Subido por BARBARA SALAS

yo robot

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Capítulo 1 Robbie
Calvin comienza el libro contando una anécdota, Describe la relación entre el robot
niñera Robbie (es uno de los primeros robots inteligentes creados en 1996) y su
mimada Gloria. Este robot es mudo, pero inteligente y físicamente hábil, sirviendo a
modo de una niñera-juguete-mascota que complace a la niña de 8 años. El afecto de
Gloria es tan intenso que provoca el enojo de su madre Grace Werson , quien procura
separarlos. La madre encarna los prejuicios y la desconfianza corriente contra las
máquinas, que suele denominar Asimov como “complejo de Frankenstein” . El padre
George Watson objeta pero la madre presiona hasta que logra deshacerse de Robbie.
La niña queda desolada y persiste en recuperar a su cuidadora metálica, que es un
modelo de robot mudo. Durante un viaje la pequeña insiste en buscar a su niñera,
hasta que el padre organiza un encuentro en una fábrica de montaje, aunque sin
advertir a su familia. De modo casual surge un peligro de atropellamiento y Robbie
salva a Gloria, con lo cual la madre acepta volver a recibir a la niñera robótica, y esa
anécdota representa que la gente ordinaria supera los prejuicios contra el futuro. El
cuento argumenta que después los robots fueron confinados a otras funciones, por lo
que ya no se permitieron para servir de niñeras.
Capítulo 2 (“Círculo vicioso” o “Sentido Giratorio”)
Susan nos presenta a Powell y Donovan, que son dos técnicos de U. S. Robots. Corre el
año 2051, Expone la aventura en el planeta Mercurio de una pequeña expedición que
está a punto de colapsar. Ante el peligro por la falla de un campo de protección, la
solución es enviar a un robot llamado Speedy ( el robot más caro) , por veloz, para
conseguir selenio en un campo próximo. La situación se vuelve dramática por una
instrucción ambigua. En el planeta solamente hay dos astronautas, Powell y Donovan
(que protagonizan los siguientes capítulos) quienes desesperadamente requieren
conseguir selenio de una fuente próxima, lo cual solamente lo podría lograr el robot:
Pero la instrucción de conseguir selenio dada con descuido abre un conflicto irresoluble
entre las Leyes 2ª y 3ª entre obedecer y preservarse de un daño, provocando una especie
de estupidez robótica, pues Speedy gira en círculos alrededor del área sin conseguir
nada. Los astronautas montan otros robots “anticuados” y lentos cual vacas mecánicas
para aproximarse a Speedy sobre a la vez, candente y congelante superficie de Mercurio
al intentar salvar la situación. Improvisados vaqueros se exponen al ambiente mixto del
planeta calcinante y congelante para convencer a su robot Speedy que deje de girar
insensatamente y cumpla con su cometido. El robot sale de su conflicto, al percibir el
peligro al que están expuestos los integrantes de la misión, ya que según la primera ley
debe proteger la vida de los seres humanos a toda costa. Un chispazo de ingenio logra
sacar al robot del conflicto, al incrementar el potencial de peligro y disparar la 1ª Ley
por el riesgo mortal de un astronauta, para recuperar al veloz Speedy. Al final, se
resuelve el riesgo pues Speedy salva al astronauta y recupera su “razón”.
Capítulo 3 Razón
Ha pasado medio año y Donovan y Powell andan enfrascados en otra misión , queda
encargado de una Estación espacial, donde reciben un nuevo tipo de robots, los Qt, entre
los cuales destaca uno que está recibiendo su programación inicial y llaman Cutie Están
a bordo de una nave espacial y tienen que enseñar a Cutie, un robot cuyo cometido tiene
que ser hacerse cargo de pilotar y mantener la nave espacial en condiciones óptimas. De
modo intrigante el modelo Cutie asume una actitud curiosa que alude la historia de la
filosofía y desconoce a sus amos humanos como sus creadores Tanto Donovan como
Powell intentan convencerlo de que solo es una máquina, pero el robot se niega a
razonar con ellos. En ese pasaje, mediante el robot curioso Asimov nos da un paseo por
la evolución de las corrientes filosófica repasando argumentos de Descartes o Kant sin
citarlos de modo textual. La programación de estos curiosos robots humanizados
incluye una especie de estudio y autoaprendizaje, que se descarría, pues Cutie se vuelve
reticente a los astronautas y saca sus propias conclusiones, las cuales contaminan a
todos los autómatas de la estación espacial. El robot saca conclusiones al estilo de
parodia religiosa, pues asume que es él criatura del Señor y no de los humanos, por
tanto los relega al ostracismo y luego se declara el profeta del Señor. Por si fuera poco,
también rechaza las explicaciones sobre la existencia de las estrellas y de la Tierra,
cuestionando la utilidad de la Estación, pero anotando que existe una misteriosa
armonía cósmica que debe prevalecer. En ese punto, los robots parecieran haber
extraviado su razón, para convertirse en una especie de secta religiosa alimentada por
argumentos teológicos, lo cual nos debería hacer pensar en si las religiones tienen algún
futuro o en el pasado han servido a alguna secreta ley de conservación de la especie.
El nudo de este capítulo se presenta cuando, durante una tempestad de electrones, la
Estación espacial debe enviar un rayo preciso para abastecer a la Tierra y una falla
destruiría grandes regiones del planeta. Aunque pareciera que Cutie ha roto su
obediencia a la 1ª Ley robótica, trata a los humanos cual mascotas, sin obediencia
directa pero cuidando de su sobrevivencia. Cuando Cutie cumple también al abastecer la
Tierra con el rayo preciso y evitando cualquier daño, los astronautas se dan cuenta que
no existe un problema sino aparente, pues los robots siguen cumpliendo la 1ª Ley,
imposibilitados de causar ningún daño a los humanos o al planeta. En la fecha de relevo
de astronautas, ellos no avisan a los nuevos de la situación en un gesto irónico.
Capítulo 4 Atrapa esa liebre
Los mismos Powell y Donovan quedan encargados de investigar una falla en la
producción robótica minera en un paraje espacial. En esa ocasión los robots son
excelentes obreros mientras están siendo observados por humanos, pero cuando son
dejados solos dentro de los profundos túneles se presentan fallos misteriosos y no
cumplen con su trabajo. Esos robots mineros presentan otra característica: son cuadrillas
que tienen una máquina líder y las demás son dependientes a los que designan como
“dedos”. El líder se llama Dave y que cuenta con seis robots auxiliares para desempeñar
sus funciones, es un robot parlante, dotado de cerebro positrónico, sin embargo, no
proporciona explicaciones del extraño comportamiento laboral cuando se quedan solos
trabajando.
Buscando respuesta a la baja producción, los astronautas se dedican a especular sobre
las características de robots con cerebro positrónico y a espiar en monitores. Descubren
un comportamiento extraño, pues fuera de supervisión los autómatas hacen simpáticas
evoluciones, hacen filas y dan vueltas, como ensayando un baile; en vez de trabajar,
hacen esos ejercicios de baile de grupo. Las diversas investigaciones, interrogatorios y
observaciones no sacan algo en claro, así que los astronautas deciden espiar
directamente en los túneles de las minas, aunque en el trayecto ocurre un accidente y los
humanos quedan atrapados. Ellos logran llamar la atención de los robots para el rescate,
mientras comprenden las interrupciones del trabajo y los bailes, los cuales están
relacionados con la 3ª Ley por evitar los peligros de la mina. Concluyen que el baile
servía a modo de una recuperación del control por parte del robot líder Dave sobre sus
subordinados, mientras procesaba la situación adversa, parangonado con el movimiento
nervioso de manos cuando existe preocupación o la gesticulación maniática ante la
frustración.
Capítulo 5 Embustero
Se narra la enorme preocupación que causa un nuevo modelo de robot avanzado,
apodado Herbie, que creen está leyendo la mente de sus interlocutores. Siendo un
modelo nuevo está confinado en la U.S. Robots. El caso provoca revuelo y requiere de
la intervención de los directivos, incluso para comprobar si es capaz de lograrlo y sus
implicaciones.
Esa inusitada capacidad para leer mentes ajenas de Herbie se combina con las pasiones
de los directivos. El director Lanning y el número dos de la compañía, Bogert, perfilan
un conflicto entre el deseo de permanecer en el mando y el anhelo del subordinado por
conquistar la cumbre. La psicóloga de robots Susan Calvin, ha permanecido soltera,
aunque quisiera que un colega la amara. Las intervenciones de Herbie provocan un
divertido conflicto, pues a Susan la convence de que su colega sí la ama en secreto, lo
cual la ilusiona; luego, al subordinado Bogert le indica que el director trama retirarse y
que él está designado para sucederle en forma inminente. Las intervenciones de Herbie
provocan amargos conflictos y equívocos, pues más que lecturas fidedignas de la mente
lo que comunica son las aspiraciones y deseos que sus interlocutores guardan sin
atreverse a revelar.
Pronto Susan descubre que el colega sí planea casarse, pero con otra y entre el director y
Bogert estalla un conflicto. Ese comportamiento de Herbie que ha engañado a los
humanos parece imposible, pero la psicóloga encuentra la fría respuesta, mediante una
paradoja y emprende un interrogatorio tortuoso hasta que el robot confiesa: ¡He tratado
de ayudarte! ¡Te he dicho lo que deseabas oír! ¡Tenía que hacerlo!” En lugar de decir la
verdad, inventaba lo que ellos desean oír para no dañarlos, pero eso trae aparejado otro
daño, por lo que el robot sucumbe ante la contradicción, pues la 1ª Ley de la robótica
permite esa paradoja entre verdad y deseo. Aunque aparece una explicación final, el
desenlace está salpicado de las pasiones desbordadas y los dolores del desengaño, por
eso la psicóloga tacha al robot de “Embustero” con un dejo de ardor. Este es el único
capítulo donde la protagonista adquiere un matiz pasional, cuando su comportamiento
siempre fue intelectual, a la manera de un “vulcano” dominando cualquier
emotividad.
Capítulo 6 El pequeño robot perdido
Los especialistas de la U.S. Robots son traídos a una lejana estación espacial, la Hyper Base,
donde se les requiere urgentemente por el extravío de un nuevo robot, confundido entre un
grupo de 63 ejemplares del mismo prototipo llamados Nestor. Uno escapó del trabajo y
posteriormente regresó para camuflarse entre los demás. Contra su interés personal, la
psicóloga robótica, Susan Calvin, es conducida junto con el directivo Bogert. El asunto se
maneja con recelo militar, en un campamento dirigido por el general Kallner, donde se les
informa que las Ley robótica ha sido ligeramente modificada en estos nuevos ejemplares, pues
su eficiencia fallaba porque ese trabajo implicaba cierto riesgo para los seres humanos, que las
máquinas debían desestimar para ser eficientes. En concreto, la 1ª Ley, fue modificada
quitando el precepto de la “inacción”, por lo que los robots omitían el aspecto del daño por
inacción. El general explica: “Se construyeron cerebros positrónicos que poseían sólo el
aspecto positivo de la ley, que dice: "Ningún robot debe dañar a un ser humano". Eso es todo.
No tienen la obligación de evitar que un ser humano sufra daño debido a un factor extraño,
como los rayos gamma.” Al mismo tiempo, los cerebros positrónicos de estos robots están más
perfeccionados y el ejemplar perdido percibe que lo buscan para destruirlo, por lo que
permanece confundido entre los demás. La búsqueda investiga el instante de su escapada,
cuando un técnico lo insultó y desencadenó su huida. La psicóloga conduce la pesquisa
haciendo pruebas psicológicas a los 63 Nestor, encontrando enorme dificultad para resolver el
caso. Después de los test se diseñan varias situaciones de peligro para humanos y luego
también para los mismo robots. Finalmente la psicóloga descubre al fugitivo, quien se
comporta agresivo debido a que está desarrollando un “complejo de superioridad” al creerse
mejor a los humanos. El transgresor es fácilmente destruido y luego todos los modelos
semejantes, para evitar tan peligrosa irrupción del “complejo de superioridad” de los robots.
Capítulo 7. ¡La fuga!
“Cuando Susan Calvin entró en la bóveda de Cerebro, fantásticamente guardada, uno de
los turnos de técnicos acababa de preguntarle: "Si una gallina y media pone un huevo y
medio en un día y medio, ¿cuántos huevos pondrán nueve gallinas en nueve días? ". Y
la máquina había contestado: "Cincuenta y cuatro". Y los técnicos se habían mirado
perplejos unos a otros. La doctora Calvin tosió y se produjo una súbita confusión de
energías.”, Así comienza el encuentro entre la psicóloga de robots y la inteligencia
artificial más avanzada producto de la empresa líder.
Este capítulo inicia con una apuesta entre las dos más grandes corporaciones, pues los
rivales han dañado a su único supercomputador en una tarea extraordinaria, al
encargarle diseñar una nave capaz del viaje hiperespacial. Los protagonistas de U.S.
Robots aceptan la apuesta y dan el reto a su megamáquina Cerebro (que es la máquina
más perfecta de la compañía), para cumplir esa tarea. Sorprendentemente, ese encargo
le resulta fácil, pues elabora una nave misteriosa en pocas jornadas. Luego, cuando dos
astronautas visitan el vehículo recién terminado, la nave los secuestra y se lanza hacia el
hiperespacio de un modo extraño. Esa nave sin instrucciones y escasa de comodidades
semeja una broma práctica para los viajeros obligados a comer habas y leche en
exclusiva, sin facilidades de limpieza, etc. La clave de la trama está en que los dos
astronautas mueren en el veloz viaje hiperespacial, aunque de inmediato reviven; así,
Cerebro ha eludido el riesgo de dañar a los humanos, bajo un supuesto muy inusual. Sin
embargo, la misma súper máquina se "espanta" cuando la Dra. Calvin le cuestiona sobre
las consecuencias morales y parece bromista con su solución.
Capítulo 8 La prueba
Aquí Susan cuenta la historia de Sthephen Byerly. Corre el año 2032, Sthephen es un
fiscal de distrito y en la próximas elecciones se presenta como candidato a la Alcaldía
(para ellos un alcalde era algo así como un presidente del gobierno). explica el
asombroso caso cuando Stephen Byerley, un robot simulando ser humano, compite y
gana por el puesto de fiscal.
El candidato simulaba ser humano ejemplar, pero fue cuestionado por un fanático antirobot de la “Sociedad Humanitaria” que hace gran alboroto para ilegalizar su
candidatura. En la lucha entablada, se requiere la intervención de la doctora Calvin para
aclarar si será posible que compita y si descarta que sea un ser artificial. Al final, el
robot Byerley se sale con la suya engañando a todos cuando viola la primera Ley
Robótica, al dar un puñetazo durante un discurso público, evidenciando la más
espectacular violación de tal Ley que prohíbe dañar a personas. El diseño de tal escena
pública es magnífico por su efecto mediático positivo, la resolución del caso y en
engaño implicado, pues el golpeado resultó ser otro autómata imitando a la perfección a
un humano anti-robot.
Con el tiempo alcanza los más altos puestos del planeta, ese Stephen Byerley,
originalmente un robot creado por un talentoso humano, pero accidentado e
incapacitado años antes.
La Dra. Calvin mantiene una relación de complicidad final con el robot, pues estima que
sí demuestra su capacidad como magnífico funcionario, primero fiscal y luego
gobernante, que toma excelentes decisiones y es incapaz de cualquier corrupción. La
combinación entre un cerebro robótico evolucionado y una buena programación resulta
en un gobernante excelente. En el fondo también es la prueba de fuego para las 3 Leyes
robóticas, en cierto momento Dra. Susan Calvin reflexiona: “Porque, si se detiene usted
a estudiarlas, verá que las tres Leyes de Robótica no son más que los principios
esenciales de una gran cantidad de sistemas éticos del mundo.
Capítulo 9 El conflicto evitable
en el año 2052, Stephen Byerley fue elegido Coordinador Mundial para un segundo
mandato. La Tierra está dividida en cuatro regiones geográficas, cada una con una
poderosa supercomputadora conocida como Máquina que administra su economía.
Byerley está preocupado porque las Máquinas han cometido recientemente algunos
errores que conducen a la ineficiencia económica. Consultando con los cuatro ViceCoordinadores regionales, encuentra que varias personas y empresas prominentes
asociadas con la "Sociedad para la Humanidad" anti-Máquina han sido dañadas por
los aparentes errores de las Máquinas.
Byerley cree que la Sociedad está intentando socavar a las Máquinas desobedeciendo
sus instrucciones, con el objetivo de retomar el poder como humanos, y propone que
se suprima el movimiento. Susan Calvin le dice que esto no funcionará, alegando que
los errores son, de hecho, actos deliberados de las Máquinas. Las Máquinas
reconocen su propia necesidad para la paz y la prosperidad continuas de la
humanidad y, por lo tanto, han infligido una pequeña cantidad de daño a personas
seleccionadas para protegerse y seguir guiando el futuro de la humanidad. Mantienen
su intención en secreto para evitar la ira y la resistencia de los humanos. Calvino
concluye que las Máquinas han generalizado la Primera Ley para que signifique
"Ninguna máquina puede dañar a la humanidad; o, por inacción, permitir que la
humanidad sufra daño". No volví a ver a Susan Calvin nunca más. Murió el mes
pasado a la edad de ochenta y dos años.
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