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EnvejeS er
Estampida, José Luis Orozco. Persona mayor del modelo de larga estancia: FUNDACOL
Publicación de la Mesa de Envejecimiento y Vejez de la Federación Antioqueña de ONG (FAONG) -Volumen 4 N° 1 20- julio de 2021 ISSN 2665-2633
S
Publicación de la Mesa de Envejecimiento y Vejez de la Federación Antioqueña de ONG (FAONG) -Volumen 4 N° 1 20 - julio de 2021 ISSN 2665-2633
Editorial
Repercusiones de la separación entre personas
mayores y sus animales de compañía
......................................................................3
Cabildo Mayor – Medellín: hacia la visibilización
Contenido
y la inclusión de las personas mayores
......................................................................8
Federika, mi bella holandesa. Envejecer como
emigrante
....................................................................10
El poder de la unión por los mayores en tiempos
de pandemia. Experiencia del voluntariado:
Unidos por los mayores en la ciudad de Medellín
....................................................................12
Campanita, el hada madrina de la mujer rural
....................................................................16
Humanización en centros de larga estancia en
tiempos de pandemia
....................................................................18
Editorial
Publicación de la Federación
Antioqueña de ONG
(FAONG)
Volumen 4 N° 1
ISSN 2665-2633
Public ación Digital
Colombia - Medellín
julio de 2021
Elaboración de contenido
Construcción conjunta por
invitados especiales
Revisión de Estilo
Sebastián Castro T
Diseño y Diagramación
Jonathan Camargo Romero
Coord. de la Publicación
María del Carmen Zea
Patricia Duque
Juan Felipe Marín
Eliana Cartagena
Cristina Maya
Gloria Patricia Cabrera Díaz
Mónica Rivera
Carlos Robledo Marín
Juan Pablo Triana
Fotografía
Registros y archivos propios
de redactores de textos
Artista: Estampida, José Luis
Orozco. Persona mayor del
modelo de larga estancia:
FUNDACOL
Sebastián Castro T.
1
Aunque muchos la descuiden y la menosprecien, la pregunta por el
significado del envejecimiento humano no se ha resuelto ni parece
ser resoluble. Esto, porque lo que entendemos por vejez, así como por
su antítesis, la juventud, está en constante cambio y revisión. Lo ha
estado siempre. Sin embargo, tal revisionismo se ha visto profundizado por las transformaciones sufridas por la humanidad en las épocas
que hemos llamado moderna y contemporánea. Salomón, Platón,
Aristóteles, Cicerón, memorables adultos mayores, parecían tener
muy claro qué significaba la vejez y qué le correspondía al hombre al
acercarse al fin de su vida. Pero ¿quién lo sabe ahora? El aumento de la
expectativa de vida, los avances de la medicina, la biociencia y la
genética, entre otros elementos, han puesto en jaque, o al menos bajo
cuestionamiento, las imágenes y nociones tradicionales sobre la vejez
que podían ser vigentes hasta los siglos XIX y XX.
Por dar un ejemplo, no es hasta la gran transformación generada en la
humanidad por el afincamiento definitivo de la industrialización y el
nacimiento del capitalismo moderno y el mercado mundial (Polanyi,
2011), que nacen en Inglaterra lo que hoy conocemos como “refugios”,
“ancianatos” o “geriátricos” (Denham, 2016). Si bien desde el siglo X se
registran edificios y hospitales específicamente dedicados a la labor
de cuidar personas mayores, especialmente en el caso en que estuvieran enfermas (Morton, 2015), no es hasta que ocurre la ruptura de las
comunidades y los modelos de familia tradicional para generar mano
de obra y establecer un “mercado de la tierra” (Polanyi, 2011), que los
campesinos se vuelven obreros aglomerados en barriadas y el lugar
anteriormente venerable de los ancianos, relacionado con el valor de
la experiencia y la sabiduría, desaparece. ¿Qué lugar tienen los seres
humanos cuando ya no generan valor económico?, ¿cuando ya no
tienen la fuerza productiva de los más jóvenes? Es en este contexto,
en que la pobreza y la vejez surgidas del nuevo orden se vuelven
problemas de salud pública; que estas instituciones cobran fuerza e
importancia como otro de la serie de edificios públicos y productivos
que van atravesando los humanos modernos a lo largo de su vida.
Algo así como la cadena de montaje de Ford. Por estas épocas, la vejez
pasa, entonces, de ser un problema de
carácter existencial, como lo había sido
siempre, a ser también un problema sociológico.
Ahora bien, este panorama gris que traigo al
evocar la industrialización no corresponde
exactamente —¡por fortuna!— con la naturaleza de estas instituciones hoy en día
—nunca sobrará tenerlo presente— y por lo
mismo sirve para contrastar con los esfuerzos que actualmente hacemos como sociedad para valorar y enriquecer cada fase de la
vida humana.
En esta línea, lector, lectora, encontrarás en
el presenten número de EnvejeSer dos
artículos que abordan experiencias relacionados con los hogares para adultos mayores; con propuestas y trabajos para aportar y
mejorar la vida de las personas que allí se
encuentran. María del Carmen Zea Herrera,
Maya V. Esteve y Estela Díaz Carmona nos
presentan una breve investigación sobre la
importancia de los vínculos afectivos entre
los animales de compañía y las personas
mayores, así como su potencial terapéutico;
por otra parte, Elizabeth Ramírez Noreña del
Refugio de Ancianos San Cristóbal, nos
cuenta sobre esfuerzos importantes por
integrar la educación de la juventud con los
entornos de vida donde sucede la vejez, en
aras de un intercambio intergeneracional
que tiene que establecerse como un
horizonte importante de nuestra sociedad.
También encontrarás, no enfocado en los
hogares, sino en un barrio popular, el texto
de Sandra Milena Becerra Bedoya en que
narra su experiencia profesional como
psicóloga y la de un grupo de estudiantes de
la Universidad Católica Luis Amigó que
empezó un importante proceso de acompañamiento psicológico para esta población.
Finalmente, aportando perspectivas propias
del siglo XXI, Francisco J. Restrepo sugiere
acciones y cambios de perspectivas que
cuestionan los lugares comunes de la vejez y
buscan aportar a que este proceso deje de
percibirse como un castigo y, en cambio, se
vea como una oportunidad más de vida.
Así pues, en las siguientes páginas se abren
diversas posibilidades para que esos panoramas grises que ha sufrido la vejez sean
solo capítulos oscuros de la historia económica humana. Buena lectura.
1 Corrector de estilo y Filólogo hispanista
Universidad de Antioquia
Referencias:
Denham, M. (2016). A Brief History of the
Care of the Elderly. British Geriatrics Society.
https://w w w.bgs.org.uk/resources/a-brief-history-of-the-care-of-the-elderly.
Morton, J. (2015). A brief history of housing
for
older
people.
RMArchitects.
https://rm-architects.com/ideas/2015/6/26/a-brief-history-of-housing-for-older-people.
Polanyi, K. (2011). La gran transformación:
Los orígenes políticos y económicos de
nuestro tiempo (Primera reimpresión).
Fondo de Cultura Económico.
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Mesa de Envejecimiento y Vejez de la Federación Antioqueña de ONG (FAONG)
Editorial
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Repercusiones de la separación entre
personas mayores y sus animales de compañía
1
2
María del Carmen Zea Herrera , Maya V. Esteve y Estela Díaz Carmona
Introducción
El envejecimiento a menudo conlleva pérdidas para las personas como la independencia física, posesiones, hogar, relaciones familiares o sociales y otras que contribuyen a
reducir su bienestar emocional, psicológico
y físico. Estos estresores pueden generar
angustia y aislamiento, afectando la calidad
de vida y perjudicando su adaptación a las
residencias concebidas para garantizar su
bienestar.
Con la intención de perfeccionar políticas
públicas, programas de atención y cuidado
que contribuyan a mejorar la calidad de vida
de las personas mayores en el contexto
colombiano (por ejemplo, mitigando estresores o situaciones adversas que pueden
afectar su salud mental y su bienestar emocional, psicológico y social), es necesario
ahondar en las implicaciones del vínculo
humano-animal, máxime cuando los estudios relacionados son escasos en el país.
Ilustración: Hogarmania
En este sentido, la literatura científica
referente a la convivencia entre personas
mayores y animales sugiere que la ruptura
del vínculo con sus animales de compañía
puede generar deterioros del bienestar.
Otros estudios indican que las personas de
edad avanzada en ocasiones eligen quedarse en casa, aun cuando requieren una vida
asistida, para evitar perder la relación con los
animales con los que comparten sus vidas
(Chur-Hansen, 2010; Morley y Fook, 2005).
El vínculo humano-animal y los
beneficios de la relación
Los seres humanos forman fuertes vínculos
afectivos y de apego con sus animales de
compañía, creándo una compleja interdependencia que puede ser decisiva en el
bienestar y comportamiento de las personas. Muchos mayores consideran a sus
animales como miembros de la familia, los
describen como el ser más cercano o incluso
como su único compañero (Luiz, Deliramich
y Frueh, 2009)
También existen evidencias de que la interacción con animales puede promover las relaciones
sociales de las personas mayores, mejorar la calidad de vida de los institucionalizados y aportarles sentimientos de pertenencia a la comunidad (Wood, Giles-Corti, Bulsara y Bosch, 2007;
Vrbanac et al., 2013), así como otorgar sentido de responsabilidad y utilidad cuando se involucra a los ancianos residentes en centros geriátricos en el cuidado de animales (Colombo et al.,
2006). En esta misma línea, un estudio cualitativo realizado con personas mayores que tenían
caninos (Cole, 2019), pone de manifiesto no solo que los participantes mostraban apego, amor
incondicional y responsabilidad gozosa hacia los animales, sino que, además, resalta el papel
positivo que los perros desempeñan en su bienestar e identifica el desarrollo de esas relaciones como una responsabilidad comunitaria y social. Asimismo, otro estudio halló que la compañía de un perro generó en los residentes de un centro mejoras significativas en el deseo de
vivir, el estado de alerta y la relación con otros residentes y con el personal de la institución
(Hogarth-Scott, Salmon y Lavelle, 1983).
Más recientemente, en un estudio llevado a cabo en Medellín por Zapata, Hoyos y Sanmartín
(20 de mayo de 2020), se encontró que las mascotas pueden llegar a ser la mejor compañía
para los adultos mayores, pues propician la mejora de las relaciones familiares, son fuente de
motivación para hacer actividades diarias y constituyen una alternativa de cuidado para
ambos.
Contextualización del impacto de la ruptura de esta relación
En la adultez mayor, existen factores que afectan la salud psicosocial, disminuyen la calidad de
vida, contribuyen a la aparición de crisis o precipitan episodios depresivos. Entre estos factores
se encuentran el abandono, el aislamiento y el duelo, así como la pérdida de autonomía, la
conciencia de déficit cognoscitivo progresivo y la presencia e intensidad de enfermedades
orgánicas, a los que las personas mayores internadas en residencias de larga estancia han
estado y están expuestas (Alarcón, 2006).
Los investigadores Lee y Surething (2013) observan que el perder a un animal de compañía
que ha sido una fuente de apoyo emocional puede socavar la sensación de seguridad. Chan et
al. (2012), por su parte, concluyeron que los síntomas de depresión en personas mayores
aumentan tras la muerte o pérdida de su animal de compañía.
Estudio PMCAIR en Medellín
3
En 2019, en la ciudad de Medellín, a través del equipo de investigación de CoPPA, se desarrolló el estudio: Personas Mayores, Convivencia con Animales e Ingreso en Residencia (PMCAIR),
cuyo objetivo principal fue conocer las experiencias de las personas mayores que experimen-
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Mesa de Envejecimiento y Vejez de la Federación Antioqueña de ONG (FAONG)
En las últimas décadas, el interés por este fenómeno ha aumentado, lo que se traduce en un
número mayor de investigaciones sobre el mismo (McCune et al., 2014). Estos estudios muestran resultados favorables sobre el bienestar y la salud mental de las personas de edad avanzada que conviven con animales (McNicholas, 2014), así como mejoras en su salud física, psicológica, emocional y en su calidad de vida (Gee y Mueller, 2019). Otros estudios indican que dicha
convivencia reduce los sentimientos de soledad de las personas mayores (Krause-Parello y
Gulick, 2013), al igual que los síntomas de depresión en personas sin deterioro cognitivo o con
problemas de salud mental y demencia, institucionalizadas en centros de vida asistida (Colombo, Dello Buono, Smania, Raviola y De Leo, 2006).
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taron separación o ruptura de la convivencia
con sus animales de compañía antes de ser
ingresadas en residencias públicas. Asimismo, se exploraron las circunstancias de esta
separación, la relevancia de los animales de
compañía en la calidad de vida de los mayores y los posibles impactos (emocionales y
psicosociales) que dicha ruptura les pudo
haber generado.
la soledad no era tan soledad si estaba con
ella; que mi perrita me entendía mis estados
de ánimo, que me consolaba cuando yo
estaba triste y se alegraba cuando yo estaba
alegre” (Álvaro- perra).
El proyecto fue realizado en el marco de un
convenio entre CoPPA y el Concejo de Medellín y contó con la colaboración del equipo de
AMAUTTA. Se adoptó un enfoque metodológico cualitativo y la técnica principal de recolección de datos fue la entrevista personal
semiestructurada. La selección de los participantes se llevó a cabo atendiendo a criterios
de edad, al estado adecuado de salud mental
y de capacidad de deliberación, al tiempo
máximo desde el ingreso en la residencia, a la
previa convivencia con animales de compañía y a la ruptura de la relación con sus
animales poco antes de ingresar en la
residencia. Se tuvieron en cuenta las recomendaciones éticas para investigaciones con
personas mayores y se obtuvo la autorización para la realización del estudio por parte
de un comité interdisciplinario.
· “Yo le tenía un afecto enorme [...] fue parte
de mí […] es un animal muy manso, muy
tranquilo y me trasmitía esa quietud y esa
paz [...] que cambió muy buena parte mi
estado de ánimo” (Norman - tortuga).
Los 12 participantes (7 hombres y 5 mujeres
entre 60 y 83 años) se encontraban institucionalizados en residencias, como la Colonia
de Belencito, y algunos centros de atención
de adultos mayores de la Red Pública de
Atención asociados a PROSOSERH.
Algunos testimonios y resultados preliminares del estudio se presentan a continuación:
1 El vínculo humano-animal y los beneficios
de la relación: complicidad, apoyo emocional
y lazo afectivo profundo
· “Son mi compañía […] me llenan el hueco
de mi hijo” (Almudena - loro y gatos).
· “El amor incondicional que ella me dio; que
· “Más que un compañero, él fue el mejor
compañero mío [...] Él me cuidaba a mí
mucho” (Pedro - perro).
2 El impacto de la ruptura de la relación: un
momento traumático y anhelo persistente
· “¡Ah!, sentí un dolor, como un desmayamiento. Sentí eso como que se me fue el
mundo, me arrancó la vida […] Yo creo que
fue como si hubiera perdido un hijo” (Rubén perro).
· “Estrés el que tengo ahora sin ver a Violeta”
(Álvaro - perra).
· “Me desvelo pensando cosas y sueño con mi
perrita” (Juana- perra)
3. Interés en los animales tras el ingreso:
búsqueda y motivación para interactuar con
animales (callejeros, silvestres, o de vecinos)
· “Yo les llevo comida. Pues, allí hay un gato
que yo lo llamo Príncipe. Y él se viene, claro
[…] allá me está esperando” (Pedro).
· “Menos mal que aquí encontré unos gaticos
que cada vez que me veían hacían: miau,
miau para darles el almuerzo” (Esperanza).
· “Claro, yo me meto por esos pastales a ver
un conejo […] Unas ardillas viven aquí en
este palo, hay un hueco, yo me fascino
cuando las veo” (Norman).
Este estudio evidencia la importancia de
escuchar las opiniones de las personas
mayores, y respetar su derecho a tomar
decisiones respecto a sus preferencias de
cuidado y de vida. Sería deseable que se
estudiaran estrategias que puedan respetar
los vínculos entre personas mayores y sus
animales de compañía, también en las
residencias, y que se implementaran programas de atención que involucren el cuidado o
convivencia responsable con animales, con
el fin de optimizar la calidad de vida de las
personas mayores, representada en mejor
salud biopsicosocial y bienestar emocional.
1 Doctora en Psicogerontología, enfermera y profesora titular
en la Facultad de Enfermería de la Universidad de Antioquia.
2 Magíster en OB-Sociología, licenciada en Psicología y
coordinadora de CCEPVI, CoPPA [Coordinadora de Profesionales por la Prevención de Abusos]
3 Dra. María del Carmen Zea Herrera, Dra. Estela Díaz Carmona y M.A. Maya V. Esteve. Con la colaboración de la abogada
Conny Duarte Restrepo, especialista en responsabilidad
social.
Referencias
Alarcón, R. (2006). Trastornos Depresivos.
(2006). En López, J.H., Cano, C.A. y Gómez,
J.F. Geriatría: Fundamentos de Medicina. (pp.
595-600-29). Medellín: Corporación para
Investigaciones Biológicas (CIB).
Chan, D., Kwok, A., Leung, J., Yuen, K., Choy,
D. y Leung P. (2012). Association between life
events and change in depressive symptoms
in Hong Kong Chinese elderly. Journal of
Affective Disorders,136(3), 963-970. doi:
10.1016/j.jad.2011.08.031
Chur-Hansen, A. (2010). Grief and bereavement issues and the loss of a companion
animal: people living with a companion
animal, owners of livestock, and animal
support workers. Clinical Psychologist, 14(1),
14-21. doi: 10.1080/13284201003662800
Cole, A. (2019). Grow Old along with me: the
Meaning of Dogs in Seniors’ Lives. International Journal of Community Well-Being,
2(3-4),
235–252.
doi:
10.1007/s42413-019-00034-w
Colombo, G., Dello Buono, M., Smania, L.,
Raviola, R. y De Leo, D. (2006). Pet therapy
and institutionalized elderly: a study on 144
cognitivelyunimpaired subjects. Archives of
Gerontology and Geriatrics, 42(2), 207–216.
doi: 10.1016/j.archger.2005.06.011
Gee, N. y Mueller, M. (2019). A Systematic
Review of Research on Pet Ownership and
Animal Interactions among Older Adults.
Anthrozoös,
32(2),
183-207.
doi:
10.1080/08927936.2019.1569903
Hogarth-Scott, S, Salmon, I. y Lavelle, R.
(1983). A dog in residence. People-Animals-Environment, 1, 4-6.
Krause-Parello, C. y Gulick, E. (2013). Situational factors related to loneliness and loss over
time among older pet owners. Western Journal of Nursing Research, 35(7), 905–919. doi:
10.1177/0193945913480567
Lee, S. y Surething, N. (2013). Neuroticism
and religious coping uniquely predict
distress severity among bereaved pet
owners.
Anthrozoös,
26(1),
61-76.
doi:10.2752/175303713X13534238631470
Luiz, J., Deliramich, A. y Frueh, B. (2009).
Complicated grief and posttraumatic stress
disorder in human’s response to the death of
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Mesa de Envejecimiento y Vejez de la Federación Antioqueña de ONG (FAONG)
Conclusiones:
Los participantes atribuyeron cualidades,
virtudes y adjetivaciones positivas a sus
animales y a su convivencia con ellos.
Asimismo, describieron una profunda conexión con sus animales y las separaciones
tuvieron implicaciones negativas en la emocionalidad, autoestima y percepción de
bienestar de los entrevistados.
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7
pets/animals. Bulletin of the Menninger Clinic, 73(3), 176-187. doi: 10.1521/bumc.2009.73.3.176
McCune, S., Kruger, K., Griffin, J., Esposito, L., Freund, L., Hurley, K. y Bure, R. (2014). Evolution
of research into the mutual benefits of human–animal interaction. Animal Frontiers, 4(3),
49–58. doi: 10.2527/af.2014-0022
McNicholas, J. (2014). The role of pets in the lives of older people: A review. Working with
Older People, 18(3), 128–133. doi: 10.1108/WWOP-06-2014-0014
Morley, C. y Fook, J. (2005). The importance of pet loss and some implications for services.
Mortality, 10(2), 127-143. doi: 10.1080/13576270412331329849
Vrbanac, Z., Zečević, I., Ljubić, M., Belić, M., Stanin, D., Brkljača Bottegaro N., Žubčić, D.
(2013). Animal assisted therapy and perception of loneliness in geriatric nursing home
residents. Collegium Antropologicum, 37(3), 973–976. Recuperado de https://hrcak.srce.hr/118306
Wood, L., Giles-Corti, B., Bulsara, M. y Bosch, D. (2007). More than a furry companion: the
ripple effect of companion animals on neighborhood
interactions and sense of community. Society and Animals, 15(1), 43–56. doi:
10.1163/156853007X169333
Zapata, M., Hoyos, T. y Sanmartín, C. (20 de mayo de 2020). La Mascota: una alternativa de
cuidado para el adulto mayor. Reunión Académica de Enfermería (RAE). Videoconferencia
llevada a cabo en la Facultad de Enfermería UdeA. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=JW-N0CyoBmI
Cabildo Mayor – Medellín: hacia la visibilización y la
inclusión de las personas mayores
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El Decreto 1256 del 25 de agosto de 2008 define y reglamenta el Cabildo Mayor
de Medellín como una propuesta de participación que permite incluir a las personas mayores de 50 años en los procesos de planificación y desarrollo de la ciudad.
Así mismo, lo establece como un espacio de debate, diálogo y concertación que
crea un puente entre la sociedad civil y el Estado.
Cada 4 años, las personas mayores de 50 años de la ciudad designan sus 25 representantes o cabildantes mediante voto popular. De estos, 16 representan a las
comunas, 5 a los corregimientos, 1 a la Red de Hogares, 1 a la Colonia Belencito, 1
al modelo dormitorio social y finalmente, 1 a las personas pensionadas y jubiladas. Este equipo de trabajo dedica su actuar, sus propuestas y sus anhelos a hacer
parte activa del cumplimiento de la Política Publica de Envejecimiento y Vejez a
través del Plan Gerontológico de Medellín y de la mano de la Secretaría de Inclusión Social Familia y Derechos Humanos y del Equipo de Personas Mayores
[AMAUTTA].
En este marco, y contando con la historia vivida desde su conformación, este
Cabildo Mayor ha ido descubriendo que tiene que hacer honor a tan noble y comprometedora designación y que debe formarse y forjarse, con esfuerzo y trabajo
arduo, para dar respuesta asertiva, eficiente y eficaz a las realidades que viven las
casi 800 mil personas mayores de Medellín; aproximadamente la tercera parte de
la población. Es el cabildante, en articulación con la Mesa Gerontológica de su
comuna —otro interesante espacio de formación, información, diálogo y construcción colectiva del territorio— quien conoce de primera mano las verdades,
las expectativas, los intereses, las necesidades y las propuestas de las personas
mayores. Componentes que plasma en su proyecto de trabajo anual y que lleva a
los espacios de participación comunal, unas veces favorables y muchas otras de
difícil acceso.
Mesa de Envejecimiento y Vejez de la Federación Antioqueña de ONG (FAONG)
Gloria Patricia Rúa Montoya 1
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9
El cabildante es, además, quien se convierte en gestor, informador, oyente, esperanza de muchos y, por eso, buscador de soluciones. Sin embargo, en el quehacer
cotidiano hemos comenzado a analizar que nuestra labor debe trascender y que
tenemos que ser conocidos y reconocidos por nuestra sociedad de maneras
nuevas, diferenciadoras y sobre todo, incidentes. Es hora de que el Cabildo Mayor
de Medellín y todas las personas mayores que este Cabildo representa seamos
verbalizadas, visibilizadas y reconocidas como una organización social, incluidas
en procesos participativos de ciudad significativos para la sociedad; tenidas en
cuenta como sujetos de desarrollo y de futuro y no como objetos meramente de
asistencia y cuidado.
Envejecer dignamente tiene que ser un concepto que se materialice en procesos
informativos y formativos en todas las esferas de la sociedad para que, por fin,
entendamos que todos, absolutamente todos, estamos llamados a aprender a
envejecer dignamente. Esto es, felices, en bienestar, activos política y socialmente, reconocidos, valorados en nuestros derechos fundamentales y teniendo la
oportunidad de incidir en la sociedad y en la construcción de ciudadanías libres
de estereotipos y lenguajes victimizantes. Debemos poder envejecer a la vez que
ponemos al servicio de la sociedad nuestras potencialidades, valores, capacidades y aprendizajes.
La pandemia del COVID-19 nos está dando grandes lecciones y nos dejará enormes retos entre los que estará lograr entre todos una verdadera inclusión de las
personas mayores en la sociedad, no solo del municipio, sino de Colombia y el
mundo.
.
1 Mesa Directiva, Cabildo Mayor.
Federika, mi bella holandesa.
Envejecer como emigrante
Federika nace en Dordrecht, Holanda, el 15
de junio de 1935. Pasa sus primeros 4 años
en esa ciudad, los cuales son vitales en la
formación de su personalidad.
10
1
aprendizaje de un nuevo idioma para poder
comunicarse,
novedosas
costumbres,
nuevos métodos de educación, cambio de
nacionalidad, la elección de un deporte
poco común y elitista como la equitación—en la que fue campeona nacional— e
incluso el cambio de religión para acoger la
fe católica como su sostén moral.
En el aprendizaje de la equitación conoce,
inicialmente como su profesor, al hombre
que fue su compañero de vida y con el cual
conformó su familia. Fueron 62 años de
compartir tristezas, pérdidas, alegrías y
triunfos.
Sus padres, después de haber vivido la
Primera Guerra Mundial, elaboran conceptos de familia muy arraigados en los que el
sentido de cooperación y de pertenencia
con su comunidad fueron fundamentales.
Las épocas de encierro, la escasez de
víveres, pero a la vez el compartirlo todo,
formaron en ellos personalidades fuertes
que les permitieron enfrentarse a las
diferentes dificultades y problemas de la
vida de manera satisfactoria.
Con todo lo anterior, ante el advenimiento
de la Segunda Guerra Mundial, su padre
resuelve emigrar hacia Suramérica, inicialmente hacia Argentina, pero por cosas de la
vida, este y su familia terminaron estableciéndose en Colombia. El cambio de país,
ambiente, y cultura, entre otros, hicieron de
Federika una mujer aguerrida, con una
mentalidad descomplicada y comprensiva,
con capacidad de enfrentarse a los diferentes retos que la vida le fue presentando: el
Con tal compañero de vida refuerza las
costumbres con las que creció, ya que él era
un militar de alto rango, formado con un
estricto rigor y disciplina, al que ella se
acoge de una manera muy natural porque
su personalidad y su historia de vida le
permitían aislar lo racional de lo emocional,
formando en ella la resiliencia. Resilencia
que le permitió superar todos los momentos difíciles vividos desde su niñez hasta la
Mesa de Envejecimiento y Vejez de la Federación Antioqueña de ONG (FAONG)
María Dolores Álvarez, Claudia Janeth Hernández, Marta Lucia Velasquez
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actualidad. En su vida formó hábitos de vida saludable en cuanto a alimentación, actividad física, deportes y relaciones interpersonales; hábitos que se han perpetuado de
generación en generación.
Cuando inicia la etapa del nido vacío, al casarse su último hijo, ella muy sabiamente desarrolla nuevas habilidades para entretenerse como el punto de cruz, las manualidades y el
cuidado de los conejos, o cunicultura, para el aprovechamiento de su carne. Sin imaginar
que este oficio iba a convertirse en su proyecto de vida, Federika terminó dedicándole
gran parte de su tiempo a estudiarlo y desarrollarlo exitosamente. Para ella, todo lo que
tenga que ver con cría y comercialización de los conejos se ha convertido en un reto
personal, pues hoy por hoy, a sus años, ejerce la labor con autonomía.
Pensar en garantizar una vejez con calidad supone estar muy atentos al proceso de envejecimiento. Los procesos de cambio que se presentan en el transcurso de la vida no
tienen por qué afectar todas las dimensiones del ser humano. Sin duda, la dimensión
biológica puede verse afectada con la edad, pero las dimensiones psicológica y social
pueden mantenerse estables e incluso mejorar. En definitiva, en todas las etapas hay
pérdidas y ganancias. Los procesos de cambio pueden ser diferentes en cada persona y
estarán condicionados por la capacidad de adaptación de esta.
1 Profesionales de la Institución Universitaria de Envigado
2
Mónica Johana Muñoz Cardona 1, Olga Lucía Mejía Lopera , Diana Carolina Ramírez ,
3
María Camila Mazo Colorado 4 , Daniela Estefanny Duque Molina 5,
Gina Tatiana Berrío Valencia 6 y María Alejandra Tovar 7
Los humanos ayudamos porque somos capaces de sentir y de ponernos
en la piel de los demás. Y ayudar genera felicidades personal y colectiva.
Elsa Punset
En Colombia, antes de los tiempos de
pandemia, hemos sabido que la vejez es
vivida con mayor fragilidad social y exposición a la soledad. En nuestro país, las personas mayores viven con más privaciones que
el resto de la población. Cerca del 30% no
recibe ingresos y de aquellos que sí lo
hacen, casi la mitad recibe menos de un
salario mínimo. Aunque en materia de
salud, nuestro país ha ido trabajando los
aspectos de acceso y cobertura, son otras
las barreras que hacen cada vez más difícil el
acceso como pueden ser las tecnológicas y
la actual tramitología (Correa y Uribe, 2017).
En el mes de marzo del año 2020, ante la
emergencia sanitaria generada por el
COVID-19, los adultos mayores en nuestro
país se convirtieron en la población más
vulnerable, especialmente aquellos que
presentan enfermedades crónicas. Este
hecho llevó a que tuvieran que guardar
estricta cuarentena y sus vulnerabilidades
preexistentes aumentaran.
Pensando en los mayores, en su fragilidad,
soledad, condición de salud o falta de conocimiento de uso de medios tecnológicos,
desigualdades sociales, falta de consideración de otras generaciones menores, entre
muchos otros factores, una enfermera
amante de los adultos mayores —quien
trabaja en servicios de cuidados paliativos y
desempeña su labor como docente del
tema cuidado del adulto y del anciano,
motivada por su deber profesional y preocupada por las necesidades que podrían ir
surgiendo ante la emergencia sanitaria—
convocó a amigos, alumnos, profesionales,
docentes de diferentes universidades y a la
comunidad en general —profesionales en
Enfermería, Atención Prehospitalaria, Psicología, Trabajo Social, Nutrición, Ingeniería,
Educación y Publicidad, Deportes, Desarrollo Familiar y Coaching; así como bomberos
y paramédicos, entre otros), quienes se
fueron sumando a un proyecto llamado
Unidos por los mayores [UPM].
1 Enfermera y magíster en Enfermería. Docente de la
Corporación Universitaria Adventista. Enfermera del equipo
de Cuidados Palativos del Instituto Colombiano del Dolor
[INCODL]. Fundadora y coordinadora del Voluntariado
Unidos
por
los
mayores
[UPM].
Contacto:
[email protected] / [email protected]
2 Psicóloga, especialista en Pedagogía para el Desarrollo del
Aprendizaje Autónomo, Biocoaching, y líder en los Diálogos
Intractivos en Salud Integral,. Coach Master en Liderazgo y
Desarrollo Organizacional.
3 Trabajadora Social,. Especialista en Prolemas Socales
Infanto-Juveniles. Esecialista en Gerencia de Proyectos.
Diplomado en Cuidados Paliativos del Instituto Pallium,
Argentina. Trabajadora Socal en el Equipo de Cuiados
Palativos Colsanitas.
4 Estudiante de octavo semestre de Enfermería., Corporación Universitaria Adventista.
5 Estudiante de décimo semestre de Enfermería., Corporación Universitaria Adventista.
6 Estudiante de octavo semestre de Enfermería., Corporación Universitaria Adventista.
7 Estudiante de séptimo semestre de Enfermería., Corporación Universitaria Adventista.
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Mesa de Envejecimiento y Vejez de la Federación Antioqueña de ONG (FAONG)
El poder de la unión por los mayores en tiempos de
pandemia. Experiencia del voluntariado: Unidos por
los mayores en la ciudad de Medellín
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El voluntariado UPM surgió pensando en los
mayores y en mitigar los sufrimientos que
podrían aumentar con esta pandemia,
decretada por la Organización Mundial de la
Salud (OMS) el 30 de enero de 2020, además
de sensibilizar a toda la población frente a
los más frágiles. Hasta ahora ha logrado
confiar en las nuevas generaciones la
responsabilidad de cuidar de estos grupos
poblacionales más vulnerables, como uno
de los legados de sabiduría que poseemos.
Con las redes de apoyo se fueron tejiendo
cuatro comisiones a las cuales se les dio el
nombre de UPM 1, UPM 2, UPM 3 y UPM 4,
cada una de ellas con un coordinador delegado. Las personas llegan a través de la
coordinación general donde son clasificadas y remitidas a cada grupo de trabajo
según sus necesidades. Estas, a su vez, interconsultan, permitiendo una atención más
integral.
La UPM 1. Gestión de trámites, citas y medicamentos: este grupo de voluntarios ayuda
a los mayores a gestionar con las Entidades
Promotoras de Salud (EPS) y las Instituciones Prestadoras de Servicios (IPS) —a través
de internet y de manera telefónica— citas,
renovación de fórmulas y envío a domicilio
de los medicamentos.
La UPM 2. Gestión social: como voluntariado
no contamos con el apoyo de ninguna organización. Con recursos propios y con donaciones de la comunidad, se han gestionado
algunos víveres, elementos de cuidado
personal, medicamentos, ayudas en dinero
efectivo, entre otros. A través de la trabajadora social y de los voluntarios, se hace la
verificación de las condiciones sociales de
las personas remitidas y aunque en las otras
comisiones todo se hace por medios tecnológicos, esta comisión requiere la ayuda
presencial de algún voluntario con vehículo
que haga las rutas de entrega en los días de
pico y cédula, una medida preventiva y de
control dada por las autoridades de los
municipios de Antioquia por la cual se
puede salir a la calle según el último número
del documento de identidad, buscando con
esta medida disminuir los contagios.
También esta comisión brinda asesoría
sobre cómo diligenciar formularios o dirigirse a las actuales ayudas gubernamentales.
La UPM 3. Salud mental: bajo la dirección de
un profesional de Psicología, se ofrece
acompañamiento telefónico a las personas
que se encuentran con sentimientos de
soledad, incertidumbre y frustración por el
temor ante la actual situación de salud
epidemiológica con riesgo del contagio que
pone en peligro sus vidas y por la rudeza de
estar confinados sin poder llevar el estilo de
vida al que estaban acostumbrados, o bien
por otros motivos particulares. Las personas
voluntarias, con su tiempo, su disposición y
una llamada, propician un espacio para que
el mayor cuente su historia, revele su situación y así poder enfocarlos en cosas positivas, sin centrarse solo en hablar del virus o
de noticias. El objetivo es hacerlos sonreír y
buscar en caso de ser necesario, intervenir
otras personas de sus familias.
La UPM 4. Cuidado adulto mayor y cuidador
familiar: esta comisión conformada por
profesionales y estudiantes del área de la
salud tiene como fin educar a los pacientes y
cuidadores familiares en medidas de
prevención para mitigar la propagación del
virus, orientar en dudas o aspectos básicos
del cuidado (salud, nutrición, administración de medicamentos, cómo realizar actividad física en estas condiciones, guía para
consultar al sistema de salud, entre otros
temas). También es la comisión encargada
de la salud mental de los cuidadores familiares de los mayores quienes también se
cansan, enferman y estresan por la condición de confinamiento prolongado y las
limitaciones de recreación y ocio.
Determinar qué es el voluntariado no resulta una tarea sencilla. Existe una gran cantidad de definiciones disponibles en la litera-
El voluntariado UPM ha permitido
extender la intención de servicio y
protección de muchas personas más
allá de las fronteras familiares y brindar con dedicación y amor algo de sí
para aquellos adultos que lo necesitan, sin otra retribución que un corazón agradecido y la apertura para
compartir sus vidas y sus miedos
frente a lo que el virus les ha traído,
así como su alegría al ver que son
importantes para otros. Esta ha sido
una práctica de lo que en la cultura
llamamos red de apoyo social, cuyo
impacto, sin lugar a dudas, se genera
en varios niveles, como las ondas que
deja una piedra lanzada al agua,
repercutiendo no solo en el adulto,
sino en aquellos que tienen la oportunidad de participar y aprender en
esta red.
Desde el ámbito social, los grupos de
voluntariado surgen para satisfacer
una necesidad latente en una comunidad. En este aspecto, el grupo de
voluntariado UPM busca ayudar bajo
un enfoque de apoyo solidario a
través de la entrega de los recursos
que permitan a las familias contar
con los elementos necesarios para
enfrentar la cuarentena, ya que
muchas personas se han quedado sin
empleo o no pueden continuar realizando las actividades económicas
que tenían hasta antes de esta situación.
Si bien el enfoque asistencial en el
ámbito social ha sido cuestionado en
muchas ocasiones, por no empoderar a las personas para salir de la
crisis, bajo las circunstancias actuales
se hace necesario ya que es una
situación para la cual no se estaba
preparado y pone en riesgo la vida de
los mayores, sea por contagio del
virus o por desnutrición al no tener
cómo satisfacer su necesidad alimentaria o por no poder acceder a los
tratamientos médicos y farmacológicos. Lo que se ha buscado entonces
es gestionar recursos económicos,
físicos y de apoyo que han permitido
que dicha labor sea posible.
El voluntariado UPM se ha convertido
en una fuente de aprendizaje que
trasciende el contexto universitario,
los hospitales y otros ámbitos; que
reta a cada persona que se suma a
esta iniciativa a realizar actividades
durante la contingencia que posiblemente no había hecho antes, además
de convertirse en un espacio de
fortalecimiento de los procesos de
emprendimiento social, fortalecimiento de su autoestima, satisfacción por el servicio y que repercute
positivamente a largo plazo en las
comunidades y en la sociedad en
general.
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Mesa de Envejecimiento y Vejez de la Federación Antioqueña de ONG (FAONG)
tura, por lo que se recomienda identificar tres considerables criterios en
las actividades que lo comprenden
(Quezada, 2020). Voluntad libre: debe
llevarse a cabo de forma voluntaria y
no como una obligación impuesta
por una ley, un contrato o un requisito académico; motivación no pecuniaria: no debe llevarse a cabo para la
obtención de una recompensa económica; beneficio para otros: debe
perseguir el bien común y favorecer
de forma directa o indirecta a personas ajenas a la familia o al hogar del
voluntario.
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Por lo anterior, los estudiantes y profesionales aprenden y comprenden que la entrega de las
ayudas, la coordinación de citas y el apoyo psicoespiritual se hace con una mayor conciencia
sobre la relevancia de generar cambios en la sociedad. Pero las problemáticas o necesidades de
las comunidades que son atendidas mediante el voluntariado deben ser resueltas a largo plazo,
de manera definitiva, por el Estado a través de políticas públicas objetivas que posibiliten subsanar las injusticias y las inequidades sociales.
Referencias
Correa, L. y Uribe, L. (2017). La vejez de hoy y del mañana en Colombia: logros y retos de la
implementación del pacto internacional de derechos económicos, sociales y culturales. Informe
Alternativo de la Fundación Saldarriaga Concha al Comité DESC. Fundación Saldarriaga Concha:
Bogotá. Recuperado de: https://tbinternet.ohchr.org/Treaties/CESCR/Shared%20Documents/COL/INT_CESCR_CSS_COL_27308_S.pdf
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Campanita, el hada madrina de la mujer rural
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Dicen que las hadas no existen, que son seres creados en las historias de fantasía, en mundos
mágicos, pero a veces es difícil separar la realidad de la ficción o saber si la ficción se alimenta
de la realidad. A diario, en la vida real se conocen personas excepcionales capaces de sorprender y de devolver la esperanza de tener un mundo mejor: un mundo menos egoísta y que no
se autodestruya. Por eso no dejan de ser seres encantadores, como salidos de un cuento… de
un cuento de hadas.
Hace 74 años, en un pequeño barrio de la ciudad de Medellín, nació una hermosa niña en
medio de un hogar amoroso y cálido. Su infancia fue tranquila y con un apego especial a su
abuela materna. En su familia se respiraba amor, ternura y protección. Fue creciendo y poco a
poco se convirtió en una jovencita que disfrutaba de sus aventuras en compañía de sus
hermanas y amigas de la escuela. Parecía una vida normal, sin mayor novedad, pero empezó a
sentir que en su vida tenía una misión por cumplir. Sí, hay llamados que llegan a muy temprana edad y este es el caso de Campanita. Tal vez no es la misma Campanita que muchos imaginan, pero ha sido igual de grandiosa, inquieta y mágica para quienes han sido tocados por su
magia.
Esta hada no se mueve entre los lirios, pero sí en el campo entre muchas flores. Hace que los
sueños de otros puedan cumplirse y no tiene polvos mágicos, pero sí cuenta con su talento,
creatividad y disciplina. Viéndolo bien, tiene muchos dones que la hacen ser el hada madrina
que necesitaba el mundo en el que vive, pues son estos dones los que la hacen un ser tan
especial, tan único. Ella cree que su misión en la vida es el servicio, pero no se ha dado cuenta
que en realidad es más que eso; ella es la promotora de soluciones para las dificultades de
muchas personas que buscan su amparo, es la realizadora de muchos sueños. Pero, más que
eso, es el fiel testimonio de una manera diferente de vivir, de envejecer, es la prueba fehaciente de una vida que permite llegar a la magia de los cabellos plateados sin pesares, aunque no
sin episodios tristes.
Sus alas tienen cicatrices, algunas un poco más profundas que otras. Cuando las mira, siente el
dolor como si la herida estuviese abierta. Ha dejado de sonreír por momentos y en otros ha
tenido que atravesar difíciles tormentas sintiendo sus alas débiles. Sin embargo, de repente
sale el sol y, con él, llega la luz que necesita para iluminar nuevamente su camino y el aire para
refrescar su mente. Cada uno de sus cabellos plateados es testimonio de historias de batallas
ganadas y perdidas, cada una de las marcas en sus alas la hacen más fuerte y resiliente. Tanto
así que ahora, con el inventario de aventuras que puede narrar, busca ser la luz y el apoyo de
quienes la puedan necesitar y no la vieja hada pasiva, enferma o necesitada que muchos
pueden imaginar, pues han pasado ya 74 años desde que abrió sus ojos a la vida por primera
vez y ahora está feliz de poder dar un mensaje a la sociedad.
Se puede observar en esta hada que no basta con vivir: hay que cuidar la manera en que se
vive. Hoy, ella es el reflejo de lo que ha sido su vida, no solo en el servicio, sino en su modelo
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Bertha Del Socorro Muñoz Cardona , Sandra Milena Becerra Bedoya y Daniel Puerta Velásquez
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de vida. No se ha privado de nada, ha disfrutado de la buena mesa, del amor y el desamor,
de los amigos, de hermosos paisajes y de formar parte de grandes obras que hoy son visitadas como lugares emblemáticos. Todo esto la hace tan especial; es trabajadora, emprendedora y de carácter fuerte. Pareciera que mientras más inquieta es su mente, más activas son
sus manos. No hay viento que evite su vuelo, siempre está atenta, siempre lista. Su vocación
por el servicio la define en gran medida y le ha brindado herramientas y estrategias para
poder seguir contando con un excelente estado de salud, con energía, entusiasmo y vocación, siendo la guía, compañía y apoyo para todas las personas que la necesitan.
Ella, Campanita, es un hada grandiosa que decidió vivir entre mujeres rurales que necesitaban de su luz y brillo para poder descubrir que en ellas también hay magia, que también
pueden emprender el vuelo hacia la realización de sus sueños y el cumplimiento de sus
objetivos. Ahora entre todas tejen algo fuerte que puede ser sacudido, pero no destruido: es
su tejido social, es su construcción, es allí donde nos damos cuenta que no es un cuento de
hadas, sino una historia de la vida real. Se trata de la historia de una mujer excepcional que
antepone el servicio a cualquier necesidad propia.
Al hablar con esta mujer es difícil diferenciar lo real de lo fantástico. Todo el tiempo sus ojos
brillan con la ilusión de todo lo que quiere lograr con la mujer rural. También se le aguan a
veces al hablar de algunas de sus pérdidas en medio de querer mantener vivo el sueño del
trabajo con la mujer y para la mujer. Ha enfrentado diferentes obstáculos para poder continuar con su misión, pero no pierde su entusiasmo y sigue con empeño trabajando de la
mano de las mujeres que la rodean, se animan unas a otras y siguen con ese tejido especial.
Probablemente, usted puede conocer a alguien que ha trabajado por otros; ojalá, a muchas
otras personas que a sus 74 años se sientan vitales y que tengan un envejecimiento saludable. Pero eso no es justamente lo especial de esta narración. Lo que la hace especial es cada
paso que ha dado para lograr ser la mujer que es hoy y cómo ella, orgullosa de su ser y su
hacer, comparte sus entrevistas, videos y fotografías como evidencias de su paso por la vida
de muchos que han necesitado de su magia.
Campanita sigue estando en los campos entre flores y mujeres trabajadoras y espera seguir
así. Ahora lucha por mejores garantías y porque la administración de su municipio le dé el
protagonismo que merece y necesita, pues no cuenta con el apoyo necesario para poder
alcanzar mayores objetivos. Seguramente este escrito no logre que esta hada tenga el techo
estable que necesita para su grupo de mujeres rurales, pero probablemente sí logre que
algunos podamos suspirar y nos alegremos al conocer que hay más seres maravillosos que
quieren ver y hacer de este un mundo mejor.
1 Gerontóloga.
2 Psicóloga.
3 Psicólogo.
Profecionales en calidad de especialistas en psicogerontología, Institución Universitaria de Envigado.
Humanización en centros de larga estancia en
tiempos de pandemia
Esta situación de pandemia por COVID-19
constituye una de las emergencias geriátricas más relevantes del último siglo. Es por
esto que humanizar la atención centrada en
las personas mayores que viven en centros
de larga estancia, hogares geriátricos,
viviendas asistidas y centros de bienestar o
protección social es una tarea que implica
muchos aprendizajes. Y muchos de ellos
pueden partir de la historia humana, pues
estos lugares han tenido presencia desde
que comenzaron los leprosarios, ancianatos,
albergues y centros de caridad cuyo fin
esencial es resguardar, proteger y cuidar a
personas que están vulnerables física,
económica, social o emocionalmente.
En los 15 años que llevo trabajando en
instituciones de protección y cuidado de
personas mayores, he aprendido el significado de “darse por completo a los demás”
sin importar su pasado, valorando y respetando su individualidad, sus miedos, gustos,
expectativas, frustraciones y realidades. A
pesar de que muchas personas llegan a
estos lugares con una gran sensación de
abandono, soledad, desesperanza y resignación, dentro de los centros descubren
nuevos talentos, capacidades, potencialidades e incluso se vuelven a enamorar.
Humanizar, entonces, se convierte en un
proceso que no solo implica las relaciones
interpersonales, sino, también, la humanización de los espacios donde las personas
mayores habitan. Igualmente, se trata de
humanizar los procesos de atención, acompañamiento, supervisión y cuidado; así
como las normativas y procesos de seguimiento y control por parte de las secretarías
de salud y de desarrollo o integración social.
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Fácilmente confundimos la humanización
con buen trato o incluso con ambientes
acogedores en relaciones asistenciales que
muchas veces terminan infantilizando y
anulando procesos funcionales de las personas mayores. Lo he visto en decoraciones,
peinados y lenguajes poco asertivos escudados en estereotipos negativos donde se
dice que los viejos vuelven a ser niños o que
“loro viejo nunca aprende a hablar”, cuando
eso solo le pasa a los loros, o cuando se
pierde la empatía emocional para comprender las necesidades del otro.
Entonces, cuando hablamos de humanización, hablamos de un gran compromiso que
tiene que ver con el goce efectivo de los
derechos humanos de la persona mayor y su
dignidad intrínseca. Las residencias son
lugares para vivir, no para esperar la muerte.
Tampoco son hospitales o Instituciones
prestadoras de salud, por lo que no están
habilitadas ni capacitadas para canalizar,
hacer curaciones complejas ni mucho
menos, en caso de contagio con COVID-19,
para proporcionar tratamientos especializados o sedación paliativa. Es por esto que
muchas entidades internacionales han
propuesto elaborar rutas de atención por
COVID-19 para centros de promoción social.
Estas rutas implican contar con unidades
intermedias en hoteles o centros adaptados
para la atención especializada de personas
mayores provenientes de centros geriátricos con personal de apoyo por parte de las
EPS y secretarías de salud.
Los centros han desarrollado procesos
anticipados maravillosos, han actuado con
responsabilidad y compromiso Las familias
han comprendido el sacrificio del aislamien-
Mesa de Envejecimiento y Vejez de la Federación Antioqueña de ONG (FAONG)
Robinson Cuadros Cuadros
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to, evitando las visitas; y el personal asistencial, de aseo y vigilancia se ha puesto la camiseta, muchas veces sin contar con el apoyo
de las ARL para su equipo de protección
personal en bioseguridad. Claramente, este
personal reclama tener pruebas diagnósticas
y de tamizaje que permitan hacer control y
seguimiento oportuno en sus centros, tanto
para los residentes como para sus trabajadores con lineamientos geronto-geriátricos
que permitan una comunicación fluida con
las instituciones de orientación y apoyo.
Varios directores de centros geriátricos me
dicen: “yo amo a mis viejos y este trabajo me
apasiona y es lo mas lindo que la vida me ha
dado” y cuando les pregunto si están agremiados con otras instituciones, cómo trabajan en equipo para tener sus registros al día y
cómo llevan sus procesos de calidad a estándares superiores… hay un silencio sin
respuesta. Hoy más que nunca les hago un
llamado para dejar a un lado la competencia,
la envidia o la rivalidad, pues nos une un solo
fin y debemos trabajar en equipo: con excelencia, con compromiso no de palabra sino
de acciones; protegiendo y cuidando al
personal que trabaja en las instituciones y
brindándoles espacios de respiro y cuidado
emocional.
Es importantísimo tener una base de datos
de todas las instituciones y centros de larga
estancia en el país para gestionar las donaciones y recursos que pueden ser canalizados desde el Ministerio de Salud, los entes
territoriales y las distintas ONG internacionales que consultan a la Asociación Colombiana de Gerontología y Geriatría para brindar
su ayuda. Una base de datos permite al
Estado hacer un cuestionario de necesidades
económicas, asistenciales o de recursos
técnicos que puedan estarse requiriendo
con urgencia. También permite conocer las
particularidades de la realidad que se vive en
los territorios, en las zonas rurales dispersas y
en las grandes ciudades, con lo cual podemos aportar entre todos a romper la discriminación por edad para acceder a tratamien-
tos, hospitalizaciones o ingresos a unidades
de cuidado intensivo teniendo como criterio
la edad.
Estas medidas dan la oportunidad de actuar
anticipadamente, capacitando equipos de
trabajo de relevo y reclutando personal de
apoyo por parte de las EPS en caso de
incapacidades masivas del personal asistencial. Igualmente, se hace más fácil contar con
recursos materiales en bioseguridad, aseo,
dotación, medicamentos, esquemas actualizados de vacunación contra influenza y
pneumococo; complementos nutricionales,
pañales para adulto y productos para el
cuidado de la piel, entre otras necesidades.
No podemos dejar huérfanas a las instituciones que necesitan direccionamiento técnico
y acompañamiento permanente, pues en
medio de la pandemia no se trata solo de
salvar vidas, sino de gestionar el riesgo,
mitigar los daños y paliar el dolor y el sufrimiento.
Esta situación de emergencia ha hecho necesario un aislamiento físico, mas este no debe
ser social. El aislamiento ha afectado emocionalmente a las personas mayores, por lo que
deberíamos contar con más recursos telefónicos, radio, televisión y redes sociales; con
espacios de capacitación, interacción y
acompañamiento a las personas mayores y
cuidadores.
Las personas mayores de los centros geriátricos no son enfermos, son personas, y esta
realidad debe marcar el nuevo paradigma en
la atención. Debemos ver a la persona desde
sus capacidades, fortalezas y habilidades y
no negarle el derecho a ser la protagonista
en la toma de decisiones frente a posibles
tratamientos o frente al cómo terminar su
vida. Esto enfoque debe entenderse como
justo, no solo en el marco de la pandemia,
sino dentro del principio de autonomía que
antecede la toma de cualquier decisión.
1 Médico geriatra. Representante COMLAT de Colombia ante la Asociación Internacional de Gerontología y Geriatría. Líder
de la Ruta Sociosanitaria de Personas Mayores en CAFAM Twitter: @Cuadrosrobinson
Bibliografía
1. Artículo Humanización y relación. José Carlos Bermejo Higuera 2017 (https://www.josecarlosbermejo.es/wp-content/uploads/2018/04/humanizar_y_relacion.pdf )
2. Ropero-Padilla,Carmen Humanizar los cuidados en una residencia asistida 2012
(https://www.researchgate.net/publication/319332642)
3. Artículo El compromiso de la humanización en las instituciones sociosanitarias. José
Carlos Bermejo Higuera 2013 (https://www.josecarlosbermejo.es/el-compromiso-de-la-humanizacion-en-las-instituciones-sociosanitarias/)
4. Artículo Acompañamiento en el COVID-19: Información, control, vínculos, identidad.
Lourdes Bermejo Sociedad Española de gerontología y Geriatría 4 de mayor 2020.
( h t t p s : / / w w w. s e g g . e s / a c t u a l i d a d - s e g g / 2 0 2 0 / 0 5 / 0 4 / a c o m p a ñ a m i e n to-en-el-covid-19-informacion-control-vinculos-e-identidad)
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Mesa de Envejecimiento y Vejez de la Federación Antioqueña de ONG (FAONG)
Colombia debe trascender de una protección social asistencial a una protección basada
en la inclusión productiva, fomentando la generación de capacidades con acciones de
reconstrucción social que incluya a las personas mayores que viven en residencias, con
un sistema articulado y coordinado entre las entidades de salud y las sociales de manera
responsable y con la cooperación de la comunidad. Sin duda, estamos en un momento
histórico en que, como país, podemos ser ejemplo para el mundo en la atención humanizada, diferencial y centrada en la persona mayor. Mil gracias.
Instituciones Participantes de la Mesa de Envejecimiento y Vejez FAONG
Publicación de la Mesa de Envejecimiento y Vejez de la Federación Antioqueña de ONG (FAONG) -Volumen 4 N° 1 20 - julio de 2021 ISSN 2665-2633
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