2º GRADO CIENCIAS DE LA ACTIVIDAD FÍSICA Y EL DEPORTE (2022/2023) NATURE vs NURTURE Actividad Aula 2 - Comentario Crítico "Nature vs. Nurture" en Desarrollo Motor– DESARROLLO DE HABILIDADES MOTRICES Prof: Antonio Luque Casado Alumno/a: JIMENA GARCÍA PÉREZ Fecha de entrega: 11/11/2022 FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS INTRODUCCIÓN Desde hace varios años, es frecuente el debate en torno a las influencias del ambiente y la genética en el desarrollo motor del individuo. Hay autores que respaldan que es la genética la principal responsable de los cambios en cuanto a los patrones de movimiento. Por el contrario, otros respaldan la influencia del ambiente, que puede alterar, acelerar o frenar este desarrollo. Así mismo, se han desarrollado diferentes estudios que intentan demostrar una u otra postura. CONCEPTUALIZACIÓN El término “Nature” o naturaleza se refiere a la información hereditaria recibida de los padres en el momento de la concepción, que es la responsable de que el cuerpo y afecta nuestras características y habilidades. Por otro lado, “Nurture” o crianza se refiere a las fuerzas ambientales del mundo físico y social que encontramos en nuestros hogares, vecindarios, escuelas y comunidades. Es decir, a los factores ambientales que influyen en el desarrollo motriz, como son el contexto socio-económico, contexto cultural, familia, grupo de amigos, recursos materiales… Las capacidades motoras se definen como actividades o tareas que requieren movimiento voluntario para lograr un objetivo específico. Este concepto se relaciona con la perspectiva de la crianza (Nurture). Mientras que la habilidad motora es un rasgo o capacidad estable que es determinante de cara al potencial individual de una persona para realizar una habilidad específica. Se piensa que las habilidades están determinadas genéticamente y que no son modificadas por la experiencia, en rasgos generales. Esta es la perspectiva de la naturaleza (Nature). ANÁLISIS CRÍTICO a. Explica y analiza cada una de las 3 investigaciones que se abordan durante el recurso didáctico 1. ¿Qué indican los resultados de cada estudio? ¿Apoyan la noción de que los comportamientos observados provienen de herencia genética o de influencia del entorno/ambiente? Justifica tu respuesta en cada caso ▪ Estudio 1 - Meltzoff & Moore: Imitación de gestos faciales y manuales por humanos neonatos. Fue un innovador artículo publicado por “Science” en 1977. El experimento demostró que bebés entre 12 y 21 días de edad pueden imitar gestos faciales y manuales que veían en adultos. Estos comportamientos no pueden explicarse en términos de condicionamiento o aprendizaje; pero tampoco en términos de mecanismos innatos. Al analizar los resultados, los investigadores encontraron que no todos los neonatos eran capaces de imitar los gestos faciales de los adultos. Con este estudio, se podría interpretar que la imitación facial, un comportamiento complejo, tiene un componente genético. Se muestra en el estudio una conexión intrínseca entre los actos observados y ejecutados; por tanto, podría deducirse que la ejecución de actos que observamos está acoplada de forma innata. La capacidad de imitación ha sido un concepto ampliamente estudiado en muchos ámbitos como la Psicología del Desarrollo, destacando su aspecto social y su función para establecer las primeras conexiones interpersonales entre el bebé y sus congéneres. Los sujetos de este estudio eran neonatos, por lo que, según lo visto en clase, se encontrarían la fase de movimientos reflejos, y dentro de esta en la etapa de recopilación de información. En esta etapa, el movimiento neonatal está controlado por los centros cerebrales inferiores. Por tanto, los movimientos reflejos serán el medio principal para recopilar información sobre lo que nos rodea y encontrar protección. De esta forma, la imitación de gestos por parte de los bebés podría ser debida a esa necesidad de encontrar protección y conocer el entorno. Los neonatos ven a los adultos como iguales, lo que les lleva a imitarlos. ▪ Estudio 2 - McGraw: El curioso caso de los gemelos Johnny y Jimmy. En 1939, McGraw desarrolló otro estudio acerca de este debate. En el experimento, se comparó la aparición de las diferentes fases motoras en gemelos. Ambos estaban en el mismo entorno, en la misma guardería. Uno de ellos, Johnny, fue entrenado; mientras que el otro gemelo, Jimmy, no lo fue. En un principio, se encontró que a las 57 semanas no hubo diferencias destacadas en el proceso de caminar. Sin embargo, la diferencia en cuanto a la coordinación neuromuscular se acentuó a los cinco años, cuando se pidió a los niños que caminasen a lo largo de una mesa, una condición más inusual. El estudio demostró que ambos gemelos alcanzaron los hitos de desarrollo motriz aproximadamente a la misma edad. Sin embargo, la calidad de los movimientos era muy diferente. Johnny (el gemelo entrenado) manifestó mayor libertad de movimiento; por el contrario, Jimmy fue más cauteloso. Posteriormente, esta diferencia se hizo evidente en los andares de los niños. Este estudio vuelve a plantear la cuestión central del debate “Nature vs Nurture”, pues ambos gemelos son genéticamente iguales. En este caso, se observa que en las primeras etapas, que corresponden con la fase de movimientos reflejos y la fase de movimientos rudimentarios, no hay diferencias claras independientemente de si los niños son o no entrenados (es decir, en función del ambiente). Por tanto, en estas primeras etapas vitales, tienen mayor influencia la genética y la maduración. A medida que vamos desarrollándonos, va tomando importancia el entorno o experiencia, como es el caso de la etapa de pre-control (entre 1- 2 años). A los cinco años ya se vieron diferencias en cuanto a la coordinación neuromuscular entre ambos gemelos. Esta edad corresponde a la fase de movimientos fundamentales (en concreto a la etapa emergente), donde los niños ya participan de forma activa para explorar su potencial de movimiento. En esta etapa cobran especial relevancia el entorno y las condiciones de la tarea, por lo que las intervenciones que recibió Johnny le ayudaron a desarrollar las habilidades fundamentales del movimiento. En las etapas posteriores, la práctica y el entorno irán cobrando cada vez más importancia, y los movimientos del gemelo entrenado serán más eficaces y más adaptativos. Esto, a su vez, podría condicionar o inhibir el desarrollo en la fase posterior del movimiento especializado. Ya que si Jimmy se siente incompetente al realizar una tarea motriz, no se implicará en ella, y se formará un bucle que puede desembocar en bajos niveles de actividad física. ▪ Estudio 3 - Charles M. Super: Estudio de los efectos del ambiente/entorno de crianza sobre el desarrollo motor: el caso de la precocidad en niños africanos. Charles M. Super et al. estudiaron las prácticas de crianza de los niños en Kenia. M. Super estudió si los niños de la misma tribu, pero criados con diferentes prácticas culturales alcanzarían sus hitos de desarrollo motriz a la misma edad. Para ello, estudió a los niños de las aldeas de Kenia en entornos urbanos y rurales; y por otro lado a los niños de culturas occidentales. Plantearon las siguientes hipótesis: - Desde el punto de vista de la naturaleza (Nature): la herencia genética de Kenia debe predominar y no habrá diferencias entre zonas rurales y urbanas. -Desde el punto de vista de la crianza (Nurture): el entorno predominará y no habrá diferencias entre los kenianos de las zonas urbanas y los niños occidentales. Los resultados fueron los siguientes: -Los niños rurales se sentaban, se ponían de pie y caminaban de 4-6 semanas antes que sus contrapartes occidentales. -Los niños urbanos de Kenia se sentaban, se ponían de pie y caminaban 2-3 semanas antes que sus contrapartes occidentales, pero más tarde que los niños de la Kenia rural. En este estudio se encuentran datos que soportan ambas posturas. Por una parte, se vieron diferencias entre los niños de las zonas rurales y urbanas, teniendo un desarrollo más temprano aquellos de las zonas rurales, donde en teoría las demandas motrices son mayores. Por otra parte, también se vieron diferencias entre los niños kenianos que vivían en zona urbana y los occidentales; cuando supuestamente el entorno urbano era similar. Por tanto, hubo diferencias que corresponden a la genética. Considero que ambas partes influyen, y que, como se ha dicho anteriormente, a medida que el individuo se va desarrollando va teniendo más importancia el ambiente en detrimento de la genética. Sí es cierto que contamos con una base genética que nos hace tener una mayor o menor facilidad en la adquisición de habilidades motrices, pero esa predisposición se hará más notoria en fases posteriores de la evolución motriz, sobre todo en la fase de movimientos especializados. Considero también que los niños urbanos de Kenia no vivieron exactamente en el mismo ambiente que los niños occidentales, pues la cultura y la forma de vida es distinta, por lo que esto podría suponer una limitación del estudio. b. Explica a qué hace referencia la “Visión Epigenética” abordada en el recurso didáctico 2. ¿Cómo explica esta Visión Epigenética las diferencias individuales en comportamiento motor? La Visión Epigenética defiende que el desarrollo es el resultado de un intercambio bidireccional continuo entre la herencia y el medioambiente. Los individuos no somos únicamente el resultado de nuestros genes o de nuestro entorno, sino que ambos operan juntos para producir nuestra inteligencia, personalidad, características físicas y también las habilidades motrices. Esto se explica según la manera en que nuestros genes interactúan con el entorno. La expresión genética es un proceso mediante el cual la información que se encuentra en nuestros genes, como el ADN, se convierte en un producto genético funcional, como una proteína o ARN. Por tanto, aunque contemos con una serie de genes determinados, la forma en que estos se expresarán dependerá de nuestro entorno. Sin embargo, la medida en la que contribuyen uno u otro no es exacta, pues estas contribuciones no son aditivas. No es exacto decir que la expresión genética ocurre solo durante la concepción o el nacimiento, y que después de ello tenemos un legado genético inalterable. Además, la Visión Epigenética no se limita exclusivamente a la interacción de herencia y ambiente. Los niños también pueden desarrollarse a sí mismos al cambiar de ambiente, por lo que se resalta la capacidad individual de intentar evolucionar. CONCLUSIONES Como conclusión, puede que la pregunta correcta no sea: ¿Ambiente o genética? Considero que ambos factores influyen, y que es la interacción entre ellos la respuesta que más se ajusta al complejo proceso del desarrollo motor humano. La maduración está determinada genéticamente y resiste a influencias ambientales. La secuencia de aparición de las fases no varía, pero el ritmo sí que puede variar en función de los factores ambientales. Es decir, un niño siempre terminará caminando, pero el momento exacto en el que lo haga; o el nivel de eficacia con el que lo haga sí que pueden verse influidos por el ambiente. De acuerdo con el principio de interacción estudiado en clase, existe una influencia ambiental en la maduración neuroanatómica. La cuestión es en qué etapas tiene más peso una u otra. También se puede relacionar con el principio “De la filogénesis a la ontogénesis”: primero se desarrollan conductas filogenéticas (comunes a todos los individuos) en las que por tanto tiene mayor peso la herencia; y se van aprendiendo conductas ontogenéticas (propias del individuo), que variarán según los factores ambientales. Por último, la Visión Epigenética ofrece una explicación más amplia y acertada, ya que no se limita a uno de los dos factores, sino que acepta que ambos influyen de manera bidireccional. Además, especifica que no hay un porcentaje exacto para cada uno de ellos, sino que esto puede variar entre individuos. Tiene también relevancia la actitud del individuo en cuestión, puesto que somos capaces de modificar nuestro desarrollo, modificando nuestro entorno. Como conclusión, es importante destacar la labor de nosotros como profesionales de la actividad física, para intentar optimizar el proceso de desarrollo. Si bien habrá una parte que venga determinada genéticamente, nosotros podemos influir en las tareas motrices que proponemos; así como en la actitud de los individuos respecto a la actividad. Si conseguimos formar niños activos, con patrones motores adaptativos, estaremos consiguiendo a su vez que se sientan competentes realizando actividad física, y que por tanto no abandonen esta práctica a medida que crecen.