ANTOLOGÍA DE PROSA POÉTICA ACTUAL TRABAJO LECTURA VOLUNTARIA DEPARTAMENTO LENGUA Y LITERATURA. ELVIRA SASTRE LA CAPA DE TODOS LOS SUPERHÉROES. Hagamos un trato tú levántate de la cama como si quisieras salir antes que el sol y yo haré como que no miro mientras decides qué color combina hoy más con tu sonrisa. Déjame darte los buenos días metiéndote mano antes de irte para que llueva y pueda salir el arcoíris - por si no te lo había dicho nunca: los días son preciosos cuando los pintan tus piernas. Despéinate, mientras yo me froto el sueño de los ojos sólo para ver si sigues ahí o te has quedado en mi insomnio, y déjame decirte que eres la chica más guapa que he visto hoy -sí, el día acaba de empezar y ya sé que serás la más bonita-. Escríbeme nada más irte, échame de menos y llena la carretera de suspiros, déjame un mensaje en el espejo del baño y dime que vas a volver porque quieres terminar todos los besos a medias. Levántate cinco minutos antes sólo para tumbarme contigo diez minutos más, murmura que llegas tarde a trabajar sin soltar mi mano, bésame como si acabaras de verme y déjame besarte como si fueras mi desayuno. Y por favor, sonrójate, nunca dejes de hacerlo, que tus mejillas dan color al precipicio gris que nos espera al borde de la cama y vienes siendo necesaria para sobrevivir: ya lo sabes, debajo de tu uniforme del trabajo, en algún lugar entre el tacto de tu camisa y la piel que te envuelve, escondes la capa de todos los superhéroes. Que algo tengo que hacer con esta hambre de sueños y de ti con el que me levanto cuando me acuesto contigo. Haz la cama conmigo dentro y vuélveme a decir eso de que durmiendo conmigo aprendiste a soñar. 1 LAS CANCIONES SON PÁJAROS QUE SIEMPRE VUELAN Justo cuando todas las demás se iban, justo cuando llegaba la hora de desaparecer, ella se quedó, y a mí se me cayeron las palabras y no supe qué decir. El cuarto día consiguió que le hablara de mis miedos, que le contara mis torpezas, que le confesara que la palabra huir me ejecuta cada noche, y eso es algo que nunca le he dicho a nadie. Me pidió un cuento y yo le susurré que mi día favorito de la semana es el domingo; que a veces me despierto llorando cuando todo está bien; que el miedo me aprisiona algunas mañanas y se me acumula en el pecho, y me aterroriza enamorarme por si contamino otro corazón al abrir el mío, aunque mis tendencias masoquistas me obliguen a caminar siempre con los ojos cerrados esperando el choque. Le reconocí que mi mayor secreto es una ilusión que, aunque rota en pedacitos cada vez que se presenta, se sigue levantando cada vez que escucha a alguien llorar y se enamora de la gente triste. Ella, como única respuesta, se desnudó y me ciñó fuerte entre sus ojos, me acarició el pelo y me dijo que algunas palabras mienten, que las canciones son pájaros que siempre vuelan y que el miedo a la oscuridad queda anulado cuando una habitación se llena de abrazos. Y yo la miré, olvidándome de vivir, y comprendí lo que significa ser salvada. Su ternura ambicionando mis heridas, su suavidad al despojarme de mi escudo, su lengua dispuesta a lamer todas las mañanas mis cicatrices, su altruismo al ofrecerme su piel para mis inviernos de junio, su valentía al preferir quebrarse con mi dolor antes que ausentarse y renunciar a mis secretos, su comprensión al contarle que ciertas dosis de tristeza me hacen feliz y su tranquilidad para desatar la lluvia sobre nosotras y decirme, sonriendo, que mi vida está llena de amor y desamor, y eso me hace bonita. Escríbeme, me dijo. Pero no escribas para mí, escríbeme a mí. Y era domingo, y llovió papel y tinta del cielo, y por fin hacía un poco de frío, y yo me enamoré mientras la creaba entre palabras y miraba mis dedos, y ahí la veía, y me di cuenta de que sólo ella entendería todo esto, que solo ella comprendería de qué estoy hablando. Y que vendría. Que levantaría la cabeza, y ahí estaría. Esperándome sin prisa. Este sabernos, tú allí y yo aquí, pero sabernos. De eso se trata. 2 CAMINO DE HUIDA Y VUELTA No toques si duele, amor, que una herida de tu mano es como una primavera helada y este cuerpo tirita con un solo roce. No huyas si no es de ti hacia mí el movimiento. No te quedes a verme llorar si desconoces el polvo que inunda mis ojos, si no sabes que mis pupilas sólo son escondites de palabras, si lo único que quieres es borrar mis lágrimas en vez de dejar que me seque y pueda respirar. No me empujes al precipicio y me preguntes con voz rota si te prefiero a ti o a los puentes, no me beses si no vas a volver, no te vayas si no vas a girarte mientras lo haces, no te quedes si tu vida es un camino de huida y vuelta, no me abraces por rutina y no dejes de hacerlo por costumbre, no te vuelvas hielo cuando el frío nos apriete las costuras, no te derritas cuando mi boca ya esté seca y no pueda sostenerte. No te quedes a verme llorar que no quiero mojarte y que mueras de frío. No te quedes a verme llorar si no vas a besarme los ojos y ahogarte conmigo. No me rompas el pelo que desde que te quiero nunca me peino, y si ahora te marchas tendré que volver a encontrarme en el espejo, y yo solo quiero mirarme en tus ojos. No me duelas si no vas a curarte. No me quieras, que amor es quererse hasta cuando no me quieres, y eso es lo único que querría que hicieras siempre y eso es lo único que nunca te pediré que hagas. No vuelvas contra mí todos los motivos que inventaste para quererme como si fueras una suicida por amor, que el romanticismo está hecho para los que tienen el corazón roto. 3 IRENE ¿Sabes eso de abrazar a alguien y sentir que el entrelazamiento es perfecto? Que no sobran manos, que el tamaño de los brazos es el ideal, incluso a la altura de los corazones se ajusta y parece que todo se resuelve en un latido. y a las sonrisas empañarse para escribirte ojalá todas fueran como tú. En el vaho de tus huellas por si consiguen que les miren de vuelta. En definitiva, contemplo al mundo enamorarse de ti, y el amor, es decir, la vida cobra sentido. Pues algo así eres para mí: la compenetración perfecta, la cara de todas mis monedas y en quien pienso cuando alguien habla de la suerte - qué sabrán ellos de la suerte si no te conocen-. A veces me gustaría salvarte de todo lo que llegue, fosilizar tus lágrimas y cortar el alma de todo aquel que se atreva a romperte. Pero, amor, es que eres tan guapa, hasta cuando te golpea la rabia y no entiendes que pasa; es que es tan bonito verte levantar, contemplarte sobrevivir y ver cómo te rescatas a ti misma; es que el universo tiene tanto que aprender de tus cicatrices y de tu forma de sanar los daños que sería egoísta por mi parte privarles de tu parte frágil. Porque, Cómo explicarlo, nunca me ha asustado llorar porque tú siempre estás. Eres todos los peros que pongo a mis miedos. Y si soy valiente es porque en cada paso que doy mi meñique va enlazado al tuyo, y si me caigo siempre es sobre tus manos, y se está a gusto en ellas. Sí, la vida es complicada, a veces se pasa de triste, pero yo veo tus hoyuelos cuando sonríes así, como si trataras de llevarme a tus mejillas, y te juro que entiendo a los poetas cuando hablan de amor. Me quedo pensando qué diablos hace el mundo tan enfadado, tan ciego, por qué da tanto miedo enamorarse, cómo puede haber gente que prefiera caminar con la luz apagada, si solo hay que abrir los ojos y verte para llenarse de luz y de la hostia de belleza que supone mirarte. Y luego, cuando te vas, - que es cuando se puede mirar a otro sitio -, contemplo al cielo hacerte reverencias, a las aceras bailar al ritmo de tus pasos, a la mirada de la gente llenarse de brillo y de interrogación - entiéndelos, verte es lo más parecido a soñar que se puede hacer con los ojos abiertos-, amor, la única verdad es que tienes los ojos más valientes del mundo y el mundo es más valiente cuando tú te miras a los ojos. Y yo te quiero, no porque siempre estés conmigo, para mí, y por mí, no porque sea imposible no hacerlo y se disperse en mil motivos, todos ciertos, por las manos al pensarlo, sino porque has nacido para que te quieran y yo he nacido para quererte, con toda el alma y toda la piel, toda mi vida. 4 DEFREDS LA PRINCESA MODERNA SALIÓ AL BALCÓN Ella es muy tímida. Siempre le ha gustado pasar desapercibida. Piensa desde que nació que, si la miran, es por algo malo, algún defecto o a saber. Pero es todo lo contrario. Es trabajadora como nadie. Si empieza algo, siempre tiene que acabarlo, sin ningún error. Paso por muchas decepciones y desilusiones. Y justo cuando ya no esperaba gran cosa, apareció alguien que le hizo cambiar el rumbo. Realmente, nadie esperaría que de ahí saliera algo grande, pero al final lo fue todo. No como esas historias que van desde el principio, pero está claro que conocerse lleva su tiempo. Salió de su torre de inseguridades. Se acabaron los dragones. Está creciendo, cada vez alejando más los miedos. Les dice adiós entre sonrisas. Desde las vistas al mar de su balcón. Soñando un futuro juntos. QUERIDO HIJO ¿Sabes, querido hijo? Cuéntamelo, que, aunque a ti no te suceda. Veremos qué podemos hacer entre todos. Díselo al profesor, al primero que pase. No te imaginas lo que le duele a tu compañero cada humillación, cada risa, cada golpe. No te imaginas lo que sufre cada vez que su merienda acaba por el suelo o su cuerpo enganchado al perchero. Evita hablar, relacionarse, contar cosas, simplemente porque tiene miedo. No quiere irse pronto a dormir porque eso le acerca a la próxima mañana. Vuelta a clase, que es un infierno. Acércate a él, también quiere un amigo. Necesita alguien que esté cerca para sonreír, para jugar al balón, sin nada que lo bloquee. Querido hijo, él es igual que tú. Tiene una infancia, unos sueños y juegos por compartir. No le hagas esto. ERES BRÚJULA Hay días en los que casi ni recuerdo las cosas buenas y entonces me miras. Odias verme llorar. Me miras de una forma que solo yo entiendo. Incluso en los días que te enfadas hay algo en tu mirada que dices que quieres de verdad. Nos da igual el mundo. Lo que digan o lo que inventen. Igual no hacemos la cama para taparnos de nuevo. Y pones un capítulo más, que yo siempre me duermo, y tú, claro, me hechas la bronca. No importa el tiempo. Ni el de fuera, con lluvia fuerte. Importa que tú eres brújula. Y siempre me señalas. Nunca más me pierdo. 5 DETALLES DIFERENCIAS Los besos lentos en el cuello. Mirarte mientras lees concentrada. El yogurt griego (varios, uno solo no me llega). Las pelis que empezamos y acaban con sexo en el sofá. Las gafas de sol, que esconden por un rato tu mirada. Los domingos perdidos por la ciudad. Una empanadilla de masa de hojaldre. Dormir hasta las once entre semana. Diecisiete bolsas de pipas. Detalles. Diferencias. ME GUSTAS. Me gustas porque me miras con ojitos, aunque te cuesta horrores tener buen humor por las mañanas. Me gustas porque incluso los días de máximo cansancio sacas tiempo para mí. Para un helado o una canción. Me gustas porque sorprendes con ganas y aprendes sin excusas. Me gustas porque a tu mirada no le gusta mentir y tus manos siempre tienden a buscar las mías. Me gustas porque compartimos placer a partes iguales, con ganas, con la seguridad de que se puede confiar. Me gustas porque lo que haces es siempre con claridad. Si dices “te quiero”, siempre es de verdad. Me gustas porque tienes la capacidad de hacer volar, me pones a la vez alas en vez de cortarlas y las agitas conmigo. Me gustas porque pones la mano en el fuego por mí. Y quieres las mías entre tus piernas. Me gustas porque deseas acostarte conmigo, morirte de placer. Pero eso no te sirve sino terminamos durmiendo desnudos. Con cosquillas en tu espalda por la mañana. No es una declaración de intenciones, es la realidad. SOMOS Somos una gama de colores, de personas diferentes. Somos niños que aprendemos de otros niños, de otros padres. En este caso sí que es lo mismo blanco que negro. “Mamá, ¿por qué insultan a aquel hombre?”. “Todavía queda gente que piensa que no todos somos iguales”. “¿Y la razón?”. “No la hay, pero entre tú y yo vamos a empezar a cambiar el mundo”. “Genial, mami, empecemos cuanto antes”. 6 LA CRÍTICA El mundo critica. La crítica es sana cuando se hace desde el desconocimiento. Nadie sabe lo que hay detrás de los éxitos y los fracasos de alguien. En muchos casos, hay muchas horas de estudio, de entrenamiento o simplemente de ganas. Las horas y esfuerzos que invierte el quinientos diecinueve del ránking ATP. El futbolista que juega en segunda B. El que compite en algo que apenas nadie valora. Los reportajes en el culo del mundo que tuvo que hacer el ahora famoso presentador. El que oposita durante años o simplemente la persona que hace algo que le supone todo el esfuerzo del mundo. Eso que se refleja en la cara cuando estás orgulloso, aunque sea para pocas personas. Eso que consigue que todo mereciera la pena. Esas cosas que callas y nadie sabe. Equivocarse es de humanos y es mucho mejor equivocarse que juzgar sin saber. Como si fuera gratis en estos tiempos faltar el respeto. MICROCUENTOS. Nº23 No dice nunca nada de lo que le pasa. Siempre dice que está bien. Siempre la ves haciendo sonreír al resto. Y su almohada muy mojada. 7 @SRTABEBI VIII No se puede vivir esperando algo que puede ser que no sepa que tiene que pasar. Ni esperar que un día ocurra solo con quererlo. O, mejor dicho, en realidad, uno si puede hacerlo. Tal vez ese es el error, permitirnos pensar que todo llegará, hasta que lo que llega es que se acaba o que jamás empieza. Así, sin más, un día, y no lo hiciste nunca. No te lanzaste al vacío. No te heriste nunca. No fuiste feliz por miedo a no serlo. Así que, como siempre digo (y es cierto que no soy quien, pero por si a ti te sirve), si vas a pensar en no hacer algo que tiene la más mínima posibilidad de hacerte feliz, párate a pensar en cuatro sencillas palabras: Solo. Hay. Una. Vida. ESTEREOTIPO Mamá, tengo un problema: Soy tu hija y me gustan las faldas. Hasta ahí, supongo, todo es perfecto. Una mamá; una hija; una falda. Nos imaginas cogidas de la mano, paseando, alardeando de rancia decencia y correcto estereotipo, pero tengo un problema. Me gustan las faldas, tan cortas como la capacidad humana de los que creen que se puede dilucidar mi decencia, o mi nivel de feminidad, o el valor de mi esencia de mujer por el largo de la misma. 8 ENFERMERÍA Me he hecho un torniquete en el corazón con la venda que me pusiste en los ojos. Ahora, que veo, estoy un poco mareada de realidad y la boca me sabe a decepción sanguinolenta. Es hemorragia amorosa grave, dicen, ya dejarás de sangrar. LII Nunca nadie supo plantar flores en un corazón tan árido y seco como el mío y, ahora que lo hiciste y te fuiste, voy a tener que llorar mares para regarlas. AUTOCORTESÍA Hay que aprender a utilizar la autocortesía con uno mismo, saber decir “gracias” o “disculpa” cuando nos fallamos o nos ayudamos. Igualmente también hay que saber ser automaleducado y creo que es lo más útil. No pienso, entonces, pedirme perdón. por olvidarte. ya me lo he pedido demasiado por haberte querido. 9 A AQUEL QUE SE ATREVA Tú no te mereces a una mujer. No te mereces una mirada divina cargada de amor, ni una caricia delicada colmada de cariño, ni una mano buscando la tuya en un arrebato de sentimiento, ni un cuerpo buscando tu abrazo en un momento de desesperación. Tú no te mereces a una mujer. no hablo solo de mi espíritu, sino del femenino, que mora y baila libre en cada una de nosotras. no hablo de amor, sino de fraternidad, entre sexos humanos que son humanos e hijos todos del mismo nacimiento. No hablo de cuerpos desnudos, sino de almas que tienen dentro de ellas el amor más puro que existe. Tú no te mereces a ninguna ni a todas. No te mereces a la mujer como ente, si quiera te mereces observar ni participar de nuestra liberación del yugo de los despreciables seres mundanos que como tú violan cuerpos, que como tú mancilla conciencias, que como tú rompen almas, que como tú escupen rostros, que como tú dañan pieles. A todo aquel ratero y vil villano. A todo aquel que mire con un soslayo despreciativo un solo amago de libertad femenina. A todo aquel que se atreva a crear jaulas, aunque estas sean mentales, y que hagan agachar la cabeza, sabed cada uno de vosotros, señores y amos impuestos que oprimís y tomáis por vuestro algo que no es de nadie: Tú no te mereces a una mujer. Porque, para merecer a una mujer, para disfrutar de su ternura, su bravura, su valentía, su vientre, su cuerpo, su alma y su mente, para merecer que una sola de ellas decida compartir su vida en libertad con aquel que ame lo que es, hace falta, como mínimo, heterosexual presupuesto, ser un hombre. 10 CONVERSACIONES DEL SÁBADO TARDE CON ANA - Ven, mírame, no llores. ¿Quieres que te de un consejo? La única condición es que no se lo digas nunca a nadie. - Vale. - ¿Has escuchado lo que te ha dicho tu madre? Lo de que no te acerques a esa gente y a ese chico. - Sí. - Mi consejo es que no le hagas ni puto caso. Me mira atónita, tiene catorce años y la palabra puto en mí le parece algo incómodo. Se seca las lágrimas y esboza una media sonrisa extraña. - Lo has pillado, ¿no? Ni puto caso, Ana. ¿Y sabes por qué te lo digo? Silencio. Sorbe mocos desesperadamente. - Porque es mi vida, ¿no? - Exacto, porque es tu vida. Porque tienes que equivocarte tú misma y acertar tú misma. Y si te equivocas, será solo equivocándote cuando, tal vez, dentro de unos años, pienses en que tu madre tenía razón, si es que la tenía. Pero para que eso pase en un futuro (y pensar que no es el peor error que una madre puede cometer) lo que tiene que pasar es que me des un abrazo, me hagas caso, te hagas la sorda y salgas ahí fuera a intentar comerte el mundo. EL PROBLEMA No vayas con esa gente. No salgas de noche. No bebas. No fumes. No salgas con ese chico. No te juntes con esas chicas. No estudies el día de antes. No bailes así. No escuches esa música. No te hagas eso en el pelo. No te hagas eso en la piel. No te pongas ese chándal. No te hagas esas fotos. No te compres esa camiseta. No lleves esa falda. No vayas a esa manifestación. No bajes a ese parque. No entres a esa discoteca. No digas eso delante de esta gente. No contestes así a tu abuela. No dejes así tu habitación. No te sientes así. No comas así. No pienses así. No seas así. Pero tampoco seas estúpida. Tampoco seas sosa. Tampoco dejes de ponerte guapa. Tampoco te equivoques. Tampoco provoques. Tampoco tengas tanto carácter. Tampoco seas tonta. Tampoco te encierres. Tampoco seas feas. Tampoco engordes. Tampoco pienses poco. Tampoco hables mal sobre eso. Tampoco seas aburrida. Tampoco caigas mal. El problema no es lo que haces, no es lo que tienes, no es lo que opinas, es lo que eres. La solución, también. 11 MARWAN EN UNA LIBRERÍA En una librería buscando algo interesante que leer. La oferta es descomunal, todos de mi gusto: novelas de Anagrama, lo nuevo de Murakami, un libro sobre nacionalismo, la biografía de Agassi – a la que la crítica catapulta a la dimensión de obra maestra -, un manual sobre meditación, libros y libros de poemas que me dicen Llévame contigo y una obra de teatro de Brecht. De repente entra un joven que les borra el nombre a todos los libros. Los convierte, al instante, en simples fajos de cuartillas en blanco. No es solo que ilumine todo el local, ni que coja mi libro de la estantería y lo ojee unos minutos antes de llevárselo. Es que está haciendo que me nazca un libro nuevo por dentro uno con sus días y mis noches, uno con su cara entre mis manos, uno con mi risa en su cocina. De camino hacia la caja observo el doble milagro: ella y mi libro en su mano. Siento su caricia sobre el lomo de mi poesía. Me retuerzo, como un perrito ante las carantoñas amorosas de su dueño. Yo la observo desde algún lugar, puesto que ya no estoy en la librería. Hace un rato que su presencia me ha mandado de un hostión a la estratosfera, pasa a mi lado. No siento los pies. Levito. Me sonríe tímidamente, paga y se va. Tardo un rato en reaccionar. Dejo corriendo el libro de Palahniuk que tenía en la mano, salgo a buscarla, la veo a lo lejos entrando en una boca de metro, corro dejando que me trague la tierra, me lazon allí como el saltador de trampolín que clava su cuerpo en el mar de su destino. Si fuera por ganas, el veredicto sería unánime, me entregarían la medalla de oro de inmediato. Un océano de cuerpos me corta el paso. La pierdo de vista entre tantos peces de ciudad, momentáneamente me parece verla yendo hacia la línea 4. Corro tras la estela de mi visión. Tardo más de lo debido por la marea de gente en dirección contraria. Se me ahoga una esperanza, pero la saco del agua y trato de reanimarla en mi carrera hacia el andén. Le digo que no se rinda. En una bifurcación elijo (en un claro guiño a mi compañera recién animada) la vía dirección Esperanza. Al llegar allí la veo en el andén de enfrente, en sentido contrario hacia mi vida. Está absorta en la lectura de mi libro, lo cual me llena de orgullo y desazón a partes iguales porque llega su tren y alcanzarla es imposible. Le grito algo, no sé qué exactamente. No llego a oír lo que digo debido al ruido de ese tren entrando como un destino fatal en nuestras vidas, aunque solo yo sea consciente. La observo mientras entra en el vagón y desde allí dentro, justo antes de ponerse en marcha, mira hacia mí. Me reconoce. Se queda de piedra. Nos miramos fijamente unos segundos, mientras el tren comienza a moverse y nos roba el futuro que nos debe. En mi cabeza se escribe el libro de nuestras vidas en un segundo, desde el prólogo hasta el capítulo final. Se va y todo se acaba, menos el seísmo. Decido no seguirla. Sería tontería. Me marcho a casa, esperando que sienta el impulso de escribirme a alguna de mis redes sociales. Enciendo el ordenador. Ningún mensaje. Mientras espero, lo hago posible: comienzo a transcribir ese libro ya escrito en mi cabeza o en mi pecho o en mis dedos. Me sale de golpe la primera frase y, de una en una, en tromba, todas las demás. No es un libro. Es un alud de versos cayendo por una montaña. La felicidad ante tal arrebato poético me aporta tanto placer y ensimismamiento que ya no importa si la vuelvo a ver o no alguna vez, porque esto que empieza a salir de mis manos es, en sí, el regalo soñado de una vida. La magia brota de tal manera que me siento surfear sobre las palabras, experto en coger olas de sentimientos. Escribo el libro entero en una noche, pero, por algún motivo, no escribo el final. Cuando me dispongo a terminarlo recibo un mensaje privado por Instagram: Espero que la próxima vez te decidas antes o seas más veloz. Mañana a la misma hora en la misma librería. Saldré sin decirte nada, medio minuto antes que tú, hacia la misma estación. Elige bien el andén. Uno no siempre tiene la suerte de que los trenes pasen dos veces. 12 LOS AMORES PASIONALES Me dicen a menudo que podríamos haberlo hecho con calma, pero nadie sabe lo que es sentirse un proyectil hacia tu boca, sentir lo que sucede cuando te moja la locura, sentirnos dos agentes explosivos. No podía haber reposo porque después de cada noche nuestro nombre era ceniza. No iba a funcionar jamás. ¿Cómo iba a hacerlo si en sus ojos no cabían ya más despedidas? ¿Cómo iba a salir bien si ella era aficionada a los mensajes a deshoras y yo odio esos amores que prometen por la noche y olvidan por el día? ¿Calma? ¿Cómo iba a haber calma entre nosotros si ella era una de esas personas que apaga los incendios con lanzallamas y yo uno de esos imbéciles que se ponen cada tarde un chaleco empapado en gasolina por si una espalda incendiada, por si una chispa de ternura? No iba a funcionar porque fuimos felices y no nos enteramos. Guardad vuestros consejos, no me vengáis con asambleas si no sabéis lo que es tocar una piel y quedar desintegrado. ¿Cómo iba a haber calma? Dime. ¿Cómo iba a haber calma si solo buscábamos prender, y el deseo es una fuente de energía difícilmente renovable? Sabéis, como yo, que aquello no iba a funcionar. Lo sé porque nunca vi escrito un tal vez en los renglones de su boca, y ella y yo éramos misiles tierra-aire, ese tipo de personas que se elevan al cielo dos minutos antes del momento de explotar. ¿Quién quiere sosiego cuando la felicidad te habla a ti y se resume en un sexo que descorchas? ¿Cómo iba a haber calma? Dime, ¿cómo? Si ella era alérgica a la calma y yo adicto a sus incendios. 13 ARQUEOLOGÍA Mirar al pasado. No como un modo de rompernos nuevamente ni en la búsqueda de repetir lamentos. Mirar al pasado para ir recogiendo pedazos de nosotros, en una labor tranquila, como un arqueólogo de las emociones que juntando restos trata de formar el puzle del entendimiento. Y poder así comprender poco a poco el error originario, el epicentro que nos trajo este dolor, aquella angustia. No conozco otra manera de crecer que equivocarse y hacer después, humildemente, una buena labor de arqueología. DE LIBROS Y HERIDAS Hay que salir a la vida con la firme convicción de que tenemos demasiada piel como para que las heridas puedan derrotarnos. Cada cicatriz quedará ahí para contar su historia y al final de tu vida tendrás que agradecer todas aquellas líneas escritas sobre la superficie de tu alma. Ellas te harán ser libro, tomo, trilogía, y ese será tu patrimonio, lo que tendrás para ofrecer: aquello que quiso decirte cada herida, aquello que quiso enseñarte cada golpe, la enciclopedia inacabable de tu vida. 14 LA PARTIDA DE AJEDREZ Con las fichas más negras y las manos más sucias aún, hombres oscuros moviendo nuestros hilos disponiendo las piezas a su antojo sobre el tablero, burócratas que rompen la balanza con el peso de sus cargos, empresas que gobiernan en la sombra, dirigentes con dinero suficiente para pagarse mil fianzas. Frente a ellos, con las piezas blancas, el pueblo, mujeres y hombres con lo justo para sobrevivir, ancianos que llevan lo poco de dignidad que queda en los bolsillos, familias que beben en un charco de agua sucia, millones de jóvenes apartados por la mano del sistema, la gente que vibra con la gente, los que albergan esperanzas y los que ya las han perdido. El reloj de doble esfera en marcha, comienza la partida. Los hombres oscuros mueven sus peones: les ponen un parquímetro a tus sueños, te cobran por el aire que respiras, destinan fondos públicos para salvar un banco, sacan los furgones a la calle para frenar a todo el que sueñe con democratizar el pan. Responde el pueblo moviendo en masa sus peones, conducen nuestros sueños a la plazas, dibujan en pancartas el futuro, propagan la verdad por Internet. Mueve un alfil el Gobierno, indultan a un banquero, proponen un nuevo plan para privatizar nuestra salud, cuchillas en las vallas de Melilla como método infalible para separar el bienestar de la pobreza. Contraataca la mitad de esa España que lucha frenando dos docenas de desahucios, un periodista honesto destapa una trama que engloba hasta la cúpula, la marea blanca sale a la calle con sus olas de esperanza, moviéndose al unísono como un cardumen para salvar la sanidad de los tiburones. Y vuelve a mover sus piezas el poder: se atrincheran en sus torres, abren fuego desde sus caballos, promueven la asfixia por las eléctricas dejando a un millón de familias a oscuras, justicia para ricos, tasas para pobres, se sacan una ley mordaza de la manga, 15 para que nadie pueda señalarlos con su dedo en las aceras, echan sal sobre la herida del paro, facilitan los despidos. Y el pueblo arrinconado se levanta con mil siglos de rabia a su espaldas y lanza todo su arsenal, todas sus piezas contra la injusticia: dan a luz políticos gestados en las plazas, obreros que reclaman un futuro, y salen a cercar un Parlamento y un joven triste sueña que es posible y ponen sus miradas en los bancos y ruge el profesor verde esperanza y encuentran jueces implacables que no ceden ante el poder. Y así por muchos años, jugada tras jugada, los hombres oscuros van engullendo piezas, el pueblo apenas derriba unos pocos peones enemigos, ayudado por magistrados y guardias civiles honestos que destapan las tramas más oscuras. Las piezas negras y sus trampas, los hombres buenos con su luz, encendiendo lámparas de dignidad en los ayuntamientos: Bienvenidos, refugiados. Quién sabe si esta partida se acabará algún día, si tendrá fin la masacre. Sigue corriendo el reloj del pueblo, cada vez hay menos tiempo. ¿Caerán las piezas negras?, te preguntas. A un lado, oscuros dirigentes, feroces empresarios, los dueños en la sombra. Piezas negras. Al otro, la gente a la que el dolor ajeno no le resulta indiferente. Piezas blancas. La gran partida de ajedrez, la eterna batalla de la luz contra la sombra. 16 ¿VES ESO, HIJO MIO? ¿Ves eso, hijo mío? Es un refugiado. Mira sus ojos. Lo sé, es el padre más triste del planeta. ¿Y ves eso otro? ¿Ves la larga fila? Son parados, los mutilados de esta sociedad. Mira sus ojos también. Este es el modo en que los gobiernos legalizan la desigualdad, apartando al hombre de sus derechos, empujándolos a vivir fuera de los recintos de la dignidad. Y así millones de miradas, jóvenes, mujeres y hombres, veinteañeras, ancianos rotos, profesoras, ingenieros, jubilados nadando en la precariedad, todos ellos formando el equipo más grande del país. Quiero que lo veas. A mí también me duele mirarlo, pero necesito que lo veas. Porque la labor del indecente es mirar hacia otro lado, y tú, hijo mío, no debes serlo. Una mirada compasiva, un poema como este, un grito en una manifestación o un lema que repare el silencio siempre serán un modo de tender un puente para aquellos a quienes solo ofrecen precipicios. Denunciar es tratar de llevar agua a la boca de quien sufre, poner piel nueva sobre la herida de una injusticia social que ha llenado de agujeros la piel de este país. Sé que es muy posible que no entiendas esto todavía; con que mires a sus ojos basta. Con ese bastará para sentir su dolor, para que comprendas la necesidad de salir a gritar afuera, a tapar cada centímetro de asfalto cada vez que otro ministro pise con su zapato reluciente los sueños de quien no persigue más que un trozo de igualdad sobre la mesa. Recuerda esos ojos, hijo mío. Que esas miradas te empujen cuando crezcas y enciendan una antorcha en tu mirada para iluminar esta sociedad y frenar así a todos aquellos que se empeñan en que vivamos nuestra existencia bajo la estúpida luz de la más brutal desigualdad. ETIMOLOGÍA. El hoy es un regalo, por eso se llama presente. Recordar quiere decir pasar dos veces por el corazón: re-cordis. Compañero viene de cum y panis, es decir, los que comparten el pan. Etimológicamente la palabra pasión procede el latín passio y este del verbo pati, patior, que significa <<padecer>>. ¿Te suena? Solo los golper nos enseñan, los hechos dolorosos nos perfeccionan, nos pulen poco a poco. Por eso el término dolor proviene del verbo latino dolare: <<pulir, alisar, desbastar>>. Y hay quien afirma que la palabra amigo, en su origen, remitía a un significado profundamente hermoso que jamás deberíamos olvidar: <<mi otro yo>>. 17 PROFESIONES Pensando en profesiones ahora que me cansó la mía, la de hombre respetable, la de adulto apagado, cortado por el mismo patrón que el resto del rebaño. Ahora que he visto que el camino prefabricado de estos tiempos no es el mío, debo plantearme qué soy, qué quiero dar. ¿Poeta de éxito? No. No es suficiente. Quiero ser un poeta a reacción que acumule en su libreta cien mil horas de vuelo y te lleve de viaje desde el aeropuerto de una página. Quiero ser un poeta que cauterice, el barrendero que limpie las heridas, cubrirte el orificio con la tela de un soneto bien cortado. Quiero curarte como tú me curas al leer lo que transmito. Yo quiero ser otra cosa, quiero ser poema, un hombre que al leerlo te llene de confeti. Otra opción es ser puente, un cantante que junte las orillas, el albañil que con el martillo de la empatía tire los muros que separan a los hombres, ser pala para cavar una zanja donde enterrar las injusticias. Pero no, no es suficiente, quiero cambiar de trabajo, joder, ¡qué cantautor ni qué poeta! Quiero ser el perro que despierte a los ministros, la lluvia que se lleve los problemas, libro y vela; para darte luz o empujar tu barco hasta puerto, quiero ser Libertad de Franzen. ¿No lo ves? No puedo seguir siendo siervo de siervos, contador de monedas, poeta domesticado, revolucionario de chapa en mi sillón. 18 No puedo ser alguien que se conforme con escribir, quiero reventar el mundo: con misiles de alegría, con escuadrones de bondad, fabricando hombres buenos en la escuela. Quiero ser mujer por lo dicho en el anterior poema, las palabras de Mandela. Mujer será mi oficio, si es que ser humano puede considerarse un trabajo. Quiero ser Saramago y parar todos los relojes a la hora en que te conocí. Quiero ser Che –pero sin balas-, quiero ser Gandhi en Calcuta, el escudo que frenó la bala de Lennon, ser la tarde de 1963 en que Luther King dijo I have a dream. Quiero ser hospital en Damasco, el poeta que tire el sistema, la llave que gira el entendimiento de los hombres hasta que la paz se hace posible, la reunión que certifica el desarme de pueblos. Podría ser el zapato de los desheredados, cumbre de paz, le ley que interrumpe el trabajo infantil en las fábricas, la sirena que anuncia que hoy llueven caramelos en Bagdad. Quiero cambiar de trabajo, tener el valor de ser el juez impío que aplasta a los corruptos, el soldado israelí que rechaza ir a las armas, ser quien salve Palestina, no solo cantante, no solo poeta. Podría ser todo eso, no sé qué me frena, por qué no pienso en grande, por qué conformarme con ser cobarde o marioneta, por qué conformarme con ser oveja, autónomo, ciudadano del montón. Quiero ser el joven que empuje en góndola el amor de los que sueñan por Venecia u opositar para desagüe a ver si puedo ser el agujero por donde se escapen las excusas, la ambición y la codicia, los dramas que laceran este mundo. Podría ser también más prosaico y ser carcelero: de los que pintan el futuro sin ventanas, alguacil de las causas más innobles, encerrar al maltrato en una celda, inventar un sistema educativo para curar la maldad que merodea entre la gente. 19 Quiero permitirme ser frívolo también, no tomarme tan en serio, quiero ser el tobillo de Messi, el cabezazo de Zidane a Materazzi, el personaje de Disney que hace sonreír a los pequeños, ser payaso sin fronteras, llevar una flor de esperanza en la solapa. Yo no quiero ser rebanada de pan idéntico a tu vida, cortarme con un molde, ni ser muchacho en serie. ¿No te das cuenta? Yo soy Marwan y tú eres María y tú Verónica, Gerardo, Daniel, Silvia, quienquiera que seas o quieras ser cuéntame tus sueños, explícame a qué huele el futuro, maldita sea, eres único, ¡vamos a cambiar el mundo! ¿Qué quieres ser?, dime, ¿qué sueñas? Quiero ser Bansky, el Rainbow Warrior, sacar a los niños sirios hundidos en el Mediterráneo, quiero que caiga Trump. O algo más sencillo, más humilde. Quisiera ser joven de profesión. Pero no un joven cualquiera sino ese que baila sin importarle qué puedan pensar o que le critiquen por hacerlo. Ser simplemente eso, una pieza hermosa de este puzle, que corrija su porción de mundo, ser solo eso, algo sencillo, pero difícil en estos tiempos: un tipo en el que puedas confiar. 20 CÉSAR BRANDOM YO, DIOS Y EL LEÓN DE NARNIA Y después de dar vueltas sobre el mismo tema, al final, el taxista decidió hacerme la pregunta: - ¿Y tú, muchacho? ¿Crees en Dios? Y yo, que ya tenía mi respuesta preparada, le conteste: - - - Yo creo en las personas. A veces creo en Dios cuando me conviene, sobre todo. Pero creo más en las personas. Creo en usted. Creo en su capacidad y en su experiencia como taxista para hacernos llegar con vida a nuestras casas… aun con los ojos tapados. Supongo que usted se taparía loa ojos porque siente que su Dios le guiará. Pues yo creo en que sí le guiará. Es una cadena: usted con Dios y yo con usted. Entonces, sí que crees en Dios de alguna manera. Crees en las personas implica creer en lo que ellas creen. Así que… dependiendo de la persona en la que crea, creeré en Alá, en Buda, en la naturaleza, en el universo, en los unicornios o en el mismísimo Aslam. ¿Quién es ese? El león de Narnia. CASAS DE LEGO Y ARMARIOS DEL IKEA Tú y yo. En verdad le quitaría esa /y/ que ya nos separa más de la intención con la que quiero hablar de ti y de mí. Pero bueno, en honor a lo escrítamente correcto: tú y yo. Tú y yo, inmersos en una conversación. Amándonos con palabras. Tú y yo, desmontando el cosmos pieza a pieza, separándolo por colores y formas. Tú y yo, montando el universo a nuestro antojo. Tú y yo. Así de sencillos y complicados: como casas de LEGO y armarios del IKEA. 21 VUELVE Vuelve, contigo aprendí que hacer la cama entre dos puede durar más tiempo que haciéndola sola. Vuelve, vuelve y regáñame por no comerme los bordes de las pizzas. Vuelve, vuelve e intenta tocarme el ombligo y que yo me resista. Vuelve, vuelve y oblígame a ver la trilogía de El señor de los anillos por sétima vez. Yo me dormiré igual a los treinta minutos de la segunda parte para que me lleves en brazos hasta la cama. Vuelve y experimentemos en la <<cocina>>. Se me ha ocurrido preparar unos crepbuñuelochurros. Siempre con nutella, así podré untarla en tu mejilla y… Vuelve, vuelve porque siento que sin lo amargo no hay dulce; que sin odio no hay amor; que sin distancia no hay roce… y que, sin tú… no hay un yo. LA FÓRMULA DEL OLVIDO Mi abuela era una de las personas más ingeniosas del mundo cuando se trataba de relaciones… sobre todo, las de las demás personas. Y bueno, según ella, hay tres fórmulas esenciales en la vida: Velocidad = distancia partido tiempo. Enamoramiento = lentitud partido tiempo. Olvido = corazón partido, tiempo. Ingenioso, ¿verdad? Corazón partido, tiempo. El poder de una coma. 22 A MEDIAS Ya me cansé de la tecla <<suprimir>> del WhatsApp; de borrar los <<hola>>, los << ¿cómo estás?>>; los <<te echo de menos, y de más>>. Ya me cansé de los puntos suspensivos del <<estar escribiendo…>> para no decir nada. Ya me conoces, aprobarías cualquier examen sobre mi cuerpo, mi corazón o mi mente. Así que deja de <<suspender puntos>> y <<aprueba>> palabras. No sé, algo así como un <<lo siento, me equivoqué>>. Teníamos tantos planes en la agenda, tantas películas por ver, tanto sexo por cobrar. Sigue aquí la factura del 14 de febrero. Adiós a esas fechas en el calendario: aniversarios, viajes, cenas, comidas, fiestas y siestas, acurrucados en nuestro sofá como las arrugas en la frente. ¡Ah, Dios! Aún tengo el ticket de esa factura tan cara que pagamos a medias, la de enamorarnos. ¿Te acuerdas? Tú ponías el cincuenta por ciento de tu corazón y yo el cincuenta por ciento del mío. Joder, íbamos a medias… se suponía que íbamos a medias. Y yo que pensaba que nunca me olvidaría de ti. Ahora, cuando chequeo mis conversaciones del WhatsApp, veo como desciendes cada día más y más peldaños en las conversaciones de mi vida. ¡CHARIZARD, TE ELIJO A TI! Siempre me he preguntado a qué viene la dependencia que tenemos de que nos elijan. Esa tendencia secretamente autodestructiva por sentirnos especiales o, simplemente, mejores que las demás. En el patio del colegio queremos ser las primeras elegidas para el partido de fútbol; ser elegidas ganadoras de los concursos de belleza. Es como si, sin darnos cuenta, viviésemos en una constante competición con las demás o personas… en un juicio vicioso sobre el precio de todo y el valor de nada. ¿Cuántas vidas estás dispuesta a no vivir por atender a las necesidades de los demás? ¿Cuánto estás dispuesta a sacrificar para que te elijan? Yo no estoy dispuesta a ser el pokemon de nadie. Una minicriatura atrapada en una bola que solo sale al exterior cuando la eligen para pelear las batallas de un capullo que no puede luchar sus propias guerras. Sí, así soy en la vida y en el amor. No espero que me elijan, no soy Charizard de nadie. Ya lo dice la sabiduría popular, uno no elige a quién amar. El amor es algo así como una ecuación de emociones y sentimientos. Con una fórmula diferente para cada persona, pero con un resultado casi similar: la sensación de no poder vivir del todo si esa persona no está contigo. Bueno, en todo caso… si fuese un pokemon… sería Pikachu. Porque además de ser monísimo y no vivir encerrado en una bola… ¡tiene personalidad! 23 IAGO DE LA CAMPA CUANDO TE NECESITÉ, NO ESTUVISTE No todos están preparados para vernos cómo somos, no se lo merecen. Cuando te necesité, no estuviste, y ahí me di cuenta de que no te iba a necesitar nunca más. Y es que has de ser el primero en tu lista de prioridades, y yo no voy a descuidarme más. El próximo ron será para celebrar, y no para olvidar, y todos los siguientes también. Para darle la importancia justa a cada momento, que nada es tan tremendo, que, si quieres, de casi cualquier problema te puedes ocupar. Para decirte cosas que te dan igual, no te digo nada. Ya no pienso ni decirte todo lo que te pierdes al no estar... Cada uno valorará, y es que, si te quieren menos, quiérete más. Y piensa en ti, piensa en cómo mejorar para estar feliz contigo, para que todo nos empiece a dar más igual, porque tú mismo eres lo más importante. Ni hay que cerrarse por las malas experiencias, ni confiarse con las buenas. Hay que ser y disfrutar, y sobre todo ser sinceros con nosotros mismos y con los demás. TEMBLOR A MI VIDA Ya llegaste como un temblor a mi vida, y ahora tengo que vivir el terremoto que eres. Tengo que ilusionarte cada vez que me pierdes, que me pierdo contigo, cada vez que damos tantas vueltas sin saber a dónde ir porque tenemos al lado el quién. Ya me jodiste todas las noches que tenía reservadas para la tristeza, ya te pones tú encima en vez del insomnio. Ya llegaste para quedarte, ya cambias todo el rato de canción en mi coche y siempre aciertas. Ya tengo que cuidarte todo el rato. Ya tener significa querer, y ganas siempre de más. A veces nos sorprendemos a nosotros mismos, a veces nos sorprenden, a veces te sorprendo para verte feliz. Ya te voy a acompañar toda la vida como puede, ya te voy a llenar de verano la sonrisa. NO ME VAS A ENCONTRAR EN NADIE Hablamos demasiado de quien no está en vez de hablar con quien está. Nos perdemos entre tanto ruido que no nos deja escuchar la letra de la canción, lo importante que nos dicen, lo que nos hace cambiar de parecer. No sé qué resaca es hoy, pero creo que si lo tienes claro no tienes que preguntarle a nadie, que prefiero vivir que recordar, que por lo menos todo lo que hago lo siento. Tengo por lema que voy a follarte todas las noches que nos queden, que nos quedarán las que tú quieras, que siempre hay alguien que lo cambia todo, y fuiste tú. Hay gente que no se va aunque no esté. Tengo claro que tengo que disfrutar ahora, que mañana igual es tarde, que mañana no sé. Que a veces siento la necesidad de escapar, de darle la vuelta a la todo, y cuando sea así no me busques, porque no me vas a encontrar en nadie. 24 CON VIDA Quiero que mates todos los miedos que no te dejan, que no te sueltan, que no nos dejaron ser. Que yo lucho contigo, no por ti. Sé que no todas las noches son la misma noche, que depende de los dos el vivir, que depende esta suerte del saborearte estando aquí. Que nunca fue por tener, fue por sentir, que nunca del todo nos supimos ir. Pero que no se me olvide que después de ti me toca seguir viviendo a mí. Que cuando notas el vacío en el pecho es más el rellenar el hueco tú sola que el buscar a alguien que lo haga y no encaje. No todo lo que no quieres que se vaya es bueno que se quede. No todo lo que hago por mí es lo mejor para mí. No todo lo que hice por mí me hizo feliz. Y no debería ser así. No puedo estar contigo, porque no sé estar sin ti. DETRÁS DE NADIE No vayas detrás de nadie que no se daría la vuelta por ti. Cada vez voy teniendo más claro el dejar de lado a la gente que hace las cosas solo cuando le interesa, Ya no quiero más los <<no te lo dije, pero tampoco preguntaste>>, los <<cuando alguien deja de pensar en ti, te enteras>>, los que no están para ti cuando tú siempre estás para ellos. Y te encuentro a ti, que tienes lo que no tienen los demás, que te fijaste en mí, que no soy nada espectacular, pero tengo mis cosas. Y ya podrías estar más cerca para venir de cervezas, que igual esta ciudad no quiere que te marches, que hoy no quiero estar lejos. Quiero principios y cambios que me ilusionen, y sé con quién quiero compartirlos. Que no me faltes de noche, que si quieres hablamos hasta que te duermas, que cada madrugada es una nueva oportunidad. Y es que esas noches en las que te brillan los ojos y la sonrisa me dan la vida. No se puede intentar escapar siempre, y solo te digo que venta ya y nos quitamos las dudas. Porque el miedo a no decir lo que se siente acaba con todo, y guardarse las ganas más. Siempre fui un desobediente cuando la distancia me decía que no podía verte; sabes que soy de <<o vienes o voy>>, pero nos la jugamos. Unos días para quitarnos las dudas, que mañana siempre puede ir mejor si queremos que vaya. Es fácil, quiero personas que me enseñen lo que no sé y que me rebatan lo que sé, y a ti se te da tan bien. LO IMPORTANTE (NUNCA MÁIS) Siento que no puedo llenarme de nada, con nadie, que ni encajo ni quiero encajar, que soy como soy y no puedo dejar que me cambien. Tengo claro que idealizamos a las personas y después nos llevamos el chasco cuando abrimos los ojos y vemos que no son como creemos; que solo nos gusta cuando tenemos que ir detrás, cuando nos lo ponen complicado; que, si va bien y lo hacemos simple, no lo sabemos cuidar y lo acabamos perdiendo todo. hoy estoy triste y me replanteo de verdad qué es ser feliz. Y aun así hoy están quemando Galicia, y eso es más importante que cualquier mierda que me haya pasado o haya pensado hoy. Tenemos problemas de mierda en un mundo horrible. 25 ELÍGETE A TI Ya sé que es difícil, ya sé que cuesta, ya sé que no hay dos días iguales, ya sé que hay días en que no sale de la cabeza. Pero es tu momento, trabaja en ti. Los que no están no nos hacen falta; si todos eligen, elige tú también. Elígete a ti, elige esforzarte por lo que quieres conseguir, elige hacer pequeñitos los problemas e ir poco a poco para abarcar más y más. Los límites te los están poniendo tú, déjate ir más allá, deja de pensar en qué harán los demás, piensa en lo que vas a hacer tú. No pasa nada porque lo sientas todo, no pasa nada porque las alegrías sean enormes y las tristezas parezcan eternas. Es parte de ti, de lo que eres, esa es tu magia: el no ser como los demás, el poder sentirlo mucho todo. Tanta gente por ahí sin sentir nada; mejor no querer ser uno de ellos, uno más. No tengas miedo a estar sola, porque ni lo vas a estar ni es nada malo. Igual el miedo a abrirnos se nos quita abriéndonos. Igual dejando que las oportunidades lleguen creamos nosotros muchas nuevas. Tal vez todo depende mucho más de nosotros y nuestra actitud de lo que creemos. Vamos a cambiar el chip, a pensar que hoy y mañana sí. Y si ves que todo se pone mal, me llamas y arreglamos cualquier problema de domingo. LO BONITO ES SER DIFERENTE Lo bonito es ser diferente, no que te vean diferente, porque lo único que importa es lo que eres para ti, el no renunciar a nada de lo que eres, el saber lo que eres y lo que quieres ser. Y aunque los viernes cuesten y tengas que salvar a muchas personas, no te olvides de que son días de desear que todo empiece, de atreverse a conocerse, de no dejarse nada dentro. Ojalá las noches sean todo lo que desees, que siempre empieces y acabes conmigo, por ti, para ti. 26 LORETO SESMA HAY AUTOBUSES QUE PARECEN SALAS DE ESPERA Hay autobuses que parecen las salas de espera de un hospital, igual que hay estaciones que están cansadas de ver llegar gente que luego nunca se queda. Creo que deberíamos preguntarles a los trenes qué es lo que [sienten, porque me he dado cuenta de que a ellos tampoco hay nadie [que los espere lo único que quiere la gente es llegar a su destino. Hay gatos que (sobre)viven en la calle, que desearían no tener que soportar las oportunidades que les otorgan sus siete vidas. Drogas que no querían hacer daño, solo necesitaban alguien que las necesitara. Hospitales que lloran por las noches por ver morir a gente, lo que ellos querían era salvarles. Tartas de cumpleaños que ven las velas como espadas que las atraviesan. Cuchillos que no querían hacer herida, solo querían ser aquello que corta la soga y acabaron en alguna espalda. Cementerios con complejo de floristería. Edificios que querían ser hogar y acabaron siendo cárcel. Cárceles que son hogar. Medicinas que no se venden en farmacias y curan más que cualquier pastilla. 27 Y espero que entiendas que en ningún momento he hablado ni de autobuses, ni de trenes, ni de gatos, ni de drogas, ni de hospitales, ni de tartas de cumpleaños, ni de cuchillos, ni de cementerios, ni de edificios, ni de cárceles, ni de medicinas. He venido a hablaros de personas. SE ME ESTÁN DURMIENDO LAS MANOS Se me están durmiendo las manos de tanto cruzar los dedos, como si así todo fuera a ir mejor. Se me están durmiendo los pulmones de tanto soplar unas velas que nunca se apagan ni cumplen deseos. Se me están durmiendo las piernas de tanto correr para llegar a una casa donde ya nadie me espera. Se me duerme el corazón, agotado, de tanto reponer sangre después de cada golpe. La sonrisa, y ahora parezco uno de esos muñecos con las comisuras al revés. Se me cierran los párpados porque no quiero darme cuenta, no quiero ver que de nuevo no he llegado a tiempo. Me estoy durmiendo, y lo que es peor, ni aun así consigo soñar ni que empiece a las horas un día nuevo. 28 QUÉ HARÍAS SI NO TUVIERAS MIEDO Si nos da miedo el amor, es porque hubo una vez nos hicieron daño, o incluso dos. Y cuando a la tercera, cuando en teoría va la vencida, lo que ocurrió es que verdaderamente nos dimos por vencidos. Así que no juzgues a alguien por lo que quiere o deja de querer, porque a lo mejor tiene el corazón hecho añicos y unas cicatrices en su piel que no se irán por mucho tiempo que pase. El amor es ese tren que no es que no espere, sino que atropella. Pero es dirigido por alguien por quien te habrías tirado a las vías una y otra vez. Por eso no vuelve a pasar, porque cada amor mata. Y la ilusión del siguiente es lo que resucita, y por eso hay quien dice que si no has muerto por lo menos siete veces en vida es que no has vivido nada. Hay que tener un par de cojones y mucho pero que mucho coraje para enamorarte, porque aquel que te da besos y te sonríe es el mismo que una mañana cualquiera dejará las sabanas frías y un hueco imposible de llenar en tu cama. Hay que ser valiente para querer enamorarte de alguien aun sabiendo que será el poema más bonito pero también el más triste y el más difícil de escribir cuando todo se apague. Tienes que ser un héroe para ser capaz de salvar la sonrisa de alguien cuando esté naufragando en lágrimas y todo su mundo se haya reducido a un mar en donde no hay posibilidad de rescate, pero llegues tú y le digas: que no sabe si todo irá bien, pero si se ahogas lo haréis juntos juntos. Imbécil es lo que eres si cedes tu canción favorita pensando en esa persona, porque luego cuando la escuches toda partitura, palabra, letra, sílaba y sonido será un recuerdo llamando a tu puerta. 29 Así que te pido que tengas mucho cuidado. Porque escucharás esto una y otra vez te pondrán una coraza en el pecho una mordaza en la boca, una máscara en la cara y una cuerda en las manos que no te dejarán querer, decirlo demostrarlo ni escribirlo. Te dirán que el amor solo tiene un final posible y es el olvido. Pues olvídales tu a ellos. Verás a tu alrededor historias rotas y escritos como este que te sirvan de motivo para demostrarnos que todo es posible. Huye de quien te diga cómo vivir, porque ni él ni nadie tenemos ni idea de cómo hacerlo. Y arriésgate, porque echar de menos es como si el corazón te dijera: Oye, me rindo, a mí no me jodes más. Y yo empiezo a creer, que si ensuciamos tanto la palabra amor, si creemos que sabemos querer, es por gente como tú. 30