Subido por Reinaldo Barbero

SIGNO LINGUISTICO Y LENGUAJE COMO INSTRUMENTO VERBAL REINALDO BARBERO JUNIO 2021

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UNIVERSIDAD PRIVADA DR. RAFAEL BELLOSO CHACÍN
VICERRECTORADO ACADÉMICO
DECANATO DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO
PROGRAMA DE POSGRADO EN EDUCACIÓN. NIVEL: DOCTORADO
SEMINARIO DE ANÁLISIS DEL DISCURSO
DRA. HUMBERTO LÓPEZ
ESTRUCTURA DEL SIGNO LINGÜÍSTICO Y EL LENGUAJE COMO
INSTRUMENTOS VERBAL.
AUTOR: REINALDO BARBERO DÍAZ
C.I. 9.716.033
I. Estructura e importancia del Signo Lingüístico.
La comunicación humana es sígnica, vale decir; basada la capacidad del signo,
en su poder para resumir la realidad concreta. Como elemento fundamental del
lenguaje humano, dado que las especies animales se comunican, pero adolecen de
signos para transmitir ideas o conceptos; establece relaciones convencionales y
arbitrarias entre los significantes y los significados, entre lo real y lo mentalrepresentacional.
F. de Saussure, propone que el signo es una representación de la realidad, debido
a que todo lo que es interpretado como significado, se debe a algo de la realidad.
Plantea que el signo es biplánico, es decir, que es la conjugación de un significante o
concepto, con un significado o imagen acústica. En ese sentido, propone en su obra,
Curso de Lingüística General (1913, 1998), dos características fundamentales del
signo, a saber: 1. Arbitrariedad: dado que no hay una unión o conexión motivada entre
el significante y el significado, sino que ha sido arbitrariamente conectado por la
comunidad de hablantes, y 2. Linealidad: que es necesaria para que el signo se
desenvuelva en el tiempo de forma secuencial, como cuando se estructuran las letras
y vocales para formar oraciones.
En ese sentido, la propuesta de F. de Saussure sobre el signo, ha sido
considerada como estructuralista, dada su naturaleza secuencial y metódica para
analizar el fenómeno lingüístico y con amplio impacto en trabajos posteriores. Sin
embargo, J. Lacan, por ejemplo, cuestionó la propuesta biunívoca y cerrada de
Sausurre entre significante y significado, dado que observó que en el hombre esta
relación no es binario y que bajo un significante no hay nada, desde sus postulados
de la comunicación.
Así mismo, Charles Sanders Pierce, traducido por Alcalde, R y Prelooker, M,
(1987), desde su perspectiva lógico-pragmática o lógico-semiótica, coloca el apoyo de
su edificio lógico en el concepto de representación como concepto científico y que en
sus palabras es “la operación de un signo o a su relación con el objeto para el
intérprete de la representación. Al sujeto concreto que representa lo llamo un signo o
un representamen”. En la teoría de Pierce, entonces, el signo tiene tres componentes,
que son representados a manera de pirámide: Representamen-Objeto-Interpretante y
que en sus postulados determinan la manera como la persona se relaciona con la
realidad.
Según Vitale (1999), C. S Pierce, define al signo como “algo que para alguien,
representa o se refiere a algo en algún aspecto o carácter. Se dirige a alguien, esto
es, crea en la mente de esa persona un signo equivalente, o, tal vez, un signo más
desarrollado. Este signo creado es lo que yo llamo el interpretante del primer signo. El
signo está en el lugar de algo, su objeto. Está en lugar de ese objeto no en todos los
aspectos, sino solo con referencia a una suerte de idea, que a veces he llamado el
fundamento del representamen”.
II.
Lenguaje como Instrumento verbal.
Como instrumento verbal, es preciso reconocer la distinción clásica entre Lenguaje,
como la capacidad o facultad del ser humano para establecer comunicación con otros
seres humanos de forma verbal y no verbal, por un lado. Por otro lado, la lengua, como
el sistema de signos orales y escritos que son compartidos por los miembros de un
grupo lingüístico para poder establecer procesos de comunicación recíproca, y
finalmente el habla, como el uso particular y circunscrito que esos grupos le den a la
lengua o idioma en uso contextualizado geográficamente.
Como plantea J. Renkema (1999), ya desde la Grecia clásica y en la obra el Cratilo
de Platón, en la cual conversa sobre el origen del lenguaje, se describe el habla como
una forma de acción y a las palabras, como instrumentos con los cuales pueden
realizarse acciones. Así mismo, continua refiriendo Renkema, que con los trabajos de
Karl Bühler, se describe al lenguaje como una herramienta u órgano (organon) en un
modelo en el cual ya desde 1934, supone la relación recíproca entre un emisor, un
receptor y un objeto al que se hace referencia.
En este sentido, Bühler refiere que un sonido puede considerarse un signo
lingüístico y que éste pude considerarse como a. un síntoma que provee información
sobre los detalles de la comunicación, b. como un símbolo que se refiere a algo o a
una situación o estado de cosas y c. una señal que debe ser interpretada y que pide
reacción por parte del interprete o receptor. En ese sentido, como refiere J. Renkema
(1999) citando a Jespersen (1924), “la esencia del lenguaje es la actividad humana;
actividad por parte de un individuo que se hace comprender por otro, y actividad por
parte del otro para comprender lo que el primero tiene en mente”.
Así, según Renkema (1999), deben darse dos principios básicos como actividad
humana aplicada a la comunicación, el principio de cooperación y el principio de
cortesía, que implican el acuerdo básico entre las partes que entablan comunicación
verbal para que ésta tenga éxito. Cuando el oyente coopera, como comenta P. Grice,
mencionado por Renkema (1999), se produce el intercambio intencional y que según
el primero, requiere de unas reglas o máximas, como pueden serlo la cantidad, la
calidad, la relevancia y el modo, que deben intermediar en la comunicación humana.
Con relación a la cortesía, Renkama (1999), refiere que Goffman (1956) como
psicólogo social, aporto el concepto de “imagen personal” para ejemplificar como las
personas proyectan sus imágenes personales en los contactos sociales. Así, según
Goffman, las personas proyectan sus necesidades positivas o de ser apreciados y sus
necesidades negativas o de no ser molestados, por la vía de la comunicación verbal.
Por ello, en el proceso de comunicación verbal, debe considerarse no descalificar la
imagen del otro o de vulnerarlas y que este denomina “actos que amenazan la imagen”
(AAI) para que se den vínculos estables. Estos postulados fueron ampliados por P.
Brown y S. Levinson (1978), para proponer la relación entre la amenaza, la imagen y
la cortesía plasmadas en el lenguaje.
R. Barbero, Junio 2021
Referencias bibliográficas.
Pierce, C. S. (1987). Obra lógica semiótica. Ed. Armando Servcovich. Trads. Ramón
Alcalde y Mauricio Prelooker, Ed. Taurus. Madrid.
Renkema, J. (1999). Introducción a los estudios sobre el discurso. Ed. Gedisa,
Barcelona, 285 pp.
Saussure, F. (1998); Curso de lingüística general. Madrid: Editorial Alanza
Vitale, A. (1999). El estudio de los signos: Pierce y Saussure. Ed. Eudeba. Buenos
Aires, 109 pp.
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