conclusión Lo que he aprendido en este camino es que las organizaciones son un fenómeno paradójico, contradictorio, confuso, difuso y borroso, en el que emerge y se asienta la diversidad humana, en el que la lógica suprema de funcionamiento está dictada por el poder y por quien lo ejerce, en el que no sirven soluciones simples ante su complejidad. El especialista en comunicación organizacional deberá enfrentar esta realidad con una formación que le permita convertirse en un estratega cultural y comunicativo, que convierta a la comunicación en diagnóstico y propuesta; que no evada la paradoja, sino que aprenda a administrarla, que invente metáforas para entenderla; que no trate de integrar la diversidad humana (eso no se puede, humanamente), sino a enfrentarla comprensivamente. Además, que desarrolle sistemas de innovación-conservación; que proponga mecanismos que administren la comunicación y que comuniquen la administración; que entienda que una organización es una suerte de conversación-diálogo; que procure los beneficios económicos de las instituciones y el bien-estar de las personas; que instaure procesos mediacionales; que sea promotor de organizaciones inteligentes; que sea capaz de incorporar a su saber personal los avances teóricos y metodológicos en el área. Asimismo, que sea un conocedor de la historia y de la actualidad del país; que no olvide que los líderes organizacionales se resisten a que investiguemos sus organizaciones y que debe convencerlos; que investigue para que no hable de oídas y, finalmente, que no proponga soluciones cosméticas a los problemas complejos de las organizaciones. En suma, deberá reinventar organizaciones mexicanas en las que quepan todos confortablemente. Agrego otras cualidades, menos técnicas: que el especialista sea menos frívolo y folclórico; que cifre su éxito personal en un desarrollo profesional más comprensivo y ético; que sea capaz de opinar que la globalización no es el único fenómeno a enfrentar (hay localidades que atender). 11 También, que sepa producir medios, pero que no sea la madre de todas las habilidades; que considere que su imagen personal y laboral no es causa, sino consecuencia de su trabajo; que no ame la calidad total y anexas, que sea crítico con estos modelos; que no piense que el gobierno federal actual se comunica eficaz y eficientemente. Y añado: que no sea esa especie de profesionales, defensores de la libertad de expresión, que dicen lo que piensan, aunque no piensen; que con afanes de intelectual no le proponga a los otros: “me permite hacerle una autocrítica”, sino que sea lo suficientemente autocrítico; que no se vaya con la finta de que el gran objetivo organizacional es la productividad y la calidad; y, ya para terminar, que se titule. Cuando he dicho algo similar a lo que escucharon en esta ponencia, en otros contextos, se me acusa de que “contamino con ideas exóticas”. Ojalá no sea el caso. Confío en las incontables horas de clase que paso con muchos de ustedes. Y para quien juzgue estos planteamientos con el rasero del exotismo, no le queda más, sugiero, que ponerse a estudiar para inaugurar el pensamiento. Gracias por escucharme. ---o0o--- N.B. Siempre y cuando se cite la fuente, este texto puede reproducirse y usarse exclusivamente con fines académicos. 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