La Verdadera Esperanza II

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La Verdadera Esperanza II
1 Tesalonicenses 1:9-10
INTRODUCCIÓN: La Biblia habla en numerosas ocasiones acerca del
“telos”; esto es, el telón para el tiempo presente, el epilogo para el orden
de cosas que vivimos en este mundo. Para aquellos que vencen les está
preparada la corona eterna. En el Nuevo Testamento de modo especial,
se habla en numerosas ocasiones acerca de la segunda venida de
Jesucristo por Su pueblo. Su pueblo, debe estar expectante de Su regreso
y mientras esto acontezca, deberá ser cuidadoso de no caer en
desesperación o en la indolencia espiritual. Este estudio nos enseñará
acerca de lo que hemos de esperar de estos últimos tiempos y como
esperarlo correctamente.
DESARROLLO
Debemos esperar con ojos espirituales: Dios había escogido a Saúl como
rey sobre Israel, habiendo sido ungido por el profeta Samuel para este
propósito. En los capítulos 10-13 del primer libro de Samuel se reseña la
historia de Israel enfrentado por los filisteos, un pueblo que desafiaba a
Israel. El profeta Samuel le anticipa a Saúl que habría de darle una
promesa por medio de la cual vencerían a sus enemigos 1 S 10:8. En
efecto, Saúl tenía que esperar siete días antes de recibir respuesta de Dios
por medio del profeta Samuel.
¿Qué sucedió con Saúl? Viendo que demoraba el profeta Samuel en
aparecer y que sus soldados empezaban a desertar las filas de su ejército,
quiso darle una ayudadita a Dios y se apresuró a realizar un sacrificio a
Dios, cosa que no le era permitida sino al profeta Samuel 1 S 13:8-14. La
desesperación por la tardanza de Samuel, hizo que Saúl se apresurase y
tomase una decisión equivocada.
Del mismo modo hoy en día, en la iglesia del Señor, aquellos que ven con
ojos terrenales, pueden llegar a desesperarse por esta “aparente
tardanza” de Jesús en volver, y así empezar a involucrarse en actividades
necias que ya no le corresponde como hijos de Dios, y su corazón se aleja
del de Dios. Es menester no perder el gozo de la espera en el Señor, no
perder la expectativa por Su segunda venida ¿Se encuentra usted
anticipando de esa manera el regreso de Su Salvador desde el cielo?
Jesús viene por Su iglesia y esta debe vivir anticipando su regreso. El
esperar el regreso del Señor produce perseverancia. Es curioso mencionar
que cuando examinamos en una concordancia bíblica; esto es, un
diccionario bíblico acerca de las palabras como “espera” y “esperanza”
nos encontramos que las mismas se utilizan en mayor medida en tiempos
cuando Israel se encontraba en el exilio y soportando tiempos difíciles.
Hoy vivimos tiempos muy complicados. Hay incertidumbre y violencia,
aún el mismo pueblo del Señor en alguna ocasión ha sufrido los estragos
de ella. Del mismo modo, Israel comprendía que la mayor carencia de
un hombre es cuando no tiene a Dios en su vida. No tener a Jesús en el
corazón es sinónimo de no tener esperanza. Aquellas personas que no
tienen esperanza, son precisamente quienes ridiculizan la segunda
venida del Señor, estos son los “burladores” a los que alude la Biblia en
Judas 18, que buscaban doctrinas que se adapten y promuevan su
perdida manera de vivir.
Estos burladores que ridiculizan la segunda venida de Jesucristo, ya
existieron en tiempos de Noé. Ellos vieron al patriarca empezar la
construcción de un barco gigantesco que sin dudas tomo muchísimos
años en culminar (120 años). Noé seguramente les advirtió del diluvio que
sobrevendría al finalizar la construcción del arca y mientras pasaron los
años, Noé fue sin dudas objeto de burlas y sorna por parte de gente
desenfrenada que no tenía temor de Dios. ¿Cuál fue el final de la historia?
Usted y yo lo sabemos bien. El diluvio anunciado finalmente aconteció y
solo Noé y su familia fueron preservados de la muerte y el exterminio. Solo
ocho personas que esperaron en Dios fueron salvadas de la destrucción.
Léase 1 Co 6:9-10. A pesar que los burladores de este siglo levanten
maestros conforme a su extravió, que sugieran que Dios es un Dios de
amor y que se hará de la “vista gorda”, queriendo asustarnos con este
tipo de declaraciones, la verdad es que Dios ha anticipado que ninguno
solo de los que practican el pecado heredaran el Reino de Dios. El
creyente, deberá mantenerse vigilante, procurando la integridad en su
vida, sirviendo al Señor con corazón agradecido.
En efecto Dios es un Dios de amor, pero es también un Dios Santo que no
tiene ninguna relación con el pecado. Haremos bien en atender esta
enseñanza. “Horrenda cosa es caer en manos del Dios viviente” (He
10:31)
Gracias a Dios, existe una buena noticia. Dios ha hecho providencia para
que todos los hombres tengan la oportunidad de librarse de la ira
venidera. Solo por medio de Jesús podemos ser libres de la condenación,
reconciliarnos con Dios y hacer las paces con Él. Si tenemos un “corazón
de piedra”, Él puede tornarlo en un “corazón de carne”, sensible a Su voz
y preparado para vivir la vida abundante de la que habló en Juan 10:10.
APLICACIÓN: “Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis
sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús,
y por el Espíritu de nuestro Dios” (1 Co 6:11). No hay nada impublicable,
vergonzoso o nefasto que la gracia del Señor Jesús no pueda borrar para
siempre. Hoy puede ser su día de salvación. Abra su corazón a Jesús y
únase a los que se encuentran expectantes por su inminente regreso.
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