Subido por Justino Cristaldo Ramírez

Perdida de Investidura

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PERDIDA DE INVESTIDURA
Justino Cristaldo Ramírez1
Al momento de dar seguimiento a la Sesión Extraordinaria de la Cámara de Senadores de la fecha, respecto
al punto de la “Perdida de Investidura” del Senador de la Nación Oscar González Daher; sorprendentemente
debatido en la misma cámara, y sobre todo en tales circunstancias es procedente opinar, he aquí en pro del
acápite, pero lo haré simplemente a los efectos del razonamiento jurídico y sin ningún interés partidario ni
político, aunque advierto, se trata de reflexiones muy superficiales que, como se ha visto, es complejo que
merece estudio de mayor envergadura.
En el marco del Derecho Público la perdida de investidura de un mandato electoral legalmente
adquirido por un ciudadano, debe darse necesariamente la pérdida del TÍTULO que se ostenta a consecuencia
de una pugna electoral, cuya convocatoria, el juzgamiento, la organización, la dirección, la supervisión y la
vigilancia de los actos se rigen por las leyes electorales, y a la luz de nuestra Constitución de la República no
podría ser otra que una resolución judicial, que emane inexcusablemente del Poder Judicial, no así de sus
propios pares.
El Art. 201 de la Constitución de la República establece: “Los senadores y diputados perderán su
investidura, además de los casos ya previstos, por las siguientes causas: 1…; 2. El uso indebido de influencias,
fehacientemente comprobado”. Como vemos el citado plexo constitucional no prevé ningún mecanismo o
procedimiento para efectivizar tal sanción, ni que autoridad es la encargada de su aplicación.
Ahora bien, la Justicia Electoral es parte del Poder Judicial, con una competencia bien definida.
Esclareciendo más, si cabe, se llama competencia para cuya más precisa conceptualización subrayo a cuanto
sobre el particular expresa el ilustrado tratadista Couture – la competencia está dada por la medida de
jurisdicción asignada a un órgano del Poder Judicial a efectos de la determinación genérica de los asuntos en
que es llamado a conocer.
En función a los conceptos que quedan puntualizados, nos encontramos con que la competencia
establecida en la Constitución de la República, hacen referencia a nuestro caso particular: SECCIÓN V - DE LA
JUSTICIA ELECTORAL. Artículo 273. DE LA COMPETENCIA. La convocatoria, el juzgamiento, la organización, la
dirección, la supervisión y la vigilancia de los actos y de las cuestiones derivados de las elecciones generales,
departamentales y municipales, así como de los DERECHOS Y DE LOS TÍTULOS DE QUIENES RESULTEN
ELEGIDOS, corresponden exclusivamente a la JUSTICIA ELECTORAL.
El Dr. Bernardino Cano Radil, comenta el articulado de la Constitución en estos términos: “El artículo es
sumamente explicito porque le fija a la Justicia Electoral con carácter exclusivo y excluyente “La convocatoria, el
juzgamiento, la organización, la dirección, la supervisión y la vigilancia de los actos y de las cuestiones derivados
de las elecciones generales, Departamentales y Municipales” significando esta fórmula que: solo la Justicia
Electoral decide cuando llamar a elecciones, por supuesto, dentro del marco de la Constitución y la ley.
Organizarlas, dirigirlas y supervisarlas. Estas cuatro funciones en tema electoral son de carácter administrativo.
Así como sólo, la justicia electoral, tiene jurisdicción en cuestiones de fondo en esta materia...”. En la Convención
Nacional Constituyente, respecto al artículo se dijo: “…En primer lugar, señor Presidente, establecí una prelación
lógica y jerárquica de la competencia que tiene el tribunal de justicia electoral, vale decir la competencia
jurisdiccional sobre la competencia administrativa. Entonces, le corresponde a la justicia electoral el juzgamiento
de las cuestiones derivadas de las elecciones generales, Departamentales y Municipales DE LOS DERECHOS Y
TÍTULOS DE LOS QUE RESULTEN ELEGIDOS. Esto, señor Presidente, esta segunda parte es muy importante…
Aquí, señor Presidente, estamos atribuyendo al Tribunal de Justicia Electoral nada menos y nada más que la
capacidad de DECIDIR SOBRE LOS DERECHOS Y TÍTULOS DE CADA UNO DE LOS FUNCIONARIOS QUE HAYAN
SIDO ELEGIDOS EFECTIVAMENTE, señor Presidente…” (c. R. Campos Cervera)2.
1
Abogado, egresado de la Facultad de Derechos y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Asunción.
Radil, Bernardino. Manual de Derecho Constitucional y Político. Ediciones Jurídicas Centena S.A. Asunción. Paraguay. Año 2003
2Cano
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