Bolivia va celebrar en 2015 el Vº Congreso Eucarístico Nacional

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Bolivia va celebrar en 2015 el Vº Congreso Eucarístico Nacional. Como preparación a este Congreso las
Diócesis y Parroquias realizaran pre-congresos con el tema: EUCARISTÍA PAN PARTIDO PARA LA VIDA DEL
MUNDO. La Parroquia Nuestra Señora del Pilar solicitó a nosotras Hermanas de Jesús en la Eucaristía
contribuir en la reflexión del tema que ahora presentamos en este siete.
Congreso Eucarístico Parroquial – EUCARISTÍA Y MISIÓN
Eucaristía – Mesa de la Fiesta – El gran Banquete de Dios
En el Antiguo Testamento: Dios incorpora la fiesta en su Plan de Salvación. Para los israelitas, la fiesta es conservar y
vivir la Alianza con Dios y el modo de recibir su bendición; es hacer memoria de la salida de Egipto – salida de la
esclavitud para la libertad, para la tierra de la Promesa.
En el Nuevo Testamento: Dios prepara un banquete para todos, pero muchos no acuden a la invitación para sentarse a
la mesa (cf. Mt 22,1-10). El principal banquete de fiesta que Dios nos ofrece es su propio Hijo que se hace hombre en
Jesús de Nazaret que entrega su vida para dar vida al mundo y se hace nuestra comida y bebida en la Eucaristía. En esta
cena Jesús recuerda la primera Alianza en la que fue derramada la sangre de animales sacrificados (cf. Ex 24,8), y ahora
Él va derramar su propia Sangre para muchos, en la Cruz – renovación de la Alianza de Dios con la humanidad. “Esta
copa es la alianza nueva sellada con mi sangre, que es derramada por ustedes”(Lc 22,20b). Al celebrar la Pascua con sus
apóstoles, Jesús exclamó: “Cuánto he deseado celebrar con ustedes esta Pascua, antes de padecer”(Lc 22,15) – o sea:
celebrar esta Eucaristía. Pero, toda la vida de Jesús ha sido Eucaristía: Tuvo compasión de las muchedumbres; repartió el
pan; alivió el peso de los débiles y oprimidos; se identificó con los más pobres; amó a todos hasta al final. Nuestra vida
será eucarística si hacemos eso como Jesús hizo. El deseo de Jesús era dar su Cuerpoy su Sangre para la salvación de
todos y lo hace en un banquete de fiesta – la Pascua. En Jn 6,55.56, Jesús va decir: “Mi carne es verdadera comida y mi
sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él”. Cenar con el Señor es
comulgar la persona toda de Jesucristo, vivir sus valores, tener sus sentimientos, comprometerse a vivir la solidaridad
con todos, especialmente los más hambrientos y sedientos; es acoger su salvación y recibir ese don de su Cuerpo y
Sangre como alimento que nos fortalece y nos sostiene para vivir lo que Él nos enseñó; dejar que nos conduzca en la
caminata para la eternidad, porque El mismo dijo: “Él que como mi Carne y bebe mi Sangre vive de vida eterna”(Jn
6,54a).
Eucaristía – Mesa que forma la Comunidad: La Eucaristía no es una invención de los Apóstoles, es el mandato de
Jesús: “Hagan esto en memoria mía”. Así, en la Misa, la Iglesia cumple ese deseo de Jesús. Las primeras comunidades
cristianas ya realizaban eso.“Todos los que habían creído vivían unidos; compartían todo cuanto tenían; eran un solo
corazón y una sola alma, todo lo tenían en común”(He 2,44;4,32). Ese es el retrato de la comunidad que vive DE LA
Eucaristía y vive LA Eucaristía. Desde los inicios del cristianismo las comunidades cristianas se reunían para celebrar la
Cena del Señor. Ellos eranasiduos en la oración, en la fracción del pan… (cf. He 2,42); los discípulos de Emaús
reconocieran a Jesús al compartir el pan…(cf.Lc 24,35). La expresión “compartir el pan” revela el verdadero sentido de la
Eucaristía: ser sacramento de la solidaridad, del compartir, de la unidad en la comunidad cristiana. La capacidad de
actuar y vivirencomunidad es una clara señal de la acción de la Eucaristía en la vida del cristiano - es la Eucaristía
encarnada en la vida de discípulos del Reino. Ella es que nos hace una Iglesia más ministerial, más solidaria, más
evangelizadora que educa en la fe para la misión. Al comer el Cuerpo de Cristo entramos en comunión con Dios; y si
estamos en comunión con Dios, poco a poco nos transformamos en hermanos, porque la celebración eucarística
expresa esa hermandad. La Eucaristía no permite a nadie quedarse aislado,
solito; al contrario, lleva a la aproximación; lleva a acoger el otro, con sus diferencias, en la alegría y la gratuidad, como
don de Dios; impulsa a la misión en comunidad con sencillez,ardor, valentía. No se edifica una comunidad cristiana si no
tiene como raíz y eje la celebración Eucarística que es el ámbito privilegiado para la comunidad cristiana ser
evangelizada y evangelizadora, pues escucha la Palabra de la que ha de ser testigo y alimentase del Pan de Vida que la
sostiene. Por la Eucaristía,la Comunidad Iglesia continúa experimentando la presencia viva del Señor. Ella es el Misterio
de Comunión, Sacramento de Unidad de la Iglesia. “Así, siendo muchos formamos un solo cuerpo, porque el Pan es uno
y todos participamos del mismo Pan”(1 Co 10,17). La Eucaristía es fuente de la unidad y centro de la vida de la Iglesia, es
escuela de amor activo al prójimo. Celebrada y participada como Banquete, nos invita a unir la Fracción del Pan con la
comunión de bienes, con el servicio a los necesitados, con la superación de la división y de la discriminación.
Eucaristía – Mesa de la Misión: La Eucaristía es fuente inagotable de la Misión porque es, en cierta manera, el centro
del Evangelio, ya que aparece relacionada con la Pascua y con temas importantes del Evangelio, como: la oferta del
Reino, la proclamación de la Palabra, la conversión, la caridad, la comunión, la reconciliación…(cf. Pan Partido para la
Vida del Mundo - Guía de Participación-p.10.11). El anuncio y la celebración de Jesucristo muerto y resucitado es el
núcleodel mensaje cristiano y solo de ahí debe arrancar la misión de la Iglesia. Por su fuerza evangelizadora, la Eucaristía
nos lleva a entregarnos en un compromiso misionero generoso. “Hagan esto en memoria mía”. “Esto” no es
simplemente repetición material del gesto de tomar el pan, compartir y distribuir con la comunidad, o un rito para usar
y embellecer fiestas, o a favor de los muertos. “Esto” al que Jesús se refiere es el entregar su propio Cuerpo y Sangre por
todos nosotros. La auténtica Eucaristía cristiana es celebradaen el gesto gratuito, generoso, misericordioso de amor al
prójimo. Hacer en memoria de Jesús, es hacer que Él permanezca presente y vivo en nuestra historia. Es una fuerte
invitación que Jesús nos hace a ser como Él – Pan partido y compartido y Sangre derramada para la vida del mundo; es
actualizar en nuestras vidas la Misión de Jesús. Pero, como los discípulos de Emaús, a veces nos sentimos desanimados,
inquietos, decepcionados; como ellos escuchemos la Palabra de Dios, invitemos a Jesús – el Pan de Vida – a quedarse
con nosotros y nos levantaremos y regresaremos animados y presurosos a la comunidad, para anunciar la presencia del
Señor vivo entre nosotros; porque la Eucaristía nos pone en movimiento, nos lanza fuera, nos hace anunciadores de
Jesucristo y de su Evangelio – nos hace misioneros (cf.Lc 24,33.35); la Eucaristía nos reúne como comunidad de Fe para
mandarnos fuera de nuestro círculo cerrado y con coraje salir a las calles, a las plazas (cf.Lc 14,21) e invitar a la gente
para el Banquete del Señor – su Cuerpo entregado y su Sangre derramada que actualizamos en la celebración
Eucarística. Y esta, no es recordar simplemente el rito de la cena del Jueves Santo, sino celebrar el memorial del
compromiso radical de Jesús, su muerte y resurrección; celebrar la grande Acción de Gracias por su presencia resucitada
y salvadora. Por eso, la celebración de la Eucaristía que realizamos nos exige a continuar, en nuestras vidas, hoy y
siempre, la entrega de Jesús. El “vayan en paz” al final de la Misa, es la renovación del envío misionero de Jesús en San
Mateo 28,19.Obedecer al mandato de Jesús, exige comulgar su Proyecto de Vida. “Yo he venido para que todos tengan
vida y la tengan en plenitud”(Jn 10,10).Por la fuerza de la Eucaristía somos enviados al servicio del Reino de Dios – partir
el pan, luchar por condiciones dignas para todos, solidarizarnos con los que sufren, ser testigos de unidad, de fe y de
esperanza.Y para comprender el Misterio Eucarístico es necesario contemplar Jesús en el misterio desu encarnación,
vida, muerte, resurrección y lanzarnos a la misión como Él nos mandó.
Hermanas: Geny, Aparecida Oliveira e Aparecida Nascimento
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