Subido por Estefania Logacho

Tesis de Estefania Logacho y Stefany López

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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS
CARRERA DE SOCIOLOGÍA
La marginalidad social frente a la construcción de la identidad de género de las mujeres trans
en la ciudad de Quito, desde el año 2019 al 2020: Una mirada desde el grupo de 'Las
Sobrevivientes' de la Fundación Transgénero Nueva Coccinelle
Trabajo de titulación (modalidad Proyecto de Investigación) previo la obtención del título de
Socióloga
AUTORAS: Estefania Alexandra Logacho Baquero
Grace Stefany López Pérez
TUTOR: Ab. Christian Alexandre Paula Aguirre. Msc.
Quito, 2021
DERECHOS DE AUTOR
Nosotras, Estefania Alexandra Logacho Baquero y Grace Stefany López Pérez, en calidad de
autoras y titulares de los derechos morales y patrimoniales del trabajo de titulación: La
marginalidad social frente a la construcción de la identidad de género de las mujeres trans en
la ciudad de Quito, desde el año 2019 al 2020: Una mirada desde el grupo de 'Las
Sobrevivientes' de la Fundación Transgénero Nueva Coccinelle, modalidad Proyecto de
investigación, de conformidad con el Art. 114 del CÓDIGO ORGÁNICO DE LA ECONOMÍA
SOCIAL DE LOS CONOCIMIENTOS, CREATIVIDAD E INNOVACIÓN, concedemos a
favor de la UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR una licencia gratuita, intransferible
y no exclusiva para el uso comercial de la obra, con fines estrictamente académicos.
Conservamos a nuestro favor todos los derechos de autor sobre la obra, establecidos en la
normativa citada.
Así mismo, autorizamos a la Universidad Central del Ecuador para que realice la digitalización
y publicación de este trabajo de titulación en el repositorio virtual, de conformidad a lo
dispuesto en el Art. 144 de la Ley Orgánica de Educación Superior.
Las autoras declaran que la obra objeto de la presente autorización es original en su forma de
expresión y no infringe el derecho de autor de terceros, asumiendo la responsabilidad por
cualquier reclamación que pudiera presentarse por esta causa y liberando a la Universidad de
toda responsabilidad.
Firman:
Estefania Alexandra Logacho Baquero
Grace Stefany López Pérez
CC. 1718564956
CC. 1756265102
Dirección electrónica:
Dirección electrónica:
[email protected]
[email protected]
ii
APROBACIÓN DEL TUTOR
En mi calidad de Tutor del Trabajo de Titulación, presentado por ESTEFANIA
ALEXANDRA LOGACHO BAQUERO y GRACE STEFANY LÓPEZ PÉREZ, para
optar por el grado de socióloga; cuyo título es: LA MARGINALIDAD SOCIAL FRENTE A LA
CONSTRUCCIÓN DE LA IDENTIDAD DE GÉNERO DE LAS MUJERES TRANS EN
LA CIUDAD DE QUITO, DESDE EL AÑO 2019 AL 2020: UNA MIRADA DESDE EL
GRUPO DE ‘LAS SOBREVIVIENTES’ DE LA FUNDACIÓN TRANSGÉNERO NUEVA
COCCINELLE, considero que dicho trabajo reúne los requisitos y méritos suficientes para ser
sometido a la presentación pública y evaluación por parte del tribunal examinador que se designe.
En la ciudad de Quito, a los 16 días del mes de septiembre de 2021
Firmado electrónicamente por:
CHRISTIAN
ALEXANDER
PAULAAGUIRRE
Ab. Christian Alexandre Paula Aguirre. Msc
DOCENTE-TUTOR
C.C. 1711801454
iii
APROBACIÓN DEL TRIBUNAL
iv
v
DEDICATORIA
A todxs aquellxs que acuerpan la resistencia trans en un mundo que se empeña en negar su
existencia y resistencia.
vi
AGRADECIMIENTOS
Agradecemos a Nebraska León, Purita Pelayo y Malony Chávez, quienes nos han enseñado el
mundo y los sentires del ser mujer trans y la lucha por la que siguen en pie. A quienes ya no
están y a través de ellxs todxs podemos ser menos oprimidxs.
Agradecemos a Christian Paula, quien supo ser un gran guía en este proceso y nos mostró
todos los conocimientos para desarrollar nuestra tesis desde la empatía, entendimiento y
resistencia.
A Andrea Reinoso, Josefina Torres, Tomás Quevedo, María Mercedes Eguiguren, Jorge Luis
Acanda, Carlos Celi, Jorge Legoas, y Ricardo Sánchez; por su compromiso con la docencia y
con la educación pública de calidad.
A la Universidad Central del Ecuador, que nos acogió y regocijó siendo hijas de las clases
populares. Y que nos enseñó el valor de defender lo público y de la lucha incansable por
nuestros ideales y las causas justas.
A nuestros padres, Segundo López y José Logacho; nuestras madres, Irene Pérez y Silvana
Baquero. Quienes siempre han sido un soporte fundamental en nuestras vidas. A nuestrxs
hermanxs, Darwin Logacho, Josue Logacho, Karla López, Melanie López y Alisson López;
por comprendernos, amarnos y acompañarnos en todo proceso. A mis sobrinxs, Cristina y
Mateo Mendieta, por brindarme todas las alegrías para poder continuar.
A nuestras amigas: Katherine, Alejandra, Sofía, María Fernanda, Joselyn, Ashley, Vanesa,
Melanie, Reneé y Nicole. Por resistir, escuchar y apañar, desde el amor y la ternura.
A nuestras parejas, Nicolás y Gabriel; quienes nos han demostrado que otras formas de amor
son posibles. Infinitas gracias por las charlas, la contención, el compañerismo y la
camaradería incondicional.
A nuestros fieles acompañantes de cuatro patas.
Finalmente, nos agradecemos a nosotras mismas, por llegar hasta este momento, por no
dejarnos vencer y porque hemos sido apoyo mutuo a lo largo de la carrera y nuestras vidas.
vii
ÍNDICE DE CONTENIDO
DERECHOS DE AUTOR ........................................................................................................................... ii
APROBACIÓN DEL TUTOR .....................................................................................................................iii
APROBACIÓN DEL TRIBUNAL ................................................................................................................iv
DEDICATORIA ........................................................................................................................................vi
AGRADECIMIENTOS ............................................................................................................................. vii
ÍNDICE DE CONTENIDO ....................................................................................................................... viii
ÍNDICE DE ILUSTRACIONES.....................................................................................................................x
ÍNDICE DE ANEXOS................................................................................................................................ xi
RESUMEN............................................................................................................................................. xii
SUMMARY .......................................................................................................................................... xiii
INTRODUCCIÓN .................................................................................................................................... 1
CAPÍTULO I ............................................................................................................................................ 3
a.
Tema de tesis ............................................................................................................................ 3
b.
Pregunta ................................................................................................................................... 3
c.
Objetivo General ....................................................................................................................... 3
d.
Objetivos específicos................................................................................................................. 3
e.
Justificación de la investigación ................................................................................................ 3
f.
Viabilidad de la investigación .................................................................................................... 5
g.
Marco Metodológico ................................................................................................................ 6
CAPÍTULO II ......................................................................................................................................... 14
2.1. ESTADO DEL ARTE: Estudios respecto a identidades, personas trans, violencia, marginalidades
y migración ..................................................................................................................................... 14
2.1.1. Cuerpo, territorio e identidades sexuales y genéricas ...................................................... 14
2.1.2. Inserciones, exclusiones laborales y experiencias de lxs cuerpxs trans ............................. 15
2.1.3. Migraciones, fronteras y lo trans ...................................................................................... 17
2.1.4. Violencias transfóbicas, invisibilización y patologización .................................................. 18
2.2. MARCO TEÓRICO ..................................................................................................................... 19
2.2.1. Teorías queer y de la interseccionalidad: una aproximación hacia la identidad trans ...... 20
2.2.2. El contexto de marginalidad social de las mujeres trans en quito .................................... 43
2.2.3. Contexto actual de las personas trans .............................................................................. 55
CAPÍTULO III ........................................................................................................................................ 60
EXPERIENCIAS TRANS DE SOBREVIVIENTES DE “NUEVA COCCINELLE” ............................................... 60
3.1. Colectivo transgénero “Nueva Coccinelle”............................................................................... 60
3.2. Contexto histórico de Ecuador desde los ochentas.................................................................. 61
viii
3.3. Despenalización de la homosexualidad del 97’ ........................................................................ 63
3.4. Contexto familiar ..................................................................................................................... 67
3.5. Marginalidad, criminalización y discriminación: Rol del Estado y estereotipos de género: ..... 69
3.6. Activismo, resistencias y exigencias en la lucha de mujeres trans ........................................... 74
3.7. La violencia: Escenario del pasado en contraposición al presente ........................................... 79
3.8. El cuerpo: Su memoria e historia. ............................................................................................ 82
3.9. El cuerpo marginal ................................................................................................................... 84
3.10. Museo Trans de la Memoria: Nueva Coccinelle ..................................................................... 89
CONCLUSIONES ................................................................................................................................... 94
BIBLIOGRAFÍA: .................................................................................................................................... 98
ANEXOS............................................................................................................................................. 104
ix
ÍNDICE DE ILUSTRACIONES
Ilustración 1. Marcha Trans 2020........................................................................................................ 59
Ilustración 2. Del Diario Hoy, 24 de julio de 1997 ............................................................................... 64
Ilustración 3. Del Diario Hoy, Quito, s/f .............................................................................................. 65
Ilustración 4. Del Diario El Universo, 26 de noviembre de 1997 ......................................................... 66
Ilustración 5., s/f ................................................................................................................................. 67
Ilustración 6. Del Diario La Hora, 01 de febrero de 1999 .................................................................... 72
Ilustración 7. Compañeras trans en celdas en los 90 .......................................................................... 73
Ilustración 8. Mujeres trans recluidas en el Centro de Detención Provisional, Quito 1999 ................ 73
Ilustración 9. Compañeras trans en la Plaza Grande a un año de la Despenalización Homosexualidad
............................................................................................................................................................ 76
Ilustración 10. Compañeras trans en la Marcha Trans 2020 ............................................................... 78
Ilustración 11. Compañeras Coccinelle promocionando el uso del preservativo en 2003 .................. 85
Ilustración 12. Del Diario Extra, Guayaquil, 20 de mayo de 1999 ....................................................... 86
Ilustración 13. Del Diario El Universo, Quito, 21 de diciembre de 1998 ............................................. 86
Ilustración 14. Del Diario La Hora, 12 de diciembre de 1999 .............................................................. 86
Ilustración 15. De Fachada del Museo de la Memoria Coccinelle, Quito, mayo de 2021 .................... 90
Ilustración 16. De Fachada del Museo de la Memoria Coccinelle, Quito, mayo de 2021 .................... 91
Ilustración 17. Exposición del Museo De la Memoria Coccinelle por parte de Purita Pelayo y Nebraska
León, Quito, mayo de 2021 ................................................................................................................. 92
x
ÍNDICE DE ANEXOS
Anexo No. 1. Del Diario Hoy, 25 de septiembre de 1997 .................................................................. 104
Anexo No. 2. Del Diario Hoy, 10 de diciembre de 1998 .................................................................... 104
Anexo No. 3. Del Diario Extra, 26 de abril de 1998 ........................................................................... 105
Anexo No. 4. s/f, 27 de junio de 1999 ............................................................................................... 105
Anexo No. 5. Del Diario El Universo, 27 de junio de 1999 ................................................................. 106
Anexo No. 6. Del Diario El Defensor, octubre de 1999...................................................................... 106
Anexo No. 7. Del Diario Hoy, 21 de febrero de 2000 ........................................................................ 106
Anexo No. 8. Del Diario Hoy, 02 de julio de 2000 ............................................................................. 107
Anexo No. 9. Del Diario la Hora, 08 de julio de 2002 ........................................................................ 107
Anexo No. 10. Del Diario Hoy, 05 de julio de 2004 ........................................................................... 108
Anexo No. 11. Diseño de historias de vida ........................................................................................ 109
Anexo No. 12 Consentimiento informado de sujetas de estudio ...................................................... 115
Anexo No. 13. Transcripciones de las historias de vida..................................................................... 121
xi
TÍTULO: La marginalidad social frente a la construcción de la identidad de género de las
mujeres trans en la ciudad de Quito, desde el año 2019 al 2020: Una mirada desde el grupo de
'Las Sobrevivientes' de la Fundación Transgénero Nueva Coccinelle.
Autoras: Estefania Alexandra Logacho Baquero
Grace Stefany López Pérez
Tutor: Ab. Christian Alexandre Paula Aguirre Msc.
RESUMEN
El presente proyecto de investigación analiza la interrelación entre la marginalidad social y la
identidad de género en las mujeres trans pertenecientes a la Fundación Transgénero “Nueva
Coccinelle” de la ciudad de Quito. Partiendo de la conceptualización de la identidad de género
trans desde un acercamiento hacia las teorías queer; entrelazado con el análisis de la otredad,
clase social, interseccionalidad, marginalidad y las formas de violencia por las que sus cuerpxs
atraviesan. Se estudia el contexto social, histórico y político de las mujeres trans en Quito;
retomando testimonios que reflejan la invisibilización, estigmatización y criminalización
experimentadas tanto por la sociedad civil como por el Estado. A su vez, se reflexiona con base
a sus luchas y vivencias; vislumbrando la forma en la que su identidad de género se convierte
en un factor determinante dentro de las limitantes para acceder a la garantía de trabajo, vida
digna, justicia y representación.
PALABRAS CLAVE: MUJERES TRANS/ MARGINALIDAD SOCIAL/ IDENTIDAD DE
GÉNERO/NUEVA COCCINELLE/ INTERSECCIONALIDAD/ ESTIGMATIZACIÓN/
VIOLENCIA.
xii
TITTLE: Social marginality in the face of construction of the gender identity of trans women
in the city of Quito, from 2019 to 2020: A view from the group of 'Las Sobrevivientes' of the
Nueva Coccinelle Transgender Foundation.
Authors: Estefania Alexandra Logacho Baquero
Grace Stefany López Pérez
Tutor: MSc. Christian Alexandre Paula Aguirre
SUMMARY
This research project analyses the interrelation between social marginality and gender identity
in trans women members from “Nueva Coccinelle” Transgender Foundation in Quito. Starting
from the conceptualization of transgender identity from an approach towards queer theories;
intertwined with the analysis of otherness, social class, intersectionality, marginality, and the
forms of violence that their bodies go through. The social, historical, and political context of
trans women in Quito is studied; taking up testimonies that reflect the invisibility,
stigmatization, and criminalization experienced by both civil society and the State. In turn, they
reflect on their struggles and experiences; glimpsing how their gender identity becomes a
determining factor within the limitations to access the guarantee of work, a dignified life,
justice, and representation.
KEYWORDS: TRANS WOMEN/ SOCIAL MARGINALITY/ GENDER IDENTITY/
NUEVA COCCINELLE/ INTERSECTIONALITY/ STIGMATIZATION/ VIOLENCE
xiii
INTRODUCCIÓN
Las mujeres trans históricamente han sido invisibilizadas y violentadas tanto por la sociedad
civil como por el Estado; resultado de no encajar en la norma correspondiente a binarismos de
género. Sus realidades se ven atravesadas principalmente por su identidad de género. Sin
embargo, también se consideran otros factores, como la clase social; ambas categorías se
interrelacionan para devenir en marginalidad social. Es decir, su identidad de género se
convierte en un factor determinante dentro de las limitantes para acceder a varias cuestiones
básicas; como un trabajo estable, vida digna o el acceso justo a la jubilación.
Las Coccinelle pertenecieron al primer colectivo transgénero reconocido en el Ecuador; que
luchó incansablemente por la despenalización de la homosexualidad y fue víctima de la
represión estatal, policial y la estigmatización social en el país; especialmente en los años
ochenta y noventa. La importancia de trabajar con el grupo surge respecto a la motivación
principal por la que la organización elige movilizarse y exigir sus derechos;
autodenominándose como mujeres trans pertenecientes al grupo más estigmatizado, el más
olvidado; haciendo referencia a las limitantes como mujeres trans empobrecidas.
Los intereses para la realización del presente trabajo investigativo son el visibilizar las
realidades por las que las mujeres trans atraviesan a diario. Además, se pretende apelar a la
memoria colectiva, proporcionándoles un papel primordial dentro de la narrativa histórica y
política respecto a las luchas alcanzadas en el país. A su vez, demostrar que, a pesar de que
varios logros se han conseguido, la lucha trans no se detiene y aún se sigue exigiendo justicia
y reparación para las compañeras trans, quienes fueron partícipes de una lucha que arrebató
varias vidas humanas y que aún no poseen garantías de vida digna.
Para el estudio, se realizó la recopilación de testimonios a tres mujeres trans de entre 40 a 60
años de edad. Además, se trabajó con un enfoque transfeminista e interseccional; cabe señalar
que también se implementó el lenguaje inclusivo en varias de las conceptualizaciones de la
investigación. Los datos reflejaron que a pesar de que la temporalidad señalada a analizar
correspondiente a los años 2019 a 2020, es imposible entender la problemática de las mujeres
trans sin vislumbrar su lugar de enunciación; es decir, tomando en cuenta las vivencias, luchas
y violencias por las que han atravesado a lo largo de toda su vida.
La investigación engloba las diferentes teorizaciones y conceptualizaciones contrastadas con
la realidad de las mujeres trans; permitiendo hacer escuchar sus voces, que por mucho tiempo
han sido silenciadas y borradas. Es así que sustentamos nuestro proyecto en tres capítulos:
1
Consideraciones Generales y metodológicas, la teorización y la recopilación de las
experiencias de las sujetas de investigación.
El primer capítulo parte de determinaciones metodológicas bajo las que se construye nuestra
tesis; es decir, la pregunta de investigación, objetivos, justificación, viabilidad y marco
metodológico. Esto con la intención de proporcionar mejores herramientas de entendimiento
hacia al/la lector/a; mostrando desde qué lugar de enunciación abordamos la investigación,
nuestras motivaciones, intereses y enfoques abordados. Además de especificaciones respecto
al uso del lenguaje inclusivo, ello a razón de integrar voces y realidades existentes como parte
de nuestros planteamientos iniciales e intenciones metodológicas.
El segundo capítulo condensa gran parte de la teoría. Primero porque expone el Estado del
Arte; lo que permite comprender cuáles han sido las investigaciones que preceden al actual
estudio, desde qué enfoque o corriente se analiza y las metodologías que se usan. Presentamos
un amplio repertorio de los estudios existentes de la problemática trans, realizados en la región
de América Latina y Ecuador. Seguidamente, se presenta el marco teórico, donde se consolida
gran parte de la teoría de nuestra tesis; partiendo del análisis de las identidades trans pensadas,
tanto desde las teorías queer como desde las transfeministas; asimismo, se esclarece conceptos
como la cuestión del cuerpo, la clase social, la interseccionalidad, marginalidad, otredad y la
violencia. Cabe señalar que nos basamos también en el informe de la Comisión de la Verdad
publicado por la Defensoría del pueblo; a modo de mostrar la recopilación y respuesta que
proporcionan las instituciones del estado ecuatoriano.
Finalmente, en el tercer capítulo se exponen los testimonios, relatos y experiencias de las
mujeres trans pertenecientes a la Fundación Transgénero “Nueva Coccinelle”; donde, nos
muestran la realidad de ser una mujer trans en Quito. Para ello, se parte del contexto de los
años ochenta y noventa, el surgimiento del Colectivo Coccinelle y cómo logra consolidarse
como una Fundación. Además, se reflejarán las formas tangibles en las que se puede evidenciar
la interrelación entre identidad de género y marginalidad social; a modo de limitantes, sentires
y exigencias.
2
CAPÍTULO I
a. Tema de tesis
La marginalidad social frente a la construcción de la identidad de género de las mujeres trans
en la ciudad de Quito, desde el año 2019 al 2020.
b. Pregunta
¿Cómo la identidad de género de las mujeres trans de la Fundación Transgénero Nueva
Coccinelle influye en su marginalidad social dentro de la ciudad de Quito, desde el año 2019
al 2020?
c. Objetivo General
Analizar la identidad de género trans como factor influyente en la marginalidad de las mujeres
trans de la Fundación Transgénero Nueva Coccinelle dentro de la ciudad de Quito, entre los
años 2019 al 2020.
d. Objetivos específicos
1.
Identificar la construcción de la identidad de género trans a través de las experiencias de
las mujeres trans.
2.
Distinguir la relación entre la identidad de género y las diversas formas de marginalidad
que experimentan las mujeres trans dentro del sistema patriarcal -cis-heteronormado.
3.
Establecer las alternativas y procesos de reivindicación identitaria dentro de las prácticas
cotidianas de las mujeres trans marginalizadas.
e. Justificación de la investigación
La población trans es un grupo social que ha sido vulnerado y excluido dentro del sistema
capitalista, neoliberal y patriarcal; donde se producen/reproducen estructuras en las que
prevalecen jerarquías que sobre ponen a determinados grupos sobre otros. En ello, existen
sectores que serán estigmatizados, precarizados, excluidos, segregados y discriminados. En el
caso de la presente investigación pretendemos analizar desde una perspectiva interseccional,
cómo los sistemas de opresión de clase y género conjeturan y dificultan/prohíben la existencia
de lxs cuerpxs1 trans; por tal, nuestrxs sujetxs de estudio serán mujeres trans de sectores
populares. Entendiendo también, que a través de tales estructuras se generan discursos que en
la sociedad detona en estigmatización hacia la diversidad sexual, invisibilizando problemáticas
que vulneran a varios sectores de la población.
1
En la justificación se encuentran las razones por las cuales se hace uso de la x; del lenguaje inclusivo.
3
Es así que, lo trans llega a conformar un conocimiento de género que luego es parte de la
epistemología, que viene a ser una forma de “ir más allá de”, infringir fronteras, el transformar
lugares y sujetos. Y es a través de esas formas de transgredir, que cuerpxs disidentes como
mujeres trans ocupan espacios, se identifican, y abren la posibilidad de una nueva frontera de
conocimiento, sobre aquellos grupos marginalizados en general. Desde lo trans se altera la
realidad unívoca, la relación del sujeto con el otro, y de superar los binarismos creados por la
cultura patriarcal de género: masculino y femenino, de las estructuras que han condicionado a
cuerpxs trans como “traidorxs del patriarcado y de la tradición”.
Lxs trans, también son un sector vulnerado por parte de la academia y de intelectuales en el
espectro nacional, debido a que no existen muchas investigaciones que tengan como
protagonistas a estxs sujetxs de estudio, por lo que de alguna manera han sido silenciadas sus
voces. En el caso de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Central del
Ecuador, existen únicamente dos tesis que analizan la cuestión de lo LGBTIQ+ y lo trans; tal
es el caso de: “Despenalización de la homosexualidad en el Ecuador en 1997: de la
criminalización a la patologización. Una mirada sobre el acceso, uso y disfrute del espacio
público de la población LGBTI”, publicada en el año 2020 por John Piedrahita, titulado de la
carrera de Ciencias Políticas. Y, “Encarnando interseccionalidades: experiencias de mujeres
trans en Quito”, publicada en el año 2018 por Rebeca Sánchez, titulada de la carrera de
Sociología. Es decir, existe un vacío en los estudios referentes a disidencias, personas y
comunidad LGBTIQ+.
Así que, proporcionaremos mecanismos para reconocer formas de opresión y construir
reflexiones y/o conocimientos con y para ellxs. Teniendo en cuenta que, los estudios realizados
se han centrado en la colectividad de la comunidad LGBTIQ+ y no la particularidad de lxs
trans, y los pocos estudios realizados se los analiza más en clave de género y no desde otros
sistemas de opresión; de manera interseccional. Por tal, en cuanto a la Justificación Académica,
queremos integrar nuestra investigación para la academia pensando explícitamente desde las
experiencias de mujeres trans ya que se les ha desplegado a la marginalidad históricamente;
conectando perspectivas de género, raciales y de clase. Y es desde ese lugar que pretendemos
aportar, porque es importante oír las voces de las minorías conectando con las teorías que las
integre y las compete.
Esta investigación pone en cuestión y análisis lo que conlleva la existencia de cuerpxs
disidentes como son las mujeres trans, así mismo, adentrarnos en los imaginarios sobre estxs
4
cuerpxs, sus resistencias ante la violencia estructural, simbólica, entre otras muchas que en
ellas son absortadas. Y es justamente en la identidad donde se trasladan formas de lucha y
resistencia, por tanto, en la identificación podemos entender cómo se van desplegando las
dinámicas de la cotidianeidad de estxs cuerpxs y que se ven encapsulados por la cuestión de
clase, raza y género.
Y en cuanto a la Justificación social es el hecho de proporcionar un medio para que las
demandas de las mujeres trans en el periodo indicado, contribuyan a demostrar la existencia de
realidades vigentes. No sólo es ser indiferente a asuntos de la minoría, que es lo que
regularmente hace el Estado, sino que, por el contrario, la lucha que tanto mujeres trans como
otras disidencias han estado exigiendo por mucho tiempo, son demandas urgentes porque se
les violenta desde cualquier esfera y momento de sus vidas. El hecho de articular una
investigación como esta tiene la finalidad de contribuir y conocer evolutivamente las vidas de
mujeres trans, escribir con por y para ellas; es lo que vuelve nuestro trabajo más enriquecedor
y encarnece la labor de el/la sociólogx.
f. Viabilidad de la investigación
Los estudios de la población trans son escasos, y por lo general no se analizan desde la
particularidad de lxs sujetxs que la integran. En la presente investigación se estudiará a las
mujeres trans, analizando sus realidades desde su especificidad; por lo que planteamos
acercarnos a la Fundación Transgénero Nueva Coccinelle2. Ello considerando su participación
en hitos históricos y sociales para el país; entendiendo que, sus orígenes como Colectivo
“Coccinelle” fueron propiciados por mujeres trans y travestis marginalizadas de clases
populares. Actualmente, la Fundación actúa como medio de encuentro, protección y resistencia
de la población trans. Además, dentro de la organización existe un grupo denominado “Las
sobrevivientes” quienes serán las sujetas de estudio de nuestra investigación; puesto que,
poseen amplia trayectoria, experiencia y han acuerpado la lucha desde hace varias décadas;
todo desde su condición de mujeres trans marginalizadas. Lo que nos proporcionarán una
mirada más amplia respecto a la presente investigación.
La Fundación Transgénero Nueva Coccinelle, tiene planteados grandes objetivos; muchos de
estos se vinculan con el proporcionar conocimiento, incentivando a crear memoria histórica
colectiva en el país; específicamente, respecto a la problemática trans. Para ello, optan por
2
Organización fundada en los últimos años, a partir de la conformación inicial del Colectivo “Coccinelle” en los
años 90.
5
brindar entrevistas, relatos, fotografías y material audiovisual al público general que asiste al
Museo Trans de la Memoria o se comunica directamente con ellas. Es así como se acercan
estudiantes, medios de comunicación, portales web y activistas, para escuchar desde sus voces
cómo se vive el habitar desde un cuerpo trans.
Por otro lado, tanto la bibliografía teórica, como las investigaciones de caso a utilizarse se
encuentran de forma digital dentro de repositorios académicos virtuales. Por lo que acceder a
ellas no presenta dificultad alguna al momento de desarrollar y finalizar la investigación. Cabe
mencionar que, el proyecto está destinado a desarrollarse en el transcurso del noveno semestre
y los seis meses restantes que la universidad otorga como tiempo límite para desarrollo de la
tesis; tiempo necesario para concluir con ella y alcanzar todos los objetivos planteados.
Además, la investigación revisará únicamente los años 2019 y 2020. Sin embargo, entendemos
que para comprender la realidad de las mujeres trans, es necesario contextualizar su historia,
por lo que sí tendremos que revisar los antecedentes de la lucha trans. Especialmente, los hitos
históricos que constituyeron un avance en lo que respecta a derechos de la comunidad
LGBTIQ+ y específicamente, los derechos, luchas, limitantes y demandas de las mujeres trans.
Como ya se mencionó, la investigación será llevada a cabo en la misma ciudad que residimos,
es decir Quito, por lo que no necesitaremos de ningún gasto de movilización, para acudir a
realizar nuestro trabajo de campo. Además de que la movilidad es incierta y complicada, en
relación con el contexto de pandemia mundial tras el COVID-19.
g. Marco Metodológico
Mariane Krause en su obra La investigación cualitativa: un campo de posibilidades y desafíos,
menciona que “la metodología se refiere al modo como reducimos complejidad (enfocamos) y
como establecemos relaciones, ya sean de pertenencia, de semejanza, de co-variación, de
causa-efecto, etc.” (1995, pp. 20). A ello añade que, en el caso de la metodología cualitativa
esta es “se refiere, entonces, a procedimientos que posibilitan una construcción de
conocimiento que ocurre sobre la base de conceptos. Son los conceptos los que permiten la
reducción de complejidad y es mediante el establecimiento de relaciones entre estos conceptos
que se genera la coherencia interna del producto científico” (Krause, 1995, pp. 20).
Cuando se analiza la problemática trans, es necesario realizar una revisión de varios conceptos
que están interrelacionados. Mucho más cuando se estudia desde una perspectiva
interseccional. Entendemos que estudiar estas relaciones, muchas veces resulta complejo, sin
6
embargo, sabemos que ello es propio de la investigación cualitativa -tal como lo menciona
Krause- y hasta cierto punto del teorizar o hacer ciencia.
La investigación será llevada por el enfoque interpretativo, en donde Krause nos dice que la
tarea del investigador es estudiar el proceso de interpretación que los actores sociales hacen de
su "realidad"; es decir, deberá investigar el modo en que se le asigna significado a las cosas.
Esto implica estudiarlo desde el punto de vista de las personas y enfatizar el proceso de
comprensión de parte del investigador. Por ende, en el nivel epistemológico, este paradigma
enfatiza la subjetividad, puesto que es por medio de los relatos recolectados por medio de
entrevistas de los sujetos que se irá construyendo la investigación (Krause, 1995).
En el caso de las mujeres trans, es fundamental conocer sus realidades para llevar a cabo el
proceso investigativo. Adentrarnos en sus experiencias, sentires, demandas y resistencias; con
la finalidad de interconectar vivencias, encontrar patrones, interpretar problemáticas y describir
procesos.
Las técnicas de investigación y de recolección de datos más utilizadas, son:
1. La observación, con mayor o menor participación del observador (en el extremo de
menor participación estaría la observación como un espejo de visión unilateral y de
mayor participación, la investigación-acción) (Krause, 1995).
2. Las entrevistas: En términos generales las entrevistas no presentan una estructura
estándar sino se manejan en forma flexible, que se asemeje en lo posible a una situación
de la vida cotidiana (Krause, 1995).
Tomando los postulados de esta autora, el presente trabajo de investigación se sustenta
metodológicamente de entrevistas realizadas a modo de historias de vida. Las
implementaremos con el fin de entender las dinámicas detrás de la marginalidad e identidad de
las mujeres trans. Además, se utilizará material documental para contrastar con las entrevistas
y darle un abordaje teórico interpretativo de los hechos o datos que nos determinará las
vivencias cotidianas de este grupo de mujeres trans.
Tanto Julio Meneses y David Rodríguez (2011) enfatizan que la entrevista como la observación
y el análisis de contenido son los principales instrumentos de la investigación cualitativa. De
hecho, definen a la entrevista como “intercambio oral entre dos o más personas con el propósito
de alcanzar una mayor comprensión del objeto de estudio, desde la perspectiva de la/s persona/s
7
entrevistada/s” (pp. 34), es así que, se pone como prioritaria la interpretación del mundo que
tiene la persona entrevistada.
La realización de las entrevistas depende del enfoque o perspectiva en la que sitúe el
investigador y entrevistado. A ello Meneses y Rodríguez (2011) sitúan que la entrevista se
caracteriza porque tiene un estilo informal, que es abierta porque el entrevistado ofrece su
propia respuesta, tiene el objetivo de comprender ideas, creencias y supuestos de la persona,
crear un espacio el cuál motiva al entrevistado para responder adecuadamente, y registrar la
información que vaya obteniendo por parte del investigador.
En nuestra investigación, la entrevista tiene como base un guion de preguntas que hemos
trabajado con varias aristas prioritarias en estos casos. Y correspondería la entrevista a un
número de sujetas, creando prioritariamente un fuerte vínculo con las entrevistadas, tenerlas
como prioridad; una relación lo más asimétrica posible. Eso porque hemos construido una
investigación con esos principios y línea de pensamiento.
Entendiendo que las preguntas que han surgido, Meneses y Rodríguez dicen que se deriva de
la pregunta de investigación y de los objetivos planteados inicialmente. El guion de preguntas
se ha construido conforme a las temáticas que hemos abordado en nuestra entrevista, por
ejemplo, la identidad y/o marginalidad que parte de estos más subtemas prioritarios que han
aparecido en el desarrollo de este trabajo.
El orden en que se desarrollan las preguntas de entrevistas es el siguiente según los autores,
sobre todo cuando las preguntas demográficas se sitúan al inicio o al final; contestando
situación social, geográfica, económica, etc. Y por el contrario las preguntas delicadas o
complejas, se reservan en: “el punto álgido y central de la entrevista, cuando el interés del
participante es mayor” (Meses y Rodríguez, 2011, pp. 45), es así que es necesario empezar por
preguntas descriptivas y luego las más complejas.
Finalmente, estos autores mencionan que “Criterios de marginalidad, normalidad o excelencia:
son criterios utilizados cuando se opta por entrevistar únicamente perfiles sociológicos. La
utilización de estos perfiles es habitual en las historias de vida” (pp. 46). Entendiendo que se
usa la entrevista como base para las historias de vida. Como tal, la entrevista cualitativa abre
la posibilidad de realizar preguntas que abarquen las experiencias, opiniones, valores,
creencias, emociones, sentimientos, hechos, historias de vida, etc. El realizar historias de vida
con nuestras sujetas tiene la capacidad de reconocer y transmitir memoria sea a través por
8
medio de la experiencia de cada mujer trans como de forma colectiva a las mujeres trans; sea
en un determinado espacio y tiempo.
Las experiencias serán contadas a modo de conversación, donde se gestan temas que se relatan
de forma cronológica y que va guiada por preguntas clave que intercepté con el tema central
de nuestra investigación. La finalidad es la recolección de datos por medio de historias y
biografías de estas sujetas y “ensamblar” tal información teniendo en cuenta que son datos de
distintas fuentes, distintas realidades pero que se asemejan en situación de vulnerabilidad y en
la identificación como mujer trans.
Para establecer la muestra de nuestra investigación haremos uso del muestreo intencional, que,
según Raquel Güereca Torres, (2016) parte de la base de considerar la relevancia de
determinados actores en la investigación. A su vez, hay que tomar en cuenta el contexto, la
trayectoria política-social, liderazgo, ocupación, entre otras. En ese sentido, hemos
reflexionado el trabajar con nuestras sujetas de estudio, siendo las mujeres trans de sectores
populares, de la Fundación Transgénero “Nueva Coccinelle”, a razón de que son un grupo
reconocido por más de 23 años en el país, en el año 97 las mujeres trans estuvieron resistencia
en contra de la penalización de la homosexualidad. Condición que las acarreaba porque eran
“catalogadas” como tal, y son mujeres marginalizadas por el Estado y la sociedad misma.
Además, han vivido en condiciones sociales empobrecidas, y que desde la marginalidad han
encontrado la lucha y logros como la despenalización para las actuales generaciones.
Estas mujeres trans han sido escogidas también, porque no han alcanzado una completa
transición, ante esto permite adentrarse a sus experiencias, marginalidad, identidad y vivencias.
Cabe señalar que las entrevistas a modo de historia de vida las realizaremos a 3 mujeres trans,
sus edades rodean entre los 35 años a los 50 años, de las cuales se han dedicado al trabajo
sexual o a ofrecer el servicio de peluquería. En suma, varias son activistas o militantes por los
derechos y visibilidad de las mujeres trans en el Ecuador.
Se debe comprender que la historia de vida agrupa varias técnicas de investigación, como la
entrevista y la observación. En nuestro caso, la entrevista será no estructurada y se
proporcionará a la entrevistada la posibilidad de guiar la entrevista con los temas y
problemáticas a su elección (Güereca Torres, 2016); además, que nos proporcionarán su
información personal y como evidencian una problemática determinada. Dentro de la
clasificación de las entrevistas no estructuradas usaremos la entrevista etnográfica.
9
La entrevista etnográfica -según Güereca Torres (2016)- explora experiencias pasadas de las
personas entrevistadas, ello permite decodificar y comprender como las mujeres trans
visualizan el mundo; con la finalidad de hacer énfasis en la voz de las sujetas. Serán realizadas
a lo largo de aproximadamente 2 horas por historia de vida.
Es decir que, como autoras de la presente tesis nos autonombramos feministas, ambas con
nuestra propia historia, por lo que guiaremos nuestra investigación desde un enfoque feminista;
es decir, con perspectiva de género. Según, Maribel Ríos Everando (2012) el trabajo
metodológico en la investigación social integra la teoría y la práctica; lo que da apertura a
estudiar desde diversos enfoques, posturas ideológicas y epistemológicas, que varían de
acuerdo a las preferencias de los/as autoras.
Ríos realiza una revisión histórica de las corrientes y tradiciones de investigación, mismas que
poseen una inmensa carga de misoginia; partiendo de la cultura occidental, donde las dos
tradiciones más importantes: aristotélica y galileana, poseen una invisibilización de las mujeres
(2012). Luego, existen otras corrientes como el positivismo, interpretativismo y
fenomenología; que serán reemplazadas por la hermenéutica, y la teoría crítica y feminista. Es
a partir de tal, que las investigaciones se han podido clasificar en cualitativas y cuantitativas;
más específicamente, es desde el punto de vista feminista que se trabaja desde lo cualitativo,
entendiendo que permite mayor profundidad analizando un número menor de casos;
complementando con la relación de acercamiento que se puede producir, en la que se generan
afectos y sentimientos (Ríos, 2012).
En definitiva, el hacer uso del punto de vista feminista en los estudios, potencia la capacidad
de usar diferentes metodologías; favorece a la triangulación de diversos métodos para recoger
resultados. Esto proporciona “obtener lo más verídicamente posible las acciones, los
sentimientos, las significaciones, los valores y las interpretaciones; es decir, las identidades de
las personas entrevistadas” (Ríos, 2012, pp. 188). Tal cuestión, es pertinente vincularla con la
presente investigación, considerando que es por medio de las técnicas de recolección de
información, que pretendemos acercarnos a sus realidades y escuchar su experiencia desde sus
voces.
Consecutivamente, complementaremos con teorías del transfeminismo. Entendiéndolo como
una teoría de la inmensa variedad de feminismos existentes; esta habla, resiste y transgrede
desde las mujeres trans. Lola Martínez Pozo (2020), menciona que las investigaciones de
género y disidencias, son necesarias puesto que permiten incluir problemáticas que por otros
10
sectores de investigación han sido invisibilizados. Martínez, aborda desde su experiencia
afirma que el realizar un estudio desde el feminismo, es incorporar diferentes teorías como el
transfeminismo, feminismo decolonial, queer, entre otras. A tal planteamiento -según
Martínez- es visto como un proceso de construcción de subjetividades políticas de la disidencia
sexual-corporal (2020). Es decir, la presente investigación estará guiada por teorías feministas
y transfeministas.
En suma, hemos decidido integrar al lenguaje inclusivo comprendiendo que el lenguaje ha sido
socialmente construido y masculinizado, es decir, que invisibiliza a las mujeres y a otras
identidades sexo-genéricas, pues, por lo general se usa el masculino para referirse a todas las
personas. Incluyendo el hecho de que, socialmente existe una estigmatización de todo tipo de
lenguaje que salga de la norma y transgreda al masculino; por lo que ha sido un reto para las
disidencias, lograr que sus pronombres y lenguaje se respete e integre.
Tomamos de base la Guía para el uso de un lenguaje inclusivo (2020) realizado por la
Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMP), se explica la importancia del lenguaje como
organizadora de nuestra experiencia práctica. No se debe desestimar la importancia que tienen
las palabras, imágenes y otros recursos que se utilizan y representaciones, símbolos y
estereotipos que se reproducen a partir de ellas. Empero, entendemos que, el lenguaje es un
producto social e histórico que permite aprehender la realidad, interpretar y reproducir, en una
sociedad que privilegia al género masculino. Es decir, permanecemos dentro de una sociedad
androcéntrica, en la que el uso del lenguaje es donde menos se nombra y visibiliza a mujeres u
otras identidades sexuales/género; en las que se cuece una práctica de violencia simbólica.
Ese lenguaje sexista hace uso de “[…] vocablos, oraciones, conceptos, imágenes o actitudes
que resultan discriminatorios por razón de sexo en base a una mirada dual y estereotipada del
sexo femenino y masculino” (UNMP, 2020, pp. 6), que es justamente la utilización de este
lenguaje que obstaculiza el real cumplimiento de los derechos humanos reconocidos a nivel
nacional como internacional. Entonces, la discriminación como la exclusión en el discurso y
las prácticas hacia las mujeres e identidades implican un obstáculo a la construcción de la
equidad. Por tanto, se debe proporcionar un cambio cultural que constituya “un nuevo sistema
de valores y representaciones de la realidad que sea radicalmente alternativo al del patriarcado”
(UNMP, 2020, pp. 10).
Ante esta alternativa, han surgido posiciones contrarias a la implementación de este lenguaje
de género o inclusivo ya que es acusado de degradación del idioma e incluso la lengua. Pese a
11
ello, la finalidad es todo lo contrario porque tiene como fin el reconocimiento de diversas
realidades que han sido ocultadas y menospreciadas dentro de un lenguaje discriminatorio;
permitiendo expresar sus experiencias y puntos de vista. De igual manera, este lenguaje
abarcaría no solo el uso de las palabras, sino el de la representación del mundo tanto simbólica
como ideológicamente. Y se realiza “denuncia social respecto a la violencia, discriminación y
desigualdad que sufren mujeres, gays, lesbianas, trans, y otros sectores histórica y
culturalmente relegados” (pp. 10)
En ese sentido, la UNMP nos presentan distintas estrategias para implementar el lenguaje
género-inclusivo en diferentes contextos en el ámbito de la universidad, pensando así una
“comunicación” libre de estereotipos y discriminación a grupos minoritarios y/o
marginalizados; que permitan ser visibilizados, como es el caso de nuestra investigación,
hablando de las mujeres trans. Por ejemplo, si las personas a quienes nos dirijamos pertenecen
a diversos géneros e identidades, no utilizar el masculino genérico como opción para dirigirnos
a ellas (2020)3. Ello considerando la importancia que se le debe dar a sus identidades,
pronombres y forma de auto percibirse.
Son tanto organizaciones como colectivas que han propuesto alternativas ante las limitaciones
del idioma español en cuanto a la utilización del genérico masculino, en un principio se
remplazó el “todos” por el “todos y todas”. Tal desdoblamiento fue criticado por ser innecesario
ante la existencia del masculino genérico y porque “afectaba la economía del lenguaje” (2020,
pp. 15). A pesar de ello surgen propuestas que aún no han sido aceptadas por la Real Academia
Española, como la de incorporar la letra “x” refiriéndose a la multiplicidad de género e
identidades sin necesidad del uso del género masculino y femenino.
La utilización de la letra “x" presenta una debilidad en la pronunciación, por lo que aparece la
“e” (todes) como forma de utilizar un género neutro y es ventajosa su utilización, ya que se
pronuncia fácilmente y no afecta a la “economía del lenguaje” que tanto afecta a los
“defensores de la lengua”, porque que es “morfológicamente claro y por sobre todo es
inclusivo” (UNMP, 2020, pp. 15). Además, que la implicación de este uso de lenguaje no tiene
ni debe incorporar nuevas palabras al idioma, solamente es el afectar la estructura gramatical
y la forma en que se nombra, es el construir realidades más equitativas y diversas. Y con ello,
3
Para reconocer otros modismos que implementa el lenguaje inclusivo hacia minorías como mujeres y
diversidades, lo encuentra:
https://www.mdp.edu.ar/attachments/article/127/GUIA%20Lenguaje%20Inclusivo%20en%20la%20UNMDP.p
df
12
gran parte de la comunidad LGBTIQ+ se sentiría incluida y visibilizada, como las personas de
género fluido o no binarias. Por tales razones y más, en nuestro papel de investigadoras
hacemos uso del lenguaje inclusivo como el de la “x” para la construcción de esta investigación.
13
CAPÍTULO II
2.1. ESTADO DEL ARTE: Estudios respecto a identidades, personas trans, violencia,
marginalidades y migración
Brevemente se desarrolla una revisión y exposición de los principales estudios realizados
respecto a la construcción de la identidad trans, la cuestión del cuerpo, lo queer, el
transfeminismo y la movilidad social; reflexionando su importancia en la dinámica social de
estructuras normativas propias del sistema. Asimismo, se visualizan distintos enfoques en los
estudios de lxs autorxs.
2.1.1. Cuerpo, territorio e identidades sexuales y genéricas
En los últimos años, los estudios respecto a lo trans se han incrementado. En Ecuador, se han
realizado algunas tesis y obras. Primero, encontramos a Trayectorias fronterizas de mujeres
transgénero: Identidad, cuerpo y territorio (2015), por Lina Camacho; esta es una tesis de
maestría que analiza la situación fronteriza de las mujeres en los territorios de Perú, Brasil y
Colombia, específicamente el margen fronterizo amazónico en el año 2012. Donde juega un
papel importante tanto, la cuestión de la frontera en la nación, como las fronteras en las que
están los cuerpos que no encajan dentro de la idea binaria del sexo y el género.
Los conceptos que guían mencionada tesis son la identidad, el cuerpo y territorio; considerando
que se entiende a la frontera desde una cuestión más amplia en comparación con lo geopolítico.
En suma, se realiza un nexo entre la heterosexualidad y lo racial, en relación al contexto
amazónico (Camacho, 2015). Es evidente que esta tesis dista mucho del problema de
investigación que planteamos nosotras; sin embargo, nos ayuda a entender otras formas en las
que lo trans se materializa, como lo son en las fronteras.
Igualmente, encontramos la tesis de Carolina Páez, titulada: Travestismo urbano, género,
sexualidad y política (2010); donde concibe a la ciudad como el escenario en el que se
interrelacionan las experiencias de sus diversos habitantes. Tras ello, surge una duda respecto
a qué es lo que lo “une” e “identifica”. Páez también vislumbra, a la ciudad y a los espacios
que existen dentro de esta, como lugares que permiten evidenciar a la segregación, apropiación,
entre otras cuestiones. Donde, además, se entrecruzan nociones que van más allá de la etnia;
tales como el género y la sexualidad.
Páez resalta la importancia de la organización social alrededor de la heterosexualidad,
considerando que es a partir de esta que se generan esquemas y normas específicas, lo que
supone que van a existir cuerpos que salgan de lo normativo (2010). En ello, se debe tomar en
14
cuenta la diferenciación entre lo público y lo privado; ya que, los cuerpos trans son los que
estarán relegados a la esfera de lo privado. Mientras que, se les excluye de la esfera pública,
misma que, es reconocida por ser la visible y la que posee el poder (2010).
Además, Páez plantea su estudio desde lo queer, ya que, concibe al género como algo
socialmente construido e impuesto. La obra de Páez resulta importante, reflexionando los
escenarios y contextos que expone; sin embargo, posee un enfoque diferente. Ya que, si bien
ambas se desarrollan en la ciudad de Quito, analizándolo en escenarios distintos. Pues, el
periodo que escogemos ha estado mediado por una enorme coyuntura respecto a la Comunidad
LGBTIQ+ y lo trans, como la legalización del matrimonio igualitario y la “primera” marcha
trans.
2.1.2. Inserciones, exclusiones laborales y experiencias de lxs cuerpxs trans
También, se encontraron otros estudios que abordan lo trans desde otras aristas. Tal es el caso
de Margarita Camacho, con un artículo publicado en la revista Ecuador Debate, titulado,
“Camellando” la vida en Quito y sin empleo. Diversidades Sexuales y de género: exclusión
social e inserción laboral en Quito (2009). En mencionada obra, se parte de un análisis que
engloba a toda la comunidad LGBTIQ+; donde, se sostiene la hipótesis de que las personas
que pertenecen a la comunidad son excluidas del campo laboral. Para su estudio, hace uso de
un enfoque cuantitativo, ya que aplica encuestas a cien personas, en la que divide en tres
grupos: el primero: homosexuales, gays, lesbianas, bisexuales; el segundo: transgénero,
transexuales y travestis y finalmente, el grupo hetero (2009).
Camacho (2009), centra gran parte de su estudio en la cuestión trans, puesto que, son estos
cuerpos los que, por lo general, son obligados a ejercer medios de subsistencia relacionados al
trabajo sexual corporal autónomo y a las economías informales. Además, de que son más
vulnerables a permanecer en condición de desempleo y subempleo, y son propensxs a
experimentar discriminación en los espacios laborales.
Un aspecto fundamental que es propuesto por la autora, son los trabajos a los que están sujetas
las personas con diversidad sexo genérica. Como, por ejemplo, las peluquerías; donde también
se emplean discursos que profundizan estereotipos, tal es el caso de “La tijera loca” (Camacho,
2009). Es decir, en la ciudad existen nichos laborales que permanecen en la subalternidad.
Además, hay que considerar que los cuerpos visibles son los que están mayormente expuestos
a la violencia simbólica y física; tal es el caso de las personas trans, que son pocas las que
alcanzan altos niveles educativos e inclusive, una larga vida. El artículo de Camacho es
15
importante pensando la delimitación que se emplea; pues, aborda únicamente la limitante
laboral, además, su estudio posee enfoque cuantitativo.
Otra tesis de pregrado, igualmente realizada en Quito, es: Encarnando interseccionalidades:
Experiencias de mujeres trans en Quito (2018), por Rebeca Sánchez. Aquí se aborda desde la
interseccionalidad, la cuestión de los cuerpos que no pueden ser encasillados en los binarismos
de género, sexo y sexualidad. La perspectiva que usa es la del transfeminismo y a partir de este,
pretende explicar las diversas experiencias trans, respecto al acceso al espacio público y la
reconstrucción del cuerpo.
Sánchez, toma como conceptos base: el género, sexo, el cuerpo y la interseccionalidad. Mismos
que le permitirán adentrarse en un panorama más amplio respecto a las formas de exclusión
trans. Lo interesante de la obra de la autora, es que, a su vez, hace un recorrido histórico y
teórico respecto a los cuerpos diversos en Ecuador y específicamente en Quito. Lo que permite
entender los contextos y escenarios de lucha en los que se desenvuelven las disidencias sexo
genéricas; esto vinculado a la lucha y resistencia del grupo, puesto que son estos espacios los
que se transgreden (2018).
Siguiendo la misma línea, está el artículo presentado en la revista Íconos por Ana Almeida y
Elizabeth Vásquez, con: Cuerpos Distintos. Ocho años de activismo transfeminista en Ecuador
(2010). Las autoras, parten del planteamiento de que los estudios queer han estado cruzados
por la línea de la colonización, dado que, se han basado en la academia estadounidense. A su
vez, se analiza al activismo transfeminista, específicamente el proyecto transgénero; ubica el
carácter histórico de los procesos, donde políticamente se ha trabajado desde diversos grupos,
asociaciones y colectivos, ejemplo de ello es: La Casa Trans, La Patrulla Legal, el Transtango
y la CONFETRANS (Confederación Ecuatoriana de Comunidades Trans e Intersex) desde
2002 (2010). Donde el principal objetivo es el generar un lenguaje desde lo trans, en conjunto
con la construcción de la ciudadanía de la población trans.
En su artículo las autoras también analizan la cuestión de la estructura y el actor. Ya que,
consideran que en los estudios de sexualidad es imprescindible tomar en cuenta esta noción;
pues, demuestra la articulación entre sus experiencias y el rol del Estado (Almeida & Vásquez,
2011). Además, la propuesta gira en torno a lograr una verdadera visibilización de la población
trans, respecto a la comunidad gay (2010). Ello posee gran relevancia, ya que, quiere decir que
la población trans, de alguna forma ha tenido que pelear por espacios no solo dentro de la
sociedad, sino también dentro de la comunidad LGBTIQ+.
16
2.1.3. Migraciones, fronteras y lo trans
Asimismo, la tesis de maestría de Lidia García nombrada Migración interna trans femenina
hacia Quito. Cuerpos, territorios, fronteras y trayectorias migratorias (2016), con un enfoque
de género centra su análisis especialmente en cómo el género y la sexualidad se articulan en
las trayectorias migratorias de las personas trans femeninas. Y se instalan en la ciudad. De esa
manera, la autora vislumbra la interconexión presente tanto en el proceso migratorio interno
como con las migraciones internacionales. Puesto que de esa manera tales desplazamientos
juntan no solo a ciudades, personas o problemáticas, sino sus resistencias.
A su vez, García se refiere a que el seguimiento de las migrantes permite reconocer sus
relaciones interpersonales, las ciudades donde circulan, trabajo, etc. El analizarlas desde su
condición de migración es importante para los estudios de movilidad y de género; sobre todo,
para comprender la característica principal de gran parte de las personas trans. Además,
menciona la ocupación de espacios clandestinos por las trans, quienes no tienen un
“comportamiento socialmente aceptado”; y que determina la construcción de relaciones,
apropiación de territorios, inserción laboral, etc. (García, 2016).
Asimismo, pone en cuestión si las migrantes trans puedan vivir “más libres” su sexualidad,
dado que, la articulación entre migración y sexualidad entiende que la sexualidad estructura la
dinámica de movilidad; que cruza también con los aspectos de clase, etnicidad, edad, entre
otras. Lo relevante del estudio de García es que nos explica la importancia de los procesos
migratorios en la vida de las mujeres trans. Tal cuestión resulta fundamental para entender las
dinámicas y vivencias de varias de las mujeres trans; pues, gran parte de ellas se han visto
obligadas a migrar de su lugar de origen, en búsqueda de mejores condiciones de vida.
Otra obra que también analiza la cuestión de las fronteras, es un texto realizado en Colombia
nombrado ¡A mí me sacaron volada de allá! (2012) por Nancy Prada, Susan Herrera, Lina
Lozano y Ana María Ortiz, quienes hablan desde las teorías feministas, feminismo
afroamericano y queer. Las autoras enfocan su eje en la temática de sexualidad y género,
alrededor de las identidades femeninas transgeneristas en la ciudad de Bogotá. El trabajo da
paso a un avance sobre estas complejas determinaciones sociales como la clase, color de piel,
generación y grupo etario; que las autoras consideran como una característica en común.
Prada, Herrera, Lozano y Ortiz marcan como relevante los conflictos armados que suceden en
el país como las guerrillas paramilitares. Que son un factor importante para los desplazamientos
forzados de las personas hacia otras ciudades, en búsqueda de seguridad; aspecto importante
17
por el cual las trans migran. Además, su condición de género vuelve a las trans sujetas
vulnerables a la violencia y amenaza; entendiendo su movilización cómo parte importante del
incremento de las clases populares y del servicio sexual como única alternativa. Es decir, las
autoras hacen todo un seguimiento de estos desplazamientos, transformaciones, y reflexiones
en torno a la experiencia trans.
2.1.4. Violencias transfóbicas, invisibilización y patologización
Margarita Camacho realiza una investigación en torno a las cárceles. Espacios donde se
disputan el poder y la violencia, este escrito es titulado: Cuerpos encerrados cuerpos
emancipados. Travestis en el ex penal García Moreno (2007), donde se realizaron denuncias
sobre el sistema penitenciario. También se desglosan las formas prevalecientes de concebir las
identidades de género, la sexualidad, deseo, culpa, etc. Camacho, centra su estudio en los
travestis; sujetos que habían sido invisibilizados por la academia que muy poco o nada se ha
investigado sobre la identidad travesti en el país. Además, cuestiona el cómo estos sujetos
sociales que han transformado sus cuerpos pueden ser marginados e invisibilizados (2007).
Camacho delimita su campo de estudio situando a las cárceles como un nuevo eje problemático
de violencia hacia la población trans; ello complementando el hecho de que, en su mayoría son
personas pobres las que son relegadas a las cárceles.
Por otro lado, Luisa Villacís en la tesis de maestría nombrada Cuerpos diversos, violencia
transfóbica y ciudadanía: Asociación Trans Nueva Esperanza (2020), se refiere a la violencia
transfóbica hacia los trans no solo por su identidad sexo-genérica diversa sino por el trabajo
sexual y la exposición en el espacio público. Llega a ser un problema que no les permite asumir
como ciudadanas y ejercer sus derechos. Este análisis es realizado en la ciudad de Ambato,
centrado en la construcción de identidad, las manifestaciones de violencia transfóbica y el
concepto de ciudadanía. Además del contexto nacional como internacional en materia de
derechos de la comunidad LGBTIQ+.
Villacís aborda a los cuerpos de personas trans asumidos como “cuerpos incómodos” y no
naturales, y que deben ser “disciplinados”. A la vez que estas subjetividades que no entran en
el modelo de la ciudadanía universal, son excluidas, patologizadas y por ende violentadas
(2020). Estudia las distintas violencias y discriminaciones que enfrentan las mujeres trans
quienes tienen una carga de intersecciones del sexismo estructural e histórico; violencia
compartida con mujeres lesbianas y bisexuales.
18
Esta investigación centrada en un espacio distinto a la capital (Quito), puede decir mucho en
los datos obtenidos de la experiencia trans, por lo cual, se diferencia de nuestras intenciones ya
que la autora abarca la noción de ciudadanía como principal, mientras que nosotras lo
abordamos por otra línea centrada en la identidad y marginalidad.
Por último, encontramos el artículo de Estela Serret llamado La conformación reflexiva de las
identidades trans (2009). El eje central de las identidades trans se constituyen en la confluencia
de dos prácticas discursivas como el discurso experto y militancia política. Tales proporcionan
un “abigarrado” conjunto de personas y elementos para designar/ubicar en el complejo
entramado de las identidades de género. E igualmente, contempla que personas transexuales,
intersexuales, travestis y transgénero se han nombrado, como lo que es posible dibujar “perfiles
identitarios” por el juego reflexivo entre el discurso médico-científico la invención del sexo y
el discurso sociológico político de la alteridad LGBT.
Serret menciona que la transexualidad encuentra sus orígenes en el S. XIX y XX. Se
proporciona bases discursivas para el surgimiento de las “identidades sociales transgresoras”
que han cuestionado al binarismo simbólico e imaginario que: “norma las actuaciones de
género y reduce sus posibilidades adecuadas a la existencia de hombres masculinos y mujeres
femeninas heterosexuales” (2009, pp. 80). La autora plantea como objetivo principal el mostrar
que las llamadas identidades trans emergen como efecto reflexivo (lógica característica de la
interacción social) de la confluencia entre diversas prácticas discursivas, estas identidades
quebrantan el binarismo normativo.
2.2. MARCO TEÓRICO
El marco teórico se ha desarrollado desde dos grandes vertientes que se conjugan y relacionan,
pero que a su vez se dinamizan desde distintas teorías, enfoques y autorxs. En primer lugar, se
ha tomado en cuenta las teorías queer con el transfeminismo para conjugarse con la
interseccionalidad; donde se han conceptualizado conceptos que nos compete explicitar como
el género, la identidad de género y la sexualidad. Aspectos dentro de los cuales se enmarca la
identidad trans.
Comprender las identidades que salen de la norma desde la otredad, es así que desde la cuestión
de la clase y el género es posible entender devenires y experiencias de personas trans en un
sistema de opresión y violencia. En segundo lugar, abarcamos la cuestión de la marginalidad
social como pilar fundamental para vislumbrar a las mujeres trans dentro de los espacios
públicos en la ciudad de Quito; tomando lo abyecto para interpretar el proceso de cómo las
19
sujetas trans se han ido relegando a la precariedad y a la marginalidad como tal. Planteamos
como prioritario adjuntar el contexto social de las mujeres trans en nuestro espacio delimitado,
sobre sus devenires y de los hitos sociales que reconocen sus situaciones.
2.2.1. Teorías queer y de la interseccionalidad: una aproximación hacia la identidad trans
2.2.1.1. La (de)construcción del género y la sexualidad desde las diversidades
La relación entre sexo y género ha sido compleja y analizada por varixs autorxs a través de los
años (Hines, 2020). Respecto al género, se ha discutido que este “puede entenderse como algo
mutable o maleable, o, por decirlo de otra manera, como fluido” (Hines, 2020, pp. 6), esa
fluidez se basa en que el género no parte de la biología; sino, que más bien, cambia en relación
a las preferencias sociales, culturales o individuales. Cabe señalar que, ello se vincula con otros
aspectos como el cuerpo, la identidad de género4 y expresión de género5; evidentemente, las
tres categorías son mutables también y variaran de persona a persona, dependiendo de las
decisiones y del entorno que posea cada individuo.
El género como una construcción social ha sido analizada desde la corriente del
constructivismo social6. Según Hines (2020):
Los roles de género -las pautas conductuales que se suponen normales o ideales con relación a
cada género- no están determinados en su totalidad por la biología y la evolución humanas, sino
que, hasta cierto punto, los crean y los perpetúan la sociedad, y la cultura en la que vivimos.
Las identidades y las expresiones de género que no se ajustan a la conducta prescrita se
presentan como anómalas. (pp. 46)
Es decir, que el género es una construcción social y cómo parte de este los roles de género,
estereotipos. Aspectos que se sustentan en las estructuras patriarcales que conforman normas
sociales y estigmatizan todo aquello que rompe los esquemas. De ahí, la importancia de
considerar y teorizar las identidades y expresiones de género.
Siguiendo la misma línea, la obra de Simone de Beauvoir, es referente para comprender la
construcción social, porque cuando la filósofa francesa distingue que No se nace mujer, se llega
a serlo (1949/1972) alude que, es la misma civilización quien elabora ese producto intermedio
4
La identidad de género hace alusión a cómo se percibe una persona; es decir, el ser hombre, mujer, una
combinación de ambos o a su vez, ninguno (Hines, 2020)
5
La expresión de género se refiere a la manera en la que una persona decide presentar su género en relación a
las demás personas. A su vez, muestra como el mundo interactúa con un determinado género; evidentemente
ello se vincula con los roles de género impuestos socialmente.
6
Según Sally Hines; el constructivismo social plantea que el individuo posee un papel activo dentro de la
construcción de su mundo; ejemplo de ellas son las interacciones sociales. Es decir, la visión de la realidad
social es una creación colectiva (2020).
20
entre el macho y el castrado al que se califica, como femenino. Por lo que se debería
“desbiologizar” las identidades de género, aquellas que han relegado a la mujer en un lugar
secundario (otro); y que la biología, de hecho, no es el destino.
Que estos condicionamientos biológicos han sido leídos y construidos desde patrones
culturales. Tanto hombres como mujeres desde su nacimiento han sido conducidos por parte
de la madre, padre, instituciones y el sistema en general para guiarlos hacia un género
(constructo social) en relación a su sexo; asignándoles roles, abarcando binarismos
(1949/1972).
Por consiguiente, el concepto de género ha sido analizado por más teorías, miradas y enfoques,
tomamos la obra de Gayle Rubin (1986), quien plantea uno de sus conceptos más importantes,
como es el sistema sexo-género. Define a tal como “el conjunto de disposiciones por el que
una sociedad transforma la sexualidad biológica en productos de la actividad humana, y en el
cual se satisfacen esas necesidades humanas transformadas” (pp. 97). A partir de ello, se puede
interpretar que el género es socialmente construido, a través del sexo biológico, cayendo en
binarismos; Rubin sostiene que esta es la base de opresión de las mujeres y las minorías
sexuales; a pesar de ello, considera que se deben analizar otras categorías como la división
sexual del trabajo. Por tal, el género también es el concepto que (re)produce roles, mismos que
determinarán lo que socialmente es (o no) permitido.
A su vez, Teresa de Lauretis (2015) teórica feminista especializada en los estudios de género
y queer, hace un recorrido sobre estos movimientos contraculturales que aparecen en los 60’ y
70’ en Estados Unidos. Debido a que; en ese país se evidenció un auge en el activismo político,
como el caso del movimiento negro “Panteras Negras”, protestas masivas de estudiantes y
docentes por la Guerra de Vietnam y el de los movimientos feministas. Asimismo, la autora
hace mención de los estudios de la mujer, de cultura popular, estudios afroamericanos, chicanos
y latinos en universidades estatales estadounidenses.
Es así que, investigadoras feministas introducen el concepto de “género”, eje central para la
crítica feminista del patriarcado7, como lo es la investigación de 1979 por la ya nombrada
antropóloga Rubin, expone la implicancia del sexo-género como sistema. El género o bien, el
“sistema sexo-género” era la “marca” -dice Laurentis-, de la mujer de una diferencia que
implica la subordinación en la familia y en la sociedad por las características anatómicas como
7
Patriarcado deviene del patriarca, que se ha denominado como aquella autoridad que llega a ser el varón, sea
padre, hermano, o esposo.
21
fisiológicas. Tardíamente, se suman los estudios lésbicos y/o gays a programas universitarios,
centrados en el interés respecto a la sexualidad, y son los estudios queer los que aparecen a
mediados de la década de los 90 (de Laurentis, 2015).
Cabe señalar que, Gayle Rubin realiza sus postulados desde la perspectiva feminista,
principalmente, desde el feminismo socialista estadounidense. Como tal, Teresa de Laurentis
se inscribe como teórica feminista, dentro de las teorías psicoanalíticas, estructuralistas,
semióticas y cinematográficas. Por lo que reflexionamos que el feminismo, nunca puede
hablarse en singular, este siempre debe ser nombrado en plural; puesto que, existe una extensa
teoría de los feminismos, considerando que, no todas las mujeres experimentan el mismo tipo
de opresión(es). Es así que, surge el transfeminismo como parte de los movimientos feministas,
el cual articula las problemáticas de personas disidentes como transgénero, transexuales,
travestis, no binarias8, etc.
Los estudios respecto a las personas trans han sido los estudios de género más recientes.
Entendiendo que, tanto las mujeres como hombres trans datan de hace mucho pero nunca se
los había teorizado como ahora9. Diversidades que han sido desvalorizadas; por la evolución
de la sociedad y por los estereotipos de género que los aprisiona. Problemáticas construidas a
partir del sistema sexo-género, y que ha facultado la discriminación por identidad y sexualidad
a estas diversidades, usando connotaciones negativas como lo fue el término queer.
Entendiendo a lo queer como: extraño, raro, excéntrico, de carácter dudoso o vulgar. Además,
que, la autora de Laurentis se refiere que en la década de 1970 se da el “movimiento de
liberación gay” donde hay una resignificación de esta palabra como orgullo (identidad), e
incluso de resistencia política.
Es así que, Belén Macías (2013) menciona que es a partir de los años 80 cuando apenas se
empiezan realizar estudios respecto a la transexualidad, e intersexualidad. Entendiendo lo
limitadas que resultaban ser las definiciones de masculino y femenino; pues, ambas dejan de
lado a grandes grupos que no encajan en lo determinado para cada categoría; ello daría paso a
8
Personas no binarias, son aquellas que no se autoperciben como “hombre” o como “mujer”, y que pueden
identificarse como un tercer género.
9
Foucault sostiene el concepto moderno de la homosexualidad desde el S. XIX, es entonces que los estudios
que abordaron de cierta manera a lo trans van primero por los psicoanalíticos, sin embargo, no hubo una
distinción entre la homosexualidad y el transgenerismo porque fueron pensados por inversiones entre
elementos masculinos y femeninos. Sólo en 1953 en el artículo de Henry Benjamin titulado “Travestismo y
Transexualismo” el término transexual indica una categoría especifica de persona, la identidad del invertido se
divide en dos en la homosexual y la transexual.
Para ver más, en el texto de Bernini de “Una introducción de la teoría queer”.
22
las identidades trans. Macías, expone la realidad por la que las personas trans atravesaron, ya
que, eran discriminadas e invisibilizadas por varios colectivos de gays y lesbianas. En suma,
explica que tanto la masculinidad y feminidad, no pueden catalogarse como identidades reales,
sino, como performance o representaciones de género normativas.
Respecto a la performatividad que hace Mención Macías, está una exponente teórica de la
performatividad de género, Judith Butler (2006), quien va desglosando al género como “una
forma de hacer, una actividad incesante performada, en parte sin saberlo y sin la propia
voluntad, no implica que sea una actividad automática o mecánica […]” (pp. 13). Sino que por
lo contrario da entender que es una práctica improvisada, ya que, el género se “hace” con el
otro, es decir, en medio de una socialización. Además, Butler se refiere a que el resultado del
“yo” está constituido por normas y depende de ellas, pues, esa normatividad que gobierna a la
persona produce el sentido de la diferencia, sobre quién es humano y quién no.
Butler (2006) indica que solo hace unas décadas atrás la discriminación de género se centraba
particularmente en las mujeres. Sin embargo, prevalece aún la discriminación con aristas como
es la clase, etnia, por alfabetización, etc. Asimismo, asume al género como identidad, como
sobresaliente, dentro de la política y la teoría trans; prácticas asumidas por lxs trans que
conllevan cargas sociales. Como que: “Las personas transgénero y transexuales están sujetas a
la patologización y la violencia, que una vez más, aumenta en el caso de personas trans de
comunidades de color” (Butler, 2006, pp. 20). Esa autonomía por escoger el propio cuerpo
implica enfrentarse a normas que han sido trazadas con anterioridad a sus elecciones.
Butler conceptualiza al género como el aparato de producción y normalización de lo masculino
y femenino; además de “formas intersticiales hormonales, cromosómicas, psíquicas y
performativas que el género asume” (2004, pp. 70). Es decir, que, por medio del género hay
una naturalización de las nociones de lo masculino y femenino. Sin embargo, Butler predispone
al género como un aparato para deconstruir y/o desnaturalizar esos términos, y poner en
“disputa” el género es desplazar más allá de los conocidos binarismos.
2.2.1.2. Pensando desde lo queer; incidencias y perspectivas
Lorenzo Bernini (2017) hace un recorrido por las definiciones de género, cuerpo sexuado,
identidad de género, orientaciones sexuales y de manera específica, explica la teoría queer.
Para Bernini, gran parte de las teorías queer contemporáneas se basan en la metodología
inaugurada por Foucault y se centran en la desnaturalización de las categorías del binarismo
sexual haciendo énfasis en su carácter de constructos históricos y su validez normativa.
23
Además, alude que las teorías queer representan un “estatus filosófico”, pues, interrogan su
sentido y ponen en duda su legitimidad en un horizonte de intersubjetividad. En suma,
responden a un “estatus crítico”, ya que presentan los puntos de vista de las minorías sexuales,
que, por un lado, oponen resistencia al régimen de verdad que las define y por otro las gobierna.
Según Bernini, existen varias obras y tratados donde se aborda, lo que antes era denominado
como “trastorno de la identidad de género o transexualismo”; tales, serían desarrollados en El
DSM (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders). Redactado por la Sociedad
Estadounidense de Psiquiatría, publicado por primera vez en 1952; sin embargo, en casi todas
las ediciones se veía a las personas que son parte de las diferentes identidades sexo-genéricas
como “anormales” o “perturbados”. En la quinta edición del DSM, del año 2013, aparece la
categoría de “disforia de género” y de igual forma, se sigue analizándola desde el lado de la
psiquiatría; tanto el homosexualismo y el transgenerismo, eran estudiados desde una misma
postura (2017).
Lorenzo Bernini (2017) también describe el proceso por el que atravesaron las primeras
personas transgénero, específicamente en Italia en el año de 1966. En el que, a pesar de la
represión y estigmatización que experimentaban, se presenciaba una fuerza y determinación en
las personas trans; donde, se nombraban, aceptaban su identidad y adecuaban su cuerpo a la
imagen de sí. Además, de que formaron un movimiento político; en el que se mostraban en
público desafiando la ley. Tales postulados, permiten entender las trabas y desafíos por los que
ha atravesado la población trans, misma que se la veía desde la mirada de la “anormalidad”.
Consecutivamente, Paul B. Preciado (2002), filósofo transgénero reconocido por los aportes
en la teoría queer y en estudios sobre el género. Da cuenta que, el concepto de contra-sexualidad
es el fin de la naturaleza del orden, que legitima la sujeción de unos cuerpos a otros. Según
Preciado, el análisis crítico a la diferencia de género y sexo es el producto de un contrato10
heteronormado. Preciado refiere a la performatividad de Butler debido que, las
performatividades normativas son incorporados en los cuerpos como “verdades”. Del mismo
10
Entendiendo al “contrato sexual” según estudios de género como la investigadora Carole Pateman quien
entiende al contrato como un pacto patriarca que hay entre hombres donde se distribuyen el acceso al cuerpo
de las mujeres, ésta crítica se basa los análisis de teóricos de la Ilustración sobre el contrato social como lo
fueron Rousseau, Locke, Hobbes, etc. quienes ponen como prioridad las necesidades e intereses masculinos
que requiere solo de la mujer para el sexo, el cuidado y la reproducción.
Para saber más está la obra de Pateman llamada El Contrato Sexual (1995) disponible en:
https://jcguanche.files.wordpress.com/2014/01/131498859-carole-pateman-el-contrato-sexual-1995.pdf
24
modo, afirma que la noción de performatividad es útil para entender los actos de habla de los
maricas y/o trans quienes “retuercen” el lenguaje hegemónico y se apropian de la fuerza
performativa.
Existen cuerpos que por primera vez toman la palabra y reclaman su propia identidad. Como
tal, Preciado denomina a una nueva sociedad contra-sexual, que deja atrás a una identidad
sexual cerrada; se deconstruye la naturalización de las prácticas sexuales y del sistema de
género. Esta crítica se presenta como una alternativa a proclamar una equivalencia de los
cuerpos, y las prácticas contra-sexuales, que, son vistas como “tecnologías de resistencia, dicho
de otra manera, como formas de contra-disciplina sexual” (Preciado, 2002, pp. 19). Y supone
que la contrasexualidad tanto en el género, sexo y sexualidad se comprenden como tecnologías
sociopolíticas complejas.
De hecho, en otro escrito Preciado (2008) cuenta respecto al contexto y situación de la
economía global que el S.XIX y S.XX está caracterizado por el trabajo industrial, la
preponderancia y acaparamiento de la industria farmacéutica y la industria audiovisual del
sexo. Pilares en el que se sustenta el capitalismo contemporáneo. Por lo que Preciado indica
que:
Estamos frente a un nuevo tipo de capitalismo caliente, psicotrópico y punk. Estas
transformaciones recientes apuntan hacia la articulación de un conjunto de nuevos dispositivos
microprostéticos de control de la subjetividad con nuevas plataformas técnicas biomoleculares
y mediáticas. La nueva economía-mundo. No funciona sin el despliegue simultáneo e
interconectado de la producción de cientos de toneladas de esteroides sintéticos, sin la difusión
global de imágenes pornográficas, sin la elaboración de nuevas variedades psicotrópicas
sintéticas legales e ilegales […], sin la extensión a la totalidad del planeta de una forma de
arquitectura urbana difusa en la que megaciudades miseria se codean con nudos de alta
concentración de capital. (pp. 31-32)
Que en este capitalismo que define Preciado como “capitalismo farmacopornográfico”
caracterizado por el control no solo de los cuerpos sino de sus sexualidades, inventa un sujeto
y lo produce a escala global. Este capitalismo ve en el deseo sexual como en la enfermedad
una misma plataforma de producción y cultivo. Justamente, la ciencia viene a ser una especie
de “nueva religión” en la modernidad, por su capacidad de crear y no simplemente de describir;
es la tecnociencia contemporánea.
Una economía farmacopornismo, es una “economía dominada por la industria de la píldora,
por la lógica masturbatoria y por la cadena de excitación y frustración en la que esta se apoya”
(Preciado, 2008, pp. 37); es decir, que se construye una forma de explotar al cuerpo y volverlo
consumidor. Se concibe al cuerpo según Preciado (2008) como: “entidad multiconectada”
25
incorporada de tecnología que, por tanto, no es un organismo ni una máquina; es un
tecnocuerpo. Que, “[…] el cuerpo individual funciona como una extensión de las tecnologías
globales de comunicación.” (pp. 39).
En suma, Preciado refiere a Donna Haraway para explicitar que el cuerpo del S.XXI es una
plataforma nociva de tecnobiopoder; poder y el control sobre un todo tecnovivo. Todo cuerpo
sea este muerto, suscita incluso una “fuerza orgásmica” y por el cual es portador de potencia
de producción de capital sexual. Como teórico del capitalismo farmacopornográfico, Preciado
indica que: “[…] el nuevo sujeto hegemónico es un cuerpo (a menudo codificado como
masculino, blanco, heterosexual) farmacopornogáficamente suplementado (por el Viagra, la
cocaína, la pornografía, etc.), consumidor de servicios sexuales pauperizados (a menudo
ejercidos por cuerpos codificados como femeninos, infantiles, racializados)” (2008, pp. 42).
Preciado (2008) vislumbra que en este sistema se genera un conjunto de representaciones
respecto al cuerpo, volviéndolo sexual y deseable. Como tal es un cuerpo farmacopornográfico,
un cuerpo efecto de un amplio dispositivo de representación y producción cultural. A ello
Preciado describe la situación de personas trans que siguen un protocolo de hormonizaciones,
de estatutos legales a continuar, él como parte de este grupo cuenta que “Algunas toman
hormonas siguiendo un protocolo de cambio de sexo, otros trafican y administran hormonas
sin esperar un cambio de sexo legal y sin pasar por un protocolo psiquiátrico, sin identificarse
como <<disfóricos de género>>” (2008, pp. 47). Retratando una sociedad de control sobre
estos cuerpos, sobre las hormonas, Preciado está a favor de que estas hormonas sexuales sean
libres y abiertas que no deben ser reguladas por el Estado y menos confiscado por compañías
farmacéuticas.
Además, Preciado se refiere a su propia experiencia con la testosterona. Puesto que sus palabras
tienen la libertad de elegir hacerlo como no, es consciente de que no muchas personas
transexuales pueden abiertamente hacerlo o el poder adquisitivo de acceder a un protocolo. En
complemento Preciado se refiere que (2008):
Decido conservar mi identidad jurídica de mujer y tomar testosterona sin entrar en un protocolo
de cambio de sexo. Esto es un poco como morderle la polla al régimen farmacopornográfico.
Esta posición es, por supuesto, un lujo político. De momento puedo permitírmelo porque no
tengo que salir a buscar trabajo, porque vivo en una ciudad de más de ocho millones de
habitantes, porque soy blanca, porque no espero ser funcionaria. Mi decisión no entra en
conflicto con la posición de todos aquellos transexuales que han decidido firmar un contrato de
cambio de sexo con el Estado para acceder simultáneamente a la molécula y a la identidad legal
masculina. (pp. 51)
26
Aquellos aspectos permiten comprender la forma en que este sistema capitalista, heterosexual
y normativo, ha colocado y ha violentado a personas trans, que lxs acorralan a través de una
sociedad normativa y que las conduce al consumismo, a la abstracción de normatividades
inconscientemente por ser las formas hegemonizantes y “normales” de vida. Es decir, repensar
estas vidas que han oprimido estructuralmente, y que probablemente lo sigan haciendo como
parte de la agenda capitalista de subyugar minorías para su propio sostén y ganancia.
Adentrándonos a los debates alrededor de la teoría queer dentro de nuestra región, están María
Amelia Viteri, José Serrano y Salvador Vidal (2011) indican que: “su traducción ha generado
debates, pues, va más allá de encontrar un término equivalente, aludiendo más bien a las
fronteras geopolíticas, raciales y sexuales, materiales y simbólicas que conforman en la región”
(pp. 49). Con ello, lxs autores hacen referencia a la prevalencia de estudios desde la mirada del
Norte al Sur, y no al revés; es decir se propone partir desde de los espacios que ocupan; ya sean
geográficos y/o políticos.
Viteri, Serrano y Vidal plantean que, lo queer tiende a reducir a las sexualidades marginales o
sexualidades no normativas, y a veces a ciertas poblaciones gays o lésbicas (2011). Porque
limita a la propuesta original de transgresor al término, que llega a ser incluso más relevante,
estxs autorxs mencionan que:
El continuar teorizando con marcos de estudios que suponen como recipiente de ciertos actos
(sea la homofobia por ser gay, el sexismo por ser mujer) debido a los marcos sociales, políticos
y/o culturales y sus intersecciones, así como influencias en el Estado, la religión, la familia, etc.
(2011, pp. 55)
Es decir, que, este análisis estructural abarcaría mucho más, a diferencia de los estudios
centrados en el rescate histórico o presente de las identidades gay o lésbica. Porque lo queer
antes de ser nombrado, existido o conceptualizado en América Latina, ha cobrado formas que
confrontan nociones lineales alrededor del género y las sexualidades, y al marco colonial con
una historia de desigualdades conocidas.
Dentro de Ecuador, la antropóloga y experta en estudios de género y queer, Amelia Viteri
(2009) despliega que, la resignificación del término queer confronta la normalización del
género y la sexualidad; abriendo espacios para una crítica a las lecturas de raza y etnicidad.
Viteri, explora la experiencia de un activista guayaquileño como estudio de caso, y describe en
generalidades las experiencias de personas gays en ciertos espacios de la ciudad; el acceso a
espacios intersecados por la cuestión de clase, género y sexualidad. También indica que, la
teoría queer “Busca ampliar el espacio de enunciación alrededor del género y las sexualidades
27
enfatizando sus inter-conexiones con la ‘raza’, etnicidad y clase principalmente” (pp. 63). A su
vez, tiene objeto el desnaturalizar nociones alrededor de los cuerpos, liberándolos.
Viteri realiza el estudio de caso desde una performatividad regulada por la masculinidad, en el
que lo afeminado era lo temible de la homosexualidad. Debido a que: “las formas de nombrar
y nombrarnos es una tarea imprescindible pues al hacerlo se convierte en una ventana hacia
cómo se socializa, internaliza y hace cuerpo la diferencia, particularmente en materia de género
y sexualidades” (2009, pp. 64). Entonces, las discusiones en la región son alrededor de lo queer
como lo transfeminista; es decir, no sólo tener una mirada unidireccional sino el mirar
intersecciones entre el género, sexualidad, raza, etnicidad, status migratorio. Lo que es lo
mismo que tener una mirada interdisciplinaria; donde, se conjuguen voces y la experiencia de
los cuerpos (Viteri, 2009).
2.2.1.3. Identidades hegemónicas, subversivas y la Otredad
2.2.1.3.1 La cis-hetero norma patriarcal, dominación masculina y sus alcances
Para repensar la cuestión de la identidad es menester abarcar la identidad hegemónica como
aquella “legítima” y con la capacidad de ordenar las cosas desde un sistema cis-hetero
patriarcal11; que estructura las vidas, modismos, autoidentificaciones, discursos, entre otros.
Partiendo de los antecedentes y contextos respecto a tal, habría que señalar que, a lo largo de
la historia se evidencia en las primeras sociedades humanas, primaba el nomadismo. Y hace
aproximadamente 10 000 años tal cuestión cambia, dando inicio al sedentarismo y surgimiento
de sociedades sustentadas en un modelo social agrario12. Actividad que producía excedente y
permitía que varias personas se dediquen a la ocupación de otros trabajos; como el comercio,
servicio militar y desarrollo de tecnologías avanzadas (Hines, 2020).
11
Para comprender lo que conlleva el sistema cis-heteropatriarcal, habría que exponer qué se entiende por
“cis” la cisnormatividad, proviene del término que se conoce como “cis-género”: es la identidad de género
alienada con el género asignado al nacer.
Mientras que lo “hetero-patriarcal” se entiende como sesgo cultural que tiende a estar a favor de las
relaciones heterosexuales, porque son sólo estas vistas como lo “normal y aceptable socialmente” y preferidas
a contrario de las relaciones homosexuales.
Y este sistema se ha compuesto por reglas, normas sociales como culturales que obligan a las personas a
actuar conforme a patrones heterosexuales dominantes e imperantes.
En caso de mayor información está el informe de CIDH 2015, disponible en:
http://www.oas.org/es/cidh/informes/pdfs/violenciapersonaslgbti.pdf
12
Con sociedades agrarias nos referimos a aquellas que basan su economía en la agricultura y ganadería.
Situación que prevalecía hasta el advenimiento de la industrialización (siglos XVIII y XIX) (Hines, 2020)
28
Hines (2020) cuenta que, en tales sociedades la organización social de la vida giraba en torno
a la generación de riqueza a través de la tierra. A su vez, los roles de género ya se podían
visualizar; considerando que, los hombres realizaban el trabajo de campo y las mujeres se
dedicaban a las tareas del hogar y crianza de los hijos/as. Aparentemente, tal división se
realizaría en función de la fuerza física de los hombres, en comparación con las mujeres;
además, del rol biológico de la mujer de embarazarse, parir y amamantar
Siguiendo la misma línea, la filósofa y escritora feminista marxista: Silvia Federici, analiza la
transición del feudalismo al capitalismo desde un punto de vista de las mujeres, del cuerpo y
de la acumulación primitiva (2011). Indica que, la historia de las mujeres se entrecruza con el
nuevo orden capitalista que reemplaza el feudalismo y que va redefiniendo las relaciones entre
mujeres y hombres y la reproducción de la fuerza de trabajo.
Federici, alude que, las mujeres eran subyugadas al orden masculino, cuerpos de mujeres han
sido el uso y desuso; cosificándolas. Es decir, tomándolas como mero objeto para satisfacción
de los hombres y propio del control social, naturalización o normalización. El capitalismo ha
creado formas más brutales de esclavitud ya que: “inserta en el cuerpo del proletariado
divisiones profundas que sirven para intensificar y ocultar la explotación” (2011, pp. 90); se
debe fundamentalmente por la división entre hombres y mujeres que va exaltando una forma
de acumulación de la vida.
De esa forma es nato entender que, el sistema se ha ido construyendo con el paso hacia el
capitalismo actual; cual hegemoniza los sentidos de la vida, conforma y repudia actos no
naturales. Se ha construido una sociedad que excluye lo que no conjuga dentro de los
binarismos, que se distingue así por: si naces con una vulva eres mujer o si naces con un pene
eres un hombre. Asimismo, Federici (2011) desde su perspectiva feminista pone en cuestión la
situación de mujeres en el período de acumulación primitiva porque es en este dónde se
expropia no solo las tierras, o la fuerza de trabajo, sino que además se sigue una lógica de
violencia y exclusión social; una acumulación de diferencias, desigualdades y jerarquías.
Y es este sistema patriarcal, que según Federici “la construcción de un nuevo orden patriarcal,
que hacía que las mujeres fueran sirvientas de la fuerza de trabajo masculina, fue de
fundamental importancia para el desarrollo del capitalismo” (2011, pp. 176). Dentro de este
sistema que teme de las mujeres, teme que ellas se vuelvan desobedientes al orden masculino;
y son los hombres quienes han sido cómplices de estos procesos para mantener su poder,
respecto al capital por la dominación de las mujeres y niños. Es a ese mismo orden que
29
feministas atrás se han enfrentado sea por el voto, la libertad de divorcio y actualmente la
legalización del aborto; son desobediencias que han aflorado ante la represión del sistema
vigente.
Entrelazando respecto a las reflexiones acerca del orden masculino como la cisheteronormatividad, tomamos al sociólogo francés Pierre Bourdieu (2000) quien explica que:
El orden social funciona como una inmensa máquina simbólica que tiende a ratificar la
dominación masculina en la que se apoya: es la división sexual del trabajo, distribución muy
estricta de las actividades asignada a cada uno de los sexos, de su espacio (pp. 22).
Es decir que, existen espacios en los que a los hombres y las mujeres se les relega a: espacios
públicos para el primero y privados al segundo grupo, una relación de dominación de los
hombres sobre las mujeres.
Igualmente, Bourdieu (2000) se refiere a la construcción social de los cuerpos y sus
movimientos, y que, a través, de la socialización colectiva, indica que: “Las identidades
distintivas que instituye el arbitrario cultural se encarnan en unos hábitos claramente diferentes
de acuerdo con el principio de división dominante y capaces de percibir el mundo de acuerdo
con ese principio” (pp. 38). Pese a ello, el orden masculino se inscribe en los cuerpos, en formas
de orden físico, como el social, que inculcan a excluir a las mujeres, asignándoles tareas
inferiores, enseñando cómo comportar su cuerpo y sustentando todas estas obligaciones como
algo ya “presupuesto” respecto a las diferencias biológicas y es base de las diferencias sociales.
Bourdieu (2000) sostiene que a través de la educación se van dando maneras de manejar al
cuerpo y de sus partes, posturas que a la final tienen una carga moral. Es decir que, en la sola
posición, identificación y colocación de los cuerpos tienen una carga o falta de, estructurado
por directrices de orden masculino, de relaciones de dominación y subyugación. Sobre cuerpos
femeninos; la feminidad, tiene una carga histórica, que puede especificar las realidades de las
personas diversas dentro de lo que Bourdieu denomina como “lo torcido, a lo menudo, a lo
mezquino, a lo fútil” (2000, pp. 45), es otra forma en la que el mundo ha limitado a las mujeres.
Y es esa identidad masculina y hegemónica que adquiere la capacidad de disminuir a otras
identidades, apelando a lo que es “natural” y porque se atribuyó “socialmente”. Bourdieu
sostiene que: “el privilegio masculino no deja de ser una trampa […] que impone en cada
hombre el deber de afirmar en cualquier circunstancia su virilidad” (2000, pp. 68), porque el
hombre quien pierda el estima o admiración de sus iguales es relegado a la categoría
“femenina” de los débiles, de los mariquitas, de las mujercitas. La construcción del concepto
30
de virilidad es para los hombres y va contra la feminidad, con miedo a lo segundo y seguro de
sí mismo (2000).
Siguiendo la misma línea se ha discutido el concepto de heterosexualidad obligatoria. Revisado
principalmente por el lesbofeminismo; en tal, aparecen autoras como Ochy Curiel (2013) quien
citando a Adrienne Rich, muestra como la institución de la heterosexualidad obligatoria está
ligada a otras instituciones. Que, de igual forma, se sustentan en la explotación a la mujer,
como la maternidad y la importancia de la familia. En suma, Rich sostiene que, a lo largo de la
historia, han aparecido distintas formas de explotación que parten de tal concepto; como, el
matrimonio, el amor romántico, la prostitución, el incesto, los esposos abusadores, la
segregación laboral, acoso sexual, entre otros (Curiel, 2013).
La cuestión de la heterosexualidad obligatoria está mediada por el mandato prevaleciente de la
dominación del hombre por encima de la mujer. Además, de que se sustenta en estructuras
patriarcales que crean normas socialmente aceptadas; lo que condiciona a otras formas de
orientación sexual, identidad y expresión sexo-genérica. Es decir, que a partir de la
heterosexualidad obligatoria se vislumbran otras formas de opresión que a lo largo de los años
ha recaído sobre las mujeres; sin embargo, se ha empezado a teorizar respecto a las disidencias
sexuales.
2.2.1.3.2. Conocimiento situado desde la otredad, opresiones e identidades
La sociedad aprueba y construye una cierta forma de “ser” y “hacer”, y dentro del cual deviene
de un orden masculino patriarcal, en el que se van desglosando formas de ver y conceptualizar.
Por ejemplo, están los estudios de la identidad que tienen como base el plantear a la diferencia,
la otredad y la representación. Stuart Hall (2010), teórico cultural y sociólogo jamaiquino, hace
un recorrido desde la racialización del otro, para lo cual, define a la diferencia, argumentando
que “es la diferencia entre blanco y negro lo que significa, lo que carga significado” (pp. 431432).
Ello para contrastar que ambos permanecen bajo una cuestión relacional y de ambivalencia,
donde, una depende de la otra para su significado. Hall, sostiene que en oposiciones binarias
como masculino/femenino, se capturan la diversidad del mundo, dentro de sus extremos y que,
a su vez, serán una manera cruda y reduccionista de establecer significado (2010). Con ello,
podemos interpretar que en las oposiciones binarias siempre hay matices y formas que salen
de la norma. Los planteamientos de Hall nos permiten conceptualizar a las diversidades.
31
Hall (2010) proporciona una interesante línea de intersección porque no sólo se abarca la
cuestión de género, sino la cuestión de la etnia para abordar que dentro de las relaciones de
dominación entre distintos grupos. Se han subyugado a personas negras, a personas pobres, a
personas diversas, entre otras más y que se las ha excluido y violentado como lo normal o
natural, que nos permite asimismo poner en cuestión a la marginalidad que se los ha relegado;
porque son lo otro y extraño, y son estas características referenciadas a las mujeres trans. Y
simplemente la teoría de Hall complementa la cuestión de la identidad, de estas identidades
oprimidas e ignoradas.
Por otro lado, Donna Haraway (1995), describe que el género está construido por el discurso,
mismo que, también media la sexualidad; que estarían intervenidos por la sociedad burguesa,
que prima la figura del hombre y el racismo. Indica que, la vida social se estructura a partir de
binarismos como el de naturaleza/cultura y son las feministas de la segunda ola quienes critican
esta lógica. También, defienden a la relación cultura/género sobre la de biología/sexo; dado
que, ello produjo varios debates que analizaban la cuestión de la dominación masculina, las
estructuras científicas, el uso del lenguaje, entre otras. Menciona, que el género va a depender
de la cultura, por ende, puede poseer diversas formas de ser entendido y vivido.
Haraway, citando a Sandra Harding (1983), expone que es ella quien realiza una crítica al
sistema sexo/género de Gayle Rubin, aludiendo que es momento de complementarlo con otros
conceptos. Es así que, encuentra tres elementos del género: 1) una categoría que otorga
significado a todo, 2) una manera de organizar relaciones sociales y 3) una estructura que
permite organizar una identidad personal. Tales planteamientos, según Haraway serían
fundamentales para entender la complejidad y el valor problemático de la política basada en
las identidades genéricas; la alternativa que plantea, basándose en Jeffrey Escoffier (1985) es
teorizar desde las nuevas formas de subjetividad política, que se vinculan con los estudios de
identidad (Haraway, 1995).
Lo importante de los planteamientos de Haraway, es que manifiesta que a las identidades se
las debe estudiar desde el conocimiento situado, ya que, de esta manera, se entenderían así a
las identidades como fragmentarias, móviles y ubicadas en una “globalización de las
dependencias”. Ello da paso a:
i) postular identidades, que en lugar de ser cerradas y opuestas, sean abiertas, faciliten las
afinidades y se reconozcan cruzadas por muchas y diversas diferencias; ii) apreciar que el
sujeto, como la capacidad de acción y el punto de vista, no es algo dado o predeterminado, sino
algo que se está produciendo y nos responsabiliza; iii) defender que no caemos en el relativismo
cuando reconocemos que sólo es posible un conocimiento «objetivo» si se parte de una
32
perspectiva colectiva, parcial, interesada y consciente de las violencias y reinvenciones que ella
misma introduce; o iv) sensibilizar las luchas de clase con cuestiones raciales y sexuales, a la
vez que disolvemos las dicotomías establecidas entre raza y etnia, sexo y género, organismo y
marco cultural, etc. (Haraway, 1995: pp. 30-31).
Es decir, que es por medio del conocimiento situado de las identidades, se puede establecer un
desmantelamiento de las dicotomías que priman y estructuran gran parte de la vida social.
Donde, además, se ha sustentado el discurso científico que, desde el patriarcado, capitalismo,
racismo y otras categorías, han universalizado el pensamiento. Lo que, en suma, permite
entender la diversidad dentro de las propias identidades, considerando que, en la sociedad, las
identidades aparecen como inamovibles e impuestas.
2.2.1.4. Interseccionalidad: Una mirada desde la clase y el género de las mujeres trans
2.2.1.4.1. Antecedentes de los estudios desde la interseccionalidad
Los estudios de la interseccionalidad tienen como base el feminismo negro, donde, Kimberlé
Williams Crenshaw, académica estadounidense especializada en los estudios de la raza, parte
de la premisa de la experiencia compartida, donde, analiza a determinada situación
(aparentemente personal) de violencia, y propone que se las reconozca como parte de un
sistema de dominación, lo que, generará políticas identitarias en las personas negras, gays,
lesbianas y otros grupos (2012). Además, problematiza la cuestión de cómo las políticas
identitarias tienden a ignorar las diferencias que pueden existir dentro de un determinado grupo
social, en el que, pueden surgir otras categorías igualmente importantes, como es el caso de las
mujeres que su situación está atravesada por el sistema de opresión de la raza o la clase.
Williams Crenshaw (2002), expone que al partir de la interseccionalidad no se debe creer que
un sistema de dominación oprime más que otro; sino, que es el encuentro de las diferentes
estructuras, que se puede entender a la interseccionalidad, pues, las dimensiones de la clase,
raza o género no son independientes, sino que están entrelazadas. Consecuentemente, explica
que tales categorías producirán otras problemáticas, como el acceso dispar a la vivienda,
empleo, discriminación, entre otros. Aunque, según la autora, cuando una persona se encuentra
en la posición económica más baja, su situación está atravesada también por la raza o por el
género, lo que significa, que el modo en el que afronta la pobreza, va a ser específica, en
comparación a otros grupos sociales. Ello, a su vez, permite entender, la situación de las
mujeres trans, sujetas de estudio de esta tesis de investigación.
2.2.1.4.2. La clase social e identidad trans como objeto de estudio de la
interseccionalidad
33
Por otro lado, Andrea García Becerra (2015), académica colombiana, analiza la situación de
las mujeres trans de Bogotá. En conjunto, con la categoría de clase social, con la finalidad de
mostrar la incidencia de la misma en los procesos identitarios. García, toma el concepto de
habitus y capitales de Pierre Bourdieu y lo asocia a las experiencias trans, hablando de un
habitus trans; además, hace hincapié en el acceso diferencial a los capitales económicos,
culturales y sociales, y como estos generan una inmensa variedad de procesos identitarios,
vinculados a la cuestión del cuerpo y construcciones estéticas y políticas de las personas trans.
Los habitus trans, según García Becerra:
Se construyen inmersos en unas condiciones objetivas binarias que restringen las opciones
identitarias a la dualidad masculino-femenino, hombre-mujer. Las disposiciones que a partir de
allí son engendradas, generalmente son disposiciones “compatibles con esas condiciones” de
producción de habitus sexuados y, “en cierto modo preadaptadas a sus exigencias” que
responden a una estructura binaria del orden social, el cuerpo, el sexo, el género y la estética.
(2015, pp. 95)
Con ello agrega, que existen alternativas que permiten romper cuestiones totalizadoras del
habitus trans, tal como, la contrastación con la experiencia empírica de las mujeres trans, dado
que, cada una existe y resiste desde un determinado lugar de enunciación; donde se pueden
analizar diferentes categorías, como la exclusión o discriminación (García, 2015).
Sumado a las obras de García en el capítulo número tres “Clase, raza: intersecciones
encarnadas” del texto nombrado Tacones, siliconas, hormonas, quien retoma la experiencia
trans en conjunto con distintas intersecciones que encarnan estas personas. Porque la exclusión
que experimentan las mujeres trans tiene que ver con la clase social, es el lugar que ocupan en
el espacio social, debido a que: “[…] Cuando se relacionan las identidades de género no
normativas con unos posicionamientos marginales en el espacio y en las instituciones, se
producen y reproducen unas formas específicas de violencia y exclusión” (García, 2018, pp.
133).
García (2018) hace una interesante reflexión entre que podría ser una experiencia similar el de
una persona negra en una sociedad blanca y la experiencia de una persona trans en una sociedad
binaria, ya que, existe un “común denominador” que es la marca de sexo y raza; ambas han
sido definidas como lo “minoritario” o lo inferior. La autora, además, nos indica que, encarnar
la marca de lo otro, es: “saberse por fuera de la categoría dominante, lo que implica una
constante tensión en el reconocimiento como persona” (García, 2018, pp. 141), este tipo de
vivencias sobre todo en lo público encarna en la población trans la diferencia y la violencia
simbólica-material, que se cruzan por los distintos tipos de capital: social, económico, cultural.
34
2.2.1.4.3. El cuerpo, lo abyecto y la explotación
De la misma manera, es necesario referirse a la cuestión del cuerpo, la construcción de
binarismo como la politización/aceptación de cuerpos hegemónicos que hace Federici. Quien
describe que dentro del sistema capitalista y heteropatriarcal13 se da un proceso del
disciplinamiento del cuerpo, lo recoge de Michael Foucault. Federici se refiere a la
transformación y reconceptualización del cuerpo en Europa occidental, iniciando en el S. XVI,
donde la clase dominante transforma a la persona; se castiga su desnudez, sexualidad y la
socialidad como improductivas. Se extiende y se profundiza esta politización del cuerpo, como
fuente de todo mal, que es considerado como “la primera máquina desarrollada por el
capitalismo […]” (Federici, 2011, pp. 201).
De esta forma, se deriva una “degradación” sobre el cuerpo, pero no cualquier cuerpo, el cuerpo
del pobre, el de la mujer, los cuerpos diversos, y es el Estado que tiene control sobre estos
cuerpos, los politiza y a partir de eso se van creando “subjetividades” (Federici, 2011). Esas
subjetividades entrañan las formas de ver los cuerpos, cuerpos que importan y los que no; como
el cuerpo del otro. Tal es el punto de esas concepciones que, Federici alude que en el S. XIX
el trabajador vende voluntariamente como mercancía su fuerza de trabajo, es decir es visto a
su cuerpo como mero objeto de bien y de utilidad, que se reafirma así con la construcción
unívoca de un modelo prototípico del individuo para todos/as.
Con esas consideraciones, tanto las miradas o preconcepciones sobre el cuerpo como algo
“externo” a nosotros”, como ajeno o débil incluso, se superpone el sentido de la razón; el cuerpo
es el que inspira miedo o repugnancia y está en constante observación frente al resto (Federici,
2011) Y pone en consideración sobre cuáles cuerpos son socialmente aceptados, cuáles son
esos cuerpos que pueden acceder a los espacios públicos/privados, a los servicios, a cuáles
cuerpos se les puede y debe “apreciar”. Se legitima así una cierta forma el opinar sobre aquellos
cuerpos que no entran en los cánones y saltan esta norma; cruzados por la raza, género, la clase,
etc. y son estos cuerpos de los cuales se llega a excluir, discriminar o violentar.
Siguiendo la teorización del cuerpo, Judith Butler (2008), parte de la categoría del sexo como
una cuestión normativa, que Foucault denominaba “ideal regulatorio” (pp. 18). Es así como el
13
Investigadoras feministas como se mencionó antes, empezaron a teorizar acerca de la opresión de la mujer
dentro del sistema, y entienden que dentro de este sistema capitalista actual en el que se maneja la sociedad,
las mujeres son mucho más oprimidas tanto en el sector privado y público por el varón (padre, hermanos,
familiares varones, pareja, etc.) Y como tal, los roles de las mujeres han sido ligados con la maternidad, le
cuidado, y/ciertas aptitudes que le corresponden por el hecho de ser mujer.
35
sexo, no sólo es parte de la norma, sino que además producirá cuerpos que gobiernan, que
poseen la fuerza reguladora aparece como poder productivo, con la capacidad de producir
cuerpos que controla (2008). A su vez, Butler plantea al sexo como una construcción que se
materializa a través del tiempo, por lo que, no es estático o propio de un solo cuerpo.
Para Butler, lo que se debe tomar en consideración para la materialidad de los cuerpos
serán:
(1) la reconsideración de la materia de los cuerpos como el efecto de una dinámica de poder,
de modo tal que la materia de los cuerpos sea indisociable de las normas reguladoras que
gobiernan su materialización y la significación de aquellos efectos materiales; (2) la
comprensión de la performatividad, no como el acto mediante el cual un sujeto da vida a lo que
nombra, sino, antes bien, como ese poder reiterativo del discurso para producir los fenómenos
que regula e impone; (3) la construcción del "sexo", no ya como un dato corporal dado sobre el
cual se impone artificialmente la construcción del género, sino como una norma cultural que
gobierna la materialización de los cuerpos; (4) una reconcepción del proceso mediante el cual
un sujeto asume, se apropia, adopta una norma corporal, no como algo a lo que, estrictamente
hablando, se somete, sino, más bien, como una evolución en la que el sujeto, el "yo" hablante,
se forma en virtud de pasar por ese proceso de asumir un sexo; y (5) una vinculación de este
proceso de "asumir" un sexo con la cuestión de la identificación y con los medios discursivos
que emplea el imperativo heterosexual para permitir ciertas identificaciones sexuadas y excluir
y repudiar otras. (2008, pp. 19)
A partir de ello, se puede vincular con las personas trans, dado que se asume al género como
una construcción social; además, de que se realiza un análisis respecto al imperativo
heterosexual, lo que permitirá la apertura de diversas identidades. Cabe mencionar que, para
Butler, la reconstrucción de la materia de los cuerpos tiene que ver con la esfera de los seres
abyectos, los que no son considerados sujetos. Dice:
Lo abyecto designa [...] aquellas zonas "invivibles", "inhabitables" de la vida social que [...]
están densamente pobladas por quienes no gozan de la jerarquía de los sujetos, pero cuya
condición de vivir bajo el signo de lo "invivible" es necesaria para circunscribir la esfera de los
sujetos. (2008, pp. 20)
Butler agrega que el sexo se desplaza por diversas categorías que tendrán que ver con los
discursos, que, a su vez, se vincularán con la identidad, aunque, también puede una
desidentificación. A pesar de ello, menciona que tales discursos se movilizan a través de
prácticas que hacen énfasis en la desidentificación con las normas reguladoras que materializan
la diferencia sexual. Tal cuestión permitirá analizar una reconceptualización sobre los cuerpos
que importan y los que no (2008).
Es así que, basará gran parte del debate en la materialidad del cuerpo, que estará mediada por
el poder y la imposición de la heterosexualidad; esto quiere decir que, no existe posibilidad de
escapar de la ley reguladora, pues, para Butler la significación del cuerpo sexuado, no serán un
36
conjunto de acciones que favorezcan a mencionada ley, sino que serán la acumulación de citas
o referencias y disimulación que produce efectos materiales (2008).
2.2.1.5. Respecto a la violencia en las mujeres trans
2.2.1.5.1. Conceptualizando la violencia desde lo simbólico a la violencia por
prejuicio
Para comprender el concepto de violencia simbólica, un gran referente es Bourdieu (2000),
quien reconoce que se ha hecho uso de lo simbólico de forma muy reduccionista, por ejemplo,
que se llega a minimizar muchas veces la violencia física hacia las mujeres. Sin embargo,
Bourdieu denuncia esos usos y afirma que: “Los dominados aplican a las relaciones de
dominación unas categorías construidas desde el punto de vista de los dominadores,
haciéndolas parecer de ese modo como naturales” (2000, pp. 50), como tal, en las situaciones
que se ejercen estas violencias “sutiles” se producen a través de la percepción, apreciación y la
acción que constituyen hábitos. De esa manera, para poder entender esta fuerza simbólica que
pregona Bourdieu el describe que es:
Una forma de poder que se ejerce directamente sobre los cuerpos y como arte de magia, al
margen de cualquier coacción física; pero esta magia sólo opera apoyándose en unas
disposiciones registradas, a la manera de unos resortes, en lo más profundo de los cuerpos.
(2000, pp. 54)
Es decir, que esa homogenización del poder de lo simbólico, o en este caso de la violencia
simbólica, está en el trabajo previo para la dominación y transformación de los cuerpos de
manera permanente. Porque mientras más invisible o sutil es, más poderosa resulta. El autor
indica que, los dominados contribuyen a esta lógica de dominación sin reconocerlo, y aceptan
límites impuestos o formas de “emociones corporales” como: vergüenza, timidez, ansiedad,
entre otras pasiones y/o sentimientos (Bourdieu, 2000).
Esas distintas maneras de dominación, de directrices de la propia conciencia y de su voluntad
que mantiene “con las censuras inherentes a las estructuras sociales” (2000, pp. 55). Porque de
esta forma le es imposible al oprimido tomar conciencia o voluntad porque la dominación está
inscrita en lo más íntimo de los cuerpos. Además, que los efectos de dominación en los cuerpos
feminizados se les atribuye la responsabilidad de su propia opresión, como que “deciden optar
unos comportamientos de sumisión (las mujeres son sus peores enemigas) por no decir que le
gusta su propia dominación, que disfrutan con los tratamientos que se les inflige” (Bourdieu,
2000, pp. 56). Es decir, que todo aquello está constituido por una “propia naturaleza”.
37
Entendiendo que, esta violencia simbólica es compatible con la realidad de las mujeres trans,
dado que tales responden a una lógica de feminidad, de lo concebible como “débil”, y lo que
le ha atribuido a lo “raro” como desviado o feminizado, es claro que la violencia se despliega
a través de los discursos que recaen sobre estas personas, su orientación sexual o su
autoidentificación. Y ello es posible trasladarlo no sólo a la violencia por medio del discurso o
miradas, sino también a lo físico porque se ha internalizado en nuestra conciencia en “cómo
deben ser los cuerpos, en binarismos, en comportamientos, etc.”; hay una doble exclusión por
identificarse como mujeres y como persona trans.
En el año 2015, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)14 bajo su función
de la promover los derechos humanos en el continente americano. La CIDH en el informe
titulado “La violencia contra personas LGBT” demuestran una preocupación por las distintas
formas de violencia dirigida a personas Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex y la
ausencia de medidas estatales para mermar sus problemáticas. De esta manera, nos deja
entrever una visión generalizada de lo que sucede en un marco americano sobre la violencia.
Entendiendo que, el ímpetu de violencia sucede por “el deseo del perpetuador de “castigar”
dichas identidades, expresiones, comportamientos o cuerpos que difieren de las normas y los
roles de género tradiciones, o que son contrarias al sistema binario hombre/mujer” (2015, pp.
37).
Si la violencia simbólica perpetúa de forma más arraigada sobre cuerpos e identidades no
“naturales”, se faculta la posibilidad de que se desarrolle sobre la conciencia colectiva los
prejuicios, estigmas, etc. La CIDH alude a una preocupación en el contexto de la región,
caracterizado por prejuicios estereotipados contra las personas de diversidad sexo-genérica. Y
la misma ausencia de justicia contra estos crímenes produce una legitimación de violencia
contra ellas.
A ello se refieren a lo que se denomina como violencia por prejuicio. Entendiendo esta
violencia como un fenómeno social y no como un hecho aislado; que tal violencia tiene un
contexto y una complicidad social dirigido a ciertos grupos sociales y con una “carga
simbólica” como tal. En suma, los conocidos “crímenes de odio”, actos homofóbicos o
transfóbicos según el caso, son entendidos dentro de la violencia por prejuicio ya que va “contra
la percepción de sexualidades e identidad normativas” (2015, pp. 49).
14
Para saber más de CIDH: http://www.oas.org/es/cidh/mandato/que.asp
38
Eso se debe por consecuencia de los contextos sociales, y los mismos Estados que castigan a
disidencias, sexualidades o identidades, porque no se ajustan a los estándares; y vuelven sus
vidas en la exclusión y marginalidad. Entendemos así que, a las mujeres trans se las castiga y
mata por su identidad y los casos no son tomados con la seriedad necesaria; además que viven
una violencia constante en cualquier área social; no acceden a educación o salud pública.
2.2.1.5.2. Vida precaria: El otro, la imagen y la representación
Siguiendo la misma línea, Judith Butler (2006) expone la forma en la que la estructura y la
demanda son importantes para entender la perspectiva del otro, pues, es a partir de ello que se
podrá reconocer una existencia y, además, una existencia precaria; en el caso de que la demanda
de esta fracase. A su vez, esto se vincula con la formación de nuestra propia voluntad y la
incapacidad para ser interpeladxs con las realidades de lxs otrxs. Consecutivamente, Butler,
cita a Emmanuel Levinas, para explicar la cuestión del rostro; aludiendo que, es por medio de
este que podemos ser exhortadxs moralmente, que también realiza una demanda ética. El rostro
no es algo físico, no se relaciona con la boca, sino más bien, con los discursos que salen de
esta.
El rostro puede ser cualquier parte del cuerpo; lo que se debe entender es cómo estas partes del
cuerpo hablan, sollozan y demuestra sufrimiento. El rostro evidencia la precariedad del otro
(Butler, 2006). Comprender lo que significa el rostro reflexiona Butler es visualizar la
precariedad de la vida; sirve para establecer la noción de lucha e instaurar en el corazón de la
ética. La autora critica la postura de Levinas, argumentando que sus postulados no se basan en
el pacifismo, sino en una constante lucha entre sufrir violencia o infringirla.
Al estar vinculados el rostro y el discurso –Según Levinas– se debe relacionar al lenguaje y a
la demanda, puesto que podemos ser retenidos por esta última. Por tal, existe violencia dentro
del nombre que se nos asigna, las imposiciones y respuestas que deben darse hacia la alteridad.
Otro aspecto clave a considerar de la obra de Levinas, es su postura respecto a la humanizaciónrepresentación; por lo que es más recurrente que entre mayor deshumanización exista más
violencia. Tales afirmaciones proponen el replantearse el rol de la humanización, considerando
que en muchos casos puede ser selectiva, temporal o asignada por medio del rostro (Butler,
2006).
De lo mencionado anteriormente Butler (2006) explicita que, surge la noción de la imagen y la
representación. Solo se nos es expuesto en imágenes, aquello que consideran que es lo que se
debe ver y saber; sin embargo, no se vincula con la realidad, ya que esta atraviesa un proceso
39
de desafío para construir la representación. Se debe también reflexionar el hecho de que en los
medios se suprime la noción de lo humano; lo que según Butler responde a un problema más
amplio puesto que es a partir de ello que se llega a comprender quien es más humano y quien
es menos humano. Tal, funciona por medio de esquemas normativos, que silencian, eliminan
y sustraen vivencias y experiencias; al punto de aseverar la inexistencia de una vida. Lo que
conlleva diversas formas de vivir violencia, pues, comprende que solo ciertas vidas y muertes
importan; mientras que otras quedan borradas. Cabe señalar que, esto tiene que ver con la
imagen e identidad pública que se proyecta ante una determinada sociedad, en la que se
establecen parámetros de lo permitido.
Asociando lo expuesto con lxs cuerpxs trans, determinamos una constante violencia hacia ellxs.
Partiendo con la imagen, representación y perspectiva de los medios; muchos de los cuales ante
una problemática que sea demandada por parte de los movimientos trans, es invisibilizada.
Pues en muchos de los casos, son borradxs, no respetan sus pronombres o en el peor de los
casos, al existir un transfeminicidio, se refieren a estos como “muerte de un hombre vestido de
mujer”. Considerando que son cuerpxs que se salen de la norma, inaceptados por la sociedad,
cuyas violencias y muertes no importan; no solo para las estructuras del sistema, sino también
para las personas que conviven en un determinado espacio social, pues no somos interpelados
hacia y por las realidades de lxs otrxs.
2.2.1.5.3. Formas ejemplificadas y representaciones físicas/materiales de la
violencia hacia lxs trans
Retomando el informe de la CIDH se refiere a la violencia que enfrentan las mujeres trans,
mencionando que, se encuentran en un círculo de violencia, discriminación y criminalización;
que comienza desde una edad temprana dentro de hogares, comunidades o en las mismas
escuelas (2015). Asimismo, en la mayoría de los países de la región se suma la ausencia de
dictamines legales que reconozcan la identidad de género. Según datos del organismo “la
mayoría de las mujeres trans que son asesinadas son menores de 35 años de edad” (2015, pp.
38), son y han sido vulneradas por parte de fuerzas de seguridad del Estado, que vuelve su
límite de vida más corta y es un problema social el cual se debe cuestionar para evitar que más
personas trans sigan muriendo; y la sociedad ignore este grave problema.
Además, si de violencias hacia a la comunidad LGBT se trata, se somete a muchxs de ellxs, en
ciertos casos, a actos de violencia sexual como violaciones o abusos sexuales, a torturas, se lxs
deshumaniza tanto como castigo por cuestionar lo que es socialmente aceptado. Y que “la
40
violencia y la discriminación de la que son víctimas las mujeres lesbianas y trans es perpetrada
con el fin de castigar a las identidades femeninas que traspasan los límites impuestos por las
sociedades normativas” (2015, pp. 38-39). El estigma es manejado por la CIDH a razón de que
es un proceso deshumanizante, degradante, desacreditador y desvalorizado de las personas de
ciertos grupos sociales, ya sean atributos cualidades o la misma identidad es considerada como
“inferior” o “anormal”; es decir que existe uno superior y es normal contrario a lo extraño.
En conjunto de estas reflexiones en cuanto a la violencia, están los estereotipos entorno a la
sexualidad, de género, binarismos que superponen maneras de deber ser y actuar con los otros.
Con Rebecca Cook y Simone Cusack (2010) aluden que: “los estereotipos nos ayudan a
entender, simplificar y procesar los infinitamente variables atributos, características y roles
individuales del mundo en que vivimos” (pp. 12). Es decir que, de esta manera se categoriza a
las personas, se estereotipa según su género, color de piel, idioma, religión, orientación sexual
y origen racial/étnico. Y que tales asignaciones ignoran necesidades, habilidades,
circunstancias y los deseos individuales, restringen ciertas identidades y exhorta otras.
Para comprender por qué se estereotipa, Cook y Cusack dicen que se debe definir a las personas
por categorías. De esa manera maximiza la facilidad de entender y predecir, para saber con
cuáles personas nos relacionamos y así saber su comportamiento. Según ambas autoras se
estereotipa para “crear un “guion de identidades”, para asignar normas y códigos que fijan en
que se espera, que hombres y mujeres vivan sus vidas y la forma en que puede preconcebirse”
(2010, pp. 16).
A veces es inconsciente en que se piensa en términos de estereotipos que, a su vez, va
contrastado con la violencia simbólica antes descrita. Que es en el uso de estos estereotipos
cual se va hallando consuelo y tranquilidad, porque es “familiar”. Y es en este acto donde se
define la diferencia, porque etiquetamos a ciertas personas como “diferentes de la norma con
la que tenemos familiaridad; especialmente de nosotros mismos” (Cook y Cusack, 2010, pp.
19), porque así se va a escribir un modo de ser de la identidad que describa la forma en que un
grupo debe comportarse.
Explícitamente Cook y Cusack (2010) mencionan que: “los estereotipos de género se refieren
a la construcción social y cultural de los hombres y mujeres, en razón de sus diferentes
funciones físicas, biológicas, sexuales y sociales” (pp. 23), quiere decir que son creencias que
se tienen sobre las personas que incluye la personalidad, comportamientos y roles,
características físicas, ocupaciones y presunciones sobre la orientación sexual. Ambas autoras
41
nos dirán que justamente el género describe un sentido de identidad, construyen características
de los individuos como los significados de las diferencias sexuales arraigados en los cuerpos,
mentes e identidad.
Y este tipo de estereotipos son “resilientes son dominantes y persistentes. Son dominantes
socialmente cuando se articulan a través de los sectores sociales y las culturas y son socialmente
persistentes en cuanto se articulan a lo largo del tiempo” (Cook y Cusack, 2010, pp. 25), se
pone en condición la subordinación de ciertas personas como las mujeres o diversidades
feminizadas.
En agosto del 2020 la Relatoría Espacial sobre los Derechos Económicos, Sociales, Culturales
y Ambientales (REDESCA) de la CIDH en su “Informe sobre Personas Trans y de Género
Diverso y sus derechos económicos, sociales, culturales y ambientales” dedican una serie de
apartados a las personas trans, justamente en uno titulado “Femineidad trans”. Que explica
acerca de experiencias de mujeres trans, por ejemplo, que, es en el círculo de exclusión que se
enmarca una promulgación de prejuicios sobre ellas, y es de esa manera que un 90% de ellas
realicen el trabajo sexual.
Esclarece en el informe que, incluso los medios visuales transmiten la idea de que estas
personas deberían corresponder al “show business”; es decir, al mercado sexual, trabajo sexual,
etc. Y de esta manera estos prejuicios sobre lxs trans crean obstáculos para el desarrollo
educacional y profesional, y que: “finalmente consolida la espiral de exclusión, con la aparente
“inevitabilidad” de ocupar solamente espacios determinados, a los cuales suelen quedar
reducidas. […], incluso, que mujeres trans terminen construyendo sus cuerpos para satisfacer
las demandas de esos ámbitos” (2020, pp. 42).
La CIDH también se refieren acerca del sistema de escolaridad y el difícil acceso de las
personas trans. Se debe a que está intersecado a que las personas trans como lxs de género
diverso en la etapa de su niñez sufren una grave expulsión de sus hogares, debido a que asumen
su identidad de género dentro de ellos, y se exalta su nivel de vulnerabilidad. Entendiendo así
que, sin importar el origen económico o social se traduce a que las personas trans serán
severamente empobrecidas en toda su vida, porque al ser expulsadxs quedan en condición de
calle y abandono, impidiendo mantenerse dentro del sistema educativo (2020). Asimismo,
implica el forzoso ingreso a la prostitución infantil, sus infancias son interrumpidas, que “las
arroja a una corta edad a un mundo de personas adultas, en el que deben desarrollar
herramientas para la propia supervivencia” (2020, pp. 80).
42
Como tal, es prioritario tener en cuenta las infancias y adolescencias trans porque son un
resultado de opresiones y humillaciones ante la libertad que tienen las personas de identificarse
como deseen y se sientan. Un problema que imposibilita el desarrollo propio de lxs jóvenes en
instituciones educativas ya que son docentes y autoridades que les niegan su propio
reconocimiento, sino que también despliegan discursos de odio y hostigamiento hacia personas
trans y diversidades.
La Comisión reitera que, en Latinoamérica la exclusión y discriminación en el ámbito laboral
por razones de identidad y expresión de género son desencadenantes que pone un sinfín de
pobreza continua. Las principales barreras que afectan a las personas trans para acceder al
mercado laboral vienen relacionadas con la falta de oportunidades educativas, “la falta de
reconocimiento de su identidad de género, los altos niveles de prejuicio y discriminación, el
registro de antecedentes penales, y otras causales como el estatus migratorio, la edad o el estado
serológico” (CIDH, 2020, pp. 113). Que tanto el prejuicio social como el estigma pesa y es la
principal causa de violencia y falta de oportunidades laborales incluso cuando las personas
posean calificación y la idoneidad, porque no se las consideran aptas e incluso se opta por
puestos donde no tendrán contacto visual con el público.
2.2.2. El contexto de marginalidad social de las mujeres trans en quito
2.2.2.1. Teoría de la marginalidad y la cuestión de cuerpos abyectos (trans)
La teoría de la marginalidad ha sido estudiada desde una cuestión macro y estructural; que
parte de teorización de la región latinoamericana. Por ende, presentaremos un esbozo sobre las
principales obras que analizan la marginalidad; con la finalidad de comprender las dinámicas
macrosociales a las que están sujetas las mujeres trans de clases populares, que residen en Quito
y son latinoamericanas. Asunto que consecutivamente la iremos enraizando con la cuestión del
cuerpo y el concepto abyecto que delimita a las mujeres trans en ciertos estigmas y a
condiciones de precariedad.
2.2.2.1.1. La Marginalidad: Aproximación a la obra de Aníbal Quijano y
Dolores Juliano
Partimos de los postulados del sociólogo y teórico político peruano, Aníbal Quijano (1966)
quien refiere el concepto de marginalidad habría ganado popularidad en Latinoamérica, debido
a los problemas asociados con el “subdesarrollo”. Esclarece que, el término de marginalidad
ha circulado en dos variantes: como es la “teoría de la personalidad marginal” desarrollada por
la sociología norteamericana y la “teoría de la situación social marginal” que abarcaría la
43
literatura latinoamericana respecto al subdesarrollo. Quijano indica que, el concepto de
marginalidad fue introducido por Robert Park en 1928, quien lo define como un “fenómeno de
desorientación psicológica de los individuos sometidos a una situación de conflicto cultural”
(1966, pp. 2). De cierta manera el hombre marginal es condenado a vivir en dos sociedades o
dos culturas, ambas antagónicas entre sí y superpuestas en relación de dominación.
Aquella “personalidad” de los individuos sometidos a la marginalidad, está reflejado por las
discrepancias y armonías que existen entre ambos mundos; constituyendo una “personalidad
marginal”. El autor expone que, este contexto descrito responde a un fenómeno psicológico,
ya que, el individuo “no es capaz de orientarse coherentemente frente a los problemas de
participación cultural. La marginalidad es un signo de la personalidad” (Quijano, 1966, pp. 2).
Esta teoría surge por efectos del cambio cultural que sucede en la sociedad norteamericana
dentro de los años veinte del siglo pasado, debido a la llegada de olas migratorias de judíos e
italianos y la incorporación de “grupos nacionales” con culturas diferentes y conflictivas como
tal.
Quijano se refiere también a la marginalidad como “situación social”, centrando a grupos
sociales y no a los individuos en sí. La cuestión de la marginalidad se introdujo por problemas
surgidos ante el proceso de urbanización tras la Segunda Guerra Mundial, donde, la población
cargada por un gran número de migrantes se apoderó de la fuerza del espacio para poblar en
las ciudades más importantes. Situación que llegó a ser preocupante, ya que, esas apariciones
y aglomeraciones regularmente sucedían en las zonas rurales, y puso en la mira esta situación
porque los espacios eran la urbe. Tanto la invasión de tierras y las aspiraciones de estas
poblaciones desprivilegiadas supusieron un fenómeno nuevo de estudio, y se catalogó aquello
como “problema de poblaciones marginales”.
Ahora bien, la noción de marginalidad se agrega la condición social de las poblaciones,
entendiendo así a la marginalidad social, que, según Quijano, “caracterizada básicamente por
problemas de interacción de sus elementos con los demás de una determinada estructura global
de la sociedad” (1966, pp.18). Asimismo, en el año de 1972 Quijano continúa reflexionando
respecto a la marginalidad, describe que la población marginal latinoamericana se constituye
en un nuevo estrato que atraviesa toda la sociedad. Y que según el autor:
Los mecanismos de marginalización están operando en todos y cada uno de los sectores de
actividad económica, urbanos y rurales, en forma combinada y no únicamente en uno de ellos,
puesto que los excluidos en uno cualquiera lo son también en los demás, imposibilitando el
intercambio de la mano de obra entre ellos, tal como fue normal —con discontinuidades de
44
ritmo y rezagos temporales—en el mercado de trabajo del capitalismo industrial autónomo,
antes de su etapa actual. (1972, pp. 89)
Entendiendo que, en todo momento de las sociedades han existido personas excluidas de forma
más o menos continua por el mercado del trabajo, como de ingresos suficientes para el acceso
a bienes y/o servicios. Quijano indica que, esas gentes habrían estado dispersas como
individuos o grupos pequeños, que procedían de distintos sectores económicos de la sociedad;
lo que se denomina como “lumpenproletariat” cuales forman un mundo de anomia,
aislamiento, soledad o miseria; propio de la marginalidad. Y que es producida por razones
psicológicas individuales como por “procesos de reducción temporal del mercado de trabajo
urbano en algunos sectores” (1972, pp. 89).
Como tal, la población es secretada por cada uno de los sectores económicos y por cada una de
sus ramas. A consecuencia, no solo es numéricamente grande, sino que ocupa un “nivel
marginal” en todo el sistema, es decir, no sólo es un grupo en un solo sector, sino un conjunto
de grupos en cada sector, y de este modo es un estrato nuevo que “atraviesa el cuerpo entero
de la sociedad” (Quijano, 1972, pp. 90).
El hecho de que se constituya un volumen alto de esta población resulta en dos problemas como
es la visibilidad y agrupación. Refiriendo a la visibilidad propia, de la propia percepción de los
marginados como el del resto de la sociedad; mientras que la agrupación se relaciona con la
visibilidad, ya que, es difícil una atomización y dispersión de esta población numerosa, pues,
se ubican juntos como un grupo o un conjunto. Quijano añade que, esas formas de ser y hacer
de la población marginada traen consigo formas de relación, de comunicación,
comportamientos y percepciones de la realidad; superpuesto por las necesidades de
sobrevivencia y defensa.
A su vez, la antropóloga argentina Dolores Juliano (2004) explica que el concepto de exclusión
va de la mano con la marginación. Partiendo de los postulados de Linda Nicholson (Profesora
de estudios de sexualidad, género y mujeres) sostiene que, el poder opera en los diferentes usos
de los conceptos y como estos dan apertura a que se generen formas de interacción humana,
mientras se marginaliza y suprime otras.
Con ello, se entiende que el conocimiento ha sido producido por quienes más poder posean;
produciendo y reproduciendo “un mundo” que favorecerá a unos/as, mientras que, marginaliza
a otros/as. En tales, por lo general, se excluye a las afroamericanas, lesbianas, ancianas, mujeres
45
pertenecientes a las “minorías” étnicas o del Tercer mundo, lo que detonará en que tales grupos
reclamen por la producción de sus propios discursos, así como, su validez y legitimidad (2004).
Juliano –retomando a Fraser– menciona que existen dos tipos de injusticias: las de distribución
y las de reconocimiento. Agregando que se debe tomarlas en consideración cuando se habla de
la construcción social del género. Ya que el reconocimiento actúa en conjunto con la
subordinación social y la explotación económica; lo que provoca la naturalización en la
restricción del uso recursos y de puestos de toma de decisiones. Cuestiones que, para Juliano,
se relacionan con las estructuras de parentesco y la heterosexualidad. Asimismo, menciona que,
en las construcciones identitarias de género, se deben considerar las categorías de
estigmatización, explotación, privación de derechos sociales y privación de recursos
económicos; pues, la exclusión social se vinculará directamente con modelos centrados en
aspectos económicos (2004).
Vinculándose al concepto de marginación, Juliano (2004) señala que sí se la analiza desde el
género se visualiza que, desde el inicio ello tendrá que ver con la conformación de un grupo
que no posee sentido de pertenencia, que rompe la norma y se las considera extrañas o
extranjeras; lo que detona en segregación, misma que se relaciona con los mecanismos de
marginación y segregación. Por otro lado, parafraseando a San Román, Juliano sostiene que la
persona marginada está incluida en el sistema social, pero, ocupando posiciones periféricas; a
pesar de ello, hay que tomar en cuenta que la marginación atraviesa longitudinalmente la
sociedad, con mayor énfasis si se trata de discriminación por género.
Es decir, según Dolores Juliano, la relación marginación/exclusión van de la mano,
considerando que ambas categorías suponen –de alguna forma– la precariedad de la vida.
Donde, unos sectores se verán mayormente vulnerados, pues, existen algunos que poseen una
carga histórica de exclusión y marginación fuerte, lo que conlleva a una doble violación de sus
derechos, ya sean estos sociales o que tengan que ver con la privación de recursos. Nombramos
a la marginación, considerando que, según varios autores, esta detonará también en
marginalidad.
2.2.2.1.2. El cuerpo, lo abyecto y lo trans
Continuando en la reflexión es menester recordar las maneras de ser y hacer de las personas,
la performatividad que se mencionó en el capítulo anterior. En el que cada sujeto/a repite
obligatoriamente normas anteriores que lo han constituido y que no se descartan por voluntad
propia; están en nuestros inconscientes y forjadas desde la mera concepción de la persona.
46
Estas normas delimitan o animan al sujeto de género, es aquí donde se van forjando modos de
resistencia, subversión, etc. Personas quienes no se acercan a este ideal repetitivo de ser, no
aceptan los preconceptos que se tienen del género y que determina cuál corresponde. En el
contexto social, son un gran número de personas que existen dentro de géneros distintos, que
según Butler (1990/2001) se introducen a zonas que no son “vivibles” dentro de este sistema
binario de sexo-género; circunscrito en las dicotomías de hombre/mujer o masculino/femenino.
Se entiende por esas zonas invivibles a aquellos espacios públicos que han sido privatizados
por la política del gobierno, no permitiendo la expresión de sexualidades diversas y como tal
condenan estas personas a la abyección, es decir a una vida “precaria” llena de restricciones de
su propio ser. Así también son espacios delimitados por las construcciones sobre la sexualidad
que se intersecan también por las categorías de clase y raza.
Es así que, las personas marginales están desprotegidas por los códigos morales o las normas
sociales que rechazan sus conductas o condiciones sociales/económicas, etc. Como son las
conductas sexuales que infringen el sistema binario, concibiéndose como una amenaza, por lo
que tantas instituciones sociales expropian a estos grupos humanos. Su condición o estatus de
sujetos, según Butler (1993/2002), las instituciones son aquellas que forjan o construyen
sujetxs y tienen un control de estxs, se asocia al discurso de la marginalidad; se los segrega y
repudia a quien no se ajusten a las normas y al orden social.
Estos seres repudiados o denominados como “seres abyectos”, se caracterizan por carecer de
competencias para actuar como sujetos. Siendo así que, ocupan espacios o posiciones de
subalternidad15 en la sociedad, y son proclives a perturbar el orden porque introducen prácticas
“inconcebibles” dentro de los valores de la cultura y la mera racionalidad. Para profundizar en
el concepto de “abyecto”, tomamos a la filósofa y psicoanalista francesa, Julia Kristeva
(1980/2004), plantea por abyección al “objeto expulsado que se opone al sujeto, pero que al
mismo tiempo ejerce atracción sobre él” (pp. 8). Es decir, que, ese objeto actúa amenazante
para el sujeto porque a la vez que atrae repulsa y perturba una identidad, un sistema o un orden.
Lo abyecto aquel que no respeta limites o reglas, es ambiguo, que escapa de la “pureza” de la
identidad definida, que “desde el exilio, de desafiar al amo. Sin avisar(le), solicita una descarga,
una convulsión, un grito” (Kristeva, 1980/2004, pp. 8), ambigüedad que permite que sea
percibido como abyecto. Y que cualquier figura corporal como la de mujeres trans sean
15
Término designado a los sectores marginalizados y clases inferiores de la sociedad, propuesto por Antonio
Gramsci (Año)
47
rechazadas y calificadas como “abyectas”. También Kristeva indica que: “Abyecto. Es algo
rechazado del que uno no se separa, del que uno no se protege de la misma manera que de un
objeto. Extrañeza imaginaria y amenaza real, nos llama y termina por sumergirnos”
(1980/2004, pp. 11). Se entiende así la situación de un gran número de mujeres trans por el
hecho de identificarse como mujer y como trans.
A su vez, como sujetas tienen un libre ejercicio específico de su identidad y de sus derechos
sexuales, son estas mismas las que se han condenado como “perversas16”; porque no siguen
una lógica normativa dentro de la cual una persona está en posición de “objeto”, como
instrumento del deseo y goce del otro. Es decir, hay un cuerpo usado y abusado, es parte del
ejercicio del poder que es naturalizado por quienes detentan esta dominación.
En esta sociedad heteronormativa tiende a rechazar este tipo de prácticas, justamente porque
transgreden el orden masculino, Kristeva entiende así que:
No es por lo tanto la ausencia de limpieza o de salud lo que vuelve abyecto, sino aquello que
perturba una identidad, un sistema, un orden. Aquello que no respeta los límites, los lugares,
las reglas. […] La abyección es inmoral, tenebrosa, amiga de rodeos, turbia: un terror que
disimula, un odio que sonríe, una pasión por un cuerpo cuando lo comercia en lugar de
abrazarlo, un deudor que estafa, un amigo que nos clava un puñal por la espalda (1980/2004,
pp. 11).
Es así que, el individuo abyecto se construye no por el reconocimiento de quienes le rodean,
sino por el propio reconocimiento, de su propio territorio como lo denomina Kristeva, y que en
ese reconocimiento y en esa extrañación este se salva.
2.2.2.2. Contexto de las mujeres trans en la ciudad de Quito.
2.2.2.2.1. Antecedentes para comprender la vida y lucha de las mujeres trans
A partir del año 1997 se establece en el territorio ecuatoriano la despenalización de la
homosexualidad, es decir, deja de ser un delito (Sancho & Platero, 2018); pues, a las
diversidades y disidencias se las caracterizaba como enfermas o anormales. Luego de ello, hay
un cambio en el año 1998, porque se incorpora en la Constitución la “no discriminación” hacia
las personas por su orientación sexual y en el año 2008, en la última Constitución del Ecuador
se tipifica los delitos de odio contra las personas de diversidades e identidades sexo-genéricas
(Piedrahita, 2020).
16
Kristeva indica que lo abyecto es lo perverso, porque no asume alguna regla o ley, sino que se desvia,
descamina o se corrompe (2004).
48
Para, Paulino Ramos (2019), la despenalización de la homosexualidad se convertiría en un hito
para la comunidad LGBITQ+17. Es a partir de tal fecha que, cada 27 de noviembre de todos los
años se recuerda y conmemora la lucha constante de todas aquellas personas que lucharon
incansablemente por la defensa de sus derechos reproductivos y sexuales. Cabe señalar que, a
pesar, de que las personas pertenecientes a las identidades y diversidades sexo genéricas,
visualizan y entienden a la despenalización como un logro; también lo consideran como una
motivación y develación de las luchas que aún están por alcanzarse. Tomando en cuenta que
constante y diariamente enfrentan una batalla por no ser invisibilizadas, olvidadas, marginadas
y excluidas.
A su vez, Fernando Sancho Ordoñez y Lucas Platero, en Memorias posibles para el movimiento
trans, exponen el auge respecto a las transformaciones y movilizaciones dadas desde diferentes
ámbitos sociales. Mismas que detonan en “la emergencia de sujetos políticos cuyas vidas
fueron criminalizadas por su orientación sexual, expresión e identidad de género” (2018, pp.
50). Eran consideradas personas que estarían condenadas a la persecución y a la clandestinidad,
debido a la estigmatización detrás de cualquier persona que rompa la norma heterosexual.
Continuando, Sancho Ordoñez & Platero (2018), toman la noción de memorias como una
forma de reconstruir el pasado significativo de un determinado grupo social o una sociedad.
Los autores plantean momentos importantes alrededor de las vivencias trans; en los que,
primero: se considera relevante el papel que jugaron las personas travestis, pues, fueron un
grupo que experimentó mayor represión cuando la homosexualidad aún no se despenalizaba.
De hecho, Juan Aguilar (2018) destaca una serie de relatos sucedidos en los años 90 y que
describiría muchos más acontecimientos previos a la despenalización del 97, debido a que tales
experiencias tanto de homosexuales como travestis padecían fuertes abusos y violaciones por
parte de policiales como el de la sociedad. Por ejemplo: “Los travestis siempre han tenido que
soportar agentes malolientes, viejos y mal hablados que, luego de saciar sus instintos, les
dejaban en libertad y abandonados en el lugar.” (pp. 54). Además, en este fuerte relato, Aguilar
añade:
A quienes detenían, los llevaban a la ‘largartera’ (nombre común del Centro de Detención
Provisional). Ahí eran violados y obligados a pagar favores sexuales a guías penitenciarios
y presos. Muchas murieron cuando, por los golpes y por la infección, se reventaban sus
implantes mamarios. Al final, a nadie le importó, “maricones no más son. (2018, pp. 54)
17
Acrónimo designado para referirse a las lesbianas, gays, bisexuales, intersexuales, personas trans, queer y
otras diversidades e identidades sexo genéricas.
49
A esos maricones como los describían hace más de veinte años y que en la actualidad
permanece tal adscripción, es el término usado para referirse no sólo a homosexuales sino a
personas trans. También hay que esclarecer la penalización y criminalización que rigió desde
el conocimiento de la sodomía como previamente se conocía a la homosexualidad. Aguilar
(2018) refiere que, en 1871, el Código Penal ecuatoriano criminaliza la sodomía, en el art. 41
menciona que, los culpables serán condenados a prisión de cuatro años a ocho años, sólo
cuando no intervengan violencias o amenazas; y de ocho a doce años cuando si intervienen
estas circunstancias y con “penitenciaria extraordinaria” cuando la víctima fuese menor de
edad. Añadiendo a ello la culpabilidad la tendría quienes consintieron el acto como tal. Este
mandato regiría desde 1871, 1905 hasta 1938 donde se cambia la sodomía por el
homosexualismo, sin embargo, se mantiene los años de prisión para ambos sujetos y las mismas
condiciones de prisión.
Bajo estos aspectos se nota un largo camino recorrido tanto para personas homosexuales como
trans, su persecución, violación y vulneración de la vida da a reconocer que aún queda mucho
por hacer. Teniendo en cuenta que todas las historias oídas y leídas, son pocas en comparación
de aquellas cuales fueron pisoteadas y enterradas, la lucha de personas trans prevalece a través
de los años. Mujeres trans que estuvieron en la lucha desde mucho tiempo atrás del 97, que
ahora a pesar del tiempo siguen protestando en memoria de las que ya no están y por lxs que
vendrán más tarde. Es una deuda que la sociedad y el Estado tiene con las diversidades sexogenéricas, que permanece y permanecerá vigente.
2.2.2.2.2. Persecución, violación a los Derechos Humanos, homofobia y
transfobia: El rol de la Policía Nacional y la Comisión de la Verdad
El desempeño de la Policía Nacional sería analizado por varios autores, entre estos, Paulino
Ramos, quien menciona que las acciones realizadas por tal institución contemplaron parte de
las motivaciones para la lucha trans. Puesto que, eran sometidas a violaciones, torturas y
asesinatos, según testimonios de la organización disuelta Coccinelle18, quienes también serían
objeto de persecución.
18
Primer colectivo conformado y reconocido en el Ecuador a partir de los años 90. Su nombre surge en honor a
Jacqueline Charlotte Dufresnoy, más conocida como Coccinelle. Quien fue una activista y mujer transgénero
francesa, además de vedette y actriz.
50
Además, el informe de investigación de El ocaso de la dignidad presentado por el INREDH19
en 1997 menciona que no solo las personas homosexuales eran víctimas de la Policía Nacional
en las décadas de los 80 y 90. Especialmente, entre los años 1984-1988, cuando fue presidente
León Febres Cordero, su gobierno desvalorizaba las demandas sociales y agresiones; además,
de que desprestigiaba el trabajo realizado por las organizaciones que tenían como función el
amparo de los Derechos Humanos (Ramos, 2019). Otro dato importante proporcionado por el
INREDH fue que la principal causa de la violencia era la homofobia, misma que era legitimada
por esta y otras instituciones.
Para las personas trans, que en aquel entonces eran catalogadas como travestis –según Sancho
Ordoñez & Platero (2018)– las calles de Quito y Guayaquil no sólo era el campo de persecución
entre ellas y la policía; sino también, un espacio de resistencia y visibilidad. A pesar de ello,
las denuncias presentadas a los organismos que defienden los Derechos Humanos no pasaban
de la mera formalidad y más bien, se crearon espacios de “mediación” entre la policía y las
travestis. Con ello, se daría apertura a los reinados de belleza clandestinos en las ciudades de
Cuenca, Guayaquil y Quito.
Los hechos suscitados en varias de las batidas20 a cargo de la Policía Nacional desembocarían
en constantes atropellos y violaciones a los derechos de personas pertenecientes a las
diversidades sexo-genéricas; por lo que, se presentó un auge en las denuncias, lo que les dio
mayor visibilidad y voz. Finalmente, se logró “transformar” su realidad, pasando de ser
considerados/as delincuentes a ciudadanos/as (Sancho Ordoñez & Platero, 2018).
Asimismo, en el Informe de la Comisión de la Verdad del Ecuador (2010) en un apartado
titulado “Homofobia y transfobia: violencia y discriminación contra el colectivo LGBTI en la
década de los 1990 y 2000” se indica que hay una pauperización de la vida de la comunidad
LGBTI. Los testimonios recogidos por este organismo social mencionan que la policía sigue
atacando y agrediendo a las personas de la comunidad eso a “razón” de que: ““atentan contra
la moral y buenas costumbres”, al “escándalo público”, como “atentados al pudor” entre las
principales contravenciones” (pp. 140). Es decir, se les estigmatiza y criminaliza estas distintas
expresiones identitarias. Se añaden también las conocidas “detenciones arbitrarias” a las
19
Organización de derechos humanos que promueve el respeto y garantía de los derechos humanos y de la
naturaleza, a través del acompañamiento a personas y organizaciones que se consolidan como defensoras de
una sociedad plural, inclusiva e intercultural. Recopilado de: https://inredh.org/
20
Operativo policial de carácter preventivo, realizado en eventos que aparentemente puede estar realizando
actividades ilícitas.
51
personas de diversidad sexo genérica, provocadas por agentes del Estado; es preocupante
porque en cualquier escenario de violencia homofóbica o transfóbica tienen en común la
ignorancia y los prejuicios que alberga en la sociedad, traducidos en violencia, discriminación
y represión policial.
Relatos, historias contadas por mujeres lesbianas, trans, gays, entre otros, distinguen la
inoperancia de instituciones del Estado frente la violencia física y sexual hacia ellos, que se
suma la ignorancia y la insensibilidad de policías del país. A esta normalización y conductas
discriminatorias se suman la familia, escuelas, centros de salud, lugares de trabajo y más, que
a estos prejuicios se añaden el “desconocimiento de los derechos que tienen o las leyes que
forman parte de las garantías legales para sus vidas y el ejercicio de su identidad sexual” (2010,
pp.142). Y muchas veces las personas agredidas temen denunciar los abusos sufridos por la
policía a temor de represalias, prefieren olvidar.
Son mayoritariamente las travestis, transexuales y transgéneros quienes, en espacios como las
cárceles o centros de detención, son propensxs a la violencia sexual porque están vigiladas por
varones y en compañía de los mismos en celdas. Entre el compilado de testimonios de personas
de la comunidad LGBTI que recopiló La Comisión de la Verdad del Ecuador, entre una de
ellas relata la de una mujer transgénero fue violada, burlada, humillada y extorsionada
sexualmente en un centro penitenciario de Azogues.
Habría que añadir que, Johana Egas (2017) menciona acerca de que dentro de la comunidad
LGBTIQ+, las personas trans son las más vulneradas, ya que son las más visibles físicamente.
Tomando en cuenta que son las personas que nacen con una genitalidad con la que no se sienten
conformes, por ello, eran patologizadas y categorizadas como enfermas. A pesar de ello, no
son las únicas que han sido sometidas a el “escarmiento” social, moral y legal dado por parte
de la sociedad ecuatoriana (2017). Para contrastar Egas, menciona que:
Considerando lo expuesto, es pertinente mencionar que las personas transexuales han sido
altamente discriminadas en el Ecuador. El Instituto Nacional de Estadística y Censos (en
adelante, INEC) señala que un 70,9% de la población LGBTI ha sufrido discriminación. Esto
se puede evidenciar con la existencia de detenciones ilegales en clínicas de
deshomosexualización, las cuales ofrecen revertir la identidad de género y una “cura” a la
homosexualidad. (2017, pp.73)
Tal como lo muestra la autora con las cifras del INEC, más de la mitad de la población de la
comunidad ha sido víctima de la violencia patriarcal. Cabe señalar que, por lo general, las cifras
que se muestran son de los casos que llegan a hacerse públicos o mediatizados, pues, varios de
los casos son escondidos, invisibilizados o expuestos desde la categoría de delito u homicidio,
52
más no, encasillado e investigado como crimen de odio o transfeminicidio 21. Tomando en
cuenta, que, este último concepto también guarda sus especificaciones, dado que se lo
categoriza como delito hacia “hombres vestidos de mujeres”; es decir, no existe una des
estigmatización social y respeto hacia las identidades de género.
2.2.2.2.3. Respecto a las trans: cruce de fronteras, espacios, transgresiones
Cuerpos abyectos, cuerpos transgresivos, el otro, lo anormal, lo extraño, todo aquello que se
aleja de lo establecido por la cultura hegemónica, que ha condicionado lo que conocemos como
“certero”, “aceptable” y “normal”. De esta manera la activista y académica chicana Gloria
Anzaldúa (1987/2007) indica que: “Percibimos la versión de la realidad que transmite esa
cultura. Los paradigmas dominantes, conceptos predefinidos que existen como algo
incuestionable que no se puede desafiar, llegan a nosotros por medio de la cultura” (pp.57).
Es decir, que esta cultura es construida por quienes ostentan, tienen el poder y homogenizan la
vida de las personas. En esta cultura se teme lo sobre natural, antidivino, no toleran la
“desviación” y es condenado socialmente, Anzaldúa concluye que “la mayor parte de las
culturas ha quemado y apaleado a sus homosexuales y a todo lo que se desvía del común sexual.
Los homosexuales, los queers son el espejo que refleja el miedo de la tribu heterosexual […]”
(1987/2007, pp. 59), desde este análisis la autora piensa desde la diversidad, desde lo queer, lo
lesbiano, lo no normando.
Asimismo, el pensar en estos cuerpos es pensar en las fronteras, cruces, movilizaciones que es
caracterizado por personas diversas y migrantes, que se evidencian fuertemente en las grandes
ciudades. Personas que resultan ser “[…] los atravesados: los bizcos, los perversos, los queer,
los problemáticos, los chuchos callejeros, los mulatos, los de raza mezclada, los medios
muertos; en resumen, quienes cruzan, quienes pasan por encima o atraviesan los confines de lo
‹‹normal››” (Anzaldúa, 1987/2007, pp. 42). Quienes no corresponden al lugar que atraviesan,
cruzan, alteran, y quienes en el discurso son los que “roban el trabajo”; apelando a la defensa
de lo “nacional”, y se faculta así sobre estos cuerpos serie de discriminaciones como el racismo,
xenofobia, transfobia, etc.
Las personas disidentes que cruzan fronteras y territorios pasan por estigmas que se tienen
sobre la autoidentificación y las prácticas; como el género con el que se identifican o no, o la
sexualidad que practican. Y son en estos espacios, en las ciudades que se desarrollan devenires,
21
Asesinato a una mujer trans por el hecho de serlo.
53
opresiones, que limita a las trans muchas veces para desplegar su identidad trans, intersecado
por la clase y/o raza. Desde su experiencia, la chicana Anzaldúa describe que (1987/2007):
Desde muy temprana edad tuve un sentido muy claro de quién era, de lo que quería y de lo que
era justo. […] Esa voluntad intentaba continuamente movilizar mi alma bajo mi propia
soberanía, vivir mi vida a mi manera, por muy inapropiada que les pareciera a los demás. (pp.
56)
Con ella podemos repensar los discursos que emergen conforme a las trans, que marcan en
ellas limitantes, porque no se las distingue desde la diversidad sexo-genérica que corresponde,
sino por normas sociales y culturales. Y muy a pesar de ello, estas mujeres dan paso a una
nueva forma de pensar la vida, los binarismos, y con ello una forma de transgredir y fundar
nuevos saberes, sobre las representaciones del cuerpo y la propia diversidad que la compone
ante una estructura de opresión y limitación; que dictamina lo “bueno y malo-lo aceptable y
no”.
Cuando se plantea repensar lo trans, se lo hace con la intención de comprender las
complejidades que surgen ante las dificultades que enfrentan desde sus limitaciones, desde la
marginalidad que han sido relegadas, asimismo, de la violencia estructural/simbólica/física.
Que, en el contexto de migración y en su cruce de fronteras son capaces de transformar
dinámicas en los espacios que transitan. Anzaldúa tiene una cita interesante refriéndose a esto:
Quiero la libertad para tallar y esculpir mi propia cara, restañar la hemorragia con cenizas,
fabricarme mis propios dioses con mis entrañas. Y si se me niega la posibilidad de regresar a
casa, tendré que ponerme en pie y reclamar mi espacio, creando una nueva cultura –una cultura
mestiza– con mi propia madera, mis propios ladrillos y mortero y mi propia arquitectura
feminista. (1987/2007, pp. 64)
No nos puede sorprender lo transgresoras que pueden ser ciertas mujeres trans desde sus luchas,
desde sus experiencias, desde la violencia que se las ha confinado. Y que desde ahí tengan la
capacidad de agencia de trasgredir espacios, personas, conocimientos, además de que se
planteen a la larga una lucha para todas las mujeres trans y diversidad sexo-genéricas. Porque
la sociedad ha avanzado lento para ellas, hace menos de veinte años apenas se despenalizaba
la homosexualidad y como tal sus libertades, en los últimos años han demandado equidad para
todxs22.
22
Se refiere con todes, abracando todas las personas sean mujeres u hombre trans, diversidad como personas
no binarias, queer, etc.
54
2.2.3. Contexto actual de las personas trans
2.2.3.1. La lucha por el género en la Cédula de Identidad de las personas trans
e intersexuales en el Ecuador
En Ecuador, desde el año 2016, sucede un cambio en cuanto a la cédula de identidad, en el que
se podría hacer la sustitución de género en lugar del sexo para la población trans e intersexual23.
Esto se lo realizaría por medio de la Ley Orgánica de Gestión de Identidad y Datos Civiles
(LOGIDC). Tal cuestión resultó fundamental respecto a los logros e hitos por alcanzar la
visibilidad y equidad en Derechos Civiles Trans.
A pesar de ello, menciona Johanna Egas (2017) en Reconocimiento legal de la identidad de
género de los trans: análisis de las regulaciones al cambio del campo “sexo” por el de
“género” en la cédula de identidad en el Ecuador, sería un logro “a medias”. Puesto que, la
legislación ecuatoriana estaría cimentada en el sistema cisheteronormativo 24, que se ve
amenazado cuando existen cuerpos que salen de la norma. Es decir, Egas expone la
incompatibilidad entre la LOGIDC y la Constitución de la República del Ecuador y los
Tratados Internacionales de Derechos Humanos. Recalcando que aún en la actualidad, la
sociedad ecuatoriana sigue defendiendo estereotipos de género, familia tradicional; y
discriminando, estigmatizando y excluyendo a las personas trans.
2.2.3.2. “Primera” Marcha Trans en Ecuador: Motivaciones y Desafíos
La “primera” marcha trans es catalogada así por sus organizadorxs. Se considera que es la
primera marcha que es nombrada y reconocida por y para la población trans. Aunque, como se
ha venido analizando, las personas trans y, sobre todo, las mujeres trans y travestis siempre han
realizado acciones transgresoras en el espacio público. Un punto a considerar es que,
anteriormente, las marchas realizadas desde personas trans, eran vistas como marchas de
personas homosexuales; por lo que no había distinción entre ambos conceptos.
23
Este suceso está disponible en la siguiente prensa nacional:
https://www.elcomercio.com/tendencias/registrocivil-genero-transexuales-inclusion-cedula.html
24
Para entender lo que conlleva el sistema cis-heteropatriarcal, habría que exponer qué se entiende por “cis”
la cisnormatividad, proviene del término que se conoce como “cis-género”: es la identidad de género alienada
con el género asignado al nacer.
Mientras que lo “hetero-patriarcal” se entiende como sesgo cultural que tiende a estar a favor de las
relaciones heterosexuales, porque son sólo estas vistas como lo “normal y aceptable socialmente” y preferidas
a contrario de las relaciones homosexuales.
Y este sistema se ha compuesto por reglas, normas sociales como culturales que obligan a las personas a
actuar conforme a patrones heterosexuales dominantes e imperantes. En caso de mayor información está el
informe de CIDH 2015, disponible en: http://www.oas.org/es/cidh/informes/pdfs/violenciapersonaslgbti.pdf
55
Se puede entender que hasta ese entonces existía una fragmentación respecto a las agendas
políticas dentro de la comunidad LGBTIQ+. Tal cuestión sería materializada cuando en redes
sociales empieza a circular la convocatoria de la primera marcha trans del Ecuador. Esta
marcha estaba prevista a realizarse el día 20 de noviembre del año 2020. Las personas que
convocaban se identificaban como personas trans, no binarixs, queer y travestis; a su vez, la
divulgación estuvo a cargo de personalidades y activistas trans, feministas, y muchas más.
La marcha fue realizada en varias ciudades del Ecuador; en Quito, tuvo como punto de partida
la Plaza Foch -sector La Mariscal, ubicada al Centro Norte de la ciudad-, con una trayectoria
por la Av. Amazonas, una parada en la Fiscalía General del Estado y finalmente, el Parque La
Alameda. Además, de que tuvo una acogida medianamente buena, puesto que, asistieron por
lo menos unas 100 personas; tomando en cuenta otras particularidades como el contexto de
pandemia de la COVID-19, situación que condiciona a varias personas para asistir a eventos
“masivos”. A pesar de ello, las personas asistieron con carteles, pancartas, banderas y sus voces
listas para protestar por sus derechos; también se contó con la participación de las activistas
PachaQueer, Coccinelle, Nueva Coccinelle y otras activistas y militantes más. Cabe mencionar
que también realizaban transasambleas25, realizadas por la plataforma de zoom, en las que se
reunían para discutir y organizarse.
Para conocer las motivaciones detrás de la Marcha Trans, hemos revisado una de las entrevistas
realizadas por el programa digital “A su lado”26. En la que estaría la activista trans, Odalys
Cayambe, que actualmente reside en la ciudad de Guayaquil y las activistas “Coca y Mota”,
como parte de Pacha Queer, que residen en la ciudad de Quito. A partir de la entrevista,
pudimos visualizar y entender el posicionamiento de las tres participantes. Odalys Cayambe,
menciona que:
La población trans existimos de diferente forma, pero existimos. Y si nos ves ahora como
estamos, indiferentemente guapa, bella, no bella, calva, no calva; estamos. La gente cree que
salió al mundo para ridiculizar o ser burla de la gente, cuando salimos vestidas como queremos
es porque lo sentimos de corazón y mente; eso nadie nos puede quitar, ni el gobierno con tanto
palo que nos ha dado durante años, porque a pesar de que existe una ley constitucional nos
siguen violentando. O por qué crees que se levantó el movimiento trans. Porque ya nos
cansamos, porque a pesar de que existe una “política LGBTI” plasmada hace más de doce
años ¿qué pasa con nosotras?; aquí estamos pidiendo auxilio. Pedimos que nos quiten esta
25
Asambleas realizadas por personas y activistas trans. Usan el término trans, como una forma de transgredir
espacios masculinizados, entre estos, el lenguaje.
26
Programa creado el 25 de junio del 2020 que es pensado por mujeres diversas para discutir problemáticas
sociales que en muchos casos se encuentran naturalizadas. Es transmitido por la red social Facebook, los
jueves a las 20:30 horas y dirigido en su mayoría por estudiantes universitarias.
56
etiqueta de prostitutas, violentas y que nos den garantía de cómo somos, como dice la ley y
porque somos humanas.” (Cayambe, 2020)
Entendemos que Cayambe se refiere a: por un lado, los estereotipos de belleza que hay detrás
de la “feminidad”, mismos que, para casi todas las mujeres son inalcanzables. En el caso de las
mujeres trans, existe una fuerte lucha por alcanzarlos también, considerando que esto está
atravesado por la hormonación y el capital económico que se tenga. Aquí también entra la
interseccionalidad como herramienta investigativa que usamos en nuestra investigación, pues,
serán las mujeres que menos acceso para lograr una transición de sexo las que se vuelven más
vulnerables a la violencia del sistema cisheteropatriarcal. Asimismo, tras las declaraciones de
Cayambe, se lee el nulo accionar estatal respecto a los derechos de las personas trans. Cayambe
agrega que:
Buscamos reincidir, retomar la lucha. Nosotras no minimizamos ninguna lucha, ni incitamos
al odio. Según el censo hay demasiada marginalidad, violencia, el sistema colapsa, ¿qué paso
con el PRIDE27?, ¿con el orgullo? Hace 53 años en Estados Unidos la población trans comenzó
a incidir por una liberación. Retomamos en Ecuador 23 años que ha pasado porque las mujeres
trans estuvieron en la lucha para la despenalización de la homosexualidad en el país. Fueron
las mujeres trans, las Coccinelle que llevaron esta lucha, pero ¿qué ha pasado desde ahí?
Quienes han tomado voz han sido grupos elitistas, confederaciones, que lo único que han
hecho es violentar inconstitucionalmente a la población trans. (2020).
Minutos después también añade: “No estamos en contra de nuestros hermanos y hermanas de
la comunidad, simplemente estamos buscando oportunidades. Ni minimizando ninguna lucha,
estamos visibilizando todas las voces. Merecemos todos, una vida digna en el territorio
ecuatoriano” (Cayambe, 2020).
Por su parte, La Coca y la Mota, más conocidas como Pacha Queer, se pronuncian
diciendo:“Estamos cansadas de que las marikas estén encabezando la marcha, esperando la
marcha de las putas, ¿por qué nosotras estaremos esperando una marcha desde el norte?
Nosotras tenemos nuestras propias próceres en la lucha, que son las Coccinelle. Cada vez hay
menos cuerpas que abrieron estas puertas, esta lucha.” (Coca & Mota, 2020)
Retomamos las palabras de Cayambe y de Pacha Queer, para contrastar con lo expuesto
anteriormente. Entender que a pesar de que, exista una marcha y mes del orgullo LGBTIQ+ al menos en Ecuador- se ha fragmentado el movimiento, tomando diferentes bandos, agendas
políticas, desafíos e incluso protagonismos. En los que, -según Cayambe- se ha llegado a
elitizar la lucha por sus derechos. Además, de que se ha invisibilizado tanto las luchas ya
27
Por sus Siglas en inglés. Es el día internacional del Orgullo LGBT, que se celebra el 28 de junio. En tal se
realizan manifestaciones que por lo general son coloridas.
57
ganadas, como a las mujeres que años atrás acuerparon la lucha trans. En suma, se comprende
que las entrevistadas no se sienten representada dentro de la Comunidad, razón por la cual
toman como motivación para la realización de la Primera Marcha Trans.
Respecto a las exigencias que tienen como mujeres trans, Odalys Cayambe se pronuncia
diciendo que: “Vamos a gritarle al Estado y a exigirle que se nos reconozca como tal, como
seres humanos. Que nos de garantía de vida, oportunidad de estudiar, la posibilidad de una
vivienda propia Quien pueda tener acceso y sea clase media y se reconozca dentro de la
diversidad puede tener una vida mejor que las que no” (Cayambe, 2020)
Alude también: “Queremos dar las voces, nosotras como red trabajamos por permisos para que
suceda la primera nacional trans. Tenemos varias lideresas en Machala, Quito (Pacha Queer),
Ambato (Mujeres Unidas), Guayaquil (Guayaqueer). Trabajamos para que el Estado empiece
a entender. Buscamos visibilidad y que se cumpla la garantía de vida.” (Cayambe, 2020)
Mientras que la Coca y la Mota, refiriéndose a sus motivaciones dicen que: “Luchar por la
independencia de la identidad corporal” (Coca & Mota, 2020)
Deducimos que: por un lado, la marcha trans solo es una forma más de luchar por sus derechos,
una manera más visible de mostrar la colectividad, rabia e indignación ante las diferentes
problemáticas en las que se ven atravesadas las mujeres trans. Una emergencia a la que se ven
obligadas acudir ante un Estado ausente y patriarcal. Cabe destacar que, sus exigencias son
claras y coherentes, pues, lo que quieren es tener una vida digna, donde puedan transitar
libremente sin miedo a ser juzgadas, ridiculizadas, vulneradas o violentadas; exigen una
garantía de vida y libertad para vestirse, ser y expresarse; poder mostrar verdaderamente lo que
son, su identidad.
58
Registro de la Marcha Trans 2020
Ilustración 1. Marcha Trans 2020
Fuente: Pichincha Comunicaciones
59
CAPÍTULO III
EXPERIENCIAS TRANS DE SOBREVIVIENTES DE “NUEVA COCCINELLE”
Coccinelle nació como la organización
de los visibles, de los travestis.
Fue en honor de las trans Coccinelle,
símbolo de resistencia (Purita Pelayo, 2017)
El presente capítulo muestra el trabajo de campo realizado con las mujeres trans del Colectivo
transgénero “Nueva Coccinelle”. Entendiendo que, a pesar de la especificidad del tiempo a
analizar (2019-2020); las entrevistadas hablan desde un lugar de enunciación, considerando su
edad, trayectoria y participación social y política en el Ecuador. Por tal, lo abordaremos desde
una mirada histórica y apelando a la memoria.
La información que será expuesta fue recopilada mediante entrevistas realizadas a modo de
historia de vida a tres mujeres trans de entre 40 a 60 años de edad. En tal extenuante
recopilación de datos informativos, permitió comprender las distintas realidades sociales que
atravesaron a lo largo de la historia y cómo varias problemáticas fueron transformándose,
transicionando y profundizándose. A su vez, hicimos uso del texto de la activista Purita Pelayo
y de noticias de prensa nacional recogidas de distintos medios como de momentos históricos;
en su mayoría, proporcionadas por el Museo Coccinelle.
3.1. Colectivo transgénero “Nueva Coccinelle”
“Nueva Coccinelle” es el nombre que aparece detrás de la historia del reconocido Colectivo
Coccinelle de los años 90; el primero en ser reconocido jurídicamente por el Estado ecuatoriano
y partícipe de grandes avances en temas de derechos humanos de la población trans. A lo largo
de su trayectoria, ha experimentado varios procesos que han polarizado el colectivo; por lo que,
actualmente, se conformó “Nueva Coccinelle”. Pese a ello, en los últimos tres años las
encargadas son consideradas como “sobrevivientes” de lucha y persecución por su identidad
de género y orientación sexual. Puesto que, gran parte de las mujeres trans que fundaron el
colectivo, ya murieron en manos de la discriminación, transfobia y abandono estatal.
Ahora, tras una cantidad de tiempo inactivas, las sobrevivientes demandan al Estado
ecuatoriano por los actos cometidos años atrás y desde este nuevo colectivo crean y apelan la
memoria para que no se las olvide; pues, no hay historia en las que ellas no hayan participado
y más bien, se las ha borrado de la narrativa histórica, social y política del Ecuador.
60
Purita Pelayo, mujer trans oriunda de Esmeraldas, pero erradicada desde hace más de veinte
años en la ciudad de Quito, es la presidenta de las Nueva Coccinelle. Recalca el papel que ha
tenido la organización dentro del proceso tanto social, como político, que enfrentaron previo a
25 de noviembre de 1997 (día que se despenalizó la homosexualidad en Ecuador). Para Pelayo
es necesaria la justicia, memoria y reparación hacia las mujeres trans y travestis del Ecuador;
donde, la resistencia y transgresión hacia el Estado, es crucial.
3.2. Contexto histórico de Ecuador desde los ochentas
Mucho antes de que se logre la Despenalización de la Homosexualidad del 97, el país se
encontraba en una etapa de profusa desigualdad social y en tema de derechos humanos. Pelayo
en su libro Los Fantasmas se cabrearon1 (2007) se refiere a que previo a ello, eran ilegales las
relaciones de cualquier tipo entre personas del mismo sexo, eso habría perdurado no sólo dentro
de la constitución ecuatoriana sino también en el imaginario y narrativa social de la ciudadanía.
Retomando las palabras de Pelayo, en: “los años 80 y el gobierno derechista de León Febres
Cordero aplastaba las voces iracundas del descontento social y político, con persecuciones,
torturas y represiones de todo tipo” (pp. 15).
En los años ochenta cuando asciende al poder León Febres Cordero (1984-1988) tras un
discurso “conciliador”, pero desalentador para minorías no solo raciales, sino sexuales, que a
su vez palparían vivires considerados como uno de los más crueles dentro de la historia
ecuatoriana. Bajo estadísticas la Comisión de la Verdad (2010) registra que, en el período de
gobernanza de Febres Cordero la violación de derechos humanos es profusa y de alta
mortalidad, donde se despliega no sólo la privación a la libertad, sino tortura, violencia sexual,
desapariciones, etc. y que explícitamente en “1987 es largamente el mayor número de víctimas
puesto que en él se produjeron 167 víctimas” (2010, pp. 56), que en comparación en 1988 da
cuenta de ocho víctimas una diferencia muy grave. Que como política de Estado dirigió su
atención a los cuerpos de seguridad, que vendrían a ser los policías y militares como actores
principales en la violación de derechos humanos.
Con más especificidad, la Comisión del a Verdad indica que, en los años de 1985, 1986 y 1987,
las victimas privadas ilegalmente de libertad fueron 205 personas, 265 personas torturadas
en esos mismos, quienes fueron expuestxs a violencia sexual en esos tres años suman 58, las
personas que fueron atentadas contra su vida en 1987 se agrupan once, y en ejecuciones
extrajudiciales las víctimas fueron 13 tanto en 1985 y 1986 (2010). Asimismo, se refiere a la
distinción de violencia por sexo, donde los “hombres” tienen un número de 87%; 382 de
61
afectadxs, a su vez habría que enfatizar a la distinción por sexo y no por género donde se podría
distinguir a lxs trans, travestis quienes claramente fueron sujetos de vulnerabilidad por
activistas dentro de este periodo, y eso sumado a la cuestión de la edad que rodeaba entre los
18 a 30 años. Y en las provincias con un mayor número de violencia y vulneración es en
Guayas, Pichincha y el Oro.
Entendiendo que, un contexto de efusiva movilidad social, que partía desde la ruralidad a las
zonas más urbanas, como la ciudad de Quito por ser este “el centro administrativo del gobierno”
(Pelayo, 2017, pp. 22). Sumado a esto, el sector de la comunidad LGBTIQ+ vivía relegado en
complejas relaciones familiares como sociales, debido a la precariedad como la violencia
dentro de estas. Estas fueron las primeras razones por las cuales, en los lugares más periféricos
del país los homosexuales2 habrían sido expulsados, y encontrando en ello una anhelada ilusión
de independencia y autonomía.
La migración de esta comunidad, según Pelayo (2017), buscaban formar sus propios “hábitats”
en sectores urbanos y desconocidos, muy a pesar de la oposición de la sociedad ecuatoriana y
conservadora; trazado por la religión y/o viejas costumbres protegidas por el mismo gobierno.
Los habitantes de Quito veían a estos nuevos allegados como escandalosos y “portadores de
intranquilidad”, no los podían ver en sus calles, plazas, restaurantes y menos en viviendas.
Pelayo menciona que, de ser el caso de que alguna persona gay se pudiera dar el lujo de vivir
en un barrio de “clase media” no lo podría hacer por la discriminación alrededor: lo que les
obligaba a buscar lugares más alejados y periféricos, como lo fueron: La Ferroviaria, El Camal,
San Roque, entre otros.
Estos asentamientos modificaron las dinámicas de sociabilidad tanto para las personas de la
comunidad LGBT como la de los citadinos. Ello sumado al control de la movilidad con las
fuerzas policiales que, en complicidad con los funcionarios de gobierno, perseguían a quienes
tuvieron comportamientos “amanerados”, así como lo explicita Pelayo: “se presentaba como
un grupo marginado y perseguido, a veces injustamente, por una fuerza policial represiva, en
especial por algunos de sus elementos que veían en el travesti o transgénero un objeto sexual
y una máquina donde sacia sus instintos perversos” (2017, pp. 30).
Y no sólo la policía era el medio por el que se les violentaba, la prensa era un aparato de
discriminación que criminalizaba y relacionaba los hechos violentos con la comunidad gay, al
punto de que en cada noticia que sucediera llegaban a: “enfatizar en casos aislados en la
comunidad gay permitió la formación de prejuicios y generó intolerancia” (Pelayo, 2017: pp.
62
39). Entendiendo aquello como propulsor de imaginarios de género como estereotipos sobre
los homosexuales y travestis.
Es por ello que, el gobierno de León Febres Cordero tiene a su cargo un total de 310 víctimas,
siendo uno de los gobiernos más violentos conforme a la vulneración de los derechos humanos,
y dentro de los cuales analizó e investigó la Comisión de la Verdad dentro de los periodos
presidenciales de 1984 al 2010.
3.3. Despenalización de la homosexualidad del 97’
La despenalización de la homosexualidad fue un hito histórico que se logró mediante la lucha
incansable de personas pertenecientes a la comunidad LGBTIQ, entre estas, las mujeres trans
entrevistadas. Purita Pelayo, menciona que:
Empezamos a identificar el sistema represivo que se intensificó y diversificó en los años
ochenta con el gobierno derechista de León Febres Cordero. Por situaciones que nos indignaba
de manera que, ese tipo de situaciones de alguna manera fortaleció ese ímpetu que nosotras
teníamos. Defender nuestros derechos civiles y sociales.
Conocer tantas experiencias fue lo que marcó una lucha inalcanzable de defender estos ideales.
De manera que yo empecé a finales de los ochenta, y ya a finales de los noventa cuando ya
logramos la despenalización (Pelayo, 2021).
Asimismo, en un video de WambraEc Medio Digital Comunitario, denominado “Coccinelle:
los nombres de la despenalización” (2017) Purita Pelayo nos dice que:
Nosotros conocimos el proceso político de la despenalización cuando tomamos contacto con
organizaciones locales de derechos humanos y nos informaron que había un proceso que se
había iniciado mucho antes, muchos años antes; pero que no había tenido la efectividad de
lograr la culminación, que era el poder concientizar a la población y tener un debate nacional.
De manera que, las autoridades y todas las instancias judiciales pudieran asumir que realmente
era una necesidad social, política y civil, de que se derogara un artículo realmente ya no para
nuestros tiempos. Luego, nos integramos al proceso y fue una lucha implacable porque
realmente al principio, cuando las personas todavía estaban en ese nivel de desorientación y
desconocimiento total de la problemática gay, seguían prejuzgando y discriminando todos los
deseos e ideales de la comunidad GLBTI (Wambra, 2017).
Tal como alude Pelayo, se podía evidenciar una emergencia en temas de derechos humanos de
las personas de la comunidad LGBTIQ, ello considerando la importancia que se le daba al
artículo 516 que criminalizaba la homosexualidad. En las detenciones y encarcelamientos que
eran partícipes las personas LGBTIQ, primaban las personas travestis, transexuales y gays.
Además de la organización, es importante señalar el papel que juegan los medios de
comunicación; puesto que, se empieza a hablar mucho más de la comunidad. Sin embargo,
varios de los titulares que presentaban, eran desde el amarillismo, perpetrando la
discriminación y creando discursos de odio. Por otro lado, había muchas personas que
63
comenzaban a empatizar con la lucha liderada por las Coccinelle y esto propició a que se genere
debates y nuevas narrativas dentro de la opinión pública.
Ilustración 2. Del Diario Hoy, 24 de julio de 1997
Fuente: Museo de la Memoria Nueva Coccinelle
Según Pelayo, antes sí existía personas “en el clóset”, que, por lo general, poseían un buen
estatus económico y trabajo estable. Fue ahí cuando se requirió de mujeres trans empobrecidas,
marginalizadas y colectivizadas para lograr la despenalización de la homosexualidad.
Argumenta:
Se necesitaba de gente del grupo más estigmatizado; el más olvidado. Y esas son las Coccinelle
las que alimentaron el proceso, quienes se incorporaron en los años noventa (Pelayo, 2021).
Es decir, el colectivo Coccinelle nació desde las clases populares, las invisibilizadas, borradas
y silenciadas. Esto responde a una problemática social desde la subalternidad y de cómo los
sectores marginalizados desde su condición luchan por una vida digna. Refleja una sociedad
que ha privilegiado a unxs mientras ha vulnerado a otrxs; que, además, orilla a tales sectores a
movilizarse.
Siguiendo la misma línea, hay que señalar que, las movilizaciones, plantones y otras acciones
realizadas en el espacio público, era una parte fundamental en la exigencia por sus derechos.
64
Es así que, cada miércoles se reunían en la Plaza Grande, en la ciudad de Quito, junto con otros
sectores igualmente olvidados por el Estado, ejemplo de ello es Pedro Restrepo, padre de los
hermanos Restrepo, desaparecidos en los años ochenta en el periodo presidencial de León
Febres Cordero. Cabe señalar que, luego de años de seguir en un proceso en el que no eran
verdaderamente escuchadxs, decidieron tomar acciones que interpelen e incomoden de mayor
forma. Tal es así que, en el mismo video de Wambra, Purita Pelayo explica que:
La coyuntura se dio automáticamente y salimos. Organizamos bien la salida, nos tomamos la
Plaza concatenando las parejas, tú llegas a tal hora, nosotros a esta; porque la Plaza Grande
estaba rodeada, lógicamente, estaban ahí preservando el orden por las manifestaciones que se
daban a diario. Pero jamás se imaginaron que los travestis y transexuales iban a estar en la Plaza
cerca del Obelisco. Eso fue lo que sucedió la mañana del 27 de agosto de 1997. El Tribunal
Contencioso Electoral esperaba que nosotras entreguemos la totalidad de las firmas que todavía
muchas, cientos, y logramos ese día recoger todas las firmas para el proceso que había
empezado casi 10 años atrás y que no había dado los frutos que se esperaba. Las travestis fueron
quienes dieron la última patada (Wambra, 2017).
Ilustración 3. Del Diario Hoy, Quito, s/f
Fuente: Museo de la Memoria Nueva Coccinelle
65
Ilustración 4. Del Diario El Universo, 26 de noviembre de 1997
Fuente: Museo de la Memoria Nueva Coccinelle
Cuando por fin se logra que el Tribunal Contencioso Electoral, derogue el artículo que
criminalizaba la homosexualidad, evidentemente fue un logro e hito histórico. Sin embargo,
también dejaba muchas otras ventanas por abrir. Por tal, Pelayo agrega que:
Al principio yo tenía la sensación, de que la despenalización era ya un trabajo que teníamos que
parar. Porque se había logrado un hecho inesperado para muchos, pero la cuestión no fue así,
la despenalización fue la situación que abrió las puertas para descubrir un submundo que la
sociedad entera ignoraba. Fue el primer paso, nada más (2021).
Esto considerando, que, si bien, la homosexualidad ya no se “pagaba” con encarcelamiento.
Aún era necesaria una desestigmatización social de todo aquello que no encajaba en la norma
del binarismo del género. Así lo corrobora, Nebraska León, co-fundadora de la fundación
transgénero “Nueva Coccinelle”, mujer trans oriunda de Guayaquil y militante desde los años
ochenta; quien alude que, incluso el disfrutar de su vida social en discotecas, era motivo de
persecución y discriminación.
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Ilustración 5. s/f
Fuente: Museo de la Memoria Nueva Coccinelle
Es así, que, a pesar de que ya corren algunos años de la despenalización de la homosexualidad,
aún hay batallas que se luchan hasta la actualidad. Además, de lo mencionado anteriormente,
se exige una reparación hacia el grupo de sobrevivientes de la Fundación Transgénero Nueva
Coccinelle. A su vez, parte de lo evidenciado y vivido por parte de ellas, es escrito por Purita
Pelayo en Los fantasmas se cabrearon. En la entrevista realizada por Wambra, Pelayo alude
que:
Los fantasmas que siempre rondaron la vida y la cotidianidad, las noches y al saberse que uno
salía a las calles sin saber si podía regresar o si regresaba en tal situación, creo que están más
que cabreados que nunca. Porque en realidad no podrán hacer tanta fiesta como hacían antes.
Siempre estuvo detrás de nosotros la sombra, Y ellos no se dan cuenta que a nosotros los grupos
más vulnerables y discriminados, también nos jodieron la vida desde pequeños; nos negaron
todo, nos negaron derechos, nos negaron respeto, nos negaron todo lo que ellos están
reclamando. Ellos nos jodieron la vida a nosotros, ellos se metieron toda la vida con nosotros;
la sociedad nos condenó a nosotros, nos jodieron la vida, todos esos malditos fantasmas que
nos hostigaban la vida; significaría que los fantasmas se cabrearon porque ahora ya no pueden
joder tanto la vida a los más débiles y han de estar cabreados (Wambra, 2017).
3.4. Contexto familiar
Tal y como fue mencionado con anterioridad, el entorno familiar era y es uno de los más
violentos para las personas pertenecientes a las diversidades sexo-genéricas, esto por la
centrada visión cis-heteronormada respecto a la sexualidad; y el sentido que se le otorgaban a
la moralidad y a los "buenos valores”. Las familias tradicionales no solo en la ciudad de Quito,
sino en las zonas más rurales en esos momentos del país, tendrían arraigado la idea de cómo
debe ser un hombre o de cómo es la masculinidad. El padre se imagina a su hijo jugando fútbol,
casado con una mujer y muy macho, no se imagina a su hijo vestido en tacones y maricón.
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Ante las opiniones de los padres, Purita Pelayo (2017) explica que si existía la oportunidad de
que ellos se expresen respecto a la homosexualidad lo harían con reticencia porque preferirían
“tener un hijo ladrón o drogadicto y no un homosexual en casa; estos comentarios diarios de
padres y personas comunes expresadas en los medios de comunicación, denotaba cómo era el
ideal familiar quiteño” (pp. 39). En el entorno lleno de homofobia, o en este caso también de
transfobia era imposible que sus hijos pudieran si quiera travestirse, no sólo por el temor del
padre sino por la familia, el vecindario, y ello lo hacían con su círculo de amigos o en parques;
cargando en su mochila su indumentaria.
A ello sumamos lo que Pelayo (2021) nos relata que en medio de su transición estuvo
enfrentada por prejuicios y que le era difícil continuar, además de que:
[…] todavía he sentido dentro de mi familia algo de resistencia. Mi madre ya no vive, pero era
muy conservadora y estos temas no los entendía, como yo la respetaba y la quería nunca pude
dar pasos agigantados como lo estoy haciendo ahora. Yo tenía un hermano homofóbico, porque
él se daba cuenta que yo de muy niño, había muchas agresiones y son experiencias que me
marcaron. Me he cuestionado mucho por qué odio tanto a mi hermano, porque no sabía si lo
hacía porque me agredía o porque era hombre.
Entendiendo a la par que, dentro de estas familias se acrece la violencia y discriminación que
resquebrajan las relaciones entre estos. Sin embargo, el caso de las otras dos entrevistadas nos
relatan un panorama alentador en cuanto al entorno familiar. La “aceptación” de sus familiares
le han sido confortantes en sus procesos de transición como redes de apoyo, que es considerado
crucial para ellas actualmente. Por ejemplo, la experiencia de Nebraska León (2021) dice que:
No, no he tenido ningún rechazo en el entorno familiar, unas pequeñas diferencias. Soy bien
recibida y querida por mi familia, no he tenido tanta discriminación en mi familia, pero sí en la
sociedad. Sobre todo, lo que hemos recibido en esos años.
Lo otro es que hoy en día nosotras podamos salir a discotecas o bares, podamos salir con
compañeros libres si es posible de la mano. Creo que logramos mucho pero aún hay que hacer,
como educar a la población, familias para que a sus hijos no lo discrimine, no los boten de las
casas como en los 80-90. Pasaban a la Mariscal trabajando a eso conlleva la expulsión de los
familiares a los hijos, hoy en día hay hogares donde tienen sus hijos gays y los apoyan. Otros
hogares donde los presionan a que se comporten como “hombres”, y no los echan; han tomado
consciencia de que las personas deberían ser respetadas y acogidas en sus hogares.
Es nato resaltar aquellas últimas palabras de la compañera León, que las expulsiones de casa a
edades tempranas los conlleva a desenvolverse en entornos peligrosos, los que pueden llegar a
ser, el ejercicio del trabajo sexual. Y que las coloca en una exaltada exposición a violencia y
vulneración de sus derechos. Se los margina al nivel que se las relaciona con la delincuencia a
muchas de ellas.
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Las realidades de cada una de las personas trans tienen ciertas especificidades que pueden como
no repetirse. Malony Chávez cuenta que, al contrario de lo que esperaba, fue su padre quien la
apoyó a inicios de su proceso de identificación. Habla de lo complicado que fue que su madre
le apoyara, que con gran anhelo ahora tienen un lazo mucho más fuerte. En sus palabras Chávez
(2021):
[…] cuando yo empecé todo esto de mi transición, mi padre él siempre me apoyó mi transición,
mi madre no. Entonces, como mi padre me apoyaba, él tenía una casa acá arriba y vendió,
cuando yo tenía más o menos 14 y se compró otra en Carapungo. Para que yo empiece mi nueva
vida, él siempre me apoyó. Aunque yo nunca volví a vivir con él, yo me quedé viviendo por
acá con mi abuela.
Mi historia comenzó cuando yo tenía 13 años, ahí declaré mi sexualidad abiertamente a mi
familia, a mi padre y a mi madre. Entonces en ese tiempo no sabía lo que es ser gay, transexual,
homosexual; entonces yo le dije a mi papá y a mi mamá que era gay, aunque nunca me sentí
identificada como gay, siempre fui una mujer trans, pero en ese tiempo como no sabía.
Cuando eres niño dices, por ejemplo, mi mamá me va a apoyar, de pronto ella va a pelear con
mi padre. Pero cuando declaré mi sexualidad, el que me apoyó fue mi padre y mi mamá no; a
ella le costó 3 años de su vida aceptar mi transición. Pero ya ahora ella pasa conmigo todo el
tiempo y pendiente; entonces cuando inicié fue un poco difícil lo de ser mujer trans, porque yo
pensé que era gay y a los 14 años yo empecé a transvestirme, entonces yo no sabía que era
transexual, por ejemplo, yo decía, soy un travesti y decía porque no tenía claro que era una
travesti, era niña todavía.
La familia como la primera institución de la sociedad es determinante para el desarrollo de las
personas, en el caso de las personas trans encuentran en ella la validación o rechazo. E incluso
define sustancialmente su vida a la larga, encuentra en otras personas de su círculo el soporte
y comparten las mismas experiencias vividas.
3.5. Marginalidad, criminalización y discriminación: Rol del Estado y estereotipos de
género:
Las experiencias de mujeres trans son en profundidad muy diversas. Cada una experimenta
distintos procesos respecto a la interacción con la sociedad. En este apartado entendemos que,
el entorno en que se han desenvuelto va cargado de símbolos y significados, que las enmarca
dentro de la violencia como de la transgresión en esta.
Así como se mencionó anteriormente, en específico Chávez, que enfrentan un desconocimiento
cuando no perciben una correspondencia con el cuerpo, sentirse e identificarse como una
mujer; estar en cuerpo que no es suyo. Sumado a esto que la sociedad del pasado como la actual
está cargada de un sinfín de estereotipos referente a lo que es la mujer, que son referencia para
muchas mujeres trans por perseguir. Y el problema no es de aquellas mujeres trans, sino de la
69
misma inoperancia del Estado ante el desarrollo de una educación sexual integral, que sea
incluyente y conocedora de la diversidad; desde el respeto.
Tras las indiscutibles estereotipaciones que están expuestas las mujeres trans, desde su físico
como los roles a seguir que les “compete por ser mujer”, el trabajo de estilista o peluquería es
el típico al que se las vincula; y el entorno en las que se han desenvuelto. Pelayo también se
refiere a esto, con que:
Los salones de belleza empezaron a llenarse de profesionales peluqueros, pero no había otros
espacios donde la comunidad gay pudiera demostrar otras habilidades que no sean las de dar
respuesta a estereotipos de belleza y las nuevas tendencias que buscaban las mujeres jóvenes
quiteñas” (2017, pp. 20).
Es decir que, el reconocimiento de las compañeras se les asociaba con la extravagancia, con la
belleza, con lo exótico, y que de esa forma generaba una gran atención por el público. Que
también se abrían esferas de trabajo feminizadas, que se consideraba aptas para ser realizada
por una mujer trans. Además, de que era estigmatizado, usando nombres que profundizan
discursos de odio; ejemplo de ello es la peluquería “Tijera Loca”; pues, a las personas gays,
transexuales y travestis, la sociedad les cataloga despectivamente con el término “locas”.
Asimismo, Chávez cuenta que en la actualidad sigue desempeñando esta profesión, que ha
hecho varias amigas por su trabajo; entendiendo que, se ha estimulado un tejido de relaciones
entre aquellas que lo ejercen, así como el trabajo sexual. Y que en sus palabras:
La chica que me está acompañando en mi trabajo, ella vive cerca de mi casa. En el
sector, habemos 5 chicas trans, o sea en un promedio como de tres barrios cercanos,
pero todas son peluqueras, solo una chica ejerce la prostitución.
Dentro del mundo trans, mundo travesti, mundo transgénero, nos conocemos entre
todas. Antes éramos pocas, ahora somos muchísimas. Nos conocemos entre todas
porque siempre hay reuniones, marchas, cualquier cosa y ahí socializamos y nos
conocemos de a poquito (2021).
Estas relaciones que se han conformado entre las compañeras trans, sean por los lugares que
frecuentan, su trabajo, las protestas, y demás, les han servido para reconocerse entre ellas.
Abriendo la posibilidad de entender que, a pesar del tiempo, y de los problemas que han
enfrentado no están solas sino más acompañadas que nunca. Habría que sumar a esto en dónde
reside cada una, Malony Chávez vive y trabaja en Cotocollao, en el Norte de Quito, y tanto
Purita Pelayo como Nebraska León residen y laboran en el Centro Histórico. Y ellas mismo
afirman que tienen como vecinas a más mujeres trans, quienes ejercen tanto la prostitución
como la peluquería, trabajos que han sido relegados desde mucho tiempo atrás y ha sido un
espacio donde la violencia y la discriminación se despliegan.
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Los espacios públicos en los que las personas de diversidad sexo-genérica se han movilizado
tienen un carga histórica y social, refiriendo a los parques como El Ejido que fue un
asentamiento de socialización de trans y homosexuales y que en esos mismos lugares habría
represiones y persecuciones policiales. Eso es claro en el extracto del libro de Pelayo: “[…]
únicamente los parques de la ciudad eran los espacios donde podían desenvolverse con cierta
amplitud y libertad durante el día sin realizar actos que pudieran significar la alteración al orden
y buenas costumbres con los transeúntes, por ejemplo, darse un beso” (2017, pp. 42)
Y no sólo este, sino que el sector de La Mariscal ha sido un espacio donde se desarrolla el
trabajo sexual para ellas, de violencia pero que hasta en la actualidad es una referencia para el
encuentro y manifestación. Apelando a la memoria que es significado porque son en esos
mismos lugares donde el consumo “sexual” estaba a la orden del día. Pero eran esos mismos
hombres quienes pagan a mujeres trans por unas horas y quienes abusaban sin compasión de
ellas desde los actos más viles. Negando la importancia de estos cuerpos, olvidados por el
Estado y por la sociedad, que aun en el presente carece de importancia si sucede algún
transfemicidio o delitos de odio a las personas de diversidad.
3.5.1. Persecución, violencia y transfobia
El Estado hace uso de la represión policial para su propia conveniencia, para el control social.
La represión es clara cuando “perturba” la calma social, si los que se quejan son grupos
subalternos, se los reprime con más añico y furia. Y es claro que, en estos últimos años no sólo
en Ecuador, sino en Latinoamérica se han dado una serie de protestas sociales en contra de las
medidas estatales que precariza la vida de los más empobrecidos, marginalizados; de las
minorías. Se ignora que existe el derecho a protesta y se hace uso de armas, cual ha conllevado
al asesinato de protestantes y que esas muertes queden impunes y en el olvido.
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Ilustración 6. Del Diario La Hora, 01 de febrero de 1999
Fuente: Museo de la Memoria Nueva Coccinelle
Los medios de comunicación han sido cómplices en la burla y la violencia hacia las personas
de diversidad sexo-genérica, es fuente de ignorancia que se ha propagado en el resto de la
sociedad que la consume. Que relata el día a día de aquellas, de la homofobia y transfobia que
resulta en el fallecimiento de muchas compañeras trans. Entre los relatos leídos como
escuchados, las vivencias y realidades de las compañeras son atroces. Previo a la
Despenalización de la homosexualidad, los policías se encontraban en “alerta” siempre cuando
veían algún comportamiento “afeminado” en espacios públicos, los perseguían, encarcelaban
y se las violentaba dentro de las cárceles.
Nebraska León (2021) se refiere así que:
Yo también he estado en la cárcel porque iba a las discotecas, y en ese entonces existían los
escuadrones volantes y nos sacaban como animales de la discoteca, nos empujaban. A raíz de
todas estas cosas que iban pasando, íbamos experimentando cada día cosas, por ejemplo,
compañeras que ejercían prostitución en la Mariscal las cogían y las metían en la laguna de la
Alameda, y otra en una laguna que había por los túneles. Los policías se ensañaban con
nosotras por ser personas trans. Ellas no tenían otra cosa que hacer que ejercer la prostitución
para sobrevivir.
Nosotras en esos años queríamos parar esos maltratos y violaciones, vimos que se salía ya del
contexto. La compañera Purita salió como nuestra líder, ella siempre estuvo en el ambiente
que precedió para seguir avanzando en estas etapas que vivíamos en esa época.
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Ilustración 7. Compañeras trans en celdas en los 90
Fuente: Museo de la Memoria Nueva Coccinelle
Ilustración 8. Mujeres trans recluidas en el Centro de Detención Provisional, Quito 1999
Fuente: Museo de la Memoria Nueva Coccinelle
Las cárceles pueden ser uno de los lugares donde hay olvido de los derechos humanos, el caso
de las personas trans es similar, e incluso más fuerte. Debido a la indiferencia y discriminación
se las colocaba en el mismo sector que los hombres, haciendo abuso de sus cuerpxs tanto física
como sexualmente; entendiendo a la cárcel como un mecanismo que entre tantas cosas funciona
para reafirmar masculinidades.
Además, Pelayo da cuenta de las condiciones insalubres de las celdas. En ellas se hacía uso de
la fuerza y a los homosexuales los trataban de tal forma que necesitaban atención médica que
no era dada de inmediato. Entre las mismas compañeras debían cuidarse. Y que “a las
autoridades del centro no les importaba las condiciones de la pequeña celda para homosexuales.
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Ellos debían dormir en forma apretujada, sentado y parado o sobre la tasa del baño” (2017, pp.
46).
También refiere que:
Aquí donde me ves, podría contar como 30 a 40 veces que me han metido a la cárcel. Uno salía
una noche y ya no regresaba, porque a una le buscaban como en la vieja Alemania como cuando
los nazis les buscaban a los judíos; así nos cazaban. Había un famoso detenido que le llamaban
Segundillo, apenas oía que llegábamos y entraba nuestra celda con un cuchillo para revisar si
traíamos dinero o algo, hasta nos metía un dedo en el ano. Esa situación es súper desesperante
e indescriptible porque no encuentras un término adecuado para decir cómo fue, nos sentíamos
como la última rueda del coche y cuando salíamos días después; sin habernos aseado. (Pelayo,
2021)
Se naturalizaron comportamientos, se justificaba el accionar de la policía dentro y fuera de los
Centros de Detención Provisional (CDP). Y lamentablemente, las personas trans aceptaban ello
para no sufrir altercados más fuertes. Tal y como lo menciona Pelayo que: “Con el tiempo los
homosexuales aprendieron a no decir nada y aceptar cualquier insulto o amenaza hasta ser
trasladados a los calabozos del CDP a otros lugares destinados para investigaciones de delitos
por presuntos robos o daños a la propiedad” (pp. 58).
Sin embargo, existía una resistencia de las compañeras, se organizaron a favor de ellas y sus
derechos, haciendo uso del activismo y con ello el logro de la despenalización es un gran triunfo
para aquellas que murieron a manos de oficiales de policía. Lo confirma así Purita Pelayo
(2021):
Cuando se logró la despenalización fue una cosa fantástica que determino para que el sistema
represivo pudiera disminuir, ¡qué libres no sentíamos! Tuvimos que pagar todo esto con
humillaciones para que podamos vivir mejor.
Las humillaciones, asesinatos, represión, persecución, discriminación por las que padecieron,
reflejaron una sociedad ultraconservadora que permitió estos actos con mandatarios en el poder
que las ignoraba y las invisibilizaba. Ante la furia, el dolor y la desesperación hallaron en la
organización una fuente de frutos y de garantías hacia sus derechos y respeto. Desde hace más
de tres años las Nueva Coccinelle demandan al Estado, exigen justicia por sus muertas previo
a la despenalización, cupo laboral, mayor inclusión porque a pesar de que pueden transitar
libremente las calles de la ciudad aún nada es seguro para ellas ni el trabajo, ni una vida digna.
3.6. Activismo, resistencias y exigencias en la lucha de mujeres trans
El activismo es una práctica que ha estado dentro de las minorías sociales, sin dudarlo en las
personas de diversidad sexo-genérica. Desde los ochenta y en los noventa se visualiza una
fuerte militancia por parte de lxs compañerxs, y que tuvo sus frutos con la Despenalización de
74
la homosexualidad en el 97. La conformación de la lucha trans les ha costado vidas a las
involucradas, el apropiarse de la atención, de lugares para que sus voces sean reconocidas.
Además, en el texto de Pelayo se refiere a cómo diversos personajes trans, homosexuales como
travestis desde la inconformidad en los noventas comenzaron a movilizarse:
Magali, la flaca Magali, como la conocían algunas de sus amigas de Quito, es recordada como
una persona entregada a las causas reivindicativas homosexuales de finales de los años noventa
en el proceso de despenalización de la homosexualidad en Ecuador. Fue asidua defensora de
los derechos civiles y sociales de los gay maltratados y asesinados; todos los miércoles acudía
a la Plaza de la Independencia o Plaza Grande de Quito, donde se encontraba con la familia
Restrepo Arismendi que protestaba por la desaparición de sus hijos Santiago y Andrés, vistos
por última vez el 8 de enero de 1998, en la ciudad de Quito (Pelayo, 2017, pp. 83).
A su vez, cuenta que la comunidad GLBTI no había sido visibilizada y eso a razón de que
padecía sus desgracias en completo silencio. Y cuando la comunidad se percata de la cadena
de movilizaciones que suceden por fuera del país en ese periodo, los lleva a conformar frente
de lucha y más cuando se generaban logros en algunos países; significaba libertad (Pelayo,
2017). Alude así a momentos de encuentro: “Cuando travestis y homosexuales visibles se
hallaban en calles, bares, parques o cines, el tema cotidiano de diálogo era la discriminación
por su orientación sexual, la inestabilidad laboral y las relaciones familiares escabrosas” (2017,
pp. 163).
Sumado a ello, León (2021) da un panorama escalofriante si no se hubiesen reunido, trabajo en
colectivo y formado estrategias para despenalizar la homosexualidad. Entendiendo que:
El desafío más grande fue el de la lucha porque si nosotras no hubiéramos luchado por la
despenalización esto no hubiera sido como es ahora, las persecuciones, el
maltrato/discriminaciones hubieran seguido. Porque ahí nos sentimos libres, ponernos lo que
queramos. El ser libre conlleva a que nadie se quedaría en el closet a pesar de que las nuevas
generaciones no quieran salir por la vergüenza de la familia, los amigos. Yo creo que ese fue el
logro más hermoso que hicimos ese año, de lo cual estamos gozando.
El activismo a lo largo de los años hasta en la actualidad, prosiguió para las activistas trans que
a diario desafiaban los preceptos transfóbicos, homofóbicos como machistas, que se empeñaba
en desprestigiar su lucha. Sus motivaciones, su apropiación como derecho a la protesta, como
derecho a transitar en libertad y ser visibles a mayor densidad. Y eso lo comparten las
compañeras entrevistadas, Pelayo lleva mucho tiempo en la militancia, así como lo dice:
Yo llevo casi 25 años en el activismo, a veces sin contar el apoyo otras veces acompañada y
estamos acostumbradas a luchar. Me han servido bastante porque siento que he crecido quizás
el doble de lo que podría haber crecido en una vida “normal-tradicional”, por el conocimiento
y esa forma de haberme construido mentalmente (2021).
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Ilustración 9. Compañeras trans en la Plaza Grande a un año de la Despenalización Homosexualidad
Fuente: Museo de la Memoria de Nueva Coccinelle
La Plaza Grande fue un espacio referente para el activismo de las compañeras, de aquellas que
han muerto en la indiferencia, por la nula atención médica, violencia y el distanciamiento con
sus familiares. Pelayo (2017) también afirma que lo mejor es no perder la esperanza y los
ideales, porque es el camino correcto para lograr cometidos. Y el gran triunfo del 97 ha sido
un motor de prestigio y reconocimiento para quienes pertenecen al colectivo transgénero, y
quienes son referentes de la despenalización que vean los pequeños logros actuales como el
tema de la cedulación con el cambio de nombre y el de género.
Pelayo se refiere a estos hechos con que:
[…] se han ido haciendo paulatinamente, lentos y no como debería ser y para que nosotros
podamos ir logrando esos objetivos, aterrizar las políticas públicas yo creo que siempre hay que
ser activas en esos procesos, lograr impacto e incidencia. No hay otra manera de acelerar los
objetivos que nos proponemos, si dejamos que los nuevos tomen consciencia, pero no es
suficiente; se necesita de voluntad política (2021).
En cambio, León (2021) cuenta:
Yo estuve en ese proceso y también tengo mi cédula, para mí sí fue algo que a mí me alegro
mucho porque decíamos “teniendo la cédula como género femenino tal vez e iba a cambiar todo
eso”, pero no fue así. Porque le ven la cédula donde quiera que vaya, ven el género femenino,
pero le dicen señor. Las personas que vivimos ellos pensamos de qué nos había valido cambiar
el género femenino si nos siguen tratando igual, que la cosa hubiese sido que diga “sexo
femenino” porque eso es diferente. Y no hemos llegado a eso, cambiar el sexo no es tan fácil
como por ejemplo una persona que ya es cambiada de sexo que ya cambia todo.
Sí fue una experiencia muy bonita porque en ese tiempo que empezaron a cambiarla con todos
los nombres femenino, las compañeras se alegraron muchísimo y en el Registro Civil nos
abrazamos porque creíamos que todo iba a cambiar. Pero así es la sociedad y no le tratan como
uno quisiera, como lo que es y cómo somos.
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El desafío que enfrentan Pelayo, León y Chávez como sobrevivientes es el reconocimiento de
los atropellos sucedidos hace más de veinte años, en eso se enmarca su lucha. Hace tres años
se vieron con la necesidad de demandar al Estado ecuatoriano por la reparación integral, por
una pensión, disculpas públicas, y que una parada del metro subterráneo lleve el nombre
Coccinelle y ese sea la parada de La Mariscal (Pelayo 2021).
También existen otras demandas que las motiva a continuar en la militancia como lo confirma
Chávez, que:
Y respecto a mi militancia, hasta el último día que pueda voy a estar en marchas, en resistencia,
en todo lo que concierne a ser una mujer trans y por los derechos trans, pero no por lo de ser
homosexual. Yo voy a seguir luchando por la inclusión laboral trans y por los asesinatos de mis
amigas que tampoco ha habido justicia, entonces mi militancia terminará cuando terminen mis
objetivos (2021).
Nebraska León no se queda atrás y dice que lo que más le place es la libre movilidad, la libertad
de ser sin tener miedo, a que se ha logrado bastante pero aún siente que faltan desafíos por
enfrentar.
Igualmente, León se refiere a qué tienen grandes desafíos no ellas como una generación más
adulta, sino las nuevas generaciones de la comunidad LGBTIQ+, porque ellas asumen la lucha
y los objetivos que persiguen reivindicando y apelando a la memoria de los hechos históricos
que enfrentaron. Fueron víctimas de un Estado que se niega en reconocerlo, espacios donde las
personas trans puedan trabajar, son metas a largo plazo que se desea ver. A pesar de ello, la
organización ha persistido y se evidenció en la marcha trans del pasado año, donde se hicieron
presentes con consignas, gritos y carteles que exponían su resistencia y rabia.
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Ilustración 10. Compañeras trans en la Marcha Trans 2020
Fuente: Museo de la Memoria Nueva Coccinelle
El viernes 20 de noviembre del 2020 se convocó a personas trans y disidencias a la que
llamaron “Primera Marcha Trans del Ecuador”, Esto a conmemoración anual por la
Despenalización de la Homosexualidad del 25 de noviembre de 1997, el punto de encuentro
fue en la reconocida Plaza Foch y quienes la reconoce como La Mariscal. Aquel lugar tiene
una connotación histórica para las compañeras sobrevivientes que se manifestaron, fue uno de
los lugares donde ellas fueron perseguidas y violentadas mucho tiempo atrás. Se apropian de
estos sucesos, reivindicando las nuevas luchas que se avecinan, como la propuesta que dieron
a entender de convocar a plantones nuevamente en la Plaza Grande todos los miércoles por la
demanda hacia el Estado, políticas estatales en favor de personas trans como denuncias a los
terribles transfeminicidios que acontecen habitualmente.
Chávez alude que:
A las primeras que matan, golpean y todo son a las mujeres trans, porque somos las visibles de
la sociedad; por eso, yo hasta el último día voy a luchar por las mujeres trans, yo sé que no voy
a recibir los beneficios, porque hasta ahora yo sigo siendo maltratada por la sociedad, violada
por la sociedad todos los días (Chávez, 2021).
Y que, para Pelayo, ellas están acostumbradas a eso, al escándalo a transgredir porque es la
única manera que se las escuche (2021).
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3.7. La violencia: Escenario del pasado en contraposición al presente
Tal como se ha señalado a lo largo del presente capítulo, la violencia que pasaban las mujeres
trans sí disminuyó en cierto sentido a partir de la despenalización de la homosexualidad;
especialmente, la violencia física y los encarcelamientos. Sin embargo, también eran
violentadas de otras formas, como la violencia psicológica y simbólica; donde, mucho de ello
aún persiste hasta la actualidad. Por tal, es necesario exponer contrastes entre la época en la
que entrevistadas eran mayormente vulneradas, respecto con una mirada hacia el ahora.
Malony Chávez, menciona que:
Las limitantes de una mujer trans, que lo pasan hasta ahora, porque ves que ahora hay mujeres
trans estudiadas, antes en la sociedad a nosotras las chicas transexuales –las antiguas– la
sociedad nos hacía agresivas, porque antes no nos defendía la Constitución; porque antes te
iban a golpear ¿y tú que hacías? Golpear también y defenderte.
A nosotras la sociedad nos hacía agresivas, entonces lo que las activistas intentamos decir a la
sociedad y a la nueva generación de chicas trans es que tú ahora tú luchas con un pedazo de
papel, con un título, que se sepa que son estudiadas y que se sepa que a veces tenemos hasta
mejores capacidades que una persona heterosexual, pero por el simple hecho de que, por
ejemplo, tú eres secretaria y yo también estudié para lo mismo y vamos a aplicar a un trabajo.
Entonces, antes de que me conozcan a mí como persona, ven mi currículo y yo tengo un
currículo mucho mejor que el tuyo, entonces vamos a la entrevista y el simple hecho de que me
vean a mí, ya saben que el trabajo va a ser tuyo. Por más que yo tenga un currículo de 100 y tú
uno de 50. Pero por eso mismo luchamos, para que las chicas de ahora tengan papeles y
fundamentos para que digan que somos transexuales pero que también estudiamos, también
tenemos capacidades y nos merecemos el mismo trabajo (Chávez, 2021).
Ante tal planteamiento, se vislumbra el proceso de socialización por el que tenían que atravesar
las personas trans, en el caso de la violencia física; donde, permanecían en una situación de “o
peleas o te mueres”. También, se evidencian las limitantes a las que ha estado/está una mujer
trans; puesto que, una de las demandas por las que luchan hasta el presente, es el cupo laboral
en los espacios públicos y privados. Puesto que, de esa forma, se promueve una inserción al
mercado laboral digno, reduciendo la explotación sexual de muchas mujeres trans; validando
su lucha y proporcionando justicia y reparación a todas aquellas víctimas del sistema cishetero
patriarcal y capitalista. Por otro lado, también es nato resaltar la importancia que Chávez le da
a la educación y al poseer un título; pues, las mujeres trans han sido relegadas hasta de los
espacios educativos, convirtiendo –nuevamente- a la educación en un privilegio.
Chávez, agrega que:
La sociedad nos hace agresivas, pero también ha evolucionado con nosotras, un poquito. Porque
aún me siento observada, aunque no haya habido comentarios ofensivos nunca. Evolucionamos
nosotras rápido, porque cuando empecé mi transición, yo era la única chica joven, por lo que
necesitaba más apoyo. Y ahora yo soy intermedia, soy la joven de las viejas y la vieja de las
jóvenes. Ahora para las chicas jóvenes es más fácil, ya se toman hormonas, lo que yo les digo
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es que deben verse muy femeninas y eso implica mucho, pero la sociedad te trata como te ve;
lo difícil en ellas, es que, sí a mí me tratan mal, yo me sé defender. Eso ahora, porque el
sufrimiento que ellas pasan no es nada (2021)
Los postulados expuestos por Chávez permiten comprender el rol de las luchas alcanzadas,
luchas que costaron años y vidas humanas; donde, han tenido que exigir derechos básicos ante
una sociedad indolente. Si bien, ya no se vive una violencia “tan” grave, se recalca el avance
experimentado en los últimos años. Entre los derechos y acciones que se destacan está el libre
tránsito por las calles, puesto que ya no son frecuentes los insultos; además, se resalta la
intervención del Estado en la salud de las personas trans, específicamente en el caso de las
hormonizaciones para lograr una transición. Consideran que el abuso y violencia que se vive
actualmente es algo mínimo si se lo contrasta con tiempos pasados. Sin embargo, ello no quiere
decir que la lucha trans ha terminado; ya que, si bien, muchos derechos ya han sido alcanzados,
aún tienen muchos por lograr y es por ello que aún se siguen movilizando y organizando en
favor de sus derechos.
3.7.1. Contexto de COVID-19: Implicaciones, dificultades y problemáticas trans
El periodo que analizamos en la presente tesis está mediado por el contexto de pandemia
mundial del virus de la COVID-19. Mismo que, orilló a las personas a mantenerse en
aislamiento total por varios meses; evidentemente, no todxs poseen el privilegio para realizar
la cuarentena. Puesto que, el permanecer aislados en una casa y con las necesidades básicas
cubiertas, sin lugar a dudas es un privilegio que pocxs lo poseen. Las mujeres trans
empobrecidas y marginalizadas tuvieron fuertes repercusiones para sobrevivir en el contexto
de pandemia; así lo explica un conversatorio realizado por INREDH3, titulado “Día
internacional contra la homofobia y transfobia: Derechos en tiempos de Covid-19". En tal, tres
mujeres y militantes trans, nos hablan sobre las dificultades a las que han estado sometidas
desde el inicio de la pandemia.
Marcela Romero, mujer trans y representante de la coordinadora regional de la
REDLACTRANS Argentina; quien además ha militado junto a organizaciones trans del
Ecuador. Menciona que:
En el tema de la COVID19 en la región, creo que uno de los países que ha sido terrible en el
manejo de la pandemia es Ecuador; en donde vemos que el país no está preparado [respecto] a
su nivel sanitario [...] La población trans conocemos nosotras la falta de plan y estrategias de
trabajo que tienen los países para poder generar una mejor calidad de vida para la población
trans [...] En Latinoamérica, la cuarentena la conocemos las personas trans; sabemos, vivimos
todos los días una cuarentena. La falta de alimentos, el no poder transitar en nuestros países, las
detenciones, el maltrato, las humillaciones, la violencia institucional; lo que vimos es que los
crímenes de odio y la violencia de género no tiene cuarentena, porque siguieron los crímenes
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de odio hacia las personas trans en Latinoamérica, los crímenes de feminicidios y
transfeminicidios siguieron (INREDH, 2020).
[...] Es necesario abrir una agenda respecto a pobreza, porque eso es lo que se vio acá y la
palabra pobreza significa exclusión social. Vimos que las personas no podían salir a trabajar a
buscar su alimento. Yo a veces escucho que la pandemia es igual para todas y no, no es igual
para todos, ni todas ni todes; fíjense que hay personas que en este momento deben estar
pensando que van a comer esta noche y hay otras personas que no tienen para comer y que
tienen que salir a buscar su alimentación (INREDH, 2020).
Los enunciados propiciados por Romero resultan importantes debido a que, permite vislumbrar
la problemática trans en contexto de COVID-19. Especialmente, cuando se refiere al campo
laboral y el abastecimiento de necesidades básicas, como la alimentación; mucho más cuando
se lo vincula con el tema de la pobreza. Además, es necesario hacer hincapié en el tema de las
violencias dentro de la cuarentena y pandemia; puesto que, en su mayoría, se han incrementado;
la violencia respecto al género y las diversidades sexo-genéricas no se aíslan, prohíben o
esconden con la pandemia y las mujeres trans no están a salvo en ningún lugar y no sólo por el
virus del COVID-19.
Asimismo, Rachel Erazo, mujer trans y presidenta de la Fundación Alfil, menciona que:
Las mujeres trans nos movemos en el tema del trabajo sexual, peluquería, cocina y otras labores
independientes o manuales, que lógicamente somos las que seguimos relegadas y no porque
queremos, no es que sean indignas tampoco, de ninguna manera. Pero son las que justamente
podemos acceder, dentro de un Estado y sociedad discriminatoria y evidentemente estas están
limitadas. Y esto es algo por lo que critican muchas personas, nos dicen: “ustedes que corona
tienen para que les atienda el Estado” y no es una cuestión de que solo nos atienda a nosotros/as.
Es una cuestión de que se está evidenciando de que no podemos en un momento, común y
corriente, donde todos “los derechos” están permitidos y ahora están limitados. Se puede ver
una sociedad y un sistema que limita derechos, mucho peor en estos momentos; en este sentido
yo creo el Estado ecuatoriano debe comenzar, en verdad, no en que somos o no somos objeto
de asistencia, simplemente [...] ha impuesto un estado de excepción donde limitan la forma en
la que las personas venimos ganándonos la vida, en gran medida la población LGBTI está
desempleada o vive de trabajos que requieren el hecho de movilizarse, el hecho de salir, de
relacionarse (INREDH, 2020).
Se interpreta que, dentro de la pandemia, se vio afectado el limitado trabajo al que pueden
acceder las mujeres trans, como es el caso del trabajo sexual y la peluquería; considerando que,
el Estado no vislumbró las repercusiones que el aislamiento traería. Es decir, es necesaria e
importante entablar la problemática trans, desde una mirada interseccional; ya que la pandemia,
solo profundizó las desigualdades preexistentes. A su vez, se debe hacer hincapié en el cómo
afectan las medidas de distanciamiento social, haciendo una diferenciación entre una persona
común y una perteneciente a la comunidad LGBTIQ; pues, se encuentra doblemente vulnerada.
Siguiendo la misma línea, Marcela Romero, agrega que:
81
[...] Nosotras nos hemos enterado, que compañeras de Manabí no han tenido ni que comer y ni
cómo salir porque está la policía y son discriminadas, como es de imaginarse [...] eran
desalojadas. Nosotras ahí trabajamos con la defensoría del pueblo LGBT, donde presentamos
recursos de amparo a nivel nacional para que no heche a ninguna persona por no pagar el
alquiler; porque somos personas que generamos nuestras finanzas en el trabajo sexual. Hubo
un veredicto del presidente, en el que no podían desalojar por tres meses de nadie de ningún
alquiler. Pero igual, los dueños de los hoteles y departamentos les cortaron la luz, el agua, el
cable de la televisión, hicieron todo lo que pudieron para que las compañeras se vayan del lugar;
eso se llama violencia de género (INREDH, 2020)
Es decir, prevalece el postulado de que las mujeres trans no están seguras ni en sus propios
hogares. Ello considerando el acoso, hostigamiento y violencia que reciben por parte de las
personas arrendatarias de viviendas; puesto que, la única razón por la que exigían un desalojo
era debido a su identidad sexual y/o de género. Lo que refleja la discriminación, transfobia y
violencia de la que aún es partícipe la población trans. Nuevamente, se vislumbra como en el
caso de las mujeres trans, la marginalidad e identidad de género van de la mano; pues a diario
la sociedad establece obstáculos que dificultan un buen desenvolvimiento social, político,
económico y simbólico de las mujeres trans.
Así lo recalca Marcela Romero, alegando que:
La democracia en Ecuador tiene que reparar toda la exclusión social que recibió la población
trans; que no pudo acceder a la educación, al trabajo, que no pudo acceder a la vivienda, que no
pudo acceder a ningún beneficio que accede otro o cualquier ciudadano en Ecuador. Nosotras
vivimos bajo la línea de la pobreza; el mismo Estado nos hizo vivir en la pobreza y hay que
reparar eso (INREDH 2020)
Es el Estado, los gobiernos, la sociedad y el sistema en general, los que se han encargado de
marginalizar, explotar, vulnerar y violentar a las mujeres trans; privándolas de todo derecho
humano básico. Las mujeres trans marginalizadas viven en la línea de la pobreza porque a lo
largo de su camino experimentan una serie de dificultades que, en la mayoría de los casos, les
es imposible superarlas. Las mujeres trans marginalizadas viven en la marginalidad porque así
lo quiere el Estado y la sociedad, pues, ambos siempre privilegian a todo lo normado, blanco,
aburguesado y heterosexual.
3.8. El cuerpo: Su memoria e historia.
La cuestión del cuerpo es un aspecto indispensable para comprender la situación de las mujeres
trans. Siguiendo los planteamientos de Andrea Reinoso (2015), nos dice que:
Nuestros cuerpos han sido expropiados de nosotras mismas, han sido usados, explotados,
violados, alienados, enajenados, pero es desde este mismo cuerpo violentado y explotado, desde
donde re-significamos, sentimos, resistimos y actuamos. He aquí la necesidad de politizar el
cuerpo, ya que éste no solo simboliza, sino que es nuestro poder materializado (pp. 44).
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Tal resulta importante, cuando se analiza las motivaciones por las que las mujeres trans
permanecen en el activismo y militancia por sus derechos. Pues, como se mencionaba
anteriormente, es la indignación ante la sociedad que no las “acepta”, lo que les impulsa a
seguir; en conjunto con el exigir una calidad de vida digna. Es menester hacer énfasis en el
hecho de que la sociedad las debe “aceptar”; así lo mencionó Malony Chávez en la entrevista
realizada:
Porque para la sociedad no somos mujeres trans, nos dicen travestis y cuando ven que somos
solo 2 o 3, la sociedad no nos hace caso; tenemos que haber muchas para que vean que
necesitamos espacios y muchas cosas. No es que la sociedad nos debe de aceptar, nosotras ya
existimos, les guste o no. Lo único que pedimos es justicia y que nos traten como personas. En
el activismo y la militancia me motivó que la sociedad patriarcal es terrible y nos cuestiona
como somos, eso es lo que me motiva todos los días y me ha motivado desde que empecé
(2021).
Para complementar y comprender de mejor manera, la importancia de la concepción del cuerpo
y su influencia en la vida de las mujeres trans marginalizadas, Andrea Reinoso (2015) alude
que:
El cuerpo es nuestro conector con el mundo, mediante él canalizamos todo lo que vivimos y
sentimos. El dolor, el miedo, el amor, el deseo, el placer. Todo lo que percibimos y sentimos se
manifiesta corporalmente, el cuerpo lo expresa, lo siente; la piel se eriza, un órgano se enferma,
nos duele, nos salen arrugas, se nos cae el pelo, todas estas son manifestaciones corporales que
nos indican que el cuerpo siente lo que nuestro ser/sujeto siente (pp. 44).
Es decir, se vive en el cuerpo la discriminación, abuso, marginalidad, el odio y la violencia. Lo
que se vive en el cuerpo, permanece en este. Ya que, el cuerpo tiene memoria e historia, todo
lo graba, todo lo siente y todo lo expresa; de alguna forma, el dolor, el miedo, el placer y todas
las emociones, se encarnan. En el caso de las mujeres trans marginalizadas, ello pudo
evidenciarse a partir de relatos expuestos; así lo retrata Purita Pelayo:
Una vez saliendo de la discoteca me pase de tragos, espere en la puerta un taxi y no lograba
mantenerme, fue cerca de la Mariscal, me paró un carro. Y yo vivía cerca del Banco Central,
yo entré en el carro y ya ahí me di cuenta de que era un militar y su arma estaba en el asiento
donde yo me senté. Yo le conversaba y conversaba y no decía nada, y subió para acá…por las
luces del carro me daba cuenta de que todo esto estaba desolado. [...] Hasta la borrachera se me
paso y me dice: súbete encima mío, y yo respondí: cómo me voy a subir si ahí está el timón 4.
Yo estaba asumiendo un poco alguna obra de teatro, le quise agradar al chico, me quise portar
bien y yo hice el intento de subirme, pero el timón me golpeo e hice el drama porque este
hombre me podría matar.
Como estaba cerca de la casa hice todo el drama, como que me cae muy bien y me encanta todo
esto; que tenía una botella de wiski en la casa y donde podíamos amanecer. Pero yo era una
actriz completa, le cogí y le abracé, pero yo temblaba. Y él acepta, llegamos y él entró en
contravía. Le dije que iba abrir la puerta del garaje, me baje y mientras él se estacionaba, yo
intente abrir la puerta, cogí entre y selle y el hombre quedo afuera. De lo que me salve, al otro
día una amiguita me contó que el mismo militar, con la misma descripción y le había llevado y
disparado, lo mismo, pero se escapó por el cerro. Cada vez que yo vengo, recuerdo todo eso.
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Ahora está diferente, hay parqueaderos y todo está arreglado, pero por donde yo entro ahora es
la misma entrada y salida donde pasó esa noche; preferiría entrar por otro lado, pero por la
pandemia la entrada principal se cerró y entro por acá (2021).
La experiencia de Purita Pelayo permite contrastar lo que Andrea Reinoso plantea. Cabe
señalar que Pelayo expone este relato, refiriéndose al antiguo Hospital Militar, lugar en el que
actualmente, funciona el Centro de Arte Contemporáneo y el Museo de la Memoria Trans.
Además, es aquí donde Pelayo trabaja actualmente, por ello dice que son todos los días los que
debe ingresar por la misma puerta por la que ingresó el día de su secuestro. En tal, es importante
vislumbrar como al mencionar lo expuesto anteriormente, a Pelayo se le entrecorta la voz,
desvía la mirada y se muestra un poco nerviosa por tal experiencia. Es decir, que a pesar de
que los años pasen, las vivencias se quedan y se sienten en el cuerpo; mucho más se si trata de
vivencias que se asocian a la violencia y el odio.
3.9. El cuerpo marginal
Como se ha visto y desarrollado, la marginalidad, puede presentarse y experimentarse debido
a varios factores, que, en el caso de las mujeres trans, serán varios, pero que, sin duda, todo
estará transversalizado por su identidad de género, expresión de género o la forma en la que
sociedad las percibe. Mucho de ello, está mediado por la invisibilización, basado en
argumentos y subjetividades, en las que priman lxs cuerpxs que no encajan con lo establecido;
es decir, con el paradigma occidental (Reinoso, 2015).
Por lo expuesto anteriormente, Reinoso plantea el concepto de “cuerpo marginal”. Aludiendo
que; “Lxs otrxs invisibilizados solo salen a la luz cuando se necesita poner en evidencia un tipo
de cuerpo que encarne el miedo, el peligro, la pobreza. Se necesita un enemigo encarnado y
ese es el marginal (Reinoso, 2015, pp. 54). A partir de ello, decimos que las mujeres trans
poseen un cuerpo marginal; puesto que, sólo se hacen visibles para demostrar el peligro, el
“pecado”, la “disforia”, la “promiscuidad” y hasta la pobreza. Un aspecto que permite
ejemplificar aquello, son las arremetidas veces que se acusó a la población LGBTIQ y más
específicamente a las personas transexuales y gays, de propiciar enfermedades de transmisión
sexual, como es el caso del VIH-Sida. Es decir, el cuerpo marginal de las mujeres trans solo
será usado y explotado en cuanto sea servil al poder, otorgando legitimidad a los discursos de
odio y discriminación.
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Ilustración 11. Compañeras Coccinelle promocionando el uso del preservativo en 2003
Fuente: Museo de la Memoria Nueva Coccinelle
Las Coccinelle realizaban varias campañas para promocionar el uso del preservativo; cabe
señalar que la misma acción ha sido replicada a lo largo de los años y en varios países. A su
vez, las mujeres trans debían “ganarse” esta legitimidad de visibilidad y humanización,
participando en otras luchas o proporcionado ayuda benéfica. Esto con la finalidad de
desestigmatizar la imagen que creaban detrás de ellas; especialmente, desde los imaginarios
que producen los medios de comunicación.
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Ilustración 12. Del Diario Extra, Guayaquil, 20 de mayo de 1999
Fuente: Museo de la Memoria Nueva Coccinelle
Ilustración 13. Del Diario El Universo, Quito, 21 de diciembre de 1998
Fuente: Museo de la Memoria Nueva Coccinelle
Ilustración 14. Del Diario La Hora, 12 de diciembre de 1999
Fuente: Museo de la Memoria Nueva Coccinelle
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Se debe considerar que tales planteamientos permanecen cimentados en estructuras de
dominación, como las que permiten establecer el Estado-Nación. Así agrega, Andrea Reinoso
(2015):
Cuando pensamos en el rostro de la nación, ¿Qué cuerpos se nos viene a la mente? Lo más
seguro será, que la primera imagen que llegue a la cabeza, sea la de la blanquitud. Cuerpos
europeos latinoamericanizados, o cuerpos latinoamericanos europeizados, blanqueados,
occidentales, civilizados, progresistas, exitosos, con futuro, heterosexuales, burgueses (pp. 54).
Es decir, los discursos, acciones y argumentos, se sustentan en varias estructuras sociales; que
tienen en común el privilegiar unxs cuerpxs por sobre otrxs. Entendiendo, que, se vulnerará de
mayor forma a todo aquel que no entre en la norma de blanquitud establecida desde la
occidentalización. Por lo que, gran parte de las mujeres trans, se encontraran en medio de una
profunda desigualdad, discriminación y marginalidad.
3.9.1. Permanente enredo entre visibilidad/invisibilidad
Atravesadas por los planteamientos de Andrea Reinoso (quien además fue una de nuestras
docentes) y al trabajar con experiencias trans, hemos podido visualizar una evidente dicotomía
entre la visibilidad e invisibilidad. Pues, por un lado, las mujeres trans que viven
marginalizadas, (entendiendo que están transversalizadas por la clase y el género) no les
permite residir y vivir de una manera “no visible”, ya que, el solo existir desde lo trans, es
transgredir, romper la norma. La sociedad da cuenta de su existencia desde formas “sutiles”
como murmullos, susurros, miradas de odio y lascivas; hasta formas más violentas, como
empujones, insultos, golpes y hasta transfeminicidios; todo esto por el mero hecho de ser
visibles. Porque, ¿Qué pasa con aquellas que alcanzan su completa transición? ¿Qué pasa con
las que ya sea por genética u hormonización logran encajar en el estereotipo que la sociedad
espera de una mujer? ¿Son también vulneradas en la esfera social?
Para ejemplificar están las experiencias de Chávez y León, quienes aluden que:
La sociedad es clasista. Porque sí te ven un poquito más arreglada y ves a otra travesti más; y
eso también me pasó cuando era una chica travesti y venían mis amigas de Europa, ellas venían
hermosas, bueno, ahora yo soy hermosa, pero ellas llegaban así en ese tiempo como yo estoy
ahora. Llegaban con sus cuerpazos, hermosa ropa y yo normalita, como una chica travesti, no
tenía ni chichis; cuando llegaban los hombres, a mí me dejaban, por un lado, entonces yo llegué
a pensar que cuando llegas a ser una mujer transexual completa, la sociedad te respeta más; en
comparación al ser una chica travesti. (Chávez, 2021)
Esclareciendo que, quienes logran una transición completa y que cumple con los estándares de
belleza socialmente llegar a estar mucho más aceptadas. Mientras menos masculina estés, es
favorable para que el resto no violente de forma agraviante. Sin embargo, la experiencia para
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“intentar” llegar a ello las coloca en una posición muy difícil cuando muchas de ellas no tienen
el poder adquisitivo para costear hormonas, tratamientos o cirugías. Así lo sostiene Malony
Chávez:
Yo me pagué todo a partir de lo que sacaba de la prostitución, yo iba guardando y aparte empecé
a estudiar peluquería; entonces era peluquera y ejercía la prostitución en las noches. Ese fue el
proceso que me ayudó a operarme, por eso decimos que no puedes ser una mujer trans de la
noche a la mañana, a menos que tengas plata. Yo trabajé 40 años y ahora soy una mujer trans,
pero siento que a esta edad ya no se puede disfrutar ser una mujer trans (2021).
El no poder acceder gratuitamente o a un menor costo todo lo que desean hacer en sus cuerpxs,
las ha expuesto a una mala praxis por parte de médicos que las ha perjudicado de por vida. El
uso de productos no buenos y aptos ha terminado con muchas vidas de quienes lo han intentado,
o secuelas en otras como nos cuenta la compañera León:
Me fui haciendo más femenina, lo que uno no cambia casi es la voz, pero la apariencia si. Aquí
tuve un amiguito gay, pero a él no le gustaba vestirse de mujer, él me ayudaba en todo y total
que él fue mi complemento. Lo que sí me hice fue unas cirugías que no me salieron tan bien,
por ejemplo, mi rostro, era bien formadito y me empecé a cambiar. Ya como a los 30 años
empecé a inyectarme los biopolímeros para eso me puse los pechos, glúteos, caderas y tanto
que me convencieron que me puse en el rostro; ni Kiko esta tan feo como yo, entonces no me
hicieron bien y es el riesgo que una corre. Los biopolímeros fue una fiebre todas queríamos
ponernos, yo lo que me hice fue que me pusieran mentón para que se me vea más femenina mi
cara. No fue tan difícil transformarme y lo hice acá en Quito. (2021)
Aunque ello, no significa que las mujeres trans con transiciones completas no experimenten
violencia de género, evidentemente, existe una gran diferencia. Mientras unas estarán con los
mejores cirujanos plásticos, otras, murieron y mueren por una deficiente atención pública. Es
decir, la visibilidad es aquello que vulnera, oprime y violenta.
Sin embargo, esta misma visibilidad es la que las hará invisibles ante un Estado indolente, ante
una sociedad que lo único que ha hecho es mirar hacia otro lado, mientras otrxs se mueren de
hambre y deben vender el cuerpo para sobrevivir. Las mujeres trans marginalizadas, serán
visibilizadas únicamente cuando la sociedad requiera de ellas; por ejemplo, en el caso de las
mujeres trans-trabajadoras sexuales, solo serán visibles cuando requieran de su cuerpo
sexualmente. Lo que las sumerge profundamente en una dicotomía que parece imposible de
terminar, donde pasan de un lado, hacia el otro; siendo siempre –en palabras de Purita Pelayo–
la última rueda del coche.
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3.10. Museo Trans de la Memoria: Nueva Coccinelle
Para explicitar se toma como eje el derecho a la memoria, aquello para entender el accionar de
las sobrevivientes y la creación de su museo. Según Eric Millard (2014) sobre el Derecho a la
Memoria, menciona que sea adhiere a los valores de los derechos de la persona, así como el de
la democracia, que es justo porque se coloca a lado del debilitado, de la víctima, quien sufrió
en carne propia su integridad como el de sus bienes frente a comportamientos injustificables,
y es jurídicamente fundada por los derechos que fueron violados y cuales no deben quedar en
la impunidad. Sumado a esto, Millard se refiere que:
Deberíamos estar tan guiados por la preocupación legítima (pero que el derecho a la memoria
presenta como exclusiva) de una simbólica reparación de las conculcaciones pasadas, como
por la búsqueda de condiciones para una construcción duradera de la democracia, precedente
al establecimiento de modalidades de no repetición de violaciones de derechos. (2014, pp.
153-154)
Y es el derecho a la memoria como el medio por el cual es posible reparar netamente a las
víctimas. Adjuntando a eso está Elizabeth Lira (2010) quien dice sobre la memoria que, son
los sobrevivientes, sus familiares, sus amigos cercanos quienes declaran como postura tanto
ética y política el “no olvidar”, otorgan a la memoria de una fuerza política y cultural; por la
búsqueda de justicia y lucha por la paz. A su vez, se construye una resistencia al olvido en base
a la lealtad de quienes no están, lealtad a las creencias e ideas. Y que:
[…] Algunas memorias son “militantes”. Mantienen el sentido de la “causa” por la que esas
personas perdieron la vida, pero casi todos coinciden en afirmar que se requiere recordar para
asegurar que “nunca más” vuelva a ocurrir tanta muerte, tanto dolor y miedo, tantas pérdidas.
(Lira, 2010, pp. 4-5)
Asimismo, en su escrito Lira afirma que entre los países han de rendir cuentas a la comunidad
internacional por compromisos, se acogen a acuerdos y garantías al respeto de derechos
humanos, eso se explica con la creación de comisiones de la verdad y de leyes de reparación a
víctimas. Pese a ello, en nuestra realidad ecuatoriana es completamente diferente, aún hay
vacíos y compromisos sin cumplir a gran parte de las minorías sexuales; políticas de memoria
que otorguen aprendizajes sobre el pasado y sobre el respeto de derechos humanos. Lira se
refiere a las acciones de “memorialización”, que compagina con los objetivos del museo de las
Nueva Coccinelle, el sensibilizar a la sociedad acerca de lo sucedido y en la recuperación de
testimonios de las víctimas, generando maneras de conmemorar y de crear memoria como
“sitios de conciencia” por el rescate de la memoria de sus muertxs y darles el sentido a sus
vidas como el de sus luchas (2010).
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El hacer memoria ha llevado a que se creen mecanismos para llegar a la verdad y reconocer a
las víctimas, también se han hecho plantones, denuncias, y a su vez se puede hablar de una
“reparación simbólica” porque de esa forma trae a recordar el nato valor y dignidad que tienen
las personas que han fallecido, violentado y desaparecido. Existe una clara ausencia de políticas
para la realización de memoriales a las víctimas de diversidad sexo genéricas discriminadas
muchos años atrás. Pese a ello, son las sobrevivientes quienes han gestionado para que exista
una forma de reparación a los homicidios, como el crear la memoria para no olvidar aquellas
vidas, crear memoria para no volver atrás y luchar porque no se llegue nunca más a un retroceso
de derechos humanos. Y aún habría más por hacer, resignificar espacios que son claves y un
vivo recordatorio para la historia de lxs trans, travestis, marikas, etc.
Ilustración 15. De Fachada del Museo de la Memoria Coccinelle, Quito, mayo de 2021
Fuente: Stefany López y Estefanía Logacho
El Museo de la Memoria Coccinelle funciona desde hace aproximadamente un año en el
antiguo Hospital Militar -actualmente, Centro de Arte Contemporáneo- ubicado en el sector
Centro Norte de la Ciudad de Quito. Surge con la finalidad de exponer las realidades y
vivencias que experimentó la población LGBTIQ+ a lo largo de los años; con el apoyo de
Instituciones Municipales y la consigna de promover la cultura hacia el público general.
90
Ilustración 16. De Fachada del Museo de la Memoria Coccinelle, Quito, mayo de 2021
Fuente: Stefany López y Estefanía Logacho
A su vez, en las mismas instalaciones del Museo, funcionan las oficinas de la Fundación
Transgénero “Nueva Coccinelle”. En el salón se muestran diferentes fotografías recopiladas a
lo largo de la lucha por sus derechos; clasificadas en: procesos sociales, políticos e históricos.
A pesar de que, existen mediadores que actúan en forma de guías, que proporcionan
información y muestran el recorrido; Purita Pelayo y Nebraska León también hablan desde sus
experiencias como vivieron la represión policial, estatal y violencia por parte de la sociedad.
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Ilustración 17. Exposición del Museo De la Memoria Coccinelle por parte de Purita Pelayo y
Nebraska León, Quito, mayo de 2021
Fuente: Stefany López y Estefanía Logacho
Las imágenes que se muestran en el museo son desgarradoras pero necesarias. Solo así se puede
comprender un poco más de lxs cuerpxs trans. La recopilación y exposición de las fotografías
ha sido todo un sacrificio, así lo mencionó Purita Pelayo;
Fue difícil recopilar la memoria, nosotras por no habernos podido mantener en esa línea activa
durante todo el año 2000 en adelante porque eso afectó bastante ya que se perdió materiales,
fotografías, negativos y lamentamos mucho. Pero lo que hemos podido recuperar, custodiar
realmente es lo que significa ahora estos espacios donde pueden encontrar todo lo que somos y
fuimos a partir de los años 80’. (2021)
En medio de las conversaciones entre entrevista y entrevista, nos mencionaban como era el
proceso para tomar las fotografías -entendiendo que años atrás no existía la facilidad de portar
una cámara en el bolsillo- Nebraska León entre risas nos decía que gran parte de las fotografías
fueron recopiladas por causa de la intrépida de Purita Pelayo. Quien, incluso dentro de las
cárceles, encontraba la manera de esconder las cámaras y los negativos de las fotografías. La
consigna que iba detrás de ello era la esperanza de que la justicia llegue algún día para ellas.
Purita Pelayo, alude que a veces era muy triste y difícil fotografiar ciertos acontecimientos,
como lxs cuerpxs de las compañeras que eran encontradas muertas; pero que siempre lo vieron
como necesario. A pesar del esfuerzo, mucho material se perdió o muestra gran dificultad para
poder agrandar y exponerlo al público -según la curandera del museo-; otra parte del material
está en modo audiovisual, por lo que también están en busca de un proyector e implementación
de nuevas luces.
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Hacemos hincapié en el Museo, considerando el logro que representa el pertenecer a un espacio
físico, siendo parte de las nuevas voces y discursos dentro de la construcción de la memoria
social y política del Ecuador. Puesto que, las vivencias de las mujeres trans, negras, indígenas,
mestizas y pobres; han sido borradas, invisibilizadas y tachadas; mostrando únicamente la
historia contada desde el privilegio del hombre blanco, heterosexual y privilegiado. El mostrar,
nombrar, estudiar y reparar las memorias trans es un acto necesario, político y de resistencia.
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CONCLUSIONES
Se visualiza que, tanto para la sociedad ecuatoriana como para el Estado, la identidad de género
de las mujeres trans pertenecientes a la Fundación Transgénero “Nueva Coccinelle”, es un
factor determinante para que sean marginalizadas y violentadas. Partiendo, de su sentido de
transgredir; convirtiéndose en las atravesadas, las que rompen con la “tradición”, cuestionan el
poder, la norma y el sistema cisheteropatriarcal. Se entiende que las estructuras de dominación
prefieren permanecer en sociedades que no cuestionan y se sostengan a lo normativo; por lo
que, optan por privar de varios derechos humanos a los grupos sociales que trascienden más
allá de lo normado; ello, sustentándose en discursos excluyentes y discriminatorios.
La sociedad ecuatoriana se ha encontrado marcada por grandes yugos como la religión y la
educación basada en la moral; que es regida desde el hogar. Hablamos de una sociedad sumida
en la “intolerancia”, que va delegando violencia y discriminación a lo que consideran como
débil o afeminado. Dentro de este marco están las mujeres trans que desde el momento inicial
en el que no sienten una correspondencia con su cuerpo y lo dicen, son discriminadas; bajo el
supuesto de que: “el niño con cuerpo de niño no puede comportarse ni vestirse como una niña,
porque eso es de mariquitas”. Por lo que, muchxs viven dentro de su hogar el primer rechazo;
razón que en muchos casos resulta ser suficiente para ser expulsadx de casa.
La realidad de las mujeres trans varía según el contexto, pero las principales razones por las
que permanecen marginalizadas parten de considerarlas diferentes, afeminadas y patologizar
su identidad de género; lo que conlleva a una criminalización y estigmatización social. Por lo
que, a través de discursos e imaginarios colectivos, se generaliza el argumento de que son
personas que no son dignas de poseer los mismos “beneficios” que se le otorga a una persona
“normal”. Tal acción deviene en varias problemáticas como: la exclusión de las plazas
laborales, la limitación en el libre tránsito del espacio público, el permanente debate sobre sus
realidades e identidades, la discriminación, acoso, todos los tipos de violencias, limitantes para
acceder a jubilación digna, dificultad para traspasar de empleos “permitidos” para personas
trans, propensión a injusticias, inoperancia y olvido por parte del Estado en temáticas
relacionadas a la salud y hormonización adecuada, nulo o escaso acceso a la educación y
transfeminicidios. Es decir que, a lo que salga de la norma se lo “cura” en las “clínicas”, se lo
reprime, se lo niega y se lo borra de todo discurso.
Todas las mujeres trans enfrentan una lucha contra el sistema cisheteronormado; pero, no todas
poseen a este como único sistema de opresión. Por lo que, los estudios en clave interseccional
94
son necesarios para vislumbrar otras realidades. En el caso de las sujetas de estudio, se
evidenció que al ser mujeres trans que emergieron de sectores empobrecidos o de clase media,
al ser migrantes y luchar contra gobiernos ultraconservadores; experimentaron situaciones que
en contraste con mujeres que pertenecían a una clase social más acomodada, se observan
diferencias abismales. Muestra de ello son los relatos que nos proporcionaron, en los que
mencionan que amigas de ellas se iban a otros países a realizar su transición con cirujanos
certificados; mientras que ellas, tuvieron que luchar por lograr su transición deseada y en
muchos casos, fueron víctimas de operaciones mal realizadas o con material no autorizado.
La sociedad está inmersa en grandes y claros estereotipos de género que muestran una imagen
del “ser mujer” que las mujeres trans también han interiorizado. Las que vienen de sectores
más empobrecidos les parece inalcanzable el transicionar como quisiesen o como menos
podrían ser discriminadas; puesto que al “parecerse” al estereotipo femenino socialmente
aceptado, las hará menos visibles y menos propensas a ser objeto de burlas, acosos y violencias.
El grupo de las Coccinelle (como muchos otros en el Ecuador) tuvo un papel importantísimo
para alcanzar logros como la despenalización de la homosexualidad. Su lucha surge desde lxs
de abajo, lxs que sufren, lxs que sienten la injusticia y el hambre en el cuerpo, lxs empobrecidxs
y hartxs de vivir en el clóset; su estrategia reivindicativa fue la transgresión, el hecho de dejar
de esconderse o de hacerse realmente visibles únicamente en las noches. Fue su ímpetu por
movilizarse, convocar a plantones y exigir derechos para todxs; el interpelar en la sociedad y
resignificar los espacios, las calles y la vida cotidiana.
Las sobrevivientes de la Fundación Transgénero “Nueva Coccinelle” desde hace ya tres años
demandan al estado ecuatoriano por sus muertas, muertas que fueron criminalizadas,
violentadas y perseguidas hace más de veinticuatro años. Personas trans, travestis y
homosexuales se enfrentaron a un sistema social que penalizaba su identidad de género como
la orientación sexual, el gobierno de León Febres Cordero (1984-1988) cual hizo uso de
cuerpos de seguridad para mantener en regla a la ciudadanía y a las “desviaciones” tanto así
que, es uno de los gobiernos que carga más víctimas que cualquier otro.
Al vislumbrar las realidades de las mujeres trans es necesario realizarlo desde la memoria
colectiva e histórica. Ya que, en el caso de las Coccinelle son la muestra de cómo la narrativa
socio política del país ha pretendido borrarlas; silenciándolas, asesinándolas e
invisibilizándolas. El apelar a la memoria es imprescindible porque permite conceptualizar,
despatriarcalizar y desnaturalizar problemáticas que anteriormente eran aceptadas. Que,
95
además, en el caso de las Coccinelle, representa un paso para alcanzar la reparación por la que
se demanda al Estado ecuatoriano.
La identidad de cada mujer trans es resultado de un proceso que está lleno de desconocimiento;
puesto que, en un principio no saben qué son, qué etiqueta ponerse o con qué identificarse. Se
llega a confundir la orientación sexual con la identidad de género, debido a que se lo ha
relacionado con lo homosexual, lo “afeminado”, “lo loco”; cuando en cambio la identidad de
género es por completo lo opuesto. Esto debido a la desinformación, ausencia de
democratización del conocimiento, deficiente educación sexual y los escasos estudios reales
que existen respecto a la población trans. La identidad de género no se rige entre dos
binarismos, existe una gran diversidad que se la ha mantenido al margen y sobre ellas se tienen
estigmas, lo femenino y masculino se lo ha vinculado con el sexo biológico de la persona a tal
punto que se discrimina lo que no encaja con estas dicotomías.
Asimismo, se miran a estos cuerpos “extraños” que en su condición son llevados al rechazo
porque no entran a ideales de belleza y de consumo, consumo porque los cuerpos socialmente
son vistos como objetos de goce y disfrute, y cuerpos como lxs trans causa todo lo contrario y
eso se ve visualizado en los crímenes de odio; violencia, discriminación, exclusión y
marginalización. Porque a pesar de que en el 97 se dejó de despenalizar estas identidades y
orientaciones sexuales se sigue conviviendo con una serie de comportamientos adheridos a la
consciencia social que lleva al rechazo y a un despliegue de discursos, una deuda vigente para
salvaguardar las vidas de la comunidad trans.
La implementación de las historias de vida como técnica de recopilación de información de
testimonios en las sujetas de investigación fue un acierto. Ello considerando que, a partir de
estas pudimos experimentar sus sentires, vivencias y emociones en cada recuerdo y experiencia
que se traía a colación. Cabe señalar que, a pesar del contexto de la pandemia, nuestras historias
de vida fueron realizadas en forma presencial; con la finalidad de poseer un sentido de
familiaridad y comodidad a las entrevistadas y a su vez, realizar observaciones minuciosas para
empatizar y comprender las dinámicas que operan detrás de sus relatos. Pudimos vislumbrar
que en determinadas situaciones se les entrecortaba la voz, desviaban la mirada y se producían
diferentes emociones como el enojo, la alegría, la tristeza, dolor, cansancio y suspenso.
Los estudios referentes a las temáticas de género en relación a la población trans, son escasos
entre los y las estudiantes de la Universidad Central del Ecuador. Lo que genera un vacío
académico; consideramos que es debido a la estigmatización que aún prevalece dentro de la
96
sociedad. Cabe señalar que, a su vez, la importancia de los medios de comunicación
comunitarios es crucial; puesto que, es por medio de estos que se ha podido mediatizar e
interpelar a la sociedad y a la opinión pública las realidades de las personas pertenecientes a
las diversidades sexo genéricas. Y pese a esto hay mucho más que se podría hacer por ellas y
por la población trans en el sistema educativo, a razón de esto incentivamos a que las
investigaciones y estudios continúen para que la existencia y la importancia de las vidas trans
no sea una mero mención sino una completa/compleja realidad.
97
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103
ANEXOS
Anexo No. 1. Del Diario Hoy, 25 de septiembre de 1997
Anexo No. 2. Del Diario Hoy, 10 de diciembre de 1998
104
Anexo No. 3. Del Diario Extra, 26 de abril de 1998
Anexo No. 4. s/f, 27 de junio de 1999
105
Anexo No. 5. Del Diario El Universo, 27 de junio de 1999
Anexo No. 6. Del Diario El Defensor, octubre de 1999
Anexo No. 7. Del Diario Hoy, 21 de febrero de 2000
106
Anexo No. 8. Del Diario Hoy, 02 de julio de 2000
Anexo No. 9. Del Diario la Hora, 08 de julio de 2002
107
Anexo No. 10. Del Diario Hoy, 05 de julio de 2004
108
Anexo No. 11. Diseño de historias de vida
DISEÑO E INSTRUMENTOS DE ENTREVISTA: HISTORIAS DE VIDA
En primer lugar, habría que aclarar con la entrevistada lo que denominamos como “cuestiones
éticas” que tiene que ver con su nombre, si desea ser reconocida como tal o prefiere el
anonimato. En segundo lugar, es explicar claramente de qué va nuestra tesis, aclarar dudas y
misiones que tenemos tanto con la entrevista como con la entrevistada. Además, indicar que la
información que se vaya a dar será usada únicamente con fines académicos. Y también la
entrevistada tiene la posibilidad de cancelar la entrevista, cortarla o preferir que ciertas partes
no se coloquen en la tesis. Finalmente, recalcar la importancia de su participación en el
desarrollo de nuestra tesis.
Es también importante, preguntar sobre sus pronombres, la forma en la que les gusta ser
llamadas. Considerando que muchas mujeres trans se sienten identificadas con ser llamadas
por ellas y otras por ellxs; a su vez, creemos que es una deuda histórica, además de un
posicionamiento político, traer estos temas en medio de la entrevista.
Las siguientes preguntas están estructuradas en función de variables:
Guía de entrevista etnográfica
La marginalidad social frente a la construcción de la identidad de género de las mujeres trans
en la ciudad de Quito, desde el año 2019 al 2020.
Tabla 1.
Categoría de análisis: Contexto de ciudad de residencia
Variable
Preguntas sugeridas
Experiencias, ocupaciones y problemáticas
¿Es de Quito? ¿o dónde nació?, ¿ha migrado?
diarias de una mujer trans.
¿En qué sectores de la ciudad ha vivido?;
lugares comunes o lugares que comparte con
más personas trans.
¿Cómo es un día de una mujer trans en una
ciudad como Quito?
Comparación actual y del pasado.
¿A qué se dedica?; ocupación y tiempo
invertido.
109
Tabla 2
Categoría de análisis: Identidad
Variable
Preguntas sugeridas
Reconocimiento de lo trans, procesos e
¿Cómo ha sido su proceso de identificarse y
influencias
nombrarse mujer trans?
¿Cuáles han sido sus limitantes al ser una
mujer trans?
¿Qué sentido tiene para usted el ser trans?,
¿Cómo llegó a identificarse con ello?
¿De qué manera llegó a relacionarse o formó
amistades con personas trans?; ¿pertenece a
algún colectivo o milita de forma autónoma?
¿Qué influencia considera que posee la
identidad de género en el desenvolvimiento
social de una mujer trans? *
El identificarse como mujer trans influye en
su
actuar/desenvolverse
en
la
sociedad/externo.
- ¿Participó en el proceso de cedulación
cuando cambió el sexo por género? ¿Qué
sentires y sensaciones experimentó?
- ¿Cómo ha sido su experiencia en el proceso
de obtención de la cédula de identidad?
¿Usted participó en el proceso de cambio de
nombre? ¿Cuáles fueron las dificultades en el
proceso?
Tabla 3
Categoría de análisis: Transición, familia y redes
110
Variable
Preguntas sugeridas
Aprendizajes familiares, trayectorias y redes ¿Cómo fue su transición a mujer trans?; en el
dentro del proceso de transición y el
entorno familiar como por fuera de ella.
reconocerse como mujer trans
¿Quién le apoyó en la transición? (Red de
apoyo)
¿Cómo ha sido su trayectoria en el espacio
social siendo una mujer trans? *
Referente a la experiencia; entorno social.
Tabla 4
Categoría de análisis: Socialización y vida
Variable
Preguntas sugeridas
Vivencias recordadas y reconocidas
¿Cómo describe cada etapa de su vida frente
relevantes en su vida
a su identidad?; niñez, adolescencia, adultez.
En medio del proceso de su transición:
¿percató un trato diferente por parte de las
personas
de
su
entorno?
¿cómo
lo
describiría?
¿Cómo describiría su proceso de escolaridad
y la socialización de esta?
Tabla 5
Categoría de análisis: Importancia de transición y estereotipos/imaginarios
Variable
Preguntas sugeridas
Influencia de los estereotipos de género,
¿Se siente feliz y satisfecha con el proceso de
importancia de tales en la transición y el
transición que tiene?
papel del poder adquisitivo
¿Cree necesaria la intervención de hormonas
y operaciones quirúrgicas para lograr una
“perfecta transición”? ¿Considera que esto le
otorga mayor reconocimiento en la sociedad?
111
¿Cuál es el ideal de estética o cánones de
belleza al que se ve sometida una mujer
trans?; mecanismos para alcanzarlos, la
accesibilidad e implicaciones.
¿Considera que el poseer dinero tiene gran
importancia para ser reconocida socialmente
y desestigmatizada?
¿Cómo describiría a una mujer trans?
Tabla 6
Categoría de análisis: Posicionamiento político social en hitos históricos
Variable
Preguntas sugeridas
Visión, experiencias y participación de hitos
Respecto a la problemática trans, cuál ha
dentro de la problemática trans.
sido el más grande desafío y más grande
logro¿?
¿Cuál es su opinión respecto al matrimonio
igualitario?
¿Cómo describiría el proceso que han
enfrentado para el reconocimiento de sus
derechos?
Tabla 7
Categoría de análisis: Violencia estructural y marginalidad social
Variable
Preguntas sugeridas
Identificación de situaciones de
¿Ha
discriminación, violencia y marginalidad.
discriminación, violencia o exclusión?
112
experimentado
situaciones
de
¿Cree que el ser mujer trans ha influido en su
condición económica y en la marginalidad?
¿Cuál cree que es la esfera que más oprime
a las mujeres trans? ¿La de la condición
económica o la del género y por qué?
Tabla 8
Categoría de análisis: Militancia, activismo y exigencias
Variable
Preguntas sugeridas
-
¿Cómo se llevó a cabo el proceso
Aprendizajes de la lucha trans, motivaciones
organizativo en las mujeres trans?
y problemáticas
-
¿Recuerda
cuándo
y
bajo
qué
circunstancias y motivaciones salió por
primera vez a un platón/marcha?; cuál
fue? ¿Siguió saliendo después de esto?
¿Para usted cuál es la importancia de la
marcha del orgullo LGBTIQ+? ¿Y por qué
cree que es necesaria la asistencia?
-
¿Cuándo fue la primera vez que salió
a una marcha del orgullo LGBTIQ+?;
¿Continuó saliendo?
-
¿Por qué considera importante salir a
la marcha?
-
¿Cuál
fue
su
participación
(experiencia) en la Marcha Trans de
2020?, ¿Considera que la marcha trans es
un avance para que se logre una mayor
visibilización de la población trans?
¿Por qué más cree que se debe seguir
luchando desde la perspectiva trans?
113
¿Cómo ve el rol del Estado respecto a una
Ley Integral Trans?, ¿qué respuestas por
parte del Estado y otras instituciones le
gustaría recibir?
¿Qué expectativas tiene para la militancia
trans?, ¿cuáles son sus nuevos retos?
¿Cuál cree que es la esfera más grande en la
que se debe lograr una visibilidad trans?
¿Cuáles fueron las motivaciones para que
decida adentrarse al mundo del activismo?
¿Cuánto tiempo ha estado en el activismo?
¿Cómo ve el activismo de la comunidad
LGBTIQ+ y el de la comunidad trans?
¿Cree que existe un movimiento trans
consolidado a nivel nacional? o ¿cree que
existe fracciones dentro de este?
114
Anexo No. 12. Consentimiento informado de sujetas de estudio
Participante: Malony Chavez
115
116
Participante: Purita Pelayo
117
118
Participante: Nebraska León
119
120
Anexo No. 13. Transcripciones de las historias de vida
TRANSCRIPCIONES DE ENTREVISTAS: HISTORIAS DE VIDA
Las entrevistas se realizaron a tres mujeres trans han sido realizadas del colectivo de “Nueva
Coccinelle”; aunque, actualmente son una fundación transgénero que funciona en el Museo
trans, ubicado en el ex hospital militar de la ciudad de Quito. Fueron entrevistas desarrolladas
a modo de historia de vida y se realizaron a mujeres que se encuentran en la edad de 40 a 60
años de edad. Quienes han evidenciado una serie de procesos políticos relevantes en la historia
del país, como el de la Despenalización de 1997. Además, a lo largo de su vida experimentaron
exclusión, marginalidad, discriminación y violencia física, psicológica y simbólica.
La forma en que se escribió este documento relata las historias de vida de cada mujer trans,
desglosado en base a temas generales como específicos de mayor utilidad al organizar el
capítulo 3. Cabe señalar que, se colocó en cursiva lo expuesto por las mujeres entrevistadas.
El realizar estas historias de vida fue enriquecedor a medida que necesitamos de varias
sesiones, y que la experiencia fue compleja debido a que cada entrevistada se desenvolvía de
forma diferente en cuanto a las preguntas. En suma, algunas preguntas necesitaron ser
complementadas con otras interrogantes y también, muchas otras surgieron del diálogo con
ellas.
ENTREVISTA N°1 MALONY CHÁVEZ
Malony Chávez militante y mujer trans quiteña de 40 años.
DATOS PERSONALES
Actualmente, me dedico 100 % a la peluquería, o sea a ser estilista. Pero antes, en tiempos
pasados cuando no teníamos muchas oportunidades, cuando era muy joven, ejercí la
prostitución, o sea literalmente, la prostitución dejé de ejercerla 7 años atrás.
Yo nací en Quito. Soy una de las únicas chicas transexuales quiteñas, porque no habemos
muchas quiteñas. Casi todas que salen, son de provincia, pero de Quito no son. O sea, habemos
como tres o cuatro quiteñas, pero la más empoderada creo que soy yo.
Yo vivo por acá arribita. O sea, mi familia, cuando yo empecé todo esto de mi transición, mi
padre él siempre me apoyó mi transición, mi madre no. Entonces, como mi padre me apoyaba,
él tenía una casa acá arriba y vendió, cuando yo tenía más o menos 14 y se compró otra en
121
Carapungo. Para que yo empiece mi nueva vida, él siempre me apoyó. Aunque yo nunca volví
a vivir con él, yo me quedé viviendo por acá con mi abuela.
-
Sociabilidad de mujeres trans
La chica que me está acompañando en mi trabajo, ella vive cerca de mi casa. En el sector,
habemos 5 chicas trans, o sea en un promedio como de tres barrios cercanos, pero todas son
peluqueras, solo una chica ejerce la prostitución.
Dentro del mundo trans, mundo travesti, mundo transgénero, nos conocemos entre todas.
Antes éramos pocas, ahora somos muchísimas. Nos conocemos entre todas porque siempre
hay reuniones, marchas, cualquier cosa y ahí socializamos y nos conocemos de a poquito.
IDENTIDAD TRANS
-
Limitaciones como mujer trans
Primero, cuando empecé mi transición creo que empecé cuando tenía 14 años, literal, empecé
a transverstirme; entonces, a los 15 años empecé a salir “al ruedo”. En ese tiempo, yo seguía
estudiando, no tenía posibilidades para nada; entonces, lo único que yo podía hacer era la
prostitución, o sea las limitantes de ser una chica trans es que por el simple hecho de vestirte
de mujer te quitan el acceso a trabajo, a la salud y a veces hasta a un entorno social. En mi
caso personal, no he tenido, pero he tenido casos de trabajo, donde, hace muchos años fui a
pedir trabajo a una panadería, para ayudar, suministrar y a ver todo lo que se hace en una
panadería. Entonces, como me vieron que era una chica trans, no me dieron trabajo. Porque
no nos contratan porque dicen que me visto como mujer, pero yo no me visto como mujer, yo
soy una mujer. De pronto, me vestía como “mujer” cuando era una niña travesti, pero ahí aún
no estaba operada, en mi transición completa, porque mi proceso de transición ha sido
larguísimo, no es que tengas mucho dinero y de hoy a mañana ya seas una mujer trans.
Esos creo que han sido las limitantes de una mujer trans, que lo pasan hasta ahora, porque
ves que ahora hay mujeres trans estudiadas, antes en la sociedad a nosotras las chicas
transexuales –las antiguas– la sociedad nos hacía agresivas, porque antes no nos defendía la
Constitución; porque antes te iban a golpear ¿y tú que hacías? Golpear también y defenderte.
A nosotras la sociedad nos hacía agresivas, entonces lo que las activistas intentamos decir a
la sociedad y a la nueva generación de chicas trans es que tú ahora tú luchas con un pedazo
de papel, con un título, que se sepa que son estudiadas y que se sepa que a veces tenemos hasta
122
mejores capacidades que una persona heterosexual, pero por el simple hecho de que, por
ejemplo, tú eres secretaria y yo también estudie para lo mismo y vamos a aplicar a un trabajo.
Entonces, antes de que me conozcan a mí como persona, ven mi currículo y yo tengo un
currículo mucho mejor que el tuyo, entonces vamos a la entrevista y el simple hecho de que
me vean a mí, ya saben que el trabajo va a ser tuyo, por más que yo tenga un currículo de 100
y tú uno de 50. Pero por eso mismo luchamos, para que las chicas de ahora tengan papeles y
fundamentos para que digan que somos transexuales pero que también estudiamos, también
tenemos capacidades y nos merecemos el mismo trabajo.
Militancia y colectividad; luchas y limitaciones
Yo pertenezco al colectivo de las Coccinelle, Nuevas Coccinelles, lo que pasa es que ahorita
me ven súper joven, pero fui una de las sobrevivientes, por lo que tenemos una demanda al
Estado, por un artículo antiguo, creo que era el 516. Pero esa demanda es porque,
especialmente, mis compañeras más antiguas, las que tienen como 60-70 años, son pocas que
sobreviven ahora, yo tengo 40. Tengo una amiga de 80 años que es “La Muñeca” ella es la
más antigua, entonces imagínate ella tiene el doble de mi vida; ella sufrió peores cosas que
yo, porque dicen que en la época de Febres Cordero había un escuadrón de la muerte, que
exterminaba a las chicas trans y nunca más volvían a aparecer; las mataban, se perdían y ya.
Y pues a mí, después de esto en 1998, comencé en dar envuelta en el colectivo. En ese tiempo,
o sea hace 22 años atrás, la sociedad estaba retrasada, hemos avanzado, pero igual no es
tanto; en 22 años hemos avanzado 1 año. Entonces, hace 22 años atrás, todo esto, yo empecé
como asustarme de todo esto, porque se oía que mataban.
Yo por el 2000 ya entré al grupo de las Coccinelle, se veía como que ya se estaba
desmoronando el colectivo; pertenezco al grupo de las Coccinelle porque también tengo un
objetivo, más que el dinero es la reparación al Estado por todo lo que nos ha hecho, porque
literalmente el Estado ha sido testigo de todo lo que nos pasa y nunca ha hecho nada. Pero lo
que nos dicen los abogados es que, por ejemplo, ese caso del 30S ya lleva 10 años y no han
solucionado nada y así hay más casos de años; entonces lo que nos intentó decir es que nunca
le vamos a ganar al Estado. Entonces, nosotras exigimos una reparación del Estado, como
personas, porque nos siguen matando, no es que ahora sea menos, creo que ahora son más
muertes de las mujeres trans.
Pero ahora ya se sabe que cuando matan a una mujer trans hay fundaciones que están detrás
de eso, que pueden investigar de pronto y muchas veces eso también depende de la familia,
123
porque a veces no hacen valer sus muertes; es algo difícil con esas cosas. Ahora pertenezco al
colectivo Nueva Coccinelle porque creo que es el único colectivo reconocido por el Estado
ecuatoriano o eso es lo que recuerdo hace 2 o 3 años era el único colectivo. Cuando entré al
grupo empecé a conocer chicas trans, compañeras de provincia que vienen a luchar a la
capital.
-
Motivaciones para el activismo
Yo creo que soy una chica militante, pero me han dicho que soy activista, pero yo soy una
militante. Lo que me motivó a ser una militante trans es, por ejemplo, el que yo sentía el miedo
de que me pase algo, el miedo de la persecución porque una vez a los 13 años me pegaron una
vez horrible por el simple hecho de ser una mujer trans, por ser gay en ese tiempo, porque yo
era homosexual, no me identificaba como una mujer trans, pero nunca he sido gay, por
ejemplo. Entonces era como un chico gay que estaba muy fuerte y me pegaron por ser
afeminado; entonces desde los 13 años viví con ese miedo, yo desde joven fui fuerte, aguerrida.
Recientemente, el año pasado murió mi amiga Jacinta, ella era una militante de las
antiguísimas, como unos 70 años y cuando yo salí, hay un poco de chicas que yo recuerdo sus
nombres, con las que me siento identificada, como: La Nebraska, la Jacinta y la Muñeca; pero
la Jacinta era la más aguerrida, a ella le gustaba gritar, era furiosa; nos gaseaban en ese
tiempo y ella igual se quedaba, nos insultaban, nos lanzaban cosas y eso es lo que me gustaba
y me motivó en esto. Yo sentía que ella estaba grande y ella luchaba por mí, entonces yo quería
igual, desde muy niña en la fundación Coccinelle tengo fotos desde que tenía 15 años y yo me
sentía muy aguerrida y fuerte; quería luchar por eso.
Y es lo mismo que hago ahora, yo lucho por los derechos de las personas trans, no te puedo
decir que yo lucho por los derechos de las personas homosexuales porque sería mentir, yo
lucho por los derechos de las mujeres trans, porque mi género es ser una mujer trans; entonces
yo siento que no tengo la necesidad de luchar por los derechos de los gays. Porque un gay si
es que quiere decirlo a la sociedad, va a decirlo, pero sino no; entonces, yo no tengo la
necesidad de luchar. Primero, a las primeras que matan, golpean y todo son a las mujeres
trans, porque somos las visibles de la sociedad; por eso, yo hasta el último día voy a luchar
por las mujeres trans, yo sé que no voy a recibir los beneficios, porque hasta ahora yo sigo
siendo maltratada por la sociedad, violada por la sociedad todos los días.
Entonces, yo creo que en un futuro como en 30 años van a decir la chica Malony luchaba por
esto, era así asado, yo quiero dejar un antecedente. Porque para la sociedad no somos mujeres
124
trans, nos dicen travestis y cuando ven que somos solo 2 o 3, la sociedad no nos hace caso;
tenemos que haber muchas para que vean que necesitamos espacios y muchas cosas. En el
activismo y la militancia me motivó que la sociedad patriarcal es terrible y nos cuestiona como
somos, eso es lo que me motiva todos los días y me ha motivado desde que empecé, porque
igual he hecho activismo y militancia en otros países y por mis compañeras ecuatorianas
también.
Porque, por ejemplo, cuando vivía en Argentina también pertenecía a un colectivo y también
luchaba por los derechos de nosotras allá, porque éramos mujeres trans migrantes
ecuatorianas; obviamente no éramos todas, pero habíamos muchas ecuatorianas. Siempre he
luchado, porque de pronto yo puedo pasar como una mujer en la calle, pero cuando me oyen
hablar, siempre dicen; entonces yo no tengo la necesidad de estar fingiendo mi voz. Al
principio, mi mamá siempre me decía, pero mija habla más despacito. Pero yo le dije a mi
mamá que no me importaba; por ejemplo, cuando voy llegando a una tienda o un almacén, yo
voy con mi novio, entro y digo “buenas” como que se quedan así de “¿qué pasó?” Y lo mismo
me pasa cuando llaman por teléfono; dicen: con la señorita Alexa por favor y yo digo, sí con
la misma y me dicen: ¿me puede poner con ella? Y todo eso motiva hasta para que te digan
por teléfono señor o señora.
Comunidad LGBTIQ+ y el Movimiento trans
Yo pertenezco al Colectivo Nuevas Coccinelle porque estamos en el grupo de las
sobrevivientes; porque si tú me preguntarías si yo pertenezco a un grupo de este país, a
ninguno me aliaría, a ningún grupo, a ninguna fundación, a ninguna asociación, a ninguna
cosa más que, por ejemplo, a las Monstras de Quito, las Pachaqueer; ellas tienen un
pensamiento y una perspectiva de la vida parecida a la misma que yo tengo. Si nosotras
tuviéramos la oportunidad de tener algo de nosotras, fuera el éxito, porque nosotras luchamos
siempre por nosotras.
El activismo GLBT solo lucha por sus propios beneficios. Porque un presidente de una
fundación ahora tiene departamento, tiene un coche, tiene muchos coches y no hace nada por
los gays. Por ejemplo, yo les veo que se contentan con que les den 15 preservativos y 15
lubricantes mensuales y eso es lo mismo que hacen las fundaciones transexuales. Y eso es lo
que hace la mayoría, se van más hacía lo personal y cuando ya ven el dinero y todo esto, ellas
se entregan por esto, por el poder y entonces ya no tratan de preocuparse por esto, sino por
“figuretear”, pedir firmas y ya, solo eso, para supuestamente decir que son activistas. Cuando
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ni siquiera la persona que está al frente de todo esto, que es la figura más pública creo yo que
es Diane Rodríguez, que incluso fue una asambleísta; y a mí me parece una grosería que ella
haya sido asambleísta y nos represente como mujeres trans, porque ella no es una mujer trans.
Ella es casada con un chico trans y eso obviamente la sociedad confunde y nos creen locas
porque no sabemos cómo exponer bien a la sociedad lo que queremos ser. Yo no me siento
representada ni por ella ni por nadie, me siento representada por mí misma y yo creo que el
activismo trans y el activismo GLBTI sigue siendo la misma cosa en este país, pero por el
beneficio propio de ellos, por la directiva de las fundaciones. Se preocupan solo por ellos y
cuando llegan al poder, a las que necesitamos, nunca nos toman en cuenta. Yo pertenezco a
las Nuevas Coccinelles porque tenemos un ideal en común. Cuando comienza una marcha, un
desfile, el desfile del orgullo creo que el último que se hizo tenía miles de personas y no
comenzaba hasta que llevaba yo; imagínate, miles de personas esperan que llegue una sola
persona para hacer una bulla. En la marcha trans, yo soy la que más gritó, porque mi
transgresión es así; estoy feliz, pero igual grito, pido apoyo a la sociedad, hacemos volantes.
Eso es lo que hago yo, porque ahora tengo mi negocio que de pronto ahora me ayuda en algo,
porque no tengo la necesidad de estar en la calle, por el peligro. Yo de esto vivo y dependo,
porque si dependo de una organización o fundación, no como ni ganaría ni un peso. Todo mi
activismo que ha sido desde hace 20 años ha sido propio y ha salido de mi propio bolsillo,
nunca he esperado nada de fundaciones GLBTI ni trans, porque no me han ayudado. También
pertenezco a una asociación de trabajadoras sexuales, pero a esta pertenezco hace mucho
tiempo, nunca dejé de pertenecer; pero hacen reunión y ya no voy porque ya no me interesa lo
que hablan o lo que le pasó en la calle a tal persona. Pero cuando hay reuniones para hablar
con otras personas, siempre me invitan a mí, porque soy un poquito más suelta de lengua,
tengo un poquito más de presencia; entonces siempre me invitan para representarles a las
chicas trabajadoras sexuales.
Lo de las fundaciones es denso, antes de la marcha había bombardeos de fundaciones a
fundaciones, de colectivos a colectivos en las redes sociales y están luchando por algo que, en
el día de la marcha, estuvieron paradas, entonces luchaban por el protagonismo. Y sacaron
un documento en el que ninguna de esas fundaciones estuvo, en cuestión de presidentas o así.
Solo estuvieron las tres Coccinelle, muchas de ellas ya no pueden ni caminar y fueron, pero
otras solo van a pelear por protagonismo.
-
Movimiento trans nacional (consolidado o no)
126
No, yo diría que solo existen fracciones. Porque si estuviéramos consolidadas todas las
mujeres transexuales en una sola asociación o en un solo colectivo sería magnífico; hay una
fundación que se llama Silueta X, también hay una en Ambato y así hay fracciones,
literalmente, la matriz está en Guayaquil, pero en todo lado hay fundaciones. Ni siquiera la
fundación que es la más grande, se juntan con las otras provincias en la matriz; además de
que no hay comunicación. Hay una chica que se llama Odalys León, es de Guayaquil y tiene
una casa de acogida trans; ella habla de todo, de política y todo, pero no hace nada, hasta
estuvo presa por proxenitismo y hace unos meses hubo otro caso de ella mismo amenazando y
siendo ella una figura pública; es como si en redes sociales indica una cara y en persona otra.
Ella habla de una falsa moral que ella tiene y ella habla de las chicas que se prostituyen y
cobra un impuesto a tales chicas.
Odalys iba a venir a la marcha, porque las organizadoras de la marcha eran las Pachaqueer
y como ella tenía problemas con las chicas Pachas, entonces ella dijo que iba a hacer allá en
Guayaquil, porque ella luchaba allá. Y que acá las que luchamos somos las quiteñas, que ella
acá no tenía ni voz ni voto; entonces ella lo que hace allá, quería venir acá, a hacer y deshacer.
Nosotras seguimos una línea y ellas otras, como ellas se enfocan en política, cuando tienen
que enfocarse en lo que nos corresponde a nosotras: luchar por la salud, educación, igualdad
de derechos.
-
Experiencia Marcha Trans 2020
Para ser la primera marcha trans yo me sentí del 100% en un 70% contenta, el 30% aún me
falta porque a veces sientes que cuando tú invitas a una fiesta a las chicas trans y cómo va a
haber trago y comida gratis, tú vas a ver a cien mil, pero cuando tú pides apoyo a una marcha,
para ir a gritar, a poner el pecho para las balas, ahí ya no están. Entonces eso me pone triste,
porque yo invito muchas amigas, me dicen que sí van a ir, pero nunca están. Igual me parece
que la marcha tuvo bastante acogida, estuvieron presentes personas que no pensábamos,
personas travestis, chicas no binarias.
Para ser la primera marcha la vi magnífica, está más se trataba por los asesinatos de nuestras
amigas, nos enfocamos en el asesinato trans; también pedimos la inclusión laboral, porque en
el sistema se salud ya hay mejorías. Yo veía que la gente seguía y ojalá la otra marcha sea
más diseñada, más preparada, porque esta fue rapidísima; empezamos a hacer campaña en
octubre y en noviembre era la marcha. Pero sí me sentí satisfecha con la marcha, logramos
un poco de objetivos, igual nos dieron apertura a hablar con el fiscal.
127
Creo que en el desfile nos visualizan más que en la marcha; no creo que con la marcha nos
vayan a visibilizar más. Los desfiles pasan hasta por noticias, claro que este también pasó en
televisión, pero no creo que, por una marcha la gente nos tome más visibilidad; yo creo que
deben pasar unas dos o tres marchas para que ya la gente vea que es una marcha trans y que
no son unas simples personas marchando. No ayudó a ser visibles, pero sí a unos cuantos
objetivos que teníamos.
Identidad trans; transición
Mi historia comenzó cuando yo tenía 13 años, ahí declaré mi sexualidad abiertamente, a mi
familia, a mi padre y a mi madre. Entonces en ese tiempo no sabía lo que es ser gay, transexual,
homosexual; entonces yo le dije a mi papá y a mi mamá que era gay, aunque nunca me sentí
identificada como gay, siempre fui una mujer trans, pero en ese tiempo como no sabía.
Cuando eres niño dices, por ejemplo, mi mamá me va a apoyar, de pronto ella va a pelear con
mi padre. Pero cuando declaré mi sexualidad, el que me apoyó fue mi padre y mi mamá no; a
ella le costó 3 años de su vida aceptar mi transición. Pero ya ahora ella pasa conmigo todo el
tiempo y pendiente; entonces cuando inicié fue un poco difícil lo de ser mujer trans, porque yo
pensé que era gay y a los 14 años yo empecé a transvestirme, entonces yo no sabía que era
transexual, por ejemplo, yo decía, soy un travesti y no tenía claro que era una travesti, era
niña todavía.
Yo me empodero de mi transición y todo como hace unos 10 o 12 años, quizás un poco más
atrás, que ya tengo el objetivo de ser una mujer transexual. Ya me puse mis senos, cambié un
poco mi rostro, mi cuerpo. En mis papeles, yo consto como una mujer trans, porque tengo mi
género femenino y tengo mis nombres establecidos en el Estado y en la constitución como
“Alexa Malony”, ya hace doce años sé que soy una mujer trans, sé que ese es mi género, pero
antes no entendía muy bien esto ni eso de ser homosexual. Porque mi orientación sexual es ser
homosexual, pero mi identidad de género, es ser una mujer transgénero.
Ya mi transición está completa, pero siempre anhelas hacerte muchas cosas. Me siento re feliz
y re satisfecha con mi cuerpo, con todo lo que he conseguido, me encanta, pero siempre hace
falta algo.
Respecto al rol del Estado en la problemática Trans
Por eso también luchamos, porque necesitamos un endocrinólogo. Bueno, ahora sí hay, porque
yo tengo una amiguita que está siguiendo en salud pública esto de la hormonización y ahora
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sí te dan gratis. Pero cuando yo empecé, nada, por eso digo que todo lo que conseguido ha
sido por mí propia, a mí no me ha ayudado nadie a conseguir lo que he conseguido. Ya con
dos veces que cambio mi cuerpo, porque cuando era niña me puse biopolímeros en la cola,
después ya me puse implantes en los senos, pero todo eso ha salido de mi propio bolsillo.
-
Poder adquisitivo y problemática trans
Mi amiguita está hormonizandose con los endocrinólogos y las hormonas le está dando gratis
el Estado. Yo me pagué todo a partir de lo que sacaba de la prostitución, yo iba guardando y
aparte empecé a estudiar peluquería; entonces era peluquera y ejercía la prostitución en las
noches. Ese fue el proceso que me ayudó a operarme, por eso decimos que no puedes ser una
mujer trans de la noche a la mañana, a menos que tengas plata. Yo trabajé 40 años y ahora
soy una mujer trans, pero siento que a esta edad ya no se puede disfrutar ser una mujer trans.
Cuando me puse biopolímeros me puse en Ecuador y cuando me los fui a sacar, me sacaron
en otro país. Entonces, las primeras prótesis me hice aquí y las otras en otro país, porque si
estuve un poco de tiempo en Argentina.
Tú le vas a preguntar a amiguitas mías y ellas te van a decir que yo era así desde niña, yo no
puedo decir eso, porque yo no era niña, yo era un niño; entonces yo a esa edad, que me iba a
imaginar que más adelante sería una mujer trans. Ha tocado trabajar para eso y sigo
trabajando, fuera bonito que el Estado diga que ellas también se pueden jubilar como el policía
que nos mataba hace 20 años atrás o el policía que se jubila de 40 años, ¿por qué nosotras no
podemos hacer eso? Si los policías nos mataban.
-
Procedimientos estéticos
La primera vez que me iba a operar en Ecuador, era en el 2004, fui como a tres médicos. El
primer doctor me dijo que él no operaba a hombres, yo obviamente discutí, le traté mal porque
me pareció un poco grosero eso de que “no operaba a hombres” porque yo le iba a dar la
plata, no le iba a pedir regalado. Luego fui donde una doctora que me recomendaron y la
doctora dijo que la cavidad toráxica, esto, aquello; no sentía capacitada tampoco. Entonces,
recuerdo, que, una amiga vino de Europa y le pregunto que “dónde se operó”, porque me
gustaba su cuerpo, y me dijo que “aquí operaba el Morales” y me dijo la palabra realista, “el
solo opera a los maricones”; entonces, yo busqué donde era el Morales y me fui.
El doctor, en ese tiempo, re amable, re lindo, me operó y él nunca tuvo complejos con las
travestis, venían hasta de Colombia y Brasil, él era famosísimo por hacer los cambios de sexo
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hace 20 años, pero él se murió hace poco. A nosotras que somos unas chicas trans, nos armaba
totalmente el cuerpo como una mujer, era mucho más perfecto que el de una mujer; a él todas
las travestis le conocían, por sus operaciones. Ahora ya hay en Guayaquil como veinte mil
médicos que operan a las chicas trans, aquí en Quito creo que hay uno. Debe ser muy complejo
transformar un cuerpo de un “hombre” en un cuerpo de una “mujer”.
-
Condición económica social en transición
La sociedad es así de clasista. Porque sí te ven un poquito más arreglada y ves a otra travesti
más; y eso también me pasó cuando era una chica travesti y venían mis amigas de Europa,
ellas venían hermosas, bueno, ahora yo soy hermosa, pero ellas llegaban así en ese tiempo
como yo estoy ahora. Llegaban con sus cuerpazos, hermosa ropa y yo normalita, como una
chica travesti, no tenía ni chichis; cuando llegaban los hombres, a mí me dejaban, por un lado,
entonces yo llegué a pensar que cuando llegas a ser una mujer transexual completa, la
sociedad te respeta más; en comparación al ser una chica travesti.
Mujer trans en Quito
Un día normal para una mujer trans es ser vivir violada por la sociedad, en cada lugar donde
vas. Por la sociedad siempre abusa, con los susurros, la forma de verte, el que hablen atrás
tuyo.
Identidad trans; socialización
En todo el gremio trans somos agresivas porque si tú nos ofendes, nosotras también te vamos
a ofender. Entonces, lo que ahora hago es ya no hacer caso a los susurros ni a las miradas;
porque a veces pasa que, por ejemplo, el domingo estuve en Peguche, un lugar turístico, donde
hay mucha gente. Yo llegué con dos amigos que son gays, entonces, obviamente yo estaba
vestida sexy, con mi bikini de dos piezas y cuando me meto al agua, obviamente, se hace
transparente, porque yo no uso brasier por ejemplo.
Cuando salí del agua, mis amigos gays me dicen: “Maly como no te da vergüenza que te vean
así” sabes cómo no me da vergüenza, porque yo me siento una mujer, yo soy una mujer.
Entonces, cuando vienen las gringas, a ellas no les da vergüenza. Si a ti te importa lo que diga
la sociedad, tengo que cohibirme como ellos. Entonces, si yo voy a unas cascadas, obvio me
voy a meter, voy a disfrutar y sí la gente no quiere ver mi cuerpo o mis senos, ya es problema
de ellos. Antes me decían algo y yo explotaba, si cuando pasaba decían cualquier cosa o
susurraban, yo me regresaba y empezaba a la defensiva también.
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Estereotipos e imaginarios en las mujeres trans
La sociedad nos hace agresivas, pero también ha evolucionado con nosotras, un poquito.
Porque aún me siento observada, aunque no haya habido comentarios ofensivos nunca.
Evolucionamos nosotras rápido, porque cuando empecé mi transición, yo era la única chica
joven, por lo que necesitaba más apoyo. Y ahora yo soy intermedia, soy la joven de las viejas
y la vieja de las jóvenes. Ahora para las chicas jóvenes es más fácil, ya se toman hormonas, lo
que yo les digo es que deben verse muy femeninas y eso implica mucho, pero la sociedad te
trata como te ve; lo difícil en ellas, es que, sí a mí me tratan mal, yo me sé defender. Eso ahora,
porque el sufrimiento que ellas pasan no es nada.
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Respuestas estatales a la problemática trans
Lo principal creo que se debe exigir al Estado, no a otras instituciones. Yo creo que sí ha dado
apertura el Estado a la democracia trans, porque si no Diane Rodríguez no habría sido
asambleísta. A mí no me gusta hablar de política y tampoco pertenezco a ningún partido, pero
cuando estuvimos en el gobierno pasado, nosotras tuvimos acceso a muchas cosas, avanzamos
más que con este gobierno de porquería. Pero en el anterior gobierno, las mujeres trans
estábamos muy empoderadas; con Rafael Correa es que ya nos visibilizaron. Pero a mí no
importa la política, la lucha trans es diferente de la política; porque yo creo que una cosa
inicias por tus derechos y otras es la política.
-
Respecto a la cedulación
Creo que desde el 2011 está aprobado esto del cambio de género. Entonces antes de eso, para
tú cambiarte de nombre sí tenías derecho, todas las personas tienen derecho a cambiarse de
nombre; todos los ecuatorianos tenemos derecho a cambiarnos una sola vez de nombre.
Aunque una cosa fue la cedulación y otra lo que el Estado dice; porque antes del 2011 tú tenías
que pedir un abogado, seguir juicio al Estado, gastar mucho dinero para cambiarte el nombre.
Ahora el registro civil como entidad tiene códigos, este ordenó y el Estado ecuatoriano hizo
que cambien a que todas las personas se cambien de nombre, no solo nosotras las transexuales.
Esto nos beneficia un poco, lo que nos beneficia más es el cambio de género.
Aunque el beneficio no es solo, hemos luchado para eso. Si tú quieres poner en tu cédula que
tu género es ser una mujer bisexual, está bien; pensar que antes a nosotras nos marginaban
por eso. Ahora tú vas con dos testigos, pagas 15 o 20 dólares y ya tienes tu cambio de nombre,
es facilísimo. Antes era hasta un poco incómodo, ibas, por ejemplo, a un médico y hay 5 o 6
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pacientes y yo pasaba como una mujer, pero cuando me decían, por ejemplo, “señor
Alexander” porque así decía en el papel.
Hemos tenido problemas, por ejemplo, cuando vas a un lugar y te piden tu número de cédula
y sale tu nombre antiguo. Entonces, el otro día le dije, “como así sí yo tengo mis papeles de
mujer” y eso pasa porque no hay actualizaciones de datos del registro civil, entonces eso ya
no es culpa del Estado, es culpa del registro civil, por ejemplo. Por eso cuando yo voy a la
farmacia yo nunca doy mi número de cédula, porque ya me ha pasado que doy unas dos o tres
veces y yo pienso que el chico va a pensar que soy una simple travesti.
Yo cambié mi género hace 4 años, fui a tercera en Quito en hacerlo. Yo estaba en esto del
activismo y todo y fue así como me gané el tercer puesto; pero entiendo que es solo hace 3
años que se puede cambiar el género.
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Opinión sobre el matrimonio igualitario
Cuando se aprobó el matrimonio igualitario fue un boom y ahí viste a puros hombres y puras
mujeres gritando por el matrimonio igualitario, tú nunca viste a una mujer trans o a una
travesti gritando por eso ¿sabes por qué? Porque a nosotras no nos interesa casarnos, está
bien que luchemos por todo lo igualitario, pero hay que ser realista ¿esto en cambió o nos
benefició a las personas transexuales? En nada. Y yo pienso que la adopción de hijos no está
bien para nosotras, hay muchas personas que dicen que sí quieren tener hijos. Tú nunca viste
una asociación o fundación de mujeres trans apoyando, porque nosotras nos podemos casar
cuando queramos y no solo por firmar un simple papel tú vas a estar con una persona.
Está bien porque nosotras tenemos igualdad, porque cada vez llenamos más esos espacios,
pero a mi forma de ver, ese matrimonio igualitario es algo banal porque “ay yo me quiero
casar y ya”. Y bueno, esto hablo porque soy una persona homosexual y tengo amigos gays y
somos muy promiscuas, de pronto las personas trans, ejercemos la prostitución por el factor
económico; pero en las personas homosexuales hay mucha promiscuidad. Una tiene que
luchar, porque como me vas a decir a mí que vamos a decirles a las chicas trans que vamos a
hacer una marcha por esto y por lo otro, que por la adopción de hijos. Yo no iría a marchar
porque yo no quiero hijos, yo no necesito eso, yo para que voy a estar marchando o ir a gritar
que queremos hijos.
Yo soy una mujer transexual, pero a mí me parece que dos hombres no pueden criar a un hijo,
dos mujeres sí. Un hijo puede tener dos tías o dos mamás, pero no puede tener dos papás, eso
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es algo ilógico. Yo pienso eso como una mujer trans y creciendo con dos padres va a tener una
inclinación homosexual sí o sí, con dos madres no, porque es genérico.
-
Experiencia trans de violencia y discriminación
En septiembre hicimos una demanda nacional porque nosotras votamos en la fila de mujeres
y para las votaciones de este año nos pusieron en la fila de hombres, o sea volvimos al pasado.
Nos hacían esto porque supuestamente el CNE no tenía tiempo para clasificar, si naciste
hombre, te ponen en la fila de hombres, pero se supone que no tienen que clasificarte y por
eso protestamos las mujeres trans, hicimos un trámite con firmas electrónicas y comunicado y
todo y ahí nos volvieron a reasignar en la fila de mujeres y después pidieron disculpas públicas
desde el CNE y todo, porque igual esa es una discriminación. La Coca, que es parte de las
Pachaqueer había dicho que unas tres veces fue miembro de junta en las votaciones y ella es
una travesti, pero, por ejemplo, yo podría pasar por una mujer si no hablo, pero mi amiga ella
es una travesti, es re visible y se le nota “a leguas” e igual dijo que no había tenido problemas
tampoco.
Yo antes, hace mucho, cuando aún votaba en la fila de hombres era horrible, tenía que ir con
mi novio y él ponerse en la fila o a veces pedir a mi padre también y cuando ya me tocaba iba
corriendo yo y todo por ese pedazo de papel. Eso debería arreglar el Estado, no debería ser
importante ese pedazo de papel. Pero ahora no, ese problema de hace meses, pero como somos
empoderadas sí reclamamos, pero antes sí era terrible. Tenemos amigas que votan en la fila
de hombres, aunque ya tengan papeles legales, aunque sí se le da importancia al cambio de
sexo por género, hay que hacer ese trámite. Lo bueno es que como somos empoderadas
pudimos seguir, todas las mujeres trans firmamos, porque a mí me pasan algo y yo paso a
todas mis amigas y ellas a sus otras amigas.
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Motivaciones y expectativas de la militancia trans
A mí me gustaría demandar al Estado. Y respecto a mi militancia, hasta el último día que
pueda voy a estar en marchas, en resistencia, en todo lo que concierne a ser una mujer trans
y por los derechos trans, pero no por lo de ser homosexual. Yo voy a seguir luchando por la
inclusión laboral trans y por los asesinatos de mis amigas que tampoco ha habido justicia,
entonces mi militancia terminará cuando terminen mis objetivos.
ENTREVISTA N ° 2 PURITA PELAYO
Datos Personales
133
Mi nombre es Purita Pelayo, activista por los derechos humanos a finales de los ochenta y más
intensamente en los años noventa.
Militancia: inicios y procesos
Empezamos a identificar el sistema represivo que se intensificó y diversifico en los años
ochenta con el gobierno derechista de León Febres Cordero. Por situaciones que nos
indignaba de manera que, ese tipo de situaciones de alguna manera fortaleció ese ímpetu que
nosotras teníamos. Defender nuestros derechos civiles y sociales.
Conocer tantas experiencias fue lo que marcó una lucha inalcanzable, de defender estos
ideales. De manera que yo empecé a finales de los ochenta, y ya a finales de los noventa cuando
ya logramos la despenalización.
La despenalización de la homosexualidad en Ecuador ya había empezado a finales de los
ochenta, pero no se había logrado incluso socializar la situación de la derogatoria del artículo
516. Porque quizás la sociedad no estaba preparada, la opinión pública nacional estaba
ignorando esta realidad que nos agobiaba día a día. Ya en los años 95 y 96 con el gobierno
de Sixto Durán Ballén ya empezaron las movilizaciones un poco más visibles y poder
confrontar las situaciones y socializar. Pero faltaba algo, los involucrados no podían
identificar.
Porque los que estaba manteniendo en “clóset” el proceso político era gente que tenía su
estatus social, económico, con buen trabajo y que no había salido del clóset. Se necesitaba de
gente, esos era el grupo más estigmatizado; el más olvidado. Y esas son las Coccinelle las que
alimentaron el proceso, quienes se incorporaron en los años 9, cuando se presentó ante el
Tribunal Constitucional la propuesta de la derogatoria del primer inciso del 516. Un Código
que nos estaba atormentando desde el principio del siglo, Eloy Alfaro estaba en el poder, se
inspiró en el código italiano; fascista, riguroso y represivo. Se mantuvo hasta el año 97.
Al principio yo tenía la sensación, de que la despenalización era ya un trabajo que teníamos
que parar. Porque se había logrado un hecho inesperado para muchos, pero la cuestión no
fue así, la despenalización fue la situación que abrió las puertas para descubrir un submundo
que la sociedad entera ignoraba. Fue el primer paso, nada más. Porque en otras sociedades
ya habían logrado muchos más logros con anterioridad; matrimonio igualitario, adopción.
Derechos que las personas lgbti tenemos derechos, porque somos parte de una sociedad.
134
Nosotros no necesitamos tolerancia, necesitamos inclusión. Derecho laboral, hasta las
personas discapacitadas tienen derecho, pero a nosotras nos lo han negado. Actualmente la
gente abre las puertas, salen del closet diciendo que tienen derecho, son gente preparada que
la misma sociedad la condena en sus cadenas. Todos somos capaces, somos seres humanos,
tenemos hijos, padres, madres. ¿Por qué quieren tolerarnos?
Hay mucho porqué luchar.
Yo soy de la provincia de Esmeraldas. Mi madre era de allá, mi padre de acá. Vine a estudiar
la universidad, pero siempre fue una inquietud mía el poder trabajar; liderar cosas, organizar.
Yo en Esmeraldas pertenecía a una asociación cristiana, nosotros organizábamos la misa de
los domingos, íbamos a retiros, visitábamos a los presos, y cosas así. Yo no comprendía porqué
me gustaba eso, yo recuerdo a los dieciséis años me habían nombrado para que visite la cárcel
los domingos con el cura. Recogíamos los casos de la gente que estaba desamparada, en
provincia donde realmente el olvido, y nosotros ayudábamos, yo iba a la corte superior local
como yo era casi un niño.
Recuerdo que a esa edad tuve mi primera entrevista de radio, yo estaba contentísima, llegué a
la casa alegre; a las 6 de la noche prendimos la radio y ahí escuchamos mi primera entrevista.
Son esas primeras experiencias que te marcan, para un destino que todavía no le tienes tan
claro, pero es una manera para construir las cosas poco a poco. Vine acá a Quito e hice teatro,
me encantaba y también escribir, poco a poco me fui identificando con esos pasatiempos.
Y cuando llegue en los 90 a la Mariscal fue por curiosidad, porque yo estaba consciente que
por el hecho de tener una orientación sexual me produjo muchas limitaciones en cuanto a mi
desarrollo personal. No me permitió desarrollarme. Yo estuve trabajando en el Museo de
Aurelio Espinosa Pólit, en la Universidad Católica también, pero había algo que no me dejaba,
cuando tú te pones un zapato y caminas con una piedrita, algo que te molesta…caminas,
caminas, pero no sabes en qué hora sacártelo. No sabía qué hacer y me encontré con una
amiga, que me dijo: tú eres o no eres, si es que eres organízate bien, de un lado o de otro. Lo
que me quería decir es que, si yo quería ser visible y manifestarme tal cual como yo era, era
decisión mía y que eso me iba ayudar mucho. Pero si yo estaba en esa disyuntiva, ese es el
peor error de la vida, no construyes nada.
Lo de la Mariscal en los años 90 se escuchó mucho, la represión, la policía, ejecutados
extraoficialmente, travestis maltratadas. Ese era el lado malo, el lado bueno es que siempre
lucían espectaculares; maquilladas, vestidas, con senos. Y yo me iba a verlas, y poco a poco
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me fui acercando porque yo quería ser también así, eso fue un redescubrimiento, fui haciendo
amistades y conociendo sus casos. Casos reales que un cliente en la noche no quería saber, de
lo que estaban alejadas de su familia, de que tenían que prostituirse porque no tenían la
oportunidad de un trabajo digno porque sólo tenían para hacer limpieza o cocinar. Yo empecé
a conocerla, porque yo quería ser como ellas, pero yo sí había tenido buenos trabajos y tengo
a mi madre que me llama y cosas así, yo veía diferencias, pero también me identificaba con
ellas porque yo quería ser como ellas; poderme tacos, pelucas, ser divina.
Y poco a poco fui conociendo esas realidades, buenas y malas o contradictorias, y me fui
involucrando al submundo, como dije. Realidades que nadie conocía, nadie quería conocer y
ni si quiera el gobierno.
Yo he recorrido todo Quito, hemos vivido en todas partes porque en todas partes nos hemos
encontrado, gente homofóbica, gente que no comprende, pero a veces por la inestabilidad
laboral y económica hemos sido agredidas, amenazadas, ofendidas. Nos ha tocado estar de
una vivienda a otra, yo he estado viviendo tanto aquí como el Norte, Centro y el Sur.
Actualmente vivo en el Centro Histórico, tengo como unos 4 meses de vivir ahí, un vecindario
del cuál tengo que limitar cosas y situaciones, no me siento libre y son otras de las afectaciones
que nos toca vivir por el hecho de cómo nos tiene la sociedad.
Nosotras no queremos ser elemento de servicios, nosotras queremos estar junto cuando se
ejecutan las leyes, controlar, ser veedores de todo lo que se dice y hace. Porque en realidad
no es como se anuncia en los informes de gobierno, Estado. A mí me admira, nosotras
conocimos una entidad que atiende las necesidades y las propuestas de la comunidad glbti, el
equipo que analiza las propuestas son muchos transgéneros, porque son elementos que puede
interpretar mejor todos los pedidos y necesidades. Por eso la política pública del país debe ser
conjuntamente monitoreadas, que sean personas parte de la comunidad, solo nos toman “nos
sirven, nos asisten”, que esto y que otro. Una se encuentra con el servicio con ciertos aires
homofóbicos. Nosotros que lo vivimos en carne propia podríamos direccionar bien la
ejecución de las leyes.
Identidad Trans; transición
Yo creo que es una manera de poder un poco, llegar a identificar mi naturaleza, de poder
decir: yo nací de esta manera y yo debo asumirlo debo aceptarlo no tengo porque asumir otras
realidades que no son mías y de eso debo estar segura. Lo digo orgullosa, porque eso me
permitirá seguir viviendo con paz interna y saber que lo hice desde esa realidad y aceptación.
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Analizando la homofobia, tiene diferentes caracteres y tiene muchas razones por la cual se
manifiesta, por ejemplo, de una persona reprimida que no quiere ver homosexuales porque no
se acepta como tal. Cosas así.
Lo nuestro no es vicio, ni impulso es lo que tenemos dentro. Hasta hace poco había clínicas,
padres que internaban a sus hijos/as para quitarles la homosexualidad.
Yo estoy segura de lo que haga, no me importa el qué dirán, ya no como en el principio. Tal
vez por los años uno aprende a aceptarse, me hubiese gustado que de adolescente tener esta
seguridad y firmeza porque me habría construido mejor. Me negaron todo. Si yo volviera a
nacer, elegiría lo mismo porque con el conocimiento de la experiencia me construiría mejor.
Mi proceso fue lento, cuidando los prejuicios. Más adelante cuando avancé y decidí continuar
con firmeza, todavía he sentido dentro de mi familia algo de resistencia. Mi madre ya no vive,
pero era muy conservadora y estos temas no los entendía, como yo la respetaba y la quería
nunca pude dar pasos agigantados como lo estoy haciendo ahora. Yo tenía un hermano
homofóbico, porque él se daba cuenta que yo de muy niño, había muchas agresiones y son
experiencias que me marcaron. Me he cuestionado mucho por qué odio tanto a mi hermano,
porque no sabía si lo hacía porque me agredía o porque era hombre.
Yo siento que he avanzado mucho como me gustaría tener 30 o 20 años menos, ya estuviéramos
adoptando niños o ministras de Estado como en otros países. Países de primer mundo y se
pudiera pensar que porque son inmorales no han avanzado, sino que son países que ayudan
al tercer mundo. Cuando yo estuve en Madrid, una amiga me contaba que en Ámsterdam la
reina en los años 40’, la que iba heredar el trono y como la monarquía estaba exiliada; una
de las hijas la protegieron la comunidad glbti y gracias a ese cuidado cuando llegó al poder
ella se preocupó mucho por la política pública. En agradecimiento a la comunidad se avanzó
mucho.
Siempre he sentido ese ímpetu de liderar o construir algo con un grupo, creo que hubiese sido
fantástico si contaba donde apoyarme bien y luchar. Contar con eso significa el tener el apoyo
y convicción de todo lo que se hace, ya tuviéramos a estas alturas mucho más pero bueno
logramos la despenalización que es un legado a las nuevas generaciones. Como han visto la
gente celebra el orgullo gay, pero para que hallamos obtenido esa libertad hubo detrás una
lucha y muchas vidas que se pagaron. Las nuevas generaciones les hace falta identificar la
historia, ser conscientes de que todo se logra con procesos intensos.
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Muchas compañeras que nos tomamos la plaza en agosto de 1997, la mayoría han muerto por
el olvido, por la no atención médica oportuna, violencia, por el distanciamiento de sus
familias, y han muerto jóvenes. Y nosotras que estamos de suerte y somos parte del grupo de
sobrevivientes nos damos cuenta como es la vida cuando te sometes a sistemas político que te
destruyen la vida a tu familia, que si no hay una voz o un puño te jodes. A veces pienso que
nos encontramos en la época de la colonia, cosas así que la política la administraba los
verdugos y no te daban educación y todo. Lo importante no es perder la esperanza e ideales.
Respecto al Estado y logros tras lucha (cedulación)
Nosotras como Coccinelle y el haber logrado en los 90 la despenalización siempre nos ha
catalogado por personas especiales, nos reconoce, respetan e invitan y de alguna manera
hemos estado vinculadas a esos procesos. Logros que se han ido haciendo paulatinamente,
lentos y no como debería ser y para que nosotros podamos ir logrando esos objetivos, aterrizar
las políticas públicas yo creo que siempre hay que ser activas en esos procesos, lograr impacto
e incidencia. No hay otra manera de acelerar los objetivos que nos proponemos, si dejamos
que los nuevos tomen consciencia, pero no es suficiente; se necesita de voluntad política.
De alguna manera, los que estamos siendo parte de este proceso tenemos que mantenernos
activas. Por ejemplo, el movimiento indígena, desde los 70 para acá todas las muertes, héroes
indígenas que fueron masacrados por ser líderes, mujeres que de Otavalo venían a pie a Quito
y sin zapatos. Nosotros también tenemos que lograr, marcar nuestra estrategia, e incidencia.
Realizar todos estos eventos y movilizaciones alimentan los procesos, no esperamos que los
gobiernos se acuerden de nosotros. Así han surgido las grandes revoluciones, el proceso
evolutivo tiene que alimentarse.
A veces no hay una integración grande y profunda de la comunidad glbti en este país, esta
disgregada. Cada una se maneja con sus propias políticas, mentalidades, etc. La gente cree
que, porque somos gays, trans o travestis entre todas nos debemos de llevar bien, pero es
mentira, hay envidia, maldad, codicia, de todo. Nos han amenazado, insultado. Estuvimos casi
3 años sin que nadie nos ayude para movilizaciones letreros, con el Centro de Arte es que
estamos en este espacio, nosotros somos sustentables, recomendaciones. Buscamos las formas,
cuando hay vocación y entrega nos toca seguir adelante. Recuperamos nuestra memoria,
Coccinelle tiene la memoria más extensa en este país; acá vienen a conocer la memoria de la
comunidad y quien lo hizo fuimos las viejas Coccinelle.
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Acerca de “Asociación Coccinelle”
Durante el año 1996, estábamos en un proceso de concientización con las chicas planteando
sobre organizarse, muchas no creían. Se las había desarraigado ese nivel de consciente, con
el que podíamos ver claramente lo que necesitamos para nuestras vidas. Un largo trabajo, el
congregar, unir a las personas, sobre todo a los grupos más vulnerables como éramos las
travestis que vivíamos de la prostitución, poderles convencer/animar. Meses después que
lidiamos con esto, llegamos a un nivel que todas comprendíamos que era un gran paso el
organizarnos para dar a conocer nuestros derechos. Nos reuníamos en casa de cada
compañera. Logramos articular con las chicas, sobre todo las que más sufríamos la represión,
las cárceles, la no atención de los médicos oportuna.
Tuvimos una pequeña oficina en San Blas, cada una traía de su casa ciertas cositas y así nos
articulábamos. Nos fuimos configurando como organización, al principio no sabíamos qué
nombre ponernos. Coccinelle fue de una vedet francesa de la posguerra muy pequeña, le
pusieron así porque significaba escarabajo y ella era pequeñita, en memoria de lo que hizo y
soporto nos pusimos su nombre.
-
Nueva Coccinelle
Nos llamamos Nueva Coccinelle porque resurgimos hace unos 3 años con la necesidad de
demandar al estado ecuatoriano por la reparación integral, pensión y disculpas públicas, o
incluso que una parada del subterráneo lleve el nombre Coccinelle que sea la parada de La
Mariscal. Procesos largos, demandar es muy fuerte. Yo estuve en Bogotá en la Comisión de
Derechos Humanos, anunciando esta demanda y me escucharon con tanta atención y yo les
dije con hechos y fotografías porque era necesario; necesitamos las actividades de impacto
que hagan eco. La justicia está pendiente, Coccinelle lucho igual.
Nuestra gestión que hicimos con el estado por medio del ministerio de Bienestar Social, nos
traía el recuerdo del prejuicio y discriminación, pero no fue así, en el gobierno interino de
Fabián Alarcón Rivera la sociedad entera en general ya estaba asumiendo un poco de
consciencia e integrar la atención en la gente; queriendo salir de esa esclavitud. Llegamos y
nos reconocieron, cumplimos con toda la reglamentación que se exige a la organización, nos
dieron el acuerdo ministerial y aceptaron la directiva, nos ayudó para estar más seguras para
poder desarrollar actividades; llegamos a un estatus. Fue la primera organización glbti visible
que logro, una agrupación política y social. Había otras organizaciones enmarcadas en el
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servicio médico respecto al vih, hepatitis, de alguna manera tenían efectos políticos pero lo
nuestro era más frontal y directo creamos por nuestros derechos civiles.
Un abanico de organizaciones de gente que ha ido formalizando su identidad y todo eso.
Coccinelle la primera reconocida y la primera que salió a las calles a protestar; ofreció sus
muertos.
La gente confunde, tergiversa la realidad de la historia y por eso me vi en la necesidad de
crear mi libro para que de alguna forma pueda narrar lo que hicimos, narrar. Porque cuando
uno se acaba, muere y no manifiesta queda en el olvido. Y me vi en la necesidad de escribir mi
libro.
Fue difícil recopilar la memoria, nosotras por no habernos podido mantener en esa línea
activa durante todo el año 2000 en adelante porque eso afecto bastante ya que se perdió
materiales, fotografías, negativos y lamentamos mucho. Pero lo que hemos podido recuperar,
custodiar realmente es lo que significa ahora estos espacios donde pueden encontrar todo lo
que somos y fuimos a partir de los años 80’.
Aquí llevamos un año, con el cambio de alcalde y municipales no sabemos si podamos
quedarnos, depende del secretario de la cultura y tenga una predisposición de apoyar estos
grupos y espacios. Nosotras realmente nos alegramos el tener la oportunidad de quedarnos,
ojalá un par de años más, comprenden el verdadero valor e importancia que se tiene con esta
memoria. Yo hice un trabajo en el Museo Nacional de la Casa de la Cultura y me pidieron
poquito del material para poder mantener un espacio de visitas porque todo se exponía en el
museo, pero sobre el tema glbti ecuatoriano nada. Con esta participación que tuve, me dio la
oportunidad y ellos están satisfechos, con el tiempo poder ampliar una sala especial para
nosotras en el Museo Nacional. Se tiene contenido colonial en los museos, pero sobre el tema
glbti está invisibilizado.
Un nuevo logro estar acá que ni en sueños pensamos, es parte de la historia sociológica de
nuestro país pero que nos ignoraron.
Identidad trans y marginalidad social
El hecho de identificarse con lo trans tiene un resultado no uniforme con las demás posiciones,
siempre afecta, por lo menos en lo que podamos desarrollar estas luchas e integración una se
siente afectada. Yo estoy segura que, si yo me hubiese manifestado como tal, libremente yo
hubiera estado en una situación más desarrollada de pronto hubiese tenido una pareja más
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estable, organizado más mi situación laboral, si me hubiese identificado como tal y no a
medias.
Alguna vez escuche una frase que decía, si uno entrega algo debe entregarse todo y amar lo
que se hace, creo que esta situación ambigua en la que me encontraba no me permitió ser y
aceptarme, y llegar hacer como hubiese querido. Uno antes hacia lo que la gente le agradaba,
o decía lo que la gente quería escuchar, o uno se vestía como el resto. Por naturaleza es esa
parte transgresiva porque es la única manera de superar todo eso y avanzar, yo no puedo
agradarle a todo mundo.
Muchas chicas travestis tienen mucha suerte con su familia; integrada, aceptada, asistida. Y
que bueno, me hubiese querido disfrutar y creo que hubiese dado mucho más.
Identidad trans; socialización
Han sido las personas de la comunidad quienes una se refugiaba en estos espacios, súper
limitados, pero igual, donde uno se podía ver la forma de crecer. Las familias anteriores eran
difícil, súper difíciles. Yo recuerdo un libro de una alemana que escribió en los años 30, él era
trans y tenía una tía hermosa que hasta le prestaba los vestidos, yo digo, una época así debió
haber sido una suerte; poco a poco fue comprendiendo a través de su tía. Cómo hubiese
querido tener tías así, las mías eran curuchupas, conservadoras y sólo hablando de Dios y
todo lo demás, unos tíos machistas como son los hombres que piensan que a ti te compran;
que si te mantienen tiene el derecho a todo.
-
Poder adquisitivo y problemática trans
En el sistema capitalista que vivimos el ser empresario, dueño de un negocio como que te da
estatus, una manera de identificarse con la sociedad que está en ese nivel y mentalidad de
desarrollo. Creo que si hubiésemos tenido esa oportunidad partiendo desde lo laboral hubiera
sido muy importante, son las herramientas con las cuales una se puede permitir hacer muchas
cosas. Es determinante. Me refiero en el sentido social/político en el que te da un sentido de
poner o seguridad, pero yo creo que sólo es un agregado.
Tantas revoluciones no han sido con cantidades de dinero, sino con las luchas o en la misma
precariedad, y son estos logros los que valen más.
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Tendencias o bellezas que a veces nos sentimos atraídas, u otras que transgreden; demuestran
su coraje e ira. Caigo al excentricismo como las drags y diferentes tendencias que han ido
desarrollándose. Por ejemplo, en la comunidad chicos que se han operado para estar en una
pareja lesbi o lo contrario; una chica lesbi se transforma en hombre y su pareja es hombre y
se transforma en trans, se unen y tienen un hijo. Yo veo estas formas y no son únicas ni
estereotipadas, es una diversidad. Cada día en este trabajo aprendo un sinnúmero de
situaciones, de las cuales muchas veces me impactan bastantes. Por eso dicen que somos un
arcoíris, por eso hemos encontrado casos de hombres hetero que les encanta estar con trans.
-
Experiencia trans de violencia y discriminación
Ustedes recordaran que este edificio ha estado abandonado por muchos años, fue el hospital
militar que fue creado por el gobierno liberal de Alfaro había estado muchos años en la deriva
y fue refugio de indigentes.
Fue un lugar donde las travestis traían a algún amigo o cliente, y yo había escuchado “en el
hospital militar hasta beber se puede”. Una vez saliendo de la discoteca me pase de tragos,
espere en la puerta un taxi y no lograba mantenerme, fue cerca de la Mariscal, me paró un
carro. Y yo vivía cerca del Banco Central, yo entré en el carro y ya ahí me di cuenta que era
un militar y su arma estaba en el asiento donde yo me senté. Yo le conversaba y conversaba y
no decía nada, y subió para acá…por las luces del carro me daba cuenta que todo esto estaba
desolado. En el camino cuando tomo el revólver y manejaba a una velocidad, no paraba en
nada, subió por acá. Hasta la borrachera se me paso y me dice: súbete encima de mío, y yo
respondí: cómo me voy a subir si ahí está el timón. Yo estaba asumiendo un poco alguna obra
de teatro, le quise agradar al chico, me quise portar bien y yo hice el intento de subirme, pero
el timón me golpeo e hice el drama porque este hombre me podría matar.
Como estaba cerca de la casa hice todo el drama, como que me cae muy bien y me encanta
todo esto; que tenía una botella de wiski en la casa y donde podían amanecer. Pero yo era una
actriz completa, le cogí y le abracé, pero yo temblaba. Y el acepta, llegamos y el entro
contravía. Le dije que iba abrir la puerta del garaje, me baje y mientras él se estacionaba, yo
intente abrir la puerta, cogí entre y selle y el hombre quedo afuera. De lo que me salve, al otro
día una amiguita me contó que el mismo militar, con la misma descripción y le había llevado
y disparado, lo mismo, pero se escapó por el cerro. Cada vez que yo vengo, recuerdo todo eso.
Ahora está diferente, hay parqueaderos y todo está arreglado, pero por donde yo entro ahora
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es la misma entrada y salida donde pasó esa noche; preferiría entrar por otro lado, pero por
la pandemia la entrada principal se cerró y entro por acá.
Respecto al rol del estado en la problemática trans
Todo lo que hacíamos respondía a la sugerencia y asesoramiento que nos daba
esporádicamente las personas u organizaciones (CDU-PDH) que se interesaba en nuestros
casos. Cuando hacíamos esfuerzos no recibíamos respuestas oportunas o que satisficieran de
alguna manera todos los requerimientos que hacíamos. Sentíamos que no valíamos nada, no
nos prestaban atención, ya en los años 90 cuando estuvimos organizadas aun así no se recibían
respuestas y todo eso. El abogado que presidió contra la demanda de la derogatoria del
artículo en 1997 nos dijo que había estado en una reunión de gabinete y el presidente Alarcón
en ese entonces, se había declarado en contra de la comunidad glbti, súper contrario y un
término que daba a entender que éramos un grupo de delincuentes. A finales de los 2000, el
ministerio del interior creo una oficina de derechos humanos, antes eso era impensable,
nosotras logramos contactar con el representante una persona muy servicial y atenta; nos
ayudó a canalizar denuncias y rescatar de esa situación de autoestima que nos encontramos,
nos revaloro.
Cuando empezamos a ser más visibles los espacios de periódico-prensa se ocupaba de
nosotros muy diferente, habían entrevista y reportajes, fue mejor. Cuando pasamos la década
del 2000, nuevo siglo ya se vio mejores, procesos más visibles. Y esto ayudo, a cuando
construyes algo con banderas y todo, te ayuda a confrontar los problemas porque si no
encuentras nada en el camino para luchar el logro no es tan impactante. Creo que es necesario
estos elementos que se te crucen.
Todo lo que hemos logrado hasta el 2020, el matrimonio igualitario y todo eso, lo único que
faltaría es luchar por los espacios laborales actualmente, que tengamos derechos a una cuota
como tienen los discapacitados porque tenemos derecho por ese largo proceso de
discriminación por lo menos por medio de una ley. Así como está la sociedad formada y nos
quieren tomar en cuenta, yo creo que si se logra esta opción y la adopción de niños se estarían
cumpliendo estas dos expectativas actualmente. Acá yo no creo que sea tan pronto la adopción
por las viejas mentalidades, por ejemplo, en España la ley de adopción fue en base de un
proceso de estudios científico que determinaba que no afectaba en nada vivir en un entorno
como esto, y eso hace falta en Latinoamérica; falta mucho.
Opinión sobre el matrimonio igualitario
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A nosotras nunca nos gustó el término “matrimonio” porque es un concepto muy tradicional
que a veces da la impresión de que nos la imaginamos a una mujer y a un hombre, hemos
estado más de acuerdo con el término de “unión de hecho” es la convivencia no es el termino
lo que determina una relación formal o legal. Nunca nos ha gusta ese término. El matrimonio
es un concepto muy fuerte, tradicional, endémica de todas las culturas, somos aquí unos
despistados.
Ahora han cambiado en muchas cosas las perspectivas en el mundo, muchas cosas están
saliendo del closet y se manifiestan sin temor ni ningún miedo, hay familias que aceptan mucho
más sus hijos. Creo que se abren caminos para que la gente ya no se esclavice en las
tradiciones, porque muchas son afectuosas y hay que cambiarlas.
Criminalización y violencia
A finales de los 80 cuando desaparecieron los hermanos Restrepo, y llegó el gobierno de
Rodrigo Borja (1988-1992) en una charla que tuvimos que en una famosa campaña que había
tenido León Febres Cordero en el año 84 fue: pan, techo y empleo, esas tres consignas uso
para persuadir al electorado que era mejor que Borja. Él dijo: juro ante Dios y la patria que
no los voy a traicionar porque les voy a dar pan, techo y empleo. La parodia fue que el pan
que ofreció para el pueblo, para nosotras era el arroz con azufre que nos daban en las cárceles,
el techo eran las celdas de 3 x 4 donde nos encerraron y el empleo era lavar la ropa de los
delincuentes comunes; bajo amenazas nos obligan a dormir con ellos. Eso fue el pan, techo y
empleo de la comunidad glbti.
Aquí donde me ves, podría contar como 30 a 40 veces que me han metido a la cárcel. Uno
salía una noche y ya no regresaba, porque a una le buscaban como en la vieja Alemania como
cuando los nazis les buscaban a los judíos; así nos cazaban. Había un famoso detenido que le
llamaban Segundillo, apenas oía que llegábamos y entraba nuestra celda con un cuchillo para
revisar si traíamos dinero o algo, hasta nos metía un dedo en el ano. Esa situación es súper
desesperante e indescriptible porque no encuentras un término adecuado para decir cómo fue,
nos sentíamos como la última rueda del coche y cuando salíamos días después; sin habernos
aseado. Cuando se logró la despenalización fue una cosa fantástica que determino para que
el sistema represivo pudiera disminuir, qué libres no sentíamos. Tuvimos que pagar todo esto
con humillaciones para que podamos vivir mejor.
Etapa de escolaridad
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Yo estudie en Esmeraldas, yo me acuerdo que mi mamá me hacía pantalones cortes y con eso
me iba a la escuela, y era una cosa terrible, porque en las bancas me sentaba con alguien más,
pero todos me tocaban las piernas. Yo no podía hacer nada porque eran unos negros altotes y
peleones, no me gustaba ya veces no quería ir a la escuela. Yo me acuerdo cuando se acercaba
6to. grado y ya nos tocaba ir con pantalones largo, no quería que se acabe porque usar esos
pantalones para mí era sinónimo de hombre o masculino, tenía terror cómo me iba a poner y
no quería ser hombre. Yo tenía terror hasta que el día llego por mi mamá, yo ya no quería
estudiar más porque no quería pasar el mismo suplicio; me pegaban, golpeaban y me defendía
con dibujos y les hacía para que no me pegaran. Siempre estaba yo con la espina a dentro de
que yo era diferente más me llevaba con mis compañeras.
Experiencia Marcha Trans; militancia
Todo tipo de celebraciones siempre nos han tomado cuenta y nos alegra mucho las
manifestaciones que se han logrado, y eso es tras el trabajo que hemos hecho y nos da mucha
alegría. Que marchamos y desfilamos con libertad, grita, baila, lo que nosotros no hacíamos;
lo hacíamos cuando los policías nos pegaban. La ultima marcha del 2020 encabezamos, eso
tras la demanda que hacíamos el Estado ya que se había retrasado nuestra situación de
demanda, llegamos a la fiscalía y todo estaba cadenado. A mí siempre me ha gusta la marcha
pacífica y el folklor, te sientes más desfogada. Nosotras estamos acostumbradas del escándalo,
de transgredir porque es la única forma de que te escuchen.
Yo llevo casi 25 años en el activismo, a veces sin contar el apoyo otras veces acompañada y
estamos acostumbradas a luchar. Me han servido bastante porque siento que he crecido quizás
el doble de lo que podría haber crecido en una vida “normal-tradicional”, por el conocimiento
y esa forma de haberme construido mentalmente.
Movimiento trans nacional (Consolidado o no)
Creo que el movimiento trans no está consolidado, creo que están en proceso de construir
cada día mejor. En Guayas, Pichincha, Azuay, Quevedo…faltara bastante para que podamos
decir que somos una organización que tengamos la capacidad de conformar una federación;
la lucha debe ser sólida. Esta dispersada, donde cada una ve por lo suyo y quieren
protagonismo. Es lo que vivimos en cada organización.
Aspira que la ciencia y lo académico pueda aportar con sus análisis y estudios y pueda aportar
al grupo social como somos la comunidad glbti pueda tener su visibilidad y sus realidades,
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que pueda ser motivo de debate, cuestionamiento y propuestas. Creo que si canalizamos por
ahí y el aporte de todos va a ser súper valido y valdrá la pena todo el esfuerzo que están
haciendo ustedes.
ENTREVISTA N ° 3 NEBRASKA LEÓN
Datos personales
Mi nombre es Nebraska León, soy de la ciudad de Guayaquil y vivo muchos años aquí más de
40 años. Aquí comencé sobre la lucha de la despenalización, me traslade cuando apenas tenía
20 años y desde ahí me dedique a estudiar y trabajar. Luego me incorporé a las Coccinelle.
-
Sociabilidad de mujeres trans
Nosotras estamos en contacto con otras organizaciones, tenemos una compañera que siempre
nos invita a talleres, a exámenes de prevención de vih. En cuanto a espacio de recreaciones,
vamos a todas partes. Siempre tengo contacto con algunas compañeras que son de la
comunidad; nos invitan a fiestas, a formar parte de espacios; por ejemplo, me invitaron de
jurado a un evento de bailes y disfraces.
Mis actividades han sido de peluquería porque sé mucho, he trabajado en algunas partes y
después me he puesto mi negocio. He dejado ya de hacerlo por mis problemas visuales y
auditiva, me dedique hace muchos años ya en esto. Ahora que estamos en este espacio por la
lucha de la demanda del Estado, para conseguir reparaciones para que nos reconozcan como
víctimas y me he dedicado tiempo acá, y tenemos una pequeña tienda que es parte del
colectivo; auto sustento. Hago el trabajo aquí en la mañana en la fundación, y en la tarde me
voy al negocio hasta las 8 de la noche.
Transición: identidad trans
No fue tan difícil el cambiarme a persona trans hoy en día, porque siempre he tenido a mi
alrededor con personas de “mente abierta”. Creo que estas etapas antes eran muy
cuestionadas, pero hoy en día después de la despenalización ya no se criminaliza a la persona
trans. Las personas no es que nos han “aceptado”, porque aceptar es una palabra muy dura,
si tuve diferencias con algunos miembros de familia.
Nunca he sido cuestionada por mi orientación y vestimenta, claro que en los años 80-90,
cuando queríamos ser bien femeninas lo hacíamos en la noche y no en el día porque en esa
época éramos muy criminalizadas; el ver a un hombre vestida de mujer como decían era
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“raro” fuimos mofados, burlados. Yo casi la mayoría del tiempo yo trabaje y no ejercí mucho
la prostitución y las compañeras de provincia que si lo hacían eran muy maltratadas.
Criminalización y violencia
Yo también he estado en la cárcel porque iba a las discotecas, y en ese entonces existían los
escuadrones volantes y nos sacaban como animales de la discoteca, nos empujaban. A raíz de
todas estas cosas que iban pasando, íbamos experimentando cada día cosas, por ejemplo,
compañeras que ejercían prostitución en la Mariscal las cogían y las metían en la laguna de
la Alameda, y otra en una laguna que había por los túneles. Los policías se ensañaban con
nosotras por ser personas trans. Ellas no tenían otra cosa que hacer que ejercer la prostitución
para sobrevivir.
Nosotras en esos años queríamos parar esos maltratos y violaciones, vimos que se salía ya del
contexto. La compañera Purita salió como nuestra líder, ella siempre estuvo en el ambiente
que precedió para seguir avanzando en estas etapas que vivíamos en esa época.
No, no he tenido ningún rechazo en el entorno familia, unas pequeñas diferencias. Soy bien
recibida y querida por mi familia, no he tenido tanta discriminación en mi familia, pero si en
la sociedad. Sobre todo, lo que hemos recibido en esos años.
Activismo y militancia
Cuando comenzamos con esto de la lucha sí había organizaciones que estaban ya formadas,
como se dice. Cuando nosotras íbamos a salir a protestar en esa época en los años 97, ya
había organizaciones peor ninguna quería salir como nosotras lo hicimos. Había chicos
serios, no habían trans en los grupos ellos trabajaban en escritorio nomas. Pero nosotras
queríamos acercarnos para tener una persona aliada para seguir con el proceso político, salir
a las calles para protestar y poder luchar con estos atropellos porque eso era de nunca acabar.
Las personas no querían que nosotras salgamos porque supuestamente ellos ya habían hecho,
y que nosotras íbamos a estropear con las salidas a la calle/visibilización que íbamos a
emprender. Sí tuvimos ayuda después de que nosotras salimos a la calle.
Cuando salimos a las calles a recoger las firmas y fue; en la plaza Grande, plaza de Teatro y
la Universidad Central. Esos acercamientos que tuvimos, no fue tan fructífero como
hubiésemos queridos, si ellos hubiesen tenido la predisposición de unirse, pero no, y eso fue
ya después cuando conseguimos la despenalización. APDH nos apoyó cuando presentamos las
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firmas al tribunal constitucional, el abogado Ernesto López nos patrocinó para llevar el
proceso político.
Identidad trans y la sociedad
Hoy en día hay pocas personas que a una le discriminan, somos objetos de burla porque hay
personas conservadoras que no quieren comprender que una persona trans es igual a una
“persona normal”. En algunas partes ya no nos miran como bicho raro, ahora pasamos
desapercibidas, pero en algunas instituciones cuando uno va le hacen sentir incomoda. Si voy
hacer un trámite me dicen: señor, ¿qué desea?, entonces hay ese mito donde la gente no quiere
cambiar y no entiende que las personas como nosotras somos iguales. Como dice una frase:
somos de cuerpo diferente, pero con derechos iguales.
En todas partes que he estado y frecuentado me han dicho “Señora”, pero hay personas que
no. Una vez me fui a hacer una llave y me dice: señor, la llave vale 1 dólar. Yo miro atrás y le
digo: ¿cuál señor?, usted me dice, y yo le digo: porque yo soy una señora y usted debe tratarme
igual como ve. Entonces como que razonó un poquito, porque cuando termino me dijo: 1 dólar
señora. Hay que estar “machacándole” a la gente para que nos trate como somos y como
merecemos, que es el respeto, sobre todo.
-
Respecto a la cedulación
Yo estuve en ese proceso y también tengo mi cédula, para mí sí fue algo que a mí me alegro
mucho porque decíamos “teniendo la cédula como género femenino tal vez e iba a cambiar
todo eso”, pero no fue así. Porque le ven la cédula donde quiera que vaya, ven el género
femenino, pero le dicen señor. Las personas que vivimos ellos pensamos de qué nos había
valido cambiar el género femenino si nos siguen tratando igual, que la cosa hubiese sido que
diga “sexo femenino” porque eso es diferente. Y no hemos llegado a eso, cambiar el sexo no
es tan fácil como por ejemplo una persona que ya es cambiada de sexo que ya cambia todo.
Sí fue una experiencia muy bonita porque en ese tiempo que empezaron a cambiarla con todos
los nombres femenino, las compañeras se alegraron muchísimo y en el Registro Civil nos
abrazamos porque creíamos que todo iba a cambiar. Pero así es la sociedad y no le tratan
como uno quisiera, como lo que es y cómo somos.
Cuando cambié mi nombre en el 2004 era más fácil que ahora porque yo me fui con una
compañera, que fue la que inició con el proceso del cambio de nombre. Estuve en el Registro
Civil y pague una taza para hacer los documentos, pero no necesite abogado/testigos como
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ahora que si no tienes no puedes hacer nada. Yo llegué y me preguntó cómo me iba a poner y
yo le dije Kerly Nebraska, ella muy amable dice qué bonito nombre y a qué se debe Nebraska;
yo le decía que quería un nombre común y una amiguita me dice que allá en Estados Unidad
hay un estado Nebraska. Yo tengo un cambio de nombre también en la partida de nacimiento,
y así que no fue tan difícil que me cambie.
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Respecto a la transición; procedimientos estéticos
Cuando yo tenía 15 años mis padres murieron y me quedé con una hermana, cuando estuve
viviendo ahí yo empecé a trabajar. Yo luche por estudiar cuando cumplí 20 años me separe de
mi familia y ahí fue cuando vine a Quito, vivo más de 40 años. Aquí me hice el cambio, me
conseguí unos amigos y tuve mi profesión de peluquería. En el transcurso de los años yo iba
cambiándome, me iba hormonizándome para que se me caigan los vellos tanto como del rostro
como de los brazos.
Me fui haciendo más femenina, lo que uno no cambia casi es la voz, pero la apariencia si. Aquí
tuve un amiguito gay, pero a él no le gustaba vestirse de mujer, él me ayudaba en todo y total
que él fue mi complemento. Lo que sí me hice fue unas cirugías que no me salieron tan bien,
por ejemplo, mi rostro, era bien formadito y me empecé a cambiar. Ya como a los 30 años
empecé a inyectarme los biopolímeros para eso me puse los pechos, glúteos, caderas y tanto
que me convencieron que me puse en el rostro; ni Kiko esta tan feo como yo, entonces no me
hicieron bien y es el riesgo que una corre. Los biopolímeros fue una fiebre todas queríamos
ponernos, yo lo que me hice fue que me pusieran mentón para que se me vea más femenina mi
cara. No fue tan difícil transformarme y lo hice acá en Quito.
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Transición: Estereotipos y reconocimiento social
Creo que es cuestión de la persona, ha habido compañeras que no les ha gustado verse con
pechos o glúteos. Abemos personas que somos un poco más vanidosas, no iguales sino bien.
Eso es gusto de cada persona, siempre he sido vanidosa a mí me ha gustado verme bien para
que me vean diferente, pero no es para decir que soy una mujer porque a mí me delata la voz.
Por detrás usted me ve y soy toda una mujer, pero usted me ve por delante y sabe que soy
trans. Los autos me pitaban: voy por la calle bien apretada y con mi cinturita, se han chocado
porque cuando me invitan a subir y se dan cuenta y me hacen bajar. No es que todas queramos
ser así hay otras que le gusta el transformismo, van para una fiesta y se termina esta y son una
persona “normal”.
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Poder adquisitivo y transición
Yo creo que el dinero es fundamental pero no necesario, creo que el dinero es secundario como
para sobrevivir porque si no trabajamos no podemos trabajar, nuestras cosas, vestimentas o
nuestros “caprichos”. Para las transformaciones, por ejemplo, tengo una amiguita y ella tiene
su carro y casa, pero no quiere envejecer, eso es una vanidad de no querer que los años no le
caigan, tienen casi 60 y pico de años, está bien “templadita” no puede sonreír porque no tiene
elasticidad. Es verdad que para otras personas es necesario para vanidades, pero para
nosotras es sobrevivir y eso es el diario de nosotras.
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Sociabilidad e identidad; etapas
En la escuela pase una etapa muy bonita, aunque tenía los instintos no lo demostraba, pasaba
como un niño “normal”. En la adolescencia y en el colegio ya molestaba, ellos se dieron
cuenta, no lo tomaban en serio porque yo siempre era bromista. Ellos me conocían así los tres
años, yo no me gradué del colegio porque me vine para acá con algunos compañeros. Yo vivía
aquí y empecé mi etapa de transición.
Lucha trans; desafíos y logros
El desafío más grande fue el de la lucha porque si nosotras no hubiéramos luchado por la
despenalización esto no hubiera sido como es ahora, hubiera sido reducida las persecuciones,
el maltrato/discriminaciones hubieran seguido. Porque ahí nos sentimos libres, ponernos lo
que queramos. El ser libre conlleva a que nadie se quedaría en el closet a pesar de que las
nuevas generaciones no quieran salir por la vergüenza de la familia, los amigos. Yo creo que
ese fue el logro más hermoso que hicimos ese año, de lo cual estamos gozando.
Lo otro es que hoy en día nosotras podamos salir a discotecas o bares, podamos salir con
compañeros libres si es posible de la mano. Creo que logramos mucho pero aún hay que hacer,
como educar a la población, familias para que a sus hijos no lo discrimine, no los boten de las
casas como en los 80-90. Pasaban a la Mariscal trabajando a eso conlleva la expulsión de los
familiares a los hijos, hoy en día hay hogares donde tienen sus hijos gais y los apoyan, otros
hogares donde los presionan a que se comporten como “hombres”, y no los echan han tomado
consciencia de que las personas deberían ser respetadas y acogidas en sus hogares.
También hoy en día hay la transfobia en la comunidad, nosotras luchábamos en los años 90
por la homofobia que teníamos que luchar por las persecuciones y discriminaciones. Antes
luchábamos por eso por la ciudadanía, eso lo hacíamos nosotras y ahora las nuevas
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generaciones luchan contra las personas transfóbicos. Personas no aceptan lo que hacen la
comunidad, en Guayaquil hay comunidades donde no están de acuerdo con lo que hacemos
acá, a eso le llamamos transfobia, porque luchan en contra y eso no va a dejar avanzar
procesos que se han puesto las nuevas generaciones.
Tuve una entrevista por zoom con unos chicos de Otavalo que están luchando contra la
homofobia y la transfobia en su comunidad, me decían que “es tan complejo poder luchar con
personas de la misma comunidad glbti”, y dígannos a nosotras porque no teníamos transfobia
entre nosotras éramos unidas. Nosotras luchábamos contra la gente, la sociedad de la gente
que no quería aceptarnos, hoy en día la nueva generación que se de estos conflictos, no van
avanzar.
La nueva generación debe tener mano dura, porque si dice algo a una la otra como que se
intimida. Hay que luchar y aguantar si dicen algo, porque había uno que estaba en contra de
nosotras y él se lucraba de las compañeras trans que trabajan en La Mariscal. Esa persona
nos hizo mucho daño, como vuelvo a decir; todavía falta mucho por hacer, bastante. Se van a
estancar los procesos así, porque si no hubiera eso se podría trabajar en conjunto y se
avanzaría.
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Opinión sobre matrimonio igualitario
Creo que el matrimonio igualitario no era necesario porque antes de esto ya hubo algo que se
logró, la unión de hecho. Que eso ya era suficiente como que ya ahí se hacía un “matrimonio”,
porque el mismo hecho de estar conviviendo con la persona ya se tenía los mismos derechos.
El matrimonio en si nunca estuvimos de acuerdo. Se casaron, después de un mes ya se
separaron. De qué les sirvió unirse y casarse, solo para decir que lo lograron, y no fue el
matrimonio que ellos esperaban.
Militancia: inicios y procesos
Cuando comenzamos nuestro proceso de lucha fue muy difícil también, para llegar a logros
nosotras tuvimos que tocar las puertas; casa de las compañeras. Íbamos y sesionábamos,
poníamos una pizarra qué íbamos hacer, cuando íbamos hacer y donde íbamos a parar, por
dónde. Yo creo que eso era lo fundamental para poder seguir en esta lucha que nosotras
emprendimos en esas épocas, porque no teníamos ni espacio ni recursos para poder seguir en
esta lucha. Nosotras tuvimos nuestra primera oficina en San Blas (2002), algunas compañeras
comenzamos a hacer colaboración para poder tener un espacio.
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Experiencia trans de violencia y discriminación
La discriminación y violencia han sido cuando íbamos a un restaurant o centro médico en esas
épocas, en bares, discotecas y ahí se sentía la discriminación. No nos atendían breve si
llegábamos primeras al centro médico. Antes era, pero hoy en día se ha reducido, en partes
existe y ha mejorado muchísimo.
Identificación y situación de clase; esferas de opresión
No creo que influya el ser trans con mi condición económica, porque nosotras hemos tenido
nuestro espacio laboral, por ejemplo, yo tenía mi negocio de peluquería. Hoy en día hemos
mejorado, no tenemos rechazo, en mi juventud me desenvolvía muy bien en peluquería como
persona trans.
Tanto la espera económica y de género van de la mano, la económica con las aperturas
laborales en complemento económico porque si no tienes espacio donde te desarrolles en lo
laboral yo creo que estamos yendo a lo difícil. Si no hay esos dos complementos no hay un
desarrollo laboral y económico.
En esa época era muy difícil cuando nos llevaban detenidas en esas cárceles tan pequeñas,
dormíamos en el suelo y a la hora de salir al patio para nosotras era compleja porque los
guías penitenciarios nos acosaban y violaban. Si no hacíamos lo que querían nos metían a la
celda “lagartera”, que así le decían con puros negros para que violen, o si me iban a visitar
y me dejaban dinero o comida se aprovechaban y nos quitaban. Eso que vivimos fue muy
penoso, ahí nosotros no vivíamos nada como persona, éramos abandonadas, la comida no era
algo que nos nutria, por el contrario; salíamos enfermas, con ronchas por las mismas
condiciones. En esos años nos trataban mal, era cruel en una celda 3x2 y no podíamos
bañarnos ni asearnos, salíamos hediondas.
Plantones
Los plantones lo hacíamos cuando algo pasaba en la comunidad, por ejemplo, el servicio
médico que no le querían atender a una compañera en Chone para exigir atenciones y salida
del médico. Y las marchas cuando se requerían de hacer unas peticiones que se avancen o que
den el respeto, exigir el derecho a ser libres y no ser perseguido, en eso siempre hemos estado
en ese tipo de trabajo y de lucha.
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Antes lo hacíamos muy seguido, pero tuvimos unos años de receso y ahora que resurgimos van
a hacer plantones todos los miércoles a partir de agosto. Exigir esto, que está ahí y es nuestra
prioridad la demanda para las compañeras sobrevivientes. Y vamos a seguir tomando nuestras
actividades, no solo en la Plaza Grande sino en marchas a la Fiscalía.
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Marcha del orgullo
Eso lo hacíamos todas para poder ser libres, ponernos nuestros mejores atuendos, que la
diversidad esté. Para pedir justicia y derecho, para que se nos siga respetando para que
estemos bien constituidas hasta ahora. De eso se trata la marcha y los plantones. La ultima
que fui en el 2017.
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Experiencia Marcha Trans 2020
Fue para exigir que la Fiscalía deje de estancar la demanda, exigir justicia que no llega
todavía y ya van a ser dos años de lo que hicimos la demanda. Para eso fue con nosotras de
las Coccinelle y las sobrevivientes que nos sumamos, y que el proceso avance.
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Lucha trans: desafíos actuales
Lograr que el Estado nos reconozca como víctimas, reparación integral de que las
comunidades de la nueva generación se empiecen a aliar para que estos procesos políticos
avancen, y bien estamos en esta línea para que más adelante se logren muchas cosas. Para
que una persona trans este en un puesto en el municipio, por ejemplo, o empresa pública, que
se llegue hasta esas instancias. Yo creo que ahí estaríamos llegando a esas metas.
Ley Integral Trans
Vemos como una apertura más hacia la comunidad, nosotras creemos que ya era hora que el
Estado se preocupe ya por la comunidad. Nosotras en los 80-90 hemos sido criminalizadas, el
Estado hoy en día tomará consciencia que nosotras lo merecemos como cualquier persona;
indígena, discapacitado, tercera edad. Lo vemos como futuro, que se abran las puertas y se
abran espacios para desarrollarnos y desenvolvernos como personas trans.
Comunidad lgbtiq+ y movimiento trans
Trabajar con la comunidad hoy en día es muy difícil porque hoy en día no está tan motivada
para seguir defendiendo sus derechos, porque dicen que no tienen por qué ir a una
organización o sacrificándome y dejar mi trabajo por irme a tal parte. Creen que porque se
hizo la despenalización no hay más que hacer, de hecho, queda mucho por hacer, ya que no
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ha habido avance en el resto de la comunidad porque nosotras tenemos memoria y el resto no.
Además del matrimonio igualitario y el registro civil, pero un avance que hayan tenido no ha
habido todavía por eso decía que es tan complejo trabajar con la comunidad. Creo que
nosotras hemos hecho lo que pudimos y quisimos, que era lo de la despenalización y la nueva
generación les toca seguir adelante.
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