PALABRAS PARA LA EX PRESIDENTA MICHELLE BACHELET JERIA EN LA PRESENTACIÓN DE LA REFORMA ESTRUCTURAL A LA EDUCACIÓN 07 de junio de 2013 Amigos y amigas, Hace dos meses inicié mi campaña. Y lo hice anunciando la que será mi prioridad de Gobierno: una reforma estructural a la educación. Una reforma que se haga cargo de las insuficiencias del sistema actual y que implique un cambio cualitativo para nuestros niños, niñas y jóvenes, y también para toda nuestra sociedad. Quiero agradecer públicamente a quienes han colaborado en la compleja labor de elaborar una propuesta en este sentido. Siempre he creído que para cada decisión trascendental hay un momento. Y ese momento es ahora. Chile tiene la madurez ciudadana, social y política para iniciar la transformación que la educación requiere. Podemos iniciar juntos este histórico proceso. Tengo la profunda convicción de que esta reforma integral a la educación, debe ser la prioridad de Chile. Porque la educación es un derecho social que debemos garantizar.Porque es un imperativo de equidad. Y también porque es una necesidad para nuestro desarrollo. Para tener un país moderno y enfrentar el futuro, Chile requiere técnicos y profesionales preparados, que contribuyan con todas sus capacidades al desarrollo de la Nación. Esta reforma es el gran salto que necesitamos para que nuestro crecimiento sea basado en el talento de las personas y no solo en la explotación de los recursos naturales. La reforma educativa que presento esta mañana se basa en cuatro pilares: 1) Fin al lucro 2) Calidad 3) Fin de la segregación y 4) Avance sustantivo hacia la gratuidad universal. El corazón de esta reforma estará en la educación pública a nivel preescolar, escolar y superior. Estamos hablando de una tarea de largo plazo que comenzará en mi gobierno, en que no será todo de inmediato, pero tengan la certeza que pondremos toda nuestra fuerza y energía para avanzar el máximo posible. Una reforma permanente de esta magnitud necesita ser financiada con ingresos permanentes a través de una reforma tributaria de verdad. Y quiero decir que como todos los grandes desafíos que hemos asumido como país, este cambio requiere del aporte de todos, especialmente de aquellos que tienen más. Los elementos centrales de mi propuesta en educación serán. En primer lugar, nos ocuparemos de los grandes desafíos de la educación preescolar, donde, afortunadamente, no estamos partiendo de cero. Entre 2006 y 2010 sextuplicamos el número de salas cunas públicas y gratuitas.Pero aquí no se agota la tarea. Hoy asumimos un desafío aun mayor: incorporaremos 90 mil niños y niñas de entre 0 y 2 años al sistema, con la habilitación de 4.500 nuevas salas cunas gratuitas. Y para los niños y niñas de 3 a 5 años, generaremos 34 mil nuevos cupos. Esto implica la habilitación de 1.200 nuevas salas en jardines infantiles gratuitos. Tenemos también una tarea en calidad. No basta con garantizar el acceso, éste debe ser con calidad. Y junto con garantizar estándares más exigentes, estableceremos un sistema de acreditación de salas cunas y jardines. Este esfuerzo que haremos en educación inicial nos permitirá nivelar oportunidades desde la más temprana edad para dejar de reproducir la desigualdad y la inequidad en el sistema educacional chileno. En segundo lugar, debemos ponernos metas importantes en la transformación de la educación escolar donde las diferencias son enormes, y las acabamos de vivir con los resultados del último Simce de inglés, donde el 83% de las personas que aprobaron vienen de estratos económicos altos y solo el 0,8% de los aprobados viene de estratos socioeconómicos bajos. Desarrollaremos un plan inmediato para el fortalecimiento de la educación pública, tanto en calidad como en cobertura, garantizando que la educación en Chile sea efectivamente un derecho asegurado a todos y todas por igual. No queremos que con los recursos públicos se hagan negocios privados. Por eso, vamos a terminar progresivamente con el lucro y el financiamiento compartido en la educación. En esto último, aumentaremos la subvención escolar y vigilaremos que cada peso que el Estado invierta en educación se traduzca en calidad. Esta transformación no será posible sin el esfuerzo y la entrega de nuestros profesores. Vamos a prestigiar la labor docente, y lo haremos a través de mayores incentivos económicos y de acceso real a capacitación continua y especializada. Este esfuerzo sólo será efectivo si mejoramos las condiciones en la sala de clase. Disminuiremos el número de alumnos por sala y cada profesor tendrá más tiempo para preparar sus clases. En tercer lugar, vamos a reformar la educación superior, garantizando financiamiento, acceso y calidad. Con un horizonte, y que en le proyecto de ley que vamos a mandar va a quedar establecido: el horizonte es la gratuidad universal. Pero seamos realistas, un cambio de esta magnitud no se hace de un día para otro. Durante mi período de gobierno cubriremos al menos a los estudiantes pertenecientes al 70% de menores ingresos. Y en un máximo de seis años, la gratuidad debería alcanzar a todos los jóvenes chilenos. Eso va a estar establecido en el proyecto de ley. Un grupo de expertos establecerá el valor de los aranceles de la educación superior. Y las universidades, Institutos Profesionales y Centros de Formación Técnica que firmen convenio con el Estado no podrán cobrar aranceles más altos que ese monto. De esta forma, cuando hablemos de gratuidad en Chile, hablaremos de gratuidad efectiva, sin letra chica. Mientras alcanzamos la gratuidad universal, aquellos que no están en ese 70% inicial podrán acceder a financiamiento público, que devolverán una vez que encuentre trabajo y será por un tiempo limitado. El proyecto de ley va a ir cada año aumentando la proporción de personas que van a obtener gratuidad en el sistema. Además, para garantizar un acceso más justo crearemos cuotas en los establecimientos de educación superior asociadas a un programa especial de admisión de equidad para jóvenes vulnerables que considere el rendimiento escolar y los prepare a los jóvenes desde la educación media para su ingreso a la universidad o centros de formación técnica. Hay que apoyar en los colegios con programas de preparación para aquellos jóvenes que todavía no van a recibir los beneficios de esta reforma, en términos de una calidad mucho más importante en su formación y educación. Y también estableceremos en los establecimientos de educación superior cuotas para el ingreso de jóvenes provenientes de hogares y establecimientos educativos de mayor vulnerabilidad. Y para asegurar la calidad de la educación superior en todas sus formas, implementaremos un nuevo sistema de acreditación. Un sistema único, obligatorio y con estándares de nivel internacional. También destinaremos medidas concretas para el financiamiento directo de las instituciones, fundamentalmente para actividades de interés público e investigación. En este esfuerzo, estableceremos un trato preferente con las universidades de propiedad del Estado. Y no sólo eso, crearemos dos nuevas universidades estatales en Chile: Una en la región del Libertador Bernardo O’Higgins y la otra en la Región de Aysén. Hace más de 30 años que en Chile no se proponía la creación de una universidad estatal. Este es mi compromiso con el Chile del presente y con el del mañana. Ahora es el momento en el que debemos unirnos y construir lo que sin duda es la primera urgencia y la primera demanda de nuestra patria y de nuestra gente. Muchas gracias.