Subido por Iván Jhesu

El Conejo Zacatuche. Tan lejos de Dios y tan cerca de la Ciudad de México

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INDICE
PRESENTACION
INTRODUCCION
LOS FAMILIARES DEL CONEJO ZACATUCHE
Los lagomorfos
Las liebres
Los conejos
El zacatuche
QUIÉN ES, CÓMO ES Y QUÉ HACE EL CONEJO ZACATUCHE
Cómo se le conoce al zacatuche
Cómo es el zacatuche
Hábitos del zacatuche
EN CAUTIVERIO
El conejo zacatuche en cautiverio
Comportamiento maternal del zacatuche en cautiverio
DÓNDE VIVE Y QUÉ PERTURBA AL ZACATUCHE
El hábitat del conejo zacatuche
El hombre versus el teporingo
UNA PROPUESTA: CÓMO CONSERVAR AL ZACATUCHE
La encrucijada: extinción o conservación del zacatuche
Pobre zacatuche: tan lejos de Dios y tan cerca de la ciudad de México
El conejo zacatuche: símbolo de la conservación en México
LECTURAS SUGERIDAS
GLOSARIO
El conejo zacatuche. Tan lejos de Dios y tan cerca de la ciudad de México
Francisco J. Romero y Alejandro Velázquez
Instituto Nacional de Ecología-Consejo Nacional de la Fauna
PRESENTACIÓN
La riqueza cultural de México es resultado de su enorme diversidad biológica, y
del profundo conocimiento que sus grupos étnicos derivaron de los procesos
biológicos naturales para manejar sus recursos. Los resultados de muchos
estudios etnobotánicos en comunidades indígenas de los últimos 30 años, han
puesto en evidencia el gran conocimiento de estos pueblos sobre los procesos
ecológicos que rigen el funcionamiento de los ecosistemas naturales. Tal vez
uno de los más importantes sea el bajo impacto ambiental del manejo
tradicional del suelo, el cual se basa en el uso múltiple de especies. El uso
combinado de gramíneas y leguminosas (v.g. maíz y frijol) alternado con el
pastoreo de los rastrojos para reincorporar parte de la fertilidad extraída, es un
ejemplo sencillo que demuestra una mayor sustentabilidad del cultivo múltiple
sobre el monocultivo. Estos sistemas de manejo coinciden con un principio
ecológico básico que aplica en los ecosistemas naturales: a mayor diversidad
ecológica, mayor equilibrio ecológico.
Resulta paradójico que en lugar de utilizar estos principios, la tecnología
industrial haya mostrado una tendencia reduccionista en los últimos 200 años, lo
cual, al fomentar el uso del monocultivo y sistemas de manejo homogéneos, ha
provocado un impacto ambiental que paulatinamente se ha derivado en la
desaparición de muchas especies. Como resultado de esto, no sólo ha
disminuido la diversidad biológica global, sino además se han afectado una
multiplicidad de procesos biológicos fundamentales que hoy están poniendo en
peligro la permanencia de muchas especies en el planeta.
Si bien la ecología moderna es una ciencia muy joven, los avances realizados en
las últimas 3 décadas, han demostrado la importancia de las cadenas tróficas en
los ciclos biogeoquímicos de los ecosistemas, así como su papel en el equilibrio
ecológico de éstos. Hoy resulta evidente entender que cualquier organismo vivo
es parte de un todo armónico y tiene una razón de ser, aunque ésta no resulte
evidente a primera vista. Su desaparición tiene como consecuencia inevitable la
desaparición de otros organismos que dependen en una u otra forma de él. De
aquí que hoy se ponga tanto énfasis en educar a las nuevas generaciones para
que utilicen tecnologías suaves que minimicen el impacto ambiental y protejan
mejor los ecosistemas naturales y la flora y la fauna que los componen. Esto
hará posible que la riqueza biológica se conserve e incluso, que pueda
enriquecerse y por lo tanto suceda lo mismo con nuestra riqueza cultural.
Este libro presenta los resultados del estudio de la vida de una pequeña especie.
Se trata de un roedor que sólo habita en el eje neovolcánico transversal de
México: el conejo de las praderas, zacatuche o teporingo. Aparentemente ha
vivido e interactuando con otras muchas especies en esta localidad por muchos
cientos de años. Hoy, debido a la actividad humana en el área, el teporingo se
encuentra en peligro de extinción. Como es lógico pensar, esta especie forma
parte del régimen alimenticio básico de muchas especies importantes como el
lince, el coyote, la zorra gris, el cacomixtle, el tlacoyote, el halcón cola roja y el
tecolote cornudo, por citar algunas. También juega un papel importante en el
ecosistema, ya que dispersa semillas y su pelo es utilizado para la construcción
de nidos por algunas especies de aves. De seguir el deterioro de su hábitat, el
zacatuche desaparecerá y con él desaparecerán paulatinamente muchas otras
especies que se alimentan de él. A su vez, aquellas especies de las cuales él se
alimenta, al no tener depredadores, posiblemente proliferarán, transformándose
en plagas que generarán un desequilibrio en el ecosistema difícil de predecir.
La fragmentación del hábitat del conejo zacatuche es un resultado de constantes
actividades humanas. Se estima que su distribución está dividida en 16 unidades
aisladas, resultado de la presencia de autopistas, caminos y establecimientos
humanos, así como incendios y tala innmoderada, los cuales constituyen
barreras que impiden la crianza y reproducción entre las poblaciones de
zacatuches. Esto incrementa las probabilidades de extinción de la especie.
En un intento por conocer mejor la biología de la especie y orientar las acciones
de conservación, el Instituto Nacional de Ecología (INE) y el Consejo Nacional
de la Fauna han unido sus esfuerzos apoyando la publicación del presente libro.
La presente administración del INE considera como fundamental, apoyar la
difiusión de este tipo de trabajos. El Consejo Nacional de la Fauna cuenta con
una amplia trayectoria en el campo conservacionista. Esperamos que la
conjunción de estos dos esfuerzos, cristalizados en esta publicación, puedan
continuarse con mayor intensidad en la publicación de muchos otros textos para
el bien de la naturaleza y la cultura de México.
Luis Fanjul Coordinador de Asesores
Instituto Nacional de Ecología
INTRODUCCIÓN
La importancia de salvaguardar el germoplasma existente en el mundo ha sido
señalada en múltiples foros y publicaciones como una actividad prioritaria para
lograr un aprovechamiento sustentable de los recursos naturales.
Actualmente México se ha convertido en un foco de atención a nivel mundial
debido a su diversidad biológica extraordinaria y única. Nuestro país ocupa uno
de los primeros lugares en cuanto a la presencia de especies endémicas, es decir,
tenemos un número muy grande de especies de plantas y animales que sólo se
distribuyen en nuestro territorio.
El conejo de los volcanes, también llamado teporingo o zacatuche, es un
ejemplo de endemismo. Esta especie de conejo sólo se distribuye en una área
pequeña y restringida de las montañas del sur y suroeste del Valle de México.
Es el conejo más pequeño que existe en nuestro territorio. Su estudio es
sumamente interesante debido a que se le considera un conejo primitivo, de ahí
la importancia de conocer su origen y sus relaciones biogeográficas y
ecológicas.
Desde hace 20 años el teporingo está en la lista de las especies en peligro de
extinción . Este hecho, además de las características tan específicas que presenta
este organismo, han provocado la atención de diversos investigadores a niveles
nacional e internacional. Se han realizado muchos esfuerzos en pro de la
conservación de esta especie, sin embargo, aún queda mucho por hacer. Los
esfuerzos deberán ahora enfocarse a salvaguardar el área de distribución del
teporingo; con ello, al mismo tiempo estaremos protegiendo otras especies que
se encuentran compartiendo el mismo hábitat.
Las montañas del centro de México tipifican una de las regiones transicionales
más complejas del mundo. En ella se encuentra una gran variedad de hábitats
que albergan organismos exclusivos. El presente libro está dirigido a toda clase
de público, en especial al interesado en conocer y proteger a las especies de
fauna que se distribuyen en México. En su contenido, los autores nos presentan
una descripción sencilla y amena del teporingo, sus hábitos, las experiencias de
mantenimiento en cautiverio, el éxito en su reproducción, la situación actual de
su hábitat y el peligro que corre esta especie y otras al no proteger su área de
distribución.
Recomendamos en la lectura fluída y agradable de esta publicación, no dejar de
reconocer y valorar el esfuerzo de los autores e investigadores participantes;
estamos seguros de que la información contenida y presentada en forma tan
amena sólo pudo generarse con un trabajo intenso y prolongado, y con el cariño
a esta extraordinaria y exclusiva especie de la fauna mexicana que es el
zacatuche. A1 final se ha incluido un Glosario con las definiciones de algunos
términos usados en el texto; esperamos que al consultarlo, el lector pueda tener
una mejor comprensión del tema.
El material que tienen en sus manos representa la unión de esfuerzos de
organismos gubernamentales, Instituto Nacional de Ecología y Secretaría de
Desarrollo Social (INE-Sedesol), y Organismos No Gubernamentales, Consejo
Nacional de la Fauna y la Asociación Mexicana para la Conservación y Estudio
de los Lagomorfos, A.C. (CNF-AMCELA) quienes, interesados en proteger y
conservar este tesoro nacional, trabajan en forma conjunta convencidos que sólo
con la colaboración de todos los sectores de la población podemos desarrollar
programas que nos lleven a materializar nuestros esfuerzos. Esperamos que la
publicación de este libro sea el inicio de una alianza en favor de la conservación
no sólo del teporingo o zacatuche sino de todos los recursos naturales de nuestro
país.
Víctor Hugo O'Farrill Ávila
Presidente de1 Consejo Nacional de la Fauna
Los familiares del conejo zacatuche
Los lagomorfos
Los conejos y liebres son mamíferos que se agrupan en el orden Iagomorpha,
(lagus = conejo, morpha = forma; forma de conejo), el cual comprende también
a las pikas que son numerosas en Asia y Europa, mientras que en América sólo
se encuentran en algunas partes de Estados Unidos y Canadá. En contraste, los
conejos y liebres están mejor representados a nivel mundial.
México es el país más rico del Continente Americano en cuanto a diversidad de
lagomorfos ya que posee 14 especies diferentes de conejos y liebres. Cuenta con
nueve diferentes especies de conejos, ocho conocidas científicamente como
Sylvilagus y una más como Romerolagus, más cinco diferentes tipos de liebres
conocidos como Lepus. La mayoría de estos conejos y liebres (ocho en total)
son endémicos o exclusivos de nuestro país, y se restringen a zonas muy
pequeñas con excepción del conejo montés o mexicano (Sylvilagus
cuntcularlus) y de la liebre torda (Lepus caüotfs), que a pesar de ser endémicos
viven en una superficie relativamente mayor dentro del territorio nacional.
Los conejos y liebres de México tienen una gran importancia ecológica, ya que
junto con los roedores representan el alimento de otros animales del reino
animal como coyotes, comadrejas, cacomiztles, linces, halcones, águilas, búhos
y algunas serpientes. La alimentación de conejos y liebres incluye pastos,
hierbas, arbustos y algunas partes de los árboles, con lo que ocasionan cambios
importantes en las plantas permitiendo el control y desarrollo de las poblaciones
de éstas. Asimismo, contribuyen a la dispersión de varias especies de plantas
porque pueden consumir sus semillas en un lugar y defecarlas en otro sitio
diferente.
Estos mamíferos también son importantes en todo el territorio nacional como
fuente de alimento para los habitantes del sector rural, y además generan
ingresos por la obtención de permisos de cacería. En México se aprovechan,
dentro de los mamíferos, más conejos y liebres para comer que cualquier otro
tipo de animal de caza.
Las liebres
Las liebres tienen una representación mundial amplia, pero esto no ocurre en
Centroamérica ni en América del Sur, y la variedad de liebres en Norteamérica
es mucho menor que la de los conejos. De las cinco especies que habitan en
México tres son exclusivas del país, de las que poco o nada se sabe de su
biología. La liebre torda (Lepus callotis) se encuentra predominantemente en
México y en una pequeña zona del sur de Arizona (Estados Unidos). La
encontramos desde el noroeste de Chihuahua hasta el noroeste de Oaxaca. Esta
liebre alcanza una talla mediana con patas relativamente cortas. Las orejas son
largas con el borde blanco y el dorso es de color gris claro a pardo, mientras que
los costados se caracterizan por ser blancos al igual que las partes bajas del
cuerpo. En la nuca presenta un parche negro que empieza en la base de las
orejas. En su parte de arriba la cola es negra y gris claro hacia abajo. El lugar
donde vive está constituido por terrenos planos y abiertos en regiones
semiáridas en las que predominan pastos y matorrales desérticos.
La liebre tropical (Lepus flavigularis) es un animal mediano muy similar a la
liebre torda. La coloración del dorso es pardo amarillenta que se continúa hacia
la cabeza y las orejas. Los costados y las partes bajas del cuerpo son blancos, y
la cola es negra en la parte de arriba y blanca por abajo. Se caracteriza por
presentar dos franjas negras en la nuca que se extienden hacia atrás a partir de la
base de cada oreja.
Esta liebre es la que vive más al sur del Continente Americano, ya que el único
lugar donde se le puede encontrar es una pequeña zona del Istmo de
Tehuantepec que colinda con el Mar Muerto en la costa de Oaxaca. El hábitat
de esta liebre son las zonas de dunas cerca de la costa, con vegetación de pastos
y matorral propio de estos lugares.
La liebre negra (Lepus insularis) alcanza un tamaño moderado y se caracteriza
por la coloración negra que presenta en el cuerpo. Los costados pueden ser un
poco más claros pero siempre oscuros; las orejas son de color gris oscuro y la
cola es totalmente negra. Esta especie se encuentra sólo en la isla Espíritu Santo
en el Golfo de California, en lugares rocosos de origen volcánico donde crecen
pastos y arbustos.
Los conejos
Al igual que las liebres, los conejos también existen en muchas partes del
mundo. No obstante, los conejos conocidos como Sylvilagus habitan
exclusivamente en el Continente Americano, presentándose más especies en
Norteamérica que hacia la porción media de Sudamérica debido a que sólo
algunas de éstas se han adaptado a zonas tropicales. Normalmente, los conejos
siempre son más pequeños que las liebres.
De todos los tipos de conejos de América, el conejo castellano (Sylvilagus
floridanus) es uno de los más importantes porque existe casi en todo el
Continente; es el conejo silvestre más común en nuestro país, y se presenta
donde viven otros cuatro tipos de conejos en México. Además del castellano, en
el territorio nacional existen también otros conejos como el del desierto
(Sylvtlagus auduboni), el tropical (Sylvilagus brasitensis) y el matorralero
(Sylvilagus bachmani).
Como ya se mencionó, México es el país con el mayor número de liebres y
conejos endémicos de todo el Continente Americano, entre los que figuran
cinco especies del género Sylvilagus. De este grupo, destaca por su tamaño el
conejo montés o mexicano (Sylvilagus cunicularius). Es de color café ocre y un
poco más oscuro en la línea media del dorso; por ser !a especie de conejo más
grande en México, es una de las piezas de consumo de cacería deportiva más
buscada.
El resto de los conejos exclusivos de nuestro país se encuentra a zonas
geográficas muy pequeñas, como es el caso del conejo de Omiltemi Guerrero
(Sylvilagus fnsonus), el cual prácticamente se incluye en la categoría de especie
en peligro de extinción.
Hay otros tipos de conejos que se encuentran solamente en islas, como es el
caso del conejo de las Islas Marías (Sylvilagus grayson:), hábitat exclusivo de
ellas, en el Pacífico mexicano. Este tipo de conejo también se ha propuesto para
ser considerado como en peligro de extinción.
El conejo matorralero de Isla San José, Baja California, se encuentra solamente
en esa isla que se caracteriza por ser una zona árida con vegetación de cactus y
arbustos; dicho hábitat se está deteriorando por h numerosas cabras que ahí se
han introducido.
El zacatuche
El zacatuche o teporingo (Romerolagus diaz) es un tipo de conejo considerado
como primitivo por sus características óseas. Asimismo, se ha considerado
tradicionalmente cercano a las pikas (Ochotona). Su apariencia física lo
identifica como cualquier otro conejo, sin embargo, sus atributos cromosómicos
y reproductivos lo relacionan más con las liebre (Lepus) que con los conejos
(Sylvilagus), siendo el conejo de menor tamaño de nuestro país. Así pues, el
teporingo es un lagomorfo atípico y es incluido en la lista de especies del
Patrimonio Mundial Natural de la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN).
QUIÉN ES, CÓMO ES Y QUÉ HACE EL ZACATUCHE
CÓMO SE LE CONOCE AL ZACATUCHE
Esta especie (Romerolagus diazi) es considerada extremadamente rara y es
conocida como volcano rabbit (conejo de los volcanes). Sin embargo, en su
hábitat natural se le conoce localmente por sus nombres vemáculos: zacatuche
(más comúnmente) y teporingo. La palabra zacatuche se deriva del náhuatl de
los aztecas, antiguos pobladores del centro de México, y significa conejo de los
zacatonales, de zacatl, zacate, y tochtli, conejo, lo cual concuerda con su hábitat
natural de zacatonales o pastos altos. El significado de la palabra teporingo no
es tan claro, pero se cree que tiene relación con la palabra tepolito, que significa
e1 de las rocas, lo cual podría referirse al hábitat de este pequeño conejo. Otros
nombres menos comunes utilizados para denominar al Romerolagus en su
hábitat natural son: burrito (Quchitepec, Morelos), tepol y tepolito (Nevado de
Toluca, Estado de México).
Originalmente, Fernando Ferrari Pérez describió al zacatuche como Lepus dtazi,
con especímenes provenientes de la pendiente noreste del volcán Iztaccíhuatl,
Puebla, México. Posteriormente, el género Romerolagus fue descrito por
Merriam en 1896 con ejemplares procedentes de la localidad tipo Mt.
Pocatépetl, México, a 3,350 m de altitud. Al mismo tiempo, Merriam nombró al
zacatuche Romerolagus nelsoni. Esta clasificación es única y pertenece a la
subfamilia Palaeolaginae, familia Leporidae, orden Iagomorpha. Sin embargo,
en 1983 Corbet consideró que el zacatuche es un lepórido de la subfamilia
Leporinae de acuerdo con las características de su tercer premolar inferior.
En 1897, Herrera consideró que no era justitïcable biológicamente nombrar un
nuevo género para incluir al zacatuche. Por lo tanto, basando en comparaciones
óseas entre zacatuches, pikas y liebres, Herrera decidió incluir al zacatuche en el
género Lagomys.
Finalmente, en 1911 Miller propuso la combinación Romerolagus dlazi.
Actualmente, R. diazi sigue considerándose un género monotípico, es decir, de
una sola especie.
El nombre específico del zacatuche se adoptó en honor de Agustín Díaz, jefe del
Ing. Ferrari Pérez y Director de la Comisión Geográfico Exploradora a fines del
siglo XIX. El nombre genérico se refiere a Matías Romero, embajador de
México en Washington, en agradecimiento a las facilidades que éste otorgó a
los colectores estadounidenses E. W. Nelson y E. A. Goldman para trabajar en
México.
El asunto de quién asignó originalmente el nombre científico al zacatuche y su
reconocimiento ha sido cuestión de controversia. En 1951 Rojas indicó que el
nombre correcto debía ser Romerolagus diazi, de acuerdo con los
procedimientos establecidos en el artículo 21 del Código lnternacional de
Nomenclatura Zoológica.
CÓMO ES EL ZACATUCHE
EL tamaño del conejo zacatuche es pequeño en comparación con otros conejos
y liebres. Sólo el conejo de Idaho (Sylvilagus idahoensis) es ligeramente más
pequeño que el zacatuche. Éste no rebasa los 30 cm de longitud y 600 g de
peso; la cola es tan pequeña que por fuera resulta casi invisible a la vista; sus
patas posteriores son cortas; las orejas son pequeñas y redondas; todo el cuerpo
es de color pardo oscuro. Las costillas proporcionalmente son pequeñas y
constan de seis pares; presenta cinco vértebras cervicales y nueve vértebras
caudales. Algunas de estas características morfológicas, incluyendo el patrón
dental, se asemejan a las de los demás conejos ancestrales. El pelaje es bastante
corto y abundante; de color amarillo mezclado con negro en el dorso y en las
partes laterales; las partes extremas (punta y base) de los pelos son negras,
mientras que la parte media es amarilla. La parte superior de las patas es de
color ocre brillante y la superficie ventral marrón pálido; el color de la cola
rudimentaria es el mismo que el color del pelaje del dorso. Los lados de la nariz
y la región orbital son de color ocre; la base de los oídos es de color ocre
metálico; debajo de la garganta el color es ocre mezclado con un pelaje corto a
manera de
forro de color gris oscuro-plateado. Romerolagus, al igual que otras especies de
Sylvilagus, presenta un triángulo de pelo amarillento en la nuca entre la base de
las orejas. La región pectoral está cubierta con pelos largos y suaves; no existe
un contraste con el color del pelaje ventral, como es el caso en otros conejos y
liebres.
El proceso de muda del pelo en el zacatuche consta de cuatro etapas. Primero se
cae el pelo dejando un área sin pigmento, después se acumula melanina a
manera de lunar en esa región; a continuación crece pelo nuevo mientras,
simultáneamente, desaparece el área pigmentada. Este patrón de muda es único
y no se asemeja a los observados en otros conejos.
HÁBITOS DEL ZACATUCHE
EL conejo zacatuche es endémico o exclusivo de nuestro país; vive en una
pequeña zona de las montañas centrales del Eje Neovolcánico Transversal, al
sur del Valle de México. Este mamífero ha sido considerado como primitivo y
está en inminente peligro de extinción.
La actividad de este conejo se concentra durante la mañana al amanecer cuando
es más común observarlos alimentándose, explorando y relacionándose entre
ellos y poco antes del anochecer. Para permanecer activo requiere de un tipo de
pasto que abunda en estas zonas, y se confunde con el suelo y las rocas por su
coloración. Permanecer inmóvil con las orejas levantadas es una conducta de
alerta. Otra conducta que podemos observar es que estos conejos no se alejan
grandes distancias cuando huyen, sino que corren solamente algunos metros y
se detienen varias veces antes de llegar a su madriguera.
El zacatuche se establece y vive en grupos de dos a cinco individuos como una
forma de organización social bien definida, presenta conductas de agresión
como morder y expulsar a otros individuos en defensa de un territorio y de su
compañero.
R. diazi utiliza frecuentemente vocalizaciones agudas y fuertes, las que muy
posiblemente tienen como objetivo informar a otros individuos sobre la
presencia de animales depredadores. De todos los conejos y liebres del mundo,
ninguno vocaliza a excepción de los zacatuches y las pikas. Además, aunque no
haya situaciones de alarma, el zacatuche vocaliza como parte normal de sus
interacciones sociales.
Los teporingos se alimentan fundamentalmente de gramíneas amacolladas
(pastos) denominadas localmente macollas o zacatones; de los diferentes tipos
de pastos con los que se alimentan, se pueden encontrar a los conocidos
científicamente como Muhlenbergia macroura y Stipa tchu. A1 parecer, estas
especies son consumidas todo el año. Los zacatuches seleccionan las hojas
jóvenes de los zacatones, las cuales son suaves y verdes. Habitualmente
consumen las partes cercanas a la base de las hojas o las partes bajas del
zacatón. Además de los pastos, se ha mencionado que los zacatuches consumen
hierbas como Alchemilla sp. y Donnnellsmithia juncea. Observaciones
adicionales indicaron quc los zacatuches se alimentan además de hojas jóvenes
de las hierbas espinosas Eryngium columnare y Cirsium jorullense. Evidencias
de campo sugieren que también consumen las semillas de la enredadera anual
Sicyos parvijlorus y la corteza jugosa de árboles jóvenes del aile (Alnus sp.).
También se alimentan en campos de cultivo sin ocasionar daños, y comúnmente
consumen el follaje de las plantas jóvenes de maíz (lea mays) y avena (Avena
sativa).
En cautiverio los zacatuches se adaptan fácilmente a consumir alimentos
diferentes a los del lugar natural en donde viven. En esta situación han sido
mantenidos por más de un año y medio a base de zanahoria, alfalfa, lechuga,
espinaca, manzana y pera.
Los excrementos del zacatuche son inconfundibles; son redondos con la parte
central hinchada; miden en promedio de 5 a 9 mm de diámetro, normalmente
son de color ocre, brillosos y de textura lisa, tornándose amarillentos cuando se
secan. Las excretas se encuentran regularmente en grupos de más de 90 bolitas
los cuales se conocen como letrínas, mismas que se pueden observar
generalmente en la base de los zacatones. De acuerdo con las observaciones de
campo, el zacatuche deposita el excremento en el mismo lugar donde se
alimenta. Los grupos de bolitas también se encuentran a lo largo de los
corredores debajo de los zacatones y cerca de nidos y entradas de madrigueras.
Por lo tanto, para estar seguros de la presencia de zacatuches en un área, basta
con verificar la presencia de los grupos de excrementos. Los zacatuches
producen dos tipos de excretas. El tipo habitual y ampliamente conocido es el
ya descrito. El otro tipo corresponde a bolitas que nunca son depositadas en el
suelo y que por eso jamás son encontradas. Se trata de excremento que, como
otros conejos, el zacatuche toma directamente del ano con su boca e ingiere de
inmediato. Este mecanismo permite digerirlo nuevamente para repoblar la flora
intestinal, proceso al cual se denomina coprofagia.
Las huellas del zacatuche normalmente dejan una impresión de cuatro dedos,
aunque algunas veces las patas anteriores pueden imprimir cinco. Su patrón de
huellas es similar al de los demás conejos durante la carrera, pero siempre con
distancias más cortas entre un grupo de huellas y el otro. La distancia entre los
golpes de las patas delanteras y los de las patas traseras es entre 10 y 12 cm.
A lo largo de todo el año se pueden encontrar hembras sexualmente activas,
pero con mayor frecuencia durante la época de lluvias (julio-agosto). Las
hembras tienen tres pares de glándulas mamarias: un par pectoral, uno
abdominal y otro inguinal. Durante el período de lactancia las glándulas
aumentan de tamaño hasta 1 mm de grosor y forman dos líneas longitudinales
conectando los tres pares de glándulas formando un triángulo.
Las hembras lactantes no producen leche en todas las glándulas mamarias. En
promedio, solamente cuatro mamas secretan leche, y pueden presentar estro
postparto, es decir, que pueden estar preñadas al mismo tiempo de estar
lactando.
El período de gestación del zacatuche (39 días) es mayor que el de otros tipos
de conejos como Oryctolagus, Sylvilagus y Ochotona (de 27 a 30 días para
estos últimos), pero menor que en los diferentes tipos de liebres (36 a 50 días).
Su promedio de crías es de 2. 1 gazapos; de cinco pequeños zacatuches recién
nacidos se observó que éstos midieron 93.8 mm de longitud total y pesaron 24.1
g, en promedio. Los neonatos nacen ya cubiertos de pelo, mientras que otros
conejos del tipo Oryctoiagus y Sylvilagus carecen de peto al nacer. Los
zacatuches recién nacidos tienen los ojos cerrados, presentan las vibrisas
faciales y las uñas están bien desarrolladas.
Los gazapos abren los ojos entre el cuarto y el octavo día, aunque permanecen
en el nido durante dos semanas, hasta alcanzar una lo total media de 154 mm y
un peso promedio de 99.4 g, que es empiezan a entrar y salir de su nido aunque
todavía son individuos lactantes.
El período reproductivo del zacatuche comprende todo el año, siendo más
intenso durante el verano tibio y húmedo, y más leve durante el invierno frío y
seco. Se han encontrado nidos con crías entre los meses abril a septiembre. Los
nidos del zacatuche son normalmente cavidades poco visibles y pequeñas
hechas sobre la superficie del suelo que cavan hembras junto a la base de las
gramíneas amacolladas. Algunos nidos han sido encontrados también sobre la
parte central de estos pastos; son 15 cm de diámetro por 11 cm de profundidad.
El material de construcción se forma de restos y fragmentos secos de plantas
como pino (Pinus sp.), (Alnus sp.), hierbas (Penstemon. sp., Eryngium sp. y
Gnaphallum sp) fragmentos de pastos amacollados finamente cortados y una
gran masa de pelo de la madre que ocupa la mayor parte del volumen. El
zacatuche cava túneles subterráneos que utiliza como madrigueras, cuyas
entradas quedan ocultas por lo denso de los pastos. Las entradas son
frecuentemente tres que permiten contar con salidas de escape. Los túneles
tienen divisiones y cambian de dirección debido a la presencia de rocas y raíces.
Los zacatuches también utilizan madrigueras abandonadas de tuzas
(Pappogeomys merriami, ardillas terrestres (Spermophilus variegatus),
armadillos (Dasypus novemcinctus), y tlalcoyotes (Taxtdea taxus); sin embargo
usan también cualquier tipo de refugio como troncos, hoyos y ranuras entre las
rocas.
El zacatuche es un tipo de conejo que forma parte del régimen alimenticio
básico de depredadores, entre los que podemos mencionar a la comadreja
(Mustela frenata), que es uno de los más activos, y el lince (Lynx rufus) que
también es un consumidor importante del zacatuche. Rastros de lince revelaron
la presencia de pelo y fragmentos de hueso de zacatuche en sus excrementos.
Asimismo, el análisis de muestras de excrementos de lince colectados durante
un año en el volcán Pelado demostraron que para este felino el zacatuche fue el
alimento más importante durante ese periodo, pues se encontraron restos de
zacatuche en más del 80% del total de las muestras. Los coyotes (Canis latrans)
también consumen a los zacatuches en abundancia. Es común encontrar
excrementos de coyote con pelos y fragmentos de hueso de zacatuche en la zona
del volcán Popocatépetl y volcanes cercanos al volcán Chichinautzin. De 12
muestras de excrementos de coyote, 11 de éstas contenían restos de zacatuche.
En la región cercana al volcán Chichinautzin se colectó una víbora de cascabel
(Crotalus triseratus) de cuyo estómago se recuperaron dos pequeños zacatuches
(gazapos) de 125 a 127 mm de longitud total, los cuales por su tamaño pudieron
haber sido extraídos de su nido. Otros carnívoros como la zorra gris (Urocyan
cinereoargenteus), el cacomixtle (Bassariscus astutus) el tlalcoyote (Taxidea
taxus) el agililla o halcón cola roja (Buteo jamaicensis) y el tecolote cornudo
(Bubo virginianus) podrían ser consumidores naturales del zacatuche.
Desafortunadamente, los perros y gatos domésticos ejercen una presión de
consumo intensivo sobre el zacatuche. Igualmente, las actividades de cacería
furtiva también contribuyen significativamente a la eliminación del teporingo. A
pesar de que el área donde vive comprende zonas de cinco parques nacionales,
su cacería no ha cesado.
Es común observar al teporingo entre los densos zacatones junto a lagartijas del
genero Sceloporus sp., lo mismo que en suelos rocosos con S. torquatus. El
zacatuche comparte sus madrigueras con salamandras [Plethodontidae),
musarañas (Sorex sp.), ratones metorito (Microtus mexicanus) y ratones de los
volcanes (Neotomodon alstonn). Los refugios entre las rocas también son
ampliamente usados por otros animales como tlacuaches (Didelphls virginiana),
ratas de monte (Neotoma mexicana) zorrillos de los géneros Mephitis y
Conepatus, linces (Lynxrufus), coyotes (Canis Iatrans) y los dos tipos de conejo
que viven en el mismo sitio, el conejo castellano (Sylvilagus floridanus) y el
conejo de monte o mexicano (Sylvilagus cunicularius).
Un dato interesante observado en dos ocasiones fue la asociación indirecta entre
el zacatuche y un ave. El pequeño pájaro Psaltriparus minimus construye su
nido en la parte superior de las ramas, como a 2.1 m sobre el suelo, de un
arbusto cuyo nombre científico es Senecio cinenaroides. Los nidos son
colgantes en forma de pera de 12 cm de longitud. Para la construcción externa
el ave usa vegetal seco, pero el interior lo tapiza completamente con abundante
pelo de zacatuche.
En lo que a huesos concierne y comparado con otros conejos y liebres, el
húmero de Romerolagus es más delgado; las costillas son relativamente
angostas; la pelvis del zacatuche es delgada; el fémur es semejante al de los
otros conejos y los huesos de las patas son muy pequeños.
El Romerolagus cuenta con 28 piezas dentales; sus incisivos presentan una
ranura profunda no taponada con cemento. Asimismo, cuenta con dos pares de
dientes incisivos, un par vestibular y dos pares palatinos. En el caso de las crías
los incisivos superiores son poco visibles en la encía.
No existen registros fósiles del zacatuche. Inclusive, excavaciones hechas en el
sur del Valle de México han puesto al descubierto abundantes restos de los otros
dos tipos de conejos que viven en esta zona, no así de Romerolagus dlazt. A
pesar de ello, se considera al zacatuche como un conejo primitivo por sus
características craneales, dentales y cromosómicas, así como por sus relaciones
con sus parásitos huéspedes, que son específicos.Estos aspectos lo relacionan
estrechamente con el conejo de las rocas rojas de Sudáfrlca (Pronotagus) y con
el conejo de Amami de las islas del sur de Japón (Pronolagus), con quienes
tradicionalmente ha sido considerado como parte de la subfamilia Palaeolaginae
(de los antiguos conejos).
Se piensa que el zacatuche pudo haberse derivado evolutivamente del Alilepus,
fósil del Mioceno tardío o Plioceno temprano de Norteamérica. Poco después de
realizar estudios adicionales acerca de los dientes, concluyó que el zacatuche
pudo haberse diferenciado a partir de Nekrolagus (fósil del Plioceno tardío de
Norteamérica). La similitud ente los cromosómicos de liebres (Lepus) y el
zacatuche es tal que se considera que existe un parentesco en su proceso
evolutivo más entre los zacatuches y las liebres que entre el zacatuche y los del
género Sylvilagus con los que comparte su hábitat. Se ha que los zacatuches y
las liebres comparten un ancestro común partirían los conejos del género
Sylvilagus.
Lagus diazi es la única especie entre los conejos que presenta primitiva de
mantener articulados el esternón y la clavícula. Parte exclusivamente con
Pentalagus la reducción extrema de la cola vertebral y el color marrón pálido de
la parte ventral del cuerpo. Por otro lado comparte, solamente con Nesolagus y
Brachylagus, conejos de la india y Norteamérica, respectivamente, la ausencia
de muesca anterior en el premolar inferior tres. No existe ninguna característica
obvia que lo relacione estrechamente con cualquier otro conejo o liebre.
A lo largo del tiempo se ha descubierto que el zacatuche ha hospedado una gran
cantidad de parásitos, desde los más antiguos como Cittotaenta etenoides y
Multiceps serialis, hasta los más recientes que se alojan en distintas partes del
tubo digestivo como son, Boreostrongylus romerolagi en el duodeno, en el
estómago Lamothieilla romerolagi, mientras que en el excremento habitan
Trichostrongylus calcaratus, T. tatertaeformls, Longistrata dubia, Trichuris
leporis y Dermatoxys veligera; todo lo anterior, en estado silvestre.
Por otra parte, el zacatuche alberga en su piel garrapatas como son Ixodes
neotomae, Cheyletiella mexicana y C. parasitivorax; y pulgas tales como
Cediopsylia inequalis, Strepsylla mina y Sternopsylla sp. Estos parásitos son
más abundantes en épocas lluviosas cuando sus larvas y ninfas son poco
visibles. También hospeda larvas de mosca Culerebra Cuterebridae. En
cautiverio se ha encontrado en las crías de un hongo parásito conocido
científicamente como Aspergillus.
EN CAUTIVERIO
EL CONEJO ZACATUCHE EN CAUTIVERIO
Es claro que su hábitat está siendo deteriorado severamente, y podría ser
demasiado tarde si no se actúa urgentemente para salvar al zacatuche. Por eso se
ha intentado, con buenos resultados, reproducir al Romerolagus en cautiverio.
La Fundación para la Protección de la Vida Silvestre de Jersey (Jersey Wildlife
Preservation Trust International, JWPT), la Fundación Naturalia, el Consejo
Nacional de la Fauna, el Zoológico de Chapultepec en México y la Fundación
Central para Investigación Experimental Animal de la Universidad de
Hokkaido, Japón, tienen objetivos similares en cuanto a reproducir en cautiverio
al zacatuche con el propósito de volver a introducirlo en su hábitat natural y
salvarlo de la extinción.
Aunque los métodos actuales de captura provocan daño al hábitat, a las
poblaciones y a la estructura social del zacatuche, su medida pequeña,
temperamento dócil y fácil captura, han permitido llevar a cabo un programa
exitoso de reproducción en cautiverio.
Para este fln, y particularmente a través de la Universidad de Hokkaido, Japón,
se realizaron tres expediciones de captura de zacatuches en México. La primera
entre agosto y noviembre de 1977, mientras que en agosto de 1979 se llevó a
cabo la segunda expedición durante la cual se capturaron siete conejos más. La
tercera se realizó en junio de 1983. Los conejos se llevaron al laboratorio de la
Fundación Central para Investigación Experimental Animal de la Universidad
de Hokkaido. En ese lugar se realizaron estudios sobre mantenimiento y
alimentación del conejo zacatuche y, además, se descubrió una nueva especie de
solitaria (Anoplocephales romerotagi) que parásita el conducto biliar de esta
especie. En total se obtuvieron siete hembras y siete machos. Tres meses
después estos conejos produjeron la primera camada. De esta manera se
desarrolló una cepa formal para la reproducción en cautiverio.
Los compartimientos deben ser construidos de tal manera que den la sensación
de seguridad a los animales, esto es, deben tener un lugar donde los conejos
puedan esconderse, así como un ambiente reconfortante. Para la reproducción se
utilizó una jaula con piso de aluminio de 30 cm de ancho, 50 cm de largo y 25
cm de altura. Durante el parto y amamantamiento, la mitad de la jaula puede ser
oscurecida por acción de una placa que divide la jaula en dos partes. También se
cuenta con un techo removible y con paredes inclinables para facilitar el
apilamiento de la familia.
La temperatura utilizada fue de 22 +- 2° C, y una humedad relativa de +- 55 por
ciento. Se fijó una circulación de aire de 10-15 veces por hora de acuerdo al
volumen del cuarto. La iluminación fue establecida de las 6:00 a.m. a las 8:00
p.m.
Una vez en el laboratorio, las preferencias de alimentación del zacatuche
indicaron que apetecía pasto de las pampas, tréboles, dandeliones de pasto
fresco, manzanas, avena y mijo. Sin embargo, fue difícil mantener una dieta
fundamentada en cereales debido a la variación estacional y a las posibilidades
de infección parasitaria. Se consideró importante producir un alimento
balanceado compacto. El alimento (en bolitas) elaborado para las pikas (CIEA117) fue agradable al paladar de los zacatuches, y se utilizó durante todo el año
asegurando una dieta consistente; así, éstos se desarrollaron y reprodujeron
exitosamente basando su dieta exclusivamente en este alimento. El CIEA-117
consiste principalmente en cereales como trigo, maíz y alfalfa, más un
complemento de minerales y vitaminas. La forma y consistencia del alimento
fue adaptada al gusto de los animales, lo que resultó en bolitas de 3 mm de
diámetro y 5 mm de largo. Un zacatuche adulto consume de 20 a 25 g por día
del alimento preparado. El suplemento de agua fue constante por contacto de
labios a través de un bebedero de 500 ml de plástico . El consumo diario de
agua nunca sobrepasó los 35 ml por conejo adulto.
La edad de la pubertad de Romerolagus no ha sido determinada claramente. Se
encontró que el peso del cuerpo, tanto en hembras como en machos, se
estabiliza entre los 400 y 450 g a los cinco meses de edad, lo que fue
considerado como criterio para iniciar la reproducción. El primer parto se
presentó a los siete meses de edad. La primer monta con éxito fue observada a
la edad de cinco a seis meses. La lubricación de la vagina mostró, como en las
pikas, que el zacatuche no presenta un ciclo estral definido, permaneciendo en
estado de constante aceptación sexual una vez alcanzada la pubertad. Se
observó que los acoplamientos pueden realizarse en cualquier momento, ya que
la ovulación parece ser inducida por el sexo opuesto.
Normalmente, cuando se pone a un macho en la jaula de una hembra, aquél se
aproxima para olerla. Mientras el macho se acerca, la hembra se desplaza varios
pasos en dirección contraria. Este acto se repite unas diez veces durante diez
minutos. A la mitad de estos intentos, la hembra se torna hacia el macho
repentinamente y finge atacar, saltando sobre la cabeza del macho. En ese momento el macho se torna hacia la hembra y se avecina. Finalmente, la hembra se
detiene, se extiende estirando las extremidades anteriores y adopta una postura
de sumisión. Mientras el macho realiza la monta, la hembra mueve su perineo
hacia arriba y se completa el acto. La copulación se lleva a cabo en cuestión de
segundos, caracterizándose por la caída del macho hacia la parte trasera de la
hembra.
Un despliegue conductual comúnmente observado durante el apareamiento es el
conocido como "pelea o evasión", lo que ha causado la muerte de varios
machos, por lo que se recomienda tener precaución. Mientras el conejo macho
realiza el ritual de las aproximaciones, la hembra ,puede repetidamente alejarse,
entonces el macho se muestra nervioso y puede desplegar una persecusión.
Además, la hembra puede brincar una o varias veces sobre la cabeza del macho,
o tornarse y atacar al macho, ocasionándole lastimaduras fatales. El
apareamiento no será completado en condiciones de agresión. Se piensa que
esta conducta peculiar de la hembra de tornarse y brincar, estimula sexualmente
al macho.
Las hembras de Romerolagus son generalmente más fuertes que los machos .
Las hembras y machos no experimentados que son sometidos a apareamiento,
frecuentemente pelean. En contraste, las peleas son raras cuando se aparean
individuos experimentados, ya sea uno de los cortejantes o el par, y el resultado
es una mayor frecuencia de copulaciones.
A pesar de todas las precauciones tomadas para el manejo y apareamiento de los
zacatuches, no siempre se obtiene un apareamiento exitoso. Una tarea urgente
es conocer cómo mantener a una pareja de zacatuches sin pelear, lo que parece
estar influenciado por la jerarquía social de los individuos, aspecto hasta ahora
poco documentado. De lograrse, esto se reflejaría indudablemente en una
reproducción más facil y con más éxito.
A1 igual que en las pikas, durante la preñez de las hembras zacatuche el peso
del cuerpo se incrementa y puede hacerse un reconocimiento por palpación
digital para confirmar la presencia de embriones. Diez días después de
confirmado el apareamiento, el peso del cuerpo se incrementará 30 g,
aproximadamente. A los veinte días el abdomen se distiende ligeramente y se
hace evidente la presencia de los embriones en forma de frijol arriñonado. Las
hembras preñadas son más dóciles, pero se debe ser muy precavido al
transportarlas de un lugar a otro; de preferencia deben ser mantenidas
individualmente en jaulas previamente acondicionadas con paja recortada. Las
hembras que no resultaron fecundadas a pesar de haber admitido penetraciones,
pueden ser apareadas tan pronto como sea posible. La duración promedio del
período de gestación es de 40 días, aproximadamente. Las hembras empiezan la
construcción formal del nido un día antes del parto, tomando pelo de su parte
abdominal para frotar la parte interior. Los gazapos recién nacidos son cubiertos
con paja de tal manera que no pueden ser vistos desde afuera. Es preferible
cerrar el compartimiento de la jaula durante la verificación del parto para no
asustar a la hembra.
Para valorar el número de crías, éstas son revisadas el mismo día o al siguiente
de nacidas. Los individuos muertos deben ser extraídos inmediatamente del
nido debido a que se ha observado canibalismo después del parto en
Romerolagus. Siempre nacieron de uno a cuatro gazapos de un total de
cincuenta camadas. Estos resultados permiten concluir que el tamaño promedio
de camada en el zacatuche es de 2.5 gazapos.
En cuanto al amamantamiento, 78.8 por ciento de los gazapos fueron destetados
entre los 21 y 28 días después del nacimiento, lo que se considera como un
porcentaje relativamente alto. Esto sugiere que la maduración postparto en el
zacatuche es bastante rápida en comparación con otras especies. Los gazapos de
la misma camada fueron mantenidos juntos desde el momento del destete hasta
las seis semanas de edad. Después de este período los gazapos peleaban y
eventualmente causaron la muerte de varios conejos; por ello se recomienda la
separación y el mantenimiento individual desde una edad temprana. Se ha
observado que el zacatuche en el laboratorio se reproduce durante todos los
meses del año excepto en mayo. Con productividad constante, en un año se
esperaría una reproducción continua del zacatuche; si esto es seguido por
condiciones óptimas de apareamiento, el número de hembras preñadas puede
ser incrementado.
En el laboratorio, los gazapos nacen con un pelaje rojizo fino, y con los ojos
cerrados. Una característica particular es la presencia de pelos largos enrizados
de color claro distribuidos en toda la superficie del cuerpo. Después del tercer
día de nacidos, estos pelos largos empiezan a armonizar con el nuevo pelo
formando un pelaje uniforme. Los gazapos abren los ojos entre los diez y doce
días de edad.
A los dieciséis días después del parto se observa por primera vez conducta de
búsqueda de alimento. Los conejos consumen el alimento bolanceado antes
descrito (CIEA-117) entre los 21 y 24 días de edad. El destete a los 21 días no
produce ninguna consecuencia en el desarrollo futuro del conejo. El crecimiento
de ambos sexos es acelerado durante los primeros cuatro meses, y en esta fase el
peso promedio de las hembras es de 455 g y el de los machos 555 g. A los seis
meses de edad las hembras pesan en promedio 497 g y los machos son
ligeramente más pesados (577 g); no obstante algunos autores consideran que
en condiciones silvestres las hembras son ligeramente más pesadas, aunque
estas diferencias no son significativas.
Finalmente, se puede afirmar que la reproducción del zacatuche en condiciones
de cautiverio ha sido un éxito. Esto es resultado de apropiadas condiciones
ambientales, una buena dieta y manejo cuidadoso en general. El Consejo
Nacional de la Fauna (CNE) es actualmente una de las organizaciones
mexicanas no gubernamentales que realizan esfuerzos de reproducción en
semicautiverio con el propósito de explorar la posibilidad de llevar a cabo un
programa de reintroducción del conejo zacatuche a su hábitat natural.
COMPORTAMIENTO
CAUTIVERIO
MATERNAL
DEL
ZACATUCHE
EN
Poco se sabe acerca de la conducta maternal del conejo zacatuche. La
información que se vierte aquí es proporcionada únicamente por dos países que
han estudiado de cerca esta conducta: México y Bélgica.
El conocimiento de la conducta maternal del conejo zacatuche es de suma
importancia para acciones de manejo y conservación, ya que el éxito
reproductivo y la supervivencia de las crías son aspectos primordiales para la
supervivencia de cualquier especie.
En el parque zoológico de Chapultepec, México, se hicieron numerosas
observaciones que abarcaron un total de 236 horas. Hubo necesidad de
acondicionar albergues con el objeto de asemejarlos lo más posible al hábitat
natural del conejo. Cada albergue tiene acceso a cuatro madrigueras metálicas
cuyo piso está cubierto con aserrín. Cada zacatuche cuenta con un arete de color
numerado.
Las hembras tardan de 2 a 2.5 horas en construir un nido, y siempre lo hicieron
en el centro de los zacatones encontrados en los albergues. La construcción del
nido se realizó tres horas antes del parto, y para ello el suelo del nido es cubierto
con ramas secas de zacatón que han sido previamente colectadas por la hembra,
la cual también utiliza pelo que se arranca del vientre. Durante la construcción,
la hembra no tapa el nido ya que deja un orificio de unos 5 cm de diámetro
como entrada.
En preparación al parto, la hembra se sienta frente a la entrada del nido.
Flexiona y separa las extremidades posteriores, por lo cual la parte posterior del
abdomen toca el piso. Las extremidades anteriores son extendidas y separadas;
el cuerpo se curva hacia adelante, la cabeza que es movida constantemente, pasa
entre las extremidades anteriores y la boca toca la región anal. Esta posición es
muy similar a la de la coprofagia. Momentos después, la hembra mueve los
músculos abdominales durante un minuto aproximadamente. Estos
movimientos liberan a la cría. Posteriormente la hembra se levanta ligeramente
e introduce su cabeza dentro del nido. No fue posible observar si la hembra se
encontraba limpiando a la cría o empujándola hacia el interior del nido. Este
proceso se repite con cada una de las crías. Una vez liberados todos los gazapos,
la hembra tapa la entrada utilizando parte de las ramas secas de zacatón
colectadas anteriormente. Finalmente, la hembra se aleja del nido y se limpia la
región vulvar.
Para amamantar a las crías la hembra se sienta frente al nido flexionando las
extremidades posteriores y extendiendo las anteriores, tocando el piso y
separándolas. El cuerpo está curvado. La hembra destapa el nido empujando las
ramas secas e introduce la cabeza. Mientras las crías comen, la hembra las
limpia lamiéndolas. Luego limpia el nido y se come las excretas de las crías.
Una vez terminada la limpieza, la hembra se levanta ligeramente, empuja a las
crías hacia el interior del rudo, y enseguida cubre la entrada con ramas secas. La
hembra se retira del nido y a continuación se limpia tanto la zona anal como el
vientre.
En el caso de la hembra, el cuidado maternal se caracteriza por hacer visitas al
nido cada 20 0 24 horas. La duración de los períodos de amamantamiento varía
de acuerdo a cada tipo de conejo y liebre, y en el caso del teporingo se observó
que van desde 5 a 20 minutos. Se ha considerado que la baja frecuencia de
visitas al nido es una estrategia de defensa contra los depredadores. Además, se
ha pensado que si las visitas son más frecuentes, la leche probablemente no
tendría una calidad nutritiva tan alta.
DÓNDE VIVE Y QUÉ PERTURBA AL ZACATUCHE
EL HÁBITAT DEL CONEJO ZACATUCHE
EL zacatuche se diferenció probablemente en la Meseta Desértica Americana y
permaneció como relicto una vez terminadas las glaciaciones, estableciéndose
en las altas montañas del sur del Valle de México, hábitat que no pudo
abandonar y donde se ha conservado sin cambio evolutivo aparente.
Durante los años 1896 y 1897 se colectaron tres ejemplares en la zona noreste
del volcán Popocatépetl; desde entonces se han realizado un sinnúmero de
colectas de zacatuches en volcanes y montañas aledañas en los estados de
México y Puebla. Para localidades en el Distrito Federal y estado de Morelos se
conocen colectas de un gran número de autores. No obstante, a fines de 1970 no
se sabía con precisión el área total donde se localizaba el teporingo,
considerándose a una cadena montañosa que cruza de este a oeste la República
Mexicana por su parte media, conocida como Eje Neovolcánico Transversal.
Para entonces se calculaba un área total de distribución entre los 150 y 1, 500
kms. A mediados de los años 80 se realizó un estudio enfocado a conocer la
verdadera superficie de distribución del conejo zacatuche, y así precisar las
áreas a nivel nacional. Los conejos se buscaron en el volcán Nevado de Colima,
volcán Tancítaro, Sierra Chincua, volcán Nevado de Toluca, sierras
Chichinautzin y Ajusco, Sierra Nevada, volcán Malinche, volcán Cofre de
Perote y volcán Pico de Orizaba, obteniéndose como resultado que el
Romerolagus sólo se encuentra en tres áreas núcleo aisladas dentro de la zona
central del Eje Neovolcánico Transversal al sur del Valle de México: la Sierra
Nevada, el volcán Tláloc, y el volcán Pelado. Además, no se encontró rastro
alguno del conejo en el volcán Nevado de Toluca, localidad donde previamente
se había registrado. El área total de distribución que se estimó en esa década fue
de 280 km. A principios de los años 90 se concluyó que la distribución total es
de 3G8.5 km. Este incremento en la superficie se debe a que se realizó un
estudio más detallado en donde se encontraron áreas pequeñas aledañas a las
zonas núcleo no reportadas con anterioridad, así como a una medición más
precisa en la superficie real tanto en las áreas núcleo como en las periféricas. De
1983 a 1993 se han llevado a cabo otros estudios que revelan constantes
actividades humanas y de perturbación en toda el área donde vive el conejo
zacatuche, lo que ha provocado la fragmentación de su hábitat.
La presencia del conejo de los volcanes se limitó en la Sierra Nevada y la Sierra
del Chichinautzin. En esta última, la concentración del conejo se restringió a los
volcanes Pelado y Tláloc (sur del D.F.), con una extensión. de 68 y 69 km2,
respectivamente. En la Sierra Nevada se identificó un área continua de 132 km2
ocupada por zacatuches en los volcanes Popocatépetl, Papayo e Iztaccíhuatl
(laderas norte, oeste y sur de este último). Todas las zonas mencionadas fueron
consideradas como Áreas Núcleo de Distribución del teporingo ya que
representan las áreas de mayor superficie.
A partir de 98 registros visuales hechos dentro de o en zonas aledañas a las
áreas previamente citadas para identificar las áreas periféricas de distribución,
se elaboró un mapa útil para comparar el grado de fragmentación del hábitat.
Aquí se encontró que la superficie total de distribución del zacatuche está
dividida en 16 unidades aisladas (12 periféricas y 4 núcleo). Esto es el resultado
de la presencia de autopistas, caminos transitados por vehículos motorizados,
zonas de cultivo permanente y establecimientos humanos, que son considerados
como barreras difíciles para el zacatuche. Además de lo anterior, se puede
observar también que la presencia de zacatuches se restringe a los límites del
área cultivada con la vegetación natural. La suma de todas estas barreras impide
la reproducción y cruza entre las poblaciones de zacatuches, lo que incrementa
la probabilidad de extinción de la especie.
Es muy importante mencionar que el hábitat del zacatuche se ha fraccionado en
16 zonas en un período relativamente corto a causa de actividades humanas
diversas, entre las cuales las más importantes son el crecimiento de la Ciudad de
México y el pastoreo, incendio y tala a que son sometidas las áreas, pese a que
varias de ellas son parques nacionales y reservas forestales, o bien tienen alguna
otra denominación de Áreas Naturales Protegidas.
La continua fragmentación del hábitat del conejo zacatuche podría ocasionar un
irreversible proceso de extinción de la especie, razón por la cual se debe dar
protección adecuada a las áreas ya consideradas como parques nacionales (IztaPopo) y Areas de Protección Especial (volcanes Tláloc y Pelado); asimismo, se
debe hacer un uso racional planificado de los recursos naturales que existen en
su área de distribución. Son imprescindibles medidas más estrictas aunadas a
esta propuesta para favorecer la conservación del zacatuche.
Debido a los procesos de fragmentación en las áreas forestales de la región
donde vive el zacatuche, y ante el inminente peligro de extinción de esta especie
y la desaparición de muchas otras que habitan ahí, desde 1985 se vio la
necesidad de conocer con más detalle no solamente al conejo zacatuche, sino
también sus diversos hábitats. Para ello se partió de una premisa básica de la
ecología, la cual contempla que debido a características históricas, geofísicas,
fisiológicas y ecológicas, la mayoría de las especies son más abundantes en
unas áreas que en otras, lo cual sugiere que existen ambientes o hábitats más
favorables que otros para el desarrollo de las especies.
Se ha reportado la presencia de diversos tipos de vegetación dentro del área de
distribución del zacatuche, lo que indica la existencia de un mosaico de
ambientes diferentes o hábitats. Fue necesario definirlos y describirlos para
buscar cuál o cuáles son los más favorables para el zacatuche, así como para
identificar aquellos factores que potencialmente influyen en su distribución y
abundancia.
En consecuencia, se definieron nueve comunidades de vegetación consideradas
como sinónimos de hábitats, que en su conjunto representan todos los hábitats
encontrados en la región donde vive el zacatuche. Estos nueve hábitats se
describen a continuación.
1. Musgos supra-alpinos. Zacatonal abierto que se encuentra por arriba de
los 4,230 m de altitud. La distribución de las plantas es agregada con un
alto porcentaje de suelo descubierto (60 por ciento).
2. Zacatonal supra-alpino. Zacatonal poco más denso que el anterior,
localizado entre los 4,100 y 4,220 m de altitud. Los pastos se encuentran
formando macolios.
3. Zacatonal alpino. Zacatonal homogéneo y muy denso distribuido entre
los 3,900 y los 4,130 m de altitud. Se observaron indicios de quema y
pastoreo.
4. Bosque de pino de altura. Pinar abierto de amplia distribución con un
estrato herbáceo denso y homogéneo. Se localiza entre los 3,120 y 3,840
m de altitud. Vegetación perturbada por pastoreo y quema. Se
encontraron letrinas de R. dinzi.
5. Zacatonal inducido en bosque de pino. Pinar más ampliamente
distribuido en el volcán Pelado, entre los 3,090 y los 3,620 m de altitud.
El estrato arbóreo es homogéneo, denso y dominando al igual que el
estrato herbáceo, aunque éste en mayor proporción a manera de parches.
Se observaron indicios de pastoreo extensivo y zonas donde el suelo ha
sido extraído para fines de jardinería. El zacatuche se presentó en un 70
por ciento de los sitios visitados.
6. Bosque mixto. De ailepino, localizado entre los 3,000 y 3,500 m de
altitud. Este hábitat es menos denso que el anterior. El pastoreo, quema,
tala y extracción de tierra son actividades comunes. Sólo en 10 sitios (44
por ciento) se encontraron rastros de conejos zacatuches. 7. Zacatonal en
bosque de oyamel. Bosque abierto de oyameles con un estrato herbáceo
muy bien definido, restringido a los volcanes Tláloc y Pelado, entre los
3,150 y 3,480 m de altitud.
El estrato rasante es conspicuo. Presencia de tala y caminos. En seis de 11
sitios se encontraron rastros de teporingos.
8. Bosque de oyamel. Bosque muy denso restringido al volcán
Popocatépetl, entre los 2,840 y 3,340 m de altitud. Ha sido talado
intensivamente; sin rastros de zacatuche.
9. Bosque de oyamel y cedro. Bosque mixto restringido al Popocatépetl,
entre 2,840 y 3,070 m de altitud. Es la vegetación límite con las zonas de
agricultura, por lo que se encuentra muy perturbada.
Para definir los hábitats del zacatuche es necesario considerar dos aspectos: el
florístico y el estructural. De esta manera se aprecian las especies dominantes en
los estratos arbóreo, arbustivo y herbáceo. El primer aspecto define la
composición y la estructura de las comunidades; el segundo contempla su
relación como refugio para el zacatuche, además de ser una fuente de alimento
con un alto número de nutrientes.
Los factores más importantes que potencialmente determinan la presencia y
abundancia de zacatuches son la altitud y el estrato herbáceo. Esto sugiere que
los hábitats están principalmente determinados por la estructura de la vegetación
de acuerdo a los parámetros considerados.
Los hábitats más importante son tal vez los más amenazados, ya que las zonas
que potencialmente podrían brindar refugio al Xomerolagus diazi (Parque
Nacional Izta-Popo) albergan en su mayoría hábitats que no cuentan con
prioridad de protección.
Indudablemente, el estrato herbáceo está más estrechamente relacionado con el
conejo de los volcanes, pero la cobertura del mismo no es el factor
determinante. Resulta atractivo destacar la importancia de Mulhembergia
macroura, así como de otros pastos amacollados, que son solamente una parte
del estrato herbáceo en este tipo de hábitats. Las características tales como los
nutrientes, la estructura y la biomasa del estrato herbáceo y su relación con
Romerolagus diazi son motivo de futuras investigaciones .
El objetivo final de gran parte de este tipo de trabajos consiste en proponer
estrategias adecuadas de manejo y conservación, ya que dentro del área de
distribución del conejo de los volcanes se encuentran muchas más especies
animales y vegetales de gran interés biológico, que también necesitan una
protección adecuada.
Estudios recientes han permitido definir cinco tipos de unidades flsiográficas: 1)
los cráteres y 2) conos piroclásticos de los volcanes Texoxocol y Pelado; 3) los
derrames holocénicos de lava (una corriente larga y prolongada hacia el norte y
otra corriente orientada hacia el noreste); 4) los derrames pleistocénicos de lava
(cubriendo la mayor parte de las faldas del volcán); y 5) planicies aluviales
(restringidas a la parte más baja de las vertientes oeste y sureste). Estas unidades
geomorfológicas en combinación con los tipos de vegetación tipifican a una
unidad geoecológica. A partir de ésta se puede elaborar un plan de desarrollo
regional.
EL HOMBRE VERSUS EL TEPORINGO
En este último siglo las diferentes actividades humanas se han convertido en un
factor determinante para la distribución y abundancia de las especies. La
conservación de una especie en peligro de extinción debe partir de la idea de
que es necesario conservar las condiciones del lugar donde vive. El área de
distribución del conejo zacatuche se encuentra en una zona forestal muy cercana
a la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, donde se concentran la mayor
parte de las actividades administrativas gubernamentales, y es una de las
regiones industriales más importantes del país. Posee además una considerable
zona rural donde se llevan a cabo gran número de actividades productivas.
Las actividades humanas realizadas en el área de distribución del conejo
zacatuche y sus alrededores, se pueden englobar en dos grandes procesos: la
expansión urbana, y la explotación agropecuaria y forestal.
La Zona Metropolitana de la Ciudad de México abarca en diferentes
proporciones todas las delegaciones del Distrito Federal y 21 municipios del
Estado de México. I.a ciudad ha tenido un crecimiento alarmante. Por ejemplo,
de 1940 a 1980 la superficie aumentó de 11 ,700 ha a 120,000 ha; la población
se incrementó de 1,670,31 4 habitantes a 13,455,000. Es decir, la superficie
urbana aumentó más del 200 por ciento, la agrícola prácticamente no
disminuyó, y la superficie forestal (que incluye bosques, matorrales y
pastizales) disminuyó un 23 por ciento. Por lo tanto, la mancha urbana se está
extendiendo tanto en la superficie forestal como en la agrícola, además de que el
área forestal se ha reducido por la captura de nuevas tierras destinadas a Ia
agricultura. Se pueden observar asentamientos urbanos irregulares en esta zona,
así como la creación de zonas industriales en áreas naturales. Un ejemplo de
esto último es la planta de asfalto que se empezó a construir en 1992 en la
comunidad de Parres, en la base del volcán Pelado, considerado como un Área
de Protección Especial, y una de las áreas importantes donde habita el
zacatuche.
Estos procesos han causado no sólo la disminución de la superficie forestal sino
también su fragmentación, lo que ocasiona parches o islas de áreas naturales.
Muchos de estos lugares no son propicios para la urbanización pero se está
avanzando sobre barrancos y laderas de antiguos volcanes, lo que demanda
enormes inversiones en obras de infraestructura, control de erosión, y hace que
se presenten derrumbes o deslizamientos del terreno así como problemas de
desazolve en los sistemas de drenaje.
El crecimiento de la ciudad se debe principalmente a la falta de planificación
urbana, venta ilegal de predios y familias que invaden terrenos; además se
provoca contaminación por la ubicación de diferentes industrias y la gran
cantidad de vehículos automotores. La emisión de contaminantes a la atmósfera
se ha incrementado hasta en un I50 por ciento pesando seis millones de
toneladas anuales que, además de afectar la salud de los habitantes, está también
deteriorando las comunidades forestales de los alrededores de la Ciudad de
México. Esta contaminación afecta directamente las ramas y las hojas de los
árboles debilitándolos y provocando que sean más susceptibles a plagas y
enfermedades. Al morir los árboles se abren parches en la cubierta forestal
provocando cambios microclimáticos cuyo efecto sobre la fauna silvestre ha
sido poco estudiado.
En la región donde vive el zacatuche existe, por otro lado, una zona rural
extensa en la que se realizan diversas actividades humanas, las cuales podemos
agrupar en agrícolas, ganaderas y forestales.
Los sistemas agrícolas en el área pueden clasificarse a su vez en tradicional y
moderno. El sistema tradicional consiste principalmente en el cultivo de maíz
(Zea mays) y nopal (Opuntia streptacantha) realizados en pequeñas parcelas
donde las prácticas agrícolas y los implementos usados son los tradicionales,
tales como el arado de tracción animal y la aplicación de estiércol como
fertilizante. Mientras tanto, el sistema moderno se desarrolla en grandes
extensiones con el uso intensivo de fertilizantes, plaguicidas, herbicidas, así
como de maquinaria para la siembra y la cosecha. El cultivo de avena (Avena
sativa)Es el más representativo de este sistema, además del trigo (Triticum
sativum) y la cebada (Hordeum vulgare).
Existe una tendencia a que el área agrícola se extienda hacia superfïcies que
originalmente eran forestales; es decir, tanto la zona rural como la zona urbana
se expanden ganando terreno a las zonas boscosas provocando la fragmentación
de los lugares donde vive el zacatuche.
En la zona existen también varios tipos de ganado como el bovino, ovino,
caprino y equino; los dos primeros sobresalen en cuanto a número de cabezas.
La ganadería depende sustancialmente de las áreas forestales, pues la
vegetación herbácea del bosque es la única fuente alimentaria para los rebaños.
En dichas áreas se mantienen de ocho meses a un año, alimentándose al menos
de 45 diferentes especies de plantas silvestres. Las plantas consumidas por el
ganado le proporcionan energía, pero éstas tienen deficiencia proteínicas, por lo
que los animales requieren de un complemento alimenticio. De esta manera, en
las áreas de pastoreo, aquellos pastos silvestres que presentan una fuerte
relación con los zacatuches se ven afectados, como es el caso de Muhlenbergia
macroura.
Una actividad unida al pastoreo son los incendios provocados por los lugareños
para incrementar la calidad y cantidad del pasto que sirve de alimento al
ganado. Un efecto del fuego es disminuir la abundancia de Muhlenbergia
macroura y Festuca tolucensis. De manera global se puede decir que tanto el
pastoreo como el fuego están disminuyendo la calidad y cantidad de pastos
amacollados que son importantes para el zacatuche.
La tala en la zona se realiza tanto de manera clandestina como a través de la
expedición de permisos forestales que requieren de un procedimiento largo y
conflictivo. Aunado a ello, también se realiza una actividad llamada ocoteo, es
decir, el corte fraccionado de los pinos para obtener pequeños trozos de madera
con resina que se comercializan como material combustible. Esta última
actividad es furtiva, debilita los árboles y además los deja expuestos a
infecciones de parásitos y diferentes insectos.
Otras actividades que se realizan en la zona como parte de la explotación de los
bosques son la colecta de algunos tipos de hongos utilizados tanto para consumo
como para venta, y el corte del zacatón (pasto amacollado); esto último consiste
en extraer los pastos del suelo, voltearlos y cortar sus raíces para fabricar
escobetas, escobas, etcétera, y aprovechar sus hojas para tejados y forraje.
La extracción de tierra para su uso en jardinería también es una actividad muy
común en la zona, actividad que está poco documentada y la cual requiere de un
permiso similar a los de remoción forestal. Éste exige un límite de 1:5 m para la
extracción, profundidad en la que se encuentra la mayor parte de la riqueza de
un suelo cuya formación tardó cientos de años. Este nivel de excavación muy
pocas veces se respeta, ya que en muchos sitios se deja expuesta la roca madre.
Una actividad similar es 1a extracción de roca volcánica para uso como material
de construcción.
Todas estas actividades también afectan directamente a los zacatuches, pues en
varias ocasiones se ha observado la destrucción de sus hábitats y madrigueras
sin darles opción a ser repobladas.
Dada la riqueza de la zona no podría faltar la cacería. Aunque ésta es una
actividad no permitida legalmente, se realiza sobre todo por los pobladores del
área con el fin de obtener alimento, y no es raro encontrar personas que se
dedican a la caza comercial y deportiva. Es evidente que en muchas ocasiones
se caza directamente al zacatuche.
Una última actividad que debe considerarse es la recreación. La zona es
utilizada como área de esparcimiento por los pobladores de la gran Ciudad de
México, principalmente durante los fines de semana y en lugares cercanos a las
carreteras, de una manera descontrolada, afectando estas sonas boscosas.
Las actividades efectuadas podrían realizarse bajo una planeación adecuada del
uso racional de recursos y espacios, sin que las superficies forestales y la fauna
silvestre que las habitan resulten irreversiblemente afectadas; inclusive, podrían
redituar beneficios permanentes en la economía de los habitantes de la zona y a
diversas instituciones administrativas, académicas y gubernamentales. Resulta
contradictorio que aun dentro de la zona denominada Parque Nacional IztaPopo, y en las Areas de Conservación Especial para los volcanes Pelado y
Tláloc, no se estén tomando las medidas preventivas pertinentes para su manejo
y conservación, además de existir una propuesta de creación de Áreas de
Conservación Especial para los volcanes Pelado y Tláloc, que no ha sido
tomada en cuenta.
Cuando se hace referencia a manejo y conservación, se sugiere integrar a los
lugareños al proceso de protección del área a través de un reordenamiento
territorial bajo el cual se planifique el uso sostenible de madera, fauna, pastos y
las áreas de recreación al aire libre, sin afectar las condiciones óptimas para la
permanencia de la vida silvestre.
Los procesos de organización y operación de las actividades humanas surgen de
la coordinación, la cooperación y el trabajo interdisciplinario entre diferentes
instituciones (académicas, gubernamentales, financieras y sociales), por lo que
se recomienda elaborar una estrategia de desarrollo basada en el manejo integral
de los recursos a partir de su potencial ecológico, cultural y tecnológico. Las
actividades humanas que existen en la zona de distribución del zacatuche son
factores muy importantes para que no sólo esta especie esté siendo amenazada,
sino también los animales y vegetales con los que comparte el lugar donde vive;
paradójicamente, estas mismas actividades realizadas adecuadamente podrían
garantizar la subsistencia de quienes viven en dicha zona.
Es necesario llevar a cabo estudios más detallados sobre la definición
descripción y análisis espacio-temporal de las comunidades vegetales y de las
poblaciones de zacatuches. De esta manera se pueden fundamentar acciones de
manejo y conservación a largo plazo. Esto es esencial para las comunidades de
gramíneas amacolladas, ya que éstas son importantes para todos los herbívoros
de la zona, inclusive para el ganado.
También es necesario organizar un sistema de vigilancia adecuado y eficiente
para las zonas de distribución del zacatuche, dando prioridad a la época de
sequía para evitar el pastoreo excesivo y la quema incontrolada, ya que dichas
actividades alteran o modifican los hábitats y son las que más perturban el
estrato herbáceo, el cual tiene una relación muy estrecha con las poblaciones de
zacatuches.
El volcán Pelado juega un papel importante en la recarga de los mantos
acuíferos de la Ciudad de México. La diversidad biótica que ahí se encuentra es
única y algunas especies (Romerolagus diazi) se encuentran en peligro de
extinción. La cercanía a la zona metropolitana también pone en extremo peligro
el hábitat de estas especies que se encuentra en deterioro continuo. Es por todo
esto que urge aceptar la propuesta de que este volcán se declare como reserva
natural, así como la organización de un sistema de vigilancia efectivo.
UNA PROPUESTA: CÓMO CONSERVAR AL ZACATUCHE
LA ENCRUCIJADA: EXTINCIÓN O CONSERVACIÓN DEL
ZACATUCHE
EL manejo y la conservación de los recursos naturales renovables representa,
hoy día, un desafío entre el uso racional y el uso sustentable de los mismos.
Como una alternativa, se ha incrementado el interés por la protección de áreas
naturales, donde los especialistas en estas tareas están de acuerdo en las tres
siguientes conclusiones: 1) la extinción de especies no es un proceso al azar; 2)
la conservación de la biodiversidad rebasa las fronteras de las áreas protegidas;
3) el manejo adecuado de los recursos naturales renovables requiere la
participación de los sectores académico, gubernamental, y de la población en
general.
México alberga más de 25,000 especies de plantas vasculares, alrededor de 280
especies de anfibios, 700 especies de reptiles, 450 especies de mamíferos y
1,100 especies de aves. Por otro lado, más de la mitad de las plantas vasculares,
reptiles, anfibios y una tercera parte de las especies de mamíferos, son
exclusivas del territorio mexicano, el cual se caracteriza también por su
extraordinaria riqueza paisajística. Sin embargo, dicha riqueza se encuentra en
una situación crítica a causa de diversas actividades humanas, entre las que
destacan: la actividad ganadera intensa e incontrolada; la expansión de la
actividad agrícola; los efectos de la lluvia ácida originada en los centros
metropolitanos; la alta tasa de deforestación que es considerada como una de las
más aceleradas del mundo; y una explotación no planificada de los recursos
naturales en general.
La transformación, deterioro y pérdida de los ambientes naturales trae como
consecuencia su fragmentación, aumentando así la probabilidad de extinción de
las poblaciones silvestres de plantas y animales. El zacatuche o conejo de los
volcanes no es inmune a estos procesos de deterioro y su situación, al borde de
la extinción, representa sólo un caso de entre muchas otras especies exclusivas
de la fauna mexicana. La pérdida irrecuperable del zacatuche podría ser
inminente debido a una coincidencia fatal: su espacio geográfico donde ha
podido sobrevivir en ciertos ambientes con características singulares, coincide
con el espacio de expansión de la ciudad más grande del mundo, la Ciudad de
México. El intenso desarrollo de las actividades humanas que se ha dado en esta
región, coincide asimismo con la negligencia de las autoridades para
instrumentar un programa efectivo de conservación.
El buen uso y conservación de los recursos naturales renovables es un asunto
que sobrepasa las fronteras nacionales, y que a todos concierne el problema de
extinción de las especies. Bajo esta visión, el Romerolagus ha logrado cautivar
el interés de los más diversos medios, por ejemplo, británicos, belgas y
japoneses, incluyendo a un pequeño grupo de mexicanos. La inversión
económica extranjera aplicada a la conservación y reproducción del zacatuche
es de medio millón de dólares, aproximadamente. Los resultados fueron al
inicio desalentadores. No obstante, los esfuerzos han empezado a dar frutos y
hoy día ya se conocen las técnicas e infraestructura adecuadas para lograr la
reproducción exitosa del zacatuche en condiciones de cautiverio. Sin embargo,
aún falta mucho por hacer, pues la política conjunta internacional a futuro
coincide en un punto: la única forma de evitar la extinción de Romerolagus es
conservando su hábitat, lo que implica un desafío y compromiso para el
gobierno mexicano.
En un país como México es difícil delimitar los lineamientos y criterios para la
conservación, ya que la utilización múltiple de los recursos naturales por
ganaderos, campesinos e industrias privadas y gubernamentales, crea conflictos
en cuanto a la legislación y los derechos al uso de los recursos. En este sentido,
cabe mencionar que un buen manejo debería estar basado en la capacidad real
de uso del recurso para lograr su sustentabilidad para conocer tal capacidad se
requieren estudios de tipo ecológico, principalmente. La elaboración de planes
de desarrollo regionales fundamentados en el uso racional de los recursos
naturales, implica necesariamente la vinculación directa de los verdaderos
manejadores de éstos, los campesinos, como uno de los principales sectores
involucrados en la conservación de áreas naturales.
También son importantes las tareas del sector gubernamental que se restringen a
la elaboración, gestión y vigilancia de la instrumentación de planes de
desarrollo regionales, mientras que los centros académicos, por su naturaleza,
deberían colaborar fundamentando dichos planes de desarrollo con base en
conocimientos científicos, y asesorando a su vez a las Organizaciones No
Gubemamentales (ONG) para optimizar su importante labor. De esta manera, la
instrumentación de los planes de desarrollo debe llevarse a cabo por los
campesinos, quienes a través de su conocimiento empírico deben retroalimentar
la información científica del sector académico, en tanto que las ONG juegan un
papel determinante de monitoreo e instrumentación de los planes de desarrollo
regionales.
En el hábitat del zacatuche, las principales acciones de conservación han sido
producto de la carga de conocimientos del sector rural (campesinos), ya que la
destrucción del hábitat representa el deterioro de su forma de vida. En este
sentido, es importante fomentar un alto grado de concientización en las ONG.
Como un producto de esto, los diversos sectores tendrán que proponer e
instrumentar programas de conservación y manejo de los recursos, puesto que el
sector rural no puede garantizar por sí solo el uso racional de los recursos
naturales; dejar únicamente al sector rural el esfuerzo de la conservación del
zacatuche equivaldría, como dice la metáfora, a hacer zanjas en el mar.
POBRE ZACATUCHE: TAN LEJOS DE DIOS Y TAN CERCA DE LA
CIUDAD DE MÉXICO
HACE ya más de 25 años que la Unión Mundial para la Naturaleza (ITICN)
declaro al zacatuche como una especie al borde de la extinción; desde entonces
ya se justificaba el uso de esa categoría por el reducido tamaño de su área de
distribución geográfica, la cual se limitaba a alguno de los volcanes del centro
de México. Estudios más detallados sobre su distribución mostraron que
algunas zonas, originalmente ocupadas por zacatuches, ya no mantenían
poblaciones, como es el caso del Nevado de Toluca. Esto motivó una serie de
investigaciones dirigidas a entender por qué la reducción y fragmentación de su
área de distribución. Después de varios años de estudio se documentó que en el
área se desarrollaba una gama de actividades humanas que tienen un efecto
negativo para la sobrevivencia de esta especie.
La expansión de la frontera agrícola resultó ser una de las actividades con
mayor impacto, ya que se realiza sin ningún control y sin ninguna planificación
del uso del suelo. Entre otras cosas, esto trae como consecuencia que muchas
zonas sin vocación para labores de agricultura sean taladas provocando a corto
plazo su abandono aunque sin remediar los efectos destructivos de la tala. La
expansión de la frontera agrícola trae como resultado el empobrecimiento de los
recursos forestales y la reducción de la cubierta vegetal original. El principal
motivo para incrementar las zonas agrícolas responde al aumento en la demanda
de artículos de consumo de los habitantes de las zonas urbanas aledañas,
principalmente la Ciudad de México.
Por otro lado, la expansión de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México
(ZMCM) ha rebasado cualquiera de las predicciones hechas durante los últimos
20 años. El número de inmigrantes campesinos a la Ciudad se estima en cerca
de medio millón anual. Aunado a esto, tenemos el crecimiento poblacional de
sus habitantes y la gran cantidad de individuos flotantes que dependen
económicamente de la ZMCM, lo que produce impactos directos e indirectos en
el deterioro del hábitat del zacatuche.
Entre los directos destacan las actividades de esparcimiento de los citadinos,
principalmente las dominicales que consumen madera para fogatas, mismas que
son fuente de incendios forestales.
Otra actividad destructiva muy común es la que desarrollan los falsos amantes
de la naturaleza que en las zonas de hábitat del zacatuche establecen gran
cantidad de campamentos, caminos para motocross, sendas para excursionismo
mal organizado y caza ilegal de la fauna silvestre. Es lastimoso percatarse de los
destrozos realizados por grupos pseudoecologistas, como los Boy Scouts y los
corredores de maratones ecológicos, quienes a su paso, a lo largo de kilómetros,
inauguran verdaderos basureros de materiales plásticos, vidrio y esponjas,
además de modificar el paisaje debido a la construcción de caminos por todos
lados.
El deterioro indirecto puede ser ilustrado con dos ejemplos: el incremento en la
demanda de alimentos (lo que promueve la deforestación y el aumento de la
superficie agrícola) y la contaminación atmosférica que finalmente se acumula
en los suelos de las zonas montañosas del sur de la ZMCM. El impacto de este
tipo de contaminación ha empezado a tener serias repercusiones como en el
caso del Parque Cultural y Recreativo del Desierto de los Leones, donde la
contaminación atmosférica fue una causa importante en el establecimiento de la
plaga del gusano descortezador (Dendroctonus adjuntus), responsable de la
muerte de aproximadamente 40 por ciento del arbolado de coníferas.
Los asentamientos urbanos dentro del área de distribución del zacatuche siguen
el mismo patrón de crecimiento que el de la ZMCM, es decir, desorbitado, no
planificado y a costa de la destrucción de las zonas naturales originales. Estos
asentamientos urbanos irregulares se pueden observar en la zona, así como la
creación de fábricas en sitios vulnerables. Un ejemplo de esto último es la
planta de asfalto que se empezó a construir en 1992 en la comunidad de Parres,
en la base del volcán pelado, el cual es considerado como un Área de Protección
Especial, y una de las pocas áreas importantes donde habita el zacatuche.
Además, los esfuerzos gubernamentales para el manejo del área se han
restringido al manejo y cuidado forestal ignorando por completo la importancia
qué tiene la fauna silvestre en la dinámica de los ecosistemas naturales. El
manejo forestal, que no ha sido óptimo, olvida la alta responsabilidad que existe
al tener en sus manos la existencia de muchas especies animales y vegetales al
borde de la extinción.
En síntesis, la condición vulnerable del zacatuche tiene como enemigo principal
la destrucción desmesurada de sus refugios dentro de los hábitats ya relictuales
históricamente. Es por esto que la conservación del zacatuche, al igual que la de
casi todas las especies en peligro de extinción, depende de un manejo
planificado y adecuado de los recursos naturales para asegurar la persistencia
del hábitat.
Como se ha podido observar a través de las líneas de este libro, a pesar de que
se han dedicado esfuerzos para el estudio, manejo y reproducción en cautiverio
del zacatuche, éstos no han sido suficientes. Las disposiciones legales para su
protección en estado silvestre no han tenido éxito ya que muchas de éstas han
quedado sólo en el papel, por ejemplo, la denominación del zacatuche como
especie en peligro de extinción inscrita desde 1966 en el Libro Rojo de Datos de
la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y en el cual se
ha mantenido hasta la fecha. México ingresó en julio de 1991 a la Convención
sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora
Silvestres (CITES), con el objetivo de fomentar la protección de la fauna
mexicana; el único conejo que México contempla en dicho acuerdo como
especie en peligro de extinción es el zacatuche, sin considerarse ninguna liebre
ni otros conejos mexicanos. Entre las respuestas de los interesados a los
problemas que afectan la sobrevivencia de conejos y liebres del mundo, está la
creación de un grupo internacional de especialistas sobre lagomorfos
(Lagomorph Specialist Group) dependiente de la Comisión de Sobrevivencia de
Especies de la UICN. Una de sus actividades fue la de organizar un proyecto
internacional de prospección para evaluar la situación de las especies de conejos
y liebres del mundo. En consecuencia, se redactó y publicó a principios de los
años 90 un plan de trabajo con las recomendaciones pertinentes a favor de la
conservación de estos mamíferos. Desde luego, el plan contempla la situación
para México en donde se incluye al conejo zacatuche, además de una liebre y
otros dos conejos mexicanos, los cuales tirnen poblaciones tan pequeñas y un
hábitat tan restringido que se recomienda su protección completa.
EL CONEJO ZACATUCHE: SÍMBOLO DE LA CONSERVACIÓN EN
MÉXICO
Ante las perspectivas expuestas en estas páginas, destaca el interés del Consejo
Nacional de la Fauna (CNF) sobre esta especie y en particular su programa de
reproducción en semicautiverio de Romerolagus diazi para su liberación en las
áreas de su distribución original. Destaca asimismo la creación en 1990 de la
Asociación Mexicana para la Conservación y Estudio de los Lagomorfos, A.C.
(AMCELA), cuyo propósito es fomentar la difusión entre el público, el estudio,
la protección y la utilización adecuada de los conejos y liebres silvestres de
México.
Pese a su reciente formalización y a lo reducido de sus miembros, AMCELA ha
logrado un reconocimiento especial, sobre todo por su particular interés en
estudiar las liebres y los conejos mexicanos y divulgar su situación, en especial
de aquellos en peligro de extinción, como es el caso de Xomerolagus dlaxi.
En conclusión, el buen término de los esfuenos de conservación depende de la
colaboración de todos los sectores de la sociedad. Con el propósito de que no se
pierdan los esfuerzos realizados en torno a esta importante especie, y de que los
propósitos contenidos en esta publlcación se logren, el Consejo Nacional de la
Fauna (CNF) y los miembtos de la Asociación Mexicana para la Conservación y
Estudio de los Lagomorfos, A. C. (AMCELA), se unen para proponer al conejo
zacatuche como el símbolo de la conservación en México, símbolo de un
esfuerzo que apenas inicia.
LECTURAS SUGERIDAS
l. Cervantes F.A., Lorenzo C., Hoffmann R.S. Romerolagus diazt. Mammalian
Species, 360:1-7, 1990.
2. Hoth J., Velázquez A., Romero F. J., León L., Aranda M., & M. D. J. The
volcano rabbit. A shrinking dlstribution and a threatened habitat.Oryx, 2185-91,
1987.
3. Velázquez A., Romero F. J., López-Paniagua J. Ecología y conservación del
conejo zacatuche y su hábitat. Fondo de Cultura Económica/UNAM. México
D.F. (en prensa).
GLOSARIO
Ancestral(es): antiguo; antepasado, perteneciente a antepasados remotos o
procedentes de ellos.
Apareamiento: acción para reproducirse, acto de la reproducción de los
animales. Los seres vivos adquieren diferentes conductas para aparearse.
Atípica(o): que se sale de la normalidad, no común, anormal. Único.
Biodiversidad: se le conoce como el conjunto de la variabilidad de la vida sobre
la Tierra, la cual abarca desde los procesos y estructuras genéticas y
fisiológicas, pasando por las especies de seres vivos, hasta su complicado
ensamblaje en los diferentes ecosistemas del planeta.
Biomasa: es la cantidad de materia orgánica acumulada en los organismos vivos
debido a sus procesos metabólicos. Se puede decir sobre el peso que adquieren
los seres vivos debido a lo que consumen.
Cepa: tronco u origen de una familia o linaje. Conjunto de individuos de una
misma especie existente en una colonia o cultivo.
Copulación: acción para reproducirse, acto de la reproducción en los animales.
Coprofagia: relativo al acto de alimentarse de los excrementos.
Cortejar: asistir, acompañar, galantear, procurar captar la atención de una
pareja.
Deforestar: acabar con la vegetación natural de una zona o región. Acción y
efecto para deteriorar un bosque.
Depredador(es): animales que se alimentan de otros causándoles, generalmente,
la muerte inmediata. A los organismos que se mueren por este acto se les
denomina presas. Un animal puede ser depredador de una planta. Dispersión:
acción de poderse desplazar de un sitio a otro para poder establecerse en una
mayor superficie o en otro lado.
Duodeno: primera porción del intestino delgado de los mamíferos que se
extiende desde el píloro al yeyuno. Casi todo él rodea en forma de C la cabeza
del páncreas.
Endémico: se dice de las especies que pertenecen o que viven exclusivamente
en una región o país.
Especímenes: ejemplares, muestra, modelo o señal generalmente de una colecta
de ejemplares. Datos, signos.
Estral: perteneciente o relativo al estro (fase del ciclo sexual de las hembras en
mamíferos en que hay una mayor atracción por el sexo contrario, condicionado
por la modificación de equilibrio hormonal y de la mucosa de la región genital).
Estrato: cada una de las cosas separadas en que se encuentra dividido algo.
Conjunto de elementos con características comunes. Capa o serie de capas.
Excretas: excrementos.
Extinción; extinto: relativo a desaparecer, acabarse. Dejar de existir.
Fragmentación: acción y efecto de dividirse algo en unidades más pequeñas.
Romperse, separarse.
Furtivo(a): que se hace a escondidas u ocultándose. Ilegal.
Gazapos: crías o recién nacidos. Individuos inmaduros que aún permanecen en
el nido dependientes de los padres.
Hábitat: lugar donde viven los seres vivos. Conjunto de variables ambientales
que caracterizan el lugar o lugares en que se reproducen, crecen y se desarrollan
los seres vivos.
Letrinas: espacio adecuado o preparado para defecar. Lugar donde se defeca.
Espaclo donde se acumula excremento.
Madrigueras: guarida o casa. Oquedad que elaboran los animales para
refugiarse o cuidar a su prole.
Melanina: cualquiera de un grupo de pigmentos, generalmente color castaño o
negro, presentes en animales o vegetales. El pigmento es resultado de la
oxidación de la tirosina presente normalmente en la piel, cabellos, membranas
del ojo y algunas regiones del cerebro.
Mioceno tardío: época que abarca aproximadamente los últimos seis millones
de años, de los casi 19 millones de años que duró el Mioceno, y que terminó
hace unos cinco millones de años según la escala Elsevier, 0 10 según la escala
Kulp.
Monotípico: de carácter único, aplíquese a un nivel taxonómico el cual sólo
presenta una única subsiguiente, superior o inferior, categoría. Morfológicas;
morfológico(a): relativo a la morfología. Características de las formas físicas de
ciertas categorías de individuos.
Muda: estado de cambio de piel o pelo en los animales.
Perturbación: perturbar, inquietar. Cambiar el estado o la estructura natural de
las cosas.
Pigmentada: coloreada con un pigmento, zona coloreada por formación o
acumulación de algún tipo de pigmento.
Plioceno temprano: época que inicia con el fin del Mioceno, con una duración
aproximada de 1.5 a 2 millones de años dependiendo de la escala con la que se
trabaje.
Postparto: estado de la hembra posterior al parto de una o varias crías, suele ser
identificado por una serie de características definidas en la región genital de la
hembra.
Relicto(a)se dice de las especies de otras épocas con escasa o muy localizada
representación actual. Lo poco que queda o perdura.
Unidad fisiográfica: zona, área o lugar definido homogéneo o heterogéneo, con
una descripción geomorfológica regional (comprende sólo la definición
científica de las formas del relieve, no incluye génesis ni dinámica). Unidad
geomorfológica: zona, área o lugar definido en el cual se estudia y trata de
explicar la forma del relieve terrestre.
Vestibular: perteneciente al vestíbulo, cavidad, espacio o entrada.
Vibrisa: pelo táctil en los mamíferos situado en diversas partes del cuerpo,
principalmente cerca del hocico y en las patas delanteras.
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