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Qué es el ayuno

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Qué es el ayuno? Cómo hacer un ayuno agradable a Dios?
El ayuno es una disciplina espiritual por la que de manera voluntaria, la
persona renuncia al consumo total o parcial de alimentos por un tiempo
definido con el propósito de lograr un autocontrol sobre los deseos
corporales y abandonarse plenamente en Dios. También se puede ayunar
con los sentidos y de todo tipo de complacencias corporales, principalmente
dejando de obrar de manera impropia porque el ayuno es un medio de
conversión. El ayuno sincero debe siempre estar unido a la conversión y a
una conducta moral apropiada, ya que la recta intención en este va más allá
del acto en si y trasciende en tanto estemos en un estado penitente y de
comunión con el Señor.
Consideraciones principales del ayuno:
1. Recta Intención :
La práctica del ayuno y la abstinencia resulta bastante complicada y
aparentemente inútil cuando se realiza con cualquier propósito diferente al
de agradar a Dios buscándolo sinceramente y cuando se hace para
aparentar espiritualidad o con una finalidad interesada y ajena a lograr una
verdadera unión con Dios. Ejemplos de recta intención en el ayuno en las
Sagradas Escrituras:
Joel 2, 12-13: "Y ahora - dice Yavé - volved a mí de todo corazón, con
ayunos, llantos y lamentos; desgarrad vuestro corazón, no vuestros
vestidos, volved a Yavé nuestro Dios, porque el es clemente y compasivo,
lento a la ira, generoso en bondad y no le gusta hacer daño."
Isaias 58, 3-9: "Y se quejan: «¿Por qué ayunamos y tú no lo ves, nos
humillamos y tú no lo tomas en cuenta?» Porque en los días de ayuno
ustedes se dedican a sus negocios y obligan a trabajar a sus obreros.
Ustedes ayunan entre peleas y contiendas, y golpean con maldad. No es con
esta clase de ayunos que lograrán que se escuchen sus voces allá arriba.
¿Cómo debe ser el ayuno que me gusta, o el día en que el hombre se
humilla? ¿Acaso se trata nada más que de doblar la cabeza como un junco o
de acostarse sobre sacos y ceniza? ¿A eso llamas ayuno y día agradable a
Yavé?¿No saben cuál es el ayuno que me agrada? Romper las cadenas
injustas, desatar las amarras del yugo, dejar libres a los oprimidos y romper
toda clase de yugo. Compartirás tu pan con el hambriento, los pobres sin
techo entrarán a tu casa, vestirás al que veas desnudo y no volverás la
espalda a tu hermano. Entonces tu luz surgirá como la aurora y tus heridas
sanarán rápidamente. Tu recto obrar marchará delante de ti y la Gloria de
Yavé te seguirá por detrás. "
Mateo 6, 16-18: "Cuando ayunéis no os finjáis tristes como los hipócritas,
que desfiguran su rostro para que los hombres noten que ayunan. En verdad
os digo que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes,
perfuma tu cabeza y lávate la cara, para que no adviertan los hombres que
ayunas, sino tu Padre que está en lo oculto; y tu Padre que ve en lo oculto te
recompensará".
2. Razones para ayunar:
a. Para hacer penitencia y pedir perdón por el pecado propio y ajeno:
Esdras 8, 21: "Allí, a orillas del río Ahava, proclamé un día de ayuno para
hacer penitencia delante de nuestro Dios (...) ".
Jonas 3, 5-8: "Los ninivitas creyeron en Dios, decretaron un ayuno y se
vistieron con ropa de penitencia, desde el más grande hasta el más pequeño.
Cuando la noticia llegó al rey de Nínive, este se levantó de su trono, se quitó
su vestidura real, se vistió con ropa de penitencia y se sentó sobre ceniza.
Además, mandó proclamar en Nínive el siguiente anuncio: «Por decreto del
rey y de sus funcionarios, ningún hombre ni animal, ni el ganado mayor ni el
menor, deberán probar bocado: no pasten ni beban agua; vístanse con ropa
de penitencia hombres y animales; clamen a Dios con todas sus fuerzas y
conviértase cada uno de su mala conducta y de la violencia que hay en sus
manos. Tal vez Dios se vuelva atrás y se arrepienta, y aplaque el ardor de su
ira, de manera que no perezcamos. Al ver todo lo que los ninivitas hacían
para convertirse de su mala conducta, Dios se arrepintió de las amenazas
que les había hecho y no las cumplió."
Deuteronomio 10,10: "en cuanto a mi, me estuve en el Monte, como la
primera vez, cuarenta días y cuarenta noches, en ayuno. También esta vez
me escucho Yavé y renuncio a destruirte"
b. Para Implorar ayuda a Dios, su favor en importantes asuntos y a la puerta
de las más altas decisiones y sucesos:
Esdras 8, 21: "Allí, a orillas del río Ahava, proclamé un día de ayuno para
hacer penitencia delante de nuestro Dios y para pedirle que nos llevara con
bien a nosotros, nuestras familias y nuestras posesiones."
Hechos 13, 2-3: Mientras estaban celebrando el culto del Señor y ayunando,
dijo el Espíritu Santo: "Separadme ya a Bernabé y a Saulo para la obra a la
que los he llamado." Entonces, después de haber ayunado y orado, les
impusieron las manos y los despidieron.
Exodo 34, 28: "Estuvo allí con Yavé por espacio de cuarenta días y cuarenta
noches, sin comer ni tomar agua. Y escribió en las tablas las palabras de la
Alianza, los diez mandamientos."
San Mateo 4, 1-17: "Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto,
para ser tentado por el demonio. Después de ayunar cuarenta días con sus
cuarenta noches, sintió hambre (...) A partir de ese momento, Jesús
comenzó a proclamar: "Conviértanse, porque el Reino de los cielos está
cerca".
Otras: (I Samuel 28, 20 -25 / Judit 4, 9-15 / Salmo 35, 13)Los frutos
espirituales y de apaciguamiento corporal del ayuno, solo son explicables
desde un punto de vista claramente inclinado a la espiritualidad sincera y
luego de haberse comprometido en una disciplina orientada en el mismo.
3. Formas de Ayunar:
1. Parcial: Marcos 1,6: Juan Bautista(...) comía langostas y miel/ Daniel
10,3: No comí manjares ni carne, ni vino, ni me ungí con perfume (...) .
Este se hace absteniéndose de algunos alimentos o actos que resulten
agradables y procurando como en todas las demás formas de ayuno, la
moderación en el obrar, la caridad y el ambiente de recogimiento y oración.
2. Moderado o limitado: A pan y agua, recordando el sentido histórico y
bíblico de ambos elementos (purificación y prefigura de la eucaristía) y la
recordación de privación que además insinuan ambos.
3. Total: Hechos 9,9: "Y estuvo tres días sin ver, y sin comer ni beber."
Es una modalidad de ayuno para personas con experiencia, con una
motivación mayor y que no tengan una contraindicación médica que impida
practicarla. Preferiblemente acompañada de dirección espiritual o un
proceso religioso consciente. Esto ya que no debe hacerse a la manera de
imitación o reto y en mi experiencia reconozco que puede uno tender a
perder su sentido cuando la sobreaplica de manera sistemática.
4. Mortificación interior: Parece no ser una forma activa de ayuno, pero en la
práctica es la más difícil. Absteniéndose de conductas personales claras que
afectan de manera consciente la personalidad del que la practica. Esto como
primer paso de la búsqueda activa de la perfección y la santidad que es la
prolongación permanente de dicho ayuno, como signo de la aceptación
definitiva de Cristo. Un ejemplo sería evitar los comentarios inútiles, la
moderación en el hablar y asi. Isaías 58, 6: "¿Ya sabéis cual ayuno me
agrada? Desatar las cadenas injustas, soltar los nudos que aprietan el yugo,
dejar libres los oprimidos y acabar con la tiranía."
Es importante recordar el espíritu que debe acompañar los ayunos:
penitente, orante, caritativo y/o acompañado de lecturas espirituales (la
Biblia, vidas ejemplares de los Santos, etc). Los tiempos y los propósitos de
ayuno pueden modificarse según circunstancias particulares pero deben
acompañar siempre la vida interior de los cristianos. La intensidad o
severidad puede variar según la necesidad espiritual pero debe serse
sensible y consciente de no caer en actos de fanatismo y extremismo
malsano y sin sentido.
Derecho Canónico (sobre el ayuno y la abstinencia):
1249 Todos los fieles, cada uno a su modo, están obligados por ley divina a
hacer penitencia; sin embargo, para que todos se unan en alguna práctica
común de penitencia, se han fijado unos días penitenciales, en los que se
dediquen los fieles de manera especial a la oración, realicen obras de piedad
y de caridad y se nieguen a sí mismos, cumpliendo con mayor fidelidad sus
propias obligaciones y, sobre todo, observando el ayuno y la abstinencia, a
tenor de los cánones que siguen.
1250 En la Iglesia universal, son días y tiempos penitenciales todos los
viernes del año y el tiempo de cuaresma.
1251 Todos los viernes, a no ser que coincidan con una solemnidad, debe
guardarse la abstinencia de carne, o de otro alimento que haya determinado
la Conferencia Episcopal; ayuno y abstinencia se guardarán el miércoles de
Ceniza y el Viernes Santo.
1252La ley de la abstinencia obliga a los que han cumplido catorce años; la
del ayuno, a todos los mayores de edad, hasta que hayan cumplido
cincuenta y nueve años. Cuiden sin embargo los pastores de almas y los
padres de que también se formen en un auténtico espíritu de penitencia
quienes, por no haber alcanzado la edad, no están obligados al ayuno o a la
abstinencia.
1253 La Conferencia Episcopal puede determinar con más detalle el modo de
observar el ayuno y la abstinencia, así como sustituirlos en todo o en parte
por otras formas de penitencia, sobre todo por obras de caridad y prácticas
de piedad.
San Marcos 2, 18-20 Los discípulos de Juan y los fariseos estaban de ayuno.
Vinieron unos y le preguntaron a Jesús:
- Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué
los tuyos no?
Jesús les contestó:
- ¿Es que pueden ayunar los amigos del novio, mientras el novio está con
ellos? Mientras tienen al novio con ellos, no pueden ayunar. Llegará un día
en que se lleven al novio; aquel día sí que ayunarán.
Bendiciones, espero este artículo haya sido de ayuda para sus vidas
espirituales.
AYUNA de juzgar a otros. Y llénate del CRISTO que vive a tu lado
AYUNA de palabras hirientes. Y llénate de frases que purifican
AYUNA de descontento. Y llénate de gratitud
AYUNA de enojos. Y llénate de paciencia
AYUNA de pesimismo. Y llénate de optimismo
AYUNA de preocupaciones. Y llénate de confianza en DIOS
AYUNA de quejarte. Y llénate de apreciar lo que te rodea
AYUNA de las presiones que no cesan. Y llénate de una oración que no cesa
AYUNA de amargura. Y llénate de perdón
AYUNA de desaliento. Y llénate de esperanza
AYUNA de pensamientos de debilidad. Y llénate de las promesas que te hizo DIOS
Ese es el ayuno que DIOS quiere.
Akuma Hoshi12 de abril de 2014, 23:59
En mi experiencia personal, y lecturas bíblicas, e observado que no hay mejor oración que
el trabajo, y si se trata de trabajo físico ofrecido a Dios mucho mejor, esto acompañado
del ayuno, representa una excelente forma de crecimiento espiritual. MUY importante es
no olvidarse de realizar obras sinceras de caridad.
Bendiciones, a todos...
1.
Paz y Bien apreciadísima hermana. A los sacramentos de la
reconciliación y la Sagrada Comunión. Y de paso su esposo con usted,
con
su
generosa
oferta
de
perdón.
Una vida ajena a los sacramentos, es una vida incompleta.
Y dirección espiritual hermana, póngase en manos de un sacerdote de
confianza.
Usted propóngase una reducción de alimentos que le causen
satisfacción y no haga grandes ayunos que puedan poner en peligro su
salud, encomendándose usted y a su esposo en la oración. Para el
ayuno no hay reglas, estime usted según su condición de salud lo justo
y necesario en privaciones. La Iglesia solo le recomienda de forma
general la abstinencia de carnes todos los días Viernes como mínimo
ayuno, haga el esfuerzo por seguir al menos esto. Pero a Dios rogando
y con el mazo dando, mejore la comunicación con su esposo. No ceda
en la oración
Responder
Hay oraciones en internet que a mi parecer son muy buenas para poder ofrecerlo. Sino,
en mi caso, hago un momento de oración antes de ayunar.
Deseo contar mi experiencia. Casi siempre ayuno. Me parece un arma muy poderosa
para formar la espiritualidad y fortalecerse. Cuando decido hacerlo, lo hago todo un día
y reemplazo las tres comidas importantes por pan y agua. Lo hago así porque incluso es
una revelación de la Santísima Virgen. Cuando hago ayuno parcial, no como nada en la
mañana hasta la hora del almuerzo o en la tarde y la noche hasta el otro dia. He podido
comprobar que cuando uno tiene intenciones espirituales, se ve muy atacado por el
deseo de comer, Èsto me ha sucedido últimamente, en el que sin sentir hambre, si
siento que los deseos de comer algo, son terribles; creo que en vencer el hambre o las
ganas está el triunfo, -digámoslo así- del ayuno. Intenté ayunar varios dias seguidos,
pero no pude porque tengo anemia, y al segundo día de comenzar, me siento con mareo
y demasiado débil. Sin embargo, trato de ayunar todos los miércoles, al menos como lo
dijo la Virgen Santísima, quien también aconseja el viernes. En ésta cuaresma, he
optado además por ayunar del dulce y aunque parezca simple, para mi ha sido muy
difícil. También estoy ayunando de entrar a redes sociales. Algo importante que
recuerdo, no sé si lo leí o se lo escuché a alguien, es que el ayuno sin oración, sin
penitencia no es realmente un ayuno sino una dieta. Por eso, procuro intensificar mi
oración, rezar cada vez que voy a consumir el agua y el pan, rezar el Santo Rosario tres
veces al día, e intensificar la oración en sí. Sólo comparto mi experiencia con el ayuno,
sin el ánimo de nada más. Gracias.
Cielo , Purgatorio e Infierno
Escatología:
El término proviene del griego ésjatos: ‘último’ y logos: ‘estudio’. Es decir, trata de los
ésjata, o realidades últimas. Ampliando esta definición se puede decir que la escatología
es también el tratado de las esperanzas últimas de una religión. Las cosas últimas son la
muerte, el juicio final, el infierno y la gloria.
http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Escatolog%C3%ADa_(religi%C3%B3n)&oldid
=37005975
Es importante tener claro la doctrina de la Iglesia con respecto al Cielo, el Infierno y el
Purgatorio. El concepto arcaico que ignorantemente se ha tenido, de una concepción
espacial, tangible y concupiscente de estas realidades, ha hecho que la espiritualidad
sea manejada más como un protocolo de actos, que como una vivencia profunda a la
que estamos llamados a ser partícipes. En esta breve catequesis del ahora Venerable
Juan Pablo II(Karol Wojtyla), se puede observar el pensar vigente de la escatología por
parte de la Iglesia, definiendo estas realidades como estados postreros del alma, y no
con simples "saltos" a una dimensión espacial distinta después del momento de la
muerte.
Por: hobbieQ
Según Catequesis de S.S. Juan Pablo II
AUDIENCIA
Miércoles 21 de Julio 1999
El «cielo» como plenitud de intimidad con Dios
1 . Cuando haya pasado la figura de este mundo, los que hayan acogido a Dios en su vida
y se hayan abierto sinceramente a su amor, por lo menos en el momento de la muerte,
podrán gozar de la plenitud de comunión con Dios, que constituye la meta de la
existencia humana.
Como enseña el Catecismo de la Iglesia católica, «esta vida perfecta con la santísima
Trinidad, esta comunión de vida y de amor con ella, con la Virgen María, los ángeles y
todos losbienaventurados se llama "el cielo". El cielo es el fin último y la realización de
las aspiraciones mas profundas del hombre, el estado supremo y definitivo de dicha» (n.
1024).
Hoy queremos tratar de comprender el sentido bíblico del «cielo», para poder entender
mejor la realidad a la que remite esa expresión.
2. En el lenguaje bíblico el «cielo», cuando va unido a la «tierra», indica una parte del
universo. A propósito de la creación, la Escritura dice: «En un principio creo Dios el cielo
y la tierra» (Gn1, 1).
En sentido metafórico, el cielo se entiende como morada de Dios, que en. eso se
distingue de los hombres (cf. Sal, 104, 2 s; 115, 16; Is 66, l). Dios, desde lo alto del cielo,
ve y juzga (cf. Sal 113, 4-9) y baja cuando se le invoca (cf. Sal 18, 7. 10; 144, 5). Sin
embargo, la metáfora bíblica da a entender que Dios ni se identifica con el cielo ni puede
ser encerrado en el cielo (cf. 1R 8, 27); y eso es verdad, a pesar de que en algunos
pasajes del primer libro de los Macabeos «el cielo» es simplemente un nombre de Dios
(cf. 1M 3, 18. 19. 50. 60; 4, 24. 55). A la representación del cielo como morada
trascendente del Dios vivo, se añade la de lugar al que también los creyentes pueden,
por gracia, subir, como muestran en el Antiguo Testamento las historias
deEnoc (cf. Gn 5, 24) y Elías (cf. 2R 2, 11). Así, el cielo resulta figura de la vida en Dios. En
este sentido, Jesús habla de «recompensa en los cielos» (Mt 5, 12) y exhorta a
«amontonar tesoros en el cielo» (Mt 6, 20; cf. 19, 21).
3. El Nuevo Testamento profundiza la idea del cielo también en relación con el misterio
de Cristo. Para indicar qué el sacrificio del Redentor asume valor perfecto y definitivo, la
carta a los Hebreos afirma que Jesús «penetró los cielos» (Hb 4, 14) y «no penetró en un
santuario hecho por mano de hombre, en una reproducción del verdadero, sino en el
mismo cielo» (Hb 9, 24). Luego, los creyentes, en cuanto amados de modo especial por
el Padre, son resucitados con Cristo y hechos ciudadanos del cielo.
Vale la pena escuchar lo que a este respecto nos dice el apóstol Pablo en un texto de
gran intensidad: «Dios, rico en misericordia, por el grande amor con que nos amó,
estando muertos a causa de nuestros pecados, nos vivificó juntamente con Cristo —por
gracia habéis sido salvados— y con él nos resucitó y nos hizo sentar en los cielos en
Cristo Jesús, a fin de mostrar en los siglos venideros la sobreabundante riqueza de su
gracia, por su bondad para con nosotros en Cristo Jesús» (Ef 2, 4-7). Las criaturas
experimentan la paternidad de Dios, rico en misericordia, a través del amor del Hijo de
Dios, crucificado y resucitado, el cual, como Señor, está sentado en los cielos a la
derecha del Padre.
4. Así pues, la participación en la completa intimidad con el Padre, después del recorrido
de nuestra vida terrena, pasa por la inserción en el misterio pascual de Cristo. San Pablo
subraya con una imagen espacial muy intensa este caminar nuestro hacia Cristo en los
cielos al final de los tiempos: «Después nosotros, los que vivamos, los que quedemos,
seremos arrebatados en nubes, junto con ellos (los muertos resucitados), al encuentro
del Señor en los aires. Y así estaremos siempre con el Señor. Consolados, pues,
mutuamente con estas palabras» (1Ts 4, 17-18).
En el marco de la Revelación sabemos que el «cielo» o la «bienaventuranza» en la que
nos encontraremos no es una abstracción, ni tampoco un lugar físico entre las nubes,
sino una relación viva y personal con la santísima Trinidad. Es el encuentro con el Padre,
que se realiza en Cristo resucitado gracias a la comunión del Espíritu Santo.
Es preciso mantener siempre cierta. sobriedad al describir estas realidades últimas, ya
que surepresentación resulta siempre inadecuada. Hoy el lenguaje personalista logra
reflejar de una forma menos impropia la situación de felicidad y paz en que nos situará
la comunión definitiva con Dios.
El Catecismo de la Iglesia católica sintetiza la enseñanza eclesial sobre esta verdad
afirmando que, «por su muerte y su resurrección, Jesucristo nos ha abierto» el cielo. La
vida de losbienaventurados consiste en la plena posesión de los frutos de la redención
realizada por Cristo, que asocia a su glorificación celestial a quienes han creído en él y
han permanecido fieles a su voluntad. El cielo es la comunidad bienaventurada de todos
los que estánperfectamente incorporados a él» (n. 1026).
5. Con todo, esta situación final se puede anticipar de alguna manera hoy, ,tanto en la
vida sacramental, cuyo centro es la Eucaristía, como en el don de sí mismo mediante la
caridad fraterna. Si sabemos gozar ordenadamente de los bienes que el Señor nos regala
cada día, experimentaremos ya la alegría y la paz de que un día gozaremos plenamente.
Sabemos que en esta fase terrena todo tiene límite; sin embargo, el pensamiento de las
realidades últimas nos ayuda a vivir bien las realidades penúltimas. Somos conscientes
de que mientras caminamos en este mundo estamos llamados a buscar «las cosas de
arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios» (Col 3, 1), para estar con él en
el cumplimiento escatológico, cuando en el Espíritu él reconcilie totalmente con el Padre
«lo que hay en la tierra y en los cielos» (Col 1, 20).
*****
AUDIENCIA
Miércoles 28 de Julio 1999
El infierno como rechazo definitivo de Dios
1. Dios es Padre infinitamente bueno y misericordioso. Pero, por desgracia, el hombre,
llamado a responderle en la libertad, puede elegir rechazar definitivamente su amor y su
perdón, renunciando así para siempre a la comunión gozosa con él. Precisamente esta
trágica situación es lo que señala la doctrina cristiana cuando habla de condenación o
infierno. No se trata de un castigo de Dios infligido desde el exterior, sino del desarrollo
de premisas ya puestas por el hombre en esta vida. La misma dimensión de infelicidad
que conlleva esta oscura condición puede intuirse, en cierto modo, a la luz de algunas
experiencias nuestras terribles, que convierten la vida, como se suele decir, en «un
infierno».
Con todo, en sentido teológico, el infierno es algo muy diferente: es la última
consecuencia del pecado mismo, que se vuelve contra quien lo ha cometido. Es la
situación en que se sitúadefinitivamente quien rechaza la misericordia del Padre incluso
en el último instante de su vida.
2. Para describir esta realidad, a sagrada Escritura utiliza un lenguaje simbólico, que se
precisará progresivamente. En el Antiguo Testamento, la condición de los muertos no
estaba aún plenamente iluminada por la Revelación. En efecto, por lo general, se
pensaba que los muertos se reunían en el sheol, un lugar de tinieblas (cf. Ez 28, 8; 31,
14; Jb 10, 21 ss; 38, 17; Sal 30, 10; 88, 7. 13), una fosa de la que no se puede salir
(cf. Jb 7, 9), un lugar en el que no es posible dar gloria a Dios (cf. Is 38, 18; Sal 6, 6).
El Nuevo Testamento proyecta nueva luz sobre la condición de los muertos, sobre todo
anunciando que Cristo, con su resurrección, ha vencido la muerte y ha extendido su
poder liberador también en el reino de los muertos.
Sin embargo, la redención sigue siendo un ofrecimiento de salvación que corresponde al
hombre acoger con libertad. Por eso, cada uno será juzgado «de acuerdo con sus obras»
(Ap20, 13). Recurriendo a imágenes, el Nuevo Testamento presenta el lugar destinado a
los obradores de iniquidad como un horno ardiente, donde «será el llanto y el rechinar
de dientes» (Mt 13, 42; cf. 25, 30. 41) o como la gehenna de «fuego que no se apaga»
(Mc 9, 43). Todo ello es expresado, con forma de narración, en la parábola del rico
epulón, en la que se precisa que el infierno es el lugar de pena definitiva, sin posibilidad
de retorno o de mitigación del dolor (cf. Le 16, 19-31).
También el Apocalipsis representa plásticamente en un «lago de fuego» a los que no se
hallan inscritos en el Ebro de la vida, yendo así al encuentro de una «segunda muerte»
(Ap 20, 13 ss). Por consiguiente, quienes se obstinan en no abrirse al Evangelio, se
predisponen a «una ruina eterna, alejados de la presencia del Señor y de la gloria de su
poder» (2 Ts 1,9).
3. Las imágenes con las que la sagrada Escritura nos presenta el infierno deben
interpretarse correctamente. Expresan la completa frustración y vaciedad de una vida
sin Dios. El infierno, más que un lugar, indica la situación en que llega a encontrarse
quien libre y definitivamente se aleja de Dios, manantial de vida y alegría. Así resume
los datos de, la fe sobre este tema el Catecismo de la Iglesia católica: «Morir en pecado
mortal sin estar arrepentidos ni acoger el amor misericordioso de Dios, significa
permanecer separados de él para siempre por nuestra propia y libre elección. Este
estado de autoexclusión definitiva de la comunión con Dios y con
los bienaventurados es lo que se designa con la palabra infierno» (n. 1033).
Por eso, la «condenación» no se ha de atribuir a la iniciativa de Dios, dado que en su
amormisericordioso él no puede querer sino la salvación de los seres que ha creado. En
realidad, es la criatura la que se cierra a su amor. La «condenación» consiste
precisamente en que el hombre se aleja definitivamente de Dios, por elección libre y
confirmada con la muerte, que sella para siempre esa opción. La sentencia de Dios
ratifica ese estado.
4. La fe cristiana enseña que, en el riesgo del «sí» y del «no» que caracteriza la libertad
de las criaturas, alguien ha dicho ya «o». Se trata de las criaturas espirituales que se
rebelaron contra el amor de Dios y a las que se llama demonios (cf.
concilio IV de Letrán: DS 800-801). Para nosotros, los seres humanos, esa historia
resuena como una advertencia: nos exhorta continuamente a evitar la tragedia en la
que desemboca el pecado y a vivir nuestra vida según el modelo de Jesús, que siempre
dijo «sí» a Dios.
La condenación sigue siendo una posibilidad real, pero no nos es dado conocer, sin
especial revelación divina, si los seres humanos, y cuáles, han quedado
implicados efectivamente en ella. El pensamiento del infierno —y mucho menos la
utilización impropia de las imágenes bíblicas— no debe crear psicosis o angustia; pero
representa una exhortación necesaria y saludable a la libertad, dentro del anuncio de
que Jesús resucitado ha vencido a Satanás, dándonos el Espíritu de Dios, que nos hace
invocar «Abbá, Padre» (Rm 8, 15; Ga 4, 6).
Esta perspectiva, llena de esperanza, prevalece en el anuncio cristiano. Se refleja
eficazmente en la tradición litúrgica de la Iglesia, como lo atestiguan, por ejemplo, las
palabras del Canon Romano: «Acepta, Señor, en tu bondad, esta ofrenda de tus siervos
y de toda tu familia santa ( ... ), líbranos de la condenación eterna y cuéntanos entre tus
elegidos».
*****
AUDIENCIA
Miércoles 4 de Agosto 1999
El purgatorio: purificación necesaria para el encuentro con Dios
1. Como hemos visto en las dos catequesis anteriores, (El Cielo y el El Infierno) a partir
de la opción definitiva por Dios o contra Dios, el hombre se encuentra ante una
alternativa: o vive con el Señor en la bienaventuranza eterna, o permanece alejado de
su presencia.
Para cuantos se encuentran en la condición de apertura a Dios, pero de un modo
imperfecto, el camino hacia la bienaventuranza plena requiere una purificación, que la
fe de la Iglesia ilustra mediante la doctrina del «purgatorio» (cf. Catecismo de la Iglesia
católica, nn. 1030-1032).
2. En la sagrada Escritura se pueden captar algunos elementos que ayudan a
comprender el sentido de esta doctrina, aunque no esté enunciada de modo explícito.
Expresan la convicción de que no se puede acceder a Dios sin pasar a través de algún
tipo de purificación.
Según la legislación religiosa del Antiguo Testamento, lo que está destinado a Dios debe
ser perfecto. En consecuencia, también la integridad física es particularmente exigida
para las realidades que entran en contacto con Dios en el plano sacrificial, como, por
ejemplo, los animales para inmolar (cf. Lv 22, 22), o en el institucional, como en el caso
de los sacerdotes, ministros del culto (cf. Lv 21, 17-23). A esta integridad física debe
corresponder una entrega total, tanto de las personas como de la colectividad (cf. 1 R 8,
61), al Dios de la alianza de acuerdo con las grandes enseñanzas del Deuteronomio
(cf. Dt 6, 5). Se trata de amar a Dios con todo el ser, con pureza de corazón y con el
testimonio de las obras (cf. Dt 10, 12 s).
La exigencia de integridad se impone evidentemente después de la muerte, para entrar
en la comunión perfecta y definitiva con Dios. Quien no tiene esta integridad debe pasar
por lapurificación. Un texto de san Pablo lo sugiere. El Apóstol habla del valor de la obra
de cada uno, que se revelará el día del juicio, y dice: «Aquel, cuya obra, construida sobre
el cimiento (Cristo), resista, recibirá la recompensa. Mas aquel, cuya obra quede
abrasada, sufrirá el daño. Él, no obstante, quedará a salvo, pero como quien pasa a
través del fuego» (1 Co 3, 14-15).
3. Para alcanzar un estado de integridad perfecta es necesaria, a veces, la intercesión o
la mediación de una persona. Por ejemplo, Moisés obtiene el perdón del pueblo con una
súplica, en la que evoca la obra salvífica realizada por Dios en el pasado e invoca su
fidelidad al juramento hecho a los padres (cf. Ex 32, 30 y vv. 11-13). La figura del Siervo
del Señor, delineada por el libro de Isaías, se caracteriza también por su función de
interceder y expiar en favor de muchos; al término de sus sufrimientos, él «verá la luz» y
«justificará a muchos», cargando con sus culpas (cf. Is 52, 13-53, 12, especialmente 53,
11).
El Salmo 51 puede considerarse, desde la visión del Antiguo Testamento, una síntesis del
proceso de reintegración: el pecador confiesa y reconoce la propia culpa (v. 6), y
pideinsistentemente ser purificado o «lavado» (vv. 4. 9. 12 y 16), para poder proclamar
la alabanza divina (v. 17).
4. El Nuevo Testamento presenta a Cristo como el intercesor, que desempeña las
funciones del sumo sacerdote el día de la expiación (cf. Hb 5, 7; 7, 25). Pero en él el
sacerdocio presenta unaconfiguración nueva y definitiva. Él entra una sola vez en el
santuario celestial para interceder ante Dios en favor nuestro (cf. Hb 9, 2326, especialmente el v.€ 4). Es Sacerdote y, al mismo tiempo, «víctima de propiciación»
por los pecados de todo el mundo (cf. 1 Jn 2, 2).
Jesús, como el gran intercesor que expía por nosotros, se revelará plenamente al final de
nuestra vida, cuando se manifieste con el ofrecimiento de misericordia, pero también
con el juicio inevitable para quien rechaza el amor y el perdón del Padre.
El ofrecimiento de misericordia no excluye el deber de presentarnos puros e íntegros
ante Dios, ricos de esa caridad que Pablo llama «vínculo de la perfección» (Col 3, 14).
5. Durante nuestra vida terrena, siguiendo la exhortación evangélica a ser perfectos
como el Padre celestial (cf. Mt 5, 48), estamos llamados a crecer en el amor, para
hallarnos firmes eirreprensibles en presencia de Dios Padre, en el momento de «la
venida de nuestro Señor Jesucristo, con todos sus santos» (1 Ts 3, 12 s). Por otra parte,
estamos invitados a «purificarnos de toda mancha de la carne y del espíritu» (2 Co 7,
1; cf. 1 Jn 3, 3), porque el encuentro con Dios requiere una pureza absoluta.
Hay que eliminar todo vestigio de apego al mal y corregir toda imperfección del alma.
Lapurificación debe ser completa, y precisamente esto es lo que enseña la doctrina de la
Iglesia sobre el purgatorio. Este término no indica un lugar, sino una condición de vida.
Quienes después de la muerte viven en un estado de purificación ya están en el amor de
Cristo, que los libera de los residuos de la imperfección (cf. concilio ecuménico de
Florencia, Decretum proGraecis: Denzinger-Schönmetzer, 1304; concilio ecuménico
de Trento, Decretum deiustificatione y Decretum de purgatorio: ib., 1580 y 1820).
Hay que precisar que el estado de purificación no es una prolongación de la situación
terrena, como si después de la muerte se diera una ulterior posibilidad de cambiar el
propio destino. La enseñanza de la Iglesia a este propósito es inequívoca, y ha sido
reafirmada por el concilio Vaticano II, que enseña: «Como no sabemos ni el día ni la
hora, es necesario, según el consejo del Señor, estar continuamente en vela. Así,
terminada la única carrera que es nuestra vida en la tierra (cf. Hb 9, 27), mereceremos
entrar con él en la boda y ser contados entre los santos y no nos mandarán ir, como
siervos malos y perezosos al fuego eterno, a las tinieblas exteriores, donde ixhabrá
llanto y rechinar de dientesle (Mt 22, 13 y 25, 30)» (Lumen gentium, 48).
6. Hay que proponer hoy de nuevo un último aspecto importante, que la tradición de la
Iglesia siempre ha puesto de relieve: la dimensión comunitaria. En efecto, quienes se
encuentran en la condición de purificación están unidos tanto a los bienaventurados,
que ya gozan plenamente de la vida eterna, como a nosotros, que caminamos en este
mundo hacia la casa del Padre (cf. Catecismo de la Iglesia católica, n. 1032).
Así como en la vida terrena los creyentes están unidos entre sí en el único Cuerpo
místico, así también después de la muerte los que viven en estado de purificación
experimentan la misma solidaridad eclesial que actúa en la oración, en los sufragios y en
la caridad de los demás hermanos en la fe. La purificación se realiza en el vínculo
esencial que se crea entre quienes viven la vida del tiempo presente y quienes ya gozan
de la bienaventuranza eterna.
Cómo leer adecuadamente la Biblia? Lectio Divina.
Pasos de la Lectio Divina Complementados con las indicaciones de la
Pequeña Pedagogía para Meditar la Palabra del P. Ignacio Larrañaga.
Acá Puede leer la Biblia en Internet (Click en la Imagen)
1. LEER «Desconocer la Escritura es desconocer a Cristo» (San Jerónimo)
* Qué dice el texto bíblico?
Leer de forma constante y continua, perseverante y diaria, Descubrir lo que
Dios nos dice en la palabra, de forma desinteresada, es decir sin pretender
buscar verdades, soluciones o doctrinas. Escuchar a Dios que nos habla por
intermedio del autor sagrado de una manera receptiva y serena sin pretender
necesariamente entender intelectualmente todo lo leido.
2. MEDITAR «María custodiaba estas cosas rumiándolas en su corazón» (Lc
2,19)
* Qué me dice el texto a mí, a nosotros?
Repitiendo el texto, "rumiándolo", masticándolo y transformando nuestra
persona. En este proceso es el Espíritu, presente en la Palabra, el que obra
esa transformación. Si en un momento dado no se logra esclarecer el
significado de algo de lo leido, seguir adelante libremente y no estancarse.
Conviene en determinados casos cuando habla el Señor, reemplazar los
nombres propios de la Biblia (Israel, Jacob, Tomás...) con el nombre propio
del lector. De este modo, se percibe el amor de Dios cuando les habló.
3. ORAR CON LA PALABRA «El Espíritu viene en ayuda de nuestra
debilidad, pues nosotros no sabemos pedir como conviene (Rom 8,26)
* Qué le decimos a Dios motivados por su palabra?
En este momento dedicado a la oración, el creyente dialoga con Dios,
movido por el Espíritu, celebrando su fe. Los Salmos fueron escritos para
orar, suplicar y para alabar a Dios, y no para lectura, puede ser util acogerse
a las expresiones de los salmistas e identificarse con sus angustias y sus
frases de alabanza.
4. CONTEMPLAR/VIVENCIAR «No son los que me dicen: “Señor, Señor", los
que entrarán en el Reino de los ... sino los que cumplen la voluntad de mi
Padre”» (Mt.7,21)
* A que acciones nos invita el Señor?
Conducir la vida según los criterios de Dios. Procurar obrar como lo haría
Jesús, practicar principalmente la misericordia.
Ecumenismo y Dialogo Interreligioso
Por Ecumenismo se entiende el movimiento surgido, por la gracia del
Espíritu Santo, para restablecer la unidad de todos los cristianos. Participan
en él los que invocan al Dios Uno y Trino y confiesan que Jesús es el Señor
y Salvador. Casi todos, aunque de distinta manera, aspiran a una Iglesia de
Dios única y visible. El Movimiento Ecuménico comenzó oficialmente con el
Congreso Misionero de Edimburgo (Escocia) en 1910. Surgió en un ambiente
protestante y en un contexto misionero, por la necesidad de presentar un
frente unido en los países paganos.
La Iglesia Católica considera la separación de los ortodoxos y los
protestantes como una herida profunda infligida a la Iglesia de Cristo. Por lo
que al mismo tiempo que las iglesias protestantes, inicia un movimiento a
favor de la unidad de los cristianos. ( Tomado de Catholic.net )
Los Hermanos de Jesús ¿Tuvo María Más Hijos?
El propósito del presente artículo es realizar un esbozo rápido de citas
bíblicas que dilucidan la virginidad perpetua de María Santísima.
Este tema estuvo claro teológicamente aún en los tiempos de la reforma
protestante, pero en la actualidad grupos autodidactas bíblicos alejados de
toda comprensión teológica coherente han puesto en duda uno de los
parámetros que aclaran, principalmente ante los no cristianos, el brillo de la
Nueva Alianza de Dios con el pueblo alcanzada por medio de María.
Cabe de antemano aclarar que de ninguna manera en la biblia, se insinúa
siquiera la posibilidad de que María haya tenido más hijos y que todo
argumento pretendiendo aseverar lo contrario solo es un asunto netamente
especulativo y malintencionado en contra de la veneración a María.
Siendo pues conocedores de la fe apostólica transmitida y dando
argumentos de la fe (1 Pedro 3:15) , la metodología para la primera parte
será:
A. Argumento de las sectas evangélicas, R/ Respuesta católica.
Argumentos de Grupos Evangélicos:
A. San Mateo 1, 25 "Y no la conocía hasta que ella dio a luz..."
Por tanto se consuma el matrimonio de María y José después del nacimiento
de Jesús.
R/ ¿Será intención del evangelista narrar la vida conyugal de José y María, o
la concepción de Jesús sin intervención humana?
Ejemplos de el mismo uso del lenguaje del "hasta" en la Biblia:
2 Samuel 6,23.
A. San Lucas 2, 7 " Dio a luz a su hijo primogénito..."
Por lo tanto si hubo un primogénito implica otros hijos posteriores.
R/ Esto es una suposición, ya que la primogenitura implica hijo primero y
titulo o derecho de dignidad y NO implica el primero entre varios
nacimientos.
Ejemplo de "primogénito" (o jefe) y como título de dignidad en la Biblia:
Génesis 25, 29-34 / 1 Crónicas 23, 17-20 / Romanos 8, 29.
A. "Tu madre y tus hermanos te buscan... ", "María con sus hermanos "
San Mateo 13, 46 / San Marcos 3, 31 / San Lucas 8, 19 / San Juan 7, 3 /
Hechos 1, 14.
Si Jesús tuvo hermanos, por lo tanto María tuvo otros hijos.
R/ ¿Hermano en la Biblia es solo hijos de la misma madre? NO.
El lenguaje de la biblia incluye en la palabra "hermano" varios parentescos
como primos, sobrinos, co-tribales o de raza y discípulos.
Ejemplos varios que aclaran esto: Levítico 10, 1-4 / Génesis 13, 8 /
2 Samuel 19, 12-13 / Éxodo 2,11 / San Juan 20, 17-18 / 1 Crónicas 15, 3-10 /
San Marcos 6, 3 / Gálatas 1, 19.
--------------------------------------------------------------------Argumentos Católicos:
Los evangelios definitivamente jamás mencionan a Jesús como uno entre
varios hijos, sino siempre como el "hijo de María", el "hijo de José". Esto es
algo significativo, aunque no concluyente. En la figura de la familia
de Nazareth jamás presenta un hijo además de Jesús (SanLucas 2 ).
Al pie de la cruz ningún "hermano" acompañaba a María (San Juan 19, 25-27)
y por qué Jesús encarga a un discípulo suyo a su Madre de haber otros
hijos, considerando la condición de la familia judía de aquel entonces?
Prefiguras de Cristo en el Antiguo Testamento:
Todo nacimiento anunciado por un ángel tras la palabra UN HIJO resulta en
un hijo único
Génesis 18,10 (Isaac) / Jueces 13, 3 (Sansón) / San Lucas 1, 13 (San Juan
Bautista).
Sería una increíble novedad que el gran esperado fuera uno entre muchos.
Si la señal esperada del mesías era un NACIMIENTO VIRGINAL (Isaías 7, 14),
cómo hacer ver en la figura de una madre multípara a la señal esperada?
Con que argumento defender esa gran señal sino presentando a una mujer
virgen y única como signo de la gran profecía?
Hermano cristiano no católico: El argumento en contra de las virtudes de
María no es en definitivas anticatólico sino anticristiano. Una cosa es no
entender el culto cristiano en torno a María o el dogma de la Comunión de
los Santos, pero otra muy distinta es desconocer el orden secuencial y
racional de la teología, que de evitar a María, la gran señal dada al mundo de
la venida del Mesías, queda oculta en si misma la presencia de Cristo, si no
es María, entonces no es Jesús.
----------------------------------------------------------------------Los Reformadores y la virginidad perpetua de María:
♣ Respecto a la doctrina mariana en los Reformadores, hemos observado su
unanimidad en cuanto a todo lo que concierne a la santidad de María y su
perpetua virginidad…
{Max Thurian (Protestantante), Mary: Mother of all Christians, tr. Neville B. Cr
yer, NY: Herder &Herder, 1963 (orig. 1962), pp. 77, 197}
♣ El título “siempre Virgen” (aeiparthenos, semper virgo) se manifestó muy
pronto entre los primeros cristianos… Fue una frase muy común en la Edad
Media y continuó su uso en los escritos confesionales de los protestantes
(Luther, Calvin, Zwingli, Andrewes; Book of Concord[1580], Schmalkaldic Art
icles [1537])
{Raymond E. Brown et al, ed., Mary in the New Testament, Phil.: Fortress Pre
ss / NY: PaulistPress, 1978, p.65 (a joint Catholic-Protestant effort) }
♣ Calvino, como Lutero y Zuinglio, sostuvo la perpetua virginidad de María.
Incluso los primeros reformadores aplicaron a María, auqnue con alguna
reticencia, el título Theotokos…Calvino animó a sus seguidores
a venerarla y considerarla como un modelo a seguir en la obediencia a
los mandamientos de su Hijo.
{J.A. Ross MacKenzie (Protestantante), in Stacpoole, Alberic, ed., Mary’s Pla
ce in ChristianDialogue, Wilton, Conn.: Morehouse-Barlow, 1982, pp.35-6}
♣ MARTIN LUTERO:
Cristo, nuestro Salvador, fue verdadero fruto natural del vientre virginal de
María… Esto sucedió sin la cooperación de la mano del hombre, y ella
permaneció virgen.
{Luther’s Works, eds. Jaroslav Pelikan (vols. 1-30)
& Helmut T. Lehmann (vols. 31-55), St. Louis: Concordia Pub. House (vols. 130); Philadelphia: Fortress Press (vols. 31-55), 1955, v.22:23
/Sermons on John, chaps. 1-4 (1539) }
Cristo… fue el único Hijo de María, y la Virgen María no tuvo otros hijos
aparte de Él… estoy inclinado a coincidir con aquellos quienes declaran que
“hermanos” realmente quiere decir “primos”, ya que la Santa Escritura y los
judíos llaman hermanos a sus primos.
{Pelikan, ibid., v.22:214-15 / Sermons on John, chaps. 1-4 (1539) }
Una nueva mentira sobre mi persona está circulando, donde
yo supuestamente he predicado que María, la madre de Dios, no fue virgen ni
antes ni después del nacimiento de Cristo…
{Pelikan, ibid.,v.45:199 / That Jesus Christ was Born a Jew (1523) }
Las Escrituras no dicen que ella haya perdido su virginidad en un momento
posterior…
Cuando Mateo (I,25) dice que José no conoció a María hasta el nacimiento de
hijo, no se sigue que lo haya hecho en ocasión subsiguiente, al contrario,
significa que jamás lo hizo… Esta murmuración… no tiene fundamento… ya
que ni atiende ni pone atención en la Escritura, ni en una forma de expresión
común en ésta.
{Pelikan, ibid.,v.45:206,212-3 / That Jesus Christ was Born a Jew (1523) }
♣ JAROSLAV PELIKAN:
Lutero… ni siquiera consideró la posibilidad de que María hubiera tenido
otros hijos. Esto es consistente en la aceptación, de por vida, de la idea
sobre la perpetua virginidad de María.
{Pelikan, ibid.,v.22:214-5}
♣ JUAN CALVINO:
Helvidius mostró demasiada ignorancia al concluir que María debió haber
tenido muchos hijos, por la razón de que son mencionados algunas veces
los “hermanos de Cristo”
{Harmony of Matthew, Mark & Luke, sec. 39 (Geneva, 1562), vol. 2
/ From Calvin’s Commentaries,tr. William Pringle, Grand Rapids,
MI: Eerdmans, 1949, p.215; on Matthew 13:55}
(Sobre Mateo I,25) La inferencia que Helvidius saca de aquí, que María
permaneció virgen hasta el parto y que posteriormente tuvo otros hijos con
su marido… no es posible sacar de estas palabras tal conclusión y que sea
llamada justa y fundamentada… en lo que respecta a lo que sucedió después
del nacimiento de Cristo. El es llamado el “primogénito” con la sola finalidad
de informarnos que nació de una virgen… Lo que sucedió después,
los historiadores no nos lo informan… ningún hombre se empecinaría en
sostener tal argumento, excepto algún aficionado a las disputas.
{Pringle, ibid., vol. I, p. 107}
Bajo la palabra “hermanos” los judíos incluyen a todos los primos y a otros
parentescos, cualquiera que sea el grado de consanguinidad.
{Pringle, ibid., vol. I, p. 283 / Commentary on John, (7:3) }
♣ ULRICO ZWINGLIO:
El negar que María permaneció “inmaculada” antes, durante y después del
parto de su Hijo,significaría dudar de la omnipotencia de Dios… y era
correcto y provechoso repetir el saludo angélico (aunque no como oración)
‘Ave María’… Dios estimó a María por sobre las demás criaturas, incluyendo
a los santos y a los ángeles, por su pureza, inocencia y su fe invencible es
que la humanidad debe imitarla. La oración, sin embargo, debe ser… sólo
para Dios…
‘Fidei expositio’ fue el último panfelto que escribió… ahí hay una especial
insistencia hacia la perpetua virginidad de María.
{G. R. Potter, Zwingli, London: Cambridge Univ. Press, 1976, pp.88-9,395
/ The PerpetualVirginity of Mary . . ., Sep. 17, 1522}
“María, siempre virgen, madre de Dios”
{Thurian, ibid., p.76}
Nunca he pensado, ni mucho menos enseñado o declarado públicamente,
nada concerniente al tema de la siempre Virgen María, Madre de nuestra
salvación, que pudiera ser considerado deshonroso, impío, sin valor o
malvado… Creo con todo mi corazón, de acuerdo con el santoevangelio, que
su pureza virginal nos conduce hacia el Hijo de Dios y que ella permaneció,
durante y después del parto, pura y sin mancha, virgen por la eternidad.
{Thurian, ibid., p.76 / same sermon (mismo sermón)}
♣ HEINRICH BULLINGER:
“En María, todo es extraordinario y todo lo más glorioso ha, como brotado,
del amor abrasador y la fidelidad de Dios”. Ella es el único miembro notable
de la comunidad cristiana…
La Virgen María… completamente santificada por la gracia y la sangre de su
único Hijo,abundantemente dotada del don del Espíritu Santo y distinguida
entre todos… ahora vive felizmente con Cristo en el cielo, es llamada y
permanece siempre Virgen y es la Madre de Dios.
{In Hilda Graef, Mary:
A History of Doctrine and Devotion, combined ed. of vols. 1 &
2, London:Sheed & Ward, 1965, vol.2, pp.14-5}
♣ JOHN WESLEY (fundador del metodismo):
Creo… que Jesucristo nació de la santísima Virgen, quien, al mismo tiempo
que lo trajo a Él al mundo, continuó ella pura e inmaculada, virgen.
{“Letter to a Roman Catholic,” quoted in A.
C. Coulter, John Wesley, New York: OxfordUniversity Press, 1964, 495}
Fuentes primarias:
1. Prédicación "Los Hermanos de Jesús" Salvador Gómez.
2. http://bibliaytradicion.wordpress.com/6protestantismo/%C2%BFquepensaban-lutero-calvino-y-otros-iniciadores-del-protestantismo-acerca-de-lavirginidad-perpetua-de-maria/
ARRODILLARSE. ¿Signo exclusivo de adoración?
No es infrecuente el reclamo, sobre por qué los católicos nos hincamos frente a
los santos bien sea "In Effigie" o en simple oración. Del mismo modo critican la
actitud de los laicos cuando se arrodillan frente al Sumo Pontífice, el Obispo o
para una simple bendición del sacerdote.
Además del no entendimiento de la COMUNIÓN DE LOS SANTOS, muchas
personas desconocen, ni entienden el por qué de las reverencias que las
escrituras nos develan que merecieron los hombres, los seres celestiales y hasta
los objetos escogidos por Dios para comunicar su voluntad.
En la escritura cada que alguien llega frente a un rey o un profeta de Dios, se
encuentra con un ángel o está frente a algo SIEMPRE se arrodilla o se postra, en
una actitud de respeto que nadie se atrevería a tildar de idolátrica. Tales gestos no
reemplazan la adoración y por el contrario, confirman el poder y el respeto exigido
por Dios para los suyos e incluso hacia las cosas santas.
Veamos los ejemplos de postración en la escritura:
Frente a seres espirituales:
Génesis 18:2 Cuando alzó los ojos y miró, he aquí, tres hombres estaban parados
frente a él; y al ver los corrió de la puerta de la tienda a recibirlos, y se postró en
tierra,
Tobías 12,15-16 Yo soy Rafael, uno de lo siete ángeles que están delante de la
gloria del Señor y tienen acceso a su presencia". Los dos quedaron
desconcertados y cayeron con el rostro en tierra, llenos de temor.
Josué 5:14-15 Y él respondió: No; más bien yo vengo ahora como capitán del
ejército del SEÑOR. Y Josué se postró en tierra, le hizo reverencia, y dijo: ¿Qué
dice mi señor a su siervo? Entonces el capitán del ejército del SEÑOR dijo a
Josué: Quítate las sandalias de tus pies, porque el lugar donde estás es santo. Y
así lo hizo Josué.
Frente a los profetas de Dios:
Judit 14,7 Cuando lo levantaron, se echó a los pies de Judit en señal de
reverencia y dijo:—¡Bendita seas tú en todos los campamentos de Judá y en todas
las naciones! Todos los que escuchen tu nombre temblarán de miedo.
1 Reyes 1:31 Betsabé se inclinó rostro en tierra, se postró ante el rey y dijo: Viva
para siempre mi señor el rey David.
2 Reyes 4:27 Cuando ella llegó al monte, al hombre de Dios (Eliseo), se asió de
sus pies. Y Giezi se acercó para apartarla, pero el hombre de Dios dijo: Déjala,
porque su alma está angustiada y el SEÑOR me lo ha ocultado y no me lo ha
revelado.
1 Samuel 28:14 Y él le dijo: ¿Qué forma tiene? Y ella dijo: Un anciano sube, y
está envuelto en un manto. Y Saúl conoció que era Samuel, e inclinando su rostro
a tierra, se postró ante él.
Daniel 2:46 Entonces el rey Nabucodonosor cayó sobre su rostro, se postró ante
Daniel, y ordenó que le ofrecieran presentes e incienso.
Frente a los reyes y escogidos por Dios y sus familiares:
Éxodo 18:7 Salió Moisés a recibir a su suegro, se inclinó y lo besó; y se
preguntaron uno a otro cómo estaban, y entraron en la tienda.
1 Reyes 2:19 Betsabé fue al rey Salomón para hablarle por Adonías. El rey se
levantó a recibirla, se inclinó delante de ella, y se sentó en su trono; hizo colocar
un trono para la madre del rey y ella se sentó a su diestra.
1 Crónicas 29:20 Entonces David dijo a toda la asamblea: Bendecid ahora al
SEÑOR vuestro Dios. Y toda la asamblea bendijo al SEÑOR, al Dios de sus
padres, y se inclinaron y se postraron ante el SEÑOR y ante el rey.
2 Samuel 18:28 Y Ahimaas dio voces, y dijo al rey: Todo está bien. Se postró
rostro en tierra delante del rey, y dijo: Bendito es el SEÑOR tu Dios, que ha
entregado a los hombres que levantaron sus manos contra mi señor el rey.
2 Samuel 9:6 Y Mefiboset, hijo de Jonatán, hijo de Saúl, vino a David, y cayendo
sobre su rostro, se postró e hizo reverencia. Y David dijo: Mefiboset. Y éste
respondió: He aquí tu siervo.
Las Cosas y lugares dispuestas al culto de Dios (El Arca de la Alianza con
figuras de querubines en la tapa Éxodo 37:7):
Josué 7:6 Entonces Josué rasgó sus vestidos y postró su rostro en tierra delante
del arca del SEÑOR hasta el anochecer, él y los ancianos de Israel; y echaron
polvo sobre sus cabezas.
1 Reyes 3:15 Salomón se despertó y vio que había sido un sueño. Entró en
Jerusalén y se puso delante del arca del pacto del SEÑOR; ofreció holocaustos e
hizo ofrendas de paz, y también dio un banquete para todos sus siervos.
Daniel 6:10 Y Daniel, cuando supo que la escritura estaba firmada, entró en su
casa, y abiertas las ventanas de su cámara que estaban hacia Jerusalén, se
hincaba de rodillas tres veces al día, y oraba, y daba gracias delante de su Dios,
como lo solía hacer antes.
Frente a los discípulos de Cristo:
Hechos 5:15 a tal punto que aun sacaban los enfermos a las calles y los tendían
en lechos y camillas, para que al pasar Pedro, siquiera su sombra cayera sobre
alguno de ellos.
Hechos 16:29-30 Entonces él pidió luz y se precipitó adentro, y temblando, se
postró ante Pablo y Silas, y después de sacarlos, dijo: Señores, ¿qué debo hacer
para ser salvo?
Y otro centenar de citas que dadas las anteriores no resulta necesario enseñarlas
todas.
Pero que hay de aquellas citas que surgen en replanteando una discusión:
♦ Hechos 10:25 Y sucedió que cuando Pedro iba a entrar, Cornelio salió a
recibirlo, y postrándose a sus pies, lo adoró. Mas Pedro lo levantó, diciendo: Ponte
de pie; yo también soy hombre.
♦ Hechos 14,12 Y llamaban a Bernabé, Júpiter, y a Pablo, Mercurio, porque éste
era el que dirigía la palabra. Y el sacerdote de Júpiter, cuyo templo estaba en las
afueras de la ciudad, trajo toros y guirnaldas a las puertas, y quería ofrecer
sacrificios juntamente con la multitud. Pero cuando lo oyeron los apóstoles
Bernabé y Pablo, rasgaron sus ropas y se lanzaron en medio de la multitud,
gritando y diciendo: Varones, ¿por qué hacéis estas cosas? Nosotros también
somos hombres de igual naturaleza que vosotros.
Es evidente que los apóstoles permitieron algunas reverencias y rechazaron otras
pero a hombres que quisieron ADORARLOS tomándolos por dioses.
De manera que hay que entender la diferencia entre una reverencia y un estado
de adoración, que es mucho más que dónde están las rodillas, sino de la intención
del corazón. Queda a la sinceridad de cada uno, despojándose de prejuicios
modernistas, aceptar o no a la luz de la escritura si los santos o un modelo de vida
cristiano al servicio de Dios es digno de estas formas de respeto.
APOLOGÉTICA. Unas Reflexiónes.
Fuente primaria: Franciscanos de María. ¿Qué es Apologética, cómo, cuándo y por qué
hacerla?.
Imágenes y complementos* agregados al texto por el autor de este blog.
Nuestra Apologética está formando mejores cristianos para Dios o está enviando a la
guerra a más soldados con armas, pero sin vida interior? Creo que esta pregunta la
debemos analizar muy bien.
Anwar Tapias Lakatt de Católicos Firmes en Su Fe
La Apologética es un arma muy peligrosa, sobretodo para quien la porta. Muchos
"apologistas" olvidan que en un tiempo también ignoraban, en un tiempo también tenían
dudas, incluso algunos en un tiempo estaban del otro lado del debate.
¿De que sirve la vehemencia si la otra parte se ofende? ¿De que sirve ganar un debate si
no ganas un alma para Cristo? ¿De que sirve tener la razón si en ti no brilla el Cristo que
predicas? Apologética SÍ, mientras muestres con amor el amor de Cristo. Apologética NO,
mientras solo busques lucir lo que aprendiste.
De Memes Católicos
Apologética es la parte de la Teología que busca explicar lo que creemos y hacemos como
católicos y, asimismo, expone los errores que van contra la fe católica para proteger la
integridad de la fe. Esta “asignatura” teológica tuvo su esplendor durante la época de las
grandes controversias, tanto contra los enemigos de la Iglesia como contra los herejes.
Después del Concilio Vaticano II fue relegada casi al olvido, pensando en que no había
necesidad de ella, en una época marcada por el diálogo. Sin embargo, los ataques de las
sectas por un lado y del secularismo laicista por otro, han vuelto a poner de manifiesto su
utilidad. No se trata de argumentar agresivamente contra nadie, ni siquiera contra los que
así hacen contra nosotros, sino de saber dar una respuesta racional y coherente de las
verdades en las que creemos.
¿Qué es Apologética?:
Como se ha dicho, la Apologética es la defensa de la fe y la moral católica desde una
perspectiva teológica y, por lo tanto, argumentativa. Por extensión, se podría considerar
Apologética a otras iniciativas, como las de defender a la Iglesia llevando a los tribunales a
quienes la injurian o a quienes insultan a Cristo y a la Virgen. Sin embargo, en lo que a este
tratado concierne, vamos a considerar la Apologética desde su primera acepción: la
defensa intelectual de las verdades de fe y de las reglas éticas inspiradas en el Evangelio.
La naturaleza de la Apologética hace que sea eminentemente defensiva, lo cual le da un
carácter que a algunos le puede parecer poco atractivo. No es una rama de la Teología
destinada a proponer las verdades de la fe, como pueda ser la Dogmática, la Mariología, la
Moral o las distintas disciplinas bíblicas. Sin embargo, como es lógico, se basa en ellas para
extraer los argumentos que va a necesitar para defender y justificar las enseñanzas de la
Iglesia. Pero, además y en algún caso, recurre a otras fuentes, externas incluso a la
Teología, para aportar datos y argumentos que demuestren la fortaleza intelectual de las
posturas de la Iglesia –por ejemplo, cuando se acude a la Biología para confirmar que el
embrión es un verdadero ser humano-. Su carácter defensivo hace que la Apologética se
vea limitada a la defensa de los temas en que se está centrando la controversia, con lo
cual deja muchísimos otros sin tratar (hoy, por ejemplo, no hay necesidad de justificar el
rechazo de la Iglesia a la esclavitud, porque, teóricamente, todo el mundo la rechaza). La
Apologética no es, pues, un buen método para conocer el conjunto de las verdades de fe o
de la moral católica; no es una síntesis de la misma, una especie de catecismo resumido
que poder ofrecer a los que están interesados por el cristianismo; es un tratado defensivo,
destinado a demostrar la racionalidad y la validez intelectual y moral de nuestros
planteamientos y, si fuera posible, a convencer a otros para que se adhieran a los mismos.
Hay que dejar claro que si bien la Apologética tiene el objetivo de defender, de ningún
modo tiene la misión de atacar los principios de nadie. La Iglesia no ataca nunca. Se
defiende de los ataques que recibe y expone de manera propositiva sus propias
convicciones, pero sin que esta proposición revista nunca el carácter de ataque y
agresividad de que nosotros somos objeto, tanto por las sectas como por el laicismo. La
Iglesia expone su fe y sus principios morales y reclama libertad para hacerlo y libertad
para que los que quieran adherirse a ellos e integrarse en la comunidad católica puedan
hacerlo, pero ni obliga a nadie ni tiene como objetivo desprestigiar las creencias de los
demás pensando que así sus decepcionados fieles engrosarán las propias filas. La
proposición que hace la Iglesia de sus propias convicciones, incluso aunque a veces sea
hecha de forma comparativa a las creencias de otros –por ejemplo, cuando se habla de la
idea de Dios entre nosotros y de la idea de dios que hay en el hinduismo, o cuando se
habla del matrimonio monogámico y se compara con el poligámico que tienen otras
religiones- se intenta no herir los sentimientos de nadie, pues se tiene claro que, si no en
todos los casos sí en muchos, en las demás religiones hay elementos de verdad que
merecen respeto, por más que no esté en ellas la verdad plena, la cual se encuentra sólo y
únicamente en la Iglesia católica, fundada por Cristo, que es la Verdad.
¿Cómo hacer Apologética?:
La Apologética, debido a su naturaleza defensiva, tiene una dificultad de origen: el peligro
de la agresividad. Responder a los que atacan sin recurrir a sus métodos no es fácil y, sin
embargo, ahí reside buena parte de la fuerza católica: no hacer el mal a quien nos hace el
mal, no responder con insultos a los que nos insultan, no pagar a nadie con la misma
moneda del odio con que ellos nos pagan. La Apologética, pues, tiene que estar dominada
siempre por la paz, por la exposición pacífica y razonada de argumentos, de datos, de
testimonios, de experiencias vitales. Como toda defensa –basta con pensar en lo que es
un partido de fútbol-, su primer objetivo es que los fieles católicos no tengan la impresión
de que sus planteamientos de fe o de moral son ridículos, anticuados e incluso irracionales
-volviendo al símil del partido de fútbol, el primer objetivo es que no te metan goles-,
evitando así la fuga de esos fieles a las sectas o al laicismo ateo. Sólo en un segundo
momento –que hay que procurar que llegue- se intentará convencer al que ataca de que
nuestro planteamiento es mejor que el suyo –se intentará meter un gol en la portería
contraria-. Así, pues, la Apologética tiene dos objetivos: uno dirigido a los propios
católicos, para reforzar sus convicciones y ayudarles a que las defiendan con los
necesarios recursos intelectuales, y otro dirigido a los enemigos de la Iglesia para hacerles
ver que no tienen razón y que los planteamientos de la Iglesia son más correctos, más
humanos, más verdaderos que los suyos.
El carácter defensivo de la Apologética exige –salvo que se quiera ir a una especie de
suicidio anunciado- que se establezcan unas mínimas reglas de juego en el debate. Una de
ellas es la racionalidad de los argumentos y la exclusión de la agresividad. Otra –por
ejemplo, de cara al diálogo con las sectas- es la utilización de unos instrumentos
aceptados por todos, como es el caso de las traducciones bíblicas. Así mismo, es preciso
dejar claro que los juicios sobre los hechos históricos deben hacerse a la luz de los criterios
de valoración moral que había cuando esos hechos se produjeron y no a la luz de los
criterios que tenemos hoy –como cuando se tratan temas como el de la Inquisición o las
Cruzadas-. También hay que dejar claro que los comportamientos erróneos de algunos
miembros de la institución no deben ser achacados al conjunto de los que pertenecen a
ella, salvo que procedan directamente de sus enunciados teóricos –si la Iglesia predica la
castidad y un cura comete un pecado de pederastia, la Iglesia no es responsable-. A la vez,
hay que pedirle a los que atacan que acepten que ellos pueden ser, a su vez, atacados como cuando se le plantea a un laicista que se burla de la fe en la existencia de Dios la
existencia en él de una incongruencia al no poder demostrar que Dios no existe-.
¿Cuándo hacer Apologética?:
En los primeros siglos del cristianismo, en aquel contexto pagano o judío en el que se
desenvolvía y desarrollaba nuestra fe, la Apologética se ejercitaba en los foros de debate
intelectual –los ateneos, las academias, las sinagogas- y sólo más tarde –y con menos rigor
ideológico- se extendió al resto de los ambientes –la familia, el trabajo, los amigos...-. En
nuestra época, tan parecida a aquella en muchas cosas, tenemos que volver a recuperar la
presentación de nuestra fe en ambos ámbitos: los nuevos areópagos –los medios de
comunicación, las universidades- y los clásicos –desde el hogar hasta los puestos de
trabajo-. Hoy es tan necesario como entonces formar a los católicos en los principios y
argumentos básicos de la Apologética, en parte para que ellos no duden de su fe y en
parte para que puedan intentar convencer a otros.
Sin embargo, no hay que olvidar que, por un lado, la Apologética es “defensa” y eso
condiciona el momento de su ejercicio –no hay que ser los primeros en sacar los temas
conflictivos, sino esperar a que sean los otros los que los saquen- y, por otro, que con
argumentos, por muy bien trabados que estén desde el punto de vista intelectual,
difícilmente se va a convencer a nadie o se le va a introducir en la Iglesia. La fe se puede
argumentar, justificar y defender, pero no suele ser ese el camino por el cual llega al
corazón del hombre, por el cual se produce la conversión. Por eso es imprescindible
acompañar la Apologética con la oración y con el testimonio de una vida coherente con lo
que se defiende.
Por otro lado, y siempre con respecto al “cuándo hacer Apologética”, hay que aprender a
distinguir los momentos en que estamos siendo atacados y lo que hay detrás de los que
nos atacan, con el fin de actuar de una manera o de otra. Por ejemplo, no es lo mismo
responder a una crítica contra la existencia del Dios-Amor basándose en la existencia del
sufrimiento humano cuando esa crítica la hace un compañero de trabajo cargado de
anticlericalismo, que cuando la hace una persona que está profundamente herida por la
muerte de un hijo. En un caso habrá que contestar con argumentos y en el otro quizá
convenga guardar un respetuoso silencio o decir al que se está desahogando que más
adelante ya hablaremos sobre el asunto.
¿Por qué hacer Apologética?:
Los motivos para hacer frente a los que atacan a la Iglesia, a nuestra fe y a nuestros
principios éticos, son, esencialmente, dos: la justicia y la gratitud.
La justicia, aunque tiene distintos apellidos –justicia distributiva, justicia conmutativa...- es
esencialmente darle a cada uno lo que tiene derecho a recibir. En este caso, podríamos
decir que debemos defender a la Iglesia porque tiene derecho a ello, porque tiene la
verdad y la verdad tiene derecho a ser defendida de los ataques que sufre. Si no
defendemos la verdad contenida en los enunciados doctrinales y morales de la Iglesia,
cometemos una injusticia, pues dejamos que la verdad sea agredida y humillada por los
que, no teniéndola, sí tienen sin embargo mejores aliados que propagan argumentos que
o son totalmente falsos o, al menos, lo son parcialmente. Además, esta defensa de la
Iglesia nos interesa a nosotros mismos, pues somos parte de ella; por mucho que
pensemos que no va con nosotros o con los nuestros, todo termina por afectarnos; si nos
callamos porque no queremos líos ni queremos tomarnos la molestia de poner freno a los
que atacan a la Iglesia, puede ser que nosotros mismos y no la Iglesia –o uno de los
nuestros- seamos la próxima víctima.
El otro motivo es la gratitud. La Iglesia es nuestra madre y en ella nos hemos encontrado
con el Cristo vivo. Lo menos que podemos hacer por ella es salir en su defensa cuando es
atacada desde tantos frentes, por unos –los laicistas- y por otros –las sectas-. La mejor
forma de demostrarle a Dios nuestro agradecimiento por el don que representa la Iglesia,
por el hecho de que en ella le podemos encontrar en los sacramentos y que ella nos
transmite fielmente la doctrina revelada por Cristo, es salir en su defensa cuando nos
necesita.
Esos motivos deberían ser suficientes para tomarse en serio la Apologética. Eso significa
que no podemos pretender defender a la Iglesia sin la debida formación. Es cierto que no
todos tienen a su alcance la posibilidad de cursar varios años de Teología, pero hoy hay
muchos libros divulgativos, escritos con un nivel accesible, que se pueden leer y en los que
se pueden encontrar los argumentos básicos para hacer frente a los ataques más
habituales. Estos, por otro lado, no dejan de ser sólo un puñado, pues la mayoría de los
que atacan a la Iglesia se mueve en un estrecho círculo de tópicos y casi todos ellos tienen
menos argumentos de los que nosotros, con una lectura sencilla, podamos adquirir.
Además, siempre está el recurso a la “autoridad” –como decir: yo de eso no sé, pero si
quieres te presento a un sacerdote con el que podrás debatir ese tema si te interesa-, que
debemos utilizar cuando no tengamos argumentos suficientes, sin que eso nos sirva de
excusa para no adquirirlos.
No podemos seguir asistiendo impasibles a los ataques a la Iglesia o a las blasfemias
contra Dios, la Virgen o los santos. Tampoco podemos limitarnos a mover la cabeza en
señal de pesar, a criticar a los que lo hacen, a decir que alguien tendría que intervenir. Ese
alguien es Dios y quiere hacerlo, necesita hacerlo, a través nuestro. Él se merece que nos
tomemos el pequeño esfuerzo de prepararnos para conseguirlo.
ATADURAS INTERGENERACIONALES. ¿Es Esto Doctrina Católica?
Este texto tiene por finalidad aclarar la realidad de este tema, suscitado no hace mucho en
el catolicismo como producto de una infección doctrinal foranea en algunos movimientos
de la Iglesia, con anuencia o desconocimiento del tema o de la situación por personas
incluso en el episcopado.
Texto Original: Dr. Jesús María Yépez; Médico Cirujano, Doctor en Teología, Pastor
Evangélico y Profesor de Biblia.
Aclaración: Se decide partir desde un texto protestante, debido a que es a partir de
doctrinas surgidas del mismo protestantismo que se ha importado esta doctrina para el
catolicismo, luego desde sus mismos detractores se parte para el análisis.
Edicion para Catolicos: Alberto. OP (Gato Sentado)
de http://ordenseglardominica.blogspot.com/ y el autor de este blog.
La doctrina de las ataduras intergeneracionales propone, que muchas de las conductas
familiares aparentemente repetitivas y algunas cosas adversas que nos suceden en la
cotidianidad pueden tener un origen en maldiciones que nos llegaron por pertenecer a un
grupo familiar cuyo árbol genealógico estuviere marcado de alguna manera por la
iniquidad. Esto incluiría enfermedades hereditarias, intentos de suicidio, divorcios,
alcoholismo, infelicidad, miseria, ruina, desviaciones sexuales, idolatría, etc.
De tal razonar, se infiere entonces que los delitos de una persona serían espiritualmente
trasferidos a sus descendientes e incluso sugiere una posible intervención de la genética
en este proceso. La gente no solo heredaría entonces la naturaleza pecaminosa
(consecuencia del pecado de Original), sino que también adquirirían la culpa de la maldad
acumulada de sus antecesores, por lo cual Satanás persistiría en un derecho legal de
influencia contra los creyentes que no han tratado de una "forma eficaz" sus maldiciones
generacionales, resultando esto en todo tipo de fracaso humano: vicios, enfermedad,
aflicción, temor, y aun muerte física.
Sería entonces consecuencia lógica de todo este razonar, que la sangre de Cristo fue
derramada por los pecados de cada persona, pero que ha de darse un paso adicional para
quitar la trasgresión que hayan heredado de sus antecesores, lo que conduce a la
necesidad de algún elaborado procedimiento que involucraría una investigación y
confesión (usualmente abierta) de los pecados propios y de sus antecesores hasta donde
fueran conocidos y la realización de algún oficio de oración y liberación u exorcismo para
clausurar el efecto de esas supuestas maldiciones.
Producto de un Concepto erróneo de la iniquidad: Esta enseñanza se basa en alguna
combinación de citas como Éxodo 20:5,6; 34:6,7; Números 14:18; Deuteronomio 5:9,10 ;
Lamentaciones 5:7. Cada uno de estos textos contiene las palabras con las que se
pretende ilustrar biblicamente la existencia de maldiciones que aquejan a familias
enteras: “visitar la maldad (o iniquidad) de los padres sobre los hijos…hasta la tercera y
cuarta generación".
La palabra clave en que se sustentaría esta doctrina es "iniquidad". Se infiere
equivocadamente de este término que esto hace una referencia a pecados graves que
atan a personas aun después de convertirse y que serían identificadas como ataduras
heredadas de los antepasados.
La palabra hebrea “‘ă·wōn” que es traducida para varios de estos textos como "iniquidad",
no es un equivalente para "pecado" y hace verdaderamente una referencia a problemas
derivados de la conducta y/o a la influencia parenteral y no a una herencia adquirida.
Evidentemente la conducta y el ejemplo de los padres influye en la conducta los hijos,
pero este razonar está muy lejos de poder decirse que los pecados son también
heredados en el sentido estricto de la palabra.
Producto de un concepto erróneo de maldición: Otro concepto errado es el concepto de
maldición (incluso generacional) derivada de un hechizo o maldición. Este concepto no es
tomado ni de conceptos judíos ni de conceptos cristianos escapando completamente a las
Sagradas Escrituras. La palabra "maldición" (’ā·rāh o derivados) en la escritura permite ver
que un castigo sobre generaciones venideras no está ni siquiera contemplado. Pretende
verse la palabra "maldición" en lugar de "maldad", pero ni el lenguaje ni el contexto
permite forzar el concepto dentro del pasaje. Otra cosa que escapa a ser considerada es la
misericordia ofrecida por Dios a los que le aman y guardan sus mandamientos lo cual
exime de que un cristiano esté marcado por una maldición ancestral y que requiera una
liberación de sus efectos. En la Biblia cuando encontramos una maldición, vemos que sólo
Dios tiene derecho de proferirla (Deuteronomio 28:15-68), o concede a los humanos el
derecho de pronunciarla, pero siempre con su aval (Génesis 27:29). Si bien cualquiera
puede proferir una maldición con sus labios, de ahí a que se cumpla hay un largo trecho y
su eficacia solo puede encontrar acogida en quien cayendo en superstición por palabras
de hombres, desconfia de la providencia y protección divina (Proverbios 26:2). La
maldición es entonces, en el contexto bíblico, una expresión de la justicia de Dios que se
aplica sobre alguien o algo como consecuencia de una decisión personal e intencional de
desobediencia en el uso de su libre albedrío. Entonces, más que inferir un desprecio de
Dios hacia el hombre, es de interpretarse como la distancia que Dios por naturaleza crea
entre sí mismo y el pecado.
Producto de especulaciones sobre la ciencia genética: Muchos estudios géneticos del
comportamiento pululan en el medio, tratando de demostrar una implicación directa en
los genes de varios aspectos del comportamiento social. Estos están a la fecha basados en
la especulación y basados en la neta observación de estadísticas y comparaciones
amañadas basadas en irregulares selecciones de los grupos de control. En lo que puede
referir a la genética, puede verdaderamente decirse a la luz de la ciencia es que sí son
transferibles a los hijos algunas enfermedades o condiciones corporales favorables a la
enfermedad, pero no así la herencia de conductas. Es decir, no hay un gen de
"homosexualidad" ni del "mal", y lo que se oye al respecto son meras especulaciones. Es
de enfatizar en la palabra "especulación", puesto que las conclusiones de estudios al
respecto incluyen palabras como "puede ser que", "quizas haya" y otras inaceptables en
conclusiones científicas.
Se habló de este tema en la Iglesia Primitiva? Es de observarse que la Iglesia Primitiva,
retratada principalmente en los Hechos de los Apóstoles no se detiene en ofrecer a nadie
la necesidad de una rutina de exorcismo familiar de su iniquidad. Tampoco hay evidencias
en la historia de la Iglesia sobre el tema, ni de los apóstoles escritores sagrados, ni en los
padres de la iglesia, y ni siquiera en los escritos de los actores de la reforma protestante.
La afamada doctrina y el protestantismo sectario moderno: Tal enseñanza como parte
constitutiva de la "guerra espiritual" es proclamada en muchas facciones del
protestantismo moderno (en especial en el protestantismo de corte pentecostal).
Ataduras generacionales y la doctrina de la prosperidad son usualmente encontradas
tomadas de la mano. Muchas son las fuentes de ganancias demostrables que esto arroja,
representadas en la publicación de una lista interminable de libros que tocan el tema y en
un incontable número de conferencias o seminarios para romper maldiciones
hereditarias, cuyo costo no baja de entre los cien y doscientos dólares por cabeza en los
EEUU.
Entre todas estas, está oculta también la cultura del indiferentismo y una favorabilidad a
conceptos personales en los que surgen ideas como ¿Qué daño hace decir algunas
oraciones extras? Pero tales opiniones "inocentes" son contradictorias a la palabra de Dios
y a la predicación cristiana.
Problemas de la doctrina católica en la enseñanza de las "maldiciones generacionales":
1. Negación de la perfecta obra de Cristo en la Cruz.
2. Tergiversación del evangelio de Cristo (Gálatas 1:6–9).
3. Negación la responsabilidad personal en los actos. La popularidad de la doctrina de las
maldiciones generacionales se centra en corrientes de la psicología moderna, se rehúsa a
aceptar responsabilidad por sus propias faltas y pecados (Santiago 1:14) colaborando en la
pervertida visión de la victimización de la sociedad moderna en cuyo pensar nadie es
responsable por su propia conducta.
4. Hay una aceptación del neopaganismo de la nueva era y sus principios conocidos
filosóficos de inyección genética de tendencias del comportamiento, una pseudociencia
no demostrada por la investigación.
5. Pone exagerado énfasis en la obra del hombre, y da vueltas a la idea de una relación
con Dios basada en las obras, presindiendo de la Fe y su completo significado en la vida
cristiana.
Las Escrituras nos enseñan que cada persona es responsable de sus propios pecados y que
ninguno pagará por los pecados de sus padres:
Jeremías 31:29-30 "En aquellos días no dirán más: Los padres comieron las uvas agrias y
los dientes de los hijos tienen la dentera, sino que cada cual morirá por su propia maldad;
los dientes de todo hombre que comiere las uvas agrias, tendrán la dentera".
Ezequiel 18: 2-4 y en adelante ¿Qué queréis decir al usar este proverbio acerca de la
tierra de Israel, que dice: "Los padres comen las uvas agrias, pero los dientes de los hijos
tienen la dentera? Vivo yo--declara el Señor DIOS-- que no volveréis a usar más este
proverbio en Israel. He aquí, todas las almas son mías; tanto el alma del padre como el
alma del hijo mías son. El alma que peque, ésa morirá.
Es importante notar que no todos los judíos en esos tiempos trataban de culpar a los
demás. Aunque tuvo las mismas pruebas del cautiverio en Babilonia, el profeta Daniel
mostró una actitud opuesta a sus contemporáneos en Judá y Babilonia. En vez de culpar
por su destino a sus antecesores como lo hacía el público oyente de Jeremías y Ezequiel, él
aceptó su propia responsabilidad personal y la de sus contemporáneos por el juicio que
había caído sobre ellos (Daniel 9:4, 5,7–9). En la oración de Daniel, no se menciona que la
razón del exilio sea por los pecados de los padres. Esto es aun más asombroso si
recordamos que Daniel era consciente de que por generaciones Dios había enviado
profetas para advertir a Israel de ese juicio si no se arrepentían.
En el tiempo de Jesús, los judíos habían otra vez olvidado las correcciones del paganismo
expresadas por Moisés y los profetas y los evangelistas nos hacen ver que Jesús encaró a
su tiempo los mismos asuntos.
En Juan 9:1-3 leemos: “Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y le
preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya
nacido ciego? Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras
de Dios se manifiesten en él.”
Aunque los discípulos tenían el antiguo punto de vista acerca de la heredabilidad de la
culpa y el pecado vemos claramente que el énfasis de Jesús es en la gloria y la gracia de
Dios.
Jesús también afirmó: “Vete, y no peques más” (Juan 8:11). Las palabras de Jesús sugieren
que el perdón de Dios basta para alcanzar un grado tal de transformación espiritual que
produzca un cambio de vida. Jesús creía que la mujer a quien acababa de perdonar era
libre de escoger si permanecería en el pecado o se apartaría de él. No se hace ninguna
referencia a la necesidad de una oración adicional, una ceremonia, o una fórmula de
renunciación para complementar la oferta de la gracia y el perdón de Dios.
Hay que ver el esfuerzo que desde Moisés hasta los santos se vivió para combatir el
paganismo de sus días. La iglesia tiene hoy el testimonio de Moisés, de los profetas, de
Jesús, Maria, los apóstoles, confesores, martires y Santos, juntamente con el Nuevo
Testamento, la plenitud del Espíritu, y los dones del Espíritu, incluido el don de
discernimiento. No obstante, una parte de la iglesia de hoy esta cayendo de nuevo en un
evangelio metafísico de la nueva era.
La iglesia en siglo XXI debe entonces reafirmar la suficiencia del sacrificio de Cristo tan
inequívocamente como lo hizo al principio Colosenses 2:13–14 , Gálatas 3:13; 1 Corintios
6:9-10; Romanos 3:23-24.
¿Qué podemos aprender como cristianos del roce con esta herejía?
1. Las correcta interpretación de las Escrituras en el seno de la Iglesia son la única lámpara
a nuestros pies y luz a nuestro sendero en que podemos confiar. Tal doctrina no aparece
en nigún documento del magisterio, ni en la enseñanza de ningún doctor o Padre de la
Iglesia.
2. Las especulaciones del hombre tratan de conducir a nuevas formas de esclavitud .
Tenemos que obtener todo el consejo de Dios en las Escrituras y su Iglesia evitando
opiniones personales que solo conducen a la decadencia teológica.
3. El hombre caído siempre busca soluciones rápidas. Casi todos los problemas encarados
por las ceremonias de maldición generacional no pueden ser echados magicamente fuera
y los problemas de conducta tienen que ser tratados en el diario andar de discipulado.
Necesitamos diariamente tomar nuestra cruz, considerarnos muertos al pecado y vivos a
Dios en Cristo, traer a sujeción nuestro cuerpo, llevar cautivo cada pensamiento a la
obediencia de Cristo, y renovar nuestra mente por la Palabra de Dios.
4. Recordar el poder y la suficiencia de la sangre de Cristo que ofrece tanto el perdón de
pecados como la liberación de la opresión y la posesión demoníaca a quienes se apropian
de este sacrificio. Esta se expresa de manera singular en la vida sacramental que comienza
en el bautismo en el que nacemos de nuevo como hijos de Dios y en el que el hombre
natural es transformado.
5. El tema nos ha llevado a retornar a la Biblia para evaluar su mensaje, recordandonos
que nuestras obras tienen consecuencias, y que nuestra vida tiene un poderoso impacto
en nuestros hijos, para bien o para mal.
“Así que, sí el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres” (Juan 8:36)
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Etiquetas: cadenas, taras ataduras generacionales intergeneracionales espirituales
liberación
17 comentarios:
1.
MK16 de junio de 2013, 9:20
El problema es que los pentecostales son muy proximos a la renovacion carismatica
catolica.por ahí ha entrado el error en la falsa doctrina del pecado generacional. Y
demasiados sacerdotes, incluso exorcistas andan confundidos. Jesús nos dejó el bautismo,
que si que hace falta para pecado no personal sino heredado.¿ahora creen que hace falta
otro tipo de bautismo o rito q Cristo olvidó mencionar para esos pecados q cometen los
demás? ¿se equivocó Jesús dejándonos abandonados o es una nueva teoria? Satanas
quiere torcer a muchos, especialmente a los sacerdotes, y quiere reirse de los exorcistas.
MAS PRUDENCIA POR FAVOR
Responder
Respuestas
1.
Jaime Bonilla Quintero13 de junio de 2016, 14:42
Prudencia tu con lo que escribes , ya que mejor que nadie has de saber que el Bautismo es
la Luz de Cristo en la Vida de las personas (Espiritu Santo ) , para guiarnos , alejarnos del
pecado , llevarnos por la buena Senda, pero es muy Diferente si Tu Abuelo , Padre hayan
practicado toda Clase de Malos Actos (Robo, Brujeria, Violaciones, Falsas Creencias, Otros
pecados muy Graves,) , frente a eso así hayas sido Bautisado tienes la potestad ya como
Adulto de sanarlos y romperlos atravez de la Oración , El ayuno , Etc... No deseo Entrar en
Polemicas , pero te sugiero que investigues más antes de Hablar y Juzgar , Soy Victima de
Dicho Pecado Generacional en Mi Vida y fúe un proceso muy Largo Para Romperlo y así
como Yo habran Muchisimas personas pasando por lo mismo sin tener la Culpa , lo que
impera es la Misericordia de Padre al Ayudarno y Libranos de Dichas Ataduras , Recuerda
que la vida del Ser Humano es Libre Albedrio y Cada quien toma sus propias Decisiones
Dios solo Obra cuando la puerta se la Abren de lo contrario no OBliga a nadie a hacerlo ,
por consiguiente investiga más con tus hermanos y encontraras Temas un Poco delicado
que veo que no crees y Piensas que no existen , Feliz Día .
Responder
2.
Cruz Dozulé22 de junio de 2013, 10:16
nop. el pecado generacional si existe, lo q sucede es que se ha exagerado, sirve saber de
los pecados de los ejemplos. Por otro lado los raros casos de pecados o problemas
heredados por la sangre son debido a brujerias hechas directamente de los familiares de
generaciones anteriores.. no por cualquier pecado...
Responder
3.
José Nelson Durón Vásquez4 de enero de 2014, 5:26
EXCELENTE ARTÍCULO. Es necesario divulgar estas afirmaciones para evitar que, también
en algunos círculos de la Renovación Carismática Católica se continúen creyendo en este
tipo de influencia generacional pecaminosa. El inefable, magnífico e insuperable sacrificio
del Señor Jesús en la Cruz no puede ser disminuido, peor contradicho, por pensamientos
influenciados por la brujería, esoterismo y otros.
Responder
4.
Alfonso Tenorio21 de julio de 2014, 15:07
Hay un respetado cura argentino que da jornadas de sanación hablando de este tema
intergeneracional ¿la enseñanza es sana o no? dejo el link
https://www.youtube.com/watch?v=nUP2rHOGewo
Responder
5.
Alfonso Tenorio21 de julio de 2014, 15:17
Porfa me responden, gracias!
Responder
6.
Angie Morton12 de septiembre de 2015, 7:44
No hay tal confusión. Son puntos de vista diversos. Pero las maldiciones
intergeneracionales sí existen. Son maldiciones que uno mismo se impone al no obedecer
la palabra de Dios y que geneticamente, como todo, lo traspasa a sus descendientes. Por
supuesto que la sangre de Cristo puede sanarlas.Y por lo general le toca a alguno de los
miembros de esa familia hacer ese trabajo junto con Jesús. Por supuesto la Biblia habla de
ello. Saludos.
Responder
Respuestas
1.
Unknown6 de marzo de 2016, 9:44
Querida hermana,es respetable tu pensar pero estas equivocada en tu punto de vista.
En primer lugar las maldiciones no te las puedes imponer tu misma, la consecuencia del
pecado es la muerte no hay mas.
Luego, las "maldiciones" de tus antepasados no pueden estar en ti, de otra forma el
profeta Ezequiel no seria mas que un farsante, y por ultimo las conductas no se
transmiten por genética, la enseñanza de las maldiciones o ataduras generacionales es
una enseñanza completamente antibiblica y esta en contra de toda doctrina de la iglesia
universal.
Bendiciones.
2.
Unknown6 de marzo de 2016, 9:44
Querida hermana,es respetable tu pensar pero estas equivocada en tu punto de vista.
En primer lugar las maldiciones no te las puedes imponer tu misma, la consecuencia del
pecado es la muerte no hay mas.
Luego, las "maldiciones" de tus antepasados no pueden estar en ti, de otra forma el
profeta Ezequiel no seria mas que un farsante, y por ultimo las conductas no se
transmiten por genética, la enseñanza de las maldiciones o ataduras generacionales es
una enseñanza completamente antibiblica y esta en contra de toda doctrina de la iglesia
universal.
Bendiciones.
Responder
7.
Angie Morton12 de septiembre de 2015, 8:20
La verdad nos hará libres, pero hay que tener cuidado en no creernos dueños de verdades
que no son tales. O incluso de ser víctimas de creer en verdades a medias. El gran
problema es que para muchos católicos, lamentablemente, el maligno y su poder son
verdaderos tabúes. Muchos ni siquiera creen en él y su poder, incluso muchos curas, por
no decir la mayoría están es esta situación. Muchos creen que nombrar al diablo trae
"mala suerte". Lamentablemente hoy en dia hay muchos sacerdotes que ya no creen del
todo ni en Dios. Es triste pero es así. Los exorcistas, que por su trabajo tienen cercanía
constante con los demonios, saben perfectamente de estas cosas. El problema es que
sacerdotes exorcistas casi no quedan. Si hasta dentro de la Iglesia Católica son mirados
casi con recelo. El camino de negar las cosas no consigue que las cosas no existan. Es
como el tema del ateísmo. Dios existe a pesar de muchos no crean en Él. Ninguna verdad
necesita que se crea en ella para existir. Porque está ahi. Si la pueden ver y descubrir es
otra cosa. Justamente lo esoterico es negar las cosas sobrenaturales. Tanto las ocultas
como las de Dios. Dios los bendiga.
Responder
8.
Joe Magallanes8 de abril de 2016, 13:15
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Responder
9.
Jose Magallanes8 de abril de 2016, 13:35
Que alguien me explique por que mi sobrino que no conoció a su Padre que murió
antes de que el naciera por que actuaba igual que el, por que hacia cosas que mi cuñado
hacia . sin que nadie le dijera nada alas cosas que hacia su Papa,y no solo una sola cosa si
no muchas. y por que todo mi árbol genealógico de varias generaciones que no nos
conocimos mucho teníamos conductas iguales a nuestros ante pasados sin conocerlos
fuimos generaciones de adictos alas drogas y alcohol y Dios rompió es cadena
generacional de adiciones ,por que paro yo de consumir y espesaron poco dejar consumir
drogas , toda mi Familia .estoy de acuerdo lo que el hermano comparte .pero ahí cosas
que me confunden por que e visto en esas oraciones como se manifiesta y como ahí
sanaciones . delante Santísimo es confuso para mi muchas cosas . por que el espíritu no se
mide en un laboratorio .
Responder
10.
Javier17 de abril de 2016, 16:09
Lo siento, pero el mundo espiritual tiene sus reglas, si un antepasado tuyo se condena, el
pecado con el que se condenó se transmite a tu familia por tres o cuatro generaciones; si
un antepasado se salva las virtudes se transmiten por mil generaciones. Hay un juicio
particular, hay un juicio universal. No sé exactamente como funciona esto pero creo que
es así. Eso no quita que Cristo, que pagó por nosotros en la cruz, perdone los pecados que
uno personalmente comete. Heredar un pecado significa que tienes la tendencia, de la
misma manera, heredar una virtud significa que tienes la tendencia a hacer el bien en esa
dirección.
Responder
Respuestas
1.
Randy Lajara28 de junio de 2016, 7:26
En este caso, si lo que heredamos es solo la tendencia, mas no el pecado, podemos
concluir que todo queda en manos de la libertad. Es decir, que voy a hacer yo con tal o
cual tendencia, seguirla o no seguirla no seria una influencia de mi antepasado, sino una
desicion personal.
Responder
11.
Giorgio Armani21 de mayo de 2016, 14:10
Me sorprende como algunos niegan este tema con tanta seguridad. Este tema no es de
esos que existen si ya creo, y no existen si yo no creo. Independiente mente si creo o no,
existe. A quien estamos atados con estas ataduras? A cierto demonio o demonios, por el
permiso que se les dio por los pecados de nuestros pasados. Recuerden que el pecado no
es asi como: peco y confieso y ahi quedó todo, "NO", el pecado tiene sus consecuencias. Y
el demonio reclama lo suyo en nosotros, argumentando que gracias a el se consumo x
pecado. Los comentario s de "Jose Magallanes" y "Javier" son acertados. Este tipo de
ataduras significa que como heredas espiritualmente esas inclinaciones o tendencias hacia
ciertos pecados, es mas faciy o muy facil caer en esos pecados, y si no las tuvieras seria
mas dificil caer en eso. Asi pues al demonio le conviene que no se crea en eso, porque mas
gente sera presa facilisia de el, porque la gente que cree en eso y hace lo conveniente
para romper esas ataduras, no sera presa facil demonio. Señores, no caigamos en la
soberbia de creer que sabes mucho o todo. Con este tema el demonio quiere hacer lo
mismo que con los protestantes, a ellos les quito todo con cuanto podian hacerle frente. Y
con el este tema de las ataduras el demonio quiere que no se crea para que la gente siga
muy vulnerable ante el. Señores no hablemos a la ligera, para aprender sobre estos temas
se ocupa mucho la iluminacion de espiritu santo. Y en que me baso para hablar sobre este
tema? En varias cosas...entre ellas: la practica. Recuerden es imposible conocer todos los
misterios de Dios.
Responder
12.
Giorgio Armani21 de mayo de 2016, 14:18
Me sorprende como algunos niegan este tema con tanta seguridad. Este tema no es de
esos que existen si ya creo, y no existen si yo no creo. Independiente mente si creo o no,
existe. A quien estamos atados con estas ataduras? A cierto demonio o demonios, por el
permiso que se les dio por los pecados de nuestros pasados. Recuerden que el pecado no
es asi como: peco y confieso y ahi quedó todo, "NO", el pecado tiene sus consecuencias. Y
el demonio reclama lo suyo en nosotros, argumentando que gracias a el se consumo x
pecado. Los comentario s de "Jose Magallanes" y "Javier" son acertados. Este tipo de
ataduras significa que como heredas espiritualmente esas inclinaciones o tendencias hacia
ciertos pecados, es mas faciy o muy facil caer en esos pecados, y si no las tuvieras seria
mas dificil caer en eso. Asi pues al demonio le conviene que no se crea en eso, porque mas
gente sera presa facilisia de el, porque la gente que cree en eso y hace lo conveniente
para romper esas ataduras, no sera presa facil demonio. Señores, no caigamos en la
soberbia de creer que sabes mucho o todo. Con este tema el demonio quiere hacer lo
mismo que con los protestantes, a ellos les quito todo con cuanto podian hacerle frente. Y
con el este tema de las ataduras el demonio quiere que no se crea para que la gente siga
muy vulnerable ante el. Señores no hablemos a la ligera, para aprender sobre estos temas
se ocupa mucho la iluminacion de espiritu santo. Y en que me baso para hablar sobre este
tema? En varias cosas...entre ellas: la practica. Recuerden es imposible conocer todos los
misterios de Dios.
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13.
BENEDICT yarahmadi28 de junio de 2016, 19:14
message TO ITALY &7 COUNTRY &world INTERNTION
iam IN country canada THE CAST MY LIFE MANY
PROBLEN BESD IN MY LIFE MOVE
&MISSION OF GOD THE CAST ME PROBLEM
GOD BRING ONE FIRE IN CANADA ford macc MAYBE THE CHNGE
BUT THE DID NOT IASK ITALY HONOR POPE FRA
TO RASE MASS
BECU GOD COMING CLOSE to country IAM THS TIME TO DESTYED THE LAND THS TIME
IASK THS INFO BE SENT TO 7 COUNTRY TO KNOW WHAT canada DID &DO BY csis &the
capi city &th provence &city iam SINT JHON NEFULAND THE DO CRMINAL AGINS MY
BACK
&iAM ELIJA BE CALL FROM GOD
BEF GOD DESTRYED AS HE DID SENT FIRE IN ONE CITY IN canada iask 7 COUNTRY
INVESTIOGN to gob of canada by RUSSIA GOV &ITALY &AMERICA
TURKY &JAPAN &7 COUNTRY
AYUNO (El Ayuno Agradable a Dios)
El ayuno es una disciplina espiritual por la que de manera voluntaria, la persona renuncia
al consumo total o parcial de alimentos por un tiempo definido con el propósito de lograr
un control sobre los deseos corporales o abandonarse plenamente en Dios. También
puede haber ayuno de los sentidos y a través de algunas privaciones de las complacencias
corporales.
El ayuno debe estar unido al deseo de conversión permanente en una búsqueda
verdadera de los bienes eternos, ya que este acto adquiere trascendencia en tanto
estemos en un estado penitente y de comunión con el Señor. Esto es lo que se conoce
como la recta intención en el ayuno.
Consideraciones principales del ayuno:
1. Recta Intención :
La práctica del ayuno y la abstinencia resulta inútil cuando se realiza con cualquier
propósito diferente al de agradar a Dios, buscándolo sinceramente y cuando se hace para
aparentar espiritualidad o con un interés material o una intención ajena a lograr una
verdadera unión con Dios. Ejemplos de recta intención en el ayuno en las Sagradas
Escrituras:
Joel 2, 12-13: "Y ahora - dice Yavé - volved a mí de todo corazón, con ayunos, llantos y
lamentos; desgarrad vuestro corazón, no vuestros vestidos, volved a Yavé nuestro Dios,
porque el es clemente y compasivo, lento a la ira, generoso en bondad y no le gusta hacer
daño."
Isaias 58, 3-9: "Y se quejan: «¿Por qué ayunamos y tú no lo ves, nos humillamos y tú no lo
tomas en cuenta?» Porque en los días de ayuno ustedes se dedican a sus negocios y
obligan a trabajar a sus obreros. Ustedes ayunan entre peleas y contiendas, y golpean con
maldad. No es con esta clase de ayunos que lograrán que se escuchen sus voces allá
arriba. ¿Cómo debe ser el ayuno que me gusta, o el día en que el hombre se humilla?
¿Acaso se trata nada más que de doblar la cabeza como un junco o de acostarse sobre
sacos y ceniza? ¿A eso llamas ayuno y día agradable a Yavé?¿No saben cuál es el ayuno
que me agrada? Romper las cadenas injustas, desatar las amarras del yugo, dejar libres a
los oprimidos y romper toda clase de yugo. Compartirás tu pan con el hambriento, los
pobres sin techo entrarán a tu casa, vestirás al que veas desnudo y no volverás la espalda
a tu hermano. Entonces tu luz surgirá como la aurora y tus heridas sanarán rápidamente.
Tu recto obrar marchará delante de ti y la Gloria de Yavé te seguirá por detrás. "
Mateo 6, 16-18: "Cuando ayunéis no os finjáis tristes como los hipócritas, que desfiguran
su rostro para que los hombres noten que ayunan. En verdad os digo que ya recibieron su
recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lávate la cara, para que
no adviertan los hombres que ayunas, sino tu Padre que está en lo oculto; y tu Padre que
ve en lo oculto te recompensará".
2. Razones para ayunar:
a. Para hacer penitencia y pedir perdón por el pecado propio y ajeno:
Esdras 8, 21: "Allí, a orillas del río Ahava, proclamé un día de ayuno para hacer penitencia
delante de nuestro Dios (...) ".
Jonas 3, 5-8: "Los ninivitas creyeron en Dios, decretaron un ayuno y se vistieron con ropa
de penitencia, desde el más grande hasta el más pequeño. Cuando la noticia llegó al rey
de Nínive, este se levantó de su trono, se quitó su vestidura real, se vistió con ropa de
penitencia y se sentó sobre ceniza. Además, mandó proclamar en Nínive el siguiente
anuncio: «Por decreto del rey y de sus funcionarios, ningún hombre ni animal, ni el
ganado mayor ni el menor, deberán probar bocado: no pasten ni beban agua; vístanse con
ropa de penitencia hombres y animales; clamen a Dios con todas sus fuerzas y conviértase
cada uno de su mala conducta y de la violencia que hay en sus manos. Tal vez Dios se
vuelva atrás y se arrepienta, y aplaque el ardor de su ira, de manera que no perezcamos.
Al ver todo lo que los ninivitas hacían para convertirse de su mala conducta, Dios se
arrepintió de las amenazas que les había hecho y no las cumplió."
Deuteronomio 10,10: "en cuanto a mi, me estuve en el Monte, como la primera vez,
cuarenta días y cuarenta noches, en ayuno. También esta vez me escucho Yavé y renuncio
a destruirte"
b. Para Implorar ayuda a Dios, su favor en importantes asuntos y a la puerta de las más
altas decisiones y sucesos:
Esdras 8, 21: "Allí, a orillas del río Ahava, proclamé un día de ayuno para hacer penitencia
delante de nuestro Dios y para pedirle que nos llevara con bien a nosotros, nuestras
familias y nuestras posesiones."
Hechos 13, 2-3: Mientras estaban celebrando el culto del Señor y ayunando, dijo el
Espíritu Santo: "Separadme ya a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado."
Entonces, después de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.
Éxodo 34, 28: "Estuvo allí con Yavé por espacio de cuarenta días y cuarenta noches, sin
comer ni tomar agua. Y escribió en las tablas las palabras de la Alianza, los diez
mandamientos."
San Mateo 4, 1-17: "Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser
tentado por el demonio. Después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, sintió
hambre (...) A partir de ese momento, Jesús comenzó a proclamar: "Conviértanse, porque
el Reino de los cielos está cerca".
Otras: (I Samuel 28, 20 -25 / Judit 4, 9-15 / Salmo 35, 13)
Los frutos del ayuno, solo son explicables desde un punto de vista claramente inclinado a
la espiritualidad sincera y luego de haberse comprometido en una disciplina orientada en
el mismo.
3. Formas de Ayunar:
a. Parcial: Marcos 1,6: Juan Bautista(...) comía langostas y miel/ Daniel 10,3: No comí
manjares ni carne, ni vino, ni me ungí con perfume (...) .
Este se hace absteniéndose de algunos alimentos o actos que resulten agradables y
procurando como en todas las demás formas de ayuno, la moderación en el obrar, la
caridad y el ambiente de recogimiento y oración.
b. Moderado o limitado: A pan y agua, recordando el sentido histórico y bíblico de ambos
elementos (purificación y prefigura de la eucaristía) y la recordación de privación que
además insinuan ambos.
c. Total: Hechos 9,9: "Y estuvo tres días sin ver, y sin comer ni beber."
Es una modalidad de ayuno para personas con experiencia, con una motivación mayor y
que no tengan una contraindicación médica que impida practicarla. Preferiblemente
acompañada de dirección espiritual o un proceso religioso consciente. Esto ya que no
debe hacerse a la manera de imitación o retom, perdiéndose su sentido cuando se
sobreaplica de manera sistemática.
d. Mortificación interior: Parece no ser una forma activa de ayuno, pero en la práctica es
la más difícil. Absteniéndose de conductas personales que afectan de manera consciente
la personalidad del que la practica. Esto como primer paso de la búsqueda activa de la
santidad que es la prolongación permanente de dicho ayuno, como signo de la aceptación
total de Cristo. Un ejemplo de este ayuno es evitar los comentarios inútiles, la moderación
y la prudencia en el hablar y el trato con otros. Isaías 58, 6: "¿Ya sabéis cual ayuno me
agrada? Desatar las cadenas injustas, soltar los nudos que aprietan el yugo, dejar libres los
oprimidos y acabar con la tiranía."
Es importante recordar el espíritu que debe acompañar los ayunos: penitente, orante,
caritativo y/o acompañado de lecturas espirituales (la Biblia, vidas ejemplares de los
Santos, etc). Los tiempos y los propósitos de ayuno pueden modificarse según
circunstancias particulares pero deben acompañar siempre la vida interior de los
cristianos. La severidad del ayuno puede variar según la necesidad espiritual pero en
consciencia de no caer en actos de fanatismo.
Derecho Canónico (sobre el ayuno y la abstinencia):
1249 Todos los fieles, cada uno a su modo, están obligados por ley divina a hacer
penitencia; sin embargo, para que todos se unan en alguna práctica común de penitencia,
se han fijado unos días penitenciales, en los que se dediquen los fieles de manera especial
a la oración, realicen obras de piedad y de caridad y se nieguen a sí mismos, cumpliendo
con mayor fidelidad sus propias obligaciones y, sobre todo, observando el ayuno y la
abstinencia, a tenor de los cánones que siguen.
1250 En la Iglesia universal, son días y tiempos penitenciales todos los viernes del año y el
tiempo de cuaresma.
1251 Todos los viernes, a no ser que coincidan con una solemnidad, debe guardarse la
abstinencia de carne, o de otro alimento que haya determinado la Conferencia Episcopal;
ayuno y abstinencia se guardarán el miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.
1252La ley de la abstinencia obliga a los que han cumplido catorce años; la del ayuno, a
todos los mayores de edad, hasta que hayan cumplido cincuenta y nueve años. Cuiden sin
embargo los pastores de almas y los padres de que también se formen en un auténtico
espíritu de penitencia quienes, por no haber alcanzado la edad, no están obligados al
ayuno o a la abstinencia.
1253 La Conferencia Episcopal puede determinar con más detalle el modo de observar el
ayuno y la abstinencia, así como sustituirlos en todo o en parte por otras formas de
penitencia, sobre todo por obras de caridad y prácticas de piedad.
San Marcos 2, 18-20 Los discípulos de Juan y los fariseos estaban de ayuno. Vinieron unos
y le preguntaron a Jesús:
- Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no?
Jesús les contestó:
- ¿Es que pueden ayunar los amigos del novio, mientras el novio está con ellos? Mientras
tienen al novio con ellos, no pueden ayunar. Llegará un día en que se lleven al novio;
aquel día sí que ayunarán.
Bendiciones, espero este artículo haya sido de ayuda para sus vidas espirituales.
Cadenas Espirituales ¿Son conformes a la Fe Católica?
Un ejemplo típico de este tipo de prácticas es el siguiente, tomado de una red
social, pero que igualmente puede recibirse por vía e-mail en powerpoint o en una
hoja impresa bajo la puerta, acompañados o no con imagenes de María o de algún
santo:
La imagen ha sido dividida en las 3 partes comunes a todas las expresiones de
este tipo:
1. un contenido aparentemente religioso, que invita a orar o que habla del poder
de Dios invitando a compartirlo reenviándolo a determinado número de personas.
2. un condicionamiento forzado que habla de una posible consecuencia negativa o
enfado de Dios por no seguir la cadena
3. Una resultado favorable por el reenvío o la promesa del cumplimieto de un
deseo, regularmente acompañada de un plazo para su cumplimiento por parte de
Dios.
Esto se reune todo en un mismo contenido supersticioso en principo y dañino
espiritualmente en contexto. La Iglesia Católica no aprueba este tipo de prácticas,
supersticiosas y además contrarias a la voluntad de Dios y a las Sagradas
Escrituras.
Básicamente todo se resume en 2 cosas: que a Dios no se le ponen plazos, ni
este responde a las exigencias de los hombres, desconocedores de sus planes
para con nosotros en su divina providencia y sabiduría.
Judit 8,11-13.15-17 Escúchenme, jefes de Betulia. No están bien las palabras que
han pronunciado delante del pueblo, cuando incluso han jurado ante Dios que
entregarían la ciudad a nuestros enemigos si en el plazo convenido el Señor no
les enviaba socorro. ¿Quiénes son ustedes para poner a Dios a prueba? Ese no
es el medio para atraer su misericordia; más bien sirve para provocar su ira. Si no
quiere socorrernos en el plazo de cinco días, tiene poder para salvarnos en
cualquier otro momento, como lo tiene para destruirnos en presencia de nuestros
enemigos. Pero ustedes no exijan garantías a los designios del Señor, nuestro
Dios, porque Dios no se somete a las amenazas como un hombre, ni se le impone
decisión alguna, como a hijos de hombres. Más bien pidámosle que nos socorra
mientras esperamos confiadamente que nos salve, y él escuchará nuestras
súplicas, si le agrada hacerlo.
Hechos 1,7 Jesús les dijo: No os corresponde a vosotros saber los tiempos ni las
épocas que el Padre ha fijado con su propia autoridad;
Es natural que dentro de nuestra oración personal pidamos por toda clase de
bienestar corporal y espiritual, pero la oración según la metodología de las
cadenas siempre sugiere que se haga de manera infalible la voluntad de los
hombres deseando conseguir lo anhelado, de una manera eficaz y fácil, sin tratar
de hacer la voluntad de Dios en el ejercicio de un discipulado activo.
Además del lenguaje de condicionamiento y de la asignación arbitraria de un
número de destinatarios de un mensaje, el asunto de la amenaza por la no
realización de una práctica intrascendente es inaceptable, pues sugiere sea tenido
un temor a Dios, que no nace del amor ni del deseo de agradarle, sino uno
infundado por solicitudes no hechas por Él sino hechas por hombres, que
pretenden hablar en su nombre, pero que viven en desconocimiento absoluto de
su misericordia y providencia.
No sigamos entonces estas cadenas, pues no son conformes a la fe que hemos
recibido de Cristo.
Sigamos mejor en una vida de discipulado, en obediencia a los mandamientos, en
fe, oración y en especial en el amor al prójimo.
Viniste buscando sobre las llamadas "Ataduras" o "Cadenas
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Cielo (Catequesis de Juan Pablo II)
AUDIENCIA
Miércoles 21 de Julio 1999
El «cielo» como plenitud de intimidad con Dios
1 . Cuando haya pasado la figura de este mundo, los que hayan acogido a Dios en
su vida y se hayan abierto sinceramente a su amor, por lo menos en el momento
de la muerte, podrán gozar de la plenitud de comunión con Dios, que constituye la
meta de la existencia humana.
Como enseña el Catecismo de la Iglesia católica, «esta vida perfecta con la
santísima Trinidad, esta comunión de vida y de amor con ella, con la Virgen María,
los ángeles y todos los bienaventurados se llama "el cielo". El cielo es el fin último
y la realización de las aspiraciones mas profundas del hombre, el estado supremo
y definitivo de dicha» (n. 1024).
Hoy queremos tratar de comprender el sentido bíblico del «cielo», para poder
entender mejor la realidad a la que remite esa expresión.
2. En el lenguaje bíblico el «cielo», cuando va unido a la «tierra», indica una parte
del universo. A propósito de la creación, la Escritura dice: «En un principio creo
Dios el cielo y la tierra» (Gn 1, 1).
En sentido metafórico, el cielo se entiende como morada de Dios, que en. eso se
distingue de los hombres (cf. Sal, 104, 2 s; 115, 16; Is 66, l). Dios, desde lo alto del
cielo, ve y juzga (cf. Sal 113, 4-9) y baja cuando se le invoca (cf. Sal 18, 7. 10;
144, 5). Sin embargo, la metáfora bíblica da a entender que Dios ni se identifica
con el cielo ni puede ser encerrado en el cielo (cf. 1R 8, 27); y eso es verdad, a
pesar de que en algunos pasajes del primer libro de los Macabeos «el cielo» es
simplemente un nombre de Dios (cf. 1M 3, 18. 19. 50. 60; 4, 24. 55). A la
representación del cielo como morada trascendente del Dios vivo, se añade la de
lugar al que también los creyentes pueden, por gracia, subir, como muestran en el
Antiguo Testamento las historias de Enoc (cf. Gn 5, 24) y Elías (cf. 2R 2, 11). Así,
el cielo resulta figura de la vida en Dios. En este sentido, Jesús habla de
«recompensa en los cielos» (Mt 5, 12) y exhorta a «amontonar tesoros en el cielo»
(Mt 6, 20; cf. 19, 21).
3. El Nuevo Testamento profundiza la idea del cielo también en relación con el
misterio de Cristo. Para indicar qué el sacrificio del Redentor asume valor perfecto
y definitivo, la carta a los Hebreos afirma que Jesús «penetró los cielos» (Hb 4, 14)
y «no penetró en un santuario hecho por mano de hombre, en una reproducción
del verdadero, sino en el mismo cielo» (Hb 9, 24). Luego, los creyentes, en cuanto
amados de modo especial por el Padre, son resucitados con Cristo y hechos
ciudadanos del cielo.
Vale la pena escuchar lo que a este respecto nos dice el apóstol Pablo en un texto
de gran intensidad: «Dios, rico en misericordia, por el grande amor con que nos
amó, estando muertos a causa de nuestros pecados, nos vivificó juntamente con
Cristo —por gracia habéis sido salvados— y con él nos resucitó y nos hizo sentar
en los cielos en Cristo Jesús, a fin de mostrar en los siglos venideros la
sobreabundante riqueza de su gracia, por su bondad para con nosotros en Cristo
Jesús» (Ef 2, 4-7). Las criaturas experimentan la paternidad de Dios, rico en
misericordia, a través del amor del Hijo de Dios, crucificado y resucitado, el cual,
como Señor, está sentado en los cielos a la derecha del Padre.
4. Así pues, la participación en la completa intimidad con el Padre, después del
recorrido de nuestra vida terrena, pasa por la inserción en el misterio pascual de
Cristo. San Pablo subraya con una imagen espacial muy intensa este caminar
nuestro hacia Cristo en los cielos al final de los tiempos: «Después nosotros, los
que vivamos, los que quedemos, seremos arrebatados en nubes, junto con ellos
(los muertos resucitados), al encuentro del Señor en los aires. Y así estaremos
siempre con el Señor. Consolados, pues, mutuamente con estas palabras» (1Ts 4,
17-18).
En el marco de la Revelación sabemos que el «cielo» o la «bienaventuranza» en
la que nos encontraremos no es una abstracción, ni tampoco un lugar físico entre
las nubes, sino una relación viva y personal con la santísima Trinidad. Es el
encuentro con el Padre, que se realiza en Cristo resucitado gracias a la comunión
del Espíritu Santo.
Es preciso mantener siempre cierta. sobriedad al describir estas realidades
últimas, ya que su representación resulta siempre inadecuada. Hoy el lenguaje
personalista logra reflejar de una forma menos impropia la situación de felicidad y
paz en que nos situará la comunión definitiva con Dios.
El Catecismo de la Iglesia católica sintetiza la enseñanza eclesial sobre esta
verdad afirmando que, «por su muerte y su resurrección, Jesucristo nos ha
abierto» el cielo. La vida de los bienaventurados consiste en la plena posesión de
los frutos de la redención realizada por Cristo, que asocia a su glorificación
celestial a quienes han creído en él y han permanecido fieles a su voluntad. El
cielo es la comunidad bienaventurada de todos los que están perfectamente
incorporados a él» (n. 1026).
5. Con todo, esta situación final se puede anticipar de alguna manera hoy, ,tanto
en la vida sacramental, cuyo centro es la Eucaristía, como en el don de sí mismo
mediante la caridad fraterna. Si sabemos gozar ordenadamente de los bienes que
el Señor nos regala cada día, experimentaremos ya la alegría y la paz de que un
día gozaremos plenamente. Sabemos que en esta fase terrena todo tiene límite;
sin embargo, el pensamiento de las realidades últimas nos ayuda a vivir bien las
realidades penúltimas. Somos conscientes de que mientras caminamos en este
mundo estamos llamados a buscar «las cosas de arriba, donde está Cristo
sentado a la diestra de Dios» (Col 3, 1), para estar con él en el cumplimiento
escatológico, cuando en el Espíritu él reconcilie totalmente con el Padre «lo que
hay en la tierra y en los cielos» (Col 1, 20).
PURGATORIO. Según Catequesis de S.S Juan Pablo II
AUDIENCIA
Miércoles 4 de Agosto 1999
El purgatorio: purificación necesaria para el encuentro con Dios
1. Como hemos visto en las dos catequesis anteriores, (El Cielo y el El Infierno) a
partir de la opción definitiva por Dios o contra Dios, el hombre se encuentra ante
una alternativa: o vive con el Señor en la bienaventuranza eterna, o permanece
alejado de su presencia.
Para cuantos se encuentran en la condición de apertura a Dios, pero de un modo
imperfecto, el camino hacia la bienaventuranza plena requiere una purificación,
que la fe de la Iglesia ilustra mediante la doctrina del «purgatorio» (cf. Catecismo
de la Iglesia católica, nn. 1030-1032).
2. En la sagrada Escritura se pueden captar algunos elementos que ayudan a
comprender el sentido de esta doctrina, aunque no esté enunciada de modo
explícito. Expresan la convicción de que no se puede acceder a Dios sin pasar a
través de algún tipo de purificación.
Según la legislación religiosa del Antiguo Testamento, lo que está destinado a
Dios debe ser perfecto. En consecuencia, también la integridad física es
particularmente exigida para las realidades que entran en contacto con Dios en el
plano sacrificial, como, por ejemplo, los animales para inmolar (cf. Lv 22, 22), o en
el institucional, como en el caso de los sacerdotes, ministros del culto (cf. Lv 21,
17-23). A esta integridad física debe corresponder una entrega total, tanto de las
personas como de la colectividad (cf. 1 R 8, 61), al Dios de la alianza de acuerdo
con las grandes enseñanzas del Deuteronomio (cf. Dt 6, 5). Se trata de amar a
Dios con todo el ser, con pureza de corazón y con el testimonio de las obras
(cf. Dt 10, 12 s).
La exigencia de integridad se impone evidentemente después de la muerte, para
entrar en la comunión perfecta y definitiva con Dios. Quien no tiene esta integridad
debe pasar por la purificación. Un texto de san Pablo lo sugiere. El Apóstol habla
del valor de la obra de cada uno, que se revelará el día del juicio, y dice: «Aquel,
cuya obra, construida sobre el cimiento (Cristo), resista, recibirá la recompensa.
Mas aquel, cuya obra quede abrasada, sufrirá el daño. Él, no obstante, quedará a
salvo, pero como quien pasa a través del fuego» (1 Co 3, 14-15).
3. Para alcanzar un estado de integridad perfecta es necesaria, a veces, la
intercesión o la mediación de una persona. Por ejemplo, Moisés obtiene el perdón
del pueblo con una súplica, en la que evoca la obrasalvífica realizada por Dios en
el pasado e invoca su fidelidad al juramento hecho a los padres (cf. Ex 32, 30 y vv.
11-13). La figura del Siervo del Señor, delineada por el libro de Isaías, se
caracteriza también por su función de interceder y expiar en favor de muchos; al
término de sus sufrimientos, él «verá la luz» y «justificará a muchos», cargando
con sus culpas (cf. Is 52, 13-53, 12, especialmente 53, 11).
El Salmo 51 puede considerarse, desde la visión del Antiguo Testamento, una
síntesis del proceso dereintegración: el pecador confiesa y reconoce la propia
culpa (v. 6), y pide insistentemente ser purificado o «lavado» (vv. 4. 9. 12 y 16),
para poder proclamar la alabanza divina (v. 17).
4. El Nuevo Testamento presenta a Cristo como el intercesor, que desempeña las
funciones del sumo sacerdote el día de la expiación (cf. Hb 5, 7; 7, 25). Pero en él
el sacerdocio presenta una configuraciónnueva y definitiva. Él entra una sola vez
en el santuario celestial para interceder ante Dios en favor nuestro (cf. Hb 9, 2326, especialmente el v.€ 4). Es Sacerdote y, al mismo tiempo, «víctima
depropiciación» por los pecados de todo el mundo (cf. 1 Jn 2, 2).
Jesús, como el gran intercesor que expía por nosotros, se revelará plenamente al
final de nuestra vida, cuando se manifieste con el ofrecimiento de misericordia,
pero también con el juicio inevitable para quien rechaza el amor y el perdón del
Padre.
El ofrecimiento de misericordia no excluye el deber de presentarnos puros e
íntegros ante Dios, ricos de esa caridad que Pablo llama «vínculo de la
perfección» (Col 3, 14).
5. Durante nuestra vida terrena, siguiendo la exhortación evangélica a ser
perfectos como el Padre celestial (cf. Mt 5, 48), estamos llamados a crecer en el
amor, para hallarnos firmes e irreprensibles en presencia de Dios Padre, en el
momento de «la venida de nuestro Señor Jesucristo, con todos sus santos»
(1 Ts 3, 12 s). Por otra parte, estamos invitados a «purificarnos de toda mancha de
la carne y del espíritu» (2 Co 7, 1; cf. 1 Jn 3, 3), porque el encuentro con Dios
requiere una pureza absoluta.
Hay que eliminar todo vestigio de apego al mal y corregir toda imperfección del
alma. La purificación debe ser completa, y precisamente esto es lo que enseña la
doctrina de la Iglesia sobre el purgatorio. Este término no indica un lugar, sino una
condición de vida. Quienes después de la muerte viven en un estado
de purificación ya están en el amor de Cristo, que los libera de los residuos de
la imperfección (cf. concilio ecuménico de
Florencia, Decretum pro Graecis: Denzinger-Schönmetzer, 1304; concilio
ecuménico deTrento, Decretum de iustificatione y Decretum de purgatorio: ib.,
1580 y 1820).
Hay que precisar que el estado de purificación no es una prolongación de la
situación terrena, como si después de la muerte se diera una ulterior posibilidad de
cambiar el propio destino. La enseñanza de la Iglesia a este propósito es
inequívoca, y ha sido reafirmada por el concilio Vaticano II, que enseña: «Como no
sabemos ni el día ni la hora, es necesario, según el consejo del Señor,
estar continuamente en vela. Así, terminada la única carrera que es nuestra vida
en la tierra (cf. Hb 9, 27), mereceremos entrar con él en la boda y ser contados
entre los santos y no nos mandarán ir, como siervos malos y perezosos al fuego
eterno, a las tinieblas exteriores, donde ixhabrá llanto y rechinar de dientesle (Mt
22, 13 y 25, 30)» (Lumen gentium, 48).
6. Hay que proponer hoy de nuevo un último aspecto importante, que la tradición
de la Iglesia siempre ha puesto de relieve: la dimensión comunitaria. En efecto,
quienes se encuentran en la condición de purificación están unidos tanto a los
bienaventurados, que ya gozan plenamente de la vida eterna, como a nosotros,
que caminamos en este mundo hacia la casa del Padre (cf. Catecismo de la
Iglesia católica, n. 1032).
Así como en la vida terrena los creyentes están unidos entre sí en el único Cuerpo
místico, así también después de la muerte los que viven en estado de purificación
experimentan la misma solidaridad eclesial que actúa en la oración, en los
sufragios y en la caridad de los demás hermanos en la fe. La purificación se
realiza en el vínculo esencial que se crea entre quienes viven la vida del tiempo
presente y quienes ya gozan de la bienaventuranza eterna.
Infierno (Catequesis de Juan Pablo II)
AUDIENCIA
Miércoles 28 de Julio 1999
El infierno como rechazo definitivo de Dios
1. Dios es Padre infinitamente bueno y misericordioso. Pero, por desgracia, el
hombre, llamado a responderle en la libertad, puede elegir rechazar
definitivamente su amor y su perdón, renunciando así para siempre a la comunión
gozosa con él. Precisamente esta trágica situación es lo que señala la doctrina
cristiana cuando habla de condenación o infierno. No se trata de un castigo de
Dios infligido desde el exterior, sino del desarrollo de premisas ya puestas por el
hombre en esta vida. La misma dimensión de infelicidad que conlleva esta oscura
condición puede intuirse, en cierto modo, a la luz de algunas experiencias
nuestras terribles, que convierten la vida, como se suele decir, en «un infierno».
Con todo, en sentido teológico, el infierno es algo muy diferente: es la última
consecuencia del pecado mismo, que se vuelve contra quien lo ha cometido. Es la
situación en que se sitúa definitivamente quien rechaza la misericordia del Padre
incluso en el último instante de su vida.
2. Para describir esta realidad, a sagrada Escritura utiliza un lenguaje simbólico,
que se precisará progresivamente. En el Antiguo Testamento, la condición de los
muertos no estaba aún plenamente iluminada por la Revelación. En efecto, por lo
general, se pensaba que los muertos se reunían en el sheol, un lugar de tinieblas
(cf. Ez 28, 8; 31, 14; Jb 10, 21 ss; 38, 17; Sal 30, 10; 88, 7. 13), una fosa de la que
no se puede salir (cf. Jb 7, 9), un lugar en el que no es posible dar gloria a Dios
(cf. Is 38, 18; Sal 6, 6).
El Nuevo Testamento proyecta nueva luz sobre la condición de los muertos, sobre
todo anunciando que Cristo, con su resurrección, ha vencido la muerte y ha
extendido su poder liberador también en el reino de los muertos.
Sin embargo, la redención sigue siendo un ofrecimiento de salvación que
corresponde al hombre acoger con libertad. Por eso, cada uno será juzgado «de
acuerdo con sus obras» (Ap 20, 13). Recurriendo a imágenes, el Nuevo
Testamento presenta el lugar destinado a los obradores de iniquidad como un
horno ardiente, donde «será el llanto y el rechinar de dientes» (Mt 13, 42; cf. 25,
30. 41) o como la gehenna de «fuego que no se apaga» (Mc 9, 43). Todo ello es
expresado, con forma de narración, en la parábola del rico epulón, en la que se
precisa que el infierno es el lugar de pena definitiva, sin posibilidad de retorno o de
mitigación del dolor (cf. Le 16, 19-31).
También el Apocalipsis representa plásticamente en un «lago de fuego» a los que
no se hallan inscritos en el Ebro de la vida, yendo así al encuentro de una
«segunda muerte» (Ap 20, 13 ss). Por consiguiente, quienes se obstinan en no
abrirse al Evangelio, se predisponen a «una ruina eterna, alejados de la presencia
del Señor y de la gloria de su poder» (2 Ts 1,9).
3. Las imágenes con las que la sagrada Escritura nos presenta el infierno deben
interpretarse correctamente. Expresan la completa frustración y vaciedad de una
vida sin Dios. El infierno, más que un lugar, indica la situación en que llega a
encontrarse quien libre y definitivamente se aleja de Dios, manantial de vida y
alegría. Así resume los datos de, la fe sobre este tema el Catecismo de la Iglesia
católica: «Morir en pecado mortal sin estar arrepentidos ni acoger el amor
misericordioso de Dios, significa permanecer separados de él para siempre por
nuestra propia y libre elección. Este estado de autoexclusión definitiva de la
comunión con Dios y con los bienaventurados es lo que se designa con la palabra
infierno» (n. 1033).
Por eso, la «condenación» no se ha de atribuir a la iniciativa de Dios, dado que en
su amor misericordioso él no puede querer sino la salvación de los seres que ha
creado. En realidad, es la criatura la que se cierra a su amor. La «condenación»
consiste precisamente en que el hombre se aleja definitivamente de Dios, por
elección libre y confirmada con la muerte, que sella para siempre esa opción. La
sentencia de Dios ratifica ese estado.
4. La fe cristiana enseña que, en el riesgo del «sí» y del «no» que caracteriza la
libertad de las criaturas, alguien ha dicho ya «o». Se trata de las criaturas
espirituales que se rebelaron contra el amor de Dios y a las que se llama
demonios (cf. concilio IV de Letrán: DS 800-801). Para nosotros, los seres
humanos, esa historia resuena como una advertencia: nos exhorta continuamente
a evitar la tragedia en la que desemboca el pecado y a vivir nuestra vida según el
modelo de Jesús, que siempre dijo «sí» a Dios.
La condenación sigue siendo una posibilidad real, pero no nos es dado conocer,
sin especial revelación divina, si los seres humanos, y cuáles, han quedado
implicados efectivamente en ella. El pensamiento del infierno —y mucho menos la
utilización impropia de las imágenes bíblicas— no debe crear psicosis o angustia;
pero representa una exhortación necesaria y saludable a la libertad, dentro del
anuncio de que Jesús resucitado ha vencido a Satanás, dándonos el Espíritu de
Dios, que nos hace invocar «Abbá, Padre» (Rm 8, 15; Ga 4, 6).
Esta perspectiva, llena de esperanza, prevalece en el anuncio cristiano. Se refleja
eficazmente en la tradición litúrgica de la Iglesia, como lo atestiguan, por ejemplo,
las palabras del Canon Romano: «Acepta, Señor, en tu bondad, esta ofrenda de
tus siervos y de toda tu familia santa ( ... ), líbranos de la condenación eterna y
cuéntanos entre tus elegidos».
PURGATORIO. Citas Bíblicas
La oración por los difuntos es un acto piadoso que acompaña a la Iglesia desde
sus inicios. Lo conocemos por la Sagrada Tradición y la misma arqueología que
muestra oraciones de requiem escritas en los muros de las catacumbas por los
que perecieran en ellas.
Esto pone a pensar en las razones de tal oración conocida desde los apóstoles y
para quienes estaría dirigida. Si alguien se encontrara en la compañia del Señor
no necesita de tal oración y quien se hubiese condenado no le aprovecha. Por
quiénes dirigían entonces sus oraciones los primeros cristianos sabidos fieles al
obispo al punto muchas veces de llegar al martirio por Jesucristo? Ellos
evidentemente sabían de un momento previo a la gloria que vivirían aquellos que,
salvos en Cristo, tendrían que pasar para llegar a la presencia del Señor.
Aunque el Señor y sus discípulos no nos hablan de tal situación con la palabra
"purgatorio", sí nos presentan claramente el concepto de una purificación o pena
temporal por el pecado que no es de muerte y la obra imperfecta. Ese momento,
de tiempo inmesurable que precede al Cielo para los salvos, es al que la Iglesia le
ha dado el nombre de "purgatorio" con la intención de clarificar y hablar con
simpleza de un concepto que es real. El purgatorio se formula entonces como
doctrina de fe en los Concilios de Florencia (DS 1304) y se reafirma en el de
Trento (DS 1820; 1580), aunque su conocimiento se tuviera desde siempre.
Tal situación es también tácitamente aceptada (sin el término) por Iglesias
Ortodoxas separadas de católica romana desde el Siglo IV que a la fecha ofrecen
oraciones por los difuntos.
El problema de los negacionistas en general responde, más allá de la soberbia, a
vacíos teológicos mayores como los falsos presupuestos de la "Fe Sola sin Obras"
o de la "gracia invencible". También se fundamentan en falsas ideas
preconcebidas y repetidas que no responden al pensar de la Iglesia como el hecho
de llegar a pensar que el purgatorio es un segundo chance de salvación.
Y para ello el catecismo que lo aclara:
Los que mueren en gracia y amistad de Dios pero no perfectamente
purificados, sufren después de su muerte una purificación, para obtener la
completa hermosura de su alma (Catecismo 1030)
Analizando las siguientes citas a conciencia y de manera reflexiva es posible
develar el purgatorio como una situación escatológica real que afronta el alma, por
cuanto hablad de un CASTIGO LIMITADO, previo a la gloria, pero con certeza de
la misma, para aquellos que han encontrado la muerte encontrándose en una
situación de deuda con el Señor, palabras más palabras menos, con pecados
veniales y faltas a la caridad más no en pecado mortal:
"Obra sometida al fuego, pero su autor se salvara como el que escapa del fuego."
(♦ 1 Cor 3, 14-15)
"Y enfurecido su señor, lo entregó a los verdugos HASTA QUE pagara todo lo que
le debía. Así también mi Padre celestial hará con vosotros, si no perdonáis de
corazón cada uno a su hermano."
(♦ Mateo 18, 34-55)
“Aquel siervo que, conociendo la voluntad de su señor, no ha preparado nada ni
ha obrado conforme a su voluntad, recibirá MUCHOS AZOTES; el que no la
conoce y hace cosas dignas de azotes, RECIBIRÁ POCOS; a quien se le dio
mucho, se le reclamará mucho; y a quien se confió mucho, se le pedirá más.”
(♦ Lucas 12,47-48)
“Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo
ANTE EL TRIBUNAL; pero el que llame a su hermano "imbécil", será reo ANTE EL
SANEDRÍN; y el que le llame "renegado", será reo de la gehenna de fuego.”
(♦ Mateo 5,22)
"Te aseguro que no saldrás de allí HASTA QUE hayas pagado el ultimo centavo."
(♦ Lucas 12, 58-59)
“Ponte enseguida a buenas con tu adversario mientras vas con él por el camino;
no sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te metan en la
cárcel. Yo te aseguro: no saldrás de allí HASTA QUÉ no hayas pagado el último
céntimo.”
(♦ Mateo 5,25-26)
Y a cualquiera que dijere palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado;
pero a cualquiera que hablare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, NI
EN ESTE mundo, NI EN EL VENIDERO.
(♦ Mateo 12,32)
Y el mar entregó los muertos que estaban en él, y la Muerte y el Hades entregaron
a los muertos que estaban en ellos; y fueron juzgados, cada uno según sus obras.
(♦ Apocalipsis 20:13 )
-------------------------------------------------Hay beneficio de la oración en este estado como se puede entender de la lectura
del libro deuterócanónico de ♦ 2 Macabeos 12,44-45, que plasma un hábito común
de los antiguos judíos y que sigue vigente a la fecha en su tradición, que es orar
por sus difuntos.
El Purgatorio existe; es un estado de misericordia divina para quienes no han
caminado en vida lo suficiente en el camino de la santidad y que son salvos en
Cristo, pero con una obra imperfecta necesaria de ser purificada (allá no van
condenados, ni es una segunda oportunidad, ni nadie sale de allá para el infierno).
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