2. LA TRANSMISIÓN DE LA REVELACIÓN DIVINA CLASE 2 a. El depósito de la Palabra de Dios El depósito de la fe ha sido confiado por los Apóstoles a toda la Iglesia. Todo el Pueblo de Dios, con el sentido sobrenatural de la fe, sostenido por el Espíritu Santo y guiado por el Magisterio de la Iglesia, acoge la Revelación divina, la comprende cada vez mejor, y la aplica a la vida. ¿Dónde podemos encontrar lo que Dios ha revelado para adherirnos a ello con nuestra fe convencida y libre? Hay un «sagrado depósito», del que la Iglesia toma comunicándonos sus contenidos. Como dice cl Concilio Vaticano II: «Esta Sagrada Tradición con la Sagrada Escritura de ambos Testamentos, son el espejo en el que la Iglesia peregrina contempla a Dios, de quien todo lo recibe, hasta el día en que llegue a verlo cara a cara, como El es. b. La transmisión de la divina Revelación en los cristianos Jesús les dijo a sus apóstoles: “Id y Predicad”; esta enseñanza oral de los Apóstoles ha sido transmitida de generación en generación por medio de los Papas y Obispos de la Iglesia Católica hasta nuestros días. Más adelante, algunos apóstoles y discípulos de Jesús, pusieron por escrito lo escuchado. Pero al inicio, la transmisión de la doctrina, era oral. No todo el mensaje de Jesús se encuentra escrito, nos lo deja claro el evangelio de San Juan: “Jesús hizo muchas cosas, si se escribieran una por una, creo que no habría lugar en el mundo para tantos libros” (Jn 21,25), Las enseñanzas de la Tradición están contenidas en los Símbolos o Profesiones de la fe (por ej., el Credo), en los documentos de los Concilios, en los escritos de los Santos Padres de la Iglesia y en los ritos de la Sagrada Liturgia. Con la Sagrada Tradición y la Sagrada Escritura las nuevas generaciones de los discípulos y de los testigos de Jesucristo alimenta su fe, porque «lo que los Apóstoles transmitieron comprende todo lo necesario para una vida santa y para una fe creciente del Pueblo de Dios» (DV 8). c. Comprensión de la Sagrada Tradición La Sagrada Tradición es la Palabra de Dios no escrita en la Sagrada Biblia, sino transmitida oralmente por Jesús a los Apóstoles y por éstos a la Iglesia. «Esta Tradición apostólica va creciendo en la Iglesia con la ayuda del Espíritu Santo; es decir, crece la comprensión de las palabras e instituciones transmitidas cuando los fieles las contemplan y estudian repasándolas en su corazón (cf Le 2, 19.51), cuando comprenden internamente los misterios que viven, cuando las proclaman los Obispos, sucesores de los Apostóles en el carisma de la verdad. La Iglesia camina a través de los siglos hacia la plenitud de la verdad, hasta que se cumplan en ella plenamente las palabras de Dios» (DV 8). El oficio de interpretar auténticamente la Palabra de Dios, oral o escrita, ha sido encomendado únicamente al Magisterio de la Iglesia, al Papa y a los obispos en comunión con él. C. AUTOEVALUACIÓN 1. ¿Qué es la revelación? 2. ¿Cuáles son las etapas de la Revelación? 3. ¿Quién llevó a cabo la plena y definitiva revelación de Dios? 4. ¿A quiénes ha sido confiado el depósito de la fe? 5. ¿Qué es la Sagrada Tradición? 6. ¿Qué dice el Concilio Vaticano II sobre la Sagrada Tradición? 7. ¿A quién corresponde el oficio de interpretar auténticamente la Palabra de Dios? D. ACTIVIDADES SUGERIDAS 1. Averiguar el significado de milagro y profecía. 2. Enumerar algunos milagros realizados por Jesucristo (curaciones y resurrecciones) y señalar en qué libros y capítulos se encuentran. 3. Leer la vida de un santo contemporáneo e indagar qué milagro fue examinado rigurosamente para su canonización. 4. Señalar seis advocaciones y santuarios de la Santísima Virgen. 5. Investigar y narrar uno de los milagros eucarísticos. E. VOCABULARIO BÁSICO Magisterio de la Iglesia Verbo Encarnado San Agustín Depósito de la Fe Profesión de la fe Economía de la revelación