Ciencias Sociales Introducción a las Ciencias Sociales Se considera ciencia a un sistema organizado de conocimientos y los métodos requeridos para la obtención de dichos conocimientos. Dentro de las ciencias, se denominan sociales aquellas que se centran en la actividad del hombre como parte de un colectivo. El objeto de estas ciencias es conocer las causas y las consecuencias de los comportamientos humanos tanto desde una perspectiva individual como social. Las ciencias sociales son relativamente recientes en el ámbito científico. Se originaron a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, a raíz de la importancia capital que el pensamiento ilustrado dio al uso de la razón como arma de conocimiento. Entre los fundadores de algunas de sus disciplinas se encuentran pensadores franceses como Montesquieu y Comte, alemanes como Marx, e ingleses como Adam Smith y Ricardo. La literatura científica social comenzó a proliferar en Europa en el siglo XIX, con la aparición de las primeras revistas de ciencias sociales, las facultades y los centros de investigación. Las ciencias sociales avanzaron conforme se batía en retirada el viejo mundo, arrastrado por la Revolución Francesa y la Revolución Industrial. Ciencias como la economía, la sociología, la antropología y la psicología tuvieron en ese siglo el momento de su consolidación como disciplinas autónomas. Clasificación de las ciencias sociales Existen diversas formas de clasificar las disciplinas que componen las ciencias sociales. Hay que tener en cuenta que cada una de las ciencias no estudia realidades aisladas e independientes, sino que tiene fuertes interrelaciones con las demás. Algunas de las disciplinas hacen de puente entre las distintas áreas. Un ejemplo de clasificación puede ser la que elige como criterio el campo de referencia de las distintas ciencias. Así, tenemos: Ciencias referidas a la organización social: son las que influyen en el entorno social. En este apartado se incluyen ciencias sociales como la política, la sociología y el derecho, así como la antropología y la geografía. Ciencias referidas a la organización económica: también influyen en la organización social, pero desde el punto de vista económico. Aquí se sitúa la economía. Ciencias referidas al comportamiento: estudian el comportamiento del individuo, en particular, la psicología. Principales ciencias sociales Política La ciencia política estudia la naturaleza y la forma de los gobiernos. Las primeras reflexiones sobre lo político en Occidente se realizaron en Grecia, a finales del siglo V a.C. En este campo destacaron los filósofos Platón y Aristóteles. Sociología Esta disciplina trata de establecer las leyes generales que explican la interacción social de los seres humanos. Se encarga de analizar las realidades colectivas y descubrir las reglas del comportamiento grupal. Se puede decir que la sociología se ha desarrollado como resultado de espacios vacíos que no fueron ocupados por otras ciencias. El francés Comte fue uno de sus padres fundadores. Derecho El derecho se puede definir como la ciencia que estudia el conjunto de leyes y reglas que rigen la actividad de las personas en su vida social, así como su fundamento y aplicación. La base del derecho en Occidente es el derecho romano. Antropología La antropología se centra en el estudio del ser humano como una de las especies animales, contemplando tanto su dimensión social como la biológica. Geografía Ciencia que describe el globo terráqueo y analiza la obra de las personas sobre la propia Tierra. La geografía suele trabajar con datos tomados de otras disciplinas cercanas. Economía Esta disciplina analiza la forma en que los seres humanos y la sociedad en su conjunto usan los recursos existentes para obtener los bienes necesarios y cómo los distribuyen para su consumo entre los distintos miembros de la sociedad. En una sociedad como la nuestra, basada en el mercado, la economía tiene una importancia capital. Psicología La psicología se ocupa de las motivaciones, procesos y conductas de la persona. Durante mucho tiempo ha estado sujeta a la filosofía y le ha resultado difícil desvincularse de ella. Dentro de la psicología destaca Sigmund Freud, creador del psicoanálisis. Historia Es muy probable que la historia sea la disciplina social más antigua. Nace con los griegos, destacando en sus orígenes Herodoto y Tucídides (siglo V a.C.). Esta ciencia tiene por objeto reconstruir y entender los principales hechos sociales a través del tiempo. Estos son los datos básicos, pero aún puedes profundizar más en el conocimiento de la clasificación de las disciplinas que abarcan las ciencias sociales. Civismo El término civismo hace referencia a las normas de comportamiento que rigen a una sociedad. Se lo conoce también por el nombre de urbanidad y abarca las reglas que regulan una buena convivencia social. El término civismo tiene proviene de las palabras civis y civitas del latín que significan ciudadano y ciudad. Para que el civismo exista es necesario que el hombre se relacione con su comunidad. De la relación entre el hombre con su comunidad, estado y nación surge la idea de civismo. Las personas necesitan relacionarse con los demás, convivir con otras personas para experimentar la mejor forma de comportarse. El civismo apunta a que las personas que conviven en una sociedad se guíen por una serie de principios: deben respetar a los demás así como también a la naturaleza y los espacios públicos. Un buen civismo se basa en una buena educación y también influye el sentido de cortesía. El civismo es el compromiso de los ciudadanos en respetar las normas de la comunidad. Para ello deben respetarse los derechos de los otros, cuando se convive con otras personas hay que ser considerados con ellos. Además deben cuidarse tanto el medio ambiente como el espacio público, porque es algo más que comparten y tienen en común. Siguiendo estos postulados del civismo, podemos decir que una persona es cívica cuando se rige en base al civismo. Esto es, respetar las normas y los demás con los que comparte la vida en sociedad. A pesar de ello, en la vida cotidiana suelen darse situaciones donde las normas no se respetan aunque se conozcan. La primer instancia para adquirir el conjunto de normas que comprenden el civismo se encuentra en la familia. La familia es el núcleo de aprendizaje de todo ser humano desde la infancia. Si en la familia se le explica a un niño cuáles son las normas básicas de lo moral y se lo educa correctamente, es más probable que adquiera el civismo y se guíe por él. Historia Universal y Contemporánea La primera Guerra Mundial. Causas y consecuencias de la Primera Guerra Mundial La Primera Guerra Mundial, llamada por aquel entonces la Gran Guerra, fue un conflicto bélico internacional con epicentro en Europa que abarcó desde 1914 hasta 1918. Veamos en desarrollo sus principales causas y consecuencias. Causas de la Primera Guerra Mundial Radicalización del nacionalismo Hacia finales del siglo XIX ya se había consolidado la ideología del nacionalismo en el imaginario europeo. El nacionalismo planteaba la idea de que un pueblo estaría unido sobre la base de una cultura, lengua, economía y geografía compartida, y que de allí brotaría un destino para el cual habría nacido. Junto a ello, el nacionalismo abrazaba y se abraza a la idea de que la forma legítima de administrar la nación es un auto-gobierno nacional. En estas circunstancias, las naciones ya conformadas lucharían por crear un repertorio de símbolos y elementos para definir su identidad y competir contra otros en la consecución de su destino. En aquellas regiones donde persistían modelos imperiales, como el Imperio otomano y el Imperio austrohúngaro, comenzaba un proceso de erosión. Desarrollo exponencial de la industria armamentística La industria armamentística alcanzó también un elevadísimo nivel de desarrollo, que implicó el diseño de nuevo y mejor armamento: armas biológicas, lanzallamas, ametralladoras, granadas, tanques de guerra, acorazados, submarinos, aviones, etc. Los países habían invertido grandes cantidades de dinero en la fabricación de estas armas y había quienes estaban deseosos de usarlos. Expansión del imperialismo europeo En el siglo XX tuvo lugar un exceso en la producción de bienes de consumo industrializados, lo que exigía nuevos mercados, así como la adquisición de más y nuevas materias primas. Azuzados por el nacionalismo, y habiendo perdido el control sobre América en el siglo XIX, los Estados europeos comenzaron la competición por dominar el territorio africano como cantera de recursos, así como la competición por el control de los mercados no europeos. El imperialismo representó un grave problema interno para Europa debido, entre otros factores, a la desigualdad en el reparto de las colonias africanas. Mientras Gran Bretaña y Francia concentraban más y mejor territorio, Alemania tenía poco y era menos ventajoso, y el Imperio austrohúngaro reclamaba alguna participación en el reparto. Tensiones geopolíticas en Europa La situación no era mejor en el seno de Europa. Las naciones luchaban entre sí para extender sus zonas de control y demostrar su poder. Así, se abrieron una serie de conflictos dentro de la región que exacerbaron las tensiones. Entre estos podemos mencionar: Conflicto franco-alemán: desde la guerra franco-prusiana que tuvo lugar en el siglo XIX, Alemania, bajo el liderazgo de Bismark, había logrado anexionar Alsacia y Lorena. En el siglo XX Francia vuelve a reclamar el dominio sobre la región. Conflicto anglo-alemán: Alemania rivalizaba por el control del mercado con Gran Bretaña, que lo dominaba. Conflicto austro-ruso: Rusia y el Imperio austrohúngaro se disputan el control de los Balcanes. Formación de alianzas internacionales Todos estos conflictos despertaron la creación o renovación de alianzas internacionales orientadas teóricamente a controlar el poder de unos países sobre otros. Estas alianzas fueron: La unión alemana en manos de Otto von Bismarck (1871-1890), la cual pretendía conformar una unidad germánica y sirvió para contener a Francia temporalmente. La Triple Alianza formada en 1882. En esta, inicialmente se encontraban Alemania, el Imperio austrohúngaro e Italia. Sin embargo, durante la guerra, Italia no brindará su apoyo a la Triple Alianza y se pondrá del lado de los Aliados. La Triple Entente, establecida en 1907 contra Alemania. Los países que la conformaron originalmente fueron Francia, Rusia y Gran Bretaña. Asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria El asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria fue, no tanto una causa, como sí un detonante de la Primer Guerra Mundial. Se produjo el 28 de junio de 1914 en la ciudad de Sarajevo, capital de lo que para entonces era una provincia del Imperio austrohúngaro, Bosnia-Herzegovina. Fue perpetrado por el extremista Gavrilo Princip, miembro del grupo nacionalista serbio Mano Negra. Como consecuencia inmediata, el emperador austrohúngaro, Francisco José I, decide declarar la guerra en contra de Serbia el día 28 de julio de 1914. La alianza franco-rusa se levantó en defensa de Serbia y Gran Bretaña se alineó con ellos, en tanto que Alemania se posicionó en favor del Imperio austro-húngaro. Así dio inicio la Primera Guerra Mundial. Consecuencias de la Primera Guerra Mundial Pérdidas humanas y materiales La Primera Guerra Mundial fue el primer conflicto bélico de escala masiva conocido por la humanidad. El saldo fue realmente terrorífico, y dejó a Europa sumida en miles de dificultades. ¿El problema mayor? Los europeos fueron al campo de batalla con la mentalidad del siglo XIX, pero con la tecnología del siglo XX. El desastre fue descomunal. Desde el punto de vista humano, la Gran Guerra, como entonces se le conocía, dejó un saldo de muertes de 7 millones de civiles y 10 millones de soldados durante los ataques, solo durante los ataques. Aparte, se considera el impacto de las muertes indirectas producidas por hambrunas, por la expansión de enfermedades y por accidentes discapacitantes ocasionados durante los ataques, los cuales generaron problemas como invalidez, sordera o ceguera. Firma del Tratado de Versalles La Primera Guerra Mundial finaliza con la firma del Tratado de Versalles, a partir del cual se establecen condiciones de rendición para los alemanes, cuya gravedad será una de las causas de la Segunda Guerra Mundial Con la firma del Tratado de Versalles, se aprobó la conformación de la Sociedad de Naciones en 1920, antecedente inmediato de la Organización de Naciones Unidas. Este organismo velaría por mediar entre los conflictos internacionales a fin de garantizar la paz. Consecuencias económicas En términos económicos, la Primera Guerra Mundial significó grandes pérdidas de dinero y de recursos. Lo primero fue la destrucción del parque industrial, especialmente el alemán. En términos generales, Europa se vio expuesta a un aumento de la brecha social entre ricos y pobres, derivada tanto de las pérdidas materiales como de la discapacidad física tras el combate, la viudez y la orfandad inducidas. Las sanciones económicas establecidas contra Alemania dejarían sumido al país en la pobreza extrema y dificultaría su recuperación, lo que generaría un gran malestar y resentimiento en contra de los países aliados. A pesar de todos los esfuerzos europeos por mantener su dominio, la Primera Guerra Mundial le propinó un duro golpe económico que minó su hegemonía internacional y favoreció el ascenso de la hegemonía económica norteamericana. Consecuencias geopolíticas Como consecuencia de la Primera Guerra Mundial, desaparecieron los imperios alemanes; austrohúngaro; Imperio otomano y ruso. Este último se vio fracturado por la Revolución rusa que tuvo lugar en 1917, movida, entre otras razones, por la participación de este Imperio en la Gran Guerra. El mapa europeo se reestructuró y aparecieron naciones como: Checoslovaquia, Hungría, Estonia, Finlandia, Letonia, Lituania, Polonia y Yugoslavia. Además, Alemania sufrió grandes pérdidas territoriales que, numéricamente, representaron el 13% de sus dominios solo en Europa. Alemania debió entregar Alsacia y Lorena a Francia; a Bélgica entregó las regiones de Eupen y Malmedy; a Dinamarca, el norte de Schleswig; a Polonia, algunas regiones de Prusia Occidental y Silesia; a Checoslovaquia, Hultschin; a Lituania, Memel y, finalmente, a la Sociedad de Naciones le cedió el control de Danzig y la región industrial de Saar, que quedó bajo su administración por unos tres lustros. A esto se sumó la entrega de sus colonias en ultramar, las cuales fueron repartidas entre los aliados. Consecuencias ideológicas Las consecuencias de la Primera Guerra Mundial no fueron solo económicas o materiales. Nuevos discursos ideológicos aparecerían en la escena. A la extrema izquierda, la expansión del comunismo, que había ascendido por primera vez al poder con la Revolución rusa de 1917, desde su formulación teórica en el año 1848. A la extrema derecha, el nacimiento del nacional-socialismo (nazismo) en Alemania y del fascismo en Italia, con sus respectivos focos de irradiación. A pesar de sus profundas diferencias, todas estas teorías tendrían en común el rechazo al modelo del capitalismo liberal. Periodo entre guerras La Gran Depresión 1929 La Gran Depresión, también conocida como crisis de 1929, fue una gran crisis financiera mundial que se prolongó durante la década de 1930, en los años previos a la Segunda Guerra Mundial. Su duración depende de los países que se analicen, pero en la mayoría comenzó alrededor de 1929 y se extendió hasta finales de los años treinta. Fue la depresión más larga en el tiempo, de mayor profundidad y la que afectó a mayor número de países en el siglo XX. En el siglo XXI ha sido utilizada como paradigma de hasta qué punto se puede producir un grave deterioro de la economía a escala mundial. La llamada Gran Depresión se originó en Estados Unidos, a partir de la caída de la bolsa de valores de Nueva York el martes 29 de octubre de 1929 (conocido como crack del 29 o Martes Negro, aunque cinco días antes, el 24 de octubre, ya se había producido el Jueves Negro), y rápidamente se extendió a casi todos los países del mundo. La depresión tuvo efectos devastadores en casi todos los países, ricos y pobres, donde la inseguridad y la miseria se transmitieron como una epidemia, de modo que cayeron: la renta nacional, los ingresos fiscales, los beneficios empresariales y los precios. El comercio internacional descendió entre un 50% y un 66%. El desempleo en los Estados Unidos aumentó al 25%, y en algunos países alcanzó el 33%.1 Ciudades de todo el mundo se vieron gravemente afectadas, especialmente las que dependían de la industria pesada, y la industria de la construcción, que se detuvo prácticamente en muchas áreas. La agricultura y las zonas rurales sufrieron la caída de los precios de las cosechas, que alcanzó aproximadamente un 60%.234 Ante la caída de la demanda, las zonas dependientes de las industrias del sector primario, con pocas fuentes alternativas de empleo, fueron las más perjudicadas.5 Los países comenzaron a recuperarse progresivamente a mediados de la década de 1930, pero sus efectos negativos en muchas zonas duraron hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial.6 La elección de Franklin D. Roosevelt como presidente y el establecimiento del New Deal en 1932, marcó el inicio del final de la Gran Depresión en los Estados Unidos. Sin embargo, en Alemania, la desaparición de la financiación exterior a principios de la década de 1930 y el aumento de las dificultades económicas, propiciaron la aparición del nacional-socialismo y la llegada de Adolf Hitler al poder que, posteriormente, daría inicio a la Segunda Guerra Mundial. Consecuencias económicas de la Primera Guerra Mundial La Primera Guerra Mundial tuvo consecuencias económicas profundas y duraderas al poner fin al orden económico internacional existente desde la segunda mitad del siglo XIX. Supuso un descenso demográfico directo e indirecto de alrededor del 10 % de la población europea y de un 3.5 % del capital existente.7 Desde el punto de vista financiero, el conflicto bélico conllevó un gasto público descomunal en Europa financiado por deuda pública tanto interna como externa que supuso la multiplicación por seis de la deuda ya existente; también generó la creación de dinero, lo que supuso una fuerte presión inflacionista. En el transcurso de la guerra, diversas naciones no participantes en el conflicto como Estados Unidos y Japón se apoderaron de algunos mercados internacionales, tradicionalmente dominados por los europeos, que en ese momento centraban sus esfuerzos industriales en la producción militar. En el sector agrícola, la demanda exterior de productos alimenticios de los países participantes creció durante la guerra, lo que estimuló la producción agrícola de los países neutrales, que al acabar la guerra y volver a la situación anterior vieron cómo contaban con una oferta excesiva de productos agrícolas, lo que forzó una reducción de los precios en este sector, que sufrió grandes pérdidas. La guerra también estableció un nuevo mapa político de Europa con nuevas fronteras que trastocó la estructura económica y comercial del continente, al romper mercados y perder eficiencia económica, con lo que fueron necesarias nuevas inversiones. Las reparaciones económicas impuestas por los vencedores de la guerra a los derrotados fueron astronómicas. La cantidad fijada para Alemania por el Comité de Reparaciones, en 1921, fue de 132 000 millones de marcos oro,8 lo que significaba, en su momento inicial, el pago anual del 6% del producto interno bruto (PIB) de ese país. Los acreedores cobraron solo una pequeña parte de las deudas, a costa de que la economía internacional perdiese oportunidades de fortalecimiento y crecimiento.7 Véanse también: Ocupación del Ruhr, Plan Dawes, Plan Young e Hiperinflación en la República de Weimar. Crecimiento de Estados Unidos Tras el final de la Primera Guerra Mundial, Estados Unidos experimentó un fuerte crecimiento económico, y desplazó al Reino Unido del liderazgo económico mundial. Durante los años previos a la Gran Depresión se incrementó en aquel país la producción y la demanda de sus productos, con una profunda transformación productiva dominada por la innovación tecnológica. Del optimismo y de la bonanza económica también participó la Bolsa, que vivió un prolongado incremento de las cotizaciones, lo que permitió la formación de una burbuja especulativa, financiada por el crédito. Desde antes del verano de 1929, varios indicadores macroeconómicos habían empezado a sufrir un suave descenso, sin que los economistas de la época lo detectaran y se tomaran las medidas preventivas adecuadas. Causas En 1926, la economía mundial se hallaba bastante equilibrada: la producción había vuelto al nivel de anterior a la I Guerra Mundial, la cotización de las materias primas parecía estabilizada y los países que atravesaban un periodo de alta coyuntura eran numerosos. Sin embargo, no era un retorno a la Belle Époque. Una serie de equilibrios tradicionales quedaban alterados: la producción y el bienestar progresaban de manera espectacular en unas partes (Estados Unidos, Japón), mientras que en otras (en particular, en Gran Bretaña), la prosperidad vivida antes de la guerra había desaparecido, mientras que la población vivía abrumada por el desempleo y las crisis endémicas.[cita requerida] Al mismo tiempo, los estadounidenses complicaban de singular manera la posición de los europeos. La deuda internacional no podía pagarse sino con oro o mercancías, y los estadounidenses frenaban sus importaciones de Europa con los nuevos derechos de aduana, cada vez más elevados, al tiempo que utilizaban su superioridad para imponer sus exportaciones a Europa. Plan Dawes y Plan Young Por otra parte, los Estados Unidos disponían de las mayores reservas de oro del mundo y, para mantener el patrón oro, hubo de conceder cuantiosos préstamos a Europa. Tal fue el origen de los planes Dawes y Young. En 1927, la economía estadounidense vivía en plena era de prosperidad, y la guerra europea la acrecentó: durante tres años sucesivos, los Estados Unidos fueron los proveedores de un mercado casi ilimitado, mientras las potencias europeas se aniquilaban entre sí. La capacidad industrial de los Estados Unidos también había aumentado considerablemente, y su agricultura progresaba a idéntico ritmo. Desde 1925, la actividad de la Bolsa de Nueva York había evolucionado tan vertiginosamente como la producción industrial del país. La cotización de las acciones subía regularmente de año en año, y fueron numerosos los estadounidenses que hallaron en la especulación de la bolsa la fuente de una rápida fortuna: la fiebre de operar a la bolsa tentaba a todos los estratos de la población de modo irresistible, tanto rentistas y jubilados como aprendices, que ignoraban todo lo relativo a la industria, a la economía y a la misma bolsa. Todo el mundo consideraba que la economía del país se encaminaba hacia niveles insospechados, y todos estaban persuadidos con que las "mejores acciones" podían conseguirse con muy poco dinero, pensando que debía aprovecharse de aquella buena suerte antes de que pudiera terminarse. La continua demanda hizo subir las acciones a alturas increíbles, y pronto la cotización en la bolsa fue pura especulación, que nada tenía de común con la auténtica solvencia de la sociedad. Mientras solo se trató, para el ciudadano medio, de invertir sus economías, la especulación siguió dentro de ciertos límites más o menos razonables, pero transcurrió el tiempo y los estadounidenses empezaron a operar en la bolsa con dinero prestado. Una acción de cien dólares nominales podía obtenerse solo por diez, mientras el resto, llamado "excedente" -o sea, noventa dólares-, se pagaba a crédito. Si la acción seguía subiendo, todo iba perfectamente: un alza del 10 por ciento, esto es, que pasara de 100 a 110 dólares proporcionaba al accionista un beneficio neto del 100 por ciento sobre los 10 dólares que en realidad había desembolsado. En cambio, si la acción bajaba en un 5 o en un 10 por ciento, el corredor bursátil exigía nuevo pago al contado, y si el cliente no podía hacer frente al mismo, se veía obligado a vender con pérdidas, con el fin de cubrirse él y cubrir a otros posibles acreedores. Entre los pequeños especuladores -decenas de millares de ciudadanos-, eran muy pocos los que poseían reservas de liquidez apreciable. Desarrollo de la crisis El crac bursátil La crisis se originó en los Estados Unidos, a partir de la caída de la bolsa de Wall Street de 1929 (conocido como Martes Negro, aunque cinco días antes, el 24 de octubre, ya se había producido el Jueves Negro), y rápidamente se extendió a casi todos los países del mundo. Multitud reunida en la intersección de Wall Street con Broad Street, al enterarse de la quiebra de la bolsa en 1929. La coyuntura del alza, denominada allí Big Bull Market, descansaba así sobre una base sumamente frágil. Todo el sistema se derrumbó en octubre de 1929, y en pocos días —en cuestión de horas, incluso— las cotizaciones perdieron todo cuanto habían ganado durante meses o, mejor dicho, durante años. Los pequeños especuladores quedaron arruinados y tuvieron que vender con enormes pérdidas, y al cundir el pánico los grandes capitalistas se encontraron también con dificultades. El 23 de octubre de 1929 las cotizaciones registraron una pérdida media de 18 a 20 puntos, y pasaron de mano en mano unos seis millones de títulos; al día siguiente, nueva caída de las cotizaciones, entre 20 y 30 puntos, e incluso de 30 a 40 para las grandes empresas. En tan crítico momento, los primeros bancos del país y los corredores de bolsa más destacados intentaron salvar los negocios y reunieron 240 millones de dólares para sostener las cotizaciones mediante compras masivas, y en aquella sola jornada cambiaron de mano trece millones de acciones. Tan desesperada tentativa produjo solo resultados de carácter momentáneo; el lunes 28 de octubre, se produjo un nuevo descenso de 30 a 50 puntos, y al día siguiente -que pasó a la historia con el nombre de "Martes Negro"- fue la jornada más sombría de Wall Street. El pánico fue absoluto: en pocas horas, dieciséis millones y medio de acciones se vendieron con pérdidas a un promedio del 40 %. Más tarde, en noviembre, cuando se habían calmado un poco los ánimos, las cotizaciones habían descendido a la mitad desde el comienzo de la crisis de la bolsa, y no menos de 50 000 millones de dólares se habían desvanecido, con lo que quedaron en evidencia la inseguridad y fragilidad de los sistemas financieros. La quiebra de la Bolsa de Nueva York fue el momento más dramático de una crisis sin precedentes; de todos modos, el derrumbamiento de Wall Street no fue el prólogo ni la causa de la crisis económica mundial: fue solo su más espectacular síntoma. Los primeros indicios de recesión se dejaban sentir ya en los países productores de materias primas, mientras Wall Street vivía aún en plena euforia, primer síntoma de la falta de vigilancia y prevención de las situaciones cambiantes, por exceso de confianza. La depresión tenía causas múltiples: tras un periodo de fuerte expansión, sobrevino una crisis de coyuntura y adaptación, que podría decirse "normal", pero que estalló con violencia inaudita. De todas formas aquella crisis "normal" hasta cierto punto, era asimismo estructural, resultado de la guerra y sus funestas consecuencias, tales como la presión fiscal, las deudas de guerra y las reparaciones alemanas.[cita requerida] La racionalización y las nuevas técnicas industriales y agrícolas contribuían igualmente a la crisis. El aumento de producción por hora trabajada, sin aumentar la mano de obra, es beneficioso para la industria, pero no en todas las circunstancias. Un ritmo de expansión demasiado rápido acarrea dificultades de transición y adaptación. La racionalización del trabajo suprime empleos, y los trabajos disponibles para otros sectores de la producción, al haber desempleo, no pueden adaptarse siempre con suficiente rapidez; por tanto, este problema de readaptación provoca, en la mayoría de los países, un bache importante apenas transcurre el periodo de alta coyuntura. Aparte de ello, las dificultades internas y la inestabilidad de la política mundial impedían entonces la elaboración de cualquier planificación a largo plazo. La quiebra estadounidense no fue en sus comienzos sino una quiebra de índole bolsística, el brusco estallido y desmoronamiento de un mito creado por los especuladores; no obstante, sus consecuencias fueron hondas y duraderas. Las personas arruinadas a causa del derrumbamiento de la bolsa de valores limitaron sus gastos, los afortunados que todavía disponían de algún capital quedaron atemorizados y se negaban a invertirlo de nuevo, y las fuentes de crédito se agotaron. Las consecuencias de todo ello fueron fatales en general para Europa y en particular para la economía alemana, que dependía casi por entero de los préstamos de los Estados Unidos a corto plazo. Liberalismo y neoliberalismo Segunda Guerra Mundial Introducción La Segunda Guerra Mundial fue el conflicto armado que estalló en 1939, entre las potencias del Eje(Alemania, Italia y Japón) y los Aliados (Inglaterra, Francia y Unión Soviética). Este segundo bloque fue reforzado por Estados Unidos desde 1941. Causa principal La ambición de Adolf Hitler (Alemania), Benito Mussolini (Italia) e Hirohito (Japón) por el predominio económico y político del planeta, arrebatándoles sus colonias y semicolonias a las potencias aliadas. Antecedentes inmediatos En 1933, el dictador nazi Adolfo Hitler llegó al poder en Alemania y poco después empezó a violar el Tratado de Versalles de 1919. Reactivó su industria militar, reorganizó sus fuerzas armadas y se anexó Austria. Entre 1938 invadió Checoslovaquia. Mientras tanto Italia invadió y conquistó Albania. Hechos principales El 1 de setiembre de 1939 Alemania invadió Polonia, provocando así que Inglaterra y Francia le declaren la guerra. En los meses siguientes Alemania invadió Dinamarca, Noruega, Bélgica y Holanda. En junio de 1940 cayó París, la capital de Francia. En agosto del mismo año la aviación alemana bombardeó Londres sin misericordia, pero no lograron la rendición de Inglaterra. Alentado por los avances alemanes, el dictador italiano Benito Mussolini envió tropas a invadir Grecia y Egipto, pero fueron derrotadas. Esto obligó a Hitler a enviar ayuda para controlar los Balcanes y el norte de África. Estas fuerzas fueron vencidas por los aliados en la Batalla de El Alameín (julio de 1942) y huyeron a Italia, donde también fueron derrotados. En junio de 1941, Hitler ordenó la invasión a la Unión Soviética. Sus fuerzas avanzaron hacia Moscú, pero estando muy cerca tuvieron que retroceder por el contraataque ruso y la llegada del invierno. Finalmente fueron aplastados por los soviéticos en la gran Batalla de Stalingrado (junio de 1942 – febrero de 1943). Mientras tanto los nazis aplicaban una política de exterminio contra los judíos (Solución final) en crueles campos de concentración como el de Auschwitz (Polonia). En el Océano Pacífico los japoneses realizaron el bombardeo de Pearl Harbor en diciembre de 1941, provocando el ingreso de Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial. La ofensiva japonesa la llevó a conquistar China, el Sudeste Asiático y casi todas las islas del Pacífico. Pero a partir de la victoria estadounidense en el Batalla de Midway (junio de 1942) los japoneses empezaron a perder posiciones. Fin de la guerra En junio de 1944 los aliados iniciaron una gran contraofensiva con elDesembarco de Normandía, obligando a los alemanes a replegarse hacia su país. En agosto fue liberada París y en febrero de 1945 todo Francia quedó libre de alemanes. Los aliados invadieron Alemaniaen marzo, pero los soviéticos llegaron primero a Berlín (25 de abril de 1945). Hitler se suicidó el 30 de abril. El 9 de mayo de 1945 el mariscal alemán Wilhelm Keitel firmó la rendición de su país en Berlín. El 6 y 9 de agosto Estados Unidos arrojó bombas nucleares sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, lo que aceleró la rendición del emperador Hirohito el 2 de setiembre de 1945. La Guerra Fría Nuevo orden y mundo globalizado Neoliberalismo y Globalización