Subido por Diana Maria Alvarez Amariles

Alejo Velez Botero

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He sido recurrente en las pocas notas que logro, en los infinitos pensamientos de
mí que ahora te encuentran tan, pero tan cerquita que ni siquiera alcanzás a
imaginarlo, en estas horas de pensamiento hacia vos por las que quisiera que
pagarás tu vida entera como yo pagaría por las tuyas – solo para saber qué pensás
de mi...¿pensás? - ; yo no quería seducir a Alejandro, yo quería conquistarlo. Pero
no en el sentido tan estricto y literal de la palabra como quizá vos estés creyendo y
por ahí derecho tus ojos que ya no soportan un nuevo intento por estar mas
abiertos, es más como ese conquistar a los grandes amigos, a los mejores amores , a
toda aquella soledad de uno o dos o tres prójimos cuya contiguidad ninguno
eligió, hasta de pronto ( pensá y decime que ¡Que ridícula!) se parecía mas a un
intento por subir a un lugarcito del mundo tan lejano que a simple vista resultaba y aún no deja de serlo - inalcanzable. Alejandro, y no es que no estés cerca al tacto,
a la vista, al beso, es que te lo dije una vez y tengo que repetirlo: existe un Señor
que yo conocí, que sus conocidos o amigos no reconocen al nombrarlo y que ni mi
razón ni mucho menos mi sin razón me permiten dejar suspendido en... no sé
donde, no tengo sitio para vos.
Quiero ser con vos franca aunque después te resulte clarita la posibilidad de
decirme que soy una cobarde porque nada de esto lo dije de frente. El temor ha
sido deslizarme desde la cordura hacia quien sabe donde, ojalá sepás entender
desde las imprudencias hasta los pocos chistes que logre en estas líneas pues de
todas maneras escribir siempre resulta siendo un parto muy difícil…
Lo he mandado a la mierda unas cuantas veces en mis conversaciones solitarias,
suena bastante simple visto así pero siempre termino por recibir noticias tuyas que
es como abrir una ventana, pero entonces me vienen unas ganas casi incontenibles
de abrir más ventanas y, lo que es más grave ( que locura ) de abrir una puerta. Sin
embargo, se que estoy condenada a ver la espalda de esa puerta, nunca tan sólida
como una buena razón ( has de suponer a qué razón me refiero). Tener noticias
tuyas siempre resulta como abrir una ventana pero todavía no es abrir una puerta.
Si ésta última se abriera sería la recuperación de vos o mejor dicho, sería la
conquista y no la maldita seducción, en todo caso ahora me pregunto para qué
intentarlo si tu puerta parece tener una cerradura imposible.
Hace unos días, cuando vos estabas demasiado preocupado por tu ombligo y yo
por el mío, cuando los únicos problemas reales eran los propios que iban desde
Lógica has Psicología Fisiológica pasando por una amplia gama de quejas con
distintos colores... lástima que yo no pude contestarte que no dijeras locuras
porque sabía que estabas hablando terriblemente en serio y, lastimosamente no
pude decirme: “mirá conmigo no va la cosa”, porque conmigo va.
Casi como si fuera el corolario de un presagio vos no estas para mi y yo - después
de haberme jurado hacer mas sensateces que locuras - tampoco estoy para vos… y
ni siquiera me atrevería a decir que estoy enamorada, pero a lo mejor me atrevo a
pensarlo. Obviamente el inconveniente es querer saber de vos aunque la prensa
asegure que esto se llama intervención y que es prohibido meterse en los asuntos
internos de otra nación... será que me recibís como república amiga?.
A esta altura tengo un silencio a dos voces , no tengo respuesta a ninguna pregunta
tuya porque sencillamente carezco de tus preguntas pero yo si tengo preguntas
para hacerte que ya he decidido abandonar; me he fabricado una respuesta a
puñetazos y estoy sinceramente convencida. Esas cosas sencillitas que uno
entiende sin necesidad de explicaciones. Sabés no?
Que este blanco y negro te haga levantarte de donde estás y me des un abrazo de
molusco cefalópodo con ocho tentáculo, o sea de pulpo según Larousse.
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