Subido por David Pérez Siles

El flamenco y su mercantilización

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2. Analiza una manifestación patrimonial desde los presupuestos descritos
en Etnicidad, S.A.
Como vimos en clase, en el apartado de Etnicidad, S.A., en el que se identifica la cultura
y el patrimonio cultural como un bien mercantilizado, utilizando las identidades de las
diferentes culturas en un producto generador de beneficio económico. En mi redacción,
querría poner un ejemplo, en concreto de nuestro país, que nos toca muy de lleno ya que
en mi parecer, junto con la tauromaquia, es el símbolo que más refleja la imagen de
España; el Flamenco.
Pero antes de desarrollar mi teoría, a modo de introducción, me gustaría destacar que el
detonante de que se comenzase a utilizar el patrimonio cultural como exponente
económico fue la “globalización”. Según Rodolfo Cerdas (1997:27), se entiende el
concepto de globalización como “el acelerado proceso de cambio que, a nivel mundial,
se ha venido desarrollando en todos los ámbitos del quehacer humano, pero muy
particularmente en lo referente a lo militar, lo económico, el comercio, las finanzas, la
información, la ciencia, la tecnología, el arte y la cultura”.
Y es a partir de este momento, en el que la cultura, como objeto de consumo, se ha
desarrollado como una fuerza de producción, introduciéndose en el mercado global y en
el capitalismo, formando parte de la oferta y la demanda en la economía. Me gustaría
reafirmarme con un fragmento de Miguel Amorós, que puede representar a la perfección
la situación en la que nos encontramos al hablar de patrimonio cultural:
La cultura hace tiempo que murió y la sustituyó un sucedáneo burocrático e industrial. Por eso
todo aquél que hable de cultura –o arte, o de recuperación de la memoria histórica- sin referirse a
la transformación revolucionaria de la vida social tiene en la boca un cadáver (2016).
Y por desgracia no hay un ápice de falso es esa afirmación. Se ha convertido
prácticamente todo en un recurso económico, la corrupción y la codicia es lo que
prevalece en la mayoría de los aspectos en los que vivimos actualmente. El economista y
filósofo José Luis Sampedro, concedió una entrevista a “Ethic” publicada en 2011 en la
que afirmaba lo siguiente:
El sistema ya no funciona. La estructura debe basarse fundamentalmente en los valores: la libertad,
la dignidad humana, la justicia. (…) El problema es que los valores han sido sustraídos por el
interés económico. Se hace lo que se considera rentable, lo que va a traer más dinero, no lo que se
cree que se tiene que hacer.
Dicho esto, y para finalizar mi introducción, continuaré indagando sobre esta materia
aplicándolo en el flamenco.
El origen del flamenco actualmente no es muy claro, no se sabe exactamente su lugar de
procedencia y el momento en el que surge. Lo que sí es innegable es que el papel de la
raza gitana fue indispensable y primordial, ya que el flamenco surgió más concretamente
entre ellos y sobretodo en la región de Andalucía. No fueron los fundadores del flamenco,
si no que debido a la gran variedad de mezcla de culturas (rondando el siglo XV) de
entonces, los gitanos se adaptaron con la música que se encontraba presente en la región
y la adaptaron añadiéndo características propias, como una manera de mostrar sus
sentimientos, influenciado por la pobreza y la ignorancia a la que estaban sometidos.
El flamenco es una marca de Andalucía y extendiéndose al resto de España, es una
expresión de arte mediante el cante, baile y la guitarra, y no comparable a ninguna otra
expresión artística. Por este motivo, el flamenco fue declarado Patrimonio Inmaterial de
la Humanidad por la UNESCO en el año 2010.
A lo largo de su historia el flamenco se adentró en el mundo del espectáculo, dejando a
un lado la privacidad y mostrar al mundo una nueva rama artística, convirtiéndose en uno
de los principales atractivos de la industria cultural española y andaluza en especial.
Según el “Cuadernos del Turismo” de la Universidad de Murcia (2016):
La industria del flamenco está formada por un amplio abanico de bienes y servicios agrupados en
diferentes sectores: el textil, calzado, complementos, instrumentos musicales, audiovisual, revistas
y libros, espectáculos, docencia y turismo.
En materia de turismo, el flamenco es un elemento muy conocido fuera de nuestras
fronteras, como por ejemplo en Japón, siendo un fuerte punto de atracción turística a nivel
internacional.
El verdadero “inconveniente” del flamenco, surge cuando su objetivo deja de ser el
expresar el sentimiento, la angustia que se lleva dentro, y pasa a formar parte del
capitalismo y recurso turístico en mayor relevancia, la esencia, la autenticidad del
flamenco, se puede ver afectada a lo largo del tiempo.
También influye en gran medida, la diversificación actual que está sufriendo el flamenco,
con el surgimiento de diferentes versiones artísticas del mismo en la industria de la música
recientemente. Un claro ejemplo, es la cantante “Rosalía”, la cual está rodeada de
polémicas en el mundo del flamenco, ya que es acusada de apropiarse del flamenco
versionado a la modernidad.
Da la sensación de que se está dejando a un lado la autenticidad y la originalidad y se está
abriendo paso a la otredad, un nuevo estilo musical flamenco diferente.
Según la Revista de Turismo y Patrimonio Cultural (2014):
muchos flamencos jóvenes han apostado por romper radicalmente el espejismo de forma
tradicional. Trabajan con una estética ajena al código ortodoxo, buscando un valor intelectual y
alternativo, con lo que abominan del sustento autenticista que rezuma cualquier iniciativa de
apropiación de los significados.
Continuando con la introducción del flamenco en el mercado, me reafirmo en que se ha
convertido a lo largo de su historia y aún recientemente en un mercado de cara a la
atracción del turismo, sufriendo un proceso de “museificación”, dando paso a la creación
de los “tablaos” flamencos, comercios de souvenirs, etc. Como bien sabemos, la política
está muy inmersa en estos acontecimientos, al ser la encargada de gestionar la protección
y salvaguarda del patrimonio cultural, reflejándose este hecho en decisiones como la
declaración del 16 de Noviembre como “Día del Flamenco” en Andalucía, con la
participación de la Consejería de Cultura.
Aunque la política en materia del flamenco, no está muy inmersa en dedicación al mismo.
Reafirmando lo anterior con un extracto del anteriormente mencionado “Cuadernos de
Turismo” de la Universidad de Murcia, realizando un análisis DAFO (Debilidades,
Amenazas, Fortalezas y Oportunidades) del flamenco, del cual en el apartado de las
debilidades, comenta lo siguiente:
Desde el punto de vista económico y empresarial, una de las principales debilidades que se
encuentran es la falta de regulación, esto da lugar a un volumen de economía sumergida, que por
su propia definición es difícil de cuantificar.
Esto da lugar a lo que mi parecer es el verdadero problema del flamenco, y es que a nivel
artístico, implica que en ocasiones se ofrezcan espectáculos flamencos que no se ajustan
a los niveles mínimos de calidad, lo que da lugar, no sólo al desprestigio del espectáculo,
sino del flamenco en general.
Cuando una persona asistente presencia un espectáculo flamenco, y aprecia que no es lo
que esperaba (un auténtico brote de emociones, una voz penetrante, una guitarra
perfectamente al compás, etc.) realmente el flamenco sufre una herida mortal
Con la correcta gestión de este arte, el cual cuenta con un valor incalculable, se
conseguiría una atracción turística a nivel internacional sin la necesidad de la explotación
masiva del flamenco, ya que por suerte, emana originalidad, sentimiento, emoción a flor
de piel, y es algo que cala en la sociedad, y por ese motivo se ha convertido en un símbolo
reconocido por la UNESCO. Es un arte que brilla con luz propia.
Bibliografía
Amorós, M. (2016). Los Avatares de la cultura como mercancía.
Cruz, R. C. (1997). América Latina: globalización y democracia.
Mª Genoveva Millán Vázquez de la Torre, S. M. (2016). ANÁLISIS DEL FLAMENCO
COMO RECURSO. Cuadernos de Turismo.
Ögmundsdóttir, E. Ö. (2010). Flamenco: una introducción desde su origen.
Roldán, C. C. (2014). El flamenco como constructo patrimonial. Representaciones.
Revista de Turismo y Patrimonio Cultural, 819-835.
Sampedro, J. L. (2011). «NUESTRA CULTURA LO HA CONVERTIDO TODO EN
MERCANCÍA». (P. Blázquez, Entrevistador)
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