He sido recurrente en las pocas notas que logro, en los infinitos pensamientos de mí que ahora te encuentran tan, pero tan cerquita que ni siquiera alcanzás a imaginarlo, en estas horas de pensamiento hacia vos por las que quisiera que pagarás tu vida entera como yo pagaría por las tuyas – solo para saber qué pensás de mi...¿pensás? - ; yo no quería seducir a Alejandro, yo quería conquistarlo. Pero no en el sentido tan estricto y literal de la palabra como quizá vos estés creyendo y por ahí derecho tus ojos que ya no soportan un nuevo intento por estar mas abiertos, es más como ese conquistar a los grandes amigos, a los mejores amores , a toda aquella soledad de uno o dos o tres prójimos cuya contiguidad ninguno eligió, hasta de pronto ( pensá y decime que ¡Que ridícula!) se parecía mas a un intento por subir a un lugarcito del mundo tan lejano que a simple vista resultaba y aún no deja de serlo - inalcanzable. Alejandro, y no es que no estés cerca al tacto, a la vista, al beso, es que te lo dije una vez y tengo que repetirlo: existe un Señor que yo conocí, que sus conocidos o amigos no reconocen al nombrarlo y que ni mi razón ni mucho menos mi sin razón me permiten dejar suspendido en... no sé donde, no tengo sitio para vos. Quiero ser con vos franca aunque después te resulte clarita la posibilidad de decirme que soy una cobarde porque nada de esto lo dije de frente. El temor ha sido deslizarme desde la cordura hacia quien sabe donde, ojalá sepás entender desde las imprudencias hasta los pocos chistes que logre en estas líneas pues de todas maneras escribir siempre resulta siendo un parto muy difícil… Lo he mandado a la mierda unas cuantas veces en mis conversaciones solitarias, suena bastante simple visto así pero siempre termino por recibir noticias tuyas que es como abrir una ventana, pero entonces me vienen unas ganas casi incontenibles de abrir más ventanas y, lo que es más grave ( que locura ) de abrir una puerta. Sin embargo, se que estoy condenada a ver la espalda de esa puerta, nunca tan sólida como una buena razón ( has de suponer a qué razón me refiero). Tener noticias tuyas siempre resulta como abrir una ventana pero todavía no es abrir una puerta. Si ésta última se abriera sería la recuperación de vos o mejor dicho, sería la conquista y no la maldita seducción, en todo caso ahora me pregunto para qué intentarlo si tu puerta parece tener una cerradura imposible. Hace unos días, cuando vos estabas demasiado preocupado por tu ombligo y yo por el mío, cuando los únicos problemas reales eran los propios que iban desde Lógica has Psicología Fisiológica pasando por una amplia gama de quejas con distintos colores... lástima que yo no pude contestarte que no dijeras locuras porque sabía que estabas hablando terriblemente en serio y, lastimosamente no pude decirme: “mirá conmigo no va la cosa”, porque conmigo va. Casi como si fuera el corolario de un presagio vos no estas para mi y yo - después de haberme jurado hacer mas sensateces que locuras - tampoco estoy para vos… y ni siquiera me atrevería a decir que estoy enamorada, pero a lo mejor me atrevo a pensarlo. Obviamente el inconveniente es querer saber de vos aunque la prensa asegure que esto se llama intervención y que es prohibido meterse en los asuntos internos de otra nación... será que me recibís como república amiga?. A esta altura tengo un silencio a dos voces , no tengo respuesta a ninguna pregunta tuya porque sencillamente carezco de tus preguntas pero yo si tengo preguntas para hacerte que ya he decidido abandonar; me he fabricado una respuesta a puñetazos y estoy sinceramente convencida. Esas cosas sencillitas que uno entiende sin necesidad de explicaciones. Sabés no? Que este blanco y negro te haga levantarte de donde estás y me des un abrazo de molusco cefalópodo con ocho tentáculo, o sea de pulpo según Larousse.