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ACCION POPULAR

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Secretario:
Expediente:
Escrito:
01
Sumilla:
Demanda de Acción
Popular
AL SEÑOR JUEZ DEL JUZGADO ESPECIALIZADO EN LO CONSTITUCIONAL DE LA
CORTE SUPERIOR DE LIMA
…………………………………………..
(en
adelante,
el
"Demandante"), con Documento Nacional de Identidad No.
[…], y domicilio en […] , provincia y departamento de Lima,
señalando domicilio procesal para estos efectos en Av.
Benavides 1180, Piso 6, Miraflores, Lima, y con Casilla
Electrónica del Poder Judicial No. 55993, a Usted atentamente
digo:
1.
DEL DEMANDADO Y SU DIRECCIÓN
El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos debidamente representado por el
señor Ministro, Salvador Heresi Chicoma, y por el Procurador Público
competente, Erick Samuel Villaverde Sotelo, a quienes se les deberá de
notificar en Scipión Llona 350, Miraflores, Lima 18.
2.
PETITORIO
Interpongo Demanda de Acción Popular contra el primer párrafo de la Primera
Disposición Complementaria Modificatoria del Decreto Supremo N° 019-2017JUS, publicado el 15 de setiembre de 2017, que modifica el Reglamento de la Ley
de Transparencia y Acceso a la Información Pública, Decreto Supremo N° 0722003-PCM. para que se declare su inconstitucionalidad, dejando sin efecto dicho
párrafo y se derogue, así como todos los documentos y normas conexas que se
sustenten en dicha disposición.
3.
DERECHOS AFECTADOS
Derecho de Acceso a la Información Pública, reconocido en el Artículo 2, inciso
5 de la Constitución Política del Perú, que lo define como el derecho de cualquier
persona a: “(...) solicitar sin expresión de causa la información que requiera y a
recibirla de cualquier entidad pública, en el plazo legal, con el costo que suponga
el pedido.”
4.
FUNDAMENTOS DE HECHO
4.1.
El 6 de octubre de 2016, mediante la Ley N° 30506, “Ley que delega en el
Poder Ejecutivo la Facultad de legislar en materia de reactivación
económica
y
formalización,
seguridad
ciudadana,
lucha
contra
la
corrupción, agua y saneamiento y reorganización de Petroperú S.A.,” el
Congreso de la República delegó en el Poder Ejecutivo la facultad de
legislar en materia de lucha contra la corrupción, por el término de noventa
(90) días calendario. En dicho dispositivo legal estableció en su artículo 2,
inciso 3, literal a) y b) que el Poder Ejecutivo estaba facultado para legislar en
materia de lucha contra la corrupción a fin de crear la Autoridad Nacional
de Transparencia y Acceso a la Información Pública, así como aprobar
medidas orientadas a la lucha contra la corrupción proveniente de cualquier
persona, incluyendo medidas para facilitar la participación de los
ciudadanos mediante mecanismos que permitan la oportuna y eficaz
recepción de denuncias sobre actos de corrupción.
4.2.
En el marco de dicha delegación de facultades, el 6 de enero de 2017 se
publicó en el diario El Peruano, el Decreto Legislativo N° 1353, “Decreto
Legislativo que crea la Autoridad Nacional de Transparencia y Acceso a la
Información Pública, fortalece el Régimen de Protección de Datos
Personales y la regulación de la gestión de intereses” (en adelante
“Decreto Legislativo N° 1353”). Asimismo, dentro de las disposiciones
complementarias finales de esta norma se ordena la aprobación de su
Reglamento en un plazo máximo de noventa (90) días.
4.3.
En correspondencia, el 14 de setiembre de 2017 se publicó en el Diario
Oficial El Peruano el Decreto Supremo N° 019-2017-JUS, (en adelante
“Reglamento del Decreto Legislativo N° 1353”), dentro del cual no solo se
desarrolló la aplicación de
de esta ley
sino que se modificaron otras normas
y procedimientos
contemplados en la Ley N° 27806, “Ley de Transparencia y Acceso a la
Información Pública” y su Reglamento (en adelante “Ley de Transparencia”
y “Reglamento de la Ley de Transparencia” respectivamente).
4.4.
Dentro de las modificaciones realizadas se encuentra una ubicada en el
primer
párrafo
de
la
sección
de
Disposiciones
Complementarias
Modificatorias, que modifica el Artículo 16-A “Denegatoria de acceso y
procesamiento de datos preexistentes” del Reglamento de la Ley de
Transparencia en los términos siguientes:
Artículo 16-A.— Denegatoria de acceso y procesamiento de
datos preexistentes
La información contenida en correos electrónicos o en
aplicaciones de mensajería electrónica de los funcionarios públicos
no es de acceso público.
Asimismo, conforme al artículo 13 de la Ley, el procesamiento de
datos preexistentes opera respecto de información contenida en una
base de datos electrónica, o cuando la entidad tenga la obligación de
gestionar
la
información
en
una
base
de
datos
electrónica,
salvaguardando las excepciones previstas en los artículo 15, 16 y 17
del Texto Único Ordenado (TUO) de la Ley N° 27806, Ley de
Transparencia y Acceso a la Información Pública.
Este procesamiento consiste en la presentación de la información bajo
cualquier forma de clasificación, agrupación o similar que permita su
utilización. (Énfasis agregado)
4.5.
De la modificación anterior se desprende que a través de esta disposición
del Reglamento del Decreto Legislativo N° 1353 se ha establecido una nueva
excepción al derecho de acceso a la información pública, diferente a las
excepciones taxativamente señaladas en el artículo 15 de la Ley de
Transparencia. Esta nueva excepción abarca toda información contenida
en correos electrónicos o en aplicaciones de mensajería electrónica de
funcionarios públicos, independientemente de si dicha información es de
naturaleza pública o no o de si ha sido usada o no para el cumplimiento de
sus funciones.
5.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
5.1.
Estamos frente a una norma reglamentaria directamente inconstitucional
5.1.1. El primer párrafo de la Primera Disposición Modificatoria del Reglamento
del Decreto Legislativo N° 1353, materia de esta demanda de Acción
Popular, ha modificado la Ley de Transparencia, su Reglamento y sus
normas de desarrollo, creando una nueva excepción al acceso a la
información pública, lo que representa una desnaturalización de lo que
estas normas disponen en sus respectivos textos.
5.1.2. En el caso de la Ley de Transparencia, su artículo 3 señala expresamente
que: “(...) Toda información que posea el Estado se presume pública, salvo
las excepciones expresamente previstas por el Artículo 15 de la presente
Ley”. En el caso de su Reglamento, los artículos 5, 6 y 16 remiten a la Ley
de Transparencia respecto de las excepciones del artículo 15 de tal manera
que estas sean comunicadas a la hora de denegar una solicitud de acceso
a la información pública. Finalmente, y de forma aún más clara, el TUO de
la Ley de Transparencia indica en su artículo 18 que:
(...) Los casos establecidos en los artículos 15, 16 y 17 son los únicos
en los que se puede limitar el derecho al acceso a la información
pública, por lo que deben ser interpretados de manera restrictiva por
tratarse de una limitación a un derecho fundamental. No se puede
establecer por una norma de menor jerarquía ninguna excepción a
la presente Ley (Énfasis agregado).
5.1.3. Aclarado este punto, queremos destacar en esta primera parte que nuestra
fundamentación
descansa
sobre
el
concepto
de
los
“reglamentos
directamente inconstitucionales”. De acuerdo con Juan Carlos Morón, estos
reglamentos son aquellos que “de manera inmediata transgrede(n), viola(n)
o es(son) incompatible(s) con un precepto constitucional, como por ejemplo,
un reglamento autónomo por su contenido viole algún derecho fundamental
de los ciudadanos.”1 En el presente caso señalamos que la trasgresión
de preceptos constitucionales se da en al menos dos momentos.
5.1.4. El primero es la violación del artículo 2, inciso 5 de la Constitución Política
del Perú que establece que todos tenemos derecho a solicitar y recibir
información de las entidades de la Administración Pública, salvo en los
casos que esta afecte la intimidad personal, esté excluida por la ley o por
razones de seguridad nacional. Como podemos deducir de lo contemplado
hasta ahora, el párrafo del Reglamento del Decreto Legislativo N° 1353
que crea la nueva excepción a la Ley de Transparencia limita el derecho
fundamental al acceso a la información pública y no lo hace bajo algunas
de las modalidades contempladas por la Constitución. Como lo ha
reconocido el Tribunal Constitucional, respecto de este derecho se
reconocen dos variantes: una individual y una colectiva. La individual se
corresponde con la posibilidad del solicitante para ejercer otros derechos y
la colectiva está referida a la posibilidad de formar opinión pública y al
control constitucional sobre los representantes de la sociedad.2 Por tanto,
la nueva excepción planteada por el Reglamento del Decreto Legislativo N°
1353 no solo viola formalmente el precepto constitucional, sino que su
efecto se extiende a los derechos conexos al ejercicio de acceso a la
información pública.
5.1.5. La segunda trasgresión es la violación del artículo 51 de la Constitución
Política del Perú, que señala la primacía de nuestra Carta Magna sobre
todas las normas legales y a su vez la primacía de estas sobre otras
normas de menor jerarquía. Teniendo en cuenta que la situación descrita
es la de un Reglamento que desnaturaliza lo establecido en una norma
legal de mayor jerarquía, parece evidente cual de ellas debe prevalecer en
dicho conflicto. Al respecto el Tribunal Constitucional ha dicho lo siguiente:
La fuerza normativa de la que está investida la Administración se
manifiesta
por
reglamentaria.
antonomasia
El
en
reglamento es
el
la
ejercicio
de
norma
que,
su
potestad
subordinada
directamente a las leyes e indirectamente a la Constitución, puede,
de un lado, desarrollar la ley, sin transgredirla ni brinda a la
comunidad. Los primeros son los llamados reglamentos secundum
legem, de ejecución, o reglamentos ejecutivos de las leyes, los cuales
están llamados a complementar y desarrollar la ley que los justifica y a
la que se deben. (...)3 (Énfasis agregado)
5.1.6. Ahora bien, decimos que existe una situación de desnaturalización o
trasgresión en la medida en que el Reglamento del Decreto Legislativo N°
1353 ha contradecido una disposición muy clara de la Ley de Transparencia:
la de no añadir nuevas excepciones al acceso a la información pública,
salvo que estas sean introducidas por otra ley de igual jerarquía. Si bien
este Reglamento desarrolla lo dispuesto por el Decreto Legislativo N° 1353,
que sí es una norma de igual jerarquía que la Ley de Transparencia, en
esta no se hace ninguna mención a nuevas excepciones o se establece
algún nuevo régimen de tratamiento de la información contenida en correos
electrónicos o aplicaciones de mensajería electrónica de funcionarios
públicos.
5.1.7. En el mismo sentido, La Corte Suprema de Justicia entiende que se incurre
en una transgresión o desnaturalización cuando se sustrae la esencia de la
ley, se transgrede sus fines o se desnaturaliza esta hacia propósitos no
queridos o no pensados por el Legislador.4 En suma, la potestad
reglamentaria “siempre tiene que ejecutarse respetando los fines y
objetivos inmersos en cada ley dictada por el Parlamento”.5 Sobre este
punto también cabe indicar que es función de los reglamentos:
(...) asegurar la correcta aplicación y la real ejecución de la voluntad de la
ley a través de este instrumento normativo, por lo que no le está
permitido modificar, suspender, desnaturalizar los fines de la norma,
limitar o corregir una Ley, ni puede limitar los derechos o
situaciones jurídicas favorables a los ciudadanos establecidos en la
ley, ni tampoco ampliar o endurecer lasobligaciones o situaciones
desfavorables. Hacerlo será incurrir en una ilegalidad material o
sustancial.6 (Énfasis agregado)
5.1.8. Por todo lo anterior, resulta claro que el párrafo del Reglamento del Decreto
Legislativo N° 1353 que suma una nueva excepción a la Ley de Transparencia
adolece de una inconstitucionalidad cuando menos formal. Es decir, que es
contraria
a
la
Constitución
pues
su
mera
existencia
contraviene
directamente lo dispuesto en el artículo 2, inciso 5 y el artículo 51 de la
misma, que protege el derecho al acceso a la información pública y ampara
la existencia misma del Estado social y democrático de derecho
respectivamente. Este argumento en sí mismo es suficiente para encontrar
fundada esta Acción Popular.
5.2.
No existe interpretación constitucionalmente admisible de la norma
impugnada
5.2.1. No obstante, en el entendido de que parte de la labor del juez
constitucional es determinar si existe una interpretación constitucional de
una norma impugnada, hallamos que solo existen dos supuestos bajo los
cuales esto resulta viable.
a.
El primero de ellos es que la nueva excepción haya sido introducida o
al menos sugerida como posibilidad en abstracto en el Decreto
Legislativo N° 1353, dado que así se estaría cumpliendo al menos
formalmente con el requisito de que una ley (en este caso la Ley de
Transparencia) solo puede ser modificada por otra de su misma
jerarquía (en este caso el Decreto Legislativo N° 1353). Sin embargo,
como ya lo hemos mencionado, esto no ha ocurrido.
b.
El segundo caso es aceptar que la modificación introducida por el
Reglamento del Decreto Legislativo N° 1353 no crea ninguna
excepción, sino que solo hace una precisión técnica o procedimental
que desarrolla los límites de las excepciones ya existentes. Bajo esta
lectura, dicho párrafo no contraviene la Constitución y tampoco lo
previsto por la Ley de Transparencia, su Reglamento o el TUO.
5.2.2. Con respecto a si las excepciones de la Ley de Transparencia contemplan
a la información contenida en correos electrónicos o aplicaciones de
mensajería, basta leer el TUO para corroborar que este no es el caso. En
los artículos 15, 16 y 17 se hace una lista de supuestos bajo los cuales la
información pública puede ser negada y que recaen en tres categorías:
información secreta, reservada y confidencial. Ninguna de ellas menciona
en forma alguna algún medio específico (ej. discos magnéticos o cintas de
video) o plataforma cuyo acceso esté restringido per se. De hecho, muchos
mensajes de correo electrónico se imprimen y pasan a formar parte del
expediente físico o virtual de una obra o asunto custodiado por una entidad
pública. En esos casos, la entidad puede editar o “redactar” parte del
contenido del mensaje si es que compromete la privacidad de terceros, por
ejemplo, pero en ningún caso negar que dicho mensaje de correo es
información pública accesible.
5.2.3. No obstante todo ello, aún podría ser que el acceso estuviera restringido no
por una restricción legal sino por la falta de capacidad técnica, normativa
específica o de otro tipo. Por ejemplo, la mayoría de funcionarios públicos
tienen cuentas de correo institucionales, pero podría ser el caso que no
exista una norma imperativa que disponga el almacenamiento de la
información transmitida a través de los correos u otras aplicaciones que
realicen en el ejercicio de sus funciones, pese a que presumiblemente esta
información podría tener naturaleza pública. Sin embargo, esto tampoco
ocurre, pues el mismo TUO se encarga de señalar en su artículo 10 que:
Las entidades de la Administración Pública tienen la obligación de
proveer la información requerida si se refiere a la contenida en
documentos
escritos,
fotografías,
magnético o digital, o en cualquier otro
grabaciones,
soporte
formato, siempre que haya sido creada u obtenida por ella o que se
encuentre en su posesión o bajo su control. (Énfasis agregado)
5.2.4. Además, en el artículo 21 del mismo texto se establece el deber de
conservación de la información y la prohibición de su destrucción, lo que en
concordancia con el artículo 10 debe entenderse como la obligación de
conservar toda la información, independientemente de si se encuentra en
un documento en físico o en un documento virtual almacenado en una
computadora o en una cuenta de correo. Es más, en este último punto, vale
la pena resaltar que desde hace varios años las solicitudes de acceso a la
información tienen estandarizada la opción de solicitar la entrega de la
información por correo electrónico, lo que requiere la digitalización de
documentos físicos y su almacenamiento en un repositorio (que los habilita
para ser re enviados en una futura consulta). Asimismo, muchas entidades
actualmente ofrecen la posibilidad de hacer las solicitudes a través de
Internet, lo que implica casi siempre el intercambio de correos electrónicos
entre el encargado de contestar las solicitudes y las dependencias que
poseen la información solicitada. Es una práctica común que en estos
casos, el responsable de acceso a la información “reenvíe” la respuesta
recibida de la dependencia hacia el solicitante. Este acto es el mejor
ejemplo de que la información contenida en un correo electrónico puede
contener información pública y que está perfectamente habilitada para ser
entregada a cualquier ciudadano que solicite su acceso.
5.2.5. Habiendo descartado la viabilidad de una lectura constitucional del párrafo
impugnado del Reglamento del Decreto Legislativo N° 1353, queremos
añadir algo más sobre la naturaleza de la información contenida en correos
electrónicos y otras aplicaciones tecnológicas. Aún aceptando que es
posible que el contenido producido en estas plataformas pueda tener
naturaleza pública y que su acceso no está restringido por la Ley de
Transparencia, todavía podría existir un reparo respecto de si corresponde
en este caso la protección surgida del derecho al secreto de las
comunicaciones. Si fuera así, al encontrarnos en un conflicto de derechos
fundamentales (acceso a la información pública vs. derecho al secreto de
las comunicaciones/intimidad), la resolución del mismo estaría más allá de
la decisión de cualquier funcionario público y tendría que ser ponderado
dentro de un proceso jurisdiccional. No obstante, este aparente conflicto ya
ha sido zanjado por el Tribunal Constitucional hace varios años, pues se
ha sostenido en reiterada jurisprudencia que el derecho al secreto de las
comunicaciones protege la reserva de la comunicación en el ejercicio del
derecho a la vida privada, siempre que exista una expectativa razonable de
confidencialidad, la que se define no por el contenido de los mensajes
emitidos sino por la cualidad del medio técnico de comunicación
empleado.7 En ese sentido, no puede decirse que exista dicha expectativa
cuando un funcionario público en el ejercicio de sus funciones emite
mensajes empleando su correo institucional, sin importar la plataforma
que utilice (su computadora, aplicaciones de mensajería, etc.). Más aún si
existen muchas otras normas que regulan la actuación de los mismos en el
horario de trabajo, prohibiéndoles inclusive realizar actividades diferentes
al cumplimiento de sus obligaciones. Además, si no fuera suficiente, el
Tribunal también ha declarado en otra sentencia que:
(…) La información o los datos (totales o parciales) registrados en
documentos que por cualquier medio se encuentren sujetos (total
o parcialmente) al principio de transparencia no se encuentran
protegidos por el derecho al secreto de los documentos y, en
consecuencia, no pesa sobre terceras personas el deber jurídico de
mantener la reserva o confidencialidad de los mismos.”8 (Énfasis
agregado)
5.2.6. Sin dejar de señalar que es posible que en ocasiones el contenido de un
correo electrónico o aplicación de mensajería podría contener información
que sí se encuentre dentro de alguna de las excepciones de la Constitución
o la Ley de Transparencia (información secreta, reservada, confidencial o
íntima), esto no impide en forma alguna que el resto de la información que
sí sea de acceso público sea entregada al solicitante. Esta interpretación
está respaldada por el artículo 19 del TUO de la Ley de Transparencia que
ordena que si un documento contiene parcialmente información que no sea
de acceso público (por causa de las excepciones), la entidad pública
deberá igualmente permitir el acceso a la parte que si contiene información
de acceso público. Por supuesto, en este razonamiento no están
contemplada en forma alguna la información transmitida a través de
correos electrónicos privados o aplicaciones de mensajería en las que se
emplean números
de teléfono o cuentas privadas, diferentes a las
institucionales o provistas por la Adminstración Pública.
5.3.
El Reglamento del Decreto Legislativo N°1353 lesiona el Principio de
Transparencia
5.3.1. En los puntos anteriores hemos acusado la inconstitucionalidad del párrafo
impugnado del Reglamento del Decreto Legislativo N° 1353 basándonos en
que: (a) contradice en diferentes puntos a la Constitución, y, (b) no existe
una interpretación constitucional del mismo, basados en el hecho de que la
información que desea restringir se presume de acceso público por la Ley
de Transparencia y no existe ningún otro conflicto con otros derechos como
el del secreto a las comunicaciones. Sin embargo, la vigencia de la norma
señalada tiene también un efecto perjudicial que va más allá de las
contradicciones que causa en el sistema normativo: afecta al principio
constitucional de la transparencia.
5.3.2. El principio de transparencia es un principio de nuestro Estado Democrático
y Social de Derecho que se encuentra implícito en la Constitución.9 Este
principio implica un giro en la concepción del actuar del Estado pues, en
contraposición a la “cultura del secreto” (cultura según la cual la
Administración se creía dueña de la información10) y de la mano con el
principio de publicidad, en palabras del Tribunal Constitucional:
Se comprende que toda información en poder del Estado o de las
personas jurídicas bajo el régimen privado que prestan servicios
públicos o ejerzan función administrativa, en virtud de concesión,
delegación o autorización, es en principio pública. Todo documento
que haya sido confeccionado bajo el financiamiento del presupuesto
público es en principio público.11
5.3.3. En el mismo sentido, destaca su importancia en las democracias
contemporáneas, pues, en la medida que el poder emana del pueblo:
(...) en nombre del pueblo, sino para él. La puesta en práctica del
principio de transparencia coadyuva a combatir los índices de
corrupción en el Estado y, mismo tiempo, constituye una herramienta
efectiva contra la impunidad del poder permitiendo que el pueblo
tenga acceso a la forma como se ejerce la delegación del poder12.
5.3.4. De igual manera, la información relativa a cómo se maneja la cosa pública
es un bien público que tiene que estar al alcance de todos en miras a
“posibilitar
la
plena
eficacia
de
los
principios
de
publicidad
y
transparencia.”13 Así, en la medida que la transparencia implica la “la
práctica de colocar la información –del gobierno- en la vitrina pública para
que aquellos interesados puedan revisarla, analizarla, y, en su caso, usarla
como mecanismo para sancionar en caso haya anomalías en su interior,”14
puede afirmarse que cualquier acción sin sustento constitucional tendiente
a ocultar o sustraer información del acceso público sería contraria al
principio de transparencia.
5.3.5. En este mismo sentido también se ha pronunciado la Corte Interamericana
de Derechos Humanos al indicar que el actuar del Estado debe estar regido
por los principios de publicidad y transparencia y, así, se hace posible el
control democrático de la gestión pública y la responsabilidad de los
funcionarios públicos.15 La Carta Democrática Interamericana, aprobada el
11 de setiembre del 2001 en Lima, también indica en su artículo 4 que es
“componentes
fundamentales
del
ejercicio
de
la
democracia
la
transparencia de las actividades gubernamentales (...).”
5.3.6. De acuerdo a lo expuesto previamente, se puede concluir que cualquier acción
del
Estado
tendiente
a
sustraer
del
acceso
público
determinada
información sin sustento constitucional alguno sería equivalente a promover
la “cultura del secretismo” y una afectación al principio constitucional (y
convencional16) de transparencia. Así, el modificado artículo, al establecer
que “(l)a información contenida en correos electrónicos o en aplicaciones
de mensajería electrónica de los funcionarios públicos no es de acceso
público,” resulta vulneratorio al principio constitucional de transparencia.
5.3.7. En un contexto como el que se vive actualmente en el país, la existencia de
una norma que disminuye el estándar de transparencia, pasa por encima
de principios como el de máxima publicidad y restringe diferentes derechos
fundamentales como el del acceso a la información, no debe ser tomada a
la ligera. Como decíamos al inicio, más allá de sus efectos negativos dentro
de la jerarquía normativa, el daño social que puede causar es mucho
mayor y permanecerá hasta
el momento en que se declare su
inconstitucionalidad o sea modificada a través de las otras vías legales
existentes.
VI.
REQUISITOS DE PROCEDENCIA DE LA DEMANDA
6.1. Conforme al inciso 5 del artículo 200 de la Constitución y al artículo 75 del
Código Procesal Constitucional, el Proceso de Acción Popular procede
contra los reglamentos, normas administrativas y resoluciones de carácter
general, cualquiera que sea la autoridad de la que emanen, como en el
presente caso.
6.2. En el caso del Proceso de Acción Popular, el artículo 86 del Código
Procesal Constitucional señala como requisito especial que debe de
adjuntarse a la demanda copia simple de la norma objeto del proceso
precisándose el día, mes y año de su publicación. En este caso, dicho
requisito queda satisfecho a través del Anexo 1-B del presente escrito.
6.3. De acuerdo con artículo 87 del Código Procesal Constitucional, el plazo
para interponer la Demanda de Acción Popular prescribe a los cinco (5)
años contados desde el día siguiente de publicación de la norma que se
cuestiona. En el presente caso, la norma denunciada fue publicada el 14 de
setiembre de 2017, por lo que a la fecha de presentación de esta demanda
estamos dentro del plazo de prescripción.
7.
MATERIA Y VÍA PROCEDIMENTAL
7.1.
Esta demanda tiene por objeto solicitar la defensa de la Constitución frente
a infracciones contra su jerarquía normativa. Por tanto, este proceso es de
materia constitucional.
7.2.
Conforme al inciso 5 del artículo 200 de la Constitución y al artículo 75 del
Código Procesal Constitucional, el Proceso de Acción Popular procede
contra los reglamentos, normas administrativas y resoluciones de carácter
general, cualquiera que sea la autoridad de la que emanen, como en el
presente caso.
7.3.
Según el artículo 85 del Código Procesal Constitucional, la demanda de
acción popular es de competencia exclusiva del Poder Judicial. En el caso
de normas de carácter nacional, la competencia recae sobre la Sala
correspondiente de la Corte Superior de Lima.
7.4.
Mediante Resolución Administrativa No. 319-2008-CE-PJ de fecha 17 de
diciembre de 2008, se crearon los Juzgados Constitucionales que
asumieron competencia exclusiva para conocer demandas en materia
constitucional en el distrito judicial de Lima.
8.
MONTO DEL PETITORIO
No es cuantificable en dinero
9.
MEDIOS PROBATORIOS
9.1.
Copia simple de la norma objeto del presente proceso, Decreto Supremo
N° 019- 2017 JUS, “Reglamento del Decreto Legislativo N° 1353” publicado
en el diario El Peruano el 14 de setiembre de 2017.
10.
ANEXOS
Anexo 1-A.— Copia simple de mi Documento Nacional de Identidad
Anexo 1-B.— Copia simple de la norma objeto del presente proceso, Decreto
Supremo N° 019-2017 JUS, “Reglamento del Decreto Legislativo N°
1353” publicado en el diario El Peruano el 14 de setiembre de 2017.
POR LO EXPUESTO:
A Usted pido admitir a trámite la demanda de acción popular
interpuesta.
PRIMER OTROSÍ DIGO. — Conforme al Artículo 89 del Código Procesal
Constitucional, admitida la demanda, solicito se confiera traslado al órgano
emisor de la norma objeto del proceso y se ordene la publicación del auto
admisorio.
SEGUNDO OTROSÍ DIGO. — Conforme al Artículo 90 del Código Procesal
Constitucional, de considerarlo necesario solicito se ordene en el auto admisorio
que el órgano remita el expediente conteniendo los informes y documentos que
dieron origen a la norma objeto del proceso, dentro de un plazo no mayor de
diez días, contado desde la notificación de dicho auto, bajo responsabilidad.
Lima, 17 de abril de 2018
MIGUEL ENRIQUE MORACHIMO
RODRÍGUEZ
Registro CAL No. 66701
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