Secretario: Expediente: Escrito: 01 Sumilla: Demanda de Acción Popular AL SEÑOR JUEZ DEL JUZGADO ESPECIALIZADO EN LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPERIOR DE LIMA ………………………………………….. (en adelante, el "Demandante"), con Documento Nacional de Identidad No. […], y domicilio en […] , provincia y departamento de Lima, señalando domicilio procesal para estos efectos en Av. Benavides 1180, Piso 6, Miraflores, Lima, y con Casilla Electrónica del Poder Judicial No. 55993, a Usted atentamente digo: 1. DEL DEMANDADO Y SU DIRECCIÓN El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos debidamente representado por el señor Ministro, Salvador Heresi Chicoma, y por el Procurador Público competente, Erick Samuel Villaverde Sotelo, a quienes se les deberá de notificar en Scipión Llona 350, Miraflores, Lima 18. 2. PETITORIO Interpongo Demanda de Acción Popular contra el primer párrafo de la Primera Disposición Complementaria Modificatoria del Decreto Supremo N° 019-2017JUS, publicado el 15 de setiembre de 2017, que modifica el Reglamento de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública, Decreto Supremo N° 0722003-PCM. para que se declare su inconstitucionalidad, dejando sin efecto dicho párrafo y se derogue, así como todos los documentos y normas conexas que se sustenten en dicha disposición. 3. DERECHOS AFECTADOS Derecho de Acceso a la Información Pública, reconocido en el Artículo 2, inciso 5 de la Constitución Política del Perú, que lo define como el derecho de cualquier persona a: “(...) solicitar sin expresión de causa la información que requiera y a recibirla de cualquier entidad pública, en el plazo legal, con el costo que suponga el pedido.” 4. FUNDAMENTOS DE HECHO 4.1. El 6 de octubre de 2016, mediante la Ley N° 30506, “Ley que delega en el Poder Ejecutivo la Facultad de legislar en materia de reactivación económica y formalización, seguridad ciudadana, lucha contra la corrupción, agua y saneamiento y reorganización de Petroperú S.A.,” el Congreso de la República delegó en el Poder Ejecutivo la facultad de legislar en materia de lucha contra la corrupción, por el término de noventa (90) días calendario. En dicho dispositivo legal estableció en su artículo 2, inciso 3, literal a) y b) que el Poder Ejecutivo estaba facultado para legislar en materia de lucha contra la corrupción a fin de crear la Autoridad Nacional de Transparencia y Acceso a la Información Pública, así como aprobar medidas orientadas a la lucha contra la corrupción proveniente de cualquier persona, incluyendo medidas para facilitar la participación de los ciudadanos mediante mecanismos que permitan la oportuna y eficaz recepción de denuncias sobre actos de corrupción. 4.2. En el marco de dicha delegación de facultades, el 6 de enero de 2017 se publicó en el diario El Peruano, el Decreto Legislativo N° 1353, “Decreto Legislativo que crea la Autoridad Nacional de Transparencia y Acceso a la Información Pública, fortalece el Régimen de Protección de Datos Personales y la regulación de la gestión de intereses” (en adelante “Decreto Legislativo N° 1353”). Asimismo, dentro de las disposiciones complementarias finales de esta norma se ordena la aprobación de su Reglamento en un plazo máximo de noventa (90) días. 4.3. En correspondencia, el 14 de setiembre de 2017 se publicó en el Diario Oficial El Peruano el Decreto Supremo N° 019-2017-JUS, (en adelante “Reglamento del Decreto Legislativo N° 1353”), dentro del cual no solo se desarrolló la aplicación de de esta ley sino que se modificaron otras normas y procedimientos contemplados en la Ley N° 27806, “Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública” y su Reglamento (en adelante “Ley de Transparencia” y “Reglamento de la Ley de Transparencia” respectivamente). 4.4. Dentro de las modificaciones realizadas se encuentra una ubicada en el primer párrafo de la sección de Disposiciones Complementarias Modificatorias, que modifica el Artículo 16-A “Denegatoria de acceso y procesamiento de datos preexistentes” del Reglamento de la Ley de Transparencia en los términos siguientes: Artículo 16-A.— Denegatoria de acceso y procesamiento de datos preexistentes La información contenida en correos electrónicos o en aplicaciones de mensajería electrónica de los funcionarios públicos no es de acceso público. Asimismo, conforme al artículo 13 de la Ley, el procesamiento de datos preexistentes opera respecto de información contenida en una base de datos electrónica, o cuando la entidad tenga la obligación de gestionar la información en una base de datos electrónica, salvaguardando las excepciones previstas en los artículo 15, 16 y 17 del Texto Único Ordenado (TUO) de la Ley N° 27806, Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública. Este procesamiento consiste en la presentación de la información bajo cualquier forma de clasificación, agrupación o similar que permita su utilización. (Énfasis agregado) 4.5. De la modificación anterior se desprende que a través de esta disposición del Reglamento del Decreto Legislativo N° 1353 se ha establecido una nueva excepción al derecho de acceso a la información pública, diferente a las excepciones taxativamente señaladas en el artículo 15 de la Ley de Transparencia. Esta nueva excepción abarca toda información contenida en correos electrónicos o en aplicaciones de mensajería electrónica de funcionarios públicos, independientemente de si dicha información es de naturaleza pública o no o de si ha sido usada o no para el cumplimiento de sus funciones. 5. FUNDAMENTOS DE DERECHO 5.1. Estamos frente a una norma reglamentaria directamente inconstitucional 5.1.1. El primer párrafo de la Primera Disposición Modificatoria del Reglamento del Decreto Legislativo N° 1353, materia de esta demanda de Acción Popular, ha modificado la Ley de Transparencia, su Reglamento y sus normas de desarrollo, creando una nueva excepción al acceso a la información pública, lo que representa una desnaturalización de lo que estas normas disponen en sus respectivos textos. 5.1.2. En el caso de la Ley de Transparencia, su artículo 3 señala expresamente que: “(...) Toda información que posea el Estado se presume pública, salvo las excepciones expresamente previstas por el Artículo 15 de la presente Ley”. En el caso de su Reglamento, los artículos 5, 6 y 16 remiten a la Ley de Transparencia respecto de las excepciones del artículo 15 de tal manera que estas sean comunicadas a la hora de denegar una solicitud de acceso a la información pública. Finalmente, y de forma aún más clara, el TUO de la Ley de Transparencia indica en su artículo 18 que: (...) Los casos establecidos en los artículos 15, 16 y 17 son los únicos en los que se puede limitar el derecho al acceso a la información pública, por lo que deben ser interpretados de manera restrictiva por tratarse de una limitación a un derecho fundamental. No se puede establecer por una norma de menor jerarquía ninguna excepción a la presente Ley (Énfasis agregado). 5.1.3. Aclarado este punto, queremos destacar en esta primera parte que nuestra fundamentación descansa sobre el concepto de los “reglamentos directamente inconstitucionales”. De acuerdo con Juan Carlos Morón, estos reglamentos son aquellos que “de manera inmediata transgrede(n), viola(n) o es(son) incompatible(s) con un precepto constitucional, como por ejemplo, un reglamento autónomo por su contenido viole algún derecho fundamental de los ciudadanos.”1 En el presente caso señalamos que la trasgresión de preceptos constitucionales se da en al menos dos momentos. 5.1.4. El primero es la violación del artículo 2, inciso 5 de la Constitución Política del Perú que establece que todos tenemos derecho a solicitar y recibir información de las entidades de la Administración Pública, salvo en los casos que esta afecte la intimidad personal, esté excluida por la ley o por razones de seguridad nacional. Como podemos deducir de lo contemplado hasta ahora, el párrafo del Reglamento del Decreto Legislativo N° 1353 que crea la nueva excepción a la Ley de Transparencia limita el derecho fundamental al acceso a la información pública y no lo hace bajo algunas de las modalidades contempladas por la Constitución. Como lo ha reconocido el Tribunal Constitucional, respecto de este derecho se reconocen dos variantes: una individual y una colectiva. La individual se corresponde con la posibilidad del solicitante para ejercer otros derechos y la colectiva está referida a la posibilidad de formar opinión pública y al control constitucional sobre los representantes de la sociedad.2 Por tanto, la nueva excepción planteada por el Reglamento del Decreto Legislativo N° 1353 no solo viola formalmente el precepto constitucional, sino que su efecto se extiende a los derechos conexos al ejercicio de acceso a la información pública. 5.1.5. La segunda trasgresión es la violación del artículo 51 de la Constitución Política del Perú, que señala la primacía de nuestra Carta Magna sobre todas las normas legales y a su vez la primacía de estas sobre otras normas de menor jerarquía. Teniendo en cuenta que la situación descrita es la de un Reglamento que desnaturaliza lo establecido en una norma legal de mayor jerarquía, parece evidente cual de ellas debe prevalecer en dicho conflicto. Al respecto el Tribunal Constitucional ha dicho lo siguiente: La fuerza normativa de la que está investida la Administración se manifiesta por reglamentaria. antonomasia El en reglamento es el la ejercicio de norma que, su potestad subordinada directamente a las leyes e indirectamente a la Constitución, puede, de un lado, desarrollar la ley, sin transgredirla ni brinda a la comunidad. Los primeros son los llamados reglamentos secundum legem, de ejecución, o reglamentos ejecutivos de las leyes, los cuales están llamados a complementar y desarrollar la ley que los justifica y a la que se deben. (...)3 (Énfasis agregado) 5.1.6. Ahora bien, decimos que existe una situación de desnaturalización o trasgresión en la medida en que el Reglamento del Decreto Legislativo N° 1353 ha contradecido una disposición muy clara de la Ley de Transparencia: la de no añadir nuevas excepciones al acceso a la información pública, salvo que estas sean introducidas por otra ley de igual jerarquía. Si bien este Reglamento desarrolla lo dispuesto por el Decreto Legislativo N° 1353, que sí es una norma de igual jerarquía que la Ley de Transparencia, en esta no se hace ninguna mención a nuevas excepciones o se establece algún nuevo régimen de tratamiento de la información contenida en correos electrónicos o aplicaciones de mensajería electrónica de funcionarios públicos. 5.1.7. En el mismo sentido, La Corte Suprema de Justicia entiende que se incurre en una transgresión o desnaturalización cuando se sustrae la esencia de la ley, se transgrede sus fines o se desnaturaliza esta hacia propósitos no queridos o no pensados por el Legislador.4 En suma, la potestad reglamentaria “siempre tiene que ejecutarse respetando los fines y objetivos inmersos en cada ley dictada por el Parlamento”.5 Sobre este punto también cabe indicar que es función de los reglamentos: (...) asegurar la correcta aplicación y la real ejecución de la voluntad de la ley a través de este instrumento normativo, por lo que no le está permitido modificar, suspender, desnaturalizar los fines de la norma, limitar o corregir una Ley, ni puede limitar los derechos o situaciones jurídicas favorables a los ciudadanos establecidos en la ley, ni tampoco ampliar o endurecer lasobligaciones o situaciones desfavorables. Hacerlo será incurrir en una ilegalidad material o sustancial.6 (Énfasis agregado) 5.1.8. Por todo lo anterior, resulta claro que el párrafo del Reglamento del Decreto Legislativo N° 1353 que suma una nueva excepción a la Ley de Transparencia adolece de una inconstitucionalidad cuando menos formal. Es decir, que es contraria a la Constitución pues su mera existencia contraviene directamente lo dispuesto en el artículo 2, inciso 5 y el artículo 51 de la misma, que protege el derecho al acceso a la información pública y ampara la existencia misma del Estado social y democrático de derecho respectivamente. Este argumento en sí mismo es suficiente para encontrar fundada esta Acción Popular. 5.2. No existe interpretación constitucionalmente admisible de la norma impugnada 5.2.1. No obstante, en el entendido de que parte de la labor del juez constitucional es determinar si existe una interpretación constitucional de una norma impugnada, hallamos que solo existen dos supuestos bajo los cuales esto resulta viable. a. El primero de ellos es que la nueva excepción haya sido introducida o al menos sugerida como posibilidad en abstracto en el Decreto Legislativo N° 1353, dado que así se estaría cumpliendo al menos formalmente con el requisito de que una ley (en este caso la Ley de Transparencia) solo puede ser modificada por otra de su misma jerarquía (en este caso el Decreto Legislativo N° 1353). Sin embargo, como ya lo hemos mencionado, esto no ha ocurrido. b. El segundo caso es aceptar que la modificación introducida por el Reglamento del Decreto Legislativo N° 1353 no crea ninguna excepción, sino que solo hace una precisión técnica o procedimental que desarrolla los límites de las excepciones ya existentes. Bajo esta lectura, dicho párrafo no contraviene la Constitución y tampoco lo previsto por la Ley de Transparencia, su Reglamento o el TUO. 5.2.2. Con respecto a si las excepciones de la Ley de Transparencia contemplan a la información contenida en correos electrónicos o aplicaciones de mensajería, basta leer el TUO para corroborar que este no es el caso. En los artículos 15, 16 y 17 se hace una lista de supuestos bajo los cuales la información pública puede ser negada y que recaen en tres categorías: información secreta, reservada y confidencial. Ninguna de ellas menciona en forma alguna algún medio específico (ej. discos magnéticos o cintas de video) o plataforma cuyo acceso esté restringido per se. De hecho, muchos mensajes de correo electrónico se imprimen y pasan a formar parte del expediente físico o virtual de una obra o asunto custodiado por una entidad pública. En esos casos, la entidad puede editar o “redactar” parte del contenido del mensaje si es que compromete la privacidad de terceros, por ejemplo, pero en ningún caso negar que dicho mensaje de correo es información pública accesible. 5.2.3. No obstante todo ello, aún podría ser que el acceso estuviera restringido no por una restricción legal sino por la falta de capacidad técnica, normativa específica o de otro tipo. Por ejemplo, la mayoría de funcionarios públicos tienen cuentas de correo institucionales, pero podría ser el caso que no exista una norma imperativa que disponga el almacenamiento de la información transmitida a través de los correos u otras aplicaciones que realicen en el ejercicio de sus funciones, pese a que presumiblemente esta información podría tener naturaleza pública. Sin embargo, esto tampoco ocurre, pues el mismo TUO se encarga de señalar en su artículo 10 que: Las entidades de la Administración Pública tienen la obligación de proveer la información requerida si se refiere a la contenida en documentos escritos, fotografías, magnético o digital, o en cualquier otro grabaciones, soporte formato, siempre que haya sido creada u obtenida por ella o que se encuentre en su posesión o bajo su control. (Énfasis agregado) 5.2.4. Además, en el artículo 21 del mismo texto se establece el deber de conservación de la información y la prohibición de su destrucción, lo que en concordancia con el artículo 10 debe entenderse como la obligación de conservar toda la información, independientemente de si se encuentra en un documento en físico o en un documento virtual almacenado en una computadora o en una cuenta de correo. Es más, en este último punto, vale la pena resaltar que desde hace varios años las solicitudes de acceso a la información tienen estandarizada la opción de solicitar la entrega de la información por correo electrónico, lo que requiere la digitalización de documentos físicos y su almacenamiento en un repositorio (que los habilita para ser re enviados en una futura consulta). Asimismo, muchas entidades actualmente ofrecen la posibilidad de hacer las solicitudes a través de Internet, lo que implica casi siempre el intercambio de correos electrónicos entre el encargado de contestar las solicitudes y las dependencias que poseen la información solicitada. Es una práctica común que en estos casos, el responsable de acceso a la información “reenvíe” la respuesta recibida de la dependencia hacia el solicitante. Este acto es el mejor ejemplo de que la información contenida en un correo electrónico puede contener información pública y que está perfectamente habilitada para ser entregada a cualquier ciudadano que solicite su acceso. 5.2.5. Habiendo descartado la viabilidad de una lectura constitucional del párrafo impugnado del Reglamento del Decreto Legislativo N° 1353, queremos añadir algo más sobre la naturaleza de la información contenida en correos electrónicos y otras aplicaciones tecnológicas. Aún aceptando que es posible que el contenido producido en estas plataformas pueda tener naturaleza pública y que su acceso no está restringido por la Ley de Transparencia, todavía podría existir un reparo respecto de si corresponde en este caso la protección surgida del derecho al secreto de las comunicaciones. Si fuera así, al encontrarnos en un conflicto de derechos fundamentales (acceso a la información pública vs. derecho al secreto de las comunicaciones/intimidad), la resolución del mismo estaría más allá de la decisión de cualquier funcionario público y tendría que ser ponderado dentro de un proceso jurisdiccional. No obstante, este aparente conflicto ya ha sido zanjado por el Tribunal Constitucional hace varios años, pues se ha sostenido en reiterada jurisprudencia que el derecho al secreto de las comunicaciones protege la reserva de la comunicación en el ejercicio del derecho a la vida privada, siempre que exista una expectativa razonable de confidencialidad, la que se define no por el contenido de los mensajes emitidos sino por la cualidad del medio técnico de comunicación empleado.7 En ese sentido, no puede decirse que exista dicha expectativa cuando un funcionario público en el ejercicio de sus funciones emite mensajes empleando su correo institucional, sin importar la plataforma que utilice (su computadora, aplicaciones de mensajería, etc.). Más aún si existen muchas otras normas que regulan la actuación de los mismos en el horario de trabajo, prohibiéndoles inclusive realizar actividades diferentes al cumplimiento de sus obligaciones. Además, si no fuera suficiente, el Tribunal también ha declarado en otra sentencia que: (…) La información o los datos (totales o parciales) registrados en documentos que por cualquier medio se encuentren sujetos (total o parcialmente) al principio de transparencia no se encuentran protegidos por el derecho al secreto de los documentos y, en consecuencia, no pesa sobre terceras personas el deber jurídico de mantener la reserva o confidencialidad de los mismos.”8 (Énfasis agregado) 5.2.6. Sin dejar de señalar que es posible que en ocasiones el contenido de un correo electrónico o aplicación de mensajería podría contener información que sí se encuentre dentro de alguna de las excepciones de la Constitución o la Ley de Transparencia (información secreta, reservada, confidencial o íntima), esto no impide en forma alguna que el resto de la información que sí sea de acceso público sea entregada al solicitante. Esta interpretación está respaldada por el artículo 19 del TUO de la Ley de Transparencia que ordena que si un documento contiene parcialmente información que no sea de acceso público (por causa de las excepciones), la entidad pública deberá igualmente permitir el acceso a la parte que si contiene información de acceso público. Por supuesto, en este razonamiento no están contemplada en forma alguna la información transmitida a través de correos electrónicos privados o aplicaciones de mensajería en las que se emplean números de teléfono o cuentas privadas, diferentes a las institucionales o provistas por la Adminstración Pública. 5.3. El Reglamento del Decreto Legislativo N°1353 lesiona el Principio de Transparencia 5.3.1. En los puntos anteriores hemos acusado la inconstitucionalidad del párrafo impugnado del Reglamento del Decreto Legislativo N° 1353 basándonos en que: (a) contradice en diferentes puntos a la Constitución, y, (b) no existe una interpretación constitucional del mismo, basados en el hecho de que la información que desea restringir se presume de acceso público por la Ley de Transparencia y no existe ningún otro conflicto con otros derechos como el del secreto a las comunicaciones. Sin embargo, la vigencia de la norma señalada tiene también un efecto perjudicial que va más allá de las contradicciones que causa en el sistema normativo: afecta al principio constitucional de la transparencia. 5.3.2. El principio de transparencia es un principio de nuestro Estado Democrático y Social de Derecho que se encuentra implícito en la Constitución.9 Este principio implica un giro en la concepción del actuar del Estado pues, en contraposición a la “cultura del secreto” (cultura según la cual la Administración se creía dueña de la información10) y de la mano con el principio de publicidad, en palabras del Tribunal Constitucional: Se comprende que toda información en poder del Estado o de las personas jurídicas bajo el régimen privado que prestan servicios públicos o ejerzan función administrativa, en virtud de concesión, delegación o autorización, es en principio pública. Todo documento que haya sido confeccionado bajo el financiamiento del presupuesto público es en principio público.11 5.3.3. En el mismo sentido, destaca su importancia en las democracias contemporáneas, pues, en la medida que el poder emana del pueblo: (...) en nombre del pueblo, sino para él. La puesta en práctica del principio de transparencia coadyuva a combatir los índices de corrupción en el Estado y, mismo tiempo, constituye una herramienta efectiva contra la impunidad del poder permitiendo que el pueblo tenga acceso a la forma como se ejerce la delegación del poder12. 5.3.4. De igual manera, la información relativa a cómo se maneja la cosa pública es un bien público que tiene que estar al alcance de todos en miras a “posibilitar la plena eficacia de los principios de publicidad y transparencia.”13 Así, en la medida que la transparencia implica la “la práctica de colocar la información –del gobierno- en la vitrina pública para que aquellos interesados puedan revisarla, analizarla, y, en su caso, usarla como mecanismo para sancionar en caso haya anomalías en su interior,”14 puede afirmarse que cualquier acción sin sustento constitucional tendiente a ocultar o sustraer información del acceso público sería contraria al principio de transparencia. 5.3.5. En este mismo sentido también se ha pronunciado la Corte Interamericana de Derechos Humanos al indicar que el actuar del Estado debe estar regido por los principios de publicidad y transparencia y, así, se hace posible el control democrático de la gestión pública y la responsabilidad de los funcionarios públicos.15 La Carta Democrática Interamericana, aprobada el 11 de setiembre del 2001 en Lima, también indica en su artículo 4 que es “componentes fundamentales del ejercicio de la democracia la transparencia de las actividades gubernamentales (...).” 5.3.6. De acuerdo a lo expuesto previamente, se puede concluir que cualquier acción del Estado tendiente a sustraer del acceso público determinada información sin sustento constitucional alguno sería equivalente a promover la “cultura del secretismo” y una afectación al principio constitucional (y convencional16) de transparencia. Así, el modificado artículo, al establecer que “(l)a información contenida en correos electrónicos o en aplicaciones de mensajería electrónica de los funcionarios públicos no es de acceso público,” resulta vulneratorio al principio constitucional de transparencia. 5.3.7. En un contexto como el que se vive actualmente en el país, la existencia de una norma que disminuye el estándar de transparencia, pasa por encima de principios como el de máxima publicidad y restringe diferentes derechos fundamentales como el del acceso a la información, no debe ser tomada a la ligera. Como decíamos al inicio, más allá de sus efectos negativos dentro de la jerarquía normativa, el daño social que puede causar es mucho mayor y permanecerá hasta el momento en que se declare su inconstitucionalidad o sea modificada a través de las otras vías legales existentes. VI. REQUISITOS DE PROCEDENCIA DE LA DEMANDA 6.1. Conforme al inciso 5 del artículo 200 de la Constitución y al artículo 75 del Código Procesal Constitucional, el Proceso de Acción Popular procede contra los reglamentos, normas administrativas y resoluciones de carácter general, cualquiera que sea la autoridad de la que emanen, como en el presente caso. 6.2. En el caso del Proceso de Acción Popular, el artículo 86 del Código Procesal Constitucional señala como requisito especial que debe de adjuntarse a la demanda copia simple de la norma objeto del proceso precisándose el día, mes y año de su publicación. En este caso, dicho requisito queda satisfecho a través del Anexo 1-B del presente escrito. 6.3. De acuerdo con artículo 87 del Código Procesal Constitucional, el plazo para interponer la Demanda de Acción Popular prescribe a los cinco (5) años contados desde el día siguiente de publicación de la norma que se cuestiona. En el presente caso, la norma denunciada fue publicada el 14 de setiembre de 2017, por lo que a la fecha de presentación de esta demanda estamos dentro del plazo de prescripción. 7. MATERIA Y VÍA PROCEDIMENTAL 7.1. Esta demanda tiene por objeto solicitar la defensa de la Constitución frente a infracciones contra su jerarquía normativa. Por tanto, este proceso es de materia constitucional. 7.2. Conforme al inciso 5 del artículo 200 de la Constitución y al artículo 75 del Código Procesal Constitucional, el Proceso de Acción Popular procede contra los reglamentos, normas administrativas y resoluciones de carácter general, cualquiera que sea la autoridad de la que emanen, como en el presente caso. 7.3. Según el artículo 85 del Código Procesal Constitucional, la demanda de acción popular es de competencia exclusiva del Poder Judicial. En el caso de normas de carácter nacional, la competencia recae sobre la Sala correspondiente de la Corte Superior de Lima. 7.4. Mediante Resolución Administrativa No. 319-2008-CE-PJ de fecha 17 de diciembre de 2008, se crearon los Juzgados Constitucionales que asumieron competencia exclusiva para conocer demandas en materia constitucional en el distrito judicial de Lima. 8. MONTO DEL PETITORIO No es cuantificable en dinero 9. MEDIOS PROBATORIOS 9.1. Copia simple de la norma objeto del presente proceso, Decreto Supremo N° 019- 2017 JUS, “Reglamento del Decreto Legislativo N° 1353” publicado en el diario El Peruano el 14 de setiembre de 2017. 10. ANEXOS Anexo 1-A.— Copia simple de mi Documento Nacional de Identidad Anexo 1-B.— Copia simple de la norma objeto del presente proceso, Decreto Supremo N° 019-2017 JUS, “Reglamento del Decreto Legislativo N° 1353” publicado en el diario El Peruano el 14 de setiembre de 2017. POR LO EXPUESTO: A Usted pido admitir a trámite la demanda de acción popular interpuesta. PRIMER OTROSÍ DIGO. — Conforme al Artículo 89 del Código Procesal Constitucional, admitida la demanda, solicito se confiera traslado al órgano emisor de la norma objeto del proceso y se ordene la publicación del auto admisorio. SEGUNDO OTROSÍ DIGO. — Conforme al Artículo 90 del Código Procesal Constitucional, de considerarlo necesario solicito se ordene en el auto admisorio que el órgano remita el expediente conteniendo los informes y documentos que dieron origen a la norma objeto del proceso, dentro de un plazo no mayor de diez días, contado desde la notificación de dicho auto, bajo responsabilidad. Lima, 17 de abril de 2018 MIGUEL ENRIQUE MORACHIMO RODRÍGUEZ Registro CAL No. 66701