Trabajo no. 1 Proyección. Miércoles 15 de marzo de 2017. Amalia González Bocanegra. El trabajo gestáltico con la “proyección” La proyección es el mecanismo de interrupción en el límite de contacto que se refiere a poner en los demás aspectos que no reconocemos o aceptamos de nosotros mismos. Todo lo que veo en el otro, en el ambiente, son cosas que yo tengo pero me cuesta ver en mí y me resulta más fácil verlo en el otro. Cabe mencionar que no proyectamos en pantallas equivocadas sino en personas que sí tienen tales o cuales características. Así, Perls define a la proyección como un rasgo, una actitud, un sentimiento, o un fragmento de comportamiento que, realmente, pertenece a tu propia personalidad, pero no es experimentado como tal; en vez de esto, se atribuye a objetos o personas del entorno, y luego se experimenta como dirigida por ellos hacia ti, en vez de que sea al revés.1 Por lo tanto, el proyectador tendrá siempre dificultad para distinguir claramente qué características de su personalidad y funcionamiento le pertenecen y cuáles son propias del entorno o ambiente y de otras personas. Debido a esto, la proyección se realiza de modo inconsciente, el individuo no se da cuenta, se niega a identificarse con partes propias pues la consciencia, alimentada por introyectos, le dice cuán terrible será verse, reconocerse o aceptarse de tal o cual forma. Ahora bien, desde la psicoterapia Gestalt se trabaja con la proyección desde la premisa de que el proyectador se reapropiará de lo proyectado para asimilar aquellas partes que no ha reconocido o que niega de sí mismo. De esta forma se espera que logre responsabilizarse de sí mismo y de sus partes. Para iniciar con este proceso de reapropiación, podemos hacerlo desde cuatro formas de trabajo propuestas en el Instituto de Gestalt de Cuernavaca: Fritz Perls, P. Goodman, et al, Terapia Gestalt: Excitación y crecimiento de la personalidad humana, Madrid, Los Libros del CTP, 1951, p.557. 1 1. Puedo ofrecer frases que me ayuden a confrontar al proyectador. Por ejemplo, si la persona se encuentra hablando de lo que alguien en particular le dice o hace, podríamos pedirle que lo repita en primera persona “yo le digo o yo le hago”. O al momento de escuchar una descripción sobre el otro pedirle que lo diga como si se tratara de sí mismo, a modo de identificación con las características que él mismo describe. 2. Invertir la frase es un poco parecido al punto anterior. La idea es hacer que el proyectador repita lo contrario de lo que está diciendo. 3. Trabajar con el introyecto, puesto que uno de los elementos núcleos de la proyección es la introyección, podemos comenzar indagando en el introyecto que no le permite al consultante identificarse o reconocerse conscientemente con aquello que está proyectando en los demás. 4. Pedirle al consultante que se convierta en la otra persona. Es decir, podemos pedirle que se imagine a la persona en quien está proyectando, que la describa, que nos narre cómo la ve, qué ve en ella y después que se convierta en ella, que le de voz y desde ahí alentar la identificación con esas partes que sí puede ver en el otro pero no reconoce de sí mismo. Por otro lado, indagando en otras fuentes, me encontré con una forma interesante de trabajo para la recuperación de la proyección que me parece vale la pena mencionar.2 Lo dejo a consideración de quien lee: 1. ¿De todo eso qué es lo más importante para ti? Seleccionar la figura para trabajar o la que más destaca en la persona. 2. ¿Qué es eso para ti? La persona expresa un significado. Esta información contiene elementos en acción que esperamos encontrar en el fondo. 3. "Se eso" El paciente se pone en contacto con "eso" y experimenta emociones de desagrado. Usa frases como "no me gusta ser así". De este modo se vencen las Ver Fernando García Licea, Procesos básicos en psicoterapia Gestalt, México, El manual moderno, 2010, pp.22-24. 2 resistencias somáticas. Ni siquiera es necesario que el paciente hable sobre lo que siente. 4. ¿Cómo eres tú siendo así? ¿cómo es tu vida siendo así? El individuo necesita reconocer. Aparecen emociones y sentimientos, con lo cual se vencen las resistencias emocionales. 5. ¿Cómo le haces eso a los demás? Se revisan las diferentes relaciones y áreas de la persona. Es una forma de vencer las resistencias intelectuales. 6. ¿Cómo te sientes con esto? ¿De qué te das cuenta? Finalmente me gustaría decir que estas formas de trabajo son propuestas que guían nuestro quehacer terapéutico, de ningún modo se trata de manuales de conductas a seguir o pasos para amar o desarmar un mueble. Se trata de herramientas que siempre deben estar centradas en el otro, en sus necesidades, su propia personalidad y contexto.