Cambios en el escenario político Juan Manuel Villasuso Si quisieramos caracterizar de manera esquemática los cambios que se han venido produciendo en el escenario político en los últimos tiempos, podriamos resumirlos en seis aspectos principales. El primero es el desprestigio de los partidos políticos tradicionales. Este fenómeno se está dando de manera acelerada en Costa Rica pero que no es exclusivo de nuestro país. Los partidos políticos han ido perdiendo su capacidad para contribuir a la solución de los conflictos sociales y han dejado de ser instrumentos eficaces de intermediación entre los ciudadanos y los gobiernos. Por factores de muy diversa naturaleza, que tienen que ver desde la corrupción hasta la falta de visión de futuro, muchos partidos se han quedado con agendas del pasado, no han podido construir nuevos enfoques de sociedad y resultan poco atractivos para el electorado, especialmente los jóvenes. Esto, desde luego, le ha ido restando legitimidad y credibilidad que se manifiesta en los mayores niveles de abstencionismo en las urnas de votación. El segundo se relaciona con el auge de las organizaciones sociales, que buscan una relación directa con el poder político. La aparición de estos nuevos actores, que aspiran a interactuar de manera legítima con las autoridades gubernamentales, es un fenómeno que se acrecienta cada día. La búsqueda de participación política, ya sea en procesos de concertación, en comisiones legislativas ampliadas, o en dialogos nacionales y sectoriales, es evidencia de este afán de las organizaciones de la sociedad civil por asumir nuevas competencia. El tercero es la mediatización de la política. La prensa cada vez tiene una mayor relevancia en las definiciones políticas. Muchos medios de comunicación tratan, de manera reiterada y con gran vehemencia, de influir en la agenda pública, y más que reflejo de la opinión ciudadana, son creadores (y en ocasiones manipuladores) de esa opinión que condiciona las actuaciones de los políticos. Este protagonismo y beligerancia de los medios de comunicación se expresa de diversas maneras, especialmente en editoriales, columnas de opinión y encuestas. Estas últimas sirven como guía y orientación para muchos dirigentes políticos que quieren manterner su popularidad, aun y cuando saben que los resultados de las encuestas en muchos casos son consecuencias de campañas propagandísticas que hacen los propios medios de comunicación. El cuarto es el tema de la judicialización de la política. Cada día mas las decisiones de política son cuestionadas ante los Tribunales de Justicia. Esto se debe, fundamentalmente a la incapacidad de los políticos para lograr acuerdos de mayoría y para aplicar instrumentos y mecanismos que faciliten los procesos de toma de decisiones. Así, la falta de decisiones en lo político traslada la responsabilidad a lo judicial. Una consecuencia negativa de esta mayor relevancia de los jueces en la toma de decisiones es que reduce las posibilidades de la política para transformar la realidad. El quinto podríamos calificarlo como el sometimiento de la política a la economía. La sacralización del criterio técnico, las imposiciones de los organismos financieros internacionales y la aceptación de una orientación económica que propicia menor participación del Estado y mayor relevancia de los mercados, así como la idea de que el Estado debe regular menos y minimizar su intervención en la economía, han hecho que lo político quede subordinado a la búsqueda de la estabilidad macroeconómica. Los objetivos sociales quedan relegados frente a las cuentas fiscales y las cifras de comercio. El último elemento, en esta breve y esquemática caracterización de los cambios que están ocurriendo en lo político, es la dinámica que se observa en la trayectoria desde una democracia representativa hacia una más participativa. El ideal busca no solo el perfeccionamiento de los mecanismos de representación sino también una mayor participación directa de los ciudadanos. Nuevos instrumentos como el referendum, el plebiscito, la consulta popular y la revocatoria de mandato se van incorporando en la legislación. De igual manera, las contralorías ciudadanas y la rendición de cuentas imponen restricciones y nuevas responsabilidades a las entidades públicas y a los jerarcas del gobierno, al tiempo que otorgan mayor poder a las organizaciones sociales. Vivimos tiempos de cambio en lo político. Cambios que obligan a la reflexión y a la acción, que producen tensiones y duelos, que preocupan y que entusiasman. Cambios que exigen de los ciudadanos responsabilidad y participación.