Subido por Mariela Vilca Condori

contrato didactico

Anuncio
CONTRATO DIDÁCTICO
La idea de contrato didáctico contiene el
conjunto de normas, que se encargan de
determinar las formas adecuadas de
actuación en el aula, tanto del profesor como
de los alumnos. Estas normas pueden ser
específicas de nuestra práctica didáctica (en
la cual nos planteamos las interrogantes:
¿cuándo está permitido el uso del contexto
real?) o, de modo más genérico, pueden ser
normas de tipo social sobre lo que está bien
realizar en el aula .
Las normas, además de articular las prácticas del aula,
están en la base misma de los procesos de comunicación
y son una parte fundamental de los aspectos que
incluimos bajo el aspecto genérico de la gestión.
Cuando los miembros de un aula desean pertenecer al
grupo-clase, se esfuerzan en comportarse de manera
adecuada a las normas establecidas. Este tipo de
comportamiento facilita su participación e influencia.
La problemática principal de este aprendizaje radica en
que a menudo la naturaleza de las normas no hace
posible explicitarlas con la necesaria claridad. El estudio
en profundidad del contrato didáctico en el aula permite
analizar los procesos por los que se construyen y
negocian las normas del aula, así como las
interpretaciones emergentes y las dificultades que se
presentan.
El contrato didáctico es un conjunto de reglas –con
frecuencia no enunciadas explícitamente- que organizan
las relaciones entre el contenido enseñado, los alumnos y
el profesor dentro de la clase de matemáticas
Los estudios sobre el contrato didáctico y sus
relaciones con los procesos de aprendizaje son
esenciales ya que lo que está en juego es el significado
real del conocimiento construido por los alumnos.
Cuando en un aula coexisten dos o más
interpretaciones referidas a una misma
norma, los participantes deben optar por usar
una de las interpretaciones, o bien inhibirse.
La diversidad de interpretaciones de una
norma es muy habitual en cualquier contexto
de prácticas. Por ello es razonable pensar
que también existe distancia entre la
interpretación de las normas que proponen
los alumnos.
Por otra parte, el alumno que sostenga una interpretación
diferente de la finalmente usada tenderá a sentirse poco
implicado en la tarea matemática regida por dicha norma.
Así pues, el difícil acceso de algunos alumnos a las
interpretaciones de las normas de la práctica didáctica
es una importante fuente generadora de dificultades de
participación y aprendizaje o por una minoría influyente.
Los alumnos que difieren de normas legitimadas del
aula deben vencer muchas resistencias y comprender
las posibilidades de participación en un entorno regido
por normas que no comparten, las cuales pueden dar
origen a dificultades de aprendizaje si la cultura del aula
no promueve la discusión en torno a interpretaciones
alternativas a las legitimadas.
Estas normas determinan un microcultura del aula y
tienen las siguientes características:
• Algunas son generales y se pueden aplicar a
cualquier disciplina.
• Regulan el funcionamiento de las actividades
docentes y discentes.
Llamamos contrato
pedagógico al conjunto de
estas normas que no están
ligadas a una disciplina
específica. Otras normas son
específicas de la actividad
matemática, regulan, por
ejemplo, las argumentaciones
matemáticas e influyen en las
oportunidades de aprendizaje.
Hay un acuerdo: cuando
esperamos que el niño
resuelva un problema de
forma aritmética y uno de los
alumnos idea una solución
original y completamente
inesperada
Se habla de contrato didáctico para describir y
explicar las obligaciones o normas no explícitas
que rigen las interacciones entre el profesor y
los alumnos en el aula el "contrato didáctico"
regula los derechos y obligaciones del profesor
y los alumnos. Es el resultado de un proceso de
negociación entre los alumnos, el profesor y el
medio educativo. Así como hay criterios
explícitos esenciales del contrato didáctico
como los criterios de evaluación, hay otros que
no son explícitos pero se detectan cuando el
profesor plantea actividades poco habituales
que vulneran las reglas del contrato, lo cual
genera desconcierto en los alumnos. Los
alumnos, en su adaptación al medio escolar,
llegan a desarrollar un sentido que les permite
captar las reglas del contrato didáctico en cada
caso.
La
importancia
de
los
fenómenos
de
contrato
didáctico es que condicionan de
manera determinante el tipo de
aprendizaje. La actitud del
profesor
determina
con
frecuencia
de
manera
inconsciente las relaciones de
los alumnos con el curso, como:
la actitud de espera de la
explicación del profesor.
DIFICULTADES DE APRENDIZAJE
RELACIONADAS CON EL CONTRATO SOCIAL
La definición de los contenidos del
contrato didáctico incluye
consideraciones de tipo social al señalar
que el propio contrato sugiere las
actuaciones que están bien valoradas y
las que, en cambio, no lo están. A esta
parte integrante del contrato didáctico la
llamamos contrato social (Lerman, 2000).
Adoptar el término contrato social en el análisis de los
fenómenos del aula de matemáticas permite poner de
manifiesto los valores y valoraciones que contribuyen a
conceder diferentes grados de legitimidad a las
interpretaciones de las normas de la práctica matemática.
El contrato social tiene que ver con la
habilidad por integrarse con la menor
conflictividad en la cultura dominante
del aula. Se trata de la habilidad por
ajustarse a lo que está bien y rechazar
lo que está mal, aunque a veces esto
signifique negar la idea de normalidad
que se ha venido desarrollando en la
cultura de origen y el grupo social de
adscripción.
Las interpretaciones de las normas sostenidas por
participantes con una buena posición social son más
proclives a ser aceptadas o valoradas favorablemente. En
cambio, los alumnos indecisos ante una norma, tendrán
muchas dudas para unirse a las interpretaciones
sostenidas por participantes con escasa representatividad,
por muy razonables que les parezcan sus interpretaciones.
Al igual que el contracto didáctico es conflictivo
por la dificultad que supone compatibilizar
diferentes interpretaciones de las normas del
aula, el contrato social también lo es por lo que
supone de diversidad de valores y valoraciones.
La construcción del contrato social en un
contexto de prácticas presupone optar entre las
diversas posiciones posibles hasta desarrollar
posiciones de aceptación y de rechazo de unos
participantes hacia otros.
En general, existen grupos de alumnos con mayor
nivel de identificación con la cultura escolar que les
proporciona una buena posición social relativa en el
aula de matemáticas. Se tiende a considerar que cada
alumno ocupa un lugar u otro en el orden social del
aula de matemáticas en base a sus conocimientos
matemáticos, sus capacidades y habilidades.
Las características individuales de
cada alumno condicionan el tipo
de respuesta que se da a las
situaciones de rechazo y a las
dificultades de participación. Del
mismo modo, las características
individuales determinan que, bajo
circunstancias parecidas de
divergencia en la interpretación de
una norma y valoraciones
negativas similares, un mismo
alumno pueda reaccionar de
formas muy distintas. El contexto
social del aula y los contenidos
específicos de su contrato social
no fijan únicamente, por tanto, las
dificultades de participación y
aprendizaje.
No obstante, y a pesar del factor
individual, existen grupos de
alumnos con una mayor tendencia
a acumular dificultades de este
tipo. Los alumnos alejados de las
interpretaciones legitimadas de las
normas y con una escasa posición
social relativa en el aula están en
peores condiciones de participar y,
a priori, son objeto de mayores
dificultades de comprensión de la
práctica matemática. El caso de los
alumnos inmigrantes es un claro
ejemplo.
Descargar