El crack de 1929 y la gran depresión

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LA CRISIS DE ENTREGUERRAS
1.
LOS “FELICES AÑOS VEINTE”
Al término de la Primera Guerra Mundial, Europa estaba empobrecida por las destrucciones y las
deudas que muchos estados habían contraído para hacer frente a la guerra. Pero pronto la economía
empezó a recuperarse: las fábricas volvían a producir y se vivía en un estado de euforia económica. La
excepción era Alemania, asfixiada por el pago de las elevadas indemnizaciones que fijó el tratado de
Versalles. Esta buena marcha de la economía, unida al deseo de olvidar la guerra, dio lugar a un afán de
pasarlo bien a toda costa, a vivir en un continuo estado de felicidad. Es por esto por lo que se conoce a
esta década como los “felices años veinte”. Pero esta “felicidad” llegaría a su término con una gran crisis
económica que provocará la ruina y miseria de todo el mundo industrializado.
2.
EL “CRACK” DE 1929
En los años anteriores a 1929, y especialmente en Estados Unidos, existía un gran optimismo
entre los empresarios. La venta de mercancías y los beneficios empresariales crecían sin parar. Asimismo,
el valor de las acciones de la bolsa no paraba de subir. Esto animó a muchas personas a invertir todos sus
ahorros en la bolsa, e incluso a pedir préstamos para comprar acciones, para así ganar un dinero de forma
fácil. Los bancos concedían los préstamos tomando como aval las propias acciones. Pero todo el dinero
que la gente gastaba en acciones era un dinero que dejaba de gastar en los productos de la industria. Así,
la industria producía más productos de los que vendía, teniendo que bajar los precios y perdiendo dinero.
Era una situación insostenible que tarde o temprano tenía que reflejarse en la bolsa. El 24 de octubre de
1929 (viernes negro) la bolsa se hundió y el valor de la mayoría de las acciones cayó en picado. Millones
de personas que tenían todo su dinero invertidos en acciones de la bolsa se arruinaron en un solo día.
3.
LA “GRAN DEPRESIÓN”
La crisis se extendió rápidamente a todos los sectores de la economía. Mucha gente no sólo
perdió todo el dinero que tenía, sino que no pudo devolver lo que había pedido prestado a los bancos.
Cientos de bancos se quedaron sin dinero y tuvieron que cerrar. Como la gente no tenía dinero, no podía
comprar nada. Miles y miles de industrias que no conseguían vender sus productos cerraron, dejando a
millones de personas en paro. Lo mismo pasó en la agricultura. Los campesinos se empobrecieron
porque, aunque bajaron los precios, no existían suficientes compradores. Muchos agricultores no pudieron
pagar sus deudas y perdieron las tierras..
Como en los Estados Unidos hacía falta dinero, los americanos retiraron las inversiones que
tenían en Europa, con lo que los países europeos también entraron en crisis. Pronto la crisis se convirtió
en mundial.
4.
CONSECUENCIAS DE LA CRISIS
La crisis de 1929 tuvo consecuencias trascendentales en la década de los treinta para la economía
y la población del mundo occidental. El paro aumentó enormemente: en Estados Unidos se llegó a la cifra
de 14 millones de parados; en Alemania alcanzó los 5 millones.
Los salarios descendieron espectacularmente, porque había un exceso de mano de obra y era un
privilegio tener empleo. En muchos países hubo que crear albergues para alojar a los que se habían
quedado sin casa, y comedores gratuitos para alimentar a las familias de los parados. En Estados Unidos,
millones de personas iban de ciudad en ciudad en busca de un empleo que no lograban encontrar. El paro
arrastró a la miseria a millones de familias, aumentando más las diferencias entre ricos y pobres. Esto
favoreció la aparición de posturas políticas extremistas, que exigían de forma violenta un cambio en la
situación.
5.
MEDIDAS CONTRA LA CRISIS
Los gobiernos de los principales países industriales pusieron en marcha una serie de medidas
para intentar salir de la crisis. Se instauró un sistema proteccionista, es decir que se protegían los
productos del propio país encareciendo mediante impuestos las mercancías de otras naciones. Sin
embargo, esta medida dañó el comercio internacional, lo que contribuyó a alargar la crisis.
Otra medida fue construir grandes obras públicas, para de este modo dar trabajo a los parados.
Ejemplo de esta política fue la emprendida por el presidente norteamericano F. D. Roosevelt. Para
solucionar algunos de los problemas provocados por la crisis llevó a cabo un conjunto de reformas
económicas y sociales que recibieron el nombre de New Deal. Esta política se basaba en la construcción
de grandes obras públicas con el fin de crear empleo, la prestación de ayuda a los agricultores, el control
de la producción industrial y la mejora de relaciones entre obreros y patronos.
Estas medidas fueron reactivando la economía poco a poco, por lo que fue siendo imitada por los
demás países occidentales. Pero cuando se estaba saliendo de la crisis, empezó otra gran crisis de otro
tipo: la Segunda Guerra Mundial.
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