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Enfermedad de Kawasaki. Manual MSD

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Enfermedad de Kawasaki
(Enfermedad de Kawasaki)
Por Christopher P. Raab , MD, Sidney Kimmel Medical College at Thomas Jefferson University
Última modificación del contenido may. 2019
La enfermedad de Kawasaki es una vasculitis que a veces compromete las arterias coronarias y
tiende a afectar a lactantes y niños de 1 a 8 años de edad. Se caracteriza por fiebre prolongada,
exantema, conjuntivitis, inflamación de las mucosas y linfadenopatías. Pueden formarse
aneurismas en las arterias coronarias, y romperse o causar infarto de miocardio. El diagnóstico se
basa en criterios clínicos; una vez diagnosticada la enfermedad, se realiza un ecocardiograma. El
tratamiento consiste en aspirina e inmunoglobulina IV. La trombosis coronaria puede requerir
fibrinólisis o intervenciones percutáneas.
La enfermedad de Kawasaki es una vasculitis de las arterias de mediano calibre, en especial de
las arterias coronarias, que son afectadas en alrededor del 20% de los pacientes no tratados.
Las primeras manifestaciones son miocarditis aguda con insuficiencia cardíaca, arritmias,
endocarditis y pericarditis. Luego, pueden formarse aneurismas en las arterias coronarias. Los
aneurismas gigantes de las arterias coronarias (> 8 mm de diámetro interno en la
ecocardiografía), aunque raros, tienen el máximo riesgo de causar taponamiento cardíaco,
trombosis o infarto. La enfermedad de Kawasaki es la causa principal de cardiopatía adquirida
en niños. También puede haber inflamación de tejido extravascular, como las vías respiratorias
superiores, el páncreas, la vía biliar, los riñones, las mucosas, y los ganglios linfáticos.
Etiología
Se desconoce la etiología de la enfermedad de Kawasaki, pero la epidemiología y la
presentación clínica sugieren una infección o una respuesta inmunitaria anormal a una
infección en niños genéticamente predispuestos. También es posible una etiología
autoinmunitaria. Los niños de ascendencia japonesa tienen una incidencia particularmente alta,
aunque la enfermedad de Kawasaki se observa en todo el mundo. En los Estados Unidos, hay
de 3.000 a 5.000 casos anuales. La relación varones:mujeres es de alrededor de 1,5:1. El 80% de
los pacientes son 5 años (pico: 18-24 meses). Los casos en adolescentes, adultos y lactantes 4
meses son raros.
Los casos aparecen durante todo el año, pero con mayor frecuencia en primavera o invierno. Se
han informado brotes en comunidades sin una clara evidencia de transmisión interpersonal.
Alrededor del 2% de los pacientes presentan recurrencias, en general de meses a años más
tarde. No se conoce ninguna medida preventiva.
Signos y síntomas
La enfermedad tiende a progresar por estadios, comienza con fiebre que dura por lo menos 5
dí
l
iti > 39° C ( l d d d 102 2° F)
i d
i it bilid d l t
días y suele no remitir y > 39° C (alrededor de 102,2° F), asociada con irritabilidad, letargo
ocasional, o dolor abdominal cólico intermitente. Por lo general, dentro de 1 o 2 días del
comienzo de la fiebre, se observa inyección de la conjuntiva bulbar bilateral sin exudado.
Dentro de los 5 días, aparece un exantema eritematomaculoso polimorfo, sobre todo en el
tronco, a menudo con acentuación en la región perineal. El exantema puede ser urticariano,
morbiliforme, eritema multiforme o escarlatiniforme. Se acompaña de congestión faríngea,
labios enrojecidos, secos, agrietados y lengua de fresa.
Durante la primera semana puede haber palidez de la parte proximal de las uñas de los dedos
de las manos o los pies (leuconiquia parcial). Por lo general, aparece eritema o anomalia de
coloración rojo-violácea y edema variable de las palmas y plantas alrededor del tercero al
quinto día. Si bien el edema puede ser leve, a menudo es tenso, duro y no deja fóvea.
Aproximadamente el décimo día comienza la descamación periungueal, palmar, plantar, y
perineal. En ocasiones, la capa superficial de la piel se desprende en grandes moldes, lo que
revela piel nueva normal.
Enfermedad de Kawasaki
(exantema)
© SPRINGER SCIENCE+BUSINESS
MEDIA
Enfermedad de Kawasaki
Alrededor del 50% de los pacientes presentan linfadenopatías cervicales no supuradas,
dolorosas a la palpación (≥ 1 ganglio ≥ 1,5 cm de diámetro) durante toda la evolución de la
enfermedad. La enfermedad puede durar de 2 a 12 semanas o más tiempo. Puede haber casos
incompletos o atípicos, sobre todo en lactantes pequeños, que tienen un riesgo más alto de
presentar arteriopatía coronaria. Estos hallazgos se manifiestan en alrededor del 90% de los
pacientes.
Lengua de fresa
SCIENCE PHOTO LIBRARY
Otros hallazgos menos específicos indican compromiso de numerosos aparatos y sistemas.
Alrededor del 33% de los pacientes tienen artritis o artralgias (principalmente, de grandes
articulaciones). Otras manifestaciones clínicas son uretritis, meningitis aséptica, hepatitis, otitis,
vómitos, diarrea, hidropesía vesicular, síntomas de vías respiratorias superiores, y uveítis
anterior.
Por lo general, las manifestaciones cardíacas comienzan en la fase subaguda del síndrome
alrededor de 1 a 4 semanas después del comienzo, cuando el exantema, la fiebre y otros
síntomas clínicos agudos comienzan a desaparecer.
Diagnóstico
Criterios clínicos
ECG y ecocardiografía seriados
Pruebas para descartar otros trastornos: hemograma, eritrosedimentación, proteína C
reactiva, anticuerpos antinucleares, factor reumatoide, albúmina, enzimas hepáticas,
cultivos de garganta y de sangre, análisis de orina, radiografía de tórax
El diagnóstico de la enfermedad de Kawasaki se realiza por criterios clínicos (ver Criterios
diagnósticos de la enfermedad de Kawasaki). La escarlatina, los síndromes exfoliativos
estafilocócicos, el sarampión, las reacciones medicamentosas y la artritis juvenil idiopática
pueden causar síntomas similares. Otras enfermedades similares menos comunes son la
leptospirosis y la fiebre manchada de las Montañas Rocosas.
Sin embargo, algunos niños que presentan fiebre y menos de 4 de los 5 criterios diagnósticos,
desarrollan complicaciones de vasculitis, incluyendo aneurismas de las arterias coronarias. En
estos niños se considera enfermedad de Kawasaki atípica (o incompleta). Se debe considerar
enfermedad de Kawasaki atípica, y realizar los estudios si el niño ha presentado fiebre > 39° C
(alrededor de 102,2° F) durante más de 5 días, y ≥ 2 de los 5 criterios de la enfermedad de
Kawasaki.
Las pruebas de laboratorio no son diagnósticas, pero pueden realizarse para descartar otros
trastornos. Por lo general, se solicitan hemograma completo, anticuerpo antinuclear, factor
reumatoideo, eritrosedimentación y cultivos de fauces y hemocultivos. La leucocitosis, a
menudo con un marcado aumento de células inmaduras, es frecuente en el estadio agudo.
Otros hallazgos hematológicos son anemia normocítica leve, trombocitosis (≥ 450.000/mcL) en
la segunda y tercera semanas de enfermedad y elevación de la velocidad de
eritrosedimentación o la proteína C reactiva. El anticuerpo antinuclear, el factor reumatoideo y
los cultivos son negativos. Otras anormalidades, según el aparato y sistema comprometido, son
piuria estéril, aumento de las enzimas hepáticas, proteinuria, hipoalbuminemia y pleocitosis del
líquido cefalorraquídeo.
Es importante la consulta con un cardiólogo infantil. Al momento del diagnóstico, se realiza ECG
y ecocardiograma. Dado que las alteraciones pueden no aparecer hasta más tarde, se repiten
estas pruebas a las 2-3 semanas, 6-8 semanas y quizá 6-12 meses después del comienzo. El ECG
puede mostrar arritmias, menor voltaje o hipertrofia ventricular izquierda. La ecocardiografía
detectará aneurismas de las arterias coronarias, regurgitación valvular, pericarditis o
miocarditis. En ocasiones, la arteriografía coronaria es útil en pacientes con aneurismas y
resultados anormales de la prueba de esfuerzo.
Pronóstico
Pronóstico
Sin tratamiento, la mortalidad puede acercarse al 1%, habitualmente dentro de las 6 semanas
del comienzo. Con tratamiento adecuado, la tasa de mortalidad es del 0,17% en los Estados
Unidos. La duración prolongada de la fiebre aumenta el riesgo cardíaco. La mayoría de las
veces, las muertes se deben a complicaciones cardíacas y pueden ser súbitas e impredecibles: >
50% se produce dentro del mes del comienzo, el 75%, dentro de los 2 meses y el 95% dentro de
los 6 meses, aunque puede producirse hasta 10 años después. El tratamiento eficaz reduce los
síntomas agudos y, más importante aun, la incidencia de aneurismas de las arterias coronarias
del 20% a 5%.
En ausencia de arteriopatía coronaria, el pronóstico de recuperación completa es excelente.
Alrededor de dos tercios de los aneurismas coronarios muestran regresión en el término de 1
año, aunque se desconoce si persiste estenosis coronaria residual. Es menos probable la
regresión de los aneurismas coronarios gigantes, que requieren seguimiento y tratamiento más
intensivos.
Tratamiento
Inmunoglobulina IV (IGIV) en alta dosis
Aspirina en alta dosis
Los niños deben ser tratados por un cardiólogo infantil experimentado, un infectólogo infantil, o
un reumatólogo pediátrico. Dado que los lactantes con enfermedad de Kawasaki atípica tienen
alto riesgo de aneurismas de las arterias coronarias, el tratamiento no debe retrasarse. El
tratamiento se inicia los antes posible, óptimamente dentro de los primeros 10 días de la
enfermedad, con una combinación de inmunoglobulina intravenosa (IVIG) en alta dosis (dosis
única de 2 g/kg administrados en 10-12 horas) y aspirina en alta dosis por vía oral, 20-25 mg/kg
4 veces al día. La dosis de aspirina se reduce a 3-5 mg/kg 1 vez al día después de que el niño
haya estado afebril durante 4-5 días; algunos especialistas prefieren continuar con aspirina en
altas dosis hasta el día 14 de enfermedad. El metabolismo de la aspirina es errático durante la
enfermedad de Kawasaki aguda, lo que explica en parte los requerimientos de altas dosis.
Algunos especialistas controlan las concentraciones séricas de aspirina durante el tratamiento
con altas dosis, en especial si éste se administra durante 14 días y/o si la fiebre persiste después
del tratamiento con IGIV.
La mayoría de los pacientes tienen una respuesta rápida durante las primeras 24 horas de
tratamiento. Una pequeña fracción continúa con fiebre durante varios días y necesita una
segunda administración de IVIG. Un esquema alternativo, que puede inducir una resolución
algo más lenta de los síntomas pero puede beneficiar a pacientes con disfunción cardíaca que
podrían no tolerar el volumen de una infusión de 2 g/kg de IVIG, consiste en IVIG 400 mg/kg 1
vez al día durante 4 días (también en este caso combinada con aspirina en altas dosis). Se
desconoce la eficacia del tratamiento con IVIG/aspirina cuando se inicia > 10 días después del
comienzo de la enfermedad, pero aun así debe considerarse el tratamiento.
Una vez que los síntomas del niño han desaparecido durante 4-5 días, se continúa con aspirina
en dosis de 3-5 mg/kg 1 vez al día durante por lo menos las 8 semanas posteriores al comienzo
hasta que se repitan los estudios ecocardiográficos. Si no hay aneurismas de las arterias
coronarias ni signos de inflamación (lo que se valora por la normalización de la
coronarias ni signos de inflamación (lo que se valora por la normalización de la
eritrosedimentación y las plaquetas), puede suspenderse la aspirina. Dado su efecto
antitrombótico, se continúa con aspirina en forma indefinida en los niños con alteraciones de
las arterias coronarias. Los niños con aneurismas coronarios gigantes pueden requerir
tratamiento anticoagulante adicional (p. ej., warfarina, antiagregantes plaquetarios).
Los niños que reciben tratamiento con IVIG pueden tener una tasa de respuesta más baja a las
vacunas de virus vivos atenuados. Por consiguiente, en general debe posponerse la vacuna
antisarampionosa-antiparotidítica-antirrubeólica durante 11 meses después del tratamiento
con IVIG y la vacuna antivaricelosa, durante ≥ 11 meses. Si el riesgo de exposición a sarampión
es alto, debe procederse a la vacunación, pero es necesario indicar revacunación (o
investigación serológica) 11 meses después.
Existe un pequeño riesgo de síndrome de Reye en niños que reciben tratamiento con aspirina a
largo plazo durante brotes de gripe o de varicela; por lo tanto, la vacunación antigripal anual es
importante en especial en niños (≥ 6 meses) que reciben tratamiento con aspirina a largo plazo.
Además, debe advertirse a los padres de niños tratados con aspirina que se comuniquen
rápidamente con el médico del niño si éste estuvo expuesto a gripe o varicela o presenta
síntomas de estas enfermedades. Puede considerarse la interrupción transitoria de la aspirina
(que es reemplazada por dipiridamol en niños con aneurismas demostrados).
Conceptos clave
La enfermedad de Kawasaki es una vasculitis sistémica de la infancia, de etiología
desconocida.
Las complicaciones más graves afectan al corazón e incluyen miocarditis aguda con
insuficiencia cardíaca, arritmias, y aneurismas de las arterias coronarias.
Los niños tienen fiebre, erupción cutánea (que más tarde se descama), inflamación
oral y conjuntival, y linfadenopatía; pueden ocurrir casos atípicos con menos de
estos criterios clásicos.
El diagnóstico se basa en los criterios clínicos; en niños que cumplen los criterios
debe hacerse ECG y ecografía seriados y consultar con un especialista.
El uso temprano de aspirina en dosis altas e inmunoglobulina IV alivia los síntomas
y ayuda a prevenir complicaciones cardíacas.
MManual
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