LA MINERÍA RESPONSABLE: ¿REALIDAD O MITO? Dr. Edgardo, Alarcón León. 28 agosto, 2009 La industria minera desde sus albores, hace aproximadamente 3000 años, ha legado problemas socioambientales difíciles de solucionar y está creando problemas que afectan la estabilidad y sustenabilidad de esa industria. La aplicación de algunos conceptos basicos en la extracción y uso de recursos, puden hacer que la actividad minera sea responsable y sostenida. De otra manera, la actividad minera responsable y sostenida seguirá siendo un mito. La industria minera desde sus albores, hace aproximadamente 3000 años, ha legado problemas socioambientales que en muchos casos son difíciles de solucionar. Clark y Cook Clark (2005) indican que en contraste a los procesos industriales de la minería actual, la actividad minera en tiempos previos a la revolución industrial solo era para recuperar mineral con alto-grado y para ello normalmente necesitaron reducidos procesos de excavación y procesamiento. Como tal, debido al exiguo nivel de perturbación y potencialmente la cantidad reducida de desechos mineros, los efectos ambientales y sociales fueron localizados, con menor significado y cuantía. Con el correr de los tiempos, especialmente con el devenir de la revolución industrial, se observo un salto cuantitativo del proceso extractivo de recursos minerales y con ello el impacto al ambiente natural (a través, por ejemplo, de pérdida de especies vegetal y animal y la contaminación del aire, aguas superficiales y subterráneas) o comunidades locales (a través, por ejemplo, de modificaciones culturales y/o relaciones sociales por la presencia de personal con diferentes modos de vida) se hizo mas notorio (Alarcón León, 2009, Miranda et al. 2005). Como respuesta a estas consecuencias, algunos gobiernos, organizaciones supranacionales, centros de investigación científica, y organizaciones no gubernamentales, han desarrollado cientos de estudios para definir si la industria minera es sostenible y si su rol dentro de la sociedad es positiva. Una de estas concepciones, el capítulo 4 de la Agenda 21, llama a los gobiernos a “promover la producción eficiente a través de la optimización del uso de recursos naturales y la reducción de los desechos”. Si bien la premisa implica una visión global sobre el uso de energía y recursos naturales, para la industria minera ello significa una mayor responsabilidad con el medio ambiente maximizando la preservación del hábitat, la interacción e inclusión con/de las comunidades influenciados por la actividad, el uso y adaptación de tecnología innovativa, la minimización de residuos mineros y la reutilización y reciclaje de materiales. Lamentablemente, envés de acción voluntaria como parte de todo un programa de planificación socioambiental, el uso y la aplicación de estas premisas solo se efectúan en cumplimiento a lineamientos elaborados por entes reguladores. Así por ejemplo, el Banco Mundial (2005) indica que el gobierno Peruano en respuesta al incremental proceso extractivo de recursos minerales y los conflictos de carácter socioambiental, adopto el Código del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales el año de 1990. Subsiguiente a ello, durante los años 90, para mitigar de una manera mas eficiente los crecientes conflictos socioambientales, el Gobierno Peruano; a) desarrolló un sistema institucional para armonizar responsabilidades institucionales y legislaciones ambientales, b) desarrolló normas ambientales sectoriales y c) definió estándares para el manejo de aguas, aire y suelos. La Comisión Nacional de Medio Ambiente (CONAM), en su calidad de autoridad ambiental nacional y órgano rector del Sistema Nacional de Gestión Ambiental (SNGA), fue la encargada de facilitar y concatenar el desarrollo y la implementación de estas y otras legislaciones puntuales. Según algunas opiniones (por ejemplo, Banco Mundial 2007, De la Puente 2005), la gama de legislaciones, aunque en forma no contundente, apuntalan conceptos básicos para que la industria minera desarrolle sus actividades en forma sostenida, considerando un buen manejo ambiental y alineado con una sonante práctica social-cultural. Sin embargo, debido a factores que principalmente lindan con economías inmediatistas y prácticas puramente extractivas, la responsabilidad socioambiental minera no es un factor determinante dentro de los procedimientos que regulan el proceso extractivo de recursos minerales. Es así que recientemente, debido a serios conflictos de carácter socioambiental, Beatriz Merino, la actual jefa de la Defensoría del Pueblo, indico “… que hace unos tres años que no había una institucionalidad ambiental…y que casi la mitad de los conflictos son socioambientales y derivan del temor a la contaminación provocada por industrias extractivas y especialmente mineras” (La Republica, Domingo 16 de Agosto 2009). Las observaciones obviamente indican que el Estado Peruano y la industria minera, como institución en si, no están tomando con seriedad y ecuanimidad el rol de la industria minera en el desarrollo integral del país. Ello es preocupante debido a que; 1) si el gobierno no invita al cumplimiento de las legislaciones establecidas, en largo-plazo, el Estado adquirirá una responsabilidad incrementada y las soluciones a los problemas socioambientales serán mas complejas y de alto costo, y 2) la minería al no desarrollar sus actividades de acuerdo a las regulaciones existentes, está creando problemas de carácter socioambiental que en largo-plazo solo afectara la estabilidad y sustenabilidad de la industria en conjunto y su rol dentro de la sociedad será incrementalmente mellada. Los problemas referidos no necesariamente son de exclusividad de los llamados países en desarrollo, como el Perú. Muchos países industrializados, ejemplo, Australia, Canadá, Estados Unidos, Nueva Zelanda, también tienen serios problemas debido al legado histórico de la actividad minera. En años recientes, para regular y remediar estos pasivos ambientales los gobiernos de dichos países ha implementado legislaciones modernas que engloban conceptos de sustentabilidad con uso prioritario de tecnologías modernas y sistemas avanzados de gestión ambiental y social. Por ejemplo, como parte de su desarrollo sostenido y la normatividad esencial para el buen manejo de su medio ambiente, Nueva Zelanda ha evolucionado sus legislaciones mediante un Acta de Administración de Recursos (Resource Management Act, 1991). Los resultados son positivos y evidentes. La legislación ha generado mayor responsabilidad ambiental y social de parte de las actividades extractivas mineras y no mineras. Lamentablemente, a pesar de toda esta implementación de políticas que afianzan conceptos de desarrollo sostenido y responsable, todavía no existe un sistema de estándares internacionales que regulen la actividad minera ni casos ejemplo en donde un sitio minero ha sido satisfactoriamente rehabilitado y cerrado. Sin embargo, debido a que la minería se ha convertido en el pilar de muchas economías nacionales como en el caso del Perú, los gobiernos han recientemente introducido una serie de legislaciones que tratan de modernizar la actividad económica de recursos minerales. Últimamente, el gobierno Peruano a través del Ministerio del Ambiente ha introducido la Política Nacional del Ambiente (MINAM 2009). Dentro del capitulo Minería y Energía, hay una serie de especificaciones que apuntan a promover, impulsar y mejorara buenas practicas en el manejo y desarrollo de la industria minera. Sin embargo, sin mezquinar el espíritu de estas políticas, el nuevo régimen no especifica sobre el establecimiento de vínculos firmes -bajo ley-entre los actores sociales(1) y la industria. La promoción de políticas de responsabilidad social no necesariamente implica que la industria tenga responsabilidad legal para no proseguir con sus actividades si es que no hay “mutuo acuerdo” con los actores sociales. Es decir, la protección de los intereses de las comunidades que viven en o alrededor del sitio influenciado, recae en el grado de responsabilidad que las compañías individuales y los responsables de los proyectos están dispuestos a adoptar. Las normas tampoco determinan como ley-la aplicación de probados conceptos y el uso y transferencia de tecnologías modernas durante los procesos de exploración, extracción, rehabilitación y cierre de los sitios mineros. Otro punto que es obviado es el de generar mayor concepto para promover la transformación de productos de minerales y de esa manera promover una mayor eco-eficiencia en el uso de minerales y sus derivados. Estos dos puntos son claves debido a que en largo-plazo estos determinan el grado de competitividad de la empresa y de los actores sociales con intereses en el desarrollo integral de la industria. La evaluación general de estos indicadores muestra la complejidad de las relaciones políticas, sociales, económicas y ambientales que se dan en torno a la actividad minera. Al mismo tiempo, el andamiaje de legislaciones implementadas muestra que la industria necesita radicalmente cambiar sus perspectivas de corto-a largo-plazo. En tiempos modernos y de globalización, la industria y los responsables de los proyectos están en la necesidad de elaborar y aplicar conceptos holísticos, basado en el diálogo social, el uso de metodologías y tecnologías de punta para un desarrollo sostenido de la actividad. Ello también implica, que los gobiernos tienen la obligación de reevaluar constantemente sus legislaciones para adaptarlos a tiempos modernos. La industria, de igual manera, a través de sus canales administrativos necesitan primeramente reconocer que; a) de acuerdo a su responsabilidad socioambiental la industria este preparado para afrontar potenciales problemas que puedan ocurrir durante todo el tiempo que la actividad dure, y (b) todo el plan de desarrollo de la actividad, incluyendo el plan de cierre de mina, están vinculadas a las expectaciones puestas por los actores sociales y el Estado (Alarcón León 2009, Clark y Cook Clark 2005) Todo este engranaje enfoca que; i) el respeto y apoyo al desarrollo sostenible de las comunidades localizadas en las áreas de influencia de sus operaciones, sean el eje central de la actividad minera, ii) las relaciones laborales y la prestación de servicios básicos incluyendo políticas de salud, y educación sean estratégicos para el desarrollo de la industria, iii) el desarrollo de la industria contribuya con el crecimiento económico, técnico-científico, social y cultural de los actores sociales con interés en la actividad minera y iv) la industria en beneficio de incrementar su grado de competitividad y disminuir el impacto ambiental necesita desarrollar e introducir nuevas tecnologías y practicas modernas de minería. En suma, la aplicación de los muchos conceptos expuestos en beneficio de la extracción de recursos, harán que la actividad minera sea responsable y sostenida. De otra manera, la actividad minera responsable y sostenida seguirá siendo un mito. www.ecoportal.net Dr. Edgardo, Alarcón León – Cientifico Geoambiental/Geotecnico – ENVIROAndes Fuente: https://www.ecoportal.net/temas-especiales/mineria/la_mineria_responsable_realidad_o_mito/ 5 MITOS SOBRE LA MINERÍA MODERNA Y FORMAL EN EL PERÚ Analizamos la realidad de un rubro protagónico en la generación de inversión y recaudación de tributos en el país. Redacción ContentLab. Diciembre 18, 2020 El comercio En medio de un año muy difícil a nivel global, la minería sigue siendo la principal pieza que mueve los motores económicos del país. Según detalló recientemente el ministro de Energía y Minas, Jaime Gálvez, se espera que la inversión del sector cierre este año con US$4.200 millones y que el siguiente alcance los US$5.400 millones. Una revisión a las cifras históricas devela que la minería ha representado en los últimos cinco años casi el 60% del valor de las exportaciones y es el principal contribuyente en cuanto a impuestos, contribuciones sobre la renta y recaudación fiscal total. No obstante, el sector recibe cuestionamientos a raíz de algunas ideas sobre su impacto y cómo se trabaja hoy en día en las operaciones mineras. En un intento de aclarar el panorama, Enrique Ferrand, gerente de Minería de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), y Carlos Bernal Pozo, gerente de la Asociación de Contratistas Mineros del Perú (ACOMIPE), comparten información para desmitificar cinco prejuicios alrededor de esta actividad. 1. LA MINERÍA MODERNA CONTAMINA Actualmente, según un informe del Banco Central de Reserva, el Perú cuenta con más de 250 leyes, normas o reglamentos que regulan el cuidado del medioambiente en dicho sector. En los últimos 15 años se han publicado una serie de normas para crear límites máximos y reglas que la minería formal cumple. “La minería es una de las actividades más reguladas y fiscalizadas del país”, apunta Enrique Ferrand, de la SNMPE. En los últimos cinco años, comenta, las empresas formales han pasado por más de 3000 supervisiones ambientales. Por lo expuesto, y en relación con otras industrias, Carlos Bernal de ACOMIPE señala que la minería es la que más ha avanzado en aspectos ambientales y de seguridad. ¿Por qué se cree lo contrario? De acuerdo a Bernal, la minería ilegal ha generado pasivos ambientales en el pasado y eso ha quedado arraigado en la mentalidad de las poblaciones aledañas. Para tener más claros los conceptos, de acuerdo al Ministerio del Ambiente existen minería ilegal y minería informal, además de la minería legal. La ilegal es aquella que opera en zonas no permitidas por ley, trabaja en cuerpos de agua y utiliza maquinaria no autorizada. En el caso de la minería informal, si bien tampoco utiliza la maquinaria correspondiente, se diferencia sobre todo porque opera en zonas no prohibidas. En tanto, la minería legal y responsable debe pasar por una serie de protocolos y pasos reglamentarios, pero el primer paso es hacer un petitorio para adquirir un derecho de concesión minera. Luego, también están las autorizaciones de uso de agua y los pasos referidos a la gestión ambiental. Hoy en día, se aplican tecnologías y procedimientos que mitigan los impactos negativos en todas las fases de la operación minera y, por ley, todo proyecto tiene un plan de cierre de minas, en el cual se establecen actividades que rehabiliten las áreas utilizadas una vez concluidas las operaciones mineras. Estas deben estar detalladas en los Estudios de Impacto Ambiental que presenta la mina antes de iniciar su operación. 2. LA MINERÍA GENERA POCO EMPLEO La minería moderna genera cerca de 1.5 millones de empleos, entre directos, indirectos e inducidos. Según un estudio del Instituto Peruano de Economía (IPE), por cada empleo directo que se genera en la minería, surgen otros 6.25 empleos indirectos. De esta manera, Ferrand apunta que la minería dinamiza sectores como transporte, maquinaria o servicios profesionales científicos y técnicos. ¿Por qué se cree lo contrario? Carlos Bernal dice que solo se toma en cuenta los empleos directos generados. Sin embargo, es de gran importancia el rol de las empresas contratistas especializadas en operaciones que, bajo la figura de tercerización, emplean al 70 % de la fuerza laboral del sector. Asimismo, agrega que el sector dinamiza economías locales, ya que convoca los servicios y productos de pequeños talleres, metalmecánicas, entre otros. 12 mil iniciativas productivas en comunidades colindantes a sus operaciones lograron incentivar la minería entre 1988 y 2018, según la SNMPE. Este es un ejemplo de que tanto las mineras como las comunidades trabajan de la mano para promover el bienestar y el desarrollo sostenible, con emprendimientos que van desde la agricultura hasta el turismo. 3. LA MINERÍA CONSUME MUCHA AGUA La minería formal solo utiliza el 2% del agua que se consume en el Perú y su uso está regulado por la Ley de Recursos Hídricos que establece cuánta agua puede usar este sector. Ferrand hace hincapié en que la minería formal agremiada cuenta con equipos que miden constantemente el volumen de agua que usan y, por un sistema de recirculación, el agua se aprovecha varias veces en el proceso minero. Un ejemplo de una forma distinta de abastecerse de agua es Cerro Lindo, de la compañía minera Nexa, que utiliza agua de mar desalinizada. ¿Por qué se cree lo contrario? Para Carlos Bernal, es un error relacionar a el problema es que se relaciona la minería como la que afecta la agricultura, siendo esta última actividad la que utiliza el 85% del agua que consume el país. 4. LA MINERÍA NO APORTA SUFICIENTES TRIBUTOS AL ESTADO La minería formal representa el 10% del PBI y es una de las actividades que más impuestos paga al país. Además del impuesto a la renta que pagan todas las empresas formales, Enrique Ferrand recalca que la actividad minera tiene otros aportes obligatorios. Al final, señala, por cada S/100 que gana, deja en impuestos y otros cargos S/47. Según Ferrand, si tenemos en cuenta los impuestos que pagan las empresas en el Perú, las mineras aportan el 18.7% del total. ¿Por qué se cree lo contrario? Si bien la minería aporta estas cifras al fisco, Carlos Bernal sostiene que los recursos generados por la minería en beneficio de la población no son bien utilizados por los gobiernos regionales o locales, en su mayoría por su poca capacidad de gestión. “Si las poblaciones aledañas a los proyectos mineros no sienten que su situación mejora, siempre estará descontenta con la minería”, apunta. 5. LA MINERÍA NO ESCUCHA A LA POBLACIÓN Las empresas mineras formales y agremiadas, a través de la campaña “Minería de Todos”, vienen generando un diálogo con la población desde 2018, señala Ferrand. También se ha realizado “Casas Abiertas”, una muestra itinerante que llegaba a las comunidades de las principales regiones mineras del país. Además, se creó el programa Paradero Minero, otra muestra itinerante guiada e interactiva que visitaba universidades públicas y privadas de las principales regiones. En ambas los visitantes podían hacer preguntas y comentarios que eran respondidos por los guías en los recorridos acerca de un abanico de temas como los procesos que se realizan en las minas, la gestión ambiental y los estándares de la minería formal, entre otros. En redes sociales también se han respondido más de 30 mil preguntas y comentarios, estableciendo una comunicación directa con la población. ¿Por qué se cree lo contrario? Los especialistas no niegan que hayan existido desacuerdos, sin embargo agregan que no son la constante. Sobre esta relación con la comunidad, Carlos Bernal dice que la convivencia armónica con las comunidades del entorno es clave para la viabilidad y el normal desarrollo de las operaciones mineras. El especialista agrega que las compañías mineras procuran el diálogo y atención permanente con las poblaciones. Sin embargo, considera que este debe ser un esfuerzo conjunto e integral del Gobierno central, empresas, gobiernos regionales, locales y organizaciones ligadas a la actividad minera. Por todo lo expuesto, los especialistas recomiendan actualizar la mirada que se tiene sobre la minería y su importancia para el país. Fuente: https://especial.elcomercio.pe/mineriasostenible/mineria-moderna-formal-peru/