Subido por Dogapus

Una cartita para niní

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24 nov. 2022 1:23 a. m.
Veo gente ir y venir, salir deprisa al trabajo,
llegar exhaustos de las clases, vivir una vida
apresurada. Y ningún error cometen en tener
una vida escrita: A todos nos toca vivir lo que
nos tocó.
Cuánto extraño tener una vida
completamente determinada. Con trabajos
que terminar para tal día, con tiempos
ocupados a tales horas, con reuniones que
poco enseñan en algún cubículo, con viajes
entre la multitud de la noche, con horas de
comer en las que nunca llego a dejar el plato
limpio, en fin, con la vida de quien poco a
poco, comienza a hacerce adulto. Querida,
Carolina: ¿Seré el único que se rehusa a tales
demandas y desea quedarse a jugar un rato
más?
Si a todos nos tocó una vida, a la mía no
podré oponerme. Tú que me conoces, ¿No es
mi vida, sin presiones ni esfuerzos
extenuantes, una vida de ir tras de los que
salen cada día con un fin determinado? ¿No
es mi ambición ver cómo es feliz el resto? Y
es que me hace el doblemente feliz verles
sonreír. Pero me apena los momentos donde
no se nada de nadie, donde me hallo solo:
¡Un hola! ¡Un sigues ahí! ¡Un hasta luego!
Cuán dichoso soy de admirar las acciones
del día de un ser humano, y que me las
cuente. Es una pena la falta de tiempo que
tengan para si quiera, contarme sin muchos
detalles, lo que acontece ante sus ojos. Sin
embargo, es precisamente esa la razón por la
que estoy tan intrigado y deseo quedarme
ahí: ¿No es la vida que me tocó una en la cual
debo sufrir pena y nostalgia para al fin, ante
las estrellas, recibir un señal de vida, de que
alguien me escucha por las noches?
¿No has pensado, algunas veces, que lo que
hemos vivido juntos ha sido una tontería de
jóvenes? ¡Ah! Cuánto hecho de menos esos
días en los que llegaba cansado después de
pasar todo el día en el mar, y sin ningún
interés mas que el de pasarla bien esa tarde,
te escribía...
¡Cuán felices somos los hombres cuando el
futuro es difuso, y por ende, no tiene
importancia!
Quise en algún momento, un corazón, y no se
si fue por la fuerza o mediante palabras
bonitas, que lo obtuve; los días pasaron, y
una tarde, tuve que dejarlo ir; mas ahora,
¿Qué le depara a ese corazón?
Es una curiosidad de una de mis tantas
noches de nostalgia: ¿Qué harás hoy con tu
amor, Carolina?
Quisiera poder jalar una banca, sentarme con
la mirada más simple y emocionada, como
quien mira a un gato intentando cazar una
pequeña paloma, y con la brisa del mediodía,
apreciar lo que harás.
Quizá te suene familiar todo esto, pero sino
es por el libro del que últimamente hablamos,
es porque desde que nos conocemos, suelo
escribirte mientras duermes, y no de la
manera en la que mayormente soy en el día.
En las noches como estas, soy el mismo que
escribía "esas" palabras, hace un año, en una
red social. Recuerdo esa frase que escribiste
en mi muro...
El sueño me mata, mañana hay trabajo que
hacer. Te escribiré pronto, y no hablo de la
persona con quien hablas de día, sino que la
próxima vez que te escriba y despiertes,
sabrás que seré este "yo" el que te escribe.
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