CUARTO DE HORA DE ORACIÓN MARTES 12 DE FEBRERO En la Iglesia Católica, El miércoles de Ceniza corresponde el primer día de la Cuaresma, cuarenta días antes de la Pascua. En este día se inicia un tiempo espiritual particularmente importante para todo cristiano que quiera prepararse dignamente para vivir el Misterio Pascual, es decir, la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús. Con la imposición de la ceniza se inicia una época de arrepentimiento por nuestros pecados y de reconciliación con Dios, nosotros mismos, nuestros hermanos y con la naturaleza. (Pensemos: ¿Crees que necesitas reconciliarte con Dios?) También en los primeros siglos de la Iglesia en Roma, existía la práctica de que los “penitentes” (grupo de pecadores que querían recibir la reconciliación al final de la Cuaresma, a las puertas de la Pascua), comenzaran su penitencia pública el primer día de la Cuaresma. Ellos eran salpicados de cenizas, vestidos en sayal y obligados a mantenerse lejos hasta que se reconciliaran con la Iglesia el Jueves Santo o el jueves antes de la Pascua. La Cuaresma, se caracteriza por el llamado a la conversión. Si escuchamos con atención la Palabra de Dios durante este tiempo, descubriremos la voz del Señor que nos llama a la conversión. (¿Qué me pide Dios cambiar?) Significado simbólico de la Ceniza: La ceniza, del latín “cinis”, es producto de la combustión de algo por el fuego. Por extensión, pues, representa la conciencia de la nada, de la muerte, de la caducidad del ser humano, y en sentido trasladado, de humildad y penitencia. ¿Soy consciente de que soy un ser limitado, frágil, débil, necesitado de salvación y liberación? 1 El gesto simbólico de la imposición de ceniza en la frente, se hace como respuesta a la Palabra de Dios que nos invita a la conversión, como inicio y entrada al ayuno cuaresmal y a la marcha de preparación para la Pascua. La Cuaresma empieza con ceniza y termina con el fuego, el agua y la luz de la Vigilia Pascual. Algo debe quemarse y destruirse en nosotros -el hombre viejo- para dar lugar a la novedad de la vida pascual de Cristo en nuestro corazón. ¡Qué propósitos personales piensas que puedes trazarte para esta cuaresma? Por eso cuando nos acerquemos a recibir la ceniza, meditemos muy bien las palabras que el celebrante pronuncia al imponernos la señal de la cruz en nuestra frente: “Arrepiéntete y cree en el Evangelio” (Cf Mc1,15) y “Acuérdate de que eres polvo y al polvo has de volver” (Cf Gén 3,19). Para que de verdad sea un signo y unas palabras que nos lleven a descubrir nuestra caducidad, nuestro deseo y necesidad de conversión y aceptación del Evangelio, y el deseo de recibir la novedad de vida que Cristo cada año quiere comunicarnos en la Pascua. Retoma la frase que le correspondió a tu grupo para terminar la reflexión. Sugerencia: Ambienta tu propio símbolo (vela, cristo, ceniza, imágenes) 2