¿Qué tipo de interpretación jurídica ha de ser preferente: la interpretación sistemática de las normas o la interpretación consecuencia lista de las mismas? ¿Por qué? Atendiendo que la operación interpretativa consistente en atribuir un determinado significado a la norma o normas que el juez trae como material normativo al caso y asimismo en precisar cuál es el campo de aplicación de este marco normativo, la lleva a cabo el juez aplicando los “métodos de interpretación jurídica”. Sin la aplicación de los métodos interpretativos no es posible que el juez obtenga las premisas para realizar la subsunción de los hechos probados en la/s norma/s traídas al caso como pertinentes para solventar el mismo. Según el operante jurídico realice la interpretación a través de uno u otro método, el resultado de la misma es susceptible de variación. Aquí hay que decir que la elección del método interpretativo va a depender, en buena medida, de la concepción sobre la interpretación jurídica que asuma el juez. Según Tovar (2003)) la operación interpretativa es “la manera de determinar el alcance y sentido de las normas para su aplicación”. Partiendo de lo anterior, se expresa que “Esta interpretación presenta un alto grado de complejidad, lo que implica tensiones al momento de la interpretación, además porque existen enunciados en el texto que son normas que reconocen principios, valores y derechos fundamentales, que hacen necesario tener en cuenta las estructuras sociales y circunstancias al momento de su interpretación y posterior aplicación porque determinan el sentido en el que se debe interpretar las demás normas del texto constitucional y de todo el ordenamiento jurídico en general”. Ante la pregunta ¿Qué tipo de interpretación jurídica ha de ser preferente: la interpretación sistemática de las normas o la interpretación consecuencialista de las mismas? Hay que precisar que la interpretación sistemática trata de mirar íntegramente la Constitución y de dar respuestas normativas constitucionales, no desde un texto normativo específico sino desde el conjunto de reglas y principios constitucionales. Mientras que la interpretación consecuencialista, juzga si algo es bueno tomando en cuenta sus consecuencias. El consecuencialismo es una doctrina jurídica que parte de la comprensión y unificación de dos tipos de racionalidad aplicables en el marco del derecho. Por un lado encontramos la denominada racionalidad teleológica (Tovar, 2003, p. 307), que consiste en la elección de reglas para actuar, que tienen por objeto la realización de fines; en otros términos, es aquella en la cual una acción es buena o correcta, dependiendo de si conduce a la realización de una meta o consecuencia deseada, por oposición a la racionalidad deontológica (Tovar, 2003, p. 307) que no busca las motivaciones de la acción o de la elección en las metas sino en valores, deberes o axiomas que considera inviolables. Visto de este modo, se puede decir que quien esté en condiciones de interpretar la Constitución, siempre que se en defensa de sus derechos, debe someterse a estos criterios o principios para entender las situaciones que a veces suceden cuando se está aplicando las normas que tutelan los derechos que nos asisten, pero esa interpretación solo permite entender a criterio propio los fundamentos de nuestra defensa y no contribuye a la creación, modificación o extinción de alguna norma, es por ello que la Constitución establece taxativamente quienes tienen la competencia de interpretarla. Analizando lo anterior, ha de ser preferente una adecuada combinación entre ambos tipos de interpretación, ya que la interpretación de las normas de derechos fundamentales son una muestra de cómo la idea de un ordenamiento jurídico depende de una concepción mucho más general de la racionalidad práctica en donde puede tener sentido. Pero hay que apuntar que debe ser vista como un programa de interpretación jurídica fundada en una concepción general consecuencialista del bien humano. Sin una mayor claridad acerca de las cuestiones de teoría ética fundamental, tampoco será posible clarificar la pertinencia de la interpretación proporcionalista. Quien alegue su pertinencia debe justificar por qué debemos aceptar el consecuencialismo como criterio de evaluación moral. La evaluación de las consecuencias jurídicas y sociales de una decisión debe verse, en principio, ligada al peso que tengan los diferentes valores o derechos fundamentales en una sociedad y en una época determinada, luego ver la afectación a esos valores y derechos fundamentales, es decir, cuál de las posibilidades de decisión vulnera menos o no vulnera valores y derechos fundamentales frente a las opciones de decisión que vulneran desproporcionadamente un valor o derecho. En síntesis, la valoración de las consecuencias jurídicas y sociales de la decisión constituye no el único sino uno de los límites al poder discrecional del juez a la hora de la toma de la decisión. Ambos métodos de interpretación, ayudan al Juez en búsqueda de la explicación de las herramientas de las que se debe valer el operador jurídico para la toma de una decisión, ya que han surgido diferentes métodos de interpretación y argumentación, pero como el derecho tiene una evolución constante, estos métodos han sido insuficientes, en el entendido de que el derecho no solo está conformado por reglas, sino por los principios que hoy se consideran como normas vinculantes Referencias Referencias Monroy, M. G. (2001). Introducción al derecho. (12 ed.). Bogotá: Temis. Tovar, J. H. (2003). El lugar de las consecuencias de la argumentación jurídica. En: Teoría jurídica reflexiones críticas. (pp 307). Bogotá: Universidad Libre Cátedra Gerardo Molina. Uprimny, R: & y Rodríguez, A. A. (2003). Interpretación judicial, módulo de autoformación. Bogotá: Consejo Superior de la Judicatura y UNIBIBLOS.