Ensayo La ciencia, su método y su filosofía (Mario Bunge) Bunge, describe la ciencia formal como a aquella que procede de entidades psíquicas, de ideales: la lógica y demás conocimientos empíricos y abstractos. Mientras que la ciencia fáctica es la encargada de confirmar conjeturas por medio de la observación y la experimentación. Para comprender la relación entre ambas ciencias, se plantea como ejemplo la creación del ideal matemático, cuyo puente a la realidad es el lenguaje, mismo que permitirá comprobarlo en la realidad, por medio de la experimentación. Por otra parte, es preciso aclarar que no toda investigación científica procura el conocimiento objetivo. Así pues, el conocimiento científico de la realidad es una excepción, ya que ésta realiza la búsqueda de verificación de ideales y adaptación de los hechos por medio de la observación y experimentación, en un intercambio controlable y hasta cierto punto reproducible. De igual forma, el autor lleva a la caracterización de la Ciencia Fáctica, señalando que el conocimiento científico es fáctico, centrado en describir los hechos tal y como son; este trasciende de hechos, los descarta, produce nuevos y los explica. Su característica analítica aborda problemas, uno a uno, que desfragmenta en elementos con el fin de descubrir sus mecanismos. Dicho enfoque analítico permite una especialización brindando resultados más claros y precisos. Éste conocimiento se trata de un acontecimiento verificable y con ello también se vuelve comunicable, legal, predictivo; además es de aumentar su utilidad, pues cada descubrimiento permite ser aplicado para la adaptación del mundo que nos rodea tal y como lo expresa el autor: “Enseñorearse de él para hacerlo más confortable”. Así pues, se menciona el método de la ciencia, misma que es descrita como un conocimiento verificable y que el conocimiento científico se conforma de teorías e hipótesis mismas que son verificables y, en la medida en que son probadas, se consideran verdaderas. Sin embargo, a pesar de que estas son probables, no son consideradas como concluyentes. Es entonces cuando surge el cuestionamiento ¿existe una técnica infalible para inventar hipótesis científicas que sean probablemente verdaderas? Bunge habla de la dificultad e incertidumbre generado al momento de la verificación de las hipótesis, y deja en claro que no existe un camino que conduzca a verdades finales. Centrándose en el método científico, inevitablemente se pasará también a centrarse en el desarrollo de la ley científica, a la cual el autor designa dentro de la ciencia fáctica y cuya necesidad de cambio la vuelve cada vez más necesaria. Al acercarse al final del texto, el autor induce a considerar el impacto, la necesidad e importancia de la correlación entre la filosofía y la ciencia, donde la filosofía no busca su desarrollo a partir de la ciencia si no que aspira a ser una pieza clave en la transmisión de información y facilita su desarrollo; a su vez trae a relucir cómo la ciencia es útil tanto para el desarrollo de ideas, así como tecnologías que permiten al ser humano formar parte del desarrollo en el conocimiento científico con fines prácticos y en beneficio de la humanidad, de tal forma que la ciencia y la tecnología se alimentan la una a la otra. Una de las denotaciones más importantes mencionadas por Bunge, es la necesidad de que, en los científicos y estudiantes en ciencias, se busque ejercer el desarrollo de una actitud filosófica que le permita hacer mejor uso de su lógica, desarrollo crítico, y de paso mejorar su estrategia de investigación. En suma, esta obra permite ver el desarrollo de la ciencia desde diferentes perspectivas, mismas que aun conociendo gran parte del desarrollo del método científico, no son tomados en cuenta muchas veces. A su vez, resultan de interés las distintas interpretaciones a las que recurre Bunge para acercarse a un concepto, mejorando la perspectiva y cercanía a la ciencia, en la búsqueda constante a la respuesta a diferentes cuestionamientos de la realidad. La ciencia ha sido utilizada para comprender, domar, y modificar el mundo natural de acuerdo a las necesidades biológicas y espirituales de los seres humanos. Para Mario Bunge, la ciencia es un conjunto de ideas racionales, verificables y falibles para elaborar construcciones conceptuales de mundo. Mediante estas construcciones, la ciencia ha sido aplicada para mejorar el medio natural, a partir de las necesidades humanas, y a la creación de bienes materiales y culturales; esta ciencia aplicada, se convierte en tecnología. Este autor explica que no toda la investigación científica procura el conocimiento objetivo, y distingue dos tipos de ciencia: las ciencias formales y las ciencias fácticas. Las ciencias formales son ciencias que se integran de saberes racionales, sistemáticos y verificables, que a su vez forman parte de sistemas como la lógica y la matemática, que no son objetivos puesto que no se ocupan de los hechos y por tanto, no dan informaciones sobre la realidad. Los sistemas de las ciencias formales tratan con entes ideales que implican condiciones abstractas e interpretadas, y sólo existen en la mente. Estos sistemas se sustentan en entes formales y establecen relaciones entre ellos para construir las relaciones complejas entre los hechos y sus diversos aspectos. Por esta razón es que estas ciencias se denominan “formales” ya que sus objetos no son procesos ni cosas, sino formas en las que se pueden incluir contenidos, tanto fácticos como empíricos, ilimitados. Ya que el significado fáctico que se le asigna a los objetos formales no es una propiedad intrínseca de los mismos, las ciencias formales no entran en conflicto con la realidad. En este sentido, las ciencias formales no se aplican a la realidad, sino que se emplean en la vida cotidiana. Para introducir las ciencias fácticas, Bunge hace una comparación entre éstas y las ciencias formales. Mientras que las ciencias formales consisten en relaciones entre signos y usan la lógica para demostrar sus teoremas, las ciencias fácticas se refieren a entes extra científicos, a sucesos y procesos concretos, por lo que en su metodología utilizan la observación y la experimentación. Por otro lado, las verdades en las ciencias formales no son absolutas, sino relativas a sus sistemas de lógica y principios teóricos. Karen Lizeth Tulcán Soler