Subido por YOMARIS ESCALANTE OLAYA

ENSAYO CONCEPTOS FUNDAMENTALES DE LA EVALUACION

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CONCEPTOS FUNDAMENTALES DE LA EVALUACIÓN: CONTEXTUALIZACIÓN
EN EL ÁMBITO EDUCATIVO
Yomaris María Escalante Olaya
Docente
Magister, Juan Esteban Quiñones Idárraga
Corporación Universitaria Minuto de Dios
Maestría en Educación – Tercer semestre
Evaluación Educativa
2020
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Conceptos fundamentales de la evaluación.
Desde el ámbito laboral educativo, el eje temático que gira entorno a todos los catedráticos
sigue siendo la evaluación, ésta es hoy uno de los componentes más importante del contexto
pedagógico, pues, obliga a todos los que se encuentran involucrados en la educación a ser
conscientes de la importancia de evaluar y ser evaluado, puesto que, esto permite comprobar las
dificultades que se enfrentan en el proceso de enseñanza – aprendizaje.
Al respecto, Santos, G.M. (2001), señala: "Lo más importante de la reflexión sobre la
evaluación es que conduzca a la transformación de las prácticas, a su mejora".
En este sentido, tal y como manifiesta Álvarez, M. (2001), debe entenderse como una actividad
crítica de aprendizaje, porque se asume que la evaluación es aprendizaje en el sentido que por ella
adquirimos conocimiento. El profesor aprende para conocer y para mejorar la práctica docente en
su complejidad, y para colaborar en el aprendizaje del alumnado conociendo las dificultades que
tienen que superar, el modo de resolverlas y las estrategias que pone en funcionamiento. El alumno
aprende de y partir de la propia evaluación y de la corrección, de la información contrastada que le
ofrece el profesorado, que será siempre crítica y argumentada, pero nunca descalificadora ni
penalizadora (p. 12).
Asimismo, la evaluación es para muchos autores, el aspecto más descuidado de la educación y
al que menos atención se le presta, ya que, para muchos, está limitada a aplicar pruebas o exámenes
escritos que pretenden medir lo que los discentes han aprendido durante el desarrollo de alguna
asignatura.
Dentro de este contexto, según Villada (2008), “La evaluación es un proceso mediante el cual
se valoran capacidades, competencias y desempeños en el ser humano en un contexto determinado”
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lo antes expresado da pautas para entender la dirección correcta que debe tener la evaluación, es
decir, que esta no este encauzada simplemente solo hacia la medición de conocimientos, sino que
la evaluación tome en cuenta el proceso llevado a cabo por los estudiantes.
En concordancia y sin pretender desconocer los enunciados con la que los autores enmarcan
este sustantivo, en su conceptualización más amplia, la evaluación de los aprendizajes es un
proceso sistemático de acopio de información que permite al profesor emitir un juicio de valor
sobre las adquisiciones o aprendizajes que alcanzan sus estudiantes como resultado de su
participación en las actividades de enseñanza. La información que se recolecta está condicionada
por la existencia de dos elementos fundamentales: 1) ¿Cuáles son los aprendizajes que se pretende
que alcancen los estudiantes?, y 2) ¿Cuáles son las muestras observables en las tareas, realizaciones
o ejecuciones de los estudiantes que se consideran como pruebas del logro de los aprendizajes?
Comúnmente, los aprendizajes se formulan en términos de objetivos, mientras las pruebas se
obtienen de la observación de las tareas, realizaciones y ejecuciones de los estudiantes y de la
aplicación de escalas y rúbricas a estas.
Por supuesto, es importante analizar las funciones de la evaluación ya que esta puede darse en
diferentes momentos de los procesos de enseñanza y del aprendizaje, y también puede servir para
la toma de diferentes clases de decisiones, según el propósito del empleo de la información que
genera. De estas dos perspectivas, tiempo y propósito, se originan las tres funciones básicas de la
evaluación: diagnóstica o inicial, formativa y sumativa.
La evaluación diagnóstica se da al inicio de los procesos de enseñanza y de aprendizaje. Sobre
la base del juicio de valor emitido, se toman las decisiones pedagógicas que han servido
tradicionalmente para fundamentar el planeamiento didáctico de una unidad o curso en la realidad
de los conocimientos previos de los estudiantes. (Ainscow, 2001; Arnaiz, 2003, y Esquivel, 2006).
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La evaluación formativa es apropiada durante el desarrollo de los procesos de enseñanza y de
aprendizaje. Permite ofrecer información a los estudiantes y a los profesores sobre los aprendizajes
logrados en un momento determinado de estos procesos. Esta conceptualización tradicional se ha
visto enriquecida con la propuesta que hace Sadler (1989), Este autor indicó que no es suficiente
que los maestros simplemente señalen si las respuestas dadas en una prueba son correctas o
incorrectas, o si la tarea ejecutada (o el producto) exhibido refleja aprendizajes significativos.
Este aporte de Sadler se acerca a la conceptualización aportada por Coll, Martín y Onrubia
(2001), según la cual la información que ofrece el juicio de valor deberá ayudar al profesor a tomar
decisiones que mejoren sus actividades de enseñanza, y a los estudiantes, a mejorar su aprendizaje.
Esta función de regulación de los procesos de enseñanza y de aprendizaje hace que se lo denomine
“evaluación reguladora”. Por otra parte, según señalan los autores citados arriba, “se ha subrayado
su vertiente ´formadora´, es decir, su utilidad para que los alumnos aprendan a regular sus procesos
de aprendizaje” (p. 5).
Finalmente, la evaluación sumativa, también denominada “acumulativa” o de “resultados”, se
realiza al terminar un período determinado de los procesos de enseñanza y de aprendizaje. Tiene
como propósito principal calificar el grado del desempeño de los estudiantes en el logro de los
objetivos curriculares.
También se da el caso de sistemas educativos en los cuales los profesores realizan evaluación
sumativa en forma programada y sistemática. Con los resultados de la evaluación sumativa el
profesor emite un juicio sobre el logro final de los aprendizajes y sobre esta base se asigna al
estudiante la calificación numérica o alfabética correspondiente al período evaluado.
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Atendiendo estas consideraciones, individualmente se reflexiona la evaluación como una
herramienta indispensable en la cotidianidad del día a día, que nos posibilita la oportunidad de
cambiar y perfeccionar los procesos educativos, cuando no se logran los objetivos que se esperan
en el desarrollo de un currículo; viabilizando la introducción de nuevas propuestas de cambio que
permitan alcanzar la calidad en el transcurso de la enseñanza y el aprendizaje.
Partiendo de lo anteriormente expuesto y como seguimiento de esta actividad académica, se
describe la organización Corporación Universitaria Adventista de Colombia, como contexto donde
se labora. Esta institución se encuentra ubicada en la ciudad de Medellín, Antioquia, organismo de
educación superior de carácter privada confesional universitaria; creada el 18 de julio de 1981, con
personería Jurídica N° 8529 del 6 de junio de 1983, expedida por el Ministerio de Educación
Nacional y con aprobación de estudios mediante Resolución 096, expedida el 5 de noviembre de
2009. Su horizonte institucional se fundamenta en principios que a su vez soportan la definición de
la visión, la misión, principios y valores, debidamente articulados con las políticas educativas a
nivel Municipal, Departamental y Nacional.
Esta filosofía se refleja en el compromiso con la educación del docente, los programas de
estudio, las actividades educativas, espirituales, la vida social y los aspectos administrativos y
financieros.
Paralelo a lo anterior, esta corporación educativa ofrece dentro de su desarrollo académico
cinco facultades con programas de pregrado, como son: Facultad de educación, Facultad de
Teología, Facultad de Ciencias de la Salud, Facultad de Ciencias Administrativas y Contables y la
Facultad de Ingenieras.
Sobre este particular, se expone la vinculación que se tiene con la organización, la cual está
enmarcada en la labor de docente hora catedra, en el espacio de la facultad ciencia de la salud,
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específicamente en el programa de enfermería, que beneficia a una población estudiantil
aproximada de 1300 estudiantes perteneciente a los estratos sociales uno, dos y tres.
En lo relativo a, que parte del contexto se desea evaluar se ostenta una inclinación hacia la
evaluación del contenido curricular, razonando hacia las competencias del cuidado enfermero; pues
se analiza a la enfermería como un proceso científico disciplinar propio, cuyo conocimiento se
construye bajo la experiencia del cuidado que sienten y expresan los seres humanos en su proceso
salud enfermedad; esto con el fin de dar respuestas competitivas que permitan la resolución de los
problemas a nivel de la práctica clínica; pues, al evaluar el currículo se verifica si las estrategias
metodológicas vinculadas a éste permiten el engranaje entre la teoría y los procesos técnicos desde
el quehacer y el saber hacer.
Por supuesto, esto permitirá una sincronización del conocimiento bajo modelos reflexivos,
juicio clínico y pensamiento crítico que conduzcan a la toma de decisiones en escenarios reales.
Por consiguiente, se considera que desde la evaluación educativa se optimiza el objeto a
evaluar, ya que, permite establecer el mejoramiento continuo y progresivo de la calidad en la
educación, conllevando a los evaluadores a regular y detectar las posibles dificultades que puedan
encontrar los evaluados para aprender y con este reconocimiento ayudarles a resolver esas
dificultades, momento en el cual se condiciona la calidad y se conlleva a la durabilidad del
aprendizaje al alcanzarse el aprendizaje significativo.
Referencias
Ainscow, M. (2001). Desarrollo de escuelas inclusivas, ideas, propuestas y experiencias para
mejorar las instituciones escolares. Madrid: Narcea Ediciones.
Álvarez, J.M. (2001), “Evaluar para conocer, examinar para excluir”. Edit. Morata, Madrid.,
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p.9. Disponible en: https://www.academia.edu
Arnáiz, P. (2003). Educación inclusiva. Una escuela para todos. Madrid: Editorial Aljibe.
Coll, C., Martín, E. y Onrubia, J. (2001). La evaluación del aprendizaje escolar: dimensiones
Psicológicas, pedagógicas y sociales. En C. Coll, J. Palacios y A. Marchesi. Desarrollo
Psicológico y educación, 549-572. Madrid: Alianza Editorial., p.5.
Esquivel, V. (2006). De la integración a la educación inclusiva. Educación para todos. C
conferencia dictada en el Congreso anual de la ANDE
Sadler, D. R. (1989). "Formative assessment and the design of instructional systems”,
Instructional Sciencia, Vol. 18., p. 119-114. Consultado en: http://www.scielo.org.mx/
Santos, G.M. (2001), Sentido y finalidad de la evaluación. Rev. Persp Educ. 37:9-33.
Villada (2008) La Evaluación, un asunto vinculado al quehacer educativo. Versión digital.
[Consulta 29 de febrero de 2020] https://es.scribd.com/doc/3075395/ -evaluacióneducativa
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