(Universidad Autónoma de Entre Ríos) F. C. y T. Profesorado en Matemática Cátedra: Pedagogía Docentes: Mercedes, Fernández Modalidad: individual Alumna: Bárbara Froloff Tema: Cierre del módulo ‘‘El pensamiento pedagógico’’ Fecha de entrega: lunes 4 de mayo del 2020 CONSIGNAS A medida que se vaya desarrollando la conferencia les pido que tomen nota -a modo de borradorde aquello que les llama la atención: sea una idea, una palabra, un autor, una pregunta. Si recuerdan, en unos de los audios le comenté que nos teníamos que preguntar sobre: "qué nos hizo desear ser docentes" y en ese "qué”, confluyen, situaciones, personas.... experiencias. Si "aparece algo" (un recuerdo, un pensamiento) de los que los llevó a estudiar para ser profesores de matemática, regístrenlo, como si fuera un diario personal, dentro de este borrador. Por otra parte, como vimos en el texto anterior, la Pedagogía tiene un "vocabulario específico” … ¿qué palabras retoma Larrosa? ¿A qué autores convoca para invitarnos a pensar? ¿Cuáles son las preguntas que trae? Elige una canción, poesía o dibujo (puede ser de tu autoría) que se vincule a lo que has registrado, comunícala y comenta el porqué de esa elección. Este trabajo lo van a presentar manuscrito como borrador (con letra legible). Registren el trabajo por fotos y lo envían vía mail o WhasApp Análisis de la conferencia y relación con el texto de Daniel Brailovsky. Jorge Larrosa comienza su discurso hablando de la diferencia entre el estudiar y el aprender. Podemos traer a colación el texto de Daniel Brailovsky donde hace referencia de cómo piensa la pedagogía. Aquí se nota la diferencia entre los dos aspectos. La primera puede entenderse como aquellos contenidos que son dados en las instituciones de manera obligatoria, determinados por el Estado (las tablas de multiplicar, los nombres de las provincias, los ríos, entre otros) y que cada alumno debe estudiar para lograr formarse e introducirse a la cultura y sociedad de un país puesto que, según Brailovsky, sirven para que existan puntos de encuentros, experiencias en común, formas de vida y símbolos compartidos entre todas las personas para tener algo en común con todas ellas. Ahora bien, cuando uno habla de aprender algo, habla de una vocación. Larrosa cita a Deles para analizar su punto de vista de la vocación, la misma dice ‘‘aprender una vocación, concierne esencialmente de los signos’’. Podemos ver dos puntos importantes en esta cita. En primer lugar, se habla de los signos; hay un mundo que los emite constantemente y que piden ser descifrados. Por otra parte, habla del aprender como una manera de hacerse sensible a estos signos puesto que hay una materia por descifrar. Teniendo en cuenta ambos aspectos uno puede analizar la pregunta ¿Qué mundo me interesa a mí? Se puede singularizar el mundo dependiendo de aquellos signos a los que somos sensibles; solo en ese momento, podemos descubrir la vocación que deseamos aprender. Por ello cuando uno habla de aprender, hace referencia al aprendizaje de ese mundo que nos interesa y lo podemos analizar a profundidad. Al analizar esta cita, recuerdo un momento en el que buscaba decidir qué estudiar. El deseo de ser docente comenzó cuando ayudaba a mis compañeros con las explicaciones de temas que no terminaban de entender y me quedaba luego del horario de clase para poder enseñar algún tema del cual teníamos examen. Me daba cuenta de lo mucho que me gustaba explicar y ayudar a otros a que puedan entender. Lo que me llevó a estudiar Matemáticas es querer saber más acerca de estas ciencias abstractas, cómo el mundo entero está en este lenguaje y por qué es así. Por ello la respuesta a la pregunta ¿Qué mundo me interesa? Pude identificarme con un fragmento de la conferencia que me hizo recordar nuevamente por qué he decidido estudiar matemáticas. “Descubrir una vocación significa descubrir cuál es el mundo que nos interesa: el mundo de la arquitectura, el mundo de la medicina, el mundo de la educación, el mundo de la escuela. Por tanto, sería singularizar algún mundo en el interior del mundo. Y ese descubrimiento del mundo que nos atrae tiene algo que ver con el amor. Enamorarse es individualizar algo o a alguien por los signos que emite. Es sensibilizarse a esos signos y hacer de esos signos un aprendizaje” Uno puede llegar a pensar que ha encontrado los signos a los que es sensibles pero lo que define realmente cuál es el mundo que nos interesa es cuando individualizamos los signos. Por otro lado, Larrosa se enfocó en el oficio de profesor. Cuando habla acerca del oficio y de no de profesión alude a que esta última palabra viene contaminada por la ideología del profesionalismo y de la profesionalización mientras que la primera habla de un profesor comunicador y se remite a la artesanía, es decir, lo compara con un artista el cual se expresa y el público aprende a hacer conexiones. Este oficio se encuentra en permanente formación y es adaptable a los cambios. Desde mi punto de vista, al ejercer dicho oficio en las instituciones, cada cual, en su área, lo que hacemos es darle una posibilidad al estudiante de que descubra aquello que le gusta, es por ello que se menciona a la escuela como un ‘‘gigante emisor de signos’’ puesto que los signos son muy variados. Ahora bien, cuando se menciona que los tiempos y los alumnos han cambiado se puede relacionar con lo que sostiene Brailovsky acerca de este asunto. Este sostiene que el conocimiento que ofrece el acto educativo ayuda a orientarse al mundo y como éste está en constante cambio los medios que harán falta para orientarse en él habrán de cambiar. Larrosa también habla de la palabra aprendizaje y habla de la escuela como un tipo particular de aprendizaje; sin embargo, aprender no es lo mismo que estudiar ya que en armonía con Brailovsky, no todo lo que se enseña y uno debe estudiar es sinónimo de aprendizaje. En su libro ‘‘P de profesor’’ el autor habla de la palabra aprendizaje desde dos puntos de vista, desde la psicología cognitiva y desde lo economía. Desde el primero, analiza como esta palabra constituye una ideología, una manera de entender la educación y el oficio de profesor; sin embargo, el aprender debe ser autónomo y significativo. Y aquí la función del profesor es organizar y ver la manera de facilitar el aprendizaje. En segundo lugar, habla del aprendizaje como una función económica donde los estudiantes son vistos como posibles mercancías para una sociedad capitalista cognitiva y donde las instituciones educativas cumplen el papel de formador de material para mercancías lo cual se relaciona con la calidad, donde estas instituciones compiten en publicidad entre si para atraer a los clientes (estudiantes), por lo que se pueden pensar como una empresa. Ahora bien, también remarca la diferencia entre una escuela digna y una escuela de calidad, la cual se relaciona con la mercantilización cuando lo social ingresa a estas instituciones. Por otra parte, Larrosa hace hincapié en que una institución debe educar y para ello se debe cuidar el vocabulario o la lengua del oficio puesto que, al educar a los estudiantes en la vocación que elija, deben aprender la lengua de esta. Nuevamente se puede relacionar con el texto de Daniel Brailovsky en relación con la pedagogía o formación de pedagogos. Cuando menciona que la pedagogía ofrece vocablos hace referencia a que cuando recorremos por ideas, pensamientos, e intuiciones acerca de la educación, se establece un contacto con la lengua de dicho oficio lo que permite elaborar un vocabulario apto para expresarnos en dicho ámbito. En conclusión, podemos ver que el oficio del profesor desde el punto de vista del aprendizaje no es transmitir solo una parte del mundo sino como alguien que gestiona el aprendizaje en general; desde el punto de vista de la vocación, como aquellos que enseñan a otros los signos para que puedan escoger a cuáles son más sensibles. El oficio de profesor no tiene que ver con competencias, sino con un modo de ser o de actuar el cual implica un compromiso o realizar cuestionamientos de la educación de manera didácticas. Dibujo: los hemisferios en relación con los signos. Elegí esta imagen como representación de la parte de la conferencia de Jorge Larrosa que se identifica con mi forma de pensar y la manera en la que uno ve los signos. Se pudo analizar que el mundo emite signos y que buscar que se descifren y muchas veces uno puede escoger aquello a lo que le apasiona cuando logra una conexión con estos signos. En las instituciones es normal encontrar estudiantes que sobresalen en algunas materias y que le van mal en otras. En diversas ocasiones se ha escuchado decir que los hemisferios del cerebro pueden dividirse entre el izquierdo (analítico) y el derecho (intuitivo). Por ello los estudiantes son libres de elegir qué hemisferio hacer dominante, es decir, que signos elegirán para aprender una vocación. Hay estudiantes que son creativos y otros analíticos. No quiere decir que si un estudiante, por ejemplo, le gusta el arte (dibujo, música) y no se haya con las ciencias como matemática o biología está dado por perdido.