Constelaciones Familiares Alegorías y Mandalas «Construyendo mi arcoíris» serie autoayuda ELIDA MONTOYAY FABIOLAESMERAL Constelaciones Familiares Alegorías y Mandalas «Construyendo mi arcoíris» Primera edición, México, noviembre 2015 © Elida Montoya y Fabiola Esmeral, Colombia 2015 Mandalas: Maribel Pardo Sotomayor Diseño de colección y portada: Carmen Ramírez H. Corrección de estilo: Mercedes Rocha Alom Editores, S.A. de C.V. José Ma. Velasco No. 72-402 Tels.: 8500-6161y 8500-6767 [email protected] www.grupocem.edu.mx ISBN Se prohíbe la reproducción total o parcial de este documento por cualquier medio sin el previo y expreso consentimiento por escrito. Impreso y hecho en México El logotipo del Grupo Centro Ericksoniano de México es un glifo del Calendario Sagrado Maya o Tzolkin. Se llama CIMI, el Enlazador de Mundos y representa un puente. Es también el glifo del cambio. Queremos enlazar la Ciencia y la Espiritualidad, la Investigación y el Trabajo Clínico, los distintos tipos de Medicinas y técnicas de Sanación, el Conocimiento y el Servicio, La Razón, el Cuerpo y la Emoción, el Afuera y el Adentro, sirviendo de puente entre el pasado, el presente y el futuro de las personas que nos consultan, sirviendo de enlace entre las personas, familias y grupos que llegan a nosotros. Al adoptar como logo este símbolo sagrado, formalmente nos ofrecemos como canales para realizar, desde nuestro lugar y en la medida que nos corresponda, este enlace, trabajando como un equipo que colabora, participa y crece en conjunto. DEDICATORIA A mis abuelos paternos: Nicolás y Carmen; maternos: Jorge y Vicenta, porque me dieron la vida a través de mis padres, César Augusto y María Magdalena, para honrarlos y respetarlos. A mis hermanos: Dalena y Cesarín, quienes ocupan un lugar lleno de amor en mi corazón. A mis sobrinas y sobrinos: Diane, María Angélica, Nicolás y Felipe, ramas hermosas de nuestro frondoso árbol familiar. Al pequeño Andrew, quien escogió a Algis y a Diane como sus padres para que lo acompañen en su caminar. Ati, María Manuela, hija amada, maestra en el tramo del camino compartido, por tus enseñanzas, amor y confianza. ASergio, el padre de mi hija, en gratitud por todo lo que nos ha dado y porque me hizo fuerte para que desde mi luz pudiera vivir la vida de una forma especial. Alas amigas del alma por su amor incondicional y ser cómplices en hacer los sueños realidad. Ala Comunidad de Hermanas de Bethania (CVD), por su infinita confianza en mí. Ami Ser Superior, quien en todo momento ilumina el camino de construcción. Fabiola Amis padres Lucas y Juan por transmitirme la vida y la fuerza para andar mis propios caminos. A mis hermanas y hermanos, Edith, Juancho, María Adelaida, Mota y Oscar, respetuosos del camino elegido por cada uno. Así como a Leonor (madre de mis cuatro hermanos menores). A Fernando, pareja y padre de mis hijos, por estar siempre presente en lo bueno y no tan bueno, a sus padres y familia. A mis maravillosos hijas e hijos: Paty, Nana, Carlos y Gabo, quienes con encuentros y desencuentros han abierto puertas a mi mirada interior y me han ayudado a comprender y vivenciar el profundo sentimiento del amor. Amis nietas (¡uff!, sin palabras), Amalia y Julia; a su padre Cesc. Amis sobrinas y sobrinos: Milton, Vilma, Cata (madre de Daniel y Laia), Nubita y Paulita por nuestra cariñosa e inigualable relación. A mi cuñado, Darwin y a las parejas de mis sobrinas (Virdal y Andrés). A mis amigas del “Círculo de princesas danzarinas”; a las del alma. . . Por su aporte de luz en mi camino. Amis estudiantes, consultantes y profesores por los aprendizajes mutuos y a todos los compañeros y compañeras de este viaje por el maravilloso universo. Elida Amis tres pedacitos: Sofi, Pao, Leo y a todos los niños, jóvenes y adultos que se permiten siempre buscar primero en su interior las respuestas de las preguntas que les va haciendo la vida. Maribel !Gracias! Atodos los padres y madres a quienes inclinando nuestra frente respetamos y honramos. Ellos nos confiaron lo más preciado que tienen, sus hijos e hijas: Camila, Ángel, Juanita, Katherine, Andrea, Sebastián, Valeria, Daniela, Karol, Paula, Sofía, Manuela, Luisa, Laura, Juan Camilo, Manuel, Nicolás, Michell, Angélica, Alicia, Jimena e Iván. Gracias a ustedes niños y jóvenes, quienes con sus historias de vida inspiraron estos cuentos; porque con su sencillez trabajaron con figuras; nos recordaron el camino del Arcoíris que todos llevamos dentro, camino que nos condujo al maravilloso mundo de los Mandalas y éstos finalmente al camino parasuperar la dificultad. Y no podía faltar nuestra inmensa gratitud a Cecilia Fabre y Teresa Robles por depositar su confianza y hacer posible que tengas este libro en tus manos. ACecilia también gracias por su maravilloso prólogo. ÍNDICE Prólogo 13 Introducción 15 Cómo utilizar este libro 23 Construyendo mi arcoíris 27 Capítulo I. Todo se altera cuando ocupamos un lugar que no nos corresponde 29 Cuento: Grande pero no tan grande 29 Mandala 33 Capítulo II. Todos los miembros de la familia tienen el derecho a ser reconocidos dentro de ella tal y como son 34 Cuento: El baúl con las historias 34 Mandala 36 Capítulo III.Lo que nos muestra la enfermedad 37 Cuento: Copetín sin cola... 37 Mandala 39 Capítulo IV.Alteraciones en la ley del equilibrio 40 Cuento: El recorrido 40 Mandala 44 Capítulo V.Alteraciones en el orden familiar 45 Cuento: La canasta de mamá 45 Mandala 47 Capítulo VI.Orden entre hermanos 48 Cuento: Nueve meses 10 000 49 Mandala 51 Capítulo VII.Adopción 52 La casa y el árbol verdaderos 52 Mandala 55 Capítulo VIII.Honra al padre y a la madre 56 Cuento: La extraña isla 56 Mandala 58 Capítulo IX.Asentir a lo que es (cambios) 59 Cuento ¿En dónde quedó mi arrecife? 59 Mandala 63 Capítulo X.Vínculo interrumpido 64 Cuento: Cangurín no quiere abrazos 64 Mandala 66 Capítulo XI.Adopción 67 Cuento: Ocho patas... y la madeja de luz 67 Mandala 70 Capítulo XII.Maltrato 71 Cuento: Escucha lo que ocurrió en la pradera… 71 Mandala 73 Capítulo XIII.Hijos y padres, separaciones y abandonos 74 Cuento: Un pedazo de papel 74 Mandala 77 Capítulo XIV.Secretos familiares 78 Cuento: ¡Puedo contarlo! 78 Mandala 80 Capítulo XV.Prosperidad 81 Cuento: El jardinero próspero 81 Mandala 83 Capítulo XVI.Duelo 84 Cuento: Paca la lechuza 84 Mandala 87 Capítulo XVII. Constelaciones familiares y campos morfogenéticos 88 Cuento: ¿Tú en mí, yo en ti, para comprenderte? 88 Mandala 92 Bibliografía 93 PRÓLOGO Cuando yo edité mi primer libro de cuentos terapéuticos, me preguntaba ¿por qué un libro de cuentos? Como terapeuta ericksoniana estaba clara, pero había que explicar a las personas lo que esto lograría y cómo trascendería en quienes lo leyeran. Justamente ahora que me he dedicado a integrar los enfoques de Milton H. Erickson, los aportes de Teresa Robles (Neoericksoniana) y de Bert Hellinger, sorpresivamente llega a mi correo, un libro de cuentos maravilloso que integra estos enfoques de manera clara y precisa. Es un honor para mí presentarles el libro “Constelaciones Familiares, Alegorías y Mandalas. Construyendo mi arcoíris”, de Elida Montoya de Gómez y Fabiola Esmeral Vélez, con Mandalas de Maribel Pardo Sotomayor. Elida y Fabiola, invitan a través de esta lectura a los terapeutas que quieran abrir puertas, caminos más saludables y sencillos para sus consultantes, que les permitan una mirada diferente del problema y su solución. Los cuentos abren la puerta a una comprensión diferente de los problemas y, por lo tanto, abren opciones. La solución se mira simplemente desde otra perspectiva, a través de una narración, y se utiliza como oportunidad para crecer. Dado que los cuentos nos permiten mirar desde otra perspectiva una misma situación, a su vez nos brindan un cambio de visión y por lo tanto una más saludable adaptación y una mejor relación con el entorno. El libro está diseñado, dentro de un esquema de situaciones propuestas como dificultades, desde los Órdenes del Amor, de Bert Hellinger y envueltos para regalo -propuesta de Jeffrey K. Zeig- a través de cuentos, como una técnica indirecta para generar cambios y sugerir soluciones, propuesta por Milton H. Erickson. Elida y Fabiola, terapeutas breves, han percibido la importancia de integrar el trabajo de dos grandes maestros de los siglos XX y XXI: Bert Hellinger y Milton H. Erickson, quienes ven la terapia como un proceso natural de la vida. Ambos coinciden en que hay que ver lo que sucede, como es. Para Bert Hellinger es importante mirarlo y honrarlo; para Milton H. Erickson, mirarlo con otros ojos u otra perspectiva y encontrar su utilidad saludable, como parte del crecimiento y de la vida de cualquier ser humano. El uno y el otro, coinciden además en que todos compartimos experiencias Universales, por el simple hecho de ser humanos y vivir en este planeta. Para Bert Hellinger el orden en los sistemas, es semejante en todos, para Milton Erickson aprendemos y crecemos de manera semejante, pasando por los mismos procesos de desarrollo, crecimiento y aprendizaje como parte de un ciclo natural, aunque propone que todos los seres humanos somos únicos e individuales. Además, los dos comparten, como esencia fundamental de su trabajo, la sencillez y la simplicidad para acceder al material inconsciente y permitir que, de manera natural, el alma acomode sus experiencias. Yhablando de Alma, puedo ver adicionado a esta hermosa y útil obra, la espiritualidad plasmada en la aplicación de Mandalas, por quien lo consulta; lo cual hace de este libro, el primero en su tipo, en esta integración de enfoques, tanto terapeutas como otras personas encontrarán la sencillez de las soluciones o, como decía Milton H. Erickson, en el problema se encuentra la solución y, además, es parte de la vida. Leer esta singular obra es un deleite, que llena de sabiduría y tranquilidad el alma. Es un honor para mí presentar este libro y que además sea editado por Alom Editores, como parte de la línea de trabajo que utilizamos en el Centro Ericksoniano de México. Cecilia Fabre Centro Ericksoniano de México INTRODUCCIÓN Al iniciar este trabajo es importante, en el transcurso de la lectura de este libro, retomar el título de la obra “Constelaciones Familiares, Alegorías y Mandalas para la terapia con niños y jóvenes. Construyendo mi Arcoíris”y su profundo significado. Cuando hablamos de Constelaciones Familiares evocamos a Bert Hellinger, ex sacerdote alemán, quien vivió 16 años junto a las tribus Zulúes en Sudáfrica y de quienes aprendió sobre las dinámicas familiares. Todas esas experiencias le acercaron al conocimiento de la pedagogía, la terapia primal, el análisis transaccional, el psicoanálisis, la terapia sistémica, el análisis del guión, la fenomenología, etc., que le permitieron tomar diversos elementos para desarrollar su propia Terapia Sistémica Familiar: las “Nuevas Constelaciones Familiares del espíritu”.1 Se trata de una técnica terapéutica breve, individual o de grupo, que no es nueva en su sustento teórico, pero constituye una novedosa puesta en práctica de una herramienta diagnóstica y sanadora la cual, a nivel mundial, cobra una gran importancia por el impacto de sus resultados. Hellinger, en su libro “ Constelaciones Familiares, una reseña” nos dice: “Yo me encontré con las Constelaciones familiares, porque ya había Constelaciones Familiares antes de mí”; se las mostró por primera vez Thea Schönfelder cuando lo eligió como representante del padre de un joven esquizofrénico, durante la Lindauer Psychotherapie-wochen, en Lindau, Alemania.2 El nombre de Constelaciones Familiares es una inadecuada traducción del alemán “familienaufstellung”, que significa “posicionamiento de la familia3” ; aunque se ha popularizado como Constelaciones, sin que el nombre tenga ninguna relación con las constelaciones zodiacales o con corrientes esotéricas. Hellinger basa su método de las Constelaciones Familiares en la fenomenología, una corriente filosófica cuya premisa es que la experiencia debe ser descrita simplemente como se da, sin analizarla ni interpretarla con prejuicios o creencias previas; es decir, mediante la observación pura del fenómeno, libre de intenciones y juicios, desde un espacio interno vacío. En la fenomenología las cosas se ven tal como son, dándose por sentado que el mundo es como es. Se utilizan la observación y la percepción para entrar en contacto directo con lo que se muestra para captar su esencia. Su enfoque es transgeneracional, ya que subraya la importancia y la influencia de las diferentes generaciones. La convivencia y el funcionamiento familiar se rigen por un conjunto de leyes naturales que Hellinger ha llamado Órdenes del Amor. Este nombre se refiere a “la conciencia del grupo que supervisa el equilibrio entre el dar y el tomar en los miembros de diversas generaciones, el ocupar cada cual el lugar que le corresponde y la importancia de sentir que pertenece al sistema”.4 No nos detendremos a profundizar en el sustento teórico de las Constelaciones Familiares, para hacerlo se puede consultar la bibliografía sugerida al final, pues este libro lo que pretende es compartir la experiencia profesional de varios años de trabajo en Constelaciones Familiares, utilizando figuras en la consulta con niños y jóvenes, quienes motivaron cierres con Mandalas y Alegorías. Cada una de las autoras, llegamos, en diferentes momentos, al trabajo con figuras, gracias a la Doctora Ana Lucía Pérez Camargo, quien con su conocimiento y experiencia nos formó e introdujo en tan fascinante técnica; ella con su libro “Desenreda tu vida5” y con su constante práctica profesional, ha contribuido a allanar el camino en el manejo de Constelaciones Familiares con figuras. Posteriormente, encontramos aportes para nuestro propósito y motivación del psicólogo español Joan Garriga con su libro “¿En dónde están las monedas? el cuento de nuestros padres”, en el cual nos ha contado Hellinger en muchas de sus formaciones, y que ha aportado mucho a todos aquellos que han realizado Constelaciones con figuras; el leerlo facilita el cierre del proceso terapéutico. Hoy nosotras nos arriesgamos a escribir esas alegorías, esos cuentos, e introducir los mandalas como contribución al cierre de la terapia de “Constelaciones Familiares con Figuras” en el proceso terapéutico con niños, jóvenes y, por qué no, con adultos que quieran sanar. Dar el primer paso para trabajar con niños, no fue fácil, por el gran compromiso y responsabilidad que ello implica; pero fueron los mismos niños y jóvenes quienes con sus necesidades jalonaron el primer paso, con resultados tan gratificantes que nos animaron a continuar hasta poder compartir hoy, desde un profundo respeto a su ser y a sus sistemas familiares, estas páginas colmadas de soledad, dolor, cargas, vacíos, rupturas, abandonos; pero también de amor, reconciliación, asentimiento y entrega. ¿Por qué alegorías? ¿Qué tienen que ver con las Constelaciones Familiares? Milton Erickson trabajó con cuentos en la terapia, ya que tienen mucho que ver con el subconsciente atento a sanar e integrar a partir de la lectura simbólica, además por ser de gran interés para niños, jóvenes y adultos. Jean Monbourquette, en el prólogo del libro “ Cuentos para crecer y curar”, evoca a Milton Erickson cuando afirma que “se ha desarrollado un nuevo método de enseñanza y de terapia: la alegoría terapéutica”. El terapeuta, tras haber comprendido el problema de la persona, inventa una alegoría o relato metafórico que permite al individuo contemplar su problema bajo una nueva luz y, al mismo tiempo, le sugiere las posibles soluciones.6 “Milton H. Erickson, tuvo una fuerte influencia en Hellinger, en especial en el trabajo con la narrativa del individuo, las prescripciones terapéuticas y paradójicas y el uso de los desafíos terapéuticos y de los cuentos”. Es así como Hellinger en su libro, “El manantial no tiene que preguntar por el camino”, nos invita a ayudar a los niños mediante historias: “Las historias que les cuento a ustedes son historias para padres, y luego a través de los padres son historias para niños, pequeños y grandes... ocurre a menudo que internamente los niños saben lo que necesitan, pero no quieren que nadie se los diga, sino que deberá surgir de una comprensión interna. En ese caso es posible contarle cuentos al niño de manera de formar una alianza con esa buena comprensión del niño, una alianza amorosa, como con un confidente, y así se le cuentan al niño determinadas historias que le ayudan a superar una dificultad”.7 En los niveles muy profundos de las historias hay un acuerdo tácito entre el adulto y el niño o joven, sin que lo esencial sea mencionado. Así ellos pueden abandonar su síntoma sin perder su dignidad. María Colodrón, desde su experiencia con figuras, resalta que “... a veces las dificultades para ver algo forman parte del problema y no se trata de culpar al cliente de sus “resistencias”, sino de buscar el lenguaje, la metáfora o el mito al que puede acceder, que le ayude a salir de su propio laberinto”.8 Así, las alegorías se han convertido para nuestra experiencia en una herramienta que ha permitido a niños y jóvenes acabar de integrar en su inconsciente familiar, lo vivido en la Constelación con figuras. En la terapia de Constelaciones Familiares, a lo que nosotras denominamos “figuras”, María Colodrón lo llama “muñecos”, y explica cómo éstos son utilizados en el espacio terapéutico como una herramienta simbólica: “La característica más destacable de los muñecos es su capacidad para representar mediante una imagen cualquier tema que quiera ser tratado por el cliente o por el terapeuta. Las representaciones o imágenes que se pueden realizar a partir de uno o varios muñecos son de tipo metafórico, espacial y relacional. De esta manera permiten la exteriorización, proyección y reformulación de los asuntos que el cliente trae a la consulta. Este tipo de representación abarca distintos niveles de análisis simultáneos, pudiéndose elegir uno o varios de ellos a la hora de enfocar un trabajo: En el nivel intrapersonal permite plantearnos objetivos como el de la integración de aspectos motivacionales, de carácter, biográfícos u otros. En el nivel interpersonal tiene cabida el análisis de contenidos socioafectivos, así como un ensayo conductual facilitado por la escenografía presentada. En el nivel sistémico los muñecos nos permiten trabajar tanto desde los parámetros de la psicogenealogía como desde la metodología de las Constelaciones Familiares desarrolladas por Bert Hellinger”9 Desde esa mirada sistémica, le pedimos al niño que posicione las figuras en el espacio asignado, entablando relaciones entre ellas y allí algo surge para ser visto y son las Imágenes que solucionan, que para Hellinger no son conceptos interiores cerebrales sino una imagen de una Constelación Familiar vista y trabajada desde los Órdenes del Amor y “la imagen de solución al final de la Constelación actúa, si se le da la posibilidad, de que penetre como tal 10en el alma” de ese niño, en el alma de ese sistema familiar al que pertenece. Para finalizar el trabajo en la consulta con niños y jóvenes, se incluyen los Mandalas. Taina Rolf en su libro “Mandalas hacia la plenitud del alma”, nos introduce en el maravilloso campo de la comprensión de su significado; la palabra “Mandala” proviene del sánscrito, y significa círculo o rueda. Los Mandalas están asociados con la idea de cosmos y del ciclo infinito de la vida. En muchísimas culturas, el mundo de la forma circular está asociado con la perfección, el equilibrio y el orden. Oportunamente, Taina nos responde asimismo a la pregunta: ¿Para qué nos sirve pintar Mandalas? Dándonos diez de las más importantes razones para hacerlo: “Incentiva la capacidad creativa y la meditación; posibilita la conexión con nuestro ser interior y con nuestra esencia: hace que aumente nuestra expresividad; aumenta nuestra conciencia; nos ayuda a mejorar la autoestima; colabora en el fortalecimiento de nuestro poder de concentración; estimula la capacidad de ser pacientes; nos relaja y nos ayuda a desconectarnos del estrés diario; estimula el hemisferio derecho, relacionado con lo creativo, lo emocional y lo intuitivo; contribuye a reequilibrarnos y a conectarnos con lo verdaderamente importante”. Desde una mirada de Occidente, su universalidad hizo que el psiquiatra Carl Gustav Jung privilegiará a los Mandalas como expresiones probables de lo inconsciente colectivo. Para Jung, “el centro del Mandala figura al sí-mismo (Selfst), que el sujeto intenta lograr perfeccionar en el proceso de individuación”.11 Lo inconsciente colectivo es un concepto básico de la teoría desarrollada por Jung, quien establece que existe un lenguaje común a los seres humanos de todos los tiempos y lugares del mundo, constituido por símbolos primitivos, con el que se expresa un contenido de la psique que está más allá de la razón, lo cual fortalece el trabajo de integración en el inconsciente familiar de quienes lo realizan.12 Los niños y los jóvenes no dejan de maravillarnos en su gran naturalidad y sencillez para plasmar, con las figuras la dinámica familiar, esa dinámica cargada de enredos sistémicos que los atrapan en una red invisible; lo único que vemos los adultos es el niño/joven problema, enfermo, deprimido, ansioso. El niño/joven que pertenece a un sistema familiar y que, por ser el más débil del sistema, carga con las implicaciones, a veces de muchas generaciones atrás, y con otras implicaciones recientes; pero sea cual sea el caso, no importa, porque cuando un niño o un joven abre su corazón y afloran sus emociones más profundas, desde la entrega y el asentimiento, superan la dificultad. La superan cuando a través de la alegoría ven con otra mirada la dificultad y la resuelven. Cuando colorean un Mandala y a través de los colores y la conexión con su sí-mismo, con su inconsciente familiar, integran el trabajo realizado con las figuras y las frases sanadoras. Ahora los invitamos a zambullirse en este mundo de sabiduría y color, bien sea solos o rodeados de ojos brillantes, labios expectantes y manos dispuestas a conectarse con su sí mismo niño, joven o mayor. Notas y referencias bibliográficas 1 María Nela Vallejo, Constelaciones Familiares para liberar la energía del amor y de la vida, pág. 117. 2Bert Helliger, Constelaciones familiares, Una reseña, pág. 7. 3Familien -en español traducción "Familien-", alemán-español diccionario en línea: Familiar. Traducción "Aufstellung", alemán-español diccionario en línea: Reta-Vortaro: balance. DingEsDe: colocación. 4Ingala Robl, Constelaciones familiares para la prosperidad y la abundancia, pág. 47. 5De coautoría con la escritora María Cristina de Hidalgo. 6Michel Dufour, Cuentos para crecer y curar, págs. 8 y 9. 7Bert Hellinger, El manantial no tiene que preguntar por el camino, pág. 346. 8María Colodrón, Muñecos, metáforas y soluciones, pág.58. 9María Colodrón, Muñecos, metáforas y soluciones, pág. 49. 10Hellinger y Bolzmann, Imágenes que solucionan, pág. 21. 11Taina Rolf, Mandalas hacia la plenitud del alma, págs. 3 y 4. 12Ibidem. CÓMO UTILIZAR ESTE LIBRO En la introducción describimos cómo complementamos, en el trabajo con los niños y jóvenes, las Constelaciones con Figuras, Alegorías y Mandalas. Trabajamos primero con las figuras y frases sanadoras, luego leemos el cuento y, finalmente, invitamos a colorear el Mandala y a crear uno propio. Todo esto puede llevar una o varias sesiones, según el caso. En grupos -ya sean de crecimiento, aula de clase, talleres, etc.- sugerimos que el facilitador elija un cuento como inicio o cierre de alguna actividad específica o como parte de un proceso que se esté realizando. Los terapeutas, consejeros, profesores, consteladores, facilitadores y mentores, pueden recomendar uno, varios o todos los cuentos, con sus Mandalas, a las personas con las que realizan sus actividades profesionales, como apoyo a sus procesos. Para el trabajo personal, los cuentos y Mandalas pueden ser leídos por toda persona que los disfrute, a manera de trabajo individual o sencillamente por el placer de hacerlo. Los padres, pueden leer a sus hijos un cuento para un tema que crean necesario tratar o como una sencilla forma de acompañarlos con una lectura sanadora. Finalmente, queremos hacer énfasis en que es importante leer los cuentos sin necesidad de explicarlos o analizarlos; salvo en el caso que se utilicen como texto de estudio. 25 CONSTRUYENDO MI ARCOÍRIS Capítulo I. Todo se altera cuando ocupamos un lugar que no nos corresponde La vida está regida por leyes que, en la medida en que son alteradas, afectan nuestro inconsciente familiar, nuestra Gran Alma, nuestros sentimientos, nuestra vida personal; nos llevan a ocupar lugares que no nos corresponden. Padres pequeños, hijos grandes; hijo que sustituye al padre en su ausencia; madres apocadas, no vistas, no respetadas, ni reconocidas... Sólo el restablecimiento del orden, la honra y el respeto a nuestros padres y ancestros permite tomar la fuerza que se necesita para mirar al frente. Brigitte Champetier de Ribes en su libro “Empezar a Constelar”, sintetiza hermosamente lo que otorga el respetar el orden: “El respetar el orden permite que en la vida de la persona, entren la paz, la confianza, el sentirse útil y querida, el asentimiento, la humildad, la fuerza, la lealtad, la salud y la realización familiar”.1 Cuento: Grande, pero no tan grande... En uno de esos tantos países lejanos que hay en los cuentos, vivía una familia de conejos en la cual ocurrían muchas cosas, unas buenas y otras no tan buenas, como ocurre en todas las familias de conejos. Un día en que celebraban la llegada de la primavera, había gran alboroto en la madriguera porque el más pequeño de los conejos, Pompón, no hacía más que refunfuñar, nada le gustaba, siempre se quejaba, todo era un problema y más si se trataba de sus padres, por sus cuidados e indicaciones; pero lo peor era que Pompón quería estar muy elegante y aquel vestido con el cual se sentía tan importante le iba quedando pequeño, mientras su cuerpo crecía de manera desproporcionada y no sabía el porqué. Temía ir a dormir en las noches, pues al otro día estaría más y más grande; ya no cabía en la madriguera, sus patas salían por la puerta, y muy atemorizado recordaba aquel cuento que la abuela le contaba en las noches: “Alicia en el país de las maravillas”. Trató de encontrar allí una explicación para lo que le ocurría, pero él no había comido nada extraño, sólo sus coles y zanahorias preferidas; esto no era un cuento, esto no era un sueño, ¿qué le estaba ocurriendo? Pasaba largas horas en el bosque junto a la quebrada, en donde su presencia no fuera motivo de risas para algunos. Pero en el fondo disfrutaba viendo a sus padres cada vez más pequeños, los juzgaba por todo lo que con amor le seguían dando y en su corazón los culpaba por lo que estaba sucediendo. Una noche, como tantas en el bosque cubierto de estrellas, el cielo brillaba con tal hermosura que en ese instante deseó crecer más y más para llegar a tocarlas. Cuando estos pensamientos lo embargaban se acercaron sus padres con unas cobijas para acompañarlo a pasar la noche. El enojo de Pompón por haber sido sacado de sus pensamientos fue tan grande que quiso pisarlos, no quería nada de ellos; había descubierto que en un pequeño rincón de su corazón se albergaba la sensación de verse más grande, más sobrado, más inteligente y rápido que sus padres y, aunque no se sentía feliz, mantenía muy bien cerrado ese rincón del corazón; sin embargo, cada vez que sentía eso seguía creciendo y creciendo. Al mirar el agua se veía reflejado en ella y notaba que tenía los ojos de su padre, las largas orejas pecosas de su madre y la adorable, pero muy escondida sonrisa de su gran abuelo, el famoso conejo Saltarín, con quien compartió inolvidables momentos en el bosque antes de que muriera, y aún lo extrañaba. Otra noche logró tocar una estrella, que asustada por su presencia, quiso escapar de sus grandes patas, las cuales la atrapaban con firmeza a la vez que con ternura. ¡Suéltame, déjame ir, me haces daño! ¿Qué haces aquí entre nosotras? No soy una zanahoria, tu lugar es allí abajo en la madriguera junto a tus padres. Pompónsorprendido y enojado le contestó: ¡No te enojes! no estoy acá por mi voluntad, no entiendo por qué estoy creciendo tanto, ni sé qué hacer y te aseguro que esto no es un sueño, ni estoy aquí para comerte. Al escuchar esto la estrellita soltó una sonora carcajada de campanillas y chispas de colores; era hermoso verla y oírla reír, pero Pompónestaba tan enojado que no entendía el porqué de su bonita risa. Es muy sencillo, si uno quiere ser feliz tiene que sentirse primero pequeño y a gusto con sus padres. A lo que de inmediato Pompón argumentó: Quiero ser feliz sí, pero no lo logro junto a mis padres, no consigo hacerles comprender que ya crecí, que ya no soy su pequeño conejo, ya no necesito tanto de ellos. -¡Claro que ya no los necesitas tanto! ya lo tienes todo dentro de ti; tú eres papá y mamá conejos; ellos llegaron antes que tú a la madriguera y aún mucho antes llegaron tus abuelos; por eso ellos son más grandes y tú más pequeño, y esto no significa ser desvalido o ser menos valioso que ellos, es únicamente aceptar tu lugar en la familia. Ytocando sus orejas le daba ánimo diciéndole: -Todo volverá a estar bien para ti, ya lo verás, sólo toma con amor lo que te dan sin juzgarlos. -Lo dices como si fuera tan fácil, argumentó Pompón con esa mirada incrédula que lo caracterizaba. Con voz suave la estrellita le dijo: -¿Sabes?, cuando me siento enojada con mi padre, el gran Sol, hago algo que me ayuda a sentirme un poco mejor; es acercarme, mirar hacia la tierra inclinando mi cabeza ante él y algo mágico ocurre, pues lo siento grande y fuerte, y tomo toda esa fuerza para dejar de lado el miedo que se disfraza de enojo, sintiéndome luego feliz, tranquila y segura con lo que soy. Si quieres puedes hacer lo mismo: solamente baja tus orejotas y agacha un poco tu cabeza ante ellos. En tono triste respondió Pompón: -Está bien, pero no es fácil estando yo tan grande, ¿cómo hacerlo? -Uummmm, tienes razón. Dijo la estrellita. -Quizás yo pueda ayudarte. Se me ocurre un plan; no para hoy, pues ya va a amanecer y yo debo desaparecer, pero escúchame: mañana en la noche, cuando tus padres lleguen al bosque con sus cobijas para acompañarte, les pides que trepen por tu cuerpo para que alcancen las estrellas y tú los posarás sobre mí… La interrumpió Pompón, surgiendo la adorable sonrisa del abuelo Saltarín: -¡Waaaauuuuu, y así lograrán estar más altos que yo! -¡Sí… sí! replicó la estrellita -Y bajarás las orejas y la cabeza, mirando hacia la madriguera. Y no fue sino decir ella esto y un fuerte rayo de Papá Sol salió, haciéndola desaparecer. Pompón pasó el día muy inquieto, pensando en todo lo ocurrido aquella extraña noche, dudando si todo era un sueño; pero estaba dispuesto a intentar lo que su amiga estrellita hacía cuando se sentía temerosa y enojada con su padre. Esperó con impaciencia la noche, husmeando entre las copas de los árboles sin mucho que comer. Con la oscuridad no llegaron sus padres para acompañarlo como en la noche anterior. Con ansiedad pidió ayuda a la estrellita, no sabía qué hacer. Desde la madriguera aquellos padres tristes y pequeños escucharon la sonora risa de la estrellita y curiosos salieron a mirar; siguiendo sus colores llegaron hasta donde estaba Pompón, quien los invitó a trepar sobre él para llevar a cabo lo planeado. La noche pareció un segundo y, cuando menos lo pensaron, la estrellita, con la llegada del Sol, nuevamente desapareció. Cuando Pompón abrió sus ojos se encontraba arropado, calientito en su confortable madriguera, rodeado de sus once hermanos, que con sus largos bigotes le hacían cosquillas. Se sintió tan feliz, sin miedo ni rabia y con su panza nuevamente pequeña pero hambrienta; salió silenciosamente para traer coles frescas de la huerta cercana y sorprender con el desayuno a su familia. Mientras buscaba las coles encontró una corteza de árbol en la que escribió “mi familia es la mejor”, colocó el letrero junto a la foto familiar de la sala, tomó aire, lo expulsó y sintió tranquilidad, al pensar en sus padres grandes y fuertes y al saber que él podía tomar de ellos y de sus abuelos la fuerza que necesitaba, quedando atrás sus temores y enojos. Aguardó con ansiedad la noche, trepó por el árbol más alto del bosque, y con su pata mandó un gran beso de gratitud a su estrellita; y ella en respuesta sonrió, se escucharon campanillas y se iluminó el bosque con lindas chispas de colores. Notas y referencias bibliográficas 1Brigitte Chanpetier de Ribes, Empezar a constelar, pág. 105. Grande pero no tan grande Capítulo II. Todos los miembros de la familia tienen el derecho a ser reconocidos dentro de ella tal y como son María Colodrón en su libro, “Muñecos, metáforas y soluciones” hace referencia a las constelaciones familiares y, con respecto al primer orden o pertenencia, dice que todos los elementos del sistema personas vivas o muertas, parejas anteriores de alguno de los miembros- tienen derecho a ocupar un lugar en él. Por la razón anterior, es importante incluir implícita o explícitamente a todos y cada uno de sus miembros, sin importar su historia particular. De esta manera, las personas integrantes del sistema pueden disfrutar su propio destino. Cuento: El baúl con las historias En un distante planeta había un castillo muy grande, con cimientos fuertes y flexibles, en el cual habitaba una preciosa princesa. Esta princesa vivía rodeada por todos los seres que la amaban: padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos, tíos, hermanos, primos… algunos ya no estaban vivos, pero seguían habitando en el castillo. La misión de ella era conocer y aceptar las historias de los seres que habían pasado por este lugar. Dichas historias estaban guardadas en un baúl al que ella tenía acceso; muchas de éstas ya eran conocidas por ella y le gustaban; otras… no tanto y prefería no mirarlas; otras no las conocía y podían ser de su gusto o disgusto. Las historias hacían referencia a momentos felices o tristes, según fuera el acontecimiento; por ejemplo, nacimientos deseados o no deseados, bodas realizadas por amor o por conveniencia, familiares de los cuales se sentían orgullosos o avergonzados; en fin, toda una infinidad de historias. Durante algún tiempo la princesa sintió miedo de entrar en este mundo y, aunque con frecuencia pasaba cerca de él, prefería no verlo. Finalmente venció este miedo y estuvo dedicada a observar e interiorizar todo ese legado contenido dentro del baúl y al hacerlo comprendió que convertirse en la reina de su propio castillo era muy, pero muy sencillo, sólo necesitaba aceptar todo el contenido de ese baúl con una condición indispensable: tomarlotodosin juzgarlo ni justificarlo. Al poco tiempo fue de visita al palacio vecino y se dio cuenta de que el príncipe que habitaba allí, con todos los seres que lo amaban también, había realizado la misma tarea; entonces decidieron leer la misma historia, pero ahora colocando al príncipe como protagonista: En un distante planeta había un castillo muy grande, con cimientos fuertes y flexibles, donde habitaba un apuesto príncipe. Este príncipe vivía rodeado por todos los seres que lo amaban: padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos, tíos, hermanos, primos… algunos ya no estaban vivos, pero seguían habitando en el castillo. La misión de este príncipe era conocer y aceptar las historias de los seres que habían pasado por este lugar. Dichas historias estaban guardadas en un baúl al que él tenía acceso, muchas ya eran conocidas por él y le gustaban, otras… no tanto y prefería no mirarlas; otras no las conocía y podían ser de su gusto o disgusto. Estas historias hacían referencia a momentos felices o tristes, según fuera el acontecimiento; por ejemplo, nacimientos deseados o no deseados, bodas realizadas por amor o por conveniencia, familiares de los cuales se sentían orgullosos o avergonzados; en fin, toda una infinidad de historias. Durante algún tiempo el príncipe sintió miedo de entrar en este mundo y aunque con frecuencia pasaba cerca de él, prefería no verlo. Finalmente venció este miedo y estuvo dedicado a observar todo ese legado contenido dentro del baúl y comprendió que convertirse en el rey de su propio castillo era muy, pero muy sencillo, sólo necesitaba aceptar todo el contenido de ese baúl con una condición indispensable: sin juzgarlo… ni justificarlo. Príncipe y princesa se sintieron muy felices porque entendieron que esa tarea no era únicamente para ellos sino para todos los habitantes del planeta y así lo fueron difundiendo por todo el universo. El baúl con las historias Capítulo III. Lo que nos muestra la enfermedad La enfermedad, qué tema tan complejo y tan cotidiano. En toda la historia, los seres humanos nos hemos centrado en la búsqueda de la prolongación de la vida, la cura de las enfermedades; nos hemos centrado en los síntomas y no en las causas sistémicas de las mismas. Hay grandes avances científicos y posibles curas, pero es en estos tiempos en los que al ser humano se le ha visto tan integralmente, como nunca antes. Nuevas miradas como los campos morfogenéticos de Rupert Sheldrake y los campos del espíritu de Hellinger, en donde “... todos nacemos en un alma común que compartimos con los miembros de nuestra Familia”, aspectos que nos 2 acercan a una comprensión mayor de la enfermedad, como también nos lo plantea tan asombrosamente Brigitte Champetier en su libro “Constelar la enfermedad desde las comprensiones de Hellinger y Hamer”, en donde puntualmente se nos explica cómo “en el cuerpo se señalan los esfuerzos del sistema familiar por reordenarse: dolor de cabeza, picores, inflamación. . . Cada síntoma es la señal de una relación, nuestra o de algún antepasado, que contravino los órdenes del amor y pide su compensación. Cualquier desorden del sistema familiar tiene su reflejo en el cuerpo de algún o algunos descendientes. Cualquier desorden afectivo del vivo, emociones o actos no asumidos, traumas no integrados, se manifestarán en lugares precisos del cuerpo hasta su resolución”. El Dr. Hamer descubrió que cada emoción se relaciona con una parte determinada del cerebro y con el órgano correspondiente que rige esa parte del cerebro. Cuento: Copetínsin cola… En el hospital de nidos se encuentra Copetín con su cuerpo y alas maltrechos, todo le pica, su piel está roja y ya no quiere volver a la escuela de vuelo, porque las miradas y comentarios de sus instructores y compañeros, al verlo todo irritado, desplumado y sin cola, lo hacen sentir muy triste. Su padre, un veterano instructor de vuelo, ya no sabe a dónde más llevarlo, ha volado por todos los reinos conocidos buscando la cura para su hijo, pero ninguno de los grandes magos ha podido sanarlo. Copetín sabe que es muy fuerte, porque al morir su hermano gemelo dentro de aquel cascarón en que venían muy juntitos, él se volvió un solo huevo pero con la fuerza de los dos. Ya han pasado ocho años y continúa recordando a su hermano gemelo, aunque papá y mamá lo han olvidado y él desearía que no fuera así. Una noche en que observa por la ventana ve una pequeña luz que revolotea cerca del nido; Copetín, guiado por la curiosidad, se asoma por la rama más cercana y ¡oh sorpresa! cuando al ver la brillante luz, su corazón da un vuelco, pues siente que es su hermano de huevo. ¡Hermano, hermano! grita con desesperación aferrándose a su presencia, y con sus revoloteos no lo deja ir. Ahora te veo y te siento cerca, eres una parte importante de mí que no me permite vivir en paz, aunque los demás no te vean; yo te quiero y quiero ir contigo, no me dejes de nuevo. La pequeña luz que por fin se sintió vista por su hermano gemelo, se posó sobre su corazón, traspasó las plumas y amorosamente se anidó allí en ese corazón que desde aquel momento brilló para siempre con armonía, salud y paz. Copetín ya no volvió a ser sin cola, pues ahora su plumaje era la envidia de todas las aves del vecindario, era abundante y de brillantes colores. Su canto y su vuelo eran fuertes, llenos de vida y salud y le permitían realizar sin temor largas travesías por bosques lejanos en compañía de su padre, a quien Copetín le había comentado lo ocurrido y podía ahora darle un lugar en su corazón a ese pequeño que también era su polluelo. Notas y referencias bibliográficas 2Bert Hellinger, La sanación, pág.4. Copetín sin cola... Capítulo IV. Alteraciones en la ley del equilibrio Según Hellinger, en su libro “Los órdenes de la ayuda”, existe la necesidad de guardar el equilibrio entre el dar y recibir. En la relación entre padres e hijos, lo que los padres dieron (la vida) es demasiado grande para compensarlo dando; por eso sólo queda recibir el regalo de la vida y agradecerles de todo corazón; después cuando damos la vida a nuestros hijos logramos esa compensación. Cuento: El recorrido Con mucho afán corren Marina y Pablo a la casa del “entendimiento”, hoy se terminan las inscripciones para el gran recorrido, que se realizará el próximo domingo, al gigantesco parque de la aldea. Jadeantes preguntan a la señorita Flor cuáles son los requisitos. Florecita muy atenta les lee pausadamente: ir en bicicleta y llevar una camiseta con dos bolsillos, uno al lado derecho y otro al lado izquierdo. En el bolsillo del lado izquierdo llevarán una lista escrita en un papel de cualquier color, forma y tamaño, de todo lo que reciben de sus padres, y en el bolsillo derecho otra lista escrita en un papel de cualquier color, forma y tamaño, de cómo van a devolver a sus padres los beneficios recibidos de ellos. Y les dice: Ahora… vayan a preparar sus bicicletas y camisetas, son ustedes los últimos en inscribirse y el tiempo corre. Marina y Pablo obedecen gustosos y van a sus casas a realizar el trabajo. Después de la larga espera ¡hoy es el día! y está soleado, así que Pedro, María, Juanita, Víctor, Andrea, Marina, Pablo…en fin, todos los habitantes menores, están listos para emprender el recorrido. El colorido es espectacular; con anterioridad, cada uno alistó su bicicleta; por eso, en este día la variedad de ellas es muy grande: pintadas de diferentes colores, adornadas con flores, muñecos, carros, personajes fantásticos, con toda la creatividad de los participantes puesta en sus vehículos. El recorrido transcurre de manera fantástica, ya que van visitando todos los lugares del gigantesco parque. Cada uno disfruta del sonido y colorido de las aves, el transcurrir del río por los valles, los diferentes verdes del pasto, de los árboles, en general, de la vegetación, el cambiante azul del cielo y el resplandeciente sol; todo está dispuesto para este maravilloso paseo. Al finalizar la tarde todos están de regreso y observan que, a pesar de que el recorrido ha sido el mismo para todos, hubo diferencias en la manera como cada uno se sintió en su propia su bicicleta. Algunas estuvieron muy cargadas a la derecha y otras a la izquierda comentaban los participantes-, lo cual dificultó a sus conductores mantenerlas en equilibrio; inclusive algunos hasta se cayeron haciéndose un poco de daño. Ante estos comentarios generales todos quisieron averiguar el porqué de esta sensación. Se escucharon opiniones al respecto: de pronto el desayuno se había depositado más a un lado del cuerpo que del otro; todos se rieron y exclamaron ¡no! ¡Ah ya sé! se oyó otra voz: media llanta de la bicicleta tenía más aire que la otra, de nuevo las carcajadas y el ¡no! Y así se escucharon otras opiniones, hasta que de pronto todos se tocaron los bolsillos de la camiseta y se preguntaron: ¿Será lo que escribimos? Entonces llamaron a las personas organizadoras del recorrido y les pidieron que les ayudaran a saber si el extraño comportamiento de la sensación en las bicicletas se debía a las listas que llevaban en sus bolsillos. Gustosas e intrigadas por el resultado, decidieron aceptar. Pidieron a los participantes hacer tres filas; en una los participantes que sintieron la bicicleta cargada a la izquierda, en otra los y las que la sintieron cargada a la derecha y una tercera para los que sintieron su bicicleta en equilibrio. Las personas organizadoras se dividieron de tal manera que cada una quedara con una de las tres filas; el siguiente paso fue tomar una por una las dos listas de cada uno de los participantes y en una hoja de papel muy grande y colorido, fueron escribiendo los resultados, estos resultados fueron leídos después a todos los participantes y fueron los siguientes: Fila 1. Bicicleta cargada a la izquierda BOLSILLO IZQUIERDO (RECIBEN) BOLSILLO DERECHO (DEVOLVER) Cuidado: no hay nada que devolver Alimento: esa es su obligación Amor: para eso me trajeron, para darme Estudio: eso sí, quién los mandó Abrazos: yo recibo y punto Juguetes: nada me han dado Cama: cobijas La vida: nada, regaños, nada más Fila 2. Bicicleta cargada a la derecha BOLSILLO IZQUIERDO (RECIBEN) BOLSILLO DERECHO (DEVOLVER) Cuidado: todo, todo Alimento: no quiero quedar debiéndoles nada Amor: daría hasta mi propia vida Estudio: tengo que darles más de lo que me dieron Abrazos: dinero y más dinero Juguetes: no me voy a separar nunca de ellos Cama: como no me dieron nada, yo les voy a dar todo para que aprendan cómo se hace La vida: nada, injusticias Fila 3. Bicicleta en equilibrio BOLSILLO IZQUIERDO (RECIBEN) BOLSILLO DERECHO (DEVOLVER) Cuidado: agradecerles siempre Alimento: aprovechar lo que me han dado Amor: ser feliz Estudio: cuando tenga mis hijos dar lo mismo o un poquito más Abrazos: juguetes Cama: cobijas La vida: nada Regaños y castigos Todos, organizadores y participantes, se quedaron en silencio, sus corazones se iluminaron con los colores del arcoíris y un tibio y delicioso calorcito inundó todo su ser. En este estado de placer y amor, pudieron entender por qué el recorrido fue más fácil para los de la Fila 3, porque lograron conducir sus bicicletas sin sentirlas cargadas a ningún lado; porque lograron el equilibrio entre dar y recibir de sus padres ¡gratitud! El recorrido Capítulo V. Alteraciones en el orden familiar La vida moderna nos presenta, con gran frecuencia, niños que con sus acciones y pensamientos nos sorprenden; nos escuchamos a nosotros mismos diciendo: “Parece un viejito o una viejita” y, cuando nos adentramos en lo más profundo de su ser, comprendemos su sufrimiento; y es que como lo expresa Lammoglia, en su libro “Secretos de familia”: “ …el niño se entrega sin cuestionamientos a su grupo de origen, con todo y las consecuencias que pueda tener en su vida, y depende de él con una fuerza y un compromiso que se asemejan a un sello. Siente esta vinculación como amor y felicidad, independientemente de su potencial para crecer o perecer en este grupo y de cómo y qué son sus papás… Esta vinculación es tan profunda que el niño está dispuesto a dar por ella su vida y su felicidad. Se trata de un amor ciego. Hellinger sostiene que detrás de todo comportamiento, aunque parezca bizarro, siempre actúa el amor”. 3 De ahí la necesidad de restablecer el orden, para que estos niños vuelvan al lugar que les corresponde logrando la tranquilidad. Cuento: La canasta de mamá Corre, corre, corre, es todo lo que escucho esta mañana de mamá; pero mis patas cansadas no pueden más; me esfuerzo, pero no comprendo por qué pesa tanto la hermosa canasta de mamá. Mientras ella dormía la tomé para ver qué contenía; la llevé a un apartado lugar y, husmeando, encontré su miedo por la partida de papá, su preocupación por el trabajo; envuelta en papel de sonrisas encontré muy apretujada la tristeza por la pérdida del hermanito que iba a nacer. También encontré, bien en el fondo, las fotos del abuelo y la abuela, que murieron sin que yo los conociera. Me aflora un suspiro enlazado al amor que siento por ella, pues no soporto que cargue sola tantas cosas: esas bolas de cristal de hermosos colores que por dentro atrapan, como el ámbar, aquellas amarguras que nos distancian. Pero la canasta es hermosa y quiero llevarla en mi pequeño lomo, para poder cargar allí también el cuidado de mis hermanos menores. Mamá me pide que corra y corra, pero no se ha dado cuenta que cuidarla más no puedo, que por amor yo cargo su canasta. Mis patas se detienen y con profundo amor se la entregó, le digo: “Mamá, eres hermosa y grande, tu lomo es fuerte y puedes con ella”. Primero me mira sorprendida, pero luego me sonríe, con lo cual me siento aliviada y pequeña. Recibo sus cuidados, y como a toda una borri-quita, mamá me coloca en la hermosa canasta que ahora lleva en su lomo; cantando y galopando continúa por el empinado camino, mientras yo me siento segura y disfruto de ser pequeña, llevada en su canasta, y de sentirme sin esa carga tan pesada, pero que a mamá, que es grande, le parece ahora muy liviana. Notas y referencias bibliográficas 3Lammoglia Ernesto, Secretos de familia, pág. 52. La canasta de mamá Capítulo VI. Orden entre hermanos Un regalo maravilloso de Hellinger son los Órdenes del Amor, que nos permiten comprender y dar sentido a lo que ocurre en los sistemas familiares. En la terapia es común encontrar que los padres, por lo general; tratan igual a los hijos y se sorprenden de que éstos se peleen entre sí mucho más de lo normal. Brigitte Champetier de Ribes, en su libro “Empezar a constelar”, hace referencia de manera especial al respeto, teniendo en cuenta el orden, “cada persona de cualquier sistema tiene un solo lugar: el que le marca su fecha de entrada en el sistema. Yde ahí los anteriores son respetados por los posteriores. A cambio los anteriores se ponen al servicio de los posteriores… El respeto del orden es la condición sine qua non del amor. Del respeto del orden nace un amor adulto y humilde, un amor muy fecundo”.4 Observamos cómo, en ocasiones, el orden se altera cuando se le da mayor importancia al más pequeño y consecuentemente se le da poder; y el mayor muchas veces se reprime y retrae para que sus hermanos menores se salgan con la suya en todo momento. Desde esta mirada del orden de sucesión están los padres y en orden de llegada los hijos, siendo los mayores los que tienen adquiridos sus derechos. Ingrid Dykstra, en el libro “El alma conoce el camino”, lo plasma claramente así: “Eso significa que los más mayores conceden sus derechos a los más pequeños, o sea, los pequeños sólo pueden tomar de arriba. Los medianos reciben de arriba y conceden hacia abajo. Los más pequeños únicamente necesitan tomar de arriba. Los mayores toman sus derechos de los padres. Cuando los padres logran comprender esto, pueden renunciar sin problema a la idea de que hay que conceder exactamente los mismos derechos a todos los hijos”.5 Con esta mirada, lo importante y lo que se logra es que los hermanos disfruten unos de otros, mientras antes quizás estaban demasiado junto a uno de los padres, posición en la que resultan absorbidos completamente por sus problemas, ahora, el hermano mayor puede mirar con cariño a su hermano menor, asumiendo el lugar que le corresponde, porque sus padres le dan fuerza y los derechos, porque lleva más tiempo de vida. Lo importante es que los padres exijan a los niños respetar el orden. Cuento: Nueve meses 10 000 Tres, cinco o siete años, no sé qué edad tenía, todo es como un recuerdo borroso de esa noche de lluvia, en la que a media noche mamá partió con papá para el hospital mientras yo dormía. Al despertar la abuela me dijo que me arreglara rápido porque iríamos a conocer y traer a mi hermano ¡sí! ya tenía un hermano, ese hermano que jugaría conmigo, que sería cómplice de travesuras, con quien haría sombras de animales en las paredes, ese hermano a quien contaría sobre mis amores y temores ¡cuánto lo había esperado! y llegó el gran día. De pronto todo se volvió confuso; para comenzar, ese día no me dejaron entrar al hospital, esperé en las sillas de la entrada mientras veía a la abuela con sus cortos, pero rápidos pasos, subir la escalera. Después de haber pasado el rato contando -porque me gusta contar- pueden creer que conté hasta 10.000 ¡sí, hasta 10.000! y eso es bastante ¿verdad? sí, fue toda una eternidad esa espera, nueve meses 10.000, y por fin bajó papá con el bebé en brazos, mamá se veía muy cansada pero estaba cómoda en una silla de ruedas, corrí a sentarme en sus piernas, ella me estiró los brazos y me beso con emoción diciendo: te presento a tu hermanito, papá me lo acerca y descubre la carita, hohohooo… ¡me enamoré de ese bebé! era rosadito y estiraba su boquita como si supiera que era yo y quisiera darme un beso, pero la enfermera interrumpió, cogió al bebé y se lo entregó a la abuela para que papá pudiera hacer los papeles de salida. Llegamos a la casa y ya no era mi casa, en mi cuarto había pañales, ropa, colonia, todo olía a bebé ¿en dónde estarían mis perfumes y juguetes? ya era mediodía y yo tenía hambre, nadie me escuchaba pues la casa retumbaba con los gritos del bebé, todos corrían, iban y venían, pero lo peor, no me veían. Ese día creí que había dejado de ser la princesa de papá y mamá, pasaban a mi lado y tan solo tocaban mi cabeza, igual como yo hacía con el perrito de la vecina. ¡Me desenamoré de ese bebé! No jugaba conmigo, no me conversaba, era llorón, papá y mamá no le decían nada y a mí no me dejaban llorar por nada. Pasé los años en compañía de mi peluche favorito llamado Papá Oso, mi fiel confidente, al único que le he contado, bueno y ahora a ustedes, que era un fastidio tener ese hermano pues había llegado y había robado el amor de toda la familia, tanto así, que ni se dieron cuenta de que se me había caído un diente. Papá Oso con su cara seria y mirada fija, un día me dijo que papá y mamá sí me amaban pero que el hermanito aún era pequeño y requería de los cuidados especiales, recordándome que yo también los había recibido y que por eso me había convertido en la princesa de la casa. Esa noche entre sollozos y con el corazón apachurrado, me acerqué a su cama y al oído, muy despacito, para que no me escuchara, le dije que lo amaba, que lamentaba haberlo hecho sufrir tanto con mis rabias y peleas, que ya no tenía miedo y sabía que siempre había sido la princesa de papá y mamá, así como él era su príncipe, o como sucedía con la tía Susana quien tenía dos princesas. También le dije que estaría para él y que podía contar conmigo, tomando la fuerza de vida para ser feliz. Pero eso sí, que me tenía que pedir permiso y yo le prestaría mis juguetes. De pronto sin saber por qué noté una sonrisa y entonces rápidamente me alejé. Había esperado tanto un hermano -nueve meses 10.000- ahora no sé qué edad tengo ni qué edad tiene él, solo sé que lo sigo amando a pesar de ser tan diferentes, sé que lo amo con sus errores, con sus miedos, con su pelo ensortijado que no requiere de tanto cepillado, sé que lo amo porque somos la princesa y el príncipe de papá y mamá; no es mejor ni peor que yo, sólo es mi hermano menor y lo mejor de todo es que sé que también me ama porque cuando me ve, sigue estirando su boquita. Notas y referencias bibliográficas 4Brigitte Champetier de Ribes, Comenzar a constelar, págs. 50 y 51. 5Ingrid Dykstra, El alma conoce el camino, pág. 55. Nueve meses 10 000 Capítulo VII. Adopción Los padres que entregan a su hijo pierden su derecho sobre él. Los hijos que se encuentran en esta situación son acogidos por padres adoptivos o por instituciones. Estos niños siguen con la esperanza de que sus padres regresen y entonces se les dificulta aceptar a las personas que los han acogido. El movimiento sanador para estos niños es agradecer a sus padres el haberle dado la vida y luego permitir que ellos se retiren de su corazón; aunque resulta doloroso, sólo así el niño puede girarse hacia sus padres adoptivos y a las personas que se ocupan de él. Entonces la vida que recibió de sus padres puede desplegarse. De la misma manera, los padres adoptivos deben dar gracias a los padres biológicos por la vida que dieron al que ahora es su hijo adoptivo. Cuento: La casa y el árbol verdaderos En una pequeña aldea, rodeada de ríos, árboles y animales de diferentes especies, habitan familias de distintas condiciones: con poco, mucho o nada de dinero; con pocos, muchos o ningunos hijos; con mucho, poquito, o nada de estudio; bajitos, 30 altos; morenos, blancos, negros. También existían todas las formas de relacionarse entre ellos: calidez, enojo, culpa, agresión, distanciamiento, envidia, cooperación… y otras muchas que tú sabes cuales son. En esta aldea, al igual que en todos los sitios del universo, los hombres y las mujeres se enamoraban y soñaban con unirse; unos lo hacían por muy poco tiempo y otros por toda la vida. En algunas de estas uniones nacían hijos, en otras no. En unas uniones los hijos eran recibidos con mucho regocijo y en otras no tanto; de todas maneras, los que nacían era porque sus padres habían respetado su vida. Dentro de cualquiera de las anteriores uniones (tú puedes elegir una, o crear otra que no esté incluida) está aquella a la que hace referencia nuestra historia: que tuvo hijos, no se sabe si un hijo único o si fueron más; tampoco se sabe si era niño o niña… eso nunca lo narró la anciana sabia de la aldea. Lo que narró la anciana es lo que aquí está escrito y así es. Como todas las historias se inicia con: Había una vez… y estemos atentos a ver qué era lo que había. Pues un hombre y una mujer tuvieron un hijo y no sabemos por qué motivos no estuvo más con sus padres. Supone la anciana que no fue fácil para ellos quedarse sin este hijo. La anciana no recuerda cuántos años tenía esta personita, pero haciendo cuentas cree que no debía tener más de 7 años. El hecho es que el hijo salió de su casa; ésta pudo haber sido acogedora o no, pero era la verdadera… la propia. “¡Ay! exclama la anciana, también se separó de un árbol que era fuente de su seguridad y que era el propio, el suyo”. Cuenta la anciana que unos dicen que pasó por varias casas, unas sin árbol y otras con él, y que otros aseguran que estuvo solamente en una. Finalmente se quedó en una casa hasta que ya fue grande y tuvo la fuerza y seguridad suficientes para ser feliz. Sin embargo, esta felicidad sólo llegó a ser realidad después de haber realizado un trabajo duro, que en algunos casos fue apoyado en esa nueva casa y ese nuevo árbol y en otros no. Algunas dificultades que tuvo que superar fueron el que el padre y la madre que lo acogieron no estaban de acuerdo en que llevará en su corazón su casa y su árbol verdaderos. Ellos pensaban que merecían toda su atención, porque ahora su casa y su árbol eran ellos y que al honrar y guardar en su corazón a los anteriores, les quitaba su cariño y su gratitud; otra dificultad fue que esta personita ocultó su dolor por la pérdida de su casa y su árbol verdaderos. La mejor manera que encontró para ocultarlo fue mostrar rabia, tristeza, soledad; al negar permanentemente la existencia de su primera casa y de su primer árbol, no se sentía ni de aquí ni de allá. Una noche decidió ir hasta un sótano muy, pero muy profundo que había en su habitación y de cuya existencia únicamente ella sabía. Allí, como por arte de magia, pudo ver su realidad: aunque ahora vivía en otra casa y con otro árbol, los verdaderos estaban esperando ser reconocidos y aceptados por ella. Después de mucho pensarlo decidió entrar de nuevo en su casa verdadera y aceptó sin juzgar ni justificar todo lo que vio, escuchó, sintió y hasta olió; se dio cuenta de que sólo sintiéndose perteneciente a esta casa de sus orígenes, podría sentirse perteneciente a cualquier otro lugar; lo mismo hizo con el árbol: se acercó respetuosamente a él y lo vio, escuchó, sintió y hasta olió. Reconoció cuánto los había extrañado y lloró, lloró, y lloró, hasta que sus lágrimas limpiaron toda su rabia, tristeza y soledad y, de esta aceptación, nació un profundo respeto y agradecimiento a sus padres originales por haberle dado la posibilidad de vivir. Ya no importaba si estaban con ella o no ni las causas por las cuales no pudo vivir con ellos; ahora sabía, en lo profundo de su alma, que se había despedido de ellos para siempre. Con esta nueva realidad instalada en su alma, salió del sótano y pudo agradecer a sus nuevos padres el haberla acogido…y así fue como encontró su felicidad y logró construir bases más fuertes y seguras para aquellos a los que serviría de casa y árbol verdaderos; e igualmente para poder ofrecer apoyo a aquellos que no pudieran vivir en su casa y su árbol verdaderos. En este punto, la anciana sabia de la aldea dice que así terminó la historia y que sabe que historias como ésta se repiten muchas veces, en cualquier momento y en cualquier lugar, y que el alma de cada personaje sabe que la meta es hallar y honrar a su verdadera casa y a su verdadero árbol, para así poder decirles adiós y construir su propio camino. No importa cuánto se demore y cuantos atajos recorra, así es. La casa y el árbol verdaderos Capítulo VIII. Honra al padre y a la madre Ingrid Dykstra, en su libro “El alma conoce el camino”, recalca que: “para que los niños se puedan desarrollar bien y fuertes, necesitan a 6sus padres cara a cara”. Aunque resulta evidente que todos tenemos un padre y una madre, muchas veces no se posee esta imagen interna, produciendo un vacío emocional y existencial que es necesario llenar para que se recupere la fuerza de seguir el destino con confianza. Cuento: La extraña isla En una isla apartada y muy triste, habitaba un gran número de pequeñas criaturas; caminaban y compartían su vida en silencio, nadie hablaba, nadie jugaba, nadie reía; su ocupación era mirar a lo lejos, pero nadie preguntaba qué era lo que miraban. Esta isla cada vez era más fría y no existía quién satisficiera las necesidades básicas de sus habitantes; bueno, al fin y al cabo ninguno sabía qué era eso de necesitar, sólo se sentían el vacío y la tristeza. Un día volaba por allí una bandada de vistosas y felices aves, las que curiosas, se detuvieron a observar por qué, dentro del gigantesco espacio que habían recorrido, existía esta isla diferente a las demás; entonces, decidieron descender y averiguar. Los integrantes de la bandada quedaron sorprendidos: estos habitantes eran tan lindos y con tanta variedad de color, como los de los otros sitios visitados por ellos; pero éstos no reían, no jugaban, no preguntaban… no eran felices. Decidieron trinar y trinar para llamar a su antiguo y fiel amigo, el delfín; éste apareció feliz de volver a encontrarse con sus amigas las aves y muy generoso contestó: “¿Para qué me han llamado? Estoy feliz de poder ayudarlas”. Las aves contaron lo que estaban viendo y pidieron su ayuda; el delfín dijo: “Descenderé a las profundidades del agua donde habitan todos los secretos de la vida y allí averiguaré qué ha sucedido”. Pasado algún tiempo el delfín regresó de las profundidades del mar y contó, con preocupación, que los habitantes que vivían en la extraña isla pensaban y sentían que ¡no tenían padres! “¡Oh… que extraño suceso! respondieron las aves, si todos los seres de la naturaleza tenemos padres. ¿Qué podemos hacer para que ellos lo sepan?”. Después de pensarlo decidieron pedir prestada su linda caja de acuarelas al arcoíris e hicieron un gran cartel que decía: Todos los seres existentes en el universo tenemos un padre y una madre, no importa si no están con nosotros, no importa si no los conocemos, lo único importante es que sí los tenemos. “Bueno, dijeron las aves y… ¿ahora qué haremos para que ellos lo puedan ver?”. “Ya sé, respondió el delfín, como ustedes saben volar lo extenderán en el sitio del cielo hacia donde todos miran”. “¡Claro… así lo haremos!”. Con un poco de esfuerzo las aves pusieron el cartel en el lugar acordado y ¡qué sorpresa se llevaron cuando cada ser que iba leyendo el mensaje del cielo cambiaba su rostro y gritaba: “qué bueno saberlo”! Ycuando todos acabaron de leer el mensaje empezaron a jugar, a reír, a cantar y a contar cuentos que estaban dentro de ellos, pero que se habían quedado congelados, al igual que la imagen de sus padres. El delfín y la bandada de pájaros continuaron su viaje, dejando ahora una isla llena de colorido, alegría, fuerza, convivencia amorosa, esperanza y fe en su presente futuro exitoso. Notas y referencias bibliográficas 6Ver: Ingrid Dykstra, El alma conoce el camino, pág. 53. La extraña isla Capítulo IX. Asentir a lo que es (cambios) La vida familiar y personal de los niños y los jóvenes, está cargada de cambios de todo tipo: la llegada de un nuevo miembro a la familia, una quiebra económica, el cambio de vivienda, de ciudad, de país, de barrio, de colegio, de salón, la muerte de alguien cercano, la separación de los padres, etc. Cambios que, si muchas veces para los adultos no son fáciles de manejar, no lo son para niños y jóvenes, quienes se aferran a lo que conocen, a lo que aman, a lo que les da seguridad; pero que, por amor filial y lealtad, también cargan miedos e inseguridades de sus padres o ancestros, generando resistencias y dificultad para ser felices en las nuevas circunstancias que la vida les ofrece; y es allí donde a través del trabajo de Constelaciones Familiares con figuras se generan los movimientos del alma, desde el asentimiento a lo que es y la gratitud a lo que fue. Tomando la fuerza de vida de los padres y ancestros, para seguir el camino y asentir a lo que se está viviendo. La palabra “asentir”, tiene una connotación tan grande que no es del todo fácil explicar y diferenciar de “aceptar”; muchas veces sólo se comprende cuando nos la apropiamos e incorporamos en nosotros, viviendo en el asentimiento y no desde la resignación o simple aceptación de lo que somos, de lo que son los otros, de dónde venimos, de nuestro destino; dejando así atrás el sufrimiento, el rechazo y los ¿por qué a mí…? Cuento: ¿En dónde quedó mi arrecife? El sol brillaba en todo subía allí un pececillo dorado al que llamaban Floppy, del que todos eran amigos, por ser muy alegre y colaborador; fue nombrado representante del cardumen del salón y eso lo hacía sentir muy importante y querido. Una noche su padre reunió a la familia y les informó que viajarían a un nuevo arrecife y Floppyde inmediato protestó; aunque sus palabras fueron escuchadas con atención, no hicieron cambiar la decisión ya tomada. Esa noche fue tormentosa, las aguas revueltas representaban la angustia que sentía Floppypor dejar su arrecife, a su maestra la vieja tortuga, y hasta a aquel pececillo burlón que a todos hacía reír. ¿Qué pasaría con sus amigos? su corazón se partía en pedazos y las palabras amorosas de sus padres no le servían de consuelo. Pasaron los días y el cambio llegó. El nuevo arrecife era muy diferente; no era mejor ni peor, sólo diferente; los pececillos se veían distintos en su forma de nadar, de saludar, de divertirse; los recovecos del arrecife eran distintos, pintados de otros colores, bonitos… pero no eran sus colores preferidos. Al llegar a la nueva escuela, el cardumen se volcó con curiosidad a saludarlo y, aunque en general eran amables, no le gustaban, los veía extraños, los escuchaba tan raros en su tono de voz y en lo que contaban, que le parecían aburridos. Floppy únicamente anhelaba nadar y nadar en su antiguo y amado arrecife, en donde era tan feliz y en donde había tantas cosas que quería y que ya no tenía cerca. Nadar a la escuela todos los días era la peor tortura; se resistía, no quería ver a esos peces tan extraños para él, a los cuales a veces miraba feo. Un día de escuela, mientras todos jugaban con el Pez Globo, Floppyse apartó para escapar de algunas miradas curiosas y ansiosas por conversarle… cuando de pronto salió a su encuentro un pequeño y hermoso Caballito de Mar con un asombroso color violeta, quien lo invitó a dar un paseo por aguas más lejanas. Las horas transcurrieron conversando de aquí y de allá, pero lo que Floppy le dejaba muy claro era que no quería volver a amar, a tener buenos amigos, pues no quería volver a sentir ese dolor tan grande que lo invadía; ¿para qué amar? se preguntaba, no comprendía por qué la felicidad se le había quedado fuera de la maleta. El Caballito de Mar con paciencia lo escuchaba y quiso contarle una historia que le había contado su padre, historia que, a su vez, su padre había escuchado del abuelo y que seguramente venía de muchos peces atrás, de tiempos en que sus antepasados habían tenido que cambiar de mares con mucha frecuencia, por los daños que se le ocasiona a los arrecifes de coral y sólo, cuando jugaban con piedras y cristales, y miraban atrás, dando las gracias a lo que dejaban y recibiendo el permiso para seguir adelante, lograban hacerlo en paz. El Caballito de Mar comprendía la dificultad por la que pasaba su amigo y después de contarle la historia, le propuso jugar a lo que allí se contaba. “¿Jugar? ¿tú de verdad crees que estoy para juegos, cuando mis escamas ni quieren brillar, cuando lo único que quiero es nadar al viejo arrecife, cuando sólo quiero amigos iguales a mí?”, respondió Floppy en tono incrédulo y enojado; pero como los Caballitos de Mar color violeta son muy convincentes, logró que participará en el juego, diciéndole que iba a ser muy divertido. “Vamos a recoger unas cuantas piedras y cristales de diferentes colores”, le dijo el Caballito de Mar, son muy especiales en este arrecife, por sus hermosos y variados colores. Hicieron un cuadrado con piedras azul marino y blancas, para el antiguo arrecife, y en el centro colocaron unos pequeños cristales rojos para sus amigos; al frente para el nuevo arrecife hicieron un círculo con piedras color amarillo y en cuyo centro se colocó rápidamente una extraña Estrella de Mar color verde, que al verse tan bonita allí, no quisieron quitar. Para Floppyse estaba tornando divertido el juego con las piedras, aunque no entendía bien qué significaba. El Caballito de Mar le pidió a Floppyque se parara frente al cuadrado de piedras blancas y azul marino con cristales rojos en el centro y, que desde su corazón, les diera las gracias por haberlo acogido con tanto amor, por haber vivido allí cosas buenas y no tan buenas, por haber conocido el valor de la amistad y la alegría compartida. Aestas palabras, ese pececillo de escamas sin brillo, agregó una petición especial a los cristales rojos, para que le desearan todo lo mejor y lo siguieran amando si él se daba el permiso de amar también al cardumen de peces extraños y a todo lo nuevo en el arrecife de coral. Esto lo pidió con tanta fuerza su corazón, que los cristales rojos comenzaron a brillar con intensidad, como si le hablaran y le dieran permiso para ser feliz en otros mares y arrecifes, cercanos o lejanos. Fue tanta la paz que sintió que se volteó de inmediato, mirando al círculo de piedras amarillas y fijando la vista en aquella intrusa y extraña Estrella de Mar color verde; sin que el Caballito de Mar dijera algo, se sintió agradecido por permitirle estar allí, por poder conocer otros colores, otras formas de nadar, por poder saborear nuevas algas… Mientras el corazón de Floppy sentía esto, el Caballito de Mar veía cómo le comenzaban a brillar nuevamente las escamas, y traviesamente comenzó a jugar con las burbujas de alegría que salían de la boca de su amigo Floppy. ¡Sí! era alegría y una paz increíble, tan maravillosas que comenzó a dar vueltas sobre sí mismo, formando un remolino inmenso, el cual llamó la atención, en la distancia, del Pez Globo que quiso disfrutar de tantas vueltas y nadando con rapidez se dejó llevar por el torbellino de burbujas de paz y alegría. Para el Caballito de Mar color violeta y para Floppy, por ese día, había terminado el juego con las piedras y los cristales de colores. La noche iluminada por la luna creciente, se tornó tranquila y el pececillo, aunque aún extrañaba su antiguo arrecife, su corazón estaba un poquito más amoroso y sentía que podía amar y ser feliz en muchos mares, arrecifes, cardúmenes… sin dejar de mirar y amar el pasado. Tenía muchas historias por compartir y asentía a lo que vivía, aprendiendo de todo lo nuevo que le ofrecían esas aguas claras con asombrosos Caballitos de Mar color violeta. ¿En dónde quedó mi arrecife? Capítulo X. Vínculo interrumpido El abrazo es una conducta natural instintiva, es la prolongación de la simbiosis con mamá después del nacimiento, el afecto es entendido 7 aquí como nutrición para el niño. En el abrazo el niño reconoce la voz, ritmo cardiaco y movimientos de la madre y esto le tranquiliza. La cercanía cuerpo a cuerpo es el alimento del aparato psíquico que determina todas sus conductas. En la vinculación se fundamenta la personalidad y las relaciones.8 Cuando un niño crece sin satisfacer esa necesidad de contacto y seguridad con su madre al momento de nacer, la relación se fisura o quiebra, siendo deficiente, poco sana y nutritiva para los dos. Se ve afectado el vínculo madre-hijo, generando algunos trastornos en el niño que con el tiempo se vuelven crónicos, pasando el resto de su vida inconscientemente buscando el abrazo, cercanía o seguridad que le faltó. Para ampliar este hermoso tema puedes consultar el libro de Laura Rincón Gallardo: “El abrazo que lleva al amor”. Cuento: Cangurín no quiere abrazos Mamá canguro está muy triste, su hijo no quiere regresar a la bolsa, y aún necesita de ella para poder seguir su vida independiente y libre cuando crezca. Mamá canguro, para poder seguir viviendo, tuvo que dejar a su pequeño cangurito con sus parientes cercanos. Accidentalmente cayó en una enramada de espinas y para proteger a su cangurito tuvo que admitir que lo sacaran de su bolsa y separarse de él, mientras ella se reponía. Al regresar su mamá ya curada, Cangurín sólo la mira, pero no quiere acercarse ni ser acariciado por ella. El pequeño cangurito siente tanto dolor de pensar que mamá se vuelva a alejar de él, que prefiere no volver a acercarse y así no tener que soportar nuevamen-te dicho dolor; también siente mucha rabia porque mamá lo abandonó. No importan todas las explicaciones que ha escuchado, él únicamente sabe que mamá dejó de tenerlo en su bolsita, a su lado, por un tiempo. Mamá canguro no sabe qué hacer y, entonces, llama a reunión a las otras mamás canguro. Todas asisten gustosas, ya que es normal que las mamás canguros busquen apoyo para seguir criando a sus canguritos. Una vez expuesta la situación se escuchan historias parecidas como: a mí me pasó lo mismo cuando fui a tener mi otro hijo; a mí cuando fui de visita donde mis padres que estaban enfermos; a mí cuando fue mi hija la que se enfermó y no me dejaron quedarme en el hospital acompañándola; a mí cuando al nacer mi hijo lo llevaron a una incubadora; a mí cuando… y así muchos casos similares de cuando la madre tuvo que separarse temporalmente, por diversos motivos, de sus hijitos. “¡Qué bien que les ha pasado algo parecido, porque así podrán contarme qué puedo hacer!”, dijo con alivio Mamá canguro. Todas recuerdan lo difícil que fue y lo que cada una hizo, pero deciden contarle sólo lo que al final les ayudó a todas. La mayor de ellas toma la palabra y empieza a decirle: “Mi querida Mamá canguro, lo primero es reconocer que sí te ausentaste, no importa la razón, Cangurín sabe únicamente que te fuiste y tiene el derecho de estar rabioso y no querer ningún contacto contigo. Lo segundo es recuperar ese contacto físico porque Cangurín lo necesita; sin embargo, es tanto su dolor que, por miedo a volver a perderte, prefiere negarse el placer de recibirlo. Entonces, vas a llegar a casa y mirándolo le vas a decir: “Lo siento” y lo vas a abrazar, al principio él rechazará el abrazo pero si lo sigues abrazando con dulzura él finalmente lo aceptará. Ahora, Mamá canguro regresa a casa y hace lo indicado; efectivamente, Cangurín después de rechazar el abrazo lo acepta y puede llorar en brazos de mamá todo el dolor vivido; mamá, arrullándolo y mirándolo a los ojos le cuenta cómo ha sido su vida desde que supo que él estaba en su bolsita; Cangurín escucha… va sintiendo el contacto cálido y amoroso de mamá y se abandona a este disfrute hasta quedar dormido; mamá continúa abrazándolo y repitiéndole: “Hijo te amo, te amo...”. Cuando el sol aparece resplandeciente sobre el horizonte, Cangurín despierta en brazos de mamá y ya no necesita saber si lo que vivió fue un sueño, si fue imaginación o fue real; lo importante es su profundo deseo de regresar a su bolsa, para tomar el impulso y el poder necesarios para salir fuerte y sano a realizar su propia vida, con seguridad y confianza. Cangurín no quiere abrazos Notas y referencias bibliográficas 7 Laura Rincón Gallardo, El abrazo que lleva al amor, pág. 24. 8Rosa Döring Hermosillo, Seminario El abrazo de Contención, Bogotá, septiembre 24 de 2011. Capítulo XI.Adopción ¿Cómo logra ser feliz la pareja con la adopción? ¿Cómo logran ser felices los niños adoptados? Este es un tema que genera contradicciones, y todo dependiendo de quién lo mire. Gunthard Weber como editor inicial de los trabajos de Hellinger, en su libro “Felicidad dual”, describe la adopción honrosa y la adopción peligrosa, aclarando que “…el factor decisivo es la actitud de los padres adoptivos. Si realmente actúan con las mejores intenciones para el niño, la adopción tiene buenas posibilidades de salir bien. Muchas veces, sin embargo, los padres adoptivos no tienen como prioridad las necesidades del niño, sino más bien las suyas. En la mayoría de los casos se trata de parejas que no pueden tener hijos y se rebelan contra las limitaciones que la naturaleza misma les impone. Implícitamente le piden al niño que los proteja de su desilusión.9 Ana Lucia Pérez y María Cristina de Hidalgo en su libro “Desenreda tu vida” manifiestan que: “…si bien la adopción tiene un fin noble y socialmente se valora, implica una exclusión del niño adoptado de su sistema de origen, para entrar en un sistema familiar ajeno que difiere del suyo por sus raíces, su cultura y en algunos casos hasta su idioma… En el caso que se dé la adopción, al niño se le debe permitir amar a sus padres biológicos, al igual que a quienes han decidido darle un lugar en su sistema familiar para acompañarlo a crecer”.10 Se plantea allí, que lo ideal sería que la adopción se llevará a cabo solamente cuando ningún miembro de sus dos sistemas familiares, materno y paterno esté para hacerse cargo. Cuento: Ocho patas... y la madeja de luz Era un frío invierno y lo que podría ser una mañana blanca se había convertido para la conejita Melissaen dos mañanas blancas. Dentro de la madriguera todo era doble, tenía ocho patas, cuatro orejas, dos narices… y cuando observó las aguas del lago vio dos cielos azules, con unas pocas nubes; ¡no! no eran pocas, eran dos nubes. ¿Qué le ocurría? ¿Cómo podía moverse? saltaba dos veces, su corazón latía el doble de rápido como si se fuera a dividir en dos y, un día, lo hizo; ya no era una sola Melissa tierna y dulce, ¡había dos Melissas!, dos corazones queriendo ser uno. En una Melissahabía alegría por tener lo que tenía, su madriguera acogedora y segura, su cantidad de hermanos y sus padres amorosos y juguetones, pero a quienes con frecuencia trataba con rabia y no podía dar todo su amor, como sentía que merecían. La otra Melissasolo quería correr, correr hacia algún lugar lejano. En el bosque tenía muchos amigos por ser una conejita graciosa con sus ocho patas, dos narices, cuatro orejas…, pero esos amigos se alejaban cuando se volvía grosera y antipática con ellos. Melissa se escondía a veces en la granja vecina y trataba de descubrir por qué ella era así; recordaba que papá y mamá conejos le habían contado del profundo amor que habían sentido por ella esa noche fresca de primavera, cuando la alzaron en medio de la algarabía de las ardillas, quienes indiferentes corrían y trepaban por los frondosos árboles. Los conejos la vieron allí sola, sin padres, abuelos o tíos, la tomaron entre sus brazos sin juzgar a los padres por lo que habían hecho, los honraron y observando su hermoso corazón decidieron volver a la madriguera y cuidaron a Melissa junto a sus hijos, y aunque se sentía feliz allí, una mitad de su corazón buscaba algo, en otro lugar, que no la dejaba en paz y pensó qué podría ser ese rayo de luz que en sus hermanos salía de su ombligo y se unía al ombligo de los padres, en ella era muy largo y brillante de muchos colores pero parecía no tener fin, ¿de dónde venía? Uno de sus corazones un día le dijo que se iría de aventura siguiendo el cordón de luz. En la larga travesía del alma y aún con sus temores, montada en la bicicleta pedaleaba tan rápido con sus ocho patas que pronto se encontró siguiendo el cordón de luz, el cual comenzó a enrollar haciendo una gran madeja que colocaba en la canasta. De pronto, el camino se acabó; Melissano sabía hacia dónde dirigirse, no había ningún conejo con ocho patas, cuatro orejas, dos narices… en ese lugar, únicamente había muchos conejos comunes y corrientes. Bajó de su bicicleta, con dos de sus patas tomó la madeja y siguió la luz, llegando al lado de dos conejos y cuando los vio, comprendió… comprendió todo; que no sólo tenía ocho patas, cuatro orejas, dos narices… sino dos pares de padres también, aquellos de la madriguera tibia y acogedora que se hacían cargo de ella y la cuidaban y aquellos de la luz brillante y hermosa que le habían dado la vida; Melissasintió cómo podía amarlos y honrarlos a todos y su corazón, que seguía latiendo el doble, le pidió a sus padres biológicos permiso para amar a quienes la habían acogido y cuidado en otro hogar. Pudo ver cómo, con las patas, su padre y su madre le enviaron su bendición y la miraron con tan buenos ojos que se sintió plena, única y feliz; su corazón latía en paz ahora con el doble de amor. Montando en su bici y acortando caminos, regresó junto a su otro corazón que ya era uno y latía tan fuerte como lo necesitaban sus ocho patas, cuatro orejas, dos narices… para amar en plenitud a esos conejos que la cuidaban cariñosamente y para quienes ella sólo tenía cuatro patas, dos orejas, una nariz, dos ojos, una redonda colita y un único gran corazón. Notas y referencias bibliográficas 9Ver: Gunthard Weber (ed.), Felicidad dual, pág. 83. 10Ana Lucía Pérez y María Cristina de Hidalgo, Desenreda tu vida, pág. 16. Ocho patas...y la madeja de luz Capítulo XII. Maltrato Hoy en día a esas acciones de maltrato en la escuela, se les ha resignificado y se les ha dado un nuevo nombre, el de “Bullying” o “Matoneo”; por ello, “Es responsabilidad de toda la sociedad trabajar en el desarrollo ulterior de una escuela en la que los niños estén bien contenidos en el marco de la necesaria protección, del respeto de los adecuados valores y del libre desenvolvimiento. Nuestros hijos son los edificadores de su mundo futuro y el nuestro. La escuela representa, más que otros ámbitos de la conciencia, la matriz de un futuro en gestación”.11 Tengamos presente que en nuestra familia tenemos abuelos, padres, hermanos, primos maltratadores; en los parques públicos o en los conjuntos habitacionales, entre otros muchos escenarios, los niños y jóvenes también son víctimas de la violencia y el maltrato, que deja heridas que es necesario superar. Cuento: Escucha lo que ocurrió en la pradera… Era una hermosa yegua que batía su crin dorada al viento, en sus largas travesías por las montañas; hasta cierto día en que ella pastaba tranquila en la verde pradera y un pájaro bastante desaliñado se le paró en la crin y con su pico comenzó a molestarla. La halaba, la despeinaba, y con pequeños saltos la enredaba; la yegua, para escapar, corría y corría por entre los corredores de árboles en el bosque y creía que se destrozaría, por sentir latir su corazón con tan grandes y angustiosos brincos. El pájaro desaliñado le decía que la única forma en que la dejaría quedarse en la pradera, era con la condición de que se cortara la crin; pero la yegua sabía que su crin era hermosa y no deseaba cortarla; por lo tanto, decidió mantenerla para siempre recogida. En la pradera todas las yeguas se enojaban con ella porque parecía con dos colas: la propia y una más en su cuello. Transcurrió mucho, pero mucho tiempo y ella seguía con la crin recogida y mucha ansiedad guardada; pero también transcurrió mucho, pero mucho tiempo sin que el pájaro desaliñado la molestara. Una mañana, mientras paseaba por el bosque, vio un túnel formado por frondosos árboles que crecieron a lado y lado del sendero, y que unían sus copas entre sí. Al pasar por allí sintió cómo una hermosa luz de color verde, atraía y sacaba de ella todo aquello que desde tanto tiempo atrás hacía latir su corazón con sobresaltos; todo ello fue saliendo de su cuerpo como un vapor mágico… al terminar de cruzar el túnel, su mente, sentimientos y corazón se tornaron seguros, armoniosos, tranquilos, en paz, y lo más importante, sintió nuevamente amor por su hermosa y dorada crin, sabiendo también que pertenecía plenamente a esa pradera que amaba. Volteó y simplemente inclinó su cabeza, pudiendo volver a darle el lugar que le correspondía a ese pájaro compañero. Lo miró, guiñó el ojo y dejó partir a ése que ya no veía más como a un pajarraco, sino como lo que en realidad era: un hermoso ruiseñor colirrojo, que igualmente constituía parte importante de la pradera. Ese día terminó, para la yegua, como cualquier otro, pero lo sorprendente ocurrió al día siguiente, cuando en la pradera todos los caballos y las yeguas la miraban con alegría por verla llevar nuevamente su crin suelta, brillando al viento. Ella se sentía segura, libre, feliz, perteneciente, y con su corazón latiendo en paz, amando mucho esa crin que por su brillo atraía todas las miradas, hasta la de una hermosa mariposa azul que, con orgullo, se quiso posar allí, para dar un toque especial a esa yegua tan feliz. Notas y referencias bibliográficas 11Ver: Enrique Chaux, Educación, convivencia y agresión escolar, pág. 17. Escucha lo que ocurrió en la pradera... Capítulo XIII. Hijos y padres, separaciones y abandonos El psicólogo Joan Garriga en su epílogo al hermoso cuento “¿En dónde están las monedas? El cuento de nuestros padres”, nos motiva con una de las razones poderosas que puede empujarnos a iniciar la tarea de restaurar el amor hacia nuestros padres: “Sólo logramos amarnos a nosotros mismos cuando los amamos y honramos a ellos. En lo más profundo de cada uno de nosotros, por muy graves que fueran las heridas, los hijos siguen siendo leales a sus padres e inevitablemente los toman como modelo y los interiorizan dentro de sí. De algún modo, conectan con una fuerza que los hace ser como ellos. Por eso, cuando son capaces de amarlos, honrarlos, dignificarlos y respetarlos, entonces pueden hacer lo mismo con ellos 12 mismos y ser libres” enfatiza que “hay algo más, algo que requiere un coraje mayor y una actitud emocional transparente, veraz y comprometida. Se trata de amar reconociendo las heridas y permitiendo que nuestros padres lleven la responsabilidad de lo que fue difícil o equivocado, y seguir amándolos con sus errores y realidad tal como es y tal como fue”.13 Se trata de asentir a ellos, tal y como son, con respeto y amor. Cuento: Un pedazo de papel Todo es tan oscuro, no hay luz en el bosque, es una noche sin luna, y mientras en la cueva todos duermen, Lobotín busca un lugar, un espacio en donde pueda volver a ver su luz, en donde pueda volver a sonreír y ser feliz; su alma está triste; la vida le sonríe, pero él no sonríe, y cada paso en el bosque es pesado, duele mucho y le cuesta darlo. En lo alto de la cueva, entre baúles, llantas, asientos y todos los trebejos viejos, Lobotínencuentra un lugar que, aunque no le da paz, le permite estar solo con sus pensamientos, con sus rabias y dolores, con su sin sentido y cansancio que, según recuerda, han estado allí presentes por siempre. Y ese “por siempre” le produce escalofríos porque no era verdad; el cristal de la vida se le rompió cuando papá y mamá lobos, al separarse, tomaron caminos distintos… y con sus patas paralizadas sintió tanto miedo como cabía en su cuerpo. Los amaba profundamente a ambos, los quería juntos, pero ahora el sendero se abría y él permanecía con su madre para recibir el amor y cuidados de la manada, aunque también quería los cuidados y el amor de papá, a quien por su temperamento fuerte y forma de ser, a veces menos expresiva, le costaba mostrarle su amor. La distancia entre los dos estaba cargada de ausencias… ausencia de palabras tiernas, de aullidos fuertes en luna llena, de miradas cómplices, de cosquillas juguetonas, de los lambetazos antes de dormir, no había mensajes en las patas de las palomas ni lecciones para sobrevivir a los cazadores. ¡Cuánto añoraba un padre! y lo peor era que lo tenía, pero no era el padre que veía en los bosques ni el padre que acompañaba y enseñaba a bailar a sus lobeznos; no era el padre que sus tíos y amigos tenían; no, no lo era, y eso dolía… dolía aún más cuando en los escasos momentos compartidos había cariño y ternura hacia otros, en donde Lobotín sentía que él no existía, que su padre Hascha, no lo veía con ojos amorosos y necesitaba con todas las fuerzas de su alma ser visto y amado por ese lobo, que era su padre. ¿Cuánto dolor podría aguantar su corazón? No lo sabía… sólo sabía que quería partir para no sufrir y que, quizás, un buen resbalón por el acantilado acabaría con su dolor. Mientras esos pensamientos cruzaban por su mente, observaba un baúl entreabierto en el que encontró gran cantidad de fotos viejas que llamaron su atención. ¿Quién sería ese pequeño lobezno de narices rosadas? Con curiosidad observó la foto por detrás y leyó el nombre de su padre: “Hascha” de 3 meses de nacido y así fue encontrando muchas fotos que alguien, cuidadosa y amorosamente, había marcado en el respaldo, permitiéndole entender y conocer muchas cosas de su padre. Poco a poco su corazón se fue llenando de paz y alegría ¡tenía tanto de Hascha! y a pesar de la rabia y el dolor que sentía en el corazón por su ausencia, decidió honrarlo y aceptarlo tal cual era, sin esperar más de él que lo que le podía dar, deseándole también que pudiera ser feliz en otra manada… Mientras delicadamente organizaba un álbum con las fotos que encontró de su padre y que adornaba con pensamientos personales, comprendió cómo papá tenía una historia que también era la suya y ya no había vacío; tenía unas raíces de papá lobo tan fuertes como las de mamá loba. Allí mismo, en el álbum, pegó un pedazo de papel bastante desgastado y roto, pero que aún permitía leer algo de lo que su abuelo le había escrito a su padre: “Hijo, lo siento, lamento estar tan lejos de ti en otros bosques, pero es que tengo tanto miedo de amarte, de expresar mi amor en la forma en que tú necesitas sentir mi cariño… Te di la vida y eres fruto de dos jóvenes lobos llenos de amor, sueños e ilusiones; sin embargo, en el camino de la vida, las circunstancias y las historias personales nos llevaron a separarnos. No te he dejado de amar ni te he cambiado por otros amores; sólo estoy viviendo otros momentos, distraído con las rutinas diarias, y no quiero pensar en ti porque muchas veces no tengo para darte lo que mereces. Me resisto a recibir el amor que me das porque no es justo que me des amor y yo no pueda llevarte alimento. A veces quiero abrazarte…”. Aquí las letras se habían corrido por lo que parecían ser unas gotas de agua… seguramente lágrimas de su papá al leer esas palabras del abuelo, palabras que Lobotín sentía tan propias para él que, con gran emoción, dobló el pedazo de papel, sin importar lo ilegible y roto de algunas partes, y lo pegó en el álbum que guardó secretamente en un hoyo que cavó en su cuarto. Escarbaba allí cada vez que quería sentirse cerca de papá, pero a medida que el tiempo pasaba ya no necesitaba ver el álbum para sentirse pleno y feliz, aceptando. Ya no importaba lo cercano o distante que estuvieran, lo sentía tan dentro de sí que nada ni nadie podría distanciarlos o robar su amor secreto, por eso, en las noches de luna llena, se escucha el aullido de Lobotín tan fuerte y profundo, que es respondido desde el otro lado de la colina, casi como un eco, por su padre Hascha, el padre lobo que sí tiene y que sí lo ama. Notas y referencias bibliográficas 12Ver: Ivan Boszormenyi-nagy y Geraldine M. Spark, Lealtades invisibles,pág. 57. 13Joan Garriga Bacardí, ¿En dónde están las monedas? El cuento de nuestros padres, pág. 45. Un pedazo de papel Capítulo XIV. Secretos familiares En el sistema familiar, cada miembro está vinculado con todos los demás, de estos vínculos tenemos influencias sean positivas o negativas y pueden afectar nuestra salud y relación con los demás y con el mundo. Usualmente en las familias se cuentan las historias que se consideran importantes y dignas de relatar, hay otras que producen vergüenza o culpa y, por lo tanto, no se mencionan. Estos secretos se quieren develar en generaciones posteriores, ya sea repitiendo la misma historia, cobrando el agravio o a través de la enfermedad. Una manera de sanar el sistema es ir dando posibilidad de que los eventos dejen de ser secretos y sean solucionados en el lugar de la familia que corresponde. Cuento: ¡Puedo contarlo! Hoy es un día feliz, habrá reunión para escuchar una alegoría, después colorearán el Mandala correspondiente y, para finalizar, cada uno creará su propio Mándala y podrá hacer comentarios acerca de la alegoría. También se expondrán los dibujos realizados y cada uno podrá compartir lo que desee acerca de la experiencia vivida. La alegoría de hoy tiene como título “Cuidado de nuestro cuerpo” y dice lo siguiente: El lugar del encuentro es fabuloso; a este gran evento han sido invitadas todas las especies y por eso se encuentran aves, cerditos, liebres, conejos, lobos, osos, leones… en fin, hasta seres humanos. Empieza con gran ceremonia la enseñanza, danza, pintura, natación en el río, etc., es decir, toda actividad que tiene que ver con el cuerpo y a través de ella aprenden para todo lo que sirve y por qué hay que cuidarlo con ejercicio, alimentación sana, buenas relaciones… En estas actividades hay roce, toques de los cuerpos, unos accidentales, otros no. Algunos personajes no se sienten bien con estos acercamientos y lo expresan abiertamente, otros no se atreven a hacerlo por temor a ser reprochados. Valiéndose de estas sensaciones, la maestra mayor empieza a hablarles sobre los sentimientos de desagrado que se puede sentir con el toque de su cuerpo y les advierte que está bien que se exprese la inconformidad y que se comente con los mayores. Uno de los personajes dice que a él no sólo lo han tocado sino que le han hecho caricias que no le gustan, pero que le da miedo contarlo porque se ponen bravos con él; así, sucesivamente, cada uno va contando historias similares, aunque los personajes varían; a unos les ha ocurrido con compañeros, a otros con familiares y a otros aun con extraños; y, como sucede a menudo, todos terminan contando su caso, y siendo aceptados y protegidos por sus padres o por otros seres mayores. Al finalizar la actividad la profesora dice: “Muy bien, eso ocurre en esta alegoría, y ahora van a colorear el Mandala y con un dibujo, cuento o mímica van a expresar su sentimiento con respecto a la historia leída. Escuchada la instrucción cada uno empieza a expresarse y algunos manifiestan haber tenido experiencias parecidas a la de los personajes de la historia que casi todos lo han callado por temor. La profesora dice: “Muy bien, en cada una de las experiencias que ustedes han tenido, nos hemos dado cuenta que ninguno ha tenido la culpa de lo que sucedió; puede estar relacionado con historias, secretos familiares u otros acontecimientos que ustedes han ayudado a revelar”. Finalmente, todos llegan a la conclusión de que no hay que permitir a nadie el abuso con nuestro cuerpo y, para eso, hay que contarle a papá, a mamá o a un adulto responsable, sobre cualquier roce o caricia con el que me sienta molesto, no importa que me hayan dicho que no lo puedo contar. Hoy quedó claro que ¡sí puedo, debo y deseo contarlo! y que me convierto en valiente cuando así lo hago; además mi corazón siente desde lo profundo que yo no tengo ninguna culpa de que esto haya pasado. Son los adultos los encargados de cuidarme hasta que yo sea un adulto como ellos. Al terminar esta maravillosa reunión todos van saliendo para regresar a su familia. Esa noche, todos tienen un hermoso y saludable sueño: Sus allegados se convierten en sus defensores y así los niños se sienten libres, pueden correr, llorar, explorar… y, en la medida que lo van haciendo, sus cuerpos recobran la movilidad y el reconocimiento de lo valioso que son. Al otro día resuena en el universo una hermosa y mágica canción entonada por todos los niños y niñas: sí, nos cuidaremos; sí, valemos mucho y merecemos respeto; sí, lo contaremos. ¡Puedo contarlo! Capítulo XV. Prosperidad La Madre es la vinculación entre el éxito, la prosperidad y la vida. Es así como el primer paso para obtener el éxito y la abundancia es asumir e internalizar a la madre. En las constelaciones se toma lo esencial de ella: “la vida” y por ella se le honra y agradece. Lo demás, su personalidad, su carácter -sin dejar de verlasson añadiduras a lo esencial.14 Al padre también se le honra; de él se toma la energía y la fuerza para ir al mundo con compromiso, persistencia, responsabilidad entrega y ética. Estos son, como señala la Dra. Ingala Robl en su libro “Constelaciones familiares para la prosperidad y la abundancia”, los dos pilares en los que no apoyamos para encaminarnos, con nuestras acciones, al éxito. Cuento: El jardinero próspero En el maravilloso mundo de las gnomos, las familias habitantes tienen el derecho de cultivar su propio jardín. Allí, cada uno de los integrantes va aprendiendo de los mayores como arar la tierra, qué semillas sembrar, con qué frecuencia regarlas, podarlas y fertilizarlas, para, finalmente, recoger los frutos y decidir qué hacer con ellos. El proceso ha sido el mismo por los siglos de los siglos y… entonces, pregunta Saquín al Abuelo Gnomo: “¿Por qué el jardín y la cosecha de todos no es igual? ¿Por qué Abuelo Gnomo, unos amigos nunca han sembrado su jardín y otros no lo cuidan y sus cosechas son pobres? ¿Y aunque han hecho toda la labor temen recoger la cosecha y otros… Ya, ya, Saquín ¡espera! son muchas preguntas”, responde el Abuelo Gnomo. “¡Uff! déjame pensar” y, rascándose la cabeza, camina de lado a lado como si no encontrara respuesta alguna. De pronto el abuelo dice feliz: ¡Lo tengo! ¡Lo tengo! vamos a entrar silenciosos y respetuosos al fondo profundo del jardín más próspero y cuyo jardinero disfrute de su cosecha, se sienta merecedor de ella y guarde con amor y gratitud las nuevas semillas, para la siguiente siembra; de esta manera veremos y escucharemos qué hace, qué dice este jardinero. ¡Oh! Abuelo Gnomo ¡que maravillosa idea! además me gusta entrar a hurtadillas, para que el jardinero obre libremente desde su corazón. Muy bien, dice Saquín, ahora iremos a buscar ese próspero jardín y así, mañana, con las primeras sonrisas del amanecer, estaremos en el sitio elegido. Ahora, abuelo y nieto tomados de la mano con aire de complicidad, caminan y caminan hasta que de pronto gritan al tiempo !Ese es! Al otro día, con la primera sonrisa del amanecer, están allí en el sitio elegido y esperan emocionados la llegada del jardinero. En silencio estrechan sus manos, para confirmar que allí está el tan esperado propietario. Próspero, es el nombre del jardinero, dice que “es la hora de mi oración diaria” y con las manos en su corazón inicia: “Cada labor que realizó para cuidar de ti (señalando su hermoso jardín)”, la hago con amor y entrega; así lo aprendí de mis ancestros; tú, a cambio de mis cuidados, me das estos maravillososfrutos que yo tomo con amor. Madre te honro por la experiencia de logro, que tuve al tomar la vida a través de ti y que ahora disfruto con gratitud. “Padre te honro por la fuerza que me has transmitido para hacer y actuar en consecución del éxito”. Acontinuación, Próspero, tomando aire con profundidad, inicia su trabajo en la tierra de su jardín. El Abuelo Gnomo y Saquín, tomados de la mano y mirándose a los ojos con perplejidad, interiorizan el secreto del éxito y la prosperidad. Notas y referencias bibliográficas 14Ver: Brigitte Champetier de Ribes, Constelar la enfermedad desde las concepciones de Helliger y Hamer, pág. 55. El jardinero próspero Capítulo XVI. Duelo Este tema es tan sensible pero tan propio del ser humano, es trabajado y orientado por Gloria Sierra y Maribel Rendón, en su libro “De la mano con los niños” y en su presentación nos manifiestan como “…el duelo en los niños es un tema del que muchas veces nos olvidamos; erradamente creemos que ellos no entienden lo que significa una pérdida. Los pequeños viven este proceso quizá de una forma más difícil que los adultos por el hecho de que muchas veces son excluidos, lo que hace que no puedan expresar sus sentimientos, temores y dudas, sin encontrar un adulto que los escuche o que les explique con claridad lo que está pasando”.15 Para el restablecimiento del equilibrio y la esperanza, se proponen los cuentos con historias de niños que han superado la adversidad; el dibujo de sentimientos y creencias frente a la muerte; el trabajo con plastilina, la elaboración de historias, películas infantiles que tratan sobre pérdidas, entre otras y, a partir de nuestra experiencia, también sugerimos el trabajo de Constelación con Figuras, cerrando la sesión con la lectura de la alegoría y el Mandala, al igual que para los otros temas tratados en este material. Cuento: Paca la lechuza !Es linda Paca la Lechuza! Sus grandes ojos y cara en forma de corazón la diferencian de los Búhos, también de grandes ojos y plumaje en su cabeza, que les sirve para orientarse y que, a simple vista, parecen orejas. Búhos y Lechuzas viven en el bosque y Paca habita en su casa azul, en un gran árbol milenario al final del bosque que da inicio a la pradera. Paca , desde que su amigo de juegos el Colibrí le avisó de lo ocurrido aquella tarde, en el que ese alguien tan especial para ella había muerto, la pasaba muy triste, buscaba entre los árboles pero no encontraba, no quería estar sola, recorrer su casa. Para no pensar en esa ausencia, se la pasaba muy activa tanto de noche como de día y así ocultaba el dolor tan profundo que sentía; asistir a sus clases de cacería ya no le interesaba, pues frecuentemente estaba enojada peleando con sus compañeros o porque las lágrimas, y otras cosas, a veces se escapaban. Por todo esto, aquel sabio Búho blanco, que cuida de todos en el bosque, vino para cuidar de ella. Paca se lo agradeció y le contó sobre ese montón de rabia que tenía por dentro, porque la habían abandonado y en algún momento hasta se sintió culpable por la muerte de alguien tan especial, porque a veces se portaba mal y pensó que, quizás por ello, hubiera querido castigarla muriendo. Ante estos sentimientos Búho con su ronca voz le cuenta que todos, las Lechuzas y los Búhos, cometen equivocaciones con sus seres queridos y que él o ella la amaba profundamente y no la castigó muriendo por las fallas que ella cometió. El Búho, a pesar de su sabiduría, no sabía qué edad tenía Pacani quién se le había muerto; la verdad esto no era lo importante ahora, sólo había llegado para cuidar de esa linda Lechuza que era parte muy importante de su amado bosque. Un día de lluvia, Colibrí llega a la casa de esa Lechuza acongojada y con sus ojos aguados por las lágrimas, le dice: “Paca, sé que es muy triste para ti, a mí también me duele su partida”. La escucha manifestar su enojo, haciéndole saber que está bien expresarlo para liberar sus sentimientos. Con risas, recuerdan lo bien que se sintieron después que su maestra un día de fiesta en la escuela, les había pedido que soltaran los globos de colores que se elevan al cielo y que tanto les había costado cuidar. Después de un largo rato de entretenida conversación, Colibrí se despide quedando en ir juntos a jugar en el parque al día siguiente. En otro de esos tantos días transcurridos, mientras Paca estaba posada en la rama de siempre, llegó Búho sabio, quien traía un regalo para ella, era un cuaderno en cuya portada estaba la foto del gran bosque, pero lo mejor era que se destacaba su casa azul en el árbol milenario, lo cual le gusto mucho; pero al abrir el cuaderno se desilusionó, porque sus hojas estaban en blanco y no comprendió ese extraño regalo. Búho sabiamente le explica que era para que esas hojas, ahora en blanco, las llenara de recuerdos y color; dibujando, escribiendo, pegando, todo aquello que recordaba, añoraba y sentía; también para que escribiera allí las cosas que haría en su honor. Le aclaraba que no importaba el temor o el miedo a afrontar esta experiencia; él, sus familiares, amigos y hasta los maestros de cacería, estarían ahí para ella y con tranquilidad podría expresar sus sentimientos en el momento que lo deseara. Paca , con esas palabras se sintió muy confundida, no quería hacerlo, no quería abrir la puerta al dolor, no quería ver fotografías… pero antes de poder decirle algo a Búho, éste extendió sus alas y partió tras un apetitoso bocadillo que con sus cuatro patas rápidamente se le escapó bajo las hojas secas del bosque. En los días siguientes, Paca la Lechuza, muchas veces intentó iniciar su cuaderno; las primeras páginas fueron muy difíciles, llenas de dolor, pero poco a poco, con la compañía y fuerza de Colibrí y Búho, Pacaavanzó en su cuaderno y avanzó en su duelo. Ya el dolor era soportable, la rabia había sanado, los dolores de estómago ya no le impedían ir a clases; su corazón, aún roto, tenía una hermosa curita color violeta, que Búho le había colocado. Unas semanas después, un día a la salida de clases se escuchó un gran alboroto, alguien había muerto y su amigo, el Pájaro Carpintero, sin comprender aún lo que ocurría, lloraba sin consuelo, pues su padre había fallecido. Paca la linda Lechuza, que ya mantenía la puerta entreabierta, comprendió el dolor de su amigo y lo que pasaba. Corrió a él, lo abrazó, le dejó saber que sí puede sanar y que puede contar con ella. Mientras todo esto ocurría, poco a poco llegó la luna, brilló en el bosque y Paca la Lechuza entró a su iluminada casa azul del árbol milenario, sintiéndose segura y calientica. Notas y referencias bibliográficas 15Gloría Sierra Uribe y Maribel Rendón Orozco, De la mano de los niños, pág. 7 Paca la lechuza Capítulo XVII. Constelaciones familiares y campos morfogenéticos Habiendo llegado al final de nuestro recorrido del Arcoíris con esta historia en particular, nos detendremos unas pocas líneas para comprender cómo es posible que podamos, en una Constelación, colocarnos en el lugar de otros y poder obtener información de su sentir, de su historia, de su vida. Marianela Vallejo, en su libro “Constelaciones familiares”, desarrolla este tema retomando los estudios del científico inglés Rupert Sheldrake, quien en su obra, introduce la teoría de los campos morfogenéticos, describiéndolos como: “Vínculos particulares o campos hipotéticos existentes entre los seres de una misma especie, en virtud de los cuales, sin que exista entre ellos un contacto espacio-temporal ni una causalidad determinada, se transmite información en forma instantánea a través de lo que se conoce como resonancia mórfica”.16 Marianela nos explica que: “…una constelación propicia un punto de unión entre los representantes que colaboran en la configuración del sistema con la información contenida en los cuerpos morfogenéticos del individuo constelado y de sus antepasados”.17 En otras palabras, Hellinger revela el efecto de los campos morfogenéticos cuando manifiesta que “…durante las constelaciones familiares, y de una manera muy sencilla, suben a la superficie asuntos profundos. Así es, entonces, podemos encontrar soluciones con el amor que se pone de manifiesto, soluciones que pueden tener un efecto sanador en el alma. Simplemente mediante el hecho que una realidad se torne visible”.18 Cuento: ¿Tú en mí, yo en ti, para comprenderte? Hace poco tiempo, en medio del bosque de árboles de cemento, se encontraba un hermoso oasis, lugar al que los niños y jóvenes acudían para pasar sus días llenos de alegría, conocimientos y amigos. Esos niños y jóvenes eran muy especiales, se distinguían por comportamientos sencillos pero maravillosos: solían saludar a quienes se encontraban y sus rostros siempre tenían una pincelada de sonrisa en sus labios. En aquel lugar también habitaba una linda y sabia mariposa, a la que cariñosamente llamaban Leíto. En el latir lento de sus alas se reflejaba el peso de los años, y en su tímida sonrisa el servicio y amor a su trabajo. Cada vez que un niño botaba un papel al piso ella pasaba silenciosamente y lo recogía, pero no lograba entender ¿para qué lo hacían? ¿Sería que no se daban cuenta de lo que eso significaba para el oasis, para el planeta y para sus alas cansadas? En los momentos de descanso, posada sobre alguna rama, Leíto observaba con curiosidad todo a su alrededor y sus ojos se llenaban de dolor cuando veía un grupo de chicos, inteligentes en sus amenas conversaciones, pero tan descuidados con quien les daba el sustento de vida, su amado planeta azul, la ¡Gran Pacha Mamá! y, cuando se retiraban, dejaban en el lugar toda clase de residuos tirados sin importarles nada. Leíto pasó varios días preocupada, pensando para qué hacían esto los chicos y un día llenándose de valor decidió hablarles. Al comienzo los chicos no notaron su saludo, ni su presencia, hasta cuando se posó suavemente en el cabello ensortijado del más pequeño del grupo, lo cual generó un gran alboroto. Extendiendo sus alas se protegió y, aleteando fuertemente, los cubrió con escarcha tornasol que los tranquilizó. Con su dulce, pero firme voz, les pidió que la escucharan, pues tenía preguntas por resolver y como ellos eran tan listos, sabrían qué hacer para que su trabajo fuera menos pesado, el oasis siempre estuviera limpio y ellos se sintieran orgullosos de cuidar de sí mismos y del entorno; los chicos la escucharon con atención, pero nada de lo que le respondían tenía sentido para ella. Entonces Leítodecidió proponerles un trato: durante un día cambiaría sus sabias y cansadas alas por los zapatos de uno de los niños y así él podría saber lo que era ser una sabia mariposa comprometida con el cuidado de, aunque fuera, un pedacito del planeta tierra y ella podría comprender ¿para qué botaban los papeles en el piso del oasis y en los jardines? La idea pareció bastante descabellada, pero Erick, aquel pequeño de cabello ensortijado, la miró a los ojos, le sonrió y entregó sus zapatos. Pesan -replicó Leíto con un guiño de ojoeeen cambio tus alas son muuuuuuyyyyyyyyy livianas y se elevó aleteando, maravillado del paisaje; se dejó llevar por el viento y, desde lo alto, pudo observar la selva dura de cemento, su oasis aún verde, los cauces secos de algunos ríos y las turbulentas aguas de otro, observó con deleite las aves, los animales y las hermosas olas del mar sobre los arrecifes ¡aún quedaban cosas maravillosas que cuidar! Erick no comprendía qué le ocurría, pero sentía tanto amor por aquello que veía, su corazón latía rápido y emocionado, queriendo regresar pronto a donde estaban sus compañeros para contarles lo que estaba experimentando en su corazón, pero las sabias alas estaban cansadas y tardó un poco en regresar y al llegar ya no estaban sus compañeros sólo había papeles y papeles y más papeles por todos lados, pero, como una sabia mariposa, comenzó a hacer su trabajo y a recoger todo aquello que hacía del oasis, un lugar desordenado y sucio. Las alas no podían más pero sacaban fuerza y continuaban. De pronto vio a Leítoque se acercaba con los zapatos en la mano y Erick, molesto, le pregunta ¿por qué te los quitaste? ella, con nostalgia profunda le dice: “Tan solo pude usarlos unos pocos minutos, pues mi corazón no soportó el desprecio que sentía por lo que le rodeaba, sólo había las sensaciones de indiferencia y descuido”. Esas emociones no le gustaban, no eran propias, y necesitaba prontamente sus azules y sabias alas, aunque estuvieran cansadas. Erick agradecido, la honró inclinando su cabeza, le devolvió las alas y vio como la hermosa mariposa se alejó para siempre llevada ligera por el viento, cubriendo el cielo azul de escarcha tornasol; pero no partió sin antes pedirle un último favor, al cual Erick, no pudo negarse. Su sabia amiga había tenido tres sueños puntuales que él ahora quería hacer realidad. El primero era que cada niño y joven colocara los papeles que usaba en las canecas, ella siempre pensó que eso no era tan difícil; el segundo era un poquitín más complicado, pero podría ser hasta divertido jugar a hacerlo, y era dejar aplastadas las latas, botellas plásticas y aplanados los empaques de Tetra Pack de los jugos, estirando sus dobleces y, el tercer sueño, era reciclar las tapas plásticas de los envases para donarlos a una fundación. Pero como dicen las malas lenguas que “los sueños solo sueños son”; Erick sabía que sin ayuda no lo lograría y decidió escribir un cuento, relatando su historia, para que todos los que lo leyeran le ayudaran a hacer realidad los tres sueños de esa hermosa mariposa, de sabias alas azules, que siempre les había recogido los papeles y que ahora se encontraba posada en la rama más alta, descansando, con la certeza que Erick y todos sus amigos lectores harían realidad sus sueños, y el de muchas otras mariposas azules, y así podría contar a sus nietos con voz temblorosa, que ¡los sueños sí se hacen realidad! cuando nos conectamos, desde la pasión del corazón, con lo que nos rodea y cada uno hace lo que le corresponde, sin esperar que sean los demás los que lo hagan. Se fue transformando la vida en aquel oasis; los extraños se sorprenden porque los niños, los jóvenes y los adultos, también comenzaron a mirarse mutuamente a los ojos y, en esas miradas, lograban encontrar el amor a sí mismos; entendían que, cuando reconocían el rostro del otro, podían aceptarlo y respetarlo como distinto; así también podían amar y cuidar a las plantas, a los animales, a los objetos que los rodeaban, a los padres, a los compañeros, a los amigos y a esos hermanos con los que tanto habían peleado. Como todos los cuentos, éste también termina con un “Colorín colorado, este cuento se ha terminado”, pero recuerda que comienzas como Erick a hacer realidad, con gran pasión, tus sueños, los de Leítoy todas las mariposas azules del oasis. Con la fuerza que has ganado al construir el arcoíris, puedes imaginar, escribir o dibujar tus propias historias. Si quieres ampliar el hermoso mundo del arcoíris puedes enviarnos tus historias, mándalas al e-mail: [email protected] Notas y referencias bibliográficas 16 Marianela Vallejo Valencia, Constelaciones familiares, pág. 88. 17Ibidem. 18Bert Hellinger, El manantial no tiene que preguntar por el camino, pág. 239. 19Latas de basura. ¿Tú en mí, yo en ti, para comprenderte? Bibliografía CASTILLO Carola Ecos del pasado. Trabajo Terapéutico Sistémico en Constelaciones Familiares. Caracas, 2005. COLODRÓN María, Muñecos, metáforas y soluciones, Desclée De Brower, España , 2010. CHAMPETIER Brigitte, Empezar a constelar, Gaia, Madrid 2010. CHAMPETIER Brigitte, Constelar la enfermedad desde las comprensiones de Hellinger y Hamer, Gaia, Madrid 2011. DUFOR Michel, Cuentos para crecer y curar, Sirio S. A. España, 2003. DYKSTRA Ingrid, El alma conoce el camino, Obelisco S.L. España, 2007. FRANKE-GRICKSCH Marianne, Eres uno de nosotros, Alma Lepik, Argentina, 2006. GARRIGAJoan, ¿Dónde están las monedas? 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WEBER, Gunthard Ed, Felicidad dual, Bert Hellinger y su psicoterapia sistémica, Herder, Barcelona, 2011. http://www.taringa.net/posts/imágenes/5487879/Mandaladefinición-eimágenes.html TÉCNICAS concierto para cuatro cerebros en psicoterapia, quince años después por Teresa Robles Te invitamos a que conozcas un libro ya clásico en español sobre psicoterapiaericksoniana,queeslareferenciaobligada,nosóloparalos estudiosos del tema, sino para todo público interesado en conocer nuevaspropuestas para mejorar su calidad de vida. terapia cortada a la medida. Un seminario ericksoniano con Jeffrey K. Zeig por Teresa Robles Trascripción del seminario impartido por el Dr. Jeffrey K. Zeig en la ciudaddeMéxico,queproponeunacomunicaciónmáseficiente,cortandolasintervencionesalamedi para regalo (conversación hipnótica). la magia de nuestros disfraces por Teresa Robles En este libro la autora muestra las bases teóricas que sostienen intervenciones ericksonianas, aparentemente muy simples. Está escrito de manera que nos lleva a reconocernos en cada párrafo, en cada página y abre las puertasalcambio. compartiendo experiencias de terapia con hipnosis editado por Elizabeth Méndez Recopilación de nueve capítulos escritos por terapeutas ericksonianos latinos, de los cuales dos son de corte teórico y los siete restantes presentan técnicas originales que se pueden aplicar en distintos estilos de terapia. hipnosis y terapia sexual por Daniel Araoz Este libro, establece un puente entre la terapia sexual y la hipnoterapia. Propone el concepto de autohipnosis negativa, así como un método para transformarla en positiva. El autor presenta su esquema de trabajo, junto con numerosas técnicas, fáciles de aplicar por cualquier terapeuta. destrezas teatrales psicoterapéuticas por Pedro H. Torres-Godoy con la colaboración de Mario J. Buchbinder y Elina Matoso Apartir de una interesante experiencia con un grupo de actores, este práctico libro te enseñará cómo aprender amenos ejercicios que te permitirán desarrollar habilidades teatrales que podrás utilizar en la terapia y en la vida diaria. la psicoterapia, un proceso de autoconstrucción: I. los cimientos por Yolanda Aguirre Primero de dos volúmenes. Un libro de texto sobre Epistemología constructivista y Teoría de Sistemas que ilustra las explicaciones racionales con cuentos, haciendo que el lector aprenda con sus dos hemisferioscerebrales. la psicoterapia, un proceso de autoconstrucción: II. la propuesta por Yolanda Aguirre Este segundo tomo nos presenta una propuesta psicoterapéutica que utiliza la capacidad creadora que todo ser humano tiene, y la posibilidad de ponerla a nuestro servicio en la construcción de nuestro propio ser. jardineros, princesas y puerco espines, construyendo metáforas por Consuelo Casula Este primer libro de la autora en español es un verdadero tratado sobre la metáfora, uno de los elementos esenciales del lenguaje hipnótico, para ser aplicada tanto en la psicoterapia como en la enseñanza. Los distintos lectores y estudiosos del lenguaje hipnótico, de la comunicación indirecta, encontrarán en este libro justo lo que les interesa. estrategias de comunicación para el paciente crítico, por Katalin Varga En este libro está plasmada la experiencia de más de 20 años de Katalin Varga y sus colegas trabajando en el sistema hospitalario. Ofrece ideas prácticas, para lograr una comunicación eficiente y emocionalmente positiva con el paciente crítico. Estas técnicas de comunicación nos ayudan a lograr la cooperación del paciente, evitar las resistencias y, sobretodo, que tanto pacientes como profesionales de salud establezcan una relación más humana entre ellos. MANUALES ERICKSONIANOS DE GRUPOS manual del grupo de crecimientopor Teresa Robles El primero de una serie de manuales de técnicas ericksonianas para trabajarcongrupos,escritosenformatalquecualquierterapeutapuede aplicarlos. En cada capítulo se ofrece con conversación hipnótica una visiónoriginalsobreeltemaquetrataasícomoejerciciosparatrabajarlo. manual de grupo para aprender a manejar el estrés, y evitar el síndrome de fatiga profesional crónica, por Teresa Robles editora Este es el segundo título de la Serie de Manuales. Como todos nuestros Manuales, trabaja con temas universales para aprender a manejar en forma sencilla, automática y agradable, los distintos factores, internos y externos que facilitan la aparición del estrés poniendo el trabajo y dejándolo en manos de la Sabiduría Universal que, Teresa Robles propone y que es en este momento el eje de su trabajo. Está escrito en forma sencilla y clara para el coordinador del grupo y ofrece a los participantes herramientas no sólo para manejar el estrés, sino para su vida cotidiana. CASOS CLÍNICOS salir del túnel y olvidar, hipnosis ericksoniana con sintomatología psicóticapor Cinthia de Gortari Este libro muestra en cada sesión, cómo la actitud cercana, la mirada compasiva del terapeuta y las técnicas ericksonianas, pueden resolver problemáticasfrentealasqueotraspsicoterapiassemuestranescépticas. ELIZABETH YMILTON H. ERICKSON homenaje a Elizabeth Moore Erickson, mujer extraordinaria, profesional, esposa, madre, compañera por Marilia Baker Te recomendamos este primer libro de la serie que se crea en conmemoracióndelpadredelaterapiabreve,lahipnosismodernayde sucompañeradevida.LaobranosmuestralacontribucióndeElizabeth alaobradelDr.Ericksonatravésdelasinergiadeunaparejaqueduró cercade16mildías,unotrasotro.Publicadoeninglésyespañol. seminarios de introducción a la hipnosis, california 1958 por Milton H. Erickson Este seminario, dictado a un grupo de médicos en la época de madurez de su trabajo, muestra paso a paso su forma de hacer hipnosis. Es así un excelente punto de partida para principiantes, y aclara ideas a quienes ya trabajan con hipnosis. estrategias psicoterapéuticas de Milton H. Erickson, por Dan Short El autor propone una sistematización de las estrategias psicoterapéuticas del Dr. Erickson, ilustradas con casos clínicos. Se incluye un capítulo de la terapeuta italiana Consuelo Casula donde explica dos conceptos Esperanza y Resiliencia, que marcaron la obra del Dr. Erickson. Milton H. Erickson, un sanador americano, editado por Betty Alice Erickson y Bradford Keeney Es un honor y un placer contar con la publicación de este libro en español, porque además nos ofrece una visión diferente del Dr. Erickson. Una visión que propone que su trabajo era también espiritual. Yesto queda claro a través de las aportaciones de las perso-nas más cercanas a él, y de sus amigos, discípulos y colaboradores. NUEVOS PARADIGMAS DE LACIENCIA tejiendo sueños y realidades, aportaciones del paradigma holográfico a la psicoterapia ericksoniana por Guillermina Krause La autora nos presenta en forma sencilla las últimas propuestas de la físicacuánticaparaentenderelUniverso.Estaspropuestasfascinantes, ofrecen una explicación a los cambios “milagrosos” que se dan a través de la psicoterapia ericksoniana. Es un libro de interés general que nos lleva a expandir la conciencia. AUTOAYUDA- Libros revisando el pasado para construir el futuro por Teresa Robles A partir de elementos autobiográficos, la autora nos presenta en lenguaje cotidiano, conceptualizaciones teóricas, junto con sencillos ejercicios de autohipnosis. Lectores y lectoras se reconocen en estas páginas constando que, si bien somos únicos e individuales, en el fondo somos muy parecidos. síndrome de pánico, una señal que nos despierta por Sofía Bauer La autora menciona que el síndrome de pánico o crisis de angustia, es una señal que aparece para que cambies tu estilo de vida. Si escuchas su mensaje, puedes curarte. Ofrece ideas y ejercicios prácticos para disminuir la ansiedad. la granja de la esperanza, transformando las huellas de la vergüenza editado por Cecilia Fabre La vergüenza es universal y puede surgir a partir de distintas experiencias que generan una maraña de emociones. Este libro de cuentos terapéuticos para niños y grandes te ayudará a manejarla mejor. abriendo puertas con amor, caminos en la educación de los hijos y en la prevención de problemas futuros por Angela Cota Guimar es Mendonça y J.Augusto Mendonça Es un libro dirigido especialmente a los padres, psicólogos y educadores,dondeatravésderelatossencillos,sobretemasuniversales,los autores ofrecen ejemplos prácticos y útiles de su vida para enfrentar situaciones de todos los días. guía de auto-preparación para el parto que sueñas tener, por Armelle Touyarot Este libro es una guía de auto-preparación para el acontecimiento “nacimiento” y está construido como un programa. El objetivo de la autora es que tengas una buena experiencia de tu parto utilizando la hipnosisericksoniana.Enlamedidaquevayasavanzandoensulectura podrásdartecuentasirespondeatusdudas,sitranquilizatusmiedos,site dalasherramientasquenecesitasparasentirtelistaparaesemomento. creando, sanando, disfrutando, la neuroplasticidad y las metáforas para tu salud o enfermedad, por Elsa Lesser Este libro muestra el valor de saber cómo funciona el cerebro humano y cómo lo podemos usar para mejorar nuestra existencia, aprendiendo nuestras propias metáforas. Casos clínicos como una sólida introducción a la plasticidad neuronal y a las metáforas y lenguaje de nuestro cuerpo. las muertas que no son de juárez, siete historias de amor y una canción desesperada: infidelidad y abandono por Laura Chávez Cázares Es un libro que presenta : la problemática de las mujeres que viven violencia, ideas para que los terapeutas mejoren su práctica en estos casos y ejercicios de auto hipnosis que las mujeres que están en esta situación pueden utilizar para estar mejor. Gran parte del texto es la presentación de casos. constelaciones familiares alegorías y mandalas, construyendo mi arcoiris por Elida Montoya de Gómez y Fabiola Esmeral Vélez El trabajo con constelaciones familiares y las técnicas ericksonianas son complementarios, como se muestra en este libro para trabajar con niños. Las autoras unen las técnicas de constelaciones, la narración de cuentos (técnicas ericksonianas) y el dibujo (arte terapia) y nos presentan esquemas de trabajo para diferentes problemáticas. Audio Ysiquierestrabajarcontigomismo,evitarlaterapiaosalirdeellaenpocotiempo, prueba nuestra serie de audio presentada en CD y en audiocinta. El Centro Ericksoniano de México, a través de Alom Editores, promueve esta serie con ejercicios sencillos, seguros, protegidos, para que puedas trabajar en casa. recupera tu fuerza de vidapor Teresa Robles Escomounserviciogeneralquetodaslaspersonasdeberíamoshacernos de vez en cuando para estar bien en la vida, como hacemos servicio a nuestroscochesyaparatos. música para entrar en contacto contigo producción Francisco Robles DosversionesproducidasapartirdelCanondePachelbel,queteayudan aentraradentrodeti.Una,coninstrumentosmusicalesmexicanos.Otra, con el sonido del mar y un sonido producido con diferentes cantos de sanación. Esta música es el fondo de los otros materiales de audio.Al escucharla,sereactivanyrefuerzanlosprocesosdesencadenadosconlos ejerciciosquerealizasteconellos. Yo Soy sanando por Teresa Robles Estamos en nuestro lugar cuando disfrutamos la vida y tenemos paz interior. Yo Soy Sanando te ayuda a encontrar tu lugar, cumpliendo tu Misión, resolviendo las dificultades que encuentras en el camino y despertando tu Sabiduría Interior. escuchando mi cuerpo, mis emociones y mi espíritu por Iris Corzo El ser humano es integral: es mente, cuerpo y espíritu. Si vivimos como un todo unificado, obtendremos la armonía. Esta grabación te invita a atender estos aspectos para favorecer tu bienestar. salud y enfermedad por Iris Corzo Saludyenfermedadsonpartesdelavida.Esteaudioteinvitaaenfrentar la enfermedad de una manera diferente, participando activamente en tu curación, recuperando tu independencia y autonomía, utilizando tus recursosinternos. para quererte tú a ti justo como necesitas por Teresa Robles Aprendemos a mirar hacia fuera y olvidamos mirarnos a nosotros mismos. Dejamos de percibir las señales de nuestro cuerpo, tragamos nuestras emociones. Este CD te ayudará a reconocer tus emociones, escucharlas y digerirlas. Es ideal para personas que sufren de depresión, ansiedad y/o estrés. la herencia. música que desata imágenes producciónFrancisco Robles Esta música compuesta te lleva a entrar adentro de ti, desencadenando los procesos naturales que requieres en este momento de tu vida. Contiene una introducción de Teresa Robles para proteger el proceso y un final para facilitar que te pongas nuevamente en contacto con el mundo externo. para relacionarte mejor contigo y con los demás por Teresa Robles Silavidaesunaescuela,lasrelacionesconlosdemássonlauniversidad. Estecompactoconstituyeunserviciogeneralatusrelacionesparaayudar apasaralpostgradodondenostocadisfrutarlavidaconpazinterior. para volver a dormir como antes, por Montserrat Ramos Los sueños son parte de nuestros mecanismos para digerir las emociones que vamos acumulando día tras día. Cuando tenemos muchas indigestas, viene el insomnio. Este CD te ayudará a digerir las emociones viejas y nuevas de forma agradable y protegida mientras descansas y vuelves a dormir como antes. construye tu realidad y ayúdanos a construir un mundo mejor, por Teresa Robles Hoy en día, la Física Cuántica nos dice que el mundo que consideramos real es una proyección, algo como una ilusión y que nosotros construimos la realidad material. La construimos con nuestra intención, nuestro deseo y la imaginación. En este CD, aprenderás algo sobre estos temas, pero sobre todo te invitaremos a hacer un pacto entre tu parte humana y el Dios adentro de ti, para construir tu mundo a tu estilo y ayudarnos a, entre todos, construir un mundo mejor. cuentos terapéuticos para chicos y grandes, por Cecilia Fabre Los cuentos abren la puerta a una comprensión diferente de los problemas abriendo opciones más saludables para contactar con nuestras emociones y con nuestras experiencias de vida. Con este CD verás que los cuentos permiten que tanto adultos como niños se conecten con vivencias pasadas de una manera segura y protegida, poniendo a distancia los problemas mientras de manera cercana se resuelven, aprendiendo de ellos, cómoda y protegidamente. para relacionarte mejor con tu cuerpo a través del ejercicio y la comida, por Teresa Robles Nuestro cuerpo es tan sabio que nos provoca hambre cuando le falta combustible y sed cuando necesita hidratarse. Y para que nunca dejemos de alimentarnos, nos regala el disfrutar la comida. Cuando éramos chicos, disfrutábamos el ejercicio, que nuestro cuerpo necesita para funcionar bien. Crecemos y mal aprendemos a comer a la hora de comer, a llevarnos a la boca cualquier cosa cuando tenemos hambre, que hay comidas sabrosas y otras obligatorias y que hacer ejercicio es una obligación. En este CD, recordarás cómo escuchar las señales de tu cuerpo y atenderlas para vivir con salud. aprende autohipnosis, por Teresa Robles El Dr. Erickson decía que adentro de ti, de mí, está todo lo que necesitamos para resolver las dificultades que día a día la vida nos presenta para crecer: las grabaciones en nuestra mente inconsciente de nuestras experiencias de vida. Hoy día la Física Cuántica propone que toda la información del Universo está en cada una de sus partes, adentro de mí, la misma información que el mar, el sol, la luna y las estrellas. En este CD aprenderás a despertar esa Sabiduría Universal y a utilizarla conscientemente para resolver esas dificultades. metáforas universales para el crecimiento personal, por Teresa Robles El Dr. Milton H. Erickson decía: la vida es dura, es injusta, el dolor existe, pero cómo la vivamos depende sólo de nosotros. A mí me gusta decir que la vida tiene de todo, también hay muy buenos momentos. Ysi es injusta en nuestra contra, también es injusta a nuestro favor. La vida tiene de todo y siempre estamos creciendo como las plantas, los animales, como todo en este Universo. Este CD te ofrece en forma agradable, reflexiones y anécdotas que te ayudarán a disfrutar más esta vida, en los buenos y en los malos momentos. para relacionarte mejor con tu cuerpo a través del ejercicio y la comida (para personas con diabetes e hipertensión), por Teresa Robles La diabetes es una enfermedad, pero también puede ser tu mejor amiga. Puede enseñarte a vivir saludablemente, cosa que muchas veces hemos olvidado. Nuestro cuerpo es tan sabio que nos provoca hambre cuando le falta combustible y sed cuando necesita hidratarse. Ypara que nunca dejemos de alimentarnos, nos regala el disfrutar la comida. Cuando éramos chicos, disfrutábamos el ejercicio, que nuestro cuerpo necesita para funcionar bien. Crecemos y mal aprendemos a comer a la hora de comer, a llevarnos a la boca cualquier cosa cuando tenemos hambre, que hay comidas sabrosas y otras obligatorias y que hacer ejercicio es una obligación. En este CD, recordarás cómo escuchar las señales de tu cuerpo y atenderlas para vivir con salud. ejercicios para manejar el estrés y evitar el síndrome de fatiga profesional crónica, por Teresa Robles y otros El estrés y el síndrome de fatiga profesional crónica son parte de los males de nuestro tiempo. El Centro Ericksoniano de México (CEM) creó a través de algunos de sus maestros un CD de dos volúmenes con ejercicios para aprender a manejar el estrés y evitar la fatiga profesional crónica y muy pronto nos ofrecerá también un Manual para trabajar con estos ejercicios en grupos. FASCÍCULOS textos selectos abriendo puertas con amorpor Ángela Cota Guimarães Mendonça y J. Augusto Mendonça Los terapeutas ericksonianos sugieren y proponen a través de contar anécdotas de su vida. Este fascículo es una selección de textos dirigidos a maestros y padres de adolescentes, donde los autores narran sus experiencias como padres y como terapeutas. manual del grupo de crecimiento por Teresa Robles Asómate a este ameno fascículo que te encantará y en donde encontrarás una manera diferente de ver la vida, que corresponde a la manera de hacer psicoterapia que estamos construyendo en el Centro Ericksoniano de México, incorporando otros marcos de referencia. aprendiendo a caminar por la vida por Teresa Robles Desde sus primeras páginas, este práctico fascículo Aprendiendo a caminar por la vida, te enseña, de manera segura y natural a utilizar los instrumentos necesarios, que de alguna forma ya conoces, y poderlos aplicar efectivamente en tu vida diaria. ideas prácticas para el manejo de conflictos y algunas reflexiones por Teresa Robles Esuntextoqueteinvitaamirarycambiarlosaprendizajesquenoshacen competir por el primer lugar, tratar de ganar aplastando a los demás. Te enseñaacolaborarenlugardecompetir,aestablecernegociacionesdonde todos ganen y a entrar en contacto con tu Sabiduría Interior y la de los demás. para detectar y prevenir la anorexia y la bulimia entre tus seres queridos por Adriana Barroso y Raúl D Ángelo La anorexia y la bulimia son padecimientos que pueden ser mortales y aparecen cada vez más y más temprano en nuestros adolescentes. Te invitamos a leer este fascículo que te ayudará a conocerlas y detectarlas con la ayuda del cuestionario que se incluye al final. TESTIMONIOS Victoria de las Mercedespor Laura Elena Barrientos La biografía de una niña que, a pesar de graves errores y negligencia médicos,graciasasuextraordinarioapegoalavida,ladedicacióndesus padres y las “mercedes” de los amigos, ha salido victoriosa sobre diagnósticosderrotistas. voces abiertas al Amor Testimonios del Premio Nacional Victoriade las Mercedes l999, editado por Laura Elena Barrientos. Si te interesó el primer libro de esta serie, te cautivaremos con el segundo de la colección, en donde convergen veinte testimonios de vida, veinte vivencias y experiencias de seres humanos (cuidadores, familiares, discapacitados) que han aceptado el compromiso de vivir con orgullo y con valentía una existencia que la vida les deparó o que ellos eligieron como Misión. HELIOS-VESTA los maestros ascendidos escriben el libro de la vida UntextodeMetafìsicayparaaquelloslectoresquenocomulganconestas enseñanzas,esunbellocuentodehadasque,alleerlo,vaabriendopuertas, estableciendoconexiones,acercándonosaunarealidadyaunasabiduríadiferentes,atravésdeuncami encuentra tu misiónpor Alicia Rodríguez La presidenta del Comité Internacional de la Bandera de la Paz, organización no gubernamental de Naciones Unidas, nos relata cómo entró en contacto con este símbolo sagrado universal, así como su significado e importancia para el momento actual, para ayudar a generar la paz al interior de cada ser humano. transfórmate en Bandera de la Paz, claves para lograr ser una persona armónica y saludable, por medio del Símbolo de la Bandera de la Paz por Alicia Rodríguez La presidenta del Comité Internacional de la Bandera de la Paz, organización no gubernamental de Naciones Unidas, nos ofrece ideas prácticas y ejercicios para ayudarnos a ser una persona armónica y saludable utilizando el significado de paz que nos ofrece este Símbolo sagrado universal. en alas de Luz I, por Ronna Herman Este libro forma parte de una colección de cuatro libros que tratan sobre la esperanza. Através de sus páginas nos transmite mensajes sobre el amor: el amor a uno mismo, amor a la vida y cómo disfruta de la experiencia de ser un ser humano potencialmente espiritual. El libro reafirma nuestra creencia en la unidad ya que sus mensajes nos ayudan a entender quiénes somos y cómo crear nuestra realidad perfecta, y ayudar a otros a hacer lo mismo, compartiendo la experiencia de la sabiduría y el amor PUBLICACIONES EN INGLÉS TECHNIQUES AConcert for Four Hemispheres in Psychotherapyby Teresa Robles If you want to know what it is the ericksonian psychotherapy, you can start reading this book. On it, Teresa Robles, Ph. D., shows us her own style to make therapy, in a simple language, clear and with many examples. As it happens with all her books, its reading takes you inside of you, something change and it makes you feel well. There Is Someone in There by Susana Carolusson This is a book about a perfectly healthy 23 year old who acquires a lifelong disability. It is about the greatest fear parents have concerning their children, that their child will be the victim of an accident and will be deprived of their ability to think, move, speak or do anything we associate with the ability to live a full life. ELIZABETH & MILTON H. ERICKSON A Tribute to Elizabeth Moore Erickson, Colleague, Extraordinaire, Wife, Mother and Companionby Marilia Baker This book show us the contribution of Mrs. Elizabeth Moore Erickson to the work of his husband, Dr. Milton H. Erickson, through the synergy of a couple that spend together about 16,000 days, one after the other. Impreso en los talleres de Solar Servicios Editoriales, S.A. de C.V.. Calle 2 número 21, Col. San Pedro de los Pinos, C.P. 03800 México, D.F 300 ejemplares México, D.F., noviembre 2015