Agentes de transición del sistema político mexicano

Agentes de transición del sistema político mexicano
Jorge Herrera Valderrábano
Ágora Ciudadanos Cambiando México A.C.
Agentes de transición del sistema político mexicano
El sistema político mexicano avanza sobre 5 columnas vertebrales: La Constitución de
1917, el corporativismo, los partidos políticos, la educación y las instituciones tanto
gubernamentales como no gubernamentales. El curso del país se ve reflejado con el
cambio de cualquiera de estas columnas. Existen cinco actores con gran poder que
pueden afectar cualquiera de estas columnas, los cuales son: los partidos políticos, la
iglesia católica, las empresas, los medios de comunicación y las organizaciones sociales,
dichos actores son agentes que promueven el cambio de México, para bien o para mal.
El Siglo XX es un antecedente directo a la situación económica, política y social actual
de México. Hubo muchos cambios en el rumbo del país, nacieron y cayeron diversos
actores políticos que contribuyen al funcionamiento del mismo, así como sucesos
históricos que los involucran. No es posible cambiar lo que cada uno de estos actores
hicieron, pero es posible analizar lo que hicieron, los resultados que obtuvo el país
gracias a la forma en la que han actuado, y en un momento dado cambiar el curso de los
mismo para el futuro.
A lo largo de este ensayo expondré cada uno de los actores anteriormente mencionados,
resaltando el contexto en el que se desenvuelven y los obstáculos tanto internos como
externos que deben saltar si se quiere el buen funcionamiento y desarrollo del país, así
como una reflexión final de la forma en la que un trabajador social pudiera intervenir para
resolver dichos problemas.
Los Partidos Políticos
México entró al liberalismo a principios del Siglo XX. En gran parte debido a la revolución,
que dejó del lado el gobierno autoritario y el sistema capitalista provisto por la
Constitución de 1917. Pero en gran medida dio entrada con el discurso del Presidente
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Calles que dijo “El día de hoy termina la era del caudillismo y comienza la era de las
instituciones”, con el que se fundó el Partido Nacional Revolucionario y con el que
supuestamente no importaba quién estaba en el poder ejecutivo, sino la ideología que el
partido tenía detrás, dicho partido después se convirtió en el Partido de la Revolución
Mexicana y posteriormente en el Partido Revolucionario Institucional.
Para obtener una democracia efectiva se necesita que el gobierno rinda cuentas a los
ciudadanos, elecciones y oposición. Por muchos años el PRI, para generar una ilusión
de que en México había democracia, creó partidos que nunca llegarían al poder,
llamados partidos de oposición leal. Más tarde, con la ley electoral y sus respectivas
reformas, la creación del Partido Acción Nacional y otros similares, llamados de oposición
real, generaron una apertura a una posible democracia efectiva. Sin embargo, no se logró
una democracia representativa sino hasta que el PAN logró ascender por primera vez en
los años 60 a la gobernación de Baja California.
A partir del año 2000, con la llegada del PAN al poder ejecutivo se tuvo la esperanza de
que la situación del país cambiara debido al cambio de representación que existía. Sin
embargo, esto no sucedió debido a que los partidos políticos ya no son representativos
de la ciudadanía, sino de sus propios intereses.
Angélica Cazarín Martínez en su artículo titulado “Los partidos políticos y su
replanteamiento como actores políticos en la democracia mexicana del siglo XXI” señala
que el sistema político mexicano tiene un problema estructural de partidos políticos
debido a que existe un presidencialismo acotado, un gobierno dividido por un esquema
multipartidista y una práctica política en la que se tiene más interés por el futuro del
partido que por el desarrollo del país.
El día de hoy, gracias a la creación del IFE como un organismo autónomo y ciudadano,
tenemos desde 1988 un modelo tripartidista de gobierno (PRI, PAN, PRD), el cual viene
a reiterar lo que señala Cazarín, que existe un gobierno dividido. Al gobierno se le ha
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olvidado que está en el poder para satisfacer las necesidades del país, por lo tanto, a la
hora de hacer políticas públicas solo se vela por los intereses de cada uno de los partidos,
lo cual no ha permitido algunas resoluciones que bien podrían ayudar al desarrollo del
país.
La creación de diversos partidos que su único interés es mantenerse bajo el subsidio del
IFE, ha generado un retraso económico en el país ya que al gobierno le cuesta mucho
mantenerlos.
Los partidos políticos son esenciales para una democracia efectiva. Cazarín considera
que vivimos un momento político en el cual el viejo régimen no se termina de ir y el nuevo
no ha podido instalarse completamente y deja a notar que si se resuelve este problema
se podrá resolver la situación política de México. Sin embargo, en lo personal considero
que no es lo único que debe hacerse. No basta con un cambio absoluto de régimen, lo
que se necesita es un cambio en los intereses de nuestros gobernantes. Si los líderes
gubernamentales, al llegar al poder, en realidad quisieran el bienestar del país y no el
suyo y el de su partido, se podría llegar a una democracia efectiva.
La Iglesia
Desde principios del Siglo XIX, México ha iniciado un proceso de secularización, en el
cual, se intentaba quitarle poder a la iglesia en asuntos de carácter público. Por medio
de la Ley de desamortización, se quitaron todas aquellas propiedades llamadas Bienes
en Manos Muertas, las cuales le pertenecían a la iglesia y recibían ese nombre debido a
que eran propiedades que no se heredaban por culpa del celibato impuesto a los padres
y por lo tanto, la iglesia acumulaba propiedades a gran escala.
En 1917 se consolidó dicho proceso secular, por medio de la Constitución de 1917, en
la cual, se establecieron diversos artículos, como el 3 y 130, entre otros, que afectaban
gravemente los intereses de la iglesia. Por medio del artículo 3 se le negaba a la iglesia
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el acceso a la educación y el 130 negaba que los padres y religiosas fueran vistas en
público con vestimenta de hábito, así como su derecho a votar.
Es indudable que a finales del siglo XX, durante el gobierno de Salinas de Gortari, se
logró un cambio a la participación política y social de la iglesia católica con la reforma al
artículo 130, generando un nuevo actor político: la iglesia.
A partir del 2000, con el gobierno de Vicente Fox, se reafirmó la devoción que tiene el
país por el catolicismo e incluyó una religión, que supuestamente era un asunto público
al privado, debido a que a la llegada del Papa Juan Pablo II, el líder del gobierno del
Vaticano, Fox decidió recibirlo con una reverenda e incandose, lo cual demuestra una
ruptura en la barrera que existía entre el gobierno y la religión.
Nora Pérez-Rayón demuestra en su artículo titulado “Relaciones Iglesia-Estado (19881994). Una cara de la modernización” cifras contundentes respecto al nivel de devoción
que tiene la sociedad mexicana a la religión católica, exponiendo que el 85% de la
población ha tenido una formación religiosa y que tres de cada cuatro mexicanos afirman
considerarse muy religiosos. Dichas cifras son rotundas para entender el contexto social
en el que se encuentra la sociedad respecto a la religión, por lo cual considero pertinente
la decisión del gobierno salinista de incluir a la iglesia como un actor político, ya que la
mayoría de la población se apoya en esta.
Sin embargo, considero necesaria una reforma al Estado con la cual se pueda construir
un nuevo soporte para la población, con valores que no sean de carácter religioso, sino
puramente morales y nacionalistas. Es evidente que el nacionalismo revolucionario ya
no es una ideología concreta que sirva como identidad de unificación mexicana, sino que
la religión es la que ha venido a unificar a partir del fin del Siglo XX a la población. Por lo
tanto, considero necesario quitar a la religión como sustento de identidad sin
necesariamente restringirle derechos, por medio de la construcción de una nueva
ideología que sirva como soporte para la población, con una reforma al tipo de educación
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que se imparte, que vaya más allá de los símbolos patrios o historia mexicana, y que se
base en los logros que ha tenido México respecto al mundo.
Las Empresas
Las empresas son un actor importante en el desarrollo y transición del país. La economía
de México se puede ver mejorada o afectada gracias a estos. La inversión extranjera y
desarrollo de empresas nacionales son clave en el manejo del país y son estos los que
influyen en las decisiones del mismo.
México se encuentra en una etapa neoliberal según Rafael Montesinos y Griselsa
Martínez en su artículo “Empresarios, neoliberalismo y las miserias de la transición”.
Según ellos, con la entrada de México al GATT y posteriormente al TLCAN en 1995 una
redefinición de escenarios políticos para legitimar la reforma del Estado por un modelo
neoliberal surgió gracias al respaldo de la clase empresarial.
Montesinos y Martínez explican que la clase empresarial y los tecnócratas tienen el poder
político absoluto, mientras que las masas trabajadoras ven reducidas su participación
política. Considero este punto muy cierto, pero lo que ambos autores no explican es la
razón de ser de esto. Gracias al cabildeo que la clase empresarial utiliza con distintos
gobernantes y partidos políticos y al apoyo que reciben los mismos por parte de los
medios de comunicación, la clase empresarial ha obtenido bastante peso en la toma de
decisiones y el transcurso del país.
Los intereses de los empresarios se ven reflejados al momento de la toma de decisiones
por parte de cualquiera de los tres poderes de gobierno. Esto ha hecho que la línea entre
ricos y pobres se vuelva cada vez más grande y la línea entre lo público y lo privado más
difusa. Mientras el gobierno siga gobernando para solo una para unos cuantos, serán
estos los que reciban todos los beneficios de las resoluciones y los otros los que lo
padezcan.
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No intento decir que las empresas son un actor malo para el desarrollo del país, ya que
es gracias a estos que el país puede mejorar, sin embargo, considero que la práctica e
incidencia política que tienen se ha pervertido al grado de beneficiar a unos cuantos y
perjudicar a muchos.
Se necesita una reforma del Estado para que el gobierno sea equitativo, la mayor parte
de la población está de acuerdo en que son los empresarios los verdaderos dueños del
país, los cuales están por encima de los gobernantes. Por medio de una reforma
institucional en la que no tengan influencia de ningún tipo sobre el gobierno, se podrá
lograr el mejoramiento de México.
Los Medios de Comunicación
Es indudable que los medios de comunicación en México se han convertido en el cuarto
poder del país. Capaces de informar a la gran mayoría de la sociedad en temas de
carácter tanto público como privado, han logrado generar una ideología muy
característica en la población.
Javier Esteinou Madrid en su artículo titulado “El control de los medios de información y
la reforma del Estado en México” establece que los medios de difusión tanto de radio
como de televisión, han sido insuficientes para satisfacer las necesidades de expresión
a distintos sectores de la población, como la sociedad civil, partidos políticos o
instituciones gubernamentales, para exponer sus reclamos y necesidades a las esferas
de poder, particularmente al gobierno. Considero la opinión de Esteinou como un hecho,
sin embargo, me gustaría modificar sus palabras, diciendo que sí existe representación
de distintos sectores poblacionales en los medios, pero solo se incluye a aquellos que
sean significativos para los intereses tanto de las dos grandes televisoras, Televisa y
Televisión Azteca, como para su influencia directa, el gobierno.
La Ley Federal de Radio y Televisión, como Esteinou critica, no permite un derecho de
réplica efectivo, debido a la tolerancia que existe cuando la replica está correctamente
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citada. Esteinou considera esta clausula una aberración debido a la permisibilidad que
se le da a la calumnia y difamación. Sin embargo, personalmente lo considero buena, ya
que sin ella no podría haber un derecho de expresión efectivo. Además de esto, dicha
Ley permite una participación amplia con voz y voto de algunos cuerpos
gubernamentales y de la sociedad civil, sin embargo, este último no cuenta ni con voz ni
con voto.
Para poder salir de este problema coyuntural, el cual afecta los intereses de la sociedad
y satisface los de las empresas e instituciones gubernamentales, es necesario generar
una reforma que permita la difusión de los reclamos de la población. Las autoridades han
abiertos espacios en los que la sociedad puede mostrar su inconformidad en vías
públicas, sin embargo, esto no sería necesario, como Esteinou afirma, si se abrieran
espacios de opinión pública en los medios de comunicación.
Para poder lograr una democracia efectiva, es necesaria la participación equitativa de la
sociedad, y es deber del Estado brindar dichos espacios de participación, por lo tanto,
una reforma para resolver dicho problema, implicaría la apertura de uno o más canales
tanto de radio como de televisión, en los cuales se pueda presentar las quejas de la
ciudadanía, sin que estos sean censurados debido a que no van con los intereses de los
grandes empresarios, las televisoras incluidas, o del gobierno.
Las Organizaciones Civiles
Es evidente el crecimiento de las organizaciones de sociedad civil en los últimos años.
Debido a la ineficiencia del gobierno para satisfacer las demandas de la población, la
sociedad civil organizada ha salido a flote como representación de la ciudadanía y ¿quién
más puede velar por los intereses de los ciudadanos que la misma población?, la
respuesta debería ser el gobierno.
El terremoto de 1985 representó un parteaguas para la organización civil, ya que la
población se dio cuenta que por medio del trabajo en equipo se pueden hacer grandes
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cambios. Sin embargo, las instituciones no han recibido el apoyo necesario para poder
realizar cambios contundentes debido a barreras tanto políticas como económicas.
Guillermina Lizárraga en su artículo titulado “Organizaciones civiles y gobierno: un
eslabón estratégico en la transición” establece que debe haber un estrecho vínculo entre
el gobierno y la sociedad civil organizada. Existen los mismos supuestos intereses entre
ambos actores, por lo tanto es entendible que su trabajo debe de ser en conjunto. Sin
embargo, muchas instituciones no gubernamentales le tienen terror a trabajar con
instituciones gubernamentales debido a la falta de autonomía que, dichas instituciones,
creen que esto representa.
Aunque el artículo no muestra otros obstáculos en los que se ha visto inmersa la sociedad
civil organizada, considero pertinente mencionar uno. Uno de los mayores problemas a
los que se enfrenta el desarrollo de la sociedad civil es su financiamiento. Debido al
recibo de donaciones por medio de grandes empresas, las instituciones se pueden ver
sesgadas en cuanto a la toma de decisiones. Lizárraga argumenta que este es uno de
los apoyos que podrían recibir las OC de parte del gobierno, sin embargo, destaca que
también se debe respetar su autonomía, lo cual es uno de los problemas más difíciles de
enfrentar.
El surgimiento de las OSC en México se debe a la incompetencia del gobierno por
resolver problemas sociales específicos. El gobierno ha intentado apoyar a las mismas
por medio del Programa de Coinversión Social, sin embargo, no ha sido suficiente. Se
debe hacer un trabajo en conjunto con el gobierno en cuanto a desarrollo de
comunidades y bienestar social por medio de políticas públicas creadas por ambos o
incluso modelos de marco lógico con el apoyo de los dos si se quiere generar un cambio
significativo.
Considero que un proyecto de reforma política no sería suficiente para lograr el cambio
en el vínculo entre ambos actores políticos, sino un cambio en la ideología de sus
representantes. No se puede lograr un proceso democrático estable si la población (las
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OSC) no trabajan en conjunto con el gobierno. Existen varios temores de parte de ambos
por trabajar juntos, como lo puede ser la falta de autonomía y respeto de los intereses
de ambos, pero si se quiere lograr un cambio, ambos paradigmas deben cambiar, para
ir por un mismo camino, el cual es, el desarrollo equitativo de la ciudadanía.
En conclusión, es posible observar el peso que tienen los cinco actores en el desarrollo
y transición de México. Sin ellos, el país simplemente no existiría, sin embargo, ellos son
culpables del deterioramiento del mismo. Por lo tanto, es la sociedad la que debe exigir
un cambio en la forma en la que cada uno se maneja, si se quiere mejorar la situación y
el sistema político mexicano en el que se vive.
Un trabajador social es alguien que puede hacer esto posible. En el caso de los partidos
políticos, un trabajador social que se encuentre inmerso en las decisiones del país, puede
generar cambios internos que se vean reflejados en el exterior, como por ejemplo,
incentivar a los gobernantes a realizar cambios que velen por el bienestar de sectores
vulnerables, o ser él mismo el que lo realice. Para la iglesia, el trabajador social por medio
de la creación de una identidad distinta a la religión católica con la ayuda del sector
educativo, se puede unificar el nacionalismo en la población, ya que es él el que conoce
las vías de acción que se pueden tomar. Para disminuir el poder de la clase empresarial,
el trabajador social puede generar un marco jurídico en el que se refuerce y disminuya
la influencia que tiene éste en las decisiones del país. En cuanto al tema de los medios
de comunicación, el trabajador social puede influir y exigir al gobierno que abra canales
en los que los ciudadanos puedan exponer sus necesidades y reclamar sus derechos,
así como manejar dichos canales de difusión. Por último, un trabajador social puede
trabajar tanto con las organizaciones civiles como con el gobierno para que estas
trabajen en conjunto y se pueda llegar a un desarrollo completo, supervisando que se
respete la autonomía del primero.
Se tiene mucho trabajo por hacer si se quiere mejorar la situación del país. No solo es
deber del trabajador social trabajar para que esto se haga posible, sino de todos los
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Autor: Jorge Herrera Valderrábano
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ciudadanos. Un cambio en la forma de pensar y actuar de cada uno de estos cinco
actores es necesario y esto solo será posible si la sociedad lo exige.
Referencias:
Pérez, Rayón, Nora. "Relaciones Iglesia-Estado (1988-1994). Una cara de la
modernización". Política y Cultura 5 (1995): 117-138.
Esteinou Madrid, Javier. "El control de los medios de información y la reforma del Estado
en México". Espacios Públicos 21 (2008): 222-239.
Lizárraga, Guillermina. "Organizaciones civiles y gobierno: un eslabón estratégico en la
transición". Estudios Fronterizos 10 (2004): 51-72.
Montesinos, , Rafael; Martínez V., , Griselsa. "Empresarios, neoliberalismo y las miserias
de la transición". El Cotidiano 100 (2000): 90-104.
Angélica Cazarín Martínez, « Los partidos políticos y su replanteamiento como actores
políticos en la democracia mexicana del siglo XXI », Nuevo Mundo Mundos Nuevos [En
línea],
Coloquios.
URL :
http://nuevomundo.revues.org/51663 ;
DOI :
10.4000/nuevomundo.51663
Aguilar, Rivera, José Antonio. "Ensoñaciones de unidad nacional: la crisis en la identidad
nacional en México y Estados Unidos". Política y Gobierno VIII. 1 (2001): 0.
Senosiain, Lillian Briseño, and Otto Granados Roldán. Siglo XXI: Una Oportunidad Para
México. México: Porrúa, 2013. Print.
Cánovas, Pilar Gil, and Ewa Kulak. Siglo De Luces Y Sombras: Antología De Textos
Literarios Ilustración Y Prerromanticismo. Wrocław: Wydawnictwo Uniwersytetu
Wrocławskiego, 1997. Print.
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